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©Biblioteca Nacional de Colombia

FRANCISCO JAVIER YERGARA Y VELASCO


DE LA$ SOCII!DADES GEOGRAfiCAS DE PARIS, MADRID, ETC. ETC.
1
EI!ICa obra no Jan rel'lhldo @IUb,·endó n ni auxilio nln¡¡'uno del ErArio pl'íbJico

1. DE ENERO DE 1910
0

ATLAS COM PLE TO


DE

GE OGRAF'A OLOMBIANA
100 planchas, texto explicativ o é índice alfabético general
CAlTA5 GENIUtALitS, (J,RTAS DJ.::PARTAMF.ST AlFS CARTAS SRCCIO:-iALES Y LOCALES,
1 CARTAS HIST61l!CA5 y
CeADROS ESTADfSTICOS Y GEOGRÁFICOS

OBRA NICA EN SU GÉ?\ERO EN EL PAÍS


Coronada por la Sotiedad Grogralira dt' ParfN ton la gran mtclalla deltlremlo Ch. Mauoolr

ENTREG A SEPTIM A (12 CARTA S)- CONTEN IDO


El ABo Cko&J: Litoral de Baurló-floyas dd Jfurn y el Arquía (Choco -Andes del Chocó: J.rontino-,,í,do de San
Ft/i:~: y koya dt La ftful-Los mollfes dt
Sumapo: (tal como son)-L~ cuwca dd San fi·a11cisro (res_rnldo de Bo¡>;ot~)-V~lles de Tmsa, .Cua7Jio y Lmgupá-Tu11j
C~tanentá-EI Jfad:o de Caclt 1ri-Las .lftus dt Oclt1J,7-!\ ueva Carta del Caqueta: Haya dtl :v;,r,.-VALOR,
a y Soga,1oso-La tierra de
$So.

LA PRDIERA E.'TREGA CO~TIENE 10 CARTAS


Carlagoural,fl siray palíltca-Carta ws,w/.JgiCa (con texto)- La_s,,',w.:t d~_Hog.•td-P!du~ d~ Bog,•td-:-En las montañas
Güicán (El !\linero, Los Cobardes, ~!oniquirá, la Si~rra d~ ( htta l;-Ll : ore;~e colombtano (O.ca•Ja, San F~ust~no y
de Sumapaz (croquis)-De ~!uzo a
e.l .Táchir.a)-Pági. nas del río Mag-
dalena (Gtrardot, HonJa, !\are, Acuña), flc11!'clllqll/l 1a y rut~f<> ( a!oml.z -El Va!lt ,{( llfedd!m- Comuntcactones
raptla; ~ errJcarrd de Carta~ena.
Cambao, el Amazonas) - VALOR, $ So.
1 A SEGtJ_ ·o, E~TREG \ CO. 'TIE. 'E 10 CARTAS
Altiplanicies del Nuevo R~ino: la Sli>t!J1:1 dt J.ú.¡utJu-1.~ com.uca ~el· 'uz Y el J•crrocarril de Antioquia-EI Quindío
occtdental: /,z romarr11 dt P~rtJra­
EI Vall~ del Cauca: L.l~wogm1uü-La regiC.n d~ ~Iocoa: Lr. ( N 11<1 )'lar ~a r~ ms del Putumay~ -El T~chira venezolano-Pr
Colombta-La formacton del Ztpazgo de Boc~ta-lles.\Tro!lo de la famtlta Chtbclu-Colo' llbta sangncnla-VA LOR, imera Carta f1so¡:ráfica d'
$ So.
LA TERCERA E~TREGA CO:'\TIE,·E u CARTAS
El litoral colombiano, según el Almirantazgo inglés: LIJ Coap•·.:t Y ti Golfo d' l•,,¡iJ ; Cc.rlas dtl Jfa¡;dalma ;· Ho!í:
ur; Cartas
ecuatoriana; Puertos de Sa11famnrla, de Carlagma y de (.is¡atJ (portul~.lo cspauo.) j el Alto y d Da jo J/mt (Wolff)-E/ de Buena nntura á la frontera
Ch.otd cmtm/ (Istmo de San
Pablo)-.Ama:on ia Co/omhlwa (El Caquetá): primera carta aceptable de la comarca-VAL OR, S So

LA CUARTA ENTHEGA CONTIENE 12 CARTAS


De la Sabana al Alto :Mafdalena-El Camino de Ilonda-LJs serranías de 1 'l Palma-L1 tierra de las esmeraldas (dos cartas)
fronterizas)-El El Arauca Central (tonas
Alto Arauca y la Si•rra de Chita-El \'alle d~ ,Upar-El León y las Cabeceras del Siuu-Sc1n Agustín y el Chaparral-El
dalena (parte inferior ó marítima)-L!L densidad de la poblact•Jn actual ue Colomlna (con texto)-VALO R,$ So. río Ma¡¡-

LA QUINT,\ E~THEG.\ C:O:'iTII.NE 12 CARTAS


Sa" ftfarlln (<l,el Meta al Guaviare)-Nót•it.~ (la regtón del platino)- Ttlqutrnt (el Thibet colombiano)-E / Pafftr Cmtrnl
(el buche del l'atía)- El Qui11J¡6
(plano y perfilJ-E/ ritJ lr.fagd,t!ma (carta gener~l )'completa de la carta detallada por s.cciones)-Pdm~ws dt s~mt1pcu
ltu .A~ttltt colomóiawu (con texto)-Complt mmtos- \' ALO R, $ So. (seccic\n norte)-la (tmquuta ¿1

LA tiC.·T,\ E. TREG.A CONTIE~E 12 t,,\RTAS


Ca/,,bia tto/Jtita (carta general)-E/ maci!o dt C"lom'tc> (origcne, .•lel CaucJ, el Mag ialena, el Caquet l y el Patía)-Ef Alto
tres cartas-E/ Alto Sa/dafk•-El Patfa Cwlra/-Cdsallt 71't-Ef ( dljr~ttá (carta gener.1l)-E/ l'aqufl,í Cmllol-Eia!t~ ,lfagJ,Jltn• (Je Hon<h. á Neíva):
EI Ftrroca,.ri/ de Ctra,·dot-l.n Ct•OjJra-D.1•in6rr polfltcu d,· r9oS-\ ALOI' S So Caqutld -El mcrmd dt S""'afa•-

BOGOTA
111 P R E N T A E L É C T R l C A
CALLE I0 1 NÚMERO 168

©Biblioteca Nacional de Colombia


FRANCISCO JAVIER VERGARA Y VELASCO 1 ¡¡?t:J-/9/S
---

ATLAS COMPLETO

DE

GEOGRAFIA COLOMBIANA

60 planchas, texto explicativo é índice alfabético general


CARTAS GEKERALES, CARTAS DEPARTAMENTALES, CARTAS SECCIO::-IALES Y LOCALES, CAll..TAS l!IST6RICAS Y

CUADROS ESTADÍSTICOS Y GEOGRÁFICOS

BOGOTA
I ~I I' R E X T A E L f': e T R J eA
r.A l. U . 1 o, !\ ú "ERO IIJ
19 06

©Biblioteca Nacional de Colombia


·~

~l Excmo. Sr. 0enera.l

D. Rafael Reyes

Un nombre se impartía al frente d.e este inco=


rrecto trabajo, gue no tiene otro mérito sin:J el d.e
ser una obra esencialmente naciona~: ~ ese nom=
bre es el vuéstro, por cuanto deseaba corresponder
de algún mod.o á Las sinceras muestras d. e esti=
mación gue he recibido d.e vos, ~ gue constitu~en
para mí una d.eud.a inextinguible de gratitud..

B. L. M. de V. E.

©Biblioteca Nacional de Colombia


HOME NAJ E A L OS PATR ICIOS DE 1810
ATLAS COMPLETO DE GEOGRAFIA DE COLOMBIA

ADVER TENCIA A GUISA DE PROLO GO


Entre la Georr rafía qu e en la Esc uela se nos enseñ aba hace un tercio de sig lo y la que hoy se enseña en los paí-
ses civilizados medi: un verdade ro a bis mo : en tre la lista de cabos, golfos, ríos, provin cia 3, ciudades, dominio de la me-
moria mecánica, y la modern a ex plicación r azo nada y descripció n pin toresca del s uelo, hay mayor diferencia qu e entre
las armas bl a ncas de los tiemp os mediocva les y Jos nov ísim os fusiles y ca ñones de retroca rga . Desgraciada mente esa ola
de buen sa ber aún no ha penetrado d e lleno en Colombia , pu es to qu e en el mayo r núm P. ro de escuelas y colegios se co n-
tinúa la enseñanza simplemente memotéc nica y co ntinua d e la G ~ografí a y de s u natural hermana la Historia, y tal su·
cederá interlanto la ley, co mo en F ra ncia, no rompa co n s us hercú leos brazos las barreras que impiden el progreso de la
instrucción pública en es ta t ierra de Caldas y de Zea.
Pero no obstante el conocimiento del obs tác ul o y de s u resis ten cia á un simple esfu erzo personal, no hemos vacila-
do, desde hace varios a ños, en ser soldados d e un a ca usa á cuyo triunfo está vin cul ado el progreso efecti vo del país, y con
el fin de ayud ar á Lodos los qu e profesa n idé nticas id eas y levantan la mis ma lumin osa bandera, acometimos la publica-
ción del Atlas completo de Geog rajla colombiana, ya q ue a un s up oniénd ole el mínim o valor edu cati vo siempre será un
auxiliar efectivo para el co no cimren to del territor io de Colombia y para la enseñanza de la patria g eog rafía, por cuant o
intenta 1lenar un vacío d esconocido en los países civil izad os.
En efec to, este Atlas res ume y encierra cu a n lo hoy exis te sobre Cartografía colombiana, en el país y en el Extranje-
ro, publicado, ó in édito en forma de planos de ca min os, baldíos, etc. etc., y que por lo lanto no se halla al alcan ce del
mayor núm ero de perso nas, en es pecial de las qu e no vi ven en las g rand es pob laciones ó cerca de las oficinas, ó de los ar-
chivos donde se con ce ntran y co n s ~ r va n las fu entes u tilizables en el estudio del territorio de una nación.
A que debe ag rega rse qur, cuando. ya no se tr~ ta del e~ lu~io de las más s_omeras g eneralidades, se hace indispen-
sable la cons ulta de Carta s en escala su fic1enl e, ~s dec1r, qu e s1qmera pueda n reg1strar los detalles principales del terreno,
y á lo men 0s den un a iJea de s u forma por medw del empl eo de las co tas conocidas para cada región.
Y, vol viendo al punto ma teri a de es tas lín eas, co n viene ad vertir q~ e si en la actu alidad conocemos s ufi cientem en-
te el territorio de manera qu e u na Ca rta en esca la de r: r. ooo,ooo no deja ya blancos, ni grand es líneas dudosas en s u
situación, ni lu g ares cuya po ·ición entra ñe er:or m ayo r d e 5', no s~ ced e rá lo propio si d e grandes escal as se tra ta, por-
que en ellas los es pacios no ex pl orados co nvementement e se conv ert1r.á n en bla ncos cuyo ta mañ o chocaría la vista, salvo
que se ll enara n de man era hipotética, cual fue cos tumbre de otros tiempos, cuand o la Cartog rafía no era lo que es en la
actualidad.
Porque, en efec to, ta l ha s ido la marcha del progreso, q ue así co mo nad ie con vendría e.n ? ejarse prac ticar una g ra ve
operación quirúrg ica por un afi cionado, d e esu.s cuyo sa ber ~n el ~am o se red uce. al co nocrmtento de alg ún manu al d e
medicina d oméstica, así tampoco el mund o sa bw pre~ t a atenc1ó.n nm g un a ~ lraba¡os g~ográfi cos ó hist? ricos qu e no se
respalden como es debid o ó lleve n eu su se no las pru ebas mis mas de la 111 co mpetenc1a del a utor. Qmen no sabe leer
una Carta geog ráfica mode~n a, ni co noce siq uiera los proced im~enlo s. de su fo rm ación, ni p uede di buj ar un croq uis, ó
ignora hasta el ab e del mode lado topog ráfico, m or~ lm e nte es tá rmped 1Jo para entrometerse á ha bl ar de geografía, t anto
más cuanto que á la sa zón no hay clase de la maten a en qu e no se. enseñen á los a lumn os tales nociones fu n :lamen tales.
S in contar co :1 que á lo dicho se ag rega qu .! un a Ca rta al mdlón, b uena para cier tos trabaj os, cuawlo se tra ta de
un país como Colombi a, por la fig ura d el perí met ro, demandaría un ta ma1i o tal r¡ue ha ría in co modísim o su uso y manejo,
sin las ventaj as de suministrar cier ta clase de deta ll es : c? mo Carla mura l no podría ace ptarse esca la mayo r de
r: 2.ooo,ooo, in adec uada , co rn o se co mprende, para otro obj eto q ue el de presen ta r un a síntesis d e los g ra ndes rasgos
geográficos del país.
P or lo dich o, es preferib le la form a de Atlas, porqu e ento ~ ces á la vez que se tiene un li bro de uso rómorl o, se
reparte el territorio en un a se rie de hojas p eq u eña~, con la venlap d ~ prop orciona r 1.-t esca la de cada un a de ell as al
grado del co nocimiento y ex pl oració n de la respec tiva co ma rca? es decu·, emplearl a gra nde para las seccio nes bien co no-
cidas, y mediana ó pequ eña para las que no se encuentren en Jdén tico caso, si n cont ar co n la parle eco nómica, q ue tam-
poco es despreciable en el parti cul ar. . . . .
La forma atlas permit e, a demás, qu e el trabaJO rmc.ra! se pu ed a compl ementar con el andar del tiemp o por medio
de nu evas hoj as qu e ree mplacen las prim1Livas, ora por ex1g 1rlo así correcciO nes parciales, ora por virtu d de nu evas ó me-
jores exploraciones d e las porcio nes de terr itorio ena ntes só lo co nocidas sintética men te.
Tambi én el atlas, svb re prese nt ar mejo r el es tad? ? el conoc imiento del territori o en un momento dado, most rando
desde luego los vacfos qu e ex i s l~ n en aq uél, pres ta ser viC IO positi vo a l pú blico en general y á los in s litutor es en particu·
lar, en especial á es tos ú ltimos, que en ta les págm as hall ará n el au x ilia r in dis pensa ble para enseñ'lr á los niñ os la geogra-
fía dell\funicipi o, la Provinri a y el Depar tament o confo rm e lo reza n los prog ra mas esco lares vigentes.
En fin, el atlas, por las ra1.ones exp ues tas, favorece la rá pida ins pección de las comarcas en sus diversas hojas repre- ·
sentadas, permi te compl etar la geog rafía física c~ n l.as demás nulicias y da tos indispensa bles al respecto, y faci lita á los
conocedores de ellas señalar los errores ó deficiencias, lo cual redund ar á en benefi cio de la comunid ad que constituye
la nación.
Empero, si así puede defenderse la parle relacionada con la pla nim e tría , ¿ sucede Jo propio con la indispensabl e
altimetría? E n prim er luga r, aun en los atlas de naciones más adelanta das, cuan do las es calas bajan de r :2oo,ooo no se
apela á representar d modelado del terreno por medio d e curvas de ni ve! , sin o que se acude al CE>tompad o ó cuando m ás
á Jas curvas de fi g ura y al uso de las co tas, las qu e por ftJrtuna ex isten entre n oso tros en tal nümero, qu e en la actu ali-
dad no hay una so la comarca de que no se posea n á lo menos las fund amenlalt•s, lo cual constituye una ventaja de que á
á la fecha no gozan otros territorios del globo. Y las ca rtas qu e pueden co ns truirse á escal as no menores de r:soo,ooo y
con las colas fun dam entales sí dan una co rrec ta idea del suelo, s uperior á la de las cartas de r elieve, ridícul as cuando su
escala es pequeña, por cuanto introducen en las formas del suelo una un ifo rmi dad q ue no ex is te en la naturaleza, y no son
elogiadas, por tanto, sino por quienes con dicho elogio procl a man á Jos cuatro vientos su ignorancia en achaques de1
geografía.
;

l ©Biblioteca Nacional de Colombia J


2 -
1 48. Los llanos de Neiva ( r : 5oo,ooo).
49· El baj o alúwia ( r : 5oo,ooo) .
PIa111:ifer10 !J A mérica il/r>rz'dionrtl. * Montaña del Qaindío ( r : 2oo,ooo).
La Gran Colombia : ca1'la fl ica . 1 50. La comarca de los Paeces (r : 25o,ooo).
r E volución de la diut:~ión p oliticrt : 1 8 10 á 1!) 1 o. 5 r. Los grandes nevados ( 1 : 2oo,ooo).
2 Fisografía colombüzna. 52 . Oro !J tabar·o: al pie de los nevados ( r: l¡oo) ooo).
.~ Colombia g eológica : carta general. 53 · Pdramos de Sumapa::: sección sur (r: /¡oo,ooo) .
las comarcas andinas. 5f¡. - - - norte ( r: /¡oo,ooo).
Jos montes orien tales. * Pdramos del maci::o del Nevado.
- - los yacimientos minera les. 55 · La tierra de los Sutagaos ( 1 : l¡oo,ooo ).
(¡ eismologla co /ombt'ana. ;:¡6. La hoya del B ogo leí ( r : 1¡ oo, o o).
:í /,a j!om colombt'ana. ';)7 · E_l Ferrocarrt't ele Gtrarclot : el aseen o de las a ltip lani-
li Carla agrko/a !/ganadera . Cies ( r : 10r- ,ooo).
L os orlgenr>s : tribus andin as y c:1rih ~s . j t . La cnrre 1el'fl df' Cambao: el a censo de las altiplani-
! 1a conquista hispana. cie ( 1 : 4co,ooo).
la familia chi bcha. 59 · El camt!w de 1/onda: el ascenso de las ':l. ltipla nicies
la formaciém del zipazgo. ( r : 11oo,ooo).
8 Centros modernos de población. 6o. L as serranías de / ,a P a lma : ( 1 : 11oo,ooo).
!l /.a magna guerra: cam pa iías memorab le 6r. L a tierra de las esmeraldas : l\Iu zo (do bl e).
la; gr andes batal las. 62. La Sabana de Bogotd (r : l¡ oo,ooo).
Colombia sanr;,.,enta. * P lano de B o,r¡ottí ( r : 2o,ooo).
10. Litoral colombiano: la costa atl ántica : Jos e:-dremo · ~3· !, a cuel!l'a de Crír¡ue~a ( r : l¡ oo,ooo) .
: pa rte ce nt ra l. G!¡. - de Cachelrí ( r : 4oo,ooo ).
1 (. puerto de an ta ! arta. 65 . El l 'a f/e de Tensa (1 : 4oo,ooo).
120. - de Ca r tarrena . 66 . L a abana de Púr¡uene ( r : 11oo,ooo).
- de Cispal a. 67. El Carare ( r : l¡ oo,ooo).
la cos ta pacífica: ección del norte. • E n lrt~ montr1Jias de Sumapa:: (detalle ).
* - : sección del centro. (detalles).
- - - - : sección del ur. 1 * noreste colombt'ano (deta ll e ).
111• - - - - : los puer tos. G . L a Jfesa de ogn m oso ( r : 300,000 ).
1 G. F'l'ontera ecuatortana : Tu maco ( errú n \ Y olff) . 6g . El Calidn dr•l Cfu'camoclza ( 1 : l¡oo,ooo).
el Alt o l ira . 70. del araN la ( r : 4oo,ooo).
r 7. La frontera uene~olana : l\Iaraca ibo. 71. Las !Jre1ias de Chamld ( r : 30o,ooo ).
el Táchira. 72. El . l!to L elmja ( r: joo,ooo) .
1 • Las gl'Qndes regt'ones naturales: la Co la. ¡ 3· El Pt!ar de /, aba teca : cuenca del Chitagá ( r : f¡o o,ooo).
el Chocó. 7!1. L os valles ele ClÍ.ruta (1 : l¡o o,ooo).
el S ur. 75· Las mesas de Ocmia ( r : 350,000 ).
* co marcas de l Ca uca. * E l Fa lle de l par: trazo de un ferrocarril ( r : 8oo,ooo).
A lto Magda lena. 76. Mesa de Túr¡nerres ( 1 : 20o,ooo).
el 1Tu eyo Hei no. 77· Las breíias de los P astos ( 1 : 3oo,ooo 1 •
las gra ndes ll anu ra 78. E l P alLa Central ( r : 4oo,ooo ).
los pas tos. 79· E/.1/to P alla (1: f¡oo,ooo) .
las gra ndes ll anura o. Los valles de P opaydn ( r : f¡oo,ooo).
los bosques. Sr. J!,l ual/e del Caura: pnr te cent ra l ( r : f¡oo,ooo).
' !1· La llerra de Barbacoas ( r : 5oo,ooo). 82. - - parle setentnona l ( r: 4oo,ooo).
:w. La comarca de Buena ventura: ( r : 4oo,ooo). 83 . La I'Oma¡·ca de Pere¡'ra (r: 250,0f1 0) .
2 1. El U wcrj : el valle del San Ju an ( 1 : 500,1.JOO). 81¡. - de . lnsermrz (r: 25o,ooo).
22 . - la reg ión del pl atino ( r : l¡oo,ooo) 85. L as breíia s de S ansón ( r : l¡oo,ooo) .
23· las twnas de Quibdó (1 : 5oo,ooo). 8ü. El caíídn de . 1nllor¡llla (1 : L1oo,ooo).
2 1· Ln torn o de U r:.t b<1 ( r : 5oo) ooo). 7· E/ valle de Afer/e//in (1 : 2oo,ooo).
25. los val les del Sucio ( r : t,oo,oo o) . • El j'errocarril de Anltor¡uia: el N uz ( 1 : 4oo,ooo).
:.d) . el rlo Leú n ( r : 5<>o,ooo). 8 L rts mesas ele Rionegro ( r : 4oo,ooo ).
:.!8. Ftei'Nt adentro rle Cartag ena ( r : 25o,ooo). 89. /, as b!'elí as de rarumal (r : 4oo,ooo).
29. Las S abanas de Coro~a l ( r: /¡uo,oou). 90. La tierra aur(/em del N echi (1 : 11oo,ooo).
:~ '· L os llanos del San Jorge ( r : 50o.ooo ). · Comunicacwnes IYÍptclas (cua lro hojas).
3 1. L a regt'ón d'.! los Cwios (I: jOO,ooo). 91. El Car¡uelti: Am azonia co lombiana (1 : 5.uoo,ooo).
;p. :::,ierm t\'evada de Santa JIJarlu ( 1 : i) l'O,ooc •). 92. .Jito Car¡uelá ( r : 3.ooo,ooo) .
3:1· Pemnwla Goajira (1 : 2i)O,ovu), * Cabe1'NYLS del Putumayo ( r : 8oo,ooo ).
El l 'a /le de l p ar ( 1 : ¡JO~..,ooo ). • De Florenn'a d il/ocoa ( r : r .ooo,ooo ).
:53· El delta de ¡l]om¡;ós ( 1 : soo,ouo ). * Car¡uPüi Central ( r : 1. ooo,ooo) (do hojas).
:1ti. JUo ¡lJagda/ena: carta ge ueral. 93· .';an Martin ( r : 2. joo,ooo),
37· ll .t nanqui lla y,Pu er lo Columbia . g4. Casa na re ( 1 : 3 ooo)ooo).
3~· el UlJjO lÍO. * Alto Casa nare (1: 2.ooo,ooo).
3!.1· isla de Mompós (J uLie). 93· • \íto . 1muca (r : t.ooo,ooo).
'¡u. pa rte centra l : ccciún norll'. 90. ,Jrauca Central ( r : roo,ooo).
41. sección ::. ur. ~7· Colombia:dívi iún pol ítica: 1830.
páginas n otaLie~ (J uLle). 1 50·
parle a lta: zona na,·egada. r87o.
- poco navega LJe (J o- rgo4.
ble). rgo .
!1 1• lorrencia l. 99· - rg10.
''6· El maci::o de Co /omúw (r : 1oo,ooo). 100. Departa men tos y ciudades (cinco
t1 ü. L as tie1ra s de (,'ar::én ( r : ;:¡oo,ooo ). hojas).
/17. El Alfo Saldwia ( 1: l¡oo,ooo) . TaiJ la de posicio nes as tronómi ca .
• E l valle de San Agustln !/ la mesa del Chaparml. lndicl' alfa bético general.

