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Ibero-Amerikanisches Institut Berlin

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VIAJES

POR

COLOl\Ll:BI A
EN LOS AÑOS DE 1891 A 1897

POR

JORGE BRISSON
(INGENIERO CIVIL)

Edición costeada por el Gobierno de Colombia en 1 ~99, siendo


Presidente de la República e(Excmo. Sr. Dr.
MANUEL A. SANCLEMENTE
·/ NTRODUCCION

Mi objeto al escribir estas notas no ha sido tI de con-


lar mis aventuras de viaje, ni tampoco el de comunicar al
público mis impresiones per sonalis; mi intención es la de
que se conozca á Colombia en el Extranjero bajo el punlo
de vista geográfico y pintoresco; de explicar sus curiosi-
dades naturales, sus costumbres, comercio, agrícultura,
minería, industria, etc.
Es una manía, casi universal entre los viajeros, poner
en primera línea la vida de. ellos para hacer comprender,
ante todo, los peligros que han afrontado, los sufrimientos
que han soportado en los diferentes climas,y las dificultades
que han vencido. Yo me he esforzado lo más que he podido
en dejar todo eso en el tintero.
'I'ambién me he aplicado á estudiar y describir las
. diferentes regiones de la República, con la mayor imparcia-
lidad, poniéndome, no en el lugar de un europeo sino de un
latino- americano.
Por este motivo publiqué primeramente estos estudios
en la lengua del país.
Cuando veo algo bueno, me complazco en referirlo;
cuando hay algo malo no lo oculto, pero tampoco lo exagero
ni recalco sobre él; In realidad no he tenido gran dificultad
-IV-

en lltvar el asunto como si se tratara de mi patria, porque


iengo cariño á la tierra que me ha recibido con hospitalidad.
La obr~ e;tá llena de deficiencias, imperfecciones, fal-
tas de todQ género, sin hablar del estilo, que naturalmente
es mM) incorrecto; pero esto proviene de que, además de mi
incapacidad personal, ha sido escrita en el monte, en canoa,
á mula, en el rancho del indio, jamás en un cómodo gabi-
nete al lado de una buena biblioteca.
Ést;¡,r¿ ,satis/echo si después de recorridas estas pá-
ginas1 el lector extranjero conoce mejor á Colombia, la teme
menos y la quiere más.
En cuqnto al colombiano, no le pido más que este elo-
gto: "i Es la verdad 1"

']. B.

I Bogotá, Agosto de 1 897


/

#t' el/amo6o autoí del ~~ óVi~é a' @Zúnte-u V t-

nté6!3 a.l ntte6Úa6 rfoledcu!erf de ~;ltÓa 1 vtérfó rfU !wt-,


tentoJa ve¡etaáé/n.l ntverfÚ2rf rJo!orJ,a4 cOicltlleííb6/ ntterfÚa6

atíe}tC06arf cataíata4/ 1Uteótía61alma6/ ceú!arf Ji !yÜC06


1 todrJ el~ó ele ntu}rfltarf óe~aó v~e,¡z&1 J ' ¡f{, ' cle6C{tdtérfc

de6de {¿,na emt'ne1'¿,Cta ej,06 tntl3ímú~at&j IIa'lWÓ donde

'oí1n(?ttean ¡a-nac/o6 rft.n c1ueno / r; drJ?zde e? rf()1 .nace y


rfe }o~e cmno en el mai-' - ¿ ¡tlé c1túá/ lt?é erfcültitá /
J ' ?
re}mzrfatJ<ta . . -- --,

JOS É C A ICEDO ROJAS


(Apuntes de Ranchería)
OBRAS DEL MISMO AU1"'OR

PUBLICADAS EN LA IMPRENTA NACIONAL DE BOGOTÁ

Exploración en el Alto Choc6, 1895 1 vol.


Casanare, 1896................. ..... .... 1
)J

./
EXCURSION PEDESTRE

De Buenaventura á,Medellín (1)

Es mejor gastarse que enmohecerse. ¿ NI)


tenemos toda la eternidad para descansar?
(El Obispo Cumberlaná)

CAPITULO 1
El Estuario del río Guayaquil-Puna-Ballenita-Manta-Bahía-EI Ríe Cho-
né5-E"ll1eraldas-Llegada á Colombia-Tumaco-La región de los Pastos-
Los indios-Un poco de Etnografía-Curiosidades naturales-La tagua-La
bandera colombiana-Buenaventura-La política-El papel mOlleda.

Septiembre 19 de 1891. Me em barq né en el Quito, vapor


caletero qne hace escala en todos los pequeñl)s puertos entre
Guayaqnil y Panamá.
A las 3 p. m. saludamos pOI' última vez á Gnayaquil, y á
las 7 p. m. nos estacionamos algnnr)s_minutos delante de la I sla
de Puna, á la salida del Estl1~Hio, para dejar allí al Gnarda
de Aduanas que nos acompañaha de:ide Gllayaqnil. La noche
. es mny oscura y no se divisa á lo lej.)s más qlle algnnHs l\lces
espéu'cidas <]ue pertenecen al peqneñ() pueblo de PIlIlH.
A la mañana del día signie'lte llegamos á B:.tllenita, ca-
sedo de ocho á diez I'anchos COf)st/'uídn8 en la m~J'~en ·rle nnn.
ancha bahía abierta, qlle llaman la Ensenada de 8anta Elena.

(1) Esta relación ha ¡;ido escrita hace seis años; por consiguiente hay en ella
alg~nos datos que ya no son exactos; pero lIO he querido modificar en nada 10 que
escnbí ent.onces, con el fin de que se pueda hacer la comparilción de los progresos
ó atrasos que ha habido en las diferentes comarcas que visité en esa época. Simple-
mente, cuando se ha efectuado algún cambio notable, llamo la atención del lector
por medio de una nota. (Septiembre de 1897).
-8-

La costa es baja y pelada, y el aspecto del lugar poco halaO'!l'


doro A nn cuarto de legua al interior se halla Santa Ele~a,
pneblito un poco más importante. Hay que desembarcar aquí
en canoas pequeñas, de nn solo palo, como las que trasradaban
frutos del país en el río de Gnayaquil.
Volvimos á caminar á las 12 y llegamos á media noche
á Manta, pe€}neño puerto de desembarque para Montecristo y
Jipijapa, cuya .industria principal es la fabricación de los somo .
breros que designamos en Europa con el nombre genérico de
Panamá. Se venden aq ni desde 1 á 20 sncres, precio más eleva -
do, q ne corresponde á n nos 70 fraúcos, so mb,'eros q ¡le valen en
Europa hasta 200 y 300 francos. La paja es de una flexibilidad
admirable, pal'ecida al tejido más artísticamente tramado, y
----4. su resistencia y duración permitell el lavado durante un tiem -

po indefinido, como nn pañuelo de bolsillo; fabrican también


hamac~8 y esteras muy preciosas (1).
Manta (300 habitantes), cuyo aspecto n0 es feo, con sus
oasas blancas y sn playa de arella en blando declive, se halla
situado, como Ballenita, en tUla amplia ensenada que lleva el
mismo nombre.
TQda esta costa, desde la Ensenada de Santa Elena hasta
la Bahía de Mornpiche, pertenece á la Provincia de Manabí,
cuya capital es Portoviejo, sobre el río del mismo nombre, que
tielle RIlS fueutes en el Quirotao, al Oeste del Corazón y del Di-
niza (Cordill-era Occidental). Es en los mismos parajes donde tie
ne SIlS cabeceras el río Daule de Gnnyaqnil, navegable ha3ta
ElBal8ar. De modo que se puede ir á POl'toviejo por la costa,
sea pOI' Manta, sea por Bahía, y por el interior, suuiendo hasta
El Balzar y pasando Inégo por O:medo y Santana.
- Durante la navegación veo varias vecas tropas de peque-
ñas ballenas y de narvales que desalojan masas enormes de
agua, y tiblll'OlleS que saltan á tres y cuatro metros sobre la sn-
perficie de las ondas.
21 de Septiembre-Salimos á las 11, y tres horas despnés
echamos ancla á dos mill as de Bahía, sitnado en la Bahía
de Caraques y á la desembor.adlll'a del río Olwnés.
Geográficamente, el verdadero camino para ir á Quito
desde la costa, el más corto y el más racional, debería ser por
Bahía y el río Ohonés, diriglélldose en línea recta al Este,
desde luegl) que Quito se halla en la misma latitud y á

(1) En Guayaquil no hay una sola casa, por pobre que sea, que no posea una
6 varias hamacas.
-9-

nnas 40 leO'uae de distancia por elevación. Existe efecti varnen-


te nna tro~ha abierta en la montaña, desde Bahía á Quito,
pero, según me aseguran, está ya casi impracticable para las
bestias y la transitan únicamente los indios.
Desde qne estamos ell marcha y á pesar de que nos halla-
mos á 1° de latitud SlI\' (pasaremos el Ecnador entre Bahía y
Esmeraldas), la temperatura es casi fresca y el cielo permanEce
nublado durante todo el día.
Bal¿ía es como los demád puertos qne hemos visitado has-
ta ahora desde Guayaguil: llna sepcilla aglomeración de
chozas. El aspecto de la costa ha variado por' com pleto; se
eleva ahora, á plomada sobre el mar, muy quebrada, cubierta
de mOIl tes y de peñascos.
Moten u[)a pequeña embarcación al agua, y el práctico,
8colllpañado de un oficial, va á sondear el canal de entl'3da del
Estllario dol río Ohonés; pero en vista dúl poco fondo, tenemos
que aguardar la marea.
A las 5 adelantl1mos por fin hasta algnnas bnlzas de Ba-
hía (300 habitantes), cuyas casitas de mader'a pintada, al pie
de colillas eubiertas de mOlltesy en medio de la v('rdLlra, ofre-
cen un aspecto qne no es desprovisto de agrado. El principal
comercio de Bal¿ía es la exportación del cacao; el año pasado
eln barc 'tl'on 30,000 q ni lita les.
Qlledamos en Bahía hasta el martes 22 de Septiembre,
5 p. rn., hora de Ia marea.
M~'ércoles 23-Llueve dllratlte toda la mañana hasta cerca
do las 11, hora en que llegamos delante de Esmeraldas, al pie
de cerritos cnbiertos de eFpesos montes y á la desemboca-
dnra del río del mismo nombre.
Esmeraldas puede tener unos 1,000 habitantes; su prin-
ci pal comercio de exportacióll es el tabaco, Q} lle, según veo, no
es de calidad mlly superior. Este peqneño puerto se halla abo
solutamente aislado sobre la cústa, y, por falta de vías de co-
mUllicación, 110 pneJe tener relación alguna con &1 illterior,
qll~ á mnclns legnas de distancia qneda cubierto de impene.
tr:ables selvas cUl'tCldas 1'01' ríos y quebradas infl'allqueables.
SIn embarg mo aseglll'an que los indios tl'311sitan en la mono
c
),

taña por ~elldel'us hasta Qnito, á dOllde se traslad,an desde


aq nÍ en 15 días.
Existe all'eJedúl' de Esmeraldas, probablemente á con-
sec~ellcia de dis¡.>osi.ción especial de los cerros, nn eco que
repIte con nua clal'ldad extraordinaria las llamadas de pito
de nuestro vapor.
-10-

Nos crnzamos con e1 vapúr Man abí., que alterna con el


Qu,ito todos los qnince días para el servicio de la costa entre
Panamá y Gnayaquil y que l'uelve ahora al Sur. Son estos dos
vapores los únicfls que visitan estos puertos intermediarios;
todos los otros van directamente de Guayaquil á Panamá. El
Quit y el Manabí pE:rtenecen á la Pacific S. lVev. 0. 0
La boca del río, que pareee bastante estrecha, se halla en-
torpecida por enormes 'bancos de arena, de modo 'lue tenemos
que q neda r á más de una milla de la playa.
Volvimos á emprender marcha á las 4 p. m. , con una co-
piosa IInvia. Esta noche dejamos las agnas ecuatorianas para
entrar en las c~lombianas.
Antes de drjar definitivamente al Ecuador (1) quisiera
~notar algunas observaciones generales 80bre esta República.
Según lo que he podido estudiar, de visu y comparativa-
mente, en las regiones que acabo de visitar con atención, el
. Ecuador e3, aegnramente, uno de los países más ricos de la
América del Sur, en cnanto á producción agrícola y natural,
tanto por .sus bosques de quina y de caucho, como por sus plan.
taciones de cacao (2), de café, de tabaco, de cañas, de algodón,
~tc.; por Slts minas de oro, de plata, de mercnrio, cuya mayor
parte queda sin explotar; sn clima, porque se presta á todos los
cultivos y que desde la costa hasta el centro pasa por todas las
temperaturas.
Desgraciadamente la falta de vías de comunicación en
primer lllgar (no hay más que un solo ferrocarril de 10 legnas)
y la mayor parte de los caminos existentes presentan extrem<lS
dificultades, y se hallan en un estado deplorable durante los
invierno~; la eSCllsez de capitales, la poca iniciativa y la indo-
lencia de los habitantes, las luchad y las pasiones po líticas,
todo concurre á embargar cllalquier paso que se qnisiera
dar adelante.
A 'menos fllle grandes empresas foment ndas por los ex-
tranjeros, .COJn0 el Ferrocarril Intercontinental, J->0l' ejemplo, el
de Gnayaquil á Q'lito, ó nna inmigración bien comprendida y
dirigida, venga á darle Illgún impulso, el Ecuador se halla
condenado á fI nedal' toda vía m nchos afios en la a patía, la me·
diocridarl y el statu q1.to.
Así es qne, v. gr. actualmente y mientras escribo estas

(1) Véue mi Viaje al illterior del Ecuador.


(2) El cacao más estimado del Ecuador es el que se cosecha á los alrededores
de Machalá, provincia de lOro.
-11-

líneas, la única preocupación de esta pequena nación, y muy


pequeña en vista de la extensión de su territorio, es la elec-
ción de nn Presidente, elección que sin embargo no tendrá
]ugal' si no hasta dentro de cinco meses (1); pero se hallan en
presencia dos candidatos opuestos que gózan cada uno de po·
pularidad y la Incha será, ó mejor dicho es ya, encarnizada:
el General S4fazar, candidato oficial, designado por- el Presi-
dente saliente Dr. Flórez, y el Dr. Ponce, de la oposición.
Púco nos im p0rta el que será elegido, pero usted pnede estar
seguro que los primeros actos polític<Ys que ejecutará el uno ó
el otro, apenas ha brá sn bido al poder, será. de destruÍr, snpri-
mir, cambiar, interrumpir el poco bien que habrá podido ha-
cer el antecesor; esto es regla, casi sin excepción, en las Repú-
blicas hispano-americanas. Por ejemplo, si el Dr. Flórez ha
ordenado la constrncción de un camine de una ciudad á otra,
inlllediatamente el sucesor mandará 81lspender los trabajos,
dejará el camino sin conel uír, y así q nedará hasta su total des ..
trucción, y decretará otra obra sobre nn punto 0pnefto. No
quiero decir que el nuevo camino no será tan nece~ario y útil
como el anterior, pero como es pro,bable qne antes de que el
nuevo Presidente haya terminado su período administrativo,
el dinero faltará en las cajas del Tesoro, Ó sucederá algún even-
to ~oIÍtico, ó materialmente no bastará el tiempo para termi-
nar el dicho camino, la obra será igl1almente interrumpida, y
quedará trnncada com0 la otra. Es por una de estas razrmes, y
hay todavía varias otras más, por las que el Bcuador no tiene
un solo camiuo terminado de no todo, y ha gastado, á pesar de
esto, Sl/mas enormes para cada nno en particular (2).
Jueves 24 de Septiembre-A las 8 llegárnos á Tnmaco, sin
que haya cesado un solo instante, durante la noche, nna de
esas JI u vías di In vianas como caen bajo Jos trópicos, q ne cada
gota llena nna jícara.
'rnmaco, primer puerto que se halla sobre las costa occi-
dental de Colombia, viniendo del Sur, está constrnído en una
isla sitnada en ulla ensenada que lleva el mismo nombre. Esta
.(1) Me llamaba en.totlce~ todavía mucho la atención las pasiones políticas in-
fantlles de las Repúblicas hIspano-americanas. ¿ Qué hubiera dicho si hubiera visto
como ahora en Colombia, el país preocupado en ulla elección presidencial dos años
antes de la fecha?
(2) Cuatro años desrués de escritas estas notas, estalla una revolución en el
ECI~ador, que quizás abrirá para él una éra de progreso. Eor medio de esta guerra
SUbIÓ al poder el General Eloy Alfara. Desgraciadamente en Octubre de 1896 Gua-
yaq~lil ha sufrido un terrible incendio que ha destl uído una parte importante de
la cIudad.
ensenada se abre inmediatamente al snr de las bocas del río
Patía, remontando el cual se va en tres días á Barbacoas (2,000
habitante~) pOI' medio de un pequeño vapor, y luégo por tie-
rra hasta Pasto (2,000 habitantes).
Alrededor de la isla de Tnmaco se agrupa todo un archi-
piélapo de otras islas é islotes que se prolongan en cadena hasta
la costa ecuatoriana (Provincia de Esmeraldas). E! vapor sur-
ca estas aguas tranquilas que se parecen á las de un lago,
al trRvés de un laberinto de verdura, de palmeras, de cocote-
ros y de otros arbnstoa de mil especies. Las islas SOft bajas y
planas, pero el paisaje es r.mellO y ri'3ueño, alegrado de todos
lados ¡.Jor canoas y caneyes.
Tllmaco, cuyos pies bañan en el agua, pnede tener unos
1,50n habitrulteo á In más, y se extiende, exteriormente en se-
micirculo, sobre el contorno de la isla. La mayor parte d8
las casas recnerdan la forma de los ohaletssnizos, y si 110 fueran
ll-LS palmas. y la vegetación calentana que les sirven de mar-
co y la ausencia de cerros, figurarían por la construcción un
pueblo de Suiza.
Encllentro en mis apuntes, escritos por rareza en fr&ncés
dnl'ante este viaje, ]a traducción de una nota sobre la regi6n
de los Pastos; como me parece interesante y pintoresca, no
resisto al deseo de volverla á traducir, ápesal' que esta repo~i­
ció n será fnrzosalllente muy inferior_al original. No apunté ni
recnerdo el nomhre del autor, pero probablemente alguLlos de
los lect.ores lo reconocerán á pesar de la desfiguraci€>n.
La región de los Pastos, qne forma Ull nndo de cordille,
ras)' mesas CII ya al tll ra es de 3,000 á 3,200 metros sobre el ~
Ili vel del Illar, ha sido Ilamáda por Ilumboldt H El Tibet de
la Amérie3 del Sur"; las cllmbres son las má~ elevad9s de
los Andes gralladinos. Llueve allí tánto, y en tan largas tempo
lada¡;¡, 'que h(\y nn refráll en el país que dice: que Ilneve 13 me-
ses el año.
Desde los !llrededores de Túquerres se divisan al Norte
]as rl)cas tr:H1uíticas que enciefl'an un lago de aznfre; al Snr-
oeste los volcanes en activ;dad de Ohiles y Ollmba 1 ; al Sllr el
g-l'an nndo de los Andes y el Nevado de OHyambe. Desde el
selldero que conduce á la cima del volcán de Túqllerres se ve
enderezarse el inmenso volcán de Pasto, y más lejos el hori·
zonte se cierra con los faral :ones de la Oadena do los Andes
Orienta les.
El indio de Túq nenes guarda en su fisonomía y en su
exterior los caracteres degeneradores de su raza: color bron-
ceado cabellos lisos y espesos, semblante duro y a1"0 frío de
estupi'Jez ó de indiferencia. Es resistente par,a los sufJ'in~i~ntos,
trabajador y testarudo. A pesar d~ su sellcJllez de eSpll'ltl~ ~e
vuel ve un O'llel'l'erO feroz. Se hum tila hasta hilcer eL SerVJClO
de bestia d~ carga y vive enteramente ignorante de su pobre-
za y de sn abyección.
Jamás el indio se atreve á contradecir francamente, pero
tampoco nunca aprueba abiertamente. Satisface á la másfil'e-
cisa intel'pelacióll por el eqnívoco "Oómo no!" Se necesita
mucho para que aventnre un "De ónde ! ", del cual parece
arre pentirse inmediata mente.
Respeta, e,1l primer Ing,lI', al amo, al Cura, en el cual cree'
y al cllal ohedece; illmediatalJlente después á los S:Hltos (los
de madera), delallte de los cuales se prosterna en la Ig-Iesia, y
haila en las procesiones al sonido de los borborigmos rituales,
del tambol' y de la flanta, groseramente disfn\zado con cilltas,
botone~, bujas de zinc y pañllelos de colLlr; y en tercer lugar
á sus Goberlladol'ee, qlle son especie de algllaciles indios. -
Mira al blanco con indiferenci¿.¡, basta al mismo que ha
llevado á espaldas desde Barbacoas; arrea delallte de él du-
rante las marchas á su mujer con una carga de dos Ó tres arro-
. bas; cobra lo que ganan los dos, lo consume en calagnasca
(aguardiente de calidad muy inferior) antes de terminar el
día, y vuel ve á em pezar.
Esto pasa as(si es un nómade, como lo Sull la mayor par-
te de los que van y vienen del Ecnador, y hacen dos viajes
mensuales á Barbacoa l. Si vive en su tambo, que tendrá una
cara cuadrada, cuida SUB animales y cultiva su terreno; se vis-
te pobremente en semana, y guarda para el domingo, cuando
va á la parroq(tia, la gl'ande ruana, tejida por Sil compañera,
cuyas puntas le vienell á la rodilla y está formada por rayas
abigarradas, sobre un fondo negro; [illientras más chillones son
los colores, más le gnstan. Este día oye misa, vende loa frutos
que ha llevado, compra sal y se emborracha imprescindible-
mente.
Tiene una manera de hablar, comprimiendo el sonido, de
una manera débil á la vez que aguda, que cuando se oye salir
del armazón enorme de un indio aucho de espaldas, y de exce·
lentes pulmones, fastidia considerablemente. Nada más cnrio-
so y original que el espectáculo de una pareja que se galantea,
estimnlada naturalmente por numerOBas botellas del horrible
y nauseabundo calagnasca, del cual todo individuo que quiere
enamorar en estas regiones debe estar provisto con abulldan·
-14-

cia. El formulario galante se reduce á un par de frases bastan-


te lacónicas: '~Pus será con busté." "Eloi! Pus venga de
allá," especie de patois hispano-indío; significa aproxi mada-
mente: "Pues bebo con usted." "Anda, pues, que venga de
allá." Y esto va y viene de la botella á la boca hasta terminar
la inmunda bebezón en un eructo final de embrutecimiento y
pe catalepsia.
La fortuna de esta gente es el producto de su agricultura,
que comprende todos los frutos de los climas fríos y templados,
con los cuales abastecen á Barbacoas; además la abundancia
det ganado, I-Os tejidos de lana, consistentes en rnanas, capiaa-
yos y pell()oes; los rosarios y jugndes qne hacen de tagua; y
los artÍcnlos de paja y de arcilla. Llevan á Pasto víveres qne
cambian por barnices y plata; á Barbacoas frutos también,
130m breros q ue cambian por mercancías extranj eras, cocos y
pescado, y al Ecuador mnlas y plata qlle cambian por sal, ba-
yetas, pinturas y otros artículos.
"El segundo foco de civilización, dice Eliseo Reclu~, en el te-
rritorioque abarca hoy CololDbi~, dependía del mu[)(10 quich11a, del
cual tanto el Ecuador como el Perú constituyen el principal hercl-
dero desde el punto étoi9~. Los habitantes de las mesas de T(lque-
rres y Pasto y los del alto valle del Cauca, en torno dc Popayán,
vivían bajo la influencia de la naci6n culta que moraba más al Sur,
('n las altas tierras andinas. Estas tribus, de natural muy dulce,
residlan en grandes y hermosas aldeas, en varias oe las cllalbs en-
contrábans-e casas hasta. de cien metros de longitud, y bajo cuyo
teeho se abrigaba un centenar de familias (1). Bstos i ndio¡;¡, los más
ti~)idos entre todus 108 oe la primiti va ('-oloro bia, no resisLiél'On
con la misma energía que los M,tiscas; aún díccse q1le por cente-
nares se ahorcaron ó se dejaron morir de hambre al tener notieia
de la pr6x.ima llegada de los españoles: f''le entonces muy fácil en-
contrar el camino de Popayán, como que qstaua j al oIlfl do con 108
cadá veres de los suicidas (2). En los idiom~B de las t'ribus retor.

(1) En esto hay sin duda error, puesto que es imposible que una familia cu ..
piese bajo un metro de techumbre, que es lo que aquí se le asigna. En el Caquetá
cada tribu ocupa un s()lo caney, pero ninguna de esas tribus cuenta más de se8enta
persona s.-Vergara y V.

(2) Los indias de Popayán no se ahorcaron. Después de conquistados por los


españoles, "se dejaban morir por no sujetalse á ellos," dice Ciez:i de Le6n, "y con
su prop6sito se perdieron y consumieron millones de ellos, comiéndose unos á otros
los cuerpos.-(Vicellte Restrepo).-Los indios que vivían en. el valle del P atÍl,
como los Quilbsingas, disputaron el terreno á Belalcázar en reñIdos combates, á lo
<Hlal no se atrevieron los Muiscas.-(Vergara y V.).
-15 -

nadas al salvajismo en el valle del Canea, en especial entre 108


Coconucos de las cercanías de Popayán, reconócense multitud
de palabras de origen quichua. prueba que la influencia de 108
pueblos de la masa peruana se hacía sentir, merced al comer-
cio y á la industria, hasta á muchos centenares de kilómetr08
al norte de su dominio político!" (1)
Encuentl'O también una nota sobre algunas curiosidades
naturales de estas comarcas. El puente de Rllmichaca, á 2,630
metros sobre el nivel del mar, es una bóveda natural sobre el
Carchí, de aguas ferruginosas de 40 0 centígrados. El padre
Velasco, en su cándida simplicidad, atribuye este capricho de
la oaturaleza al trabajo) de 108 indios del Perú. Más al Sur se
halla la Capilla de la Virgen del Rosario, en una cueva de ro-
cas llaturales (2,591 metros de altura sobre el nivel del mar).
No muy lejos del Salto del Excomulgado baja de la mesa de
Ipiales ~ara confundirse con las aguas del Males ó RlI michaca
y tiene 80 metros de altura.
Embarrámos una gran cantidad de costales llenos de ta-
gua ó marfil veget(l.l, qne es la frllta Ó ) Imendra del arbusto
cuyo nombre ciel\tifico es: P hytelephas macrocal'pa (muno-
cotyledone). La tagua, que ulla VeZ trabajada ee p:Hece, hasta
el pUllto de equivocarse al marfil, era mny empleada en Eu-
ropa hace algunos años para la fabricación de butones, mano
gas de paragll as, bastones de fan tasla, bolas de bi II ar, aros
de servilleta, peines, alhajas, y en general para todas las imi-
tacioues del marfil, pero desde el illvento de la úeluloide (2)
ha bajado mucho de valor, yel quintal de t}lgna, que val1a an-
tes 25 á 30 francos, no vale hoy más de 13 y 14. Embarcan
tam bién cueros de res en bastan te can tidad.
Observo que la bandera colombialla es casi la misma que
la del Ecuador: amarilla, azul, col<prada (perpendicularmente

(1) Bien que el dominio de Tahuantisuyo no pasará de Mayo, tribus emparen_


tadas con los Quichuas se encuelJtlan aún hasta el Norte de Popayán, como los
Guambías ; pero su núcleú fue roto y quedaron aislados con las inmigraciones cari-
bes que estab~{;cieron, al N"orte del Mayo, pueblos feroces y antrop6fagos que impe-
dían las relaCIOnes entre los peruanos y sus hermanos en familia étnica.-F . J. Ver-
gara y V.
. (2) La ce) u)oide, producto de la industria, inventado en 1869, es un cuerpo
s?lJdo, trasparente, análogo al cuerno, duro, muy elástico; calentado se vuelve plás-
tICO y maleable, y puede entonces tomar todas las formas que se le quieran dar; Juégo
vuelve á recobrar i:>U dureza por enfriamiento. La celuloide no es un cuerpo que se
halla el~ la naturalez a ; se fabrica de una mezcla de alcanfor y de algouón-.:pólvora
(" fulml-coton.") Este precioso producto tiene el inconveniente de ser muy com-
bustible.
-16 -

al asta); se diferencia de esta úl ti ma sólo porque el amadll/)


ocupa la misma superficie que los Otl'f)S dos culores jnntos; la
de Venezuela es también de los mismos colores, sembrada de
estrellas que significan los diferentes Estados Federales. Estas
- tres Repúblicas, como se sabe,formaban una sola en la época de
Bolívar, bajo el nombre de Estados Unidos de Oolombia.
Dejamos á Tumaco á las 4 p. m.: el tiempo se ha despe-
jado y la salida de la ensenada, al través de las islas resp lade-
cielltes de verdura, bajo los rayos del Bol poniente, es un es'
pect~cn lo encantadol',
Yiernes 25 de Septiembre, A ]:;¡s 11 llegamos á Bl1ena·
ventnra. Un poco antes de fondear, y corno á 2 millas de la
costa, vemos adelantarse á nuestl'o enClIeutro el bote de la Oapi-
tanÍa del Puerto; parau la máquina y el Oapitán, acompañado
de un médicó, sube á bordo; tl,do se explica en dos pala
bras: las autoridades acabau de recibir un cablegrama anun-
ciando qne la' fiebre amarilla ha estallado en Guayaquil y
vienen á darse cnellta de nuestro estado sanitario antes de de-
jarnos deselobar car. C9 mo no ha habido novedad algnna duo
rante la travesía, las dificultades están prollto allanadas, y algu -
n'os minutos deapués salto sobre esta tierra de Colombia, que he
pisado ya por el Norte hace doce años.
Debo confesar q ne no efectúo mi regreso por un lado muy
bonito: efectivamente Buenaventura, compüesto de unas cua-
renta casas, que todas vuelven la espalda á la Bahía y tienen
BUS elltradas por la única calle interior, está construído en una
isla y sobre pilotes, pues durante el pleamar el agua elltra en
la calle, pero también á marea baja, y como compensación,
desembarca uno á espaldas de los marineros, como nos sucede
por lo presen te.
Los alrededores de Buenaveutul'a son casi llanos, pero se
divisan en lontanallza las líneas 'azuladas de las cordilleras que
varrÍos á trasmontar dentro de pocos días. Muy cerca y al sur
de la isla desemboca en el Océano el río Dagna, navegable
en canoas hasta Jllntas.
Mañana á las 8 tomaremos el Ji'errocarril del Oauca, que
ananca de 13uenaventul'a y termina actualmente á 4 leguas
al illterior, en_el pequeño pueblo de Córdoba. Esta línea en
explotación desde hace 6 años, pertenece á una Compañía nor-
teame1'Ícana que signe los trabajos, y dentro de pocos meses se
prolongará algunos kilómetros más. ,
Hasta Manizales quedaremos en el Devartamentodel
Cauca, que tiene por capital Popayán, y es el más grande de
-17 -

la ReJ9ública, pues mide .6,668 miriámetros cuadrados, ocupa


todo el Sur, desde el Pacífico hasta el Brasil y la mayor parte
de las costas occidentales, y tiene unos 600,000 habitantes.
La mayor parte de la población de Buenaventura es de
raza africana: generalmente no se ven más que negros en los
umbrales de las puertas de los almacenes, y son ellos los que
hacen todos los trabajos de carga y descarga del Puerto, de
la Aduana Nacional y del Ferrocarril.
Al momento eo que vllel vo á Ooloen bia el país está en un
estado de efervescencia política que desgraciadamente es cró'
nico en esta hermosa y desgraciada República, que se despeo
daza y dev'ora á sí misma por guerras intestinas y revolucio ..
nes continuas. Esta vez el conflicto ha estallado entre los
conservadores (1) y liberales á propósito de las próximas elec-
ciones presidenciales y vicepresidenciales. El Presidente ac-
tual, Dr. Rafael Núñez, será indudablemente reelecto para un
nuevo período, pero la lucha está abierta para la elección del
Vicepresidente. La revolución iba á estallar en Antioqnia,
pero gracias á la energía del Presidente, ha frac'asado; retiró
su apoyo al candidato cnyo nombre hasta ahora iba adjunto
,al suyo el del Gral. Marceliano -V élez, y ha mandado dos
- Oompafiías á Medellín para apoderarse de las armas disponi-
bles y prevenir todo movimiento. Sin embargo, la situación
queda aguda porque el Gral. Vélez no ha disistido y políti-
camente se ha declarado en rebelión contl'a la autoridad del
Dr, Núñez. El candidato que apoya la p{)lítica actual es el Dr.
M. A. Oaro. . .
El dinero colombiano en circulación es el papel-moneda;
"pes~ fuerte ó de ley," que se sl1bdi vide en fracciones de
"medio peso" Ó cinco reales, dos reales y nn real) como el
" nacional" de la República Argentina. Los soles de plata -
dol Perú, de Ohi le y del Ecuador tienen una pri ma de 40 por
100 al cambio. El oro está á 84 por 100.
No hay hotel en Bueuaventul'a, y me aloio en casa de uno
de 109 principales comerciantes, Benito ~López y Compañía. El
movimiento . mercantil de imp0rtación y exportación es bas
tante importante en Bllenaventlll'a, que es el punto de tránsitó
de todo el valle alto del Oauca (desde Popayán hastt\ Oartago).
(1) En. Colombia dan frecuentemente á los conservadores el nombre de goaOf¡
había tambIén hasta 1880 un partido independiente, entre los liberales, radicales y
conservadores, que se llamaban gólgotas j este partido ya no existe, pero ha sid<;>
reemplazado por otros qne son ' los independientés,yelist'ls (partidarios del Gral.
Yélez, conservadores).
2
-18 -

Desue algnnos afios se exporta bastante carao, que, s(lgún


me dicen, es más ef,timado en los mercados europeos que el del
Ecuador; café, cueros, cancho (cantchnc) y oro en polvo que
proviene de los lavaderos del valle del río Canca. Me entero
del medio que emplean pa ra lavar, y me contestan qu~, á
€xcepción de muy pocas empresas, se sirven todavla de la ba-
tea. Me esefian oro del CSllca que se halla en granos ó pepas
bastante gruesas, como el máe bonito oro que sacábamos en la
Tierra. del Fuego. El oro en polvo vale aqnÍ 30 pescs la onza
de 30 gramos; se emplea también con frecuencia para contar y
pesar el oro el peso castellano, que vale 4 gramos 60, y se
pagfl, término medio, á 4 pesos fuertes y 20 centavos.
A mi llegada vi algunos' il'ldios de la región: la parte su·
perior del cuerpo la dejan desnnda, y el 1 esto cubierto de nn
sencillo calzón de coleta; los ~bellos largós, negl'Qs y aplasta-
dos,muyabnndantes,caen hasta encima de los hombros; la piel
es de color cobre oscuro, casi bronceada; el tipª, como SIem·
pre, cuan'do no son indios salvajes, es decir, cnando no son )0
. que llaman indios mansos, es embrutecido y estúpido.

CAPITULO 11
Córdoba-ba montafia-Recuerdos de infancia-La Flora y la Fauna-Agricultura

Sábado 26 de Septiembre-Molltámos en el tren á las 8 y


30 a. m. J atravesámos, hasta Oórdoba, extensiQnes de espesos
b.osqnes entrecortados pOI' pantan0s; el país es extremada·
mente húmedo é insaluble á consecuencia de lluvias que duran
casi todo el afio. No hay agricnltul'a 81guna y sin embargo
me parece que estos terrenos serían muy propios para el cacao,
pero L s haciendas no empiezan sino en el Valle del Oauca á
3 días de marcha al interior; las pocas casas que se ven son
constrnídas naturalmente sobre pilotes á algnnos pies sobre el
ni vel del sueJo anegad 0 • .
No hay ninguna estación intermediaria hasta Oórdoba á
dOllde Ileg.amos á las 9 15 a. m. El pueblo pne-de contener
unos 400 habitantes, casi todos negros puros; esta población
esJa más adecuada para soportu el calor y la insalnbridad de
una comarca á donde los blancos son diezmados por las fiebrcs.
Todo el día los truenos y las lluvias no cesan. Estoy alojado
en la casa del Recaudador de los derechos de piso del camino
qe herradura, que son de $ 1-40 por mula cargada hasta Cali.
-19 -

Corno mis recursos son algo escaS08, mi salud buena, á


pesar de mi bra~o q ne no me i m pide en nada cami nar, resuel-
vo, por motivos de economía y también por gusto, bacer el
viaje á píe. Las mulas de carga valen en lo general $ 8 cada
una hasta Cali (3 días de camino).
Domingo 27 de Septiembre. La pal 3bra mágica de mon-
taña ha despertado siempre en mí sentimientos de admiración
y de amor. En mi Als3cia, cuando niño, en los bosques de
Orleans y del centro de Francia, cnando JOTen, la montaña ha
sido para mí una recompensa, un premio durante los asuetos.
He estudiado la selvR, la he aprendido y comprendido cnando
todavía .00 era más qne nn oaohifo. Tenía un tío, célebre en
la familia, como jinete, cazador, tirador de florete, nn óports-
man, pero no nn sportsman de salón, nn hombre de caballos,
de mon taña y de cRcerÍa. Es el q ne me tomó en SIlS largos
brazos cuando nací. Fue b ~ .io sn amparo que me desarrollé.
Onando á la madrugada me decía: "Chico, vamos al monte
hoy 1 ", esta c o rta~ frase me electrizaba; no tenía más que 10
Ó 12 años, pero estas solas palabras me hacían crecer de algn-
nos centímetros, tomaba un aire má~ serio y me revestía de
nna cierta dignidad. ~'Coma, pues-," me decía la tía que me
llevaba mi taza de leche y mi pan con mantequilla antes de
marcha r; pero yo no tenía ham bre, no perdía de vista al tío
Engenio que, desayunándose con un pedazo de carne y un vaso
de vino blanco, abrochaba SU3 polainas, arreglaba sus pertre-
chos, reviaaba su escopet::l, y cnando ya tenía amalTado el
gnarniel grande de cacería, ya estaba yo detrás de sus tacones
con la perra. Pompona. j Ah t\)mpona! la buena perra, con
sus patas torcidas hacia afnel'a como manga de saco, cómo sa-
bía devoiver una liebre ó un con6jo, para· hacérselo pasar allí
mismo, delante de la boca de la escopeta, y cómo sabía llevarle
una perdí.z ó una pava sin dañarle una pluma! Entonces nos
íbamos y pronto entrábamos en el monte en un dédalo de pe-
q neños senderos oscuros q ne algu nas veces me recordaban la
historia del Petit-pOl¿cet (1), pero alej aba muy pron to estas feas
ideas y seguía al tío con confianza y respeto, seguía paso á paso
las grandes polainas, parándome cuando se pal'aban, caminando
cuando camiuaban, atento á todo, al grito de los pájaros, á los
grandes árbules, á las hojas, á los musgos; algll,nas veces me
atrasaba algo para recoger nna fresa de monte, una mora ó

(l) Cuento muy célebre en Francia, de Carlos Perrault, que trata de la historia
de un niño que un ogro llevó al monte para perderlo.
- 20-

una frutilla cualquiera, y el tío volvía la cabeza atrás : "'1 ánda


' perezoso!
C81l11na, " y de nn salto estaba alladu de las polainas.'
Hablábamos poco, primero para no avisar á la caza, lué·
go porq ne ~I estaba todo el tielll po con el oj () alerta Ú oeu pado
en vigilar á Pumpona. Más tarde, cuando fui un poco más
grande, al fin de jornada y cuando él tenía ya cinco ó seis
piezas y estaba de buen humor, me pasaba. la escopeta que
apenas podía sostener y me decía: " Chico, atención! camÍna
adelante y sobre todo no me tires á las pavas." (1) La mayor
parte del tiempo tiraba dos ó tres veceB sin alcanzar nada, ó
dejaba escarar el animal hasta de entre las piernas. "Pero,
tíra, animal!" Ent()nce~ largaba el gatillo á todo evento, y
algunas veces el tío detrás de mí decia: "Ya está!", que me
hacía pa!:!ar un calufrío de orgullo por todo el cuerpo; no sen·
tía nada, ni el hambre, ni el cansancio, ni siquiera el golpe
terrible que me daba algnnas veces la culata de la escopeta,
por haber hombreado mal; cargaba ]a pieza, ésta no entraba
en el guarniel, y vol vÍamos á casa.
La buena tía esperaba en el dintel de la puerta, y desde
lejos, si me veía algo en las mallOS, alzaba las manos al cielo y
empezaba á gritar de alegría; también llegaba entonces la
vieja sirviellta, Mariana, que hacía coro, y no dejaba llunca
de decir: ,. Mi amo Jorge va á ser como mi amo Eugenio, un
gran cazador! un gran cazador!" y volvía á la cocina repi.
rr
tiendo para ~í misma: " j n gran cazador! j Un gran ca·
zado.t ! "
Nos sentábamos á la mesa, eran algunas veces las dos de
la tarde, pero no podía comer; las emociones de la mañana me
apretaban todavía la garganta y la tía me miraba con aire en·
ternecido, y observando mi sem blante pálido y estirado, se
volvía medio enojada hacia su marido: " i Por mi salud 1 creo
que estás loco con este niño, i quieres hacerlo morir de fatiga 1
te figuras que á su edad puede él con tus grandes canillas."
~{i tío sacaba una bocanada de humo de la pipa y contestaba
sin alterarse, filosóficamente: "Esto lo acostumbra al mucha-
cho, ¡ quién sabe si un día no tendrá que agnautal' mucho más!"
Más tarde asistí á grandes cacerías ell las montañas de los
Ardennes, en Valencay, en Sanmllr, en Castilla, en lliarritz;
monterías para el ciervo y el zorro, batidas de lobos, etc., pero
ya DO era lo mismo; no gozaba de mi montaña como cuando
andaba solo con el tío.

(1) En ciertos montes reservados para cacería, en Francia, se tiene el buen


cuidado de nunca tirar á las hembras, para proteger la reproducci6n.
- 21-

Todo este largo preámbulo, mny inútil por cierto, 'per'o


que me encanta:referir,es paradecirqne esta mañana á las 6a.
m. he empezádo á atravesar á pie las grandes montañas de Co-
lombia . .Estas montañas no se parecen en nada á los bosques
de mi infancia, pero las buenas lecciones del tío volvían á mi
memoria en medio de los grandes palos envneltos con bejucüs,
atravesando-las piernas desnudas-las quebradas blancas de
espuma, trepando hacia las 12, por 45 0 de calor, estas cnestas
interminables, en medio> de los zanclldoe, de los enormes co·
leópteros, con el sndor que cho'r reaba de todo mi cuerpo;
" ¡quién sabe si un día no tendrá qne sufrit' mucho más"
Por cierto q ne mi tío no se fignraba deci r tan ta verdad.
Escucho el canto de las aves, pero no es la llamada lejana
del gallo Je monte ni el refrán del ruiseñor; de golpe vuelvo
la cabeza creyeudo q ne me están llamando, es el grit'Ü de un
pájaro semejante al psit, psit de un sér humano; más allá me
figuro qne son dos amantes que se besan en la enramada y el
ruido de los besos llega perfectamente á mis oídes ; aquí es nn
recién nacido q\le reclama su nodriza; esta cigarra en el hne
co de un palo silba como una 10COtrlOtora en lontananza; son
aves lIegras, amarillas, verdes, azules, de todos los colores ima-
ginables, desde el gallinazo, medio gallina, medio ave de pre-
sa, que habita de ¡.>referencia cerca de los lugares poblados y
, no se alí mente. más q ne de in m llnd i cias y de carnes en putre-
facción, hastct el picaflor ó tominejo, que se mantiene con el
j ligo de las flj)res; y las marí ~osas, vestidas con todos 108 colo ·
res del arco iris! Todo (ste conjunto m~ravilloso forma la
extraña sinfunía de la sel va tro¡.>ical! Hay eXll berancia de
vida: estas hormigHs enormes q ne caminan cargadas cada una
de n n ¡.>edazo de hoj a, corta n el sendero con u na ci n ta verde y
oudulante; estas al'añas vellnoas son del tamaño de nn hnevo
de gallina; de todas partes se oye el ruido confnso de las igna-
nas, de ks camaleones, de los alacranes, de las cnlebras more-
nas, negras, verdes, manchadas, rayadas; estos gruesos sapos
amarillos salpicados de manchas negras, parecen revestidos de
la piel de algún leopardo; y todo lo que no se ve, todo lo que
se esconde en lo inextricable de la montaña: el tigré, el pllma,
el Ir.lico, el tatabro, la serpiente; las mil especies de 10l'oS y de
c,otoTras; los insectos, desde el comején (1) q1l8, casi impercep-
tIble, destrnye la madera, Bglljel'ea los barriles, perfora el ZiIlC,

(1) Hay cieltas :nacieras que el comején no atac::t y q1le se emplean ventajosamen-
te para la construccIón de lal> casas en Colombi::t, c"omo por ejemplo el comino cre$po.
- 22-

el cobre, hasta los mosquitos, de los cualeE! el más grande es el


zancudo y el más pequeño el jején, todos picando, chupando,
destruyendo. Este caballo no tiene más que una oreja: son las
garrapatas, especie de piojo de monte, que se la han comido;
éste ya no tiene ningnna, es la goohera, especie de bub0n que
las ha consumido; este hombre que se al'rastt'a dii'Ícilmente
con las orejas enormes y los piea hinchados como los de un ele-
fante, es lazarino; aquél apellas puede caminar por motivo de
las niguas (pullex penetrans), pequeña pulga microacópica qne
se introduce bajo las \lñas y 'en las carnes y que hay que ex-
tl'aer inmediatamente con una aguja, so pena de quedar impo-
tente, Este otro está atacado del oarate (& de la caratea), des-
composición de la sangre qne mancha la piel de placas azules.
Jle-gl'as, coloradas, blancas (1); al otro le faltan los cartílagos
de la nariz y medi~ mejilla, es nn chancro; éste tiene debajo
de la barba una bolsa que le cubre el pecho y le obliga á tener
la cabeza de medio lado, es el ooto (papera ó bocio, qne con-
siste en el desarrollo anormal ó hi pertrofia de la glándula ti-
roides); este niño de cinco años está ciego, son los mosquitos
que, por negligencia de la madre, le han comido los ojos antes
de que sus párpados y manos tuvieran la fuerza snficiente para
protpgerlos; este perro tiene en el lomo una joraba enorme en
la cnal se revuelcan, como en nn q neso demasiado madl1ro,
millares de peqYeños insectos blancos, está atacado del gusano;
y hay mncho más todavía, nna lista interminable; el tuntún,
especie de anemia, las fiebres perniciosas, inflamatorias, inter-
mitentes y remit.entes, la disentería, el tifo, el cáncer, las
úlceras, etc., etc. rodas esta,s enfermedades, tudos estos ani·
males; microbios, gérmenes, se desarrollan, se multiplican,
prosperan con una fuerza colosal, en medio de e~ ta admirable
naturaleza, á la sombra de estos grandes árboles que no se pa-
recen en nada á nnestro benéfico {JÍno ó á nuestra paternal en-
cina de Europa.
Aquí está el 'J'oou (biga orellana); la pulpa de sus
frutos produce nlla materia colorante, empleada en la tintura
sobre lino, lana, algodón y seda; el roen sirve también
para preparar algnllos colores al acnarela y al óleo; á colorear
los barnices, los aceites, las man teq l1i Ilas y quesos; ell la co-
cina del paíd se emplea bajq el nombre de aohiote, y los indios
se pintan con él. Las inmensas oeibas, de trollCO nudoso, de ra·

(1) Hace algunos años, Barl}um, empresario americano, ha enseñado en su museo


un cara toso que llamó la atención de todo Nueva York.
- 23-

mas espesas, cuya madera magnífica no se puede emplear para


nadfl, ni siquiera para quemar; el mangle, cuya fruta sirve
para preparar una bebida fermentada y cuya corteza se em-
plea en las tenerías para el cnrtido oe les Clleros y pieles; el
tambor, en cuyo tronco se talla una piragua de una sola pieza;
el rioino ó palmaoristi (rioin~tsoonnis Linneo, de la familia de
las enf()rbiáceas); el euoalipt1.ts (ettoaliptus glóbulos) mirtácea,
do nn desarrollo prodigiosamente rárido, á las emanaciones del
cual se atribuyen propiedades antifebriles y salnbrificantes
para los lugares malsanos, produce un aceite qne se emplea en
las afecciones brónqllicas y pulmonares, en la laringitis, en la
afonía catarral, contra las fiebres intel'lnitentfs, como tónico,
contra el catarro de la vejiga; las hojas sirven para cnrar y
desinfectar las heridas, perfuman el hálito, fortifican las en-
cías hinchadas ó sanguinolentas; también hacen con ellas ciga-
rrillos ~ue se flllTlan en Ins bronqnitis y en el aRma.
El oanelero (lau'i'us oinnamomttm, la n rÍ 11 ea); la oanela
gnza de propiedades estimlllantes y tónica~, emenagogo; con-
di mento en arte cnl i nario, confi terÍa y pel'fnmerÍa.y correcti vo
en rnnchns preparaciones farmacéuticas; el oauoho (siphonia
elástica, enfurbiácea),
El palo brasil ó palo mora (oaesalpina e(}hinata, Lamark,
familia LE'guminosa), mny empleado en Europa en tintorería,
con varillS reactivos como la gelatina, la piedra alumbre, amo·
Ilíaco, potasa, clorul'o de hi~rro,clorlJr0 de plomo, sal de estaño,
acetato de cobre, da magníficos colores gl'osel!a, rojo, vinoso,
rojl) ()RCnrO, azul, violeta, etc,
La tagua, granadillo, oeibo, mamey, níspero, ~apote, alga-
'rrobo ó algarr'oba (garrofa-oeraíonia sitiqua, familia Legnmi-
nosa), pl'Dpio pam ohras de eba.nistería; la COI teza es buena
para el cnrtido de pieles; el fruto (vaina) sirve de alimento.
En Egipto extraen de la algarroba. nn jarabe que sirve para
confitar los tamarindos 'y los mirobolanos. Estos árboles se ha-
llan subre todo ell las tierras bHj ' s ó calientes y en los valles
hondos,
En las zonas templadas y s0bl'e las vertientes de las cordi
lleras se encnentran más bien el oedro rojo, de recina perfuma·
da, la qnina, q \le es la corteza ge va rios ~ rboles del género
oinclwna ó ohinohona, de la f miliH (le las Rubiáceas, El nom.
hre de quina en la lenglla OLl 111<'; i IldÍO'ellas de la Atnérica Oell.
tr~l, quiere decir orwteza. E" lG38 II~la Oondesa, la esposa del
Ylrrey qne I'esidí~ en Lima, habiendt) sido acometida de
tCl'CiaIJa8 rebeldes á todos los medicamentos empleados, un
- 24-

español, Gobernador de Laja, á quien dicen que un indio


había ,enseñado las propiedades febrífngas de la quina, propú.
801e el nso de esta sustancia; la Oondesa la empleó, y se curó
en seguida.
Este buerJ resultado confirmó la reputación de la quina,
que fne introducida en España, y empleada bajo el nombre de
Polvo de l(J; Oondesa. N o tardó en ser conocida en Italia y en
el resto del mundo. Hoyes considerada como uno de los re·
cursos más grandes de la ciencia médica. La ésp~cie á que la
medicina da la. preferencia es la quina calisaya (Weddel).
El comercio cuenta hoy cerca de veinticinco especies de qui-
na. Orece desde 900 metros de altura hasta 3,000.
El quimulá, barcino, acacia, laurel rosa (adeifa-Neriun
oleander, familia Apocíneas).
En_las cimas de las cordilleras: el pino, el chaquiro, el ro-
ble, el chilco, etc.
En fin, sobre las cumbres todavía más elevadas, el morti-
ño, zu·m aq1te,jrailejón (espeletia y gramíneas).
En la primera y segunda categoría se hallan preciosas
maderas de construcción.
Pero todavía qniero añadir á estas listas muy inc0mpletas
algu~os otros árboles, arbustos y pl~lltas de la montaña inter-
tropical y cnyas propiedades son aplicables á la industria y á
la medicina:
El perillo, contiene nn jllgo lácteo que reemplaza la leche
de vaC3-ffillY apropiado para las enfermedades del hígado-
secado se parece al caucho y podría quizá ser empleado lo
mismo q ne la gu ta percha.
Sande, tiene las mismas propiedades del perillo.
El punte, contiene 8 por 100 de tanino, madera incorrnp-
tibIe pa ra las construcciones.
Eljresno, aceite excelente c6ntra los reumatismos y ]as
neuralgias: lo ern plean en varias partes los indígenas para el
alumbrado.
Maquimaqui, su corteza y su madera son tan amargas
que su olor y su contacto producen vómitos.
El piedra, incorruptible como el punte.
Oaracolí, madera especial para embarcaciones.
Laurel-comino, subdividido en comino liso, para ]a car-
pi"nterÍa, y comino cr'espo para la ebanistería.
Palma de taparo, cnya fruta e8 susceptible de ser traba-
jada corno la tagua.
Olla ó cooo de mono, da una frota Cl1ya corteza se parece
y llena los usos de una olla con su tapa natural.
- 25-

El anime (hymena~o cou?'baril, familia Leguminosas), pro·


duce nna goma resinosa cuyo olor se parece al incienso.
Almendro, da nna fruta mny agradable que se puede
mezclar al cacao.
El caimito y el madroño, frutas refl'escantes.
Gudsimo, que se encuentra en abundancia sobre las ribe-
ras del río Magdalena, tiene propiedades fnuy refrescantes; su
corteza y su fruta maceradas en agua hacen exc_elenteEl baños
contra las inflamaciones exte} nas; y endulzados con panel a,
una poción cal mante contra los ardores del so 1.
Gualanday (Magdalena), admirable específico para curar
las úlceras, erupciones cutáneas, sea en baños, sea en friccio-
nes con el jarabe extraído de la infusión de su corteza.
Oanta-gallo, cámbulo, sanaguare (Magdalella), da nna fru-
ta que se parece á la del algarrobo, mny buena para el ga-
nado.
De la mata de cabuya ó de fiq-UJe (pencas), se fabrica una
fibra 11Hmadafique, COIl la cual se hacen los lazos, cables, cor-
deles, alpargatas, etr..
Lq pita (agave, planta monocotyledonea, género amarili-
deas, tribll Agaveas), da hebras lal'g-as con que se fabrican cner-
das, redes; las hojas tritnradas dan un jugo que, espesado por
el vapol' y \lnido á la ceniz fl , constituye nn bnen jabón. En
México y en Venezuela, COIl este j ngo fermentado se prepara
una bebida acidnlada mny estimada (vino de Pulque).
El áloe ó acíbar (planta monocotyledonea, fam. Liláceas),'
1l111chos medicamentos contienen áloes: el Elixir de garrus, las
Píldoras escocesas, los Granos de salud del Dr. Fl'allk, las
Píldoras angélicas, I as Píldoras golosa8 ó grano8 de la vida. Ex·
cita el apetito, tonifica el tubo digestivo y activa la secreción
del hígado. Provoca enérgicamente los flojos hemorroidales.
Es también purgante en la dosis de un gramo. También es ano
telmÍntico.
Se sorprende uno de ver que en las tierras cálidas no po-
nen mncha importancia al cnltivo y prodncción de la naranja.
Por c.ierto qlle se encuentra UIl poco en todas partes; pero no
son nI mlly bellas ni lIluy buenas, y de un precio relativamell-
te elevado en unas tierras donde se podría producir en ahulI-
dancia.
El guayacán car7'rtpo (Mngdalena), incorruptible, exce-
I~nte mauera colol' verde OSClll'(i), sirve para rnneules y espe -
CIal mente para las estacas sobre 1&8 cll'a les se elevan los cane-
yes y casas en los terrenos calientes y húmedo"!!.
Fl solecito} madera de color rOBad~.
.' - 26-

La barba de palo, especie de musgo muy empleado en


Nneva Ol'leans, por ejemplo, á donde se cosech:l sobre las ri-
beras dol río Mississipl, para rellenar cojines, colchones y
mnebles.
La magnolia (bajo Magdalena), de hermosas flores y nlQ.
dera mny bonita para la ebanistería. (1)
El cacao (Theobroma cacao [manjar de los Dioses], fam.
Malváceas-bitnereáceas). La importación de cacao en Francia
no más, ha alcanzado estos últimos tiempos á 15.000,000 de
kilogramos annales:" La inferioridad del cacao del Brasil, dice
el natllralista Riedel, es debida al abandono con qne se dejan
fermeJltar las almendras amontonadas en los terrenos, lo que
les comunica cierto gnsto desagradable; mnchas veces, sin es-
tar aún bien secas, en vez de ser bien ensacadas ó encajolJa-
das, suelen embarcarse en grandes cantidades ell !a sentilla de
las embarcaciones, donde sufren nneva fet'mentación." El ca-
rao, qne existe también al estado silvestre en mnchas monta-
fías de Colombia, sufre en ciertas comarcas y épocas ulla en-
fermedad llamada mancha.
El cafeto (cojfea arábiga), 1'ubiáceas, cafeáceas, Habiendo
obaervado el prior de un convento, que las cabras qne comían
de los granos de nn arbnsto peq lleño, se mostraban más alegres
y más despiertas, tuvo la idea de administrar á SllS monjes la
infusi6n de l(ls frutlls de dicho arbusto, para impedir que se
durmiesen en el coro; como la infusión de los granos verdes
era amarga, se le ocnrrÍó tostarloe, y la bebida se hizo delicio~[\.
E"te frnto era el café. Desde aqnel momento nació para el
hombre una nneva necesidad, y, por consecnencia, placeres ó
privaciones ig'loradcls de Sth! antepasados.
El café es indígeua de la Arabia, principalmellte del Ye-
men, ell las CJ'rcallÍas de la ciudad de Muka. Esta e¿;pecie de
m~fé sirvió largd tiempo á los persas y á los tlll'COS. Su uso ¡litro ·
dújose primero en Constantinopla, pasó á It<l lia en 1645, y á
París en 1669. El gl'an consutno de café qlle en breve se hizo
en Enropa, ¡JI'lllltO lo convirtió en objet del más importante l)

comercio; y los holalldeses, que entollces eran los IlIayores ne-


güciantes del mnodo, se apoderal'ulI de este mallantial de río

(1) La vegetación primitin se compone en genera 1 de 3 zonas distintls: La lJlata ..


nillos, cañasbravas, sauces pequt ños, etc. ¡ 2. \ g uarumos, balsos, g uaduas, payrwdés ;
3.& ceiba.~, caracolís, cauchos, palmas reales, capoticos¡ más al illteri o[, el) los Jll ga res
más secos y más elevados: guayacanes, diomates, cumltlá, aceituno . En lo~ lug3res
desmontados por el hombre: la palma de coco, mrl1lgo, ciruelo, árbol del pan, guásimQ,
gualanday, etc.
- 27-

qnezas. En 1690 fueron transportadas de Mnka algnnas matas


á Batavia, donde prendieron y medraron perfectamente. Trans-
plantadas á Amsterdam, nn pie de café fue colocado en las
estuf¡.\s ó il\v~I'n~deros del Jardín Botánico; allí se flbtnvieron
flores y frutos cnyos g":\110S se hiciel'oll fértiles. Dlll'ante la
paz de Utrecht, los holandeses le regalal'on á Lnis XVI una
mata procedellte d e A msterd a m, Fne cn I ti vada en el J R "dÍn
de Plalltas de París, donde no necesitó largo tiempo pllra mul-
tiplicarse; de este pie proceden todos los cafetales americanos.
Tal es el origen de las inmensas plHntaciones de un al'busto que
actll~lrnente constituye nna de las p"incipales riqueüas del Bra·
sil, dB Veneznela, de Oololllbia, de Cnna, de Pnel'to-Rico, de
las islas de Francia, de Borbóll, convirtiendo el mnndo antiguo
en triblltario del Nllevo Mundo. La mayol' parte del café gue
se consume en Enropa procede de eROS pa!ses, particularmente
del Bl'asi 1. El de Moka, que si8tn pre ha consel'vado la su perio-
ridad, es rarísimo en la Europa occidental, pues apenas sí bas-
ta para el consumo de 1013 árabes y de los otros pueblos de
Ol'iente. La producción actual del café en el mundo entero,
pasa anualmente de 800.000,000 de kilognlmos.
El tabaco (nicotina, fam, Solanáceas, tribu nicotiáneas).
Esta planta es originaria de la isla de Tabago en las Antillas,
isla descubierta por OristóbAI ColólI en 1498. La ~rodtlcción
anllal del mundo se pnede avalnar en 700 tnillone~ de kilogra-
mos de hojas secas. EII Francia no más el COIlSllmo anual es de
35 millones de kilogl'arnt)s y el prodncto de la venta 360 millo-
nes de francos, gne dejan al Estado nn belleficiQ neto de 200
millolles.
LHS palmeras, los árboles de la "Juventud siempre nueva,"
como decía Martín, pneblHIl tod!':ls las regiones de Colombia.
Hay más de veinte especies diferentes. (1) Los cocoteros, prin
ci ¡.>al mellte en el A rchi piélago de San Bla~, I¿.IR curuas, ValJe
d e UJ>H r ; 1as palmas de cera, l' ceromilon andicola" / la" oreo-
doma frígida, " g lle crece hasta 2,400 metl'oE; la "palma mori·
che" (LlanoR); la cornew (deckeriamauricia jlemllosa), 001'-
di 11.~l'a Orient.al: IRS palmeras copernicia, la Uane?'a Ó palma
cob1ja: COI) b fl Jf1El de 3 y 4 metl'os de longitud; la palma" ca]'-
ludovwa palmata." COIl las nervad lll'llS de sns hojas se fabrican
los sornbrel'lls que llamarnos "de Panamá"; el palmito, que
prodllce la mlltll'te del g;\lJart (lile 11) come; la:3 "macanas," el
l )

(1) Eu. André, botánico,


El árbol de la vida, dice Humboldt, hs hojas sirven pal'a techar, se tejen las fl-
b ras, y SllS frutos, su medula y su savia sirven de alimento y bebida.
- 28-

maguey, el corozo, la mararay,. la palma de vino (COCU8 buti-


rana), la palma real ó mtesco (ohamoerops humilis), q ne tiene
tantas pr0piedades como la moriche; la palma iraco, la psi ma
sarare ó saray, la pal ma cucurito, parecida al coco; la pal ma
cubarro, la mapO?'a, etc., la palma ohamaedorea paoaya. (1)
La palma milpeso8 produce un aceite de alumbrar. Este
aceite extraído en el agua, macerando la fruta hasta que deje
manar nna especie de leche, y hervido Illégo, es oloroso, y
eficaz para hacer crecer el pelo. A sn em pleo se atribuye
la magnífica cabellera de las mujeres del NE. de Antioqnia,
que en general poseen cabellos que les caen abajo de la cin-
tura; es un aviso para nuestras señoras y para los invento-
res de nuevas pre paraciones de perfu merÍa.
L()s chaparros (ouratella), de f()llaje espeso y nauseabun-
do ; los heleohos arboresoentes,. el bambú (bambu8a guadua),
que se presta á tantos nsos para la construcción de las casas
y pnentes. Las bejarías (ó rosas alpestreFl), llamadas así por-
que el género se dedicó al marqués de Béjar; los Ca()~U8 (di-
cotiledóneas) é higos de Berbería; el cedrón (oinaba cedrón) ,
que se puede emplear lo mismo que la '1 uina, y muy elogiado
CMno tónico; Safray lo cree más eficaz que la quinina contra
las fiebres intermitentes nerviosas, "el azote de las ti eras cáli
oae colom bi allas," con la ven taja de no dej al' ro alas resulta-
dos en el organismo. También es considerado el cedrón corno
antivanenoso por los indígenas, lo mismo que la arístolochia
rigenes, el guaco ó mikania, y otra decena de especies. Ya en
1788 uno de los discí¡.Hllos de Mntis,Francisco J. Mutis, se dejé
morder de una serpiente para comprobat' la eficacia del gua-
co como c()ntraveneno (2), y después de esa época, I111lllerOS(lS
experimelltos han demostrado que si esos poderosos tónicos no
son absol utamente alexipharmacos, á lo menns hay q ne em-
plearlos como coadyuvantes en el tratamiento de las morde-
d nras (3).
En estus últimos años se han inventado muchas prepara-
ciones y secretos contra I»s moruedul'as de culebras, entre
otra~, la cllrarina, de un boticario de Oócuta, llamado Jnan
Salas Nieto. La preparan actualmente en la botica del Sr.

(1) Por más detalle~ SObl€ las palmeras, véase nuestro libro Oasanare.
(2) La eficacia del zumo de las hojas del guaco ha sicln también muy estudiada
y probada por el mé~ico francés Le Bret.on, e.ll Panamá, que hacía de él un uso cons-
tante como pre!.ervatlvo, lo que le permItía Jugar con las culebras más venenosas
sin ser mordido nunca.
(3) ~liseo Reclus.
- 29-

Enl'Íque Román en CartaO'ena, y una preparación del Dr.


d I 1
J. M. Carazo, de, Bogotá, que,
b. ,
según se dice, nntan o a en as
maflOS y tomándola, impide cúmpletamente á la clllébra mor-
der. Uo remedio muy etnple~do en el Chocó es tomar al,gu-
nas gotas de la hiel de la misma culebra que ha mordIdo.
Tam bién se ern !-,Iea 'últi mamente la cauterización pOI' la pól va-
ra ó un hierro calentHdo al rojo, el vendaje en el miembro,
arriba de la mordedura, la succión por una persona sana de
la boca, el alnooÍaco y el cáustico de Viena,
Los indios de la Nevada de Santa Marta y los de los An-
des conocen también la coca peruana, llam&da algnnas veces
en CI)lombia, donde hay cuatro especies diferentes, hayo (ery
troxylon coca, Lamarck); las hojas obran sobre el sistema
nervioso; mascadas por los correÍstas, viajeros y trabajadores
de l::ts minas, les sostienen las fuerzas y les ayndan á sop'ortar
el hambre y la sed durante un dí~ entero; la acción de las
hojas parece ser análoga á la del vino; mascadhs en' mayor
cantidad producen embriaguez; la cocaína, alcaloide q1:le se
extrae de las hojas de la coca por medio del alcohol, tiene pro·
piedades anestésicas apreciadas eu ci rngía (culsr; se em prea
en las enfermedades del estómago, dolores de muelas, anginas,
quemaduras y marea, pastillas y elíxir Rondé.
La Villa de Tolú, próxima al Golfo de MOl'l'osqnillo, ha
dado su nombre á una planta balsámica: miroxylon tolufera.
La zarzaparrilla (smilas médica), antisifilítico.
El copaibo (copayfera officinalis), de donde hse extrae el
acei te de copaiba.
La sarrapia ó cumarú (diplerys oilorata, coumeronna odo-
rata-Aublet), conocida también con el nombre de haba tonca;
la almendl'a es empleada en perfumería para mezclarla al ta-
baco rapé, en la preparación de varios licores, principalmente'
del ron; en la detinfección de ciertos medicamentos, corno el yo-
doformo; produce la sal del cumaru ó cnmarina, qne sirve
como principio activo en la composición de varios medicamen-
tos; macerada en alcohol forma una tintura cordial y tónica.
La madera del palo es muy fina y propia para la ebanistería.
Desde hace algllnos años ha tomado esta almendra mncho va-
lor en Europa y se exporta de Oas¡mare con p>rovecho por
Oí udad Bolívar. El palo sirve de sombra benéfica al café y al
cacao.
El coloradito, arbustillo cuya corte~a tiene las mismas '
propiedades de la quina.
- 30-

El ,alabacerro ó totumo (crescentia cujete), cuya fruta lla·


mada calabaza ó totuma, sil' ve á táll tos 11S0S domésticos.
El campeche, que como el palo Brasil, tiene propiedades
tintóreas (haemtoxyum campechianum, Linnneo).
·Añil (índigofera, familia papilionáceas), la más importan-
te de las materias colorantes para teñir las telas.
El mundo entero produce unos cincc> millones de kilogra-
mos anuales, de los cuales Francia sola consume la cual'ta
parte.
El ortegnasa, que produce una resina semejante al caucho.
El roble (quercus granatensis y tolimensis) , madera de
constrnce;Íón.
Dividivi (caesalp in a) , cuyos granos se utilizan en las curo
timbres. -
Damagua (Chocó), corteza muy flexible, que puede, una
vez preparada, servir hasta de vestido.
La miel quemada, fruta; Oargadera, perfume; Oero, que
da el barniz de Pasto; cordoncillo ó pi pi lang n : hemostá tico.
La venturosa, 1a chicoria ó achicoria (Ohico1'ium, Binan-
téreas), contra las enfermedades cutáneas, purgante; la verbena
Ó lderba Luisa (lippia citriodora), antiespasmódico; el para
g·u ay, con el cual se hace ulla bebida ó té ID \ly usado en la Ar-
gelltina con el Hombre de matéj la pareira médica (menispea
maceas), estomacal y diurético; la escobillaj la ipecacuanna
Oephaelís ipecacua nha, fam. rubiáceas)) la rülz entra en la como
posición de mnchos eméticos; la doradilla j la cañafístola
(oassiafístula), laxante; el tamarindo (tamarindus indica,fam.
leguminosas ), atclII peran te y laxallte; ca'l'aña ( Amyris caran-
na, fam. terebintáceas), prodllce una .resilla; Mar'ía,. copach,i j
Drago, resina dentífrica; la vainilla silvestr(J (vain~'lla aromáti-
ca, fam. orquídeas); el cultivo de la vainilla es uno de los más
beneficiosos; hácese la plantación por medio de estacas, y el
principal cuidado para la fructificación consiste en la fecunda·
ción artificial, la cllal se consigue abriendo ó cortando las flo-
res machos, á fin de es¡.>arcir el polen sobre las flores hembras.
Segúu..el naturalista Salltiago Cortés, de Oolombia, hay clasifi-
cadas 600 especies de orquídeas, entre las cuales anotaremos:
la ciroanthes, reina de las flores colc>mbiallas; el odontoqlo8sum,
San Juan, Ouna de Venus, Americana, Mariposa, Magdalena,
Oolombiana ó Espírit'usanto, Araña, Oucarrón, Zancudo, Mu-
za, Oalave'l'a, Li'J'io del Tabor, Dragón, Jiusias, Vegonias, Mip
m08as, etc.
Descn brieron, hace algullos añus, según parece, cerca de
- 31-

Támara (Dclpartamento de Antioquia), una aristoloquia cuya


flt)f tiene el tamañ(\ y la forma de un pato, y cuya corola está
provista de nn apéndice candal de 1 m. 25 centím. Damos este
informe sin responsabilidad de lIingnna clase.
No olvidaremos, en medio de taotas que dfjaremos en el
tintero algnnas de las flores sencillas, las que !lO se pagan á
peso d~ 01'0 para adornar los snntnosos jardines de Enr0p~, ta-
les como la t'ibaudía ó quereme, q ne sólo crece en el valle del
Salado, cerca de Cali, y que los jóvenes y las doncellas cam-
bian entre 61 como gaje de amor.
Entre la inmensa fnmilia de los bejucos hay uno llamado
agraz, ó bejllco de llgnH, qllC precisamente crece subre las fal.
das secas y desprovistas de agua de las cordilleras; en el in.
terior de su medula esponjosa corre una agna cristalilla y ex-
quisita; basta cortarlo en su parte inferior y superior, sobre
un largo de un metro más Ó IIlenOS, y recibir con rapide'z el lí-
quido en la totuma; aS1 se desaltera sin mucho trajo el viaje-
ro sediento.
y las frutas: sandías, melones, anones, zopotes, mame-
yes, marnoncitlos, higos, guayabas, guanábanas, zapayos, gua-
mas, papayas, pitahayas, caimitos, madroños, almendras, nue-
ces, uvas, cerezas, fresas silvestres, etc., etc.
La caña de azúcar (Sacc!wrum officinaru1n: gramínea)
contiene, según la varifdad á qne pertenece y la calidad del
terreno sobre el cual está selllbrada, desde 10 hasta 20 por 100
de azúcar; J-lHO lvs procJ¡ldimielltos hoy conocidos, aun en los
mejores trajJicbes de Lnisiana, lJO permiten obtelJer más de un
7~ bul' 100; lo restante queda adherido al b~gazo Ó se pier-
de en las eSjJumas ó en las mieles incristalizables qne llaman
purga. Es lo q ne sucede ell el método de expresiólJ en el trajJi-
che, en el cual el gnarapo sale mezclado con gomas y otras
sustancias que son úbstáclllo para la crista 'ización y se prt!sen-
tan en mayal' abundancia cuando muelen caña biche, ó lo con-
trario cHando la caña está más que madura.
Para evitar estos inconvenientes se han preocupauo mu-
cho, durante estos últimos años, de aplicar en Norteamérica
el método de difllsión empleado en Europa en la fabricación
del azúcar de remolacha, el cual ha dado excelentes resultados.
En IlIgar de exprimir la caña eutre cilindros, la cortan en
tajos de Ull tercio ó medio centímetro ue espesor, y la hacen
pasar, así di vid ida, al través de 9 Ó 10 cajones, en los cuales
se hace llegar ulla corriente de agua, elevada il. la temperatu.
ra de 60 á 90 0 centígrados, que queda en contacto con elli\
- $2-

durante 8 á 10 minutos en cada cajón. El agua absorbe suce-


sivamente todo el azúcar contenido en las celdas de la caña, y
eeta masa luégo se trata por el mismo procedimiento de eva-
poración que el guarapo obtenido en el trapiche.
La cRña contiene sobre 100 partes de 3D peso bruto: en
gnarapo, 89; Y en bagazo;1l. El trapiche no puede conseguir
extraer más de 50 partes del guarapo y deja perder 39. Por el
procedimiento de difusión se extraen 85 partes, y no se pier-
den, por consiguiente, sino 4.
Como la producción del azúcar, panela y miel en Colom-
bia no representa menos de 12 á 15 millones dé pesos anuales,
esto merece la pena de ser exarpilladl).
El maíz, fr:uto de la Z13a mais (gramínea), originario de
México, en la zona ecnatorial, se pl'od uce desde las costas del
mar hasta 2,700 metros de altura en el corazón da las cordille-
ras, en tanto que el trigo no puede cultívarse sino en una zona
de 1,200 á 2,300 metr0S. Sin em bargo, culti vall el trigo, por
ejemplo, en la hacienda de OacaguaZ, cerca de La Mesa de
J l!lan Díaz, á menos de 1,200 me~ros sobre el ·nivel del mar;
y en Ocaña, á ,920 metros sobre las orillas del río Algodonal,
existen plantaciones de papas, de ca~as y de bananos.
En la región baja de Oundinamarca, cuya temperatura
media es de 26i centígrados, ya donde el agua de llnvia no
pasa de 25 pnlgadas (O m. 027 la pulgada) por año, el producto
ordinario es de 16 cargas (la carga es de 9i á 10 arrobas de 25
libras) por fanegada (66 área); como el clima permite dos Ó tres
cosechas al año (desde la germinación de la semilla hasta el
desarrollo completo del grano bastan 80 á 90 días), se podría
fácilmente, con actividad, cosechar el doble. He sabido por
agricultores dignos de fe, ql!e han podido sembrar y cosechar
14 veces seguid",s en 7 años~ sobre el mismo terreno, sin abono,
sin riego y sin empleo de otros instrumentos que el azadón
y la pala.
La 3 bnndancia del maíz atrae siempre con ella, en todos
¡'os países, una marcha paralela con la riqueza del ganadova-
cuno, de los caballos y de los cerdos. Su imp0rtancia es toda-
vía mayor en las regiones tropicales de la América del Sur, en
donde forma una de las bases de la alimentación de sus habi·
tantes. Todo en el maíz es útil: sn caña y Sl1S hojas son
un alimento de primer orden para el ganado; las escamas
del régimen sirven para la fabricación del papel, y hasta el
tronco, una vez desprovisto de sus granos, con venientemen te
triturado, contiene aceites nutritivos para el marrano y la vaca
y sustancias de abono para las tierras empobrecidas.
- 33-
La cápsn la de algodonero (malvácea, del género G08SV-
pium) contiene las dos terceras par'tes de su peso formado por
una simiente ó grano ftlertemente adhel'ida á la fibra ó felpa,
y la Opel'¡lCióll de separarla es tan trabajosa, que un hombr~
apenas puede limpiar una libra de algodón en UD día. El! Co-
lumbia el tél'rnino medio de los salal'ios agrícolas es de 25
centavos papel al día, sin alimentación, en las tierras frías, y
40 en las cálidas. Sube algllnas veces hasta uu peso en estas
últimas, y baja hasta 15 centavos en las primeras. El jomal
de la mujer vale, en genel'al, una tercera parte menos que el
del hombre, y el de los niños, entre los 9 y 14 años, la mitad.
La proporción es más Ó mellos la misma en el Ecuador, menor
en el Perú y BoliviH.
El inconven1ente de la mano de obra pal'a la separación
del algndón de la semilla ha sido de8tl'llÍdo por el invento de
Relí Wihtlley, el Ootton-gin, por medio del cual el trabajo de
un hombre puede dar 3 quintales de algodón limpio al día.
El algodón una vez limpio, quedan las pepas, que no te-
nían utilización anteri<>l'mente y qne fdrmaban enormes aglo-
meraciones cuya descomposición viciaba el aire y engendraba
enfermedades, como sncede, pero en menor escala, con los de-
tritus y residuos (pizca) de los tallos del añil después que ha
sido macerado en los tanques y qne dan nacimiento á nnbes de
moscas y á un olor detestable. N o hace m llchos afioe se des-
cubrió que, exprimidas en UIla prensa, prodncían nn aceite que
sirve para alumbrar, para limpiar las máquinas, para reempla-
zar en la alimentación el aceite de oliva, y para la fabricación
del tocino artificial. Este descubrimiento representa un an-
mento de valor de 40 por 100 Robre la cosecha del algodón.
El residuo de estos granos, \lna vez exprimidos, se prepara en
tortas qne constituyen nn excelente alimento para el g:mado
y nn abono para la tierra.
No he visto el Ootton-gin, ni la extracción de este aceite
en uso en Sur América en las plantaciones de algodón; pero
esto no quiere decir qne en ciertas partes no se emplee ó no se
generalice como en los Estados llllidos, (1)
Ya que hemos hecho ulla breve reseña, muy incompleta
por cierto, y muy superficial de la flora industrial colombiana,

(1) La mayor parte de los párrafos anteriores, dcsde los concernientes á la caña
dulce, han sido extlaídos de la obra del Dr. Salvador Camacho Roldán i pero no
tenía á mano SillO la traducción francesa que hice, de la obra titulada Notas de
Viaje; tuve que volverlus á poner en castellano, de modo que queda el estilo del
il ustre escritor totalmente desfigurado, .
3
-B{-
pa.SBl'emOS una rápida revista de los animales que se hallan en
las montañas.
" Entre les cuadrúpedos: el tigre ~feliw-onsa), el jflguar, el
leopardo, el OS01 el tatabro, yulo en el Mllgdalell'a, " dyootilu8
torouato j el saillo, dyootiluslabiatus j el venado, oervus me-
wioanu8" el QSO hormigncru, myrmeoophaga anulata j la mar-
teja, el l:lrmadillo, el cllzllmbo, nasua fusoa j la ardilla, soiu-
rus va1'iegatus j la cornad rej a, mUl:Stela vulgarl:s j el lobo, la n u-
triá, la raposa, oanis vulpis j el zorro, el chiguíre, oavia oapy-
bara,. el conejo, el erizo, el ratón, el perezoso; elltre 108
"c uadrumanos: tití, mono zambo, araguato, mari monda, mico
'común, mono .
. " Insectos: coleópteros, escarabajos, gusanos y orugas, cuca-
1-achas (blatta orientalis), q ne se hallan hasta en la cama y
'"en la comida; Jállgostas, abejas, etc., de mil variedades; el
'cÍnifé (diplolepsis) , que pone sns huevos en el interior de 108
palos de corteza blanda, lo que forma una hinchazón ó coto
"én el palo.
Aves y páj aros: el pauj i1, ourax, aloetor,. la pava, penelo-
pe oristata,. la gllacharaca,ortalida squarnada j el gallo de
peñasco, pipra rupioala j la torcaz, oolumba muntana,. el pa-
"letón, el mirlo, el toche, el azulejo, el cardenal, el pica-flor ó
"tominejo, oolibrí j gorrión, tórtola, gallineta, pipile penelope;
perdiz, cuervo, bu itre, sa1'ooramphus papa,. zuro bador, g~ll1-
nazo, vultur atratus, llamado también zopilote j águila, lmla-
"ha, calandria, cucarachero, 'fegulus j y el tllrpíal, setenusfla-
veoens j notables por sos cantos, etc. etc.
"' L08 repti les: pó fina, boa j pó ordinaria, ms paná lisa,
mapaná cabeza de candado ó Vefl'llgosa, pitará fina, pitorá
común, cazadora, ésta se domestica fácilmente y la protegen
en ciertos caneyes de tierra caliente por su habilidad para
cazar ratones; patoqllilla ó pódridora; equis ó taya1 en el
' Chocó la llaman también equis mapanare; serpiente plancha,
Jamo de machete, verde y negra; coral de tierra; coral sucio;
~ bejuea; rabo de ají; rabo de chucha; gllarda-camino; casca-
bel; víbora común; toche ó voladora; guacamaya; yore;
" jerga; veinticuatro; corporal, esta última se parece á un pe-
queño saurÍo.
He tenido la ocasión de ver, en el norte del Departamento
de Antioquia, arHñas qne tienen hasta 5 pulgadas de diáme-
tro; enormes calJgrejos de aglla dulce; nna mariposa llama-
da dragón, con UD cuerpo delgado, como una fl1ja de 3 pulga-
das de largo, y 4 alas que ofrecen colores admirables, princi-
palmente azuJ.
-35 -
~n el reino mineral encontramos en Colombia como pie
dras preciosas: el bri liante, coridón, granat e, azabac he esme-
ralda, ágata, j :lspe, mármoles, sílex, etc., y. corno metales: e
oro, Ortl sobre todo; plata, yodo, bromuro, hIerro, cobl'e, coball
to, plomo, mCl'curio, arséuico, zinc, antimonio, platino, carbón '
petróleo, etc. ,
A continnación voy copiando varias notas que encuen tro
diseminadas y qne han sido tornadas, sin orden, durant e csta
excul'sióu :
Las formas angulosas y secas, y el color amarillo pálido
que se nota en general en el semblarlte de los blancos en las
tierras calientes, en 1l1gar de la carnad ura fresca y rosada de
los de tierra fría, se llama jipato. Se da tam bién el noUl bre de
jipatos, en el Túlima, á los niñ"s c-uyo vielltre ha adquir ido
pl'Oporciones irregn lares por moti vo de ir enteram ente desnu-
dos desde la más tierna edad, y también por la inexpli cable
manía de comer tierra; en Santan der los llaman imbombos.
Las langostas producen á menudo en Colombia devast a·
cines considerables, al sur de la Lagnn a del C¡¡stign, desde
la trifurcación de los AlIdes, en la región de los Pastos, hasta
la Costa del Atlántico.
Los terrenos valen "'en las cercanías de Dogotá y de Mede-
llín HU término medio de $ 300 fanegada (66) áreHs.
Se exportan en Colombia 300,000 quintales de café al afio,
más 60,000 q nintl-lles aproxi madamellte q ne se consu men en
el país. Oalculando el pr'oducto de cada cafeto en una libra, lo
que es término medio, llegamos á un total de 36.000,000 de
matas de café, que ocupan 36,000 fanegadas, 6 sean 10 leguas
cuadradas. (1)
Los novillos de las sabanas de la Provin cia de Bolíva r
producen de 14 á 15 arrobas de carlle y nna de sebo.
Los marranos engordados y de buena calidad, valen en el
mer'cado de La Mesa, $16 á $ 20, Y la libra de mauteca se
vende en Bdg,)tá de 30 á 40 centavos. (2)
En las tierras calientes del bajo Bogotá el maíz puede
producirse á $ 20 la carga, así corno la de plátanos y yllcas y
a $ 2 ó á $ 3 la de miel, pero á consecnen('ja de las dificulta-
des de transportes y de la carestía de frutos, estos artículos se
vend~n en el mercado de Bogqtá á $ 10, 12 Y hasta á
18,
respectivamente. Así por ejempl o: el transporte de un barril
de harilla, 200 libras, de Honda á Facata tivá, 15 leguas, cues-
ta $ 12-80.
(1) Actualme nte hay más del doble. 1896,
(2) Actualmente vale 70 y 80 celltavos 1899.
Eotl'e las varias especies de maíz hay el 8orgo dulc~, lla-
mado en Colorn bia maíz gttineo; la caña de esta gramín ea
rl'l1ede dar una g\'an cantida d de azúcar (se trata bajo este
aspecto en los Estada s Unidos del SU\'); aplícase al mismo
tiempo eomo pasto para el ganado , y sus granos como cereal
para el consumo de las a ves de corrAl y del hom breo
r En los potreros natural es de hierba guinea y pará de las tie-
rras c'alient es, los toros de 3 años flacos al principio de la ceba,
p.er~ en buen estado de salud, dan al cabo de 6 á 8
meses, con
el sencillo pasto de la dehesa , un aumen to de carne y grasa que
se puede estima r á 10 menos en 10 arrobas , es decir, de a\'roba á
'arroba y media al mes. Sin embarg o, estos cálculo s tienen que
ser aproximadoEl, porque no existe en el país la costurn b,'e de
vesa\' los animales, y la diferen cia en e l peso útil del animal
provielle únicam ente: primer o de la raza ú origen, v segundo
de ·la calidad de los pastos; á pesar de esto he oído expres ar la
opinión de agricul tores muy prácticos de Boyacá , Zi¡Jaqnirá y
Ubaté, de que en ciertos pot\'e\'os el ganado joven, con la sola
'hierba Ilatnral, gana hasta 3 arroba s de carne y sebo por mes
(37!- kilos.) ,
Entre las razas extranj e\'as, mejora das y escogid as, han
' sido introdu cidas en Oolombia, princip alment e en el Depar -
tament o de Oundin amarca , la de Holste in, raza especial para
.Ia ·Ieche, pertene ciellte -al ramal de Shorts -Horna ; la de Angns
(Escocia) para el trabAjo, sin cacho; la de H erefurd (desde
1846; Ja de Frisia (leche) ; la de Dnrha m (illgles a); Dnrha m
francesa, de N orman día (Fl'ancia); de Aldern ey; y la de Jer
o

··sey neche) , esta última en Medel lín. Pero á excepción de la de


Holste in (Shstol'-Hurns), i ntel igentem ente propag a 1a y "epro·
¡dncida pür el 'señor Eduard o Sayer (Onndi namarc a), y quizá
por dos ·-ó tres hacen,dados más, no se ha llevado bastantB
·cuidad o en la cría y han degene rado las razas ¡J0l' falta de
lluevas reprod nctores de raza ¡JIHa. Con la raza" de leche," de
origen holandés, ignoro si hall formado algún bato. En una
"coll1armi como Bogotá y su regi6n, en donde s~ conSllm ~ una
"gran 'cantid ad de leche, á precios que no bajan de 5 á 7i cén-
. timos litro, sería este negoc io una riqueza cumpa rable á una
'huena mina de oro. Por lo presen te los novi llos de t de sallgre
: Dn.rha m se venden en la carnice ría de Bogotá a $ 200 ca-
I beza., y los de media sangre de
las tierras calientes, IJur partida
'Je 50 'á, la V€z, se hall velldid o á $ 90 Y ál00 cabeza. Para
los Depart amento s del Ma~dalefla .y de B ,¡ ív¡lr, y los Territo-
rios de Oasanare y San Martín, los Durha m-Tex as, import ados
- 37 ~

de Gal veston 6 de N neva Orleans, serían perfect!lD;lente ade~·


cuados á edtas regi0nes y constituirían una empresa d~ inmen-
so valor.
En esta cría de las razas mejoradas hay que llevar las ma-
vores precauciones para evitar las epizootias, que atacan, en
genenll, á Jos animales trans.portados de nn clima caliente á
uno frío, y viceversa; -la rn'ás fl'ecuenté es la ranilla (ó fiebre
del Texas), que ataca á menudo las partidas de ganado sacadas
de Casanare Ó de San Martin. Se sRbe qne el germen del mal
consiste en un parásit0 que se desarrolla en los potrer0S, qU8 se
conserva en los excremellto's del animal y cOlltinúa viviendo
en los vegttales sobro los cuales cae. Se cree también que
existe en lns cascos del ganado, cnando, por motivo de llU lar·
go viaje sobre terrenos pedregosos, durante los calores del
estío, se forma Il pústnlas ell los pies de los ani males y e l pus
envenena los pasto.3; la causa principal, sin embargo, parece
consistir en nn rstado atmosférico, qne tiene so origen en las
emanaciones pa~ú , jicas, propia~ de las regiones bajas vecinas
de los ríos y del mar, y q\le con evidencia tiene conexiQnes
con los miasmas generadores de la fiebre arnRrilla para los
h3bitálltes. Es así como se infecta lrna región entera, cnyos lío
mites han podido fijarse con cierta aproximación, y en la cllal
existen los gérmenes de la enfermedad, q ne estalla en el mo'·
mento ell que el Hllitnal cambia de clima. EntoncéS el conta-
gio se tl'al)~rnite á las qne pastan en las mi-smas dehesas y can·
sa pérdidas enormes. Las precanciones que se deben t.omar
son las sigllientes: I1na estRda de 60 á 90 días en regiones no
contHrninadas es suficiente para cortar el prugreso de la en-
fermedad entre los animal<;ls procedentes de la comarca infec-
tarla y devolver la salnd á los qne podrían ser atacados:
Se llama aquÍ esta operación desbabar. Se debe evitar,
tanto como sea posible, hacer sacas durante los fllertes calores.
En el viaje, que debe efectnal'se lentamente, hay qne procurar
al ganado los modos de córner, beber y dormir. El encierro
nocturno e~ corrales estrechos, sncios y pantanosos es particu-
larmente perjndici;al,
Los grandes centros de producciÓn de ganado en Oolombia
son esencialmente proJuctol'es del mal; las llanurfls del Orien-
te para los Departamentos del interior; las de Bol1var para
~?tioql1ia y Santander; Patía para el Canea. Se debe tam-
bIen tener jJresente ql1e la /'anilla no ea la única cansa efectiva
del mal en el ganadu; hay también las aguas pantanosati en
- 38-
las .dehesas; la mala alimentación, escasa ó de pastos de mala
cahda~; la, leche de vacas enfermae ó que beben aguas co-
rrompIdas o estancadas (1).

CAPITULO 111

Lo que exige este mundo viviente y activo


en que tenemoiS que desempeñar nuestro
papel, es un hombre fuerte en sus huesos,
músculos y nervios, activo en el desempeño
de toda facultad intelectual y libre en el
ejercicio de tod~ facultad soberana; un
hombre completo, apto para pensar, para
obrar, y para soportar toda clase de deberes
y responsabilidades que puedan tocarle en
suerte en la vida.
Me Allister

.El Dagua-Cali-N avegaci6n del Cauca-Palmira-Buga-Roldanillo-Cartago


Viaje penoso-Manizales

A la 1 p. m. almnerzo en Playa-larga, en la cabaña de


nna negra que no me hace mny mala cocina. De8canso hasta las
3, y á las 6 p. rn. l/ego á las Juntas, confluencia del Daglla y del
rio Pepita. Desde Córdoba he seguido las orillas del Dagua,
nave¡..able en canoa hasta Las Juntas.
Nada más curioso y más original que la navegación en
piragua sobre estos ríos. Hay necesidad de estarse sentado ó
acostado día y noche en la canoa; el boga ó marinero evita,
con la extremidad de su larga percha (palanca), con admira·
ble destreza, los escollos, en los cuales, medio segundo de vaci-
lación bastaría para hacer volar la embarcación en pedazos.
En donde hay Illlly poco foñdo, se bota al agna y empuja la
canoa; si no hay modo de adelantar, la arrastra sobre la
playa hasta un mejor paso. Desgraciadamente durante este
tiempo se lo comen á uno vivo los mosqnitos y otras plagas, y
á menudo se apoderan de los pasajeros, durante la navegación,
gérmenes de fiebr(ls incurables.
A pesar de q ne desde el pri mer día he caminado 10 legnas
bajo un sol de plomo, no estoy muy cansado; cómo con exce-
lente apetito, me nnto los pies, algo adoloridos, con un pedazo
de vela, y me acuesto sobre un entarimado, en donde no tardo

(1) La mayor parte de los datos anterioles han sido también tomados de los
escritos del Dr. Salvador"Camacho Roldán.
- 39-

en dormirme profundamente hasta el día siguiente á las 4 de


]a m9drugada. .
Lunes 28 de Septiembre. Desde Las Juntas deio la monta-
ña, y el aspecto del país cambia notablemente. En un boque-
rón, garganta estrecha formada por enormes cerros, en el fon-
do del cual butle el Dagua qne todavía, ó entonces, supuesto
que lo remontamos d.esde su boca, no es más que una quebrada
ó nn torrente, el camino, en cornisa, sel'pentea sobre los flan-
cos á alturas vertiginosas; como. me elevo continuamente, hace
menos calor y sC)pla algo de aire. El boquerón dura unas dos
horas de trayecto hasta Naranjo
Después de Naranjo la garganta se abre, y hasta Papaga.
yero atl'a vi eso u na comarca entrecortada de rastrojos y potre-
ros ondulados. El camino sube y baja continuamente, pero
está en buen estado. Por a luí llueve menos qne en la costa,
y los terrenos son más secos. Hay mucho ganado mny hermo-
so, á pesar de q u.e dicen q ne el año pasado ]a peste destruyó
una gran catidad.
Papagayero es el único pueblo de algnna import.ancia
qne se encuentra durante estos tres días de viaje, en el trayec-
to de Oórdoba á Oali. Los otros I ngares de parada, como Pla-
ya-larga, Naranjo, etc., no son si no pequeñas agru paciones de
casas y ranchos sembrados á 10 largo del camino. Papagayero
está situado sobre un alto y á la izquierda del camino. Paso
allí la noche en casa del Sr. Alcaldo.
Martes 29. En marcha de3de las 5 de la mañana, llego á
]~s 12 á Tocata, compuesto de tres casas, de las cuales nna
bastante regular y en donde almuerzo. Lnégo empieza ~qa
cnesta mny pendiente que dura más de nna hora. Es la últi.
ma, y luég o, haFlta Oali, el ca.mino no hace más que bajar fil
tra vés de cerros roqueños y de pára mos {lstériles. S1pla un
viento mny violento, y á pesar de qne estoy caminando desde
hace 10 horae, con un descanso de una hora estoy menos fati-
gado q ne los dos pri meros días.
Se divisa Oali, al pie de la cordillera, como tres horas an-
tes de llegar. Mienr,ras estoy bajando estalla una violenta tor-
menta, y todos los cel'ros vecinos y el valle del Canc~, fJ ne se
de~arrollaban hace nn instante en lontananza, desaparecen
baJO un velo impenetrable. Por fin vadeo el do de Oali, y me-
di~ hora despné', paso á la sombm de las Cl1atro gigantescas
celbas que, a la entrada de un puente de piedra, sirven_como
de pnerta á la ci udad.
- Oali, bonita población, de cerca de 15,000 habitantes, la
más rica y más activa dol Oauea, pues Popayán, la capihll,
- 40-

que se halla á 5 días de camino al interior, es menos comer-


cial, está situada á una hora del río Cauca. Nos alojamos en el
Hotel Central, dirigido por un frances, Sr. Larjen.
Acabo de eject1tcu', en tres días, una marcha de 30 le-
guas, y estoy m uy satisfecho de ver q tle he soportado esta pri.
mera gimnástica, en una tierra mny caliellte y en pArtes insa·
lubres, sin cansarme y sin que mi salud se resienta en nada.
Además est(ly persuadido de q ne todo traba jo y todo sufri-
miento se aguanta con mucha más facilidad cuando tiene nno
la convicción qne se los impone volnntariamente.
Oali, 1,040 metros sobre el nivel del mar, aunque un poco
tl'iste, COIl sus anchas calles casi desiertas y en donde crece la
yerba entre el empedrado redDndo, en medio de las cnales co-
rre inval'iablemente nna aceqnia fangosa, con sus casas viejas
de ventanas enrejr\das y separadas por altos y lfirgos muros
que se parecen á patins de cárceles; con sns almacene~ , sin
aparadores, medio vacíos y en donde las mereaneías,esparcidas
yen desorden, se apilan en osenros rincones, es, sin embar~o,
ona ciudad que prngresa y que tiene pnrvenir, sobre todo
cnando la línea del Ferrocarril llegue hasta ella dentro de al-
gunos años. Mientras tl-into, Cali, más cerca de la costa que ·
POIJayáll y que Pasto, es el depósito de t0d0s los proouctos del
rico valle del Canca y de los artículos de importación que se
ri E'g .\1l en este inmenso Departarneuto. .
Una legua sejJara á C<1li del puerto de embal'qne en el
Cauca, en donde se toma el peqneño vapor flnvia l, que en tres
días baj a hasta Cartllgo. Desgraciada rnen te el CH l1ca n o tiene
en todas las épocas del año Hila calltidad dt flgua snficiente, y
la navegación se halla á menudo interrnm¡.>ida, COIllO por
ejemplo actua lmellte desde hace dos meses. Sin embargo, la
salida está annnciada para esta semana.
Oct'ubre 6 de 1891. Navegación sob'i'e el río Oauca. El ca'
mino que c( ,ndnce de Cali á Puerto Simollds, poblado por pe"
queñas casas habitadas en sn mayor pnrte por negros, atravie-
sa una carn?iña de matorrales pocotl1pidosy enteramente plana.
Cuando falta un kilómetl'O IJfira Ilegal', el cllrnill0 se eleva
en calzada para Rtr'avesar potrer0s húrnedns que cubren las
aguas del río en tiempo de creciente. El Sr. Simonds, de nacio-
nalidad aleman~, es uno d6 los pl'incipfiles y más honorables
cornerci~lntes de Cali, banqnero é iniciador de la navegación
por vapor en el Canea, la cual 110 data sino de tres años. (1)
(1) Es f'ste mismo Sr. ' Simonds el que acaba de ser asesinado por un nOlteame-
ricano. Octubre de 1895,
- 41-

Salido á las 7. a. m. llego á las 8 y 30 á la Bodega, qne


sirve de dock para 1esgnardar las mercancías, y me emba,rco
inmediatam <:' nte abordo de \In vaporcito sucio y desmantelado
S!1bre el cnal voy á recorrer las 90 legnas que me separa-n de
Pllertosucre (Cartag, ).
El vapor, que tiene 30 metros de largo lJor 5 de ancho, se
compolle de dos puentes ó cubiertas: la iuferíor á O IIJ. 30 c.
de la líllea de flote (el vapor, que es chato, cala 3 pies), sin
balcón, y donde está la máquina calentada con made:a, una
pequeña cocilla mny desaReada, y el piaD snperiol' montado
sobre colulTloitas ó barras de hieno, ell donde se' talall los
pasajercs de primera clase en nn pequeño espacio que les
sirve de salón, de comedor y de dormitorio, y cuatro camaro-
tes q ne pueden contener á lo más nn pasaj ero y son CAj itas
sin aire y sin Inz; más la rueda Jel timón; esta cnbiérta está
provista de n.na barandilla de madera que pel'mite dar la vuelo
ta por no pasadizo estrecho, en el cnqlllo cabe sino \lIla sola pero
sona ; todo parece ya viejo y al'rllinado, á pE.'sal' de que el vapor
tiene apenas tres años, á cOlIsecllencia de la falta de -aseo y de
cnido.
Como ha Ilo'vido toda la mañan~, arriesg() caerme al agua,
desde la larga ttlbla inclinada y embarrada qlle sirve de pnen-:
te para embarcar. ror fin, después de haber soplado ronqui-
d ,)s desesperados y ensordecedores d nrallte mod.ia hOI'fl, ee le.
vantan las amarras, ejecutamos con ligerez rl nna media vuelta,
y empezamos á baiar con \lila velOCIdad qlle estimo en diez
rnil13s J.H1J' ho ra; la milla marina es de 852 metros; la inglesa
tiene 1,609 metrOd.
Somos nna ·docena de pasajeros, y-cosa digna de riEla-
cnen tu vei ntidós hombres de tri pn lación y em pleados, n 11 poco
lIlellOS que en los grandes vapores de la Cr1sta del Pacifico,
q l1e tienen 30. El precio del pas9je es de $ 9 de Oali á Oarta·
go, ell primera clase, sin camarote ni ce mida.
El allcho oel l'Ío, sobre casi todo el trayecto q ne rocorre-
rnos, varía de 50 á 60 metros, entre dos márgenes 'elt~vadas,
en este 1lI0rnl'T1to de !1'lernla de las aguas, de 2 á 3 metl'llS; el
agua es tllrbia, amarillellta y barrosa; las riberas se com¡..>oo
nen de. potreros, ra '~tr(jos y al!!nna~ porciones de montaña
poco vlgnrosH. St! V~1l plalJtaciones de caeao, snmbreadas por
plataol'lres, marlgos y totnlfJos. En los potreros y mangas paso
ta 11 hormosas reseE< q Ile h nyen espall tadas a 1 ver el vapor: al
fin 111~ ancho y fértil valle qlle no presellta nada mlly JJarticu-
lar nI muy lJilltore~co. Al Este se divisa la cadena de las
-42 -

Cordill eras Orient ales: al Oeste, la Occide ntal q ne h'3mos


flanque ado viniend o á Cali ; pero ésta se pierde pronto en lon-
tananz a, y segllimos más al'rimados á la que se desarro lla
á la derech a. El río es muy sinnoso, y contin uamen te ejecuta ·
rnos curvas y culebre08, á: menndo muy cortos y reducidos,
pero el piloto evoluc iona con destrez a y desci'ibe continuos
arcos de círculo con una desenvoltul'a y habilid ad dignas de
elogio . .
Sobre las playas revolotean las garzas, aves blanca s ó ro·
sada~, algo más gruesa s qne la paloma , y cuyo macho
lleva nn
mífy estima do por los fabrica ntes de alh~las _ y de alO'
copete
das, y que ha alcanz ldo hasta el precio de 7,000 francos la
libra; bandad as de patos de plumaj e negro y pico agudo, lla-
mados vlll.~flrmente cuerv()s, porqne se parece n por el color
y el grito á é,t"s; t.nrtl1g<\g enol'mes que, algana s, según me
varece , pasan de 50 libras; familias de pequeñns cerd0s anfi-
bios, llamados lancha8, y cuya cola les pel'mite colgarse al
mismo tiempo que camina n y zabl1l1en al pie de las barran-
cas. No hay caiman es en el Oanca, pero sí muchas varieda -
des de peces alimen ticios: el bc)cachico, el bagre, la mojarr a,
la zabale ta, el barbud o, el capitán , el carronc ho, la dorada ,
el pataló, el manatí (cetáceo).
La comluc a es rnoy poblad a, y á cada instant e se ven ca-
sas, caneye s, trapich es, negros y canoas ; á menud o tam bién
aparec e á las orillas algún 8abanero.
Esta expres ión de sabane ro no es muy exacta en el caS6
presen te, porque se aplica genera lmente al habitan te de las
tierraa frías de la Sabana de Bog ,)tá; el vet'dader0 calificativo
AqnÍ es más bien calentan{) ó habitan te de tierra calient e;
é,tos llaman á 103 clllldinarn;:\rql1eses, reinoso8, en recllerdo del
antign o Reino de Nueva Granad a. El nombr e de 8abana se da
especi alment eá todalextensión plana y cubier ta de hierba cor-
ta, por oposición al pará, q\1e es la hierba alta qne á melludo
pasa la altllra del ganl-ldo, pero es especia lmente en los alrede -
dores de Bog,)tá, en el Dep~l't>\mento de Cundin amarcR , don -
de se emplf}a la palabl'a 8abana. _
Sabane ro Ó cillentano, como se quiera llamarlo, su - traje
de montar se parece al del ecnato riallo: el peqneñ o poncho
corto, negro é imperm eable, tejido en el país genet'alrnente, y
que se llama rnana ; los zamarr08, anchos pantalOIl€R de tela
de caucho (Ion}!), ó de enero de pnrna ó leóll; se pasa!} sobre
los otros pantalo nes; emb ,uazan las piertlas, h:-\cen parece r el
jinete á un saco de harina, y son para mí la cosa mái fea é
- 43-

incórol)da que i m>\gi nar se pnede; ya se van abandonando


mucho entre la gente educada, que los reemplaza con gl'aD
ventaja con botHs ó polaillRs altas. Espnelas de ruedas enor·
mes - estribos de cobre, en forma de 108 zuecos de madera que
usan' los aldeanos de mi tierra y que eubren todo el pie; y el
gran sombrero de paja, de alas allchas y copa elevada en for-
ma de cono trnncado, que llaman suaza, del nombre de uu
pueblo del Tolirna en donde se fabrican especialmente. La
montnra es de do.3 géneros diferentes: la sillfl, muy ancha,
con maletero, bolsas, correas, etc., en los cuales se acomodan
la cobija, el encauchado y los víveres, para las largas jorna,
das; ó el galápago, que más ó menos es nnestra montura fran·
cesa, !llás holgada y cn bierta de n na fu nda de ga rn Ilza ; en el
Ecnador se pune generalmente sobre la silla un pellón ó alfom ·
bra de terciopelo, gnarnecida de largas crines ó fiec l)s de lana
colorada; los eqllipfljes de la gente del país que vi~ja, van
sobre mnlas, en p etaoas, que son grandes cajones de cuero de
res brllto, de fúrma cuadrada y cuya tapa se engancha con el
fondo.
L 0 8 agricnltores, negros, peones obreros, gente del pue-
blo, en fin, la mayor parte de la población, va descalza hasta
el interior miilmo de las ci lIdades.
A las 10 almorz~mos, y el almnerzo está á la altura del
vapor, es decir, malhimo: plátanos asados, fritos, tostados,
eoteros, partidos por la mitad, en ruedas, bajo todas las for-
mas; la sopa de ynca y arracacha, que reemplazan aquí la
papa, que es mny cara, y arroz cocido en agua.
Edtos manjares con la carne, que algunas veces es de
buena calidad; el tradicional cacao, molido con un poco de
azúcal' Ó panela y cocillado con agna; la leche; una especie
de q\1e BO fresc() y duro, que se parece más bien á leche cuaja-
da; y la arepa, Ó pan de maíz, son las hases de la alimenta-
ción en estas tierras. El pan de trigo es por aquí nn fll'tículo
de l tlj () Y casI no se ha Ila si no ell las ci udades; se ha ce, eo
general, con harina americana; cnltivan el ' trigo cMi única·
mente en Cnndinamarca y en Boyacá.
En tl'e las numerosas variedades de plátanos nom orare-
mos: el banano, norteño, al·tóll, guineo, guineo cambnre,
pacítico, domillico, mallzano, bocadillo, miniatura, resplan-
dor, etc.
Hacia las 12 para mas para hacer leña; los Ingares de las
riberas en donde el leñador cortA y amontona la madera para
abastecer los vapores de combustible, en el Magdalena, Atra-
_- 44"""":'"

to, Canca. Meta, Aranca, Sioú y Patía (1) se llama leñateo. El


metro cúbico vale aquÍ seis reales (60 centavos). El tiempo
queda cubierto y la temperatura muy suave: 18 á 20°. Volve-
mos á andar al cabo de media hora, y 10 minutos despnés
paranlf'tS otra vez delante de La T~Hre, pnerto de Palmira
(13,000 habitantes), distante 3 legllas al interior.
Palmira, ]a segunda cindad d{:'l Departam~llto, dice Eliseo
¡{ec]lls, por sn comercio, dis~a poco de Oali; de SllS Ilaoos que
ce illclinan suavemeote hacia la orilla derecha del Canca, ven-
se los soberbios far'allnnes qne dominan los campos de la rne-
trópol i de Cal i. En 1794 Pal mira no existía aún; d esarrolló~e
casi de repent.e, gracias á la cría de ganados y al cultivo del
tabaco, planta de que es uno de los mercados, jnnto con Am-
balema y El O<1rIlJen.
Pero 108 cigarros que allí se fabrican no se destinan sino
::\1 consnmo del paÍ". -Llamada antes Llanogrande, añade F. J.
Vergara y V., Y Inégo Rosario, et'a ya villa en 1825, y recibió
el actual nom bre en 1857, en la edad de 01'0 del tabaco en
Colombia, distinglliéndose el de estos campos pOI' su especial
perfo me.
Cargamos 200 zurrones de tabaco en hojAS, cosidos en cue-
ros de res, con desti no á An tioq ni \l. A rned ida q ne baj amos
hacia el Norte el tabaco se vnelve más y más caro; aquí está
baratÍsitnl) y le dan á \lno 50 tabacos, bastante bnenos, por 20
centavos papel; así es que todod fl¡lIlan por nqní, el l.Hlbre
como el rico, las rnnjeres COm l) los l!1)rnbl'e5, y he visto á me·
nnrto señoras y señoritas fum 11' tabaco en lo~ balcones de sus
casas.
Emprendemns de nnevo la marcha á las 2 p. m., .Y poc n á
poco el vall f~, ba.,tctnte ancho á la salida 1e Oali, se va estre-
chando, y l!:Lcía la tarde serpenteam!,s en medio de cordones
de cel'rl)S elevados, á veces pelados y estériles, á veces cn biel"
tos de m')!lte espeso y de un verde snmbrío.
A la-; 5 y 30' lleglln ')3 á lotoco, pe-}lIeño pueblo sin gran
importancia, y nnn. h ,ra d~sp!lé3 estamos en Mediacan ')ll,
pnerto de Bilg;-t (lO ,OOO habitallte:i), sitllad , ~ á merliH. loglla del
río. Aquí termina lIuestra Ilavegación p(~r hoy. .
BL1grl. es otro centro de cllltivos y crIas; como es la CIU-
dan del valle rnono.¡ distante del puerto de BIlenavelltllrH,
podría disputar á Cali el 801' depósito de mercancías; ell po·
(1) A esta lista de los ríos colombianos navegados actllalmente pOl vapor hay
que añadir ahora el Stn Juan, y pronto quizás el Carale, el Putumayo y el Casa-
nare. Diciembre de 1895.
blación ha snperado á sus vecinas del Norte, Tnlná y Bngala-.
grande (1). I1a mudado de asiento y es una de la3 viejas po·
blaciones del país, á la vez que una de las que tienen caserlo
más extenso; Bngalagrande nunca .ha sido otra cosa que un
pueblacho, y su nombre sólo indica la pretensión de sus fun-
dadores. Lo mismo que ell todas las vegas del Cauca, se cnl·
ti va cacao, d el cual se exporta m ucha cantidad para el Ex- ~
tranjero (2).
Miércoles 7 de Octubre. LI neve gran parte de la noche y
de la mañana.
Salida á I!lS 8 y 30'; paramos dos veces antes de las 12 ;
una, para haCGl' vÍvered en una pequeñ :t haciellda, y otra para
cogel' leña, lo q lIe nos delllO)'a más de dps horas, Desde Bllga
la cubierta baja está embarazada por cinco UlUlas y caballos
qne van hasta Bogotá, mitad por agua, mita:l por tierra, para
no caRsarlos demasiado.
El camillo directo de Oartago á Bl}gotá va á Honda, por el
paso del QLlindío (3,485 metros sobre el nivel del mar), ell 5
días; en Honda. se atraviesa el Maglalena y quedall dos días
-de camino Inégo para Br)gotá, Se Pllede tambión río pasar pOI'
H (mda y segllir la otra vía de Girardot y L·~ Mesa (3).
Observo que dan á las bes-tias caballares, además del
pasto y del maíz, caña. de azúcar' cortada menlldamellte; tam-
bién durante las marchas se le3 da panela, q\le e:3 el azúcar
extraído de la caña, sin ser refillado, y eristalizrltJo ell furrna de
bola aplastada ó de pan cuadrado, se rEmite al comercio
envuelto en hlljas de maíz seCRS.
A las 10 Ilegamo'3 á Riofrío. que tiene sn boca un poco
más abajo, y qne es el pnerto de Tuluá (5,000 habitantes), pue·
blo sitnado á li iegnas al Oriente.
La naveg1.ción sobre el OalIl~a es algo monótona; el río
gnarda,dlll'aute casi todr¡ el trayecto, el mi5mo ancho entre már-
gene3 de la misma altllra, sobre las enales E'e elev-lll los mismos
'matorrales, potreros, cacaotales !)f\)tegido.3 por vari ,s clases pe
árboles, A lo lejl)s, á derecha é izq nierda, CO!Tell las lílleas azula-
das de las cordilJerHs; el vapor hace escala en diminutos pller-
tr)s f{)J'mad¡)s j'e lloa á dl)s c-isitas; evoJllciona sin cesar entre
curvas que se parecen todas, sobl'e la superficie nniforme de

(1) Elíseo Reclus.


