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DERECHO

AMBIENTAL
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
CARRERA: DERECHO

Dayana Rodríguez Hernández


Principio de Participación

En materia ambiental el realizar cualquier actividad industrial o de otro tipo


donde no se ofrece la oportunidad para que los interesados y los ciudadanos
puedan ofrecer sus puntos de vista, y participar en el diseño e implementación
de las cosas, puede ser invalidado cualquier proceso administrativo o judicial
por violar el debido proceso de ley.

Esta concepción descansa bajo la premisa de que las actividades que


producen o realizan los humanos son capaces de alterar, molestar, perjudica y
dañar, afectando de esa manera intereses colectivos e individuales tanto
patrimoniales como morales.

Este principio tiene la finalidad de darle legitimidad a las acciones ambientales


que toman las instituciones públicas en las sociedades. Es evidente que si los
ciudadanos comunes, así como las organizaciones no partidarias, sociales o
empresariales, son llamadas a formar parte de los órganos de decisión y
gestión ambiental, con ello no sólo se hace más democrático el proceso de
toma de decisiones, sino que se estaría validando la acción o decisión, pues ha
sido tomada por los actores que en definitiva habrán de cumplirla.

De lo que se trata es que, como el ambiente es un bien jurídico patrimonio de


todos, es lógico pensar que debe existir una representación del todo en los
órganos y procesos de aprovechamiento, uso, protección y conservación del
ambiente.

Principio de Acceso a la información

El derecho a información se encuentra consagrado como uno de los derechos


indispensables del hombre; así lo establece la Declaración Universal de
los Derechos Humanos.

El Estado como ente jurídico principal al servicio de los ciudadanos debe


garantizar este Derecho. Así, es ilegal y violatorio a los derechos humanos no
divulgar toda la información importante que el Estado o los particulares tengan,
posean, manejen o detenten, salvo que su publicación atente contra la
seguridad del Estado, el orden público o aquellos casos en que la misma ley
manda que esta sea secreta.

En materia ambiental, el derecho a la información es uno de los principales


pilares del proceso de evaluación. Numerosos son los textos legales
ambientales que consagran este Derecho como una necesidad indispensable
para la protección de los bienes e intereses ambientales.

En especial, la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992. Esta


en su principio 10 establece que: “El mejor modo de tratar las cuestiones
ambientales es con la participación de todos los ciudadanos interesados en el
nivel que corresponde. En el plano nacional, toda persona deberá tener acceso
adecuado a la información sobre el medio ambiente de que dispongan las
autoridades públicas, incluida la información sobre los materiales y las
actividades que ofrecen peligro en sus comunidades, así como la oportunidad
de participar en los procesos de adopción de decisiones. Los Estados deberán
facilitar y fomentar la sensibilización y la participación del público poniendo la
información a disposición de todos.

Como se desprende de este principio, es necesario que en todas las


cuestiones que posean contenido ambiental se haga partícipe a la comunidad
en general, sin distinguir ni siquiera entre los que poseen un interés especial y
los que no. Toda persona tiene derecho a opinar, proponer enmiendas, solicitar
información, oponerse, apoyar, brindar y demandar en materia ambiental.

Principio de subsidiariedad:

El Estado Nacional, tiene la obligación de colaborar, para la preservación y


protección ambiental, conforme al principio de subsidiariedad, y en caso de ser
necesario, participar en forma complementaria, en el accionar de los
particulares.

En cuanto a su funcionamiento, la subsidiariedad posee dos aspectos, uno


positivo y otro negativo. El aspecto positivo, significa que el Estado Nacional
tiene la obligación de colaborar, en tanto que la intervención de la autoridad
nacional debe ejercerse sólo cuando sea necesario. El aspecto negativo, que la
autoridad nacional debe abstenerse de asumir funciones que pueden ser
cumplidas eficientemente por los particulares. Es decir, que el principio de
subsidiariedad se aplica teniendo en cuenta dos criterios diferentes en la
defensa ambiental: a la luz de la “complementariedad”, criterio de
“colaboración” y criterio de “necesidad”. Es decir que la participación del Estado
es concurrente, y residual.

Este principio se basa en la idea que un nivel superior no puede asumir


actividades que un nivel inferior puede cumplir eficazmente. En ese sentido, el
Estado nunca debe allanar, absorber ni asumir, las competencias propias que
los particulares, individual o asociativamente, pueden ejercer con eficiencia. El
Estado no debe hacer lo que pueden hacer los particulares con eficacia, porque
el Estado debe ayudarlos, pero no destruirlos o absorberlos.

Inversión de la Carga de la prueba

Este principio plantea que quien señala un hecho de afectación ambiental no


está obligado a demostrarlo.  La carga de la prueba se traslada a quien es
señalado como infractor, y es él quien debe demostrar que no realizó el hecho
que le señalan. 

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