©Biblioteca Nacional de Colombia


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©Biblioteca Nacional de Colombia


&UEIIA~ENTURA

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CARTA SEISMDLO&ICA COLOMgfANA
1:15.000 . 000

GARRAPA TI\

o i'Har.ona
' ~ALLE cm r.AJC¡,
i'I<JADS
LA 'JIEJ .o\

ZONA ES TABLE
CHOAC.H/

F~
DICU.JO
uVERGA~AYVELASCO •.
r..~.-.~"--r=,.-::-o,:-:SÍ~\

ANTONIO
lO RABO
M.~ MADERO
+H CENT~DVDL C~NI.CC
- - ID ~IN ~O l:ANE~
'L
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©Biblioteca Nacional de Colombia


CARTA SEISMOLOGICA DE COLOMBIA
Resnrucn : ~once¡ 1 to m'3derno de la seismologia; tecnidsmo; gcosinclinales y zonas estables. Regiones seismológicas colom')ia;ns. Datos histórltos

Desde el momento en que los geólo~os eur-opeos pusieron de relieve la importancia de la seismologla, por la luz
que puede suministrar para la mejor inteligencia de la tectónica de un _país, prin cipiamos á recoger los datos referentes
á los temblores y terremotos de _Colon:bia,_ y hace ya och? aiíos pubhcámos en los Anales de lngenzer/,z de Bo~·o t R,
los resul tados generales de esta mvcstrgactón, que, corr·~gula y complementad~' c?n nuevos documentos y con Jos f.~nr',­
menos seismológicos subsiguientes, son la base de la adJunta carta de los movtmtenlos de la corteza terrestre en lo r¡ue
un dla fue la Gran Colombia.
DesJe Juego la experiencia secular enseña que no tiembla el suelo en todas partes, ni con la misma frecuencia,
ni con idéntica intensidad) ósea el planeta ~e divide eo porciones seismicas, pneseismü:as y aseismicas (r), compro-
bando la variable inquietud de la corteza lo complexo de su constitución geológica.
Dos grandes anillos especialmente seismicos presenta el planeta: las gcosinclinales (2) Alpina y cirrurnpacífica,
dominio habitual de lns catástrofes que han asolado la humanidad. La Alpina <'1 de los Mediterráneos-la Tethys de los
geólogos-parle de Jos abismos que avecinan ias islas de la Sonda, atraviesa la India y el Asia anterior, sigue por el
Mediterráneo y cruzando el Atlántico viene á terminar en el mar Caribe y el archipiélago antillano. Es, como su herma-
na, uno ele Jos rasgos notablt>s de la superficie terrestre desde los más remotos ti<!mpos geológicos, y en sus orillas se ha
formado una geanticlinal enorme, agitada por frecuentes y formidables terremotos.
La circumpacífica se define por si misma en el arco ele relieves que se dilatan de! Cabo de Horno. á las islas de
Nueva Zelandia, pasando por el estrecho d~ Be~rin"', por lo cual se enl,\l~a con la ~ntenor en_Ias Antillas y en las islas
de la Sonda. Constitllyela un enorme ~eosmclmal con reborde de alt1S1mas cord1lleras tend1das en torno del Grande
Océano, y que como la anterior data en su forma_ actual de. la ~poca terciaria. Al ?puesto lado) ósea al exterior, se
apoya contra tierras de arquitectura tabular ó anttgua consohdactón. El flanco exterwr del reborde es abrupto, en es-
pecial en América, donde alcanza su máxima altitud; pero en toda la periferie la profundtdad del Océano es enorme á
poca _distancia de la costa actual. La ~rruga en cuestión,, además de ser en extremo in table, s~ muestra _señoeeada por
tal numeeo de volcanes, que ha merectdo el nombre de czrculo de fuego del planeta. Es e_n reah~ad una L_nmensa feac-
t~~a de la corteza terrestre, por lo cual, como el Pacifico es el rasgo_ fundamental de la T1~r:a, st nó conti_nentes, sí cle-
bw encerrar grandes tierras próximas á la fractura, las que se hundteron después de summ.tstrar los detnlus que, acu·
mutados en lageosinclinal, dieron origen á la geanticlinal pacifica, por lo m1smo no menos lllStable que su homóloga la
mencionada atrás.
Por lo pronto, de dichas geosinclinales no nos interesa íntegra su longitud, y basta lo dicho para entrar en los
detalles que tengan relación con Colombia, cuyas costas, á decir verdad, pertenecen íntegras á la ciecumpacífica que un
día abarcó en su seno, poe medio de un codo, el actual Caribe, corno poe el otro lado hizo Jo pi'Dpio con el Océano Indi-
co, ::tnles ele que los Océanos Atlántir.o del Norte y del Sur se hubieran unido en una sola masa para separar dtl todo
el Viejo y el l\' u evo l\1 u ndo.
Por lo tanto) á primera vista) lógico sería decir qu e los Andes Colombianos pertenecen á la porción seísmica, es
decir, tienen ellos cierta igualdad de composición geognóstica, de donde un hecho contrario á lo que enseña el estudio
directo de las rocas que los componen, diversas en las distintas secciones de su área total.
Empero, si después dirigimos la vista á la carta adjunta, resaltará en el acto un hecho de la mayor importancia:
qu ..: las diversas porciones de nuestras montal1as no presentan la misma intensidad seismológica, ni é la se deriva de
idénticcls causas, puesto que en unos lugares indud::tblcmenle interviene el volcanismo en tales fenómenos y en otros
nunca han existido tales chimeneas.
Prosio-uiendo el análisis sobre un moderno mapamundi seismológico, el hecho adquiere la necesaria claridad al
observar que la Gran Colombia está ubicada en una situación notabilísima desde el punto de vista en cuestión, por cuan-
to al N. y al vV. la envuelven las geosinclinales alpina y circumpaclfica, que se enlazan precisamente á su frente en el
Mar Caribe, en tanto que las grandes llanuras orientales hacen parle de lo que fue en otras edades geológicas el con-
tinente brasi lero-africano, notable por su relativa estabilidad. O, en otros términos, en la linea de contacto de esos
dos elementos, tan importantes como distintos en la corteza terrestre, es muy natural que la zona estable, que recibe
el choque de los movimientos de la otra, vibre á su turno por rep ercusión, siquiera sea en los lindes del contacto.
Esto sentado, podemos hacer algunas otras observaciones preYias antes de entrar en el fondo del asunto: tiem-
bla con frecuencia en Popayán, Manizales, Pasto, por ejemplo; pero dichas poblaciones, como varias otr::~s, están si-
tuadas sohre los flancos de un volcán, por así decir, y, como se comprende, buen número de tales sacudidas deben te-

( 1) Seis mico : territorio donde son frecuentes los verdaderos terremoto ; pneseismico: territorio donde los movimientos varían con fre-
cuencia pero sin pasar de ser severos; aseísmico: territorio donde los temblores son desconocidos ó débiles y raros. Cuanto á In escala de ""ra-
duación, la '"?á~ usual es di":id_ir los te.mblores en miCI_'OSeismos, apenas. not~d?s por los ins~ru_mentos, !/ ~nacroseismos, sentidos por los h~m­
br_es. Estos u! timos se _subd.Ividen ~n diez cla_ses, que b1en pue~len reducirse a cmco:. I ,_ movimient?s sentidos por poca_s personas; 2, movi-
mientos que se transmiten a los obJetos mov1hles (puertas, lamparas, etc. ) ; 3• movmliento ent1Jos por todos los habitantes, visibles en los
árboles, con detención de relojes, etc.; 4, movimientos q1;1e producen espanto general con c.1ídas de chimeneas y daños en edificios mal cons-
truidos ó vencidos; 5, verdade1·o terremoto, con ruina de toda clase de edificios, apertura de gi·ietas en el suelo y derrumbes en las montañas.
Desde otTo punto de vista, los movimientos de la corteza serún volcánicos, de desli::amiento (sedimentarios) ó tectónico (de esqueleto).
(2) Geosinclinal~iifti!as de menor resi tencia en forma de fosos profundos, donde se depositan los sedimentos arranca Jos á tierras vecinas
y que con el tiempo originan por compresión nuevos plie;ues, ósea las cadenas de montañas. '

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ner y tienen un carácter marcadamente local. Tiembla con frecuencia en Bogotá, pero siempre el fenómeno viene de
fuera, y tan es así que en el acto en que se siente una sacudida fuerte se principia á suponer dónde tuvo su origen de
partida: luego la capital, ó mejor diclw, sus montañas no son seismicas. En las lla11uras de Bolívar no hay memoria
de ningLm teml,lor fuerte, luego tampoco allí es inestable la superficie terrestre. En cambio, en Tumaco y sus cerca-
nías Jos terremotos reales son frecuentes y el su.elo no es volcánico, luego el fenómeno es netamente de origen tectónico
por tratar~e del r.ebc r Jede la enorme escarpa crrcumpacifica. Al contrario, en Cúcuta y demás ti<:rras próximas, donde
han ocurndo vanos terremotos, el fenóa!eno puede ser sedimentario, ' a que allí no hay volcanes ni próximos abismos
del mar, y se trata Je un suelo hundido en cuveta en época geológica no lejana. En 1\Iedellín tiembla pocas veces y con
poca Intensidad, .en ta1;to .que suc.ede lo contrario casi en. todo su alrededor; ¿por qué? P?rgue al S., al E: y al \Y. se
encuentra la reg1ón se1smtca anrlma, y al N. pasa la Canbc, á la cual pertenecen los mov1mtentos que agttan á Vene-
zuela y á nuestra Costa Atlántica (r) .
. En una p~labra, los focos de in~tabilidad no se repnrten arbitrariamente 111 en el planeta, pero ni aun en la su-
perficie de los l?a1scs de temblores de l1crra: de las dos laderas de un valle, de Jos dos llancas de un monte, ele., el
J~do mits p~nd1ente ó.de maynr .relieve. relativo 6 absolut? temblará más, porque el relieve está de ordinario en rela-
CIÓn con la nnportnncw de las elJslocacwnes que Jo produ¡eron. En todo caso, el temblor no será tectónico sino cuando
sus zsoseistas .(2) presentan formas alongadas cuyo eje coincide con el accidente geográfico. Si éste es muy Jarrro (como
nuestras. cordtlleras), sucede casi siempre que no son de ordinario las mismas porciones las que entran en juego, no
siendo swo á la larga como puede demostran;e su unidad tectónica. Los terremotos sedimentarios provienen de la diso-
lución de estratas interiorf's por las aguas y son locales.
En Colombia, tanto como en otras parles, es Yisible la independencia OJ·:linaria de los fenómenos seísrnicos y
volcámcos: estos ültimos datan de dr la mitad de los tiempos secundarios, y desde entonces h::!sln la fecha no ha cam-
biado el teatro de su actividad, establecido en las crestas de los Andes, sin desbordarlas bien en ninrruna parle. En nues-
tra gran zona montaiíosa se encuf'ntran, ¡)IJes, todas las posibles combina iones debidas á la presencia de conos activos
ó apagados, á ln <HJscncia ele ellos y á la seismicidad, pneismicidad ó aseismicid:td de los terrenos estratificad . .
Pliegue y fallas juegan, pues, papel. importante en los movimientos sdsmicos, y por tal motiYo los geólogos
llaman lineas de c!tor¡ue las que en cada regtón geográfica unen lo epicentros ordinarios, si coinciden con un acciden-
te tectónico marcado. En todo caso, error habría en prolong-arlns fuera de la región, en especial cuando la sacudida no
se siente m:'ís allá al mismo tiempo sino con muchas horas y aun días de intervalo. En fin además de los temblnres de
tierra propiamente dichos se encuentran los de segunda mano (relatsbeben): en efecto su~ed-! con frecuencia que sacu-
drmienlos importa~ les b;lslan para determinar fuera de la región vibrante, pero en su' vecindad, otros m<ls débiles, que
cuando son la habllual consecuencia de aquéllos indican ciertas relaciones tectónicas aún no bien determinadas por la
ciencia. Así, por ejemplo, los temblores de la cnenca hnndida de l\laracaibo se sienten casi siempre en las altiplanicies
de la cordillera dt~ Sumapaz, su cediendo lo propio con lo que vienen de Popayán ; en tanto que los de uno ele los dos
centros no pa;,;¡ al otro, salvo que en él esté ya de antemano preparado otro movimiento, el que entonces se producirá
cierto modo por anticipación.
En re tunen: los terrenos pleg·ados son más favorables á la instabilidad seísmica que los hundimit!nlos y sunec·
ciones locales (1\Iedellín y Yammal), y éstos más que las fallas y las fracturas (Dogot<í y Ocaña). En Colombia los di-
versos relieves son, relattvamente hablando, aseísm1cos, pncseísmicos y seísmicos, en tanto que 1 s territorios llanos del
r. y del E. se presentan como estables. Así, en tanto que el 4o 0 f0 de las sacudidas se siente sólo en la cordillera del
Quindío, rJ 30°/ 0 se nota en la del Chocó, el 20°/0 en los relieves Caribes y sólo el I0°/ 0 en las montaiías de Sumapaz;
ó en otros términos, los mo\'imientos del suelo son aquí, como en todo el globo, proporcionales á la edad de los respec-
tivos accidentes orogénicos, los que n~cobran en la serie ele los siglos el equilibrio roto por su formación.
iii * ,..
La sahente de Paila, con su desierto de Sechura, que es evidentemente una continuación del surco amazónico, se
muestra muy estable, indica que tal vez hubo allí un estrecho en otra edad geológica, y en todo caso marca la visible
división entre Jos dos grupos seísmicos de Chile-Perú y de la antigua gran Colombia, tan sacudida por Jos terremotos.
Al Sur, ele Guayaquil á Pasto, y en cJCrto modo hasta Popayán, la mole andina, sobre todo Ll entrecordillera,
es de una extraordinaria instabilidad, porque en esa zona se reünen una extrema scismicidad y un enérg·ico desarrollo
de fenómenos volcánicos. Riobamba, Latacunga, Quito, Ibarra, gozan ele triste renombre por sus catástrofes, que
ag-ravan la celebridad de los gigantesco volcanes de su vecindad. La inslabilidad parece que disminuye ó por lo menos
se torna discontinua al N. de las gigantescas grietas del Chola, el Gnáitara, el Palia, el Juanambú, producto de una
gran dislocación de los montes. Al Oriente, los pocos temblores de que se tiene noticia parecen consecuencia de los es-
pasmos de la entrecordillera. Al Occidente, en el litoral de Guayaquil á Timbiquí, en la depresión de los ríos Daule-
Micay, se dilata unn región no menos seísmica, en especial en la boca del Mira, por lo cual las poblaciones del con-
torno han sido arruinadas y aun destruí das varias veces. Las olas seísmicas son frecuen les y desastrosas. Como aquí
no existen cerca del litoral los abismos que juegan tan gran papel en 1~ seismología de Chile y el Perü, es más natural
atribuir el daño á temblores submarinos provocados por los volcanes de las Galápagos, resto evidente de una gran tie-
rra hundida, de la cual dt: seguro hizo parle el bajo Mira, de donde que ese litoral, saliente aún, parece destinado á des-
aparecer. En todo caso, los epicentros de esas catástrofes están mar adentro. Al N. del bajo Micay el terreno es más es-
table, pues sólo se muestra pneseísmico.
De Popayán hacia el Norte la topografía seísmica cambia por completo. De las fuentes del Magdalena á la Isla
de Trinidad se extiende un inmenso arco montañoso, con la ram& norte (Mérida, cordillera Caribe) orillada por el Ca-
ribe (Venezuela), en tanto que la parte sur, que llamamos Cordillera Oriental, tiene enfrente las otras dos grandes creste-
rías colombianas, que hacen parle de la geosinclinal del Pacífico y encierran el largo valle del Cauca-Sinú. Cuanto á la
serranía litoral de Baudó y el istmo del Darién, dícese no pertenecen á esa geosinclinal (?). El volcanismo cuaternario
se prolonga por las dos cresterías caucanas, primero por la llamada del Quindío, luégo por la otra-la del Chocó,-por
que el eje tectónico principal ó arqueano presenta una gran quiebra de dislocación en el actual Departamento de Cal-
das, tan notable como similar de la que existe en las vecindades de Pasto, cuando allí abandona la cresta del Chocó,
por donde entró en Colombia, para pasarse á la del Quindírl.
La cordillera de Sumapaz ú oriental, con su tope á lre~hos ensanchado en altiplanicies, es ele arquitectura en
extremo complicada, rica en verdaderas fracturas, y de seguro tiene por base una cadena herciniana plegada contra la
tabla de Guayana, según lo indican las antiquísimas rocas cristalinas de los topes, el amplio flanco oriental y los se-
(•) Es simple yerro considerar todos nuestros Andes como seísmicos por igual y así englobarlos en la misma mwcha e:1 la> carlas seis--
mológicas, como se hace con tanta frecuencia.
(2) Curvas que sobre el terreno limitan las superficies igualmente conmovidas.