(2) F. J. Vergara y V.
(3) Donde actualmente se está construyendo una vía férrea, Diciembre, 1895.
- 46-
las aguas amarillentas, que siguen suavemente . una corriente
bastante igual y rápida.
A las 4 y 30' p. m. llegamos á Almorzadero (Hnasanó);
siempre lo mismo, diez U1inutos de parada; á las 6, El Pedre-
ro. (Pescador).
Durante la noche me reconcilio algo con el Canca ; segui-
mos navegando hasta horas m \1y avanzadas, y la rued ia oscu-
~-idad presta á las orillas' nn aspecto más romántico bajo el res-
plandor de los chorros de fllego que salell de la chimenea y
vllel ven á c&er en II ti via de chispas incandescentes so bl'e la
superficie de las aguas mansas; se reflejan en ellas en otros
tantos millares depl1ntos luminososq\le parecen elevarse desde
el seno de las olas y desvanecerse á flor de agua, confllndién-
dose con los que caen del cielo; los grandes árboles caídos en
el lecho del río fignran viejos gigantes, dueñ t)s de estos domi-
nios, que alargan sus bl'azos nudosos sobre la faz metálica de
las ondas, como para agarrar al paso esta máquina infernal
que viene á turbar el reino de ellos; y el gl-ito áspero de las
aves nnctnrnas, asustadas é inqnietas, rasga el aire tibio con
. nn llamamiento desesperado y lleno de terrOI'.
Llegamos á las 9 á Puerto González, cuya única casa y
manga pertenecen á uno de 108 accionistfis de la Compañia de
navegación por vapor del Canca, Sr. Rodolfo GOllzález, y es el
pllerto de R01daoillo (3,000 habitantes). Allí pasamos la lloche.
Me acuesto sobre la cubierta con intención de dormir; pero
esta es una vana pretensión, porq ne los marineros se ponen á
jugar hasta la madrugada, á una especie de lotería cuyos nú-
meros son reemplazados pOI' fignl'as ú objetos que nombran,
añadiéndoles epítetos y calificativos bufos, lo que provoca una
hilaridad tan general como ruidosa, y para completar esta pe-
queña fiesta los zancudos me sangraron hasta el amanecer.
Jueves 8 de Octubl'e. Salida á las 9 y 30' no Glás, para
aguardar el capricho de algunos ricachos y gamonales d.e es
tos Illgares que hall ido á pasear á Roldanillo y sou pasajeros
abordo.
Encontramos á menudo grandes balsas de gnadl1as que
trasladan mercancías: cacao, café, cueros, etc:, ó artículos de
i m portacióll para los negocian tes del i IltorioJ'. Estas balsas son
coudncidas por bogas, que se sirven para dirigirlas de largos
remos de gnadllas y palancas que apoyan sobre las orillas ó en
el fondo. Estas balsas son provistas eu el centro de un rancho
6 techo de caña brava. Estas embarcaciones bajan casi con
.- 47-

tanta rapidez como el vapor, pero emplean para subir un tiem-


po triple ó cnádrnplo.
A las 11 y 30' a. m., parada de algunos momentos para
cargar zurrones ó fardos de cacao y tabaco.
Dllrante el via.ie nos llama la atención los nombres de las
mujeres, todavía más extraños qne en Ei'pañA: Tl'ansfignr~­
ción, Pnrificación, Oircuncisión, Ooncepción, Bárbara, TránSI-
to, Zc)ila, etc .; muchos hombres llevan nombres hebreos, sin
serlo natnralmente (creo no haya nn solo hebreo en Oolombia
Isaías, Elías, l-smael, Oastor', Néstor Tobías, Ari as, Coriola-
no, etc.
Las riberAS son de más en más pobladas, se ve gente en
todas partes: Ilf'gros, amarillos, hlancos (pocos de estos últi·
mos), nos miran pas ar con gritl)S de alegt'ía; casas, calleyes,
trapiches; sobre · los techos de las habitaciones hay m uchos ga-
llinaz os que llaman también zopilotes.
A las dos llegamos á Puerto Sucre, penúltimo pnerto en
donde puede bajar el vapor en el Oanca; el último es Puerto
Chaves, próximo á los rápidos que interrumpen la navegación.
Algunos momentos despué:3 me pongo en climino, á pie
naturalmellte, en dirección á Cartago: nna buena legua en
pleno sol y COll UIl calor que al cabo de cinco minutos me pone
el cuerpo chorr~eañdo de slldor~ al través de putreros en donde
pasta mucho ganado, á la sombra de alglln30 matas. Al cabo
de una hora ll ego á Cartago, pue~lo muy extenso, que con-
tiene unos 10,000 habitantes en su área. Las casas blancas,
casi todas compnestas únicamente de nn piso bajo, la plaza
principal cubierta de hierba, como las calles, en t)ue se halla
el cuartel de infantería, la iglesia, y el hotel, bastante aseado.
en donde estamos alojados, no presentan cal'ácter muy especial.
Cartago goza de un cierto bienestar, siendo punto de COllcen-
tración do toda una l'~gión muy fé rti·[ en cacao. Me aCll esto
inmediatamente después de comer, y mañana me dirigiré á
;Manizales, distante 75 kiJómetros, adonde pienso llegar en dos
días. .
Viernes 9 de Oc(ubre. Salgo á las 6 y 30 a. m.; una recia
1I1lvia me ocasiona desde el principio lllucha dificultad para
caminar, por motivo de lo húmedo y liso del caminor; franqueo
el río de L\.l Vieja por un hermoso puente colgante; el río
de La Ví tja tielle la fama de curar el coto .(bllcio), probable-
mente debido á que corre sobre yacimientos de sal yodada en
la cordillera del Quindío.
- 48-
Ah'avieso sin pararme el pneblo del Cerrito; alml1er~o
en nna peqneña hacienda Ilflmada La Unión, y vuelvo á andar
j n mediatamente, siern pre bajo n na Jiu via torrencial. Los po-
treros, las plant<lciones de cacao, los montes se suceden, á ori-
llas del camino, que va elevándose poco á poco hasta Pereira
(10,000 habitantes), lugar de Cartago Viejo. Etite pueblo pare·
ce animado, comercial y en buen estado de prosperidad. A
la salida de Pereira se atraviesa un pnente sobl'e el rio Otún~
y después de subir nna cuesta, se entra en lo que llaman el
Plano, que se extiende en medio de las montañas como un
gran hoyo de pantanos. El cami no presen ta Oá cada paso atas-
caderos, extensiones de barro eSpe3() y pega,ioso, en donde se
'h unde uno hasta la rodilla; quebradas que hAy qlle pasar en
equilibrio sobre 'una gnadlla, etc Para col 1110 de desgracia, la
lInvia aumellta .todavÍC\, y al cabo de cuatro horas la noche se
aproxima; rendid.() de cansancio, me veo ubligado á parar en
una pequeña cab i1 ña, situada á orillas del camillo y en .medio
de UII pan tallO. EBtny completamente mojado y I ~eno de lodo
de pi.cs á cabeza. Me tI'atan muy bien: Ilna buella sopa ca-
liente, hllevos y nna gran taza dechocolate; me envuelvo en un
hule que llevo COlltnigo, y me acnesto sin desnudarme siquiera
ni descalzarme, por temur de no poder mañana volver á po-
nerme las botas.
Este Plano de dos qu,ebradas, C0tnO 10 llaman, recibe las
agnas de todas las vertietl ~ es que lo rodean, y dllrante la esta-
ción de las lluvias, que ya ha empezado desJe h~ce ullas tres
semana~, es casi intransitable; me han illf()rmado mal sobre
el trayecto que debía seguir, porque existe otro camino algo
mas largo, que pasa ¡Jor las cuchillas y pordollde hubiera cami-
nado .coll menos dificultad. Al amallecer, después de desayu-
. narme con otra taza Je chocolate y de dal' las gracias á mis
hospitalarios h lIé~pedss, em prendo de n nevo la IUarcha con los
pies algo adolol'idos y el cuerpo maltratado por la noche hú-
I

meda que he pasado; pero parece gne me salgo del paso á


buena cneuta, porque me d)cen que estos lugares soo muy in-
salubres y calenturielltos, y que hubiera podido sucederme
no poder levantarme t HU fácilmente.
L 'unes 10 de Octubre.-Me qlleda todavía lln3 hora de
'lucha COll el . barro; el cam i no E'e halla más dañado pOI' haber
pasado llna tropa de 500 novilll)s qne llevan del Canca al To-
lima, adonde los trasladan para cebarlos en I()s potreros de
: pará y guinea. Un novillo, comprado por partidas, á $ 20 en
el Callca, vale el doble al capo de .seis á ocho meses de ceba
en los pastos del Tolimá,
- 49-

Por fin franqueo la cuchilla má.s elevada de esta parte de


la cordiI1e-ra, y en una media hora bá.jo al pneblo de Santa
Rosa de Oabal; á la entrada se halla un puente de madera
sobre el río de San Engellio, 10 atravieso sin demorarme; el
camino ha mejorado, y sig@ sin fatiga bajando y subiE.ndo con-
tinuamente. Almuerzo nn poco antes de llegar á San Francis-
co, que es una población de unos 4 á 5,000 habitantes sobre
el río Chinchiná, que separa el Oanca de Antioquia.
Encuentro muchas recuas de bueyes cargados que se em-
plean mucho para trasladar fardos; valen, término medio, de
70 á 80 pesos y pueden llevar hasta 14 arrobas (175 kilogra-
mas) por los peores caminos. .
Pronto diviso las primeras casas de ~[anizales, sobre 1~
cresta de un morro; pel'<? estoy todavía lejos, muy lejos, el
camino es muy q nebrado, y me q nedan dos ó tres cordones
q ne trasmon tal'. Estoy muy cansado, mis b0tas me pesan enor·
memente por moti va del barro y de la arena que las llena n
desde ayer, y ;.:-nede ser que la noche me sorprenda antes de
ha ber atra vesadu todo este océano de cerros. Pido, por lo tanto,
hospitalidad ell una pequeña casa, situada en medio de una
manga, me sirven una sopa de arracacha y una mazamorra de
maíz; signe la lluvia y me acuesto sobre un junco á donde no
tardo en dormirme profundamente.
Dominqo 11 de Octubre.-U na hora antes que el sol estoy
levantado, y tentando el camino, medio con el bastón, medio
con los pies, vuel vo á trepar. El Bol aparece, la tem peratura
refresca, la vista es espléndida, domiuo todo UQ lllar de ~alle8
y de colinas, que se desarrollan hasta perderse y confundirse
en el horizonte con las líneas violáceas del cielo. A la dere-
cha, á mis pies, sobre la falda d~ un alto cerro, cuelga el lindo
pueblo de la Aldea de María, constl'uído del otro lado del río
Ohinchiná y que, por consiguiente, pertenece al Cauc'a ; en
lontananza los contorll03 bl::wquecinos del Volcán y del Pára-
mo, eternamente nevados, del Ruíz, se pierden en el Tolima.
Por fin, una última cuesta y llego á Manizales, situado á
2,130 metros de altul'a y cuyo nombre significa" arroyo donde
hay cantos de maní," nombre qne dan Jos antioqueños á la
sienita qranitoide,
Manizales, que puede tener actualmente nnos 7,000 habi-
tantes, e,s una pequeña ciudad de fllndación reciente y hace
unos treinta años era sencillamente una aglomeración de algu-
nos ranchos. Actualmente existen importantes casas de comer-
cio, minas de oro y plata en explotación, en la región v_ecina,
4
- 50-

mncha vida y desabogo. Se está reconstruyendo la iglesia des-


trnída por los terremotos; los hay frecnentes, y los más fuertes
han sido los de 1875 y 1878; la población parece vigorosa y
activa; el clima es frío y muy sano.
Arreglo precio para una bestia de carga hasta Medellín :
$ 18; la distancia es de 40 leguas (200 kilómetros), y dura el
viaje unos siete días. De Cartago á Manizales, dos días, 15 le-
guas, me costó $ 6 la m llla de carga.

CAPITULO IV
En Anti()quia-Aranzazu-Salamina-~fectosorprendente-Pácora-Aguadas-
El río de Armas-Abejorral-El Buey-La Ceja-Santa Elena-Llegada á
Medellín.

~ Miércoles 14 de Octubre de 1891. La salida se efectúa á


las 7 bajo una lluvia que no ha cesado en toda la noche y una
neblina espesa que impide gozal' del hermoso panorama qne se
desarrolla al lJie de las alturas de Manizales. Veo al momento
q ne el viaje será todavía más pesado q ne desde Oartago, pues
no hago más que baj al' para vol ver á su bir inmediatamente del
lado opuesto, y si por lo general las montañas no son mny
elevadas, las pendielltes son escarpadas y el fondo de las que-
bradas tiene apenas el espacio suficiente para el derrame de las
aguas; á consecuencia de las lluvias que duran ya desde hace
un mes (1), los caminos están muy aguados y lisos, y los to-
rrentés crecidos, pero casi todos, cualldo son de alguna impor-
tancia, son lJrovistos de UD puentecito de madera de un solo
tramo y cubierto de tejas; estos puentes tienen en general un
metro 50 centímetros á 2 metros de ancho; sobre los arroyos
de m·enor cuantía un tronco botado al través, en la parte más
angosta, permite pasarlos en equilibrio, ó sí nó algnnas piedras
colocadas de distancia en distancia facilitan el salto; sin em-
bargo, tengo que vadear algunas veces con aglla hasta la ro-
dilla.
Al morzárnos después de atravesar á N eira (2), 4,000
habitantes, en una posada llamada Oantadélicia; N eira es nn
(1) Sobre la costa occidental de Colombia, es decir, del Pacífico, llueve casi
todo el año; al interior, el invienJo dura en general de Octubre á Febrelo; por Jo
tanto la mejor estaci6n para viajes parece ser los meses de Mayo, Junio, Julio y
Agosto.
(2) Nombre dado en recuerdo del General Juan José Neira.
- 51-

bonito pueblo, con una iglesia nueva, situado en un valleclto


de aspecto muy fértil. El camino serpentea luégo, á ·media
falda; una sucesión de lomas se encadenan las unas á las
otras, y lleva esta sección el nom bre de Tra vesÍa del Cardal.
En esta parte se goza de la hermosa vista de varias cascadas
ó saltos qne caen á plomo sobre la roca, desde una altura de
unos 150 metros, en línea recta, lo que produce, en medio de
los árboles y de la verd ura que las rodean, e I efecto de gran-
des faj as de gasa blanca que atraviesan perpendicu Iarmen te
la montaña; el agua llega á la orilla del camino medio pulve-
rizada por la altura de la caída; pero nn aguacero que estalla
al momento y me trasps!?s hasta los huesos, calma mi entu-
siasmo poético. Felizmente estas traveslas, abiertas desde hace
nn año no más para evitar las cnestas del antiguo camino, son
muy practicables y arenosas, á pesar de que son-tan estrechas
que no puede pasar sÍno nna bestia cargada á la vez, lo que
hace qne mi arriero llene continuamente el aire de gritos agu-
dos para evitar que otros animales entren más adelante y en
sentido contrario. A lad 4 y 30' llegámos al peq l1~ño caserío
de Muelas. Los campos son aquí poco cultivados, las tierras
son algo frías y no prodl1cen sino pastos y maíz. Este último
es casi la única alimentación de los moradores que lo comen
en sopa bajo el nombre de mazamorra, y en pan con el de
arepa. La miserable choza á dODde vamos á pasar la noche,
se compone, corno casi todas, de dos únicas piezas: una para
los transeúntes, la otra á donde se amontona la familia, en
una promiscuidad poco conveniellte ~ padre, madre, herma-
BOS y hermanas, grandes y peq ueños.
Jueves 15. - La Hu via sigue toda la noche y como
me acuesto vestido y empapado, sobre nn entarimado, pa-
dozc0 algo de frío y de humedad. Salida á las 6 y 30';
voy bajando durante una legua, subiendo durante otra, y atra-
vieso á Aranzazl1 (4,500 habitantes) (1), situado en el filo de
un morro, de aspecto muy aseado, dotado de un bonito tem-
plo nuevo, como N eira, de estilo español, el"iificado en una
gl'ao plaza cuadrada. Almuerzo á la 1 p. m. en La Unión, en
el punto donde se juntan dos torrentes: El Ohamberí y El
Pooito. Vuelvo á caminar por una travesía qne me condnce
en dos horas á Salamina, situado en las mismas condiciones
que Aranzazu, y de la misma importancia (4,000 habitantes).
(1) Juan de Dios Aranzazu, fundador (1824); se llama también este pueblo
El Sarge?to, en recuerdo de un Sargento del Ejército del Gral. Córdoba, que se
había retuado en este lugar.
-02 ~

Produ~co en las poblaciones rurales los efectos más sor ...


prendentes, y los n8turales quedan por consiguiente estupefac-
tos al verme paoar así, á pie, con mi bastón por todo eq ui paje,
al través de sus tierras. Cnmo soy probablemente uno de los
únicos europeos que ven viajar de esta manera sencilla, porque
en general los pocos extranjeros que se aventuran por aquÍ,
pretiel'en andar á caballo ó á mula, quedan petrificados como
estatuas. En los pueblos salen al dintel de 1a puerta, y los
muchachos me aC1 1mpañan púr bandadas hasta afuera) pero
cuando al fill se dan cuenta de que soy un sér natural, de
caroe y hueso, empiezan á familiarizarse hasta el punto que,
callsudus de seguil' á mi paso acelerado, y disponiéndose rein-
tegrar sus respectivos domicilios, me gratifican desde lejos con
elJÍletus y chanzas á melludo puco amaules; lo que prueba
Ulla vez más que el caoldjo, hasta en las naciones jóvenes y
poco adelHlltrldas, nace siempre con su gracia encalltadora y
natural. Además, grandes y pequeños, me reconocen al mo-
mento por un blanco (lo son á menudo tantu como nosotros,
pei(l así tiellen 'Costumbre de desigllar al extranjero); primel'o,
no camino descalzo, llevo botas, lo que es mlly fllera de los
usos; todos camillan á pata pelada, y mlly á menudu, á excep-
cióll de los q \le son muy ricus y de la creme, van á caballo des-
oal~l)s, al través de las ¡Jeñas, de los llJontes, de los pedreros,
ctc.; luego 110 llevo el famoso sombrero 8'¿taZa, lIi el carrÍel ó
bolsa de cuero en la que pOllen los tabacos, fósfuros, plata, to-
tuma de cacho para beber agua ó aguardiente, pita, barbera,
etc.; lIi el machete, gran cuchillo sable, de dos pies de largo,
q ne llevan todos al ci nto en su vai na de cuero arnari 1\0, ni la
fuana; mil cosas que me faltan y me denunciall al momento:
mis ojos azules,-los tieneu todos negros Ó á lo menos oscuros;
mi traje de paño, mi modo de camillar, etc. Elltonces allí va
tuda la gente como sobre un santo y seña, se pone á las venta-
llas, en la calle, todo trabajo pára, toda conversación qneda.
interrumpida á mi pasa, pero en general llO provoco la burla,
Eino apenas esta risa tonta del indío que se ríe de todo lo que
no comprende; ni lástima por las fatigas que puedo sufrir,
,pero U 11 a- curiosidad llevada hasta su colmo, más ó menos el
efecto que me figuro que puede haber producido Stanley sobre
las orillas del Lago Nyallza ó Callé á su llegada á Tumbllctu.
Algunas veces los más atrevidos se arriesgan á !Jararme para
cuestionarme; al colombiano le gusta mucho hablar, y es cu-
rioso y preguntón, y al antioqueño wás que á uinguno de otro
Departamento, hacen las preguntas siguientes:
- 53-

-iDe dónde viene, señor? i A dónde va 1 i Qné negocios


trae?
Como, por lo general, no me gnstan mucho las prE'gnnt as ,
y menos Je estas bnenas gentes que me son algo indiferentes,
les contesto, para desembarazarme de ellos, las barbaridades
más colosales, como pOI' ejemplo, qne vengo del Cabo de Hor-
nos (y al fin y al cabo no les digo menti"ra, pNqne efectivamen e

te vengo de allá), qne voy á la Bahía de Hndson, y que vendo


aceite de higado de araña. Si me interrogan sobre la natura-
leza de la carga que va so'bre la bestia, con testo q ne son Due·
sos de avestruz que acabo de matar ell la serranía vecina. Se
van entonces, los nnos reflexionando sobre estos noulbres es·
tramb6ticos que no han oído jamás, los otros, el más pequeño
número, maliciando que me be burlado algo de las, pregnnt~s
inúti les y fastid iosas.
A las 4 llego al pie del cerro sobre el cnal se eleva Sala-
mina, á orillas de nn torrente ruidoso y crecido por las lluvias,
el San Lorenzo, en una posada llamada La Jfrejolera. Es aquí
donde paslHé la noche, y me acomodo, como siempre,sobre una
tabla desnnda; sin embargo, no estoy mny cansado, si no fue-
ra porque tengo los- pies nn poco irritados; les tldministro una
buenü fricción de aguardiente, y los unto cnidadosamente con
una vela de sebo, do;:; remedios soberanos que recomiendo al-
ta mente á los andari Iles. La 11 n via nos ha perdonado hoy y
helllos disfrntado de un tiempo excelente durante tocio el día.
He visto muy hermosos pájaros, entre otros mnchos turpiales,
de alas negras y cuerpo color de fuego anarnnjado, del tamaño
de llll mirlo, y que cantan muy agradablemente ; me acuerdo
haber visto vender alguDos en París, en el malecón de Mala·
qnais á nn lnis pieza (20 francos).
Durante estos dos días he caminado 16 leguas ó sean 80
ki lómetros.
Viernes, 14 de Octubre.-Lllleve toda la noche y el cami·
no está lleno de trochas, ó especie de zanjas transversales y
hondas de un pie aproximadamente, cavadas por los pasos de
los bueyes, lIellas de agua y lodo, y sobre el filo de las cuales
hay qne salt:H, sosteniéndose como un m·aromel'o, bAjo la ,pena
de embarrarse haE:ta media pierna.
Me voy á las 6 a. m., y despnés de atravesar dos puentes
de madera cnbiertos, empiezo á trepar una cuesta muy fuerte,
q~e dnra comu dos horas, y á las nueve tstoy en el tilo. Do-
mIno todas las gargantas vecinas· en frente sobre otro cerro
, I . " ,
y a a mIsma altura casi, diviso á Salamina, y alrededor, sil)
- 54-

fin, cerros cubiertos de verdura y rayados desde las cumbres,


por los correderos de las quebradas que caen bajo bosques
inexpugnables y de colores más subidos; valles eDcajonados
y líneas de cordones de un azul sombrío que se confunden en
el infinito; por partes manch9s de nubes que se extienden
horizontalmente, cortan el panorama de placas movedizas. La
región es muy poblada y de todos lados aparecen chozas como
pegadas y colgadas á las faldas; ruidos confusos llegan hasta
mí mezclados con el rumor de las agnas fragosas, gritos de los
arrieros, llamadas de los pastores JUIltando los ganados, y más
cerca las mil notas variadas del canto de los pájaros; el cielo
está ligeramente nnblado; no hay un soplo de brisa y ]a tem-
peratura es de una dulzura exquisita; abajo, muy abajo, dis'
tingo la casa en donde he pernoctado, que ya no es más que
un pequeño punto blanc0 cerca de la culebra plateada del San
Lorenzo.
Almuerzo á las 9 y 30' Y atravieso á Pácora (1) hacia la
1 p. m. (4,000 habitantes); tiene, también, bonita iglesia, nue-
va y ca!les aseadas; el puebJo está á media falda y rodeado
de hermosas plantaciones de yuca y de junco que se emplea
para hacer trabajos en tejidos; paso á las 4 p. m. á una aldeÍta
que se halla como á una legua antes de Aguadas; he recorrido
seis leguas ya hoy; pero me resuelvo continuar hasta Aguadas
á donde no llego sino á las7p. m. y en una completa oscuridad.
Sábado, 16 de Octubre.-Agnadas es pueblo de cierta im-
portancia, tiene 5,000 habitantes, está situado como todos los
demás de Antioguia que hemos atravesado hasta ahora, sobre
una elevación; fabrican aquí sombreros de paja ú'aca, á imi·
tación de los de Suaza, pero de una calidad inferior. Emplean
dos clases de paja, la iraca y el nacuma / esta última es una
planta vivaz que se produce espontáneamente en las tierras
templadas, en forma de palma sin tronco; sns hojas, en forma
de abanico, se desarrollan y se abren sobre los lados de nn
pezón fuerte y fibroso, que es el verdadero tronco de la planta.
Pal'a la fabricación de los sombreros se escogen las hojas cen-
trales, en capullos todavía sin abrir, sin otra preparación que
rajarlos en toda su longitud, en cintas angostas, y hacer-
las hervir en agna con el fin de que se enrosq nen sobre sí
mismas y se transformen en una especie de esparto, tal como
se ven en los sombreros.
Están construyendo actualmente en Aguadas un acueduc-
t@ de madera, montado sobre soportes de adobes, destinado á
(1) De los indios Pácot'as, 6 Paucure8, 6 Paucueras.
- 55-

conducir el agua desde un cerro vecino, á una pila enmedio


de la plaza.
Desde Aguadas bajamos con neblina (qúe exiiste por aquí
casi todas las mañanas y no se desvanece sino por la tarde)
durante dos horas, hasta el río de Armas (Gañón de Purirna),
que corre en el fondo de una garganta honda, que vamos á
tener que subir del otro lado por una cuesta de tres legllas,
franqueando así ulla barrera de peña y de monte que se alza
delante de nosotros como un muro vertical y al parecer infra n-
q ueable de 2,000 metros. .
Almol'zámos allí en compañía de seis.ióvenesseñoras, muy
simpáticas, que van para MedeJlín con varias cargas de bebés j
van vestidas como todas las viajeras de distinción en estos paí-
ses: una larga esclavina ó capa de tela blanca, que cae· sobre
la amazona negra, y un sombrero snaza, como los de los hom-
bres, cubierto igualmente de una funda blanca, cuyos bordes
caen sobre la mitad de la cara; y ahora que estamos hablando
del sexo, aprovechemos la ocasión pam decir que aquí, hasta
entre las mujeres del pueblo y de los campos, se encuentran
muy bonitos semblantes, blancos, rosados, y de una expresión
fina y muy vi va.
En general, la población es robusta en estas regiones mono
tañosas y de aire puro, la raza es vigorosa, fllerte, ágil, y bas-
tante enérgica, activa y trabajadora, cosa que -no es tan co·
mún en las razas hispano-americanas, para que pase desaper ..
cibida. Los niñitos de estas jóvenes y hermosas viajeras van
trasladados á espaldas de peones, en jaulas de madera, que se
emplean ignalmente para el transporte ,de las personas enfer-
mas ó delicadas.
Parece que podría suceder que en breve Colombia tenga
su pequefia guerra periódica é intermitente; desde que esta-
mos en camino encontramos á menudo convoyes de armas y
municiones, que trasladan de un punto á otro, y en los campos
~o se habla de otra cosa que de alarmas, sublevación y revo-
1uciÓn.
Llego á las 5 p. m. á Abejorral, extenuado por esta subi·
da tan larga y penosa en pleno 801; á pesar de que UIIO se
eleva á celltenares de metros sobre el nivel del mal', la temo
peratnl'a n'o baia sensiblemente sino cnando se llega á las cum-
bres; además, el sistema de cordilleras de Antioqnia no pasa
de 2,500 metros má~imum, y cuando se baja á los valles, se
halla uno muy cerca á la altitud del Océano, ó mejor dicho,
un poco más que cero; en lugar que en el Ecuador, por ejem-
plo, á donde todo el nndo central ~ á pocas leguas de las costas
del mar, y todo el valle que se extiende entre las dos cordille ·
ras, se ha:llan casi continuamente cerca de 3,000 metros de
elevación; al momento que se trepa en las crestas se hallan lQS
páramos y la región de las nieves perpetuas.
Abcjorral (1) (4,000 habitantes) está situado sobre la ver-
tiente opuesta del Gañón de armas,. e1l sn vecindario cultivan
tabaco y una especie de olivo (meTica oerifera) cuya fruta
produce una pasta empleada en la fabricación de las vela~.
Existen también cuatro fuentes saladas en explotación. Se da
trigo cuya harina es muy e¡;timada.
La mula de carga se ha cansado y me cuesta mucho tra-
bajo conseguir un caballo' hasta La Oeja no más (6 legnas de
distancia, $ 3).
Domingo 18.--Desde Abejorral hasta el río del Buey son
tierras frías, siempre muy onduladas, á donde reinan los hele-
chps y en_don'de hay poca agricnltura y población. Oomo de
costumbre ha llovido toda la noche, los caminos están muy
húmedos y todo queda envuelto en el vaho.
OasÍ es inútil observar qne aquí muy poco se ven los bu·
rros, pues DO los emplean para nada, no resistirán á la natnra-
leza de los caminos y del país, que, por cierto, es de las más
accidentadas, atormentadas y montañosas que se pueda imagi.
nar. Ademá!?, los fardos de cacao que se trasladan del Cauca á
Antioquia, el ne pr0duce muy poco de este fruto, las cargas de
mercallcÍ3s extranjeras importadas, que en general pasan de
diez arrobas (los dos bultos), no pueden cargarse sino en rou'
las, caballos ó bneyes.
A las 10 y 30' almorzámos en El Buey, que está á medio
. camino entra Abejofl'al y La Oeja, es decir, á tres leguas.
Durante este itinerario el viajero halla con facilidad donde
alojarse y alimen~arse; es raro recorrer una legua sin encon-
trar uIla Ó dos pa~tes en donde pernoctar, es decir, acostarse
en el suelo sobre una estera, un cuero, sobre un banco yal-
gunas veces una caja de madera, siempre sin colchón; y ha-
cerse servir una sopa de huevos, carne de marrano molida,
plátanos, fríjoles y chocolate; estas casas son construídas con
adobes, blanqueadas con cal, cubiertas de paja, ó cuando son
algo más lujosas, el techo adelanta de un metro ó metro y me·
dio sobro la fachada y está sostenido por postes ó columnas;
las ventanas son enrejadas con barrotes de madera, y una de
(1) Este nombre fue dado por el fundador que, recorriendo el país, fue picado
por un enjambre de insectos llamados abejorros.
- 57 --

ellas qneda siempre abierta para la. venta del agu.ardiente,


de la chicha, de la leche y de las natIllas (Ie~he cuajada con
panel a), cada cosa cuesta un cuartillo, es decIr 2~ centavos, la
ración ó la copita.
A las 4 desde el Alto, veo á mis piés á La Ceja, en 11D
bonito llanito, cultivado, rodeado de cerros rajados, desnndos
en partes y dentelados, como un anfiteatro, abierto por un
costado al Norte á donde la mesa se prolonga del lado de
Rionegro. En medio de esta llanura se eleva, aislado, un cerro
agudo y cónico, el morro de Capiro, que-da al paisaje un ca-
rácter particular y original.
Lune8 19.-Posamos en un buen mesón que se halla á
un cuarto de legua de La Ceia. Ha llovido también como casi
todas las noches desde que estamos en camino, yemprende·
mos la marcha con un fuerte aguacero.
Al salir de La Ceia sjgo una larga vereda, más bien un
lodazal, al través del plano pantanoso hasta San Antonio, á
donde almuerzo; dejo á la derecha el pueblo de Rionegro
(5,000 habitantes). Todavía hay uná larguÍsima cuesta: por
fin es la última, y paramos en Santa Elena; nos faltan 3 leguas
para llegar á Medellín.
Como se ha podido observar, los pueblos que se hallan
en el trayecto de Manizales á Medellín, son, en general, im-
portan tes; y N eira, Aranzazu, Salamina, Pácora, Aguadas,
La Ceja, Rionegro, pasan casi todos de 2,000 habitantes. Estos
lugares tienen un aspecto de bienestar y prosperidad que creo,
sin embargo, algo ficticio y exterior, porque for2:osamente
deba reinar en ell os la escasez y la pobreza. La campiña es
poco cultivada; las comunicaciones son muy trabajosas, ge-
neralmente imposibles en invierno; se cosecha caBi únicamen-
te maíz, y lo demás está ocupado por potreros, rastrojos y
bosq nes; hay pocos montes q ne merecen tal nom bre; son
charrascales bajos y tupidos; el ganado es abundante. Por lo
demás la región está muy poblada y los habitantes viven de
poco. y 80n sobrios. Todos prod ucen el maíz, q ne es la base de
la alImentación de ellos; con esto, algnnas vacas, una familia
de marranos negros que gruñen alrededor de cada choza, en .
compañia del gallo y de las gallinas, tienen lo necesario y no
gastan casi nada para vivir.
A pesar de todo, lo repito, las casas blallcas con sus
balconES adornados de flores, sus diminutos jardines atrás;
la plaza grande cubierta de hierbas y en donde se eleva
una bonita iglesia de aspecto nuevo, las calles limpias y ori-
- 58-

lIadael de aceras embaldosadas con ladrillos, hacen pensar en


comodidades y riquezas que, sin embargo, no existen real y
verdaderamente.
Martes 20 ' de Octubre. Se descubre á Medellín tres horas
an tes de llegar á él; la ci ndad blanca se extiende en un mag-
nífico valle rodealo de montañas lejanas; empiezo á bajar á
las 6 a. m.; el camino en zig-zag e8 pedregoso, barr030 y pe-
noso por motivo . de su pendiente rápida y sin interru pción al·
guna.
A las 9 y 30' a. m. entro en la capital de Ant.ioqnia des-
pués de haber ejecutado en aeis días y tres horas un trayecto
de 40 leguas (200 kilómetros), de los cnales se puede asegurar
que no hay tres en un plano horizontal. Suponieudo que he
caminado, término medio, nueve horas al día, he puesto, por
consiguiente, para franq near esta distaucia: 57 horas.

•• •
NOTAS ANTIOQUEÑAS

1891-92

Memoria hospitis unius diei proetereuntis (1)

CAPITULO 1
Medellín-Situaci6n geográfic!\-Cuadros de las calles-El mercado-CEma-Los
caminos·-Las mina¡;-Las guacas-Públaci6n-Los indios-El curare-Ra-
zas-Costumbres de los indios-Administraci6n de la Justicia-La higiene-
La literatura y la música-Las artes-Un casamiento-El Ejército.

Lá ciudad de Medellín, nombre te mado de Extremadura


(2), en España, ha quitado á la de Antioquia el primer lllgar
entre las poblacioHes del Departamento, y al presente es la
seQ'unda de la República.
El gracioso valle de Aburrá, que apenas tiene 4 leguas de
máxima anchura por 10 de longitud, está poblado por 140,000
habitantes, pero la ciudad no contiene más de unos 25,000 (3),
El río q ne llaman también Medellín, forma, con el río Grande,
el río Porce, que desagua en el N echí, afluente de la derecha
del Cauca.
Situada á 1,476 metros de altitud, goza de un clima tem-
pIado; en ella se preparan los trabajos mineros que dan á 18
Provincia la cosecha annal de oro. Por término medio cada
correo mensual lleva $ 300,000, destinados, parte á Inglaterra
y parte á los Estados Unidos. En 1890 se avaluaba en doce
millones de pesos el capital empleado por las personas de Me-
dellín en las especulaciones mineras. (4)
(1) "Recuerilo de un huésped de un día que se marcha."
(2) Capital de Exttemadura, patria de Reman Cortés.
(3) Actualmente cuenta más de 30,000.
(4) Elíseo Reclus. F. J. Vergara y V.
- 60-

Tiene Universidad, Escuela de Artes y Oficios, de Mine·


ría, Museo y Biblioteca pública (Museo Zea), Casa de moneda,
dos magnificas Plazas de mercado cubiertas, una Catedral nue-
va, en c(1nstrucción, parque, etc.
En torno de la ciudad bay casas de recreo en sitios pinto·
rescos cn biertos de bosq ue. El valle presenta n n aspecto q he
recuerda el de las c.arnpiñHs europeas en t('rno de las grandes
ciudadeB, y verdaderas carreteras parten de la ciudad en di-
versaR direcciones.
Fue fondada en 1675 por el Mariscal Jorge Robledo.
Al penetrar en la ciudad ll~ ma inmediatamente la aten-
ción la animación y la actividad qne reina en sus calles asea-
, das y tri en- conservadas. Las casas se componen en general de
on piso bHjCl, algllnaR de dos. mny pocas de trEs; todBS las
ventanas SGHJ l)r0vibtas de barrúks de madera pintada, ó bal-
cones; los almacenes casi todos sin vidrieras ni escaparates
exteriores.
Hay muy pocos extranjeros y la doctrina de Monroe:
América para los americanos, no es aquÍ valla palabra como
en muchas otras partes donde el comer-cio de importación y
exportación, y la incllilstria, han sido monopolizados por (juro-
peOEl. Es quizá aqnÍ donde -existen los más fuertes capitales
ruovilizables ó comerciales de la República.
Una de las p' incipales fnentes de riqueza son las minas
de oro que abundan principalmente al Norte y aJrededor de
la ciudad de Antioqnia.
Existe en Medellín una Sociedad francesa que explota dos
minas de 01'(} import8ntes) cerca de Remedios (Segovia-Crista·
les), á 35 legtHs al Norte.
El río litraviesa en la part~ NO. de la ciudad y dOB puen-
tes la ponen en comullicación con el o.tro lado del valle. Sobre
l~s vertientes del S E. nacen varios manantiales de agua Ba-
Jada, de los cuales se extraen grandes cantidades de cJornro de
sodio.
Los martes y viernes B0n loe días de mercado: entonces
abundan los m..níces de varias especies y otros granos, princi-
palmente fríjoles; ganados, cacao (1) fJue viene del Cauca (2)
y todas las frntas y legnm brea q ne se col ti van en el valle:
naranjas, chirimoyas, aguacates - (manteca vegetal), nísperos,
plátanos, arracachas, etc.
(1) Vale en general 40 centavos libra.
(2) La enfermedad- llamada la mancha, ha d€'struído los ricos cacaotales que
existían cerca de la ciudad de Antioquía.
61-

El aspecto de las calles, como lo he dic~o más arriba, es


interesante; los arrieros conducen sus recnas cargadas que
llegan de todos los puutos de la Provincia; los vendedores
ambulantes con surtidos de cacho ó cuerno, bien trabajados y
pulimentados en totumas, alfileres y peinetas, perchas para
colgar; otros con grandes esteras; vainas de cuero para los
machetfs, carrieles forrados de piel de TI utria; carretas de dos
ruedas tiradas por un caballo, donde trasladan las mercan-
cías, ó las basuras que recogen cada mañana en caj ones á la
puerta de cada casa; los agentes de policía en las esquinas,
vestidos de un,forme azul oscuro, con cu ellos y reveses colora-
dos, y casco blallco que lleva en cifras muy visib les el número
de cada UIlO; rn II chachús eOl bolado res de batí nes; \legras lle-
vando en la cabeza gl'andes vasijas de leche (la raza negra es
muy abundante en Medellín); los empleados de comercio y de
la ad In i nistración, los médico!:!, abogaqos, profesores, vestidos
á la europea con modas de hace unos treinta á cuarenta años;
y mlly aficionados á nnestro sombrero de copa, que llevan ge-
neralmente grasiento y de forma antigua; los militares mal
vestidos, desaseados y desabrochados; por fin, los Curas muy
abnndatltes aquí como en todas' la~ ciudades hispano-ameri.
canas, pero, ~in embargo, en menor cantidad proporcional.
mente que en Bogotá, LIma y Quito. Y sobre tod l , en los din-
teles de los almacenes los comerciantes y SllS etnpleados con-
versalldo,riendo, discutiendo, de política en pal'ticu lar,mientras
aguardan á los compradores. 8e ven pocas señ(¡ ras, pero las
que se encuentran van mny sencillamente vestidas, general-
mente de negro, y con admirables cabelleras de nn largl) des-
mesurado. Toda la población obrera, hombres y mnjeres~ va
descal za.
En este momento la temperatura es muy templada; llue-
ve casi todos los días, pero con poca violencia, y se oyen mu-
chos truenos.
El Departamento de AlItioquia, cuya mayor parte y la
más interesante se halla situada entr.e las dos principales ar-
terias fluviales de Oolomdia, ha buscado naturalmente sus
caminos exteriores y sns salidas para su comercio de introduc·
ción y de exportación hacia Oriente, es decir, del lado del
Magdalena, que es el gran camino al corazón de la antigua
N ueva Granada desde el Atlár tico.
El río Magdalena, navegable por vapores de poco calado
deEde Neiva (1) , tiene nn tránsito muy importante desde Han·
(1) La distancia de Neiva hasta Barranquilla, por el Magdalena, > es de 300
leguas.
- 62 - "

da (1), puerto de Bogotá, del cual queda separado por 23 le-


guas. Antioqnia no podía utilizar el bajo Oauca, el cual du-
rante todo su curso en este Departamento, queda cerrado á la
navegación por motivo de sus saltos,remolinos, ang( sturas, etc.
Se constrnyeron, pnes, tres caminos, de los cuales ningnno es
bueno, para ir al Magdalena "; el primero al Sur, va de Mani·
zales á Sala mina y á Honda, por un páramo de 3,200 metros
de elevación, pasando por Manzanares, el Fresno y Mariq uita;
el segundo, y el más directo desde Medell1n, pasa 'por Rione·
gro,Marinilla, San Oarl08y la conflnencia del río Nare y del río
Samaná del Norte, hasta N are; pero esta vía se halla, en gene-
ral, en mny mal estado y casi impracticable en la época de las
Ilu vias; el tercero al Norte, paBa por Oopacabana, Girardota,
Ooncepción y Ban Roque hasta Pnerto Berrío (2), desde el
cual se empezó hacia el interior el Ferrocarril de A.ntioqnia
hace varios años, interrumpido ahora; tiene 10 leguas constrní·
das, en buen estado, las que están puestas al servicio público.
(3) De estos tl'es caminos el último es el menos penoso; hay
48 leguas de Medellín á Puerto Berrío, y 44 de Puerto Berrío
á Honda por el río Magdalena.
Oomo lo hemos ebservado, la rifJueza principal y el des-
ahogo relativo de Antioqnia son debidos á BUS minas de oro
y p~ata. Algnnas de estas minas f:!on m ny ricas, como El Zan·
cndo y Zabaletas en Titiribí, las que existen en el Distrito de
Remedios (4), de Frontino, de Caramanta, etc. Han encontra-
do pedazoa de oro puro, de un peso extraordillario; por ejem.
plo, en la mina Usnrá, han arrancado del cuarzo nn pedazo de
oro nati vo de 2,500 gramos, y esto no es un hecho aislado.
Hay poca agricultnra, á excepción de algunos cafetales;
lo demás se cultiva para las necesidades de los habitantes. A
decir verdad, el estado muy qnebrado de la región no se pres-
ta mneho á 108 cultivos.
La vida es muy seria en Medellín; toda de trabajo y de
tráfico, ó de familia y dom~stica. No hay distracciones, rara
vez hay teatro porq ne pocas Com pañÍas se atreven á hacer
viaje tan largo y á alejarse tanto de las costas, á excepción de
Bogotá.
(1) La distancia de H onda á Bartanquilla es de 199 leguas (cifra de la Compa-
ñía ue navegaci6n de vapores), y 205, según otros.
(2) Pedro Justo Berrío, nacido el 28 de Mayo de 1827 en Santa Rosa de Osos
Estadista y Presidente del extinguido Estado de Antioqni a.
(3) Se prolonga actualmente hasta Caracolí, es decir,unas 6 leguas más. (Agos-
to de 1897).
(4) Lo que no impidi6 á la Compañía francesa de quebrar.
- 63-

No hay tampoco lo que se ilama propiamente cafés ó res-


taurantes, y el Parq ne casi siem pre eatá desierto.
Hay algnnos periódicos; el principal es lZl Espectador,
qne no se ocupa de otra cosa que de política (1) y de las elec-
ciones presidenciales de Diciembre próxi mo. Este estado de
efervescencia y de fiebre política, común á todas las Repúbli-
cas americanas seis meses á lo menos antes de la votación, dis-
trae en este momen to á toda Colombia, paraliza los negocios,
y los laboriosos antioquefíos están, como todos los demás, agi-
tados en lucha y en expectativa de algo grave, inquietante,
desconoci do. Quiera Dios q ne todo pase con cal ma y q ne este
desgraciado país, q ne apenas em pieza á levantarse de n nevo,
desde algunos años, de tántas ruinas y de tánta sangre, evite,
por esta vez, la calamidad de una nueva gnerr2.
En Enropa difícilmente se dan cuenta de la inmensidad
de los territorios suramericanos y de la exigüidad relativa de
la población que los ocupa. Así, por ejemp lo, en Colombia,
que es más ó 'menos 2 ó 3 veces más grande q ne Francia, y no
pesee, según el último c~nso, más que 4.243,000 habitantes, el
solo Departamento de Antioqnia, que es uno de los más pe-
qneños, tiene 590 miriámetros cuadrados (58,125 kilómetros
cuadrados)! € S decir, 180 miriámetros más q ne Bél gica, no
posee sino 260,000 habitantes, lo que da un promedio aproxi-
mativo de 9 habitantes por kilómetro cuadrado, mientras que
Bélgica c0ntiene 7.000,000 (2).
Han encontrado y encuentran todavía en Antioqnia, gran-
des cantidades de antigüedades indias, principalmente ador-
nos <..le oro y tumbaga (Jiga de oro y cobre), figuras, bustos,
cabezas, copas, tazas, caj itas, placas ci nceladas, pendientes,
alfileres, chagualas (anillos paTa las orejas y la nariz), anima-
les como ranas, tortugas, patos, caimanes, lagartos, águilas,
ídolos, diademas, símbolos, vasijas de barro, ánforas, instru-
mentos de piedra, etc., etc., se hallan especialmente en los ln-
gares llamados patios de indios, que eran como los talleres de
ellos, y son espacios circunscriptos por murallas de piedra de
4 á 5 metros de altura y de hasta 30 hectáreas de superficie,
y en las guacas ó sepulturas. Muchos de estos objetos son Ullly
tina y hábilmente trabajados á pesar de que, naturalmente, es-
casean de preocupacione~ artísticas y de imaginación. Los que

, (l¿ YO ,fundé luégo en Medellín uu periódico bisemanal, cier,tífico, comercial é


llldustnal, titulado El Ferrocarril, pero tuvo pocos meses de vida.
(2) El Departamento más poblado ue Colombia es Sar,tander, que tiene 14 ha~
bitantes por kilómetro cuadrado.
- 64 ........

se ocupan de buscarlos y de hacer las excavaciones se lI~man


guaquero8.
Estas antigüedades no se venden mny caro, algo más que
el peso del oro en general; también hay e~ algunos puntos
inscripciones sobre piedras, que recuerdan los caracteres
chinos . .
Ya q?e estamos hablando de los indios, haremos ob ·
servar que naturalmente .toda la parte oriental y .SE. de Co-
lombia, se puede gecir casi la mitad, regada por los ríos Apu·
re (ó Apnrus), Aranca, Meta, Vichada, Gllavial'e (ó Guaviarí),
Vanpes .(ó Ueallp~s), Caquetá (ó Yllpnrá), Puturnayo y Napo
hasta las Amazonas, el río Níger (ó Negro ó Guaiuia), el Ca ·
s.Íquiare y el Orinoco, son habitados por indios salvajes.
Estas regiones, que com prenden apro~imada mente 24,000
leguas cuadradas, hacen parte de la gran llanura de la
América del Sur, que se extIonde desde el Delta del Orinoco
hasta las fuentes lejanas del Madeil'a. Forman, en la parte
que corresponde á Colombia, l08 territorios de -Casanare, de
San Martín y del C!lquetá. Los perpetuos litigios que existían
anteriormente entre esta República, la de Venezuela y el
Brasil para la supremacía y los derechos de navegación, aca·
ban, hace algunos afias, de terminar, gracias al arbitraie de
España, que ha delimitado exactamente fas fronteras respec·
tivas: y la Administración ha dirigido especialmente Sll aten-
ción sobre estas inmensas comarcas para colonizarlas, civili·
zarlas y explotar las riq nezas natllrales que encierran en
abundancia.
Pero al interior mismo de Colombia, en la parte N arte
del Departamento del Cauca, bafiada por el río A,trato y SllS
afluentes, en los territorios todavía poco e~plorados del Chocó
y del Darién, al Oeste de Antioq nia; al Occidente del Depar
tamento de Santander entre los ríos Ci<lrare y Sogamoso, exis
ten todavía indios bravos que han guardado todos SllS hábitos
de libertad é independencia. Los del OPlón, araUC06 y yari-
g'uíes, hacen guerra á muerte al blanco y no le perdonan la
vida cuando están seguros de la impunidad. Loe caramantas
y c!¿amíes han guardado todavía eu la hora pleElebte la cos-
tumbre de envenenar las pUlltas de las flechas (virotes) que
lanzan coo bodoquera (cerbatana) con el sudor de una pequeña
, rana, de color amarillo de oro (1), que se procuran en ciertos
1 ugares húmedos de la sel va y q lle preparan sometiendo el aoL .

(1) La rana del Chocó (Dr. M. Ul'ibe Angel).


~ 65-

mal ~ un calor lento después de haberlo encerrado en un ca·


labazo de madera. Este veneno, de origen animal, es entera-
mente diferente del curare, que es un extracto de un bejuco, 6
del veneno de palo que proviene de la corteza de un árbol pero
teneciente á la familia de las Euforbeáceas. Es este veneno de
la rana el qne estos indioa empleaban, y emplean todavía, en
sus cacerías y guerras. Está probado que produce pronto la
mnerte por par-álisis, salvo la amputación inmediata ó la cau·
terización por el fuego en la parte herida, y no se le conoce
todavía ninguna contra.
En 1595 Walter Raleigh llevó á Europa por primera Tez
el terrible veneno durari ó curare q ne le habían dado los in·
dios de la Guayana española. Esta comarca es, con parte de
la Orinoq nía y de la AmazonÍa, la región en donde se prepara
la peligrosa sustancia. Según el país, varía el modo de hacerle,
pero en todas partes los adivinos, módicos ó hechiceros, hom·
bres 6 mujeres, todos los que fabrican el cnrare, emplean una
liana ó bejuco de la familia de las Stricooea8, el rnavacure,
(rondamon guianense) (1), al cual mezclan algllnas gotas de
veneno de uua serpiente; después de la cocción, guardan el
curare en vasitos de tierra cocída ó en calabazas; es un ex·
tracto negro, de ru ptnra brillante, parecido al .i tlgo de la re.
glisa. Las indios frotan con él las pnntas de sus fletas y de los
dardos de las cerbatanas (2). El curare no obra sino inocnlado
en la sangre, puesto que se puede comer, sin riesgo ninguno,
la res muerta con ese veneno, y por lo mismo podría servir
como seguro elemento de diagnóstico de las úlceras intest.ina·
les (3). Dícese que I~s otomaC08 también impregnan con curil-
re la parte externa de las uñas, por lo cual sus arb ñetazos.son
mortales (4). COllocidos 80n los efectos de este veneno formi·
dable, que sin alterar la inteligencia, la seusibi1idad ni la vo-
luntad de la victima, la pri va sucesivamente de la vóz, del
movimiento de los miembros exteriores,del rostro y del tórax
y acaba por extinguir IQS ojos, emparedando, por deciJ 10 así'
la inteligencia, á la cual eI1Ci.~rra ,¡ aú[~ vi va en cadáver." (5):
Oomo se sabe, la poblaclOn moderna del Oontinellte Sur,
americano saca su origen de 3 razas: la caucásica, ó conqnis-
(1) Carl S achs, " Au s den Llanos."
(2) Eliseo R eclus, Colombia.
(3) F. J . Vergara y V.
(4) Al ex Humboldt: Relaci6n histórica: Cu ,ú lros de la naturaleza.
(5) Cl a udio Bernard i Revista de ambos mundos, 1.0 de Septiembre, 1864.

5
- 66 ~

tadora ; la indígena, 6 india; y (p.!lrticularmeDte en la zona


inter~rop.i,c~.I, á donde eutra en proporción considerable) la neo
gra, o e~lOp1Ca.
De éstas han resultado las mezclas siguientes:
Mestizo: unión de un blanco con una india, ó viceversa.
Zam~{): unión de una india con un negro, ó viceversa.
Mulate: unión de un blanco con una negra, Ó viceversa.
Después de estos tres puntos de partida, se designan ge-
ner!\lmente los descendientes sucesivos y los nuevos cruza·
mientas por los términos de teroerones, ouarterones, salto
atrás, etc. - .
; En estas uniones de las razas blanca, indígena y etiópica,
se puede reconocer, casi con seguridad, á ciertos signos; de
las dos últimas han figurado de una manera predominante
en la mezcla: cabellos largos ya plastados, ausel}cia ó eecasez
de la barba; color verdoso ó aceituno; ojos muy separados y
jarretes muy salientes por atrás.: raza americana ó india. Oabe-
Ilos crespos, labios gruesos, frente inclinada hacia el occipucio,
cabeza ensanchada por atrás, olor penetrante: raza negra; sin
contar que el ángulo facial recto ó casi recto (80°) en la raza
caucásica :tiende á trasformar,se en agLido en las otras dos. .
Cuando se pueden qbserv81', como lo he podido hacer, los
indios de las orillas del Amazonas, de la Patagonia, de la
Araucania, de Boli via, del Perú y de Colombia, se con vence
uno· inmediatamente de que pertenecen todos á una única taza,
raza que tiene un 'gran parentesco con la malaya y los aborí-
genes del Celeste 1m perio, del Japón y de' varias islas de la
Oceanía.
La mayor parte de los indios que viven todavía en las so·
l~dades y 1GB bosq nes in tE:lrÍorEs de la N neva Granada son,
más ó menos, como todos AUS compañeros de la América del
Sur, degenerados, mjserables, y casi nómades; se tífien los
dielites con el jugo de un bej nco, los ,brazos y las pierna~. ,con
un color amarillento extraído de una planta llamada v?jua;
sobre este fondo trazan rayas de un negro azolado producido
por una fruta denominada jaguá. Sus únicos vestidos son una
especie de cintura que les tapa las partes pudendas y que lla-
man antea (6 gU3ync0) y que se hace de la corte~a de un paro
llamado damaJ¿agua (damagua) y mahagua (m~lJagua); algu-
nas veces se tapan también con una especie de capita de tela
de alg0dón; las indias llevan adelante un pequeí'lo delantal de
coleta y un chal más pequefio que la capa del indio; se sus-
penden al cuello collares de granos de vidrio, espejitos, corte-
- 67 -
zas balsámicas, vainillas preparadas, ramitos de basílico (alba-
haca) que llaman ym'ba de amor.
Gustan mucho del tabaco y del licor; compran telas de
algodón y de hilo, chaquiras (perlas de vidrio), escopetas, ~~­
vajas, anzuelos, perros y, en general, lo que les puede ser utIl
para la caza y la ppsca. Los trabajos más penosos son natural-
mente atributos de las mujeres que preparan los alimentos,
cosechan las frutas, llevan los nifíos y las _c argas durante laa
marchas, y dan á luz sin dificultad alguna. El hombre hace
las rozas, riega el maíz, ]Jeva la bodoquera ó la escopeta, pes-
ca, caza y duerme 10 demás det tiempo. Las indias son tími·
das y taciturnas; el indio es celoso, ingrato, desconfiado é in-
quieto en SllS relaciones con los blancos. No viven sino del
pr0ducto de la caza y de la pesca y de una agricultura muy
reducida de maíz, de caña dnlce y de plátano. Oon el maíz
ligeramente tostado que me7,clan con agua, se alimentan; con
él molido y fermentado hacen igualmente la chicha, que ape-
tecen mucho y con la cual se em briagan. Las habitaciones
son hechas de paja, de techo cónico, y cubiertas á menudo con
hojas de bibao ó de palma, algnnaa veces divididas en dos
compartimientos. Ouando muere allí uno de ellos, lo entierran
inmediatamente en el mismo lugar -y cambi,ill de domicilio.
Escogen siempre la proximidad de un río, tanto pOI metivo
de la peaca como para pf,)der, según sus costu m bres, bañarse
varias veces durante el día. El bautismo es, al mismo tiempo,
el acto de emancipación y de casamiento para la india, la cual
hasta ese mom ento ha quedado rigurosamente ,sometida -á la
autoridad paternal: se reúne la familia, se baila y se bebe
hasta que todos estén borraches, í ocl o~i ve la joven i nd ia.
Duerme entonces hasta el amanecer elel día siguiente, momen·
to en que sale para ejercer su libe) tad y el derecho de inde-
pendencia que ha conquistado, y se une inmediatamente al pri-
mer joven indio que encuentra. Oon los varones la ceremonia
es casi idéntica, solamente se botRn gran()s de maíz al aire
para que sea buen sembrador, 8e echan til'os de escopeta para
que sea bnen cazador, etc. Son poco industriase s y no saben
fabricar más que algunas clases de canastas, vasijas y ollas de
barro, telas bordadas con perlas de vidrio. Son las indias que
hacen esto. .
Estos pobres indios no practican hny ningún cnlto; tienen
una vRga idea de DIOS, que llaman CalHg(-\vl ó CalgRri, y del
cielo que designan con el nombre de Paj{¡. No tiellen ídolos,
pero creen eu el diablo, queallaman Antomiá ó Anturuiá y que
-- 68 -

temen mncho por el mal presente que les puede hacer. No tIe-
nen otro gobierno que la autorid ad de uno de ellos llamado
Gobern ador y de algunos subalternos que llevan el nombre de
Capita nes ó J neces. No hay ni Ilgn na regla y las pen as de mu 1ta
ó de detención transit oria son aplicadas á la volnntad de sus
jefes, al despotismo de los cuales se someten ciegamente sin jui-
cio anterior.
Sobre la vertien te de la Sierra Nevad a, del lado E\jte
y hacia los Llanos de Casa nare, se conservan también, y toda-
vía iRdependientes y aislados, 108 restos de la belicosa tribu de
los Tammes (Piedrahit~r), llamados hoy Tunebos. Estos indios
Gcn pan algunos pueblos: Macaguane, Royata , Sinsiga, Covaria,
Ritamb ria i estos últimos los dejan visitar con repugn ancia por
los blancos, que llaman todavía españoles. Hablan mal el cas-
tellaJlo, la mayor parte no lo hablan ; son todos vigorosos y
bien formados, y sig\1en \lnas trochas que atravies811 la sierra
en los pnntos donde no hay nieve, pero en partes sumam ente
escarp adas y donde se cortan alguna s veces por muros inacce-
sibles por otros que por ellos- de 200 ó más metros de eleva-
ción aplom ada-q ue separan así Jos Tu nebos de sus tradiciona·
les enemigos los blancos. Sin embargo, por al lí bajan y trepan
con increíble destreza.
HA podido h ~ cer la comprobación que la Administración
de la Justici a en C0lombia, á lo menos en apariencia, se ha
desembarazado de Qna parte de los viejos enredos de las anti-
guas costumbres legales de las ordenanzas del ConsejG Real de
las Indias Eepaño]as, y que el Jurado fnnciona con regula-
vidad.
La instrucción primar ia es gratuit a y obligatoria, pero des-
graciad amente , como en muchas poblaciones hasta de cierta
'impor tancia, no hay escuelas, la ley qneda ilusoria para muchos
iletrados, pero sin embarg o creo que en proporción hay menos
que en el Perú y en el Ecuado r.
La tolerancia de todos los cultos está consagrada por la
Constitución colombiana, por lo tanto, natnra lmente , que no
ataqllen el sistema de Gobierno establecido y la paz pública.
Desde 1885 Colombia ha cesado, de ser los Estados Unidos
de.Oolombla para llamarse Repúb lica de Colombia, y los Esta-
.' dos federativos que tenían, cada uuo, FU Preside nte, Asamblea
Legislativa, etc., se han transformado en Depart amento s, bajo
la administración de u n Gober nador q ne depen de directamen-
te del Gobierno :Nacional de BOg'otá.
No creo equivo carme diciendo que entre las Repúblicas
hispanQ-americanas ésta me ha parecido Hoa de las más iocli-
- 69-

nadas á las letlas. En la clase elevada de la sociedad de Bog().


tá se encuentra unareunión de escritores y poetas que han estu-
diado á su patr!3 tanto desde el punto de vista pintoresco de las
costumbres en la novela y en el vil-)je, hasta el más serio y
útil de los progresos científicos, polHicos, comerciales y agríco-
las que se pueden introducir en su economía. Las guerras ci-
Tiles las luchas sin tregua y apasionadas de los illtereses y de
las ambiciones personalf-s han embargado y demolido, de@gra-
ciamente, este impulso y" estas aspiraciones, pero también ha
inspirado algunos poetas ardientes y llenos de amor á la patria.
La música nacional, hija algo degenera1a del arte espa-
ñol, posee, sin embargo, cierta originalidad, y los bailes del
país, bambuco, torbellino y caña,po.r que ,t ienen cierto aire de
familia con el zapateado, el fandango, el bolero ó la jota, de
los abuelos, no dejan de tener su carácter y su poesía, acom-
pañados por el tiple ó la bandola, especie de gllitarras ó de
vihnelas (1), y los alfandoques ó chnchos, que son calabazas ó
totumas unidas, rellenadas con guijarros, y enganchadas en un
mango de caña, produeen un rllido que recnerda algo el de
las castañnelas. -
En el sur del Canea, Provinci'a de Barbacoas~ los habitan-
tes, y ~specialmente los negros, se divierten y bailan al sonido
de nn i ostru men to lla mado marimba, formado de tu bQS de
gnadna, de largo y diámetro variados, ligados entre sí en
hileras y subre los cuales pasan cintas de chGmta á intervalos
iguales. Tucan sobre estas tiras con peqlleño8 palitos termina-
Jos por Ilfla bolita de cauch{); generalmente este instrumento
va aco~Jlpañado por nn tambo!' de cuero de tatabro.
Es inútil hablar de pintura, de escultura y de arquitéctu-
ra; fuera de algunas iglesias má~ ó menos restan radas desde
el tiempo de la conqnista, antiguos cOBventQS~ viejas pinturas
religiosas sin gran mérito artístico en general, y estatuas é
imágenes de santos y escenas de la Pasión, que sacan en Bo-
gotá y en Popayán, para las procesiones de Semana Santa y
qne son obras de los religiosos educados en las escuelas de Se-
villa y de Córdoba, las artes están todavía en la infancia, y lo
han estado también para los colonizadores españolos más preo-
cllpa~us, CGmo avent.ureros que eran, de vencer, de ha cer for-
tuna y de dominar, qne de crear obras estéticas
Si ha habido alguna época fl Ireciente para las artes en el
nuevo Oontillente-, flle en el tiemlloI de los
' aztecas , ell México ,
(1) ~ El tiple, hecho en general de madera de pino, tiene á 10 más dos tercios da
va~a, y a lo menos uno; es por lo tanto un instrumento mucho más pequeño que la
gUItarra. La bandola es algo más grande y mas perfeccionada.
-70 -

bajo la dominaeión de los antecesores de Moteznma y de Gna-


timozín, tocante á arquitectura y escultura; y en el Perú,
bajo la dinastía de los Incas, de los padres de Atahualpa y de
Hnascar, para las c0tlstrucciones cnloaales é imperecedera~,
de las. cuanto snbsisten aún restos, desde hace siglos, en el Cuz-
co y otros lugares. Pero esta antigna civilización, esta habili-
dad de IDl\n0S, estas fantasías de la imaginación india, á pesar
de todo cuanto las han ponderado, me han parecido siempre
muy exageradas, ó en todo caso muy inferiores á los trabajos
asiáti(!os de las razas malaya, china y japonesa.
Ya que estamos saltando de un lado á otro, rec()giendo al
paso y caprichosamente lo q.ue encontramos en el camino, sin
preoenparnos de ligar entre ellas nuestras 0bservaciones y re-
fhxiones,nada nos impide hablar algo de higiene, relativamen-
te á las precauciones que hay que tomar durante los viajes en
tierras ca lien tes, corno por ej em plo en las orillas del Cauca,
del Magdalena ó sobre las costliS tropicales. A pesar que en
lo general, yo personalmellte he hecho muy poco caso de es-
tas ¡ecornendacionee sea pOl'que mi saln::! no me obliga á
observarlas porq ue estoy ya acostn m brado desde muchos
años á no aclimatarme á Ilingnna región especial, ó también,
pOl'q ne muchas veces mis recursos no me permiten prestar aten-
ción á ellas, aquí van las que he visto ponderar y aplicar hasta
ROl' II.s orinndos: no exponerse mucho á los rayos del Bol durante
el medio día, para (Jvitar las insolaciones,á las cuales están suje-
tos los recién llegados. No dormi l' absol ut~mell te descu bierto, á
pesar del exeso de calor, porque el enfriamiento de las noches
produce la fiebrB. E8 muy salla extender debajo noa estera de
chingalé,sea que se duerma s{)bre un colcb0n cuyo origen no es
mny satisfactorio,ó sobre nn catre de lona que se pone siempre
muy fl'esco durante la noche. No aconsejo dormir en el snelo por
motivo á los alacranes, cucarachas, sapos, etc., que se introdu-
cen en las habitaciones siempre abieJ'tas. La hamaca es muy
cómoda á pesar de que á 10 largo cansa el pecho y encorva los
hombros; es bueno enltodo cago env01verse debajo y encima con
una cobija de lana delgada. Evitat' los excesos de bebida, tanto
alcohólica como refl'Bscante; de alimentos, las ft'l1tas conserva·
das en vinagre, las cames y pescados en conservas, los man-
gos, los plátanos crudos, la patilla, el aguacate, el melón. Una
tercera parte de las fiebres se origina por resfriado ó indi-
gestión.
Ahora que hemos analizado lo que no se debe tomar ni
hacer, va la contraparte: una taza de café tinto al levantRl'se;
-71-

znmo de naranja agria ó limón con los caldos y la carne; agua


de panela cuando hay demasiada sed; f,'icciones de alcohol 80-
bre el cuerpo si uno es delicado de constitución; acostarse y
levantarse temprano; si se sufre de -la cabeza y si se siente el
cuerpo perezoso, un ligero laxante tres ó cllatro hnraEl despuéa
de almorzar (principalmente sal de fruJta). Cuando hay princi-
pio de fiebre: un purgante ó vomitivo, según la costnmbre del
iudividuo; cnando el aeceso empieza á disminnÍr, 6 á 10 g,'a-
nos de quinina. Es siempre prndente llevar un frasco de esta
sustancia, por si acsso.
Re asistido esta mañana á un casamiento del alto co-
mercio medellinense, que es la aristncracia local. La novia
vestida de blanco, bastante buena moza, y \lna veintena de
sefíol'Ítas pertenecientea ti las mejores familias, vestidas de seda
roja y aznl, con enormes sombreros adornados con plnmas y
flores, imitando el lado anti-artÍsticn y exagel'ado de nuestras
modas de hace diez auns; lli una verdaderamente hermosa;
bajitas de cnerpo, caras 3g11das con naricf's largas, bocas mny
grandes y poco pecho. Los hom bres con fracs mal cortados J
en bi letes reformados desde ti nes del 1m perio.
Unos doscientos hombres de la Gnardia Oolombiana han
llegado de Bogotá, despnés do haber de.iado destacamentos en
Manizales, Salamina, Agnauas, etc. Vienen á pl'ote~el' la
ciudad, ma1ltener el ordell, impejir Illl movimiento revolucio-
nario, durallte las elecciones del 61 de Diciembre próximo. El
Batallón departamental ha ido á encontrarlos, con música, y
qné mú~ica!
i Qué efecto tan desair'a,do y digno de lástima prodllce
nna fllerza armada que camina descalza! Es horrible, qnita
todo respeto y toda grandeza, á lo menos á los ojos enro-
peos! Aquí es costumbre, nadie se fija en eso y IJarece cosa
natural.
La Gnardia Colombiana parece fatigada por esta penosa
marcha por caminos espantosos; algunos llevan alpargatas,
pero esto no les da Ri,'e más marcial, con sus grandes sombre-
ros sU3zas, enci ma del cnal está encaramado el kepis. Los hom-
bres son pequeños, los tipos muy vnlgares é indios, hasta los
de los oficiales mal vestidos y lIlontados sobre rangtls aniqnila-
dos. Ni el conjnnto ni los detalles son b,'illantes, ni hechos
pal'a inspirar confianza. (1)

(1) El Ejército colombiano ha hecho mucho progreso desde este punto de vista
en los últimos cuatro años,
-72 -

Además, la situación se complica. y los libérales y radica-


les, que al prillpipio parecían de acuerdo con los conservadores
para la reelección del Presidente saliente, acaban de promo-
ver la candidatura del General Marceliano Vélez para la Pre-
sidencia y )a del Geñera l Ortiz para la Vicepresidencia. Los
('onservad()re~, y por consiguiente el Gobierno, sostienen la del
Presidente actual Dr. Rafael N úñez y la del Sr. Miguel A.
Caro parfl Vicepre~idente.
He sido sorprendido á ,la vez que satisfecho al enc@ntrar
en Medellín varias librerías en donde alquilan libros median-
te nna pe<] neña retri bnción. Natural mente estas bi b liotecas
no son abundantes, pero sí muy cómodas para el extranjero,
que aquí, como lo he dicho, no halla distracción de ninguna
clase, y diflcilruente adquiere relaciones_ Estas bibliotecas
cpntienen especialmente obras de escritores e~ptlñoles, traduc-
ciones de -novelas francesas y algunos escritos de autores
nacionales. Me han parecido bastante concurridas, lo qne
demuestra el gusto por la lectnra, poco desarrollado en otras
ReJ-júblicas del Sur, 8 excepción de Buenossires y de Santiago
de Ohile, donde e~istell bllenas bibliotecas públicas,de las Clla-
les,con una pequeña cotización anual,se pueden sacar y cambiar ·
volúmenes. -Hay tarubién una en Medellín: El Museo Zea,
bajo la dirección del Dr. Manuel Uribe Angel. Algnn@s
particulares poseen t~mbién algunas en donde ~e encuentran
las últimas publicaciones cientíticas y literarias de Europa.
Tuve el placer de visitar la colección particular que per-
tenece al Sr. Leocadio Arango; esta colección es un peqnefio
museo. El Sr. Arango tuvo la amabilidad de ser mi cioerone
al través de esta~ riquezas y curiosidades, er:lmeradameute pre-
sentadas y clasificadas y que ha gastado 40 años en reunir.
Los pájaros, coleópteros, mariposas, muestras mineralógi-
cas, artísticamente embalsamados y montados, colocados bajo
vidrieras, con sus respectivos tiqnetes, de manera que ofrez-
can al estudio y al golpe de vista un conjunto claro y fácil de
com prender.
La colección de guacas y lozas indias es notable y muy
bien CO!lservada. Las guacas de oro, entre las cuales se hallan
piezas admrrables, están colocadas sobre alfombras de tercio-
pelo negro y representan un gran valor intrínseco y Brtístico;
chagllalas, alfileres, placas condecorativas, peces, ranas, peque-
ños í.dolos y animalitos destinados á ser llevados en collares.
Los dos objetos más raros, curiosos y de mayor valor
son una placa ó lámina de oro ell relieve, reproduciendo la
-73-

imagen de un ídolo ó guerrero indio, destinada á ser colocada


sobre la frente, y de una altnra ó largo de 30 centímetros por
10 de ancho, y una especie de copa ó ánfo.ra si~ asa, de oro
fnndido, y tan delgada y finamente trabaJada, que dudo que
un platero moderno pueda hacer nna se~·neja.nte. ~ueda nn?
admirado é ilustrado sobro el grado de lIltehgeIlC"la, de habI-
lidad y de civi liz·aci@n de estas razas antiguas y casi de~apare.
cidas, cua.Ildo se ven los resultados sorprendentes que obtenían
cou sencillos instrumentos y herramientas de piedra labrada.

OAPITULO 11
En las minas-La Mata y L1 Paz-Disposici6n de la mina-Extracci6n del mi--
neral-El molino-La alimentaci6n-Las Animas-Explotaci6n á tajo abierto.
Los horganales-Engaños y estafas-Regreso á Medellín.

Jueve8 5 de Noviembre de 1891. A consecuencia de algu-


nos arreglos q DO he hecho estos días pasados, salgo hoy á las 2
m. para visitar UIla mina perteneciente al Sr. D. Carlos C.
Amador, sit\:lada á cinco leguas de _Medellín, entre Oopacaba·
na y Girardota, en los cerros-q ne separan el ~ río Porce, que
todavía por aqní se llama Medellín, de los puebl.os de San
Pedro y Don Matías (Riogrande),
Acompañado de un peón y montado sobre una excelente
rpula, seguimos á la salida· la única línea de tranvía que con-
duce á dos kilómetros de la ciudad, al pie de la colina de San
Cipriano, hasta donde se prolongan los arrabales. Atmvesa-
mos lnégo risueñas campiñas, sembradas de haciendas rodeadas
de bonitos potrert>s á donde pasta un numeroso ganado vacuno,
caballar y mular. Al cabo de una legua dejamos el llano ova·
lado que rodea á Medellín sobre un perímetro de dos leguas
de radio y entramos en una parte más estrecha del valle. Des-
pués del pueblo de Copacabana (1,000 habitantes), á donde
atl'avesamos el río sobre un puente de madera, la carretera
sigue excelente, como desde la capital, con la ligera ülClina-
ción qne marca la pendiente de las agnss.
Media leglla antes de Girardota, y cuatro desde Medellín,
nos apartarnos del camino y elltl'amOS por una pequeña puerta
de gGlpe en 'uu setldero fangoso y estrecho, que sube á la
motltaña á donde so halla la mina. Atravesamos varios potre-
ros cercados; la subida es muy rápida y el terreno resbaloso
á pesal' de no haber llovido hoy. La noche llega y ccmtinuamoB
-74-

trepando en medio de los hoyos, atascaderos y piedras. Por


~ortl~na el primer. cnarto de la Illll.a y frecllentes relámpagos
llnplden la oscundad completa; SlO embargo, el camino no es
muy seguro y las mulas que lo conocen ya,adelantan con pre-
caución. Penetramos más y más en el fondo de la garganta
que de lejos aparece tan negra corno la boca de nn pozo. Por
fin, á las 8 llegamos á la pequeña cabaña que sirve de habita-
ción al Director de las minas de La Mata y de La Paz, Sr.Ig.
nacio Cabo,joven antioqueño de unos veinticinco años de edad,
de carácter simpático y amable, que me recibe con la alegría
natural en un desterrado que vive desde hace siete meses en
medio de peones. Ceno brevemente unos huevos y chocolate y
después de una larga y amistosa conversación, nos acostamos.
Me levanto á las 5 a. m. Desde la casita cubierta de paja,
dividida en dos peqneñas piezas y delante de la cnal se extien-
de un pequeño balcón cubierto, se domilla toda la q'uebrada
que baja, abriéndose sobre el valle del r10 de Medellín; en
frente se eleva la cadena de los cerros que lo cierran del lado
Este; detrás de la cass, y al Occidente, sigue elevándose la
cordillera en pendiente escarpada, al través de la cual chorrean
varias q1¿ebraditas que se unen á la principal que ruge á un
celltenar de pasos. Cerca existen algunos otros ranchos á
d0nde habitan los mineros y la familia del contratista que ha
tratado con la empresa para suministrar los alimentos median·
te tres reales (30 centavos) por cabeza y por día.
El molino, para la trituración del mineral, levanta su vo-
luminoso techo de paja una cuadra más abajo, al lado del to-
rrente, y la haca princi pal de la mina, q na es de veta, se halla
á unos 400 metros más arriba.
Según un cálculo aproximativo, snpongo qua nos halla ..
rnos aquÍ á unos 1,800 metros sobre el nivel del mar y unos
cuatrocientos sobre el del valle. La temperatura es- agradable
y culti van sobre IRS faldas cañas, maíz, plátanos, yucas, arra-
cachas,-etc" pel'O son pocos los cultivos, yen general la mayor
parte de las casit.nR, bastante numerosas, se hallan en medio
de mangas á donde pasta ganado. .
El mismo día visito la mina de La Mata, descubIerta ha·
ce ya much0s años, abandonada hace 3, y vuelta á la explo-
tación hace 7 meses.
El apique ó pozo por dvnde se penetra en la mina es an -
cho de nn08 dos metros cnadl'ados, hondo de 10 y fuertemente
em~aredado por cuadros y por un forro de madera más del-
gado, de dos y media pulgadas de diámetro y dos varas de
-75 -

largo. Se baja por tres escaleras y se encnentra inmediata-


mente á la derecha un socavón qne entra en el cerro á la
profllndidad de unos 17 metros. Este socavón ancho de un
metro al Ilivel del suelo y de 0,80 centímetros arriba, y de 1
metro 88 centímetros de alto, se halla sostenido de distancia
(1) en distancia por puertas formadas de dos maderos ó pa-
lancas de cada lado del m uro ó pared y de otro puesto encima
que sostiene el cielo y se llama. cápiz. En los terrenos muy
blandos colocan también en el suelo del socavón un palo que
sostiene las palancas para impedir que se entierreo, y se forma
así unR figura de trapecio. Este último madel'o se llama quicio.
El espacio comprendido entre dos puerta R se halla también
forrado enteramente por palos, lo mismo que el apique, y apre-
tados entre las palancas, los capicea y la pared. enando el
socavón se abre ent.re la roca, es decir, por medio de la pól-
vora, no hay natnralmente necesidad de sostenerlo por palan-
cas ni de forrarlo.
Como esta mina ha sido ya trabajada en varias partes
por socavúnes y apiqnes que se han derrumbado y llenado,
-hay quo obrar con grandes precauciones, poner sólidos fonos,
y á pesar de esto ha habido en estos últimos tiempos varias
amenazas de hundimiento en las galerías. Al terr.1inar este so-
cavón llegamos á no apique de 4 roetros de profundidad, del
cual ext¡'aen en este momento el mineral. Oomo la filtración
de las aguas es considerable, la bomba aspirante funciona casi
continuamente, y sin embargo la peña está muy inundada;
veo muy distintamente, á la luz de la vela, la forma, el ancho
y la dirección de la veta que se presenta aquí de unos dos pies
de aIlchura y pobre. Cnando el 'hilo ó la Tena va perpen-
dicularmente al cerro, se dice que es de cajón,. cuando es oblí-
CIlO, de sombra, y cnando hori zon tal, de manto.
A la izquierda del pozo de e.ntrada se abre otra galería de
30 metros de longitud, qne viene á salir más abajo sobre otro
punto del cerro.
A UIlOS 40 metl'os más arriba del apique principal hay
otro socavón, Iuégo dos más; estos corredores tienen por
objeto segl1il' la dirección de la veta; son de poca profundi-
dad y no pasan de 40 metros. Cuando trabajan en la roca em-
plean aq ni la pól vora blanca americana (Atla8). En los tala-
dros de 18 á 20 pn Igadas i tl trod ucen un tercio de cartucho
(3 pulgadas).

(1) Estas distancias varían, según la naturaleza del terreno á donde se cava el
socav6n, de 1 cuarta á 1 braz¡.da, según si es deleznable 6 s6lido.
~ 76-

" Los min'er-os se alumbran con velas de sebo; el agua cho-


rrea de todas partes, el aire es muy rarQ, y se pisa en un lodo
espeso y en una media oscuridad.
Caando el hilo, ó una de sus ramificaciones, llamadas
agujas, se trabaja en el mismo socavón, se transporta el mine-
ral afuera en carretillas y se lleva hasta el rumbón, es decir,
hasta el despeñadero ó canal, de una vara de ancho, abierto per-
pendicularmente en el fitlnco de la montaña y por el cual pre-
cipitan el mineral que cae rodando hasta el molino. Cuando
la mina no se halla como aquí, en un lugar escarpado, no se
sirven de rumbón y se conduce el mineral en carretillas. Tam-
bién emplean en otras partes cables de alambre con suficiente
inclinación J y se traslada el mineral en atados de cnero ama-
rrados al alambre por 'poleas ó ganchos, como hacen para lle-
var la leña en ciertas salí nas del país desde los cerros eleva·
dos. En explotaciones más importantes pueden transportar el
mineral por wagencitos y pequeñas vías férreas. Cnando tie-
nen que subir el mineral desde un apique lo elevan hasta la
galería en barriles ó zurrones de cnero.
El Director de la mjna hace á menudo ejecntar los traba-
jos'" como la perforacii>n de un socavón, por contrato, es decir,
que, por ejemplo,en un trabajo con pólvora paga tanto por bra-
za, pero los precios varían mucho según la naturaleza de la
roca dura ó blanda; aSl, en este momento paga á $ 5 braza uu
trabajo en La Mata y otro en La Paz 'á $30. Hay galerías
que se pagan hasta $ 80 la braza, y los obreros que hacen esos
contl'atos, si no son muy prácticos y conocedores, pierden algu-
nas veces en lugar de ganar.
Al (lía siguiente visito la mina de La Paz, que se halla
unos dos kilóme'tros más abajo. Los trabajos consisten en va-
rias galerías destinadas á seguir dos hilos. El primero es re-
cientemente empezado: el socavón de arriba tiene 45 metros
y se termina por un pozo de 5 metros; otra cruzad a se abre á
unos 20 metl'os abajo para formar lo que llaman una tonga, es
decir, para tOl1llH el mineral ó la veta por debajo, suspenderla
por decir -así entre dos galerías, jnntar COIl el apiqlle de arriba
y servir al mismo tiempo de desagüe para las filtraci on€s,que
son aquí muy considerables, pueden prov~car derrumbes, é
i·Dundar los trabajos á pesar de las bombas.
. La segunda mina ó veta que ha sido ya trabajada hace
algunos años, se encuentra sobre la izqnierda de la q~¿ebrada.
La galería que estaba medio arruinada y cerrada, ha sido re-
feccÍBnada y se prolonga sobre llna longitud de 50 metros para
.'
ir á buscar un antiguo pozo igualmente tapado y que, segrtn la
tradición, tenía gran profundidad. ~enetl'? en este socav~n, y
el minero que se halla en la extremIdad, sIempre acompanado
á lo menos de un ayudante, piensa que ha llegado al antigu~
apique. Efectivamente, la tierra y las piedras, poco compa~tas
y sueltas, mezcladas con trozos de madera podrIda por los afios,
indican el antiguo derrumbamiento. .
A 30 metros abajo de esta galerfa están abl'Íendo otra des-
tinada á cruzar con la primera para coger el pozo por su par-
te superior. Esta mina, según me dicen, era muy rica y fue
abandonada por los propietarios á consecuencia de nn acciden-
te producido por el hundimionto que alejó pur mncho tiempo
á los mineros. Observo que éstos están algo inquietos y nQ sé
todavía si verdaderamente aquí existe algún peligro ó si es
efecto del carácter algo tlmido de ellos.
Cada mina viejá tiene su leyenda, y algunas veces ha po-
dido ser abandonada, no por su pobreza sino por motivos di.
ferentes: ésta porque su dueño ha muerto y que el que la ha
heredado ó com prado, ya compr0metido en otros negoci0s.,
no ha podido opuparse en ella; otra porque el propietario no
ha podido seguir los tl'abajos p0r falta de capital y no ha sa·
cado á tiempo algnnos peneficios. La explotación de las minas
de veta necesita muchos más trabajos preliminares y adelantos
de fondos que las de aluvión ú oro corrido, lo que hace que el
númel'O de los que pueden trabaj arias es más red ucido, y re-
quiere capitales más importantes; otras quedan también inu-
tilizadas por motivo de derrumbes ó anegación.
Tienen también su tradición de riqueza, á menudo muy
exagerada, y las libras de 01'0 que se han sacadQ antiguamente
de ellas, van cada año transformándose- en kilos, arrobas y
q ~intales, Estas exageraciones son particulares á las vieja~
mlDas de los españoles que se vuelven á descubrir de tiempo
en tiempo: y lo cierto es que algunas debían de sel' muy ricas
si se juzga por las precaucioned que ~mpleaban para ocultar 6
proteger ,el acceso ó la entrada en ellas. Se encuentran todavía
antiguas,galerlas cerradas de distancia en distancia, por puer.
tas de hIerro con cerrad l1ras, lo mismo que si fneran verdade-
ros tesoros. ' '
Están concluyendo en este momento, á algulJos metro~
de la entrada de la mina de La Paz, la construcción de un
molino para triturar el mineral. Oreo que no es inútil dar una
descripción ,de esta máquina, que és la más generalmente usa.
da en las mmas de vetas de Colombia.
--18 - -
El mineral que ha sido botado por el rumbón ha caído en
el almacén ó depósito; el molinero que tiene á su cargo la
dirección del molino y todas las operaciones de lavado del
oro, y generalmente basta él sólo para todas las ocupacio-
nes, hace llegar el agua hasta la rueda grande. Esta rueda,
construída como todas las ruedas hidráulicas, tiene unos 24:
pies de radio y 24 pulgadas de ancho, que ,es el ancho de los
cajones á donde cae el agua que le da el movimiento. El agua
llega á la rueda por canelones de madera, ó mampuesto, que
principian en la quebrada; para suprimir el agua basta levan-
tar una compuerta colocada en uno de los canelones antes de
Jlegar á la rueda, y el ag,ua cae entonces per'pendicularmente
sin tocarla; para ponerla en movimiento se hace la operación
contraria.
Esta rueda pone en movimiento un árbol Ó principal, q ne
da 12 vueltas por minuto, y á cada vuelta eleva con uno de los
dientes colocados alrededor en toda su extensión, á intervalos
calculados, uno de los maderos ó cabos provistos también cada
ullo 'de otro diente qne se engancha en el del árbol; cada uno
de estos maderos se termina por nn pisón que golpea sobre un
lecho de piedra y aTena macadamizado, encima del cual se
bota el mineral para ser machacado y molido en polvo; cada
uno de estos pieones tiene un peso de 14 arrobas; en los mo-
linos hay generalmente 8 (otros no tienen más que 6), de
modo que la batería da 96 golpes por milluto, ó sean 5,760
por hora.
El molinero hace llegar una corriente moderada de agua
debaj o de los pisones; esta corrieute arrastra las arelJas mez-
cladas de oro y las lleva sobre un plano inclinado forrado de
paños de bayeta destinados á detener el oro, y que llaman
mesa.
Hay una rueda (molinete) pequeña, destinada á levantar
toda la batería á la vez, cuando se quiere limpiar el plano so-
bre el cual golpean Jos pisones, operación que, si la mina es
rica y el o: o grueso, se hace todos los meses y todos los 5 ó 6
si es pobre.
Una reja ó criba metálica (compuerta) separa los piso-
Des de la mesa á donde estáll las bayetas para evitar la
salida brusca de las arenas y el agua de salpicar á cada golpe
de pisón.
Cada 3 6 4: horas, si hay mncho oro, dos veces uo más al
día y durante la noche si hay poco el moliucro,sin parar el traba-
jo, recoge uno por uno los paños y los la vay sacude eD un cu bo
Ó cajon, y 108 vuelve á colocar inmediatamente sobre la mesa.
-79-

Cada día él recoge estas arenas, las pasa á otro caj6n


para que vayan desaguándose, y por cantidad, de u~a media
batea á la vez las pone en el tablero, canalete o laber~nto, don-
de pasa nna ligera corriente; )a tabla del fondo de éste está
rayada en todos sentidos de mCldo de detener las partículas de
oro y las arenas q ne van poco á poco arrastl'adas y despojadas
del metal hasta abajo de ese laberinto, donde se halla el reei-
piente contentrador.
El 01'0, todavía mezclado con lasjaguas ó arenillas ferru-
ginosas, me recoge en nna batea con un cepillo de crines y re-
pasado y limpiado definitivamente por el método 'dellavado ~l
plato, Como á Teces se baila extremadamente fino, comt> hari-
na, y sobreagua, se sirven para hacerlo bajar de nna planta II-a-
mada chilca, ó de otra llamada cabuya, que mezclan al agua de
la batea. Esta planta se halla generalmente en todo Antioqnia.
La persona que ve por primera vez este polvo de oro,
no adivina que tieue á la vista el precioso metal; efectiva-
mente el oro, extraído del mineral por la trituración del
molino, se parece, cuando seco, á nn polvo gris ó ceniciento;
cuando húmedo es más amarillo, semejallte al polvo de yo-
doformo.
Lasjaguas ó arenas negras qlle han sido separadas del oro,
contienen todavía cierta calltidad de éste, parque no han ~odi­
do ser bastante molidas. Por este motivo las pOllen en el pe-
rol, aparató provisto de un pist> de hierro y de una rueda de
molino de 5 pies de diámetro del mismo metal y cuyo movi-
miento está comunicado por el árbol. A cada operación se de-
rrama en (jste aparato Ulla media batea de jagua mezclada con
cierta cantidad de mercurio; esta cantidad varía natll ral men-
te, según la riqneza de la mina,pero excede rara vez de media
libra; éstas arenas se dejan á la trituración del perol unas 12
horas; luégo se separa el mercurio de las arenas en la batea
ó en él tablero, porque el mercurio amalgamado por este pro-
, c~~ir;uiento forma un,a verdadera ceniza, que se aglom'3ra luégo
dlflCllmente; d espues se expri me el exceso de mercurio en nn
peqnefio trapo y queda nna bola de amalgama.
Las arenas que provienen del moli1l0, d~sr\lés de ' haber
atravesado los paños y caen en un cubo, se rec0gen de nuevo
y pasan á otro molino de piedra, llamado arra8tr'e, á donde
q nedan igual mente con mercurio, nnas 12 horas.
La . madera buena es cara por aq nÍ y hay que llevarla
desde le]08 y por malos caminos; un molino de 8 pisones cues-
ta generalmente unos $ 1,500; de 6, $ 1,000. L08 miu~~
-60-
tés se pagan de 6 á 7 reales diarios,más la comida, que cnesta,
como )0 he dicho~ 11nos 3 reale-s á la empresa; los ,otros peones,
ú obreros subalternos, ganan, término medio, 5 reales.
i L~ ,alimentación se compone, para el Director y para mí,
de la manera siguiente: á las 6 a. m. chocolate y arepa (pan
<le maíz); á las 9 almuerzo (huevos, carne molida, papas, plá-
tanos fritos y ch6colate); á las 7 p.. m. chocolate. El chocolate
colombiano es sencillamente cacao molido con azúcar ó pane-
la, y con frecuencia con harina. Los antioqueños y la mayoría
de los colombianos lo toman mezclado con q neso. Aq nÍ no se
ven ni sopas, ni pan de trigo, ni café) ni verdura, ni fruta de
ningnna cl&se. Como -se puede -observa!', no hay mncha vare-
qad en la alimentación, y durante mi permanencia allí, no ila
vi cambiar una sola vez.
Viernes 13 d~ Nom:embre de 1891. A caballo á las 6 a.
ID., en compañía de Jos Sres. Tgnacio Cabo y Francisco Res-
trepo, pro:pietario de varias mi nas vecinas, nos proponemos
hac~r una excursión á Las Animas, mina que pertenece al
Sr. D. Carlos Amador y dista 2 leguas, entre San Pedro y
Don Matías, en la dhecci6n de Santa Rosa.
Los 'caminos no son buenos y seguimos senderos en medio
de los rastroj os, potreros y bosq nes de helechos. Estamos en
tierra fda sobre lbS cordones qne forman el valle del Porce, al _
Oeste. Por momentos la trocha se hunde entre dos paredes de
tierra de 3 6 4 metros de altura, ca vada por 18s lluvias, y an-
cha lo preciso para dejar pasar el jinete; evoluciona uno á
~erec,ha é izqt1ierda en -estos canelones hasta salir al fiu al aire
libre en la cumbre de algún:-cerro. Divisarnos á lo lejos varios
esta bl eci mientos de ,minas y se ve que toda la regi6n es mine-
ra. Hacia las 9 nos apeam os en la casa de una peq ueña finca
a donde hay maíz y ganado, y donde fabrican quesos; al mor·
zámos con el eterno -marrano molido, huevos, plátanos fritos y
chocolate en agua.
A las 11 llegamos á Las Anima8, y, acompañados de su
Director, visi tamos esta in mensa y curiosa mina.
La explotación no se hace aquí siguiendo y descnbriend0
]a veta por medio de socavones ó apiques (pozos). El cerro, 6
á ]0 menos el estribo del cerro atl'avesado por numerosas agu-
j as ó hilos estrechos, se desnuda, desmoron a y limpia por medio
del. agua que llevan por aceqnias sobre las varias crestas, de
las cuales se precipita sobre las vertientes arrastrando en su
caída arenas, .piedras y tierra. Para dar á est 18 aguas la fuerza
,suficiente, las almacenan en estanqnes que abren en el momen-
- 81-
to oportuno por modio de pnertas de excl usa. Estas ~8.pecj88
de trombas, que llaman aquí bombas, adqni,ere~, una fu~rza
cnnsidel'ab le, pero este sis! e ma, que es la aphcaclOn de )a lde¡a
del monitor, presenta SU3 ventaj ;\s é inconvenientes. Se como
prende fácilmente qne es casi imposible que se pueda obtener
de desnudar una veta, ó mejor dicho, una aguja, la may~\r
parte del tiempo muy angosta, rajada y qnebl'ada sobre toda
su altura; por consiguiente, ulla fuerte cantidad de mineral
se halla ftlrzl,samente arrastrada, mezclada y perdida á cada
inundación, qne lleva 108 detritns y materiales á gran distancia
en el valle inferior á donde han formado ya una playa ó banco
de más de una legua de 10llgitnd y de UllOS 200 metros de
ancho; otro inconveniente es que la aglomeracióll de materia-
les arrastrados forma poco á ¡JOCO bancos que ahogan la milla
y paralizan la eX¡Jlotación á mellos de trabajos de descarga
largos .Y costosos.
Efectivamente, uno de los puntos principales es de conser·
val' siempre lo que se llama la tOllga, es decir, llll plan illferior
al mineral, á la veta ó á la agllja, de malwra á no enterrarla y
poderla atacar siempre de abaj¡) hRcia arriba.
Por otro lado, este método tiene n n merosas ven taj 3S: ~'l
trabRju es muche) más rápido y la sacada del mineral más eco-
nómica qlle por socavones. Aquí casi no se necesitan miner08
propiamente dichr)s,sólo [Jeones b ls tan y se pagan á cillco rea-
las sin alimentación,
El empleo de los forros de mamera se halla también snpri-
mido. De todos modos este sistema no se puede aplicar sino en
ciertas minas especiales y á medida qne la natllraleza y topo-
gl'afí a del terreno se preste para ello; se llama á tajo abier'w.
La mina presenta el aspect más cllrioso y atr¡rmentado ; á de-
l)

recha y á izqnierda de la r;ijadura central se abren otras raja-


duras ó gargantas explotadas las unas después de las otras; el
cerro está cor_tado, abierto en todos sentidos, y no quedan más
que enormes pareJes, cnyas cumbres se terminan en 8ierras
formadas por las agnas desencadenadas; estas gargantas se
llaman guaico8.
La explotación no se halla tampoco sin peligro, y los de-
rru mbes 9ne suceden despnés del paso de las aguas, han cos-
tado la Vida á más de nn péón; hay que cuidal'se bien de no
encontrarse en el fondo de nn guaico al momento C]ue llega
la bomba, alta de más de 2 metros; sería lino infaliblemen-
te arrastrado y despedazado contl'a las rucas del guaico.
El mineral de Las Animas presenta un aspecto caracte ...
6
- 82 --

. rfstico-: por ejempl o· nna cantida d éonaid erable de minera l


rojo en polvo en ' las qnebra dnras del cuarzo , llamad o aquí
carmín , mny diferet lte del de J;a Mata. El oro tambié n, UIla
vez en polvo, esde color diferen te, mucho más colorado.
Hay ~n Las .A nimas dos arrastr es, y tam bi6n un sistema
de canelo nes con huecos ó bolsas destina dos á lecoge r el amal-
gama y que yo no había v·jsto todavía .
Nos ponem os en camino con una fuerte lInvia y en me-
dio del fragor de una violent a tormen ta. Volvem os á La
Mata á las 8 de la noche, es decir, en comple ta oecurjd ad, á
riesgo de romper llos el pescuezo por estas laderas , buenas
pal'a las cRbras.
Lunes 16 de Nom·emb'l'e. Me voy acomp afíado de un
peón, á hacer el cateo ó ensHyo de una q~tebrada cerca de la
cnal hemos pasado el otro día al regreso de Las Anima s y que
me llamó l1Jucho la atenció n, por la natura leza de su terreno ,
su disposi ción y sus pendie lltes, d enotall do conten er alllvjol
les
aurífer os.
La q·uebrada es mncho más import ante que la de La Mata,
y val'ias otras gargan tas de la cordill era vienen á desagu ar
en ella.
Desem boca en ~I valle del Porce, al frente de un peque-
rio pueblo llamad o Hatngr ande, y ella lleva el ·nombr e de El
Organal.
Llaman en general., Minas de or~anale8, en A ntioqlli a,
"'minas de alnvion es ú ore cOl'rido, qne se explota n por minero s
ql1t:l se arrastr an por estrech os condllctos sllbtcn áne( ls, debajo
de las rocas enorme s que, por consigu iente, no se pueden mo-
ver ni hacer volar con pólvora ,
Este métudo de explota ción se hace tambié n por debajo
del lecho de los nos, Pfl l' ang oti tus tÚllel es, á donde el torreJlte
de las aguas, 6 las Ínmens at:l UlUles de pied ra , sosteni das en
(equilib rio encima de la cab eza del minero por sencillos tacofi
·de madera , lo ahoga ó aplasta á vecos,
Amarr o mi caballo en \lna enrama da abando nada, en un
lugar llamad o El Roble, y COIl mi peón, provi sto de una batea,
de nn azadón , de ulla paja y de \lB barretón, nos dejamo s res-
balar elltre las rocas y las matas hasta el lecho del torrent e.
Hago varios ensayo s de las arenas sacada s á profull dida-
des que varían de 0.10 centím etros á 1 metro y coutinualDt!nte
encuen tro rastros de oro muy meul1do. Pero como por aquí
las capas aurífer as se hallan eiempl'e más ri'csa á hondur as
mayores que las que he t¡'abaja do, por ejempl o, en la Tierra
.83 -

del Fuego, hBy necesidad de hacer un trab.ajo preliminar bas-


tante im portante pa ra obtener cateos serIOS y concluyentes.
Hay necesidad, como se dice en el estilo del país, de clavarse,
ó sea de cavar á mayor profundidad, de hacer nna tonqa, es
decir, de tomar la cinta (que en Chile se llama manto), por el
pie, con el fin de llegar á la peña ó eirea.
Por consiguiellte, al cabo de 5 á 6 horas de exploraciones,
de idas y vue ltas al través de las pefías del torrente, mnnto
á caballo, y ahora que he reconocido más Ó menos los pnntos
importantes, volveré el j 11eves acompañado de Ignacio Cabo,
con el fin de hacer nn nuevo cateo más formal que éste, y si
los resultados son satisfactorios, pueJe ser qne establezca en
este lugar un lavadero por mi cuenta.
Los mineros y gentes qne en Antioquia se ocnpan de mi·
nas son á veces llluy zorros y dotados de Ulla pillería .y cana-
llería, de las cuales se debe precavel' el cándido extranjero. El
inglés ó francés que viene á Oolom bia para hacer negocios de
minas, si no ea muy práctico y conocedor, se halla inmediata-
mente enredado en las mallas de una red que le preparan con
habilidad extrema todas esas gentes quo se entiellden entre
ellos como compadres para hacerle tornar gato por liebre.
Un ingeniero ing lés, representante de UDa gran Campa-
nía minera vino á H*** con la intencióIl de examinar unas
minas de aluviones que se decían de ulla riqueza extraordina-
ria y que su descubridor y propietario es~aba dispuesto á ven·
der, á buen preci o, se entiende. El ingeniero inglés qne, según
parece, había sido muy honrado caballero hasta el día en
que se trató de ganar \lll medio mil lón , y en que la Companíll
tenla la más absoluta cOllfianza, se entend ió con el propietario
de la mina y mandó tí L I)!ldres un illforme espléndido. Inme-
diatamente otros dos representantes de la Compañía llegaron
á H*** con plenos poderes, los llevaron por entre los cerros y
las quebradas de la mina,qne era muy extensa,y en todas partet'
en donde se recogía una batea de tierra, sin buscar ningún pJm..
to especial, brillaba el 01'0 en el plato; UIlO de ellos se iba con
un peón, en lugares imposibles, en las crestaE; el peón le decía:
" Ah I míster, no hay qne fiarse de nadie, mÍre usted, vamos
pOI' acá, á donde ellos IlO se pueden figl1rar; c&vamos, etc.,
etc.," pero el peón estaba también en el secreto corno los de-
más; y á todas partes á dunde i ball había 01'0, siem pre 01'0 j
mucho. '
Decididanlellte el negocio era espléndid(l); mandaron ' ca-
bles y el negocio se cerró. La Uompañ1a ma~d0 5 ingenie~'oSJ
- 84-

monitores, un materi al inmenso, constrn yeron nna carrete ra


desd~ la nli?a al p 11eblo, contrat aron centen ares de peones
, y
emeezal'on a tumba r un cerro con el monitor. A la primer a
barred~tra, ni un solo grano de 01'0; los ingenie ros qnedar
on
algo sorpren didos, pero al fin pensaro n que habían atacad o por
UD mal pUllto V empeza ron á tumba r etro cerro,
10 mismo ; y
así fueron siguien do: no había nn átomo de oro; la CIDmpañt-
compre ndió, pero algo tarde, que la habían engaña do, y pera
dió un millón y medio.
Re viito en la Tierra del Fuego echar tiros de escopeta,
cargRda con oro, en la tierra, para hacer creer I uégo en la ri-
queza del terreno y vender la milJa.
Estas astucias y mañas se emplea n igualm ente con ndnas
de vetas; untan las piedras de cuarzo COIl polvo de oro, las
pintan literalm ente; usted arranc a con nn cincel, muele l1sted
mismo su piedra y la la va al plato, natu ra! mente deja oro ; es·
taba cubier ta y es usted quien la arrancó de la veta. Se necesi-
ta, para qne el éllSSyO de l1ua mina de veta sea serio, saca!' la
piedra del illterior del hilo, pulver izarla con martillo propio
en nn lugar esc ~)g ido especia lmellte por el qne hace el ensflyn,
lavarla uno mismo en una batea propia COIl agua bnscad a de
la misma man era, etc_, y todavía no respondería de nada, por-
q ne algn nns q ne tienen sal1gre de i udio, tienen tam biéu ardi·
des y artería s de índio.
Por lo que es fiarse de lo q ne sale del mol i no, sería
una niñería : siembr an oro de tod os los lados, debajo de los piso-
nes, ell el cubo en donde lavan los pafios, sobre el tablero , etc.
Dejan solo, con intenci ón r durant e algunos minutos, el como
prador con el molinero, y el tonto le pone un billete de diez
pesos en la mano y le dice: " Dígam e, mi amigo, i es verdad
que esta mina da cuaren ta castellanos diarios ?" Entonc es el
molinero, que tambié n está de compa dre y ha siJo bien remune ·
rado por el otro lado, contest a: 44 Mire, Uli míster, á mí no me
gusta engaña r á los extrauj eros ni q ne los engañe n, no; la milla
no .da cuar,en ta castellanos todos los días pero sí treinta , y
desde que estoy en el molino, que hace como año y medio,
'D O ha bajado de esto un solo día." Y como
esta cifra de 30
es todavía muy bonita, el otro queda entn~i a8mado y persua-
dido que el emplea do, que él cree sencill amente en contra de
é;us patrou' es, le ha dicho la verdad dismin uyendo algo la can-
tidad que le habían anunci ado, y el negocio se concluye.
No termin aría nunca si quisier a contar tt.ldas estas super-
~~erías., fraudes.
- 85-

Viernes 20 de Noviembre de 1891.-He vuelto al Roble,


y después de un minucioso examen del terreno,. reconflZco IR
ventaja que habría en instalar una explotaclóll sobre este
punto, eu donde todas las partes fáciles y mejores han. sido
ya trabajadas antiguamente, quizás por los espafioles (JllSlllOS,
que no eran novicios en cuestión dtl minas de aluvión.
En eEltas comarcas se encl1entl'an,á cada paso, restos y ras-
tros de los conquistadores. y hay más bien que buscar 108 Illga-
res que les han escapad0 Ó que han desechado por las dificul-
tades que ofrecian Ó por la i nsal u bridR~ del. cli ma, como, suce-
de en ciertas partes del Norte de AntlOq Ula, del Ohoco, etc.
Regreso hoy á Medellín.

