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MARCO REFERENCIAL

El presente marco referencial es una recopilación concisa y breve sobre conceptos


teorías e investigaciones que se relacionan directamente con el desarrollo de los
siguientes temas:

 Consumo de Alcohol durante la pandemia


 Consumo de drogas en la pandemia
 Obesidad y pandemia
 Adicción a las redes sociales en la pandemia

De acuerdo con

Medina-Mora (2005).

Los indicadores más recomendables para el estudio del problema son: la cantidad de alcohol
que ingieren cada vez que beben; la frecuencia con que beben, los problemas tanto físicos
como sociales, relacionados con el consumos de alcohol, y las ocasiones y las circunstancias en
las que beben. A fin de poder interpretar las diferentes maneras de beber y sus consecuencias,
es importante conocer también las normas, los valores y las actitudes de la comunidad frente
al consumo de alcohol. Sin embargo los estudios realizados por

Boleto Atomiza y Socarás Suárez (2013)

Indican que se hizo Una revisión sobre el alcoholismo, con el objetivo de promover mayor
conocimiento de los aspectos negativos de esta enfermedad en el individuo, en la sociedad, en
los médicos y sobre todo en los de Medicina General Integral por su importancia en la atención
directa a la comunidad. Se plantearon la clasificación, las manifestaciones secundarias y sus
consecuencias sobre saludo con producción de diferentes enfermedades, como el cáncer, la
gastritis, la cirrosis hepática, las deficiencias nutricionales que llevan a la desnutrición
energética proteica, la arteriosclerosis, entre otras, y finalmente la conducta a seguir y la
prevención del alcoholismo. De acuerdo,

Endosan y Callado (2004)

Todavía se desconoce el mecanismo exacto mediante el cual el etanol produce sus efectos en
el cerebro. Sin embargo, hoy en día se sabe que el etanol interactúa con proteínas específicas
de la membrana neuronal, implicadas en la transmisión de señales, produciendo así
alteraciones en la actividad neuronal. En este artículo de revisión se describen diferentes
alteraciones neuroquímicas producidas por esta droga.

Pero los estudios realizados por Nagore (2005).

El alcoholismo y la adicción a otras drogas “no son un suicidio, sino una lenta capitulación”,
decía Ji Morrión, el cantante y compositor del D ´Ors, uno de los grupos de rock más
importantes de la década de los setenta. En la misma dirección los resultados del estudio
Kershenobicha (2003).
El alcoholismo es una enfermedad primaria y crónica en cuyo desarrollo y manifestaciones
clínicas influyen factores genéticos, psicosociales y ambientales. La enfermedad es a menudo
progresiva y fatal. De acuerdo con

López Hernández (2009)

El problema del alcoholismo es cada vez más importante en el mundo. Aunque nuestro país
está en la media europea de ingesta de alcohol, con un consumo de 11.2 litros del alcohol por
persona y año , según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), conocer el número
de personas con adicción a la bebida es más complicado.

El consumo de bebidas alcohólicas no protege frente a la COVID-19.

El alcohol es una sustancia nociva que tiene un efecto adverso en prácticamente todos los
órganos del cuerpo y el riesgo de daño para la salud aumenta con cada trago que se consume.
El consumo de bebidas alcohólicas, sobre todo si es excesivo, debilita el sistema inmunitario y
reduce la capacidad para hacer frente a las enfermedades infecciosas, incluida la COVID-19. El
consumo excesivo de alcohol es un factor de riesgo de síndrome de dificultad respiratoria
aguda (SDRA), una de las complicaciones más graves de la COVID-19.

Por otra parte está el tema de las drogas: El concepto de droga no sólo abarca las sustancias
ilegales que tanta alarma social han provocado. El concepto de droga es mucho más amplio e
incluye multitud de sustancias con las que convivimos actualmente y que forman parte de
nuestros hábitos de alimentación, de esparcimiento o de relación con los demás.
Tradicionalmente se ha considerado que informar acerca de las consecuencias de las drogas es
la estrategia preventiva por excelencia. Cabe suponer que, de esta manera, la persona se hace
consciente de los efectos negativos que le traerá el consumo de una sustancia y, en
consecuencia, la evitará. Pero todos sabemos que la realidad no es tan sencilla y que el hecho
de disponer de información suficiente acerca de las consecuencias de un consumo, no
generala disminución de éste. Es preciso, por tanto, una actuación más global y profunda. Aun
así, la información tiene un valor innegable en la prevención del consumo de drogas, bien para
tomar decisiones, bien para que sea posible valorar adecuadamente los pros y los contras de
cada opción. Por este motivo, es importante adquirir una información suficiente y veraz acerca
de las drogas, de lo que puede esperarse de ellas, de cómo influyen en el organismo y cómo
condicionan las relaciones con los demás. En este módulo, a través de los contenidos teóricos y
audiovisuales y una serie de actividades, acercaremos la labor preventiva a nuestra vida
cotidiana analizando aquellos elementos a través de los cuales podemos formar y preparar a
nuestros hijos para enfrentarse a la convivencia con las drogas. Asimismo, abordaremos los
conceptos básicos para entender las drogas y las relaciones que se establecen con ellas. Existe
poca información sobre la relación entre la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) y el
consumo de sustancias psicoactivas o su potencial impacto en el problema de las drogas en
general.