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dimenlos triásicos y jurásicos del occidental, señales de que no participó de los mo,·i_mienlos terciarios y que explican su
relativa estabilidad, pues sus seísmos Yienen de fuera y nunca han llegado á ser ru111osos: el terremoto del año de 27 se
ha exagerado mucho por los escritores, puesto que sus daiíos fueron secundarios, y no causó la muerte de nadie (1).
Las dos cordilleras caucanas, de eje vario, contra las cuales se ha Je,·antaJo furrtemente el juralrías por el E.
y el cretácico por el \V., separan el Pacífico de la gran sinclinal dell\lagJalena, d!!jando al medio la más reducida del
Cauca, porque las dos no son de formación simultánea úno sucesiva, de armazón más vieja la del Chocó, pero Je más
fresca data la constitución completa de la del Quinclío. Estas dos crestas parecen restos del antepaís que se hundió
frente al Perú-E cuador-Chocó, y el aparato volcánico que las adorna debe ser mirado corno la causa principal de su
seismicidad es decir marca la última etapa de los movimientos que produjeron la aparición Je las andesitas rlt' su cima.
'
La baja '
Colombia ·
(Costa) es estable, pues aunque no Ignora 1os se1srnos,
· 1os que se recucr d an en e artag-ena,
El Carmen y Mompós, nunca ha~ sido fuer.tes, bien que el eje arqurano de la co~·dillera del Quinrlío. cruce por bajo la
llanura por enlazarse con el mac1zo de la sierra nevada de Santa marta. Al OcciCienle-en el Choco-el San J 11an y el
A trato corren por una depresión terciari~, vei·dadero límite entre la América del Sur y laCen tr.a 1, y en la que no se cono-
cen sacudimientos graves desde la conqutsta, por lo cual pue,Je rmrarse como estable, por mas fllle dtcho Yalle pudo
ser conmovido por Jos movimientos terciarios. En todo caso, la serranía de Baudó bien podría estar ele tinada á desapa-
recer corno las planicies del bajo Mira.
El enorme macizo primitivo de la Sierra :\'evada de San '. a Iarta, Rin ser estable, no ha presentado tampoco
fuertes seísmos: es un fra.rrmento de la cadena Caribe, como lo son á su \Y. las alturas que separan al ~[agdalena de
Cartagena y las que se al~an cntre.el l?Bjo Sir~ú y el golfo de Urabá. La depresiói~'. medio colmada,. dellag·o-rrolfo de
1\Iaracaiho es evidentemente un territono hundtdo, como contraparte de la surreccwn de aquella Sterra Nevada y de
la de 1érida. A su N. la Sierra de Perijá, crelácica y enérgicamente plc-1\·ada, y que signe á las traquitas de Ocaña, pue-
l.!
de ser origen de los pequefío movimientos que si.entenl\Iaracaib~_y el Valle de par. Esta l<1rga depresión está envu~l­
ta al K. por bs fragmentos arquea_nos de las penmsu las de la GoaJ Ira y Parau~arw, ~n tanto que al.~· se le le~· ~n la la Sre-
rra de 1\Iérida (Caribe), de la cordtller~ de Suma paz separada por grandes gnctas, o sea la depresiOn de 2 kilo metros de
altura que hay entre Cúcuta y San Cn.stóbal. . , , . , ..
La sÍt!ITa de Mérida se muestra Instable en su flanco nor-occidental, en todo su desarrollo, del facllll'a á frujt-
llo con máximum seísmico al Sur, hacia la depresión del Zulia que desagua en el lago de ~Iaracaibo: allí están Pamplo-
na: San C1·istóbal y sobre todo Cúcuta, el Rosario y San .\ntonio, célebre. pOI' sus desastres. La vertiente que en dicha
sierra cae á las llanuras, lo propio que la de su vr.cina la del Cocuy, de seguro al formar~e no d.esarregló mucho los sedi-
mentos de la extensa planicie, en ta~to que_ sobre el lago se alza como. r~uralla, con c!tslycaciOnes c¡ue levantaron las
capas secundarias casi hasta la vertrcal, qmzás porque el esfuerzo tectomco las compnm1ó contra el remate de nuestra
viej¡¡ Cordillera de Suma paz, que sirvió de obstáculo á la ampliación del movimiento. En todo caso, el eje cristalino de la
sierra de l\Iérida Yibró menos en r875 que el homólogo de Sumapaz, conforme lo prueba la intensidad con que la vi-
bración llegó {t Bogotá. Al E. de Méri?a la cordi.IIera.se rebaja mu_cho .Y da campo á la depresión de Barquisimeto, donde
los seísmos no presentan á veces la mrsma eyendad, pues de ordwano son menos fuertes.
El resto de Venezuela es decir, la región de Caracas y Cum;:~ná y, en seguida las pequeñas Antillas, son céle-
bres por la intensidad de sus 'movimientos seísmicos,..sucediendo lo contrario en los Llanos del Orinoco, cuyos estratos
terciarios permanecen casi horizontales como se diJO, y además quedan fuera de las dos rreosinclinales Alpina}' cir-
<:umpacífica. . . . . .
Piénsese Jo que se quiera sobre la ex~stencta de. un a~llguo contmente que en su seno hm~d1do guarda hoy parte
del Atlántico meridional es decir unía Afnca al Brasd, es mnegable que los Llanos ocupan el Sitio de un mar terciario
al presente colmado con ios aluvi¿nes cuaternarios arrau~ados á nuestros Andes por la erosión fluvial, y i acaso guar-
dan alguna zona inestable es en Venezuela, en la parte baJa del río, y de seguro por influencias del vecino centro antilla-
no. La Guayana, esa mao·nífica isla Hu vio-marítima, presenta un substrato arqueano cubierto por asperones y basaltos:
es en resumen una peneplana estable en lo general, porque los pequeños seísmos que la conmueYen en el N. son de ori-
gen antillano, por repercusión. En el S. y en el SO,. hay una porcrón meno estable, que se extiende hacia el W. al través
de! ~aquetá, según lo indican los cambios de pendT.ente y ~os ~audales del Yapurá, el H.ionegro, el Oriuoco central y el
Jnmda; en esa zona de mesas escalonadas los esqmstos. cnstahnos aJloran en el fondo de los valles y pueden ser indicio
de un levantamiento en bloque en época bastante pt·óxrm~, para que _Jos ríos no hayan tenido tiempo todavía de regula-
rizar su perfil longitudinal; aun cuando el fenómeno pudiera provemr de una ligera desnivelación causada por la surrec-
ción de los Andes pastusos, contrariados en su rumbo por la masa de Sumapaz, que es lo más probable, dado que no
hay memoria de temblores fuertes en esas dilatadas comarcas.
. Cuanto al Amazonas, propiamente di~ho, ocupa tam?ién un fondo tercia~io, en el cual subsistió en la parte más
baJa un lauo-golfo rellenado luégo con aluvwnes c?ate.rnanos, y no ha.y memona de temblores en esas regiones. En
fin,.ror Jo que hace al Br~sil, que es u~o de los ternl?nos que ha cambiado menos y por lo mismo presenta grande es-
tabrlidad, tiene gran semeJanza geológrca con la cordrllera de Sumapaz, que pudo ser un lóbulo avanzado-isla ó pe-
níns~l~-del hipoté.tico continente, . plegad? e~ la época de l~ si~clinal t. iásica que hoy ocupa el Magdalena y que el
movimtento orogémco separó de la tierra prmcrpal, lo que exphcana los saltos del Caquelá y los pequeños seísmos de esa
región. En efecto, en el Brasil no quedan sino capas devónicas y carboníferas regularmente extendidas sobre el sustra-
to arqueano, único plegado, y sobre ell~s hay ?-n manto d_e asperones secundarios de Ol'l~en terrestre, que la erosión ha
recortado en montes tabulanos. El cOnJunto, sm gran reheve actual, es, pues, una especre de peneplana resultante de
una prolongada emersión no turbada por vicisitudes importantes. '
Centroamérica-del istmo del Darién al de Tehuantepec,-formada por tres grandes islas, hoy soldadas entre
s~, es uno de l?s. territorios ~ás ~xpuestos á la~ erupciones volcánicas :( á las catá.strofes seísmicas; pero la instabil idad
trene por dommw el flanco mterwr de la cordrllera costa?~ra y volcámca, y de mnguna manera la vertiente marítima,
c?mo er~ nuestros a~des caucanos, sólo que en Centroa~enc.~ los temblores de la costa son independientes de las ma-
mfestacwnes volcámcas, porque se restrmgen á la vert~ente ~~terna, y entre nosotros conmueven por igual ambos flan-
cos de las. dos cresterías, que corresponden á una gran dtslocación cubierta por la acumulación de productos eruptivos. El
fenómeno, según se dijo, debió producirse en dos escalones-no en el terciario,-sino del eoceno al oligoceno, y,los tero-

(1) Los chibchas sabían que su suelo temblaba con frecuencia suma, de donde la leyenda de Chibchacun semejante á la del Atlas ,.riego·
pero no recorda?an ningú? .terremoto, que.~~ haberlo habido, ma! 1~ ha~rían pasado los al~~;are~ con. sus g;andes postes poco enterra:aos po;
fa~ta de berram1entas metahcas. Y la trad1ciOn de hecho tal habr1a mflmdo en la construccwn de !"'le 1as y conventos como influyó pronto el
chma en la altura de las eslanzas de las casas particulares, dado que Andalucía es tit'rra clásica par~ los terremotos. '

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blores colombianos también provendrían entonces de un resto de movilidad en el labio del macizo realmente central.
Hoy muchos admite~ que al \V . de qolombia ":(_de Centroamérica existió, como se dijo, una gran tierra hundida, y que
por denudación sum1mstró los malenales detnt1cos del caso.
En fin, los sabios han escrito mucho para demostrar la estabilidad del Istmo de Panamá-por el Canal-y tran-
quilizar á los empr~s~:ios s~bre las tres ó cu~lro. sacudidas autdctonas (?) q~e sufr~ c~da año. Dudamos de tal aseve-
ración · por la posicwn misma de las geosmchnales, porque la costa pacifica s1gmó un tiempo por el San Juan
-Atrato-Cartagena, y nada tendría de raro que una posible catástrofe del Darién-instable-alcanzara la zona del
Canal; los siglos son los ~wicos .que pueden ?ecidir. el punto. . .
En resumen: la mtsma Situación de Colombia en el medio de dtversas zonas extremadamente seísmicas las ca-
tástrofes que en el_las se recuerdan y l.as pocas _deswacias acaecid~s e1_1 el corazón d~l país, salvo los seísmos 'locales,
todo indica que d1cho centro _es un oucleo anllqUJsuno de consolidación, y por lo mismo relativamente estable, no pre-
sentándose peligro seguros smo en el NE. y e~ SO., algo menos en el 0., NO. y el N., con respecto al centro (la capi-
tal) y casi ningun os en las grandes Ilaoura~ onentales.
y como confirmación de tal ~srrlo ahí c~t~n las lecci~nes de la hi~toria, no recordando-por su epicentro-sino
esas catástrofes que han causa~o m11lare de ': Jctuna~, arrmna~o poblaciOnes entera.s y conm?vido el terr~no en cen-
tenares de leguas cuadradas; stendo de ad vert1r que a veces rcgwnes nunca conmoVIdas por stglos, á part1r de la con-
quista, de repente sufren tanto en pocos años como antes otras en largos espacios de tiempo.
En-el Ecuador: Quito, 1540, 1587, 166o, 1755,1859, 1868; Cacha, 164o; Riobamba, 1645, 16g8, J797i Aro-
bato, 16g8; Latacunga, r6g8, 1746, 1755, 1760, 1797; Cuenca, 1854; Ibarra, r868 . . .
En Venezuela: Cu~~ná, 1530,1641, r.76?, qg4, r8o7, 1835, r854;Caracas,t64r, q66, 1812j Valencw,I8t2;
Mérida, 1644, 1893; La Gnta, 16ro; San Cnstobal, 1875·
En Guatemala: 1541, 1903.
En el Sur y S\V. de Colombia: ~as~o, 1834, 1885; Tumaco, 1778, 1835, 19o6; Popayán, 1643, 1765, 1785, 1885;
Cali 1765, 1885; l\1anizales, 1878; 1\Ianqmta-IIonda, r 595, 1687, 1805.
' En el Noreste de Colombia: Pamplona, r644; Cúcuta, 1875·
En el centro, daños insignificantes en r8o5 y r8 27; movimientos fuertes en 1595, 1797, 1868, 1875, 1885
y 1go6.
Hasta la fecha, en tierra colombiana no se registran drama como los de 1645, 166o, 16g8, 1755, 1797 y 1868en
el Ecuador, ó los de 1530, 1766, 1812 y 185{~ en Venezuela, lo que es en verdad muy consolador, puesto que los tem-
blores de origen volcánico, sobre ser menos desastrosos por len~r menos radio de acción, con frecuencia suma se anun-
cian de manera que á lo menos las personas pueden salvar la nda. El estudio del volcanismo aun así reducido, es no
menos importante que el de los glaciares (v. Ja carta), por las transformaciones que provoca en el terreno (Sabana de
Bogotá, brazo de Loba), y que influyen, á su turno, en la geografía humana.

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GRA&ADO Df AN TONIO M:'\ MADERO
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¡s~ l TD.N.

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1

1
1:20.00 0.
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EXPLICAOIONE:S
llAR R!O~: (.~.á N.)l~as Crur-<'a, Si!Jtla Dárb·ua, F.t<!:o,
LA CATl.DRA L, San riclorino, .~.\)l PABLO. Las
A.e:uaM, l..as .Vrtrt'l: lhul , * * t
~
Pl.~Al..A S: A : Oc JJotir:ar ; H. d(• lan f 1nder ; r• del Ct'n
1l rio, JJ. dt• ~1n Vktouuo, E. de os .3l.ír.lr · , lt~ de Ar.
11181.
Plarrttla• "':de "'an ,\gt1 Uu. do Egipto, do J.-a Capuch1 By do
J~a~~ N' t'\'t>i! 1 dt• l.as J\ goa.!l,
E•tatua• • a de BoliYar, b dt!l Sanht.nd~"r, e Temph•te, d 1\lo.
D 1Ull'Uto c.o os Jrr6cf•rf"a, e de CoJón ó hal)Cl Jll e ... liea.
JC.LJo;:-¡JAS ... J.. a ('ntulraJ, ;¿.San P••tlro, '1 ~:m hoacio. 9 La
t;!.!!~:~-~s!~ ·~~~~¡:)~:'!;)
1
~ ~~~~nl~!;l ~~~~~~~~a•::'1::
11

2-t J.a_s r\j •vt•!l. 23 San Hit'.RO.


l .. a 'LI'fl'H8., 21 d Hn•)r.lif"io,_
sn La (a·:)l c'Jiua (~illl Ju&é), S4 ~ u JualJ dt· Di~' ' 37 La
( ~·lu'('J~Cion, SE. nuta lnts t2 ~anta Chuu, -b ~'m Ag1.a•
1
U11 47 LllJI (., uu·s, 4.8 H,·,""'l' 19 El l:anucu, ;1 Egipto,
t¡3 I . . e Aguas.
Di a.
J:dtficio• 11nportantra: 3 .El Capitolio, 4 G··bl.nlal'ió n dt"l8l!i-
trito Capital, 61•alacio Prt'&idt·uda ! 1 7~ea~ro l'olwn, y¡_.¡.
llliotl"ru y Mu11eO, jJ J~alacio .Arzj.bu;pru., !;¡, Mun•~da
tog18fia 1I8f..'iunoi, ].J Coh_·gto rld Jh.aario, l"i auto no-
Iu D~H, Correos y Tt.'lmn·r{(l, 18 San l'raud&('o,
c... rto ~~~­
Jif(•lutl. y ._luzgadvt; 2·1 A11il~o y ma.nicomit, , 2-'l Pau6pt1co,
~fi Hu·aria, 27 (\·mt"nterio {'Df••lico, 27 bis, 1(! Protcatantt
•,
~ Et~taf'Jóu c~utnll citl Tru.nv-tna, .ift Eat8CtUtl del Nortt.l,
31 }~,cuela. ISonnal dP lnJtitutoras , 32, E t·!Cl6n deC•.Jón, la ,S" a.
b8IJ8. 32 bi& .Jo:stBCÍÓU dt•} !'\ur, 33 •.:\Vt."Hida (~rj,rtóba}
3.") lf~.-~•pital dt• l'aridud, Sti Plor.a dt• 1\(t•n·adü, S1J
l,olida
1'\adonal, 40 Plaza dt! Caruc, 41 lmprentaN acioual 430b·
&t·rvav,riu, 4-t Cuurtt>les, DO }:dificiu lialt"si8li6!
Bog-otá cuC" nta. .J.üó mnnzrm..n .. que J.niden, t~nnlno me-
dio, lf do lu·dnrn catla una, 6 sen por todo !:JO 85 Jwctn·
l'olS 1 Ons 2flf¡ nl S. del San l"'runcbco l induycnrl
o 'Áue
o:npan Jns eallcs, t)lnzas y cditicJos púl,licos. I.as cn.Jles
y carreras mi •l('n 65 kHómctro s dl·lollgitu d, los 1 r•·corri-
d.>s ¡-or tmnvlu•. r... den ,idnd Jnt•dia tlc la pol.olacion por
h.~ctnra sube á ;;!00 lml~itnnte~. Los eJes nuixhnos miden
3! kilómetro s de X. i 1>. y 2t de E. A o, con núcleo rcgn-
Jnr do 2 ki16metros de largo por ),6 uc ancloQ, Cuéntnn·
ee á,3oo CUJoiBS y -t,60ll tit·nda~ c:on el r.nn\ct~..-rUe ,.i'rlcntlas..
L1 "upcrtirie de los ha rrioe ~!:> dt.: 3b hel'fara.~ LnslJru·
c.'!"', St.; Sari l'nbJo,"3!J'Las.Agu;sA,40 Ln Catedrnl,4 2 Egi¡r
to, 68 Sunta J.Jarl.ortrl\ 1 7i Snn Vlctorino y lH Lub XieYCi.
DI!UJ/lS DE FP. ú.VER&'Af!A y VELAS OO. liRAWos DE A NT0/110 Mft. MADERO

©Biblioteca Nacional de Colombia


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J .:U adzo (h• Snmapaz
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V -El lago (le Paturia

m-El Salt<J de Tequendama


©Biblioteca Nacional de Colombia
DE ~IUZO Á GÜICÁN

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Los Cobartles 1 m,m : 8oo metros.
El Cocuy :r In Sierl'a X eYada

L a Pabna y el ~linero Chiquin quirá y lUoniquirá

©Biblioteca Nacional de Colombia


EL T()RESTE
j_ COLO}ll~IAI"O

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©Biblioteca Nacional de Colombia


PAGINA S DEL' RIO MAGDALENA

I - La angostura de Nare e) Carart>

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II- La Yuelta <le Acuña III - · El codo <le Girardot

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IV- El Salto Negro 6 de Honda

©Biblioteca Nacional de Colombia


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ARTAMENTO DH ATLANTJCO

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8ARRANQUILLA- CENJ2A YPUERTO CDLDMBIA \l iSTA POR C-D


11QIRG CVPINO
F!J.Vf8SAHAÍY VELASCD•.DJBU.Jo· ALTURAS OCL RETIRO

AHTDHJOM.~ r;wa' /ll/\1\-...:t!Ílrt!IE.SrJm~~~~iifi~~~~~~~atli~~~~~~-

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©Biblioteca Nacional de Colombia


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©Biblioteca Nacional de Colombia


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LA SABANA
DE
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©Biblioteca Nacional de Colombia


EL FERROCARRIL DE ANTID(lUIA
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F.tl.VERGARA YVELASGD DIBU..to·


ANTONIO W MADERO GRABO
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FERROCr.RRIL CONSTRUIDO
J:W M- 1

,, EN CDNSTBUCCIDN
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PROYECTADO

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©Biblioteca Nacional de Colombia


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©Biblioteca Nacional de Colombia


VALLE
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CA UCA/
(PARTE CENTRAL> /

©Biblioteca Nacional de Colombia


CABECERAS DEL

PUTliMAVO

SEGUN MIGUEL
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A Z U F R A l.
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D ltlUJÓ' F. J . V. V
o GR ABÓ J . NARINO
NOT A. L. A I N T E RCO RDIL~E R A
o OTI!P.S PUEN T ES
SEGUN

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©Biblioteca Nacional de Colombia


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EL TACHIRA VENEZOLANO
D 18 UJÓI F, J,V.Il
IKA8Ó oi.NIIRI~G

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(v.auUJ:.Tilltíi)

©Biblioteca Nacional de Colombia


PRIMERA CARTA
f1SOGRAFIOA OE COlOMBIA
• • • \>
(CCJtrlB/NAOION DE AL ilTUDES '( TEME.ERA.TURAS)
• 1

CENT.RUS v WiEAS DE FUERZA v oe RESISIENCIA


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CJ~LO~A SUBUCPI"AL V T I L R~/. 5


TEMPLADAS Y FRESCAS

• FLORA EXTR ATgOPICAL Y Tlmhs


FRIAS Y !IÉLIDAS

( fe; DEL OR/(;INAL

©Biblioteca Nacional de Colombia


~ 'T 'Q.U¡so12.UE.