-CA PITULO 111


El Río Grande (Porce).-Doña María.-San Jer6nimo.-Paso del C"uca.-
La ciudad de Antioquia.-Mina del Llano.- El Tonnsco.-S acaojal -Sopetrán.
-Regreso á ME:dellín.

Después de conferellciar con el Sr. Oarlos Amador convi-


nimos en que saldría el Innes ,próximo parA explorar el Río
Grande hasta su confluencia con el Río de Medellín, después
de In cual lleva el nom bre de Porce.
Estas rsgi01eR, todavía poco explotadas, tienen reputa·
cióll de mny ricas ell aluviones auríferos, pero será necesario
bacer UII Rrl'eglo Ó contrato con los propietarios actuales, por-
que todo el curso de este do, así como süs playas han sido de-
nUlIciadas y titnladas en conformidad con el Código de Miras
qne rige ell OolofJjbia, y, Ilatnralrn~nte, no se pnede instalar
un lavadero en niilgún lugar denullci;-¡do por nn descubridor
sin el conselltimiento de él, qnietl en caso que no quiera ó no
pl1eda explotar la mina por Sll cnenta en el término de tres
hños, la anienda mediante no alquiler ó nna participación en
108 beneficios.
Viernes 27 de Noviembre de 1891.-EI 23 salgo para La
Mata, en dondo paso la !loche, y al día signíente, al amanecer,
acompañado-de nn gula. lile dirijo sobre Don M:üías, á dOllde
llego hacía las diez a. m., después de .haber segll ido, pOI' est.rechos
senderos que at ravi \:)8R Il ia rnnllt!lña, las cnchíllas de ia cordi-
llera qne funna, al Ocidente, el valle de Medellin. Almnerzo
y vue lvo á montar á caballo, para seguir hasta el Río Grande
á la playa del cual llego una hora después de mi salida de Do~
- 86-

Matías. Sigo el curso del rí(), bajándolo primero sobre la ribe·


ra derecha, Inégo sobre la izquierda, en la cual paso por un
puente á un lugar llamado Las Jnntas, por motivo de una qne·
brada q ne allí desagua.
Entre estos dos ríos se eleva, en medio de nn campo en
decli ve mod erad(), la hacienda q ne pertenece al Sr. Jesús M .
.Roldáll. AIIi voy á pernoctar, para mañana continuar obser-
vando con atención las riberas del Río Grande.
Estoy bastante enfermo desde el día c¡ ue nn fnerte agua·
cero y granizada me sorprendió antes de llegar á La Mata y
me traspasó hasta los huesos.
A pesar de que pa80 la noche sin pegar 108 ojos por moti-
VI) de un violentu acceso de fiebre y fuertes dolores de cabe-

za, me Ipvanto al amanecer y montarnos á caballo con el Sr.


J uliáll Roldán para visitar una mina de aluvión sitnada sobre
la izquierda del Río.
Vamos suhiendo durante unas dos horas y dominamos á
Santa Rosa de 030S (2.610 metros), del cllal divisamos el cam-
pallario y las caSHS. Nos hallamos á unos 3,000 metros de ele·
vación sobre el nivel del mar.
D dspués de un rápido examen de la mina, en la que los
hermanos ·Roldáu acaban de g ·.l star más de $ 4,000 sin be ·
neficio alguGo, para llevar el agua arriba de la mina, COllS-
truÍr estaoq nes, establecer un monito')' (1), etc. Vol vemos á
bajar al galope para almorzar en la hacienda.
A las 11 em pezamos á su bir el Río Grande hasta D()n
Matías. El Río, en todo Sil curso superior, es borrascoso y des-
cribe continuas curvas entre los altos cerros que lo enclljollan.
En este momento está mucho más caudaloso que el río de
Medellin, tiene,á lo menos,triple volumen de agua, y su anchura
varía elltre 20 y 50 metros. Todas las quebradas ó chorros que
desaguan en él, han sido trabajados en varias épocas, desde el
tiempo de los españoles, y han dado, según se dice, mncho or l .
Las solas partes vírgenes qne quedan, son: el lecho del lío
primero, y luégo las pl~yas que !lO se pueden explotar sin COllS-
trnÍ,' trinchos (especie de diqnes) muy ¡¡ólidOtl, y en verano no
Illá~, porqlle durante la época de lluvias, el río tiene crecientes
terribles; además hay que establecer bombas movidas por rne·
das hidráulicas, semejantes á las Je los molinos, COll el fin de
(1) El monitor es una serie de tubos de metéll, cobre 6 bronce, enganchados
los unos en lOE otros, en los cuales se hace velJir una corriente de agua con una
fuerte presi6n; se dirige la manga de agua contra la parte del banco aurífero que se
quiere tumbar y disgregar,
""""'" 87-

secar los apiques Ó pllZnS r¡lle hay r¡ne cavar.de 3 á 5 metros.de .


profllndidad ~ara alcanzar la peña, es deCir, el suelo requlzo ,
hasta el cnal pararon los aluvior1es, y donde, por consiguiente,
se concentró el oro. La más peq 1leña de est9El instalaciones
es mny costosa pOI' !H]lli, por motivo de la carestía de 1" made·
ra y de la dificultad qne hay para consegnirobreros que sepan
construÍr nn aparato cllalqnier-a por sencillo que sea.
Lo que es b~Hato es la mano de obra para el trabajl) de
las minas; pnes el peón no cuesta más de cinc(} reales díarioB,
sin darle comida, (lo que apenas eqlliv~¡Je á 11110S 25 sueldos de
nuestra moneda francesa), y 2 ó 3 reales dándole 108 alimen-
tos; las m njeres negl'as trabaj all tam bién y cuestau toda vía
m ás barato
Examino uno de estos establecimientos, montados mny
sencillamellte, sin trincho, con una sola rueda y dos bombas,
y q ne, si n ern br rgo, ha costado $ 600 de i ostillación. Desde
hace dos meses q \le hall em pezfldo los trabajos, han sacado ya
$ 1,105 oro (el oro está actll al mente al 80 por 100).
El Río Gral1de, desplléa de las Juntas, se arroja de las al-
tnrns por donde corre desde sn nacimiellt", y durante nn tra-
yect(¡ de 4 legnas, en \lna sllcesión de saltoEl, por I1n llano muy
bajo, al travé, del cllal se dirige, COII una pendiente casi nula
y sobre un trayecto de 3 leguas, hasta Sil cOllfluellcia con el
lÍo ti e Med ell íll, pa ra formal' el rí() Purce,
En este llano el oro se en cuentra ta rn bién en abundancia.
A pe3ar del calor fuerte, de la illsalubridad del clilua, de las
:1gn:-t8 e tallcadas, y de dificllltaJes rnaY0l'es todavía en la par-
te alt:-t, se han creado allí varias explotaciones pruductivas de
lavado.
Dnrante toda estil excursión gozamos de no tiempo mag-
lI1tic 0 , más biell fr escn porque, eomo lo he dicho arriba, nos
IllHntenemos casi siempre ell las tierras fl'Í p. ~.
O nada la noche Ilpgamos á Don Matías, en donde paso
tal110ién mallsima nocho, por motivo de la fiebre y de la tos, y
á la rtladrngada regresll á La Mata~ á donde llego á las 12
después de haberme extraviado en los tn\bajns de minas, per-
diendo el sendero y el rumb n , y volviendo á encontrarlo lnégo
gr'acias d instinto de mi macho. . ,
Vn lvo á Medellín, y C0rno estoy algo mejor, salgo 81
día signiente para visitar otra mina qne se halla unas á 4 le-
guas al Oeste
Domingo 29 de Boviemore de 1891.-Salgo de Medellín
con un empleado del Sr. Carlos C. Amador, para una mina si.
- 8lt.-..,-

tnada á un03 20 kilómetros al Sudoeste, en la dirección de EIi-


cooia y del Zancudo.
El camino signe al principio el risueño valle del río de
Medellín, en terrelH'S casi planop, pero al cabo de nna hora, lo
dejamos á la izqnierda pa'ra franquear la cordillera; la sl1bi-
da dura unas 2 horas, y ..después de llegar al filo, bajamos una
media legna, hasta la confluencia de la quebrada Doña María
con la quebrada Larga, al cruzar los camillOS de Eliconia é
Itagüí.
El lugar es agreste y pintoresco; el riachuelo de Doña
_ María corre en nn vallecito cnyas pendientes están cubiertas
áe pastos y matorrales.
La choza, en la que voy á vivir durante algunos meses
quizás, se halla situada precisamente en la unión de las dos
quebradas; la Larga viene de la izquierda, menos caudalosa
y más fragosa. Entre las dos se eleva nna cuchilla, sGbre cnyo
filo trepa en zig-zag el camin-o que condnce á Evégico. A la
izquierda, y siguiAndQ las márgenes de Duña María, bifurca el
c'amino para Itagüí.
La región parece poco poblada, y á más oe la cabaña, de
la cual he hablado, hay ,otra un poco más arriba, y una tercera
en el valle, ell la encrucijada de los caminos.
DeseIlsillamos 108 caballos y despnés de haberlos amarra-
do en \lila enl'amadita que se eleva al lado de la choza, somo
breada pOI' los bananeros, empezamos á subir la qu¿brada.
Después de varios ensayos y lavados á la batea en las
cm'canías del punto á donde, hace algunos meses se empeza-
ron los trabajos, volvemos á la casa y almorzamos frugalmente
eon las provisiolles qne Ilevatnm~,porqlle no hay que contar co~
recurso algnn0, pues que no hAy casi habit.antes, y por consi.
guiente, agricultura a1gllna.
Continnamos los cateos durante la tarde,y Biendo satisfac-
torios los resultados, resolvernos la explotación inmediata y de
com_ún acuerdo. Habían principiado aquÍ un lavadero, que
paró al cabo de dos meses, por falta de nn hombre que pudiera
hacerFe cargo, de modo qne la casita contiene casi todas las
herramientas necesarias: azadones, palas, barrae, bateae, etc ·;
hay también algunos taburetes, UDa mesa y un colchón que
tue servirán; no habrá, por lo tanto, qllO hacer traer más qUe las
tablas necesarias para la con¡~trllcciól1 de unos canelones seme-
jantes á los que he empleado en la Tierra del Fuego, porgue
tengo la intención de no lavar cOllforme al uso del país, es de·
eir, en canelones cavados en el mismo suelo.
- 89-

Hacemos nn inventario de los útiles y, llegada la noche,


n08 acomodamos como podernos en una de las tres pequeflas
piez~s que componen la casita y qne, cada una, ocupa nna BU-
perficie de !lIlOS tres metros cuadrados. Allí voy á vidr en
compañía de nna mujer de nnos 30 años, pálida, flaca, que
hará de cocí nera, y de 7 Íl 8 peones; además hay tres niños, su-
cios y medio deslludos, UIl perro cubierto de úlceras llenas de
gnsaflos, otro más peq neño y q ne parece tísico, y n TI marrano
negro y hambriento qne olfatea en todos los rincones y es con-
drijl)s de las piezas y parece siempre muy ellojado, probable-
mente porqne no enCllentra nada qlle comer; más lin gallo y
tres gallinas que salpican sin cesar el snelo batido de la caba-
fía de sns deyecciones verdosRs, yel marido de la cocinera, que
parece lTIny delicado de salud, y que, sin embargo, me pide
empleo en los trabfljos ds la mina.
A I día siga ien te me levan to tem pJ a no, á pesar de Uila no-
che horrib le, pasada en medio de nn e,iército de pulgas, sobre
UIl junco grneso que me entra en las costillas, porque he deja-
do natnralrnente el colch611 á mi comp~l ñero, de más edad que
yó; pero me hallo completamente restablecido de la fiebre
q ne he tenido }Yor extraordi nario estos úl ti mos días, gracias al
aire vivificallte y puro de las montañas.
Montarnos á caballo y en 3 horas estamos en Medellín. Mo
estableceré 8qnÍ definitivameflte el martes próximo.
Domingo 5 de Diciembre de l891.-Desde el día 1.0 vivo
en D ,¡ñ 1 María ~ la constrl'lcci6n de los canelones con 108 fon-
dos falsos y las ¡'ejas, el trasporte oe algnnas herramientas, úti-
les y víveres desde Medellín, el reclutamiento de peones, la
abertura del trabajo y desmonte, me han ocupado sin tregna
durante toda esta semana.
El aparH.to está terminado, hay unos 10 peones y el banco
de cinta nnl'Ífera está descubierto, de modo que haré el primer
lavado mañana Iones.
A pesar de q ne estarnos en época de verano, 1as JI u vias no
han parado casi estus días, y los aguaceros estallan general,
mente hacia las 4 p. 111. Y d ul'all toda 1 a noche.
Mi vida es mny 80l1cilla; trabl-ljo en la milla todo el día;
me levanto á las 5 a. m. ; las comidas al llSO del país, es decir:
desaynno con caf(~ negl'<) para mí, y chocolate con h :trina y
arepa para I~)s pe()nes,; á las 9 almuerzo: algnnas papas,nn pe-
daz') de tocIno y platanos fritos COIl un cholate para mí ; el
sa~)cocho y agna de panela para los peones; á las 3 p. m. co-
m Ida: UD poco de arroz y leche, y para ellos fríj oles, plátanos
- 90-

yl1c'\" y mHZ'lm0rra. A las 5 y l(ledia la merien da: chocol ate


yarepa . Oomo se levanta uno tempra no, hay tempra no gana
de dnrmi,., pero siem.pre antes de Currar los ojos leo a1gllnos
capltnlo8 de los libros que he llevado de Mede'llín para no em·
brutece rrne demasi ado.
Oomn la región es casi desiert a y que no hay más que
algnna s misera bles chozas sin cultivo s, es imposi ble \Jrocurar-
se (¡tra cosa que lo que se trae de Medell ín, y I1lla taza de le-
che y dos hlleVOS~,)ll un lnjo, no por el pl'ecio sino por la osca-
sez. L~ · leche de las pocas vacas que hay por aq ní la em pi ean
de p,.eferencia pA.ra fnbfÍca r algl1l1os qnesos que van á vender
el sábado en Mbdell in. Es este el día único en que se ve algún
movim iento ell las vereda s q De pasan abajo de la quebrHda
yalgllTlOS aidean ns van y vi enen de Evéjico y de Eliconi a á
MedfJllítl para vender maíz y compr ar lo poco que necesit an
fuera de este artÍcn lu que es la base de la vida de ellos.
Oomo so puede ver, mi existen cia aqnÍ es baetaJlte dura y
sin comod idad alg1lna : alo.iamiento malo, peal' alimen tación,
y ningnn a relación con el mundo exterio r, porque á lo más
ulla vez al mes iré á Medell ín á llevar el oro (si hay) y esto nn
doming o. Pero, como siempr e, mi salnd es excelen te y mi
alma sana y vigol'osa. Ademá s, el !-lire fllerte de la mOlltaña,
. el ejercic io continu o, la sobried ad y contine ncia forzosas, IR
dllreza d e cama, la alH~encia de preocu pacion es illtelec tuales
son bllenas condic iones higiéllicas, y veo ulla vez más qne la
vida arregla da ea cnestión de costnm bre.
10 de Enero de 1892.- PI'(\llto van á ser dos meses q\le
estoy aqní. A lo., pOlCOS díAS he dejado la casita en donde vivía
al princip io y me pasé á otra más abajo, Inégo CC)tnO el SI'.
Amad()r c')mpró la pequeñ a finca en cllyos terreno s flstá la
milla, he vne1ti) á mi pl'lmera morada . He hecho algnllH8 me
joras que reclRmaba imperi osamen te y I1hora puedo decir <lue
estoy en mi casa, es decir, qlle al mismo tiempo que dirijo la
min!~ pnedo distrae rme en cuidar unR propied ad
qlle pertene -
cierto que la IHcien da 110 es muy
ce á la Illi .:. lfla eml.>resa. Por
grallde , pl'ro, aJelllá s de Ins plátallo s qlle rl)deall la ca¡;¡a sobrfl
nna extensi ón de \lnos 100 metros y lo clan Rg"rada h1e HApecto,
!' 2~ lihras de
hay nn pe(]lleñn cafoU¡] donde acabo do cosecha
el:quis ito café; más arriba hay la manga ell dOlido pi-\stan mi
caball p , el bUri'O q\le todos Ins domillgoR trae los VíVerl\S del
pneblit o de San AntoJlio y mis tres puercos. Tel 'g l) tambiérl llna
marran ita qlle he compra do muy peqllef\a y q lIe he criado COII
cuidad os paterna les, por lo q ne me signe á todas partes, corno un
- 91-

perro, grllfíendo alegremente y rascándose el ocico contra m,ie


bota~, la llam o Felicia, y á mí me podrían llamar San Antonio
á pesar de q ne no tengo con este santo patrón más q ne este
único punto de parecido.
La mina ha tellido numerosas alternativas de bajas y de
alzas; más de las primeras qn8 de las segundas; he abierto y
ensayado varios cortes y por último he vllelto al primero que ha
resultadu el mej(Jr ; he perdido tiempo y plata en todos estos
ensayos, en llevar el agua, en limpiar, cavar y si hubiera se,
gnido con constancia mi primer trabHjo tendría más oro y hu-
biel'a gastado meuos; he constrnído otro aparato más, de
modo que desde esta semana tendl'é dus lavaderos ell activi-
dad y \lilaS 20 peones.
D espués de mucbas lluvia" y tOl'mentad el vorano se deci
dió pOI' fin á estab lecerse y el cié lo quoda ahora días y días sin
una lIube, el sol pica,y los moscos y zancudos fastidian mucho,
pero las !loches son encantad oras, eSlJecial mente cuando hace
luna, las estrellas brillan con extraordinario resplandor, las
luciórnagas y cocuyos salpican los árboles y los pastos, de mi-
Ilolles de chispas fosforecentes y las crestas agrestes que for
man las gargantas que m~ rodean, se dibllj ém en la claridad
de la noche con ulla limpidez m ~jestl1osa.
No tellgo ni amigo con quien hablar, ni amiga á quien
querer; mi alimentación es muy frugal, mi cama áspera, pero
no est()y descontellto, .Y én~re las oCllpacion<'s de la mina, la
cONtemplación de las escellas naturales y la lectllrfl, la vida al
pie de estas montañas 110 me es penosa. Me dejo vivir sin pen-
sar en el porvenir, ein preoclIparme de la mañana; venduí.
si n embargo este día de mafíana y h::\ bl'á q ne vol ver á tomar
el bordón de via.ie, pero en este día tHmpoco me quejaré y vol-
veré COIl alegría á ver horizontes IllJ€VOEl.
Mielltras tanto hago de tiempo en tiempo nn viaje de un
día á Medellín, y vuel vo con n n gl'an paq Ilete de I i uros toma-
dos sin escoger; malHs traducciones de novelas francesas, obras
científicas vieji1s de veinte 6 treillta años, alltignas poesías ('~­
pañolas; lile trago toda esta literatura fócil y polvorienta,
y hago algllllas veces ell ella algún descubrimiellto lleuo do
saboJ'.
lIe vlleltt'l otra vez á separflrrne del mundo con placer y
gnzo en mi soledr\d los mi ~' mo3 ellcantos de independencia y
de libel'tad salvaje q\le me han ernuriHgado tanto éll la Tierra
del Fuego; porq lle aq uÍ como allá, puedo figurarme q ne
vi vo en ulla extremidad del nllmdo y no son los transeuntes ni
las visitas que me molestan.
- 92-

El pueblo más cercano: Evéjico está á 6 legnas, y San


Antonlo,que s~ halla más cerca, es un cacerÍo de medios indios.
QlIé me importa que en MedellÍn h·.:¡ya una mala Compañía
de óp8ra italiana q ne estropee el T1'ovador Ó Rigoletto j 31gu-
nos periódicos mal redactados q ne repiten las noticiHs de En-
rOlJa, viejéis de tres mese~; algunas señoras que llevan guantes
y botines; t.odo esto me es complectamente indiferente y no
tengo siq uiera deseo de vol ver á verlo.
Es cierto q ne aquí tudo no es en a bsol uto ccdor de
rosa: la~ nigl1asJpule~ penetran8) me COJlsumen literalmente
los pies; cuando pUl' distracción paso la mano sobre \ln palo de
manzan i 110 q ne crece aq nÍ en abundancia, me nacen granos
en las manos; cuando llueve me caen goteras en la cama y
me despierto en nn pantano; no puedo alimentarme sino con
leche, huevos y chocolate, lJorque aborrezco el maíz, y la carne
q ne traen para los peones es asq uerosa, pero me consuelo pron <

to saboreando nna fritura de capitanes cogidos en la quebrada


ó jngando con Felicia.
El domingo principalmellte gozo de ulla soledad absoluta;
los peones se van todos el sábado y me quedo solo con un a de
las cocilleras qne por cierto no me molesta mncho, porque
deAde dos meses que está á mi servicio todavia no me ha diri-
gido la palabra; me siento delante de la casa á la sombra del
techo que se prolonga sobre la fachrida; Felicia se echa á mis
pies, y allí paso el día, medio adormecido por el mnl'mullo- del
torren te, por el h n rno del tabaco ó por mis lectur¡.¡s q lIe me
recuerdan otr<\s vidas, otros gozos, afecciones, cariños, alegrías,
que he prob Ado hace mncho tiempo y qne me aparecen ahora.
Jinedio borrad (ls, cUllfllndidos, en un pasado mny lejano que
nunca volverá.
Domingo Enero 2:1: de 1891.-La necesidad urgente de
crearme recurscs para seguir viaje hasta Bngf)tá, me han im-
pulsado después de rdlexi ón, á retirarme de la milla confiada
á mi dirección. Efectivamente si hubiera sido una mina rica,
las cOIldiciulles pn las cURles yo la tl'l:ibajaba habrían sido muy
ventajosas para Ill~, lJl1esto que me daban la tercera parte del
01'0 extraldo, todo gasto pag 'l do. Pero desde hace dos l.n eses ni
nn solo día ha prodncído siqllicra los gastos, y como la ~Ilcie­
dad no me daba lliDgún sueldo fijo, era para mí perder tiempo
el continuar.
He dejado, sin embargo, mi casita y la p< ética quebrada
con melancolía y el corazón opri mido; ha bia pasado allí tán tas
frescas y alegres madrugadas, tántas lloches serenas, debajo
- 93 ~

de los bananeros al murmullo de Dofía María, y cuando llegué


al Al to desde el' cual se ve por últi ma vez el vallecito, me aco-
metió ~n gran sentimientn de tener qne dejarlo á pesar que
era mi voluntad, y llegué á Medellín triste y de mal hnmor.
A mi llegada encontré una ocupación que, según hay lu-
gar de esperar, será algo más prodllctive,y salgo el Innes 25 de
Enero, para la ciudad de Antioqnia y el Valle del Oauca, en
donde debo inspeccionar varias min»s, por cnenta de Ulla
OompañÍa dirigida por el Sr. Jnan de S. Martínez, que es tam-
bién el Geente de la Sociedad del Zancudo, en Medellín.
Salgo muy tarde el Jllnes,llego apenas á las dos á San Oris-
tóbal, peql1eñ pueblo rodeado de quintas y casa~ de campo
l)

de algullos medellillenses, Ddsde este punto emp1(>z¡) á trepal\


sin interrnpción bast.a el file? de la cordillera que separa el valle
de Medellín del del Cauca; hay pocas hCi bitaciones y pocos
cultivos; montes y algunos potreros donde pasta1l algunas vacas
flacas. Como el cielo queda nublado casi todo el ah, 110 siento
calor, y una vez atravesado el Buqueróll, por el clIal se empie-
za á bajar sobre el valle del Callca, asisto desde lejos á ulla
tormenta q ne estalla sobre los contl'afllertes del Snrneste.
Cll&lldu llego á Orqnita, situado muy cerca de la línea diviso-
ria de las ngnas, las primeras gotas empiezan á caer. Ceno es-
casamente con dlls hnevos y Ull choco late en un~ de las dos Ó
tres casas que forman el caserío, y me l:IC~le~to sobre un junco
en donde no tardo en dormirme, á pesar de las lJl:1 1g{ls, que al
momento me declaran gnerra á muerte. He caminado 51('gnas
sobre las 11 que separan á Medellín de Antioqnia.
Me levanto antes del día, estiwulado por las pnlgas y por
el feío de la madrugada, porque estamos todavla en tierra fría,
yeInI:iezo la larga bajada sobre el Canea, y divj~o pronto
en el Inmenso valle. Atravieso numerosas quebradas, el cam i-
11.0 es algunas veces 1~1 l1y pedregoso y escarpado, pe~o en este
t~em po de veran,o esta m ny transitable porq ne está seco y 110
tIene fangales nI atascaderos como en invierno' los torrelltes
también se franquean con facílidad porque están' muy merma-
dos, y sucede lo COIl tr~rio en in vi,erno en que a taj an á veces el
paso. Una hora d,espues de h salIda del sol acaban de disipar-
se del todo las BIeblas y vahos que se formall durante las no.
ch,es y de8?ubr~, claro y limpio, el hermoso panor!irna. El ca.
mIllO atraviesa a menudo potreros en donde hay que abrir y ce-
rrar puertas Y, se reduce en, cie:!as serciones á una senda qne
no ~al'ece la VIS de COlllUlllcaClOll de una nueva capital á la
antigua.
-!H-

Á las 10 a. m. atravieso á San Jerónimo,de nn091,500 ha-


bitantes, y me apeo en la casa de la vieja Cecilia, copocida
desde anos por las generaciones de viajeros antioqueños por BU
hospitalidad y buen humor.
San Jerónimo, á 2 legnas de Orqnita y 7 de Menellin,
está Bituado en la entrada de las tierras calientes, y dominado
por altas palmeras. Desde este pueblo se franqnean las últimas
ondulaciones yestribos de la cordillera hasta llegar á las pla-
yas del Callca. El calor es muy fnerte y varía de 28 á 35°. Las
quebradas, qne corren ahora más mansas sobre vertientes me·
DOS inclinadas, son más candalosas y más numerosas; la veje-
tación má:3 lujnriante y los cactn~, palmeras, glladuas, cañal
bravas, liñas de gato, cuyas puss encorbadas se enganchan en
la ropa y ~lgunaB veces en la piel, se enredan en inextricables
matorrales y malezas que emparedan la vereda y usurp~n so-
bre ella en detrimento del ginete.
Llegamos sobre la orilla derecha en el punto mism() á
donde se debe efectuar el paso. El río corre muy rápido al pie
de altos barrancos de arena y cascajo, qne formaban EU anti-
guo lecho y de 4 á 5 metros de elevación, en lugar que del
lado occidental, izquierda, se extiende más manso sobre an-
chas playas. El Callca, según su capricho, S8 inclina Ó bota alií
sobre UII lado ú otro, arrallcando en algnnas horas Ó desmo-
ronalldo poco á poco cultivos ó plalltaciones, ó de lo contrario,
depositando grandes ballcos de cascajos y arenl-ls para hacerlos
desaparecer luégo. Se puede decir que el Canca en la parte de
su curso qne atraviesa á Autioqnia es más bien HII estorbo, un
inconveniente que nna utilidad; no es navegable sino en ca-
noaE, y esto en ciertos momentos y en ciertas secciones, por
motivo de súbitas depresiones Ó angostnras q ne producell cho-
rros y remolinos demasiado violellto~ para poJer ser franquea-
dos; los peligros del paso existen algllnaR veces hasta en ve-
rano, é impiden todo gran tráfico de nna ribera á otra y la
necesidad de puentes se hace sentir imJ-leriosamente. Se está
construyendo uno colgante un pOC(l más abajo, pero los traba-
jos, empezHdos desde hace dos años, á melludo illterrulllpidos,
se terminarán apenas dentro de uno. Es nn ingeniero nacional,
D. José M. Villa, el director de la obra. (1)
PUl' ah0ra se J-I h S3 el Callca en una barca, dé fondo plano,
que puede recibir UDOS 10 animales á la vez, la barca está
amtU'rada por un cable metálico que corre por medio de ulla

(1) Este puente ha sido entregado al servicio público á principios de 1896.


- 95-

polea sobre otro cable tendido de una ribera á otra, á. una al-
tura de 15 metros. Cnatro bogas hacen correr la embarcación
perpendicnlarmentQ á la corriente, de UD lado al otro, por me·
dio de timones colocados en popa y en proa, y la polea rueda
sobre el cable por el sencillo efecto de la tensión que da la
fuerza de la corriente al que está amarrada la barca. Algunos
otrus pasajeros se embarcan al mism? tiempo, así ~()mo las
bestias q lle, acostn mbradas á este m !1.Tl e.l o, no hacen dliJCU 1tad
alguna, J efectuamos la travesla en 7 minutos.
El camino qne conduce desde el ¡Jaso á la ciudad (4 ki-
lómetrc1s) es absolnhunelltc plano y IHotegido en Sil mayor
parte por hermos os árboles. Se entra ~n la antigua Capital del
EEltado de A'ltioquia 11(lr lll1a ancha calle mal empe-
drl1da y orillada de casitas de planta baja y de techo em-
J.>Hjado; á medida qne se adelantt\, las casas toman mejor as·
pl'cto, se elevan de un piso más, con balcones que datan to-
davía de los tiempos de la conqui sta, los patios interiores son
amjJlios, sombreados por frondosos árboles y no se ha econo-
mizado el tell'eno de 10B edificios que son muy oreados; enor-
lIles portones de madera esculpida en cuadros, y con macizos
clavus de fierro, recuerdan los vi(-'.ios pueblos de Oastilla; las
calles son solitarias y la ciudad parece entregada á nn prd'un-
do sueño que tnrba úllicamente el roce tímido de los pies des-
nndos de algún r.egro sobre los ladrillos de las e~trechas ace-
ras. U II sol de plomo deja caer sus rayos deslumb ra Jores so-
bre lus Illuros uniformemente bl¡.¡ncos y se comprende al mo-
mento qne aqnÍ no hay ni comercio, ni industria, ni vída. Esta
estampa antiglla y patriarcal e8 especial á la cindad de Antio-
quia y el carácter de sns habitantes, g eneralmente rebeldes á
tuda illnovacióll, á toda novedad, que podría tu rbar las cos-
tnmbres heredadas de padre á hijo, qne podría destruil' un tao
lud que han contemplado desde que han nacido, Ó cambiar de
lllgar una piedra que h:i\1 holl ado desde que han podido cami·
nar, los hace absolutamente i ID pro}Jios para todo lo q ne los
sacaría de la vida de f(imilia más Ílltima y de la rutina COllsue·
tudillaria.
. Personalmente no tengo absolutamente mr¡tivo para que·
.larme df)lllIodo como he sido tratado,y la amabilidad y corte-
sía más perfectas han reinado, durallte mi permanencia en
todas las relaciones que be tenido }Jara con los h;;bitantes.'
Me alojo (jll el Hf)t~1 Occidelltal, el~ d Ollde me. hall prepa-
rado una gran s>l.la BIT} CIelo raso, es deCIr dando dIrectamente
hasta E:l1 techo. Etite género de coustrucción es m lIy higiénico eu
- 96-

108 países mny oálidos y faoilita la aeraoión, doblando la altu-


ra Y: permitiendo la. ve~tilaoión por debajo de los tejados; es
caSI general en AntlOqUla en las oasas que no tienen más de
nn piso, y para disimular lo feo de esta dispnsioión las vigas
que forman el armazón son muy bien trabajadas.
Una hora después de mi llegada me dirijo aoompafíado
del Sr. Adrés Aloazar, sobre los terrenos de la Mina del Llano
qne es uno de los puntos que debo examinar y sobre los cua-
les debo presantar nn informe á una Compañia de Medel/ín.
Este llanito que se extiende un poco más arriba de la
ciudad y á lasalida misma, está fomiado como todos los t 3rrenos
vecinos qne se extienden paralelam ellte al cnrso del río y al
pie de la cord i llera occidental, pnr al n vi l1 nes del an tiguo lecho
del Canca.
No cansaró al lector, repi tiendo las obs€rv Rci ones que he
podido hacer sobre esta mina y sobre las otras qne he visitado
en el curso de esta excursión; son detalles que tienen un illte-
rés puramente relativn y especial á las COITlpañÍ?s interesadas.
Bastará decir para indicar la manera coo q1le trabajan las mi-
nas aqnÍ que esta So ciedad ha gastado ya $ 24,000 en instala-
ciones y trabCijos para llevar aguas del TO!lllsCO (l,dillente del
Oanca), pOI' un acueducto, sobre nn trayecto de 10 kilómetros,
al través de la roca viva y de las faldas de los cerros, y que
no sabe todavía de mall era cierta si hay oro.
El objeto de mi comisión tiene también una gran impor-
tancia y pnede prvducir cOlleecuencias considerab les para los
trabajos mineros de e~tas regiones !Jorqne se trata de estndiar
si el oro mny menudo, de espuma, que arrastra el Callca, se
halla eIl sns playas en oantidad suficiente para dat' lugar á ex-
plotacíonefl del midll10 género que las que he illiciadt) en la
Tierra del Fllego par~ beneficiar las arenas de las playas del
lIlar con }!>lacas de cobre amalgamadas con mercurio.
Oomo lo he dicho más arriba este dI) qne es la arteria co-
mercial del Departamento del alto Oanca, porqne allí es nave
gable, no sirve aquí máa qne de estorbo á las I'elaciones y al
tránsito. llaEta ahora algllllBs pobres mujeres de lo~ pueblos
ribereños y algnnos indios han sido los únicos explotadores
de SIlS arenas, con bateas, y natllralrnellte en vista de este
procedí miento rn ny mOI'OBO, 108 reRlll tados les dan nn m isera-
ble salario que apellas les basta para vivÍr.
Al día siguiente y despuéa de nna T1úche desagradable pa-
sada en sociedad con \lila Olultitud de murciélagos que me ].>a-
ean las alas sobre la cara y me inspiran al día siguie[¡te menos
- 97-

-confianza tndavÍa porqne mi mula está cholfeando sangre por


varias mord p, dnl'a~, voy á las playas con \ln peón pro vÍ::lto de
no a I) ~ tea y de un al mocafre. (1)
Hacemos nll primer cateo s ,bre la ribera izqni erda, es de·
cir, del lado de Antioq II i 'l, al pie de las cnl i nas de Pang,)rd i·
to , atra ves:-\ tn ns In ég ll el Can ca con 1a barca y b::t.i am ')s practi.
ca ndo ensay C)s hasta la b' lca de l rí·) A nra, dura nte nna Ipgna ;
en tc)dos se ve oro 1ll11y fin o y ell cantidades val'iab l ~ R , no h ·~ y
rná, si no q uitar el casc¡¡j ll g rneso de la parte snperi or y r;l spar
-e l snelo ai JI II ecd5 id ad de C1. val'; no hn no d II ran te eate día ni
durante los sigllipntes \lna sola b.1tea ql1G dien un re~nltado
negati v El oro se presenta en la superficie sobre una z,ma Ó
l ).

-espesor pOCd prc)flllldo, O metros 10 á 15 celltímetros; Inégo se


Ínterru1npe á veces sobre una capa de 1 pie más ó menos y
vuelve á pare !ef así sucesivamente en e::ltratas cnya hClndllfa
total no puedo todavía estimal' pOI' motivo de las filtraciones
uaturales al m Imento que se Ileg~ al nivel de laa agu B del río.
A.I día si~nieute vamos á Sacanjal, situado sobre la dere·
cha del rÍ ,) , á 3 legnas ,¡bHjo de Antinqnia, Este pueblo cllya
pob'ación se dedica especialmente á la fabricación de sombre· '
ros de iraca, es mny antigno y parece bastante próipero; sus
relaciones com ·rciales S~ efóctú-il\ cl ·n S lpetrán, porque sus
comuflicacionet'! con Antioqnia se redueen á \lna canoa larga
<le 10 metro3 y ancha de UIIO en su parte medill, hecha de nn
solo troncc ). D ósensillamns y ponemos nuestraE! bestias á liado,
manteniénd'lla3 con un la7.o desde la emharcación, y a8í t'fdC'
tuamos felizment.e la icta y la vuelta. Visitarnos y ensayamos
las playas qne se extiendell al Norte de S'1caoja. 1, así como \lila
antigna mina que ha tenidr) nn princi¡.;io de explotaci611 hace
algullos año:3, y donde alg'lnos ()brer()~ perecieroll á Ct)nse
~uencia del dH umbe de IIn barranco; un poco IIl!l S ah¡:¡j" se
h ·dla UIlR angostura y un salto de! Canca, llafllado Salto de
Juan García.
Tengo ocasión de vel' ~fe ctl1al' el !, aso del Oanca, ejecntado
por un \lumbre Ill ') fltad o sobre dos pal os arnarrad ()s jUfltM; este
modo de atravesal' está muy en uso sc .. bre este rí e~l qne las ca·
' l,

noas son muy edcasas y n(lfllllcionan en toda época. Pero sucede


á vecbs qne si el hombre viene á largc\r su apnyo ó se deja arras
t rar ~ O l' una c ~1r.riente mlly ~iolel\tll, se ahngil. Esc ' g c un codo
del no, y se dlflga por mediO de una gran palanca yue le Sil"
ve de timón y de balancín para conserVar el equilibdo; la.

(1) Fierro curv3.do para cavar en las arenas.


7
- 98-

ropa está amarrada á la cabeza y al pescuezn, y atraviesa con


la velncidad de ona flecha; el qne acabo de ver ha atrave-
sado diagonalmente como 500 metros en menos de 1 minuto.
El Canca varia mncho en estns raraj~s, y en ESta es·
tación tiene de 150 á 200 metros de ancho; el boga no habla
sido por consigniellte arrastrado más que unos 300. De todos
modos el Cuoca sirv e dé tumba, cad a añ o, á mucha gente, y
algnn (ls días Btlt.es de mi Il~gada á la ciudad de Anti oquia,.
toda una familia de 1J. personas babla sido ah ogada ellel nau-
fragio de una can oa.
Dllrante mi permanencia en Antioqllia he sab(.reado ex
q l1i8itas fr~lta.,: banan os de 0.20 celltírfletr, s de largo, piñas, pa-
payas, marañones, frn tas ama ri lIas y colorada~, q ne tieneo
gnsto á mallzana silvestre, muy refrescante; su f(l} ma es la de
l~s pimientos dulces '; la frllta lleva á sn extn'midad la ~(OliHa,
que se parece á UlI flÍjol; nísperos, guayabas, granadillas,
mallg.)s, badeas, chirim(lyas, sandías, etc.
L0S alrededores de Antioqnia están cubiel'to~ de plantas y
árboles interesantes; eS]J!éndld·.s Illarneyes, algarrobos que
dan una excelente fruta, aJgodunert s silvestres, palmas de
coco, yarnmne cCln su f(.llaje de un blanco aterciopelado, mis-
mías cnyas hijas matan las pIJ 1g-is. Hay también infinidad
de p~jaros de bril.lantes colores: el turpial y el zenz r¡ ntle, que
cantall tan agradablemellte; tijeretas con sus largas colas for-
madas de 2 plumas negras, palomas de varias clases, etc. N a-
turalmellte hay muchlls lagartos y culebras, pero pocas son ve-
nenosas; hermosas ardilla~ que 8e ven saltar de rama eu rama ...
Al cabo de 8 días había terminado mis excursiones al re-
dedor de Alltioqnia pnr un paseo al T'Inusco que cerca de la
ciudad parece \lO riachnelo mallSO é irH ft nsiv u ; nna legua
aniba Hrrolla sus aguas fragosas entre ellormes paredes de
peña; el aspecto de las gargalltas del Tunllsco es muy pintores-
co y hasta majestuoso en ciertos pllllt<,S. En los tiemJ..los de cre-
cielltes y de illvierllt)s, durallte IHS noches de tormentas,
arrastra moles de rocas CUyllS choques y estrllendo desfJiertalJ
en SUA camas á los pacíficos anti()qnl:'ñtl~.
Ilabh efectllado mi viaje de Medellín ti AlItioqllia en 12
horas, mi rf'grl'so ftle muc-ho más largo, sin que por esto tenga
moti vos de q nejarme. Salido a ntes del amallecer de la ci Ildad,
me hallaba á laE 6 a. Ul. 8('ore la playa, aguardando los paseros;
pero de~graciadarnellte era d()lOill~o y estos complacientes
marineros, bajo pretexto de ulla ligera cre,ciente, re olvieron
que no se podía pasar hoy; y quedalllos allI, unos 15 VIaJeros,
- 99-

despnés de \lna hora de espera y de palabras, contemplando


melancólicamente la ribera opuesta y las olas turbIas del
gran río.
El sol era ya mny alto sobre el hnriz'lnte, varios hHh1an de:
sistido del pr(¡yecto, cn~noo llegó, ignallllente C0n la illtención
de pasar el IÍI}, el DI'. V**:*, horn bre de edad de 76 años, pero
de carácter jovial, con el cllal bHbía tenido ocasión de relacio-
narme en Alltioql1ia. El Sr. V***, iba á Medellín en compa-
ñía de dos Stñuras, sns parientap, la uua de edad ta mbiéll a vanza-
da y la otra j .. vell, viuda, de aspecto simpático y agradl-íble. El
SI'. V*** me aconspjó el irme con él p!ua tentur de sedncir
los bogas de u na canoa q ne .dí visábamos al otro lado del To-
IlUSCO; después de una sOllrisa alentadoJ a, de la jóven señora,
qne se llamaba Bárbara, y por cierto no tenía de bár.baro más
que el 1I0mbre, porque se reía y conversaba del m0do más
amable, no me hice repetir la iltvitación y n( s pnsimos eD ca-
mino. L0S bogas se dfj aron con vencer por el efecto de una
paga dohle otorgada PI)}' motivo de ¡os sllpue8tns peligros de la
sn puesta crecí en te, y las señoras se em bafcaron sin vaci lar como
buenas alltioqneñas, que han pasado el Canca una veintena
de veces. El paso no fue, sin embargo, de lo más fácil, y dos ve-
ces, habiendo efectuado fellsas salidas por moti vo de los 7 caba-
llos y mulas que teníamos amarrades con laz0s, estuvimos
obligados á volver sobre el mismo lado, arrastrados cada vez
nn poco más abajo. Pur fin al tercer iot~nto llegamos á la otra
orilla. D~sgraciadarnente nno de los caballos de carga del Sr.
V***, más débil que los demás, y cansado ya por las dos pri-
Illeras salidas infructnosas, no tn vo la fuerza de seguir y fui.
mos furzados á abandollarlo á su triste snerte, es decir, de
largar el lazo qne lo retenía COIl nosotros y de dejarlo rodar
en llis olas, en donde desapareció para siempre. El SI'. V*** se
conmovió poco por e3ta pérdida y m;tndó repartir la carga del
ahl)gado, qlle era liviana, entre otras dos bestias, y segllimoB
alegremente el viaje.
Como mis nuevos compañeros tenían que bacer a'gnnas
dilig~ncías en S') petrán, qne se halla á ~ legua sobre la izqnier-
da ~el ca~illo directo qne condl1ce de Alltioqnia á Medellín,
h 11 blera SIdo natural que nos separáramos, pero en la bifurca-
ción de los camillos, en el Llano de Montaña, las instancias
del SI'. V***, aC1Hopañadas.,de nna nneva sonrisa de la joven
viuda, me decidieron á continuar para Sopetrán.
S lpetrán es pneblo importante, pnes tiene más animación
y actividad que Alltioqtlia, á pesar de haber desmejorado mu-
- 100-

cho desde la des3parición de los cacaotales que existían en sus


campos y que fueron arruina dos por la manch a.
Pasam os las horas pesadas del día en amenos coloqnios, y
hacia las 4 p. m. seguimos para San J erónirno á Jonde llega-
mos por una noche deliciosa. ¿ Para q né contar los incidentes
puerile s de esta peregr inación ? Basta decir que uo elltraffiOS
en Medellín sino al día siguiente y muy tarde, y que estas ho-
ras de viaje no serán clasificadas en mi memoria como de las
menos agrada bles entre los Recuerdo8 antioqueño8.
MI DIARIO DE MINAS (1)
ENTRE LOS RIOS BEBARA y BEBARAMA

(1893)

CAPITULO 1
Es mi desHno, mejor dicho, es mi deber.
Al fin y al cabo, pI más elevado de nosotros
no es sino un centinela en su puesto.
VVHITE ~ERVILLB

A bordo del Atrllto.-El río Behará y el pueblo.-Dificultades-La mina de


Salita Domingo-Los cateos-.F0rmación de los teuenos.

El 27 de J nnio de 1893 llegó á Qnibdó, prncedente de


Buenaventnra, el Sr. D. Oarlos Astié, de nacionalidad francesa,
ingeniero de minas y director de la Sociedad" Minas del Oao·
ca", franco-belga, acompañado de otro ingeniero de los E~ta·
dos Unidos de Norte América, con el ob.ieto de explorar par-
te de estas regiones del Ohocó y de poner en explotación al-
gunas minas.
Me relacioné con el Sr. Aetié, y como cayó enfermo el
ingeniero que lo acompañaba, me convidó á que lo acompañara
con el objeto de hacer llfla excursión de algunas s( manas al
Río Bebará.
Acepté gnstoso la proposición y ac:>mpañé al SI'. Astié,
sencillameute en calidad de amig0 y sin otro carácter.
(1) Esta relaci6n puede ser considt:rada como la continuaci6n de mi Exploraei6f1
~n el Alto-Chocó, publicada en la J mprenta N aciona1 de Bogotá en 1895.
- 102

Precisamente hHbía IIQgado el 28 el vapor" Atrat o," que


hace cada mes el servici'Ü entre Oal'tagella y Qnibdó, .Y apro-
vech~m l'l 8 esta iacilidad para bajar hasta la boca del B '"l bal'á.
Domingo 2 de J uUo, Levantamos el ancla á las 8 y 30
a. m.-Solllus 5: el Sr. Astié, la hi.la de un individno llama-
do Ibal'ra, que es el propietario de la mina que vamos á ver y
no puede 'acom pañarno:3 por estar enfermo, sn marido el Sr.
Sá~nz, joven de Buenaventnra, qrie se ca~ ó hace poco con la
Srta. Ibarra, el que escribe, .Y ulla cocinen\ (lIegra se elltiende).
, El vapor es péqll eñ\l: 50 toneladas. Hace el trayecto, ida
y vuelta, hasta~ Oarta"gena todgB I·os ellas 20 6 25. El transporte
de las mercancías se hace tamhién por barqn etones grandes ql1e
ern plean 5.0 y ,h ru~ta 80 djns para subir. El v~por pone 5 días
para bajar á Oartagena, y och'o !Jara volver á Qnibdó, té!'mino
medio.
La distancia de Qnibdó á la boca del río B ubará es de 65
millas (21i leguas de 4 kilóm etros,ó 17 granadinas). Sehacel1 2
escalas: la primera al cl-lbo de 1 h()ra y arriba de la desemb oca-
r dura del río N egllá, para hacer le['1(1. en nn pnllto llamad o Ohe-
pe Rojas, y la otra delallte' del p-ll eb1ito de B ~ té, cerca del río
d~llllisrno nombre, 'para embill'clH UIl cargamellto de palo de
:; lPüra (palo de tiot ).
Como llegamos erlfrente de la boca del B ebará á las 8
;,de la noche y hace, grao oscnridad, el CafJitán tielle la am a-
bilidad de 110 ebligarnns á desem b<il'car y de hacer parar
el vapor hasta el amanecer á pesar qne va á sa lir la lnn a.
Como se Ve, las cosas pa san en famil ia, ¡Jorque el " Atrato "
pnedE' m 1y bien nav egill' de noe he ell el di) por tiem pos de
luna. Hemos elTlfJlead \) Ullas 8 hOl'as para hacer est é tr ayecto,
porqne h·{y q\le descontar unas 3 horas de parad li.
Pasalll(l~, pues la r oche á bordo y desem barca rnos á las
5 a. m. sobre la ribera izqui erda, 500 metros abaj o y 9:: fl'ente
de la bo..:a del Hebará y nos alojamos en el rancho Ó cabfiñ,a
de un negro llamado Alltonio Basili o Sala. Estlly mlly dé) JI
por efe~to de la fiebre que me ata có en Qllibdó despnés de t er-
minada mi eXfJloración de los rí os AllJéglled a y San J nan ;
tengo call, frío~, sudores y fnertes dol ores de cabeza; no veo
casi y no pnedu tenerme de pie, pero no desespero de r es t~­
blecerme de esta -illdisposición, q!le es el resultado de las pl'l.
vaciolles y fatigas que he s1lfrido más bien que del cl ima al
cual estoy acostu mbrado.
Pasamos allí el día y la noche siguiente para ag~lardar la
posibilidad de embarcarllos, porque con todas .Ias cajas y bul-
103 -

tflS de vívere~ r¡ne lIevarno~, necesitarnos 2 canoas y 4 bog s.


Hern()s mandad,) avisar al puehlo de Bebará de nnestra 11ega·ia.
T el rn pe r a t: 11' a á las 12, 28 0 (nublado): á la s 4 a . m" 29o (íd.
Corno dnrll.llte el día no parece canoa a1gnlla de Bebr.\rá,
A~tié algllila 2 embal'ciones ar¡ní mislll ') para mHñana. Costó:
$ 7 pHI'A. 3 leguas.
Martes 4 de JuZio. Tormenta y lluvia toda la noche,
que pasamos malísima, comidos por IlIS chinehes y rnos<luitoB,
á pesar de las hQlnac~s y toldillos. Embarcamos á las 8 a. m.,
remolltando el Atl'ato h ;~sta la desembocadnra del Bebará (500)
metros); hay otta boca más al Sur, gue se llallla la Boca de la
M!ldre, y es la primiti va. El Atrato ti ene aq ní 250 metros de
ancho.
El Bebará se halla mlly repreasdo ell este IlJomento por I;.s
aguas del Atrato, de modo qlle en la pal·te vecina de su desem-
bocadl1ra no tiene casi cOl'l'iente. Su anchura varía durante los 4
primeros kilómetros elltre 40 á 50 metros, y sn profundidad
meiia en el centro es de 3 á 4 metros. Como I~s aguas están
altas (estamos en inviel'lll)), cubre sus plltyas y fúrma panta·
nos y lagllll ;ls an el Norte. .
A las 10 (una legI1H), Il('gamos á la separación de los 2 bra ·
zos, entonces se vuelve el rlO más estrecho (25 á 30 metros)
y de cúl'riente mayal'; está contenido entre banalJcos de arena
y arcilla de 1 metro, á 1 rnetl'() 25 centímetros de altura. N o
hay casi eascaj () , tndo es frtng()so y arenoso.
Lleg arnos al caserío de BebMá á las 12 y 15, por cnnsi-
gui éllte hern lls emf.>leao o 4 horas y t para efectuar un tray ec-
to de 12 k ilómetros. I llrnediatameIlte Astié va á v i ~ítar las
personas á q n¡enes ha si do recomend¡:¡do por el P l'efecto de
Quib 'ió, Sr. R -i f<t el Ütlllto, y por el Sr. Eladio Ferrer, qne hace
un os 10 añ ,)s ha tenidll por aqnÍ una miu:1 en eXIJlotación. (El
Carmen). Nlls han preplHado tina pi eza en nna cabaña donde
habita tamb ié ll en este momento el Alcalde de Q 'libdó, eIl vi-
sita de inop eccion para los camillos (?) y otra habitacióll }Jara
1a s<:'ñ nr3 y Sr. Sáer lz,
El pueblacho de Bebalá, qlle antiguamente fne nn peque-
ñ o cel tr,) de prodllcción de (Ira (ell el tiempo de los e~ pa­
ñ nles y de los e:: clavm), está casi arruinado. No hay ya lIin-
gnna ex¡..>lntación seria de milla en la región, 1l(J) q nedan más
qn,e algunos z,llIbnllidnrea en el río y " maz am,)rrero$" en las
llllnas abandonadas. El caserío regado subre la ribera izg uier-
da del río, se compone de ulla d0cena de ranchos de aspecto
pobre. El resto son ruinas ó chozas abandonadas. Los habitan-
- 104-

tes son muy pobres y no se ellcuentra aqní absolutamente-


uada, Ili siquiera de comer.
Astié turna las medidas nrcesariaR para malldHr m~ñana
peones sobre el terrello de la mina de Santo Dr)nlingc', al (-fec-
to de cOllstruÍr un rancho provisorio para alcljRrnos durante el
tiempo que dure nuestro cateo. Hay,~egún nos dicen, 5 á 6 ho-
ras de camino en el mOllte por mlly mala trocha. Astié aconsf'ja
tam bién á los Sn's. Sáellz f] ue se q neden aq uÍ ó que vnel van á
Qllibdó mif'ntras dure el examen de la mina, y q \le al reg-reso se
reeolverá si hay lug-ar ó nó para celebrar algún arreglo. Este jo-
ven matrimonio parece c(llnpletamente estúpido, porgne se
pregnnta llllO lo ql~e han venido á hacer aquí siendo así que uo·
entjerlden nada de mOtlte lli siq niera saben dónde está la mina
dee]los.
La situación de Bebará no es mala porque está construÍdo
en un pUllto bastante elevado, 7 á 8 metros sobre el nivel acos-
tumbrado de las agua~, lo qne pOlle al puehlo completamente-
á sal vo de las crecientes. En dirección E. S. E. di visamos bas-
t, nte clarsunente, y á nna distancia de 8 á 10 legnas, los cerros.
de Cnrazam ba, cordillera elevada al E~te, de la cual se extien-
den los LhlTlos del mismo nombre. Esta cordillera Re prolonga
al N. E. y divide el valle del Alto Bebará del Río Arqnía.
El río Bebará es pavegable en canoa, durante 2 días máEl, nrri-
ba, hásta el pnntll Ilalllado La Allgm,tllrfl, al pie mismo de los-
Cerros de 011 ra za m ha . La orientación del río, dela lite del pne
blo, es de S. E. á N. O.; el ancho 25 metros; la corriente rá·
pida, las agnas muy clal'as corren sobre lech o de arella y
ca~c9.iito Illenndo. Las orillas desde la bocl-l, SOIl algo pobla ·
das y en los lugares á donde laa márgenes eon bastante altas-
para ponerlas al abrigo de las innlld~wi o lleA, h~ y cultiv o de
maíz y de cafias; ha y m ny pocos platanales. L"8 indi os q ne
viven ell la parte sU}J eri or del río viell en mny poco á B bbará
y no hacen más qlle pasar cuand o van á QlIibdó para S IlS ne -
gocios. S t' gún nos dicen tienen bnellas ballalJeras y cosechan
canch o.
TemperatnrR á la 1 }J. m. : 28° . A las 2 (1Invia), 25° ; á las
4 y 30 o. tU. : 27°.
Miércoles 5 de Julio .-Llneve la tnHy or parte de la no ·
che. A las 7 a. m. 220. (Ligera neblina). E~ t a tn08 obligfld os á
qnedarnos aqnÍ todo el día }J0r la imposibilidad de enc n ntra~
pe()nes y por motivo también de arrrglar con los Sáenz tocan-
te á 1::1 mina.
Héiy pocos mosqnitos, pero cantidlld enorme de hormigas
qne hacen mucho daño á los pocos cultivos qne hay.
- 105

Temperatura á la 1 p. 1:1., 28°; á las 7 p. m., 24°.


Jueves 6 de Ju.lio.--Ténemos que contilluar aqní ha~ta el
IlInes ell la imposibilidad de reunir los hombres snficientes, y
para 'dar también tiempo de constrnír el rancho en la milla.
El tiempo es agradable, y d~sde qne estamos aqní, no
llueve cflsi sino de noche. Dllrante el día el cielo qneda nubla-
blado, ,10' que impide elevarse la temperatnra á más de 28°,
aun á las 12 del día. Nos abnrrimos en la inacción y ~111 otra
ocn pacióo q u€' la de oon versar con la gente de aq ní. No pne·
de .uno alejarse del pueblo para cazar ó pasear, sin nn baqnia·
no, e~tando todo cerrado por espeso montf' y rodeado de pl;ln-
tal1l-)S, á excepción de algll113s trochas f¡.mgnsas, llenas de hoyos
y chambas ocultas debHjo de las yerbas y raíces, las enales
sirven de vía de comunicación con algunos (¡tras cHRerÍt)s: Be ·
baramá al Sllr; Aglla Clara al S. O.; Isleta, sobre el Ar·
quia al N. E.
Viene hoy un viejo negro de Agnaclara, que ha traba·
jado antig\l~\(nellte en el tiempo de los escl,v4Js, es d(>cir,
all tes de 1851, en la IJI ina de Santo Domi ngo; se 11am A. J oEé
de la Cruz Renteda, y debe tener á lo menos 70 á 75 años. Se
ofrece para servirnos de baqniallo jr enseñarnos la mina y los
antignos trabHjos y darn(ls útiles i!lf"rmes; nos dice qtle la
mina €'5tá rompletamente abandonada desde hace much os
años, á excepción de t1ll trabajo mny corto que hizo en ella,
hHce algnrl0s meseEl, 1In antioqueñu llamado Wenceslao RivE:'l'a;
está pOI' cOllsigniente completamente tapada otra vez ",or el
,monte; y los eEltanq lleR y aceq nias tienen natnral mente 'rlece·
sidad de rtfeccinnes, De la manera qne nos da las explicacio "
nes cn mprende1l10'3 C]ne la mina no es hidránlica, eR decir, que
no se presta al establecimiento de tln monitl1r (1). Primero no
hay el agna suficiente, Inégo no se le podriR dar la presi9n con·
v8niertte, siendo todo el terreno plallo hasta largas dista/ leias.
Debe S(:-I' más bien, como dicen por aqní, llna milla de~cli, es
decir, nna mina en la cual abl'en pozos hasta alcanzar la peña
ó roca del fllndo y de asiento de los aluviones, para extaerlos y
lavarloR en canelones eavHdos en la tierra ó construidos con
tablas de madera. Hi1y necesidad natllralm~nte de SeC!H estos
hoyos con bombas Ó Ilurias. AqnÍ no se p\1ede trab!'lli1r sino
(1) el monitor funciona con una presi6n media de 80 metros, pero también, y
s~gún la abertura de la boca, con un mínimum de 45 á 50. La fuerza, bajo una pre-
s16n de 80 metros es de 8 atm6sferas, 6 sean 80 caballos de vapor. El diámetro de
la bo?a: O m 15 á 18 centímetTos, da de 27 á 40 metros cúbicos por segundo; 1 a
velocIdad del chorro alcanza á 40 metros por segundo.
-106 -

con las agl1~s de Illl via recogidas en et3tiloq lles; la ci lita an ·


ríftlra se lulla á b'\stante profundidad, 8 á 10 metl'os, acietná~
no hay q ne esperar ningnna pendiente, tonga ó des~güe. El
oro se h . dla mn.zclado al pla.tino ell notable cantidad. Uumo se
8}~be, los antiguos, corno dicen aquí, es decir, los españoles, hil-
bían desechado durante ffil1chl) tiempo el platin0 como metal
ioútil, y se encnentra, tl)davía, en ciertas vif'jas minas del Cho·
có, lngares á donde limpiaban el oro y qne son verdaderas mi-
nas de .platino, que Ulazamorreros de Bebará han trabaj 'ido
posteriormetlte,
A pesar de estas noticias, que s()n poco halagadoras, Astié
resuel ve '1 ue no nos iremos an tes de explorar y catear seria·
mente esta región, con el fin de furmarnos una opinión tocante
á lo q lIe se puede hacer en ella.
El A ICl1de de Qllibdó y SUd tres oficiales se van hoy para
el Beb (~ra ;ná. H:in venido aq ní en com isió1\ del P (efecto para
hacer co rnpl)ner algnnos caminl)s y cobrar la contribución
8ubsi iiaria atrasada desde hace tres año ~ ; esbl contri bnción
impone á cada ciudadano alguno" días de trab!.\jn personal ca ·
da año en las fibras pública'3, ó una .s uma en dinero correspoll-
diente al :valor de los ,i 'll'nales exigidlls. Pero parece que aquí
no hilll podido alcanz tr g :'an e lScl, pqrC]lIe los h-tbitantes váli·
dos que debían, han hnído á la montaña, de donde no saldrán
hasta qne se vayan las antlll'idadeq; y es e3te nno de 108 lli)
ti vos que nos i 1Il ~d iel'on encontrar peoNes.
Temperatura R la~ 2 p. m' l 29°; tiempo magnífico.
Sábado 8 de Jt¿lio. El Alcalde .Y S Il 8é ¡nito !:le f lleron
a noche, .Y esta mañana no más obtetlem 'lS el pOller en mal'·
• clla á los peones pill"a la mi lIil C'Hl el obj et) de c () n ~ tl' uír el
ranch o.
L u nes 10 de Jnlio. ~OR días se sllceden aq uí y q lIed a
mas aglla rd ando que la i llf~1 i z ca baña q ne nos debe a brigal'
esté levantada. L 18 peones son perez\/sos y lentos, CO!Tl O todo
en e:;ta tierra donda los negros son ahqra lus verdaderos am os
y patrones, despllé3 de haber sido los esclavos. Por fin tenem os
la esperanz;\ de ponernos en camillo definitivamente mañana
martes. D~sgraciada i llellte acaham Ji; de perder ahnrH, e11 la
inacción, 8 días hermosos y quizás no telldrem os la misma sner
te llna V (· z allá.
Mi salud, qne era pé:lima desde mi llegada á Q'lÍbdó, se
ha restablecido completamente a.q nÍ, y la fiebre ha desavareci-
do, q ui zás por el ca mbio de ai re; estoy ahora haciéndo~e,
más bien como preservativo q ne como remedio, un tratamlen-
-107 -

to homeopátic,): 2 glóbnlos de nuez vÓTnica á la mañana y 2


de ipeca á la noche, y fricciones de alcllhol alcanfurado, en el
cllal he puesto á macerar caSCa?'1'Ua (corteza de qnjna).
Martes 11 de JuZz'o. Lllu. ve toda la rloche, pero al ama·
nece,' se mpjl)ra el tiempo y terjem()s nn día bueno. Salda á
las 7 y 45' ; 7 peones cargados de las provisiones .y equipajes
y !lna cocinera. Se~llim()s al principio nna dirección S. S. E.,
por el sendero qne condnce al CliSel'Ío de Aguaclara. Psre·
ce que el antiguo camino que cOlldncÍa á la mina de Santo
Domingo se ha cerrad(), lo fine n0S obliga á acercarnos más
de lo que COIl viene á Aguacla1'a, qUA se halla sitnada á ori·
Ilas de la quebrada ó caño llamado El Rosario, que desagua
á una legna al Oeste en la ciénaga que comunica con el Atra-
too Ouando el tiernpo no es mlly seco se puede veni,' desde el
Atl'ato á Agua Olara en canoa.
A 3 kilómetros atravesamos la primera quebrada que cae
en La Ciénaga de Aguaclara j el Tauchígado.
Lnégo, y al cabo de UIlOS 2 ki lómetros más, el llerrro q ne
se ha ofrecido para gniarnos confiesa que no COIl()ce sino el
(!arn i no antigno y que por aq uí no sabe nada; de modo q ne
nos vemos oblig dos á mandar buscar un hombre y ulla mn-
jer que hemos encolltJ ado en nn peq neño rancho, cerca de
una rninita, para qne nos sirvan de baqnisnos.
La dirección gelleral de B dbará á Sant(' Ddmingo es al S.
E. La trocha que segnimns, á menndo cerrada y taIJada por las
ramas y las palizadas de ál'bolos caídos, podlÍa ser fácilmente
arregl!1da y con ¡)(l CO gasto. Pero ahora encontrarnns á cada
!Jaso pantallos.y chambas, y pasos trab josos y peligrosnt: en
donde se hUllde nllo en cenegales. Atravesamos lIlultitlld de
pequeños caños y arrllyos con \Jocas agnas, casi sin c()rriente,
y enc¿.¡jonados entre r;:¡árgenes liplomad~s, subl'e los cuales es-
tán botados algunos palos redolldos, delgados y medio podri.
dos por encima de los eludes hay que pasar en eqnilihl'io. Se
encuentran mucho:! tl'llo¿.¡jaderus de millas á donde hay ace-
q nias, pilas ó estanq nes C(I[1 peq neñ<l.S esclllsas para cOlltener
el ~gna, ~tc. Las cilltas presentan Inll.Y poco cascajo grueso y
e3tall cl¡\))ertas \Jor altas capas de tierra vf'gdal y de calicAe
(ca lcáreo ar.cillosu mezclado C,'l) casc(lj .), El agua uo es h bun·
dante y ca<1 estancada.
O,uando lIegC\ el llllevO baquiano, dejamos á la izqnierda,
e.s ?eclJ', al Oeste, el call1ino de Agn3clara, y volvemos á di-
rl61rnos al S. E. sobre la ri bera derecha del R0sario; lo atra-
vesamos y luégo seguirnos al travé3 de la sel\'a en la misma
dirección, por una senua mala y casi cerrada. '
- 108-

Por fin á la 1 y 30' p. rn. llegamos al rancho, que todavía


no está terminado y que los peones acaban durante el resto del
día. E..,tá el suelo entablado con madera de palma ch()ntf-l pi-
cada al hacha y elevado sobre el nivel de la tierra 75 centí·
metros. El techo está cn bierto con hojas de pal ma cabecinegroj
estas hojas deben cortarse durante la luna lCJellgllante, so pena
de ser l1luy pronto atacadas por la polilla. Esta misma palme-
ra produce una especie de bolsa ó talego qe un tejido sólido y
fi\:'xible qne usan mucho los negros para llevar sus víveres eu
la montaña. La sitnación es buena, sobre ulla especie de islote
que domina de unos 15 metros el resto de los fondos bajos an-
tignarnente trabajados y que lo rodean de todos los lados á
excepcióu d e la parte S., que es todtlvía sana y que forma nna
f¡.¡ja de tierra que c()nduce á la mina de Sandoval. La mina de
Salldoval se halla exactamente al Este del rancho.
Astié paga y despacha los peones, guardando cuatro de
e 1108 para ayudarnos á los cateos.
Hemos caminado cin.co horas y recorrido 10 kilómetro~.
Mañana empezaremos el estudio de la mina, que es muy
extensa y que, por lo qne ' acabamos de ver, ha sido removida
de tod()s los ladl)s y llene pocos puntos vírgenes.
Paulatinamente hemos subido desde Bebará y debemos
estar á una altura algo mayor que este caserío. Además, es
fácil darse cnenta, por la dirección que hemos seguid(), que nos
hemos arrimado á la parte superior de este río y qlle, tirando
una línea recta hHcia el N. E.\ 110 debemos distar de él más de
una legua.
No al i mentaremos á ningún peón, y las pr(lv isiones q ne
hemos Il'evarln servirán únicamente para 1l00sotros y para la
c()ciller¡.l. T\nJm 0S tnrl() lo nf:cesario para gllince dí 'l S, por lo
men03, porq II e tall to Rebará cn 1110 Agnacl ara no pneden su mi-
nistrarnos recurso alguno) ni siquiera plátano~.
A las 3 !J. m., al sol, 36°; á la som bra, 28°.
Miércoles 12 de Julio. Llueve tnda la noche. pero con
poca abundancia, y sigile á la mañalla lo mismo. A las 7 a.
m., 27°.
Efectl1amos primero UII c()rto paseo en Ilue!ltros dominios
y nos damos mejo')' cllellta, glle, como lo he dicho más arriba,
ti llestro rancho está construído 80 bré una cuchi lla q ne se pro-
long<l hacia al S. E. P()r allá está la parte salla todavía de la
milla, rodeada en todas las demá~ direcciones de grllndes ho-
yns trabClj 'I dns desde el tiempo de los españoles hasta la aboli-
ción de la escla vitud (l851), y se pnede decir que la min a está
- 109-

com pletamente a bandollada desde hace 40 añCls. E5tos tra bao


jns han sido cOllsiderables y se ve que, á pes.ar de que t.odo el
trabajo se ha hecho manua lmente: relllOVlernn cantl .d ades
en ormes de tierra. LI) (Iue ell real¡dad q ned a de I ti filma es
muy poca cosa y probableme1'te lo peor; el Hgllfl. parece es"
casa v trabajosa para traer. Hr\y, sin embargti, dos grandes
estallques p~)'a recoger las ag1las de lluvia, que están llenos
casi y ¡'>l1edell sUflJillititrar cantidades n(llables durante el in-
vierno. Pero todo esto 1\(1 es slltici \ nte, ni tendría bflstallte
presión para nna explotacióll hidráulica. La IH-ña, ó roca del
fondo, sobre la cual repoSflTl los aluviones anríferns, se halla á
gran profundidad, 8 á 10 metros, de modu que si fueran mlly
ricoa sería quizás más vellt~.ifISo tl'abl1jarlos por socaVones Ó
tÚlleles, método ado¡.>tado en Califuruia para ciertas minas de
alnviolles mlly tapadas ó para ex¡.>lotar nna segnnda peña (ero
dones postpliocenas). Ebte sistema Jata apenas de 1855 en Oa-
lifornia.
UIIO de los eatanqnes está sitnado á 200 metrns del rancho.
en dirección S. O.; el otro se hallK más cerca de Sandoval (S.E )
En realidad se puede decir que estas minas ¡.>ued. n Ser
caliticadas entre las desiglladas e1\ ing ' éa con el 110m bre de
sn,allow place1's) es decir, hluviones de los valles de poca pen-
diente, y no entrall en el género de deepleads, aluviones de
los valles altos ó de fuerte declive y de las rocas elevadas,
explotables más fácilmente por el método hidráulico.
Desl.Hlóa de este examen prelimiuar convinimos en hacer
un pozo.de reconocimiellto, cuadrado, de dos metros de costa
do, sobre la frente Oeste y al pie de la clllios, pel'O natural·
mente en la parte salla, }Jl'ecisamellte debajo del trayecto de
la acequia. .
Nos damos cuenta por sOtldHjes qne la pfña (bedrock) se
halla todavía á dus metros á lo lIlenos de prúfllndidHd eo este
m ismo bajo,
Este POZ(), Ó primer ensl-iyo (prospection), tielle por objeto
exa~nillar el aspecto de la ciuta aurífera (l'ay-dirt), de ver la
proí'\1l0idad y la naturalez'"l. eXactas del bed1'ock y la riqueza
de los alnvi\)Iles á Inedida qne se acercan á él. El pozo tendrá
uuos cuatro metros cuadrados de sllperficie. Al llegar al cali·
che hacemos lavar y vemos pinta. La fOfluación es calcárea
arcillosa, mezclada con feldespat n , algnnas piedras grallíticas
en descomposición y cuarZ descompnesto y de apariencia de
I
)

carbonato de cal.
En fin de cuentas, hemos quedado "esta matiana y por úl·
- · 110 -

timo con un solo ~eón y la cocinera, de m0do qne el trabajo


hecho boy se ha eJ ecutado en su mayor parte por IlOSott'08 mis·
mas, A.stié y yo, pala y barra en mano.
Tiempo muy bueno todo ~I día, lJnblado; á las 4. p. m.
empezó á llover y á tronar. 270.
Jueves 13 de Juh·o. L ~ ueve toda la noche con violellcia,
á las 7 a. m. 27°.
Me pongo en camino á las 6 a, m. para ir á A.gnaclHr~ con
el objeto de VOl' si puedo contratar algllnos peones y rnu\ereE.
Como á media legua d cl l campamento encnentro nn peón y
una m l1i er q U8 vienen á trabaj ar; otro peón Ileg~l'á hoy más
tarje. Pur consiguiente, regreso con ellos al rancbo. DlIrante
el dl:-J segnimos los trabajos del pllZO de reconocimiento.
Tiempo nublado sin lluvia; á las 5 p. m. 26°. Astié mala
dos pl1vas.
Viernes 14 de Julio. Fiesta nacional de Francia. Llue-
ve deade ayer á las diez de la noche, sin cesar, y sigue al ama-
necer. A las () y 30' a. m. 24°, á las 8 se serena el tiempo.
Los trabajos del pozo se signen todo el día. Dt:lbajo de la
capa de tierra vegetal y arenas superficiales, qne tiellen una
altura de 6 á 7 metros, empieza llDa estrata de arcilla calcárea,
arenosa, mezclada con cascajos, muy compacta, de color casi
uniformemente gris, azulado ó verdoso, y atravesada en partes
por venas Ó agllj as coloradas por el óxido de hiel'ro. Hasta aho-
ra la profundidad de esta zoua pasa de dos metros.
E-;t08 terrenos pertellecen á la época terciaria y son dep6.
sitoa acnmulados por las aguas diluvianas que han arrancado,
desagregado, descom ~.)l1esto las capas Sil periores sn blevadas
por la revolución metamórfica del periodo plntóllico ó ígneo
(terrenús primitivo8) en ]as cordilleras, pul veriz8ndo y arro-
llando los detritns dt:l las crestas, ó aflf)famieotos de las vetas
metalífera':3, Resnlta de esta acumulación secular, en nn in·
menso ! lallo, que no tiene si no nn decl i ve casi i nsigniticante t
sobre nna extensión de centellares de legllas cnadrada~, un de·
pósito enorme de alllviones á Ulla profundidad tal, ó sobre un
espesor tal, que la roca del fundo (bedrock), sobre la cnal na-
tural meIl te se han deposi tado, por moti vo de sn mayor peso,
la parte más considerable de las materias metálicas y de los
minerales preciosos, no puede ser alcanzada siuo cvo trabajo
largo, razonado y bien dirigido.
A las 3 p. m. empieza á llover; 29°. A las 4 p. m. 26°.
Sábado 15 de Julio Lluvia toda la noche. A las 9 a. m. 24()
Etn.pleamos la lllañ~na en flrl'llr Col O madera el frente del
- 111-

pozo qlle da contra la co~in?, pa~a ya de ?tlS mE!tros de pro-


fnndidad y recibe pocaR ll1filtracIOIles;, un ~le d~ ~gna que h~n
sacado esta mañana del fondo provema mas bien de la 1JuvIa
de la noche y de los chorros de la colina. .
Mi viaje á Qnibdó se resuelve, hoy por mútlvo de la ne-
cesidA d en la cual me hallo de terll1lI1ar ciertos aSlln UJS perso-
na les ' de traer aquí algnnos obj f tos que me son illditipensa oles
pa ra ~¡na perm ane ncia más largll, habien do traído esta vez
ún ic&m ent.e lo más preci so para lln OF 15 días ; poner en ~ e gn
ri j ad efectos y útil es que pertenecen á la Sociedad Ex plora -
dora de Medellin y á mi compañ ero oe expedición, AIf'j Rndro
D ieu, hasta Sil reg,'eso; y al mismo tiempo hacer val'lus en
cargos por cnel1ta de Astlé.
Este viaje será ex cesivamente cort,), y pienso estar de re·
greso á la mina á tines de la semana próxirll!l' Inmediatamen -
te después Je mi llegada se irá Astió á Q'Ilbdó, dejá ndome la
dirección de los trabajos.

CAPITULO II

Viaje á Quibdó-Agllaclara- U n baile de negros-La Ciéllaga- N avegaci611 en .e)


Atrato-Llegada á Quibd6-Regreso á la mina

Salido á las 3 p. m. de lA mina, llego á las 5 á Agllaclara.


pueblit\1 de unas diez casit t- s, todavía más miserables Je aspec,
to que ¡as de Bebará, sembradas sobre una extensión de unos
200 metros á orillas del caño del Rosario. Este riachuelo tiene
aquí de 5 á ti metros dp ancho y una pr(lfundidad muy varia,
ble, según el tiempo. Cuandolhace mncho verano las canoas no
pueden subir desde la Oiénaga que se halla una legna más
abajo hacia el Atrato, es decir, al Oeste. Al cOlltrario, cuando
lIneve, Cl'ec~ con rapidez y Ruiaga la parte illferior de los ran°,
chos del caserío, eddicadus todos sobre estantes. En este mo.
mento puede tener lIll OS 50 celltÍmetros en sn parte má., honda,
lo que es suficiente para b<tjar; varía, además, cvmo todas las
quebradas del Ch oc&, E.'n algunos momentos,
D esde el pUllto á dOllde hemos dejado el camino de Agna·
clara, para tomar, bHjo la gnía de un baquiano, la dirección
de la mina, la trocha signe b'lJ8Ildo sobre la margen izqnier-
da del Rosario y se mei(lra mucho; el piso es arenoso, con
cascajo, y pOI' consigniente menos barroso. La dista n cia too
t?\ de la mina de Santo Domingo á Agnac1ara es de 8 ki.
Jometros.
-112 -

A las 4 y 30' p. m. empieza un viol ento ag lacero y llega -


mos em papados.
L·\ ol'íentació :\ del riachl1elo es aq Ilí de E. S. E. á O. N.
O, q\IB es tamb ién la q \lj se sig ile g oll eralm ellte para llegar
aquí.
Me ocnp o inmediatarn3nte en alql1ilal' !lila Call 1)a y dos
bogas par ,.¡ \.w nerme en camino mañ(l.lla, pt3 ro la Illlv ;a, tnás y
más torrencial, /10 !na d ... j.'\ ha c:el' nada.
Esta noch e hay baile en Agnaclara, plJ r ter'cera vez en
estos tres dí as, y en el gran tambo á duude est y alojado'y
cuyo p()pietario se llama Fl'anci:lco l')erea; asi:sto á la toilette
de 5 ó 6 mujeres y !nllchachas negras. E.;t\)s arreg los y atavíos
no dllral~ meons de 3 hora~, de las 7 á las 10 de la lIoche, á
peSH qlle 11)8 adornos no me parece compüuerde de otra cosa
que de \lilas enngnas d-e zarazas de colores muy chillolleEl, qne
reernplaZ }lIl 108 Jlas dd fidsta. la parumrz de I():l de trabaj ();
la paru na es un larg') pedazo d~ franela ó bayeta, general ·
mente negra Ó aznlOSClll"O, que bajfl hasta la pantorrilla y se
envuelve alrededor de la cilltura, y 111\ pañlle lo sobre el pe
cho; las mnjeres no llevan sino e:ltas .dos piezas de vestir los
días de' iabo!'; los hombres aon más expedit,1s t,)d;;tvÍa: un pa-
ñuelo pa:iado entre las piernas y es todo j este p ,ñllelo se lla-
ma la pamp1Jnilla. Pero h ''y lHy ademág de la., enAglla ulla Q,

camisa blancd, sin mangas, muy descotada, y bordada de ne-


gro. E-;ta camisa es muy corta y no pasa de la ciJltura;
luég.) numerosos cúllares dd perlag de vidr'io, y pendielltes de
oreja y anillos mny relllmbrosos, algl1Jla~ veces de oro pal'a el
High-life. Se añflde sl)bre todo e:;to, y sobre las cab pzas eres·
pas, ríos de Agua Florida'y de K.aDang~, q ne son los dos perfn e

mes fa vori ti)S de esas señ.aras de la creme; y estáll en carni no


para el baile.
N ) hay que pensar en pe~ar los ojos durante toda la no-
che, pOl'qne el b¡lile tiene Ingar á algunos pa30s del tambo, al
otro ladn del cañ '; y el ritm o) ml)llótono y enel'vad,)r en ex-
tremo de 1\15 pas')B dobles del tamO III'. de la ti wta y de los pla-
till( ls, no ce5a un solo iD'Itclllte hacta el amanecer.
Agl13clara, por pubre qlle sea, tiene Sl1erte baio el aspec ·
to de la caceda, pl'úbablemente P')!' causa de la gran Laguna
qne tiene cerca. En La sola casa á donde estoy alojado veo
tt'aer durante la tarde, por la parte mascnliua, ulla gllagua, nn
paujil y una enorme turtuga de agua, qne pesa á lo menos 20
á 25 libras, y que llaman aqllí bacha. Con esto y algunos pes·
cados q ne se cogen con facilidad, no hay necesidad de traua-
- 113

jar mucho, y todo está. de lo mejor en el más pobre de los ca-


seríos. Estoy seguro que no se podrían reuni.· aq uÍ 20 pesos de
dinero en todo el pueblo. Hay en Agnaclara nnas cinco cabe-
zas de ganado intl'oducido por Urrao, Río Arql1.Ía, Isleta y
Bebará.
Domingo 16 de Julio. Llovizna durante la noche, y á la
mañana .está el cielo enteramente nublado; á las 7 B. m. em-
pieza á llover con abundancia, lo que atrasa la salida. Los bo-:-
gas que están cansados pOt' el baile y que 110 tiftnen gana de
moj arse, me proponen qne no salga hasta mañana, pero me
opongo enérgicamente y consiento únicamente en Bgnardar á
que el tiempo mejore algo. Por fin emprendemos marcha á las
9 y 30' a. m. Bajamos la q'uebrada del Rosario, que es bastante
rápida hasta su entrada en la Oi~naga de AgllHclara. Estamos
obligados á menudo, á abril' paso á la canoa con m~chete para
desembarazarnos de las palizadas y ramas de árboles caídos al
través del caño. .
,A las 10 y 30' entra mas en la Oiénaga, q lle es naa enorme
lagnna ó pantano que se derrama, ó se llena en ó con el Atra-
to, según el estado de este último. Este cenagal no es precisa-
mente una laguna, sino nna infinida-d de brazos, de caños, de ,
islotes y de charcos de agua estancada, que comunican entre
ellos y que se elevan ó bajan según la cantidad de agua del
cielo caída en la región. Es un verdadero laberinto en que es
necesario ser conducido po-r buenos bogas baqueanos qUé ca·
nazcan todas las vueltas, revueltas y callejones sin salida.
Dejamos á la derecha, es decir, más abajo, en la Ciénaga,
la ?üca del ~auchjgado, y lllégo, á la izquierda, ó sea más
arnba, relatlv'amente al curso del Atrato, la de la quebrada
Quesada. Es entre estos dos riachuelos que desagna el Rosarío.
Estos couaglles son muy ricos en caza de animales de
plumas, de piel y de agua: pavas, garzas, patos (de a!as blan·
cas), cnervos, palomas, etc.; guagnas, sahinos, (pecarís); los
pescados son mny variados: chicharros, bocachicos, dentoneEl,
m nj arras, barbudos, etc.
A las 12 y 30' entramos e'n el Atrato, y precisamente á
l~ sal,ida, de la Oiénaga encontramos una barquetüna: El Mu.
r~ndo, o grande balandra cnbierta, cargada de mel'cancías
que van de Oartagena á Quibdó.
Al entrar en el A trato, se divisa otra vez distintamente
la Oordillera del Arqnía y de Ourazamba, vista desde Bebará.
, Oomo los peone~ están muy flojos á consecuencia de los
3 dlas de fiesta segllldos que acaban de pasar, paramos á la
8
-114 -

1 Y 30' p. m. en el tambo de un negro llamado Hortensio,


sobre la ribera derecha y abajo de la Boca de Bebaramá.
El cielo ha quedado cerrado en su mayor parte- durante
todo el día, con ligeros aguaceroi. Desde las 3 p. m. empieza
á llover hasta las 8 p. m.
Lunes 17 de Julio.-Sigue lloviendo durante la noche, y
el día queda nnblado con intervalos de aguaceros.
A las 9 a. m. mi canoa cruza con la de los empleados de
la renta de aguardiente, qne me son conocidas desde Quibdó.
Como dos de ell08 debell regresar á este punto, y bnscar una
em ba rcaci6n, les ofrezco la mía y vol vemos á su bir j nntos.
Despnés de la desembocadura del río Bebaramá, pasa-
rnos I1delante de la del rÍl> Buey, que cae un poco más arriba,
á la iZljuierda. Este río debe an~tarse por los cultivos que se
hacen en SllS orillas elevadas y al abrigo de lafl crecientes y
por la cal idad su perior de la tiefl'3 vegetal de las márgenes.
AqUÍ hacen las rozas y desmolltes y Juégo siembran al
través de 108 palos caídos sill siquiera. quemar. En una de estas
aberturas divisamos un enorme tronco que arde y echa humo
b~j!} la Ilovia: me explican mis negros que este árbol se llama
choiba, que es. tan fiua su madera, que nillgún instrumento de
acero no la puede trozar ó cortar y q oe para hacerlo caer hay
que meterle fllego, pero tiene la particularidad de segoir al'·
diendo hasta consumirse tot·almente á ¡Jesar de ser verde y estar
bajo las lluvias; afíaden también que tiene la propiedad de
atraer los rayos eléctricos.. N u se debe confundil' el choiba con
el guásimo, cuya madera, una vez podrida, sirve de yesca á
los negros del Chocó y que llaman magué; se enciende á la
sola chispa de eslabón contra el pedernal.
A las 3 p. m. llegarnos al caserío de Beté, situado sobre
la izquierda, encima de un barranco elevado de 8 á 10 metros
sobre el nivel de las aguas. Se cumpone de unas 20 casitas de
las cuales algn nas son blanq lléadas; hay algllllos recursos y
podemos COIn prar carne, arroz, q Ileso, y un poco de pan de
harina de tl'igo lIorteamericano, amasado en Ql1ibd6.
Vol vemos á su bit' á las 3 y 30' Y IlegalJ~os á las 6 delante
de la boca del río PlllJÓ (afluellte de la derecha). N 08 apeamos
para pasar la noche en una cabaña situada en frente, sobre la
ribera izquierda.
Desde las 5 el tiempo se ha serenado algo, quedan<ilo
siempre nublado,
Martes 18 de Julio.-No llueve durante la noche y el
día se anuneia bueno; neblina al salir el sol y cielQ limpio.
- 115-

Salimos á laa 6 y 30' a, m. y paramos para 3lmorzar so-


bre IR playa izql1ierda en fl'ente de la quebrada Baudó Gran·
de (afluente de la derecha) á las 9 y 45' a. m.
Vol vernos á bogar á 18s 11 y 15'.
Recorriendo así las playas del Atrato ve uno con facili·
dad qne en realidad los habitantes viven poco de la agricultu.
ra y de las minas (no q niero hablar de los afluentes, sobre todo
de los de la derecha); la base de la alimentación es el pesca·
do, y la principal ocupación,desgraciadamente para el progre·
so y 1a prosperi dad del país, es la pesca.
A la noche, en los tambos ó ranchos, no se oye hablar de
otra cosa que de historias de pesca y de peces; algunas veces
de mordeduras de culebras, de curanderos, de los diversos
remedios buenos para emplear: la Ourarina, el guaco, la hiel
misma de la culebra equis, de la cual toman inmediatamente
10 gotas en nn vaso de agua y que no hay que dejar nunca
exponer á la 1uz; de la carestía del plátano; de algu nas rela,
ciones de cacería de saino ó guagua, de los indios Ounas, que
viven sobre las costas del Pacífico, es decir, al Occidente.
Estos indios vienen raras veces por aqní y son más adelanta-
dos y más industriosos qne 103 del Atrato. Los negros tratan
poco de la cosecha del maíz, de las cañas, de los aguacates, de
la fruta del árbol de]. pan,(artocarpo) qne se come cocido como
el chontadul'o; todo esto es escaso, poco abundante, y podría
estal' á discreción con solo t'HUal'Se la pena de sembrarlo.
En el bajo Atl'ato rozan y siembran maíz en Febrero,
Marzo y Abril; este maíz se cosecha en Septiembre; en Di·
ciembre siembran otra vez y recogen en Marzo. .
PerJ lo quo hace el principal objeto de las charlas y ve-
ladas, son los cnentos estúpidos de nna snperstición pueril.
Son mny religiosos, pero comprenden é interpretan los dog-
mas de la religión cató :ica á SllS modos y hacen con ellos nna
mezcla absurda de idolatría y de una especie de culto ab
solutamente indio. El diablo, la Virgen, las almas de los difun-
tos intervienen á cada instante en la vida diaria y en los
aS.llntos más vulgares, como por ejemplo, la mayor ó menor
velocidad de una canoa, y, cosa extraña, si la canoa va muy
bien y aprisa es que la empuja el diablo; además rezan lo mis-
mo al diablo que al Oristo ó á ,la Virgen, y les ofrecen velas.
Ojalá que los tres misioneros que hace poco han venido
á reCOITer estas region~s, ilustren algo á esta pobre gente cuyo
fondo es bueno y lleno de candidez,
A las 4: y 30 minutos paSClm)8 delante ele la b )ca del río.
116 -

N egllá. y á las 6 y 30' p. IIJ. hacemos alto sobre la oril1a iz o


ytiierd r , en frente de la qnebr;.¡ da del GllayRbal (aflnente de
la derecha). Hay que renulIciar á alcanzar á Qllibdó hoy, pero
llegarem'ls mañana en ny temprano.
El día ha oido espléndido y la tarde q lIeda lo mismo.
Miércoles 19 de Julio.-Cdsi nada de Ilnvia durante la
noche y la mañana magnífica; el río ha bajado 1 metro 50
centímetros. Salida a las 5 y 45', llegada á Qnibdó á las 8
y 40' a. m.
D~ modo q ne se puede cal cn la r q ne se necesi tA, si n per-
der tiempo y conbnenos marilleros ó bogas, 2 días y modio
para ir de Agnclclara á Quibdó.
IlílíledilltHménte á. mi llegada mo apresuro en despachar
los ~t:mllt(js que tengo ellcargados y los míos propios y espero
poder vol vel' á bajé\!' mañana.
Jueves 20 de Julio -Embarco á las 12 y 45'. A pesar
que ha llovido ayer y dnrante la ñ()che, el Atrato está muy
\l1ermajn, lo que es muy bueno para subir pero desvelltl'ljoso
pam bajar. porq ne la corriente es mellor. El día y la tarde son
excelentes, y a~ruvecllO para navegH. r á la luz de la hlna -has-
ta las 9, hora en que paramos eu el mislTlo lilgar á donde
habíamos pa:3ado la noche del 17 al 18,- á la boca del río puné.
Apenas Ikgo estallan, CO.Il extrema v'iolencia, la lluvia y la
tormenta q \le l3e a llU nciu ban ya desde hace dos horas por re-
lámpagos coutinnos.
De modo q ne hemos baj ado eA ocho horas el tayecto
que habíamos su bido en trece. .
. Viernes 21 de Julio. Oumo lo he dicho más arriba, subre
las orillas del Atratn, en general, hay poca agricultura y lrs
poblaciolles que lo habitall se inclinan de preferencia, para sus
siembras de ma1z y plalltaciones de plátanos, sobre 108 ríos
afluentes cuyas orillas más elevadas. las ponen al abrigo do las
anegaciones frecuentes, COliJO pI ,r ej emplo, en el río Buey.
Por lo tanto 110 se debe, á primél'a vista y sin reflexióll, acusar
á los rihereños del A tI'ato de pereza y de incuria porque
BllS playas estáu y quedal áll probablemellte, hasta que
se canalice el río, cubil rtas de bosqnes, interrnmpidos so
lamente á largas distallcias pOI' dimiulltas plantacioues de ca-
ñas de azúcar que únicalllente pneden rcsistir algo á la inmer-
sión y á la humedad continua prodncida por las crecientes. El
banallero y el maíz se pudreu, sc dl'sprendel' de la tierra y se
pierden. El río Atrato ofr~ce quizá':! sobre sus playas un terreo
DO tan fértil como las del Nilo, abona.das sucesivamente cada
-117 -

afio por sns crecientes pel'iórli ca8 q ne vier.en en épocas fij 3S,
cortas y conocí 1::1.8. Pero el Nilo, despnés de estas innndacinrH'A
mansas y bonéficas, á largos intervalos, vnelve á ent.rar con
calma en Sil lecho para no salir sino cnando han recogido ya el
fruto de sus desbordamientos. D esgracind:-unente las c!'ecien
tes del Atrato no tienen regla ni época y S(lT1 sometidas nI pnrn
capricho de la naturaleza, sin que cálculo algnno pueda pre-
verlas. Ouando tienen lngal\ con frecuencia con extrema vio-
lencia y rapidez, el río d(Jshorc1a de todos lados. cuhre SIlS ori·
llas, llena todas lasl Rg unas y ciénagas CJIlC lo flanqllean de los
dos lados en toda la extensión de sn trayeeto desde Qnibdó,
represa sns aflllE'ntes y cnbre todos SI1S r,n 'tivoR.
Allí está todavía nna de laa ventHjas enormes del Andá
gueda, la conformación de sn valle pone sobre casi todo Sil
cnrso, al abrigo de cnalqnier creciente, lo que existe en sn
vecindad (1).
Por est~ motivo -" las riberas del Atrato no serán nnnca
agrícolas hRsta que el río eRté canalizado," lo qne qnizás pne-
de tardar todavía algunos siglos.
¿ Pllr qné lIO vemos en las pll1yas del bRjo Atrato altas y
hermosas selvRs cerno en la8 del Oapa, del An9áglleda ó del
San Juan? más bellas deberían ser todRvía por motivo del cli ·
ma más cálido, siendo menos a!to y q ne SllS terrenos son más
ricos y ll 'ltritivos porqt1f-l la CH!),i:"I de tien;\ vegetal es mucho
más espesa que en las region es ::tlt::\s de estos otros tres ríos á
dunde !R roca de fondo (bedJ'ock) está algnnas veces ~n la su ·
,perficie á consecuencia de la violencia del arrastre de las
agnHs antignas; pero la hl1l\1 edRd, la innndacion, lR podre-
dnmbre y pntr-efacción continllHs, impiden nna vegetación vi·
gorosa y duradera. Los m'lntl'S que (lrillan el ha}) AtrRt p , SOIl
más biel} el prodncto de la ferm ent::lci ón bajo un sul Je 35 á
40 0 , qne la de \lna vegetaciÓll salla, y las plantas qned::\1l la
mitad del año con las nlÍces bf:l.ñadas el! un cieno IÍqnido y
recalentado.
La tormenta cesa hacia laEl 12 y el cielo qneda mny nn·
blado dnrante la mañana) peru el día pasa sin llnvia. El calor
es sofocante.
Salida á las 6.y 1.5 a. m.; las agn3s signen IlIUy hajas, lo
que segnrnmeilte llTIplJ 8 al vHpo r Atrato snLir en estlls díf:lS
como Bn ce de a' veces. P i:u'am\)s a, Ins 12 .Y 15 !Jara al mUJ'Zill' en'
el mislllo punto donde habíall}(Js p"sadu la Iloche á la subida '
Y va l vemos a' nclveglir a, 1a 1 p. m. '

(1) Véase nuestra obra: Exploración en el Alto Chocó, publicada en la Imprenta


Nacional-Bogotá, 1895.
-118 -

Entramos pronto en ]a Ciénaga, que ha cambiado de as·


pecto por motivo de las agnas muy bajas.
Pescan también en estas lagnnas, ademál3 de los peces
que he oom brado más arri ba, II n pez ~rande llamado tabuche
y que alcanza con frecuencia de 70 á 80 centímetros de largo
y de 15 á 20 lí bras de peso; lo cazan con harpón.
No se encueIltra el manatí (manatu8 americanus) sino en
las lagunas situadas más abajo. después de Riosucio. E ste ce ·
táceo da fácilmente de 3 á 400 libras de carne que llevan á
Qnibdó para venderla. Esta carne es agradable cnando es fres-
CH, y recuerda la del atún. El cuero muy espeso sirve para cor·
tar de él rebenq nes y látigos m lly fiexi bIes y de m llcha dura-
ción; me parece que este cuero podría emplearse en Europa
para otros llSOS industriales.
Los caimanes snben hasta por aquí y los hay en esta Cié ·
naga y algunas veces han atacado los potros (canoas pequeñas)
sin pJ od ucir accidente hasta ahora; la gente de aq llÍ eU8ndo
va á pescar siem J9re lleva también la peq neña escopeta de un
cañón, que usan en todo el Ohocó, q ne se carga por la boca y
con fnlrninante ó fósforo en la chimenea, y el inseparable ma-
chete, de modo q ne han podido ser del'rotados; creo, adendls,
sin haber visto todavía ningnn o en esta ciénaga, gue son de
tamaño pequeño. Hay también, y en mayor abundancia en los
ríos, la badilla, variedad del caimán pero menor, que es lo mis-
mo que la baba de Oasanare; este aoimal cs tlsa perjuicio á los
ribereñ lls porque es mny aficionado á las gallinas.
En el pueblo de Agaaclara no pueden tampoco conservar
ningún marrano, por motivo de los murciélagos qne se hallan
en tal cantidad, que lo sangran hasta la última gota. Ha habi.
do también perros vneltos completamente anémicos y muertos
al cabo de pocas noches; por este motivo es necesariu no dor-
mirse uno sin estar completamente protegido por una especie
de mosquitero ó toldillo, precaución que observan siempre to-
dos, los negros, no precisamente para los mosquitos y zancu-
dos sino sobre todo para los murciélagos.
Tenenws bastante dificultad para snbir el Rosario, con la
necesidad á cada momento de empujar la canoa á brazoEl,
de cortar ramas y palos; uo hay agua casi y empleamos el do-
ble del tiemp(l) acostumbrado. Por fin llegamos á Aguaclara á
]as 5 y 30' po' m.; cinco minutos desp\lés principian la lluvia y
la tormenta, que han amenazado dnrante todo el día.
Inmediatamente contrato 108 cuatro peones que necesito
para trasladar mañana á la milla los víveres y efectos que
traigo.
-119 -

Sábado 22 d~ Julio. No he podido ponerme en camino


antes de las 9, y com~ de las cuatro cargas hay dos muy pesa-
daEl, no llegamos á la mina de Santo D ,mifl~o sino á las 2 p.
m. A la mitad del trayecto encuentro á Astié q na me espcraba
hoy.