Se ha especulado mucho sobre el impacto potencial que tendrá la pandemia de COVID-19 en el


consumo de sustancias psicoactivas. Algunos han expresado la preocupación de que el tiempo
que pasen en casa durante el encierro de una pandemia resultará en mayores tasas de
consumo de alcohol y embriaguez. Otros han especulado CONSIDERACIONES PARA L A
INVESTIGACIÓN SOBRE DROGAS Y COVID-19 2 que el consumo de cannabis disminuirá en los
estados donde los dispensarios de cannabis cierran durante la cuarentena. Alternativamente,
algunos especulan que el consumo de cannabis aumentará en lugares donde los dispensarios
permanecen abiertos o hacen entregas a domicilio.
Aunque no hay datos suficientes para identificar los vínculos causales entre la COVID-19 y los
riesgos para la salud de los consumidores de sustancias psicoactivas, es posible formular
algunas hipótesis razonables basadas en la experiencia previa. Las sustancias que afectan los
pulmones y el corazón, en particular, pueden presentar mayores riesgos para los usuarios
durante la pandemia de COVID-19. La mayoría de los datos que permitirán a los investigadores
examinar la relación entre el consumo de drogas y el mayor riesgo de contraer COVID-19, o el
mayor riesgo de complicaciones debido a COVID-19 y el consumo de drogas, vendrán de
hospitalizaciones y registros clínicos. Los métodos útiles para examinar estos datos son
revisiones sistemáticas de registros clínicos y otros datos clínicos relacionados. Fumar y vapear
pueden presentar algunos riesgos adicionales relacionados con la COVID-19. Según los
Institutos Nacionales de Salud (NIH, por su sigla en inglés), existe evidencia de que
enfermedades como las Lesiones Pulmonares Asociadas al Uso de Productos de Cigarrillos
Electrónicos o Vapeo (EVALI, por sus siglas en inglés) y las enfermedades pulmonares
relacionadas con el tabaquismo, dañan las células pulmonares y disminuyen la capacidad de
responder a las infecciones. Un estudio publicado en el Journal of the American Medical
Association (JAMA) indicó que la tasa de letalidad para COVID-19 fue de 6,3 por ciento para
aquellos con enfermedad respiratoria crónica, en comparación con una tasa de letalidad de 2,3
por ciento en general. Si bien estos datos no son suficientes para establecer un vínculo directo
entre la COVID-19 y el aumento de la morbilidad o mortalidad entre los vareadores y los
fumadores, es razonable sospechar que la COVID-19 presenta mayores riesgos para esas
personas, independientemente de si ellos usan productos de cannabis o nicotina. Según el
Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés) de los Estados
Unidos, existen preocupaciones sobre la metanfetamina y otras drogas que constriñen los
vasos sanguíneos y contribuyen al daño pulmonar y a la hipertensión pulmonar. Los pacientes
con antecedentes de consumo de metanfetamina pueden tener un mayor riesgo de
complicaciones si contraen COVID-19.

En tanto a la obesidad:

Con el propósito de poder sustentar la presente investigación se ha buscado el precedente de


autores que se han dedicado a profundizar en el tema, y de ello se tienen los siguientes
registros; ya que el tema de la obesidad es un problema a nivel mundial que está afectando no
solo a los adultos sino que debido a las circunstancias de sedentarismo, alimentación entre
otros ya está de manera alarmante afectando a los niños y jóvenes

En esta investigación se buscó determinar el elevado aumento de la obesidad durante la


pandemia,  El encierro inicial y la demora en la apertura de actividades deportivas trajo como
consecuencia un aumento en los casos de obesidad y sobrepeso en nuestra sociedad.

La obesidad se define según la OMS como “la acumulación excesiva de grasa corporal que
puede ser perjudicial para la salud”. Entre los factores que favorecen la acumulación de grasa
en el cuerpo se encuentran el sedentarismo y una dieta alta en calorías.

Durante los primeros meses de la pandemia, el confinamiento total operó cambios en los
hábitos de la población que llevaron a un aumento del sedentarismo y un desorden en los
ritmos de alimentación.

Estos cambios han dejado como saldo un número creciente de casos de obesidad y sobrepeso
que requieren que les prestemos atención para evitar que se conviertan en grandes problemas
La obesidad es un factor de riesgo para un gran número de enfermedades como la diabetes
tipo 2, enfermedades cardíacas y ACV, ciertos tipos de cáncer y problemas de fertilidad, entre
otros. Además, la obesidad está listada entre las comorbilidades asociadas a complicaciones en
la evolución del Covid-19. Esto significa que, si tenés obesidad, podés ser considerado paciente
de riesgo.