SEOGRAfl! OH/BC1AJ~" ~
·u .EDRMACIDN DEL. .
ZIPAZ~P DE
BCSOTA I
y Ú CAMPAÑA DE. eUE.SADA
CONSTRUYO!
~.ú~VEKGARA Y vwsco
~EG.AN!!!!!!:.'·l'JDERO

-•

©Biblioteca Nacional de Colombia


LA Ft~MIUA CHfl~CHA
MARCAS V FDRMACIDN
-
PRDBACLE DE LOS VI VERSOS

.-
LINAJES V súinRJliS
I:JlljSTJtDVII:
F.J.VE/it:ARA Y VfLASCD
I:RA&Ó:

TIWA MUY POBLADA


-
.AHTDNIO M! MADf.~Q

!m
.,, BIEN " a!J

'}, DESPOBLADA

...

©Biblioteca Nacional de Colombia


'
GEOGRAFIA OHIB CHA
La familia Muisca-La formaci6n del Zipazgo

"No era Bo.,.olá el nombre que le daban los ~hibchas á nue tra capital, sino Theusa, Theusa7uillo. En efecln, es
muy difícil poder obtener las palabras de un len,gu.aJe en su entera pureza/ en su ':er~adera sig~ificacic'tn, cuando
no se
conoce éste de antemano y se habla con gen te rusttca p~ra apr~nderlo. ) a a ter mdtcaba la Y
dd1cu 1tad que había para
el sentido de las
aprender cuando se tenía que hacerlo con g~nte tosca y sm estudws,.qu e no tiene costumbre de separar
voces cuando se les pregunta una palabra atslada, y que traducen, Sl llega~ á comprender la _pregunta, tal
como lrs viene
en una frase, haciendo tomar muchas vece> la frase entera por la palabra, o á lo menos aliadtend? los afijos ó desinencias
palabra. Otra dtficultad es la verdadera
con que se le encuentra en dicha frase .Y que no saben separar de la verdadera
comprensión de la pregunta, y de ésta fui ':íclima en una ~xcur~ión por la lliri.a. .
"Ignorando yo el ilirio y deseando mlemarme hacta. ldna: me fue prect~o umrme al c.orre~ que á pie hacía
d er-
. .
VIct? entre Laibach é Idria. Poco tiempo después de esta; ¡un.tos, y ya en cam.mo_, me ap~rctbí (sic) que el dicho funcio-
narw püblico que me había procurado por guía, no conoc1a mas lengua qu~ elii1riO, y qu1se hacer de neccsidul
virtud y
provecho. Emprendí mi vocabulariO, y para, aprender le mostrab~ al $lila un río, me decía su nombre geogrúfico; le
enseiiaba campos cubiertos de papas, y me dec1a rl .nombre del proptelano; le mos~raba el reloj, y me decía la hora, pero
n~nca la traducción de los nombres río, papas, reJo.¡, qt,te yo bu~L·ab.a,. quedando mt vocabulario como ya
puedrn figurar
m1s lectores y sirviéndome de lección que apro,·eche luego en mts YtaJeS al l\Ieta. Es prob~hle que al principio el nombre
ele la :Nact6n, su granero, y así llamaron
que más oían los espaiíoles sería Fac-a-ata (r), fin del gran campo de labmnza
al pueblecillo qne estaba al pie de la cc·rdillera." . _ .
Las líneas anteriores son de una de las notas qu~ el D.r. Ezer¡utel Unco~chea agrega á la Introducció n que
ante-
puso á la Gramátt'ca vocabltlario ' cateúsmo !/ confeswnar w de la lengua d . c!ubrha, publicada en r8~¡I "se"'ún antiO'uos
.1 " 1 ,. ' ~ !!)
'
ll_Ianuscritos anón irnos é inéditos, aumentados_ .)' co.IT~~· tc os po~ e autor. ,~ ~ v1erte que "!~les manuscritos
son poste-
rt~res á la Gramática del Padre Lugo, que se J.m.pnrnto en Macl~·¡d en r6rg. ~ nosotros adYerltr : !~os que
lns tales manus-
cotege durante
cntos debieron ser variantes de dicha Gramattca y vocahulano , como podra reconocerlo cualqULera que
unos pocos minuto el libro de 1871 con el ¿e J6rg. . . .
El mi , mo autor advierte que el primer mae~tro de lengua clubcha fue el v1gés~mo (¿segundo?) cura de la parroquia
de Santa Bárbara (erigida en 15s 1 ), y qu~ la cnsenanza del padre Da~ey contnbuyo á .hacer ai;andonar el
dialecto que se
esta.ba formando de mezclclcaste llana y cluh ::lta, que ll~maban los espanoles len~ua degJtanos, a los sesenta aiios de domi-
que eran mucl~os Jos dtaleclos (?)de la l_:ng_ua chibcha, figt.u·ando entre ellos el cluit, y los
nación (r5g8?). TamiJién indica
lo p:'opw ncedía hacia los otros puntos
que se hablaban en Chita Iorcote Támara, PtsYa, Paya, á lo quedebeana du·se que
cardinales relacionado s ;obre Ja 'sabana de Bogotá, ~omo cent:o. Empero, ~abrí~ pn·~· untar con qué derecho se llama
lengua la de la tal sabana y dialectos los n~ros, en espec1al. los onentales, máxune.st se ttene en cuenta que Castellanos
indicar que no
ernlle el si()'uiente concep to sobre el ongen de los habtlantes de esta gran cordillera de Sumapaz, tras
tenía~ ellos ~radiciones sobre sus antecesores: "Sólo prest~~o yo que fueron gentes venidas de Jos llanos á la sierra, y las
necesidades de ampararse del frío, fue la ca u: a del Yesl!rse. , .
Por su parte escribió Quesada, autoridad fund~mental en lo ¡·e~e!'ente ¡~ los Chtbchas: "Lo más ciertn que
se sabe
es que lo que 1 s espaiioles llamaron Boo·otá se J_Jamo Docatá, que qu1ere dec11· rern~t~ de lahranza, y que en los tiempos
J?a .ados se poblaron aquellas tierras de tantos Ca.ctques, absolulo cada cual en el dorn11~10 de sus vasallos, que
más era con-
fustón que grandeza. y de aquí nació la diferencia de lenguas que usaban en a~¡uel Remo, has~a que el Cacique de Bogotá
ernpezó á dilata 1· su Estado reduciendo, ya por ~uerza d~ armas, y::por herenctas, los más c~c~caz;os á sn dominio, y des-
de aquellos tiempos Je intitulaban Zipa, que qmere decir gran Scuor, de que resultó q~e eii~IOma de Bog·otá se dilatase
en lodo su Reino, de suerte que ltoy es la gener~l. que cone, au.rz,1ue con a_lguna dtfe.rencw de voces
!/ pronunciacidn
que los nuevamente sujetos mezclaban con el_tdwma d~ Bog?la. ~o propiO debe aplicarse ?aturalmen te á Iraca, Tun-
y como lógica consecuenct a, la exJstencJa de diversos centros de lengu::1Je ó en otros términos que
dama, Hunza ele.
lo que Uricoe~hea' denomina gramática de la Je~gua chibcha, ~s sim.ple y llana1.nente gramátic; del principal dialecto de
alcance del qne naturalmen te
l~ leng·ua chibcha, advertencia que 110 debió olvidarse para no Inducir á error m dar-le más
Llene.
? Y en realidad, ¿,una sola lengua se hablaba en las comarcas centrales y orientales de la gran cordillera de Suma-
paz· La respuesta se dará en lugar oportuno. . .
P~rque, ¿ quié!l~s escri~i.eron y co!1 qué ob¡~to que nos res~~ ~obre la lengua c!11b~l~a _? Doctrinero~ preocupa-
!o
dos tan solo con su mtstón espll'ltnal y sujetos al cnterw con que se t1 ~1tabau los ~suntos hngut~lJcos en su
epoca, el me-
amcncana anterwr á la conqUista, la que, como se com-
nos adecuado para entender el genio y Ja índole de una lengua
sujetarla á moldes que le eran opuestos desde cualquier punto de vista que se
pren?e, tuvo que ser violentada para
constdere la cuestión.
e ~n esa época la lingüísticas~ reducía á tomar el l.atín com~ base, Y era i~~o~ible, sin los progresos posteriores,.
hacerlo con la ~---­
ornpagmar lo que se llamaron un twmpo lenguas de fl.extón, aglutinante s Y monos!labtc as, y mucho menos

-
moderna

n
clasificación de lenguas en que la palabra extsle realmente Y lenguas

( 1) "Habemos colegido que lo que llaman Bogotá. los nuést:os e dice Boca~á (no Fac-a-la
0
en que la palabra no existe

), que decir quiere remate de labrarz::as, y


0 Dlbre no del Cacique, sino de la tie 1·ra "-C,,STELLA NOs-f/tstorw del Nuevo Remo- Canto 1. 1 versos 232-,3G.
tal como la co <:."
~

©Biblioteca Nacional de Colombia


--2-
-c::ibieron lus gram:íticus europeos. [~ec~-~r~ese que las lenguas chin,as no se forman de palabr.as sino de sílabas yuxta-
puestas, de suerte que el elemento ltng~~tslLCo que el europeo tomarta por una palabra, no es, a¡sfado del conte.xto, sino una
.sílaba de acepción tan amplia á ueces r¡ae se esfuma en la mente ó poco menos. En esas lenguas una sola y única furma sig-
nifica múltiples estados de la cosa ó acl1l. Y aun cuar.do hay 11n gran número de esas sílabas con función casi wnslante de
acción, de persona, etc., otras tienen una función parti ularmenle fr!'cucnte; pero el mayor nümero puede evocar seo-ún
el ca~o, las ideas rni.Ís diversas: la sílaba li, por ejemplo, significa un pescado, una teja rota, una ciruela, etc. ele.' se~ün
las dem:ís sí labas con que se la combine, pero considerada aisladamente nada significa. En el discurso cada un~ de las
·sílabas no contnbuye á determinar el sentido de las otras, porque el sentido pertenece á la combinación y no á los ele-
.mentos. Y el uso y la costumbre determinan la forma y sentido de la combinación, es decir, se habla por expresiones
;hechas que no hay libertad para modifica r, como los europeos no pueden modificar la contextura de sus palabras.
E o m u e has lenguas americanas actuales, dichas incorporanles, se puede hacer la di visión en palabras (¿influencia
-europea'?) fJcilmente, pero da resultados muy diversos de aquellos ú que está habituado un ciYilizado á la europea. Es
<lecir, en ell~s palabra y fmse se confunden de hecho y ?e d~rechn, .(¡ mejo~· d1cho, P?ra no exagerar.: en e:::as lenguas, por
síncope y el1psts, se pt~eden componer palabras de l~ngt~ud 111defimcla. " fodas reunen un g~·~n ~u~nero de 1deas bajo la
forma de una sola y m1sma palabra; palabra de ordtn<~rw larga y resultante de la a:;lomeracwn rnllma de palabras di-
versas, {t veces reducidas á simples letras que se intercalan en la ol1'.1." (Véase H. Iluvelaque, la hngüist/ca; Leroy, el
lenguaje; ~Iüller, _intropografia General). . . . . .
Y s1 á la luz de lo antedicho se analrz::t un po.:o la tal gra·n.tltc:l clubcha, encontramo.:; que e;; pr·ect ·o condr.narla
sin apelación, tanto más cuanto e¡ u e su Yoca bu la río encierra ?omo proptas m u eh a, ~oces introducidas por los indios
traídos JlOr Bclalcázar (topo liquira maure), ó de la leno-ua de gttano , es dec1r, del clubcha ya alterado (leer ballesta
.escribir, carla, pap el, acequia, .
' carb(.n, cimarrón, hortaliza,
' anz11elo, lanza, reatar, etc. etc. ) , ~ t•u 1tan en cambio' centena-'
ll'es de expresiones que forzosamente debieron existir y no fueron recogidas por los confesores, á quienes nada interesaban
Jos vocablos indígenas pertenecientes á las Ciencias naturales, á la Geografía física, etc. ..
Es imposible que un pueblo que tenía una docena de palabras para expresar las dlf~rmtes clase. de maíz, no las
·t uviera para representar los Jiversos estados de la p la nta y de la mazorca. Lo propio debedec~rse de la papa. Y es irnposi-
·hle, de toda imposibilidad, que ie representara barriga, camino, humo, comida, danza, y que faltaran voces para expresar
esas cosas, cuando ie prop1amente era cualquier orden de cosas. Y chie, que representaba, nosotros, honra, hort 1¡;;·a,
luna, luz, lustre, resplandor, mes? Y !bsa, labio!:', nuca, p elo '?; y Giie casa, pueblo, mate, yo? Y .t.lll pueblo que tenía Yoca-
blos para diferenctar el tío de la tia en ambas líneas, ¿podía carecer de ellos para diferen ciar el hiJO de la hija·! En mu c hos
casos ha la la más liger·a reflexión para comprenda qu e el vocablo así empleado debía referirse, no á tantos ol1jetos diver-
sos sino á una cualidad común á todos ellos.
Además: r>or otra parte, el V11cabulario no concuerda ni remotamente con el sigoificado que a~ignan Quesada y
~astcllanos á muchas palabras. Por ejemplo, el vocabulario escribe león=.chibtsaba, y aquellos aul?res dicen neme; hueso,
para el u no es r¡ayne y r¡uene para lus otros ; sangre, yba y eba; mauero : r¡uy .Y que; derram~r :.~~han y Le; nariz : saca y
jaca; lechuza: simle y simt'n; paja: mayne y sa. Los cronistas afirman que Thysr¡ue~u::ha s1gmhcaba cosa noble puesta
sobre frente, y el vocabulario, que no trae la YOZ noble, escnLe frente r¡uygua y cosa y;cuaba, ele: ele.
Desde otro punto de vista la ti'auición conservada en los respectivos l11g-arcs y de cuyacerttdumbre sobran pruebas,
tampoco se aviene con el \·oca bulario: se~rún ac1uella r¡uira ó r¡uirá es tierra en queJ hay . d
alguna cosa ó dominio, )' se.,·ún el
. 1'
Ice ll er r~ ca 1entc sulata, lo que
:!> ' 1!}
otro, la voz es quica; para aquélla, agua es chiquin, y para el 0tro, sie; el voc.abu ano
~s triplemerrte erróneo, porque supa ó sula significaba inferior en puesto ó cal1d.ad: Suta-tausa, 1ausa ?e abajo; supala,
tierra de abajo; Suta tenza, TerlZa menor, etc. Así, después de conquistar e l Z1p_a lo que se ll,amal.la C~Jcaquicha se tornó
en Zipa-quirá (tierra del Zipa). Es tradicional que iraca (guiraca '?) significaua lterra santa, o meJor d1cho, la tierra por
excelen cia entre todas las tierras.
En suma, la crítica negativa, la única que nos es dado apl1car en el caso prese~te, permite .c!esb~ratar aiirjos erro-
res perpetuados por pereza intelectual. Empero, si fácil es deslruír, uo suceue lo propLO con la reedthcactón, por cuanto no
somos lingüistas, y lo único que podemo;; atirmar es qu e el chibcha esp ra un docto en el asunto que rec m s truya Jo <ruc
<le ella sea posible en vista de· los pocos elemento idiomáticos que se han salvado del ele astre apuntado.
El asunto es, ar:le~ás, .wt ere~ante por su irnporta~cia in~eg:able en el estudio de la geografía chib?ha, puesto que
en tal lengua era que los mdws aplicaban los nombres diferenctatLvos á los lugares y á los dtversus ace1clentes del terre-
no ó ú sus parte .

.. .
Así, puesto en su punlo lo que á la lengua se refiere, podemos ocuparnos de las localizaciones de los diversos o-ru-
pos chibcha~, ó_ sea de esa multitud de Ca~icazgos e~tab_lecid?s en alguna porción de la coma~ca. Y en el par·~icular es glaro
~ucel con_ocim t ent~ exacto de la Geograf!a delternlor~o se trnpone como base de tal estudw, ya para la citada localiza-
-ción propiamente dtcha, ya para el estu ,lto de las relacwne_s q~e pueden resultar e.ntre laspal'les que. lo componen.
Baladí parece el punto, pero no lo es, conforme lo Illd1can algunos trabaJOS sobre la matena, con fama en el pú-
blico y en los cuales el Oriente se ll eva al Sep tentrión y el Ocaso al Mediodía, sin despertar asombro en el público, lo que
.prueba, ó su indiferencia por el tema mismo, ó su identida1l de criterio con el au tor ( 1 ) •
., Y la consecuencia natural de lo antedicho es la perentoria. n~cesidad de principiar t_ales trabajos por la prepara-
·CIOn á grande escala de una carta geográfica aceptable delterntono que se qu1e:e cstud_Iar de de el punto de vista his-
tórico, tomando eso sí po1· base sus regiones naturales, ya que las di visionees polít1cas no siempre se amo ldan á los rasgos
fundamentales del sudo.

( t ) Por ejemplo, e11 uno de esos trabajos se e-cribe, tratando del antig.1o D ~p.1rtamento ~e S:mlan.Jer : " Al N. de Vélez, en la banda
·<>puesta del río Suma paz (! ), se extendían las Pl'ovincias ele Los Laches y Chitas (! )." No cabría d1sculpa con una errata ele Sumapaz por Suárez
porque ni el Cocuy está al N. ele Vélez, ui demora á la han da izquierda de tal río. "Chiaochon al SE. de San Gil," " Jerirá, donde Jaén-o se fundÓ
'Málaga," "Chipatá, que es hoy Vélez." Separa á Chinácota de" los valles circunvecinos ele P~plona."" El Occidente del Deparlame~to (de Bo-
-yacá) estaba habitado por los Moscas, cuya principal ramificación era la de los Muzos.P ·~Al Onente de Tunja están las colinas r¡ue habitaban Jos
Chivataes, Soracae y otras naciones que se seguían hasta los llanos de San J .¡an."" TmJaCá, donde está la Villa de Leiva.'' "No lejos de Tunja
quedaba Saboyá.'' :• Los Caciques de D~itama; Gámeza y Sogamoso eran tributarw.s del Zaque," y ci~a e?- apoyo á P!edrahita, quien escribe preci-
sámeute lo contrariO:" el Tundama, senor absoluto y podero ·o."" Numerosos deh1m·on de ser los subd1tos del Tunp, cuando éstos pudieron opo-
ner á los español?s 5o,ooo gl!erreros el día que é tos penetraron hasta el cerc~do de su rey.'' O sea, Tunja co!ltaba esa guarnición permanente-
mente (!)y debwn de ser pmtados, pues los asaltantes apenas eran 100. "Nemequcne ( !!! ), el poderoso senor de Tundama," u dueño de So-
rr.ocotá."" Eran vecinos de Tundama al S. los S:>tairaes y más adelante los Tenzas.'' "Chic¡lmocha (Sogamo ·o)." "A ocho Jen-ua~ al Oriento de
'Túoja, separada por el río Sogamoso, se extendia la Prm·incia sa..,.rada de Iraca.'' u 1\lorcote en Cundinamarca.'' Kn suma, un nú~nero tal de errores
.de fuente y localización "'eográfica como es imposible hallarlo re"unido en ningún otro escrito del globo, y ese escrito ha sido recomeo:dado por
.otros escritores afamados sobre la materia. ¿Conviene consentir en que tales yerros se perpetúen sin correctivo de ninguna especie?