OAPITULO III
N uevo~ ensayos-Sandoval-Los nJurciélagos-j Enfermo !-Llegada del america-
no - En busca del "Carmen"-Separaci611 y legreso á Quibd6

Durante los siete días de mi ansencia hall hecho en la


mina trabajos importflntes en vista de los pocos hombres em-
pleados (dos ó tres á lo más). Alcanzaron al bedrock á nna pro·
fnndidad de once pie!:l. Esta roca de fondo, de color negruzco, es
gneiss, con fnlgml' nt0s de conglomenüo del periodo 19l1eo; el
paydirt (ó cascajo qno pHg}l, es dldc¡", cintA anrífer~), tienc aquÍ
apenas ona pulgada de eS\WS0r. Astié ha hecho cavar tlD el
bedrock á una profulldid::ld de 12 pies más para darse cuenta
si deb, jo de esta primera c::lpa no se encontraría nn primer
1

depósito de arenas auríferas ó detritl1s dejados por la conmo-


ción del período cretáceo. A esta hondnra se snspendió el tra-
bajo, lo ql1e da al pozo nlla profundidad total de 30 pies. El
paydirt lavado sobre I1na sllperficie de 2 metros clladrados ha
dado 3 castellanos de oro COIl nn 25 por 100 de platino. El cas-
tellano pesa 4 gramos, 6, y vale actualmente en Qnibdó $ 4-80 -
y 4-90.
El ditche (aceqniA), qne conrlnce el agna sobre el lugar
del cateo ha sido completamente refeccionado y lirnlJiarlo. Los
Hlreded("'es del rancho han sido desmontados para facilitar la
ventilación y disminnÍr la bumedaJ, sohre nn radio de 30 me-
tras; han mejomdo los pasos sobre algullos puntos de la mina
y renovarlo a Ign nos pllen teci tos. Astié ha hecho además cier-
tos estudios sobre los terrenos vecillos y me dice haber halla·
do señas de bnen agüero para el pnt'vellir.
Domingo 23 de Julil)- Fuerte Iln via d n rante toda la no-
che, á las 6 y 30' a. m. 23 grados. Sigue lloviznando casi todo
el día; á las 4 p. m. 26 grados.
A pesar del tiempo, después de almnerzo vamos los dos á
visiblr la mina de Sandoval,qne Re halla á 1,500 metros al Este.
Hr\ce seis meses Ull individuo de Urrao, Wellceslao Ri-
vera, .~io principio en .~sta mina á algnnos trabajos de pre .
paraclon y de prospeccwn (ensayo) bastante importante, que
-120 -

abandonó 1négo, sea por fal ta de fondos, sea por la pobreza


del resultado de los cateos, después de haber atacadó única-
mente nna parte reducida de una fuente. Esta mina es extensa
y parece ofrecer ci~rtas ventajas para la eonducción de las
aguas sobre el lugar de la explotación.
El bedrock presenta la misma formaci6n que en doude
hemos hecho el primer cateo (gneiss) y S8 halla á 12 Y 15 me-
tros de profundidad. Podemos examinado sobre una super-
ficie de algunos p}es cuadrados y completamente limpio, al
pie del ataque de Wenceslao. En general las formaciones pa-
recen las mismas que las de Santo Domingo con una capa de
arenisca, la cual no existía en el pozo del pri mer reconocí-
miento.
A las 4 p. m. llegan cuatro mujeres de Agnaclam y á
las 6, Narciso, el mayordomo de los peones, regresa con uno
de Berbará, lo que eleva el efectivo de trabajadores para oota
semana á 2 hom bres y 5 mujeres.
Temperatura á las 2 y 30': 29°. Llueve durante todo el
día y Ja nóche.
Lunes 24 de Julio-Temperatura á las 6 y 30' a. m. 23°.
Los murciélagos nos persignen é importunan mncho.
Astié está mordido en tres partes en la cabeza, á pesar del
mosq nitero. U no de mis perros ha sido sangrado ya '7 ú 8 ve-
ces y si no alcanzo á protegerlo de nna man era ú otl'a, aca-
barán con él. Le acuesto conmigo debajo del toldillo, pero se
)evanta d~ noche y se sale y entonces aprovechan la ocasión.
Cosa extraña, á los otros dos perros no les h3.n he cho nada . .
A la tarde volvemos á Sandoval.
Nos informa un peón -que el vapor ha pasado el sábado
22 delante de la Boca del Arquía y que por consiguiente debe
haber llegado con probabilidad á Qnibdó el domingo por
la noche. En vista de este dato Astié se irá mañana, por Be-
hará, á Quibdó.
Siguen las lluvias, temperatnra á las 4 p. m., 26. 0
Martes 25 de Julio-Se vá Astié dejándome la dirección
de 108 trabajos durante su ausencia.
Sigo Ulla nueva prospección, nn poco más abajo, sobre la
frente Oeste, al pie del rancho. Al momento que tocaremns el
bedrock y que sabré á q l1é atenerme, em pezaré otra en San-
dova!.
Hacia la puesta del sol estámos invadidos por una nube
de comejenes, alados, que llenall la cara, las orejas, los ojos, la
ropa,caen en todo y lo cubren todo. Cuando el comején adquie-
- 121 -;-

re BUS cuatro alas negras, que se desprenden al menor soplo,


es qne ha sonado su hora postrera. Se sabe qne es este peque-
ño insecto, especie de hormiga blanca, más redondA, qlle des·
tl'llye en est0s países las mercancías, las maderas, las t~las, las
provisiones, todo, en una palabra. N () se puede, por ejemplo,
dejar nn baúl cerrado 3 meses, sin encontrarlo lnégo, en ge-
neral, enteramente vacío. ,
A las 3 y 30' 26°.
Miércoles 26-Signe'n la~ IlnviaR dnrante la noche, y á la
mañana, nn peón y !lna de las mujeres están enfermos de fie-
bres, el peón que se ha ido con Astié no ha regresado todavía.
De modo qne sobre 6 individuos DO h~y más que 3 al trabajo.
Hago forrar el pozo número 2 corr.o el número 1, temperatn·
ra á 6 Y 30' 26° (lluvia). _ ~
Juves 27 de Julio-El cielo se despeja, temperatura á las
6. a. Ill. 24 G •
Un peón está atacado de violentos cólicos, nna mujer de
fi t>bl'e, y una de las mucla.achas ha sido gravemente sangrada
por el mllrciélag\), en la cabeza.
. A la tarde siento nn fnerte aoceso de fiebre, y cometo el
error de no tomar inmediatamente s.ulfato de quinina, limitán-
dome á seguir el tratamiento homeopático con nuez "órnica é
¡peca qne había nsa do en BebHrá; pero 110 me produce ningún
efectD y la fiebre aumenta durante la noche.
A las 2 p. m. concluyen de limpiar el pozo número 2
sobre la peña y 110 se recoge casi nada. La profnndidad es me-
nor de 1 metro que la del número 1. Hago, por consiguieIlte, ,
. abandonar este trabajo y mando la gente á Salldoval 'para re
feccionar el dam (estanque), las acequias y conducir el a.gua
hasta el diqn,e, ó especie de esclnsa (batardearu) qne se halla
cerca del rancho de Sandoval, y de donde se podrá repartir el /

agua.
No pnedo acompañar los peones, impoBibilitado com ple-
tamen te para tenerme sobre mis piernas.
Temperatura 11 a. m. 30°, al sol 39°, á las 3 p. m. prin.
cipia la lluvia.
V2'ernes 28 de Julio-La noche es clara y el día se al] nn~
cia sin agua. Los peones regresan todos á Sandova!. Estoy casi
tan mal COIllO ayer, sill embRrgo V(IY á la mina y empiezo á
levan tal' u II peq \leño croq nis de terreno. Hacen las refecciones
necesarias y empezamos á desmontar una frente en la parte·
S.nr.y al cllstado del antiguo trabajo de Wenceslao. He esco-
gIdo este punto porque es virgen con toda seguridad y presen.
-122 -

ta ventajas por la disposición del terrello si hubiera nn poco


de oro.
Arreglando la acequia matamos una culebra yaruma.
A la 1 y 30' sombra 33°, á las 3 fuerte tormenta que dura
algunos miuutos no más.
Sábado 29 de Julio-Hoy la fiebre nocesa y no puedo
levantarme.
Domingo 30 de Julio-Llueve mucho durante la noche.
Estoy algo mejor á fuerza de quinina. Van cuatro días
que no cómo absolntamente nada, me quedo sóio en ellrancho .
Se va Narciso á cazar y pescar en el Tauchigado, y la cocinera
está moliendo maíz en Sandoval, en donde hay una buena
piedra.
El estanque de esta mina ha reventado cerca de la esclllsa
y toda el agua se ha escapado.
A la 1 p. m. vuelve Narciso con 10 libras de pescado,
pononos y chicharros, cogidos al anzúelo. No ha visto otros
animales. Lluvia y viento.
La fiebre se cal ma algo.
Lun"s 31 de Julio-A pesar Qe las promesas hechas, nfldie
vuelve á trabajar, ni hombre ni mujer, y quedo solo con Nar-
ciso y la cocinera. Sin embargo, á la tarde vienen 4 y nna
mujer. Me dicen Bue en Bebará el comisario no deja venir la
gellte porque la emplea en]a refecciólI de la capilla en vi~ta
de la próxima llegada de Jos Reverendos Padres. Estos peones
han venido á escolldida¡;¡.
Martes 1.0 de Agosto-Estoy algo mejor. Todos van á
trabajar á Sandova\.
En la veladAS del rancho, los peones, como es costumbre
aq ní, cuen tall ru i I historias de encantos, so bre las viejas m¡nas,
y Sanrloval tielle Sil leyenda: ulla culebra enorme que habi-
ta allí una cueva y no permite que se toque á una cierta parte
de la mina: g'16rda allí un tesoro; Salvador, uno de los peo-
nes, dice que sabe exactamente dónde está la culebra. Se
oyen también ~ veces rnidos de cascajo, piedras entrechoca-
das, risas. Etecti va mente, Narciso q ne había trabaj arlo allá
sólo ayel' afirma <Jl1e vel'daderRmente para resistir se necesita
tener el corazón bien puesto; ha oÍtlo los rnidos m~s extra-
ños. Ha habido cOllversación hoy muy tarde sobre este tema
en el rancho.
Pur cierto que el pnnto, sill necesidad Je ser ellcRnta~l.o,
no debe ser mlly sano: nn peón llegado ayer cae tambleu
atacado de fiebre en la mañana. Es el cuarto fn ocho días
80 bre seis personas.
-123 -

Vienen 2 trabajadores más de Aguaclara.


A las 3 p. m., fnerte agnacero.
Miércoles 2 de Agosto-El efectivo de la mina sube ahora
á 7 peones y 1 mujer.
Llneve con abundancia desde las 3 p. m. y toda la noche.
Jueves 3-Las Hgllas de lluvia llenan el estanque y faci
litan el trabHjo. Espero IlegC\r á la peña á principios de la se·
mana entrante. H¡:¡y mncha tierra qne quitar: 9 metros.
A las 10 a. m. llega Astié y Mr. John W. Pace, IngQnie·
ro de los Estados Unidos, que ha trabajado varias minas en
Califllrllia, estaba últimamente empleado en la construcción
del Ferrocarril de Bnenaventura á Oali ; había qnedado últi·
mamente enfermo en Qnibdó de nna úlcera en la pierna.
Astié me lleva nna carta de Alejandro Dien, mi compa-
ñero ele exploración, fechada ell Bolívar (Antioquia) el4 de Ju -
lio; por este motivo no contiene ninguna noticia importante,
no habiendo podido todavía saber nada sobre el estado de la
Sociedad Exploradora del Chocó, antes de llegar á MedelJín.
Astié lleva 6 cargas de vJveres: carne salada, arroz,
paJ.las, fríjoles, chocolate, café, azúcar, queso, rancho (conser-
vas en latas), kerosene, manteca, sal, tabaco, etc.
Viern es 4 de Agosto - Pllce se encarga de los trabájos.
Llueve toda la noche, tiempo magnífico en el día; matamos
tres pavas.
Sábado 5 de Agosto-La mayor parte de los peones se
van, quedando 3 únicamellte. Termino el croquis de las dos
minas. Este plano va á ser mandado á París, á la Sociedad.
Domingo 6 de Agosto-Lluvia abundante noche y dia. A
la tarje llegan 3 peones y 1 IlJlljer, más el viejo negro Cruz,
que cOl\ocÍamos de Bebará. Es de los úllicos qne conozcan
esta mina y h~ya trabajado en ella en el tiempo do los antiguos,
como dicen aquí hablando del tiempo de la esclavitud. Conoce
todos los rincones y secretos de la mina; parece un esqneleto
vivo.
Lunes 7 de Agosto-Lluvia toda la noche. El nuevo en-
sayo no se anuncia rnny bien; el bedrock no tiene oro casi
sobre la snperficie, hay Illl poco en el caliche. Astié y Paco
recorren la mina con el viejo Orllz: los lugares á donde esta-
ba el antiguo pueblo, desaparecido hoy totalmente, las casas
edifi~ios de la explotación, el ca~ino que conduce de aquí á.
la mIlla del Oarlllen al Bebarama, casi borrados y cerrados.
Matall 3 pavaF. Pace es mny buen tirador; mata con su
rifle Winchester, es decir, á bala.
-124 -

Martes 8 de Agosto-El viejo Ornz regresa á Aguaclara.


Ahora oesde que ha venido Pace, no voy casi.á la mina y me
quedo en el rClllcho, poniendo en limpio la larga relación de
mi exnloraciÓIl del Andágneda y del San Jnan, para remitirla
al Gnbierno Nacional. Me ocn po además en la distribución de
lAs raciones, en vender los víveres á los peones que se alimen-
taTl por sn cuenta, I::lS cuentas, los pagos, todo lo qne se I'e·
lacione en ger.eral con la administración y la contabilidad de
la explotación.
Miércoles 9 de Agosto-Habiendo dado malos resnltados
los últimos ensayos y el agua faltado en los estanques, despa-
chamos algunos trabajadores.
Astié se va á las 10 a. m. para Qnibdó, por más de un
mes; probablemente irá á Oartagena. Me qnedo con Pace.
Este comienza la abertura de una trocha p'lra buscar la mina
del Oarmen, sobre la quebrada Oarmen que desagua sobre la
derecha, en la Qnesad H. La dirección debe ser entre S. y S.
S. E. Alcanzan la q'uebrada Qnes::lda: ésta es más grande qne
el Tft\1chigadó y qne el Rosa' rio y tiene má" corriente.
A la tarde recibo por nn peón una carta de Ast.ió que
me pide algo que había olvidado y que le llevará el peón á
Qnibdó,
Viernes 11 de Agosto-Pace signe sus exploraciones para
hallar el Oarmen, sin éxito ; trae 2 pavas.
Sábado 12 de Agosto-El yankee está muy cansado por
sns correrías; su llaga de la pierna ha vuelto á abrirse y le
hace sllfrir.
Mando pescar en el Tanchigadó y me llevan algnnos po'
nonos y chicharos, y una t o rtl1g~ pequefia de 3 libraR.
Domingo 13 de AgostO-Ul)illO sncede todos los domingos
desdt:l q!le est'-lmns en la mina, lIneve á cantaros dnrante todn el
día. A lgnnos peoneA qne han ido 3 cazar loe traen nn perico li·
gero (Bady-pus tridactílus), cuadrúpedo de Crill{lS mny espesas
y larg!\s del tiimaño de nn oso hormiguero, al cnal se par~ce
por el color, la f. "'ma del cuerpo y las nñ as Iarg Bs, agudas y
encorvadas; pero la cabeza es redonda, el hocico corto y
las patas y manos tienen la planta mucho más alargadil, en
lugar. que el oso horrnignero tiene la cabeza estrecha y alarga,
da eJ hocico pnntiagud(),la planta redonda. Veo en la Geogl'a-
fía'4e l doctor 1\LlIlllel Ul'ibe A., e!'te Rllim:::ll cl:.l~ific!\Oo ~T1tl'e
los deddentados, pero é to tielle diellte~ y dos cnlllli ,I():- fllel !es
de O. m. 15 centímetros. Pesa como Ullas 20 libJ'!\s, Sil altu-
ra, de pie, es de 40 centímetros, y el largo del cuerpo
- 125-

O. m. 70 centímetros. Se ve que ,este animal está conformado


para vivir continuamente en los árboles, tU compañía de 108
micos, de quienes tieDe, además, la fisonomía. Los peones
diceD qne su carne es de buen gusto y sana.
Lunes 14 de Agosto-Pace sigue con dos peones buscan·
do el Oarmell (1?) Vuelve á las 4 sin haber encontrado ningún
rastro, Ha matado dos pavas cantonas (más gruesas del dvble
de las otras), ya va la docena ell los diez días que él está aqlll.
Desgraciadamente, como las ha tirado al principio de la j(Jr.
nada, las dejaron co lgadas de una rama para volverlas á lle-
var á la vne!tn, y no hRll hallado lnégo UlHS que \lna; segu,
ramellte alO'úl1 Z , I! ro Ú I ,trl) alljlllal cal'LllvúJ'o se lluvó la otra.
Marte~ 15 de' Agosto-A las 3 p. m. vnelve Pace COIl
sus cnatro }Jeone ~ , pOI' fin han hallado la mina; fue una mnjer
del Bebaramá q ne los guió. La miDa 110 le ha gustado. Oree
qlle uo hay Ilada que hacer por aql1í, y decide Sil salida defi·
nitiva para Quibdó, para pasado mañana.
Yo tengo que quedarme aq ní na tnJ'3 l mente, puesto q ne
así lo he prometido á Astió. Voy á hacer COllstrulr un 1 ancho
en el Carmen y hacer allá cate()s.
Miércoles 16-Salgo á las 6 y 15' pIna la mina del Oar-
men, y legamos en hora y cnnrto; distancia, 5 ki1ómetros.
Veo que Pace IlO ha sido muy hábil en SllS pesgt.isas, porque
desde el primer día atravesó la quebrada del Oarmen, que se
enCllentra exactaluente al tercer kilómetro en dj[< ccjón S. S. E.
del Oampamento de Santo Domingo. N.o hay más que subir
este Cl1ño durallte unos dos kilómetros, atravesarlo, es decir,
pasal' sobre ls orilla izquierda, y cae uno sobre la mina. En
lugar de hacer esto Pace ha continuado siempre, y á pes9r de
mis indicaciones, hasta 1& q'l.tebrada Quesada, remontándola
rnny arriba en 811S cabeceras, y dejando Biempre el Oarmen
á espalda, es decir, al N. O.
La mina se E'xtiende durante un kilómetro' y medio hasta
una elevación del terreno de Hnos 10 metros, que es la. parte
todavía sana del punto; t< du lu demás está completamente re-
movido, cortado, rajado por acequias, canelones, pi zós, etc.
Al píe de la colina se ven los trabfijo8 qne ha ejecutadu aquÍ el
Sr. Eladio Ferrer, hace algunos ~.ños) y qne según dice la gen·
te y d,ice él mismo, no le fueron mal. Ha hecho pOZOfl, de los
cuales dus comuuicaban por un socavón que pasaba deba-
jo de la primera peña ó bedl'oek. ESt.l mina entra completa.
mellte en la cattgoria de los d7'?f minn~'ng es decir,de las minas
de aluviones cubiertos. Oomo aquí no hay que esperar ningún
-126 -

desagüe ó tonga para las aguas de infiltración que deben ser


muy abundantes, son indispensables bombas ó norias. E. Ferrer
tenía dos de ellas funcionando día y noche. No veo ni pnedo
estimar exactamente, porque todo está derrumbado, la profun.
didad de la segunda roca de fondo, q ne natural mente es la
más rica, pero según me parece debe estar á lo menos á 16
pil s. En todo caso y agu:-\rdando el regl'eso de Astié, puedo
siempre empezal' una prospección, hacer construÍr un rancho,
limpiar 108 estanques y Igs canelones, rozar y desmontar las
tierras superficiales. Dudo muchl) qne se pueda tampoco esta-
blecer aqní un monitor, porque:no veo nillguna pendiente ni
evacuación para los taillings (detritus ó ripios).
El estanque está ventHjo'samente situado en la parte alta
J virgen, á unos 300 metros al interior de la fuente. Necesita
refección.
Escoio el lngar del rancho que p0r necesidad debe estar
cerca de nna agua viva, en terreno seco y plano; me rl suelvo
por nn pnnto en la orilla derecha de la ql1ebrada, á la entrada
misma de la mina~ y á Ull kilómetro de los trabaj()s. Vllelvo á
salir á las 8 y 15 para Santo Domingo, á dOllde llego á las 9 y
30 a. m,
Pace mata n n "ti tí" (Sahinus Sciurus)¡ peq neno cuadrúpe·
do, medio mico, medio ardilla, con uñas articuladas, piel muy
suave, de coior gris; una ardilla (e3 la tercera que se mata),
nn "Diostedé" (ó paletón), q ne es el sexto, y n na pava (13°)
Se ve qne para nn cazador la mina de Santo Domingo es más
ventajosa que para nn minero.
Jueves 17 de Agosto-Se va Pace para Quibd@, por Agua·
clara, á las 6 y 30' a. m, con dos peones que llevan su equi-
paje, los otros van al Carmen á construÍr el rancho, Me quedo
solo. Pace piensa establecer algún trabajo en el Andágueda y
le doy cartas de recomendación para Ragadó,
Ayer terminé la copia de la Exploración en el Alto Oho"
cÓ ~ en q ne m e be oe u pa d o más den ti m e s,
Al anochecer recí bo n na larga carta de Astié, que me da
varias instrucciones tocantes á los trabajos de la explotación y
administración de las minas; me ruega encarecidamente que
me q nede y me promete m llchas ventHj as,
El peón q ne me Ilevr la carta me dice que el va p6r ha
pasado ayer delante de la Boca de Bebará, de modo que en la
hO"fa presente Astié debe estar ya en Qllibdó.
Viernes 18 de Agosto-Signe la construcción del ranc~lO
del Calmen, pero según las indicaciones q ne me hace Astlé,
me quedaré en Sánto Domingo hasta su regl'eso.
- 127-

Sábado 19 de Agosto-Los peones vuelven hoy del Car·


men á las 4 p. m., el rancho está conclnído, más grande y
mejor acondicionado que éste.
Domingo 20-Las lluvias paran hoy por fin, no han ce-
sado casi 11i día ni noche, desde hace 5 días y la sel va y las
trochas están empap~das y chorreando. Todos los peones y
mnjeres se van á pasar el día á Bebará ó á Aguaclal'a y me
q nedo solo á mi gran satisfacción con mis perros. El tiem po
queda muy bueno hasta las 3 p. m. Temperatura, 2 p. m. al
sol, 38 9 ; sombra 32°.
Vienen algllnas mlljeres negras á quienes yo hnbía encar-
gado traerm e pall ula, plátanos, pescados y maíz para mis ga-
llinas (tengo 3 y 111} gallo), pero no han podido comprarme
nada. Es siempre lo mismo en Bebal'á y en Agn8clara, no
hay nnnca nada, y fnera del pr0911cto de la caza no sé de qué
vive la gente.
Alas 4 p. m. regresa Narciso de Bebararná; me lleva
algnnos plátanos. Hay la misma distancia de Santo Domingo
á Bebaramá que á Agnaclara: dos horas de Camilla. El ca·
mino que se signe es el q Ile acabamos de abrir hasta la mi-na
del Carmen, se continúa lnégo derecho al Slll', atravesando la
Qnesada; la diatancia del Carmen al caserío de Bebaramá
sobre el río, es quizá algo más corta que la de Santo Domingo
al Cal'men. De modo que si se jniciara una explotación en el
Carmen, tendríamos ventaja y economía en que . se haga el
tráfico por el Bebaramá, más bien que por Bebará ó Agua·
clara; además de ser mucho más corto, e,l camino es mejor.
Lunes 21 de Agosto-Hago empezar los trabajos de una
aceq nia desde el estanq ue de Sandoval. La parte más q ne-
brada del terreno por donde pasa deberá ser cavada, por lo
menos, 2 m. 50 centÍmetl'<Ds de profilndidad sobre una longitud
de 40 metros para que las aguas tengan declive. El alJcho del
canal será de O m. 75 centí metros. El largo total de esta ace·
quia pal'a empatar con el otro existente, es de 250 metl·os.
Al mismo tiemp0 hago arreglar definitivamente la trocha
de Santo Domingo al Carmen, construí .. una cocina adjunto
al rancho, abrir camillo entre éate y la mina, y poner un puen-
te sobre la quebr«da.
Al anochecer vienen dos negros de Bebaramá á com-
prar tabaco; ya estamos ahora en comunicación fácil con este
río 9ue va ~ ser de ~l'an recurso para l~ Empresa en personal
y VIveres, Siendo mas poblado y cultIvado que el Bebará.
Desde el rancho mato Ulla pava, c~n la cual me confecciono
un exquisito asado.
-128 -

Marte8 22 de Agosto-Lluvia, los mismos trabajos que


ayer. Caen enfermos dB fiebre un peón y la hija de la cocinera.
El vapor pasó anteayer, domingo 20, bRjalldo para Carta-
gena_ Gentes que vienen de Agnaclara, me dicen que han
visto á Astié en el vapor.
Narcis0, que vnelve del Oarmen, me dice qne ha visto
cuatro" tatabros" á veinte pasos; como no tenía arma bajo
la mano, no ha podido hacer nada, y mientras corría para
bllBcar su lanza, dejada en el rancho, desaparecieron. Esta
hubiera sido magnitica presa, porque la came de estos paqlli-
dermos (especie dejaba lígB ó marr11tlOS de monte) es exquisita.
M1'ércoles 23 de Agosto- OOfltill1l31l10S innndados por
constantes agnaceros día y noche. Un peón está tan ellfermo,
desde hace algnnos días, que lo decido á irse antes que em-
peore y se ro nera aq nÍ; lo hago lle,var por otros dos. Los ví-
veres se van aCRbando, y pronto tendré qne despachar los
últimos tntbajadores F~)I'que no telldró nada q ne darles.
. A las 9 y 30' a. m. llegan Astíé y P ace. Estoy muy sor·
prendido de verlos: creí al uno en vía para Cartagena, y al
otro, en el -AIldágneda. Los tmbaj os van, por consigniente, á
volfer á . empezar con nuevo impulso. Astié trae muchas
jJrovisioIles.
Jueves 24 de Agosto-Todos los trab ajadores se van per-
q ne es la época de cosechar el maíz. Qnedamos, por consi·
guiente, solos los tres.
A las 8 a. m. llegan 11 individuos, negros naturalmente,
hombres y mujeres, de visita del Bebaramá. Son mineros en
la Quesada. H oy están de fiesta porq lle es la Sa n Bar to lo (1!)
Pace mata dos pa vas.
Inqnieto, desde hace mnchos dí as, sobre la existencia de
la Sociedad Exploradora del 01wóc: de la cual ign oro la suero
te, siendo su fundador, y obljgadü á pensar también en mi
propio porvenir, resu elvo ahora, que ha regresado Ast~é con
sn compañero y que mi presencia no le es indispensable, se-
. pararme definitivamente y regresar á Qnibdó.
Por lo tanto, hago avisar á AguacJara que me manden
dos peones, para q.ue me lleven mi equipaje.
Viernes 25 de Agosto-Scllg o á las 9 y 30 a. m. y llego
á Agnaclara á la 1 y 15 p. m. (3 horas y 45' de camillo, y 30'
dCJ pal'adá).
. EIl el viaje mato una pava. Uno de mis perros queda
gravemente herido en el antebrazo, por tilla lIlordednra de
tata bro con el cual se pone á 1uchar en el tIlOO te, sin que yo
- 129-

lo pueda ayndlir. El tiempo es buell0, por m-ilagI'0, pero la


trocha muy húmeda y pántanosa.
Los peones de la canoa, qne son los mismos qll0 han ve-
llido á buscar el equipaje, no qnierell salir hasta mañana, y
tellgo qne confMmarrne.
Sábado 26 de Agosto-Empezamos á bogar' á 13s 7 a. m.,
flO sin que los dus marineros hayan dfjado encendidas en la
capilla dos velas á San Antonio por la felicidad del viaje.
Con la esperanza ~ ir más aprisa escojo un potro en 1tl·
gar de una canoa, pero~ffiO Dada porqne el mal tiempo
noa pára cada ta~de á las 4 ó á las 5, y nos impida navegar al
anochecer.
El primer día hacemos escala á las 4 y 30' en CavRsé
bajü un agnacero fel'Oz que dura tuda la noche, acompanado
de II na violenta tormen tao
Domingo 27 de Ag()sto-Salida á las 6 y 30' a. m., para·
da á las 5 y 30" pasamos por los desecl~os de Tallglly y de
Payna, que son dos brazos del río, que acortan mucho el tra-
yecto en lugar de segnir el curso )Jrillcipal, pero qne son de
una corriente más rá¡..>ida.
Lunes 28 de Agosto-Salida á .las 5 y 30' a. m., 11('gada á
Quibdóá lasJ p. m. DJ modo que en esta vez he empleado má~
tiemp<J q ne en la otra, 36 horas de na vegación •

. • 4'. '.'
DE QUI BDO A BOCOTA

(1893)

CA PITULO 1

V.n el retiro se forma el' talento, y ~


Cl\l ácter en el torrente del mundlCl

GOETHE

ltl plano de Quibd6-Memorial al Dr. RClf"ei NCíñez-A bordo del Atmto-Di.,...


tancias y calles~Napipi-Las cordilleras del Darién-RíosllCio-Nos van·
mos-E1 Golfo de Urabá-Llegada á Cartagena.

Estaba perplejo en Ql1ibdó s(ILre el rumbo que debfa t6,-


mar: si regresar á Medellín, ó hipn irm'e á CartRgena y Ba-
~otá, cnando el 31 de AgoFto de 1893 recibí de mi compafíé·
ro de expedición, Alejandro Dieu, nna carta fechada en Meda-
llin el 7 de Agosto, anunciándome con precauciones y carin.n.
(porq ne sabía la pena q ne me iba á cansar), la m nerte defini-
tiva de la Snciedad que un afio antes yo había fundado en la
capital de Antioqnia.
Ya no había que vacilar: resolví írme á Cal'tf!gena pOl' et
próxirr)t) viaje del vapor Atrato, con el objoto de vel' al Dr ..
Rafael Núñez y de presentarle mis trabfljos pidiéndole su apo-
yo y protección para continuar mis exploraciones en Co-
lombia.
Mientl'as tFnto me distraigo lev:lntRJldo un plano de Quih...
d6, del cual ofrezco nn ejemfJlar al Sr. Prefecto de la Provin-
cia del Atrato.
M e contesta la CSl'tH si gu iente:
- 132-

.-~¡ República de Oolombia- Departam,ento del Oauoa-I)'l'ife


e-
tnra Provin cial del Atrato - Quibdó Septiembre 11 de
J893 '

of f Sr. -n. Jorge Brisson, Ingeniero Civii~-Presente


, Al mismo tiempo que su atenta carta fechatla el 5 de íos co ·
áfico
Triente s, be tenido la satisfac ción de rfcibir el plano ·topogr
de esfa ciudad que usted h~ tenido la b1ndad de levanta r y re ,
mifrm e.
" A nomure del Gobier no que represe nto, 1~ doy á u~ted la
hacer
máol expresi vas gracias por el interés que u!'ted tornll para
~onoeer est~~ regione s por los habitan tes de otros países.
" Dios guard6 á usted.
Rafael Conto"

El vapor está atrasad o h we ya m Hchos días. Hoy sá-


bado 16 Jtl S3ptie mbre llega á las 2 p. 111. Y el m ;ércolet:l 20
.ter.go la sati~f~cción de em barcarm e.
Voy portad or del memorial signien te, firmad,) por varias
. person as ni tables de Qllibdó :
"Quibd6 , Septiembre 15 de 1&n

¡, A Su Excelenc ia el Dr. Rafael Núñez, Pre~idente Titular de la República


. de c.'
lombia- C artagena
,. Los abajo firmado s se atl'even á recome ndar á la at.ención
y á la benevo lencia de V. E. al Sr. D. Jorge Brisson , Ingenie ro _
_Civil de Francia , que acaba do explora r las regione s del Chocó
'!
e preseIl tar á V. E. los trabajo s qlle han sido el resul'a~
.8e propcn
rlo de estas explora eione8.
"Tenem os la mayor confian za, en raz6n á lo que hemos J>Q-
pafs,
-dido observ ar desde un año que el sf'ñor Brisson recorre este
.que sus inform aciones en general pueden ser de un gran prov\'.
rcho para (\:lomb ia.
,; A pesar que el stñor Bris"on se J'ecomi enda por pi mis·
mo y por la obra que somete rá al esclare cido critel io oe
V. E.,
s ql1e es inútil hacer e-ta re~petu o~a manife staci6n para
'Creemo DO
l a prosper idad V el progres o de nu.estl'a patria colomb iana.

"TIBER I ' ) CArlAV ID - FLORR;N TINO BARRIE NT,)S - RAFAT<~ L


CONTO -EDU ARD) M ' )R~~N ' )- VWT 'R M . GARGI \. V., ETC . ET O."

Empez arnos á andar á las 8 a. m. Entre los pasajeros se


eneuen tra A .. tié, que va á Oart ' g~r1a á buscar El! Stñ0ra y
uiñoe.
-133 -

Boca del Npguá: 10 h. 15' a. m.


Beté: 1 p. m. .
El Capitán me facilita coph de las distancia3 en milla$
de QI1ibd6 á Cartagena.
De Quibdó á Negná .......... --.- . ,•• _ ... . 10 milla$
Da Negná á Paína ...................... . . 4 ídL
DI;) PaiDa á B\:lté ................... , ........ , . 22 íd.
Del Beté á Bebar'á ........... ......... 10 íd.
ó ......... .

De Bebalá á Brazo Inglés ..... __ •• . ft _ _


2 íd ..
----

De Brazo Il)glés á Arql1Ía. ____ ..... ____ ...... 4 íd ..


De Arquía á T'gre ____ ....... --~-.oo .... --,,_ 11 íd.
De Tigre á Bnchadó ____________ ....... ___ _ 9 íd .
Dd Btlchadó á Pacl1rucnndó ............. ___ _ 12 íd~
De Pacul'llcundó á Amaya .. ___ ... '" , ......... . 7 íd ..
De Ama-y!l á Guayabal. ............... . 7 í·t
Dd GI19yab ti á los Braz,)s.............. . 9 íd.
De los B,·ll'zOS á N api pí ............... . 5 íd.
De N apipí tÍ Opogad6 ................. . 13 íd ..
De O¡)ogadó á Montaño ..•.............. 17 ídL
De MOlltaño á Cnrbaradó......... . .... . 10 íd.
DJ Ourbaradó á D llllingod@............ . 13 íd.
De Dumingodó á Ríosncio ...•........... 9 íd.
De Riosncio á Cacarics ................ . 28 íd ..
Da Cacarica á U,'abá (cabecera del B,'azo del
J.Je Ón), . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . .. 16 í d ..
Distancias de Qnibdó á las . : Bucas del Atl'a-
to ................................ , .. 2-12 íd ..
Del lll'abá á B')ca del León (Golfú de U rabá). 18 íd.
Dd Boca del L~ón á Turbó. . . . . . . . . . . . . . 7 íd ..
De Ttlrbó á la hla Fl1erte . . . . . . . . . . . ... 92 íd.
De la. I~lfI , F'~lertf\,á Cispatá .. : ..... , . . . .. 28 íd ..
Dd Olspatít a Toln . . . . • . . . . . . . . . . . . . .. 16 id ..
De Tul ú á Pasacab 'lllos . . . . . . . . . . . .. ... 51 Ío.L
D~ Pasac<lhallos á Cartsgena. . .. . . . . . . . .. 9 id.
Distancia de L·\s B )cas del Atrato á Cartage
na .. . ... , .... ' ...................... , ....•. 203 íd.
Distancia trJtal de Qnih t4 ó á Cllrtagena: 445 millas, ósea
en leguas gralladinfls de 5 ki:ómetros á la legl1s, 148 legnas y
1 ki lÓllletro.
Se da el nombre de calles á las sinnosidades trazadas por
el río cada vez que (bligan al boga á cambiar de orilla cuan,·
do sube la corriente.
A continuación va la lista de estas calles, dclsde Qutbdó
basta las B()cas.
.....;. 134-

1 QtlibUó. 2 Mnl\guidó. 3 _El D"iablo. 4 Guayabal. 5 Ca·


:eaguaL 6 B',cas de N t'gná. 7 Curíq nido. R Paioa. 9 ÚJmbím ·
robora; 10 Cumbimbf\r ita. 11 Tanglli. 12 Tal1gnicitn. 13 Bau·
dó. 14 Bandocitn. 15 B'\rranca. 16 Pnne. 17 Ulavijó.18 Beté .
.~ 19 Cabacé.20 Matamoa. 2l Bebal'amá. 22 Tancbigadó. 23
· Bebal'á. 24 Br'azo Itlglé:!. (1) 25 P edo· Blanco. 26 Achuarl'a, 27
· Achuarri tao 28 Tr\gachí. 29 A.rq nía. 30 Oclbeza N -egl·q. 31 El
'Tocino. 32 Ipurl'á. 33 , Mal\debaz'll. 31: El Tigre. 35 Tigreci.
't oo 36 La Red, IIda. 37 La Bala. 38 Bllchadó, 39 Oahecera del
,.Brazo. 40 Píe de Pacnrncl1f1dó. 4l J ellané. 42 J 8ne'lecito, 43
.Amaya. 44 Partadó. 45 Te badá. 46 Mal'l'i. 47 LH Vijía. 48 Na·
garadó. 49 Guaoalitn. 50 La Ocibecera de los Brazos. 51 Napi-
pÍo 52 Buen R\j~iro. 53 Mlll'riel. 54: Murrielíto. 55 Opogadó. 56
La Isleta. 57 TdUOS 103 días. 58 V lleltas de M..JlIt<lñ l. 59 La
Boca de M. >utañ ,), 60 L ~)3 Mddios. 61 Onrbaradó 62 El Li·
-...món. 63 Sulorza. 64 La Mariua. 65 DomingndÓ. 66 La Redon·
, da. -67 P;mentel. 68 Oaravajal. 69 La Bilba. 70 M:msilla. 71
. Sicllela. 72 Qniparadó. 73 Rio~ncio. 74 La Plaza. 75 La Ma·
". zamarra. 76. Guacllco claro. 77 La , Larga ..78 Lns IlldiGs. 79 La
l Hoda. 80 La Mllerte. 81 TIIHlsradocito. 82 Las Medias. 83
La cOl'c(,bada. 84 Oacarica. 85 PlI lg .tS. 86 El Tirado. 87 Sd.ll·
tata. 88 TLlrnarado Gr tode. 89 El Lf'óll. 90 Sl!nbradel'a. 91
QuitaSllۖ0. 92 BarbacoaA. 93 Coco Grande. 94: C()q II ita. 95
Pavas. 96 Oandelaria. 97 T,Lrella.
D dj~mos á B 3té á la 6 y 4:5 p. In.; tiempo mag 'lítico y
~alor muy fuel'te todo el día.
A las 10 y 30 p. lll. nos varam 1:3 8ob,'e la ori lla izq uierda .
' ~lgunos m~tros má:3 abrtjo de la dll~elJlb.)ca,Jllra del Tagachí.
E:3te acci'dellte se debe á lllla ma la malliobra del piloto. Se
·trabaja toda la noche ell tl'aflsjJlJl'tar el cargame[)to, que se
'compone casi únicamente de palo de mora (2), á la pOIJt\, Y eu
llacel' tr3bélj Ll' LB negl'l)s en proa pi:U'é\ aislal' el vapl/l' del cie·
· no en el cual está ¡Jruf\lIId<\!ueute enterrad,). P,Jf fOl'tlllla nos
llVaramos precisamente en el InO"M b
en d()lJde se hallsn algullas .
'~asas, COil la CirCUl1íStancia q ne edtátl celebl'a nde) UIl casalOlen.

(1) La calle llamada Brazo Inglés lleva este nombre en re ~ue\'(lo del combate
"I!lue tuvo lugar en este punto elltre dos barcos de piratas ingleses. Estas ;io~ embar.
'.lCaC1GneS que navegaban en conserva se ~epararoJl [-'ara entrar cada ulla en nn brazo
:delIío, creyendo S111 duda que eran Jos aguas diferentes; la neblina era muy espesa
' en este momento y parece que cuando los dos buques llegaron á divisarse otra vez,
.creyeron recíprocamente habérsela con algún enemigo y se batieron á cañonazos.
(2) El palo de mora vale actualmente en el bajo Atrato $ 6·40 la toneldda, ya en
Cart.agella Sf' vende á i 30. La tagua vale $ 1-60 á $ 2 el barril; el barril pesa.
..250 libras, lo que reslIlta á S 16 la tonelada.
-:-.135 -

to, de tnodo que los negros on n~mero de 109 ,12" s~, pon,en" á
la obra mediante la promesa de una bu.ena retrlbuClon. ,
j~"eve8 21 de Septiembre-Por fin á las 11 y 30 p. m-o el
vapor está desem barazado y á flote; hemos q nedado varados
12 horas. Salimos de Tagachí á las 12 y 30 p. In; 200 metrf\8
más abAjo desagua el río Arq nía y el Atrato está mt.s estrécho
unos 100 metros que delante de Ql1ibdó.
A las 12 y 55 llegamos á Bllchadó, en donde hacem0s lefia.
La leña se mide aqllÍ por burro que vale 50 pies cúbicos y
cnesta $ 1-60.
Desde este punto no se encuentra ya más qne raras caba-
fías, á largas distancias, casi nillguna agricultnra; el Atrato se
desparrama más todavía sobre SIlS costa", formando en todas
partes c~m los ríos aflnentes inmenaas ciénagas y lagunal3, en·
tre las cnales existe poca tierra firme al abrigo de las inunda·
<:liones, lo que prohibe todo tl'abajo de campo. Los habitantes
no vi ven por consignieute más q ne de la caza y de la pesca y
<le lo q ne les prod uce el cancho, de mora y la tagna; á pesar
qne esta última ha bajado considerablemente del ¡Jrecio sobre
ios mercados, el precio á gue se puede COIll¡.>rar aquí hace to-
davía remuneredora su exportación. El canime (copaiba) se
pl'odnce con más abundancia sobre las orillas,del Baudó.
Di visamos grandes compañías de gill'zas, cuyo copete y
cnla tienen, corno se sabe, gran valor en Enl'opa: vale actual·
mente en París 1,000 Ó 1)200 francos la Iibm.
Dllrante las horas que hem(ls pasado vuados examino en
detalle n llestl'() peq ueñn vapor q ne pertenece á la " Colom bia
Navegation & Oomercial Co," que es la misma qua sirve en
el do Sinú. La longitud es de 33 metros 12 centímetros; ancho
. {) metros 76 c~ntimetros; prl.¡fnndidad 1 metro 54 centímetros;
volumen de Rglla desalojada 87 toneladaFlj carga 50 toneladai\;
máquina de doble hélice, fuerza 38 caballos vapOl' con con -
densador.
A las 5 p. m. pasamos delant.e del punto en donde estaba
situado en el tiern¡Jo de la dominación española el pueblo deTe-
bada. Es un completo desierto desde hace 40 }lñ ·)s.
. A las 6 y 45' IIpgiltn03 á la Vijía del Fuerte ó antigno
Fuerte en la boca del río Mnrl'Í, constl'nído pOI' los españoles
para la defensa ,del ~trato durante la Revolnción ,y destl'nído
h0y; nn poco mas al'l'Iba se halla el ¡Jequeño pueblo del Glla-
yabal (2~0 habitantes). Hacemos leña y embarcarnos mora.
HaCIa ei anochecer y mucho antes de Ilegal' hemos podido
<>bservar á nuestra derecha, es decir, al E:;te, los cenos de
-136 -

Maní, cordil1era elevada y de-aspecto arisco y escarpRdo, det


otro lado _de la cual fe hAlla el Frontino. Hemos navE'gado á
razón de 8 á 9 millas por hora.
Viernes 22 de Septiembre-A 18 mafiana nos dal:lOS me-
jnr cnenta de la posición del Guayabal, enteramente rodeado
por todos los lad ..·s de ciénagas que deben hacer su clima poco
sano. AquÍ vienen muchos indios del Boj¡;¡yá y del Mlll'lÍ á..
vender cancho.
Salida á las 7 y 40' a. m.
Sobre estas playas bajas y pantancsas, en estas inmensas
Iwledades esperábamos ver al caimán y al tigre, pero nnestra
esperanza se halla fI'11str~da. Sin embargo dicen Cjue hay mu-
chos. Nos .cuentan ~dgnl)as particularidades sobre el odio que
se tienen el tigl'e y el cai [I1án. Parece q ne cuando el tigre al·
canza por un ~alto á poner la mano sobre IIn caimán, éste-
qneda tan espantado qne no hace un solo movimiento,.
y se deja despedazu la, par te Sil perior del lomo, veci na de la
cola" que es la que apetece más el tigre; cuando el tigre ha
comido sn presa favorita, snelta al caimán, qne con frecuen
ci~_ vive toda vía y hoye. inmediatamente al río en donde
generallllellte acaba de \l.Iorir de su herida.
Pero el caimán se venga ferozmente del tigl'e cuando
puede, y desgl'aciado del felino q ne atra viese el río por nn ca-
pricho cualy niera; pero édte por lo general hace esta opera-
c.ión con precaución y tiene buen cuidado, antes de botarse al
agua, de llenar el aire con EUB rngidcs con el fin de atraer á -
los caimanes que por tropas lo aguardan en las aguas. Cuando
~ree haber conseguido rennirlos sobre un COl'to trayecto, em-
prende UDa carrera rápida hacia arriba y atraviesa sano y
ialvo·.
Utilizan los grandes colmillos del caimán para hacer estn·
ches para la yesca. En el Magdalena las ablandan con un pro-
ducto químico y fabl'ican con ellos pequeños objetos esculpi-
dos: alfi eres, prendédores, sortija~, ete.
La velocidad media de la corriente del Atrato, desde
Ql1ibdó, es de 3 millas por hora; entre la Vijía del Fuerte
y Río&ucio, baja á 2.
A las 10 a. m. pasamos dela::te de la boca del río N apipí,
que es con el río Bojaya que desagua 12 millas arriba, el ca·
mino más corto para ponerse en comunicación con el Oceano
Pacífico (Cupica, los Limones), en dad días de camino. Esta
dtstancia tan corta ha pro\'ucado á menudo desd9 aríos la
- 131-"

idea de un Oanallnteroceánico, canalizando natflralmente una


Je las bocas del A trato.
A las 2 y 20' p. m. llegamos á Cllrbaradó, alguDas c8sa8 t
iFlmensa ciénega. Paramos hasta las 3 y 25 p. m. para rcco-
ger leña.
Después dd On baradó el aspecto C211l bia de más en más:
gandes horizontes 80 bre la gll nas y esteros interiores; lis nos y
sabanas pantanosos de un verde de esmeralda, en medio de las
cnales se ve á veces "asa r \l n nElgro en canoa q lIe parece pati.
n:u sobre IH hierba; á lo lejos, al Oeste, la línea azul de las COl"
dillE ras del Dal'ién ; nna fuerte brisa, que sería suficiente para
remontar la corriente á Iq vela, modera el ardur tro}Jical del
sol; el ancho medio del río es de 200 metros.
Vegada á R~o Sucio á la 7 y 5' p. m.; el pueblecito de-
250 habitantes está situado sobre la ribera derecha y está edi·
ficado EObl'e una fllja estl'echa de terreno detrás de la cuals&
abren cenagales qne cornnnican con el río. L~s aguas, dllrante-
las grandes cl'ecientes, van arrancando poco á poco el depósit()
de aluviones sobre el cnal está la población y la obliga a$Í des
de algunos años á mudarse á medida. El ancho del Atl'ato es
af.}uÍ de 350 á 400 metros. Un poco.más aniba y á la derecha,.
dtsagna el RíOSlICio, qne toma sus cabeceras en Alltiuqllia al
N Ol'te de Dabeiba, y et'tá furmado p0 r lus ríos Cl:lñas (inrdas-
y F~l'olltino. El Saldaqui desemboca á la jzqni~rd3. El país es
maleaBo, muy palúdico y plagado de mosquitos. Sólo la ambi-
ción del lucru PllPde hlicer vivir aqnl á un blanco. .
Sabado 23 de Septiembre- Pasamos una noche pé~ima
por motivo de los tnoEquit08, que no' respetan ningún género
de toldjllo. E.,tán en tal abundancia '111e entran en los ojo~)'
orejas, ropas: todo eetá plagado. Astié compra por $ 3 una
magllifica piel de tigre de 1 metro .60' de lal'go de la ~xtremi·
dad del hocico hasta el nacimiento de la cola. Me dicen que
hay muchos por aquí y de gran tamaño.
Salida á las 6 y 30' a. m. A las 12 y 40' a. m. p9samos
delante de Tumal'tlcó Grande. Las ciónagas se pre3entan más
freCllE'ntes todavÍi\ y más inmensas.
A las 12 y 15' entl'a mos en el brazo de León, q ne !lO tie·
ne nada de ctJmún con el río León, con el cual no comunica. Los
moutes que todavía se veían sobre algnnas partes de tierra
firme han desaparecido ahora completamente; no hay lúás
que inmensas extellsiones de plantas y malezas pantanosas y
de hierbas acuáticas; el horizonte se desarrolla á pérdida de
vista hasta las Cordilleras del Darién al N. O. El ancho det
Brazo es de unos 100 metros.
' . - 138.-

f ", Estamos en la Boca del ríp á las 2 y 25 p. m . .Y por cooei·


glllente eA el momento de entrar en el G()I fa de Ura bá ó d~l
,Dal'ién. El B,'azo signe primero la dil'ección NOI'te, lllégo N.
E. Y por úl timo desagua al Sur; su trayecto es de 2 horas, es
decir, de 18 millas. Tllrbo, que no se ve porque no está sobre
la c1,sta, pel'o 500 metros adentro sobre 11 n peq !leño caño ó
brazo, está al S. E. á la sal ida del Golfo hacía el Oceano, al
Norte, es decir, casi al opuesto de la dirección qne se sigue
para ir á Turbo, que llaman también PisisÍ.
Al mo!nento de franquear la barra nos varamos, y nos ve-
mos obligados á ag\]ardar la marea de la noche para que n08
V0nga á flute.
. El tiempo es encant.adol' así como el paoora ma q ne tene-
mos á la vista, N os distraemos en pescar al anznelo y coge-
mos al momento aIgll110S bagres de lihrl' y libra y media.
A las 5 p. m. se levanta una fuerte brisa; tiempo cla-
ro; luna llena.
Estamos á flote á las 8 y 15' \J. m. Fllerte marejada y bao
lallceo, casi todos los pasajeros caen ellferl11os. Llegada á Tul'-
- ho á las 9 y 50' p. m., quedamos anclados á 150 metros de la
playa y no vernos 11 b801 utamellt~ nada de la población (250
habi tan tes), eoterameute Dcnl tao Es aq ni donde se halla el
re8gl1ardo y ponemos en tierra los dos gnardas que acompa·
ñan al vapor durante todo su viaje en el Atl'atn. E~t()s lugares
tienen fama por el contr'abando qu'j all1 se hacía tiempos atrás,
y se hace todavía Creo á pesar de la vigilancia. .
Domingo 24 deiSeptiembJ'e-SaliJa á las 2 de la madl'ngada;
á las 5 y 20' a. m. estamos á la vi3b\ de Ptlnta. Arenas, pasámos
delante del Cel'l'o del Agnila (Puntr. Oarivan,,), cabo y ct)lina
roqnizos qne se terminan en una c~dena de esc01108 á fl.,r de
agua que se prolonga al Norte, en el mar, á distallcia de una
legua. El tiem po es excelell te y el mar bonanci ble. .
-A las 3 p. m. di visamos la I~la Fuerte, sí tnada á 7 m1
Ilas de la costa, en frente de San J nan de la Rada. La su per-
flcie de eata isla defend1da por escollos de todos los lados (dti
allí su nombre), puede avalllarse en t legua cnadradH, 200 ha·
bitantes. MnchoB cnltivos de cl:lña de azúcar, baoanerlis y co-
coteros: se hace nn importante comercio de COCO¡;l. Echamos
el ancla á 150 metros. El agua es tan tranq ni la y trallS~al'bnte
que se distingue admirablemente el fundo ta~isado de corales
(3 brasas y media); el aspecto es mny ameno y recuerda ya el
de las pequeñas islas de las Antillas. Hacemos leña. Es lIues-
tra última escala antes de C.:1rtagena.
·~ 139-

Marcham()s á las 7 y 15' p. m.


/ Hacia las 9 p. m, pasamos en frente del golfo de Morros-
q ni !lo (B .ca del río Si n Ú. Puerto de Cis~ata, Tolú).
Lltnes 25 de Septiembre'-H;1cic\ las 5 de la madrugada
entramos en el B:'aziJ de Barbacoas, largo caño, estrecho, tor-
tuoso y de olor nanseabundo, Iimpiadu á la draga y I'odeado
de grandes palltallos cnbiertos de malezas. Entre la isla de
Barú (S;Ulta Alla) y la costa este canal Ilev~1 el nombre de Es-
tero, y se pro~onga ell tre la isl a de T181'r;.¡ BJ1l1 ba y la costl1;
es entre estas dos islas d Jnde se halla el Castillo de San Fernan-
do y una (L~ las entrc\das de 'a B ,hla 11F~ se llama B )cachica,
pOI' op()~ición á la otra entl'ada (elltre Tierra Bl)mba y la isla
misma d,Hlde está coo~trllída Carta~ell(l)'y q ne llaman Boca-
grande. S,.bl'e la derecha y L~l\tes dd entrar en la bahía se deja
á la derecha del E itero el peq ueño pueblo de Pasacaballos.
A las 8 a. tu. desem bal'eamns en la ci ndad de Cartagen-a
de IlIdias.

CAPITULO 11

Cartagena-Aspecto gener~d-Ternperatura. Paseos-El plano-En marcha par~


Bogotá,

Voy inmediéltamete á visitar 3lgun~s personas que me


pueden ser útiles: el Sr. D. Enriq ne Román, Gobernador
del Departamento d e Bolívar, Gabriel E. O'Byrne y Antonio
Araújo L., Directores de El Porvenir, El adio F'el'rer, Enri·
que Escobar, negociantes, etc. Elltre todos, el que toma más
illterés por mi causa es el Sr. Enrique R 'lInán, que examina
mis trabHjos y jllzg;.¡ qlle en vilita de la im~ortancia de ellos
debo ir yo mismo á preselltarlos al Gobierno Nacional, en
Bogotá"Gracias á la ¡,Hütecci6n del Sr. Gobernadol', pued0 pre·
sentar mis respetuosos salndos al Dr. N úñ(:z, q ne está muy en
fermo desde hace varios días 'y me recibe, sin émbarg 0 , con ex-
trema bondad, cOllversando conmigo más de una hura.
. .Para faciJitarnle de un mildo delic do y sin ofender mi
dIgnIdad, el m,¡do de llegar decelltemellte á BlIg ttá, el Sr. Ro·
,~án me eucarg:-t la COl\stl'llCció() de nn plano de UartHgella, que
eJecllto en dos semallas.
CMtagellá ha sido nf,tab!emeltte mejflrada y adornada
desde h ,. ce l-llgn/\Os (lños pOI' i\llp()rt~lltes trabHjos. pero. ha
cOllservado sin embargo Sil antiguo as~ecto d8 cindad espa·
f

-140 -

no'a; fas viejtl8 y col08ales murallas que la rodean, las iglesias.


108 balcones con miradores, han gnardado el carácter de la
Conquista.
La vida es cal'a por motivo de la bail1 continua del pa-
pel moneda. El cRfltellano de oro está á $ 6-40 papel. El mal -
el?tar es general. .
La temperatura es muy pesada y más elevada que en
Ql1ibdó. Hay muchos mosquitos y es imposible dormir sin tol.
dillo. Dd noche, ell las piezas, la temperatura no baja casi de
29 á 30°, con puertas y velJtanas abiertas; y á medio día el ter-
mómetl'O marca 35 y hasta. 381>. J llegan á la roJeta y al baca-
rá en varios _e~.taU'ecirryieutos l,úblicos y á puertas abiertas
sobre la calle. La prostitnción es libre tambiéfl.
Se puede decir q lIe Cartagena está constl'uída sobre una
isla, está rodeada por el mar, de todos 10s lados y no se une
á la tierra firme má~ qn€ por puentes (Espinal),
L~ línea del ferrocafl'il qne debe ir hasta Calamar (sobre
el río Magdalena), no pasa hasta ~hora de Tllrbaco (22 kiló '
metrO!') Cl)
Rl3cibo la visita del Sr. Dal'Ío A, lIenríqnez, que viene á
proponerme una fxcnrsión para examinar minf's de carbón y
de petróleo, qe las cuales drce qne es propietario y qne están
situadas en el Bajo Sinú (San Atldré~, hasta L~ Rada). Como
estoy resuelto á irme á B ')gotá, pa~o el a811nto á A!'tié.
Existen tam oién en ebte momento, en el Sinú, dos Com pa -
fíías, la 11 na francesa y la otra americana, para explotar y -ex-
portflr maderas de cO(lstrucción y de ebanistería (amarillo
blanco, id'em osen 'O, careto colorado, ídem amari 11o, aC(ji-
tuno, etc.). .
Voy COIl frecuencia, al anochecer, á PE searme en los art'a-
bales de la Popa y del Cabrero, y veo qne Cartagena, que
tiene unos 20,000 habitatltes en su casco ft)ftificado, se ex-
ti elIde m tlcho afuera de las murallas q ae lo encierran, y del
lado del continente. E-ta parte es nna aglomeración de cotta
geBy de casas de campo y recreo, de estilo inglés, C,Oil p~r­
ques y jardines, del mejor a~pecto, Se ve el confort al Ifltertor
de la~ ca33S abiertas á la brisa de la Iv)Che, L'\ morada del
Presidente de la República es ulla linda casita de campo, de
aspecto sellcillo y aln~1l0 y bay en ,las cercaní,as de, Cartfjge~a
infinidad de otrl18 qnlntas -de partlculares, mas lUjosas y mas
grandes q ne B'¿ Oabrero.
(1) Esta vía férrea está terminada y entregada al servicio desde 1895,
- 14:1 -

Visito también la Biblioteca PúhlicR, bien orgalliz:lda,


pero pobJ'e; no h,lY UIl solo mapa C(H,,)gl'á~ ¡ :o del D J~)(Htamen'
to de .B ¡lívar sillo el antigllo de 18GB, y rllogú 'l plano de oar -
t agena. '
Los paseos y parques ~ , úblicos son muy Lien conservados
y ag r ad!1hles; la~ calles SMI limpias y el puerto ha g~n!ldo in ,
men S Rment~ con la construcción del ellorme muelle de la Ma-
china.

oAPITU LO III
E l Canal del· Diqne-Calam ar-L'Is di st a ncjas~ Momp6 s -EI Banco-Puert o Wi];,,/
ches-Puuto Berrio-Llegada á Yeguas.

Me em barco á las B y 45 9. m. el viernes 13 de Odu bre, ti.


bord \) del Oiudad de Oa1'taqena, v. por que pertenece á la
&, Cvrn¡,HlñÍci. de N <l.vegaciólI del Magda lena por el D iq llf>."

Ei D ,qne e~ una especie de cañ,) ó brazo del Río Magda·


lena, ell parte natural, en pal'te artificial, es decir, cavad{} y
li m piado por dragas. E"3te cc\na 1, q ne tiellO 32 leguas, ha costa-
do fllertes Sllmas al G ,)bierno pal'a impedir que se cerrara .
Caerá probablemente en abandono el día e1l q üe esté term ¡-
nada la vía férrea de Cart:lgena á Calamar; no tendrá ya ra'
zón de ser, pues los pasa1eros y mercancías para el Magdalena
y recíprocamente para Uartagena serán conducidos en f~l'ro­
carril.
El D iqne tiene á veces 300 Ó 400 metros de ancho y Inégo
precisamente el paso para el vapor. H<ly pocos pllotqS habi-
tados eo las orillas, mlly fling ,)sas y pantanosas.
Escala en Santa Helena: 3 Ó 4 ca~as y una hacienda.
Sa ven machas aves; garzas, pOnCh)8 (el chigniré Je Ca-
tianal't:') por bandil8 de 12 y 05. '
A las 5 y 30' ¡J. m. Ilegamo3 á S,)plaviento (4 la izquier-
da), E"tani slao (á la.derecha); vulvernos á caminar á las J1. ~). m.
Sabado 14: de Oct'ubre-A las 12- y 15 de la noche lIegá-
mos á Ca lama r, á dond e baj:w los pasaj eros para Barranqlli -
lIa. La dis tallci a de Calamar á B:lrrallgn illa es d e' 21 legllas y
med ia.
El diqne prin ci pia al IFld o de l pH eblo y sale del1YIagda-
le oa, qne tiene aq ní lln 0 3 450 metros de anch 0.
E"itam o'3 obli g adds á aguardar el correo de n '\r/'an Clll i Ila .
debe venir con el vapor l!.cuad01', qlle va de Barranqnilla ¿
Cartagena, y vicev0rsa por el Diq neo
- 14.2 -

Temperatura en Calamar á lag 7 a_ m., 290


Calamar, situado sobre la ribera izquierda del Magdalena
y del Canal del Digne, tiene unos 2,000 habitantes; las calles
80n anchas, derechas y sin empedrar, formadas por peqneñas
casas, de aspecto pobre en general, á excepción de' las del Puer-
to; hay en constrncción una iglesia de ladrillo. La línea del
ferrocarril termina detrás del pueblo y se prolonga hacia el
Dique. El empate de los dos trozús construídos (entre Arjona
y San Estanislao) se efectuará, según se dice, este miAmo año,
Temperatnra á las 10 a. m" 33°.
A las 11 y 10' para 110 aguardar más el correo, salimos
por abajo, es décir bl-lJando el Magdalena, para ir á encontrar
al 'Ecuador.
A 3 ki lómetros damos con él, y damos, por consigniente,
media vnelta, empleando 15 minutos para snbir lo que hemos
bajado en lO.
Lns vapores del Magdalena caminan, término medio, de
10 á 12 kilómetros á la hora para snbir y 20 para baJar. Sin
embargo snbiend", la velocidad disminuye notablemente al·
gunas leguas antes de Honda, á donde la violencia de la co·
rriente viene á ser ext,rema. El vapor no hace ya, entonces,
más de 6 á 8 ki lómetros á la hora.
La pendiente del Magdalena de Honda á las n"cas de Ce-
niza es de 2 metros por legua. El Orinoco y el Amazonas
'n0 alcanzan esta inclinación ell 30 leguas,
La temperatnra del agna á la superficie es algunas veces
de 25,0 y baja á 20 durante las crecientes.
Antes de la introdncción de los vapores sobre el Magda-
lena (1) se necesitaban 50 días para subir hasta Honda en los
champanes de 100 cargas (8 tnneladas) con 16 bogas y un pa-
trón; se llavegaba á razón de 4 leglla8 al día. El tIete costaba
$ 16 por cs rga y 125 por tonelada (200 legu as), A hora se gas -
tan 7 á 9 díRe¡.
Lfls vapores (le 3 Oompañías dif. rentes) 80n de fllo,do
chaht naturalmente y calan poco, tienen 2 pisos y 3 cubiertas.
La cllbierta illferior no S8 eleva en ganeral encima de la I1nea
de fll/te más de unos 40 á 60 centímetros. M llchos de estos
vapores Ron constl'uidos en Pillsbllrg (Petlsilvania) y se ar-
man en B Irranqnilla. (2)

(1) El primer vapor en el Magdalena fue El Santander, introducido por Juan


Bernardo Elbers, en Ilj24,
(2) Actualmente se constrnyen casi todos y en su totalidad en los A!.ti1leros de
la Compañía Colombiana de Transportes, en Barranl]uilla,
- 148-

PI{'-inm'pales Estaliones o Escalas de los vapores de Oa?'tagena


á Yeguas

Cartagena, M~bfltes, San EstanisJao (Dique), Calamar, '


Buenavista, J e¡;.ús del Río, Zam brano, Mompós (ó )laggngllé)
pOI' el otro lado del brazo, Banco, La Gloria, Bodega de Oca-
na, Bodega Central, Bt)dega de] Sur, Lebrija y Patnria, So-
gamoBo, Barranca Bermeja, Oarare, Puerto Rerrío, N are,
Puerto Liévauo, Yeguas (Ronda).

Cuadro de las distancia8, en el Magdalena, desde el P'lle'rto de


Barranquilla á Yeguas (IIor/da)

Legs. de [j kilo&
De Cf\fio Abajo á Sitionuevo. . . . . . . . . . . . . .. 6i
- Sitionuevo á Remolino. . . . . . . . . . . . . . .. 1!-
- Remolino á Mata de Caña. . . . . . . • . . . . .. li
- Mata de Caña á Plfión . . . . . . . . . . • . . . .. 7t
- Piñón á Cerro de San Antonio. . . . . . . . . .. 21-
- Cerro de San Atonío á Calamar. . • . . . . . .. 2!
- Calamar á Bodega de San J'llan (Buena vista) 31-
- Bodega de San J nan á H.eredia... .. . • . . .. 2-§-
- Heredia á Nervití (Real del Obispo) , . . . . .. 2
' ~ N ervití á Tenerife. . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 3t
- Tenerife á J esú~ del Río. • . . . . . . . . . . . . .. 2
- Jesúa de] Río á Zambrano ..... '. . . . . . . . .. 2~
- Z',u n brano á 'l"lcamocho. . . . . . . . . . . . . . .. 8
(Por Magangné) :
- T-1camocho á Magangné .... - . . . . . . . . .. 7i
- Magangné á Barbllsa ....' ............ '. 7
- B;trbosa á Guamal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
- Guamal á Bal'l'allcu de L0bo .......... - .. 13
- Barranco de Lobo á Banco. . . . . . . . . . . . .. 4-
(Por el brazn de Mumpós) :
Tacamncho á B ,'ca de Tacaloa. . . . . . . . . . .. 1
- B<l ca de Tacaloa á Mnmpós ............ '. 10
- Mumpós 6 Momp ox á B'inco. . . . . . . . . . . .. 12
(13 legnas menos de trayecto).
Ballco á Tamalemeqne. . . . . . . . . . . . . . . .. 51'
- Tamalameqne á San Ptldl'o. . . . . . . . . . . . . . 3
-- San Pedro á Regidor. . . . . . . . . . . . . .. . . .. 2
- R "g'idor á La G 'oria ............ ' . . . . . 1
- La Gloria á Puerto Nacional......... ... 7
-144 -

Legs. de ~kit .
De Pnel'to Nacional á B'ldega Oentral ....... , 5
- B )df>gtl Oentral á Badillo.. . . . . . . . . . . .. 6
- Badillo á Víjagnal. . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 34-
- Vijag~lal, á RI}8~rio ................... , 21
- RosarIo a PatnrJa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 3i
(Límite entre Santander y el Magdalena).
- Patllria á San Pablo (Oimitarr~). . . . . . . . .. 4
(Límite entre Antioquia y Bolívar).
-- San Pablo (Río Cimitarra) á Pnel'to Wtlches 3i
- Pnerto Wilches á Boca Sogamoso. . . . . . . .. 2
- Sogamoso á B:\1'ranca-berm~ja. . . . . . . . . .. 5i
- Barranca-berrnfja á Opón . . . . . . . . . . . . .. 2
- Orón á Peñas-blancas. . . . . .. . . . . . . . . . . . 3
Peñ'1s-blancas á Carare. . . . . . • . . . . . . . . . 5
- Oarare á B', nbacoas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
- Bubacoas á SaillQ. . . . . . . . . • . . . . . . . . . . 3
- Saino á Río N nevo. . . . . . . . . . . . . . . . . .. 3i-
- IUo Nnevo á Ml1lillo ............ ___ ..... ____ 2~
MllriJlo á Pllerto Berrio ____ ----... 3l;
- Pllerto Berrío á Garrapata .........•. ____ ... 2!
- Garrapata á Ca I\('jas . . . • . . . ... . . . . . . . . .... 41
-- Oallejas á Ang\)stura ......', ___ ........... --. 21
Angostura á Nare.... ..... .... ....• ....•.. li
Nare á Pnerto Niño ________ .... ____ ...... 8
Puerto Niño á Bllenavista .... _, ....... ........ 51
Bnenavista á Fierro ... ~ __ •.....••• _..... .... 2
Fierro á Conchal •.••...• ____ ... ___ .... . ... 1
- Conchal al Gnarnmo.... .. ..... ... ............ 11
- GnarlllIlo á La Perrera. . ........ ................ . 21
- L'-l Perrel',\ á Durada ........... _. . .. . ....... li (1)
DJrada á Conejo ____ •....•.• ____ ......•• 2i
Conej ,) á Peñas Muertas .... __ . . .. . . • . .... . 1t
Peñas Mnertas á Garcerss ........ ___ •.... . 1i
Garceras á Yfgnss •.. ____ ......... .... ... 1

R esumen de distancias:
L egu a ~
D~ Darranql1illa á Neiva .. ____ ...... . . ______ 300 6

-. Bal'rauqllilla á H onda .......... . , .. .. __ 199 Ó 205


- Cilrtagena á C.ilamal' ... __ ..... _____ o 32
____ ...

- Cdlalllar á Pnerto Den 10 ........ , ..•...... -- 140!


(1) Los vapores se quedall ahora en La María, punto silU l do media legua ab-ije
de Conejo y punto á donJe alcaoza actualmente el Ferrocarril de La Dorada (Sep-
tiembre 1897).
-145 -

De Puerto BerrÍo á Yeguas_, •.• ~, .. ----.---- 391


Cartagena á Yeguas ________ ._-_ .. __ e:' ____ 212i

Di8tanoia8 de Honda á B arranquilla "


De H ~Hlda á Puerto Berrío, 4:4 legnas.
De Puerto Berrío á la confluencia d~l Sogamoso: (Río
Sfln Bartolomé, Barbacoa~, Carare, Río Opón, Río Colorado,
Barranca Bermeja, 31 leguas). .
De la COJlflllencia del Sngamoso á B·.)dega Central: (Puer-
to Wilches, Ríu Cimitarra (límite entre Autioqllia y BilIÍvar).
Paturia (límite entre Santander y Mflgdalen 1),25 legnas.
De B o de~a Central á Bf\nco: (Pnert,) Nacional, LI1 Glo-
ria R egidor, San Pedro, Tamalarneq lIe), 24 leguas. ~
, Dd Bflnco á Magangué: (Barranca de Luba, Guama!,
Barbosa), 29 legnas.
De M-..gangné á Calamar: (Taca!oa, (1) Z-lmbrano, J esúa
del Río, Tellerife, Ileredia), 31! leguas.
De Calamar á I3arranqnilla, 21llegllas.
Salimos de Calamar á la 1 p. m. Despué3 de Buenavista
empezamos á divisar á lo lejos las ondnlaciones de las prime-
ras cordil1erRs, y el horizonte se limita algo. Estamos en Blle-
na vista (B Jdega de San J llall) á las 12 y 30 p. 111.
Entramos en el país de los caí manes (Atl-7:gator amerioa-
nU8) y no pasan 10 min lltos sin ver algU /lo Ó a lgllnos en las
playas, de 2 á 3 metros de largo. Frlly Pedro Si rnón nos Clle n-
ta q ne hacia 1625 mataban más de 30,000 al añ) para retirar
la grasa que servb para el alumbrado.
El aspecto gelleral del río recuerda alg,) el de! BHj o Atra-
to, at'riba del rÍu Sucio. El anch o pasa aqní de 200 metros. ;
las márgenes soll má" elevadas y por consigniente la vegeta-
cióll es más vigorosa y más abundante . Hay mny poco cultivo;
únicamente cerca de las peqneña~ aglomeraciones de habital\-
tes y sobre una zona mny reducida. Se divisa, sill embargo, en
los rastroj /)S algún gillado gord 0 y de buen aspecto, y mon to-
nes de leñ " para el abasteci miento rie 103 vapores, lo q ne
constituye una de las principales indnstrias de los ribereños.
A las 4 y 15 p. m. llegamos á Tellerife, sobre la izqnierda,
subiendo; tiene una bonita capilla.
Hacemos leña, desclirgarn os algnnos hrdos y embircamos
(1) En Boca de Tacaloa el Magdalena alcanza á 800 metros de ancho.
10
-146 -

tabaco' en la Bodega de ,J e8ú~ del Río, é donde llegamos á las


. 7 Y J5 p. m.; á Zambrano á l:;ls 10 y 15 p. m.
Domingo 15 de Octubre-Al amanecer nos hal1amos en
la parte del Magdalena comprendida entr{} Tacaloa y Banco,
en el brazo de Mompós (ó Mompóx) situado sobre la ribera
derecha (su bien do ), es decir, en la isla formada por el brazo de
Loba, al Oeste, que va á unirse con las aguad del río Oauca y
se junta con el brazo de Mompós en el punto llamado Boca de
Tacaloa. De modo que Ma~a()gné se halla precisamente situa-
do sobre el Magdalena desde el momento qne el Oauea cesa
geog ráficamente de llevar el tal nombre al momento que BUS
agnas se mezclan con las del brazo de Loba, en la Boca del
Guamal, qne pertenece al río princip al que se llama Magda-
lena. Esta cuestión ha d~do lngar á algunas disensiones, pero
científicamente ,el río más corto y menos calldaloso pierde
BU nombre al momento que junta sus aguas con otro más
considerable, aunque la desembocadllra se efectúe sobre
un brazo de menor volumen. L0s vap ores siguen indistinta-
mente estas dos vías, pero cuando las agu as están bajas hay
cierta dificultad para pasar por Mom pós, y la vía de Magan-
gué es preferida á pesar de ser más larga; oe Tacamocho á
Banco, por Magangné, hay 37 leguas, y por Mompós no hay
más que 24; la diferencia es, por consiguiente, de 13 leguas
menos, por el camino de Mompós. La isla lleva el nombre de
Papaya!. Hay bon itas ganados y buenos pastos. .
A las 9 y 10 a. m. estam ns en el br:lzo de Qnimhay, que es
la parte del río qne baña la cindad de Mom ¡.> ó:3. El Magdalena
se desparrama en varios c>< ños latet'al es que forman aquÍ islas
de nna extensión notable y lo enlazan con las aguas del brazo
de Loba y del Oanca en varios puntos, al través de la grande
isla de Mornpós ó del Papaya!.
Las agnas del río 80n muy turbi as y cargildas de detritus.
Hacemos escala en M lrupÓS á la~ 9 y 203. m. La ciudad
es antigu~, f\ludada desde 108 primeros tiempos de la Oonquis·
ta por el hermano del fnndador de Oart.Hgena: Alonso de
Heredia (1539). Se distinguió mucho durante la guerra de la
IndependencIa por el valor' rle RIlS h ,. hitantes, por lo cllal ha
merecido el nombre de O,:udad Valerosa; el alltiguo nombre
era Santa Ornz de Momkó':; ; S;.l nta Urllz era el nombre de un
Gobernador de Oartagena, y M 'll1pÓS el de nn cacique que
mandaba la región. El aspecto es flntigno y más bien feo. L~
ciudad se extiende IJoco al interio/', y sobre nn trayecto de
cerca de 2 kdómetros á lo largo de la ribera izquierda del
-141 -

brazo. Un viejo muro de poca elevaci ón prútege las casas de


las crecien tes y forma el puerto. Las casas son en su mayor
parte de fecha remota , de plan~a baja y COII ventan as e.nreja-
das. El comerc io se basa espeCI alment e sobre los aguard Ientes,
ron, ganado , conserv as de dulce, madera s de ebanist ería, fabri-
cación de alhajas de oro, y loza.
Salimo s á las 11 y 25 a. m.
Todo este brazo del río, desde Tacam ocho hasta Banco
es muy poblad o, y las dos orillas, especia lmente la de la de-
recha (la isla) están regada s de caserío s y hacien das; el brazo
tiene de 200 á 300 metros de ancho.
Natura lmente en estas partes muy habitad as no se ven
caiman es. El brazo de Loba es mellos poblad o, según - me
dicen.
Antes de llegar al B ·.\nco vemos mucho ganado aglome -
rado y que están pasand o á nado, del.De partam ento de Bolíva
r
al del Magda lena.
A las ocho de la noche paramo s por motivo del mal tiem-
po, de la oscurid ad y amenaz as de tempes tad. ; entram os 'en un
brazo lateral para protege rnos de la fnerza del huracá n y de
la corrien te. Nos comen vivos los mosqui tos durant e toda la
noche. El lugar se llama Los Negritos. .
Viernes 16 de Octttb?'e-Salida . á las 6 y 10 a. m. A las 7
y 20 llegam os al Banco. El Brinco (Depar tament o del MAgda-
lena) adonde bncontl 'amos el tercer vapor desde nnestra salida
de Calam ar, se halla si tnado so bJ'e la orí Ila derech a del río
arriba de la separac ión del brazo de Loba y arriba de la boca
del río Cesar. La barran ca elevad a de algullo s metros es de
acceso trabajo so, sobre todo en tiempo de lluvia, para cargar
y
descarg ar; es pura incnria de los habitan tes (600), porque ha-
ciendo alguno s peldañ os de escaler a emped rados, este incon-
venien te desapa recería . Fabric an mucha s esteras y petates
,
El río Cesar, navega ble 30 leguas arriba, atravie sa la
gran laguna de Zapato c3; su valle lleva el nombr e de Valle
Dupar, y es mny rico en madera de constru cción para la ex
portaci óll : caoba, cedro, etc.

Pasamo s pronto delante de La HlvnlH eda (ribera izq nier·
da); en fl'ente y s/1 bre ladere cha tnvo .lngar el17 de Jlluio de
1885 el s ~ ngrieuto comba te de La HUlU1U'eda, en donde mu-
rieron 7 Genera les.
A las 11 y 5 3. m. llegam os al puerto de Tamal arnequ e;
el pueblo se halla 9 2 millas al interio r, se puede llegar á él
en canoa por \In brazo del río. Tamal ameq ne va tomand o im·
-148 -

p~rtancia por ser el punto inicial del camino que conduce des·
de el Magdalena á San José de Cúcnta. Este camino una vez
.terminado será mny preferible á la vÍtl de Ocaña que principi a
soore el Magdalena en Puerto Nacional. La distancia de
O.c aña á Cúcnta es de 35 á 37 leguas, por Salazar.
Marchall~os á las 11 y 25 a. m.; el río tiene 800 metros de
ancho con muchas i8)a~; las aguaa se desparraman mucho é in·
vaden las playas.
I A IRs 2 y 15 p. tn. La Gloria. Salida á las 3 p. m.
Como el tiempo se pone mny claro y despejado durante la
tarde, se divisan al Oeste los ú timos estribos de la Cordillera
'Central qlle divide el Magdalena del Canca y muere en el
Banco; y al E.,te la cadena elevada de la Oordillera qne atra-
viesa al Departamento de Salltander.
A ' las -6 y 20' p. m. Pnerto Nacional; salida á las 7 p. m.
A. las 7 y 20 p. m. B¡)(lega Gamarra; salida 8 p. m.
' A las 11 y 30' p. m. BI!dl"ga Central.
Tildos estu8 pllll tos no SOll si no peq neñas aglomeraciones
y de rósitos de mercancías para 10 8 va..,ores, sea de los produc-
tos qUE. vienen del interior ral'a ser ex¡.>nrtados, sea para recio
bir las mercancías de íntroduccion traídas pOLO el río.
Mar-tes 17 de Octubre-Salida á las 6 y 45 a. m.
UII ¡.>ocn más al'rib rLy á la izql\ierda 8ubi<1l1do, desembo-
ca el río Lp,hrija, llav~'g ;lb l e ell va..,or peqneño hasta Puerto
Santander-(Ohocó) distallte 22 legnas de la Boca.
A las 9 y 48 H. m. la altnra barométrica sobre el nivel
del mar es: 110 metros; la temperatnra á la 1 p. m. 329; á las
2 y 30' p. m. 34 0 • Se ven enormes cai manes que bostezan
sobre las playas.
A las 5 p. m. San Pablo, pequefio caserío, límite del De·
parJ,a mell to de B,)lí val' y A ntinq nia (ri bera izq uierda del
Magd,alena), al Norte de la Bl)ca del río Cimitarra, y á las 7
p•. rn. hacemos escala en OantHgallos para pasar la noche.
Miércoles 18 de Octubre-SlJ lid a á las 5 y 30 3. m.; á las 6
8. ID. Puerto Wilches, cabeza de IíJlea del ferrocarril en cons-
trucción de BI~caramat1ga al Magdalena (36 leguas) (1). SaJi·
da á las 6 y 35 a. m.
Paramos .algllllos momelltos para hablar con el vapor
Núñez de la mi~OIa COll'r..,añía que el nuéstl'o. Casi al mismo
tiempo, crnzamos otros dos vapores pertenecIentes - ,a otras Com-
panías de Barrall '1uii la; d e modo que el río ofrece á la vista
(1) Esta empresa ha sido abandonada (1897).
-149 -

admirada 4 vapores á la vez sobre nn espacIo de 1 milla


apenas.
A laR 8 a. m. Boca de Sogrimoso. Los montes se vuelven
más fuertes, má8 altos y más tupidos.
Lluvia durante la mañana.
Peñas Blancas (Barrancas). Altura sobre el nivel del mar:
122 metros. A las 3 y 5 O p. m. Carare, peq neño caserío situa-
do á la boca del rÍ/) del mismo nombre. En su parte alta este
río está pobl ado por indios sal vajes t()davía; earare es la úl .
tima población de :)lgllna impol'tacia (y é S muy pequeña!) qne
encontraremos hasta Pn erto BerrÍo.
A las 5 y 20 p. IJ). B(\l'bacoas, leñateo. No hemos hecho
hoy más que 20 leguas en 12 hOl'áS. .
Jueves 19 de Octubre-Salida á las 6 a. m. Ya no naveg~­
mas de noche, de::lde el Banco ; la corriente 8S mucho más vio-
lenta; las ~ gllas están embarazad as p(l r enormes troncos flo-
tantes: el ancho medio es de 400 á 500 metros.
Puerto B errÍo á las 11 y 30 a. rn. L 0S trabajos' del Ferro-
carri l de An tioq nia estáll casi paral izad os; si n c mbargo unos
60 hombres trabaj~n todavía. en larefecciótl de la línea hasta
Pavas (10 leguas), mitad por Cllenta de la Cumpañíl-\ ir 'g lesa,
mitad por la del G0bierl1(); Rg'lardan el tren des de hace 3 días
(¡ ! 1). El beri-beri, especie de fiebre palúdica muy violenta,
hace en este momento much os estragos y víctimas por aquÍ.
E ,te pueblu parece hu ndido en el marasmo y todus padecen
de mal hllffior Ó están enferrn M.
Allí se ve una Vp.z má" lo absllJ'd(.) y el mal resultado de
este sistema, muy de moda en las Repúbl icas s\ld-americanas,
de emprellder á la vez 25 trabaj os en ormes, illútil es ell la ac-
tualidad, construyelldo trocit 'ls de ferroc a rriles de 8.á 10 le-
guas, por todüs lad os, silJ cnl1c lllír nUllca lliTl~lIno. Ferrocarril
de Oarta~e na á Calamar, Ferrocarril de Barranq\lill» á Puer-
to-C olombia, de Salltalll!il'ta á Pu ehlo Vil·jo (La Oiénllga), de
Oúcnta á Puerto Vi Ila mizi1r (S an Bllell Cl venturH), d ~ Buena-
velltnra á Oali, de BnCHl'am l-l l!ga á Puerto Wilche~, de -B"gotá
á Facatativá (8 leguas), oe Bogotá á Zipnqnirá, do Girardot á
Las Juntas de A pn lo (9 leguas), etc.,!etc., todos si n ClllI eluÍI',
t0dos costando milloues, la ll1f1y o l' pente inútiles todavía y que
hubierall podidu sel' muy ve l1tajQSa y económicamente reem-
plazados por caminos carreteros ó de hel'/'adul'!\. Es la misma
manía, la misma l(,cura que en la Argentina Ó en el Perú; y
todo esto para imitar n Jos Estados Unidos del Norte, si D te-
ner los mismos recursos ni las mismas necesidades todavía 1
-150 -

Pero si uno se permite hacer algunas sensatas'obsArvaciones 80-


bre este despilfarro que conduce á la quiebra, le dicen que es
anti-progresista y que aquí ya no quieren mulas de carga! (1)
Han construido aquí un hotel nuevo, de aspecto bonito al
exterior y muy desaseado y sin muebles adentro. Las aguas
reen continuamente la playa, y el pueblo se verá seguramente
obligado á retirarse de aquí á algunos años sobre las lomitas
vecillas. Altura barométrica: 144 metros sobre el nivel del mar.
Salida á la 1 p. m. Temperatura ~ las 2 p. ni., 310.
A las 6 y 30 p. rn. atravesamos La A.ngostura, pnnto en
donde se estrecha el río sobre una longitud de un kil6~etl'O
y un ancho de 60 á 100 metros, entre barrancas de 10 á 30 me·
tros de elevación, de aspecto pintoreseo y pendiente mny fuer-
te, extrema violeucia de la corriente, dificultad insuperable
para los va¡.>ores cl1ando hay grandes crecientes. Se ven enton-
ces obligados, algunas veces, á aguar iar; un vapor se perdió
aquÍ h'-tce pocos añ "s; hay mucha profundidad; pasamos pero
con esfuerzos y muy despacio.
Parada á las 6 y 35 p. m. para hacer leña'.
Viernes 20 de Ootubre-Salida á las 6 a. m. temperatura
21°; á las 10 y 45 a. 10.: Puerto Niño (B:>yacá). Este punto es
nna concesión d~1 Departamento de Cnndinamarca al de Bo-
yacá para que tengl-\ un puerto sobre el Míl gdalena. Se está
constrllyendo nn camino de aquÍ á Cbiql1inquil·á.
Altllra sobre el nivel del mar: 167 metros.
Las orillas son mas elevadas (3 á 4 mBtros término medio)
y hay más cultivos, 300 metros de ancho.
San Jf)sé, leñateo.
Sábaflo 12 de Ootubre-Salilla á las 6 a. m. Desde las 4:
de la matJrogada Ilneve á torrentes hastl La D¡)rada. Obser-
vamos sobre la derecha (ri bera izq llierda) barrancas, al tas de
15 á 20 metros, en las cnales las Elgnas han dibujado formas
arquitectónicas: columnas de ternplo~, ojiv88, retablos, ete.
La velocidad del vapor es apellas de 1~ legna por hora.
En la vnelta de Coneio el río tiene aproximadam ente 100
metros de ancho.
A las 11 y 45 8. m. llegamos á Yeguas.

(1) ~in embargo, hay que reconocer que durante estos últimos años se hall ~e ­
cho gran les esfu erzos: el Ferrocarril de Antioquia alcanza actualmente 68 klló-
metros hdsta Caracol!; el de Buenaventura á Cali, 50 kilómetros, hasta más allá de
San .1 os{; el de Girardot, 50 kilómetros, hasta San Antonio (Anapoima), á 8 leguas
dela E.staci6n de Serrezue la, y (;:1 del Tolirna (de Gilardot al E spinal), 18 kilóme-
troS. (Noviembre 1899).
-151 -

Aquí termina (ó princi pis más bien) ia navegación del


Bajo Magdalena por motivo de un., salto y de rocas y escollos
que entorpecen el río. La navegaclOD de) alto MHgdalena e~'
pieza un poco más arriba, Arnwcaplllm::II;¡ (1 kilómetro arf}-
ba de Honda), para Cambao, Girardot, (1) Ricanrte, y algunas
veces han subido vapores h<-lsta Neiva (300 leguas dosde Ba-
rra nquilla).
Hemos emplead0 9 días de Cartagena s YegnaEl. (2)
Cuatro años después, á mi regr( so de Panamá, volví á
subir el río Ml-lgdalena y la navega ciÓJI, mn cho más trabajosa
todavía, me ha inspirado las notas signiputes, que fueron publi-
cadas en Septiembre de 1897, en El Porvenir de Cartagena
y en El Progreso de Bogotá:

NAVEGACION DEL MAGDALENA

A pesar de qu~ el oficio de portador de mala noticia y de


annnciador de calamidad es poco simpático y agrfldable, es
menester, algunas v~ces, dllr el grito de alarma, cuando este
grito puede tudavÍa servir para evitar mayores males y conju.
rar qllizás el peligro.
AqllÍ nadie ignora que el río Magdalena es la ·arteria vi·
tal del illterior de Colombia y que es verdaderamente el único
camino para llegar á Sil corazón, para llevar á él los produc-
tos de los países extranjeros, y para exportar los frutos de su
agricllltura y de su industria.
Pues esta ruta va á cerrarse, si no inmediatamente, den-
tro de pocos afios.
Efectivamente, los sinie~tros fluviales se hacen cada día
más frecueutes y, sin ir á buscar' muy le.ios los ejemplos y las
pruebas, no hay mes de este Hño en curso que no haya que
marcar con una sería negra eu el registro de las Compañías de
navegación.
El Ouba, el Miguel A. Oaro~ el Rafael Núñez, el Goena-
ga, el Joy, señalan COI1 SIIS cadáveres desmantelados las jor-
nadas del camino, sin hablar del Ambalema, del Elbers del
Oartagena, qne estuvielÜ'1l á punto de perec(r y se salv~ron
milagrosamente con grandes averías.
(1) Hay 30 leguas de Giranlot á Bogotá.
(2) Cuesta el pa.sáJe de primera clase 160.
-152 -

Las cansas de cstas repetidas desgracias son múltiples, y,


digámoilo de ulla vez, no dept- nden para nada del personal
directi vo de los vapores na nfragados.
La principal, la máR importante, e3 que el río Magdalena
no ha sido jamás limpiado.
No llamaremos limpia el trabajo qne hace la única draga
existente en uu trayecto de 200 leguas, porque materialmente
no puede hacer más que trasladarse á los pllntos más peligro.
sos y danados, y pr0curar mejorHrlos y refeccionarlos parcial-
mente; pero se comprende muy bien qne mientras se trabaja
en una sección las otras siguen en mal estado y cnando ha ter·
minado sn faena, al fin del verano, p()rque no puede obrar en
tiempo de lluvias y de grandes avenidas, el río se queda tao
em barazado casi como si no se hu biera hecho nada.
, La obra de limpiar el Magdalena de los enormes palos
que alfombran, forran, por decir así, su lecho, es ahora una
empresa giga ntesca y req lliert-' largos anos.
Estos palos, q ne á cada paso levantan SllS peligrosas puno
tas y aguardan el casco del buque cerno millares de culebras
escolldidas bajo las olas turbias, no solamente amenazall el
vapor á cada vuelta de rueda, sino qne forman centenares de
palizadas qne luégo se transforman en islas y bancos, obli~an
las aguas á desparramarse de lado y lado, borran el canal, y
dismillllyen por consigniente la profundidad.
La destrucción pOI' la dinamita y la sacada por medio de
dragas de est! s palos sería UII trabAjo ele poca duración, si si·
multaneamente no se hiciera una roza 6 derribe general de la
montana, á 20 6 30 metros, á lo menos, de la orilla ell toda la
longitlld del trayecto.
Efectivamente, á cad" invierno la corriente se inclina ca-
prichosamellte á derecha é izq nierda y arranca extensiones
cOllsiderables de barrallca, cubierta de nna espesa selva que
cae naturalmellte en el lecho; por la costa opuesta deposita, al
contrario,m 18:\S de arenas y de detritus que, en breve, dan na·
cimiento á ulla vegetación quo, bajo ti impulso colosal de la
vida tropical, se traIlsfllrma, en pocos meses, en nueva montana
q ne á Sil vez será al'rastrada y destruída por el eterno trabajo
de esta fogosa Ilaturaleza.
Por cOIlsigniente, para que la limpia sea verdaderamente
pro\'echosa y útil se necesitan, á lo menos, cuatro dragas, una
por cada seccióII, desde Calamal', di vidielldo el río en cuatro
partes, de las cnales las últimas, es decir, las más altas, serían
naturalmente las más cortas, en vista de las dificultades que
van aumentando á medida que se va remontando.
-153 -

Cada draga sería provista de una cuadrilla de 50 á 100


hombres, qne se dedicaría al trabajo de .~oza de las orillas,
conjuntamente con la obra de la extracclOn de los palos del
lecho. '
Al mismo tiempo dos lancbas á vapor, de muy poco cala.
do, se dedicarían únicamente á volar con explosivos ' 108 tron.
cos y rBÍces cuya extracción sería imposible para las dragas.
Pero toda esta empresa, qne por cierto, y es un deber no
d ¡si rn !lIarlo, sería m l1y cost0sa, sería tam bién un trabajo 'de
Penélope, si no se cortara otro mal qlle ha ido tornando pro-
porciones colosl:l.les desde hace algunos años.
Si recuerdo bien, cnando los trabajos hidráulicos de mi.
nas tOOla1'01l mucho increment·} en California, el Gubierno se
vio en la oblig~cióll de dictar leyes preservativas para evitar
la total obstrucción y destrucción de loa valles illferiores.
En efecto, es incalcnlable la cantidad de arenas y casca-
j o qne arrastl'an en la actnalidad 108 ríos GuarillÓ, Gllali, Sao
band ij a, Sald ¡-¡ fia, Qtc.; cerros en teros pul verizados por los mo-
nitores, vienen á depositarse en el Magdalena y disminuyen
su pr(¡fulldidad.
Mny lejos de nosotros la idea de incitar á que se tomen
medidas ,'estricti vas pa ra entorpecer la ind nstria minera q ne
es UI a de las má::i illteresantes y de más porvenir en 001010-
bia, pel'o sí hay modo de obligar las á Cornpafiías á dirigir los
detritrn s de sns millas á los valles adyacentes~ de manera de
no perjlldicar á las gralldes arterias de navegación, sin la'8 cua-
les nos expOliemos, en nn país tan extenso y en donde la cons-
trucción de camil.los, es tan costosa, á perecer de anemia •
. Hl1lI1os qnerido sencillamente indicF\f á gr3ndes raElgos el
peligl'() ; 1) '\1'(\ re roediarlo.Y d ~strllírlo se necesita un estudio
Isrgn y ct)l}cienzudo del Magdalena; se necesitaría primera·
mente hacer de este río un ¡:>Iano nuevo y completo, á fin de
s.a ber á ciencia cierta cnáles orillas deben ponerse á descn bier~
to, cuáles brHzns deben limpiarse ó cegHfse, etc., y Inégo se
ñalar á las Cnmpañí:u de Ilf\vegación y al Gobierno sn partí-
~ipacióbn ~eélpectiva ell los gf\stos, de manel'a que, con equidad,
ITlcnrn a a cc\da UIlO lo que le COfl'eSp0nde para el bien y la
prosperidad de la Nación el! tera.
Honda, Septiembre de 1897.
-154 -

CAPITULO IV
ena-Gua duas-
Yeguas -El Ferrocar ril de La Dorada -Ronda -Paso del Magdal
Villcta- Facatati vá-El Ferrocar ril de la Sabana- Llegada á Bogotá.

Yegua s no es más que nna fea reunión de bodegas y al-


macenes que son la mayor parte del tiempo insnficielltfs y de
espacio demasi ado redncid o para abriga r las mercancías, ca-
jas y fardos traídos Ó llevados por los vapores y qu e quedan
expues tos á la intemp erie. L ~ B corrien tes arrastr an tambié n
aqu1, pedazo á pedazo, la barrancl1 y han princip iado á atacar
ya la Ilnea del ferrocarril que habrá indnd ableme nte que re -
tirar al illteri()r. Se trabaja lentarnt-nte y con pucos recursos á
la prolongación de la vía ha Eta CIlDf'jO. (1)
El tl'azo signe la ribera izquier da del río y al borde, el te-
rreno es arenoso, delezn able y parece snjeto á derl'nmb ~ s. El
Magda lena tielle aquí unos 50 metros de anch o y una violen·
tísima corrien te. El terreno es quebra do y e8tá ocupado en su
mayor parte por pastos en donele se ve nn numer oso ganado
menos hermoso qne el del Bajo Magdalena.
Tomamos el tren á las 3 p. m. y llegamos á Honda á las
5 p. m. (22 ki lómetros de trayecto).
La altura de Ronela sobre el ni vel del mar es 215 metros.
A pesar de que Honda ha desmejorado mucho desde hace
algnllos añus por moti VD de la crisis fillanciera y ecollómica
q ae atravie sa todo Coloen bia, la ciudad presen ta una cierta
animac ión comercial.
Hay unos 9,000 habitan tes, y los hoteles están llenos de
extranj eros, en Sl1 mayor parte ingleses y americ anos qne ex-
plotan las minas de Mariqu ita, Frías, Cristo, etc., ó han fno-
dado cafetales al interio r del Tulima.
El calor es muy fuerte y el clima no es sano. La ciudad
está di vidida en dos por el río Gualí sobre el cllal hay un bo-
nito puente .
Domingo 22 de Ootub re-A las 6 de la mañan a pasamos
sobre la orilla derech a del Magda lena, en la baroa ó champ án,
que fnnciona de un lado á otro por medio de un cable metálico
que corre con una polea sobre otro cable que atravie sa el río.
Estos cables me han parecido en mal estado y llluy Jébiles.

(1) Llega ahora la vía férrea hasta el punto de La Mada, que han
bautiz ado con
el nombre de La Dorada á pesar ue que la vel'dac.lercl. Dorada e;,tá como
2 leguas más
abajo. (Septiembre 1897).
~ 155-

Ha habido algunas veces desgracias' y las barcas .han ido á


estrellarse sobre las rocas del salto á 500 metro~ abaJO. (1)
El lado opuesto en donde se desem baFca se llama Oapas-
trán. Desde allí vamos á pie, á una distancia de nnos 1,500
metros, hasta nn pequeño casedo de nombre Cifl1entes y sitna-
do igual mente al b )r l1e del rÍn. Allí .pasamos la !loche en casa
de un señ)r L nnd oño, qne es el que nos alquLa las mulas para
ir á BI)gotá.
Abajo del Salto, el pUllto q ne sirve de puerto á Honda se
llama C Iracolill o, y sobre la orilla derecha el lugar en donde
desembarC"ln las tn f' rcf\.derÍas es Büdega de B(lgotá.
Lunes 23 de Ootubre-Slilimos de Cífnentes á las 7 y 10 a.
m. Observamos en la orilla del camino 108 restos de lll) ferro ·
carril en con strucción: una máquina y algnnos coches (wago.
nes) completamente invadidos por las zarzas y morales. Este
ferrocarril, me dic en, fne emprendido hace algnnos años
por un francés qne se arruinó totalmellte; vende ahora chicha
en unR pequeña posada sobre el camino. .-
Empezamos á subir la cuesta del Oonsuelo y hacia las 9
y l gl)za mas de un magnífico panorama; á las 10 y 45 llega-
mos al Oonsnelo, en donde al morzamos.
Vuelvo á emprender marcha á las 12 y llego al Alto del
Sargento (1 ,400 Illetros sobre 01 nivel del mar).
Troz os del camillo están emped:-ados en forma de calzada
para evital' los atascaderos y hoyos de barro. Se levanta una
ligera neblina y empieza á lloviznar. Hély pocos cultivos; la
mayor parte son monte8, terrenos incultos y rastl'ojl)S.
Llegamos á Gnadnas (1,103 metros); de uno", 3,000 habi-
tantes, bonito pn eblo, rodeado de nn hermoso llano cultivad()
y de aspectn f(jrtil. (Qnebradas Ohiripay y Quebrada-seoa).
Atravesamos varios caserlos y puntos llamados El Verje),
El P usitivo, El Alto del Trigo (ál tnra: 1,928 metros) y llega-
mos á Villeta á las 9 y gO de la lIoche.
La distanciA de llllllda á Villeta es de 7legnas.
Martes 24 de Ootubre- Villeta (813 metrol'l), es un pneblo
de buella apat·ienci.a, de ~gricnltnra y de agra 'jable clima; tie-
ne nnos 6,000 habltalltes y es un Ingar de veralleo bastante
visitado por los ricos bogotanos.
N os va mns á las 8 H. 1)). por la variante, ó desvío reciente
mente a biel'to, q ne acorta y 1'aci lita el trayecto hasta Ohí mbe
(>lItara: 1808 metros), á donde llegamos á las 12.
. (l) Ya e.stá entregano al serv ícío plíhlico un magnífico puente q ne une las dos
orlllas y ha SIdo con struido por el Sr. D. Bernardo Navarro.-(Noviembre 189!J),
-156 -

Lnégo empezamos á subir hasta Agnalarga (2,000 habi-


tantes), tierra fría, en donde principia el camino carretero qne
va hasta Bogutá (1).
Atravesamos los Manzanos (casel'Ío) y 1\egamos á Facata-
tivá á las 6 p. m. De Villeta á Facatativá hay 8 leguas.
Miércoles 25 de Octubre-Es día de mercado y reina gran
animación; el tiempo es mny agradl:lble y fresco.
Observamos mucha mendicidad y tenemos que huÍr con
tinuamente de las tropas de harlipientos que nos asedian.
Em barcamos á las 2 p. m. en el tren de la Sabana.
Bunita y poética vista ofrece esta inmensa llanura qne
parece nna antigua hoya lacnstre. Ahora cnouta 31 poblacio-
nes y 320,000 habitantes. Hay muchos cultivos y ricos potre-
ros ell donde se ven her'm()sos gallados. El tren corre con rapi·
dez y atravesarn)s casi sin ver las estaciones de Madrid (Se-
rrezuela), Mosquer'i (Ollatroesqllinas)1 El 001'::;0, FOlltibón y
llegamos á B'Jg"tá á las 4 y 30 p, m. Este trayecto de 40 ki·
lómetros se ha efectnado en 2 horas y 30 minutos.
La distancia total de Honda á B \)gvtá es, por consi-
guiente, de 23 leguas.