Ahora por último y no menos importante están las Redes sociales:

Las redes sociales nacen por la necesidad del ser humano de estar comunicado con otros
individuos y que además estos compartan los mismos intereses, pero lo que revolucionó todo
fue la invención del Internet. El origen de la primera red social data de 1995, cuando Randy
Conrads crea el sitio web classmates.com donde pretende que ex compañeros de colegios
retomen el contacto, aunque en esas épocas tenía sus limitaciones. Pero recién dos años más
tarde, en 1997, cuando aparece SixDegrees.com (seis grados.com) se genera, en realidad, el
primer sitio de redes sociales, tal y como lo conocemos hoy, que permite crear perfiles de
usuarios y listas de “amigos”. (Ministerio de Educación y Culturas, 2010). Al pasar de los años
empiezan a aparecer más sitios webs en que los usuarios podían comunicarse entre amigos,
entre las más conocidas se encontraba MySpace y Xing: Pero ya para el 2005 existían las
famosas redes sociales, donde podían hacer amistad con personas que se encontraban en
otros departamentos o ciudades, pero en aquel entonces simplemente se enviaba mensajes de
texto y alguna que otra fotografía. Así también las redes más utilizadas eran, Orkut, Kazazz,
Yahoo y más adelante el Mirk. Estas redes sociales fueron creciendo y evolucionando gracias a
todos los avances tecnológicos de la web 1.0 y la web 2.0. “Si tú te conectas a internet, lees un
periódico online y te desconectas, entonces estás utilizando tecnología web 1.0. Si en cambio
votas la noticia, la comentas, hablas con otro lector que también la ha comentado y, 64
finalmente, la guardas en tus noticias favoritas, entonces utilizas tecnología web 2.0. La
diferencia entre una y otra es simplemente una base de datos” (Gómez, 2010). En la actualidad
es así es como llegan las famosas redes sociales: Facebook, Twitter, instagram y, por último, la
red más utilizada por los jóvenes el WhatsApp. Estas redes no simplemente te permiten
comunicarte con otras personas, sino que además te ofrecen enviar imágenes, fotografías,
audios, videos, ubicación, realizar llamadas, contactarte con amigos de diferentes países y
jugar o crear grupos de estudio o de trabajo, etc. 

Las redes sociales cumplen un importante papel en la difusión de información durante la


pandemia de COVID-19 en las ciudades bolivianas, particularmente entre los jóvenes, sin
embargo se requieren estrategias para potenciar su uso adecuado a nivel nacional, indica un
reciente estudio.

Mediante una encuesta en línea aplicada a 886 participantes, en su mayoría mujeres (65 por
ciento del total de encuestados), los autores concluyeron que la información sobre COVID-
19 difundida en redes sociales promueve comportamientos preventivos especialmente entre
jóvenes de 18 a 25 años .

Para llegar a esta conclusión examinaron los factores sociodemográficos de los participantes,
así como el uso de WhatsApp, Twitter, Facebook y YouTube, su percepción de riesgo,
comportamientos preventivos, actitudes y disposición a usar una vacuna para el COVID-19, si
estuviera disponible.

Diana Zevallos, miembro del Comité Operativo de Emergencia de la Facultad de Medicina de la


Universidad Mayor de San Andrés y coautora del estudio publicado en Plos One, explicó vía
whatsApp a SciDev.Net, que la alta exposición a las redes da como resultado una mayor
percepción del riesgo de contraer el virus.
La percepción de riesgo está asociada a la adopción de comportamientos y actitudes
preventivas, a partir de la identificación de sentimientos como el miedo y la ira frente a la
pandemia, incluyendo una aceptación de la vacuna, indica el estudio.

“Si se sienten en riesgo van a tomar medidas para enfrentarlo con el uso de mascarillas, el
lavado frecuente de manos y el distanciamiento físico…,  por eso (las redes sociales) se han
convertido en un medio importante de comunicación, aunque quizá sea la fuente menos
controlada” explica Zevallos.

La especialista aclaró que el estudio no analizó la calidad de la información que circula en


redes, solamente se asoció el uso de estas con la adopción de medidas preventivas. “Miedo e
ira están como intermediarios (para el comportamiento), independientemente de la calidad de
la información”, añade.

Otro resultado es que las mujeres son más propensas a percibirse a sí mismas en riesgo y las
que más adoptan medidas de prevención.

Las redes sociales han probado ser una herramienta de doble filo cuando se trata de una crisis.
Pero realmente, las redes sociales no son el problema, sino las personas que se encuentran
detrás de ellas. Si nos enfocamos en convertirnos en mejores personas tendremos un mejor
contenido a nuestro alcance.

BIBLIOGRAFIA

1. CDC /Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades

2.https://pnsd.sanidad.gob.es/profesionales/sistemasInformacion/informesEstadisticas/
home.htm

3.   Centro de información sobre el coronavirus (SARS-CoV-2).

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