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-3-
n les analo -
caer en el yeli~r·o.>o domin io de las hipóte sis y apare
, Reali zado ese prime r punto del program~, para no sobre la carla trJdos los nomb res indfo·e-
proce~er en se7u1da a coloc ar
.glas, en vez de segui r las verdar leras, es nec.esarw que se Jes ~o­
con tJpo espccral los c¡11c aún subsis ten y las Y<lriaciones
nas conse rvado s que se pueda n locali zar, marca ndo lción, porqn e ésta
ar despu és sobre la carla 1~ densi dad actual de la pol>lc
.~ozcar~. ~ crifica~o este trabaj o, es ~ecesar}? señal el suelo, no ha tenidu sino el auxili o de
re cuand •J, para do.nti Ur
. s un lndtce pr·ecr1lSO sobre la anten or acc10n del homb za lus por la.; ?ifras de anti:; u~s c.ílcul os y padro -
el caso presen te _refor
ilnstrumen.tos peirnitivo.s. Unid~s ~os dos factor es, en ]a f ¡rma-
os s1glos en cada zona, hemos o~)tent~lo .la carla lnrlH.: alJ\'a de 1
n.e~ del nume ro de wchg enas v 1v1entes hace algun coma rcas ó espa-
la cual ca.rta da luz sobre lns centro s de JITad wctón ; sobre las
c~on de .los grupo s ó famili as chibc has, ~ s iniéia les de los puebl os de
re ent1:e los grupo hosld e en las época
·Clos dest~rtos que á modo de mu,·a llasqu edaro n stemp r result ado indisc utible
expan stón y conqu 1stas, de donde un prime
poca ó nmgu na civiliz ación, y sobre la march a de su un solu Estad o, eu Ja acepc ión de la
Lrada por los conqtiL?tadores formó
·en nut•st ro sentir : ntmt:a Ja fam~lia chibc ha enco1~ ~ema rc comü n, sino que éste variab a á
nl~ .geogr áfico ces nolllh
palab ra, como el Pení, porqu e mngú n grand e acCHle
enton
.
con tituír distin tos linaje s ó g.rupo s polill c~s.los haiJJt.~nl~s que seiior eahan sus divers as partes
·cada pnso, pnr se encue ntran di:;pc r as en el te-
quf, de Saclu ca, de Socha
. Y ~i se tiene en cuent a qL~e en Jas re~wnes de Ramm y cuales los chtbc ltas tenían idea ni
m~no de los ho111b res deJas 110
tleno colum nas y menh ires de p 1edra trabaJada~ por antes de ellos existiÓ
de e;¡ecutar esa ~Jase de obras , tendre mos .que
recue rdo ningu no, porqu e no estaba n P:n capac tdad nuchc de los 11em pos ( r ).
y tal vez po1· , w•n pre en la
en el lenen o algo para la 11 istoria perrhd o por ahora nes dcltc rri-
J?e QuesC~.da son las siguie ntes lín.eas que expre san su conce pto sob1·e _JaGcografía de algun as porcio
c~1ales d~slacamos determ1.nados ~onceptos:
.
tono ch1bcha hacia Ja epoca de ]a conqm sta, en las en gente ni en
."La Provi ncia de GuataVL'Lrt es de las más fértile s)' ncas del ~.ue~· o l~e1nn_: nwgu na le hada ventaj a
tan pt~der oso, que seí1or eab,~ por Ja
equé, j' cr~ su pnnc1 pe o ca•·1q ue
poLla cwnes . Dilatá base hasta las fronte ras de Turm y focan cipac s, di vid idas
todas las LLer r~s que ocupa ban los Q uecas
una y la otra parte del sitio en que tenía su. cor.te cun los Tco·ua s (chios?)
s; y la que ha~Ltaban los Gache lacs, confin antes
Unos de otros por al <runas colina s y monte s luupw
üa que.s~ tnler pone. En esta pa.rle tenía sus salina s, y en el cora-
de los Llano s y sepa~ados de Guata vita por una monta con "·uerr n des.;u iJierta era
de su gentd 1dad. Romp er, pues, el Ztpa (2)
.zón de la Provi ncia estaba la la(J'una más Yenerada p~r los ocoer us que no
emp1·esa muy dudos a para sus i~tentos, así por la
defens a que de suyo tenía Ja ProYi ncia romo
, . . .
le faltar ían del rey de Tunja . d? Bogo la una ~orr!1llera hmp1a de m.ontaña, aunqu e de áspero s
y pedre -
"Divi de esta Provi ncia (de Ubaqu e) de la abund ante
dilata da en espac ios, pero
ando. a! 1\Tedwrl!a. No es . muy
gosos camin os. Yace: \ las espald as de Santa fé, dechn n, rcspcc .to de no tener llanos en que polJla rsc.
los s1trns que ?cupu
de pobla cione s, y todas fuerte s por la natura leza d?
pero de L1er1'as llanas .Y férl!les, y abur~danLe pot· esto de o-eute
"Esta Provi ncia de ZtjJaquirá no e muy dilata da, ~e­
las mayo res sahna del Xuevo H.emo, la una en Ztpaq uirá y la otra c~1
y pobla ciones , y muy rica por estar en ella
fllocón. en una
en que media solame1~tc el puebl ü de Fúqu ene ituado
. "Es lo más de ella- Ebat é y S/m(j 'aca-t ierra Jla¡~_a, s y áspero s monte s que la
, ~wcnla por una parte param os. fuer.te
c?II.na entre las grand es pobla cione s de Ebllté y Susa: arda ~e las 1nvas wnes d~ var.ios seiior es con-
de 1• '!quen e, que. la re,;g:1
d1v1de.n de los Muzo s y por la otra Ja gran lagun a 1talian as ( 3 y su
)
T~np. Su long1tud sera de mas ele cuare nta mdlas
prend idos en las ProYi ncias que hoy se llama n ~e s p<íra m~ se
g1ru que J•Jrm an los el~vados n~~nte dd :í 3 uyas faldas
lati.tucl ang·osla é incier ta de medir por el :eL?rc1do R.ewo clel.Z1 pa, corre una s1erra dilata da que
Ebalé conftn aba con el
-e:xt1ende. Por la parte, pues, que esta Provm cta de
renombr.c. de la po})l.aci;')Jl que llene á la ~ntrada,
clondc hay una fa-
thacc un puert o que llama n el Boqu erón de Tausa ,
Reino , donde
pobla cwn de Ebate o Ubate er~ el empor iO dell\' uevo
mosa salina , enton ces sujeta á Ebaté ......... La gl_'an crec1d ~ ro de habita dores r¡ue aun
de unas po~ otras, .Y de tan núme
~oncurrían las riquez as de lodo él al ~ambw y fer:a l1gua g-rand eza.-; -Sab~y ;¡, fronte ra de los Muzo s.
de su an
ltoy se reput a por el mayo r pueblo á v1sla de la nuna causa de la
.lA: su valle corre Norte -Sur muy poc~ trech~ , con mc1~os traves 1a: es tdto de ag·ua y leila, y por
"TuN padec en pasmo s y deseca ción ele
s~l1.l~s )'noci vos. que la ha11an se
elevac ión de la tierra muy frío y seco_; y por los a1res valle el centro de Jos
. el JUICIO su~ hahtta .dores . Pe1:o .como era e Le
-cerebro, de que result a estar muy suJeto s á per~er la dos coli-
1gualment~ la wllu~ncia,dcl dom1mo el'!- sus vasall os. Cíñen
Estad os del Tunja , puso en él su silla para reparl~¡· aes y otras nacwn es que se extien den hasta Ja
n los Chtva láes, s.orac
nas rasas, una t, ]a parle de Orien te, donde hab1ta ahDrG ados ó cuesta
Juan; 1~ otra al Ocnden~e l.lamada la ''Lom a de los
-cordi llera q 11 e di vide el Reino de ]os Llano s de San lago( ?) y en que
as de tierra s llanas Y. ferttles, donde h~y un grand e
del~ Lagu na," po 1· el valle que tiene á l.as espald ~ ca y de Tinjac á,
o c.onfinaban con .las l.!erra de los Cac1q ues de Sáchi
ba~1tan varias nacio nes (4) que por el ro1smo rumb
e.sta fundad~ la V 1lla de LCJva..
:Senores libres y de la provi ncia donde al prese nte poder oso que
s d1stan te, Lema su estado el Cac1que. de T.u1·mequé, señor
, "Al su r· de las dos colina s, cinco legua aqu.cJ ~as s (Valle de Tenza ) son
Bogo laes; y ~unquc todas Lte1·ra
ten¡a á su cargo ]a plaza de armas y fronl.:lra de los
mucl1as nacw nes (de Boyac á a ~ara.goa). Y ~1 Norte
era señ )r de
ásp:r as y dobla das, por ser tan fértiles, las ocupabar~ os y cahda des se reduc ían el
seno~ a?solu to .Y P!!deroso .. A. estos termtn
va~10s puebl os hasta confin ar con el Tunda1_na, ent~a da los españ oles.
Quun_ mnchat~cha, ..es dec1r? a la de
Senor ío y Estad os de Tunja al tiemp o que remab a tierra s de Jos Moscas,
"De este Hunz ahua -rcy elegid o.enlr e pares ~or m~uenc1a relJg- IOsa;- dicese domm ó to~as las
_(Chtb chas), y desde las vertie n-
lua la llerra de Iraca -a los Sutag aos
desde Chinm ocha (Chic amoc ha)-e s dec1r, se excep c~m tod~ lwrr:1 de Yélez : .... siendo cierto
los Panche~ y los · Muzos, la
tes de los llanos de San Juan hasta las fronte ras de c~n y se profes aba una mism a religi ón
'<¡U e den tr? de esos térmi nos se habla gener al m en
te la len:fl.l~a clttbchO: poca d1fcre ncta
conoc imien to
10n de los ll1UJOs, lo que le da un gran peso por su
y unos m 1smos ritos. " Quesa da halla correc ta esa trad1c
-- -- (1) En Jos campo s de Ramiq uiri (hoy Ramir iquí),-
tal v.ez Ra"?iq uir.í- ad~_más de rocas pinta.das. existen
d yor 7 a 8 dec11n~ .l ros de d1ame_tro ;, en el. terr.llo rio de
. dispers as una decena de co-
Le1va ( M~oquirá) las column as
lumn~s de piedra de 5 metros 50 centím etros de longllu d~l de aquella , ; estas piezas ha-
ant~rwres, pero de d1am~tro reducid o a la mtlad o menos
e~noc1d_as pasan de So, con la misma longitu d de las , a lo .que parece. En tierra de Socha ba.y ng-¡•upados vat•tos centen ares de menhi res que
blan prmc1 piado á monta rse para constr uir un templo Estos restos se hallan dentro de la zona
co~un, son llamad os ' el pueblo de ~os dwblos ."
pm: su disposición en series, que irradia n de un centro ptedras grabad as, que no son la mts~a cosa, y aungue tampoco obra po ible de los chib--
las
de las piedra s pintad as, que es más extens a que la de de sus lugare s sagrado~ y de la ceremo ma ~ue se llamo "corr·e r la Liena." Jl.ecuérdese que
ehas, su existen cia si parece influyó en la localizacióncolumn as de mad~ra tr:.udas de las faldas or.enta les de la serran ía.
el gran templo de Sugam uxi estaba constru ido sobre monta ñas (al \Y ) hasta la cordi-
endían las tierras llanas Y dehesas q~te ~;ty desde las lo conqui stado por su antece sor
(2) "Neme quene heredó todo lo que entonc es co_mpr S1bate (al SE), sin
a (al ~'VJ orte-S ur, hasta Usme Y
llera que corre sobre Santaf é (E), y desde Cajicá y Chmg os.
los sutaga
de la otra pn:rte de la monta ña hasta confin ar con700 cia valía I,Üo8."'•, la de Génova,
(3) ¿De Nápole s y Palerm o? Esta contab a pérlica s y 7,ooo palmos ó se.m I,851."'97· La de Floren "
metros . de para c~mpre ndcr que se trata de meros pueblos, cuyo domim \Senas
(4) Basta mirar el mapa y leer esas largas listas
':IACIO:<iES
por lo mismo mucho s habita ntes.
alcanz aba á un pequeño valle, que no podía susten tar

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--4-
personal del territorio, y si bien es cierto que ella no pu g na con ciertos hechos no se aviene con otras faces del problemar
como habremos de verlo en su lugar.
"Yace la Provincia de Jraca ocho leguas distante de la ciudad de Tunja, á la parte del Oriente. Es casi toda ella
<le tierra s llanas, dilatadas en buena proporción y las mejores y más fértiles de todas cuantas tiene el Nuevo Reino. Fer-
tiliza esta Provincia con sus aguas, y divídela en dos partes, el valiente río Sogamoso, cuyo origen repartieron entre sí
las ciudades de Tunja y de Toca. Corre esta Provincia por las faldas de la cordillera que sirve de lindero entre los Llanos.
y el Nuevo Reino, con temple muy saludable, en que estaban pobla~as muchas y diferentes naciones sujetas al Sogamoso
y toda la dis tan cia á qu~ ~lca}]zaba su se?orío es lo que llamaban tterra santa por haber muerto en ~lla _el Bóchica, pri~
mer int érprete d e s n r el1g 1ón. "Este Cac1que y cabeza de los Jeques no entraba al cargo por herencta smo por elección
de los de Gámeza, Busbanza, Pesca y Toca"; y en caso de discordia servía de árbitro el Tundama.
Además, el mismo Quesada en su relación sobre los Conquistadores y Encomenderos enumera las siguientes.
poblacion es, que agTupamos al tenor de la descl_'ip~ión que antecede.: . , .
U baque, C:-'tqueza, Ubatoque, con r ,500 mdws; Une y Ch1paque con 550; Ch1vach1 con 200. Es decir, todo el
antio-uo Ebaque con unos 2,300.
::!) Jea buco, Tibana y Guaneca con 3,ooo indios; Somondoco con 300; Tenza con 700. Es decir, todo el Valle de Ten-·
za con 4,ooo indios.
En la Sabana: Bocat::í, r,ooo; Suba y Tuna, r,ooo; Guatavita, 2,ooo; Cipaquirá (con Pacho), l~oo; Cipacón 300 ~
Chocontá, fiOO (?); Cajicá (?); Nemocón, Ta sga ta y Tibitó con 4oo; Gachancipá (?); Usme con 300. En total unos 7,ooo.
En Fusagasu~á, 500; Pasea (?); Tibacu y y Cueca con 4oo.
En Uuaté con S~1ta y Tau sa unos r ,ooo.
En Vélez había pocos indios," aunque han sido hartos más en ti empos pasados."
En tierra s de Tunja : Ura ('?) co n 200; Paipa co n 8oo; Valle de Sogamoso, 8oo; Gonzag-a (?); Panqueba-
con r ,ooo; Sora con 300; Cerinza con •1oo; Chicamo~ha y T eq uia con 500; Sáchica con 500 ; Tinjacá con 200 .
Por tod os un os 5,ooo. Sin contar una docena de encom 1cndas á que no seiíala los nombres geográficos (2,ooo inJios ?}
Los r epartimientos de Toca!ma, Pa~plona, etc. apenas_ figuran, co n roo ó 1.50 indios po~ enco.mend ero.
Ahora bien c0mo en los pnmeros tiemp os de la conq msla aqm no hubo mitayos, obraJ<'S, m ventas de esclavos
n0 había causal q~c modificara s us ta ncia lm ente la densidad kilométrica, que es la parte fundamental en el asunto. Por 1;
demál", una experie ncia sec ul ar, fl pesanlcl aditamento del trigo, los ganados y las herram ientas metálicas, rnseiía á cuan-
tas dificultades y vicisitudes es tá s uj eta la p~oducción acrrícola,por causa ~e las varia,ciones meteoroló.gic?s, has ta l)roducir
hambres, que si se contrarrestaron por ohvws razones, en la epoca colomal, no pod~an serlo en la 111d1gena y hmitaban
el desarrollo de la población, rlígase lo que se dijere en con trario. La pasión y la se nsibilidad son co nsejeros que nada
valen ante el aná li sis, la ciencia y la experienc ia. (r)
Es adrmús inne~¡jahle que el nlle de Tenza abriga los indios má!¡ h ermosos y fuertes de la familia C!tibcha, y que
ha sido una tierra mínimamente ensangrentada por las g uerras.
*
Empero, sea de ell o Jo que fuere, algunas conclusion~s de suma importancia se desprenden del estudio de las carlas
adjuntas. .
~1 ll ~~ado V:a(le de J'_en ~O: (Tenas udt) e pres~n ta como u. na comarca úmca en el seno ~e r~ las mon taií~s, ya por
SU COllStltllCIOil tect0111Ca y c!Jm_atiCa, ya P.Or SUS rcla_cJOnCS geo~rafica~ COn )as adyacentes, de Sllel te C[Ue CO~Sit tu yc a)go
así como un pequciio mundo b1en defendtrlo de lo. In su ltos del ex tenor, adecuado para el desarrollo tranqllllo de múlti-
ples linaj es en s us numerosos vallejuelos. Y d e allí se ve q11e irradió toda una colmena humana, concordando éste dato·
geognífico con antiguas tradi cio nes relativas a l señ.orío de 11amiqui ri. . . .
La palabra r¡ut"ra ó r¡ zúrá, caractei'Ística ni parecer no de un monmiento poH.tic~ swo de uno religio o, se extiende
á partir del fondo ud rsr Yallc de Tenza hasta Sittin y Socotá por el N., hasta Momqmr~ por d )10, hasta Zi¡Jaquirá y el
Funza por el Occidente y h as ta los Llanos por el Oriente, marcando con un a mancha slllgular el área clásica de las más
puras tradiciones m11iscas, cuyo. cc ntr.o se fijaba p or los indios de lguaq_n c en Chingazá! Tamb~én la terminación va 6 ba
desborda del fondo del valle hacw Sáltva (Sasca nova), en ta nto que los finales que (mnn te ?), 1ba, ca, tase entremezclaJ)¡
por todo el territorio cilihcha y el neca se reduce á nna :írca más pequcfia situada dent~o de la del r¡w·r-á, cte.
No us<~b<m los ir:dios dar 1~ omhre á los ltl'rar~s de l tcrreflo, ~ino á los _puntos habllados po1: los ~e.fiores, nombre que
ampl~ab~n !uégo <Í l?d~ ~ 1 respcrttYO valle con l?s adttan~entos c:rr1ba,, superwr(c~1oque) y abaJo, In_fenor (sula), razón que
contribma a la mnlltphctdad de los nombres as1gnados a un mtsmo rw ó crestena; y con frecuencia s uma reproducian en
sus mig racion es los nombres virJOS co n algún arl it am ,~ nlo de ca lificación deter~nioativa. Por ta.l razón, por haber en tie-
rras del Guatavita un cerca ·!.~ llam ado Tea-=a, ~ o~ ro s t.tuaclo ~1, respalc~o de la m1sma cumbre _pusieron Teusaqwhys (Teusa
mejor), el que por a~u lt crac10n natural. se convt rttó lu ego ?n Jeusaqwyo y lu égo en Tcusaqmllo. .
Es un hecho Indudable que el z1pazgo, cuando crec ió por el aumento ele s us soldados, comp!J có el movimiento de
fuerza con otro relig!o~o ó cismático, para retraer á los _súbditos de la vener~ción á los antig?os san tu~ri os, .Y de ahí
el que en las faldas LJbws del Snr (sobre el Bogotá) reproduJera los nombres de Tena y Tenasuca, para los 111dios de gra ta
recordación. Pr~e~a Jo dicho rl nombre del :ío Funza, que. segün Lu go era J;Iunza, ~omo.el de la ca1~ital de los. Zaques,
y no puede adm!lm;e que lo> Bocataes hubJCran tomado Igual nombre: el no era el no que vema del tcrntorio de
Hunza," porque en é l nacía : y tan es así que en Fonti?ón lo llamaban "río d~ Fon.tihón." Del cisma pueden ser episo-
dios los ultrajes irrogados por ~emequene á un~s em~aJad?,res del Zaque y la vwlacJón de "la tregua de Dios," ósea de
la paz t<:l.cita que se establecía m1entras "se corna la LICITa de lag una á lag una para con templar la faz del sol. 6. Acaso
no hay huellas de lag unas artificiales en pueblo viejo de Fontibón, es decir, en torno del cercado del Zipa? ( 2 )
. ( 1) A.sí c¡uednn reduc.ido~ á e~ ro esos cálculos le los que dejúndose llevar de una i.maginación .sin freno y ?e~ od io á los españo les, ponían-
mtllones de md10s en el tCJ'J"JlOriO cl11bcha, en el valle del Cauca, &c. &c., para anatematizar la conqUJsln, como SI sm ella hubiera podido ex istir
Co l ombi~.
(2) Las ampl iac ionrs sohre estos asuntos y sobre Jos pueblos conqu!stados y sus conquistadores, pertenecen m;\s bien al campo bislórico-
fvéase Capitulas de una historia civil y militar de G_olombia) , pero es Jnd!sp~nsabl~ ~wc~r alg,unas adve~ten~ias sobre. las cartas adjuntas: no-
Ignoramos qu~ algunos .n0mb~es aciczales no son los rnJsmos que mab:m los mdws (T ln.JU Ca era Tzta~a, Cluvala Nu'!u::a ) , ni que varios pobla-
dos hRn camb 1ado de HSJento, o que algunos pueblos mnrcndos en la ca rta (J enesano, &c.), son poster1ores á la conqUJs ln. Empero estos últimos.
lo están. porque l~':i eron anle~esor venido.á menos: y la tril~lación de los otr~~ es lan corta que no altera .la carta, por lo pequeñ~ de su escala.
Las entidades pohllcas dcn0.m'nadas. un ciJa Boynca y Cuudmnmarcn, y t ~mb1 en las que hoy;? ll aman ~.s1 y adernas Gal>ín, Tundama y Que$ada,
no resultan de un acaso y t1enen rawes que penetrnn muy lwndo rn lus siglos muerto •••• \case tambJCn la carta e pecial de ]a rc.,.ión de Tenza.
N. B.-En la carta sobre la formación del Zipazgo, el límite occidental de Iraca está mal seña ludo: debe correrse al pár~mo al \V. de
Toca .