CAPITU~O V ·

Bogotá-Situaci6n- Clima - Estado social - Edificios - J ardines- Iglesias-La


Prensa-El Salto de Tequend ama,

B_ogQtá, sitnado á 2,645 metros de altura sobre el nivel


del mar, Se fJxtiende al pie de los d I S cerros roqnefios de Gua-
dalnpe (3,255 rnetl'Os) y de Monserrate (3,132 metros); tiene
unos 100,000 habitallte~; ofrece un aspecto muy animado y
activo, pero e3 puramente ficticio y en el fondo es pobre.
Efuctivaluente, la cl'isi~ económica que atr'aviesa el país se
hace sentir a(1 !lÍ clm más violencia por moti vo de la gran
aglomarrición y de la; dificnlta Jes naturales que tiene esta
ciudad para c )municar con el Exterior y las costas; además
no tiene casi illdl13tria, por ende Ilinguna exportación y por
consiguiente no h!ly vid L propia sino el comercio de los al"
tículos importados y las especlllaciolHH pulíticas, es decir, la

(1) Un kilometro arriba de Agualarga arranCl la magnífica carretera de Cam.


bao que conduce al Magdalena en un trayecto de 19 leguas (96 kilurnetros).
- 15'-

~mpleomanía, porque la mayor parte, de la cla8se dirigeante,


vive de empleo y cargos oficiales.
El clima es algo frío, á lo menos por la latitud i~ter~~o
pical (15 á 18 0 ) , pero al ver el color rosado y la constltuclon
de los habitantes se puede decir que es saur; ~ pesar de que IH8
enfermedades del corazón y de las vías respiratorias son mny
frecuentes, por motivo de la altitud y de las fuertes lluvias de
la estación de invierno, las Clules inundan la sabana vecina
en muchas partes. Oon frecuencia hay también epidemias de
tifo ocasionadas por la falta de aS80 y la escasez de agua para
IOB servicios d()mé~tic()s.
D~ todos Ill flc!OS el pueblo bajl} está en la miseria y sufre
seglll'alllente algll l13s veces de hambrr, y la prostitución es no-
table. Aristocracia, propiamente dicha, no hay, y sucede aquí
lo mismo que en t,)da la América.
L"\s mllj eres son en general de hermoso tipo y llenas de
gracia y elegancia en su mayoría; me han dicho que los úl·
tim03 cenW3 ha lla n 7i por cada hombre.
E I estos momentos reina \lila especie de epidemia que pa-
rece tener los misrn us caracteres que la influenza que azotó
ta.n reciamente á En ropa hace algo nos años, y q ne j laman
aqnÍ el dengue, ea lo que llamaban nueatros abnelos sencilla-
mente la grippe, pero como ahora todo necesita un nombre
lluevo, extraño, y lo que es antiguo IlO vale, le damos el Iloro-
bre más estrambótico de influenza. De tGUOS m(Jdus, dengue,
i IJfluelJ za Ó catarro, m llchus m lleren de e.sta indisposición.
Las dist.racciones son nulas, á lo menos para el extranjero
que no tiene relaciones y no pnede ir á tertuliar en lbS casas
de la sociedad. Al tiempo de mi llegada se fue una mala
Oompañía de zarznela española que no quiero nombrar por-
que 110 me gnsta hablar mal de nadie el} particular.
H;:¡y algnnos parques y jardines públicos en el interior
de la ciudad. El del Oelltenario, que sería muy bonito si lo
cnidaran; el de Santander, el de BolÍval', en la plaz:l central
donde eatá In Oatedral y el Oapitolio, palacio de Gobiern~,
de estilo ~riego, empezado desde 1847 (Presidencia del Ge-
neral Mosquera) y todavía sin conclnír; algunas bandas mi-
litares tocan en ciertos días y puntos; y el paseo de Chapine-
ro, ca.serÍo situado á nna legua de BOKotá y á donde se puede
ir en tren ó en trallvÍa, es el Auttuil ó e1 Passy de Bogotá y
los ricod poseen allí algunas quintas que no son despreciables.
Hay dos teatros, el Municipal, que no es ·bonito ni muy
-158 -

cómodo, y el que se está terminando, con el nombre de Colón,


que me ¡.>arece será una magnífica obra; desgraciadamente
está mal situado y enclavado entre casuchas que le harán
perder la mitad de su valor como edificio (1).
El alnmbrado de las c'llles es decente á pesar qne lss
lámparas eléctricas que son de arco han sido colocadas á mny
poca altura. Las calles están en general en un estado deses-
perante: mal empedl'ada8, sucias en sn mayor parte y llenas
de hoyos, de fango é inmundicias.
Hay 32 iglesias qge desde la madrngada empiezan á re-
picar á la vez ó cada l~na alternativamente cnando hay algu e

nas que se cansan, lo que hace el BlItño trabajoso hasta qne


uno se acostumbre.
Si se quiere gozar del panorama de Bogotá sin trepar á
Guadall1pe ó Monsdrrate, basta ir á la capilla de Egipto,
desde el atrio de la eual se disfrnta de una vista general sobl'e
la sabana á gran distancia.
El agua de las qnebl'adas d~ 10S cerros se colecta y se
distribuye en la ciudad por meJio de un acnedncto; pero
tielle el iuconveniente de propol'ciollar al que la bebe terri-
bles cólicos ó á lo menos un desarreglo digestivo por algunos
días hasta que se ac limate.
Voy á visitar la Quinta del Lihertador, humilde casa de
campo, situada en la parte alta de la ciudad, del lado de 108
cerros, en donde vivió mncho tiempo Simóll Bo 'ívar.
Durante mi permanencia, hay un ligero remezón de tierra
que aterroriza á los habitantes. Parece que son bastante freo
cuentes.
La prensa no es mny brillantr, y es muy illferior á la de
Buenos Aires y de Santiago de Ohile. Si" emhargo, salen al-
gunos diarios .cada mañana: El Telegrama, El OOr''l'eo Nacio-
nal, III Heraldo, La Repúblic6J.
Es imposible dejar de visitar el Salto de Tequendama, por-
que todos hablan de la tal maravilla. Por lo tanto me pon-
go en coche y me voy, precisamente el día de la Natividad
de Nuestro Señor, á las 3 p. m. El camino está malísimo por
efect~ de las últimas lluvias del invierno; el coche se hunde
en los fangales hasta el eje de las ruedas y amenaza voltearse
á cada momento. El camino signe nna dirección general S. S.
O. y O. O. S., al travé3 de la sabana melancólica y, por esta

(1) Elitá terminado desde 1897.


-159 -

parte, poco habitada y casi inculta. A 13s 5 l1ego á Soacha (1)


(2570 metros sobre el nivel del mar) distante de Bngotá unas
3 leguas, pueblo de ~specto triste y pobre, á pesar de q ne me
dicen (lile cerca hay varias ricas haciendas; Soacha se halla
cerca ya de las primeras ondulaciones que encierran la saba-
na; es entre esta barrera donde se abre paso el río Funza 6
Bogotá para precipitarse desde la mesa alta en los valles in-
ferIOres que conducen al Magdalena. Seguimos una legua más
hasta la posada de Puerta Grande, á donde llegámos casi de
noche.
A 13s 8 del día signiente y á pesar "de que la mañana es os-
cnra y Iluvi0 3a, lTJ(lIldárnns engallchar y nos 11("ven á unos dos
kilómetros de allí, á la hacienda llamada de Tequendama. En
este pUllto el cochero anuncia que no puede ir más adelante
por lo malo d~1 cam i no y lo pend iente de las cuestas, lo q ne
es falso corno lo pude ver en seguida. .
Lo cierto es q ne tengo q ne hacer á pie unos tres kilóme-
tros que faltan para llegar al Salto.
D ejarnos á la jzq llierda la bonita hacienda de Oanoa8 y
Oincha, en donde hay minas de carbón y á las 12 estamos
en el Illgar oel objeto de nuestra excursión.
El río se bota efectivamente de una altura perpendicular
de 145 metros, entre rocas de un a pecto muy grandioso. La
altura sobre el nivel del mar es de 2,210 metros ; el efecto es
sorprendente y majestuoso; las peñas aplomadas forman alre-
dedor del Salto dos semicírculos; el paisaje es triste, yo diría
casi lúgubre y de una suprema melancolía.
El Salto, tns veces más alto que el Niágarfl, tiene nn vo-
lumeIl de 120 metros cúbicos de agna por segnndo, pero el
río al precipitarse no tiene más de 30 metros de anchura. De
modo que el Salto es más bien interesante por motivo de la
altura y de lo pintoresco del sitio y ue por la masa de agua
que en·resumen no es muy considerable relativamente á otros
saltos célebres del mundo. '
De manera eontnHia á lo que me habían dicho, pnde ver
perfectamente todos los detalles del pai Hje; de tiempo en tiem.
po la nebli,.a Ó el vaho, f'jl'mado por la pulverización yevapo-
ración de las agnas al caer, cerraba la vista por un momento,

(1 J Existe actualmente una línea férrea que Va de Bogotá hacia Sibatéi tiene 21
kilómetros entregados al servicio y alcanza á 5 kilómetros adelante de Soacha-(No.
viembre 1899).
-169 -
pero Inégo un rayo de Bol volvía á alumbrar y dibnjar todo
en BUS menores detalles, y la vista podía escudriñar con clari-
dad hasta el fondo del abismo, en donde signe espumeando y
corriendo el do, todavía temblando de tan tremenda caída, y
disrninuíd@, al parecer, por el alejamiento de más de la mitad.
Este Salto ha sido visitado por tod¡-¡s lAS celebridades y
viajeros de marca que han venido á Bogotá, Hnmboldt (1801):
BolÍ var (1826), Dnq ne de Montebflllo (1827), Pedro 13onapar-
te y el General Santander (1832), B;lrón de Lita (1842): el Ba-
rón Gros hizo de él 'una majistral pintura al 61eo ; el Presbí-
tero Romualdo Cl1f' fVO se hizo bnjar en ulla petaca á 80 varas
de profundidad. El Sa!to ha sido e:Lntadn por varios poetas
n8 ionale~, Madiedo, Samper" Ualdas, José Joaqnín Ortiz,
Pombo, Caro, Pedro Bravo, etc.
Ll\ distancia de B I'gotá al Salto de Teqnendama, no es
como dicen ~eneralmente, 4 leguas; con las vueltas alcanza
muy bien á 5i .
Yo llegaba á Bogotá con lo encapillado por todo
capital, y con mis papel nchos, hoj as eln bort'ollad::ts y planos
lJor recomendación; llegaba, como do ~ e añ os alltes había des-
embarcado en BllenosaireR, como un ernig"ante 1
Pues b)istó esto. El Viceprésidente de la R epública, Dr.
Miguel A. Oaro, á q \lien debo el honroso carg() q lIe dedem pe·
fio desde hace tres años, hizo eX¡-t!1lillar y examinó persollal.
mente mis humildes tl'abajos gsográticds, y me destilló á 10B
Llanos de Casa liare para hacer en ellos lo q ne a cababa de lle-
Yar á cibo en el Chocó. Me apoyaron y me protegieron al
mismo tiempo los-entoncos Ministros, Dres. Jmé M. GoenRg)i,
Marco Fldel Suá-rez y EmilIO Raiz Ban'eto, los Sres. Pedro
Bravo, Salvador .Oamacho Roldáll y Baltasar Bll tero Uribe, y
me encontré, al cabo de un mes, en posesión de un etnl>leo
que me aseguraba el pan cuotidiarw y me permitía seguir mis
explorliciones, q lle era todo lo q ne deseaba.
El Sr. D. Jerónimo Argáez me abrió las columnas de sn
estimable diario (1); el Curonel Francisco Javier Vergara y
V. corrigiG mis galicismos y barbarismos, y las prensal3 de la
Imprenta Nacional gimierou para imprimir el nombre del
pobre extranjero.
·Encontré en todas partes cariño, simpatía, indulgencill y
protección, y se llenó mi corazón de Rgradecimiento para esta
tierra colombiana qne no me debía nada y á la cnalle debo
todo. J
(1) El Telegramtl.
- 161-

He llevado el lector al Chocó, Antioqnia, sobre las costas


del Pacíficll y del A t lántico, y lo he paseadu por las orillas
del Magdalena y del Callca.
Terminaré por ahora est::¡s largas peregrinaciones, canten·
to sÍ, á pesar de haber becho bostezar probablemellte más
de una vez al lecto)' paciente, le he indicado algunos datns
que jgnoraba sobre regiones lt'jallHs y poco conocidas, y le he
dem ostrado, á lo menos, que vuelve uno de ellas sano y fllerte,
q ne detrás de cada pa lo de la montaña tl'opicál no le Hgllarda
un tigre Ó una culebra, y que pnede navegar en estos dos pa-
radisíacos s}n que, I~ fiebre malign~ lo postre en la canoa.
Todavla, {HlIzas, tengo en mIS cartel' ;tS al gil nos a pn ntes
q ne sacaré á I n~; I.m ede snceder tan! bién q lIe, si Dios me da
vida, mi destino errante me lleve snl::}I'e las márgenes del Casi·
quiare óá los desiertos del Caqlletá Ó de La G'lajil'a, que me son
toda vía desconocidos; de modo q ne no d go adiós al lector
amigo, le doy las gracias por habelllle leído, y hasta luégo.

Bogotá, Marzo de 1893.

11
EX PE DI CI'O N
A,L RIO CARA RE

PAR TE 1
1895 -1896 -De Bogo tá á Vélez

Después de las memorias auténtica s


segurame nte son las relaciones de viajes
las obras más curiosas é instructiv as, so-
bre todo cuando el explorad or se ha des-
pojado del pedantismo de la cienci~ y
cuenta con calor y exactitud .
Ver bi¿n y referir bien, os juro que
son dos cualidades muy raras.
SANTIAG O ARAGO

CAPIT ULO 1
Una tempesta d bajo un cráneo-A ll right-E l Boquerón de Tausa-L
a Vaquera.
Ublté-L a laguna de Fúq uene.

Ootubre 27 de 1895. Domin go-A principios del mPB re-


cibí del Ministerio de Hacien da aviso de trasladHrme á Vélez
para practic ar una inspección del camino de herrad ura que
de esta población conduce á un puerto en el río Carare .
Esta noticia me llenó de alegría : desde el fin de la revo-
lución de 1895 vivía en Bogotá en nna media inacciólI, á. lo
menos fisica, lo que para mi temper alnento es de lo más per-
judicia l; iba á conocer una región nueva, iba á entrar otra
vez en estas montañas tropicales que guarda n tal) maravilloso
encanto para los q ne saben leer en ell "s.
Sin embargo, tuve que demora rme en la capital algunos
días más con el fin de tomar entreg a de la edición de mi libIO
-164 -

Explo'l'ación en el .Alto Ohocó q ne estaba para termin ar en la


Iml-'renta Narion al, y por la necesidad de arregla r algunos
otrot! asur ltos que tenía pendie ntes.
Por fin me puse en camillo lleno de entusiasmo y llegué
á Zipaqn irá en donde debía tomar las dos bestias de carga y la
de silla hasta Vélez.
A pesar de todo, cnando á la noche me hallé solo en el
cuarto desnud o y silencioso, drl hotel Concor dia, me dejé in-
vadir por una cierta melancolía impres cindibl e en el que, de
golpe, abando na sus bábito~; me sentía alej<\do ya de mis amis-
tades V rplaciolles por mnchos meses, para siempr e quizás ; me
hacían falt~ \Jl is libros acostll m orados, los contornos con (l cid ~ 8
de los mueble s de mi cnarto, las voces de 108 de la casa; me fal-
taba el sonido de los campa narios de Santaf é y el silbido del
sereno de la esq ni na.
Pero estos mOII)entos de debilid ad, y CMi de desesp era·
ción, que son desgra ciadam ente harto frecuen tes en mi natn-
-raleza , pl'ecisamellte por motivo de la violencia con que me
acometell, son de corta duració n, y al cabo de una hora de pa-
&eo en el patio, mascando UD chicote, me hice á la rHz6n; me
repl'esellt~ la satisfaccjón del deber cnmpli do, la muestr
a de
confianza COIl que me h onraba una vez más el Gobier no; el
benéficio moral para mi repntac ión de ingenie ro que sacal'Ía
d~ la mieión qne desem peñaba ; veía_en mi imRginación el
río
Carare deslizándose entre los gigante s de la selva, y me acosté
calmad o y resnelto.
No tengo para q lié o-cu parme aq nÍ de 10H detalles técnicos
del trayect o de B,'gotá á Zipaql lirá; se hallan conf"ignados al
priflci~io de 'mis escritos titulad os Casanare, y la excursión
nne-
-va é interesHnte para mí no princip iaba sino desde la antigua ,
ciudad del Zipll.
El lunes 28, á pesar de la hora fijada ayer con el peón,
para la salida, á Jas 8 a. m., á dl1ras penas nos ponemos en mar ,
cha á las 9 y tres cuarto s; la lluvia que empezó anoche
cesa al cabo de pocos momentos, pero continú a nn viento he·
ladQ) que me oblig'-l. varias veces durant e esta jornad a, á hacer
, á pie largos trechos de camino para calenta rme. , .
En lugar de salir al camellón que á una legna de Zlpa-
qnirá se separa del qne va á Nemocón (por el Mfll'tiñ ) y que,
o

por consig uiente, da UOCl vuelta bafltall te larga (medIa l~~na


máf"), haci:.\ el N.E., tomám os el camino antiguo que se dlflge
al N. fJor O,'gua, el que atravesám()~.
Cogua (2,680 metros) dista de Zipaq\1irá 5 kilóme tros;
-165 -

es un pueblecito de unos 100 habitantes, de aspecto pobre y


triste por consiguiente.
A rnenio día atravesámos el río Nells~, afluente de la de-
recha del Fnnza. Este río, que toma sns f\lentes al pie del alto de
Cháquira, cerca de TlJrma), del lado opuesto á las del río ~ egro
(1), ataja el paso en invierno, y tiene cre.cientes muy vlOlen-
tas; lo atraviesa también el camellón antes de empatar con el
camino que seguimos actualmente, pero tiene nn puente qu~
lleva el n0mbre de Puente de l M,)lino de Agnatá. Aq nÍ tam:
bién han intentado hAcer uno, y me dicen que se habían reum
do al efecto h,asta $ 4,000, pero ha q !Iedado en estado de pro-
yecto; sin embargo se ven á la orilla muchas piedras grandes
que habían sido amontonadas al '] para labrarlas. Como estos
úl ti mos días ha llovido poco lo vadeamos si n dificn I tad.
A los PI)COS pasos nos jnntámos con el camellón ó carret.e-
ra en el punto llamado Tresesqninas.
El aspecto de la región 110 tiene ,nada de agradable: se
ven grandes potreros de escasa hierba, poca ilgricultl1ra y poca
población, y la q ne hay no parece muy desahogada. Los terre-
nos son rnny barrancosos y lav¡.¡d0s por las aguas, y recuerdan
á menudo los terrenos al píe de Tl1llja por sn melancolía. Sin
embargo, todavía se produce el maíz. No hay mncho trállsito,
quizás hoy, porque no es día de mercado en ningún pueblo cie-
cnl1veci!l(); pRsau algnllRs CRI'g'a8 de café que viellen de los va-
lles baj os del Occidell te y del Norte, loza de Ráq II ira, trigo y
papas. Los que llevan las ollas de barro de Ráqnira, que tiene
mucha fama en esta indnstriR, las llenan de huevos; estos pro-
dllctos van, pOI' lo gelleral, á Bogotá.
Pero poco á poco vamos elevándonos y llegamos á las on-
dulaciones para meras de TI81'l'Rnegra. Qt'flsulto los aneroi-
des y veo con satisfacci6n q no los dus marcan la misma altnra :
3010 rrletl'US. Algllnas chozas, ullas pocas cuadras de cebada
de trig de pRpas y de habas, se divisan á Jo lejos; lo demá~
l ),

son rastrojos de gra rnÍneas y de frai lejón. _


A las 5 p. m. llegamos al B I)q nerón de Tallsa, entre dos
en.ormes peñas; el hlg(\)' es lúgllbre é inspira poca confianz q ;
mI peóll añade, enseñálldome lInRS grandes cuevas ó cavernas
que hayal pie de las rocas: "allí hace algún tiempo asistían

(1) Este!ío ~ egr~ desemboca á la derechit, en el Magdalena, un poco más arri.


ba de Buella,vlsta (Izq ulerda) , - De este mismo lado de la Cordillera awmca hacia el
Norte otro no Negto, que es una ue las más altas cabeceras del río Minero y el río
de Ubaté que se ditige hacia. el N. E. '
-- 166 -

unos lsdrones! " Vaya una asistencia! Vámonos de aqní apri-


sa q ne la noche está cayendo, y no tengo ganas de ser asistido.
Pllr f')I'tuna algunas cuadras más ab}ljo está la hostería
de La Vaq nera, y allí encontramos una asistencia que vale me-
jor que la do los señores de las cuevas.
La Vaquera dista del pueblo de Tanea (mina de SAl de
algnna importancia), situado al N. O., unas 5 cuadras apenas;
de HWUO que la distancia del camino real, marcada en el mapa,
es algo exagerada.
Hemos caminado nnas 6 leguas desde Zipaquirá; la di.
rección gen(1ral es Norte, con unl-l ligera inclinaciólI al Este
(50), y iurante los dos últimos kilómetros,antea de La Vaque·
ra, vuelve al Oeste. Mañana esfaremos temprano en Ubaté
para el al ID uerzo.
La altura de La Vaquera, qne se halla situada unos 20 me·
tras abajo del B/l qnerón, es 2890 metros. Temperatura á las 6
p. m. (en la piez}l), 14°.
Martes ~9 de Octubre-Temperatura á las 5 a. m. 12° Nos
ponemos en camino á las 6 y 30' con un tiempo espléndido,
que dora todo el día.
Hago la primera parte de la jornada con un antioqn año
qne ha venido á vivir por estos lados, no S8 por qué, y una vez
más comprendo la dificultad que existe para trans¡.>lantar al
hombre lejos de los lugares que lo han visto nacer, á menos
q ne sea en pri mer período de su existencia, lo mismo q ne
todos los seres y plantas de la creación; me ensella con un
gran geoto que abraza al horizonte, los campos de trigo, de
cebada, de papas, y exclama con acento B margo: "iqué quiere
usted q ne uno haga 1 por aquí no hay más que trigo y pa pas,
y esto TlO manüene 1" Este buen hom bre está en UIl erfor for-
midable, porqne el trigo y la papa alimentan y mantienen ad.
mirablemente las tres cnartas partes de Europa, en donde casi
nadie come mHÍz, y no me parece que prodnce hombres muy
raquíticos; pero él se refiere á sí lOismo ; le faltan y le harán
falta ha.sta ql1e se muera, la arepa y la mazamorra de maíz de
'S Il infancia.
Pera tengo qlle dejar la conversación con mi antioqueño,
porque adviertq que las cargas se han qnedado muy atrás. Me
devuelvo aignnos pasos y encuentro al peón ocupado en cam-
biar las cargfls de !lna bestia á otra. '¡Es, me dice, que el rucio
no quieTe haoer lomo de ningnna m¡lllera." Decididamente el
muchacho tiene expresiones rony pintorescas .
. Luégo entnlmos en nna Z0na de peladeros estériles, forma-
dos por esq uistos pizarrosos y estratos volcánicos del aspecto
-167 -

más feo. No se comprende cómo la pobre gente que se ha ~t~e.


vido á fij ar sus morad AS por estas tierras i ngrH tas puede VI VI r.
Al cabo de unos 6 kilómetros de La Vaquera, llegamos á
Sntatansa, que por aquí llaman Slltapelado, ó sencillamen-
te Suta.
Snta está situado á la derecha del río Tansa, que junto
con el río de Ubaté, que viene de la izquierda (O,)"y el río de
Lenguazaque que viene de la derecha (E.), des3gna en un solo
brazo en la laguua de Fúquene. El pueblo, que cuenta apenas
unas 30 casitas, parece ro nerto, casi todas las Ca!:l8S están ce·
rradas, parecen deshabitadas, quizás por motivos de trabajos
en el campo.
j Triste recuerdo de la lheroica defensa de los 8utas y de
los Tausas contra el Capitán Juan de Céspedes!
Nos apresuramos á dejar estas miserias y b~jamos á la
sabana de Ubaté, que presenta un aspecto muy diferente: tie
rra muy fértil y bonita; el do de Tausa se ha desparramado
mucho á consecnencia de las lluvias y ha formado, al Sur de
Ubaté, nna laguna de cerca de un kilómetro cuadrado.
D ejamos á nna legna, á la derecha, á Oucunnbá, á orillas
de sus dos Jagunitas, . resto de nn gran lago desaparecido, y á
las 10 y 30 a. m. llegarnos á Ubaté.
Ubaté es ameno, aseado, y ofrece vida y movimiento; su
altura s. el n. del m. es 2,580 metros.
Es á nn kilómetro al Este de Ubaté qu'e pasaría, según un
proyecto inglés, el Ferrocarril del Norte, para ir sobre la ori-
lla oriental de la laguna de Fúqnene, de donde se dividiría en
dos ramales: el uno (izqnierda) por Chigninqnirá hasta el río
Carare, y el otro (derechl1) por Moniqnirá y el Socorro hasta
San Gil, con un empalme en Sntamarchán hasta Tnnja. ¡ Ha-
garr.os primero buenos caminos de herradura antes de pensar en
todo esto!
En un hotel qne se halla á la entrada de la población, nos
sirven un abundante y sncnlento almnerzo. Nos sucede una
cosa singnlar cada vez que salimos de Bogotá: en los mesones
de estos campos come n'lO mi 1 veces ,mejor q ne en el mejor
hotel de la capital, pero al ver' la cantidad de platos, 10 bien
servido, etc., cree nllO qne le van á, pedir, como en Ifl Cl)rte~ ,2
6 3 pesos de ley, y se asnsta por el quart d'heure de Rabelais j
nada de eso: son 2 Ó 3 reales, 4 á lo más.
Lengnazaqne dista de Ubaté nnas 2 leguas al Oriente. Se
puede ~r por ?OS c.aminos: el que pasa por Cncunnbá, y el
otro bIfurca ~ la t1erecha nn poco antes de llegar á Guachetár
En vista de esta distancia, con la vuelta que hay que dar po
-162 -

el uno ó el otro de estos pueblos, parece q ne la posición de Len-


guazaque, en el mapa corográfico, se halla demasiado incli-
nada haci).\. Oriellte y también que el intervaLo entre Cucu-
nnbá y Gnachetá es algo exagerado (1).
Uoa hora antes de Ilegal' á Ubaté, desde los altos de
S :lta" . divisamos la lagun-a de Fúquene, poco á poco vamos
acel'cándonosá ella; cuando llegamos al pneblo de Fú(luene,
apenas dist ·lOna de sus hordes S. O unos 4 kilómetros. La la-
guna de Fúqllene, situada á 2.550 metros sobre el nivel del
ffil\r, de nna área de 25 k ilómetl'OS cuadrados y de 14 metros
de profnndidad máxima (2), no tiene, como la laguna de TI/ta,
márgell~s limpias y bien dibnjadas; SI1S bordes son panta.nosos
y forma"dos por bancos fangosos y turberas; ademád, sn forma
no es muy feliz; es mny alargada en óvalo (de S: á N. tiene 3
leguas y de ancho mayor 1 legua), al mismo tiempo ElU6 den-
t~la(}a. En partes se elevan, en medio de las agllas, rocas có-
nicas que ' pal'ecen de origen volcánico. Las colinas y lomas
que la rodean no son muy agl'estes; no son montañas ni tam-
poco camlJos fértiles; lIO hay ninguoa población de importan-
cia situada á SIlS o~i'llas, sino casitas regadas en las faldas con
cua.dros de cultivos cortados por rastrojos •
. Uno de los adornos de esta laguna es el color azul muy
ptÚO de sns aguas, no cnmo 1a de Suesca, siem pre amari lienta.
A 11:1 puesta del sol, el golpe de vistll, con los vapnres que en-
Tuelvell algo Ja d~esnndez de ciertos cerros) es bellísimo.
E,n esta épnca el río que desagua en sn parte Sllr (Tal1sa,
Lenguazaqn6, Ub.até) ha formado nn inmenso desparramadero
que ha cubierto 1u.3 campos bajos sabre una superficie de más
d,e lejI~ll cuadrada.
La población de Fúq uene, q \le cneJlta unas 30 cas~s á lo
más, }Jarece tan mllerta y tan mi:3erable como Suta.
E~gllerra en Sil Diccionario Geográfico, da al pueblo de
Fúqnelle \1(\a altura de 2)425 metr~)s y á la laguna 2430, de
modo que ~d pneb lo estana. mas ba.l0 5 metl'OS que la lagll .
na, cliando, al contrario, la domina á lo menos 200 metros.
Hu poco más arri ba, yen \lll a posada llamada El Descan
so , de dl)llde domino admirablemente la laguna, decido per-

(1) Tod4S estas pequeñas observaciones las hago constar en un croquis de recti-
ficación '!J ampliación que debería acompañar á E)$tos escritos

(2) F. Javier Verga n y V.


noctar con el fin de gozar de I~s últimas horas de la noche
para hacer ob~ervaciones con los anteíjo8.
Hem0s camirhdo hoy 3 lE'gmls de La Vaquera á Ubat.ó.,
12 kilómetros de Ubaté á Fúqnene, lo que da con los 29 kl-
lómetrof\ recorridos ayer, una distancia de 11 leguas y 1 kiló··
metro de Zipaquirá á Fúqnene.
Temperatura á las 5 p. m. 16°, á las 8 p. m. 14°.

CAPITULO 11
El De8canso-Su~a-La Palestina-Chiquinquirá-Una desilusi6n-Visita al san-
tuaIÍo-Ellienzo de Nuestra Señora del Rosario-La Fe.

Miérooles 30 de Ootubre-A bandonamos El Descanso á


las 6 y 30' a. m. con un tiempo inmejorable. Decididamente,
y á pesar de nuestros temores, estamos de bnenas: los cami-
nos están secos y todavía no hemos encontrado el primer
paso malo.
Inmediatamente empezamos á subir un cerro de unos 150
metros de eleración sobre Fúqllene,. desde el cnal divisamos
mejor todavía la laguna, á 1I11estros pies, á la derer.ha, es de-
cir, á Oriente, y á Sllsa al Nnrte, en medio de una sabana en-
cerrada entre colinas amarillentAs y osterilcs.
Susa, cnya altura es de 2,570 metros, á pesRr de SI1 anti
gua riqueza de la cllal no ha gnat'dado rastro alguno, es de
poca importancia (unos 300 habitalltee), y no parece mlly prós-
pero tampoco. Dicen que en los cerros vecinos hay minas de
cristal de roca. En este mismo llanito, al Oriente de Susa,
existe nn desparramadero de la lagnna de Fáquene qne for-
(na nn peqneño lago en comnnicHción con el grande.
Dejarnos á Occidente, es oecir, á nuestra izquierda, y á 1
ki IÓtnbtro de distancia, al peq ueñ0 pueblo de Si rn ijaca, y fran-
queam0s el Boql1erón, mny poco elevado, de la Palestina; ya
no estamos ell Cnndillamarca y pisamns el terr'itorio de BnYlwá.
Por nn largo camelló" de 7 kilómetl'os perfectamente
plano y á cllya orilla se ven potrero~ COL} hermoso ganado y
bastantes cnltivoEl, llegarnos á Chiqninquirá, que se extiende
al pie de colillas haja'l. La distallcia qne hemos recorrido hoy,
desde El Desc!lllsn (Fúql1elle), es de 5 leguas y media,
Es día de mercad" y las call es estalJ atestadas de geute ;
con tmbajo 1I0S abrimos paso hasta el Hotel. Es la 1 y mediB,
y I'esnel vo permanecer aq ni hoy para dejar descansar las bes-
-170 -

tias y sobre todo para tener 'lugar de visitar el Lourdes de


Oolombia, lo q lIe deseaba ardientemente desde hacía añIJs.
Deho confesar qne me sucedió lo que acontece g eneral-
mente cuando se realiza por fin nn deseo alimentado desde
mucho tiempo: se forma uno mil ilusiones eobre el objeto de
su anheln, y el día en que lo tiene en su p(!)sesión ó delante de
sus ojos, cae desplomado.
Apenas desm ontado me precipité al templo de Nuestra
Señora del R osHri o. Había oíd o bab lar Ó me figuraba algo
como la ViJ'gfl ll de LOlll'd e.s, como Nuestra S l' ñ ll ra del Pilal'
de Zaragoza ó de Atocha , algo maj es tuoso, relumbrante, qlle
no ae pu ede mirar por el brillo extra ordinari o de los diaman-
tes, los ru bíes, las esmera Idas; m íles de ci rios ard iendo eter-
Tlllmente alreded or de un altHr de oro y platH ; nna multitud
de fieles y de peregl'inos perpetuamente prosternad os al pie de
esta imagen mi lagrosa. elevando hacia el cielo BUS plegarias,
sus qnejas, FIl S dolores!
Nada de esto; nn te mplo muy bien constrnído, y por cier-
to imponente, pero desJlud o y sin adornos; en el fondo un altar
se,ncillo, corno e l de ulla panoqnia cualquiera, en cnya parte
snperior cae una peqneña cortilla de seda de un metro cnadra·
00 ; alrededor de la J,'eja algunas malas pinturas (los ex-vo-
tos), que p Hrecen haher sido pintados por un niño de cnatl'O
afios ó por nn h ombre en deliril); y dos ó tres viejas haciendo
viacrucis en 1HS som bras de 1as colu m Ilas ; y estó es todo!
E staba desesperado, anit¡llilado, cuand o yo recordaba las
ri'quezas de n lle8tl'aS ig lesias de Francia, de España, de Ibilia
que encierran millones en valores de arte, de oro, de alhajas.
Aquí, en Col ombia, tan ('atólica, yen donde ae invoca á la Vil"
gen de Chiqninqnirá 10,000 veces al día, desde la PelllmulH
Goajira ha~ta Túqtlerres y desde el Oasiq\liare hasta la Oosta
del Randó, nada más! no }Jodía contentarme aSÍ; me quedé
refl exionando, inmóvil en medio de la nave prillcipal, Cllflndo
bajó dol coro la comnnidad de Dominicanos, que son los que
desern peñall el r,n Ito y tienen su con vento adj \l n too Pasaban,
con sus largos hábit os blaneos, en tila de á dos con la cabeza
incl i nada, IOB brRz ns crllZHdos sobre e I pecho. Paré al úl ti lIlO,
el más pequeñ n, muy viejo y m\ly cano; era precisamente el
cura de la Catedral. Muy turbado y tartarflndeando, le pre-
gunté: "dis) lénserne, R eve.relldo Padre, soy fl'ancés é IlIge-
niero del Gobier/lo, qnisier3 ver la estatn I de la Virgen, 108
adornos, el tesoro ... o •• " Se sonrió d\llcelllellte el anciano Pa-
dre y me contestó: "Ami~o mío, aquÍ no hay más tesoro que
- 171-

el que usted va aquí; no hay estatua de la Vir~en, sino nn


lie¡;zo al temple qne se def'cubre cada tarde, á Ifls 6, puede us-
ted verlo; no hay más; hasta I uégo!" y entró en la -sacristía.
Esta corta explicación no me satisfizo todavía; salí del
templo, dí la vuelta, y Ht~á~ avisté la puel'ta del cor vento; II~.
mé, vino el hermano portero, el cual desp\1és de haberme he-
cho entrar en 01 locntorio, con la mayor amabilidad se encaro
gó de pasar mi tarjeta al PRdre Prior.
A los dos minlltos estaba al11 el Reverendo Padre ,Oipria-
no Sáenz, alto, seco, figura ascética y muy inteligente; me co-
nocía ele nombre, había leíd,) algnnas relaciones mías en El
Teleqrama, y me repitió lo mismo que me había dicho el otro
Padre; pero sin embargo, se ofreció para conducirme á que
viera de cerca á la imagen de Nnestr& Señora.
Oonversando, atravesamos el convento muy carcomido y
mohoso y entramos en la' sacristía: \, Nada de alhajas, me
dijo, estos son cuentos; todo bace tiempo que se lo llevaron
los españoles; lo único q ne hay de valía es nn peq ueño cintu-
rón, regalo de la Sra. DLlqnesa de Alba, y que ha sido ava
luado en 7,000 pesos; lo demás son adornos modernos sin gran
va 101'. Estos cnadros de mármol escn I pi dos y p.i ntados q ne re-
presentan el bautismo de Nnestro Señor y la N Htividad; estos
retratos al óleo, el primero es Fray Miguel Garnica y Dorjue-
lo, natnral de Chiq\linquirá, foe doctor en Teologla y Regente
del Con ven to de TllIlj a, lnégo de éste, y es á él á q nien se de be
la construcción de este emplo. El segundo es el retrato del Pa-
dre Fray D 'l(!dngo Petres, capuchino, lla~\Iral de Petres (Pro-
vincia de Valencia, ES¡.Hlña), arquitecto, file quien trazó los
pl~nos y dirigió los trabajos de la Catedral y de Santo Do-
mIngo de Bogotá, de la iglesia de Zipaqnil'á y de este templo;
murió en 1811. El tercero es la fignra del IIIll~trísimo DI' Ra-
fael Lasso de la Vega, nacido en Sant;ago de Ver'agna (Pana.
má); cons3g1 Ó este tem p lo el 11 de Septiern bre de 1823, siendo
Priur el Rt'vel'elldo Padre Casimiro Landínez. Vamos ahora
al coro: aquÍ están estos dos viejos órganos casi descompuestos,
pero pronto vamos á recibir noo, y!! está en Facatativá, gnlcias
á Dios; como cinco meses hace Gue estaba en Bilrrauqllilla!
Como m.e ha dicho nsted que tiene la vista mny corta,
iremos al altar y le voy á enseñar la i rnagen de Nuestra
Señoril.
y COIl la mayor sencillez y bondad el R. P. me puso la
escalera, subí encima del retablo y levanté yo mismo el velo
que ocultaba la antigua reliqnia delante de la cual se habían
-172 -

derrRmado tántas lágrimas, se habían levantado tántos corazo-


nes, se habían pronuncia,io tántas súplicas llenas de fe de esta
pobre hnmanidad doliente!
Yo tHmbién, en Illis adentros, le hice mi corto rnego : no
era ni 3lUilrgo, ni muy ambicioso; le pedí qne me guard 'ua
mi buena s'dud para continllar todHvifl. f1,lgnnos años más mis
peregrinaciones por estos m'lndos de Dios.
Bien es verdad: todos necesitamos creer, tener esperanza
en algo GWjol', en algo que nos salve, porque el día en que no
crea!l~os, en que no esperemos ya nada, caeremos en un abismo
de dolores y do desolación!
El lienzo es muy descolorido, mny dañado y casi es una
telaraña, pero dicen qne á as lllces, y de lejos, ell el templo,
se ve distintamente; está l1dornado sobre el vidrio que lo pro-
tejE\, por algnnos aderezos de piedras falsas entremezcladas
con esmeraldHs verdaderas, una crucfsita de oro y no collar
de perlas fi n 1~, No creo necesario referir aq uÍ la trad ición de
la imagen que se halla muy detalladamente contada en la His-
toria de Groot.
El templo, qne, como lo he dicho más arriba, es un mo-
delo de cOllstruC'ción c¡)l'l'ectn y estética, ha sido objeto hace
poco, de importalJtes refec('iones y ampliaciones, Se te' minó
la cúpnla, que se eleva encima.Y en el centro de la nave prillci ·
pal. Un i (wen pi n tor de B¡)gntá, de l cllal tn ve la i nad vertencia
de no apnntar el nombre, añarJió en la base de la cúpnla, meda-
llones qlle representan escenas de l Antiguo Testamento, con
muy buena perspectivH;Y la Fábrica ha hecho construÍr recien-
temente !IIH\ ca~lilla lateral dol mislUo estilo qne el de la Oate-
d I'al, para dl' pos1tar en ella los c,\dá veres que llevan del ve-
eindario, .
Pregnnté al Reverendo si la Coml1nidad había snfrido
mllcho dnrante III última revolnción: "no, me contestó, n08
pusieron un empréstito de mil pesos ($ 1,000) plata, y se lle-
varon algnllf-H bestias y gHlápflgfl S qlle teníarllos, pero sobre
lluestras fH'r:'l(IIHi'l no ht1bo violellcia algnlla."
Oada 7 añl lS hay lIna gran romel'ía á Nu estra Señora
del Rosario dPo Chiquinqnirá: la próxima tendrá Ingar en 1898.
La fiesta anllal es el 26 de Diciembre.
Me separé mny agradecido y contento, El Padre me ha·
bía reconciliado cn" IlIi illlsión perdida, .Y h:--l.bía encolltrado
en la sencillez y hnmildad do Ohiqllillqllin1 , t:-tllta IlI :1je5tad y
tanta fe COlllO en Lourdes ó ell Atocha.
Chiqllinqlliráes Ulla ciudad fea y bi(o requeteftJa: las ca-
- 173-

11es torcidas y estl'echa~, son desaseadas y mal e~~edradas;


las capas mnchas con piso alto y balcollep, son vJe]as y su-
cia-s' las 'tiendas redncidae y oscuras. El mf'rcado es importan.
te v ~nny cOIlcllr,rido, y se ve que la p(lblación de los alrededores
es" considerable. Los princípales artlcnlos de producción son,
además de los cflfés qne se centralizan :-Iqní de ciertos puntos
de tierras calientes, de Occidente y del Norte, y del ganado,
panel as, euj almas, al pargatas, ci Ilcbas, cost~les, lazos, ta labar-
tería, etc.
La altura sobre el nivel del mar es: 2620 metros.

CAPITll LO III
El valle del Río Suárez-Saboyá-Mata R edollda-Puente Nacional-L}egada á
Velez.

Jueves 31 de Octubre- Amanece.coll el mismo buen tiem-


po de qne tengo la f.l\·tuna de rlidrutar desde qtle estoy en
camillp, es decir, sin lIlla nnbe. Ha babido, durallte la lloche,
una fllerte helada, pero b}ljó los rayof del sol, 8e calien"ta
pronto la at'nósfera y la temjJeratnra q\leda deiic :osa dnrante
todo el día. Hace 15 días, según me dicen, que no ha llovido en
Ohiql1inq\lil'á.
Desde la Laguna Fúquene estl1mns en el Valle del Rlo
Suát'ez, que antignamellte se llamaba Saravita; los españoles
le ca mbia ron el no 111 bre en recll erdo del acciJente q ne ocn r6ó
al Ca¡;itáll Gunzalo 811árez Rondón, que, al pasar el río, perdió
Sil caballo Ilevadu pUf la viulencia de la corriellte. Ulla de las
cabeceras del río Snárez sale de la Laguna mism¡;¡; se junta
con el río Chicamocha, q\le entonces se Ilarnl-lba 811be, \lilas 10
legn Hs al Nortd del Socorro y al Sur de la Mesa de Jéridas, y
entollces toma elnolDbl'e de Sogamoso.
A 9 ki lómetros de Chiqu"1qnil'á damos con- el pequeño,
pero simpático pllebln de S i: I bllyá, sitnado sobre nlla eminen-
cia y rodeado de cultivos. Visitalllos la igl~sia que está
bien adurnada y posee algnnas pintl1ras y estatuas que no falo
tan de mérito IHtÍstico.
No tenemos tiempo de ver la célebre piedl'a grabada. A
pr{\pósi to de est.R piedra dice Eli seo R ecllls, ell Sil Geografía
Universal (Ir: "Eeta roca, llena de jerogtÍticos, cuya lU~yor

(1) La parte de esta Geografía, uno de los monumentos de la ciencia moderna


correspondiente á Colombia, ha sido traducida por el Coronel F. J. Vergala y V. '
-174 -

parte, por desgracia, qneda oculta baj() los líquenes, es la más


notable de Colombia. Los indígenas consideran esta escritura
no descifra.da como una indicación de ocultos tesoros, y tratan
de adivinar el significado para enriquecerse de un golpe;
AncÍzar y otros sabios, al ver entre esas fignras la representa-
ción de la rana, símbolo de las aguas abundantes, han pensado
que la inscripción de Sabnyá cuellta el diluvio por el desa-
güe repentino del lago de Fúquene por la garganta profunda
que al parecer indican las pinturas. Seda, pues, la homóloga
de las rocas pintadas de Pandi, qne se hallan eu la otra extre-
midad de la tierra de los Muiscas."
Siento no tener á mano la obra del Dr. Vicente Rgstrepo,
sobre los Chibchas, para extraer también lo que dice tan ex-
perto sabio sobl'e la materia.
Como á nn kilómetro al Norte se desprende, á la izquier-
da, en dirección N. N. O. el camino que conduce al pneblo
de Jesús María, situado en el importante y rico valle del mis-
mo Ilom bre, (Río del Valle).
Hasta allí el 'camino queda perfectamente bueno, pero se
va dañando Inégo más y más, y gracias á Dios que estarnos
en tiempo de verano porque debe ser infernal dllratlte las Ilu·
vias; de todos modos es un pedregal eu donde los animales no
saben cómo poner los pies, además está muy quebrado y de
pendiente fuera de toda regla.
Como en un puntó todavía más feo que los demás, le
digo al muchacho: "hombre, esto debe ser muy trabajoso
en invierno," me contesta: "no me diga, mi amo; que las
bestias se tienen que servir de puentes unas con otras 1" me
quedo un momento pensativo, yal cabo de un rato creo haber
comprelldido que me quiere indicar que las pl'imeras bestias
se Clien en los atascaderos y fangales y que las otras luégo
pasall por encima como sobre un puente. La fignl'a es enér-
gica y pinta la situación mejor que muchas descril-'ciones.
Antes de entrar en el Departamento de Santander, y
como á las 12, atravesamos los casedos de Gaqne; un poco
más adelante y en una cuesta pedregosa, se eleva nna cruz de
. madera; pregunto lo que significa y me cuentan qt.le, hace 11
años, en este punto del camino, nn caballero ti ue venía del
Socorro para Bogotá con su señora, la mató, allí mismo,' de
dos tiros de revól ver. ¡ Misterios de la vida, en los cnales no
debemos querer penetrar cuando DO nos tocan de lDuy
cerca I
A las 3 p. m. llegamos á la biful'cación de dos caminos,
-175 -

qne, el uno y el otro, conducen á Puente Nacional: el de la


izquierda, IlalJ}ado del Ferrocarril (~), es nn poco más largo
pero mejo!'; el otro también es practic¡;¡ble ahllr¡j; por con-
siguiente elegimos el de la derecha, Ó de Mataredonda.
Pasamos por primera vez el río Snárez sobre un puente
de madera, cubierto de tejas, y en bastbnte buen estado; el
puente tiene 26 metros de lat'go y el río unos 20 de ancho, con
muchos a ltos, caídas y espuma.
A las 10 cuadras ffélnqueamos la qnebrada Otera, aflnen-
te de la derecha, sobre un puente de 15 metros, del mismo
género que el Ruterí or, pero en peor estado.
Ya van á sel' la3 4 p. m., las bestias están rend idas con es-
tos pedregales y tI d'1 8 estHs cnestas que les ponen las cargas
en las orejas ó en la cola, y es bueno pensar en ranchar, por-
que no alcanzaremos de día al Puente. Por lo tanto, nos queda-
mos en la posada de Mataredonda, en un alto (2,480 metros),
y en donde nos dan excelente trato.
H;¡y 3 leguas de Saboyá á Mataredouda, de modo que
el trayecto recorrido hoyes de 24 ki lómetros.
Viernes 1.0 de Noviembre - Hay tormenta y fnerte agua-
cero durante la noche, amallece nublado, pero se despeja al
momento de ponernos en marcha, de modo que está dicho que
acabaré la primera parte de este viaje sin recibir una gotd de
agua: ¡ qué será lo 0 ue me reserva el Caral'e !
Sal unos á las 6 a. m. y á los pocos pl:lS08 diviso á la ciudad
de Vélez como á 5 legnas en dirección Norte. D esde ayer la
mayor parte del camino p\isa entre monte bajo y rastrojos;
hay pocas caRas y pocos en lti vos.
Dos kilómetros antes de llegar á Puente Nacional deja-
mos á la derecha un camino que conduce á Moniqnirá; la al,
tura es de 1,920 metros, y se ven los primeros pltltanales.
A las 9 a. m. entramos en el pueb lo de Puente Nacional,
que algunos llaman .todavÍa Puente Real, después de atrave-
sar, por segunda vez, al río Snárez sobre el puente del mIsmo
nom breo El puen te tiene 39 metros (i nel uso los estribos de
mampostería), y su orientacióu es de S.S. E. á N.N. O. ; es vie-
jo y carcomido y tiene varias vigas podridas, pero presenta toda-
vía suticieute solidez para no comprometer la seguridad (altn-
ra 1,710 metros).
El río, siempre muy correntoso, tiene en esta parte unos
30 metros de ancho, entre peñas y muy ellcHjonado.
Hoyes día de Todos los Santos, y como es hora de misa
acuden de todo el veciudario y el pueblo está muy animado;
-176 -

el atrio de la Iglesia t que tiene buena f~cbada, está negro de


gente. -
Un poco más arriba desagna el río del Valle de J eelIs (iz-
qnierda). Puente Nacional, ant.igno Illg'RI' de mercado impor-
tan te donde se ren nÍan los Ohibohas, Guanes y Agataes; ten·
drá unos 1000 habitante~, pero me dicen que el Di8trito es
muy poblado: 12 á 13000 habitantes. Está situado á media
falda, y no en un llano, como dice Esgnerra. La altura de la
plaza princi psi es de u nos 40 metros mayor que la del
puente.
- La distancia de ~fataredonda á Puente Nllcional es de 6
kilómetl·os.
Almorzamos y volvemos á emprender marcha á las 9 y
30, a: m. A unos 1500 metros de distancia dejamos á la dere-
cha el camino que va al Sucorro y 1I0S dirigirnos, al tl'3VeS de
unR montaña baja, pOI' un camilH) yue debe ser malísimo en
invierno, hasta la población de Vélez, que dista-de Puent~
Nacional '4 legn&S. - _
Hay mny l!>0cas casas á orilla del camino y el terreno es
muy quebrado, pero vamos gradnalmente entiende hasta 2,210
metros, qne e8 la altitud de Vélez. Algnnos puentecitos sobre
quebradas que se hallan en el trayecto están en pésimo estado
y peligro'ios para los animale¡;¡.
Dejamos/al pneblito de Gnavatá á la izquierda, como á
_una legna antes de llegar á Vélez, y á la derecha otro camino
que va hacia el S. E., para Moniquirá.
En la segunda parte de esta relación nos' ocuparemos de
Vélez, que ,es el centro de nna comarca muy illteresallte y poco
conocida al exterior. IIc,y es todavía muy temprano para tra-
tar el asunto. Lo qne podemos decir es ql1e nos han recibido
con mucha simpatía y cariñ9, que atriuuiremos en su mayor
parte á la popularidad de que g"Zll la empl'esa que venimU8 á
conocer, más que á nuestra humilde per80~alidad. ElI todo caso
nos parece que permaneceremos con gllsto algunos días en
esta ciudad antes de emprender marcha para el Cara re.

RESUMEN DE DlSTANOIAS

De Bogotá á Zipaquirá, 50 kilómetros. De Zipa'lHÍt'á ,á


Cognf\. 5 kilómetros. De Cngn1i á Lf\ Vaq lIel'(\, (Tii.lIsa) 24: kI-
lómetros. De La V aq nera á Slltatanqa, 6 kllórn ett'o8. Dd SlIta·
tausa á Ubaté, 9 kilómetros. Dd Ub é~té á Fúq uene, 12 ki ló-
metros. De FÚ(juene á Chi'Juinquirá, 28 k ilómetros. Dd Chi-
- 17.7 -:-

quinquirá á Saboyá, 9 kilómetros. De Saboyáá Mataredonda,


15 kilómetros. De Mataredonda á Pnente Nacional, 6 kiló·
metrlls. De Puente N acional á Vélez, 20 ki lómetros.
Total de ki lómetros; 184, ó sliIan 36 leguas con 4 ki lóme·
tros de Bogotá á Vélez.

CAPITULO IV

Vélez-La Peñ\\-El camino del Carare-El Tenitorio de Bolívar-Colonias agrío


colas-Precios del mercado-Caminos y poblaciones vecinas-La sociedad.

La ci udad de Vélez, dice El ¡seo_Recl ns, se halla construí·


da á 2190 metros de altllra sobre el lJivel del mar (1), en el
declive do una montaña quo, cortada por barrancoR. termina en
escalones calcáreos \lenos de am0nitas fó3ile:1. El Capitáll Mar.
tÍn Galeano, fundad()/' de Vó lez (1539), hizo ~Ieccjón de ese
terreno rodeado de precipicios y próximo á la línea divisoria
entre el Alto Sogamoso y los valles áel Carare y del Opón
sólo por sus ventajas estratégicas. A pesar de lo malo de los
caminos qne la enlazan á los valles que domina, la ciudad pros-
pera. La región de Vélez es una d-e las más notables de Co-
lombia por sns curiosidades naturales: una veintena de kiló·
metros al Norte, cerca de La Paz, ábl'ese un avén de 118 me-
tros de profundidad COII cerca de IlrJ kilómetro de circuito; es
el Hoyo del Aire, que parece lo formó el hundimiento de las
estratas superficiales que cayeron en abismos subterráneos.
" Este fenómeno, añade el Coronel Frallcico J. Vergara
y V., es común en esas Illon tañas, en las q ne In nchas d e tales
pailas son suficientemente anchas para recibil' cultivos; tam-
bién abrlndan las cavernas.
"Vélez, una de las poblaciones más ricas del Departa.
meto, se situó en donde está por cuanto el primitivo camino
de las mesas al Magdalena pasaba por el Opón y por el Carare;
se ha intentado abril' otro COII el mismo tin. Vélez, cuyas mu-
jeres son en verdad hermosas, prod uce afa lOados d ni Ce S y con·
servas, pero no presenta buen aspecto ¡Jor lo qnebrado del
snelv en q\le está edificada. Cerca se hallan Chi patA, el pri·
mer pueblo muisca habitado por Quesada, y Gllavatá, notable
centro agrícola y pecuario."
Efecti vamente V élez está construído sobre la falda de la
(1) He hallado 2210 metros.
12
-178 ~

Peña del mismo nmobre, mnro roqueño que corre á su occi-


dente y norte y hace parte de la cordillera que separa la hoya
del río O¡.:>ón de la del Suárez.
Esta peña, de un espesor medio de cerca d~ dos leguas en
dirección septentrional, alcanza á 5 kilómetros de la ciudad,
una altura de 2,690 metros sobre el nivel del mar (Fontecha).
Al Oriente se extiende la hoya del Suárez y el pequeño
valle de la quebrada Ropero, á donde se van fondando cada
año con más impulso, nuevas plantaciones de café.
. Todas estas faldas que se desarrollan al pie de la peña son
formadas por excelentes terrenos, abon9dos continuamente
por los derrames de cal y de yeso que provienen de las cum
bres occidentales.
Hemos tenido ' ocasión de visitar algunas posesiones in-
mediatlis como La Rosita (General Ricardo Lesmes); el Egido
(Luis F lórez Carnacho); La Primnvera y La Florida (Sres. Pa-
rras) El Hato (Manuel Olarte), etc., ql\e á pesar de que algunas
son inci pientes, an u ncian brillantes resul tados y al mis roo
tiempo presentan comodidades y conocimientos agrícolas por
las casas de habitación y disposición interior de hacienda.
La gran esperanza, el porvenir de Vélez y de sus habi-
tantes, asi como del Sur de Santander y Norte de Boyacá, es-
tán fincados en el Oamino del Oarare. Efectivament.e, esta Pro-
vincia, situada al Occidente y aftlera de la gran vía de San-
tander, camino del Socorro, San Gil, Bl1caramanga, está natu-
ral é illstintivamente invitada á buscar su desahogo, sn lazo
por el Oeste y el Norte, hacia las grandes arterias fluviales y
. navegables del Carare y del Magdalena.
Desde el tiem¡.:>o de la c~)llqnista existe nn camino que
conduce por Ouevas, Flórez y Landázuri á San Fernando so-
bre el río. Pero este camino, á pesar de haber sido refeccio-
nado en varias ocasiones, no presenta las condiciones requeri-
das para el tráfico importante de ulla vía comercial, atraviesa
algunos terrenos malsanos, húmedos ó escarpados, y da ro·
deos inútiles; además está en malisimo estado de conservación.
También se ha hecho el trazado de una vía férrea hasta
el río Oarare y se gastaron en trabajos preliminares ingentes
Bumas, pero no se llevó á efecto.
. En 1890 se asociaron varios caballeros y capitalistas de
la comarca, consignieron un privilegio y contrato del Gobier-
no Nacional y em prendieron la abertura y construcción de un
camino de herradura desde la ciudad de Vélez hasta el Puer·
to de Los Botes sobre el río Oarare, 2 leguas abajo de San
-179 -

Fernando. (San .Fernando es ~l punto marcado en el mapa


corográfico COll el nombre de Puerto Oarare). .
Este camino cuya longitud total es de 20 leguas, tIene por
punto mediauo, el caserío de Landázuri á 10 legn~s de Vé!e~.
Hay actualmente 3 leguas de camino constrUIdo l reCibI-
do oficial y definitivamente, la 4.& esta en con~trucclOn, y. la
Junta Directiva de la Compañía afirma que eXIste un cammo
provisional hasta Landázu ri. La parte de vía entregada ofre-
ce las comodidades apetecibles de un buen camino de monta-
na en cuanto á piso, allChura, pendientes, desagües, pasos de
quebradqs y desmontes laterales.
La Compañía está obligada á establecer tres Colonias Agrí.
colas en la zona del camino y va, según asegura, á dar princi-
pio, en estos días, á la primera en el Puerto mismo de Los Bo·
tes, ayudando eficazmente á las familias que desearían esta ·
blecerse en estos lugares.
Mientras tanto varios de los socios y otros empresarios han
empezado desmontes y siembras de café y casas en la orilla
de la vía, en particular 108 Sres. Antonio Becaría, Cabanzo y
Pinzón, Gregori y Rufiniano Téllez, Wenceslao Camacho, Mi·
guel 0laya, Rodolfo Olarte, Eusebio Morales (Gerente de la
Compañía); y una Sociedad industrial: La Agríoola, cnyo Pre·
sidente es el Sr. Emilio Padilla.
Estas iniciaciones han traído algunos colonos que han
cODstruído sus habitaciones en varios puntos de la sección de
la vía construída y, con constancia y trabajo, podernos angurar
que pronto una éra de prosperidad se abrirá para estas regio-
nes, privilegiadas ya por la naturaleza y que hace algunos
afios parecían desiertos impenetrables.
Efectivamente, la nueva vía atraviesa la rica región del
extinguido Territorio de Bolívar, que contiene minas de oro,
plata, plomo, cobre, esmeraldas, amatistas, alcohol (sulfuro
de antimonio), hierro sal, carbón, petróleo y mercurio (cina-
brio). En Santander ll~y pocos mineros y será bueno atraer lué-
go algunos antioqueños.
Los bosques contienen caucho, quina cuprea,-esta plan-
ta tiene siempre su valor á pesar de la fnerte baja que ha
sufrido la cascarilla; pero, reduciendo los gastos de transporte
como sucede en el caso presente, puede toda vía ser exportada;
además se sabe que, desde algunos afios, va disminuyendo
mucho la producción de las plantaciones de las Indias Ingle-
sas,-Oopaiba (canime); resinas de mangle, lirio y sande; palo
de mora (palo brasil), cedro, caoba, ébano, palo de rosa, tagua~
-180.'-
damagua, majagua, todas plantas y árQole~ útiles para la iQ-
dustria.
La fertilidad de las tierras y el cli ma nos hacen fondar
muchas esperanza& en la prosperidad de las colonias agríoolas
qne alH se van á establecer bajo la protección e>ficial. El prin-
cipal objeto q\le debemos perseguir en estos establecimientos
es que salgan de la rutinera agricultura y que cultiven en
grande escala productos exportables. Además del café, del ca-
cao y del tabaco, hay infinidad de otros, como el ramio, so'
bre el cultivo y en beneficio del cual he publicado en Antio·
quia algunos estlldios prá~ticos en un periódico científico que
redactaba en 1892 (El Ferrocarril. Imprenta del Departa-
me-nto, Medellín).
El ramio, especie de ortiga, vivaz y textil, originaria de
la Ohina y de Java, donde se llama ramet, se emplea hoy mu-
cho para hacer telas muy finas y se trata de aclimatarlo en too
das las regiones templadas. La circunstancia que se opuso du·
rante mucho tiempo á una gran extensión del uso del ramio
era la dificultad de la decorticaciólI. Está resuelto el problema
desde hace algunos años y conozco 27 procedimientos med,·
nicos in ven tados, perfeccionados y pri vi legiados deade 1878
para beneficial' el ramio, de los cuales la mayor parte son su-
mamente sencillos, baratos y han obtenido recompensas en las
Exposiciones Universales.
. La sarrapia Ó cumarú (dipteryx odorata), conocida tam-
bién baJO el nombre de Haba-tonca, produce nna almendra
empleada en perfumería, para mezclarla al rapé, en la fabri-
cació:: de licores, pri nci pal mente del ron, en la desinfección
de d ¡'ogas como el yodoformo; se extrae de ella la sal de cu·
marú Ó oumarina, que sirve como pri nci pio acti vo en la com-
posición de varios medicamentos; macerada en alcohol forma
'nna tintura cordial y tónÍca: la madera del palo es muy fina
y propia á la ebanistería. Desde algunos año!;! ha tomado esta
almendra mucho valor en Europa y se exporta de Oasanare
(especialmente de Aranquita y de Mata de Palma) con gran
proyecho. El Pllo sirve al mismo tiempo, en las plantaciones,
de sombra benéfica para el café y el cacao,
. Necesitamos y queremos colonias agrícolas que envíen
·sus prodnctos al extranjero. Está en los más altos intereses del
Gobierno el que procuremos el mHyOI' aumento de nuestras
exportaciones, porque aumentarán naturalmente las importa-
ciones, que significan también el mayor producto de las Adua-
oas, la riqueza de todos y el bienestar común.
-181-

En estas inmensidades se pneden formar admirables de·


hesas de pará y gninea para la cría y ceba del ganado que se
importa en tan grande escala actualment~ en Santander.
Casi no hay indios salvajes en las orIllas del Carare: están
en el Opón á 20 leguas de distancia.
El temperamento es bueno; no hay fiebre amarilla, ni
perniciosa ni maligna, sino fiebres tersianas é intermitentes,
que se evitan con elementales precanciones higiénicas ó se cor-
tan con quinina.
Tendremos 1négo qne ocuparnos detenidamente de esta
vía, que es el principal objeto do nuestro viaje al río Oarare, y
no hacemos ahora casi otra cosa q ne mencionarla en esta bre-
ve reseña de la Provincia.
El casco de la. población de Vélez contiene nnos 2,000
habitantes y el Distrito 13,000. Hay 3 mercados á la semana,
pero el más imp ortante es el del sábado, sobre todo en ganado
y bestias mulares. .
Los precios de la plaza Bon actualmente los signiel1tes :
Sal, carga de 8 arrobas .............. -"'-- ....... $ 20
Arroz, carga de 8 arrobas ____ ....... ---- ---- .. ,_ 26 40
Algodón, carga de 10 arrobas. ____ --~- --- ........ 35 20
Café, arroba .................... ---_. . . .. ... . 3 80
Miel, carga de 16 arrobas. ___ ......... ----. ____ 11 20
P anela, carga de 8 arrobas. . . .. . .... __ .......... 11 20
Azúcar, carga de 8 arrúbas .. .•..... ____ ...'....... 25 60
Fique, arroba __ ... . ... ____ ........••... .. , ........ 2 20
Carne, arroba ................. . ...... , .. _... ,... ......... 4 60
Sebo, arroba.. • .• . . . . .. . . .•.. ____ .. ____ . . . . . .•. 5 60
Papas, el palito ...... -. ............ . . ' ... _.. __ ... 2
Mt-lÍz blanco, el palito ............ ' .' . . . . . .. .... 1 40
Maíz amarillo, el palito........... . ............ 1 30
ganado novillo ... ____ .... ________ .... ________ 68 ..
D toba , la lib ra..... ____ .... ____ .... ____ .. , ...... 1 20
e la ~l lIl?ndra del otobo, q n e es 11 n palo gnlllde, se ex-
trae nn acelt~,o pomada compactada en panes, que se emplea
para la curaClon de los gusallos, gar-rapatas, mismís (especie
de garra~ata pequeña y colorada que ataca á los caballos y
mulas), nlguas, mataduras, úlceras etc v en la cnracióu del
B b'd VIl . ,., J
U on e r e ~z, (~SpeCle de chancro que especialmente se pre-
senta en la narIZ.
Tocante á la ~n~ig.ua reputación de los bocadillos y co~.
serva~, queda caSI uOlcamente el recuerdo de ella y esta in-
dllst~la . h~ pasado á otros pueblos vecinos espedialmente á
Momq una. '
-182 -

La iglesia era muy vieja y amenazaba ruina; se resolvió


tumbarla y cOTlstruÍr otra qne, gracias al celo y actividad del
digno cura párroco, Dr. José N epomuceno Riaño, pronto se
terminará. ,
El colegio de varones que tuvo mucha fama, está actual-
mente transformado en cuartel .Y abrif!a una fuerza de unos 160
hombres.
Vélez dista de Puente Nacional 4 leguas, dejando al oc-
·cidente del camino y á una legua á Guavatá; un camino de
nn trayecto de 13 kilómetros conduce á Güepsa, situado al
Orierue" sobre la vía del Socorro; otro al S. E. va á Moniq II i-
rá, distante 4i legnas, y al S. O., á Bolívar, distrito muy im-
portante de 14,000 habitantes, y que era nno de los 4 Corregi-
mientos del extinguido Territorio ·Nacional de Bolívar (1) (re- .
giones de los rí~s Carare y Opón), cedido por el Estado de San-
tander al Gobierno Nacional en 1870, y devuelto en 7g al
Departamento (distancia, de Vélez 4 leguas); otro camino que
arranca al N. E. por el pie de la Peñ[.\ conduce por Chipatá,
á La Paz, sitnado á 22 ki lómetros.
El clima de Vélez es benigno y templado, yel término
medio de las observaciones termométricas que he hecho du-
rante unos 15 días dio un guarismo de 19 0 centígrados.
Se publica un periódico semanal: El Rumor, bajo la di·
rección del Dr. Antonio M. RamÍrez A.
Se abrió, hace poco, un Hotel: El Santander, en donde se
encuentran todas las comodidades apetecibles.
El carácter de los habitantes es afable y hospitalario y se
recibe en Vélez al forastero con cortesía y simpatía. Posee
una sociedad clllta y biell educada, predispuesta á 108 progre-
sos y adelalltos de la civilización.

CAPITULO V
Generalidades-Datos geográficos é bistóricos-Las ciénegas-Geología y mineralo ~
gía-EKploraciones antiguas y modernas - Los:indios-El clima-Aspecto de
la regi6n.

Antes de entrar en los detalles y pormenores de mi viaje


no me ha parecid() inútil recopilar de los geógrafos, algunos
datos generales sobre la. región q ne iba á recorrer.
N o tenía á mano sino pocos documentos: la Geografía
(1) Los otros 3 Corregimientos eran Landázuri, Cuevas y Bocas del Carare.
-183 -

física y política de los Estad~s Unidos de ,colombia, d~ Feli-


pe Pérez; la Nueva Geograf~a de OolombIa, de FrancIsco J.
Vergara y V.; Oolombia de Eliseo Reclus, etc., y algunas per-
sonas de buena voll1ntad de Vélez que me han ayndado con
sus conocimientoa prácticos antes de ponerme en' camino y de
poder verificar de visu .la realidad y exactitud de sus asevera -
ciones.
De todo esto he cosechado los informes siguientes:
Oomo 4 leguas más abajo del Salto de Muzo, cambia er
Minero (q ue viene del Departamento de Boyacá) su nombre
por el de Oarare al recibir el Horta que lleva nn buen cau-
dal de agtlas, ~tributo que le han pagado ) primero el río Neg~o
y después el Pesoadero (1) Este sale del cerro de Peñablanca
(3,002 metros sobre el nivel del mar) en la cordillera q ne está
al poniente del Valle de Jesús, y 10s otros dos vienen del res-
paldo de la Peña de Vélez.
A unas 8 leguas de navegación desde San Fernando
(Puerto Carare) abajo, el Oarate recibe el Guayabito (2), cuyo
origen está en la serranía que forma el cerro de Armas, ha ..
biendo antes recibido éste las aguas del Oponoito de Cara re (3),
que viene también de aquel cerro. A 8 leguas más abajo y 4
antes de su caída al Magdalena se une al Oarare el Brazo de
San Juan, procedente de la Oiénega de este nombre, formada
por las aguas de dos quebradad, y por los derrames de la mon '
taña situada entre el Magdalenll yel earare. El conj nnto, pues,
de 14 ríos (contando los que entran al Minero en Boyacá), foro
ma el candal del Carare que, dnrante la mitad de su curso
denominan Minero, ríos qne con 200 quebradas grandes, arras-
tran las aguas lluvias sobre una extensión de 55 miriámetros
cuadrados, en la cual se puede calcular que caen an llalmente
90 pulgadas cúbicas de aglla.
El río Opón nace en la P eña de Vétez, al N. N. E. de
aquella ciudad, con el nombre de Qniratá.
Recibe dos ríos: Manso, Oivita y Oponcito de Oriente, des-
puésde lo cnal se llama Opón. Descné1ganse estos ríos de la se-
rranía casi inaceesible q!le corre paralela al Suárez, al poniente
(1) F. J. Vergara y V. lo llama El Pescado, pero todos aquí dicen El Pescadero.
(2) Hemos preferido dar á este afluente de la derecha del Carale el nombre de
a.u~yabi!o, en conformid,ad con la costumbre de los habitantes de la Provincia
y para
dlstlnguHlo del Guayabzta, afluente ue la izquierda del Opón.
(3) Lo llamamos Oponcito de Carare para distinguirlo del Oponcito, afluente de
la derecha del Opán (todavía cuando se llama Río Manso), que llamaremos Opon cito
de Oriente, ó sencillamente Oponcito.
-184 -

del pueblo de .Onima. Más abaj0 le entran al Opón los ríos


Araya y Ara'!/~ta. que reunidos forman el Aragua, viniendo
del oeste de Stmacota, pueblo cercano al Suárez. A pnca dis-
tancia recibe el río Guayabita, y ya sin ninO'ún otro aflnente
se ?irig~ al N~)rte en bu~ca del Magdalena. Caen, pues, al Op6~
6 nos. trIbutarlOs y 26 ql1ebrad;.\s grar)des, llevando las agnas
recogIdas en u na comarca de 17 111 i riámetros cuadrados. Tie-
ne de curso 19 miriámetros, de los cnales sólo 6 son navegables,
yeso con estorbos y dificultades por los troncos que embara-
zan el cauce hasta menos de 6 leguas antes de perderse en el
Magdalena.
A 2 legnas del Oerro de Quitisoque (3,326 metros sobre el
nivel del mar).y en la dir'eccióu del cerro de Peñablanca, la COI"
dillera ha formado una hondonada ó cnenca, por donde brotan
de la/ peña tres quebradas y, reuniéndose en la parte más baja,
fo~mall la laguna Navales, la cual desa'g ua por una estrecha
abertura de la peña, IJI'ecipitándnse desde muy alto para for-
Illar la quebrada Q~titas, (Otro Mundo), tributaria del Mine-
ro. A 3 Ibgnas del Oerro de P e:..ñablanca se encuentra otro va-
lle de igual formación, al ponieute de B olívar, surcado por
una qnebr~ada que se pierde en nn subterráneo y va sin duda
á salir á la quebrada de Ohurrichur'ri (1), tributaria del río
Pescadero.
En el Alto del Roble, camino que va de Vélez á Flól'ez,
la serrar ía principRI tiene solamente 2,087 metro de elt va-
ci6n y ~e dirige á Oriellte fOl'lnando la Peña de Vélez, com-
puesta de estratos de caliza y arenisca que la dan la aparieu-
cia de nn m u 1'0 cOlJti nllo yescalonRdo de 2,600 metros de al-
tura. Un poco más allá de Vélez vuelve al Norte, habiendo
antes arrnjado varios estribos que se pierden sobre el río H arta
en dirección de Flól'€z, excepto nn ramal que va á furmar el
Oerro ae Armas, del cnal salen luégo tres ramales principales:
UIlO qne coetea los ríos Hnrta, Carare y Guayabit(), y se pier-
de cerca del pnerto de San Fe7'nando (Puerto Oarare); otr(l
qne divide las agnas del Quiratá de las del Guayabita j y el
tercero qne seIJara las aguas del Oponcito de Oara7'8 de IRS
q \le van al Opón, y q ne se pierde ell las ori Ilas bajas de este río.
Hacia el Guayabito ~stáll visibles los estratos desde el
esquioto carbonífero illferid' hHsta el devoniano (2), y ann
pizarras y areniscas de este úl ti tIlO suelo. Hay pocos cristales
(1) Y no Churicuri, como dice el mapa corográfico.
(2) Se dice de ciertos terrenos de dep6sito, cuyo tipo se encuentra en el Contado
de Devón (Inglaterra).
-185 -

de cal, más toba calcárea, 6 estalactitas en las cuevas, piritas be


tnminosas, calizas, pizarra arcillosa, en nórltllos, junto ~()n
otras capas micáceas, arenisca compacta, y arcilla semectIta.
Los flancos aparecen á pico ó con inclinaciones de 25°; Y en
las agllas, incluaive las del Alto Opón, abundan las arenas
auríferas. La enorme mole del ~renáceo Armas, encierra tam
bién hulla, piritas y calcáreos sobre l·as pizarras, y á su pie
hay colinas de arena y cascajo.
Similar á la del Horta es la hoya del Opón, y juntos con
clllyen en un llano alnvial de gruesa capa de hnmus, rica en
pantanos, cieno blando y arenisca jnnto al lech0 de los ríos,
abierto entre relieves de arena, cascajo, calcáreo azul, piza-
rras, y ann mal hierro que acaba formando colinas Íntegras
que acaso pueden tener algún valor. Sobre esta arerusca blanda
del fondo hay petróleo, hulla, azufre y lechos de conglome-
rado blanco, lo mismo qne abl1ndantes chinas en los arroyos,
en gran número de ~guas ferrllginosas.
En la parte bajf.\ de las montuosas llanuras ribereñas
del Magdalena hay dos grawie8 lagunas que comnnican con
aquel río por medio de caños sllsceptibles de soportal' peque-
ñas embarcaciones. La una se llama Baúl, proveniente de nna
quebrada y de 108 derrames de la selva y frecuentemente col-
mada por los desparramaderos de! río vecino. Dicha laguna
ofrece \lna p sca abundante, lo mismo que la otra llamada
Garrapatas, de donde se surten de pescado los moradores del
caserlo inmediato y los de la ribera fronteriza.
, La Oiénega de San Juan, en cuya mitad desde 108 cerros
más próxim os y ele\'ados, se ve alzarse una isla grande en for
ma de media Inna, la cual ha sido visitada dos veces por José
Landázl1 ri, por sendas q ne abrió desde el Puerto del Oarare,
con la esperanza de hallar paso, para San Bartolomé. La ter-
cera vez vino en dirección opuesta, mas siernp're se le interpuso
la ciénega sin que hallafile modo de 2travesarla por lo instable
y peligro~o del 8nelo. Tiene de largo dicha ciénaga más de 3
legnas, y 1 ele ancho, y despide un caño qne se divide en dos:
el llamado San Juanito, que cae al Magdalena cerca del Ja·
gual, y en cllya ori lla, iunto á IR boca vivían dos familias
(1862); y el llamado Brazo San Juan, q ne cae al río Carare
casi {II medin de los CRñlls Bonitas y Tronador.
~. est~ !niRm~ Oiénaga de San Juan recaló el Corregidor
de Zlpagl1lra, Villarroel, cllando fue en bnsca de la quebrada
Oorcobada (Hfluente de la izqnierda del Oarare), que tiene
fama de muy rica en oro. Perdido en un nudo de la serranía
-186 -

de donde parten cinco ramales hacia el MS C1 dalena, tomó la


resolución de seguir las aguas de uoa quebn~da que lo lleva-
ron á esta ciénega. No pndiendo pasarla, entl'ó pOI' el Oaño de
las Bonitas, saliendo al Oarare y de allí al Magdalena; malo-
grada del todo BU em;Hesa, más con la muerte de algunos com-
pañeros suyos que perecieron de hat~bre. Eg de advertir que
la mitad de la partida no qniso acompañarlo, y resolvió tomar
el filo de UIla cuchilla, por la cllal anduvieron perdidos hasta
que avistaron las labranzas de Otr'o Mundo, á donde baiaron
atravesando el Minero, extenuados, y por rara casualidad sal·
vos de la muerte que los esperaba en aquellas desiertas mon-
tañas.
, Cerca de esta gran ciénaga está la de Río Viejo, de más
de 5 kiIóm~t\'os de largo y 2 de ancho, producida por los de-
rrames del Magoalena con el cual comunica.
De igual tamaño es Ja Ciénaga de Mosquitero, y no Mos-
quitera, q ne está al Norte de la de San Juan, prod llcida tam-
bién por , el Magdalena, con el cual se comunica por dos
cañi tos.
A la izquiel'da del Carare, 5 kilómetros más abajo de la
quebrada San Isidro, está la Oiénaga deBan Gregario, alimen-
tada por las aguas de la montaña y en comunicac ión con el
río. Tiene nna legua de largo y dos kilómetros de ancho.
HHyotras dos iguales, en la orilla derecha del Oarare,
arriba y abajo del Brazo San Juan, formadas también por las
aguas de la espesa montaña que la circunda: Ilámase la supe-
rior Oiénaga del Rabón, y la inferior del Olavo.
Frente á la lslCf; de Brujas, paralelamente al Magdalens,
se extiende la, Ciénaga de OhUJourí, capri chosa y rara en su
figura, y adornada en el centro por una isla cuajada de ár-
boles corpulentos; las quebradas Negra y Ohuourí la alimen-
tan, derramando por tres caños el exceso de sus aguas en el
Magdalena_ Sil largo es de casi 4 le~uas y su ancho de una.
A 2 legnas de la boca del Opón está la "Ciénaga" de
este nombre, originada por las aguas del río y abnndante en
peces. Apenas tiene 2 leguas de largo y una de ancho.
La Ciénaga de Oorosal, en medio de una espes& sel va,
tiene de largo 6 kilómetros.
Después del alemán Al finjer (miser A mbrosin), q ne entró
el primero, y corno Adelantado, en el Iwttlal territorio de
Santander, en 1530, viniendo de Coro (V Jllezl1ela), pene-
tró el Ct>nqllistador Ql1esada, el cual se introdujo por el
Opón, en 1536. Al ver hoy aquellos parajes desiertos, sir¡ otro
-187 -

medio de comunicación que nna mala senda, eubierta de pre-


cipicios, que condnce al pueblo de La Paz, situado en lo
alto de la serranía, se admira el viajero al pensar cómo pudo
pasar en otro tiempo por allí un puñado de españoles, perdien-
do sólo nno de los 60 caballos q ne llevaban. Hoy mismo las
pequeñas labranzas de cacao de Santa Rita y Oachipay, á
4 leguas de " La Paz," permanecen casi aioladas eu medio de
las sel vas, pnes sn3 habitantes apenas pueden sacar, en bueyes,
y gastando dos días en trepar la. escarpada cordillera, los fru-
tos de BUS cosechas.
L0 cnrioso de estas observaciones es que han ~ido escritas
hacia 1860, y hoy en 1895, es decir, 30 años después, q neda n,
según he podido cerciorarme, perfectamente exactas, y por
este moti va las reedito.
Toda la parte elevada de la "Provincia de Vélez" es
sana, y aunq ne se halla circundada por extensos bosq nes, no
dañan éstos la pllraza del aire, porque unos están á grandes
alturas batidas pOI' los vientos, y otros se encuentran como ais·
lados y encerrados por cordilleras elevadas que impiden la in-
vasión de los miasmas insalubres sobre la parte habitada. Con
todo esto, hay parajes rodeados de cerros y montañas no des-
aguadas, poco elevadas sobre el nivel del mar, y por consiguiente
cálidos y mal ventilados, en los cuales el aire ambiente, car-
gado de las emanaciones fuertes de los bosques y satnrado de
bastante hnmedad, se hace malo para respirar, sntl'Íendo la sa-
lud de ICls moradores por el infllljo de todas estas causas reuni-
das. Tales s()[) los valles que riegll. el Minero, las vegas encajo-
nadad del Horta, q lle en el paso para ir al Carare se hallan á
730 metros de altura sobre el nivel del mar, y finalmente las
del t0rtnoso Guaya,bito (de 44:8 á 685 metros) qne corta el
camino actual 43 veces y corre por entre barrancas peinadas,
coronadas de en marañado bosq ne. Por la m i8ma causa son en·
fermizos los vecindarios de S1nta Rita y Cachipay, enclsva-
dos en lat:l selvas del Opón á 800 metros sobre el nivel
del mar.
Las pocas familia que habitan ó habitaban en "San Sil-
vestre, " en las rnár~ene8 del Opón, cerca de donde se intentó
f~ndar. la Nueva Soc~rro, ~ l~s q ne están ó estaban en loa ve-
CIndarIOS de Guayab~to, O~m~tarra y Puerto de San Jiernando
C!?uerto Oarare) , sufren, de contin no, fiebres in't ermitentea par."
tlnaces, q ne degeneran en hidropesía y otras enfermedades
peores. ~odean BllS casas los bosques ilimitados y pantanosos
que termlOan sobré el Magdalen3, constantemente bañados por
-188 -

las agna¡;¡, llenas de snstancias anirnRles y vegetales en descom-


posición, y arrojadas por los vientos del Norte, qne les traen
l(ls miasmas de las grandes ciénagap, qne en ciertas épocas del
año se obstruyen COIl mi llares de peces m uertos y en pntre-
facción.
Pasadn siglos, dice Felipe Pérez, á qnien dejamo~ la res-
ponsabilidad de SllS afirmaciones que comprobaremos á Sil
tiempo, antes qne el hombre haya descuajado aqnellas vastas y
solitarias tierras, desagnado los pantanos y ciénr.gas que las
hacen mortíferas, y transformado estas selvas en abiertos campos
modificados por la agricn! tll ra y vi vificados por el comercio;
mas autes de q ne e,sto snceda se pobl arán las serranias desíel'-
tas p~I'O elevadas, y cnando en ellas superabunde la población,
poco á poco ~e irá extendiendo sobre las tierras bajas, compe-
lida á desl1lOtlt~rlas por la necesidad.
Muchas eX¡Jloraciones se han efectuado desde unos 20
años por estas regiones sin que, á pesar de haber costado
sumas considerables al Gobierno colombiano, hayan tenido
algún resultado práctic(l.
Los tra bajos de trazado del Ferroc3rri I del Norte, hasta
el Carare, dirigidos por el señor William Ridley (1874-75).
Las rectificaciones del anterior pOl' el Ingeniero cQ!om-
biano González Vásqnez.
Otra explo!'ación dirigida por' M, Ross, en 1877.
Un trazado de camino de herradura del Socorro hasta el
rio Carare, atravesand o el valle del Opón, bajo la dirección
del señor docto!' Angel María Otero, por cuenta del Gobierno
de Santander, en 1885.
y alguIIHs otras más.
No he oído decir que la actual Compañía Empresaria del
Camino de Herradura de Vélez al río Carare, que existe des-
de 1890, haya llevado á cabo ningún trabajo serio en esta
mateda.
Cllant) rná., avanZ ol el Suárez al Norte, tanto más se
rebaja la cordíliera orincipal, en términos qne en el camino
qne conduce á La Paz, donde la ¡Jasaroll los espafloles á poca
distancia de este ¡,Hleblo, mide sólo 3,000 metros de altura.
Mirando al 8111' se descubren muchos cerros poblados de arbo-
ledas intennmpidas de vez en cnando por sabfl.netas de gl'a-
mineas, que parecen convidar al agricnltol' con sn ~nel() fértil
y húmedo; mas si se vuel ve la vista al N UI te, pié! dese ell un
precipicio horrendo, cuyo término es nna extensión de tierra,
ora ondnlante, ora llana, que por espacio de 22 leguas lleva
-180 -

sobre sí el inmenso bosque hasta las orillas del Magdalena,


morada de innumerable muchedumbre de animales no per-
turbados aún por la presencia del hombre, salvo en dos pun-
tos que apal'ecen con sns desmontes, á manel'a de islas en
medio de aqnel mar de follaje. Es la hoya del Opón lo qne
Be ve, y las dos islas son los vecindarios de Santa Rita y Oa-
chipay (1).
Si se mira á la derecha, espantan las hileras de cerros
empinados, destrozados y de formas raras ó imponentes, q ne
denotan una cordillera intransitable y con la vegetación pe-
gada á las parenes verticales de SIlS moles. A la izquierda se
snceden otras hiler 'l S de montes cubiertos de selvas intactas,
mientras que á lo ¡pjos la Sel'l'1:\nía de Armas, levanta su alta
cumbre rodeada dú laderas que se pierden con los montes del
Magdalena. Unas pocas familias indias qne han sabido con-
servar su independencia, son los único'3 moradores de estas
regiones, vasto recipiente en que todo fermenta bajo el influjo
de un sol de fnego.
Efectivamente la población de los caseríos de Landázuri
y Guayabito ha disminuído desde algullos añ os en lugar de
progresar, y el1 San Fernando (Puerto Oarare), á donde ha-
bía todavía, hace dos años, unas dos familias, tuvieron que
retirarse porque los indios les quemaban las casas. Actual-
mente va y viene gellte, sin permanecer allá, haciendo única-
mente fundaciones insignificantes.
Los restos de tribus que habitan la hoya del Oarare son
descendientes, dice el señor Vicente Re8tr~po, de loa Jare-
guies y los Achaquas, enemigos de 108 blancos, cuyo COIl tacto
evitan cuidadosamente.
Otra tribu, la de los Aruacos, lleva el mismo nom bre
que los indios de la Sie1'ra Nevada de Santa Ma'i'ta,. pero
esta homonimia de seguro no implica identídad de origen, ya
q~le los español~s llamaron Aravaok y Aruacos, á tribus muy
diversas entre SI.
Sogún el señor Oarnacho Roldán, los indígenas del Oarare
que viven completamente alejados de las gentes do lengll~
españo,la, no pasan de ?n millar. Pero el señor F. J. Vergara
y V. dice que los salvajes del Oarare-Opón no pueden esti-
marse en menos de 3,000.
Diferente, pero TIa menos espléndido, es el aspecto del
país tomando el camino hacia F¿ól'ez y Puerto del Carare.

(1) N o he podido compro bar la existencia actual de este último caserío.


-190 -

Desde qne se sube al Alto del Roble, continuación de la serra·


nía principal, se descubre una comarca de apariencia singu-
lar, sobrecargada con la ffiag·nificencia de ruinas colosales.
Rocas desnudas, revueltas y trastornadas, que en grupos va·
riados yacen am<mtonados por todas partes; paredes sin ve-
getación, elevadas en estratos calizos compactos y enormes,
coronados por árboles corpulentos q ne suben al cielo en anfi-
teatro, sucediéndose las peñas y los bosques; cavernas por
dondequiera y embudos naturales producidos por hundimien-
tos, algunos de los cuales cultivados y aun habitados, forman
el fondo del cnadro, terminándolo, á la derecha, una serie de
crestas cargadas de árboles que descienden hast.a retratarse
en las aguas del Horta,. y á la izq uierda las escarpadas de-
presiones qne spparan la hoya del Pescadero de la de aquel
río. Pasado el Horta, y desde la cu rn bre de Sabana Alta, todo
es casi desierto, á excepción de Landázuri y algunas mezqui.
nas labranzas perdidas á orillas del río Guayabito que corre
entre la sierra de Armas, la cual conclllye en las selvas que
circundan el Puerto de San Fernando, Deapnés de éste si·
guen grupos de colinas decrecientes, destacadas de la serranÍ~,
confundiéndose y desapareciendo cerca del Magdalena, baJO
nn extenso manto de árboles gigantescos q ne ocu Itan las
desigualdades del suelo, obstruído con los despojos vegetales
acumulados allí por los siglos. De trecho en trecho rompe la
monotonía de esta apal'ente llanura las lucientes aguas de las
ciénagas, ó aparecen cortándola ·en diferentes direccion~s
varios ríos, que semejan hilos de plata tendidos sobre nn tapIZ
verdinegro, cerrando al extremo de todo el paisaje, el Magda -
lena, como una ancha faja argentina, aquellas inmensas selvas,
tras de las cuales asomao sus puntas azulosas las serranías de
.Antioquia, veladas por las brumas •

. ,.
-191-

PARTE 11

De V élez al Carare

CAPITULO 1
Organizaci6n de la expedici6n.-El camino antiguo -~l Real de Ture-Alto de
Rohle-Cruces-FI6rez-Gallegos-El Río de Horta-Landáz-uri.

Mnchas dificultades tnve en Vélez para formar esta ex-


pedición: el afio qne terminaba, las fiestas consignientes, la
época de lluvias que se moderan apenas ell Enero, el miedo
que inspira en general este solo nombre de Carare; todo con-
curría para hacerme trabajosa la consecución de peones male-
teros y de bestias de flete para lle-var las cargas, á lo menos
hasta Landáznri, es decir, para un trHyecto de 10 leguas.
Por fin, el sábado 28 de Diciembre de 1895, gracias al
empelio del Sr. D. Liborio Galiano, de Bol1var, que tuvo la
bondad de servirme de agente en esta población, pude reunir
3 peones, dos bneyes con el: espectivo arriero y una mula de
silla para mí. A pesar de que me faltaban todavía, á lo menos,
5 peones maleteros, resolví ponerme en camino confiando que
podría conseguirlos durante el viaje ó en Landáznri mismo.
El peso total de las cargas ascendía á unas 16 arrobas, qne
se com ponían así:
Mi rova usual (dos mudas de camisa, pantalones de
dril, pañuelos y mediaa) ; hamaca, mosq ui tero (toldi 110), cobija,
dos pares de botines fuertes, encauchado, cuatro libras de es-
perma, dos libras de velas, una linterna, doscientos tabacos,
fósforos.
Algnnos instrumentos científicos: barómetros aneroides,
termómetros, higrómetros, brúj ulas, papeles.
Una olla grande, una olleta para el café y chocolate,
platos, cucharas y tazas.
Diez litros de aguardiente.
Manteca en vejigas, arroz, friJoles, papas, bizcocho, carne
salada, café, azúcar, chocolate, panel a, harina de trigo, sal.
-192 -

Algunos remedios: qll1nlOa, ipecacuRna, sal de fruta,


píldoras de Bristol, álcali, láudano, alcanfor, linimentu cloro-
formizado, curarina
Ademá.s llevábamos: seis machetes 6 peiuillas, dos réming-
tona con cien pilas, una escopeta, nn revólver, un:, hacha.
Los lazos, cost:des y enc 'radas necesarios para las maletas,
q ne formaban el número de 8, de los cuales 4 iban en cajones
pequeílos (Je brandy) fvrrado3 con encerados interior y exte-
riormente y con cerrad tI ras.
Dllrante mi exploración del Choco, los peones antioque-
nos (caucheros) que me acompHñar()n, cargaban de 3 á 31 arro-
bas, cada nno, pel'0 en esta reg Óll del Oal'al'e, los mozos no
quieren II~val' má9 de 2 arrobas, ganatldo 8 reales diarios y
mantenidos.
Pal'a estlldiár y comparar el camino Hntigno .de Bollvar á
Landázuri, por el Alto del Rnble, Cruces, Flól'ez y Gallegos,
con el nuevo trazado de Vélez á Landázuri, resolví irme por
el camino viejo, pero para mejorar nlla parte del trayecto,8a-
limos de Vélez á las 2 p. m., por el camino nuevo, cruzando
por encima de La Peña, hasta el pnllto llamado El Real de
Ture, distantd de Vélez 13 kilómetros, es decir, 21 legnas.
Tengo la de5grGlcia q ne m is pe~)!le3 han reci bido anti ci pa-
ciones y siendv además día de mercado en Vélez, llegan á El
Real en completo estado de embriaguez, inclu80 el arriero;
pero recibo las cargas, todas sanas y salvas, á las 7 p. m.
Me hospedo ell la única casita g ne compone actllalmente
El Real, y q ne es el solo vestigio del antigllo pueblo que tnvo
una capi Ila cuyas ru i nas se enenen tra TI a proxi madas.
Lo que má9 me llamó 'la atención dllrante todo este tra-
yecto de V élez á Landáz-nri, fue que los pnlltos marcados en
el mapa como pueblos, ó á lo IllellOS como caseríos, tales como
Cuevas, Fll)l'ez, Gallegos, constan actualmente apenas de nna
ó dos miserables chozas de aspecto desamparado y en donde no
se encuontra ni una yuca qlle comer. La p(ICa población rega-
da en Ivs alrededores parece sumida en el más completo esta·
do de miseria y de atraso.
El camino antiguo, que me parece muy refeccionable y
de composición fácil, e.3tá en el mayol' estado de abandono, y
~e ve que, ClHl el gran ent113iasmo que ha habido c()n el cami·
no nuevo, que actl1~llUellte e~ t()da~ía c/lrnpletarnente intran-
sitable, hasta -de á pie, se ha descuidado totalmente el viejo,
de modo que el resultado positivo es qlle si esta situación se
prolonga algunos meses más, Landázlui y la regióll del Cara-
re quedarán completamente incomunicados,
- 193-

La Oompañía llmpresaria del oami1w del Oarare, duran-


te lo ~ dos meses que he permanecido en \Tól ez, y á pesar de
tener dinel'o en caja (los $ 2,500 d& subvención del Gobierno
Nacional qne se le pagaron últimamente á consecnencia de la
entrega de la 2. a I l~gua), ha continnada sin poner un solo peón
en el trabajl), cobrando, sin embargo, cada mes sus 3l1eldos,
el Gerente, Secretario y Tdsorero, los cuales ascienden á un08
$ 120 'uensuales.
Y, por otro lado, las mllnicipalidades de yélez, de Bolí·
var y corr'egimientos no han dedicado un jornal de trabajo
subsidiario siquiera para rozar ciertas secciones del oamino
viejo (por Flórez y Gallegos), las cualeR son peores qua la peor
trocha de monte abierta á machete. Hay q 118 apearse i nfini·
dad de veceg desde Cruces á Landáznri, porq ne las ramas cie·
rran completamente el paso é imiJiden que se seqneu los pan·
tanos y atascaderos allí form l1. dos.
El Real de Ture, á 2,140 metr0s de altura sobre el nivel
del mar, se halla en el camino de Bt)lívar á Landáznri ; y á 1
legua, en dirección S. O. se divisa el pu(>blo de Bolívar, á me -
dia falda sur de la Cordillera que divide las aguas del Suárez
de las del Carare y Opón.
El pueblo de BJlívar, según puedo ver con los anteojos,
no cuenta al'riba de unas 30 casas, pero el vecindario es bas-
tante poblado.
El domingo 29 alcanzo á ponerme en camino á las 9 y
30' a. m., faltando uno de los peones, qne segnramente á con-
secuencia de la perra de ayer, no ha pensado con veniente po-
nerse en viaj e hoy.
De modo q ne, en resn men de cuentas, me quedan dos
peones, el arriero y sus 2 bueyes y la mnla de silla.
De todos los jóvenes de Vél ez qlle al principio habían pro-
metido COI) entusiasmo y se habían ofreciao espontáneameúte
para acom pañarme al Carare, sin que los instara en nada, por-
que me ha ido siempre mejor en mis expediciones il' sin com-
panero alguno y COA mis peones únicamente, ni uno solo á úl-
tima hora ha sentido suficiente valor ó suficiente deseo de
conocer tierras para acom pafiarme.
Esto prueba, una vez más, lo poco que valen lus entu-
siasmos de bl'andy, las peroratas y las visiones, que han sido
hasta ahora la ~ran base de la empresa del Carare; porque
efectivamente, de todos los socios de la C0mpafiÍa de! Carare,
y de los stlñores de Vélez, que tienen algunos desmontes en
la orilla de las primerat:j leguas del camino, ninguno conoce
13
-194 -

más allá de Landáznri, y unos pocos se han atrevido á ir hasta


este caserío. De modo que en general y en su mayoría, están
comptetamente ignorantes de estas regiones y hablan de elras
sobre los dichos de Codazzi y de algunos cnentos de quinero!
ó caucheros.
Llego al Alto del Roble (2,360 metros) á las 11 a. m., y
paso delante del único rancho que forma ahora el puntG de-
nominado Berbeo (antiguo Cuevas) á la 1 y 30 p. m.
, Toda esta parte del trayecto, hasta el Alto de Portachue-
lo (2,220 metros), y el Alto de Manitas, presenta nn aspecto
fiero y arisco, bien deecrito por el señor Felipe Pérez en en
Geogrl:lfía. (Véase el Capítu lo V de la pri mera parte de est08
e~critos). El terreno es sumamente quebrado, con moles enor-
mes de penas de arenisca, de alturas de más de 100 metros á
-- plomo, y montes sombríos y silenciosos.
En el Alto de Manitas observo los restos de las trinche-
ras qne hicieron allí durante la última revolución los libera-
les en retirada, para defenderse de las fllerzas del Gobierno
que los perseguían. Efectivamente, es una posición militar de
primer orden é inllanqueable.
Llegamos á 1a única cabaría q ne lleva actualmente el
nombre de (Jrnces, á las 5 p. m., y allí nos apeamos, obliga-
dos á abrir las cargas para dar de comer á nuestros hombres,
no encontrándose I'ecnrso alguno.
La altura sobre el nivel del mar es 1,945 metros.
- El tr~yecto del Real de Ture á Cruces es de 17 kiló'
metros.
He tenido necesidad de caminar á pie toda la segunda
parte del camino por la imposibilidad material de transitarlo
á caballo, á pesarl de qne la mula qu~ me lleva en el caos
espantoso de rocas y derrnmbaderos de la vía, es muy ba-
quiana. Pero me confío más bien á mis piernas para conser·
var mi brazo derecho, habiéndome quebrado una vez, en el
Ecuador, el izq ui erdo, p>or fiarme tam biéu á nna mula mu~
baquiana, en caminos de la laya.
A pesar de todas estas dificnltades del tránsito hemos
encontrado, durante todo el día, bastante gente llevando 8U8
tercios de yucas al hombro, pero el aspecto de toda esta po-
blación es lamentabLe y denota escasez y miseria·
Durante la noche nos desvela, en la triste cabat'ía del
Palo de Cruces, el grito agudo, parecido al ruido de la matra:
ca de madera que reemplaza las campanas el Viernes Santo,
Ó del huracán entre ala,mbres, del guatilo, ave de color negro,
-195 -

con una carno9idad amarilla en el nacimiento y parte supe·


rior del pico, del tamafio de la pava, y de exquisita comí.da.
Antes de aclarar empiezan 108 monos, zambos y mwoI
cariblancos un gran concierto, y no hay necesidad de des·
pertador para levantarse.
Sopla durante la noche un viento bastante frío, pero
amanece un tiempo claro y de buen dia~nóstico para el viaje.
L1/¡nes 30 de Diciembre de 1895-En las primeras horas
de la madrugad a diviso, á distan cía de nnas 3 leguas, el Alto
Grande, en dirección Este, por donde pasa el trazado nuevo.
Nos ponemos en camino á las 7 y 15 a. m.
Con cierta emoción descubro á las 8 y media. el Cerro de
Armas, del cl1al oigo hablar desde dos meses, en dirección N.
N. O. La masa es imponente. i Pero para qué describirlo ahora
si debemos pasar a~ pie de él y examinarlo en todos Bue de-
talles?
Sigo casi todo el camino á pie, y hasta cierto punto me
es provechoso porque es una gimnástica higiénica para desen-
tumecer los músculos y prepararme al ejercicio más violento
que voy á tener que efectuar de Landázllri por abajo. Con es-
tos dos meses que acabo de pasar en Vélez) me veo muy fiojo,
pesado, inhábil y Budo con abundancia.
A las 9 y 15 llegamos al punto llamad~ El Claro, desde el
cual se di visa perfectamAnte la Cordi llera septentrional qne
forma el valle del Río Harta, es decir, la que lo separa á la
derecha de las aguas que van al río Opón.
Altura s. el n. del m., 1,550 metros.
Atravesamos á Flórez que se compone de una miserable
cabaña donde no hallamos ni nn grano de maíz para almorzar.
Otro rancho llamado Bllenavista á las 11 a. m.
La Balsa ~ la 1 y 30 p. tn.
Trepamos la dura cuesta del Compadre á las 2 y 45 p. m •
. (1,560 mts.), y á las 4 y 30 p. m. llegamos á la casita de Galle-
gos, donde hay un trapiche. Altura 8. el D. del m. 1,100 metros.
La distancia de Crnces á Gallegos es de 16 kilómetroE!.
La velada se pasa en hablar de un tigre cebado que, al
parecel', viene á estos lugares y hasta la Balsa, desde hace al-
gunos días, caminando de noche, desde el río Guayabito. Ha
entrado en varías corrales de casas sacando perros y marranos.
No es la primera vez que sucede este caso, y hace un ano, un
tigre mató á un nifio cerca de Gallegos.
Llaman tigre cebado, el tigre completamente atrevido que
ya no teme nada y ataca á cualquiera q Qe encuentre,
-- 196 -

. A este último le han pnesto tl'ampas, sebo con estricnina,


y anteayer le dieron nn bah:¡zo de rémington, pero parece que
fodo "esto no sirvió porque hoy mismo me eoseñan los rastros
frescos que dejó anoche.
De modo que en lugar de entrar la civilización en Cara-
re, entran los tigres en la civilización.
Martes 31 de Dioiembre-GALLEGOS: temperatura á las 6
a. m. 23°. Salida á las 8 a. m.
A las 9 y 30' a. m. llegamos al río Horta sobre el cual
hay un puente medio arruinado que antes servía para paso de
animales y ahol'a apenas soporta nn peatón: las bestias tienen
que atravesar á vado unos 300 metros abajo.
El puente que se eleva 10 metros sobre el nivel mayor de
las ~guas tiene 17 metros do longitud y con $ 200 se podría
componer para 2 ó 3 años más. Esta obra es indispensable por-
que el río Horta es mny brav0 y en varias épocas del afiú in·
terru m pe total men te el tráfico.
Los aneroides marcan aquí 750 metros.
A las 11 y ¡O' a. m. lIeg0 á Landázuri, donde me reciben
con la mayor amabilidad los Sres. Ricardo Patiño, Oorregidor,
y Ramón Uamacho, que inmediatamente se emplean en con-
seguir los peones que me faltan.
Landázl1ri está situado sobre la cuchil1a que separa IHs
cabeceras del río Gnayabito al Norte, de las aguas del río
Horta al Sur y al Occidente.
Está actualmente en plena decadencia y se compone de
unas diez cabañ<ls de aspecto pobre, sin capilla ni vestigio de
prosperidad alguoa. La altura es 910 metros y la temperatura
"q ue observo á las 3 p. m. es de 270, á las 6 p. m. 24°.
Desde N oviem bre del año pasado se ha su pri rn ido, no sé
por qué motivo, el correo semallal que venia de Vélez.
j ' En dirección N. N. E. observo, como á 5 leguas, la cum-
bre del Cerro de Armas, que calculo de una elevación da
"1,500 metros sobre el nivel del mar.
- Su forma es huraña, muy aplomada, con placas de arenis-
<;a blancas, iuterrumpidas por otras verdosas de musgo y gra-
míne~s que han tomado vida sobre la roca, pare~e de acces~
trabajoso, y las paredes se elevan como muros gIgantescos e
infranqueables, dominio de la soledad, de la esterilidad y de
la ro llerte.
La lúgubre conclusión que saco de esta parte del viaje es
que positivamente estas regiones en lugar de ir adelantando,
van para atraso
- 197-

No nos haJaguernoa ni soñemos con visiones y fantasma-


gorías y vivamos de realidades.
Los entusiasmos son pecnliares de los espíritus débiles:
embargan el esfuerzo verdadero y productivo.
En el asunto presellte hay dos procedimientos: refeccio"
nar el camino viejo de Bolívar y Vélez á Landázuri, Jo que se
puede hacer con $ 5,000; ó acabar. el n ue vo con u na su rna
que fijaré al regreso y qne no puedo apreciar t')dav:a ha8ta
que recorra el tray'ecto del camino proviaional, por el .cual,
según me dic6n todos en Landáznri, nadie puede pasar actual-
mente ni de á pie
Debiera celebrarse nn contrato con una compafiÍa inte-
ligente y actí VB, Ó con hom bres sinceros y prácticos, y no
con charlatanes y entusiastas 'visionarios, que además son
incapaces.

