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EL ARTE DE TRATAR GENTE TOXICA Y NO TE AFECTE

Son vampiros emocionales que absorben la energía ajena y hacen la vida imposible a los demás.
Conoce de cerca de 10 personalidades más psicovenenosas.

Cuando oyes de un conocido “No lo digo para criticarte”, puede significar que el fondo su
intención sea despellejarte y hundirte en la miseria. No importe que tú éxito sea fruto del trabajo
o del talento. El celoso enfermizo tratará de destruirte a través de la descalificación y la calumnia.

Napoleón Bonaparte dijo que envidia es una declaración de inferioridad. Sin embargo, al igual que
ocurre con el estúpido, el envidioso, puede ser un enemigo muy peligroso, movido por un
irrefrenable deseo de destruir al que ha logrado el triunfo y la excelencia.

No todos estos tipos se ajustan al mismo patrón. Los hay arrogantes que te restriegan su supuesta
superioridad, hostiles que maltratan verbalmente, déspotas que nos anulan en el trabajo,
psicóticos que te ponen en peligro o neuróticos que te ponen en peligro o neuróticos que te
arruinan la vida. Aunque presentan diversos perfiles psicológicos, todos comparten dos rasgos:
son manipuladores e intratables. Solo la experiencia ayuda a detectarlos a tiempo y evitar el
contacto con ellos.

¿Se les puede calificar como gente tóxica? Psicólogos y Psiquiatras dicen que sí. Son vampiros que
se alimentan de las energías ajenas, parásitos sociales que tratan de dominar a sus víctimas para
rebajarlas. anularlas o destruirlas. Convivir con ellos es una pesadilla. Sus conductas enfermizas
enfurecen al ser más equilibrado y sus emanaciones envenenan los sitios por los que pasan.

Como una Secta. En 1995 la escritora Lillian Glass publicó el libro Relaciones Tóxicas, libro en el
que introdujo por primera vez un término que ha calado en el habla castellana, en artículos
periodísticos. Y en su nuevo trabajo Glasss, “hombres Tóxicos” Describe el perfil de los vampiros
psíquicos:

Algunos tienen tan baja su autoestima y se sienten tan deprimidos que para subir su estado de
ánimo son capaces de absorber la alegría de la gente que los rodea”. Su estrategia envolvente,
que enmascaran su poder venenoso, nos hace caer en sus redes sin apenas darnos cuenta.
Cuando nos percatamos, ya es tarde. Muchos son manipuladores que estudian a sus victimas para
dar con sus vulnerabilidades. Buscan gene a la que le cuesta decir “no” y qye teme la
confrontación. Su principal objetivo es la destrucción del contrario. Algunas de sus herramientas
son el acoso y el maltrato verbal, con las que lentamente te aislarán de tus deseos, amistades y
familiares. Los sujetos tóxicos actúan con la misma estrategia psicológica que usarían una secta
destructiva.
Los “casi” son los peores. Ronald Schouten, Psiquiatra de la Harvard School Medicine, y James
Silver, abogado criminalista, son los autores de “El Casi Psicópata” (Almost a Psychopath) donde
describen a las personas que muestran solo algunas características de la psicopatía pero que
pueden resultar letales para la gente que convive como ellas. De hecho, este perfil supone un
problema mayor que los genuinos psicópatas, ya que es más abundante y esquivo. Los autores
también lo llamaban psicópata exitoso, porque le suele ir bien en la vida a pesar de su
comportamiento patológico y de la cantidad de víctimas que acumula.

Según el Psicólogo argentino Bernardo Stamateas, autor de Gente Tóxica” estos parásitos
sociales fingen ser tus amigos, ofreciéndote su lado más inofensivo, para ir, poco a poco, minando
tu seguridad, con comentarios sutiles y bromas e ironías supuestamente inocuas: “En realidad, su
objetivo es reducir tu estima y tu valor para que sus figuras aumenten. Buscan el poder y el control
sobre todo y sobre todos”.

Esa es la estrategia que utiliza el jefe descalificador para desprestigiar a sus subordinados. Critica
tanto a los que toman iniciativas propias como a los que no hacen nada por prudencia. Es el
profesional de los dobles mensajes que pide al mismo tiempo dos tareas ambivalentes. Su meta es
rebajar al inferior que está a su cargo y robarle su seguridad.

