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De acuerdo con
Medina-Mora (2005).
Los indicadores más recomendables para el estudio del problema son: la cantidad de alcohol
que ingieren cada vez que beben; la frecuencia con que beben, los problemas tanto físicos
como sociales, relacionados con el consumos de alcohol, y las ocasiones y las circunstancias en
las que beben. A fin de poder interpretar las diferentes maneras de beber y sus consecuencias,
es importante conocer también las normas, los valores y las actitudes de la comunidad frente
al consumo de alcohol. Sin embargo los estudios realizados por
Indican que se hizo Una revisión sobre el alcoholismo, con el objetivo de promover mayor
conocimiento de los aspectos negativos de esta enfermedad en el individuo, en la sociedad, en
los médicos y sobre todo en los de Medicina General Integral por su importancia en la atención
directa a la comunidad. Se plantearon la clasificación, las manifestaciones secundarias y sus
consecuencias sobre saludo con producción de diferentes enfermedades, como el cáncer, la
gastritis, la cirrosis hepática, las deficiencias nutricionales que llevan a la desnutrición
energética proteica, la arteriosclerosis, entre otras, y finalmente la conducta a seguir y la
prevención del alcoholismo. De acuerdo,
Todavía se desconoce el mecanismo exacto mediante el cual el etanol produce sus efectos en
el cerebro. Sin embargo, hoy en día se sabe que el etanol interactúa con proteínas específicas
de la membrana neuronal, implicadas en la transmisión de señales, produciendo así
alteraciones en la actividad neuronal. En este artículo de revisión se describen diferentes
alteraciones neuroquímicas producidas por esta droga.
El alcoholismo y la adicción a otras drogas “no son un suicidio, sino una lenta capitulación”,
decía Ji Morrión, el cantante y compositor del D ´Ors, uno de los grupos de rock más
importantes de la década de los setenta. En la misma dirección los resultados del estudio
Kershenobicha (2003).
El alcoholismo es una enfermedad primaria y crónica en cuyo desarrollo y manifestaciones
clínicas influyen factores genéticos, psicosociales y ambientales. La enfermedad es a menudo
progresiva y fatal. De acuerdo con
El problema del alcoholismo es cada vez más importante en el mundo. Aunque nuestro país
está en la media europea de ingesta de alcohol, con un consumo de 11.2 litros del alcohol por
persona y año , según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), conocer el número
de personas con adicción a la bebida es más complicado.
El alcohol es una sustancia nociva que tiene un efecto adverso en prácticamente todos los
órganos del cuerpo y el riesgo de daño para la salud aumenta con cada trago que se consume.
El consumo de bebidas alcohólicas, sobre todo si es excesivo, debilita el sistema inmunitario y
reduce la capacidad para hacer frente a las enfermedades infecciosas, incluida la COVID-19. El
consumo excesivo de alcohol es un factor de riesgo de síndrome de dificultad respiratoria
aguda (SDRA), una de las complicaciones más graves de la COVID-19.
Por otra parte está el tema de las drogas: El concepto de droga no sólo abarca las sustancias
ilegales que tanta alarma social han provocado. El concepto de droga es mucho más amplio e
incluye multitud de sustancias con las que convivimos actualmente y que forman parte de
nuestros hábitos de alimentación, de esparcimiento o de relación con los demás.
Tradicionalmente se ha considerado que informar acerca de las consecuencias de las drogas es
la estrategia preventiva por excelencia. Cabe suponer que, de esta manera, la persona se hace
consciente de los efectos negativos que le traerá el consumo de una sustancia y, en
consecuencia, la evitará. Pero todos sabemos que la realidad no es tan sencilla y que el hecho
de disponer de información suficiente acerca de las consecuencias de un consumo, no
generala disminución de éste. Es preciso, por tanto, una actuación más global y profunda. Aun
así, la información tiene un valor innegable en la prevención del consumo de drogas, bien para
tomar decisiones, bien para que sea posible valorar adecuadamente los pros y los contras de
cada opción. Por este motivo, es importante adquirir una información suficiente y veraz acerca
de las drogas, de lo que puede esperarse de ellas, de cómo influyen en el organismo y cómo
condicionan las relaciones con los demás. En este módulo, a través de los contenidos teóricos y
audiovisuales y una serie de actividades, acercaremos la labor preventiva a nuestra vida
cotidiana analizando aquellos elementos a través de los cuales podemos formar y preparar a
nuestros hijos para enfrentarse a la convivencia con las drogas. Asimismo, abordaremos los
conceptos básicos para entender las drogas y las relaciones que se establecen con ellas. Existe
poca información sobre la relación entre la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) y el
consumo de sustancias psicoactivas o su potencial impacto en el problema de las drogas en
general.