OA PITULO 11
CabecE'ras del Guayabito-El primer camp:tmento-Los"Gua!lJos-Vados-El azu~
fre- Los murciélagos-Indios-Los Balsos-<;l.uitían-Pescamos.

Miérooles 1.0 de Enero de 1896-Temperatnra á la8 6 a.


m. 22°. Desde la mañana temprano -empiezo á contratar 108
peone~ que me hacen falta todavía y alcanzo á reunir un total
de 5. También llega pOI' fin el desertor horracho que se ha.bía-
quedado en El Real y ::lSl furmo el número qne necesito. ,
El pobre Landáznri, á pesar que no tiene sino nnos 30 ha
bitantee, está entregado á disensinnes y odios, y annche asistí á
una violenta discusión entre los dos gamonales del lugar,
q ne aprovecharon mi Ilegada para amenazarse con balazos
por nn miserable palo tumbado <Jue colinda con terrenos de
ambos.
Desgraciadamente no veo aquí á nadie algo instruído, in-
teligente y c}\paz de dirigir y aconsejar desinteresadamente
estos pobres colonos.
Se reparte la carga y resultan 2 y media arrobas para
cada peón.
Desde aquí los peones van ganando 8 reales diarios con
alimen tación. Re regresado 1a8'-- bestias de carga y montura
porque aquí también principia para mí la marcha á pie.
Por fin, las maletas compuestas, alcanzamos á -ponerno~
-198 -

todos en marcha á-las 10 y 30' a. m., y, por una trocha muy


cerrada, salimos de Landázllri, en dirección N. O. y entramos
en el monte, bajando sin interrupción, durante una legua,
hasta ori l1a del Guayabito.
El Guayabito, cuando lo encontramos sobre su izquierda,
no es más qne una pequeña quebrada que torna su cabecera
en el Oerro Pichú, al Oriente y á poca distancia de Landáznl'Í.
- La altura en este pnnto es de 480 metros.
Empezamos á caminar entonces río abajo, atravesándolo
c()mo nnas 30 veces, con agua hasta media pierna.
Dejamos á la izquierda, y como á la 1 y media, á las
antiguas plantaci ones de Oí ncinato, que actnal mente 00 son
más que un gran rastrc>jo. En la bUl'anca izquierda de la
quebrada hay una cueva de donde han sacado antiguamente
carb6n de piedra.
Algunas cnadras más abajo se halla la boca de la que-
brada de Vizcaínos (algunos dicen Vizcaínas) que desagna
á la derecha en el Gnayabito, y viene en dirección N. E. á
S. O. y lIn poco más al Oeste la de Agua Blanca que desem·
boca á la izqnierda.
Subimos á la derecha del río, sobre unas lomas desmon-
tadas que son propiedad de los Sres. Oelestino Olarte, Eusta-
quio DíflZ y Miguel Olaya, y volvemos otra vez á caer al río
que continuamos vadeando varias veces hasta llegar á Los
Guamos, desmontes de los Sres. Abellos. Allí hay Urla casit~ y
trapiche donde resol vemos scam par.
Son las 5 p. m. y empieza á llover.
Oampamento número l.o-Los Guamas.
Altura s. el n. del m. 420 metros.
Distancia recorrida desde Landáz'\1ri, 9 kilómetros.
Toda I,a gente q ne habita este rancho parece enfermiza;
UIlO está baldado por un dolor ciático; otro está idiota; el 3. 0
mudo. Todos tienen caras mny pálidas y exangües, y me di·
cen que padecen uniformemente de fiebres (fríos) y enconos
(úlceras y tumores). Además están todos borrachos de guarapú,
hombres y mujeres, y no me dejan dormir durante toda la
noche.
Jueves 2 de Enero-Temperatura á las 8 a. m. 25°.
Llueve parte de la noche, pero amanece el cielo despeja·
do y gozamos de llna vista muy clara de la cumbre del Oerro
de Armas, en dirección N. N. E.
El trayecto que hemos recorrido ayer es una mala tl'ocha
muy cerrada y muy pantanosa, en general, á excepción de
- 199-'

cortas secciones en el monte y en las playas del río Guayabi-


to, que todavía hasta aquí no es más que una quebrada de 6
á 8 metros de ancho.
No hemos encfmtrado animal alguno de caceria, sino 3
culebras, de las cuales una mapaná¡ de 1 metro y medio de
largo, y que no hemos podido matar.
Me ac o mpañ~ en esta expedición, desde Landázuri, el
Corregidor Sr. Ricardo Patiñ o ; él pensaba regresarse desde
los caseríos de Gnayabito, pero se decide á acom pañarme has-
ta el Puerto sobre el rí o Carare, lo que eleva el total del cuer-
po expedicionario á 8 hom bres.
Como sÍempre lo he tenido ordenado, durante esta clase
de marchas, hago preparar á [a madrngada el café ó choco-
late, inmediat¡¡ mente después se hace el almuerzo, gu.ardán-
dose cada uno sn ración de carne, plátano y yuca para el
mediodía, con nn pedazo de panela, tomando el caldo antes
de marchar.
De esta manera nos ponemos en marcha á las 8 y 35' a.
m. A pocas cuadras desemboca, á la del'echa, la quebrada de
Armas, que viene del cerro del mismo nombre y duplica el
volumen del río.
Hay vari os derrames de azufre de las barrancas del río,
entre otros uno muy considerable, llamado Pozo de Azufre,
que llena el aire de 811S emanaciones.
A las 10 y 30' dejamos, á la izquierda, la quebrada Ne-
gra, donde unos Sres. Zapatas tuvieron, hace 20 años, una im-
portante plantación y explotación de afiil, completamente,
desaparecida hoy.
Atravesamos el antiguo caserío de Guayabito, que actual·
mente no cuenta más que 3 Ó 4 mise/'ables ranchos, y plantacio.
nes de cacao atacadas y arrninadas desde 1882- por la mancha;
la mayor parte de ellas están abandonadas así como los caña-
dulzales.
El cacao, según me dicen, antes de la enfermedad era
aquÍ nna maravilla; la cosecha era continua, es decir, que se
recogía á cada mengllante, y á menudo hasta 4 millares de
una sola mata de 5 á 6 añ os. Oon 200 matas un individuo go-
zaba de una renta suficiente para vivir.
T~m bién se ~acían aq oí crías de marranos, pero tuvieron
que de.Ja~se tamhle~, por motiv~ d~l tigre, que es frecuente, y
del chlmJlay (murClelago), que a CIertos momentos del afio es
una plaga terrible. El murciélago ataca aquí á las personas
dnrante el sueño con una saña extraordinaria y las sangra ein
- 200-

piedad; no puede uno acostarse con segnridad sin un fuerte


mosquitero (toldillo), á pesar de que á menudo el chimilay lo
rompe atrevidamente con los dientes para entrar; hasta con
perros y gallinas acaba.
Se pn,ede afíadir también al motivo de la postración ac-
tl1al de estas regiones la falta de tráfico por el estado pésimo
del camino, que va dañándose y cerrándose cada año más, sin
que nnnca nadie le haga la más ligera refección (ni roza
siquiera) en ningún pnnto.
Se comprende muy bien que este trayecto por el lecho
del río Gnayabito es nn inconveniente de mayor gravedad por
varios motivos: elLo porque el río crece muy á menudo, ata-
ja el trá,nsito y ha cansado la muerte de varios; 2.° 108 hom-
bres sndando y acalorados tienen 'que entrar á cada instante
en estas agua. tod el vía frías porq ue acaban de caer del Cerro
de Arm.as, lo que produce una reacción muy fatal para la
higiene.
Los indios hacen frecnentes incursiones hasta p~r estas
comarcas del Alto-Gnayabito, y hace nn año y medio, no más,
mataron, en el caserío mismo, á dos peones qlle trabajaban el1
nn cacaotal.
De modo q ne, en medio de todos estos enemigos, del cli-
Qla que es muy ardiente, del ahandono del camino que debe-
ría, desde hRce tiempo estar abierto por las lomas de la izqnier-
d~ del río (lo que es muy fácil) para evitar los innumerables
vados que actualmente se tienen que efectuar, y las otras plagas
arriba mencionadas, no queda ahora en Guayabito sino uoa
decena de moradores.
Arriba del punto de Gnayabito desagua la quebrada de
de Cara de Perro, á la derecha, y abajo la de Alvarez, tam-
bi~n del mismo lado. Hay en los alrededores algullos cauchos,
tagua, canime (copaibA), árboles del pan, palmas de coco (muy
cargadas), perillos (que es el sande ó árbol de la leche), limo-
nes, naranjos, etc., y otra mina de azufre llamada Pozo de
Guayabito.
Divisamos el Cerro Pichú en dirección á Este.
La orientación del río es ahora al Norte casi recto.
Como segnimos todo el trayecto río abajo, no atraveearnos
]a q nebrada de Armas, que se tiene que vadear cuando se si-
gne nna antigua trocha, actualmente intransitable por lo
cerr~da.
A las 12 y 15' atravesamos la quebrada de Los Baleos y
paramos en la última casita que debemos encontrar desda
ahora y que habita uo elefancíaco.
- 201-

Hago consrguir en otra cabaña, algunos plátanos y yucas


para reforzar los víveres. .
Encontramos \.11108 8 hombres que regresan á Landázuri
con dos mulas de car~a de un pnerto del Oarare llamado el
Raisudo (entre San Fernando y Los Botes) ; han llevado allá,
para enbarcarlas en canoas, hasta Bocas de Carare (río Mag-
dalena) cargas de café y aguardiente, y regresan aon vinos,
brandy, machetes, tabacos y algunos géneros.
Seguimos río abajo, mitad sobre playones grandes de cas-
cajo y arena, mitad en el aglla hasta arriba de la rodilla.
Como á las tres y medía llegamos nn poco arriba de la
Boca de la quebrada Qnitian (que desagua á la izquierda),
hago parar y levantar rancho por la noche. L08 peones desem:
peñan bastante bien estas faenas de campamento y á las 6 estátl
la ranrherÍa y la comida listas.
Oampamento nítllnero 2.°- Quebrada Quintian.
Altnra barométrica: 365 metros.
Temperatura á las 6 p. m. 28°.
Distancia recorrida desde los Guamas: 8 kilómetros.
Onido que 10B rifles y demás armas estén listos y que la
hoguera quede encendida durante la noche, porque hay que
guardarse de los 3 grandes enemigos: indios, tigres y mas·
quitos.
De estos últimos hay por fortuna pocos y á las 9 p. rn. han
desaparecido los cafifís y agujetas, que son los más crueles,
tampoco hay ahora murciélagos.
Al anochecer algnnos peones van á pescar con atarraya
(he tellido la precaneión de comprar una) y anzuelos y cocren
algunos bocachicos, gua vinas, m nj arr'as y caraguajas (g~la.
cncos).
Hay infinidad de variedades más: bagres sapos, pintados
y rayados, mienros, doradas, patalos, rayas, picúas, zabaletas
toches, cornelones, barbndos, yumbilos, alcaldes, etc.; tortugas'
caimanes, babillas. '
También matan
,· dos perdices que llaman aquí chorolas , y
a 1gnnns otros paJaros pequeños.
No tardamos en dormirnos al ruido de la sinfonía de la
sel va, y ob~ervamos especial men te el canto de los S3 pos, que
es tan fuerte que se parece enteramente al ladrido de perrOI.
- 202-

CAPITULO 111

Rectificaciones del trazo.-Petr61eo,-La Cimitarra.-Tigres y mosquitos.-Plagas


Buena pesca.-Eucuentro.-San Lorenzo.-Las 7 lomas.-Llegada al Carare

Viernes 3 de Enero.-La noche pasa sin novedad y ama·


nece tiempo espléndido. Temperatura á las 6 a. m. 24.-
Nos ponemos en marcha á las 9 a. m.
Tres h\)mbres, habitantes de Guayabito, qne han ido á
pesqüería á la Cimitarra han visto á los indios huyendo río
abajo cerca de donde habían ido á tirar á nna pava.
Dejamos á la izquierda, es decir al O., la trocha que con
duce, á 2 leguas, al lugar á donde hace dos años se hizo UD
intento de Oolonia Agrícola, cerca de la quebrada de La Toro-
va, el cual ensayo fue abñndonado á los pocos meses; formo el
proyecto de regresar por allá, dejando á mi izquierda á La
Cimitarra cuando volvamos del Oaral'e.
A las 10 y 15 pasamos delante de la boca de la quebrada
de San Juan que desagua á la izquierda entre altas barrancas
y volcanes.
Detrás de estos volcanes se eleva el pequeño Cerro del
Gallo que ft>rrna parte de la cordillera que se de~prelJde de
la Pefia de Vélez y viene á morir al Occidente y cerca de La
Cimitarra.
Es encÍ ma de este estri bo q ne S9 debe construÍr el cami-
no nuevo para evitar los pasos del Guayabito. Habrá además
la l'entaja qne estas lomas, siguiendo desde Landáznri un de-
clive natnral y manso, se podrá hacer pasar en general el tra
zo encima ó ell el filo de las cuchillas sin grandes gastos de
barrqueo, ha3ta las cabeceras de la quebrada Agnafría. Este
camino por las playas y el lecho del río Guayabito es in-
soportable por la razón que he expresado ya, y además
por el sol ard iente bajo el cual queda expuesto el pobre cami-
nante, con muy pocos intervalos de sombra, asándose literal-
mente la planta de los pies sobre los cascajos y las arenas du-
rante 4 leguas.
A la derecha del río, ó sea á Oriente, ae ven los últimos
estribos que se desprenden del Oerro de Al'mas. Son cubiertos
de un sombrío y espeso monte y habitados por indios.
- 203-

De estas lomas caen las cabeceras de la Quebrada Golora·


da y del Oponcito de Curare.. ,
E, qbajo de la Boca del Oponclto de Carare que el no
Gnayabito empieza á ser navegable en canoa hasta su desem-
bocad llra en el earare.
En las c~becoras de la Colorada (derecha) y á una legua
al Este del Guayabito, se halla, según me asegur~ uno de l~s
peones q ne ha ido á cacería de estoB lados, u na rrll.na de petro-
leo; las aguas de esta quebrada, en su parte ba) a, son muy
coloradas y tienen sabor á fierro.
~{atamos un lobo, especie de iguana, color chocolate, que
desentierra y come los huevos de tortuga, tiene 80 centíme-
tros de largo desde la cabeza al naci mien to del rabo y 45
de rabo.
Disminuyen las piedras y el cascaj o grueso y au mentan
los playones de arenas y cieno; el río se explaya tam bién más
y alc '-\Ilza á men ndo 50 metros de ancho. Tenemos que hacer
algullos pedazos de pica para llegar á La Cimitarra y evitar
pasos hondos del río.
A la 1 p. m. llegamos á La Cirnitana; todo es completa.
mente desierto; no hay más que algunos ranchos de pescado-
res medio arl'ninados é inservibles, y rastrojos de antiguas po-
sesiones abandonadas.
Oampamento número 3.-La Oimitarra.
Altura sobre el nivel del mar, 330 metros.
Distancia recorrida desde la quebrada Quitián, 6 kiló·
metros.
Temperatul'a á las 4 y 30 p. m., 290
Levantamos el ranch~ en medio de una nube de mosqui-
tos, cafifís, jejenes y tábanos, 1 ue al cabo de una hora me tie-
nen la cara y las manos ensangrentadas é hinchadas. Apenas
puedo escl'ibir, á pesar de ponerme cerca del humo de la coci·
na y de estar fumandQ continuamente.
Cerca' del campamento y sobre la playa vemos rastros
y huellas frescos de tigre.
Recojo algnnas habas del árbol neohe que producen, se-
gún dicen en Vólez, un aceite superi0r para el pelo y para
impedir la calvicie.
Mis hombres son mny diestros para la construcción de los
ranchos q ne se elO pajan en un momento, gracias á la abun-
dancia de viaho (biaho ó vijaho) y de las hojas de palma jirapa.
U na vez establecido el campamento, dos hombres qne-
dau oCllpadQs en las faenas de la cocina y los demás van á
, - 204: -

c~zar y pescar con la atarraya. Gracias á este sistema he po-


dIdo deJar de comer, desde ayer, la odiosa carne salada y ali.
mentarme con pescado (que es en general exquisito en este
rfo) y con aves.
A pesar de todas las precauciones empleadas par~ aislar
. las cargas de víveres del snelo dllrante la noche, varios ter-
cios son ya invadidos por las hormigas, principalmente la car-
go:dora (alta cephalotes), que es la misma q ne en el Ohocó lIa.
m all la ar'riera (colorada), y por el comején.
No hubierall todas estas plagas, el lugar de La Oimitarra
sería ameno y agradable á la vista.
Las plagas de mosquitos se distribnyen la tarea de mar-
tirizar por aqní á la hnmaoidad, de la manera siguiente: el
cafifí y el jején de día; al anochecer éstos deflaparecen y son
reemplazad t)3 pOl' la agujeta y el ~ancudo. Estas plagas au-
mentan mucho, como es natural, á orillas de los ríos y qnebra-
das cuando hace mucho verano. En el interior del monte se
sufre menos.
Los peones -regresan de la pesca con cerca de una arrGba
de pescado, principalmente caraguajas, barbndos y bocachi-
cos; cogieron también nna raya; vieron mllchos rastros fres-
cos dA tigre y de danta.
Sábado 4 de Enero-La noche pasa sin novedad y ama·
nece tiempo eRplélldido. Temperatllra á las 6 a. m. 24:°,5.
Al amanecer gran concierto de monos y micos.
Todos los tel'cios están inVAdidos por e.iércitoA de comeién.
Salida á las 9 a. m. en dirección N. N. O. Dejamos defi-
nitivamente El Guay&bito y entramos en el monte, por una
trocha ba8tant~ cerrada por partes; el piso está seco en sn
maynr parte y presenta pocos fangales y chambas.
Toda la montaña q ne & t.rll vesamos hoy no presen ta narla
de interesante; no contiene árboles corpulentos ni particn-
lares; también es poco poblada de animRles y no encontra-
mos á qnién tirar, á excepción de nn tigre, de buen tamaño,
que hallarn os el Sr. Ricardo Patiño y yo, al llegar al punto
llamado L omaq llemada. Está la fiera echRda en la misma tro -
cha y, al vernos, se pára COIl calma; Patiño, que lleva nno de
los rémillgtolls, le mete una bala corno á quince pasos; pero
parece que no da en parte m l1y seflsi b le porque en ~l mo;
mento el animal se bota al monte y peroornns sus rastros, a
pesar de buscarlo 111égo más de me jia hora.
La pri mera quebrada q ne se atraviesa poco después d~
salir de La Oimitarra es la quebrada de Agnafría~ que cae a
la izquierda del Guayabito un poco más abajo.
- 205-

Lnégo franqueamos unas tres quebraditas distantes nnos


dos kilómetros las lHlas de las otras, de poc~ 8 ngnap, mny colo·
radas, de sabo!' á fierro y que llaman Las Humaredas.
A las 12 y 30 llegamos á la loma de El Contento, donde
hay un peqneño rallcho medio caído, y nn platanal abandona-
do. A poca distancia cae la quebrada del PallDllr que desagua
en la Torava, la cual se jnnta luégo con la q~¿ebrada San Lo-
renzo, inferior en caudal de agua. Sin embargo ~II el mapa
corográfico está marcada únicamente la última, cnando aJ
con trario es bajo el nom bre de Torova q oe deben desaguar
estas quebradas \lninas. Estndiaremos esta rectificación geográ-
fica á su tierrq" l y cuando estemos en el pr_opio terreno.
La montañ ¡l, q110 está muy lejos de ser plana, y se halla,
al CGntrario, com p llt'sta de con ti n uas lomas de poca eleTación,
pero de pendientes rápidas, of,'ece \ln aspecto monótono, tris-
te y silencioso. Al juzgar por su vejetación de muy poco vi·
gor, no creo que estos terrenos, á lo menos en esta sección t
sean muy buenos para la agricultura: son muy cascajosos, y
deben contener mucho fierro.
Atravesamos la hondonada llamada Hoya de los Muertos,
porque allí mataron ' los indios á dos hombres qne ibal'l de
Guayabito al Puerto de San Fernando.
Uno de los peones está repentinamente atacado de nn
violento acceso de fiebre durante la marcha, 'y tengo que re-
partir sn carga entre los demás, pOI'que apenas plle le caminar.
A las 4 y 30 paramos á orilla de una pequeña quebrdda
que cae en la San Lorenzo á distancia de 1 kilómetro.
Oampamento número 4. o ...,-Quebrada del Tigre
(La bautizamos así en recuerdo del encuentro que acaba
mos de hacer).
Altura barométrica: 360 metros; (este pnoto está natnl'al·
mente más elevado que La Cimitarra y San Fernando, porque
se halla en los terrenos divisorios de las aguas del Gnayabito
y Carare).
Distancia recorrida desde La Cimitarra, 16 kilómetros.
Temperatura á las 6 p. m. 24°.
Conservo la cara, las manos y los pies hinchados, no me
parece precisamente por efecto de las picaduras de 108 mas ..
quitos, más bien creo que es resultado del repentino cambio
de clima y de aguas.
Domingo 5 de En.ero de 1896-A las 3 de la . madrugada,
los pobres peones que no llevan hamaca tienen que abando.
nar el rancho y dejar de dormir, por moti vo de las hormigas
- 206-

que cubren el snelo en una formidable invaslOo. Amanecen


los tercios llenos de esta clase llamada cargadoras y varios la,
zas y pedazos de ropa trozados.
Es conveniente buscar los lugares de los campamentos
afnera de los caminos de los hormigueros, porqne éstos tienen
sns trayectos acostumbrados. A pesar de esta }Jrecaución no
se libra uno tampoco del todo, pero á lo men(j)s tarda algunas
horas más el ataque, hasta que se riegne la noticia en los hor-
migueros vecinos. Entonces inmensos ejércitos en colu!llnas
de unos 10 centímetros de espesor' y centenares de metros de
largo, ie adelantan al asalto del rancho y pronto se crnzan las
columllas; las unas qne regresan cargadas del botín: víveres,
ropa, etc., y las otras que van en bnsca: deetruyen y arrastran
durante una sola noche costales llenos de provisiones; empie-
zan primero á romper el saco y los lazos; nada las hace hnÍr
y son tan tenaces que han obligado por aquí á monteadores
abandonar en el acto nn campamento y dejarlas dueñas del
cam po de batalla.
, Entre las numerosas variedades ponzoñosas, las peóres
son las llamadas ariguis y las melcochas, que h:1y que arrancar
de la carne con las uñas y producen fiebre cuando hay mu-
chas picad uras.
El tiempo continúa excelente, temperatura, á las 7 a.
m., 23° 5.
Signe el peón con fiebre: anoche le di nna dosis de qui-
nina y esta madrugada otra; yo tengo los pies mny adoloridos,
pero el estado gelleral de mi sa lud y la de los demás, es buena.
Hoy, á medi0 día, deb emos encontrar al río Oarare.
Un tigre ha vellido, durante la noche, cerca del campa-
mento, porque vemos las pisadas frescas en 109 arenales de la
quebradita-
Salimos á las 9 a, m.
A I'3 S 9 Y 10 a. m. pasamos sobre el lado den cho de la
quebrada de San Lorenzo, siguiendo luégo hasta el río Oarare
en dirección N. O.
Franqueamos las siete lomas llamadas de San Lorenzo,
que son cuchillas de una elevaciÓll -rjUe varía entre 50 y 200
metros sobre el nivel general del plan de las agu as. Allí veo,
noa vez más, lo falso de los informes de los Sres. de la Com;;a-
nía Em pres', ría del camino q ne me ded an en Vél ez, q oe des·
PUé3 de Landázuri, todo era nn completo llano. No hay tal
cosa, ni mucho menos. ,
Las únicas partes planas del trayecto 80n las q ne iHguen
- 207-

el río Guayabit.o abajo, en el puro lecho, y unos dos. ki1ó ..


metros apenss antes de llegar al río Oarare. Al contrarIo, to-
dos estos terrenos son bastante quebrados y no se hace otra
cosa que subir J bajar sin interrupción. Muchas de estas lo-
mas son de peña negra y otras de conglomerat6 ferruginoso
muy compacto y duro. El carácter del monte sigue el mismo
que dnrante el trayecto de ayer, es decir, poco interesante, y.
los terrenos no parecen muy buenos á lo menos en esta parte
de la región carareña. Los veo muy inferiores á los del Ohocó
como clima, topografía, hidrografía, calidad de la tierra, mi-
nería, tiora y f;.\l1na.
Todas estas lomas forman entre ellas peqtwñas quebrada8
que, en esta ép(Jca, lI'evan poca agoa.
La trocha está seca, pero muy cerrada casi en todas par-
tes y se ve q ne no se ha rozado desde m nchos años; cuesta
trabajo no perderla y hay que machetear. Está, además, cor-
tada, con mucha frecuencia, por palizadas de partes de monte
caído.
Despaés de ]a última- loma de San Lorenzo atravesamos
]a quebrada de Juan Blanco, de unos 4 á 5 metros de ancho,
que cae directamente al Oarare.
Lnégo subimos una última colina, llamada Alto Grande,
de 160 metros de elevación sobre el plan del valle, y caem08
á las orillas del río Oarare por ulla bajada mny podregosa y
llena de cascajos gruesos.
Seguimos t(1)davÍa 2 kilóme.tros y llegamos á la bodega
arruinada del antiguo Puerto de San Fernando (Puerto Oara-
re en el mapa corográfico). No qnedan más que algunas pare-
des que van acabando de caer, y rastrojos.
A los pocos pasos levantamos nuestro rancho; son 18s 2
y 15 p. m.

CAPITULO IV
Puerto San Fernando-El río Carare-Ruina y Soledad-Otro peón enfermo-El
R~izudo-San . Isidr~-Rastl'os de indios-Los Botes-Huevos de tortugas á
mlllares-ConslderaclOnes sebre las Color,ias agrícolas del Carare-Cuadro de
distancias desde Vélez.

Oampamento número 5-San Fernando (Pnerto Carare).


Altura barom~trica, 148 metros.
Trayecto recorrido desde San Lorenzo, 13 kilómetros.
Temperatura á las 3 y 30' p. m. 29°; á las 6: 270.
- 20S-

. Durante las marchas hemos visto huellas de indios y oído


gl'ltos de ellos. Por fin hemos matado ulla pava, la primera
que podemos consegnir desde el principio de nuestro viaje en
estos montes sjlencioso~ y tnrbados únicamente por el ruido de
las cigarras y de los sapos. En todo el trayecto, desde el Gua·
yabito, hemos visto: un tigre, dos venados, una media docella
de pavas, gallinetas y panjiles y nada más.
Las únicas cnlebráS que hemos encontrado ha sido á la
salida de Landázu ri.
El río Carare, enfrente de San Fernando, tiene de 80 á
100 metros de ancho y corre con nna velocidad de dos leguas
a la hora de S. O. á N. O., luégo, más abajo, vllelve al N. La
corrien te, q ne aquÍ es violenta, se modera algullos ki lómetros
más abajo, pero, haota Los Botes, hay varios chorros rápidos
y caídas q ne presentan ciertas d ificn I tades y pel igro para la
navegación. La corriente se modera coro pletalllente desde la
Boca de Guayabito (Puerto Parra, 1 legn3 abajo de la boca
de este río). En canoa, cuando el río está suficientemente agua-
do, se baja desde aquí en 13 horas hasta Bocas de Carare, en /
el Magdalena.
Sobre los dos lados del río hay antigllas plantaciones que
ahora son rastrojos qua pronto se convertirán en nueva mon-
taña.
El río ee ha recostado mucho de este lado, de modo que
los playolles se hallan en la orilla izquierda, y en la Iluéstra
están los barrancos q ne se elevan actual mente 5 Illetrús s(,bre
el nivel ne las aguas unOd 500 metros abajo y al N. del puerto
de San F8rnando.
San Fernando está situado sobre nna lomita que domina
de más de 15 metros de altura el nivel mayor de las aguas, y
sería un punto muy adecuado para una Colonia agrícola si se
hallara en e( trayecto de\ camino; pero corno el nuevo tn\za -
do debe evi tar las lomas de San Lorenzo y dirigi rse lo mád
rectamellte - posible hasta el Puerto de 108 Botes á donde la
navegación no presenta inconveniente algnno por abajo, San
Fernando qnedará por lo mellaS á nna legua al Occidente del
camino. Esto no impedirá seguramente, ell el pqrvenir, nIJa
vez desarl'olladoH otra vez la vida civilizada, el comercio y la
agrir-ultura en estas corr. . arcas, que en vista de su posición, eX-
cepcionaltnente sana y propia al cnltivo, se convierta otra fez
en un peq aefto caserío.
Sigo con la cara, las manos y sobre todo los pies mny hin-
chados. Oomo esto no me había sucedido nunca en otras ti e-
- 209-

rras muy calientes y despnés de marchas más penosas qne


éstas, atribuyo este accidente á lo insalubre de la hoya del
Guayabito y á la necesidad que hay de elltrar y salir conti-
Iluarnente, más de 60 veces, en las aguas de este río para va
dearlo 6 camillar en él, estando bañado en Rndor.
O,'eo que lo que ha desterrado á los ribel'eños que habita-
ban 6 cn1tivaban las orillas del Carare, añl)s atrá~, dehe at.ri·
bllÍrse á dos cosas: 1.0 al miedo de los iuJios y á la hita de
protección contra ellos. Efecti varnente, en todas estas planta-
ciones, han cometido los indios asesinatos, incendios, robos y
depredaciones; y 2.0 á las dificnltades de comullicaci6n por arri-
ba, es decir, por el Sur, porque pOI' abaj '), ó sea por el NoIrte,
la ha habido siempre fácil para Sacar los pl'udnctl)s y fl'utos é
j[}trodllcir 108 al'tícnlo~, gracias al ríl).
El clima es aquÍ lf1'jor y rná8 8alll' qn& ell el GlIayabito, y
cone ulla cie rta brisa por la tarde, C t· 1ll0 existe .s iempre en
las grandes arterias fiu viales.
Oomo en todos loe lngares vÍI'genes, hay mncha plaga:
tn (>3quitos de varias clases, hormigas y comején, moscas y tá·
banas; pel'o est0s i ncon \Tenieutes dism i n llyen m lIcho con 108
desmontes y 18 agricnltura.
Lunes 6 de Eriero-A las 9 de la noche estalló un fuerte
agllacero que duró cerca de llua hora y sigui6 lloviendo casi
toda la noch e hasta el amanecer.
A I anochecer matamos nTl~ magnífi ~a guacamaya.
Tempemtura á las 7 y 30' a. IIJ. 24°; la temperatura ha
bajado alg) por moti vú de la Ilu via de la Hoche y se suda a lgo
menos.
Dtlsde ayer está uno de los peones con fuel'tes dolores de
cabeza: le administro 6 píldor lA purgalltes del DI'. JayllE'. El
que tenía fi&bre se alivió del t'Hi,) CrIn lag dos dosis de quinilla.
Nos pOllemos en mal'cha á las 9 y 30' <l. 111. pOI' ulla tro-
cha que condnce río abajl) al pUlltll llamado L0S B,:tes, qne es
el 'puerto donde la Oompañía empresaria piensa termillar su
camillo, Pero no es ell:1 qllil~n ha flbiel't., la pica qlle estalllOS
sig"iendo, son unos Sres. Gr'ajales, -antinqlieñ "s, que habitáll
el Vallede Jesús M<trí ", y h,bían hechf) en varias secci.ones
de la vía, y con la esperallza que pronto se cOllstrniría el ca-
mino, fundaciones y sementerc\s aband\Hladas actual1uellte ó
destrllÍJas pOI' los indios.
De mod{) q 1le se puede decir, si" temor de eqnivocarse,
que actualmente no existe empresa agrícola alglllla, ' ni hacien-
" 14
- 210-

da, ni siquiera posesión ha Qitada ó en explotación en toda la vía


riel Carare desde Landázuri.
. La trocha qlle seguimos está borrada completamente en
varias partes, la perdemos mny á menudo y tenemos que ma-
chetear; pero el monte ha cambiado mucho de carácter, no es
la montaña baja, . tnpida y quebrada del Guay.abito ó de San
Lor~nzo, es una selva clara, planll, de piso unido y casi seco,
tapizada de hpj~s muertas y en la cual' se camina con facili.
dad, divisando á cincuenta pasos de distancill. Hay algunas
pequeñas depresiones, algo fangosas, pero son oortas; los ár
boles son grand~s, muchas veces de 2 y 3 metros de diámetro
y de ,50 Y 80 metros , de elevación; muchas palmeras y ta-
guales.
Atravesamos varios cacaotales abandonados, invadidos
por las hierbas y arbustos y, sin embargo, cargados de fl'lltas
qué no han, sido :üacadas )Jor la mancha.
D os kilómetros a bajo de San ' Fernando, y á las 10 y 45 a.
m., llegamos al punto, ó pu-erto, llamado El Raizndo, donde
hayalgnllo& ranchit08 en ruina. El río se divide en tres bra-
zos, formando dos islotes y rápidos, llamados con el norn bre
pintoresco de Mojaculo, porque con fl'ecuencia se voltean las
canoas en esto,s pasos.
Los indios que habitan las comarcas del Carare y del
Opón son, como se sabe, muy nómadeE=, y no tienen, según
parece, rancherías fijas; navegan en. canoas, )Jero mayormente
en la parte superior (Río Minero) y pasan raramente sus em·
barcacione~ abajo de la quebrada de J llan Blanco, proba ble-
mente por miedo de encontrarse con los traficantes blancos que
actnalmellt~, por cje/'to, no los molestarían mucho, porqne pa
san 'meses sin que suban embarcaciones de Las Bocas del
Canire.
La dirección del río, en El Raizudt1 , es de S. á N. .
A las 12 y 40 atravesamos las antiguas plantaciones de
San Antonio que se extendían sobre las dos orillas: ya son
grandes rastrojos improductivos y desiertos como todos los de-
más, casi impenetrables y donde hacemos, trochand r' , 2 cna-
dras en media hora; tenemos que volver al monte para poder
salir de ellas más pronto y darles la vuelta mejor qn~ atrave-
sarlas, porq ne perderíamos tiempo inútil mente y trabaj Ando
mucho . .
Durante la caminada matamos un panjil y una pava.
A las 3 p. m. atravesamos la quebrada, ó caño más bien,
de San Isidro, con agua hasta la rodilla; es de lecho muy fan-
- 21t-

goso, anchn de unos 5 metros, y con barrancas de 4 metros


de elevación.
levantamos nuestro rancho sobre su ribera derecha, pre·
cisamente en el lugnr de su confluencia con el brazo derecho
del Cal'are qne, nn poco más arriba, se divide en dos, forman-
do ulla isla grande.
Oampamento número 6-San Isidro y Oarare.
Distancia recorrida desde San Fernando, 10 kilómetros.
Altura bat'ométrica sobre el ni~el del mar, 140 metros.
Temperatura á Il!S 4 p. m. 25°, 5,
Mando inmediatamente dos hombri s á pescar bajq la vigi-
lancia del Sr'. Ricardo Patiño que Ilevn lino de los rémingtons,
porque por aquÍ no hay qne dejar alejarse nUllca lIingún peón
solo ó desanDado del cam pamen to y tam poco abandonar éste
un instante sin vigilancin.
Al atravesar la quebrada de San Isidro ehcontt'amos 108
rastros de una tropa de 10 á 12 indios, en los arenales d~ las
playitas; pueden tener estas huellas IIIIOS 8 días de fecha; allí
se ve que cogieron nna dnllta~ la amarraron á un palo, la des-
pedaz '-l "on y se la cOlmeron.
Marte87 de Enero-Durante las primeras horas de la no-
che pescamos al anzuelo dos bagres: el pri mero de nnas 8 Ii·
bras y el otro d~ 20. Es un aumento muy útil en ]a provisión
de víveres.
Tiempo excelente -amanecemos sin plaga en las car-
gas-por primera vez desde el principio del v'iaje. No hubo
anoche más q ne algunos zancndos.
Temperatllra á las 6 y 30 a. m. 24P 5 Y 8 a. lIle 25°.
Oomo el Puerto do los B )tes no dista sino ulla legua de
aq uí, resuel vo ir á reconocerlo con 3 hnm bres no más, dej ando
aquÍ los otros 4, guardando el campamento.
Es mny probable que habiendo p ~ sado en mucho,la fe·
cha que yo había señalado para que subieran dos canoas des-
de B'Jcas de Oarare, para bajar el río hasta el Magdalena, no
encontraré allá á nadie.
Nos ponemos en marcha á las 9 y 30 a. m., y á 3 cuadras
del campamento at avesamos el de~mollte de la Ooncepción
(Sres. Grajales).
Llegam os á Los Botes, por una pica cerrada, á las 11 y
30 a. m. La distancia deade nuestro campamento de San Isidro
es de 4 kilómetros; de modo que el trayecto total desde San
Fernando (ó Puerto Oarare), por tierra, es de 14 ki lórnett·os Ó
sea un poco menos de 3 leguas.
- 212-

. En ,el punto llamado Los Botes, que es una barranca bas-


t~nte elevada y fuera ¿e anegaciones., la OompañÍa Empresa·
rla d~l Carare no ha ejecutado trabHJo alguno todavía; no se
ve mas que un rallcho tumbado; nna media docena de horco·
nes pfantados y que supongo nebíau ser el principio de nna
bodeg!l que quedó, como lo demás, deEde hace 5 años, en es·
tado de proyecto. Todo en esta pobre empresa, colonias agrí-
colas, puerto, bodegas, c::¡mirio, á excepcióll de las 3 infelices
leguas de la salida de Vélez, ha quedado como una visión de
los accionistas, algo fllnam bu lesco, que no tomará cuerpo.ia
más hasta que el Gobierno tome la obra bajo su inmediata
direcciór~ . ó la confíe á alguna, Oor\lpañía s~ria.
Arnba do Los Botes estan Lols Bt)tecltos, lngar de nave-
gación J:>eligr'osa, por el cllal es imposible que sub~ algúll bn
que de vapor, por pequeño que . sea, á menos que .el río esté
muy aguado. Allí se han volteado muchas canoas, perdién-
dose la., mercancías y ahogá[]dose gellte; y en este mismo mo-
mento, á pesar qne el río no está muy seco, me parece traba-
j()SO para las mismas canoas. De allí le vieue á esta pal te del
río el nO(n bre de Botes.
Por cons!guiente, el lugar del pnerto está bien escogido
porque se halla abajo de las últimas dificutades para la llave ·
gación, y )<iS bodegas se podrán construir COIl toda segnrida l ,
porque la barranca se eleva nnos 5 metrU"s sobre el nivel de
las agnas mayorcs; la corriellte uo excede ya nna legua
por -hora.
Yo había pensado en Los Botes como punto más á propó-
sito para flllldar la pri mera Colonia agrícola de las 3 q \le, se-
-- gún cO~Jtrato, se deben estab-Iea.~r en el trayecto. A l efecto
hice &bril' una pica en dirección 'Este, para examinar los te ·
rrenos, y á las pocas cuadras caímos sobre UUClS cenegales que
actuahúente no ef-tán tapados por el agua, pao que son terreo
1108 Illuy anegadizos é impracticables 1..>Or ahora para una fnn·
<- daciqn de este género. De modo que la Colonia del Puerto
, tendr.á que establecerse algo más aniba, ell Los Botecitos, cero
ca de la fnndación de los Grajales: el lugar es elevado s(lbre
una superficie considerable y 8e presta admirablemente á la
constru cción de un caserío.
La segunda Colollia me parece que debe ser Landáznri.
Este- pnnto, elev Ci do de cerca de 1,000 metros, es de 1111 tem-
peramento muy a~radahle y mlly sallo; es el punto mediano
del trayecto elltre Vélez y el Puerto é intermediario entre las
tierras frías que hay que atravesar de Vélez á Landázuri, y
· - 213-

las cálidas en las cnales h!1y qne entrar para ir de Landáznri al


Pllerto. n'e modo que es 1111 lugar de aclimatación excelente
para los colonos.
Landáznri contaba hace diez años más de 100 habitan-
tes 'hoy tiene apenas 30, y merece la protección de cualquier
em'presa de camin() ó de agricnltllra por su bonita posición
geográfica y la calidad de los terronos qne lo rodeaD.
La 3. a me gnstaría mucho en La Oimitm'rra, pero el lugar
de esta ú ltima colonia se escr'gerá pORteriormente y según las
necesidades qne exigirá el tráfico \lna vez qne el camino se
haya entregado complehunel1te al servicio.
En el punto de Los Botecitos los Sres. Grajales, corno lo
he dicho más arri ua, han hecho grandes tll m bados y sem bra,
do pastos de pará, plataneras y levantado ulla casita. Es el
solo rastro de cí vi ¡ización que se ellcuen tl'a, por ahora, en el
futuro Puerto.
En frente el río ce ne de S. á N. Y tiene 80 metros de
ancho.
En canoa, corno lo he hecho observar, se baja al Magda-
lena en U/l día,y se snbe en 2 á 2'k. Ya 110 existe lIillgnna tl'O-
cha más abajo y em!JiezHll las ciénegas y CHÍÍOS. , .
Me dicen que Jos illdios frecnentan /lincho con sns canoas
un caño qne comunica el rÍI) con el Guayabito, en el intervalo
comprellJido entre Los B 'ltes y la boca ue este último río.
La distancia mayo!' llne !Juede haber, en línea recta desde
L08 Botes á PUlerrto Berrío, sobro el Magrlalena, en dirección
occidental, no puede excede!' de 5 lrgna!'. Por este motiv@ me
8seguran qne, desde 31l11í, se oye el pito de los vapores que
llegan y salen de e~te pllel't 'l en el Magdalena, pero por tierra
no puede haber tl'állsito !Jor mutivo de las muchas ciénegas,
ráud~des y caños qne Sl' illtf'l'pCIUen entre la co.'ta occidental
del eRrare y la oriental dol Magdalena. Desde aqllÍ á la Boca
del Guayabito hR.Y ulJa distallcia de 4 Ipguas ell línea rectb;
se bClj a en 2 horas ell canoa.
Nos ponemos Illégo á bUSCfÚ' hllevos de tortugas en las
playas veciu3s, y en una hora recogemos 700. Si hu hieran veni·
do más peones hn biéra mos pod i do cdrgar fáci llllente los 8
hombres á razón de 2 arrobas de huevos cada uno. Estos hue-
vos son del gro~ol' de un hllevo peqneño de gallinfl, J como
la 3. a parte de 108 de caimán. L'\ eáscara es blanda, y cede
bajo la presión del dedo siu romperse. Se encnentran por Bi.
dos en gmpos de 20 á 30, que es lo que pone una sola tortuga
en una DGche. Sun entenados en las partes secas y arenosas
de las playas á una profundidad de 10 á 15 centímetros.
- 214-

Las épocas de puestas son en Diciembre, y salen á luz


en los meses de Marzo y Abril; la 2.- puesta es en Junio y na-
cen en Agosto. Dnrante las puostas, cuando los hut3vOS están to-
davía frescos, sube gellte en este río, de Bocas de Carare y
del Magdalena, á recogerlüs. Se extrae de estos huevos un
accite muy bueno para cocinar y freír, y hacen con él UIl co-
mercio, se vende llluy bien, principalmente en Ocaña á don-
de se llevan muchas car~as de estos huevos.
Regresamos de Los Botes á las 2 y 45' p. m. y estamos en
el campamento á las 4 y 30 p. m.
Tempel'atura á las 5 y 45' p. m. 280.
Corno lo suponía, encontramos este puerto lo mismo que
á San Fernando, completamente desierto, de modo que me
veo en la obligación de renunciar á -mi proyeQto de bajar
hasta el Magdalena. Pero esta parte de mi plan de expedi-
ción no me parece tampoco mny importante sabiélldose
que 1a r a vegación de la parte baja de Carare no presen-
ta inconveniente alguno, habiendo subido y bajado sin tro-
piezCl, en diferentes épocas del año, varios buques de vapor:
. He llegado, por consiguiente, al punto extremo de n11
expediciólJ, pero voy á efectnar el regreso por un itinerario
nuevo, examinando otros puntos interesantes.

OUADR0 1)E DISTANOIAS DE VELEZ .AL PUERTO DE LOS BO-


TES (OARARE) POR EL CAM.INO ANTIGUO

kilms
De Vélel'. al Real de Ture ......................... 13
De Real dé Ture á Cruces .......... ___ ............. 17
De Cruces á Gallegos .. · ..................... 16
De Gallegos á LHndáznri . . . . . . . . . . . . . . " ..... 8
De Landázuri á Los Guamos ........... _ ......•. 9
De Los Guamos á Q. Qnitián . . . . . • . . . . . . . . . . . . 7
. -, a, O'IlIlltana
D e Q1~ltlafl . ..............••...... 6
De Cimitarra al Tigre ...•..... " . . . . . . . . . . . . 15
DJ Tigre á San Fernando .............. , .•... 12
De San Fernando á San Isidro ........•....... 10
D.e San Isidro á Los Botes . . . . . . . . . . . . . . . • . • . . 4

kilms 117
Ó sean 23 leguas con 2 kil6metros.
-- 215-

PARTE 1-11

Regreso á Vélez por el trazado nuevo

CAPITITLO 1
C:1sería de monos.-Observaciones generales sobre el río Carare.-Otro pe6n enfer-
mo.-El R ajado.-¡Trochando en dirección de la Torova!-Monte Pobre.-Los
Engaños.--Rectificación geográfica.

Miérooles 8 de Enel'o.-Temperatura á las 5 y 80 a. m.


24°. Tiem po bueno.
Durante las primeras horas de la noche pescamos al an-
zuelo (cün carnada de bocachico) dos ba.gres que pesan entre
jnntos arroba y media. .
Desde hace dos días los hombres se han alimentado, casi
únicamente con sopa de bagl'es y tortilla de huevos de tor-
tugas, añad iendo únicamente las raciones de frígole-s, cl1 fé, pa- _
ne la y sa l, lo que ha sido una buena economía de pl'ovisioneB~
Mando ahumar los dos bagl'es restantes para llevarlos de re-
serva.
N os ponemos en camino á las 10 a. m. y floCO despnés
empieza á llover recio durante una bora, lo que refresca la
temperatura.
Encontrámos 11lla partida de unos 10 monos (simia-mo-
·naoha), y matamos uno que no cae sino á la segnnda bala de
rémington; es de col or vellado, con los brazos, piel'Oas .Y cabe-
za /de color más subido y chocolate; el cuerpo tiene O m. 60
centímetros de largo, y la cola, :lgal'rante, lo mismo, lo qlle le
da \In largo total de 1 metro 20 centímetros; el peso es de
nnns 20 libra~. Esto'i monos hacen mucho J'llido y tiellen nn
gruñido q ne se parece al de los marranos pero más fllerte; no -
huyen y nos signen Inégo dllrante algunas cuadras con mucho
ruido y manifestaciones de cólera por la muerte del com-
pañero.
A las 12 estamos en el Puerto del Raizudo y á la 1 y 30
p. m. en Sln Fernando.
- 216-

Oampamento número 7~San Fernando. (bis),


Di ~ t3l1cia recorrida des 'ie Sal! I :-l idro: 10 kilómetros.
Temperatnra á las 2 p. m.: 3()0; 4 p. m. 280 5.
COIIIO lo hemos observado más HrribR, nn IUg1H mny á
propósito para fundar una colonia flgrícola sería éste de San
Fernando. Es una verdadel'a lomita que se eleva CMno 20 me -
tros sob,'e el lIi vel de las agnas del río, y terreno m uy bueno,
según se ve, por Jos cacaotales vecino~, que 110 han sido lim-
piados 11 i cn idados desde años y q ne, si n em bargo, están cara
gados de frutas. Pero tierre este puerto, el g,'ave incollveniE>n -
te de no hallarse sobre el tnlyecto del camino que pasará á
más de una legna al Ol'Íente, y este es, en mi concepto UII
in~otlveniente red hi bi torio, pórq ne es ahso 1 uta mente necesario
que estas co'lonias, las primeTas sobl'e todo, se hallen sobre la
vía para facilitar más pronto el desarrollo de ellas y ser al
mismo tiempo nn aliciente para los colollos é inmigrar,te¡;l.
Este mismo defecto he encontrado en el lB'l/yecto de co-
lonia en La Torova, por la cnal voy á pasar, y qne dista toda- ,
via mncho más del trazo racional como se verá por mi plano.
Efectivam ente hay que buscar el camino más corto y llIás
cómodo para llegar lo más pron tI) desde V él ez al PlIerto
en el río Carare abajo del cllal la navegación á vapor [lO ofrez
ca ya dificultad algnna ó peligro. PUl' consigniente 110 hay
interé:; ni razón EHl alarga.r el trayecto hllciendo pa8~H la vía por
San Fel'n~ndn, viendo qne entre este Puerto y Los Botes exis·
ten todavía pasos malos en el río.
Pero" creo que }IO filtarán puntos adecuados, en la zona
del cami !In, corn pl'elld ida ell tre las lomas del Gny !i bi to (A ~l1a
Fría) y ta comarca vecina al Cara,'e (alltes de llegar á Los Bo-
tes) pal'a e8cogbr 01 J llgar donde se debe establece,' la pl'i mera
Colonia, Agrícola,
Ahora que vamos á deja,' el río Carare no será inútil
repetí," aq·ní que nos parece esta pRrte del valle de hllell clima.
El termóruetr<, oscila entre 24 y 280, N o hay cién Agas áproxi.
midad, sino la qne se extiellde al Oriente de Los Botes y que
qnizás se podría desecar completamente con los- de8mollt(·s y
algunas zanjas de desagüe. La rnontl:\ñ~ f'S de tránsito fácil y
COl} tiene bnella nUldtlra de construcción. L(,s pocos cnt10s q \le
hny en esta sección IJO prespotan obstáculo aJ 5 uno y son sin
importancia, á excepción del de San I.,idro, donde nn puente
será de cOllstrllcción baratísima. No hemos encontrado nna
sola culebra en las orillas del Cara re. De modo qne el único
inconvenien.te que puede haber actualmente para 108 colono!
- 217-

son las incursiones de 108 indios, inconveniente que desapare-


cerá inl~lediatamellte cuando los inmigrantes sean en número
B11 ticiellte y tengan a Ign lIa protección dt:ll Gobierno. U na pe-
ql1eña gllHl'OiciólI ell la primfra cnlollia es necesaria; también
se poorá tr¡\sladar allí una sección de presidio.
Tocante á las (lt/'~s plRgas: tigres, murciélag()s, m0sqlli.
tO¡;l, hormigas, cOIT1('jén, etc., todas, lo repetiremos otra Tez,
diHni /1 \lyen progresi va mell te cvn la ci vi li zación, los dlsmontes
y 111 agrien It lira.
De San Fernando á la Bllca de la quebrada San Lorenzo
que' recibe á la izquierda la Torova y La Palmar, casi al mis·
mo ti~lIq)() y debería llamarse raciollallllente Torova de~de las
JUlltas hasta 111 desembocadura en el Carare, "se gastan 3 horas
ell canoa por anibll\ es decir al S. O.
Juevf8 9 de Enero-Llueve casi toda la noche sin inte-
rrnpción y amanece algu nublado. Temperatura á las 6 a.
m. 24 0 • .

Como ayer, hemos salido muy tarde, lo que nc's ha impe-


dido para pas!!1' adelante de Sau Fernalldo por .motivo de .Ia
hOl'a ya HV81lZada en que lleguemos y de la necesidad de COIIS-
trllÍr nuevo rancho en litro ¡Junto; hago todo lo posible para
Activar hoy y alcallzo á poner mis hombres en marclra á las
8::1. m.
Dnrante el cam.ino enferma otro de los peones (es el tercer
enfermo desde el principio de la expedición), qne además está
en la imposibilidad de caminar al paso de los demás p.on BU
carga pOI' m(ltivo de UIHl herida que se ha hecho eu un pie
COII una esta(~a. Lo hiigO descargal', y como-todod los bultps están
ya muy merm "dos ¡Jor motivo del consumo de vív eres desde
8 días, se I'ep ;.n te su tercio elltre los delllá~, y al Ilegor al cam-
pamento lo despacho y le arreglo su cuerlta. Pero corn o él no
Pllede regresar soln por razón á los indios y qne además no lo -
pnedo deja!' E.in víveres en estas soledades, tendrá que seguir
Rcom pañác¡donos d nran te la vnel ta q ne vamos á em pren dér
mañana por la quebrada de la Torova, y se le dará la hlimen-
tación hasta Lalldázllri.
Hoy encontramos 3 culebras, de las cuales una esde ]a
variedad lIalllada tocha, de 0,80 centímetros de largo,' de col'-'r
negl'o, rr.ny venenosa y peligl'(,sH. La matamos de una bala de
rémington. Franq ueamos, sudando á chorl'O, el A Ito Grande y
1~l s 7 lomas de SaH Lorenzo y á la 1 y 15' p. m. estamos en n ues-
tro campamfnto (número 4 el Tigre).
El trazo dal futuro camino deberá evitar todas estas lomas
- 218-

que son muy penosas é inútiles de tra!!!tnontar pasando nna le-


gua más al N. E. donde erterrcno se prosenta casi plano, bus·
cando la quebrada San Isidru COU) ) á 2 leguas de sn booa en el
Carare, y dejando á la izquierda, es d-ecir al Occidente, á San
Fel'Oando, á una distancia de legna y media.
Seguimos adelante, y acampamos á las 3 p. m., cerca
de la quebrada del Rqjado, antes de la Hoya de los Muertos.
Oampamento número 8- El Rajado.
Distancia recol'l'lda desde San Fernando: 17 ki lómetro8.
Altllra barvmétrica S. el N. del M.: 365 metros . .
T~mperatura á las 4 p. m. 27° 5, á las 5 y 30 p. m. 260.
Túdavía hoy hemos seguido la misma trocha que habíamos
recorrido al ir al río Car~re, pero mañana la abandonarérnos,
un poco má" adelallte, dejando al Contento y á la Cimital'ra á
nuestra izqlliel' ia, es decir al S. E. y buscando en direccióll
Sur, por lIna pica qne vamos á abrir, el cllrso superior de La
T'JfOVa y el pUllt I ell donde se quiso, hace algnnos meses, hacer
nn ensayo de Colonia Ag!'Ícola, el cual file pronto abandollado
y no diú resultado algnuo, por motivo probablemente de la falta
de buena di,'ección y de la mala elección del lugar como lo ve·
remos luégo.
D-espnés de pasar la LQmaquemada, á media falda, y en
un claro del monte hemos divisado una peña del Cerro de Ar-
mas en dirección Este.
Viernes 10 de Enero-El ti empo se conserva bueno, pero
la ternperatlll'a baja rnncho durante la noche y al aman pcer,
los termómetros marcan 22°.
Sc\limos á las 8 V 30' a-. m.
A las 9 a. m. y á unos 1,500 metros al S. E. del campa·
mento, dejámos el camino á la izqnierda, y entrámos ell el
monte en la parte denomillada Hoya de 108 :Muertos, trochan
do en dirección recta al Sur, en busca de la quebrada de La
Turova.
La montaña no es muy trabajosa para abrir la pica; el
terreno, en declive blando, está tapizado ne un espeso capote
de musgo3, detrÍtuR vegetales y hnjas mner'tas en que se hlln·
de la pierna, y nijado, á cada momellto pOI' zanjl-\s y l1(\yos
secos, receptácnlos de aguas mnertas ell tiempo de Ilnvia.
Va Ricardo Patiño abriendo la marcha, peinilla en mRno,
luégo otro peón que acaba de clfll'eRr, despllé:; yn rectitiCHndo
la direccióu con la brúj ula cuando es mene:ster, y en seguida
los demás peones.
El monte es r:q.uy pobre en animales y durante toda la
- 219-

marcha no encontramos sino los excrementos de una danta


(Tapirus americanus, Paquidermo), y una culebra negra.
A las 11 y 15 a. m. atravesarnos la quebrada La Palmar
(aflilente de La Saíl Lorenzo), tiene 5 á 6 metros de an cho, O.
m. 15 centímetros de profundid~d y corre, en esta parte, de
S. ~J. á N. O.
Hacia las 2 p. m. vadeamos varias veces una pequefla
quebrada, que suponemos ser aflllente de La Torova, y en la
incert.idumbre de la distancia, y teniendo obligacióll de cons··
truÍr rancho, acampamos 811 Sil orilla del'echa.
Dnrante la marcha nos hemos refrescado v&rias ve~es
con la exq llisita agua del bej nco agraz q ne hay en- gran abun-
dancia en este monte.
Oampamento número 9--Monte Pobre.
(Damos este nombre á esta quebrada por moti vo de la so--
ledad .Y de lo despoblado de animales de esta mOllthña.)
Distancia rec,)rrida desde El Rajado: ocho y medio kiló'
metros, de los cuales 7 trochando en dil'ección SUI'.
Altura sobre el nivel del mal': 360 metros.
Tem peratura á las 3 y 15 p. m. : 28°, á las 6 y 15 p. m. 26°.
Tudas los peones parecen cansados y debilitados y están
muy pálidos y flojos; yo con ulceraciones mny dolofllsas en
los pies, las cnal es lllm segnido despnéa del hinchazón de los
primel'os días. Est tl accidente no lIle había sucedido jamás COIl
otras montañ as más calientes que éstas.
Sabado 11 de Enel'o-·Lltivia torrencial desde las 2 y 30
de la madrllgada y signe JI) mismo al amanecer. Apenas se
puede encender candela para hacer el café y todo está empapa-
do de agua y humedad. E:i imposible ponernos en camino
hasta que escampe algo.
Temperatura á las 6 y 15 a. m. 28°,5.
Me había divertido ya val'Ías veces en diversas circuns-
tancias, anotando las expresiones pintorescas de mis peones, y
no. puedo resistir de apulltar lal3 siguientes:
AqnÍ dicen todos en la Provincia de Bolívar: regresar en
Il1gar de ir adelante.
Como yo hacía ayer la obserVación flue las pajas y uojas
de pal mas q ne cn urían el rancho impedían hasta la en trada
en él, el cocinero mandó á otro (lile IHs c()rtara diciéndole:
"M ano (qUiere
. deClr' h erllluno) Abmuam,
1
ha~a , la balona al
rancho."
P~egl1ntaba si las vejigas que contienen. la manteca esta·
ban bIen amal'l'adas y no podían derramarse, me contestó él
mismo:
- 220-

"No hay clliciad l l , p.atrón, les he hechl) Ull bozal que no


hay rje~g() que se e~eapen."
Pur fill escalllpa hacia las 9 y nos ponem os en marcha á
las 9 y 15 H. 10. por un monte chorreando aglla, lleno de pan-
tan08, charcos y J'alHiales llenos de agua y cieno. A la salid ·-\
misma del campam ento tenemos que dar una vnelta afller~ de
nue ~ tra direcció 11, siempre al Snr, para evitar \lila peqll eña
ciénaga, y á I~l s 10 ¡ ' o m. damOR con nn caño ó quebrada, muy
agllado por la Iln via de la noche y q ne tenemos q ne remon-
t a r algunas cuadras hacia el Este, para poder vadear.
Fr;:¡nql1 eámos así otras tres qnebradas qn e segurarllente
caen á La Tornva, pero q Ile 110 pueden ser ell a misma pon} ue
no SOIl bastallte clIll siderahles.
Las IlalllHIIlOA las qllehradas oe los Engañ ' ~, en I'ecnerdo
del Ingeniero Fnlllcisco Requena, que llamó así al río Yal'Í
(Caquetá) ell su exploraciólJ de las Amazonas, porque n(IS Sll-
cedió lo rnismu q\le á él, engañárldollos cada vez al uÍr el rui·
do de las a~uas, pe:-:salldn que era La T lJ rova, como él creía
que iha á caer á Rí n Nrgro (1782).
p\)I' fin á las 3 y 30 p. 111., Y ya mlly cnnRados todos, y
desalelltados los peones por esta Hlolltaña triste, fea y fa(lgo ~ a,
nos encontrárnlls sClbre la riuera derecha de la verdadera To
rova, qne es 1Il:l3 bien UIl rÍI) que \lila quebrada; tiene de 15 á
20 metros de ¡-¡lIch" en" playnlleA grallJe8 rle CA SCHjO.
Ourre ell su direcl'ióll general de S. E. á N. O" Y es un
error gengl'áti ~t/ COIl~l'rvar el 1l01ll bl'e de S i:iIl L " fell7.0 á la otra
quebrada Cpll 11'\ cllal se junta ésta, siendo qnü la T orova viene
de más lejos y tiene 1111 caudal de agua mnchn má" imp0l'tan -
te. PUl' colltig liente, después de las juntas de Ln Tt !rlJva con
la Sall Lorellzo y Las Pal mal', las tres q nebradas IlUidas de-
bell desembocar' ell el di) Cal'al'e bajo elllolllbl'e de TOl'ova,
El Illgal' d~ la extingnida colonia es alg l) lIlá:3 arriba, al
O., y como e~ h'H'a de hacer el campamellto, levalltamos lIues-
tl'O rallch.) PIl el punto !rJ:lS e levado y mellos anegadizn que
podemos hallar e[) la urilla dench;:¡ .

.....
- 221-

CAPITULO 11

La TOlova-La Colonia-Amago de rebelión-F,¡]sa alarma-Alto del Gallo-


Quebrada San Juan-Otra vez el GuaY:1bito-Los Balsos-Vizcaínos-Re ..
greso á Landázuri-Cuadro de distancias.

Oampamento número lO-La Torova.


Altl1ra haromótricfl, sobre el nivel~del mar: 348 metrOR.
Distancia recprrida desde Monte Pobl'e (abriendo troch,a),
7 ki lómet ros. '
Temperatllra á I:iR 4 p. m., 25°; a las 5 p. m., 24 0 .
Inmediatamente Patiñ 'l va con otro peólI á pescar.
He sabido hoy qlle ell El Rajado, antes de Hyel', todos los
peones tellbll illtención de dejarme y de regresa r directamen-
te á La OinlÍtara (GllHy;:¡bito), aSI18tado~, Rin dlldl'1, pOJ' esta pe·
q\leña travesb en moute deScnll(¡cid(l. Hay qne 8er jllSto, y
\lna VlZ más . reconozco J~ sllperioridad ¡.;ubrfl estos hombres
como snbre 108 de Cilsanare, de mis valientes antinqoefios : son
más resueltos, más sobrios, más fuer tes y má., d lJ rus á laR fati-
gas y trabajos de la mOlltaña. Oon 1)(~t)lleS crlmo' é:itos, Tlunca
hubiera ppdidú llevar á cabo mi Emploración del Ohocó, y
aquí mismo no duradan d0S meses trn,cha!ldo en mOlltaña con
maleta (aunqne poco pesada) á las espaldas 1 y seJÍa un gra I
peligro encolltrarse con tales hombres ell flellte de una parti ·
da de illdios bravos. Por e~tl)slfl()tiv()s agradecí mucho al Sr.
Ricardo Patiño el haberme acotrlpañ~do dlll'ante esta expe-
dición, porque me ha sido de grallde ntilidad como verdadero
monteador y cazador, y sin él 110 lhe hub iera quízás atrevido
á hacer solo ia travesía pOI' La Tllrova con l3emejalltes peoneB.
Domingo 12 de .Enero-Amallece tiempo bllbllO; tempe-
ratura á las 5 y 30 a. m., 24 0
Anoche }Jescámos algunos patalos, sabaletas y monchlle~
los, pero en pequeña cantidad, y menos qne lo qne yo espera·
ba en vista de todo lo que me habían ponderado La Turuva eu
riq ueza como pesq uería.
A media noche entl'a casi en el rancho un. Mnajo (gnagua
de Antioqnia-dasyprocta cristata-roeJor) que reCOI\oceúWS
á sus gruñidos) pero cnando desIJertámos y le qneremús tirar
ha desaparecido; el alarma es grande en la ranchería porque
algQuos peones despiertan asuslados y gritando: "¡ El tigre!
¡ El tigre 1" . .
- 222-

S~lilDOS á las 8 a. ro., y á 103 300 metros de trochar, en ·


contramos ellngar de la ex-colonia. Por consigniente, hemos
condn~ido la pica muy felizmenté, sin conocer exactamente la
posición de la Colonia. Efectivamente hemos dado con La To ..
rova á menos de nn kilómetro de rJ.ist~mcia de dicho punto,
trazando nu-e stra trocha directamente aJ Sur, durante cerca
de tres legURs (14 kilómetros).
Veo in-mediatamente qne el Ingar de esta Colonia ha sido
muy' mRI e~cogido, DO solamente porqlle está mny afuera de la
vía del Carare, lo que es inconveniente, sino tambiér~ por-
que el punto es muy anegadizo; y debe ser m~lsano y húme-
do; la montaña y las partes desmontadas qne sonpor todo unas
10 he()táreas, son ' cruzad ··s á cado paso por cañitos, char.coe
pantanosos y cenagaleEl.
La fundación de este Establecimifnto se empezó en ~Ile.
ro de 1893, bajo la dirección del Sr. Claudia Qninter o, quien
fue Prefecto de Vélez, y cesaron definí ti Vet mente en Agosto de
1894.
SE'gún me dicen algnnos de mis peones que flleron emplea-
dos en esta empresa, sé sembró: yucas, plátanos, l;¡rr0Z, maíz,
cañas, past0s; pero no existe sino un gran rastrojo illtransitli-
hle, á donde 110 se puede penetrar ~ino 'Cuchillo en mHno; los
indios se encargaron de acabar con lo que quedó y no pode-
mos hallar un plátano ni una yllca, sino algunas cañas dulces
pasadas.
La casa y la cocina que son de palo, están todavía en pie,
pero ¡Ien,as de mdlO y hierbas y ei techo 9gnjere H do.
Segú') informes, parece que el Gobierno de Santander dio
para esta fllndacióll, $ 10,000. Representan los trabajos hechos
apenas nn(l~ $ 2,000 estimándolos á muy alto precio.
D cspn2s de ~esta peq ueña inspección em pezamos abrien-
d.o pica al través de la telaraña qlle nos rodea, en dirección al
E. N. E., Y no tardamos en empatar con el antiguo sendero,
que debe cOllducil'l103 otra vez al río Guayabito. Son l¡ls 9 y
15' 3. m.
Mfl infurman que á ! Ifglla, por abajo, y Eobre las orillas
de la Torova, los indios tienen algnnas plantaciolles de cañas
Volvemos á pa8ar las 3 quebraditas de Los Etlgaños que
desaguan J'Ii1turalmellte en In Tnnfva (á la derecha),y llevan hoy
un caudal lTlucho mellar de agna ; las vadeamos sl1cesiv amen.
te con nnOf: 0,20 á 40 celJtím~tros de agua, y una anchura me-
di a de 5 á 8 metrO? '
A las 10 y 30' a. m. pasamos la quebrada de Agua Fría
- 223-

que desaglla en el Guayabito á la izq.l1ierda. Ni~gl1na lomita


indica aqlll, en la montaña, la separación de las dos hOyAs de
Carare y Guayabito y las colinas que forman el valle del Gua-
yabito mueren precisamente ell la boca de esta quebrada de \
AO'ua Fría entre ella y el Gnayabito, de modo que á pesa.r q ne
to~a sus fuentes . en el flClnco (lccidental de ellas vuelve al
Ol'ient~ y entl'a en el Guayabito en vez de dirigirse al Cara-
re COtllO parecería natural hidrográficamente.
El trazado nuevo que pasara sobre estas lomas, desde Lan·
dáznri, con el fin de evitar los innumerables vados del Ganyabi-
to debe.' abandonarlas é inclinar sobre el N. O. desde las mis-
mas cabecel'a~ de Agua Fría.
AqllÍ esta quebrada cone de S. E. á N. O; tielle 10 me·
tros de ancho, y lIllOS 0,30 centímetros de profundidad en el
vado. La altllra es de 365 metros sobre el nivel. del mar.
Empezarnos luégo á subi.' por pend l 8rites mny blandas,
las f~ldas occidentales de las lomas uel Gll l< yabito~ y á las 11
y 45' estarnos en el Alto del Gallo. df}!lde h~y 111\ pequeño
rancho de vara en tierra. Altl1ra sobl'e el nivel del ID8r, 590
metros.
Efectllamos la bajada por las c.\b!3eeras de la qllebrada
San Juan, y por el lecho de esta misma q \lebrada hasta el río
Guayabito.
DivÍsámos á Landáznri en dirección S. E. desde el Alto
del Gallo. - .
Observo en la quebrada San Juan y ell la del Gallo lo
mismo que me había ya llamado la Rtención ell las quebradi.
tas que surcan entre las lomas de Sélll L'll'ellz(): mncho cuarzo
blanco COIl crist:!lización, piedras mulatas y hierro en gran
cantidad mezclado con jagnas, lo que SOIl señales de qne pne-
de haber aluviones auríferos,
A la 1 p. m. vadearnos el río GU3vRbito. Altnra, 355 me-
tros. POI' todos estos cerrÍ t05 (Ga 110, Deli a, etc.), ha habido
grande abnndancia de !qnina, y se ha sacado mucha cascarilla
dlHante la época floreciente de la explotación de este arbusto
qne acabó totalmente en 1882. En todas estas montañatl, desde
Vélez hacia el Norte, y en las cabeceras del Opón, venía mn-
cha gente de todos 108 plintos del Departamento de Santander,
de Boyacá y de Antioqnia.
A las 4 p. m. nos hospedamos en la casa llamada de
Pano, en Los Balsos, habitada por llll hOlUbrecito y una mu-
jer q ne tienen cacaotales.
La distancia de la Colonia de La Torova hasta el río
- 224 -

Gnayabito ~en la boca de la quebrada San Jnan), es de 7 ki-


lómetro~. Desde allí hasta la casa de Puno, hemos I'emontado
el río dnrante 4 kilómetros, paRt1.ndo delante de nuestro ran-
cho de QuitiRII (campamentfJ número 2).
Oampamento número lI-Lo8 Bal/:i08,
DIstancia recorrida desde La Tnrova, 11 kilómetros.
A ltura sobre el nivel del mar, 370.
Teniperatnra á las 7 p. m., 20 0
Naturalmente hoy no levantamos rallcho y aprovecha-
~os la casita para alojarnos. Nos 'avisan SIJS h '4bit>tntes que
hay que poner el mosquitero (toldillo) pOl'qne además de 103
mosquitos (Hgnjpta y z(\ncudo), Uluerde el chimilay (mnrcié
lago),
A'ltes de llegar aquí h IIn ')3 id) á sallld :\r al lazuino que
nos había prestado Ilnos allznel,)s gl'anoes que nos hacÍall falta
y nos sirvieron mucho pal'a coger bagre'! de arroba cada uno.
Nos suplica pedir al Sr. Prefect,) de Vé 1ez que le pl'esten un
rémington, porque hace dos noches no más el tigre se preselltó
á la puerta de su cabaña.
L'¿~ne8 13 de Enero-Ternperatnra á las 6 a. m., 230 5;
amanece lIublado, peN el tiempo se despeja luégo.
S~lida á las 8, 15'.
A tra vesámos los tristes y casi abandonados casoríns del
Gnayab ito; el río alg') crecido todavía ayel' ha vuelt.o á su es-
taoo nnrmal y limpieza cristalina.
El cahr es insorportable eu las playas y en los rastrojos
que atravesamos, j este renreso me parece más pU1080 que la
ida, no se si porqae efdctivamollte hoy la temperatnl'a esta
más elevada y que vamos algo en slIbida, ó si porque mi esta,
do de callsancio y debilidad, me ha quitado mis acostumbra-
das fLlerzMs.
A las 11 3. m. parám0s un rnoment0 011 Los Gnarnm;, en
d011de h ~bÍ>illl()s pasado la primera nnche despué:5 de salir de
Landáznri, y de regre~o tomámos el primel' vas/') de g\lMrapo.
Snbim'ls y bajalllos el pell0S0 Lado Grande (altllra~ 535
metros), y á las 2 !J. ill. lloS alojamod ell I1l1a cabañ.a habItada
por un veqino d,e Landázuri y situada en medio de nn pe-
queño CaC~4()tal.
Oampamento número 12- Vizcayno8,
DiE\tancia l"ecor riJa desde L'ls B llsl)~, 8 ki !órnetro8.
Altlll'a sobre el nivel del lIIal", 420 metros.
T~mperatura f\ las 3 p. m., al sol, 46 0 (sic); á las 4 y 30
p. m., 28 0 5; á las 6 p. m., 26 0
- 225 '-

Tres peones amanecieron h(,y en Lrs Balsos, con morde-


duras de murciélago~; aqní nos dice el dUt!ño del rancho ~ue
hay bastantes pero q ne no m \lerde,o en genera.l; y ~fect l va-
mente así sucede; i cosa extraña a tan corta dIstancIa! Hay
seccion es en la h(lya del Guayabito en donde el llllHCié lAgo es
nna pInga peligrosísima; lnégo anda nsted una lf'gua y no ve
uno solo durante toda la noche!
Ma rtes 14 de Ene1'o-Temperatnra á las 5 ::l. m., 22°
Amanece tiempo bueno, á pesal' de haber lloviznado y trona-
do del lado del Cerro de Armas.
Nfls ponemos en camino á las 7 y 40' a. m.
Franqueamos los últimos 30 vados de las cabeceras del
Guay~bito y empezámos la larga y dnra subida hasta Landá-
zuri, á donde IJegámos á las 11 y 30' a, m.
Un Sr. Santiflgo Herwit abrió uoa piqneta por el lado iz-
quierdo con la illtención de evitar estos ú ltimos pasos del Gua-
yabito, pero además de estar muy mal calculada esta trochita
por motivo de las p ndientes abruptas y escarpadas que tiene,
ya está completameJlte cerrada porque nadie Pllode transitar
por ella.
Es la misma histl ria que una supuesta trocha desde las
Humaredaa á los Botes, por donde nadie ha podido pasar to-
davía, qne las bodegas, que las colonias, que el camino mis-
mo 1 Cuentos y visiones de los socÍos de la Compai'iÍa Empre-
saria del Oaral'e tranqnilamente recostados en Vélez, en sus
sofás ó en sus camas, ó bebiendo brandy eo La Marsellesa (1)
brindando por la caída del Gobierno!
Como el peón qut: tuve que hacer descargar en El H,nja .
do se ha q nedado en nna peq neña plantación q ne posee on
Los Gnamos, y Cflmo necesito á lo menos los otros 5 para r{'gre
sar á pie también por el trazo Ó" trocha de la Compt'ñia (por
el Bnrrasc0so y Alto Grande), aguardo aquí los mismos para
que me acompañen y lleven las maletalf restantes á Vélez.
Como ya el clima es diferente y corno ahora no hay peligro al-
guno de indios ni fieras, van ganando. la mitad, es decir, 4:
reales diarios en lugar de 8.
En r(,sumon, todos hemos llegado algo cansados, maltra-
tados y adnloridos de lo.s lJies, pero en perfecto estado de sal ud
general. Yo po.r mi parte estaría listo para vol ver á hacer
otro viaje igual.

(1) Establecimiento d~ licores en donde se reúne la creme de Vél~7..


15
- 226-

Oampamento 13-Landázuri.
S. el N. ciel lUar; 910 rn~trOf:1.
Altura
Distancia recol"I'ida oesde Vizcainos: siete kilómetros~
Temp~ra.tura á las 3 p m.: 25°.

CUADRO DE DISTANCIAS DESDE EL PURR1'O DE LOS nOTES


(&10 CARAR}i~), Á LANDÁZURI, POR LA CULONIA DK LA TOROV A.

De Los B ,tes á San I..¡irlro _.•.•..•... ____ 4 k~.


D~ San I"i"dro á San Fernando ........ o. ____ 10
De San Fernando á El '11I1jado ... ____ ... l7
o ••••••

De El R'1jao tl á Mnllt~ Pobre ......• o •• •••••• 8 i


De M.,nte PdlHe á LH Túr.; v9., ••. __ .. _ ... ____ 7
D~ La T trova á I..,ns Balsos, ... '0 ' . . . . . . . . . . _ _ _ 11
De L, s Balsos á Vizcainot' ____________ •.• • •• 8
, D~ ViZClliJl0S á LallrlHzlIl'j ..•..••.•••. ____ •. 7
Tutal de L"R Botps á Lall -lázl1ri (por la Tdl'ov:t ) 7~i kiló.
metros Ó seall 14: l... glI:1El Y media, 1.. qu·... hacH hl1t-'a ¡,h .ra,
ron el trayect() de Vé l(Jz á LaIJoál,lIl'¡ 189 k"ómflt,.",. i ó ",pan
37 If'gllas con 4 kilólII ... tl'ftlo! !.
c;·lIl1iIlHd)i~ !,lIf IlIÍ á I,it" 1Il~1I(J1
las () pl'i meras leglla~ de V é ez á Cruces.

CAPITULO UI
/
1Tristes r~tleltiones-E\ Borrascoso-El camino provisional 6 el desnucadero-E
campa ~lIenhl de v,\ Plaéer. .

Deho deci"Jo con t"rla f'oUHIIIPZIl, l'e~rPRII RI~II rll·""illl~io


nndfl de esta cfll'l'el'Ía, y dt'.i~Hldll á parte el ¡'it ró ~ IIllIy "l1tll ·
1':11 qll~ lile i"~pila IH PlllpreEl-l del CHl!lillll d,·1 C :I'8I't· (flO la
O" Il!f'::liiía flll llf'el"sri ,,), el :l1(,H'l(.·(~ (·ivlllz" d •• r 11"t" t.lp"'" la
oura para el des;HI',.llo de t'~tllS I'l;'g ; t."t:'';¡, l-'g'IIHlliaha.r" I t"H8
(:'~cefia~, otros e8I'ectácllln~, de~I,,,b d,· t"dl/ lo lile lile hal,Íall
dichll y p"lldenHI" (:l ' te valll' dt'1 UlirHl'e!
iSiJrá quizás p,'eCi~oJIilllelltp p'" P/"ttl IIIt1tiv/I, /,orl)l1 ... cl-lda
Vf>Z que me h III hablét(f" 1lI11e11O de 1I0-a 1''''giólI" ti ... "na ciu-
dad ó de tlII8 obra artí . . tie8 al , tt~ 8 di' vt'rl;.¡, he 'IIlt·d ; d" des·
l'lJé~ lIlal iUlpresiIlIlRcI •. ? Me aCllf.hllé R "'"'I'J'e qllt' H. t ha ho
fH!5cimldn plll' las de~(·ti l'('j"'H~~ de IlIs vli1jel fI~, ,."etflt~ y fU,ve ..
listas que hall ido á ESfJ~ña que, e"tall J., eu pltH,a Alhi:amura
- · 227 -

de GrauaoA, pr(3~llllté á 1111 amigo maorilefio qne me sE.lrvia d& - '


cicefolfle durante 1111 vi~je qn,e hice muy jllvell R Andalncía :.;-
" i Pero cnándo llegaremos á la A ¡ha 111 bra , "
~ Será espíritu de cO'ltradicción? ó será que, á pe8ar de
todot4 108 ~sfnerz(\s que ho hecho durante mi vida JHu'a ser-
hombre de matemática y de pQsitivismo, me hR quedado toda-
vía n" exceso de i nlaginflción y de poesía ~ i O es, más bien1l'_
que he sido lIIuy pri vi I~ giado d nrante In 18 viaj es por Sur -
América, porqne he tpni jo la dicha de visitar y recorrer mon-
tañas que verdaderamente son hermosas, g afldiosas y fllor&._
de coro ?al'8ciólI ~ .
Pues, lo riiré, mny iflferior me ha parecido la selva riel
C~\l'are, cnando la corrq.HlrO á mis admirRbles 1:H>ntes del Cho ·,
có ó ele C~sHnare, tanto en especies de árboles, en IIlfljestad¡- <
e_1l vida animal, en produ(,tcls llatural'3s. Es Rlgo pobrl', tl'i~te,...
si lencillsa, mnllótoll:1; le f éll ta ese no se q Ilé de gigantetícu é-
impOllP11te que he halhldn en ot/'as de Cololllhia.
i D IHldo están esad mallada¡;¡ de saínos, de t " tl-lbr08 y oe,
vrnad o 8; {I~tas ruidusas compañías de mOIJUCi, estad tallda~ de
paVi!61 y pUlljiles ~
i Dónde están estos palos de sandtl, de canim p , de rancho.. ~
de i"cJell'~(\; e~ tas l'$llmHs ,mil peso!', mapl/ra:", c-holltadllrIlS,. ,
clllllare8 ~ i Edos e/lj 't 111 hres de 1t hijas q ne prod ncell á cada ~
paso eXfJllil"lita /IIiel? i Estos grllpos de ilJdios 8/ldando con .
sus lIlujeres é hi},s h ~.i'l IR cO/lducta del #mciaflo c!lci(j lIe como "
l
8ucede en el Ddriéll ·Ó en el Caquetá? i Estas llJinas de (Ir\! t "
Estas plautaciorlPs de banalll lS Ó de cañas dulces aun
cUHndo flleran cultivadas por la r¡.¡za af, ¡calla COflll) en el
Atrnt .. ?
N 1idli; silencio, soledad, desierto!
Abl1l1danteR ¡;í SilJI 108 dlls GIIH'yHhit n y (l1\Tlue E.lTl PPC!P8 • .
pero 1111 sllurepllj 'lfl ni si(llliel'a 911 esto los rí,,~ del Calwa. Q ¡j~
2 ' \~ aqul en donde la vida ~e /IIl-luitiebte CIIJllII{¡s yi~ .. /, t>8 ell 11\8 .-
órdene~ de los hirn~nójJtl~ I'q5 (1). dil'ter"" (2) y qll7l'óptt'rllH (3) :
j Q 'le mo I.H:'l'dllllen 108 Uarart-'ñtls SI ust"y blabf~tnauJ"
pero h 1hl0 con mi cllllcieflcia y twgúlI mis flj "S. ,,,
N .die file pndrá acusar qlle /lo he Elabido leer est. lJIon-
tañ!!: he dado SU.ticlPlltes prlleb<i~, desde 18 Hñlls (lilA .. ' Y ilIOn.
t;-ad"r y que e/ltl,e/ldll alg'. en deletl'ear ulla 8t-lva j I'lIe~ si eb
lIu/'o rw es mny lllteresaute la culpa uo ~s del lect" r ! . .,

(l) H0r1l1ig:18,
(2) MOS'luitus
l3) Murcié lagos,
-al 228 -

,. Al termi u" r esta pálida y fría relación, escrita entre to -


~ -,(las las que han salido de mi débil pluma., con menos eutusias·
' IDO, y por este motivo quizás la más exacta y positiva, t' xcla-
· ruaré parl,diando la célebre palabra de Goethe, al morir y pi.
-Giendo: " ¡ luz, más luz! ":
" i Camino, -más camino!"
· y estoy persuadido q ue manjf~ staudo este deseo, ill ter·
- J}I'eto fielmente las legítimas aspiracione8 y las impet'iosas ne·
";cesidades de la República y en particular de esta región que
.. t iene fincadas y vinculadas todas sus esperanzas de progreso,
,. -de ' ri~ueza y de civilización en estas seis l~tras.
Miérooles 15 de Enero-Temperatura á )as 5 y 30' a. m.
~ 2uo. LI~lvizna algo duraute la ncche.
, R uuidQA los 5 peones que nos deben aCOlD pañar desde
..... Landázllri á Vélez por la trocha del nuevo trazado, de 1(18
. .- ,<males 2 han sido contratados hoy, los otros dos estando dema-
..aiado cansados y maltrdtados para seguir viHjP, nos ponemos
· "' eR marcha á las 8 y 15' a. m. por el Banq ueo del ferrocarril,
.'" 'q ne se proyectaba añus atrás y ~igne durante nnas dos leglla8,
- ~n dirección S. E., hasta máa allá de la P~ñ:.l del Borrascos fl •
En esta parte voltea á la izquierda, en dirección O. N. O. J
1..; continúa hasta un punto llamado el Calvarin; debía terminar
~ en Pnerto Parra, 1 legua abajo de la Boca del río Guayabito,
f '~n -el Carare, 'pasando al Oriellte del Cerro de Armas.
, Lo delamos y tomamos luégo la trocha de la Compañía
Empresaria que- se dirige á la derecha y al N. E.
· ~e podrá juzgar de la confianza y esperanza que se pue-
~ e fincar en esta Uompañía, cuando diga que teniendo así esta
~ Empresa dos lugares de trayecto definiti vo, mny bien cons·
-traído y donde podrían pasar hasta coches, los Directores de
· la obra uo se han dado la pena desde hace 5 años de hacer
'. rozar siq lIiera este trayecto y de ~ nitarle las p,dizadas, y ten-
:~go que poner 3 peones ddlaute con machetes en mano, para
I poder caminar ¡ Poner estas dos leguas en disposición de ser
· traficadas por auimales de carga no costaría $ 100 !
Y el halance de la Compañía Empresaria del camino de l
~arare arroja $ 23,000 de gastos!
El BJrrascoso, á donde llegámos á las 12, es un enorme
~err() de pt!ña aplomada en donde la extinguida empresa del
~err0carril del Carare ó del Norte ha abierto un banqueo en
d. roca vi va, que tiene como. 500 metros de longitud y 3 de
.._ oeho y pasa á 1,010 metros de altura sobre el nivel del mar.
!Este trabajo está ml1y bien ejecutado y durará sig~os
- 229-

Antes de llegar al Borrascoso, y á unos 2 ~i lómetros dE> ~ .


Landázllri, se pasa por los montes del POl'venIr, en dond&~.
hay una casita de bahareque ; pertenece actualmente esta fun ..
dación al Sr. Ramón Flórez. .
Después de la Ptña, seguÍmos, como 10 be dicho, por el )
Camino Provisional, la trocha, la pica de la Compañía; no sé -
verdaderamente cómo llamar este trabajo.
Segnramente en són de mofa, tuvieron el atrevimiento los ,
Sres. socios de la dichosa ü,mpañía ésta de aconsejarme, en 4

Vélez, que me fuera á caballo por esta supuesta é hipotética


trocha que en realidad no existe en infinidad de secciones,
desde el B lrrascoso hasta empezar la enarta legua desde Vé·,
lez, y qne llaman pompo,a y descaradamente: El C~mino Pro- .-
visiona/ !. Seguramentt1 era con la caritati 7a esperanza que >;
me rompiera una pierna ó algo más, ó que tendríd que volver~-i
me fltI'ás.
Pdlizadas, derrumbes, laj~¡;I pendientes donde hay qrrav.
agarrarse con las uñas para no resbalarse en las profnndidades~
de las q niebras, ramas, palos, etc. se presentan á{'ada paso,
y, en 3 horas, con mis einco peones delante, cllchi ·\los ~n
mano, alcanzo á hacer apenas 3 kilómetros.
En mala hor3 se empeñó la pobre Compañla Empresaria
del Carare en hacer por ahí su trazo, porqne se parece al sne·
fío de un demente ó á la obra de algúa dllende maléfico que-.
ha querido divertirse á costillas de ciertos cándidos accíonjstaso~
Lo qne Plledo asegurar es qne esta secJión del traz~do,
desde El Borrascoso y d llrante llnf s dos leguas después, ser-
pentea, fLtIlgnea, bajli, sube, sin razón, ni orientación, ni ló-
gica, ni sentido común, al través de los cerros, de los peñas-
e )s, de las laj as, de los derru mbes, de las palizadas, y aconsejo.
Eleriamente al desgrHciado que por casualidad tnviera la atre-
vida idea de viajar por el tal trazade, de hacer antes testa G

mento y confeSal'Re porqne es mny probable qne no Ileg~ra .


viv@ al término de sn peregrinación.
El viaje de Landáznri al río Carare es nn paseo en cora ·
paración de é:;te de L!indáznri á Vé :('z por el camino provi.
810nal. j Bien lo decia la pobre gente de Landáznri : " No se-
embarque por allá, gue lo va á pasar mny mal!" A lo menos
eran más francos y honrados que los esp(,c111adores de Vélez . .
Lo qne ha hecho aquí la Compañía ha sido dañar la mon-
taña,
, y . segluamente,
" abriendo trocha nueva , se caminaría,
mas apnsa y mas com0damente q'le siguiendo el bendito Ca.
- 230-

, 1nino Pruvisi(lna l, que lI1á~ bien se parece al C'amino de los


-: llltierllos.
y 110 CI'M\II, que 8/'Y mny d~licado en asuntos de cfiminos
porq ~e á uonde Iln paso creo q ne 110 ¡Jasa liad ie, pues estu v~
" caSl á ¡JllIlto d~ I'('gresar' á Lr\lldáznri,
A las 2 y 45 ¡J, 111, Ilegálllll'l á Iln antigllll campflmellto de
lOE trl1hajadllJ'es de la tr"lcha (?) ¡lafllado El P l acer' (! v¡;ya un
placer !), y, volviendo á empHji-ir el tech,) 1l0S al(l.iálUu~ allí,
.~ á ¡J€sar de que, con diticllltaJ encfllltrálll(,S una ma lísima agua,
-m uy eoloradR y estancada en un pa! ,tlino,
Orlmpamento n'úmero 12- El Placer,
JD stallcia rec/,niJa desde Lalld~zllri : 13 kilómt!tro~.
Altllra suhre el nivel del m~H: 1,265 mdro~.
Temperatura á las 3 y 30 p, m. 20 0 5, á las 5 p, m, 210
~ llovizna por illtervalos.
lI;llota ahora, y de~de media legua má~ allá de Landáznri.,
no hemos visto tierras pl'OlJias para la agricultura: ¡Iefias 6
: faldaR mlly yendielltef! y escar~)adaA.
Tampoco hemus euC(11I trado h(lY nn 8010 alli mal.

OAPITULO IV
.Algunas conrlusiones .. E. CármE'tl- El Gualilo --Ayacucho-TiWa fría-Llega-
da á Vé lez-Resumen de las distancias

Apf'B ~ r de qne me qneda toda\'Ía alg,) que rec('rrer VI y á


·consigllal' desde ahura ci~rtas C()IICIIl ~ itllleS <j ne he s~caJo de
esta i IIs/WCCiÓIl.
1.0 E..,tas ,'eO' jones van atl'á~ en IIlg'il r de ir' prngre~ao()(),
~ ~ I
2.0 Irl siJo 1111 el'l'()I' erlll1e1.ar 1111 ('am ino IllleVII \I IH' J"Il; e
10 trazó la Cnmpañh EfIlpres~ria. Era m ás uanltn. tnHIi I'I'{1,C -
tico y lIlá~ sólido r l,feccioltl-U' el a"tiguo (C\le\Ta~, F\ól'E:'z, G(\·
e
11(>0'<18) L e! )lnp~ñíH ha ad ,¡¡,tadu este tr'lzado únicamellte etln
elti" de eSI)pctl ar' sobre las tierras haldía8 cllya propit!Jad la
-collcf'dí:-\ pi Gobierllo por' el contrato,
3,0 NI) Re puede, sin elflhal'g', ab~lldl)!\ar ::dl¡)!·a,o..¡te pro·
yecto p ~, r rnnti VOii ue Iris g<l~tl)1'! hecltn8 e,n IH~ tres 1'1'11l1~ra8 le
gllaFl, de los trHU¡,jfl') de dUt'lrrlollte::l y Hgl>lcnltl1]'a de varll:~ par,
fticlllares, empl'elldidüs ell vista de I~ IIUéva VlH,.y tllmh !,CIl o~
, ehll vé,d(,1\ te a prov ~ char el all tiglW ballq lléO del te~r~)~:Hrtl des·
de LSlldáznri al B ,rl'asc()so, que soo dUt> leguas d ethll tI vas COlla'
-Jr uídas, Además sería ulla medida impOplllbl'.
- 231-

4,0 El camino no so llev~rá á cah0 ~)t)r la Compañía actnal


-porC-¡lIe los hOIllI)f'es que et'!táll á la calwza lIu pregelltan
g:.l"IL,pi, co,rw capital, lIi cdllocirnielltoR pn1cticos, y tildo el
trah ,lj () do e . los es el resl1 'tadt) de la am biL ión persl)lIal y del
lucro,
5.0 El G" bierl\o puede retirar el contrato y privilegio á
esta Sociedad por laR f,~ltas de ennlplimieuto, de lasc ,ales
las pl'iIlCi~)alf)s son: no haber hecho más de 3 leguas en 5
años, sobre 22; Y hay que observar que estas 3 primeras le-
gUS1S existían . ya .unchos años alltes, porque la S,)ciedad no ha
hecho IIl~S que rafeccionar UII antigno arrastre da madera para
condncir los palos de la montaña alta á Vélez; no haber reno
nido el capital social á pesal' de las illvit~ciolles repetidas del
'G obierno; no haber hecho nada en asunto dd colonias agríco·
las; 110 tener siquiera vestigio de ,Ctilllino PI'ovisional hasta
Lalluázl1ri, corno lo exige el cOlltrato, N o tener depositada la
jjallz~ t'xigida por la ley, ete. etc,
6.° La vía total, desde. Vélez al Puerto en el rín Cafar.e,
es faetible con la sola snbvención del Gubiemo Nacional,
.$ 2,500 por legna, POl'qne si acaso algnu8s leguas pueden
alcalizar este gatito, otl'US en compens~ción no costarán si.no
-$ 500 cllalldo lUás y algunas, comoel B¡Ulqneo de la vía férrea,
Uta co~tal'áll nada SIIIO la rnz~, y, sin embargo, se cobrará la
e~bVtHlCió'l, porc-¡ue están comprendidas en el trAyecto, Por
enll ... i~tlit'Btp, plled~ el GI,biel'IIO tOIll li l' la obra b¡.¡jo su diJ'ee-
ció n y ;¡dlllinis crlocióll i'lrnediatll, Ó en todo ChSO tJ'aSpHSar el
C~"ltI'H~:) á nua Cotl.lp¡tñíá f'II'lI\al y que presellte garantías de
·eJecncloll.
7.° La obra es de snrnfl importancia lHl"a todas e¡;;tas re·
giones: el Sur y el O t:' ~te de Santallder', el Norte de B " yacá,
y I1bre \lila 11I1t' Va Hrteria de vida c(lrnerci:tI, indlbtrial y Ilg"í:
Cilla jl }1 \'l\ la R t1 1'úb lic ti , AJert\á-!, es muy p(lpular y sPlá d(b
Ill ll y :"alndalJle efe(·to para cI·l Imar 108 álliu,l lS ~n cuestió" po-
lítica f'tI e:o:\tas comarcas y da!' Ilc\lpucióu á los vagabundos y
charhlt~nes,
Jtteve~ 16 de EJlet'o-Tempen.¡tnra á las 6 1:\. m, 19°, Llne-
ve a:g.) dl\\'at,te la 1I"t:he, pero ~;(lI' f,rtulla en el"'ta c(,rddlera
en , duttde cae tanta ~glla de co~tlllllbre , amanece el cielo des-
PP.I ado,
Sali ia á la87 y 30~. m.
A dos kilómetros del campamento del Placer, y después
de pasar no desmonte sern brado de café que pertenece al seí'1or
:Severo González, empieza otro tl'(lZO de banqlleo de vía ferrea
- 232-

que hacía parte del trayecto del F~rrocarril del Carare, y per-
teo ( ce al ramal qne dehía dirigirse á La Paz. Es otra media le-
gua de camino definitivo y terminado que no costará un cen-
tavo de construcción; pero, como lo demás, está completamente
cerrado, hay qne hacer descargar los peones y poner 3 trocha -
dores hasta los desmontes del Jordán donde está actualmente
el dueño: Sr. Rafael Vargas.
. Lnégo principia otra vez la pica de la CompanÍa, y
ahora que acabamos con los peñascos, las palizadas y lds de-
rrumbes, y qne ya no hay necesidad de trochar, empezam os
con los fangales, pantanos y raiceros en donde se hnnde uno
hasta la rodilla. No hay una media cuadra de camino seco
durante el resto del trayecto de hoy que es de 2 legnas. El,
camino va subiendo y bajando continuamente, pero mayor
mente en su bida, y at.ravesando varios desmontes que perte-
necen á gentes de Vélez, socios de la Compañía del camino 6
de la Suciedad La Agrícola. El más importantq que se h~lla á
orilla de la vía es el llamado El Carmen, que comprende en
varias secciones, cerca de 40 hectáreas, y dunde hay sembra-
, dos de cafés, maíz, plátanos, etc., y nna casita de madera. La\
( calidad de IOB terrenos va mejorando también mucho y se aca-
ban los cerros de peñli.
Dasde El Carmen se gOZ!:l de magnífico ]Janorama porque
está la casa situada sobre una cuchilla orientada de N, O. á S.
E. que domina toda la región al N. E., es decir, sobre las caba-
ceras del Ü¡.yón (Guayabita, La Negra) y al S. O. sobre las ca -
beceras del R orta (Río Negro).
Gracias á Dios el tiempo se mantiene bueno todo el día y
nos escapamos por hoy del acostumbrado aguacero de la tar-
de. A las 3 p. m. llegárnos á los desm ontes llamados del G uali -
lo, en donde hay un rancho y acampamos.
Campamento número 15.-El Gualilo.
T rayecto recorrido del:!de El Placer: 14 kIlómetros.
A ltura sobre el ni vel del mar: 1,480 metros.
Tem peratura á las 4 p. m, 21°,
También aquí encontr'amos difícilmente agua para las ne-
cesidades de la cocilla, UI10 de los graves i"convenientes qn8
hallo, además de todos los otr'os, en este trazn, es que desde
Landáznri hasta ahnra, es decir sobre un trayecto de 5 leguas y
media, no veo agnas en ninguna parte para dar á las bestias, y
está acabando el invierno.
Viernes 17 de Enero.--Temperatnra á las 6 a. m. 190~
Tvrmenta y lluvia al amanecer.
- 233-

Salida á las 7 y 30 a. m.
Sigue el camino ó trocha en el mismo estado pantanoso .
Estos 3 días me han cansado y estropeado mucho más que tod(}
el viaje al Carare, y los esfuerzos que teng6 que hacer para
sacar las piernas d~l barro pegajoso, en donde se hunden hasta.
la rodilla, me causan 111égo-de noche dolores insoportables ea
la cintura, en las espaldas y en la nuca, por este motiv~. le en·
contré el verdadero nombre que conviene dar á este bonito tra-
zado y lo be bautizado h0y El Desnncadel'o.
Atravesámos varios desmontes entre ,los cnales los más-
importantes son Los Micos, Sevilla, El Hindostán (pertene-
cientes como casi todos los demás á socios de la Compañía), y
emprendemos la larga subida de Alto Grande. Allí por fin
empieza á mejorarse algo la vía porque es la cuarta legua del
camino de Vélez y la Compañía habia principiado allí algnnos
trabaj os. Pero en este momento, lo mismo que desde 3 meses
qne estoy por aq ní, no veo nn solo peón en el t rayecto y los
trabAjos quedan completamente paralizados.
El Alto Grande es el nudo de cordillera en el cual se divide
la cordillera de Vélez en dos ramales: el uno que va al N. O~
y dh·ide la hoya del Hnrta de la del Opón, y el otl'O se dirige
al N. E. Y separa las aguas del OpÓr1, de las del Suárez. Tielle
2690 metros de altura.
A las 5 p. m. llegámos á una casita, propiedad de la Com-
pañ ía q ne marca el punto términ us de la tercera legua desde-
Vélez.
Oampamento número 16-Ayacucno.
T"ayecto recorrido desde El Gualilo: 17 kilómetros.
Altllra sl)bl'e el nivel del mar: 2245 metros.
Temperatnra á las 6 p. m. 15° 5.
A esta h()l'a empieza á tronar y dnra la tormenta y lluvia,
hasta las 11 de la noche. A pesar de todu lo qne n08 habían
contad o sobre las terrible~ t tl mpestades qne se fllrman encima
y al rededor del Cerro de. Armas, no hemos asistido á ningn .
na durante nuestra permanencia en los valles del Guayabito y
del Carare, y las tormentas que observamos desde hace dus
días se han formado en esta misma cordillera que trayectamos.
Sábado 18 de Enero-El frío nos obli#!;a á levantarnos
todos á las 3 de la madrugada para calentarnos á la hognera,.
el termómetro marca 10° y somos todavía mucho más sensi-
bles á esta variación de temperatnra porque acabamos de lle-
gar de las tierras cálidas de abajo.
- 231-

N/ls ponemos en ma.rcha á !tiS 7 H. m. y á las 12 e~t81ll0S


·en V ólez. .
El restn del t1'~'y~cto compollién1lnse ne 188 3 1(,~l1a~ de.
'f initivas'y "ecihidas oticialulellt .... , ú"ico t,·;.¡o
.jo. ~fdctlld.do pllr
la C,'lllpañia Empresaria Jel O<iral'e, '011 5 añ I'¡ y ell In:i Cllales
ha émlJleado, según l"1l ha 'allco $ 23000, Cllfl/lJ .. á lo :-.IIHl4l
puedell haber co~tad,) $ 5,000. 110 I'r(1:o$e Ita cldicllltad "i ill(~()n·
veniente, y J'túne bnenas 'colluicioues de UII cl1miuo de herm··
-d ura en H1olltHña.
Cuadro de las distancias de Landázllri á Vél('z, por el tra
,.zado "nevo.
D 9 L'I n dáz lJ I'Í al PI Rce r .••. ____ •.. _______ _ 13 k~.
De Placer á GlJalilo ____ ........................ . 14
Dd Gnalilo á AyHCllch,. ____ ..••.••• ________ 17 o

De Ayacl1cho á Vólez ... ~ ___ .........• ~ ....... 15


Tdtal.... .• ... .. .. ...... 59
O seRn il l~gt1as ' c()n 4: kilómetros dp, Lftfldázuri á Vél~Zt
-es decir, 1 legua Ulás que pur la vía antigua de UJ'uce8 y Ga·
ll.eg( ~.
Termina pur contli~\liellte Hqllí e:o'ta Expedicioll, durartt,e
la cual he recorrido á ~ie 1111 tl'Hyccto do 45 It.'glHld CPII 3 k¡:ó-
· metI'Cl~ y lIledi r .
Resumen de cli~tancia~.
D d B.·~l)ta á V élpz, 184- ki lómet,·n~.
D~ Vé lez á PUdl t I) de lo::; 1l1)w8, 117 ki lóm etros (por la
vía ant ig fl).
Dd Pllerto B lltes á Vél ez 13L ki :ómdl'(ls (pOI' la TUJ'(Jva.
l

y el t,· (t z ~ d .. nuev ·I).