.de fllCDll
~trOS CSCI

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4 l•f< 2. A 8 ' '1 ' 5 G S q 10
PLANO
ESCALADE _UNA MILLA_MAR,ITJMACG.3G"S~~)O{VID} EN DECIMOS DEL PUERTO v CIUDA O
DE SANTA MART
SitUADA SU CATEDRAL EN LA LATITUD N. DE 11':
. 15' 3D:' YLON~ITUD DE 1lf.~ 13.'30!'-'-W DE riRENWI-
" .. [ .. ~uo.oo
) ~ .-1 .r.
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' '~-'- P" ' J '
s·· '.(1 "5.K. NOTA:

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LOS NUMERO S DE LA_SDNDA DEt~OfAN BRAZAS.DE
ÁE.f!JES DE KURSOS:v LAS IN/C/ALEfLA CALIDAD
'•"" FDNDD:A'.ARENA: C~CASCAJD:C'!'CONCHUELA: F.FAN&O;
more n1DiiRO G'' NOE / - L.LAMA:i:'.PifORA,
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PlANO DEL PUERTO


DE C 1 S P A. T A
SITUADA LA PUNTA DEL ZAPOTE EN LATITUD N.
'J! 2'1' YlONiiiTUD '1~':. 'Y8' Dt G;RENWICH
NDTJI.'
LOS NUM~ DE LA SONDA DENOTAN BRAZAS OE A G PIES
DE BURliDS V LA A.ARJ::NA: C';' CASCAUD:L LAMA; P
PIEORA-~N EL RIO DEL SIN U HAY 3.;. Y'i. BRAZAS D!
AGUA HASTA L.DRICA. EXCEPTUANDO LA BARRA OE
LA BOCA Q. UE SOLO TIENE MEDIA BRAZA Y ES VA-
RIABLE,
,
GRABO

L AtlTDNID M~ MADERO

©Biblioteca Nacional de Colombia


1 2 3
'\!>r:nZA o-c:¡ r·II U•~;;-~lTIMAS O(. 636, M!: \ PLANO DEL PUERTO
~ '
I!S PORTULANO DE CARTAGENAoE INDJAS
L
f:Ziilllll/1 '-.' -
J:¡ ESPANOl SITUADA LA CIUDAD
IU EN I.A LATITUD N.DE 10': 26: 01:· Y LONGITUD DE '15 t?
l BRA2A-1672 B:1D?IIL DESTE DE laRENWICH.
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PIE-0.282 NOT'A.'
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:!6 ¡;~~BADO DE E.~ El CDNC:URSO DE LAS DDS LINEAS RAYADAS
\ .. SE HALLA LA ~ABEZA N. OH RA.JD DE SALMEDINA
_

•, e •. J!'fJ.A.
A.W. MADERD
LllS NUNE~ DE LA SONDA SllN BRA2AS DE 6 PIES
l. LAMA; A.M~ENA:AF. AI~ENA flNA: A~ ARENA
!iR UESA: AN.ARENA NE!aRA: C!'CDNCHUELA: C~
CASCA".JO: FS,FANGO SUEl TO:L. LAMA. P.PIEDRA:
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©Biblioteca Nacional de Colombia


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©Biblioteca Nacional de Colombia


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Y EL ANCON DE SARDINAS
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r.RABD:
TDNIO W MADERO

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(P.ARTE. CEN.TRAL>
Q.UIBDO• Y EL ISTMO DE SAN PABLU
J'll!iTAZGDS----·

©Biblioteca Nacional de Colombia


AMAZONIA COLOMBIANA

EL CA. ~UETA
(Geografía general-Exploracio nes de loH Hermanos Reyes-Navegación )
PAGINAS OLVIDADAS
"This eslupendous river Ama.=on, the greatest on the globe, vierned in tlze light
ofthe uolume of ils walers, may, conúdeáng its own position and thal of ils tábu-
taries, be denominalecl a second lJ.Iediterranean-L!te American lJ.fedderranean!
[t divides almost complete!y Soulh Amen'ca from west lo east, u ashing, together
with its tribulart'es, the lerrt'lon'es oj Bolivt'a, Perú, Ecuador, Colombia, Vene:;uela
and Bra:úl.
" Vesseels of any draft m ay navzgate this rt·ver for a dt'slance of 3 ,o o o miles,
and ascend seveml of its tributarles for 2 o o, 3 o o, and e ven .9 o o miles. An admi-
rable treltl's, as it were oj water, ancl faálilates the navtgation oj the enlt're Ama-
.:;on regton. an.d such as are conllguous .
................................................. ................................................................. ......................
"The Palumayo or lea rt'ses amon.g the rides oj the Andes, al lhe place coman-
ded by Lhe town of Pasto, and takes a soutlherly direction, receiving in its course
tlúrty streams, some ofwtch are navigable, and 25 rivulets. In its cow·se of goo
miles it t's, as 1 knoru from personal experz'ence, all naVt'gable, except the firt 9 o
miles. ~Vith tlu's excepll'on, it oifers no impediment lo steam navtgation, provided
the uessels be adapted lo z'ts depth. At this writing, its walers, wich may be called
uirgin, have been dtslurbed by two small steamboats, recente/y sent by me to San
José, 7 2 o miles from t'Ls mouth, and ! propose shortly lo despatch the third. Tht's
enlerp~t'se wtll be followed llP with regularity al !he rale of one voyage per month,
and wtl become morejrequent as soon as the route l's traced wic!t, by land, t's to con-
nect tlze porl oj S. José wilh tlze town oj Pasto, and openfree andjacile communi-
calton Jor tlze trade betwcen Northen Ecuador and Soulhern Colombia. The Pu-
tumayo River t's one on of the moslt'mporlanl tribularies oj the Ama.=on, not only
on account of the vegetaúle ancl mt'nemlriches jound upon ils ban!.:s, but because
of its siluaü'on belwen the Napa and Caquetá, wich allows its naVL'gation to be eifec-
ted in relation with that of the water courses.

" The ~ulamayo l's, therefore, the cenler of the most exlensive naVL'gation, and
the most tmportant of the conjluents upon tlze lrift bank of the Ama.::on, and will,
sorne day, be lhe channel through wich the trajjic of the selllements lhat encircle
the Ama2on will be carried,from the springs oj the Napo to the plains of /;asa-
nare."
RAFAEL REYES
(De la primera publicación hecha en x8¡G en el Extranjero pm· quien fue lla -
mado entonces" disl inguished and daring young Colombian, explorer ofthe
Putumayo, and the promoter of lhe navigation of this vi ver.''

S i en Ja historia desempeiía la crilic~ papel prio~ipalísimo, co;no ?lemento indispensable para llega\ al acerta~o
conocimiento de Jos hech 0 s en cuanto locahzaclos en el Ltempo, por as1 decir; en la geografla no es menor su Importancia
y su olvido produce siemp;e errores g~a ~ísimos, porque fa! Lai~clo c_l ~a fa! tao las r~glas para .l?calizar conveniente~ente en
e l espa;:io Jos diversos rasO'os caractenst1cos de una comarca o reg10n. Esta olra 1mportantunma par le ele la crítica segu-
ramente por no estar condensad~ en ningún manual_que facilite su ?studio, casi ~iempre se_ deja á un I_a~o por ~uchos
trabajadores, como si todos los tiempos fueran los mIsmos y las Yemdera~ generaciOnes hub~eran de r<!clbir como de bue-
na ley obras en cuya realización no se resp etaron los preceptos menciOnados y á veces m aun los fundamentales de la
ciencia respectiva (r). . . . .
Por estos motivos, cuando se trata de form~r la geogr~fta ~e comarcas en donde apenas pnnc1p1a á sentar su planta
el hombre civil izado, es preciso COJ?en~ar el trab_aJO por la lu stona de su "exploración," ) 'a para la determinación de las
fuentes disponibles y rle su reseecti ~a Jm porta ocia, ya para ex traer de esas labores las ptedras que habrán de emplearse
en la construcción de la obra smtétrca.
El punto de vista que antecede se impon e, sin el u da ~ünguna, al tratarse de una parte considerable del tel'ritorio
nacional, de esa parte que llamamos usualmente EL CAQUETA ó A~rAZONIA ~OLO.\IBIANA, y cuyos limites políticos no coin-
ciden por completo con ~os linderos g?ogr~ficos, ~l_e d?nde una causa de poslh!e.e~Tor qu~ ?che evitars,e desde luego: aq~í
entendemos por C,\QUETA lo que constituyo el. terulorw de ese nombre en la ciJnsJón pobt1ca que regm en el país al expi-
rar el régimen federal. Geográficamente const.~erado el punto_, el C':tquel~, en su parte Norte, si bien es cierto que rebasa
la hoya del Amazonas y comprende una porcwn de la del Onnoco (la mttad de la de su afluente el Guaviare), también Jo

( x) Hay asuntos en verdad enojosos de ser tratados, pero el :espeto á la verdad científica no permite rehuir su crítica. A ellos'~perte­
nece lo relacionad.~ con las. Comisiones _de. Límite,s encaro-adas de fipr la fro~ lera entre Colombia y ~ cnezuela al tenor del Laudo arbitral"espa- -~--.
las que e':lla porc10n del rw Negro _se hm1~ar?n a aceptar docu_mcntos antc_rwres, y en sus planos 1ncorporaron dato de antig-uas y defic'
cartas, sm saber que en el ExtranJero ex1stwn sobre el partiCular trabaJOS nuevos y correctos! Por ejemplo en dichos planos del Ri ~;'ro
aparee~ marcado por un a simp le l.ínea curva el lecho de los af1uentes colombianos Aquia y Tomo, que con ~u curso correcto, ya se ha a!l en
cualqUJer al ias moderno por aíi.1didura aun hacen figurar el do Bocon! ¿Pensaron los autores del trabajo en referencia que la crítica rá-
fica no enseña á restablecer la verdad así ultrajada?

©Biblioteca Nacional de Colombia


---- 2 - -"' /.

es qu~ dicha porción en la realicla~ geo~ráfica hace parte integrante de dicho Caquetá Y. no ele los llanos, ósea ~le la Ori-
noqma,_ en la qu~ tampoco puede mclUJrse, por análogas razones,. la_ G_uayana .. En cambiO, la parte Sur de la Amaz:)Oia
colombiana, la situada allende el surco ~el Putumayo, perlenec~ a lhstmta enl1dad geográfica. Por el Oriente se no.> ha
despojado de su límite natural en las ~aJaS ll~nuras do~de lermm~n l_os raudales del RioneO'ro y se desparraman los bra-
zos del della del Yapurá, y por el Occidente mcluye, blCn que artificialmente, las faldas de fos Andes.
En suma, el Caquetá "entidad" g_eográfica cicl suel~ de_ Suramé:ica, mide una superficie apenas igual á la mitad
de la que comprendía dentro de sus _límites leO'a.les el terntono)mencwnado a~nis, y lo constituyen la serie de mesas de
poca altitud, que, escalonadas, se ex.llenden ~el plC de los An~es 150 leguas hawt el SE., formando con los rebordes de
sus estratas_leYan ladas af_o-o así com? l~s _espmazos de una sen e de olas cu~si concéntricas .Y ~olidifi~adas repentina mente.
La tierra en cuestrón, _que prmc1p~a con anchura de 50 leguas, que a la postn; se tr1phcan, si al Occidente se adosa
de lleno á Jos Andes, y al OriCnte, por mrtad, muere sobre la gran llanura amazónica y se enlaza á las últimas faldas del
macizo guayanense, Gu~inía de por medio ; . al 1 . y al S. tiene {t los pies, c~mo fosos de inmensa fortaleza, el Guaya-
bero y el Putumayo de mnumerables y capnchosos meandros, y muestra hendido·su lomo por haz diYer$ente de grietas
en las cuales ruedan alborotados, por calles (1) prolongadas, los ríos lnirida, Guainía, Uaupes, Apopons y CAQUETÁ. d~
curso más ó menos dilatado y considerable caudal. '
Ahora bien: descubierto el Amazonas pe r O rellana y conocidos luégo los raudales del Madeira, del Caquetú del
Negro (U aupe ) y del Inirida, y las angosturas del Guayabero y del Putumayo, y vistas del lado de los Andes y del 'Río-
negro las escarpas ya mencionadas, que por contraste con las planicies del pie semejan prolong·adas serranías se IJcO'ó á
creer universalmente que verdaderas maEas montañosas cruzaban el lerrdorio del Caquelá, y que ninguno' de Jo (!)ríos
mencionados era realmente navegable, es decir, que por ninguno de ellos se podían enlazar, comercialmente hablando los
Andes y la llanura amazónica, de donde un abandono poco menos _que completo de inmensos espacios, riquísimo~ eu
productos naturales, con perjuicio evidente para el de arrollo de la ctvilización en el centro de la América del Sur.
Dicha está la importancia geográfica del Puta'Tlayo, único río realmente navegable por vapor entre el Amazona
central y los Andes ecuatoriales, y por lo tanto, forzoso es mencionar desde luego la historia de su descubrimienttl en
cuanto vía comercial y la de su exploración geo$ráfica en cuanto río de primer orden en la hoya del Amazonas.
Antes de mediar el siglo xvr ya fue conoctdo el Amazonas y por ende la boca de sus principales afluentes de arnbn:;
márgen~s; pero pasaron muchos aiíos ante de ~u~ los explora~ores se atrevieran á internarse por esas arterias subor-
dinadas, no siendo sino hasta principios de la sigUlen le cen tuna cuando los J esuítas primero y luégo Juan de Sosa re-
montaron la parte baja del Putumayo sin reba ar la co•Jfluencia del Cotuhe. Años más tarde las barcas lleO'aron hast 3
la angostura hoy llamada Las Termópilas, y allf, á menos de 100 legua dell\Iaraiíón, se detuvieron por ~os icrfos los
esfuerzos de lo~. pocos navegantes que osaban recorrer e a~ comarcas _solitarias. ¿Qué causa pudo p.rovocar semejante alto
en la exploracwn delira (lza), nombre dado por los braslleros al baJO Putumayo, cuando pretend1an señorear tan impor-
tante río y habían remontado considerable trecho por el Yapurá y el Negro?
Precisamente el hecho en referencia _era la con~ecuencia ele las exploraciones tentadas en aquellos dos _ríos: por el
Y apurá remontaron hasta la Chorrera de Stharé, en c1erto modo la homóloga de la angostura de Las Termóp1las y como
mucho más al Occidente se encontró en dicho río el considerable salto de A raracuara, y la continuación meridiO!{al de los
montes que formaban ese salto, los relieves de Maine-hanari, también señoreaban de lleno elPutumayocentral (el Kantiya
ele los indws), en tanto que la setentrional ósea la de Yimbí causaba en el Negro el Salto de_ Ju:upary, natural fue que
se supusiera la existencia de análogo embarazo en el curso del Putumayo. Pero, se dirá, los mdws debían conocer el te-
rritorio y por lo mismo tenían que saber que lo supuesto no era la verdad. En las dos bandas del_lza moraban los Maguas,
Miran has Orientales, Tacumas y Ases, pueblos antropófagos que habían producido el vacío en la zona aledaña al 'V. hasta
el pie del Maine-hanari, habitado por otros l\Iiranhas, y allende el cual y á distancia vivían, á los lados del río, Jos Enca-
bellados, los Huitotos y l\Iocoas, que aun cuando ligados por algún comercio á Jos blancos de Pasto, apenas si tenían re-
laciones con sus hermanos antropófagos, y por lo tanto no purlieron servir de canal para recoger noticias exactas sobre
el Putumayo y transmitirlas á los colombianos. Basta ojear en los archivos los documentos referentes á las Misiones de
la Amazonia colombiana, correspondientes á la época del Gobierno del Virrey l\Iessia de la Zerda, en la cual se a viva ron
con entusiasmo esa clase de trabajos, para quedar convencido de que nunca tuvieron los blancos noticias correcta<> sobre
lodo el curso del Putumayo, y ele que en esa época ya eran bien conocidos y muy usados los principales varaderos para
pasar del Caquelá al Amazonas por el Putumayo central y de é te al bajo Napo, procedimiento que nunca fue bien ent~n­
dido por los antiguos geógrafos como lo veremos en su lugl:!-r.
Si de la parte baja del Putumayo voh·emos los ojos á sus cabeceras, hallamos que éstas prin_cipiaron á ser trajina·
das en la primera mitad del siglo xvr, y poco después se fundaron en tales regiones di versas_ poblacwnes que no alcanza-
ron :í ver el fin de la centuria, arruinadas como Jo fueron por los ataques de las tribus salvaJes de las selvas vecinas. Des-
pués, á principios del siglo xvu, se renovaron los esfuerzos de los misioneros, cuya obra, que progresó en espec·ial en la
época del Virrey Mes ia de la Zerda, según se dijo, decayó más larde por causa de la lucha de Independencia, para no
restaurarse sino en nuestros días.
En lodo caso, si los misioneros y los di versos exploradore recorrieron el pie de la cordillera, y navegaron el Napo,
y ei Caquetá hasta sus ~rancies saltos, por el Putumayo nanea llegaron más abajo de la boca del Campuya (2); pero como
pasaron varias veces del alto Putumayo al alto Caqnetá y al Nap::> central, pot el cual entraban al Amazonas, utilizar. do
los portazgos conocidos por los indios de tiempo atrás, se produjo en el público un singular yerro, cual fue el de supo-
nerse que algunas personas habían recMrido íntegro el Putumayo, como había sucedido con el 1 apo ó el Amazonas. En-
tre tales personas figuraron el General José l\Iaría Obanclo y algún negociante establecido en Casa-Canti, no lejos de la
línea equinoccial. El General Obando (r /¡2), Jespué. de navegar por un trecho el Putumayo, pasó al Napo por el Santa
1\laría para bajar al Amazonas, y luégo st~bir al Perú; el mulato de Tapacunti hacía lo propio por el Campuya, y se
confundieron los varaderos con supuestas 1slas del Putumayo, según lo demuestra el hecho de que él ignoraba que el río
reciba afluentes por la izquierda, no obstante ser en esa banda en donde se encuentran los principales (Cara-Parana Iga-
ra-Parana), de suerte que Codazzi, quien sólo llegó hasta la boca Jel Guepi (1857), y delineó la mayor parte del cu;so pe
dicho Putumayo en vista de tales infurmes, redujo á mínima faja la porción más amplia de la hoya del hermoso río apénas
pintado por medio de una línea ondulada, y aun cuando escribió que tal corriente era navegable por vapor, lo hiz~ en tér-
minos que no excluían la idea de la existencia de raudales por el estilo de lo del alto Magdalena, de suerte que Jos ·b ra-
sileros quedaron confirmados en sus antiguas ideas, y como queda indicado, no se atrevieron á pasar de Las Termópilas ni
á entrar vapores al Putumayo, como ya lo habían hecho en el Rionegro.

(1) En el Car¡uetá se llama vaella la curva acentuarla del curso de u u gran río; calle> la porción más ó menos rectilínea, que siempre lleva
nombre propio, y varadero, las especies de istmos terrestres que r¡uedan donde se aproximan mucho los gl'ande ríos por sí ó por medio de sus
afluentes y facilitan el paso de uno ú otro ll'onco de na ven-ación fluYial.
(2) Las carlas constr·uídas de oídas, e m:> la mism:t del Car¡uelá pJr \Volff, lamentable borrón en su notable mapa del Ecuador, dicen Ca
bu ya,· pero los documentos formados realmente sobre el terreno escriben Campnya, que es el ver!ladero nombre del río.