En tanto a la obesidad:
La obesidad se define según la OMS como “la acumulación excesiva de grasa corporal que
puede ser perjudicial para la salud”. Entre los factores que favorecen la acumulación de grasa
en el cuerpo se encuentran el sedentarismo y una dieta alta en calorías.
Durante los primeros meses de la pandemia, el confinamiento total operó cambios en los
hábitos de la población que llevaron a un aumento del sedentarismo y un desorden en los
ritmos de alimentación.
Estos cambios han dejado como saldo un número creciente de casos de obesidad y sobrepeso
que requieren que les prestemos atención para evitar que se conviertan en grandes problemas
La obesidad es un factor de riesgo para un gran número de enfermedades como la diabetes
tipo 2, enfermedades cardíacas y ACV, ciertos tipos de cáncer y problemas de fertilidad, entre
otros. Además, la obesidad está listada entre las comorbilidades asociadas a complicaciones en
la evolución del Covid-19. Esto significa que, si tenés obesidad, podés ser considerado paciente
de riesgo.
Las redes sociales nacen por la necesidad del ser humano de estar comunicado con otros
individuos y que además estos compartan los mismos intereses, pero lo que revolucionó todo
fue la invención del Internet. El origen de la primera red social data de 1995, cuando Randy
Conrads crea el sitio web classmates.com donde pretende que ex compañeros de colegios
retomen el contacto, aunque en esas épocas tenía sus limitaciones. Pero recién dos años más
tarde, en 1997, cuando aparece SixDegrees.com (seis grados.com) se genera, en realidad, el
primer sitio de redes sociales, tal y como lo conocemos hoy, que permite crear perfiles de
usuarios y listas de “amigos”. (Ministerio de Educación y Culturas, 2010). Al pasar de los años
empiezan a aparecer más sitios webs en que los usuarios podían comunicarse entre amigos,
entre las más conocidas se encontraba MySpace y Xing: Pero ya para el 2005 existían las
famosas redes sociales, donde podían hacer amistad con personas que se encontraban en
otros departamentos o ciudades, pero en aquel entonces simplemente se enviaba mensajes de
texto y alguna que otra fotografía. Así también las redes más utilizadas eran, Orkut, Kazazz,
Yahoo y más adelante el Mirk. Estas redes sociales fueron creciendo y evolucionando gracias a
todos los avances tecnológicos de la web 1.0 y la web 2.0. “Si tú te conectas a internet, lees un
periódico online y te desconectas, entonces estás utilizando tecnología web 1.0. Si en cambio
votas la noticia, la comentas, hablas con otro lector que también la ha comentado y, 64
finalmente, la guardas en tus noticias favoritas, entonces utilizas tecnología web 2.0. La
diferencia entre una y otra es simplemente una base de datos” (Gómez, 2010). En la actualidad
es así es como llegan las famosas redes sociales: Facebook, Twitter, instagram y, por último, la
red más utilizada por los jóvenes el WhatsApp. Estas redes no simplemente te permiten
comunicarte con otras personas, sino que además te ofrecen enviar imágenes, fotografías,
audios, videos, ubicación, realizar llamadas, contactarte con amigos de diferentes países y
jugar o crear grupos de estudio o de trabajo, etc.
Mediante una encuesta en línea aplicada a 886 participantes, en su mayoría mujeres (65 por
ciento del total de encuestados), los autores concluyeron que la información sobre COVID-
19 difundida en redes sociales promueve comportamientos preventivos especialmente entre
jóvenes de 18 a 25 años .
Para llegar a esta conclusión examinaron los factores sociodemográficos de los participantes,
así como el uso de WhatsApp, Twitter, Facebook y YouTube, su percepción de riesgo,
comportamientos preventivos, actitudes y disposición a usar una vacuna para el COVID-19, si
estuviera disponible.
“Si se sienten en riesgo van a tomar medidas para enfrentarlo con el uso de mascarillas, el
lavado frecuente de manos y el distanciamiento físico…, por eso (las redes sociales) se han
convertido en un medio importante de comunicación, aunque quizá sea la fuente menos
controlada” explica Zevallos.
Otro resultado es que las mujeres son más propensas a percibirse a sí mismas en riesgo y las
que más adoptan medidas de prevención.
Las redes sociales han probado ser una herramienta de doble filo cuando se trata de una crisis.
Pero realmente, las redes sociales no son el problema, sino las personas que se encuentran
detrás de ellas. Si nos enfocamos en convertirnos en mejores personas tendremos un mejor
contenido a nuestro alcance.
BIBLIOGRAFIA
2.https://pnsd.sanidad.gob.es/profesionales/sistemasInformacion/informesEstadisticas/
home.htm