D .1 Vélf Z á B I'g' tá, 184 kiIÓllletr·l íQ.
T,/tal de l tr·(t)' t' ct. 1 d 11 rHII re e:-:tíi eXI'ed icion : 616 k i IÓllle-
tros ó :sea 12¡3 leguas y 1 k l lóllldl'u .

•••
NAVEGACION DEL
Río LEBRIJA

( 1896 )
Es más difícil de lo que se piellsa escribir con-
cienzudamente una relaci6n de viajes, pue!< á mSi
de la veracidad que es el primer deber del n'a -
naelor, se necesita la sumisi6n del espíritu y de
la imaginación . Hay un cuaclro que llevar y nQ
se puede ir más allá de él El paisaje se halla anté
los ojos y es preciso traducirlo tál cual existe, 6
al tllenos .tál cuál SI'! cree verlo, y 110 dt:béis nunca
aún en el interés de vue~tlCl cuao.rq, hacer
qlíe serpentee á la derecha un arrayCl que en el
sitio que describe tome una dirección op uesta.
SANTIAGO ARA"O

INFORME
DEL ~R. ADMI~H"'TRADOR GlmENTIi~ nE LA C\IMPAÑIA COLOMBIANA
Dli: 'fIMN - PoRTES

Sres, miembros ele la Cámara Mercat.til de Bucaramanga

La IIHvPg'f\ciólI r('glll<\r y pel'lIl!illeut(', /1(11' va po)', del tÍo


L '-,lHijll.en la ('xtl'l\osiÓII cflllli,re,,'¡ida de:'\cte Sil cllllnuellCla con
el rÍ I M 'Ig'.lalelIH ha-ta PlIertq S '., IIt'n~, h(\ sidcl y es el pellsa-
mier,tCl d ·.miIlHllte dA e~ta O Iflt HñLl, q\1é á SIlS cOflv(:>lliellCias
l

de e"'III'esa indll str'ial y 1'/'()gr'e~it'ltH, u\);-;el'va qlle se hallan \ltd-


d .. s los eClIfl!)f'(lllIisns q\11-1 Ctll1tt';.ljrl (:JI! virtud del c"lIt¡ato que á
su nq/Il bre et>l(:>uró el SI: nOl' C I plllÍlI G r!lllt't'e cpn t·¡.;e J' ef-l ¡wta ble
ell 'Ierci". Ni la vt-'htltnellcia de aq \lel deseo, ni el carácter Aa-
gr¡.¡d n de los deu~res clllltr(lldo~, podían eraC()lltral' solución
práctica y CUllvelliel l te en tllero:, pf"8petks, flIá8 Ó m~nos iluso-
rios y ha'l-lgadnre~, si no se (ll1lprf'l,día de firnle la obra cardi-
nal y redelltura de la limpia da e88 parte del rín, que ha sido y
C()utillúa siendo, pOI' sus c¡,ndiciolles peculiares, UIl ob~tácul()
para el e~fue/'zo rntjor dirigidf',
- 236-

D3pendiendo todo de la limpia de esa vía, no vacilamos


en poner en acción 111s elementos de que disponemos-sin fijar-
nos en gastos-para remover todo inconveniente; y una sucinta
relación, á qne se contraerá la presente, 110 dudamos que llevará
al e,píritu de ese comercio la convicción de que no hemos des -
cnidado la mejnra de dicha navegación, en la cual vemos vino
culados tantos intereses.
A raíz del contrato mencionado despachámos una expe
dición, á cargo del SI'. Alejandro Desmoineanx, con el propó ·
sito de dar comienzo á Jos trabajos de la limpia del r!lI, y poco
despnés nombl'ámos al experto ingeniero norteamericano Sr.
H. S. Ourtis, Inspector general de los trabajos de canalización,
para coadyuvar los esfuerzos de la expedición. Desgraciada -
mente la inclemencia de aquel clima hizo regresar,á los pocos
dí 'i S, á e~e hábil ingeniero, qnien enfermo de gra1eaad enton-
ces, sufre aún las consecuencias del mal que allí contrajo.
El Sr. Desmoineanx quedó encargado exclusivamente de
la dirccción de 108 trabajos, con el auxilio de una draga y dos
champanes. Puco ,adelantó en los primeros meses, porque la
presencia de]a revolución última hizo imposible conseguir
peones qne qnisieran engancharse. Apenas pasada la guerra
se reanudar'on los trabajos de la limpia, y mucho alcanzámos,
pues despejáronse de todo obstáculo Jos pasos de la BI)ca de la
Ceiba, Estanqnillos y otros. F "talmente una nueva contrarie-
dad-antes de q ne pudiera concl nÍ rse la li ~Ilpia general -vino
á hacer irlfrnctuoso y estéril el trabHjo, pues las crecientes de
Octubre y NI)viembre próximos pasados arrastraron al lecho
del río n ue vos pal0s y ramas en sustitución á los ya extraíd os
á costa de fuertes erogaciones y penalidades, en llna regi ón
tan mortífera como lo es tdda la q ne com prende la hf\ ya del
Lebrija.
Q.,ula contrariedad apuntada coincidieron los despeJ'fl'ctoB
sufddos por la draga; y como á la sazón no era practicable,
cun esperanzas de un bnen éxito, ningún género de trabaj o,
resolvímos su regreso para someterla á la reparación que se le
hizo, lo cual permitió qne el 26 de Enero anterior la despa-
cháramos con una nueva expedición, á cargo del ingeniero Sr.
Lnther H. Welpley, y quien, á los dos meRes, esto es, el 27,?e
Marzo, re~resó enfermo de fitlbres y aqnej do de una aft:CClOn
á la vista, de q ne aún sufre.
En Octll bre pr"xi OJo pásado cnmisionárnos al ingeniero
civil, señ)r Cayetano M,)rerlO, para la misma exploración y
limpia, levantamiento de planos, inspección, y además para
- 237-

que emitiera concepto sobre los procedimientos, que debi~ran


adoptarse, con el (:bjetode alca,ll~ar, en el mellor tl~mpo pos1bl,e,
el fin que persegUJamos. PrecIpItadamente regl'€SO este mgeDle-
ro }JOl' el paludismo dt I L -:l briji-\, de q tle fue at:wadt),
, CtHnO los tI'abajos no podían abandonars~, malldámos al
SI', A!flHISO Goenaga, quien se halla al frente de ellos. Pero
como entra en nueotro pro\Jósito no ahqrrar esfuerzos y hasta
sacriticio~, no hemos vacilado en aceptar los ( frecinlÍentos del
notab :e ingeniero cí vi 1, SI', Jorge Brisson, y al efecto tenem os
contratados sus servicioFl, y prolltO se pondrá en marcha para
~l Lebrija, El SI', Brissoll llevará el encargo de hHcer un es-
tudio científico de aquella navegación; levantará planos como
resultado de BU examen; investig'uá los inconvenientes de
la vía, para removerlos, y producirá 1111 iuf. Irme dtjtalla·
do, con el fin de dictar las medidas capaces de hacer n guiar
y permanellte el tráfico,
E3pecialmente hemos rnstruído al Sr. Bl'isson para que,
después de sus estudios y con el mH yor acopio de dat(\s, pase á
esa ciudad y provoque una junta de todos los comerciantea
~ontratistas y les exponga los resultados de sus trab~jo~. Hará
mas: pedirá a ese comercio todus los consejos é indicaciones
que sean necesarios para el cumplimiento del delicado é im·
portante encargo q ne lleva,
No creemos de más hacer constar que á los tropiezos é
incolI vcnielltes de que hem')s hecho mérito hny que agregal'
las dificultades que tenemos que vencer para conseguir traba-
jadores destinados á una regióll inclemente é insalubre, lo que
hace que constantemente tengamos que renovar las expedicio·
nes por los claroli que dejan las ellfermedade~, y de ordinario
no es fácil encontrar peones dispuestos al sufrimiellto, con la
expectativa de la fiuerte, Ó, cuando meno~, la }Jérdida de la
salud.
Este sencillo relato, que no tiene más apoyo qne el que le
presta la verdad, va calculado á llevar al ilustrado criterio (le
~se comercio el convencimiento de los esfuerzos que esta Com '
paííia ha puesto en acción para la m~jora del Lebrija. Ese
deber continuará cumpliéndolo ella sin preocuparse, mucho
ni pOC6, de las daííadas sng()stione~ q ne la ignorancia de lus
hechos, por una parte, y por otra, la intE: nción, nada caritati-
va, de algunos espíritus rehacios á los avances del progreso,
" ha~ suscitado, en detrimento de ~os valiosos intereses que ma-
nelamos con absoluta consa~racion.
E3 opinión general de los ' conocedores del río Lebrij~,
- 238-

que éste, por so natn ra 1e z,:¡, estl) es, por Rtl e8Cfl~O cRIH)a1 de
aguas, y por la estrech,~~ de Sil canal, IIUllea será Tlav. gable
por vapor pcrrnálHwtemellte ha:-ta pllllrt o 8.&IIt 8, Si e8t., Ile· H

gare á comprobal'se cieu.tí.fic~lIIer \ te, sería t~mf'ridüd-má:J


que temeridad, locllra--illsilStir en verlcer UII imposihle.
EIl este snpneEttc.l,IIOS perllJitilllos ~lIl!erir, C()IUO lo máft
acertado y practicnb1e., I¡mit~tr la ll}lvPg~CiÓII pur el término
del contrato solamellte hasta La" Bonita8, cOlltrltyélldollos á
la conservación del trayecto cOlllpnHldido desde la cOI,fluen.
cía del LebriJ l COII el rÍtl MH~dalelUt hasta aquel I.HlIItll, po-
niendo ell accIón la energía, lo~ el ... mPllt" .1't y 10R recnrsos de
que para el ohjet o podttlllOS díspol.er. Dl~ estrl IDlldo tendrá
,e8e comercio mayor st'gllridlld en el tnill~pl"te de 81lS cnrJla-
mentH8, y, po,' lu mi:-lJIo, é-;tl\@ no t'!"hnáll Sllj(;'tll~ á las even-
tualidades de que helll"8 lwhIHfI •• NClM I'llsCl'dJillluB de usted
afdctí'-1ln n S lllJllg"8 Y at.~nttlS sel'vid\ll'e~,
Pur la J Ulita D rectlvH,

JAC' Bo CORTISSOZ
Barranq "illa, Junio 15 de 1896.

INFORME

PRESENTADO POR EJ. INGI!~NIF.RO TNSPI1~CTOR DE l,A OOMPAÑiA.


COLOMBUNA D}i~ 'l'UAlIISPOUTES, Á LA OÁMAltA
MEUCAN11L D~ llUCARAMANGA.

NI) me Of'l1p!Hé El'luí ell .. dO 'rir la h , ~t "'ia cf~ los esfl1el'zos


de la ()lIl11p; ñÍ., COIUIlJO alla de T"'Hi~,,' rlu;¡. u,.
¡.¡dt! '1 " t· lIlJ'f·1.Ó
á uedicMr pal te de ~IIS cHl'ita ~I' y de ~IIS d~:-v~JI 8 fl" trl1h: jHr,
COII ilHtlterrablt! I'HClelleil-l y C'/II¡.;t,., C1M. t'11 ht calléi ·iz .ciél/l del
rÍ,' L... bl' ja. E:-ta l'eli1ciólI aeah¡t lit"' l'uhlicflt'S", y laa t'!ld" es-
crita 1"11' "llIllIa 1J)~8 COIIII/totel1te y hlltll,.iz .dH ell t'~ta """tol'la.
l\1'j Cllllct'etalé Ú ieal/lel.tt"' a HloIllltl1l' Ih~ ,·b-"·,'vu,·j,,,,('s
tl~cllica8 q1le ,8CI1"0 d~ hHcel' dlllallte el .' X •lile 11 dt'1 IÍ., Lt,hri·
j"l y de los .trahl;ljo/M tjeeutild po,' , la C"llIpl1fiía C"I"I"hialla
l l :"

dtj T,.8 III'1J)I}l'te~, y IlIé};!" 11,.. IíZJ.l' é h. t.. vell,,,"te l. ¡!- illcn" Velllt:'U-
ji

tes m"y"ret4 qlle he .. l>:4t'I'\'Hd .. p~lrH la ""HlizaCIÓ!' ('oll'l'lt'ta Ó


inlllt d ata d~ IIlIe~tra pbra. y I. ,t'! r ... u" dlU'i eplfO, el1 j. ·s líllJitelt
de Id po~)blc, vodcmo8 lleva .. y 0p"lIt:r pura VelJct!r e~tott oh.
tácnlos.
- 239-

Me esf.,rzaró en no df'jar en )a ü~cnrida~ ningún plinto·


qne InH p:trezca digno de ocupRr,la atenció ', y el f-·!tJva(!o cri·
tedo de e~te l'espetHble COIOP,'CIO y oe la Juntl-\ Dlrf'c Iva de
la Componía OlJlombiallá de T,'aIl8¡.>ortes, de ~al manera que
Plleda !,ollerlos en completo cOJlocimiellto del 3SI111to para e!
cnal ¡;le han d gnadlJ comisionHrme,
Clln este lIIotivt>, RC~)ln pl1ño á este i uf ,rme nn plano ó cro··
qnis del río, con Jus oo'!ervHcjone~ hidr(lg'l'áfic8~ y rectifiC8Cio.
'leM corn~ráticas qne al mapa de C.,dazzi he 'podido hacer6du·
rante mi inspección.
El dI) Lebrija toma S\1~ fllentE'S al N 'lrte ~de la Mesa de-
Jéridas, CIIII el lIomhre de llín de Oro,. Inégo 'se jlll1tH con el
8111'. tá, y recihe !lilas dos legnas más al Nllrte, e-j 1'ÍC) ~Nt'gro_
E.. t.,~ t"es !'Íos f .. l'm~" sus cabtlcel'ns, y 1!l'VHII. uIla v{:·z IInid(ls ..
el "olllore tie río Oañaverales, }lHsta la cOllflllellciR con el río
Ca('h,tÍ . qne hHja del J,ár¡.,IHII gel mismo nombre. Pllr tina sin-
1!"ll1r HIJe,rl'lció", los hahitlmtes de' la r~gión I amHn el punto
de f'~ta ullión Cácltira, 1.. qlle P1'pvoca al principio ci{-'rta con-
flli' ió II • ptlpS 1I1¡¡.·S dos 1f:'g'I/:H~ Hl'fihll del }Hlllto y n"of-~a de
Laó BOn1'tas, I'ecihe nTlI-\ qUt:ornda Ihunada tnrnulén Các/tira,..
q lIe (kH ~I~lIa ell ól con (jI IltlllllH'e oe ti .. Carrera pn el ms pa
de C. ·dazzi. y tl't'S 1t'~lIa8 :¡])Hjq jje G/tOCÓ (E¡.;t~ciÓII Salltallder),
)e trdHlta fWlI:- H~lIas 1111 cflñ .. llamado tlitllhión Oách{'i'a.
E, Ltorija 110 tieue IlIá~ de linos 35 mi, iámetros de curso
tlltal, y t'tI de poea stlPHticie su hl)ya, gencralrnellte rnny es-
t,'edl>l y eucer,'¡,da: al O "iPllte, por I,.,s cordilleras y páramos-
(j 11 .. la ~pparan de la efe ! Z,th~a. era la parte Sil pedol', es deci r,
ltl SUI', y de la del Outatumoo. en la parte inferiol', es decjr~
1JIá... ~" N,Qte; al O(: (~l(jet · t" COI'rE', Olll'ltute cincnenta leguas.
para1elat"ellte al l'Ío M, g lalellR, oel CII l.¡ ! 110 dista sillo de llcho
n dit Z 1f'!!tlHs. E~ta cir('lIl1starreia IlH,tlVR la poca importancia
dt~ los 11f1'It>lIte~ ylle recibe, y, jilllttl con la perrne"bilidad del
"\lelo al'ellOs" de S il valle, dCl:!pnó" flue tnma dpth'¡tivamellte
el II"Inl, e de leb,.~jr't, en Sil cllllflllellcia cnn el río Oacnirí, f:'K-
plic I Já ·illl1 . . llt,~ el "tlC O caudal de Bi,S tlglla~, la violf'llcia de
EII'4 ("'t'Clellre:ol y I;'¡I>\ hllj ;t~ y 8eqllí~s repeulilllis que !'uf/e, á pe-
S}1I' de ylle t'" 1'>11 h 'ya eaell, Rflllalmente, de 80 á 90 p"lgadas.
cúhica~ dtl Hg'I11IS lluvias. A \'eilltieillclI l~guHs de HU cot.fl"en-
cili eOIl el ri" l\l"g .talel'a, r " clhe flgllas de e:-te último, 1'(11' nf}...
t'lIñ, IlaIIHd"O/u,có, y en el pUlIto denominado Boca de la'
Oeió,/¡ .
L, vetneidlid del do pnede calcularse en cnHtro kiló etro8 =
por 11 111, el! in parte lHlj '1, ~~ d~cit" , desde lat ovca t!U el Mag
11
- 240-

' . . dalena, hasta Las Bonita8. Desde este punto alcanza ya á 6


lki órndros, hasta el A8tilleroj más arriba de esta Bodega, has.
ta Puerto Salltofl, llega á ser muy variable, con motivo de los
chorros, ,y pasa á menudo de dos leguas por hora.
Una de las particn laridacles del Lebrija es que conserva
la misma anchura-de 50, á 60 metros-deEde su desemboca·
dura hasta muy cerca de Puerto Santos, en d\. nde empieza á
reducirse á 40 en varia~ partes.
El ancho verdadero de la parte baja es inapreciable exac ·
tamente en invierno, por motivo de perderse el río en numero·
--sos desparramaderos, ciénagas, brazos y caños laterales. Tam ·
bién la naturaleza de la vegetación es diferente y varÍR, según
las seccione~: abHjo de Estación Santander, el bosque es ge-
neralmente bajó y tnpido, y es una fermentación aguada más
,bien que una m~lItañ9; en tanto que arriba de este punto la
selva adquiere todo su vigor, pOI' motivo de la mayor eleva-
-ción de las márgenes, y pOI' esto las dificnltades de la limpia
del río aumentan por Ja necesidad, no solamente de dedemba-
razar el lecho de los palos enormes y m nertos q ne en él se ha-
llan amontonados y lo obdtrl1yen, sino también por la obliga-
-ción de arrancar de las orillas y de tumbar los árboles vivos
-que á cada creciente, y según las Y'ariaciones del cnrso y el
empuje de las aguas, amenazan caer al interior por el desmo-
ronamiento de las barrancas que desaparecen y se vuel ven á
fvrmar, al capricho de las aguas.
Los sondajes que se pueden efectuar en el río, y en épocas
distintas son también infructuosos y casi inútiles para asegll-
rar la fijeza del rumbo definitivo del buque, porque como se
compone el lecho del río de arenas sumamente livianas y mo -
vedizas, las avenidas las llevan, las afl'astran Ó las amontonan
en pUlItos muy variables, sin que cá lculo alguno pueda prever
estos fenómenos y dar cuenta de ellos en épocas y lagares de-
.terminados.
De modo que se puede sacar la conclusión, poco halaga-
dora, de que la obra de la canalización tendrá que ser aquí,
si no eterna, á lo menos prolongada dnrante anos y años,
hasta que los cultivos en las orillas, el trabajo lento que efec·
túan por sí mismos los buques, subiendo y bajando, el estudio
paciente de los cambios 1e e8taciones y de los fenómenos físi-
,C08 en estas regiones, den á la larga, ciertas garantías de duo
.ración á la obra.
De~gracjadamente otra circunstancia viene también aquí
.á embargar los esfuerzos, y es el clima que verdaderamenta
- 241-

es pe'lJloo. S)y g~nAralmente poco inc1j~ado ti creer ?!ega-


mellte en 'Ia., üi. ,dicÍones de 103 qne atrflvLesan Ilf.la reglon al
g>\lo¡>o, y S'"1 dg1lt'a't despné~ estat' en p,)sibilidad de d~8cribir
1<\ y de d.u sobre el/a datos sin apela,ci?!t; p~r? CO~()Z~o, .Y be
estlldiado paciHlltemente en SI1S condiCIOnes flslcas a UaSafl:.lI'e
y 8118 !'ios, al Oh"có (Oallca), al Caq(letá, á la región riel Od-
rare y ell O'eneral, á tod() el sistema hidr"grático del Magda·
leila, y Itooveo estas cnmarcas tal! mortíferas corno la del Le-
brija. No alcanzo ~ darme cnenta exacta de la razón qlle
pued:'\' motivar este exceso de insalllbridad. El Atrato , el Meta,
el }>utLtmayo, s.on casi vírgenes y desiertos tambiéll, rodeados
de cié',agas, con tAroper'atllras tan elevadas COII)O las de estas
r -'giolles en razón de Sl1S mismas altitnd p ~, P/'ohablemellte \I 'n
estlldio prolongadu de la flora del Lebnja, y Uf} allálisis de la
natnraleza de sus aguas y de los terreLlOS que atraviesan, daría
]a llave del enigllla.
Si /l em bargo de tndas est >l S di ficn I tades se aca ba de esta-
blecer detilliti vamente la Ila vegacióll por vapor, desde Bodega
Oentral, es dE.'cir, desde la desembocadllra del Lebrija en el
Magdalena, hasta un pUtlto llamado Las Bonitas, situado á
trei 11 ta y cu a tro legu as at'ri ba.
El vapor do la O!lmpañía Co~oll1bian'a de Transportes,
llamado Santander, de 45 t()!leladas, ha efectuado yi) hasta la
hora presellte dos viaje." sin el mellor tropiezo, sllbiendo con
car~a, desde B )dega Oentral h'-lsta Las Bonitas, ell quince
horas, término medio.
Lll. sección del rÍ-o comprendida elttre la boc& en el Ml'Ig-
dalena y el pueblito de Oh()có (Estación S'-\Iltallder), situado á
veintidós leguas arriba, un presentaba ditic 11ltad algllna á la
navegación, qne se t'fectlllibil ya desde tiempo atrás ell este
tt'ayecto pOI' medio de lallch 'ls de V¡IPor; pero inrnediatamen-
·te, arriba, había f.}ue empezar á desembarazar el lecho del río
de los troncos qne pndían est(Hb<lr la navegación, extrayendo
los unos Cl) , la dr "gi l vulando los utr r,s CUII Jinamit'l.
Este trablljo se ha efectuado con mi n 1I cjü~i dad, Además,
en todas las v·ueltas, .y especialmellte en la parte convexa de
las orillas, hacia el interior del río, como también en las .par-
tes en donde las barrancas pl'ese'ltaban pl'l)babilida les de des-
moronarse por efécto de las aguas crecidas, cuadrillas de tra.
bajadores hall desmontado hasta 20 metros de fija al interior
de las tierras.
Hay que observar que estas fctja3 hall sidlJ frecnentemente
16
-- 242 -

utilizadas por los ribereños, qnienes han sembrado allí maíz y


cañas, ahorrándose ~sí todo tl'ab::ljo de rozll.
Como lo he hecho notar al pri Gci pio de este informe, la
constitnción de las playas del río cambia totalmente desde el
Oaño Ohocó para arriba. Desde este punto las maderas son muy
finas, y la natllr!'\leza de la selva se trallsfurma completamente.
Abajo de Estación Santander no exi!'te sino nna vegetación ra-
quítica, extenuada por el sol y la humedad, fermel1tando úni-
camente en medio de ciénagas, que se secan y vuelvell á lle-
narse en cortos intervalos, mielltras que más aniba, donde las
riberas, ó mejor dich", donde el terreno qne forma el cajón del
río es más elevado sobre el nivel de las aguas, la montaña se
alza COIl todo el vigor y exnberancia de la selva tropical.
Rtflexionemos un momento y no seamos demasiado exi-
gentes: estos SOIl ríos despoblados, que 110 han sido transitados
8ino por la piragua de algllllos indios ó por el champán de
bogas de la r~za african3; y algúll mérito hay en verlos lim-
piar y habilitnr para la navegación \JOl' vapor, en un trayecto
de 17 ~irjámetr08, en ocho Ó diez meses, cuando en el Viejo
Mllndo, con las innumerables f( ci idades de los últimos ade-
Jautos de la ciencia, COII la potencia de la industria llevada
hasta el punto cnlr.rlinante de la actividad hnmana, trabajan
en la canalización de ríos pobladísimos bajo climas benig-
nos, COll empresas millonarias qne se transmiten de genera·
ción en generación, ' durante siglos. No seamos demasiado
apreslll'ados y snrqnernos, á pasos contados, Ó más bien dicho,
á pequeña presión, estos caños vírgenes; nos valdrá esta per-
severancia y esta IJaCieIlCia más que la v¿locidad vertiginosa
de UIl torpedo q ne atra vieaa, á tlldCI vapor, las aguas descorao-
cid88 de l1l1 nuevo océano!
Resumiendo los cálculos, podemos formar el siguiente
cnadro de distanci,ls:
De Bodega Celltral á EstaciólI Santander .... 22 legnas
De Estación Santallder (Chocó) á Las Bonitas. 12
De Las Bonitas á Astillero .......... ____ ... . 10
Do Astillero á Puert,) Santos ...• _______ .. .. 7

Trayecto total de Bodega Central á Puerto


Santos ........... - . •. . . .. ........ . .... ........ . . . 51 leguas
De modo q ne la parte del río Leb:'ij 3, lIa vegable por va-
por actualmente, ó mejor dicho, navegada por vapor por
la Compañía Colom biana de Trallsportes, es de 34 LEGUAS,
desde las bocas del río en el Magd~üena para arriba.
- 243-

Por consiguiente, lo que queda por habilitar para la DR-


vegación, según el COtltl'ato que tenemos. celebrado con ~ste '
respetHble comercio, es la parte c(lmprendlda entre Las BonItas
y Pu erto Sa ntos, ó sean diez y ocho legnas.
Lo úllico que me parece practicable todavía, y esto C(Ir!
dificnltad y sacrificios, es la parte comprendida entre Las Bu-
nitas y Las Bodegas del Astillero, es decir, diez legnas más
arriba.
Después, hasta Pnerto Santos, el río se vuelve cascajoso,
el candal de agua es muy poco, y en muchas partes, hasta el
presente, en que el río está todavía en agnas medias, la pro-
fundidad mayor alcanza apenas á tres pies. Me he enterado
de que, en verano, en ciertos puntos de esta sección, la mayor
hondura 110 pasa de un pie, y que hay necesidad de arrastrar
las canoas cargadas.
Los meses de mayores Rgnas son Abril y Mayo; lllégo su·
cede llO venmo en JUllio y Jlllio, y vnelvelllas lluvias en Sep.
tiembre, Octllbre y Noviembre, ha~ta Diciembre, que hay
seqnía.
No me he fiado de los informes de los bogas, qlJienes, ade
más de ser interesados en darlos erróneos, son ignorantes de
las distaucias, de las medid as y. hasta de los meses del año y
horas d~1 día; me he concretado únicamellte á lo que he podi-
do observar personalmente y comprender por mis ojús y expe·
riencia propios.
Desde Lail Bonitas á Astillero no es asunto fácil ni Incra-
tivo para la Compañía Uolombiana de Transportes, habilitar
el río para la navegación, por va po", de un buq ne, por 2 á 3
pies qne cale, á lo más. No sol:unente hay qlle desembarazar
el río de todos los palos qne lu tapall y lo ubstruyen actual-
mente, Bino que hay, además, que abri), y f(Hmar, con dragas
de baldes y de cucharas, un callal y ulla zallja, apartando y
arrojando afuera las arenas; paes si no, á la !llenor creciente
volverían á caer y cerrar el surco del vapor, por lo movedizas
que son. Eate trabajo, en el trayect de diez leguas, no lo esti-
l}

mo en menos de $ 100,000. .
Según informes verídicos, la cantidad de cargas de expor-
taci6n q \le ha pasado en estos ú l ti mas meses, en la Bodega de
Puerto Santos, es esta:
Marzo •..•..•• ____ ... 3,533}
Abril. ____ ........... 2,180 Cueros, minerales y café.
Mayo ..... • ____ .••• 2,275
- 244-

y las de importación:
Marzo .•. ___ o ____ 2,053}
•• " .

Ahril .................. 1,411 Mercancías.


Mi1yo ................... 1,731
No hay mejor elocuencia que la de los gnarismos. Ade-
más, los fletes terrestres entl'e Puerto Santofl y Bllcaramallga
han aumentado de \lila lOanera alal'mante dmde hace aigllTlos
meses, por moti vo de Ia escasez de recuas, y sn ben con fre o
cuencia, actnalmente, hasta $ 18, Hayen las Bodegas de Pner·
to Santos 4,000 cargas de sal Illal'illa, que no se atreven á mo·
vilizar por motivo de esta carestía . .
Estos sencillos datos indican de sobra la inmensidad de
los sacrificios que ha tenido qlle hacer,y hará todavía, la Cum-
pañÍa Cl)lombiana de Transportes.
La Compañía posee en Las Bonitas tres magníficas bode-
. gas (merca TlCíflS, sal, explosi vos), cnya construcción le i m portó
$ 8,000.
En Astillero son algo menos vastas, y le co:-taron $ 6,000.
La dr¡;¡ga. LebrJja, qne acabo de examinar detenidamente,
está en perfecto estado de c(¡nservación, y trabaja continua y
simultáneamente con dos cnadrilla!3 de peones que desmontan
las OJ illas.
En cnant .) á poner más agnas al río, es fácil: los caños do
.Montañita, de Vuelta nueva y "ce Oáchira (tod()s arriba de Es-
tRción Salltander) se pueden cegar, y el ú ltimo comunicarlo
más arri ba de S\1 desem bncad 11 ra, por un canal artificial; pero
esto costará muchos sacrificios, !lO sólo por el trabajo material,
sino también pOI' las indemnizaciones qne habría que pagar á
l(ls moradores que tiellen sus posesiones y navegan en estos
caños (principalmente Montañitas).
Despuéi de Astillero no hay qne pensar en navegación
por vapor, á menos que se illviertan capitales enormes, )Jorqne
todo es potáble con dillero, cualldo la obra emprendida ast-gn·
J'a á sus empresarios IIn interés, por moderado que sea; pero
allí empiezan e\ cascajo, los chorros, las corrielltes violelltas,
ei medio pie de agnl-\ en ciertas partes; hasta en épocas de
veranillo, como éste, las canoes Sil ben y bajan con peligro y
hay tumbas con frecuencia.
El río es mlly interesante, bajo el pnnto de vista indus-
trial, en sn curso sllperíor: hay ell sns orillas minas de oro, de
petróleo, de brea (asfalto); calidad de árbo es muy finos y
propios para constrncciolles navales, y terrenos magníficos
- 245-

pAI'A fnrmar haciendas de cacao, de sarra pia, de ramio, de val·


llilla y otras plant.as de tierras cálida8; pero de8graciadamente
todo es todRvía casi nn desierto y muy illsnlobrE'.
Si dirigirnns nna mirad~ j!eneral sobre la lwya del Lebrija,
desde Plle~t() Santos haci}\ ~I Norte, vernos grnpos de colillas
que signen decreciendo hasta confundirse cerca del Magdale ·
na, bajo nn extenso manto de árboles gigantescos qlle ocnltan
las po~as desigualdades del snelo, obstrnído COIl los despojos
vegetales acumulados allí por los siglos. De trecho en trecho
rom pen la monotonía de Esta apH ren te llalln ra las Iucielltes
aguas de las cién agas, ó ajJal'ecen cortánd(,la en difel'entes di-
recci ones, varios caños, qne serne.i~n hilos de plata tendidos
sobre I1n tapiz verde oscnro, cerrando, :-11 extremo de too~~)
paisajt>, el MagdHlena como tilla ancha faja argentina, aquellas
inmensas se lvas_ Pasarán siglos antes que el hombre haya
limpiado aquellas inmen~a8 y solitarias tierras, desflgllando los
pantanos y ciénagas que las hacen mortíferas, transf"l mándo
las en .a biertos campos, mil dificados por la agricultnra; mas
antes de que esto suceda, se poblarán las serranías detliertas
pero el evadas; y cnando ell ellas superabunde la población,
poco á poco se irá extendiendo sobre las tierras b9ja8, impeli-
da á d psrnontarlas por la necesidad.
Pero Ilosotros, sin preocllparnos de tndns estas dificnJta-
des, sacrificando vidas y cHpitales, estemos sati fechos de haber
vivificado ya, en fllg o , por el tráfico comercial, estas lóbreg'3s
rE'gione~, Heral dos del progreso, tengamos fo en el porven i r y
no desmayemos en ('sta In eha gigantesca contra nna natnrale·
za qne, á primera vista, y pAra los espíritus sllperficiales, plle-
de parec- r indomable. Las Fel vas que rodenn Las Bonit::l8 y
el P8pa'yHI han repercntido 'ya los si 'bid(,S de la sirena del San ·
tander,. con algnnos eSfllerZ()~ más lo~ llevaremos dentro de
pocos meses á siete legnHs de Puerto Snnto¡;l. (1)
Si esta distingnida Corpllración encuelltra, como es posi.
ble, mnchas imperfecc'ones NI las idefls cOlltenidas en este in-
furme, espero C]ue IlO olfid:Hfi que ellas me han sido illspiradas
por el vi vo deseo de i rn pulsar á estas regio'les por los senderos
más expeditos para cOlldncirlas á los altos destinos á qne e:-:tán
llamadas. En breves palabras he CO[)dellSado cnanto me ha
(1) E stas esperanzas no se realizaron y ld Compañía Colombiana de Tran~porte8
abandonó la emrresa dp la "navegación del L ¡, brija," quedando é ta á cargo de la
Casa López y ca, de Bodega Central, que raramente hace remontar sus lanchas de
vapol" arrib a de Esiaci,)n Santander. Ell'esto del trayecto sigue efectuándose en ca-
noas, por motivo de la falta de agua en verano. (1897)
- 246-

parecido conducente á enterar á esa honorable Cámara de los


aSllntos y del estado actual de la na vegacióo en el río L ebr-ija.
) Las indicaciones que hago no son sino la sencilla mani-
festación de mis patrióticos deseoe; si en ellas hay ¿.lIgo acep o
table, qnedarán satisfechas mis aspiraciones.

JORGE BRISSON

Bucaramanga, Julio 6 de 1896 .

....
DEPARTAIVIENTO DE BOLIVAR
(1896 )

Desgraciado de aq uél que en la relación


de sus lejanas excursiones ahogue el interés
bajo el peso de la ciencia. Pocos siguen al
qu e no se dirige m ~s que al entendimiento,
pues el coraz6n debe tener la mitad eo todos
los goces.
SANTIAGO ARAOO

BARRANQUILLA
Situaci6n-Las calles-Edificios, paseos y jardines-Temperatura-Tnuvías y
coches- Alumbrado-L a Adu ana-Lotería-El puerto-Gt'andes empresas-
L a prens'l -EI Hospital-lnstrLlcción Pública-Quintas de recreo--El Teatro-
El Ferrocarril-Puerto Colombia-Porvenir.

Los pocos días desocl1 parl os q l1e he pasado en psta ci udad


me han permitido estudial'la baj l) diversns aspectos, y antes
de dejarla por a;gllnas semallas ql1iern aprovechar la amable
hospitalidad de este periódico (1) para consignar en él mis
hnmildes impresiones. ..
Sitnada á 4 legl1~s de la costil del Atlántico y de la des·
embocadLlI'a del rín M;lgrL\lena B IcaR de Ceniza). sobre la
rihel'a izquierda de este río, 110 se halla coostrllída Bal'l'allqui-
Ila precisamente sobre la orilla de la grande al'teria fln\Tinl oe
üdombia, pero sobre la de 111\ caño latoral separ~do del río,
pOI' ulla faja de tierra de 111\ e,peso!' mayor de 800 metros y
dt- una longitnd total, desde 811 c:\b ec6ra en el río hasta BU
desagüe en él, de 5 kilómetrc,s.
El tenerlO sobro 3 el cllal se eleva la segunda ciudad del
(1) El Promo tor.
- 248-

Departam~nto de Bolívar, es de arena filla y blanca y ninglllla


calle 8l~ hall-i empedrada pOI' la ~encil\a razóll qlle la piedra
es matel'i~ descol\ocida en estas IJ1ayaEl. L s adoq\lill~b eleva-
dos de cada lado, á ulla altunl de Om, 30 á 40 centímetros,
• frectl-l ciertH illcomodidad al trállsito pOI' este mismo lIlotivo,
]Jero así lo requieren las lluvias illveruales que trallsformhn
cada calle en 11 n peq \leño arroyo.
L·~s casa~, en gelleral eSiJaciosas Y bi ~ n ventilauas, SOIl
algnnas ele piS03 alt08 con azoteas, y la mayoría es todavía de
techos prjizos, pero se estáfl hacieudo mnch >1 s obl'as llneV/1S y
hay grandes fáuricas de materiales de cOllstrncción, pri ncipal '
meute la del Sr. Jenaro Sall1zar.
Barranqnilla es el más importante depósito de la 9 rner-
/ cancÍHS qne se dirigen al interinr de la República y cOlltiene
varios almacene:! que ocupan á menudo ha ta media manzana
de su perficie.
La temperatnra es eJevadíoima, 28° término medio, y en
esta época en qne no soplan las brisas sube h ~1 L ta 34° á la
sombl'l-! , y \lno !lO puede andar una clladra sin hal lFtrse u;, ñHdo
, en sudur. Gracias á Dios qne los medios artIficiales de loco.
moción SOll fáciles y barHtos: dos líneas de trallvÍas CI'IlZ:-ln la
ci udad de uoa extremidad á otra y c( Iches li vialJ OS y cómodos
trasladan al vifljHu á cualquier punto por la modesta Sllllla
de VE:'.i 11 te cen ta VO:3.
UIl pcqllé'ño inconveniellte que se observa en la constl'llc·
ción de la vía férrea del tranvía es que los rieles son sencill()s
y por consigniente se eleva,n 4 celltímetro~ sobr e el piso, en
Jugar de sel' dobles, ó de ca.llalete y al nivel del 8uelo, lo que
evita sacudidas y Ch()(jlles desagradables y perjudiciales para
J08 otros vehícll loS qne los cruzan. Es verdad que se puede
objetar qne la arona de las calles llenaría inmedi :1 tallJellte la
canal entre los dos rieles, pe/'o para este inconveniente existe
un instrumento especi ¡,d IllallE',Íado por nn solo hUlllbre (jue
bast¡.nÍa á limpiar I'ecnrrienuo continualllente la línea. Si no
se em pleaba el 8istellla de rieles dobles ell toda la extensi6n
de la línea) á lo IIlellOS se hnbiera podido a jopt:u para las Orl ·
crucijadas de calles. También nos ha parecido P(lCO práctico
el modo de pagar el pasl1je lJletiendi) el pasajero miSHlO el
i m porte en Illl buzóll. E.,to presen tarÍa grand es incon venientes
el día. en qneel tráfico fllera mayo/'.
El al 11m urado e ,édrico (lile se extiende hasta las casas
particulares es defectuoso y de muy poca potencia. El aseo de
las calles es notable y digno de elogios, comparativamente á
- 249-

gralldes cHpitaleA del interior q~le,8~ distingnen pOI' sn d,efl,3s13 o


á pesar q lIe tienen mayores be] lJdades para el servICIO de
Jimpif'za.
Por motivo del c'-llor sofocante, rnny pocas son las señorl-is
q ne se atreven á sal i l' á I a calle, y el sexo femen i no está en
gelleral, únicamente ,:epl'esentAdo para el extranjero,' por \lnas
negraR y zambas de tIpo fen, qne recuerdan ~a teona de Dar-
wilJ, y sin la gl'acia y el garbo en ~I vestir y en el an,dar qlle
se observa en la' gente de color en cIertas otras poblacIOnes de
la Cl)sta, como ell Pa'jarná, p(}r ejern pln. P ero me asegnran
que en la clase social hay muy hermosos tipos y hay que
agnardar lllgllna representación teatral ó algnna solemnidad
pil ra jnzgal'.
Los edificios de ,la Adn3na son vastos pero viejos y poco
aseados y no me ha parecido la organización de esta adminis·
tración el non plus ultra de Ihs desiderClta.
Se ha estl-lblecido desde 1888 una lotería cuyos concesio-
nnrios son los s(-'ñ ores Gieseken, Ringe y C.a-Circulan por
Hutl' riz Hcióll especi:-tl, y desde la última guerra, los billetes del
Banco del DepartameJlto de B.dÍvár, lo que no exiEte eh los
otros Depal'tarnellt(IS de la República.
La Mnnicipalidad ha constrllído un paseo con calzada dA
cemerlto romano, en la calJe Ancha, largo de nnas 200 metros
y en d;,nde tocan retretas dos veces á la semana; pero falta á
este paseo lo principal en estas tierras tropicales, ~¡;¡ decir, la
sombra; lo mismo Jiremos del pequeño parqne, situado en la
Plaza de Sall Nicolá" qlle cOlltiene mochas flores y ¡. dantas
bonitas, pero ni UIl solo árbol, ,Y además queda cerrado al
público.
Los vapores que navegan en el río Magdalena y pertene-
cen en Sil mAyor número á la Compañía CUlombialla de Trans-
pOl'tea, pueden eo.tl'al' fácíllOente por abajo, es decir, remontan-
do por la boca del c1ño, y arl'imall cerca de la Estación del
Ferrocarril que condllce basta el Ocearl0.
Se me presentó la ocasiólJ de visitar el pequeño vapor Hér·
cules, que ha sido ad:-lptHdo para buque de gnel'ra, con el objeto
de hacer la policía flnvial, La Illaquinaria, la obra muertl-l, la
defensa y la organización interior del bnqnecito, son lo que se
p"ede exigir ell \lIla elllb :1I'cHción de esta natn/'aleza que no ha
sido cOllstrnÍJa para el pajJel qlle desE'InjJeña silla' para el de
remo! cadt ,r (1).

,~l) Ya han construfdo otro buque fiuvial de guerr3 de mejores condiciones El


Nartno (1897). I
- 250-

Algnnos asuntos qua no son puramente importación de


mercancÍr\s extranjerlls preocupan la inteligente y activa po-
blaclón de Bal'l'anqnilla, entre otl'OS la canalizaciólI de las Bo·
cas del Magdalena (Bocas de Oeniza), para permitir la en·
trada de túda clase de vapores hasta la ciudad.
Varios negociantes han consagrado también algnna parte
de S\1 tiempo y de sns capitales á la siembra del café, .Y han
fnndRdo plantaciones imtwrtantes en el vecino Departamento
del Mngdalena, qne se presta especialmente á la agricllltnra
y es todavía pocn conocido y pflCO poblado.
OLros se preocupan de la navegación y de varias empresas
en ciertos ríos interiores: el Lebrija y el Alto Magdalena (Oom ·
pRñia .901ombiana de Transportes), el río de La Miel (trabaj()
rn inero con ,haga), el Caoca (Giescken, Ri oge y O. a) hasta
Zal'agoza (Antiof1uia), etc., para llegar más -fácilmente á los
grandes centl'()S y b119car mercados para SllS inmellsos de-
pósitos.
La población cont.enida en el casco de Barranquilla se
pnede estimar en \1nos 30,000 habitantes.
Dista de Honda, pOI" el río Magdalena, 205 legnas, de Bú·
gotá 228 y de Oalamar 21~,
S'3 efectúan en los astilleros de Barranqllilla todas las re·
fecciones y mon taj es q l1e exige á cada i llstante la n8 vegación
del Magdalella y los talleres de la O,)mpaüía Oolombi:-w a de
Tl'anRporte~, cl1yt\ Di rector G erente es el Sr, D. J acnb Oortissoz,
tiellen lll11y bllel\ll~ operarios, todos del país, y pueden ya
casi C()nstnl lr IIn buque completo,
También hay algnna industria local, como por ejemplo, la
fabricación de alhajas d(\ oro representada por La Valerosa,
en C\1yo establ eci mientn hemos visto j nyas que p neden I'i va Ii-
zar con mnch;;¡,s ql1e mandan de Europa.
Se publican en este momento IHI03 cinc() periódicos sema -
nales.Y bis8 ¡n-lllales; el dec i\!}(), qlln In e~ al mismo tiem po de
todos loa pel'ió I ; ~ !)s nac,i ollales de la República (25 años de
existencia), es Bl Promotor, dil'igido por el respetable SI', D.
D )mingo G.,nzález Rubio.
En gdJlel'al, aquí se habla mOflO:i de po1{tica qne en el in-
terior, y felizmente se puede ,eutl'al' á t\)(ll ¡lI' un refresco en un
establecilllient., públiC t' sill oír á derecha ó izqniel'lh hrlblal'
del Gobierno, del Miniótro tá l , Jel Gell e!' II Flllall tl , etc. So
con versa del })I'ecio de las letras, de la llegada Ó sal i da de Il n
vapor, de la escasez ó ablllldancia de cierto productu en la
plaza, de nn gran pedido hecho á una casa inglesa, francesa ó
- 251-

norteamericana; cosas todas mucho más útiles é interesantes


qno hablar del partido radical ó conservador.
Una de las cosas más importantes y d; gllas de ser exami.
nadas con atención en Bal'ranql1il!a, es seguramente el Hospi .
tal, consagrado el 20 de Febrero de 1876, con la ayuda del
Sr. Jnlián Ponce y utras personas caritativas. Se levantó este
edificio únicamente con el prodllcto de limosnas; al princlplO
era simpleme11te Hospital civil, Inégn se hizo un contrato para
cllidar allí. también á los miiitares. Más tarde, las Hermanas
de la Caridad, aynd ::l das por el incansable Capellán, Presbítero
Valiente, y otras personas de Barranql1illa, fundaron ad·
j nn to el Colegi o de la Presen tación, q \le tiene actual mente 230
alumnas, de las cuales 160 gratnitaB, y entre ellas 36 huérfanas.
L·\ capill ¡:¡ , las sal.as de los efermos, los salones para las cia·
ses, dormitorios, cocinas, lenceda, corredores, jardilles, todo
presenta el aspecto de mayor orden, aseo é higiene. Los edifi-
cios del H os pital y del Colegio son independientes los unos
de los 0tros y admirablemente ventilados. Sin duda es de
lo mej or que existe en Colombia en cuanto á establecimiento )
de Beneficencia.
Dllrante 4 añ os han asistido en esta filantrópica Institu-
ción 4,280 enfermos ci viles y militares, entre los cuales 218 ex·
tranj eros.
El Presidente de la Junta Directiva del Hospital de Ba·
rranq ni Ila es el Sr. D. Man II el Insignares S. (1).
Las H el'lllllnas de la Caridad tienen en Barranqnilla otro
Colegio, el de San Miguel del Rosario, que da instrucción á
250 niñas .y es -completamente gratuito.
Los Herman os Cristianos regentan el Colegio de San Jo·
sé (2), con 140 alumnos, la mayor parte gratuitos.
En la parte occidental de la cindad y sobre una lomita
qne facilita la recepción de las brisas, los habitantes de posi
clón desahogada han lev'a ntado numerosas q ni utas de recreo,
á dOllde vall á descansar los domillgos con sus familias de las
fatig as de las oficinas de comercio y á respirar un aire f, esco.
Entre estas cómo·das y alegres casas de campo anotamos La
Floresta (Ci~neros), La Paulina (Gieseken), La Valerosa (E.
Jirnénez), y varias ()tr~s de los Sres. Vengoechea, Flohr, O. Ber·
ne, etc.
O' na Compañía particular, bajo la Presidencia del Sr. D.
(1) Murió el 14 de Febrero de 18Q7.
(2) Hoy Colegio Biffi.
252 -

Emilian() Vengoechea, está terminando nn h~)nito teatl'n, qne


lleva de8de 1893 la denominación de T eatro Emiliano, que
. .fue el nombre de Sil flllldador prilleipRI; es de ('stilo árabe y no
falt~HI más qne algll!lRs decoraciones interiores.
P"r el precio de $ 2_40, ida y vuelta, se va en ferrocarril
hasta Puerto Colombia en una hora y media y pUl' dos trtnes
diarios.
La con~trllcción y empresa de esta vía férrea, prillcipiada
en 1870 por nna Compañía alemana, pasó luégo á poder del
Gobierno, y fne velldida á !l[)a Sociedad inglesa, iniciada por
el Sr. Oisllel'os, que la prolongó desde Sa Igar hasta Puerto Co·
lombia.
La línea atraviesa terrellos pantanosos y ligeramente on·
dnlados ha¡;ta el pneh1ito de Salgar y Inégo signe las playns
del Oceano ; ti("lIe 18 millas de trayectc'.
Puerto Colombia por sí mismo no es más qne una peqneña
aglomeración de chozaR, per,) aquÍ se levanta el fam oso muelle
0bra del Sr. Cisneros ; á CH,]a paso ee encuentran en Colombia
mOllumentos dignos de }¡¡ l:\cti\'idl:ld y del ullento de este (\( ,ta-
ble ingeniero (1).
El mnelle, empez : , do en 1889, se termilló en 92, tiene
4,000 pies de IOrJgitnd; la pal te á donde atracan los vaporeR
tiene 800 pie~ de largo y 48 de allcho, la restante es do 16
pies de ancho y está pl'pvista de nna bar~ndílla de hierro; la
parte de la .der'echr\ es reservada á la vía férrea y á la izquier.
da está el pasl-lelizo de los peatones. 8e diferellcia del muelle de
la Machina (C 'll'tagena), en que en lugar de desarl'ollal'se en
forma de semicírclllo, se adelanta ell IÍIlea recta hacia el Nor·
te, es decir, lB 11' adentro. Adell1á", la cOllstrucción, todH: de
hierro, es elegante, ligera y presenta al mismo ti empo grandes
segnridades y excelentes condiciones de solidez y duracióll.
Como el Illllelle se extiende sobre 1111 mar abierto, sin el res·
gn·a rdo de una bahía, debe haber dí~s dcl fuerte marejada y de
temporales, y 11110 de I()s únic ns peligros qlle corre e~ ta obra
es el cll\)qne que le pueden ocasionar los blHllles al atracar Ó
al salir por IIn mal' bravo, y también cuando están amarrados.
Los buques fine se estacionalJ ell el mllelle pagan 7 libras
esterlinas ni día ósea 35 pesos oro.
En frente, y llll !Joco bacia el NE., so divisa la isla de
Pnerto Velillo.
Sabanilla, marcado en el mapa como 1111 pllebl,) ele el~~· ta
import.ancia, no existe en realidao, á pesar de que tudas las

(li Murió en 1898.


- 253-

mprcancías que se riegan en Colombia vengan del mnndo en-


tro rotllladdS con este Ilombre.
Hemos terminado esta breve reseña, muy deficiente, no
sólo por moti vo de lo n llevo y recién llegad ns q ne estamos en
esta ciudad, sino también pOI' In insnficiente qne es nnestra in-
correcta pluma de viajero. Sin emf>Hrgo, a?rigamos]a esperan-
za de q ne el lector benévolo nos perdonar3 todas estas faltas
en vista de la buena intención que nos ha i m p \] leRdo á borro-
near estas notas sobre Ral'l'anqnilla que consideramo~, con flln-
dadas razones, como una de las mád importantes y más ricas
ciudades de la RepúblicA, llamada á nn brillante porvelJil' y
á nn desarr(\llo 'lile d¡.-jl'll'á ql\iiás muy atrás á las CIne han qne-
rido rivalizl1l':il y disputarle la supremacía en estils costas at·
lánticas.
Barranquil1a, Junio 18 de 1896.

CAMARA MER-CANTIL

DE BARRANQUILLA

Vuelvo hoy átratar nno de mis hfJbbies, corno dicen los in-
gleses, para designar Illl pensamiento ó est\leI'ZI) flivl1rito, aque-
llo que ocupa constantemellte la atención de IIBU: este es el
espíritu de asociación.
He sido mlly gratamente impresitlnadl) durante el último
viaje qlle Acaho de efectnar á B\lcal'amatlg~ por el río Lebri-
ja, al ver la utilidad y los beneficios que reporta á \lna ciu~ad
activa y comercial, el funcionamiento de ulla Oámara Mer ·
cantil.
Una Oámara Mercantil se compone, como lo dice en tér-
minos sencillos y propios el f,'¡leto impreso de los Estatutos de
la dicha C()rporación, de los comerciantes domicilil1dos ell la
provincia, de los qne deseen pertenece!' á ella y que flleren ad-
mitidos según las reglas del institnto. .
Su obj eto es trabaj al' y acn parse en todo lo q ne tiend a al
biene.star, m~jol'amiellt,) y p¡'ogreso do las industrias y del co-
merClo; haclelldo los estndios Ilecesarioa para indicar reformas
sobre al'anceles, vías fin viales, férreas y terrestres, postales te-
legráficas y telefónicas, etc.; sobre bancos y bolsas de cOI~er­
cio, CompañÍa:3 de seguros, inmig¡'ación, agricnltura, minas,
patentes de invención, etc.
- 254-

LI\ tendencia primordial de esta clase de asociación es la


de hacer solidarios los intereses del gremio mercantil, y de con·
siguiente, protegerse, en la medida de sus fLlerzas y delltro del
terreno legal, contra cualqllier ataqne á los intereses natnrales
de la profesión, de manera q ne estos ataq nes en cuen tren la re-
sistencia uniforme de los aS(lciados.
Las atribuciones de nna Cámara Mel'canJ;il son, aoemás de
estab~ecer relaciones con las demás Sociedades análogas del
mundo, procurar obtener de ella toda clase de datf\s qne pue-
dan tener relación COll el comercio y las ind nstrias de la ci n-
dad qlle la forma.
Debe extractar y pnb iicar semAnAlmente en el período
que elij a ó en alguno es~ec:al q \le la Oámara tenga á bien crQar,
todos los datos qne acopie y las revist:.ls del mercado, como por
ejemplo:
El curso del café en la plaza y en los mercados principa
les del mundo;
Del cacao, de los eneros, de la sal de \llar y de piedra, de
las harinas, d,el brandy, vinos, cervezas, manteca, petróleo;
Los ti pos de ca rn bio de letras en dollars, 1i bras, francos;
Las tarifas de los fletes marítimos, fluviales y terl't3strea;
LRS demandas y bajas, etc., etc.
Estndiará y propondrá reformas que tiendan á mejol'as
del siatema monetario y el eEltablecirniellto ·de Bancos; fijará
los sneldos de empleados y demás erogacione¡;, no excedielldo
nnnca del presupuesto; nombrará, cuando sea convenil'llte,
comisiones de sn sen0 y de fllel'a, siempre que algún pllllto de
estudio reclame cOllocimientos especiales para 811 illfurme.
Pnede illterponer sus bnenos oficios á fin de :lllallar y re-
solver las dificultades y cuestiones que plledan surgir elltre los
comercian teEl, y aceptar y de~elll pefiar los arbitra wen tos para
que fllere elegida.
La Cámara Mercantil, además de los comerciantes que no
tienen OompañÍa, se forma de los individuos que representan
las firmas sociales de hs OompañÍas Culectivas, de los geren-
tes de sociedades anóni lTIas Ó de sus apoderl1d o 8 legales.
Por cada perí,)do trimestral Ó semestral, la Asamblea ge
neral elige \lna J 'unta activa que se reúne según los Estatutos
y convoca á la Asamblea gelleral en sesiones ordinarias y ex ·
traoJ'dinarii1s cuando lo jnzga oportuno.
No hago aquí lllá:3 que gniarme con la organizaci,ón de la
Oámara Mercanti I de Bllcal'amanga; la de Barrallq udla teo·
dría probablemente qne hacer ciertas modificaciones, adiciones
- 255-

y snpresl0nes al reglamento de la de la capital del Departamento


de Santander.
Es muy necesario también que la Cámal'a ME'rcantil sea
reconocida como persona jurídica, y que se prohiba completa.
mente en su seno toda diSCllsión políticR.
La Oámara Mercantil de Bucaramlwga ha fijado como
cuota de instalación la Sllma de $ 25 por cada CHsa comercial
con el derechn á un representante en la Cámara y el título de
Socio fundador.
La cnota mensual no puede pasar de $ 10, como má.
ximum.
Después de tres mesos de instalación la entrada de nn
miembro de nll't tjl'llI~ s(lcial es de $ 50.
Me parecell estas cuotas muy pocas en vista de los gastos,
y si son suficientes para las capitales del interior de la Repú-
blica, en la Oosta no bastarían para sostener la institución.
Efecti vamente, se presentan in Oled iatamente los egresos
siguientes:
Alqniler de local y mnebles, Inz, teléfono, cables, telegra.
mas, periódicos, impresiolles y útiles de e3cl'itorio; sueldo de
llll Secretario y de un portero, sin cOlltar losgast~)s imprevistos.
De todos modos creo que estos sacrificIos f'on mUy ,útiles
y reportan grall beneficio al comercio de la ciudad que se re·
suel ve á ellos.
Además de los asuntos puramente comerciales, de rn llchos
otros relaciona os directa Ó indirectamente con el comercio ten-
dría que ocnparse la Oámara Mercantil de Bnrl'anquilla; IIll0
de Il1s príll(J' ,Iales pl'\ tlrÍa ser el de fllndar las bHRes de una Oom
pañía para la canalización de las Bocas de Oeni ~ a; de ('sta
cuestión trascelldental para la prosperidad de Bal'l'auqnilla te-
nemos el proyecto de ocupar'nos cn próximos artículos.
Barranquilla, Julio 27 de 1896.

EL MAR EN BARRAN QUILLA

, ~st\) no es 11 n ch,iste periodístico como el d e los reporters


panSlenses que, de tiempo en tiempo, alluncian qlle se acaba
de establecer ulla Compañía para llevar el mar hasta París:
CR ulla cosa muy real y muy tangible, porque llamo el mar en
Barranquilla la faCilitad de paaar directamente, y en el mis-
mo buque, desde el Atlántico al puerto de BarranquiJla.
- 256-

Cada mps ó cada dos meses entra á este pnerto, con un


pl'áctico conocedor de las B lcas del M"'gdalella, nn buqne de
al to b,)rdo q ne viene directamente de N neva York, desc l'O'a j

en medio de la illdifclrencia genen\! J apenl-\s consigne n~a


snficiente carga de exportación; In8 peri6jicl)s locales Hnnn-
cian en dos frías línea?, la entrada y salida sin novedad, y el
silencio viene otra vez á cubijar este acontecimiellto trascen-
dental para el comel'cio de toda la República dd Cl)lombia,
Sin embargo, cada vez qlre entra y sale este vapor de
muestra perentol'iarnente la pnsiboilidad de hO lcer Ilegal' en
frente de Barranquilla, con mny poco trab j I) y gf\stns de ca-
nalizacióll, t,)dos los bl1qne3 traia'lálltico3 que vienen á regar
en C,)IO!l1 bi,l las mClrcancÍ:1s Il l lrteatrl f~l'ica'la:5, iflgle3as, alelO L '
nas, francesas, etc" y se llevan Inég ,) los fl'\lto~ del país.
E8to promete además, en nn porvenir no lejano, porqne
lo q ue e~Lá i nd icario X e~crito en IBtras de rnl)lde e 11 el libro
de la civilización y del pl'ogreso de las naciones, lo qnE:l cC!l.e
bajo el sen ti do común, en ti lla palabra, acon tece i nfali bl emen
te tarde ó temprano, promete, dig), el ellOl'me nh ·)rru de los
g-\stos de arrimaje al rnne !le dLJ Pnert /) Ot)lombia, d~ descarga,
embarque y flete en el Fcll'rocfll'l'il dlj PlIel'tl) Ctdnmbia á B \-
rra ll qJ1i1la, do descargue del Ferl'ocal'l'il y traslado á la Auua-
na, y de cal'ret:1.le desde la Aduana al buq\le fluvial ó á las
bodegas de la~ Corn pañías de Na vegación del río, red Ilciendn
los gastos á un sl,lo trasbordo ha8ta y desde la Adllan ' ; total
unos $ 6 á $ 7 de economía á lo rnel103 por tone ladf\,
No q niero deci l' q ne entrarían y saldrían de B H'I'3I1Q ni II a
las mercancías y producto8 absolutamente de brllde, pero CO!TIU
actnal mente el moví rn ie !1to an nal de ¡ID portación y eX,J olta-
ción pUl' Bal'ranqnilla se eleva á la cifra de 57,000 tnnela-
das (1), Sl1fJoniendo que se cobrara solamellte un peso por cada
tOllelada, estn bastaría pal',.j, mantener eXfJedito pi cl:lllai desd8
el Illar lib,'e á B Irranqllilla y para s )steller la Empresa de las
Booas de Oeniza.
Esto es lo que Vl)y á illtentar demostrar',
El objeto princifJ . d es manterer per¡.>etuarn ll nte desde el
O...:éano hasta B,Hranq ti i 1I a, n 11 callal q lIe debe Cullservar siem-
JJl'e unos 15 á 18 JJies de fJr(~ulldidad, 10 qne es má, que Sll-
ticiente, y una (\IlChlll'a convenlellte para virar y cruzarse dos
buques, C.ln ·tI q\1e se indicará por rneJio de boyas de diatallcia
eIl distanci a.

(1) Estadística de The Barranqu¿lla Railway and Pier Ca. Limiterl. (Ferroca~
rril de Barranq uilla á Puerto Colo:nbia),-(De El Promotor),
- 257-
Esto se llevaría á cabo por medio de escolleras semejantes
á las que construyó, por ejemplo, el Capitán EarIs en la doo-
emb0cadnra del Misisipl, ó M. E. L. Corthell en la boca del
río Pánuco (Puerto de Tampico), para destruír panlatinarpellte
la barra; y luego empleando bombas centrífugas adaptadas,á
dragas especiales, del mismo sistema, pero de menor potenCIa
y calado, que las que se emplean en la limpia del Puerto de
Nueva York, limpia sin la cual se inhabilitaría; las bombas
centrífugas aspiran las arenas y las derraman sea en la draga
misma, sea en bongos metálicos que las llevan á puntos inofe~·
si vos, ó las derraman en las orillas, cuando se puede por medlO
de mangas,
Luego se ofrecen, en frente de Barranquilla, dos proyectos
que hay que estudiar: el uno estableciendo una vía férrea
(Decauville, por ejemplo) para arranc'ar perpendicularmente,
de la Aduana, franqueando el caño sobre un puente, y atrave-
sando la lengua de tierra que lo separa del Magdalena sobre el
cual se construiría un pequeño muelle con gruas; ó si no abrien-
do un canal que arrancaría también enfrente de la Aduana
para juntarla directamente con el Ríogrande, permitiendo así
á los buques salir del caño por la entrada áctual ó viceversa, sin
cruzarse ni tener que virar. En este último proyecto podrían
ser de alguna utilidad los $ 20,000 de subvención que acaba de
votar el Congreso para la limpia del caño de Barranq uilla.
He hablado, hace algunos días, y en este mismo, periódico,
de la fuudación de una Oámara Meroantil en Barranquilla, con
la idea objetiva de faeilitar el establecimiento de una Oomi8ión
téonioa, encargada de estudiar este proyecto, de tomar las me·
didas, de hacer los sondajes, de formar los presupuestos, de le-
vantar los planos, de escribir los informes; pero la misma indi-
ferencia descons oladora y el mismo silencio aterrador han en-
vuelto mis humildes artícul os; - no he obtenido ni una contes-
tación de aliento, y he quedado tan sin eco como la llegada
periódica de los vapores de la Barranquilla Steam Ship Line.
Sin embargo, es imposible que no haya aquí gente cono·
cedora de las Bocas de Ceniza, personas que no hayan estu.
diado el asunto mucho más minuciosamente que yo, recién
llegado á esta cí udad, y que no estén directa ó indirecta meute
interesadr.s en la resol ución del problema, que no me parece
la euadratu ra del círculo.
Pero no me desanimo y en próximos artículos estudiaré la
cuestión más á fondo y ensayaré un cuadro de presupuesto de
rent~s y gastos de la Empresa de Navegaoión por Booas
Oen~za.
de

17
-- 258 -

AGRICULTURA

LAS SOCIEDADES AGRICOLAS

A la larga ha venido á implantarse entre nosotros la idea


-de antaño muy repulsiva y exótica, de que la colectividad del
esfuerzo engendra milagros y que á donde se ahoga y perece
uno, triunfan y Irledran diez ó veinte.
Tam bién va mos persuadiéndonos poco á poco que más
méIito tiene el q'le tumba una montaña malsana y cuajada de
ali mañas y bicho 1 feroces ó ponzoñosos, para reemplazarla por
pla1l.tíos de café ó de ca~o, q ne el que pasa la vida detrás de
_ un mostrador ve Idiendo cintas y zarazas ó cambiando letras
sobre el extran},yo.
El viento sopla hacia la a,gricultnra: varios hombres pero
teneciente3 á familias aristocráticas han abandonado, desde
algunos añoe las comodidades de la vida de ciudad para
sembrar cafó en los valles del Tolirna y del Magdalena, y den
tro de pocos años recogeráll el fruto de sus sacrificios. Pero
todavía estOt3 son esfllerzos individuales y aislados y lo que
qneremos es ia formación de Sooiedades agríoolas en los gl'an·
des centros ql1u ofrecell ia reunión fácil de capitales impor·
tantes.
En 1890 vari0s caballeros del a~t0 comercio medellinense
establecieron una Compañía, mandaron explorar las cabeceras
de Jos ríos Atl'ato y Andágneda y capitnlaron allí inmensos
ter'renos antes deaiertos y !Jisados únicamente, de c'lando en
cuando, por el pie ágil del iudio Chocoano ó de algúll atrevi·
do cazador de cancho, y actualmente, en nl~a ribera dnl alto
Andágueda, á donde, bace algunos años no más, silbaba t"da·
vía la equis mapanare y rugía el tigre, se levanta una hermosa
aldea habitada por los activos colonos de Andes (Antioql1ia).
- Casi -á la mioma época se formó en Vélez una OompañÍa
agrícola, denominada La Industrial, la cllal empezó á desmon-
tar las vertielltes hasta ah ura virgenes de las cabeceras del
Harta y del OpÓLl, y tiene Sel!) bradas más de 200,000 matas
de café.
En las faldas de la -Cordillera Oriental (Támara) hacia los
llanos de Casan are, se formó otra asociación de cafeteros que
ya ha dado brillantes resl1!t ~,dos, se va ensanchandO:cada día
y recoge nuevos adelJtos.
- 259-

Hace pocos meses llegó á Bogotá u~ comis.ionado ?e u~


import ante sindicato extranj ero, cún capltal soCial suscrIto ya,
que solicitó del Gobierno, en compra, una zona de terrenos
baldíos en las orillas del río Magda lena, para estable cer allí
colo nías agrícolas bajo bosques naturales, es decir, conservau-
do cierta parte de la selva claread a para aprove charlá como
sombra para la siembra.
Impres cindibl ernente necesitamos y querem os salir de la
rutiner a agricul tura, necesitamos colonias agrícolas que pro-
duzcan frutos exportables, porque la exportación significa na-
turalm el\te aument0 de importación y al mismo tiempo au-
mento en las rentas del Estado y bienest ar común.
Además del café, del cacao y del tabaco, hay irdinidad de
productos agrícolas qne 110 hemos hecho más que eflorar toda.-
vía superfi cialme nte como IR Sarrapia ó haba tunca, quese
exporta ya muy ventajo sament e de Venezuela, y se em;;lea en
Europa eu la fabricación de licores, perfnmes y medicinas. Se
prod nce en las mismas zonas que el café.
El Ramio, planta textil, que gracias á las últimas máqui.~
nas de decorticación inventa das, da uo rendim iento esplénd ido
y es lino de los ramos más "ricos del comercio de las colonias
de las Indias.
El cultivo del algodón está todavía e~ la infanci a entre
nosotros, y ahora que se van estableciendo en el paÍ8fábricas
de tejidos, debemos pensar espocialmente en este importautísi~
IDO producto. -
Otro tanto diremos de la vainilla j de la viña que ha he-
cho tan maravillosos progresos en Chile y en la Repúb lica Al'·
gentina de algunos años acá.
Aqní, en Barran quilla, en donde bulle más que en ningu-
na otra parte la sangre ardient e de la tierra intertro pical, en
donde toda idea nueva y audaz halla eco, nos parecía muy sen-
cillo establecer de una vez una Sociedad agrícola Bolivarense.
Tocamos con lá mano las in rneusas soledadds casi virgenes
del Depart amento del Magda lena que brindan desde tantos
años el hacha del colono y del inmigr ante. Sabem os que al-
gunos cabalJel'os de esta ci udad han pri nci piado ya aislada-
mente fundaciones de cafetales al Sur de Santam arta, y que
algunos otros se disponell á seguir el ejemplo.
t Qué cosa más fácil es formal' un primer grupo ó núcleo
con uu capital social de $ 100,000 pO"f ejempl o, dividid o e~
200 acciones de á $ 500 cada uua ?
No faltarían aquí personas honorables y da reconocida re~-
-. 260 -

ponsabilidad para aceptar los cargos de Presidente, Director,


Secretario, Tesorero, etc.
El objeto de la Sociedad sería:
1.0 La c0nsecución y capitulación de terrenos baldíos en
el Departamento del Magdalena, terrenos propios para el cl1l-
ti vo del café, cacao, algodón, tabaco, etc. y la cría del ganado.
2.° La fundación en dichos terrenos de Colonias agrícolas
é introducción de inmigrantes y colonos.
3. 0 La Exportación de los productos.
Una vez constitnída la Sociedad y formada la primera
base del capital qne podría ser, por ejemplo, $ 50 para el pri.
mer j !lstal amen to, el deber sería mandar un comisionado,
hombre práctico y perito en la materia, p'ara buscar, elegir,
medir y levantar el plano de los terrenos necesarios.
y 111égo se iría exigiendo á los socios las siguientes entre-
gas de capital á medida de las necesidades y de las decisiones
de la Junta Directiva formada por los mismos Bocios.
Acostumbrémonos á pasarnos algnna vez de la protección
del Gobierno en los intereses industriales y tengamos presente
qne el Estado en los países europeos no tiene que ver en las
emp! esaa agrícolas, min eras, y hasta ferrocarri leras, sino para
invigilar lo que se podría cometer en contra de las leyes ó de
los intereses generales de la nación.
Lanzo la idea, después de mad~lfas reflexiones, y estoy
bien resuelto á sostenerla y propagarla con todas mis hn·
mildes fuerzas por poco q ne vea que tiene aceptación entre
n OilOtros.
Barranqnilla, Septiembre 1896.

LA ENSENANZAAGRICOLA (1)

La administración del Petit Journal de París acaba de


fundar un periódico titulado L' Agriculture Moderne, de 16
páginas, con grabados, que sale todos los Domingos y al pre-
cio de 5 céntimos (vigésima parte de una peseta.)
Al hojear los primeros números de esta interesante publi-
(1) Este artículo me ha sido inspirado al ver la escasez de recursos y los her-
mosos terrenos inútiles alrededor de U siacurí, por razón á la ignorancia é ineptitud
de la mayor parte de SU! habitantes.
- 261"":"

cación yo no podía dejar de pensar en los inmensos servicios


q ne p;estaría una hoj a de este género redactada en Colom 1)ia
por hombres conocedores de la agricultura tropical.
Si reunimos cien agricultores de ciertas regiones de la
República y cien hombres de la edad de piedra que exietian
hace treinta mil años, serla quizás más fácil desarrollar el en-
tendimiento de los últimos que de los primeros; seguramente ,
las costum'hres no debían de ser mncho más sencillas en estas ·
lejanas épocas que actoalmente en algunos pueblos apartados
de nuestra hermosa Colombia, - los conocimientos agrícolas y
mecánicos no debían de ser más rndirnentarios y los instru-
mentos de cultivo más primitivos, más incómodos; y los Tro-
gloditas, si volvían sobre la tierra, no tendrían nada que envi-
diar á algunos de nuestros 'buenos aldeanos.
Esta idea, á primera vista, pnede baceros sonreír y encon-
traréis la comparaci6n quizás exagerada, pero 'si viene la refle·
xión,algunos hechos vol verán á vnestra memoria, ciertos ejem-
plos de la vida rural revivirán en vuestra meute, y como sois
equitativo y franco, acabaréis por confes ar que tengo razón.
El agr,icultor colombiano en genel'al,-y tiene este punto
comunidad con muchos paisanos extranjerosl-no lee ja-
más, no quiere instruÍrse. Pena dllramente sobre el pedazo de
tierra que le han dejado sns padres Ó qne ha desmontado, sin
abrir 11;' libro, sin siquiem tener la men or idea que cada día la
ciencia da nn paso adelante, que cada día nace una idea llue-
va, que un perfeccionarnieot(), una mej ora vienen á facilitarle
BU tarea para ayudarle á ganar su pan y el de sn familia.
Tiene miedo á los libros, esta es la verdadera razón, por-
que no los comprende,-y no puede comprenderlos porque no
han sido escrit08 para él.
Pero una publicación como L'Agriculture Moderne, con
sus informaciones, con Sil instrucción sencilla, práctica, razo-
llada, sin frases, sin jerigonza sabia, con sns consejos, sus avi-
sos, sus remedios, sus consl1l tacion es gratui tas por correspon-
dencia, sus grabados explicativos, está. admirablemente ade-
ClIada para hacer la edllcacÍóll agrícola del hombre del cam-
po, di virtiéndolo, lla (llando Sil a tenci6n, man teniéndolo al
corriente de t0das las noticias.
Gracias á una lectura de este género, gmcias á la ciencia
práctica que le infunde, el agricultor se halla mejor ~U'mad()
para luchar contr'a la competencia extrilnjera y contra las mil
áificnltades de la hora presente.
Tuve la idea, hace algunos años, de fundar en Antioquia
- 262-

nn periódico de este género, y en mi Ferrooarril princIpIa.


do en 1892, había emprendido la publicación de una serie de
artículos sobre el cultivo práctico del ramio, de la sarrapia,
- vainilla, etc., la agrieultura, la higiene doméstica, la química
ind ustrial, y todos los ramos de la vulgarización oientífica desde
el punto de vista sur-americano; pero mi publicación, qne ca-
minaba viento en popa, fue interrnmpida por mi salida para el
Chocó, y nadie tuvo valor de continuarla.
E8 sobre tod" una prens~ agrícola q ne etitá llamada á
desempeñar un papel importantísimo en el desarrollo de la
instrucción pública en los pneblos, porque ella sola Pllede ha-
cer nacer en el hombre incuLto el deseo de aprender á leel'
para recibir con facilidad consejos que pueden serie de tánta
uti I idad para su bienestar y el de sn fa en i Iia, si n. q ne teng>l que
salir siquiera do su propiedad y divirtiéndose al mismo tiempo.
La gl'an dificultad está en crear 110a enciclopedia agrío
cola, en la que todos Jos qne se intereoan por la tierra puedan
encontrar informes útiles, de fnndar un periódico de vulgari-
zación al alcance de todos los bolsillos V de todas las inteli·
gencias, redllctado los por sabios agrónomos más autQri~ados y
americanos.
Sería muy benéfico en Colombia qne la administración
oficial se ocupase en este importante ramo, para incnlcar al
pueblo alKt1nos principios de agricultura rilzollada; pero el Mi-
nisterio ele Fomento, qne era el único que se ocupaba cr.n algn -
na inteligencia ell tan importante asunto, ha sido snprimido, y
el de Hacienda está demasiado recargado para encargarse de
semejantes frioleras.
Hace años que deberíamos poseer ya, en algnnas re-
giones de esta República, escuelas superiores, secundarias,
especiales y prácticas, etc., de agricultura, y algunas estacio-
nes agronómicas. DeberÍ:l haber en cada Departamento, á lo
menos, algllTlos profesores de agricnltnra, que estuvieran en
- relacioll.es directas con los críltivadores, para aconsejarlos y
alentarlos.
i Por q né no se enseñan nociones de agricn I tura en las es·
cuelas mllnici pales ó rurales ~ i Por CJ né no se dan a1gnnos pre-
mios en dinero á los illstitutores, COIl el fin de estimular, en
esta vía, si es posible, su celo y sn iniciativa privada, etc.?
Todo esto sería ml1cho más provechoso para el país, que
votar recompensas é indemnizacion.es de guerra.
i y qué diremos cUándl) vemos en un solo país, qne por
cierto no es de los más adelantados de Enropa, el Austria pro-
- 263-

piamente dicha (sin comprender á HungrJa), qne posee actual-


mente:
Una Escnela superior de Agricultura en Viena;
Doce Escnclas de enseñanza Eecundaria de Agricultura;
Tres Escuelas secundarias de bosques;
U na Escnela seCll ndaria de Pomología ;-
Treinta Escuelas prácticas de Agricultura;
Veintinueve Escuelas invernales de Agricultura;
Siete Escnelas de lechería y de fabricación de ~ nesos ;
Oinco Escuelas primarias de cultivode bosques;
Diez y siete Escuelas primarias especiales para la arbori·
cultura fruter¡:¡, la viticultura, la horticultnra, la cultura del
lino y del lúpulo;
Ouatro escuelas de cervecería y destilación.
En 1891-92 lfl enseñanza de estos 109 eetablecimiell1ws
estaba dada por 730 profesores y m.aestros á 3,409 alumnos.
La Escuela Superi or agronómica de Vi ena, ella sola, estaba
frecuentada por 221 alumnos que recibían lecciones de 42 pro-
fesores de todos grad os, entre ell os uno de los más sabios zoo-
técnicos del siglo, Martío Wink ens.
Además de la escuela sllperiol', otras 5 escuelas reciben
snbvenciones del Estado, Tocante á las otras, 32 son sosteni·
das por las provincias, 3 por las Municipalidades, 64: por So-
oiedades agr1colas y 4 por particulares, Subrayo con intención
estas dos úl timas categorías, Esto pod da quizás despertar en
algunos una noble emulación, enseñándoles que hay países
en donde para hacer algo no se dirigen siempre ullas rr~anos
~uplicantes hacia el Tesoro N aci ona1 !

Usiacurí, 25 de Octubre de 1896.

UNA ESTACION BALNEARIA

USIA.CURí

El camino de herradura que condlles de Barrar/quilla á


Usiacurí es fácilmente transformable en carretero y 10s gastos
no exce,derán de $ 20,000. La distancia, total es de 9 .leguas, y
las 7 pl'lmel'aS, hasta Baranoa, son caSl planas, en terreno are·
- 264-

n080 y de transporte y por consiguiente poco fangoso, á excep-


ción de unas tres cortas secciones en donde habrá que practi-
car rf esagües. Después de Baranoa la topografía del terreno
cambia de aspecto: el camino que hasta este lugar ha atrave-
sado tienas aluviales con declive manso y natnral de las aguas,
en medio de malezas bajas, entra en una montaña tllpida y ser-
pentea entre colinas y cordones de poca elevación pero de for-
mación gredosa, y hay una quebrada de alguna importancia
(Arroyo Hondo) que franquear, pero las obras de arie serán
insignificantes.
. -La situación de Usiacurí es pintoresca y original; el terre
no sobre el cual está edi6cado es mny quebrado y parece
volcánico á pesar de q ne no se encuentran rastros de lavas.
La elevación sobre el nivel del mar alcanza á nnos 80 metro-
y la temperatura media parece ser 27° centígrados, . según pri-
meras y cortas observaciones.
Es un pueblo muy antiguo, de fundación anterior á la
Conquista, como 10 indica su nombre, y la población alcanza á
unes 2,000 habitantes más ó menos.
Por el lado Sur dista 12 leguas de Arenal, por donde paea
la línea del Ferrocarril de Cartagena.
El Mnnicipio goza de muy poca repta y la Iglesia, las
Escuelas y la Casa Consistorial req uieren edificios n nevoso
La Escuela de varones está á cargo del Departamento, la
de niñas la debe pagar el Distrit-o, pero ni siquiera alcanza á
sufragar los gastos de alquiler del local, que son unos $ 10
mensuales. Hay una estación telegráfica cuyo local también'
.debería pagar la Municipalidad, que se halla en la imposibili-
dad de hacerlo pnntualmente. )T o hay ni médico ni Cura y
el culto lo desem peña el párroco de Baranoa.
Muchas de las caS3S se elevan dos y hasta cuatro metros
sobre el ni vel de l~s calles, y se BU be á ellas por medio de peI-
dafios tallados en la. peña de arena arcillosa sobre la cual están
edificadas.
La Iglesia domina todo el pueblo, encima de una lt.>mita
desde la cual se goza de un hermoso panorama sobre la pobla-
ción y las montañas que la rodean por todos lados. Los techos
son de paja; no hay fábrica de tejas, pero sí de ladrillos y cal.
Hay pocos recursos en cuanto á alimentaci~m. Matan una
res al día; la arroha de carne vale $ 4 ; la de sal 50 centavos.
Cultivan cafia, maíz, yuca, fiame, ajonjolí, quandúl (pequeño
fríjol). Las mujeres del pueblo se dedican mucho á la fabrica-
ción de sombreros.
- 265-

Los fletes de Barranquilla á Usiacurí son. 8 por nna


bestia de silla y $ 1.60 por un burro de carga. ..
Mi idea al visitar á UsiacnrÍ ha sido examinar las facIll-
dades que pueda h{\ber para fundar allí un establecimiento
balneario é hidroterápico para propagar el liSO de las aguas
minerales que se hallan á pocos pasos de la población y que
desde hace 3 ó 4 años han ido adquirien do rápida fama por
las maravillosas curaciones que han producido, de un modo
empírico, á decir verdad, porque hasta la hora presente no ha
habido análisis formal de las aguas, ni dictamen facultativo,
y no existe en el lugar comodidad algnna para los forasteros
que á él vienen en busca de la salud perdida.
La disposición topográfica del terreno y la situación espe-
cial de los manantiales, situados todos á un nivel inferior de
más de 20 metros al de la pobl&ción, y en hondonadas roquí-
zas, me han hecho modificar notablemente mi primitivo pro
yecto por las dificultades y costos COllsiderablés que hay para
su cond ucción á puntos adecuades y por varias circnnstancias
particnlares que voy á intentar explicar con la brevedad
posible. .
Efectivamente, la mayor parte de las fuentes nacen al
Norte á unos 300 metros de distancia del pueblo, á orillas de
nna quebrada llamada Río Ohiquito, la cual se halla comple-
tamente encajonada entre altas peñas q ne son las que dan
origen á la filtración de las dichas aguas.
Los habitantes y algunos forasteros han taladrado en
estas rocas varios pozos en forma de peq ueñas albercas ó de
sencillas tazas, al lado de las cuales se bañan, ó más bien se
mojan, encaramados sobre piedras y con la ayuda de nna
totu m a ;- mientras t.anto, burros y marranos j ugnetean y se
refrescan en los mismos lugares, y las mujeres lavan ropa
socia en otras fuentes vecinas. Las horas de las 4 de la madru-
gada á ~as 10 8. m. son dedicadas á las señoras y los hom bres
gozan del baño en el tiempo restante. Como se ve, t(,do este
sistema es bastante primitivo y recuerda las bnenas épocas do
la Edad de Oro ; pero en el tiempo fin de siglo, en que vivi-
mos, aspiramos y necesitamos algo más. .
Resulta de que las 6 Ó 7 fuentes que actnalmente manan,
gota á gota, en la sección llamada del Higuerón, ninguna
pres~nta idénti cas cOlld iciones q uirnicas, lo q ne prueba que
IlO vienen de una corriente uniforme y única, sino de filtra-
ciones que cambian su naturaleza y propiedades á conse-
cuencia de la composición de las rocas ó de las capas geoló-
- 266-

gicas que atraviesan. Efectivamente, tienen olor y sabor muy


_ variables, como he podido verificarlo, y al lado de un pozo
de agna mineral existe uno de agua dulce.
Las nnas están más cargadas de sustancias ferrngino
sas, de ~znfre, de cloruro d-e soda, de ácido sulf(drico en diso-
Inción, etc.; las otras de carbonato y de hi-drógt:"mo sulfurado.
De modo que según los prácticos del lugar, que desde hace
años ven · Ilq uí llegar á los enfermos é irse éstos más ó menos
aliviados ó curados radicalmente de enfermedades mortales
(como hny varios ejemplos entre gente notable de Oartagena
y de Barl'allqnilla), y que hay por consiguiente y por lógica
que oír, tratando este asuuto, tal .pozo sirve para los reuma·
tismos) tal otro para las enfermedades cutáneas y de la san-
gre, éste para el estómago y la dispepsia, para las I1fecciones
en los riñolles y de la vej iga, aq nél para la vista; estas agllas
son para el uso i II temo, aq uéllas para baños, etc. etc ....
Reunir toJas estas aguas sería dedvirtuar las propiedades
especiales de cada una; por otro lado, condllcirlas separada.
mente á un establecimiento común costaría somas enormes,
cnyo illterés jamás se recu pararía, y además el caudal de ellas
es actualmente muy poco, á pesar de que con ciertos trabajos
' de arté se- podrá quizás obtener un aumento notable de pro-
dncción.
Si estas fignas se hubieran descubierto hoy, se podría sin
peligro de desc f\ lIter~tar al público, emprender trabajos gelle
rales de recol ección, a I1llq 11 e esto sería tam bién II n método
empírico; pero J\hora qne cada uno de los enfermos que vie-
Hen de BI)gotá, Uúrtagena, Barrflnqnilla ú otros puntos, va
directamente al pozo de su elección, porque ha probado ya
un alivio usando de él, ó porqne se lo ha aconsejado un com·
pañero de dolencias que por él se ha cnrado, si se presentara
el caso de que eilta fnente ha sido mezclada con la vecina,
este solo hecho podrÍt\ acarrear el abandono del tratsmiento
iniciado ó, á lo menos, la pérdida ó disminución de la confian-
za y de la fe c¡ 1\(-', como es sabido, ent.ran ell la proporción de
un 50 por 100 en las curaciones. U n testimonio patente é
irrecus¡.¡ble d~ esta afirmación es el ejemplo de las aguas de
Lourdes, que no tienell propiedades medicinales ni minerales
y que, sin embargo, CLlran celltenarBS de individuos anual-
mente por el solo efecto de una f8 profllnda.
Estas ohservaciones no significl1ll qne n(\ h~ya qné hacer
y m \lcho q lié ha cer 'en Usiacn rí pára 1a mej lira de )013 bañllB.
Se puede anmeutar el caudal de las filtraciones con la ayuda
- 267-

de la dinamita, Jimpjar y ensanchar los pozoa acreditados,


protegerlos contra las aguas invernales, descubrir otros; le-
vantar un establecimiento cómo do en donde puedan hospe-
darse los fl)/'asteros y sns falhi lías á precios eqnitativos, sin
necesidad, como sl1cede actnal mente, de trasladar desde Ba-
rranquilla Ulllebtes, Iltensilios de cocina y to~o nn tren de
casa para algunos días; en donde los enfermos encontrarían
un pnnto ameno de reunión y de distracción con lectura, mú·
sica, jnegoB lícitos y conversaciones, exentas de política, como
se hace en todas las cilldades balnearias; mejorar sobre todo
los caminos de Arenal (ferrocarril de Cartagena) á llsiacurÍ y
de éste á Barranquilla, para q ne los enfermos y las señoras
puedan trasladarse en coche de Barranquilla, evitando así las
fatigas de nueve legnas á caballo; monopolizar la exportación
de las aguas minerales que no deben salir de UsiacurÍ sino
bajo la dirección de una sola administración que rotulará y
sellará cada fl'asco, garantizando su origen y pnreza, como se
hace en otros Ingare-s y en idéllticas circnnstancias (Vichy,
A poI inal'is, enrlsbad , etc).
Parte de los productos de eÚa industria se darían en com·
pensación á la Municipalidad ó Distri-to de Usiacurí, á razón
del lO por 100, por ejemplo, de los dividendos, para que los
qedique á las mejoras de la población: iglesia, escuelas, ca-
minos, etc.
Estfls aguas se exportarán para toda la República, tenien·
do la "Sociedad de las agnas de Usiacurí" sus agelltes espe-
ciales en Bl)gotá, Cartagena, Barranqnilla y otras ciudades, é
iráLl siemrre acompañadas de nu folleto ó prospecto que ex-
plique las propiedades de ellas, el uso, el análisis, el dictame.n
facnl tati vo, las veut!:lj as y comndidades de una tem pC1rad a en
U siacurí, etc.
Por consignjente, el punto esencial, en mi concepto, e~,
al mismo tiempo que se emprendan las primeras obras mate-
riales, proceder á un análisis segnl'o y completo de cada una
de las fuentes qne existen actualmente en las cercanÍ8.s de
Usülc llrí, con la opinión de uno ó varios médicos conocidos
indicándola, sea interlla ó externamente, segúll su composi~
ción, para las d iferen tes en fer med adí: s. .
No he podido procurarme, hasta la hora presente, más
que el análisis s;gllieute, el cllal, seO'ún me han dicho ha
sido p"acticado en los Estados Unid(:s~ por encargo del s~ñor
D. F. J. Cisneros:
- 268-

AGUA DEL" CHORRITO"

Granos por galón


Gas hidrógeno sulfurado .. o......... o.. . .• . • . • 1.12
Silic.e . o.......... ...... - ....... oo. . . . . . • . . 1.40
Oxido de hierro. . ........... o.. o .•••••.... o. 0.80
Oarbonato de cal .....•. o.. o.. o. oo... o. o. . . . . 2.99
Carbonato de magnesia ...... o. .. . . . . . . .. . .. . 4.70
Sulfato de soda ............ o.. . .. .. . .. . ..... ~ 13.97
Cloruro de soda. .., o.... o.. o _.... o . • . . . . . . . • 78.89
Carbonato de soda ........... o. o _. oo" . oooo. 36.34

Total. .. J •••••• o • o • •••••• 139.40

Los próximos análisis no deberán hacerse en esta forma:


es necesario operar sobre un litro de líquido, por ejemplo, y
dividir ó descomponer las sustancias que lo forman en 100
partes.
Naturalmente los g astos de este análisis deben hacerse do
la partida votada como auxilio por el Gobierno.
El agua de Usiacl1rí, que se emplea mayormente para el
l J80 interno, para la exportación y para los baños de señoras,
es la del Ohorrito, qne es muy cristalina, de olor nauseabnudo
y gusto ligeramente salobre. Es también el chorro más abun·
dante, á pesar de que no pasa, al ,.,resentEl, de un pequeño hilo
de agua qne apenas pU8de dar nuos 10 litros pOI' minuto. To·
dOR los demás Bon inferiores en caudal, actualmente. El 011,0-
rrito se halla situado al Occidente y también mny próximo
al pueblo, lo mismo que el Higuerón.
En el lugar de este manantial se pueden hacer varios
trabRjos y obras importantes: horadar el pozo á mayor pro-
fundidad vertical y horizontalmente, para aumentar el éandal,
hacer eu la parte izquierda una pequeña explanada en donde
se construirá nn edificio de material en el cnal se colocará
nna bomba aspirante y expelente que comunicará con el
manantial, y un aparato adecuado para dar duchas y para
calentar cierta cantidad de agua. Porque es de snma impero
tancia, y creo que todos 108 médicos apl'Obarán mi idea, no
dar baños de agua fJÍa á II n enfermo atacado de dolores reu-
máticos ó de una Íllflam qciór¡ in testinal, p" r manvi !loARs que
sean las propiedades medicinales de dichas agnas. Además,
allí con viene levantar otro edificio anexo para embotellar y
- 269 -......

empacar las agllas de exportación, proveyéndolo del indis-


pensable aparato para la extracción del aire, con el fin de
conservar el líquido en toda su pureza; comunicar este punto
por un camino de bestias, con el camino real, y cuando sea
necesario hacerlo carretero, construÍr una escalera de mate-
rial para bajar á la fuente etc., etc.
Allí habitarán los empleados de la Compañía, encarga-
dos del servicio y de la vigilancia.
Cartagena, Septiembre 8 de 1896.

UN ESTABLECIMIENTO HIDROTRRÁPICO

No voy á empuñar la corneta heróica para sonar, urbi et


orbi, las virtudes específicas, únicas y miríticas de las aguas
de Usiacurí,. para proclamar qne estas maravillosas aguas,
-como todas las aguas minerales, pero étitas con más títulos
que ningnna otra,-son el remedio soberano, seguro y cons-
tantemente eficaz de todas las enfermedades que afligen la
especie humana.
Nó, los lectores conocen el culto que profeso por la ver-
dad científica, por la honorabilidad profesional del ingeniero
y del periodista, y sabe el respetable Director de este Diario
que, al abrirme las columnas de III Promotor, él no arriesga
sacrificar los intereses sagrados de la ciencia y de la humani-
dad á los pecun iarios de una Oompañía industrial cualquiera,
y menos todavía á los míos propios.
Vengo á decir, en toda verdad, lo que algunas semanas
de examen y práctica aquí me han permitido observar, veri-
ficar, cOffirrobar y afirmar; nada más, nada menos; yexami-
naremos luégo lo que el pasado y el presente de UsiacurÍ
permiten asegurar en lo que toca á sn porvenir.
Sabemos ya por informes fidedignos recogidos, princi-
pamente en Bogotá, en Cartagena y en Barranqnilla, de
boca de los enfermos mismos, de miembros connotados del
di~tinguido Oue;po !nédico de la República, que las aguas
mmerales de USlacun, que por las sustanciai que las com-
ponen recuerdan á las de Mondorf, de Kreusnach, de N ano
keim y de Hamburgo, han dado brillantes resultados en la
curación de las siguientes enfermedades:
- 270-

Gota, neuralgias faciales, ciáticas é intercostales, reuma-


tismos y deformaciones articulares, desviación de la columna
vertebral, lesiolles del sistema 6seo, sífilis, raquitismo, lillfa-
tismo, escrófn la, enfermedades de .la piel, flores blancas, afec-
ciones i nci pien tes del pecho, neurosis, histerismo, cólicos
nerviosos, ingnrgitamientos y congestiones crónicas del híga-
do, del bazo, orinas sanguinolentas, afecciones del tubo diges-
tivo, dispepsia, enfermedades de las mujeres, congestiones
crónicas del útero, cl0rosis, anemia, al teraciones orgAllicas del
corazón, tisis pulmonar, ~streñimiento y otras más que no
hemos podido todavía anotar y sobre las cnales estamos to-
mando datos.
Suplicamos y agradeceromos especialmente á los enfer-
mos qlíe lean las presentes lín-ea~, nOH hHgan el bien (lo haráll
sobre todo á la humanidad) de mandarnos sus atestaciones
con el mayor acopio de detalles. Pensamos publicar estos
testimonios en un folletó con las fil'm9S cuando nos autoricen
á ello, y sin ellas en casos reservados. Es un deber de agl'a·
decimiento de 108 qtle se han curado en UsiacnrÍ y al mismo
tiempo es una obra de caridad.
Hay que observar que todas estas curaciones se han efec-
tuado, como lo hem os explicado en artículos anteriores, sin
comodidlld alguna, mojándose al lado de un charco en medio
de la naturaleza virgen. Los habitantes de Usiacnrí, acostum -
brados hasta ahora y en general, . á una clientela económica,
poco difícil por consiguiente, no tienen idea de las j llstas
exigencias de verdaderos enfermos pertenecientes á las clases
elevadas de fa sociedad, acostumbrados al conf07·t y obligados
á una residencia de algunos meses.
Mi intención es edificar en Usiacul'Í nn establecimiento
hidroterápicn que reúna á lo menos las condiciones sigl1íelltes :
40 metros de largo por 7 de ancho.
Un tanque pllra el agna mineral, pudiendo conteller
5,000 litros y elevado 15 metros sobre el establecimiento.
Dos salones de espera: uoo para señoras, otro para ca-
balleros.
Diez gabinetes de baño con sns cañerías y bañeras co-
rrespondientes, bien alumbrados y secos.
Do.s piscinas, una para señoras, otra para caballeros.
Una sala de sudación con calorífero.
- 271 -..

Una de pulverización é inhalación para las enfermedades


de la laringe y faringe.
Una de fricci6n y amasamiento.
Una sala de duchas. apropiadas para duchas verticales,
en lluvia en columna, en hoja, móviles, vaginales, rectales,
circn lare~, en poI ~o, dorsales, hepáticas, e~plíIlic3S, hi po·
gástricas, cefálicas, articulares, escocesas (frías y calientes
alternativamente) con los correspondientes apHatos de Eydt.
La fachada del. establecimiento será formada por una
galtría cn Li ertH, adurnada con pI al} tas, con sus respecti VOS
mecedores, y cómoda para pasearse.
La administración estará pl'ovista de toda la ropa neceo
saria, sábanas para guarnecer interiormente las bañeras y
baños de asiento, servilletas, sábanas especiales para friccio·
Iles, etc. Un bufete con refrescos, licores, vinos y colaciones.
Excusados. -
A paratos de calefacción par.a toma l' bañ os y duchas ca-
lientes.
Fabricación de hielo, para enf!'iar el agua del baño, de
la dncha ó del uso interno, según lo ord-ene el médico.
La s~la de duchas debe particularmente llamar la aten-
ción con los diversos aparatos especiales para administrar las
diferentes clases de dnchae.
Las d l1chas verticales caen de 11 na altnra de 1 metro 80
centímetros encima del suelo agujereado, sobre el cual está el
enfermo.
El suelo agujereado, de madera fina, se halla á una ele-
vación de 10 centímetros sobre el subsuelo de cimento romano,
y las aguas salen inmediatamente de este piso en declive por
un tubo de descarga.
El dnchador 6 la duchadora se halla sobre - \lna estrada
elevada de O m. 60 centímetros sobre el suel0 de la sala de
duchas y separado del enfermo pOI' una pared de 1 m. de
elevación, sobre la cual se apoya el operador para dirigir la
dncha móvil; la distancia entre el operador y el enfermo sos .
tenido á la balTa de apoyo, es de 1 m. 80 centímetros.
" No 01 videmos, decía Scoutetten, q ne para los estab leci-
mientos balne~rios necesitarnos un terreno q !lebrado para
los paseos y que con viene bnscar tanto como sea posible 1uga-
res agradables y pintorescos."
- 272-

úsiacurí reúne admirablemente, me parece, las condicio


nes exigidas por el ilustre médico.
La hidroterapia no es más q ne un ramal de la ji8iología
curativa. Basta reflexionar un momento en los agentes por
los cuales y sobre los cuales se ejerce su acción para com-
prender cuánto importa hacer concurrir al tratamiento las
modificaciones higiénicas más favorables al ejercicio regular
de todas las funciones.
La hidroterapia más metódica pierde la mayor parte de
su eficacia si se practica en nn valle estrecho, encajonado,
bajo, húmedo; en una localidad malsana, palúdica, oenpada
por enfermedades endémicas, visitada por epidemias. Necesita
un aire puro, activo, seco, incesantemente ren0vado por las
brisas, valles ó llanuras vastas, bien aireadas, de suelo permea-
ble, de vegetación abundante y robusta.
Los establecimientos colocados en el interior ó muy cerca
de las grandes ciudades serán siempre inferiores á los que se
elevan en medio de una comarca bien elegida.
El paseo, siendo parte integran te y obligatoria del trata-
miento, se uecesita que el lugar lo haga apetecible y que un
terreno demasiado escarpado no lo transforme en un penoso
trabajo, imposible para un gran número de enfermos; un
bonito valle, ancho, entrecortado de pastos y montes, es un
excelente punto. I

Usiacnrí, por su situación topográfica y climatológica,


que he tratado en anteriores artículos, posee en sí los priuci-
pales elementos de un grande y legítimo éxito; está destina-
do á tomar rango entre las más serias estaciones medicinales
dal mundo entero, es decir, entre las más pudientes y eficaces.
Ahora que el Gobierno colombiano, que hombres de cien-
_cia, quo un público ilustrado conocen y aceptan este progra-
ma, que la virtud incomparable de estaa aguas es reconocida
y probada universalmente, fracasar por impericia ó por im-
potencia sería u na vergüenza para todos.
Esperamos, puss, que de aquí á pocos meses podremos
escribir y anunciar á la América q ne poseemos en Colombia,
Departamento de Bolívar, una Estación balnearia que puede
reci bir enfermos, vengan de dOllde vengan, y q ne si no halla·
rán en ella las comodidades y el lojo de un Vichy ó de un Ba·
den-Baden, podrán, sin embargo, pasar nna temporada muy
útil y agradable, y regr'esar á lo menos sin renegar y sin mal-
decir del atraso del país,
Usiacurí, Septiembre de 1896.
- 273

UNA ESTACION BALNEARIA


LA FUENTli] DE JUVENTA (1)

Quizás no existe en la naturalez~ una substancia que sea


t an cnmplexa-como el agua, á consecuencia de su variabilidad
y de la falta de estabilidad de sne elomentos. Es necesario
refI ~ x ionar en la cantidad prodigiosa de sel'SS organizados ,
ani males Ó vAgetales q ne nacen, vi ven, m ueren y se CDrrom·
~pell en ella : es un mundo, UIIa reproducción increíble!
Sus colores mismos cambian al infinito según el lugar á
-donde se hallA: sea }.gna de mar ó dulce,-caprichosa y voln-
ble,-ofrece innumerables matices según el punto del globo á
donde se la examina; el suelo sobre el cual ·corre, la brisa
bajo la cllal se mece, las playas ó márgenes que roe, así como
el cielo qne la cobija tienen una influencia considerable en
dos risos de sus ondas que pneden . aparecer azuladag, verdes,
amarillentas, ne~ras, según el estado atmosférico ó los objetos
que las rudean.
Siempre es bellA, siempre cantiva y atrae á ella los que
q uieren dpjarla cuando los ha herido, la cl)quet~, la terrible,
la suave Allfitl'ite. j Cuánta razón tenían los antig :lllS en re-
presentar siempre á las aguas, á los arroyos, torrentes y ma-
nan tiales baj o la personificación de m njeres i nconstau tes é
iraf?cibles: el agua es v01'daderamente ftjmenina!
Existe en la isla de Capre \ una maravilla qne se llama
la Grl.f;ta Oerttlea y en la cual no se pnede penetrar sin cierto
peligro; este asilo retirado á donde las sirenas, de divina her-
GlOSUra, se han refllgiado á veces, en los tiempos f",bulos os,
'p ara entregal'se á sus encall tadores j llegns, viene á con ti rmar
do que acab o de deci¡' sc,bre el color del aglla.