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-EL AUTOR
A tOS HERMANOS REYES
( RAFAEL,IjE5TOR, EN/! 1IZ Ut>
3 PRIMEROS fXPLORADORfS DEL
PUTIJMAY0-18741
ABJUL 30 DE 1.'10'1

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A LA REAL SOCIEDAD HDtaRAFICA DE MADRID
EL ffi1IL EDN-
v LAS CABECERAS DEL.
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EL VALLE
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DE S.AGUSTINio1
fANTHiUEDADES Di: LDS IN DI(; ENAS) 1
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LAS+ J~OICAN LOS PUNTOS DO~DE 1
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1 2 S 'l S ID. CIEDIOKAFICAS '

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CEN TRO S DE POBL ACIO N
.. -z0NAS DESIERTAS)
(DENSIDAD KILOMÉTRI CA-DISTRIB UCIÓN DE LAS PRINCIPALE S CIUDADES EN EL TERRITORIO

se
En Colombia como en todo país de considerabl e extensión, variado relieve y diversos climas, los habitantes
reparten amoldándo~e á las facilidades para ga_na; l_a vida, ó sea d_e acuerd? con l~s lineas de fuerza y de resistencia
que ejercen influjo ta~to mayor cuanto _ape~as prmcip_Ia ~ entrar ~n JUego la mdustna, que en parle ~odifica
el relieve
respecto
desde el punto de vista de las comumcacw nes: ternlorws un dta abandonado s, por quedar excéntncos con
de las grandes vías comerciales del globo ó. de las de un país, mañana serán poblad~s, cua.ndo el comercio toque
fácilmente á sus puertas en demanda de las r~queza~ que el. suel? guarda ó p~ed~ pro~ucir medtante cultivo.
Por lo dicho, la cifr~ bruta d_e la denstclad ktlométnca, st es de gran s_tg~IficaciÓ~ en los pueblos viejos en cuyo
habitáculo íntegro se ha deJado senttr la mano del homb;e, resulta absurda é mcllad_ora_a errores ~u.ando se la
aplica no
hace tiempo, ct~ando todo su terntorw no es utt!Jzable: Egipto en el
sólo á los pueblos nuevos swo aun_á los formados
ribereño ·del Nilo es un hormtguero humano; pero esa denstdad enorme y real se transfurma en cifra irracional
oasis
divisor se
si al área del oasis se suman los extensos y aledaños.de siertos hasta los límites políticos del país, porque el
Jamás ~~rá JUsto hacer cargo á ungrupo de hombres porque no han utilizado
aumenta sin motivo ni razón, puesto que
un territorio inhabitable en la verdadera acepcwn de la palabra.
Lo dicho debe te~erse en cuenta al tratarse de Colombia, en la cual la ~ensidad absoluta, que apenas llega 5
á
~1 y todavía si en la misma
habitantes por k. o, sube enormem~nte al ~escontar área de la_s soledades onentales, más
zona poblada se descartan las porcwnes aun no habitadas P?r dtversas caus.as. _En efecto, es estudiando el
desarrollo
actual en el espacio para deducir
de un país en el 'tiempo como se puede formar concepto lógtco de su localización
consecuenci as que tengan alguna ra~ón de ser. . . . .
Verdades de Perogrullo, se dirá; pero es preciso recordarlas cuando. se las o~ vida de ordmar10 6 se les da
la
s y faltando por completo á
espalda para escribir falsas homilías de relumbrón en pro ó en contra de tesis determinada
los fueros de la verdad ( r ). . _ . . , .
Sentado Jo que antecede, si consideramo s la carta de la act~al den~tdad ktlometnca d~ los di versos anaqueles
del territorio y la compaginam os con la fis~gráfica y con la de las t_nb~s existentes á fines d~I stglo XV, salta
á la vista
los mdws al terreno, es dectr, se desarrollaro n donde
un hecho capital: )a densidad de la poblac1ón se amoldó entre
les fue propicia la naturaleza, contra 1~ ~u al no tenían ~rmas para l_uchar, y l_os conquistador es~ que en estado de reposo
por mtermedw de éstos obedec1e1:on por lo pronto á las
~o podf~n subsistir y crecer sin el auxtlw de los conqmstado s,
notable: l_a densidad actual, es decir, Ja
mfluencias de la topografía (2 ). Y este hecho se complemen ta con otro no men?s
del nuevo ocupante, se muestra en un todo anál~g~ á la de ~1ace cuatro centunas: donde nvíagran número de indios es
hoy densa ]a población; donde ellos faltaban conttn_ua el vae_w ó poco menos, ha~ta el punto _ele que las densidades que en
existentes
la apariencia se salen de (a regl~, entran ~n ella SI se prescmde de las c?atro ó cmco poblaciOnes f!1ás grandes
te tiene que ser mayor en
hoy, por cuanto son hijas en pnmer tér~mo d_el_ desarrollo del comercw, el cual naturalmen
el siglo XX que en los momentos ~el pnmer viaJe _d~ Colón. . . .
En una palabra, las tribus mdtgenas _adqumer.on en el c~l'~o de los tiempos. la expertencta del territorio y
de
esa "ciencia" indispensab le para crear colomas extens1 vas, _base u m ca de futuras enttdil?es el u rabies, fueron aprovecha-
con el
dos discípulos Jos peninsulares , puesto que todas las_ pobla?wnes fundadas en el corto llem_po de una generación
propósito de que fueran considerabl~ s en 1? porven1r, realizaron el sueño de l~s que les dteron el sér, debiendo ad ver-
tirse que esa generación no fue la mt~~a stno la heredera_ de_!~ de los descubn~ores del ~~evo M un lo.
las
Que la demidad de la poblacwn obedece á los prmc1p1?s sentados, prueban lo las c1fras que expresan la de
climáticas de la parte poblada, montañosa ú occidental, á saber: .
distintas zonas

Tierras calientes (millares): 15 por k. O


templadas - 17 -
frias 23
paramosas r5

Los hechos nos dlcen que aislad_a mente ni el relieve, ni el clima, ni la riqueza del territorio determinan la densi-
aún siendo
dad es decir el desarrollo de ]a población, la cual depende de leyes en extremo complexas y mal estudiadas
sí n~table q~e sean ciertos macizos y los remates ~oreales ~e las creste_rías andinas ( moder~o~ desde el punto de vista
y ¡ grandes valles ele determmado ongen geológico (cuencas de hundimiento ) las tierras donde
de su forma actual) 03

detenerse á
(• ¡ Fundaban los españoles caser!o.s en las grandes vías que conducían al mar ó _en los misu:os asien_tos de los indios, sin
examinar lo ventajoso ó desfavorable del sili?, ora muy apa~t.ado, ora trepa~:> sobre las cordilleras, ora. e~ las orillas pestilenciales de un río, ora
de un valle malsano; y de allí Ja falta de acierto. e o la elec~ton d~ lo~ paraJeS en do~de echaron los. Cimientos de los
pueblos, pues los intereses
de una tribu bárbara no podían ser Jos de una ciudad destmada a VIVIr del comercio y de las relaciOnes de todo género.

( 2) El sistema de los repartimiento s era el único medio de conservar la tierra conquistada.

©Biblioteca Nacional de Colombia


2
1:asi n? había in?ios y las que continúan despobladas: al parecer la densidad kilométrica se amoldó aquí á la armazón
tectómca del pa1s.
La carta nos seiíala cuatro polos de atracción igualmente distantes, dos á dos, de los raudales de Honda: al N. las
bo?as del río Magdalena y al ~· las breñas d~ TúiJuerres; al Occidente las tierras de l\Iedellín y al Oriente los relieves
ch~bchas; polos enl.az~dos oblicuamente, dos a dos, por las zonas q_ue gu~rdan el '~alle del Cauca (alto Cauca) y, el del
baJO Magdalena (d1stmto del cen lral), con lo cual se forman dos faJas obhcuas de tierras pobladas, unidas también obli-
r;uamente. por la que. se ene uen t r~ en la parte al~a del gran río. Y todas _c~Jatro regi?nes (o?ciden tal ó andina, o ríen tal
o granadma, setentnonal ó costena y central ó ne1va~a) presentan hoy casi Igual densidad hlométrica, lo que indic:!. de
so~ra que una de la~ grande~ n,ecesidades.~e ColomiJla es la canalización y población del Magdalena central y la con-
qUista de l.as montanas _del Swu y de PerJjá,,las que respectivamente tienen al pie los cuencos de los golfos de Urabá y
de Maracaibo, tan semepntes en su topografla ageneral. ·
En todo caso los fenómc_nos cumplid?s á este respecto, es decir, el desarrollo de las tierras calientes, es en extre-
~~o consolador por ~er Colombia país esen,cwlmen te troptc.al ( 1 ), y est~r en la zona cálitla, n? sólo las principales de sus
nquezas natur~les, s~~o hasta el mayor numer_o ~-e sus pnnc1pal~s mmds (esmeraldas, platino, oro, etc.). y hay que
hacer grande ~tncapte en este pu~to, porq~e dta:Iametlle se escr1be la sole_mn~ he,rejía de que_J~ _den~idad de población
depe~de del cl¡ma, lo que de. ser c1e~to eqUiv~ldna á declarar que Colombia proas logrará ctvÜizactón efectiva, puesto
que sw brazos numer?s.os, ~In densidad considerable, no es posible el sólido progreso material.
. Por fortuna RIOJaneJro y Pernambuco y Bahía_, ~a Habana y _Nueva ?~Lans, Ca_lcut!l y Madrás y Bombay de-
clatan á· la faz del mundo la falsedad de aquel determinismo contrariO al espmtu de la ctencia moderna. Por. fortuna
Cartage.na, y. Barra~quil.la, y la Cíé?aga, y Cúcuta, y Buca_ramanga, Y. San Gil, y Girar_dot, y Honda, y Cali, ele. etc.,
son ~rendas de_ la v1ctona del ~rabaJO humano en lo por ventr. En el baJO Magdalena ex1sten ya muchas porciones con
denstdad supenor á 2,500 hahttantes por legua cuadrada, la que no es superada en Europa sino on las regiones de in-
tensa vida fabril, como es natural.
El hombre vive aclu~l-~e~te dondequiera qu~ e~cuentra medios de ganar dinero, sea en f ondikle, bajo el círcu-
lo polar, en el delta del MJsJSJPI'Ó del Ganges y pnn:Jpal.mente en la proximidad delii!ar, verda~ero lazo que une Jas
nact_ones:. hoy en la Costa, en tod? lugar.que e~té á smte u ocho días de Nueva York, s1 puede dtsp?ner de riego, el
culttvo del banano es ~ás pr?du_cttvo que las mi~asde oro de las cordilleras; y cuanto al desarrollo Intelectual de esos
pue,b!os d?pende en pn X~er termu; o de la res?luc1ón de !os
prol1len~as cconómicos1 porque ~I~n.tes hambreadas no tienen
espmtu m. voluntad p~ra consograrse al. culttvo de la c~enna. Ilaha, ayer en pé~unas condtcwnes par? la lucha indu _
tnal, por falta de carbon, se leYanta rápidamente y en cwrtos ramos ya ocupa pnmer puesto, merced a las cascadas de
las montañas que antes eran formidable rémora al comercio internacional; Hamburgo dista más de los E Lados Un¡Jos
que El Ha,(re ó Liverpool, y sin embargo ya supera á todos los puertos auropeos por razones de orden comercial que
han primado sobre las de la posición geográfica.
Que.se modifique sobre el globo el actual trazo de las líneas de fuerza y de resistencia, y Londres dejará de ser el
centro comercial de la tierra, como no lo fue, por esa causa, en otras épocas de la historia. Un día la n:tayor civilización
de América estuvo en Cenlroamérica, y la de Asia brilló en torno del Golfo de Siam..; en· tanto que pmás conocieron
fenómeno semejante las llanuras de Siberia ó las Praderas ó Australia, que tanto pesan á la fecl~a en el mercado comer-
cial. Cuando Córdoba era el París de Európa, imperaba la barbarie en Inglaterra y en Ge~mama; fo.eron los griegos,
tan pequeños en número, los creadores de la civilización occidental; no han podido produw· todaví¡llos pujantes Esta-
dos Unidos nada que en las letras ó las artes esté á la altura de Cervantes, de C(l.lclerón de la Barca ó de Yelásquez. En
suma, es antipatriótico predicar ciertas ideas al pueblo, y -es de espíritus desequilibrarlos desesperar del porvenir.
Y á este respecto son elocuentlsimas las lecciones de la historia: al medio r;;iglo de_ fundado Bogotá, la población
de estas montañas orientales, del Sumapaz al Táchira, sometida al yugo espaiÍol, se esttmal:a ~n r,ooo blancos y unos
r 35,000 indios (2); dos siglos después ascendía á 75,000 blanco , 11;10,ooo mestizos, r 35,000 md10~ y r 2,ooo negros: los
indios, crue siempre aumentan lentamente, fueron poco menos que destruíJos por la viruela y el ~tfus, de_suerte que un
siglo después de la coniJUÍStn, apenas se estimaba su número en /¡o,opo. En la actual ida.! la población de ~Icho terrjtorio
excede de millón y medio de almas, á pesar tle las o·uerras, ó sea se ha triplicado en 130 aií_os, es decu· r¡ue :'\Un sin
el auxilio ele ninl;iuna emigración, si se conserva la paz, será de más de tres millones al medrar el presente siglo. No
llegaLan á r.¡o,ooo los antioqueños liace siglo y tercio y, sin contar una <:re cidu .emigraei,í n á las tierras vecina , hoy
alcanzan á casi 8oo,ooo, de donde que en rg;:¡o seguramente excC'derá11 de dos mrllones. Para ~s~ .fecha el país entero
!Jodrá contar diez millones, es decir, estará salvado como.nacióo , si se sostiene la obra de paz IntcHlda por el Excmo.
Sr. General Reye<;, porque la causa de todos ·nueslros males y atraso rad~ca r_xclusi_'' -J.mcnteen las ~uerras,consumido:as
del ahorro que es el trabajo acumulado en las épocas norma le_s, en cspccwl st s~ ~llende á que aqu_ellas no sólo han stdo
civiles, sino en parte religiosas, ósea del peor carácter posible. La ~uerra ciYJI acabó con Grecta y H.om~ y mantuvo
la barbarie y la miseria en la Edad Media, en tanto que á la paz interior de?e_n su gr_andeza todas las naciOnes ~ivili­
zadas. Por tal•motivo suponer, como lo han hecho algunos, que la guerra crvtl no ttene la culpa de nuestra rullla y
miseria no sólo es un pecado de lesa patria sino un delito de sentido común: tres lustros de pués de organizada Colom~
bia, el progreso y el trabajo palpitaban en todos sus ámbitos; en seguida las revoluet'ones de tod_a especie fueron colman~
do la copa, la que por último desbordó ·al finalizar el pasado siglo. Y quien en tienda de ~st~dfst1ca y hHga los análisis del
caso, quedará convencido hasta la saciedad de que los cuatro aiíos que llevamos de paz efecltva, de tal manera han mejo-
rado lo que parecía mal irremediable, que ya al borde del abismo se contuvo la bancarrota en la cual habría naufra-
gado nuestra nacionalidad; el año pasado las aduanas produjeron tanto como las de Perú, Ecuador y Venezuela reuni-
das, y el comercio calzó los mismos puntos que en vísperas r:le la grande insurrección: dos año~ más y nos encontrare·
mas en la situación de los buenos días del caté, lo que dárá impulso al crecimiento ele la poblaCH)n, la que en parte de·
pende ele que haya pan en los hogares. . . . . . , .
Tal vez no sean inútiles las líneas que anteceden, para combatir permcwso pes1m~smo, )'para conclutr mserta~
mos los cuadros del desarrollo de la población en el ' terrilorio colombiano.
( 1) Si se divide el territorio de Colombia en 20 parles, desde el punto de vista clirnáti ,;o, l4 de· ellas representan la tierra c•liente, 1 la
templada, 2 lafria,t la panunosa !/ CILbierta de nieves. Es, pues, Colombia un país tropical por e;"celeocia en el cual las tierras fdas no tie-
nen ólra misión que· la de ser pro~ucboras de habitantes y de servir de sanatoriam temporal á los trabaJadores de las cál.das. El olvido de e te
hecho por siglo y siglos tiene buena culpa en la actual miseria del país.

(2) Nada tan ridículo como suponer t1ue aquí había int.lios por cientos t.lc mile~, sólo poe acu sar á los españ:Jies católicos de baebarie
superior á la de la~ hordas d~ ~tila. Suponer la' nación Cbibeha más num~osa que los súbditos del Inca, y con ao-ricullura formal sin ganados,
cereales ni ilerramJenta ~ metaltcas, es un absurdo como no hay olro, y stn embargo, no faltan gentes, ul parecer sensatas, que lo hun soste-
nido tun campantes

©Biblioteca Nacional de Colombia


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(PRIMERA CARTA ACEPTABLE.DE lA nOMARCA)
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©Biblioteca Nacional de Colombia
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PLANO DEL CAMINO
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VALLE DEL CAUCA , rM!IDhLENA

1.000 METROS SOBRE EL MAR


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1

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2~SECCION G~

~~ SECCION
1 q. .S·

CARTA GENERAL
lcr=:::1I:O=:::'l:t:'o==~:•
30
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"10 50
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r. o '10 80 KS,
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F.u.V v V.
CRI\BÓ:
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f7t RIO MAGDALE
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(3~ PARTE: PARTE CENTRAL)

ISLA DE MOMPDX
CPARTE NORTO

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+ NAUFRAGIOS. L.- ...J.. • • \
'· --U _'! :r . /' JD. COLDMEIANAS
._ ! ~- t_~ 5 ID. taEOtiRAFICAS

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EL RID
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HflNDA Á S. BARTOLONECSt~~Jl)
DIBUJÓ:
F.J .V. V.

., -
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EL RID
MAGDALENA
3A PARTE: PARTE CENTRAL
DE S.BARTIJLDMÉ A I.EBRlJA(SctNJ

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f.LJJIERCIABA. '6 VELAS!: O
r&B.AB.IÜ . .
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PARAMOS DE
SUMAPAZ
CSECCION NORTE)
lORII!iÓ
1\.1\P. MADERO

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ORIGfNES
. .,_ ~DLDMB1.1
DE
MEO JO SIGLO DE C~ NQ.UlSTAS Y COLDNgZACION
(PRIMERA CARTA Ci!RREC'7'A SOSRE_LA MATERIA)
INFLUENCIA DE LA GEOf;M i' lSICA SOBRE LA POLJTICA.

1DO KS. "2DO


Pmt rrmnrrn:'T'7' ,n:
SD

~ MAG ISTRALES
-~ VA~UADAS

F. cl.V.V. • CONST RUVO,

A.M. MADER O-GRA BO.

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1.

LOS ORIGENES DE COLOMBIA


LA CONQUISTA HISPANA

Causas perfectamente lógicas_ han _impedido _el estudio correcto de la con_qu,is_ta y colonización del territorio
colombi ano por Jos españoles, ~n.el_ s1g-lo XVI. E_n pnme_r Jugar, la falta_ de ~~entes h1stoncas, puesto que la malor parle
de los documentos permanece mecltta en el Archtvo Nacw_nal, y ln -rubhcacwn ele las obras de Jos grandes cromstus de la
época es reriente, por así decir. En ~egun_do lugar? las paswnes excilad~s por la magna gu~rra y la sangre de los már-
tires vertida por los penins?lares1 lnz? nurar con nor~or, por muchos anos, c~anto se re_lacwnaba ~on el nombre espa-
ñol, suponiendo posible lo Imposible o sea la de~trucc1ón del p:~.sado de la nacró?. emancipada en mll combates. En ter-
cer lu gar, mal conocida y peor_ tratada la conqutsta por los e~cnlores fc~nces~s _e 1ngleses, mentores de los colombianos,
se les hacía coco en el Yilipendto que ellos pretcndtan arroJar, por odw re!Jgwso, sobre los seiíores del mundo en el
siglo XVI. En fin, la ciencia histórica estaba por fo_rmarse y se red~cía ~fofa palabrería, puesto que nadie se preocupa-
ba por establecer la verdad de Jos hechos y se les JUzgaba sobre smtes1s err_adas.
l\Ias los tiempos corren? y h~ ll egado ~1 ~.omento el~ ~~ordar su estud~o á la luz d_e _nuevas antorchas, de las cla-
ridades de la verdad establectda sm esos preJ uictüs tan dificiles de desarra1gar, que VICiaron hasta obras como la de
Taine, tod avía maestro para no pocos nacio>1ales,. ~o obstante que allend~ el A_tlántico . nadie osaría á la fec!t::~ citarlo
como a u loridad en el particular; del sol de la c_:Ittca moderna, que . p3r desgra_c1a no bnll_a en e~ta Atenas, puesl_o que
aün se peca mortalm ente contra sus sanas ensenanzar::, como lo testlf1can los mts~os tr~baJOS rectei?-temente pub!Jcados
por Ja Prensa de la capital: la frase puede ser amllrga, pero el error debe comballrse sm tregua m descanso(*).