Otro modelo de individuo tóxico es el que ejerce el poder con descalificaciones y maltratos. Es el
violento verbal, que siempre encuentra ocasión para polemizar y crear conflictos. Estos vampiros
psicológicos se creen portadores de una verdad absoluta. Incapaces de discutir de forma civilizada,
imponen sus criterios a voces e impiden la réplica de sus interlocutores, a los que insultan
mostrándoles su incompetencia. Aunque no todos son tan violentos, los tóxicos siempre son
desestabilizadores. Es el caso del neurótico, que vive angustiado tanto por lo que dice y hace. Su
afán de perfeccionismo y su necesidad de ser querido le vuelven posesivo e insoportable.

Una vez detectado el tóxico, ¿Cómo escapar de él cuando se trata de tu madre, hermano o jefe?
Los terapeutas sugieren que la única salida es alejarse de ellos. Pero claro, ¡qué hacer si el sueldo
y la supervivencia del afectado dependen, por eje plo, de un jefe despótico!, Mal Asunto.

La filósofa Diana Cohen Agrest creen que nuestra obligación es huir de los vínculos que atan a
personas y situaciones destructivas, pero advierte sobre la estigmatización del tóxico: “los
humanos no actuamos de manera determinada para siempre. Estamos en constante preoceso de
construcción. Es posible cambiar hacia actitudes más positivas”.

EL FACTOR CRISIS. Otros expertos piensan que el problema no proviene tanto de las personas
como d las situaciones ENVENENADAS a las que estamos expuestos. Son los escenarios de la vida
los que nos envenenan poco a poco. El Psicólogo español Juan Cruz Señala que el aumento de
estímulos negativos producidos por la recesión económica está elevando la toxicidad y
modificando los estados de ánimo. El paro trae inseguridad, miedo e indefensión, lo que actia un
potente mecanismo de alerta neurona. “Para el cerebro es como si un dinosaurio estuviera a
punto de atacar”. Explica Cruz, Eso se agrava al recibir mensajes contradictorios de los medios,
que “Te bombardean con la crisis y a la vez te dicen que serás feliz si compras un coche”. Subraya
este Psicólogo.

Y por lo que se refiere a los vampiros psíquicos, los especialistas piensan que la mejor opción es
huir de ellos. Cada uno debe ser dueño de su mente, su cuerpo y sus emociones, no el inquilino
de los sentimientos y objetivos de un manipulador. “poner límites a todo lo que nos frena no es
una opción es un Derecho”, dice Bernardo Estamateas.

EL SOCIO-PSICÓPATA

Soberbio, petulante, engreído, cruel, amargado, tirano, exhibicionista.

El socio-psicópata es la variante más peligrosa de individuo tóxico. Son personas muy trastornadas
que pueden hacer mucho daño e incluso amenazar la vida de sus víctimas. Nunca asumen ninguna
responsabilidad y son incapaces de disculparse y decir “lo siento”. “Se aprovechan de los demás
utilizando el encanto, el engaño, la violencia y otros métodos. Así consiguen todo lo que quieren”,
señala esta experta en comunicación. El primer contacto con un socio-psicópata provocará una
impresión inmejorable porque te dirá todo lo que quieres oír. Normalmente hace muchas
preguntas con el propósito de averiguar rápido las emociones de la persona a la que va a torturar.

Un ego como un camión. Con el arrogante comparte la alta autoestima. Usa mucho la palabra YO.
Consecuencia de la misma opinión que tiene de sí mismo. Es Mentiroso, y engaña para lograr lo
que quiere. No le preocupan los sentimientos o derechos ajenos, no siente remordimientos y
desconoce la empatía. Suele comportarse como un parásito. Tiende a vivir el aquí y ahora. Sin
preocuparle que esa actitud pueda tener consecuencias en el futuro.

Pero seguramente la señal más clara de que estás ante un socio-psicópata es que muy a menudo
se contradice a sí mismo prácticamente en la misma frase, alerta Glass.

Si le preguntas si tiene el teléfono de un conocido, te puede contestar que no. Pero si a


continuación le preguntas por alguien en que pueda facilitarlo lo más probable es que te responda
que lo tiene él.

Otro rasgo característico de estos personajes venenosos es su mirada, advierten los expertos.
Cuando fijan sus ojos en los tuyos, sin mover un solo músculo de la cara, es una clara señal de que
están manipulándote. Son incapaces de mostrar ninguna expresión facial, dado que no sienten
emociones.

Si tenemos mala suerte de toparnos con individuo así, lo mejor que podemos hace es huir de su
lado lo antes posible.

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