La ocupación del suel_o patrio po_r los ~e.ninsula_res presenta dos per~odos esencialmente disti_ntos por el diverso
e tado de ánimo que produJeron ~onscwn~e o Inconscientemente en los mtsmos actores en el grandwso drama: la con-
quista y la colonización . En la pnmera, dtversos g~upos de ~ahentes ~ventureros se lanzan sobre el territorio sin otro
1n óvil que ranchear el oro acumulado por_ los ::~bon~cnes en s1gl~s de stglos; en la segunda, esos aventureros resuelven
establecerse defi nitiYamen te en lo~ terntonos recor~1dos Y ~1 destmarlos pa~a patria. ~e sus hijos, cambian de sindéresis
como por ensalmo, y á una trabap n por 1~ fundactón de cwdades y encomiendas ( ), palabra que resume admirable-
mente cuanto puede decirse sobre el parttcular.
Empero antes de entrar de lleno_ en _el asunto debe hacerse notar que la conquista del territorio colombiano se
amoldó perfect~mente al relieve delterntono por dos razon es : porque la geografía física se impone en la obra de los
hombre s y porque Já población aboríg:ene? escasa de m~dios de .luc!la con la naturaleza, sufrió esa acción con mas inten-
sidad, y en ]as líneas de Jos poblados tnc!J.ge?-as_se movteron p~·mcipalmente los españoles, como era natural. Superpón-
ganse )as cartas del relieve, de la poblac10~1 mdta, dr. la conqmsta, dd desarrollo del país, de la Toponom ást ica (***)y
la densidad actual, todas dibupdas á la misma escala, y _se verá demostrada la antecedente afirmación.
El novísimo trabajo de Andrés l\Iater sob:c ~1 ongen·de las a{d~as, es . decir, de los primeros núcleos de pobla-
ción, escrito sobre la realidad de los hechos nos mdtc~ con toda pre?IStón, aphcándolo ~_Co l ombia, por qué se yuxt::~pu­
sieron aquí las dos formas fundamental~s de la matena, la depewhente de las condtcwnes geográficas de l respectivo
territorio ósea la comunista, y la que Ltene por base la etnografía ósea el parentesco, las cuales se superpusieron en no
pocos lu gares. . .
Así las tribus caribes, como los panches, por eJemplo, edificaban las viviendas sueltas sobre alturas es decir
d ominan d~ el horizonte por causa de la continua luc~a en que vivían unas con otras, en tanto que las conquistada;
chibchas edificaban sus bohios en el fon~o del re~pecliVO v~llc y en torno del cercado ó castillo de su señor caribe y los
otros indios de las cordilleras no conqlllstados aun se reuman en verJaderas aldehuelas ó palenques fortificados en toda
la acepción de la palabra.
(") y u~ o de Jos J?~ts arr;tip-ados aquí es el de equiparar c?mo autoridades igual~s ~obre ¡¡na _época á los contemporáneos d~ ella y á los
que sobre la m tsma cscrtbt~ron d1~parat~daruente después, por eJe~1plo, ~aslellanos y S1~on, y segu1r declaran.do buenos los trabn.JOS que pug-
nan co n las fuentes como CICrlas b 1ografws de hombres de la Colonta rec1entemente publtcadas por El Bolctln, organo de la Academia colom-
biana de la Histor ia.
('*)Existen en el Archivo centenares de cxped !~ntes sob_r~ indios, e~co~iendas y enco~uenderos, y de ellos y de las visitas usuales en la
época rcsulla que :.t l principiar la gran guerra de los PlJaos, declstva en la lustorw de la Colonta, existían ya organizadas rn el país las siguientes
encomiendas:
-· Pasto, Gualmatán y Chipalillo, Barbacoas, Almaguer, Popayán, Pandiguando, Buga, Anserma, Toro, Cartago, Chocó, Piosa y Supinga,
Cm·amanta, Tiche, Tuluá. .
Cáceres, Las Gallinas, R emed ios, Pipes, Zaragoza, Garma, Arate, Fr<Jgua, Pence, Vegicos, Parilare, Panteyalarue, Suarua, Titirihí,
Norisco.
Carla(Jena.' Tolú, 1\Iom_pós, Bara~onn, Cochicán~ Ta_m~l~t, Tubará ,alto Y. bajo), 1\Iazag-uapo, G~acho, ~[orro, Pulinyatí. Chevasa, San Bar
tolome, San Franc1sco, Chapa, Oc~ma_rarap,t, SlrnJtJ, i\[ahates, _Pa?s1gu_a, Pallaca, Pamav1cha, Smcobcche, Talaigua, Chiloa, Chiao,
Loba, Galapa, Momperime, Palvall, Ttgua, Cucaparua, Guayepo, Smsastchoa, Esquimés.
Santamarla Tenerife Valledupar, 1\Iamatoco, 1\Iate>.
Neiva Tirn ::t~:\ lb:.t"'U¿ Mariquita . Victoria, Honda, Coloya, Piedras.
Santa k La PaÍma. ~\Iu~o, P_acho, ~~p~rrapi, Abip~y, Guachi_pa.y, ~ocaii:?a: Sasaima, Anapoima, Fontibón, Santafé, Teusar¡uillo, Chía,
Sopó, Gachelá, , MonqUJr~, Tmb1ta Macheta, Gacl~anctpa, ~tpaqu1r~, N~mocó~! Tasgatá, Tinto y Tcmenquirú, Suúti,·a, Bos 11 ,
Sub~, Turmeq~e, Gunt~v1ta, Len.g-~azaque, 9uach_ela, Sula,. Pasaga, C1pacon, .~aJICá, Susa, ~uta, Suesca, Fuqucne, Funza, Cucu -
nuba y Bobata, Eogat 1vá, Sesqtnle, C_hoconla, .Ch1paque, P1rauna, Ca1ma, l\Iat1ma y Anola1ma, Usme, Tabio, Choachí, Fag-u1,
P~ime, Itoco, Murcu:', y Guamaq~e, U baque, Caqueza, Uhatoque, Fusagasugá, Une, Tibacuy, Cueca, Topaipí, Arripí, Pinsaima, No-
calma, Yacopí, Suhachoque, Tumba, Cucuguate, ~aune, T~yo. .
Tunj,a,_ Cha,Yne, _Cómhila, Pa;e, B'lav!la, P~s:a, Boaca, Cochnnla, Putpa, Cuca~ta, Panqu~ha! ~áchi_ca, Oyucntá, Ciénaga, Tuta, lc<1buco,
ft~a.na, Clus~as~ lbacapt,_ Paun.a,_ .Ch1sco, Sora: .G~ateque, Gua¡;uape, lota, .l\!omqu1ra,_ ~!uta, Caratá, Guavatá, Cerinza, Tupía,
Cu't.tva, Soala, fencoqutrá, Suatn a, Chunala, F_aln a Y Dcoso, Cocuy, Busbanza, SolaqUJra, Chámcza, Garagoa, Tupía y Cuítiva,
Curan, Ta•aduca, Tegtn, Tenza, Guayatoqn~, Gu~psn, Somoodoco, ~ulatasco, Nomasguale, Tiquisola, Tune, Coasa, Motavita, Qui-
pausa, Comechoque, lbausa, Paseas, Pare, Stca~ha, Topngua, CuaqUJrá, Isa, .1\Iinispi, Guaneca Sitaquezipa Trjiba Tayo Carcas'
Soatá, Tinjacá, Carquitiva, Gámeza, Ocur3, S'út1va, Cheva, ll1oquecha, Oyamora, Toquecha Ur;a Cucaila S~ sbaqué' Cufti~•a Ata ~
Boquipí, Bótiva. ' ' ' ' ' ..,.
Vélez, ~hatá, Chocoa, I3utaré, ~hanloa, Chipacoca, Soratá, Tcquia, Bochagá, Uchauuc, San Andrés, Pinchina, Popoa, Ondocra, Onza ,.¡
Clncarnoch_a. . . . . . . . .. .
Pamplon?, pcaua, Salazar, _Chllaga y Caclun, Pampon, Chtlagoto, Velas, Botare, Bot•ps, Ntpa, Lajas, San Fauslino, Cácota, Chinácot

Serv1ta, Suratá, Buca!'lca.
San Juan, l\Iarsatelas, Quio abó~ Tama, .:\Iorcote, Gateen, Santiago, San Sebastián.
(***) En especial en el vocablo agua, río, como el qller del Sur, el bio de Popayán, el dó del Chocó, el ti del Darién, el oa de Bolívar y
Santander, etc. ele.
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-2
A l conquistar el sue lo los peninsulares y decidirse á co lon izarlo de u na manera eficaz se vieron obligados á
fundar poblaciones á la usanza de su país, es decir, con las viviendas agrupadas en los bloq ues llamados manzanas. Se
trataba de un problema nuevo cuanto á su prtmer desarrollo y en su resolución influyó decisivamen te la idea religiosa.
En efecto, la norma fue la cruz del Redentor en su forma griega, de donde una doble im portancia para el crucer o ó sea
la plaza, única en tal concepción ( ·). En torno del cuadrilátero elegido para plaza se trazaban, p ues, cuat ro frentes d e
man zana y tras cada uno de ellos se delineaban tres manzanas completas, es decir, doce po r tod as, emblema de las d oce
tri bus de Israel. Entre los brazos quedaba, por lo tanto treinta y seis manzanas "futuras" cuya área, q ue res ultaba
aumentada de precio por la ocupación de las doce primeras, constituía una renta para la in cipien te paLi ación, cuand o no
un halago que incitó á varios para gue tentaran la fundación de nuevas poblaciones, no obs tante lo difícil que esto era
por la oposicióu que á tales fundacwnes presentaban los vecinos y autoridades locales del poblado en cuyo territori o
jurisdiccional se pretendía realizar la nueva fundación, por razones que por claras no es preciso enumerar. De tales
tr abas y .de las demoras consiguientes hay curiosas pr~ehas en los respectivo.s expedient.r.s .de l A rchiv_o naciona l, lo
que explica de sobra por qné aumentaba con tanta lentitud el número ele poblaciones en el regimcn co lon ia l e··).
(") Elegido el sitio para fundar una ciudad, si en la futura plaza no hab1a un árbol se principiaba por hincar un palo tan grueso como
era posible, en cuyo torno se cdificnba un l:rblado ó mejor· tr·ibuna necesaria para el ecre~onial. H ec ho e~to, en el día scñ~lado ~e juntaban
en orden en 1~ tal plaza con ar~1as, banúcra~ (estandarte) y caj1, el Jefe subía :ll tablado y dcdaraba que J_u~dab_a la nueva ctudad en nombre
y acrecenlnmrcnto del pJ.trunonw el 1 Sol;eraoo, y que en ;cual de posesi )o lcvani>Iba allí aquel palo de .JUStr cw st nbol_o de la horca), en el cun l
hací;r :dgu_nns entall:!duras con _la espada desnuda, diciendo que aquello sustentaría y defendería ú quien se lo contrad r,cse. Los soldados con-
te;taban vttorcando .-ti Rey y d1sparaouo has! a tres veces las armaR ue fuego si l~s babia. En segu ttl:r, entrnndo en los ronchos levantados pre-
cisat;1Cnle e!!- torno de la plaza, el escribano tr m .-tiJa noln de los individuos que declaraban avecindarse en ~1 nue1•o lu~ar, siendo é_los los que
clegwn Cabrldo y J\lcalJes, r1ue entraban en funciones tomando una vara que ~e suponía del árbol que habwn plantado en la mencionada plaza
principal y hacían los apuntamientos del territorio en non \mero conveniente de encomiendas. En fin, se lrnaban ú cordel las ocho calles prin-
cipale; col'ladas _en. úngu_los. rect?s, ú pa_rtir de la pina, y en la s manznnas iniciales se distr_ibuían los solares para las cas~s de los mor~do­
res y para los cJ¡ficws publicos, cstos sJCmpre en la plaza uel luo·ar. Todo Jo que en contrarto se ha escr rto sobre las formaltdades de laslun -
daciones es simple invento de los escribidores. .,
(' ') Según Castellnnos, en la mlleslrLL ó rcl"i sla que pabÓ Quesada de su tropa al entrar al Nuevo REino resull~ron 167 hombres, y según el
Capilún Tafur 170. Ambas cifms son correctas, porque en In primern no se incluyen evidentemente ni el General n1 los dos Capellanes. La 1ista
de esos qo peninsulares, que va en seguida, se publica completa por primera vez, trabajada conforme ú Castellanos y Quesada y coro pletada con
paciente labor sobre los documentos del Archivo naci ona l (probanzas, testamentos, causas civiles y crimiDales, ele.) Las que ::~_ntes se hnbían pu-
blicado son un tejido ele errores yn en los nombres reales, ya por coofundir los soldados de los tres conc¡uist:rdores que se reunr~ron en la Sabana
de Bo~otá, Y. entre ellas ?S la más censurable la dada por Acostn, por afirmar él que h formó con gran trabajo, ?uando no es SIDO la copia de la
que hrzo Florez de Ocarrz, Con una i" mnrcamos los r¡ue no se quedaron en el Nuevo P,eino ó cuyo paradero se 1gnora.

AguiJar Alonso-Tunja . García Gonzalo (a. Z orro)- liiestanza Frnncisco-Cnjicá. Sa lamanca J uan-Sutatasco.
Aguirre Domingo (Aiparg-ate- Fusa~asuq·.í , l\[ontalvo Juau de-Bogotá. Sala zar Pedro de- V élez.
ro)-Sogamoso. García del Hito Antonio t- Ilion toya Francisco ele t . Sale;uero Francisco-l\Iongua,
Albarrada Estcban- Tunjn, García l\1achado ó Mnnchaclo Morales de Valenznela Mrgue!. Salmas Hernando de ;-.
A lbarracín Juan-~unja ­ Juan Alonso-Tunja. Tunja. Sánchez Miguel-.Onzagn .
Aranda Francisco ·¡. Gómcz Diego ·~, J\loralín Baltasar t. Súnchez Cogolludo Mateo-
Arias de Monroy Cristóbal- Gómez Juan Antonio- sme. Murcia Gutiérrcz Francisco, el Ocavita.
Macbctá. Gómez Cnslillejo Ilernando- isleño t . ::: ánchcz Montañés Die<To-So-
0
Acebo S 0tclo, Pedro de!-Zi- Suesca. Navarro Ilernando i·, taquirá.
paquirá . Gómez de 13 Cruz Francisco- N úñez de Cabrera Pedro- Sánchez Paniagua Dien-o (Cas-
0
Bermúdcz Anlonio-Ubaté. Subia y Tibacuy. Bonza . , tilblanco J-Tunja.
Bravo de Rivera Pedro-Chi- Gómez de Cifuentcs Juan - Núñez Pedraza Francisco- Sanchez Ropero l\Iartín-
vata. Paipa. Tunja. Tunja.
Bravo Diego (murió en com- Gómcz de Feria Francisco- Ortega Juan (el Baeno)- Zi- Sánchcz Soba el barro P e-
bate con los Panches). l3og·otá, paquirá. dro "f.
Briceño Pcdro-Bog·otá. Gómez Orozco Pedro-Pam- Ortiz Dic.!l"o-Bog·otá. . Sánchez Suárcz Bartolomé-
Camacho Zambrano Bartolo- plona. Ortiz de Car·ale Juan FranCIS- Tunja.
mé-Tunja. Gómez Portillo Juan --Usme. co;-. S:'mchcz Suárez de To ledo y
Canoas Juan de las "\-. Gómez Hiel de la Tierra y Ortiz Berna! Cristóbal ·;·. Melo Juan-Gachanci pá.
C aro R isano y Calvete Be- Sequillo Al onso-Tu njn. Otañcz ú Oñate Miguel de- E'ánchez de Velasen Peclro-
nilo t. Gordo Juan, ajuslicia<lo. Marirluita. Tunja.
Casas Fray Domin~o de lns ·~ , Gu.liérrez de Apoote Pedro ·;·. Olaya Antón de-Bogvtá. Saomarlín J uan de ·f.
Cnstellanos Juan-Tunja . Guliérrez de Valenzuela Juan. Olmeda Jorge-Tuoja. Santa Ana A!ltón-Tunjn .
Castro Juan Antonio de-Tin Vélez. Olmos Juno de-Nemocón. Santa Ana D rego--Tunja,
jaeá. Grasso Juan Bautistn-B0gotá. Pania¡;ua Manuel "f. Santa Ana Fer nando-Tunja.
Céspedes Juan - U baque. !Iernitndez Luis-Yélez, Paredes Calderón Diego de- Santa Fe Gaspar "f.
ColmeDares Pcdro-llogotú. IIernánd ~z de Ballesteros Somondoco. Seco Moynno f igue l- Agatá.
Corral Gó11rz del-;-. Fra ncisco-l3og-otú. P érez Antonio -¡·. Segura Diego "f.
Chinchilla Juan clc-Tunja. Jlernández de Bolcjam Pe · Pérez i\Iacíns de las Islas-· . Sil~a Francisco de-Tunja,
Daza de M adricl Pedro-Pesca. dro-l3ogo:ú. Pércz de Quesada Hcrnán- Suarcz Rendon Gonza lo-lea-
Dínz Frnncisco-Tunja. IIcrnánd Fz de las Islas 1\lartín . Tunja: . buco.
Díaz (ó Diez) C.trdo:;o Juan Tunja. Pineda Juan de-TunJ3 . Suárez. Sabariego Rodr igo-
Antonio-Suba. Ilct•núntlez de Lcdcsma Alon- Pinilla Juan- Tunja. Tunp.
Díaz Simón (a e{ viejo)- so- Vélez. Prado Juan dc-Vélez. Torre de la Juan Alonso-Vé-
Tunja. losa J erón imo~- . Prado Hernando-Tocaimn . lez,
Domínguez Ilerreño Beltrán Jiménez de Quesada Gonzalo- Ouincoces de Llana Juan- Torre Lázaro-Tunja.
Alon so-Vé lez. Bogotá. - Furaquirá. Torres Juan de-Turmequé.
Dunrtc Juan Antonio, lo co, Jun co Juan dei-Tunjn, Harnírez de Hinojosa Juan - Torres Contreras Juan de -¡-,
mul'i ó eu-Tunj~. Lcbrija Antonio-~. Tocaima. Torres Diego- Pamplona .
EslaYa Juan·;·. Le~games Juan ( cléri~o ). H.oa Cristóbal de-Sutatenza. Tafur Juan- Pasea.
Fran co Diego ·;-. Lópcz Juno Gil-S.irhica, Rodríguez Cnalla Antón- Tarde Humos Francisco-
F eroúnde;-. Alonso -Tunjn. Lóp cz de 1\lonte 11¡;-udo Pedro. TuDJ3. Cotn.
. .
Fernándcz M:rrco ·;·. Tunja. fl.odrírru cz Fr·aneisco-Soraca. Valenciano J uan Francisco-
Fernández tlc Eeija Fr,tn~is López tle Parle .Arro,ro l\-1 i- fl.odrí~uez Gil Juan-- Tuoja . Sanlafé
co~Tunja. g·ucl-Tuu,¡a. Rodríguez de León Pedro-· Y anegas (ó Vencgas) Carrillo
Fernánclez cle Gironda (;onza- Lozan o Fraucisco -;·. Tunja. Ilernando de-Gualavi ta.
lo-!3og-ot.í . i\[aldooado Baltasar-Duitarua Rod~íguez Parra Juan-Tc- V úsqu ez de Loaíza J uan ~-.
Fern:índez de León lhrt olo- llladas Gómez Gonznlo-Tunjn quta. .. V ásquez de llfolinn Andrés-
mé-j·. Martín de Ben avides Lorenzo. Rodrío-uez de CarrJOn Pedro Chocontá.
Fern<intlez de V~lenzuela Pe- Tunj'l. (Rodríguez l\lantilla de los V itsquez de Lciva Juan Pedro,
dro-B 'fjOlá. lll~rtín Peoro Alonso- Tunja. Ríos Sancho)-TunJa• Guane,
Figueredo Fr ncisco-Ci¡J!l- Martín de Inicsta (Mund ci- fl.odrí,.uez Bcnavides Juan ~-. Valle Juan del "f.
cón.
Fonte L áza ro~-.
niestn) Dicgo-Tunp. Rodríguez del Olmo Juan t. Ve!l"a Gonz 1lo Gregorio t.
.\[nrtín de Inic~ta Juan Alon· Rodrr~uez Cristóbal - Suesc:t. Villalobos N ., muerto por los
Galeano i\Iartín - Vélez. so-Tunja. Rome~o Dicgo-Engativá .. pan ches.
(;al lc(\"fl Fern án ·j-. l\Iartía Cobo (:\lin c _.bo) Sih·a Ruiz Corredor Pedro-TunJa. Villanue,·a Juan "f,
Gallegos Higuera~ Luis ·~. Alonso-Trwja. R':liz Clavijo Cristóba l-Tun- Yáñez PeJro ( Periáñez) -
Gamboa 1\liguel- Tunja. l\Iateos Ccg-nrra' Juan - Tunja. Tunja.
Garcín de las Cañas Pedro~- . JD· Y áñez Rodrigo -¡-,
lllarlínez Diego-;-. Ruiz H errezuelo Pedro-Pan-
García Es:alnnle Ii ernando- liicdrano i\limpujol Martín t . queba. Zarco Benito t.
Tunja. Méndez Rodríguez Gaspar t. R.uiz Francisco-Soracá. Zelada Cri stóba l- Suesca.
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EL CARA.RE
CUARARE- ARMAS- OPON>
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CONSTRUYO:.f . J. V. V
GRABO~ A.M. MADERO
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