(1) L af uente de Jouvence, e n latín J Ul1enta, est ab a situacla, seg ún Pallsani as,
'(lsc ritor g riego que la desig na bajo el nombre de Calatos, cerca de N a upli a. J uven-
ta era el nombre de una ninfa que Júpiter metamorfose6 en una fuente dándole la
propiedad de rej uvenecer y remoz ar á los que en ella se bañaban. Juno h acía uso
de las agu as de Ju venta para aparecer siempre j ov·en y hermosa á los oj,os de su es-
poso, soberano de los Dioses del Olimpo. La creencia en la fuente de J uventa ent r6
tan de lleno en el espíritu del público, qq.e cuando Col6n descubri6 la América se
dijo dondequiera que la maravillosa fuente debía encontrarse de seglUO en el Conti -,
~lente re cíen des\:ubierto; para algunos las l1lágica~ aguas corrían en un Jecho CAn-
-tellante de oro y de pedrerías y comunicaban una juventud perpetua al afortunado
mortal que bebía de ellas. Buscándolas fue eomo lln navegante esp~ñol deicLlbri6 í.
la .Florida. .- '~ .
.' 1-8 -
Imaginen una inmensa caverna en la cual se hallan de-
lante, encima, debajo de usted m8'ravilll~8 que ninguna des ..
cripción puede pintar, qne ningúlI pincel,-e·ste gran traduc ..
tor del recuerdo hUlusno,-puede reproducir. Arrollada por
]a ola cen una espant 0 sa violencia, la barqueta que os lleva"
franqueando nna hendedura, nn canal más bien, abierto en la
roca por la naturalez~, acaba de quedar en la superficie de
las R~nas, en suspenso, temblando como nna mariposa sobre
una flor acuática, subre un soplo, sobre nn SlH'fío qué se yo r.
. Figúrese una esfera que Dios, para diverti~se, hubiera.
construído COIl un pedazo de firmamento, media llena de una.
agua tan líllJpida, tan transparente, tan pura, que parece que-
se navpga sobre el aire solidificado, é imagínese que usted se·
halla en el centro de esta esfera. Arriba estalactitad co~gando
como pirámides de diamantes; abajo nna arena de oro mez-
clada con vfgetaciones submarinas que tienen n·flejos de mi-
liares de piedraR preciosas; del lado del mar, un punto lumi-
noso, nna estrella, por la cual entn~ nna media luz que alum-
bra este palacio de hadas!
1Y bien t este prestigioso drminio, esta habítacióll de laIJ
" Mil Y una Noches," es sencillamente una gruta ordinaria,
que los rayQs so)are~ matqzados por las olas alumbran de Ulla.
manera especial y C11yO color de ¡un azul mágico es debido €k
la trallsfol'mación de la luz q11e se desliza al través de una
capa de aglla de 'cierto e~pesor. Así es q ne nadando en plena
poeeía resbala uno del cielo. '
En r,esumen, el color del ag\l~ sacada con cuidado de nn
manantial que brota debajo de frondosos árboles y recogida.
en úna copa de cristal, es nulo.
Pero sin embargo, su limpidez y transparencia no alcan-
zarán jamas á la pureza cri~talina de las aguas minerales de
U~iacurí, que sea la de la,fuellto del Chorrito, ó la del Higue-
rón, ó la del Obispo, y este fenómeno es más digno toda vía de
interés cuando so sabe que estas aguas cODtienen en disolu··
clón principios curativos y sales oe una actividad tan grande
que ninguna medicación, por hábil que sea, puede competir
con BU virtud y efieácia.
Sog"soberanas para las enfermedades sifiHticas, uretralen,
cutáneas, reu matisttl'ales; pa.'a las afecéio'nes de los ojos) de
la ~éjiga, Ide 16s intestinos; etc.
,', . Son especiales . contra esas diElpepsias, tan frecuetlteslhoy,.
que ,se ob~ervtm en las personas anémicas, eutre 108 convale·
- 275-

cientes, entre individuos cuya constitución se ha arruinado


por los excesoe¡, por el trabajo eXijgerado, por los sufrimientos
físicos y morale@, por las largas eufermedad'3s Ó la mala ali-
mentación.
y no vayan á creer que me hago el empírico, elucubran-
do la apología charlatanesca de una Panacea universal, aquÍ,
en Cartageua, en Barranquilla, en Bogotá, en toda la Repú-
blica: puedo hallar numerosos testigos perteneciente~ á las
más altas clases sociales que deben y tributan legítimamente
á las aguas de UsiacurÍ el más profundo recuerdo de agrade·
cimiento, porque, gracia3 á ellae, han recobrado su salud
perdida.
Bajo este punto de vista el agua de UsiacurÍ es verdade-
ramente la primera agua potable de Oolombia, y quizás de
Sur América.
Creo firmemente que una aserción tan neta tendrá algún
pe80 sobre vuestros ánimos, queridos lectores; en todo caso si
vosotros seguís mis consejos, os qnitar~is el que tenéis en el.
estóm::lgo y recuperaréis en p0COS días el apetito.
Decían antj~namente en Francia q ne la luz venía del
Norte; yo digo lo mismo en Colombia, precisando más, y
sostengo que viene de Usiacufl. ..
y todavía no he dicho todo porque estas agnas tienen eJ'
dón de hacer desaparecer las manchas, p.ec_as, pHños de la piel,.
bebiéndola á la dosis de cinco á seis vasos al día, en la mesa,
pura ó mezclándola con el vino; y bañándose con ella la cara,.
el cnello, el pecho, los brazos y las manos, conserva á la mujer
la jnventud, furtifica las carnes, impide las arrugas y blanquea
el cl1tis mejor que todos los polvos, ungüentos y cosméticos de
los perfumistas y qnímicos parisienses y londonenses. Creo que
esto interesará á algunas de mis lectoras porque cuando se
habla al eterno femenino de este bien ftígiti ''fo y perecedero
que se llama la hermosura, todas las hijas de Eva alzau sus
lindas cabezas y p¡:estan oídos (1).
(1) N o he podido realizar ninguno de los proyectos indicados en los artículo$
anteri ores (1897). .

- -... + ••- -
EL IST MO DE PAN AM A

Nunca es uno verídico má¡, que cuando>


escribe bajo la impresi6n del momento ~
Hé aquí mis notas, mis bosquejo s; no Jos
traduzco, los cQpio. La completa exacti-
tud nO existe más que en los números, _
puei1 todos Jos ojos no ven del mismo modo,.
y lo que mi vecino cree bello, á mí me
parece feo y raq uítléo Y sin embargo ,
ninguno de nosabos miente; sentimos de
diferente manera y esta es la causa de la
diferenci a.
SA NTIAGO ARAGO

EL CANAL DE PANA MA
y LA COMPA ÑIA NUEVA.

1
Tal es el título de un folleto que ha publicado el Sr. Gas ·
tó n André en París.
II ·~ ce algllnoB meses tu ve ocasión de estudia r en El T ele-
grama de Bogotá la obra publicada por el Sr. Bllneau Varilla ,
sobre el pasado, el presente y el porvenir de esta empresa, que
ha costado tántas vidas y tánto dinero y ha servido de tumba
á la reputación y á la honra de táRta gente; creo que en la ac-
tualidad algunos datos escritos sin pasión y coñ sinceridad,pue-
den interesar al público colombiano, principalmente del inte -
rior de la Repúbl íca. .
La Oompañía nueva del Oanal se ha apartado cnidadoFa·
mente, hasta ahora, de toda clase de reclamo y pn blicidad ; ha -
trabajado con la mayor modestia y h \ q n#erido aprovechar con
prudencia las enseñanzas del pasado.
- 278-

En realidad, los únicos puntos donde ha reanudado con


eeriedad los trabajos, son en Culebra, en Emperador y en La
B')ca, en d(\nde trab 'ljan con aetividad y habilidad los agentes
<le la Casa Daydé y Pi lIet, en la concl llsión del N llevo Puerto
de Panamá (1).
El Sr. Gastón Andl'é, qne probablemente no es ingeniero,
estudia casi únicamente el asunto baio el puntQ de vista finan·
ciero, y su gran caballo de batalla para inspirar confianza al
público y para ,psrr mitir lHég~ á la CompanÍa Nueva de dQblar
y triplicar su caplta.l, á medida de los gllSt08 justificados, e8
que el Panamá Rail Road es actualmente propiedad de ella,
y que bien administl'ado y mej.orado ren sus dos cabezas de lí·
nea, en tarifas más moderadas y en el aumento de las vías do·
bIes sobre nnos 26 kilómetros, puede alcanzllr I1n tránsito de un
miJl.ón de tO.ne,lad,as, es decir, dar de 8 a 10 millones de fran·
eos al afio.
Ex ~lica con bastante claridad los contratod leoninos que,
desde·'}87c8, fllantenÍall el Panama .Rail Road, bajo la domi·
nl\~iÓl) del . Sipdi,c~t~O N?<rtell~~rican0 de los ferrocarriles tras·
co,nJjoental,Qs.
Efectiv:amente, como lo subrán la mayor parte de los lec·
tores, la antigua C0mpañÍa d~ ~anamá poseía 68,534 acciones
eo?re las 7Q,000 que forman el capital del Panarna Raíl Road,
pero por razones diplomáticas ó quizás bajo la presión de los
interes( s de los americanos del N grte, representados en su se·
no, la Cl>mpanía del Canal dejó el Board entre manos ameri·
canas.
U na Compañía americana de navegllción, la Paoijio Mail,
propuso en 1878 al Panama Raíl Road el arreglo siguiente:
Por una parte, el j)anamá Raíl Road se prohibía á si
mismo todo transporte de viajeros ó de mercanpÍas de la AmÉ:
rica del Norte por otros vapores qu~ los de la:Paoifio MaiZ, y,
cláuaula más grave todavía, se comprometía á no transitar
mercancías á otras tarifas que las fijadas por la Pam'jic Mail.
Por otra p:;llte, est~ Compañía de NavegQción se obliga.ba
á establecer nn servicio de va.por~s entre San Francisco y Pa-
nam~, y entre O ,Ión y N ue"a York. La Pacific .Med! gl;lranti
zaba al ferrocarril un mínimum de entradas que últlluamente
era de 55,000 do1l8rs ruensnales (275,000 fl'!:l.) , Ó sean 3.300,000
franGos an nales.

(1) Este puerto está terminado (1899).


- 27!) -

D~trás de esta Cumpañ,Ía de navegación se ocnltaba el po-


lleroso Si ndic \to de los ferrocarriles trascontinentales que atra·
viesan los E~tados U nidos de Este á Oeste.
En el COllsejo de Administracióo de la Paoijio Maíl fign-
'faban varios administradores de ferrocarriles trantcontinenta-
les, y principalmente el Presidente, Mr. Hnntington, y los
h ijos de Mr. J. Guuld.
Las subvenciones mensuales servidas al Panama Raíl
Road las cobraba la Paoifio Maíl sobre una subvención mayol'
.q ne le pagaban los ferrocarri les trtlnscontinentales.
E.,te tl'atado libraba al Si ndicat') norteamericano de toda
i nquietud sobre la necesidad posible de bajar sus tarifas, y
-resultado todavía más importante para este Sindicato, imped!8
.&1 comercio de tomar la costumbre de transitar por el l",tll1o de
Panamá,
Pagar por esta seguridad presente y futura 275,000 fL'an-
COB mensuales, era verdaderamente una ganga para .los ferro-
~arrilee norteamericanos.
L3 existencia de este arreglo explica cómo el Pantlma
Rail Road no ha hecho iamá~ el menor esfuerzo para atraer
ciertos tráficos fáciles, n( para establecer tarifas diferenciales,
ni para ejecutar obras qne se imponen perentoriamente, tales
como la construcci6n de nna vía doble sobre varias seccionea,
whal'fes y malecones en las dos extremidades.
Del lado del P rtcítico en Panamá, los vapores nC) pueden
.atracar, porque este lugar no es puerto, sino de nombre; no
tiene más de O m. 50 c. de agua en marea bajii, y 3 m. 70 c.
·en pleamar; no había muellef, y las mercancías tenían que
-ser trasladadas á fuerza de brEZOS desde los vagones en barcos
ó chalanes qne no llegaban á los vapores del Pacítico sino re·
molcados por débiles vaporcitos de poco calaje hasta las islas
de Naos.
Se comprende muy bien que semejante explotación hacía
todo tránsito muy costoso y suprimía todo flete que reqniere
aparatos de cargar y descargar.
Era por consiguiente casi prohibido trasladar por el Pa-
·nama Rail Road 108 trigos, el guano, el nitrato de soda, el
carbón, el azúcar, las maderas, etc.
No hay duda de q l1e la mala gestión del ferrocarril ha
alejado el tránsito del Istmo y qne los e~fllerzos constantes de
t OB americanos han tenido por objeto desviar el tráfico que ra-
.cionalmente debe pasar por esta vía.
- 280

La intención era de desacreditar por todos 108 medios


negocio del Oanal y hacer fracasar á todo costo la empres&'
e.
marítima.
El espectro ó fantasma ilusorio del Nicaragua no tuvo
otro objeto.
Pero la sitnación ha cambiado: estamos felizmente arma·
dos en la ~ctl1alidad, y en un pl'óxi mo artÍcn lo explicaremos,
signiendo siempre al Sr. André, las mejoras que la Oompañía
Nueva del Oanal ha llevado . ya y llevará próxilDalDe~lte al
I)an(Tma Raíl Road, por la creación de los puertus de ColólI,
y de La Boca, atrayendo así la atención del comercio hacia la
vía del I5tmo, con la condición de haceIla mlly cómoda y pOCf)
costosa.

11

El Sr. Hntin, Director general de la Nneva Sociedad,


despnés de una corta inspección de los trabajos actuales, ha
marchado á Nueva York, y hay lugar á esperar qne este viaje
repentino t~ene por objl'to importantes medidas para las me·
joras reclamadas en el Panama Raíl Road.
Efectivamente la tarifa mnyor que se puede aplicar á }.as
mercancías de tránsito 110 debe pasar de O f. 07 por kilómetro
y por tonelada para la tracción, lo que, añadiendo los gastl)S
de trasbordo en condiciones normales, da la cifra total de 5 fr.
por tonelada de COlÓll á Panamá.
En cuanto á la tarifa de O fr. 30 cént.imos por kilos para.
las mercancías destinadas á quedar en el I~trno, es absoluta-
mente inadmisible, además de que no hay ninguna diferencia
establecida para los puntos de la línea, y qne se p¡:¡ga la mis-
ma suma para malldar un barril ó una csja de Panamá á Pa-
raíso que á Gatún, que es cnatro veces más lejl s.
Sin embargo, y á pesar de la nueva situación creada á la
Compañ1a nneva del Canal desde dos afios referente á la Di-
rección del Panama Raíl Road, sea que la COlllpañÍa tenga
conveniencias particulares para no tener discnsiones con el
Board, sea qne tema dh:gnetar á los Americanos del Norte, la
adm;nist.raci6n del Raíl Road ha conservado ha8ta ahora toda
su libertad de acción, y sin hablar de varias modificaciones
necesarias á introdncir en el régimen administrativo muchas
mejoras que hubieran podido, sin inconveniente, llevarse en la
eXelotación, han sido completamente descuidadas.
- 281-

En cuanto ti la obra misma del Canal, tampoco la llegada..


y las escaSRS visitas en los lugares .de los., trabajos d.e .los priu-
cipales Directores no han dado la lmpulslOn y la actIvIdad que.
el país, 109 comerciantes y el público en general estaban en el
derecho de esperar.
Parece también que todavia no hemos salido de la éra de-
la vanas discusiones, de las vacilaciones y de los costosos é in-
fructuosos ens'1y"s.
El personal mandado de París no llena qnizás tampoco·,
el desideratum en cnanto á conocimientos científicos y prácti ·
cos, á lo menos en la parte subalterna; y además, tanto é5te
como el Cnerpo directivo, pertenecen en su mayuría á la pasa~
da administración. ,
Peor es la situación, relativamente á las cuadrillas de tra·
bajadores jamaicllnos y africanos en perpetua rabelión, en nn·
estado ccntinuo de disgusto) de quejas y de insnbordinación_
Los restos de los viejos escándalos y de I(j)s vergonzosos
cJmpromisos de la antigua Compañía se rernn.even todavía ac ·
tualmente en París y acaban de dar lugflr á nuevas revelacio-
nes, á la suspensión de la inmunidad parlamentaria .Y al arres-
to de cinco connotados diputados y de un senador, á la h\lída
de París de otro célebre político y de nno de 108 má, ilustres
administradores de la Antigna Suc~edad.
Todos estos rnmores, de los cuales no es responsable po~
cierto la Curnpsñía Nneva, no son propicios tampoco para ft)r-
talecer una opinión f(j vorable y contribuyen al contrario á
mantener al público en una atmósfera de eterna desconfianza
y de s0specha.
. 8iu embargo, no hay que sel' pesimista: si la Nueva So-
Ciedad puede obtener por una sabia administración que el Pa-
nama Rail Road alcance á dar un producto de 8 á 10 millo·
nes anuales, lo que es perfectamente posible, se hc\Jlará pronto
en, estado de doblar fácilmente su capital y encontrará los 65
l:lllloues qne necesita, justificando rentas suficientes.
Actualmente el Chagres ha salido de elU lecho, ha tomado
la vía del Cc\nal y viene á llenar con sns arenas el puerto de
Colón.
Es urgentísimo obligar otra vez al Chagres á desaguar pOI·
su antigna desembocadnra.
Oada día de atraso atrae más areua qne habrá que saca)'.
La creación del Pnerto de Colón prodncirá 10 mismo que
la del de La Buca, un importante movimiento comercial y un
a.umento considerable sobre el valor de los tenenos y construc.
ClOnes qne en estas dOd extremidades posee la Sociedad Nueva ..
- 2~:& -

f~n La Boca, como en Cristóbal Colón, la Compafiía es


1l!0pietaria de 10 á 12 hectáreas de tierras cn pier.tas de espa-
..clOsas c~saBJ .talleres, al~acenes, etc., bie,n agenciados, separa -
-d08 por anchos bulevares y al aprigo de los incendios.
Hemos dicho en nuestro primer escrito sobre el Panama
Rail Roaa, que la tarifa actualmente en vigor para las mero
cancías era prohibiti va ,para muchos productos y especialmen ·
-te para los trigos.
Vamos á dar nn ejemplo, entre muchos, de lo que una re-
baja ~eneral en las tarifas podría producir.
L'l cifra de ncg,)ciQs entre la Custa del Pacífico y la Eu-
ropa es de más de 1.600,000 toneladas de trigo anualmente.
El flete por Li verpool, vía M»gallanes, es de 32 chelines,
-.ó sean 4:0 francos.
La mercancía em pIea 3 meses para llegar á desti nación, es
decir, qne sufre tres meses los peligros del mar, calentamiento
y averías, pérdida del interés del dinero, etc.
Vía Colón, Panamá, el flete podría racionalmente costar~
San Francisco-Panamá- ___ . ________ ...• ____ 8 fr.
Panatná-Colóll ____ .... __ e ........... ' 15 "
.........

Colón-Liverpool. ___ ................. ____ ... 10 "

To ta l ........ ____ . . . . . ..• ____ 3 3 fr.


Emplearían:
San Francisco-Panamá ____ .. 10 días
Panamá-Colón ..•................... 5 "
Colón-L:verpool. ... ___ . ____ .... ---- ... 16 "
Tutal. ........... __ .. __ _ 31 días
-ó sean 33 trancos, en lugar de 40 y un mes en lllgar de tres·

111
Las empresas de minas ó de Obras Públicas, dice el S~·
tGaston André, cuya realización requiere tiempo, no han t~Ol­
do hasta ah()ra más q ne dos medios para encontrar los capIta-
les necesarios á la ejecución de los trabajos: remunerar en ~e·
guida el capital suscrito, cobrando los intereses sobre este ~IS·
mo capital, que es el procedimiento que ha seducido al púbhco
cuando se formó la CompafiÍa Uni versal del Canal de Panamá,
y la ha conducido á su ruina, ó no dar ningún interés al capi·
- 283-

tal hasta poner el negocio en situación de . prod ncir por sí mia-


mo, lo q ne es un sistema poco propio para atraer los capitales
ya bé\stante tímidos para las empresas lejanas'.
Ll:l solución propuesta evita los dos escollos: establecer de
un modo segnro que, con el desarrollo del tráfico por el Istmo
por medio de la creación de los puertos de Colón y la Boca, y
la mejora de la explotación del Pan ama Rail lt'oad aumen-
tando los beneficios de este ferrocarril, sería posible distribnÍr
div.idendol3 al capital suscrit0. -
y esto tendrÍ'a otra ventaja para el porvenir del futuro
Canal.
Efecti vamente, observamos lo q ne ha sucedido para el
Canal d Suez:
Etl 1869 pasaron 77 buqnetl.
En 1870 " 765" .
En 1R72 " , 1,082 "
En 1873 " 1,173 - "
En 1883 " 3,307 "
En 1893 " 3,341 "
Si se Pllede explicar por una parte esta lenta aumentación
de los primeros años, por la necesidad de la transformación de
108 buques de vela en vapores, por otra es segnro fine debe
también atribnÍrseá la novedad de la ruta y á la ausencia de dis-
posiciones por las Compañías marítimas para aprovechar las
ventajas que ofrecía.
No pasaría entonces lo mismo por Panamá si el tráfico ha-
bía sido atraído ya y acostu mbrado á frecuentar la vía del 1st
mo antes de la apertura del Canal.
En el momento que éste estaría abierto á la navegación,
la explotación estaría ya considerablemente extendida y la
marina estaría preparada de antemano al uso del nllevo cami-
no por la costurI,lbre de llevar á él anteriormente su tránsito en
buenas condiciones de comodidad y de precio.

IV
"L ej~cllción del Oanal es segnra dentro de ciertos lími-
tes defiuidos de tiempo y de di nel'o."
T,d es la opinión de todos los ingenieros competentes que
desde 25 añ llS se han cousagrado de buena fe y con honradez
á la obra.
Las razones del fatal descalabro de la Companía son DU-
- 284-

merosas, pero se derivan toqas de una Bola fuente: la natura-


leza misma del problema sometido al arte del ingeniero ha
impedido definirlo con precisión. Existían, en efecto, en este
problema, incógnitas que el aníÍlisis más sutil no podía despejar;.
la ínfiu\.!Dcia de Ja~ lluvias y de la naturaleza del suelo sobre
el rendimiento de los instrllqlentoB mecánicos; el modo d&
'servirse de las excavaciones que iban á abrirse, el producto
de la raza africana empleada en un trabajo nuevo para ella y
la influencia delclima sobre el varor y la actiyidad del perio-
nal directivo,
y sjn embargo, á estas incógnitas estaba directamente li·
gada la definiciÓll de los instrumentos de trabajo y sn poten-
cia diaria, es decir, el costo y la d llración de la ·obra.
Sólo la experiencia podía despejar est~s incógnitas; ahora
qne así ha sucedido, sabemos, aunque á costa de grandes sa-
crificios, qne el primer deber de una nueva empresa es el de
seguir fie lmente sus indicaciones.
Para ponerlas en evidencia es n-8cesario recordar en bre-
ves palabras la confignrac;;ión y la naturaleza del suelo y del
8U bsuelo, según e-I trazo del canal.
La longitud total del callal es de 75 kilómetros aproxima-
O amente, y de éstos 15 en, el Pacífico.
Arranca de Colón, corta la cordillera en la quiebra de
Culebra á 54 kilómetros de 811 origen, y desembuca un poco
al Sur de Panamá.
- Dól lado del Pctcífico, las pendientes son fuertes; el co-
lector princi pal de las aguas, el Ríf1grande, de peq neria longi-
tud, es un torrente de poca importancia; Sil producto, por se-
gundo, se rednce á 50 litros durante la temporada de mayor
seq uÍa.
Dd lado del Atlántico, al contrario, el río Chflgl'es, cnan-
do se junta con el tl' é1 Z0 del cClnal, hacia el ki lómetro 45, cons
tituye ya nn verdadero rí o ; en su desembocadura, en la época
de menos agua, uo baja nunca de 25 metrvB cúbicos por se-
gundo. Sns crecientes de invierno alcanzan normalmente 660
y 800 metros cúbicos por segundo, excepcionalmente 1,200 y
aun 1,500 metros cúbicos (nna vez cada cuatro ó cinco años).
D ~j ando la bahía de Fux R ver, el canal entra en llanu -
ras bajas y pantanosas. La parte superior del suelo, casi siem-
pre anegada, es nna acnmulación de aluviolldS; por debajo, á
UllOS 3 metros, se encuentra una piedr.a arenisca, verdosa, bas -
tante dura para necesitar el empleo de la pó ~ vora.
Dóspné3 de haber encontradu el Chagres (8 kil, 5), el ca-
- 285-

nal signe hasta el kPómetro 45 el valle del d.); pero cerno no


tiene la flexibilidad de este úl ti m(), corta 29 veces su canee,
atraviesa los estribos transversales que cruzan en parte el valle,
princip.almente los de Buhía-Saldado, de San Publo y de Ma-
tachín. A cada uno de estos tres cOlltrafuertes, formados con
rocas nl lly duras, corresponde nna zanja de mncha hondura.
Fllera de estos puntos excepcionales, el canal encuelltra
nn su elo lOuy varialle; per') casi siempre bastante deleznable
para poder ser exc::tvado, sin previa disl ocación por las dragae.

v
Al kilómetro 45, el trazo deja el valle del Chagrc·s, para
franquear el del Obispo hasta Ll:l Culebra; sobre un 'trayecto
de menos de 10 kilómetros, el terreno se eleva de la oota 20 á
la oota 72. E~tá en general formado por . rocas ó a:cill'as com-
pactas oue admiten para las excavaciones paredes casi verti·
cales; las que presentan una disposición marcada á la disgre.
sión cuando están fxpuestas, en partes aisladas, á la intempe-
rie, se prestan de una manera satisfactoria cuando sé hallan en
masa homogénea.
Se comprenderá la enormidad del ·trabajo en esta sección,
cnando se sepa que además se hallan algunos cerrOl:! de pefia
al tra vés del trazn.
DdSpués de esta penosa travesía, se presenta La Cnlebl'3;
á plomo del f je del e mal, la línea del terreno natural se
eleva repentinamente 28 metros sobre un trayecto horizonta l
de unos 500 metros, y fl'anqnea la quiebra á la cota media 100.
Del lado del Pacífico la línea vuel ve á baj ar hasta la cota 40,
para encontrar hacia el kilómetro 56, el valle propiamellte di·
cho del Río Grande.
El terreno está constitnído por una mas~ illterior de arci-
lla qne presenta en alto grado la di@gregación señalada más
arrib~; los fragmentos aislados, expuestos al aire, caen en pol-
vo. E.,te cambio de constitución física ha inducido á iT~ genie­
ros distinguidos á dlldar de la estabilidad de la espantosa zanja
que ea imprescindible excavar en la quiebra.
M. Bllneau Val'Ílla no partici paba de estos temores; la
instabilid'ad de las arcillas no se produce más que por varia-
ciones excesivas de temperatnra y dei estado higrométrico; en
el Istmo la primera varía entre 240 y 330 centígrados; el se.
gundo está casi siempre en estado de saturación. En estas con-
- 2-S6 -

dici<mes UDS zanja honda, que no dejaría expuesta al aire má&


que una fracción mínima de su substancia, se comportaría bien.
L08 dich08 del Sr. Baneaa Varilla se han realiz!\do hasta
ahora y en parte: efecti varnente, durante la cesación de 108 tra-
bajos, los derrumbes de los muros en la sección de Culebra no-
han pasado de 15,000 metros cúbicos, lo que es relativamente
insignificante.
D~sgraciadamente esta arcilla se halla revestida de una
capa de espesor variable, q ne pertenece á la categoría de 108
terrenos más dificultosoe.
Despnés de franqueada la Clllebra, el trazo entra en el
yal1e del Rh.gl'ande; pasaremos con brevedad sobre e8ta parte
de su trayecto,que no presenta ninguna dificultad insuperable ..
En la parte alta el suelo es dnro y compacto; en la parte baja.
las tierras son flojas y de exca vación sencilla.
La sola 'indicacil)n del trazo que acabamos Je hacer ens&-
na la diversidad y la. complicación del problema.
El clima y el estado sanitario del Istmo aumentan consi-
derablemente las dificultades; si desde el 15 de Diciembr&
hasta fines de Abril reina la estación de seqllía bastante favo ..
rabie, por el contrario todo el resto del ano es 11 uvioso y md
sano. Sin em bargo es im portante hacer notar que desde unos.
10 atlos acá las condiciones sanitarias del Istmo par{ cen haber-
mejorado considerablemente y que ya no existen las tenibl.es-
epidemias que anteriormente azotaban á los blancos sin piedad .
No nos ocuparemos aquí de tratar técnicamente del canal
ti nivel, definitivo ó provisorio, á 2,4,6 Ú 8 esclnsas; con un
lago interior de 24 kilómetr0s, con grande prufundidad; ni
de estudiar si verdaderamente existe nna diferencia de ni vel
de 3 metros 20 entre el Pa~ífico y el Atlántico; otros más
competentes fijarán estos puntos de un modo definitivo, fide-
más de q ne el estudio de ellos tendría poco atracti vo para. },a
generalidad de los lectores.
Qllizás nos tacharán ya de presuntuosos por habern08~
atrevido á tratar una cuestión tan delicada como la del Canal,
de Panamá.
Nne~tra excnsa e~tá en nuestra buena fe yen nuestra con-
fianza en el resultado final.
E~tamos sati .. fecho8 si he nos podido hacer entrar en el es-
píritu de los lectores esta convicción, qne es la nuéstra, que
con voluntad y método, la apertura cei Istmo de Panamá será
un día una iealioad.
Panamá, Mayo de 1897
UN A EXC UR SIO N
POR EL ISTMO

Si un viajero se propone la difamaci61ll


y el envilecim iento del país por donde ha
pasado, 6 del cual tiene noticia, ya do' es-
tan solament e hombre de mala fe, sino'
también perverso.
JUAN MONTALV()~

1
<JOL ON
Las ~alidas de Barl'anquilla, ó mejor dicho,.de Puerto Co-·
lombia (Sabanilla) (1) para Colón, son frecuentes y se ef c-
túan por medio de los vapores franceses (Compañía Trasat lán-
tica)' italianos (La Veloce), espafioles y Mala Real inglesa, de-
modo qne se puede contar mensnalmente con 8 á 10 buques
q\Je en sn mayor parte tocan tamb ién á Cal'tagena.
El único inconveniente que bay es que Puerto Colombis,_
siendo distante de Barraq uilla nnas do~ horas y no habien do
más que dos tl'enes diarios, hay que quedar algunas veces dos
y hasta tres días esperando' el vapor para el cual se ha te>mado
pasaje en la agencia correspondiente en Barran quilla y que á
mel! udo llega eOIl fecha atrasada.
Es lo que nos sucedió,y tl1vimos que :\gnardar desde el 11,
de Marzo (1897) hasta el 19 la llegada del Labrador.
Poco l'ecreati va es la permanencia en Puerto Colombia,.
compuesto de alglln3~ chozas esparcidas sobre una costa esté-
(1) A pesar de que todavía llegan de todas las partes del mundo los
bultos y ca-
jasá destÍhaCl6n' del in'teridr de Coli:llilbiá, ro'tul'aaas con el nombre
de Sabana11a, este-
antiguo 'l ugal' no existe y en efp\fnto así denomínado no 'se encuelíth
áctualme nte
Jli una sola casa.
- 288-

Til, Y sin la presencia de una cnadrilla de toreros, de un empre-


1Jario de fonógrafo y de un viejo italiano que había viajado por
las Indias asiáticas y nos distraía con SltS aventuras en Ceylán,
Sumatra y Borneo, el tiempo nos hubiera parecido más largo.
'Toda esta gente estaba como nosotros, esperándo nn vapor y
:se hospeda ba en el único y peq neno hotel de la cn bana Ne1¡e.
Por fin, el 20, al amanecpr, levantamos las amarras y per-
dimos de vista el hermoso muelle de Puerto Colombia que en
otro Illgar hemos descrito, y 24 horas después, es decir, el do-
mingo 21, á las 6 de la mañana, atl'acábamos á uno de los vie-
-'os deseOlbarcad~ros del Puerto de Colófl.
Poco, muy poco simpático, es el aspecto de Colóll; estos
'grandes docks de madera verdinegra que se elevan sobre whar-
fes medio podridos, hechos de maderos clavados en el fondo del
mar, no inspiran cOllfianza sobre la prosperidad de Aspin-
vall (1).
Despnés de atrave~ar el edificio sencillo y severo del Pa-
nama Raíl ltoad nos echamos á andar á lo la:'go de la vía fé·
lj'rea qne atraviesa la ciudad de N. á S.
Es la única c~lle de negocios y no tiene casas más que de
un lado, el izquierdo: á la derecha se abre el mar.
Allí está el mHyor comercio de Oo'ón, la Agencia Postal,
,los bars, las casas de cambio, la librería, el Hotel Snizo, los pe-
Inq ueroPo, las farmacias, etc., etc.
Observamos que los mejores bazal'es y 108 más surtidos
'son los de los chinos.
Como en Guayaquil, se carnina sobre una acera entabla-
.da y cnbierta por Jos balcones del piso superior de las casas.
Al cabo de un poco menos de 1 kilómetro, llegamos al
hermoso paseo de Cristóbal Colón, tan lindamente adornado y
..sombreado por SllS bosques de pal mas.
j Pero q né tristeza 1 j qué tri nerto está esto! todas estas
bonitas villas están desiertas y desmoronándose bajo la acción
terrible del sol y de la IIRvia.
Las casas de Le'3seps parecen esq lleletos viejoE'; de tiem ·
,po en tiempo se oye el paso silencioso de un negl'o, único ha-
bitante y celador de este cementerio.
, Sin embarg(), me dicen que algunas viviendas están ocn·
padae, no por empleados de 'la Compañia del Canal, aq~í no

(1) Nombre que dan los amencanos á los Estados Unirlos de Col6n eu recuerd()
del Coronel americano del mismo apellido, que etl , 18~1, dio prinGipio á la COll/itrll().-
eiÓll- de la vía férrea q,u@ atranesa al Istmo.
- - 289 -

hav más que uno, pero arrendadas á particulares; no lo puedo


as;gural', no he visto á nadie blanco durante más de una hora
de paseo. .
Regreso por el interior de Colón, todavía cubierto de las
enormes llagas negras que acaba de producir el 'último y pe-
riódico incendio. i El aspecto es todavía más desCCJnsolador! (1).
Las casas no me parecen ser en general de gran valor y
desgraciadamente son todas de madera. Esto lo dice todo é
indica pobreza ó poca prudencia, quizás las dos cosas á la vez.
No hay un solo edificio digno de mención.
Visitamos el Hotel Wáshington, que es espacioso, bien
v~ntilado y rodeado de un hermoso parq ne en donde se respira
algo de fresco en esta atll)ósfel'a de fllego.
Acabamos el paseo entrando en el hermoso templo de la
Religión Reformada, que es Ulla peqüeña alhaja de limpieza y
bnen gusto, en tanto que el Cnlto Oatólico no posee más que
una miserable capilla en el pobre hospital.
En resumen, esta población de 6 a 7,000 habitantes illdica
más bien decadencia q ne progreso, y pobreza y malestar en
las clases bajas.
Cón tanto sufrimiento que ha pade.cido con los incendios
no ha podido conseguÍ r siq niera \l n servicio de bom berbs ; el
mercado está en mal estado, en edificio y en aseo; y cada
vez que la infeliz ciudad se quema, vuelve á reconstruÍl'se en
las mismas condiciones insegnras y peligl'osas.
El elemento que domina es el negro, africano y jamaica.
no; después el chino, y en ulla Ínfima minoría el blanco, re-
presentado por algllnos americanos empleados en su mayoría
en el Pan ama Rail Roadj unos pocos colombianos, ingleses é
italianos, y, cosa extl'aña, m~y pocos frallceses.
1a lengua que más se habla es la inglesa, la que rnénos
la del país.
No existe industria algnna, ni agricultura, y no hay ser-
·vicio de agua, la Ci} ue se necesita se com pra á los aguadores á
ele vado precio.
. Ignoro si Colón es más ó menos sano que Panamá, pero
quizá se sufre allí algo menos el calor por estar Colón más
abierto por su posición topogr'ática y forma de sus calles y

(1) Estas notas fueron escritas poco antes del último incendio del 9 de Junio
de 1897 que destruyó 16 casas.

19
-290 -

construccioTles para recibir las brisas refrescantes del Oceano


qne llegan á él sin obstáculo algllno de altamar (1).
Pero sin embargo, el extranjero, el forastero no hace más
que poner el pie en Colóu, y annque disponga de algunos días
aguardando un vapor para Oentro América ó para la Costa
del Pacifico, corre á todo escape á Panamá á donde sabe que
gozará de más animación, más distracciones, de relaciones
más agradables, en una palabra de este cosmopolitismo que
es un privilegio especial de la capital del Istmo.

11

L LINEA

Ya de Colón el genio sin ~egundo,


De una idea profética inspirado,
y de su audacia y su saber llevado,
Buscó un estrecho para unir el mundo,
Que paso entre los tr6picos le diera
y en uno los dos mares confundiera:
Justo será que el sueño realicemos,
y que de Asia y de Europa el rico fruto
Pase, y pague al pasar, pingüe tributo.
JULIO ARBOLEDA

(Poema de Gonzalo de Oyón.)

El trayecto de Colón á Panamá, que es de 15 leguas ó


sean 75 kilómetros, se efectúa en 3 horas y cuesta $ 4 oro en
primera clase, y $ 4 plata del país en segunda y 30 céntimos
oro por kilogramos de equipaje, teniendo derecho el pasajero
á. la ridícu la cantidad de 15 li bras.
No volveremos aquí á tratar )0 que hay de absurdo en
talee tarifas.
A pesar de que la lista de las estaciones se halla publicada
diadamente en varios periódicos de esta ciudad, la reprodu-
ciremos para nuestros lectores del interior de la República.
Colón. Mindí.
Monkey HiIl. Gatún.
Mount Hop. Tlger Hill.

(l) Lo que no sucede en Panamá, donde Jos vientos se hallan cortados por
¡as islas.
- 291-

Ahorca Lagart o. Bas Obispo.


Bujío. Haut Ol,ispo.
Buenavista. Las Cascadas.
Frijoles. Emper ador.
Tabernilla. Culebra.
Barbacoas. Ríogra nde Superior.
San Pablo. Cucaracha.
Bailamonos. Paraíso .
Mamey. Pedro Miguel.
Juan Grande. Miraflores.
Gorgona. Río Grande.
Bas Matachín. Corozal.
Matachín. Panam á.
Como se ve, la línea está pobladísima y raramente se pasan
2 kilómetros sin hallarse alguna aglomeración de casas .,
edificios.
El tren no pára en algulIos de los pnntos arriba indica-
dos, pero hay 22 estaciones; natura lmente las paradas son
muy cortas y dan apenas el tiempo de bajar y sn bir.
Los coches son espaciosos y cómodos; las máquinas, que
llevan todas nombres fl'anceses (1), son magníficas, y la línea,
que no e'S doble en ninguna sección del trayecto, está casi
siempre, y á pesar de las lluvias torrenciales de los invier-
nos tropicales, en perfecto estado de conservación.
El tren de la mañana sale á las 8 y el de la tarde á las
2 y 50, tanto de Colóa como de Panam á, y se cruzan en
Matachín.
Como nuestra intención es visitar cuanto antes todos los
lugares en donde se han reanudado los trabajos del Canal, des-
pués de tres días pasados en G)lón, tornamos nuestro tiket
hasta Cl1lebra no más.
La vía sigue y cruza á cada momento el trazo del Canal,
de modo que desde la ventanilla del vagón diviso las vieja8
dragas abandonadas, los excavadores desmantelados que alzan
desesperadamente sus brazos de hierro carcomido y se desta-
can sobre el azul del cielo corno espectros amena zadore s; 108
carros de descarga volteados y quebrados como después de
una terrible colisión ó de un tremendo descar riiamie nto; las
locomot,oras mohosas, para siempre inservibles y C()Udella,das
á hundirse en las arenas ó á d.esaparecer bajo los rnfltorrales

{l) Esto parece una ironía, porque, á pesar de que el Ferrocar


ril de Pan3má
pertenezca á una Compañía frclnCeS:l, por motiTos que he ex plicado
ya, no hay un
1010 empleado francés en toda la Administ ración
ni en la tracci6n.
-.. 292 -

de nna fogosa vegetación, los rieles amontonados y tomados


por el hollín.
A cada est~ción leo: Sección número .... todo está ce·
rradu : las casas de la Compañía, todas del mismo estilo, de
madera pintl-lda de color verde ó azul, apagado por las lluvias
y el sol, son montadas sobre macizas columnas cnadradas de
mampostería, generalmente dlj nn grueso doble ó tri pIe del
necesario para soportar estos livianos edificios.
Sin em bargo, ~ hace unos 8 ó 10 afios, cuand0 todo estaba
habitado y lleno de vida y actividad, el aspecto y el golpe de
"ista eran alegres y risueños, porq ue estas casi tas, especie de
chalets, se hallan colgadas, encaramadas sobre los flancos y
las cumbres de las colinas, y algunas veces rodeadas de algu-
nos plátanos, palmeras y jardines hoy abandonados.
A pesar de la actual melancolía, de la tristeza y del apa-
rente ,1 bandono, se ve que una mano protectora cuida de ce-
rrar las puertas y las ventallas que se abren, y de componer
los desperfectos y las roturas que podrían acarrear la ruina to-
tal é inmediata de los edifi cios en una región donde las aguas
y el sol no conceden m ncha vid a á las construcciones de los
hombres á menos que estén hechas de muy sólidos mate-
riales .
Los pequeños pueblos son casi todos construídos sobre el
mismo planu : las tiendas de los Chinos y cantinas se hallan
colocados al borde de la vía; las estaciones son sencillos ande-
nes cubiertos con un pequeño gabinete para la distriuhlción de
billetes, y las casas de la Compañía están situadas en los altos
y en las vertíen tes de lus cerros veci nos.
Casi toda la población es de raza de color, africfmos, ja-
maicanos, con unos pocos criollos franceses de Mórtinica, Gua-
dalupe, etc., y chillos.
Desde Gorgona parece haber más animación y más vida,
sin que por eso se hallen talleres ni clladrillas de oureros, pero
en Las Cascadas ya entramos en la zona activa. En Emperador
estamos en plenos trabajos, y á las 5 y 15 p. m. bajamos en
Culebra al ruido de las detonaciones sin interrupción de cen-
tenares de mInas que estallaD sncesivamente, de los silbidos
de las locomotoras que se cruzan á lo lejos sobre cuatro ó cin-
co vías sobrepuestas en escaleras, conduciendo los carros de
balast; los excavadores gimen; los jumecas gritan, cantan ó
más bien ahullan; y el foudo inmenso de la quiebra parece
un hormiguero.
Oulebra es seguramente uno de los más bonitos pueblos
- 293 -

de la línea por sn situación elevada (120 metros sobre el nivel


del mar), su hermoso panorama y su configuración misma en
forma de gradas. La temperatura e8 agradable y lae noches
SOIl frescas; al amanecer todo queda generalmente envuelto
en una opaca neblina.
Hay actualmente entre Emperador, Culebra y Cucara·
cha, segúu he podido darme cuenta aproximadamente, nnos
1,500 hombres empleados.
Los salarios vat'Ían generalmente entre 12, 14 Y 16 reales,
moneda del país. Los africanos y negros contratados ganan 2
libras mensuales y la alimentación.
Se ve que la Compañía actual ha persistido, entre otros
varios, en el mismo error en el qne estaba la Sociedad antigua,
es decir: que prefiere emplear la gente de color á la blanca,
tanto en los trabajos manuales como en los de oficina, á pe-
sar de que á, cada momento este sistema da pésimos resultados
y de que el Istmo y el interior de Colombia están repletos de
excelentes empleados y trabajadores colombianos que no piden
otra cosa que ganarse la vida. La diferencia de salarios sería
insignificante y el trabajo producido infinitamente ,mayor y
mej0r. .
Empleamos unos tres días en recorrer los lugares desde
CllcarHcha y Río Grande Su perior hasta Emperador.
Hace poco se han constrnído ell las secciones de ' Culebra
y Emperador varias torres de fierro para hacer funcionar,
unos cab les que, si no me eqnivoco, debían servir á transmitir
por electricidad ó vapor, el movi miento á aparatos destinados
á cargar y descargar mecánicamente el PI'Odllcto de las exca-
vaciones, pero parece que despnés de ensayado, este sistema
no ha dado el resn 1tado apetecido; la Compañía ha tenido des-
aveneucias con el envifldo de 1 a casa comtructora y éste ha
rpgresado, a~spl1és de algunas horas de cautividád en la Pre-
fectllra de Policía, á las playas de Galia.
En este momento todos los graudes Jefes están ausentes en
N ew York, los otros en París, etc.
- 294-

111

PAN AMA
I U na gran ciudad 6 un desierto I
(CHATEAUBRIAND)

Antes de ocuparnos de esta célebre ciudad, que me sea


permitido copiar Ulla carta quizás desconocida para algunos
lectores y que demuestra que mny poco tiempo después de es-
tablecida la Independencia, los gobernantes de Oolombia es-
taban preocupados por la idea de la apertura del Istmo y q ne
Boñaban en la comunicación de los dos océanos cnando todavía
el señor de Lesseps apenas acababa de nacer:

"22 de Septiembre de 1825


Mi General: (1)
" He resuelto poner á usted esta carta en alcance del corre) ordina-
rio que partió ayer, para imponer á usted de un proyecto p;.; rticular y
grande que tenemos algunos colombianoll. Es el de abrir la comunicación
de los dos mares, ó uniendo los ríos que forman el antiguo proyecto (2)
Ó por UIl c mino de hierro en el Istmo; la obra se ha calculado en diez
millones de pesos (3), y con'tamos con algunos capitalistas extranjeros;
D. Jerónimo Torre!l, Domingo Caicedo, Mot'quera y Baralt se pondrán al
frente de .la Compañh, y muchos amigos de usted tomarán parte. N ue@·
tro interés estriba en que sea UDa asociación colombiana la que tome á su
cargo el negocio y DO una Sociedau extranjera. Para cons6guir el privi.
legio hay que ocurrir al Congreso, y se cuenta con que el Cuerpo Ll'gis.
lativo favorecerá la empresa de los hIjos del país. Capitalistas conocidos
de usted, han tomado tanto interés en la apertura de un ')anal, Ó mejor en
la comunicación de los dos mares, que yo he pensado que esta ocasión pu.
diera ser favorable á las vastas miras de usted en el particular. Me atrevo
á pedirle dos cosas, que espero recibir, si cree usted que es posible y no
se compromete en nada: l.a Que usted de oficio recomendara muy efi
cazmeQte al Gobierno que favorezca la empresa de comunicar los dos
'mllfes; que tomara á su cargo eualquiera aEOciaci6n de colombianos que

(1) Esta carta va dirigida á Bolívar.


(2) Proyecto de los españoles del tiempo de la dominación.
(3) Estamos lejos de los 1,500 millones gastados por la Cúmpañía Universal del
Canal de Panamá, sin alcanz:u resultado efectivo.
- 295-

inspirase seguridades y que las diese de llevarla á cabo; 2." Que usted
consintiese en que se pusiese á usted en la asociación como protector de la
Sociedad. Me parece que es la opinión de los Secretarios, que el nombre
de usted como protector, daría una reputación grande á esta empresa y .
se fl\cilitarí a más. Ya viel!en de los Estados U oidos iogenieros que han
de recooocer el terreno, y se hiln dado otros pasos importantes prelimina-
rtls. Los de Guatemala están tratando de unir los mares por medio del
Lago de Nicaragua, y es de nuestro orgul lo nacional y de nuestro i?terés
no dejunos ganar de mano. A mi me parece que es muy sencilla la
oonsecución de estas dos COSf\B, y que, lejos de oomprometer á usted, en
nada, agregaría un algo á su fama; sin embargo, me someto como debe
al juicio de usted, y lo que usted me dijere, es'i será mi regla i~vari~ble.
Pero si usted conviniere, he de merecer que complete el negocIo dISpo-
niendo que venga la respuesta volaodo y sin pet'der momentos, pues en
Enero ha de hacerse la petición al Congreso.

" FRANCISCO DE P. SANTANDER.'

¡ Cuánto brío! ¡ Cuánto patriotismo! y al mismo tiempo


qué Incidez !
¡ Esos tiempos han cambiado!
Ahora no hay más entusiasmo q ne para elecciones, para
guardar el poder ó subir á él!
Despnés de esta citaciólJ, qlle seguramente no habrá des-
agradado al lector y es muy preferible á nuestra prosa, volva-
mos al camino.
No vayan á creer q ne pienso dar de Panamá nna pintura
minnciqsfl, que voy á describi)' los edificios, las administracio-
nes, los parques, las murallas, etc. etc., como nn gnía.
Nada de eso, qnisiera solamente ensRyar el dibujar á gran-
de3 l'asgos esta cnriosa y original cindad, qne no ee parece abo
solutamente á las demás de Colombia, y retratar Sil fisonomía
animada, viva y tal corno ha aparecido á mis ojos de euro(Jeo
americanizado !.>or diez y ocho años de permanencia en este
Coutinente. -
Panamá ha sido mny calumniada en el extranjero y en el
resto de la RepúblicR, por Sil clima, por Sil desaseo, por la Ín-
dole misma de su población; tod,) es falso, á lo menos en la ac·
tualidad.
El estado sanitario ea el mismo que el de la generalidad
de los pnertos del litol'al intertropical~ y lo prefiero al de La
Gnaira, de PlIerto Cabello, de Maracaibo, de Buenaventura,
etc. La fiebre amarilla existe, es verdad, pero en estado endé-
mico y so manifiesta, de tiempo en tiempo, por casos aislados;
han desaparecido las epidemias desde hace unos diez años.
- 296-

En gran parte se debe esta mejora á los grandes desmon


tes que se han hecho paulatinamente en esta sección del Istmo
y también al servici() de aseo y de higiene que es muy supe-
rior al de Cartagena y Bngotá.
Cnando Panamá tenga agua, es decir, cuando esté termi·
Mado el Acueducto que debe llevar á la ciudad las aguas del
rio de J uao Díaz, distante 21 kilómetros, esta capital será tan
sana como Barranqnilla, y más que Oartagena. Gracias al Go-
bernador actual, Sr. Ricardo Arango, la obra se está llevando
á cabo. Esto será para Panamá nna bendición de Dios yeco-
nomía. sanidad, li m pieza y segnridad.
Porque Panamá, como Colón, ha sido hasta ahora presa
de fuegos periódicos y sn servicio de incendio es todavía muy
débil. No pedimos el de N ew York, oi el de la Habana, pues
entre éstos 1 el de que se goza aq uí hay un abismo.
. La mayor parte de las casas del pueblo son todavía de ma.
dora, mal acondicionadas, sin cocina y casi sin excusados.
Pero en las obras 11 u~vas han hecho algu nos progresos y cons-
truyen con máa d u ración, solidez y garan tía.
La Policía es incontestablemellte la mejor reglamentada
de la República y forma un Cuerpo modelo cuyas funciones
son por cierto mucho más delicadas que las de otras ciudades
de Colombia.
Aquí, como en una gl'ao ciudad que no quiero nombrar
porque !lO me gnsta hablar mal de los ausentes, el agente de
ordell público no corteja públicamente á las criadas,ni molesta
inútilmente á los ó cach1fo8 á los pacíficos é inofensivos cindada·
nos; pero si encuentra un borracho, en 1ugar de arrastrarlo
cl'uelmente por el suelo, lo mete en nn coche y lo conduce
según su estado y categLlrÍa, y en beneficio de él, á la casa ó
al cnartel de Policra; si ee le pide un informe conduce al fo-
rastero éon amabilidad, y annque sea á 10 cnadras de distan-
cia, lo lleva hasta el pnnto solicitado; si estalla alguna reyecta
ó escándalo, no hnye del lugar por temol' de recibir alg~n po
rrazo, y al contrario se presenta en el acto para intervenir
con moderación y firmezq"
Sa ben m ny bien los q ne desde algn nos años me hacen el
honor de leer mis modestos escritos, que soy muy poco propen-
so al elogio y que más bien me inclino siempre hacia la críti-
ca, de modo que no me sospecharán jamás de optimista ó de
adulador.
La población de Panamá, que puede estimarse en unas
25,000 almas, requiere una vigilancia especial: es una aglo-
- 297-

meración muy heterogénea'y formada por elementos muy com-


plexc,s. AquÍ no tenemos al hllmi!de .Y obediente boyacellse ó
cund.inamarq nés, al tra b!1j ador y acti vo a:lti nq 11 eño Ó santande-
reano, al alegre y valiente caucallo; agl1l se encuentra el bru-
tal é ignorante jamaicano, el vicioso é insolente aventurero
enropeo, el grosero y atrevido americano del Norte, el astuto
é hipócrita oeleste (1).
La masa de la población es casi íntegra de color, negros
finos, zambos, ffinJatos. cholo.s, ofreciendo todos los matices,
desde el azabache ó el ébano hasta el amarillo claro del chino,
pasando pOI' los colores intermedios del cobre y del bronce.
La sangre azul, pura de mezclas africanas, se encuentra
únicamente en algunas escasas familias de la aristocracia mer-
cantil, hebrea, ó extranjera de origen eIl Sil mayoría.
No qneremos decir que en la capital del Istmo no haya
un núcleo, un circulo social de raza blanca, mny al contrario,
pero es muy limitado en comparación á la población y á otras
caIJitales de la República.
Para darse cnenta de ello no_hay más q ne trasladarse los
domingl)S y jneves, á las 8 de la noche, á nllo de los parques
á donde la redncida Banda Militar ejecuta aígllnos trozos de
música, poco variados y bastante mal escogidos.
Allí se puede admirar, á la radiosa Inz eléctrica, qne, en-
tre paréntesis, es sn perior á la de Bogotá, Barranq n¡lla y Bn·
caramanga, el garbo y elegancia de las panameñas; allí se -
ve caminar con don~lÍre andalnz, y los ojos de fuego y
caras de perla y rosa. Quizás los sombreros son á veces algo
extravagantes y llevan lazos y ramos demasiado encumbrados
y voluminosos, pero no podemos exigir que sean ig~lales á les
que lleva tina parisiense que se pasea por la avenida de los
Oampos Eliseos.
Es el único lugar, con el Olub Internaoional que da un
baile mensual, en donde se reúne la sociedad: el Teatro, que
francamente no es digllo de Panamá, está cerrado casi siempre
y no s.e 'presta ta-mpoc0 para fomentar los gustos artísticos; es
~na vieJa capilla de monjas, habilitada bien que mal para co -
liseo y muy incómoda para servir de asilo á Melpumeue y á
Talia .
. Una de las otras distracciones de la jllventlld dorada es
su blr en el trao vía eléctrico y recofl'er entre G y 10 de la noche

(1) Se entiende que en esta nomenclatura designamos únicamente al "emigran-


te" de clase infeIior.
- 298-

la ciudad de una extremidad á otra, es decir, desde los cuarte


les de Chirigní hasta la estación del Ferrtcarril ; como el tran-
vía corre con bast:mte velocidad, es un baño de aire y de bri.
sa después del baño de agua.
Se sabe muy bien que en las ciudades de tierra caliente ó
costeñas no hay qne pensar encontrar, como en las de tierra
fría y del interior, las señoras paseándose, visitando ó compran-
do en los almacenes á todas horas: un calor de 25 á 34 0 Y el
modo de vivir no lo permiten y hay que qne buscarlas para
verlas, en general en tres ocasiones, en la iglesia, en las retre·
tas y en el teatro, á menos que haya algún gran baile de eti-
queta.
Entre la juventud masculina se puede obsel'var mucha
preoclljJación en el modo de vestir, y uua temprana inclina-
'ción á ocuparse de política y diverE!iones en lugar de instrnlrse.
En general, parece que la Instrucción Pública en todo el De-
partamento está bastante atrasada.
Desgl'aciadamente está también autorizada en este Deparo
tamento una Lote1'?a que }lyuda á empobrecer al obrero, y
cuyas oficinas están, cosa inexplicable, establecidas en los ba·
jos del Palacio Episcopal.
También hay un rematadol' de juegos y varias ruletas en-
terameute jJúblicas.
Por ley especial, el Departamento de Panamá tiene pri-
vilegio de-sel' eximido de la obligación do recibir el papel mo-
neda, y no corren má., que las monedas de 835 milé3irnos y loo
soles.
A pesar de q ne la a bnndanci a y el lujo fictido y transi-
torio que llevaron los derroches de la OompañÍa del Canal, du-
rante algunos años, en las poblaciones del Istmo se acaba·
rOIl, 103 trabajadnres y el pneblo bajo gozan también actual-
mente de cier to bienestRr mny superior al del peón del interior;
los alimentos SOI1 muy bt\ratos en Panamá, y el obrero puede,
con uoa SU!Tl;'¡' mórlica, comer bien, bebel' vino y hasta tomar
hielo; viste COl! Jecencia y es mnv aseado,
La plaza de mercad(" qne e·8 grande y bastante limpia,
ofrece un golpe de vista interesante á la mañana; IlO tiene mal
0101' como la de Cartagella, que apesta á cinco cuadras de dis-
tancia; la m:\yor pal'te de los vendedores son chinoe,y son ellos
también los glJe cultivan las hortaliz-\8 y pe~c:ln f'1l SIH larJ(,h-ts
de constl'ncción yaparejos especiales. EII PallllllJá 1141 faita la re-
frescallte lechllga,lospetitspois,las habichuelas verdes (h,aricots-
verts) la espi llaca, los rábanus, é i nfini dad de ffU tas exc¡ nisi taEl,
- 299-

especialmente piñas, agnacates,papayas, mangos, mameyes, na ..


ranjas,guineos,etc.; justifica Sil nombre que significa en el len ..
guaje indio abundancia de pescado; y con frecuellcia, á 18s 3 de
la tarde, hay que botar al lIlar canastas llenas ele delicioso pes-
cado que ha quedado sin vender y principi~ á dañarse en pocas
horas. (J no de los reproches que ha remos al mercado es que,
siendo edificio destinado á los víveres y comestibles, no se de-
bería permitir que se apoderen de él una turba de mercachi.
fles de ropa hecha, som brero8 y cachi vaches de q 11 i ncalla.
Así como 108 chinos venden los comestibles en el mercado,
también 108 cocinan y son ellos los q ne ha n fllonopol izado casi
por completo la industria de los restaurantes á bajo precio, lo
mismo que en Lima. Estos hombres, por celestes que sean, snn
una verdadera plaga á donde caen como lang'osta!l, porque qui-
tan el oficio á la mujer: cosen, cocinan, lavan, aplanchan, y
por ende aumenta notablemente la prostitnció 'l como en la ca-
pital del Perú, á donde IIna mujer no puede ganarse un real
á menos de ponerse á vender licores de noche en tabernas equí-
vocas, que 80n el equivalente de caSRS públicas. L08 tllrcos, por
inútiles <J ne sean al progreso de un país, son mellos dañinos,
porque 110 perj ndicall más q ne al comercio.
PanHmá no es buen puerto de mar por falta de fondo en
la bahía que está sembrada de arrecifes, y los buques tienen
qlle aficlar á una legua de distancia, cerca de IIIlOS islotes,
(Perico, Naos (1) y Flamenco). El transporte 0\1 lanchas de las
mercancías desde los buq ues al !n u,elle del ferrocarri 1, y recí-
procamente, da ocupación á mucha gente y recarga notable-
mente los fletee.
Pero según toda probabilidHd, Panamá será dotado dentro
de poco tiempo de nn excelente puerto,'y están construyendo
en La Boca, es deci.', en la da.sf' mbocadllm del Río Grande
que al mismo tiempo es la del Canal. nn muelle de longitud
adecuada para alcanzar UIl fondo suficiente á marea baja para
toda clase de vapores; esta obm permitirá cargar Ó de'3Cal'gal'
los buques directamente en conexión con la vía férrea, lo mis-
mo C]lle en la Machina de CurtagellPo y en Puerto Colombia
(Saballilla). '
. Esta imp,ortaote empresa está á cargo de la casa Daydé y
PlIlet de Pans, contratada por la Uom pañla N neva del Canal.
La Boca dista de Panamá 1I1l0S 3 kilómetros, y una vez termi-
nado el Puerto no hay d lIda de q ne la ei odad se i/lc! illará de

(1) Astilleros de la Pacific M ait.


- 300-

este lado; allí estará la cabeza de la línea férrea y del Oanal,


si lo hay, nn tranvía eléctrico enlazará con el de Panamá ac
I tnal, y todo el tráfico de mercancías y viajeros se hará directa-
mente Ct}ll un Aolo trasbordo del tren al buque y viceversa.
Toda medalla. tiene su t'evel's~, y si bien el tránsito se hará
pronto !Ilucho más considerable por motivo de la rebaja da
flétes y del aume_nto de material rodante y vía d'lble (como está
proyectado), en el Panamá Raíl Road, quedará abolido el ser-
vicio de remolcadores, lanchas y lanchones que sirven actual-
mente de Flamenco al muelle de la OompañÍa del Ferrocarril,
y por consiguiente estarán privados de su sustento cerca de
1,000 marine¡·os, cargadores y demás empleado¡:.
Los viajeros tamb ;én pasarán directamente del vagón al
camarote del vap or j recÍ¡..>rocamente, y dej ':lrán mOllos dine -
ro ó ninguno á los hoteles de la ciudad.
U notro peg lleño i ncon veniente q ne se presentará es el
que los cementerios quedarán enclavados en el centro de la po·
blación, porque Panam~ y la Boca no harán más que una sola
cindad-corno Bogotá y Ohapinero ó Oartag(ma y La Popa,
por ejemplo.
A propósito de los cementerios, no pudemos dejar de ano-
tar gueel estaJo de. abandono en que se hallan es rnny triste.
i Qné di l'Í cHl 1as fa mi lias extranjeras g ne hall comprado allí
concesiones ¡.>erpetll<1s y han elevado costosos monumentos
para abrigar I'es¡..>etnosamente los ,'estos de sus deudos, si vie-
ran este potrero ó más bien esta selva habitada por cabras, ma-
rranos, gallilla:3 y cllantos animales domésticos hay en el Ist-
mo~
Pnes que hablamos de los cementerios, no hay más que
nn paso á :os hospitales, estas , antesalas de la muerte. No di-
remos nada del Francés, gne es uno de 108 mejores de Sur
América, pero qne no sirve más que para los empleados del
Cana l ; q ni¿i rnos visitar el de Santo Tomás, pero al poco rato
nos sentilIl .):i il\vadidos por un ejército de insectos parásitos y
tjvimoB que sa iir corriendo para mud dr de ro¡.>a.
El Panamá actl1a~ ha sid ,) fllncia rlo en 1670, por Antonio
Fernández de Oórdoba sobre la falda oriental del Oerro de An·
cón y sus fortificaciones fueron comenzadas por Alonso Merca-
do de Villacosta.
Panamá antiguo, distallte 5 kilómetrd-l, file fundado por
Pedro Arias Dávila é incendiado Ipor el pirata Margan.
Además de los desiderata que hemos anotado ya más arri·
ba, añadiremos la falta de numeración de las casas; la de excu-
sados, orinales públicos, etc.
- 30i-

Poco á poco se van subsanando los más graves inconve-


nientes, y en breve se realizará U00 de los más importantes
adelantos que es la construcción rle un Acueducto.
Desde 1890 hay un asilo de pobres, gracias á don Tomás
Herrera que también ha fomentado, entre otras numerosas
obras de utilidad pública, el aumento de la red telegráfica con
el interior del Departamento.
En estos días pasados se ha llevado á cabo otro progreso:
108 locos y locas vagaban por las calles, ó había necesidad de eQ-
cerrarlos con los presos euju)-ciados y amarrarlos por las pier.
nas á barras de fierro cualldo eran fllriosos: se ha coostrnído
no pequeño manicomio de 5 salas. Es mny illsuficiente y que-
darán todavía muchos locos alborotando eo el Istmo; pero
para todo hay UIl lJl'incipio; lo importante es empezar las re-
formas, laégo caminarán adelante por sí solas.
Existe también una BIblioteca pública, menos rica que
la de Cartagena, pero que se va aumentando cada día, lo que
es muy necesario en una sección en donde la Instrucción Públi-
ca CS, como lo hemos anotado ya, bast.aute atrasada.
A excepción de un lJoco de jabón, ,velas, hielo, aguardien-
te y zapatos, no hay industria algulla, todo es comercio.
A pesar de estos defectos, Panamá queda, á lo menos en
mi concepto, como una ciudad muy habitable para un extran-
jero : existe gran cosrnopoli tismo, m II cua extensión de relacio-
nes sociales y amplitud en el modo de mirar la vida ajella.
No puedo resllmir mejor mi opinión que transcribiendo la
de lln amigo colombiano que discutiendo el otro día, con un
antioqueño que defendía á Medellín, con nn costeño que soste-
nía á Cartagena, y eon otros varios de diferentes Departamen-
tos de la República que opinaban cada uno por 8U pneblo na-
tal, les contestó ... i "'t.a, ta, ta, en Coloro bia no hay más q ne dos
ciudades: Bogotá y Panamá! "
_¡ y la gracia es que mi amigo era de Barranquilla!
- ~02-

IV
LA MONTAÑA

Amo las cimas de las altas montañas, los


Jugares etéreos desde donde la mirada abarca
las mayores distancias; los 110S que corren
hacia el m ar, los promontorios inclinados ha-
cia las ondas y los anchos puertos-(Himno á
Apolo de Dejos;.
HOMERO.

Mucho nos queda todavía en el ti ntel'o tocante á Panamá:


no hemos hab-Iado de la excelente disciplilla y esmerada or-
g:lnizacióu del Ejército Nacional en gllarnición en el Istmo,
de su- lujoso exterior, que le pone al lado del mejor cuerpo
nniformado de Bl)gotá; tampoco hemos hecho mención de la
reconstrucción y adorno del ¡>aseo de las Bóvedas, á la ol'i Ila
del mar y en la parte orienta! de la ciudad, etc., etc. Pero,
corno lo heml):3 dicho al principiar estas notas, nuestra inten-
ción ha sido senúillamente repl'odncir nuestras personales im-
presiones sin preocuparnos de la exactitud de un guía que no
deja escapar nada. •
Después de algunos días de permauencia, me hice la re
:flexión muy j llsta, que conocía la línea de Colón á Panamá, es
decir, lo que conoce todo el mnndo, pero que ignoraba abso-
lutamente el interior del D epartamento.
AdelU~s, desde mncllOs meses yo tenla la nostalgill del
monte qne ha eido pal'a mí una pasión, un delirio, desde mi
infancia, y lo sel'á probablemente hasta la hora de mi muerte,
y resolví dar una pequeña gira campestre á mi modo, es decir,
á pie á derecha é izq uierda del camÍllo trillado.
Re empleado gran parte de mi vida en examinar el lecho
de los manantiales, en sor¡.>render ell sus j nncos y @n la8 ele-
vadas hierbas acuáticas los reptiles, los escarabajos. los insec-
tos que pueblan las orillas de los arroyos; en ascender por las
montañas, en penetrar en las gargantas inaccesibles y en las
cavel'Das para espi.ar en ellas los secretos de la naturaleza .
. Los vastos horizontes que se descnbrell desde los sitioi eleva·
dos, los límites variadus del cielo; la vida de las hojas, de los
prados se han iucrustado deliciosamente en mis ojos y he bus-
cado siempre el modo de J'epl'orlucirlos más adeJaute t1U mis
- 303-

humildes esc1'Ítos. Hijo solitario de la natnraleza,é sta ha sido


mi · maestra. Me he e'm briagado con el éxtasis, con la verdad,
con el candor de mis impresiones, y hubiera ambicionado te-
"ner el suficiente talento para que de mi débil pluma brotara
nna literatura nueva (1), ó á lo menos pn género original que
hu biera sido como la tiel reprod ucción, la i m presión fotográ.-
fica de los cuadros naturales y de la vida al aire libre.
Al Este del Departamento hay muy pocos pueblos y pron-
to entra uno en las e~pe8as mti>ntañas del Darién; sin embargo,
hubiera tenido, como minero, gran interés en visitar á l!ls an-
tiguas mi nas de Cana y de E,spíritn Santo (mi nas de veta), en
donde "trabaj:.\ actnalmente una Compañía inglesa con unos
800 hombres.
Tambiéu me hubiera gustado mucho visitar á Taooga,
isla distante 12 millas de la Costa, y á las Islas de las Petrlas
(comarca de Balboa), archipiélago situado á 50 millas al S.
O., poblado por unos 4,000 habitantes, y á donde hu biera podi-
do estudiar la interesante pesca de las ren()mbradas perlas,
pero no estaba en sitnación de ha"cel' una exploración corno en
otros tiempos, y mejor valía dirigirse al Ol!cidellte, mucho
más poblado y á donde más de 30 pneblos y algunas ciudades
importantes, como David (14,000 habitantes; Provincia de
Chiriqní), Santiago de Veraguas, Los Santos, etc.,' se prolon.
gan hasta cerca de la frontera de Oosta Rica sobre una exten-
sión de 100 leguas.
Generalmente, las comunicaciones con estos pueblos se
efectúan por agua y todos están sitllados á proximidad del
Pacífico, sobre el cnal poseen llU peq\leño pllerto (2). A pe-
sar de esto hay caminos interiores qne son transitables en ve-
rano, pero que, durante la época de las lluvias se vuelven
muy dificultosos; además estos caminos no sirven casi más que
para el servicio de los carn pos, el tráfico de una población á
otra y la conservación de la línea telegáfica.
Salimos, pues, de Panamá el 5 de Mayo, en dirección á
La Boca á dondo llegamos á media Hache.
Allí tuvi mas cierta dificul tad para alq nilar una peq ueña
canoa, ó c,/¿ingo, como dicen aq ni, para atravesar los este.
ros y manglares que sobre una vasta extensión, forman "la em-
bocadura de este río) de poca importancia pOI' sí mismo, pero

(1) Así á lo menos lo he ensayado en mis dos obras publicadas en la Imprenta


N acional de Bogotál " Exploración en el Alto Chocó" y " Casan are ".
(2) Pedregal, puerto de David; Remolino, puerto de Santiago, etc,
- 304-
cuyo delta es muy considerable por estar toda la comarca ane·
gada á marea alta.
Por fin á las 4 p. m. embarcamos, y con bastante peli-
gro, porque la peqneña embarcación es muy celosa y el bOQ'a
poco diestro, llegamos á Puerto Velásquez, ql1e no es puerto
más qne de nombre porque allí no hay casa algnna y es sim·
plemente un recodo de tierra firme en donde acaban los pan·
tanos y manglares.
A dos cuadras al . interior del monte encont.ramos tres
cabañas que llevan el singular apellido de Oochinito, y como
la noche se aproxima, allí resolvemos pernoctar.
Hospitalaria es la gente de Oochindo, con la mayor fran-
queza nos convidaron á tomal' parte Qe Sil frugal cena que se
comPdllia de pescado y arroz, y luégo nos teudieron un lunco
en la peq Lleña cocina excusándose de no peder darnos mejor
albergne, la familia que es muy numeroaa, y no habiendo más
que nna sola saja.
No podemos decir que dormimos muy bien, porque una
infinidad de perritos pequeños y de gatitos no cesarOll de arri-
marse á nosotros dnrante toda la noche, sin contar varias otras
especies de allima les mucho má", pequeños que se introduje-
ron entre nuestros vestidos y nos picaron sin piedad, tales como
pn Igas, pioj os, chinches, etc.
Es éste nno de los inconvenientes de viaje á los cuales
estamos acostumbrados desde mnchos años y que sirvió á lo
menos, en esta ocasión, á hacemos levantar antes de amane·
ce .. , de modo qne tuvimos la ventaja de estar listos muy tem-
prano pnra emprender marcha.
Las primeras horas de la madrugada son exq nisitas y
frescas en la montaña de tierra caliente, los ionumel'ables se·
res que la pueblan van despertando }Joco á poco y saludan al
sol cada uno á ,su modo.
El que creyese que aquí los montes por ser deshabitados
son silenciosos, se eq ni vacaría m ucho. Ni de noche siq niera,
jamás el ruido cesa; cuando el astl'o está ya alto sobre el ho-
ri zonte y q ne el cielo está despej ado, en ton ces el concierto lIe-
ga á un crecsendo increíble; cautos extraños, gritos confnsos,
llamadas lej anas, sil bidos 1 q nej as, risas, besos, gemídos, de
toda clase de ruido hay en la montaña tropical; la señal de la
locomotora: elpsit psit! que hace voltear la cabeza, la sil'e-
na del buque, el lloriqueo del niño, el beso estrepitoso del ella·
morado, el gol pe del martillo sobre el fierro, la trom pa del
cazador: todo habla, todo se llueve, y sin embargo no hay
-305 -

un sér humano á muchas leO'uas da distancjll; pero desde la


pequefla rana amarilla e~col~dida debajo del mnsgo, desde la
cigarra en el hneco de un tronco, has~a la pava real y el pRU-
ji l ocn Itos en la en ramada, todu cruJe, ~a9pa, m 'lerde! peg~,
canta, grita. Es la vida colosal, desconocida, la gran Slllfulll8
de los habitantes de la montaña tropical.
Llegamos al pueblo de Arra~ján á las 9 a. m.; la distan-
cia de Oochinito es más ó menos de 2 y ~ leguas.
Arraiján es insignificante y triste; tendrá apellas Ull08 400
habitantes que no parecen de carácter muy am lble; encuno
t.ramos clln dificultad alg\) para alrnorz '\r, de.1am)s pasar las
hill'<\s más cálidas dcll medio día seste~lldo á la sombra, y á
las dos vol vi mos á caminar.
No podíamos eq ni vocal'llOS en el SDlldero porq ne la línea
telegráfica q ne Ae prolonga h Ista David, nos servía d~ vaq oia·
no. L'l montaña sin ser f ,rmada de ál'boles mny corpulento8
tiene palos de buena madnra; sobre todo es abulldantÍsima en
~acerÍa de pluma y pelo; y á cada momento oírnos el ruido de
algú'l cuadrúpedo qne hnye ó el crujido de alas dcl las aves.
Elltramos poco á poco en u lIa znna de mon.te entrec0rta-
da por g/'andes extensiones y lIanitos de past" en donde se di·
viEa galJado: indudablemente e:-ltamos á proxitnidad de algu
na i lJl portan te hacienda.
Efecti vamente, al desembocar en otra abel'tura, descn bri .
mos á un kilómetro de distancia \lna casa alta qne dumina á
toda la región.
Es Lfl Oonstancia (que llaman t.ambién El Aguacate);
pertenece al SI'. Ricardo Arias; pronto est~mos allí y nos re-
cibe con afabilidad el mayordomo y sn esposa.
Al cabo de una hora nos sentamos cómodamente en la
mesa de la cocina delante de un. buen plato de carne y de
flame que rociamos con sendos trag.)a de leche fresca.
E :npleaml)s el resto de la tarde (i}ll convel'sar con nuestro
hué3ped que nos explica que hay allí unas 5,000 reSAS y 50 ca-
ballos. Oon nn gasto amplio abraza el horiz·mte y uos dice:
41. todos eet()s terrenos son dd la hacienda, y aquí no hay nece-

SIdad de com pral' nada afllera porq l1e la hacienda da para tudo:
en esa roza qne usted ve por allá, acabándose de qn~mar,
pronto voy á sembrar tambié 1; pOI' a,¡uí está el maíz; más
allá la yuca y el ñame: la carn~ y la leche naturalrnJnte no
faltan jamá,a; i con esto el hombre puede vivir f"liz!"
. ¡Yefdctivamente, felíz debe vivir aquÍ en ~sta m gnífica
P081CIÓl en donde sopla 'siempre una brisa agradáble, con una·
20
...... . ~-

vista encantador:a sobre inmensidades de montep, en plena


1ibertad al miEmo t;empo que en viena actividad!
Pasamos IIna excelente noche y á la madrngada volvemos
á emprender camino deFpnés de haber tomado dos grandes
tazas de leche al pie de la vaca, como se dice vulgarmente.
Hacia IHS 10 llegAmos á La Chorre'l'a, pueblo irr.portante
de unos 5,000 habitantt's.
A llí nos hospedamoEl en CRsa de nuestro distinguido ami ·
gil el DI'. Bieberach, hábil médico y chileno de tlacionalidad,
con quien platicamos en nnestra lengua natal, porque nuestro
huésped habla CU:.ltro idiomas enrope l s.
La iglesia es bonita y adornada y se ve qne entre los ha·
bitantes ha y buenas C/lstu m bres rel igiosas; las escuelHs de va-
rones y niñas son frecuentadas y n· él han parecido bien diri-
gida~.
La Cho~'rera es lugar de verano para muchas familias
panamefías durante)a él10ca caliente, porque al í se goza de
un aire puro y de 1wa brisa casi continUfl.
Hu biéra mos deseado se~ ui .. adela t. te ti uestl'a peH'grina-
ción hasta la pf'()vincia dt-' ChiriqnÍ (1), pero las lluvias empe-
zaron dnrarlte IIne~tra e~tadía en La Chorrera, además nos
8visarún que )(\8 caminos et'an malísimos y q\le indudable-
mente estlHÍamos impedidos por IOR palltános y atascaderus y
por los ríos crecidlls.
A la fuerza hubo, pues, que rellunciar 81 proyecto y flpro-
vechar la salida de IIn peqn~i'lo bllque de vela que, de conser.
va con una ba:andra, hace dos viHjes semanales de La Cho-
rrera á Panamá y viceversa.
La distancia del Plleblo al ·puerto es d, unos 8 kilóm~tros
por mny buen camino.
, El puerto es una pequeña b1ihía en 'JemicÍI'vulo y exiften
allí algunas C!lsitaFl.
Las embarcaciones entran y salen á la mArea alta; C(1mo
el pleamar era á las nueve de la IIoche hllbo q ne agnardar
á esta hnra para embarcar y dirigirnos á nue~tra futura embar-
caci6n en seco sobre las alglls de. la playa.
Eramos más de 30 pasl\Íeros, lo que indica qne' el tráficO'
bisemaLal tiene a Igl1na i mportallcia. Em bareamos por fin
con la ayuda de la Panga, peqn~ña lancha .de f, ndo chato, y
empezamos á navegar IIlny--despacio por motivo q'le /lO ha ..

(1) Nombre de un volcán situado s ,brc: la frontera con Coatalrica y dé 3.~30


metros de altura.
- 807-

bía casi brisa. Así seguiJrl0S durante toda)a noche y ann á


veces con viento adverso De modo que la tl'avesfa, que de
ordinario se efectúa en 3 ó 4 horas, duró 12, y a) amanecer es-
tábamos apenas delante de Ii'larnenco.
El aspecto de la bahía y de la ciudad de Panamá, bajo
los reflejos colorados del in menso globo del sol qne asoma al
horizonte, es m~guífico y nos hizo olvidar la demora y el fas-
tidio de esa larga navegación por tan corto trayecto.
A las nueve pnsimos el pie en tierra firme y aquí termi·
narán estos apulltes, escritos á la ligera, sin otra pretensión
que la de dar al lector del interiur de la Repáblica algunos
datos sobre el célebre Istmo. .

Panamá, Julio de 1897.

- -.........--
COLOMBIA

EN LA EXPOSICIÓN UNIVERSAL DE PARÍS EN 1900


A los Sres. n :rectores de peri6dicos de la Capital y de los Departamentos

-1

Muy señores míos y de mi mayor comlÍdel'ación :


No hay duda que el próximo Congreso votará una suma
respetable para que la República de Colombia pueda tomar
parte de un modo digno, provechoso y 1ueido en el certamen
que coronará el fin ó el principio de este siglo Ó del venidero.
No me parece demasiado dos años'en un país de tan diñci·
les comunicaciones, de carácter algo rutinario y llpático en sus
poblaciones rurales, y además' poco acosttlmbl'ado tOQavía á
estas luchas gigantescas del progl'eso, para ir preparándonos, y
centralizar los envíos de los particu lares, los cuales, sea por lo
reducido de sus illdustrias y comercio, la escasez de sos capi·
tales y los obstáco los naturales de las regiones en donde vi ven,
no pueden tomar por su cuenta una sección y participar direc-
tamente de la exposición á su costa.
Trato sencillamente aquÍ de rennir I(}s prodnctos natnra·
les, tales como las madera¡;¡, I'os minerales, los objetos de fabri·
cación industrial, con exclusi6n absoluta de todo lo importado
naturalmente. Es imposible coleccionar ahora los productos
alimenticios, en su mayoría, como, por ejemplo, las frutas,
plantas y ciertos granoR; pero nada impide celltralizar una
ruana, una bayeta ó 1m tejido nacional de cualqllier pUlltO de
la República j una hamaca de palma cumare, un barniz,. un
· - S10-

objeto de loza ó de vidrio; hierro ó acero trabajadp; una muel·


tra de comino ó de palo mora; un pedazode caucbo, ds mine-
ral de oro, de plata, de cobre, de hierro, de carbón; jabón,
velasesteáricas, licores, cervezas. tabaco, semillas de sarra-
Ipia, de café, de cacao, 1ibros (i mpresos en el paÍR), pla·
nos, pintnras, dibujos, muebles artísticos, aguas minerales, pe-
tróleo, productos medicinales ó industriales extraídos de las
¡plantas de nuestras sel vas, etc. etc.
No necesito de gnaca¡;t, Ili de flechas de indios, ni de cu-
lebras en frascos, ni de pieles de tigres; estos objetos son muy
ioteresantes para un Museo, pero no sirven para una Exposi.
ción indllstria l, coroercial y agrícola; y precisamente nos de-
bemos proponer demostrar al extranj ero elll'0peo, en general
tan colosal mente ignorante tocante á estas tierras, qlle aquÍ no
vivimos entre tigres lJi culebras, y que no llevamos plumas en
la cabeza, sino q ne é"tas las \ levan las señoras en sus som bre-
ros.
Pienso solicitar del Sr. Ministro de Hacienda un lo'
cal adecuadu para ir clasificando y arreglando los envíos. To'
do se hará¡ adem~s, bajo la vigilancia oficial de los Sres. Se-
.crcltarios de Estado y se pu bl icarán á medida las listas de los
objetos con los nombres de )0::) l'emitenteR, de manera de exci-
tar cOlltillllamente el celo de ¡()~ respetables Curas párrocoq,
maestros de Escnela, A Ica 1deR, etc. para q ne vayan persua-
diendo poco á poco á SIlS feligreses y administrados de coope·
rar iI. tan i m portante obra para la prosperidad de la Patria.
Efectivamente, si los certámenes llniversales df'jan en ge-
neral un escaso prodncto inmediato porqne requieren gastos
inmensos, son el ruejor órgano de publicidad para hacer cono-
- cer al Exterj()1' los recursos, los progresos, las velltnjas de una
nación, la i/lteligencia y actividad de sus individuos, y fumeo-
tar la exportaeión y la inmigración.
Cada objeto deberá venir con sn cor1 espondiellt~folio de
origen, es decit·, la explicación del pUllto exacto donde ha 8} ·
do recogido ó fabricado, el nombre del fi1bric3llte ó del remI-
tente, su domicilio y prllfesión, el predo ó valor de.1 ob.i eto .
Tuda irá luégo nnmeradn, clasificado por seccIones y con-
signado en registros que queJa:.rán á dispoaición de lus coope·
radares.
T¡lmb:éu habrá que indicar en el folio de origen si el ob·
jeto Pllede ser vendido en la Exposición ó si debe ser devuel-
to á AH rem :tellte.
T ,t davÍa no hemos dado pasos oficiales toc3tltes al asunto,
- 311-

porqne ddseo primer.o lanztlr la id}a y ver ()}ué acevtaeión


tendrá.
Se podría quizás también obtener franqllicia' parr\ los pa-
quetes postales recomendados de ohjetos ql1e serán dirigidos
á la Direooión p1'eparatoria de ZI)¡ Seooión de Oolombia en la
Exposioión Universal de París en 1900, R8Í como d'e lat1
C. 1m pañÍas Hu viales y f~rrocarri\eras y turno de preferencia
para los bultos de mayor consideración.
Como se trata de UIl asunto de interé3 público para C o-
lombia, confiamos en que los Sr83. D irectores de la prensa
darán VOlntltaria acogida á esta circula .. , y al mismo tiempo
WB h lOrará 1 c In su; CU!l3ej H, ob,el'v :iciones.Y críticas, para
de este modo ampliar y llll:.>j ,)rar e~e piAD r¡lle .todavÍa no es
más q ne un proyecto ell ern brión.
Tudo esto de e ser cuidadosamente con3ultadó y medita·
do antes de ser puesto en práctica.

I[
Lo que n03 parece más importante 1)01' ahora, con el fin
de hacer tomar cnerpo á este proyecto, es :
1.0 Solicitar la autorización, aprobación y decidido apoyo
del Gobie . no N aciona 1.
2.0 FurmlH aqní nna JUllta General. I ,/

E:: cada D ~ pal'tamellto se establecerán otras Jnutas sec-


cinnaleR, b~jl) la Presidencia de los respectivos Gobernadores,
y h¡.¡jo la suprema ctirección de la de Bngotá, de manera que ,
imprescinrtiblernellte so centralicen en ~a capital todos los
en vías.
Da J nnta Central podría bosquejarse, salvo aceptaci6n
de las honorables )Jorsonas solicitaJas y ampliación, de la ma·
nera 8iguiente:
Pre8identes honorarios: ExcelentÍ3imo SI'. Presidente de
la Repúb ~ ica é Ilnstrísimo Sr. Arzobispo.
Vicepresidente honorario, Sr. Vi-cepresidente de la Repú·
b lica.
Presidf·nte efectivo: Sr. Ministro de Ilacienda.
Vice)Jrcsidellte t±ecti V(l: St'o Mini~tro de Instrucción P(l-
blica.
Vocales: Sres. Ministro de Gubiern('), Ministro de Gnerra
Ministro de .Relaciones Exteriores, Ministro del Tesoro; Sres~
SnbsecretarIos de Estado: Gobernador de Cundinamarca, Mi.
- 312-

nistro Plenipotenci~rio de Francia, Sr. Clwei'ler de la Lega-


ción Frances~, Sr. Alcalde Municipal, Sr. Dr. M. A. Caro, Sr~
Dr. Antonio R'oldán, Sr. Dr. Vicente Rastrepo, Consejal; Sr.
Dr. Baltasar Bc,tero Uribe, Magistrado de la Corte Suprema ;
Sr. Dr. Rafael M. Oarrasqllilhl, PreBbítero; Sr. Dr. ~Marco Fi·
del Snárez, escritor y e~tadista ; Sr. Dr. José Malluel Goenag9,
Sr. General Tribín, Sr. Carlos Tanco, Sr. J nan M. Dávila, Sr.
Dr. Juan de D. Car-rasqllilla, Director de El Agricultor ; Sr.
Dr. Salvador Camacho Roldán, escritor y el-tadista; Sr. Gene-
ral Matélls, Sr. Dr. R. Guerra Aznola, Rector de la Escuela
dó Ciencias ,; Sr. Dr. Diódoro Sánchez, Secretario de la Socie ,
dad de Ingenieros; Sr. Dr. M. Abadía Méndez, Profesor de
Derecho; Sr. Ed nard@ Espinosa, Sr. J eróni!llo Argáez, Sr. F.
J. Vergara y Velascn, Sr. Fidel Pombo, Sr. N elson Bonitto,
Sr. Enrique Arboleda, J t-fe de la Estadística nacional; Sr.
Jacob Cortizzos, Administrador de la CompflñÍa Colombiana
de Transporte"; Comercio: Sres. Carlos Uribe, Leo S. Kopp,
J oEé María Valenznela, Mignel Samper, Franci~co Vargas,
A. Maguin, Lorenzo Clléllar, hacendado; todos luB Directores
y propietarios de 10s diarios y periódicos de Bogot~, etc. etc.
Serán de derecho Presidentes honorarios los Excelentí-
simos Sres. Pnsidellte y Vicepresidente de la Rel-'ública, y
miem bros vocales los Sre8. S J cr~tario de E"l tado y S\1S SU hBe·
cretario8.
Esta Asamblea nombrará de sn seno un Director-Admi-
nistrador, nn Secretario y un Subsecrdario-trsorero (estos
nombramientos tendrán que ser aprobad os por el Gobierno
Nacional), y además dos Vocales de turno que dnrarán un mes
en actividad. Estos cinco señores con el Pl'esideute y el Vice-
iJresiclente furmarán la Junta Directiva.
Se deben ped ir las franq uicias de cnrreo, Com pa ñías ti u-
viales y fdrroc'al'ileras y turno de prl'ferencia sobre cualquie-
ra otra rnercanc111.
Los Gobiern os de los Departamentos vagarán los fl ~ tes de
bestias hasta los ern barq'ne8 en vapores ó en ferrocarri 1, ó has-
ta H >nda para los expositores qne nutoriamente eatón en la jm -
posibi I id Hd de hacer los ga ~ t()s, y en caso de q ne el en vío sea
j I1zgado por la Di rección departa mental digno de estos des-
em bolpos.
Desde Honda los fletes irán á cargo del GlIbierno N ac~o·
nal, quetendrá allí UlI agellte que puede ser persona de con·
fianza nombrada al efecto. De t(¡dos modos aconsE'jamos mu-
cho al expositor, que esté en situación de hacerlo, que remi·
313 -

ta directamente y á expensas soyas sus envíos á la Dirección.


General ,de Bngotá, sin pasar por varias manos y tramitacio- ,
nes. Pero ~i los entrega á la Dirección Departamentl:ll, debe-
rá siompre avisar inmediatamente al Director de Bogotá, y
enviarle copia del folio de origen para que éste pueda hace~'
las reclamaciones necesarias en caso de demora ó extravío •.
A cada expositor la Dirección Central le enviará nn recio
bo en el momento en que esté el objeto en poder de ella.
El Gobierno Nacional dará también el local necesario y:
adecnado para la recepción y clasificación de los envíos á Bo-
gotá.
Los irnJ.>resos y circulares Ae harán en la Imprenta Nacio-
nal, y gratuitamente por tn 1a la prensa de la República, sin
distill('ión de colores políticOf~, al menos así Jo suplicamoi
y esperarnos.
La reunión total de los miembros Vocalfs llevar á el
nom bre de Junta General de la Sección de OolomMa en la EilJ'
posición Universal de París en 1900.
A primera vista y snperficialmellte parecera á muchos iló-
gico y extraño que exijamos que unos ohjetoR enviados de Pa-
namá, de Santamarta, de Cúcllta ó de Buenavelltura, vengan
á Bog!Jtá para lnégo volver á bfljar estas cl1rdilleras y el M~g '
dalena para dirigirlos á PalÍ:3.
Tenemos dos rflZOnes:
La primera es que no se puede hacer ulla clasificación in.
teligeute, nna selEcción, un catálogo, sin rennirlo tOQO bajo
el criterio de un jurado único y esclarecido. De otro modo es
lo mismf) que si se encargara la construcción de las varias
~Ias de un palacio á diferelltes arqnitectos, que cada nn()
~ría haciendo BllS plallos sin poner~e de acnerdo; resultaría
l?dudablemente una obra mny defectnosfl y sin gnsto ni es-
tIlo artístico, á pesar del talento individual de cada arquitec.
too
La sf'gunda es que, algunos meses antes de enviarlo tod()
á la capital de Frallcia, tenernos el prop6sito de realizar en
B ogotá nna Exposición Nacional, que será probablemente un
acoutecimiento mny interesallte para é~ta República, y hare-
mos, así como se dice vulgarmente, en una vía dos mandados ..
L.os fletes serán mnchas veces dubles, pero el resllltado obte.
Illdo com pensará quizás am pliamente el precio de a Ignnas
molas de carga y de algnuos carros.
III

Hace muchos años qne la Nueva Granad a no existe; tamo


bién han desapa recido los E~tados Unidos de Colom bia; vi vi·
'mos en la Ilepública de Oolombia/ de modo que una ('xposición
q ne separa ría lbs prod nctos de AIl tioq nia con los del Oanca,
los de Bolíva r con los de CundinamarcA, sería un absurd o: la
Repúb lica ~s una é indivisible.
Por consiguiente, nos paJ'eee raciona l adopta r para la cla-
-sificación las divisiones en grupos. Cada objeto llevará su ti-
quete, bien legible, probab lement e impre~o en castellano y
en francés, que dirá, por f'jemplo:
Palo de rosa, ribera derech a del río Guaya bito, afluente
del Carare , Departamelltl) de Santan der, -enviado por el senor
N*** de Vélez. Valor, $ _______ _
Pluma s de garzas, calidad extra fin::!, río Atl'ato, Depar-
tament o del Oallea, enviad n por el Sr. F*** de Qnibdó. Va·
lor, $ , •••..• ~ l!l libra en Quibdó ó CartRgena.
Galápago, Cllero de ____ , fdbricado por pI señor D*** de
Manizales, y en viado por el señor A*** de Medellín, Depart a.
mento de Autioq uia. Valor, $ .. . ___ _
Las cantida des expres adas ell pesos papel serán reducidas
luégo á francos, según el cambio.
Así sncede en las Exposiciones de los reinos, imperios ó
repúbl icas uní tarias, y nad ie en Fl'anci a pensad a en (,fllBCarse
al ver nna máqnin a de tejer medias del Ddpart amento del Pas-
_ de Oalais al lado de otl'a de Lyon.
Por lo pronto habíamos pensAdo, sal \'0 observaciones que
serán muy bien recibid as y atendid as, en cuatro grupos prin-
-cipales.
I)rz'mer grupo - Hez'no mineral
Muestras de minera les de oro, plata, cobre, hierro, plomo,
carbón , platina , esmeraldas, granate s, amatista!', sal gema,
aguas minerales, petróleo, cinabri o (mercurio), su lfllro de anti'
mon io, etc., de.

Segundo grupo -Flora . faun a y (íg'f'icultura


Maderas, plantas útiles, productos químicos, indnbt dales
l' medici naJes' sacados de ellas, reci nas, barnices, bálsamos,
.aceites, color-es, semillas y granos, cacao y chocolate, café,
- 315-

maíce~"sa"rapia, t,abaco en hrj-flS y preparado, a 1god6n, lan,a8,


pluma~, carey, mariposas, , rerla~, pájaros cmbalsama'dos y
montados palla adornos y mo'das. cueros y vieles finas prepara·
dos (venado, nutl'i~), de. etc.

Tercer g1"'upo-Industria
Tc-jidos, bayetas, sombrero~, calzado, hamaca¡;:, talab·a rte.
ría, vidrios y cristales, Inzas, herramientas, hierro y acero la.
brados, cachos labrado@, m nebles de I njo, al haj as, velas esteá.
ricas, jabones, cervezas, licores, conservas, etc., etc.

Ouar-to grupo - Oien cías, In strucción pública y ar tes


Libros (impresns en el país), colección de periódicos y
revistas, trabajos ti pográficos y gra bado¡;:, encuadernación,
planos, mapas, dihnjos, pintnras, escultnra, maquinaria, mo-
de los de bnql1es fluviales y de apal'.atos de minas (constrnídos
enteramente en el país y en reducción), invenciones, instru.
mentos de mú.,ica, vistas fot 0 gráfica@, colección de retratos
de bellezas colombianas, la bores femeni les, bordados, encPjes,
etc., etc.
Falt.a en esta lista cantidades enormes de objetos que me-
recen il' á la Exposición, y aguardamos que- nos ayuden á amo
pliarla, completarla si es posible, y á hacer una clasificación
más razonad~.

IV
Tenemos q \lEl i Ilsisti r ro ucho so bl'e losfolios de origen, por-
qne es de grande importancia el mayor aco}Jio de datos f'xpli.
cativos sobre la p,'ocedencia y el valor de los eJ.lvíos, para
evitar lo más que se plled~ una complicada correspondencia
eutre los expositores y la Dirrccióll general.
Por ej emplo:
fflu f3 stra de mineral de oro, de la mina La PaZtt~'na, á nna
I f'gll~ y media al NE. de Alllalfi, D l~ pal'tamf-'nto de Antioquill,
p.l'olJledad de l( , ~ sf'ñores F. A . Y C. R., de Meuellío; la mina
titulada deRde 1889, ha sido éxplotada dUl'ante coatro Hños. El
mineral d~ba en la época de mayor producción.... ollzas de
oro por tonelada por un 20 por 100 de plata. Si la mina está
- 316-

de vellta, es bueno que los expositores acompañen un informe


'. circunstanciado, y si pueden, un pequerío croquis ó plano.
Muestra' de mineral de oro y plata de la mina La Provi,
dencia, cabeceras de RiofrÍo, cuatro leguas al NE. de Girón,
Departamento de Santander, mina 'titulada por el Sr. C. R. de
Bncaramanga. No ha sido explotada. El mineral no ha sido
ensayado. En este caso es bueno enviar suficientes muestras
para q ne se pueda, si es necesario, hacer nn ensayo é indicar
en qué condiciones se cedería la minA, sea en venta, sea en
asociación.
N atnralmente nadie en París y nin~ún individuo que ven·
, drá á visitar la Exposición, comprará una mina ó formará una
Sociedad sobre la vista de una muestra de mineral; pero pue-
de comisionar una persona, puede venir él mismo á visitar la
mina, por consecuencia de datos que le parecerán serios y con-
venientes para un nf>gocin.
Ag1ta mineral de Usiacurí (en frascos y botellas de vi-
drio blanco, herméticamente tapados y lacrados), á 9 leguas al
SO. de Barránqnilla, Departamento de BtJlívar, fllellte de.El
Ohorrito, prodncto .... litros al minuto, análisis químico (si la
hay verdadera y seria). Dictamen facultativo con certificados
de médicos titnlados sobre las enfermedades que cura esta
agua; uso externo ó internn; si es termal, Sil temperatura;
datos sobre el In~ar, pueblo á proximidad,: vías de comu-
nicación, altitnd sobre el ni vel del mar, temperatura media,
etc. Si está en (.·xplotación, monopolizada ó nó, etr., etc.
Relativamente á los modelos de máquinas, iuvencioneFl,
aparatos de mi llaR bl1q nes fluviales, etc, i no les parece á uso
tedes, señ >res Dir~ctores, que sería muy interesante para un
ingléR, un alemán, ó cualquier europeo que 110 ha venido ja·
más á la América del Sur, ni en Sll meute se la representa de
otro modo que como nna selva inmensa cuajada de indios des-
nudos, ver reproducido fielmente delaute de sus ojos y en sus
menores detalle~, un vapor en miniatnra (de 1 tIl. 50 á 2 me-
tros, por ejemplo, de longitud), qne le enseñaría de qué malle-
ra navegamos ouestrns ríos.á 300 legu~8 de las costas 1 Y co,
nozco más de nn empleado de lns talleres de la Oomp~,ñía Co-
lombiana de Trasportes q1le sería mny cap~z de cOIlstrnÍr esta
curiosidad científica y artística.
1 y un molino de pisones para tritnrar el mineral de oro
con su batería, sn rueda hidráulica, su árbol, su mesa de pa-
fios, su arrastre, sn laberinto, etc.! Mád de un carpintero
antioqueño serÍd apto para esta joya.
- 317 - "

No hay más que poner mano á IR obra, tt'ner cQnsta.ncia,


fe y valor, y pode~op, I~ asegnral~(l~, presentar nn conJunto .
nada despreciable a Ins OJtIS de la vlt:'1a Enropfl.
Quisiéramos señ¡:\lal' b,davÍa á los hl,mbres de iudl1st~i3
y de trab9jo algnnos pUlltoS que qlledaron oscuros ell el cna-
dro que hemos soñado.
j L~s plantas útiles! j qllé cam;_'o tan vasto ! j qn~ hori-
zl)nte sin límites en Colombia! Flué rnrllldo descollocido toda-
ví~ en Sil mayo\' parte! Magu1tico sería algunos buellos hfJr-
barios con ens corres¡.>ondielltes noticias eX,.>licativas; pero no
nos atrevemos á esperllr tanto. Esto reqniere mucho tiempo,
actividad, ciencia y dinero, y desgraciadamente, nos fétltan
un poco estas cuatro cosas tall importantes para realizar lo
que verdaderamtnte se puede llamar una bella Exposición.
Sin embar60, personas algo instrnídas en bot.ánica no fal.
tan en Ql\ibdó, eu Montería, ell Santámarta, (11 Valle Dupar,
en Vélez, en Aranca, qne son pnntos 'poblados cer ,~a de gran-
des selvas ¡.>roductoras de e3tos tesoros del reino vpgetal ; pue
den encargar á los monteadores, caz_adores, cancheros, q UiL e-
ros, que les traigan muestras y enviál'rloslas con SIlS nombres
vulgares é indicación de sus I1S0S domé.,ticos entre ellos yen-
tre los indios. _
Las n n merosas colecciones de vistas de rnO "lll mentDs, de
paisajes y Ingares pintorescos, es asunto tambión de suma ¡m ·
portallcia y Il1lly iJlstrnctivlI; una buena vista futl'gráfica
enseña más sobre una regióll que diez páginas de descrip-
ción. -
No creemos muy n~cesario enviar muchos tipos de arrie-
ros, indios, mendigos, etc.; esto es muy interesante en Le
Tour du Monde ú otras publicaciones de viajes, pero no le
veml)s mucha ntilidad en la Exposición.
Vistas de puertos, de muelles, de vías férreas, de interio-
res de fábricas y de escuelas, de haciendas de café, de cacao
de trapiches, de caneyes, de platanales, de rÍI)s navegables d~
obraa públicas, terminadas y en construcción, de animales' de
raza caballar, mular y vacuna, panoramas de ciudades de
los trabajos actuales del Cana) y -del puerto de Panamá e'tc ;
esto es lo que se necesita. '
Las señoras y señoritas no deben desentenderse de la obra;
rec!amam~s respet?osamente, pero con voluntad muy firme,
all lmpC¡}ftante contingente y concurso.
Tienen en general manos de hadas, y hemos visto en va
rias partes de Colombia primorosos y maravilloso3 trabajos de-
- 318-

eno.aje@, de bordados, de tapicería, de Bores artificiales, de


pintura á la acuarela y al óleo sobre porcelana, sobre espejos,
obras de pelo y de plumas, dibujos, etc.
En cnanto á la colección de beldades colombianas, no de-
ben temer de mandar sus f\ltogafías, que serán dignamente
colocadas en lujosos album:3 ó en arfÍ8ticos marcos. Esto se
ha hecho ya en varias otras ExposiciolleE, y las damas de i a
aristocracia de Viena, de Brncelas, de París, no se han neg a-
do á prestarse varias veces á concursos de belleza que reque-
rían mayores sacrificios que el envío de retratos, porque ha-
bía q ne someterse personal mente al examen de un J arado.
Nada hace más honor á la cultura de un país, nada le da
más derecho á ocnpar un alto puesto en la escala ne las razas
como la hermosura de sus mnjeres. Sun ellas las que repre-
sentan, que pintan, que _sintetizan las sociedades y que puo·
den dar la má:3 ('xacta gradnació,' de su nivel intelectual en-
tre los pueb los civiliz&do~. Desconfíen de nna naeión en donde
las ID njel'es son feas, los h'lm bres allí serán crueles y t08COS,
no tendrán gnstus artí~tico8 ni literarios, ni sociabilidad ni
hidalgní t.
En el certamen de 1900 no t.ememos absolutamente, bajo
este punto de vistd, la c()mpal'aciólI con' grupo femenil de nin-
gún otro vneblo, ni siquiera con EdJ).a ña ni con Italia. En e ·~ te
imporUtnte ralllo estarnos ab~()llltamente segnros de llevar la
victoria, ó al menos de salir e:tequo, y no debemos jamá:; Jes-
cnidaruos de lo q ne puede realzar n Ilestra fama y buena repu-
tación.

•• •
CONSIDERACIONES GENERALES
SOBRE EL TRAZO DE CAMINOS Y PUENTES EN COI.. OMBIA

Mi objet.o no puede ser el de entrar aqtlí en las conside-


racionp.s políticas ó comerciales qne llevan' al Gobierno ó á la
AdmillistrHción á decidir el e~tlldio y la creación de tal Ó cual
camino y que inflnyen sobre la elección de los lllgares princi-
pales de su tri1 yecto; me preocup3ré únicamente de encontrar
en los limites trazados, las consideraciónes mejores bajo el tri·
ple pnnto de vista de la economía en Jos gastos de establecí-
miellto y de c\'lnservación, de la cnmodidad y seguridad de los
viajeros y la mayor f:-\cilidHd de transporte para la circulación
en él de las personas y de las mercaderías.
D~Rde q ne recorro y estnd io los países tropicales someti-
dos todos á lluvias torrenciales que caen sin cesar por tempo·
radas, mi mayor preocupación en la construcción y conserva-
ción 'de ]os caminos se dirigió so.bl'e tres pllntos principales:
1. o Los desaguaderos 1.1 lerales del camino y de trecho en
trecho transversales;
2.° Manlener siempre el asiento del camino, ó mejor di-
cho, e'l auelo de la calzada, en convexidad ó en forma de lomo
para facilitar la corriente continua de las aguas hacia los dos
costados; y
3. 0 Empedrar, y empedrar siempre, - en todos los pontos
peligrosos J donde pueden formarse pantanos.
Una bestia cargada sale de las piedras allnql1~ estén en
montones, mal picadas, agndas ó mal colocadas; rnientras qne
118 hunde, se entierra en el barro hasta tal punto que algunas
Teces DO puede salir de él.
- 320-

Dentro de muchfls s'fíos todavía, será opo.-tur.a en Oolorn ·


q)ia la reedición de esta anécdo ta, contad a C0fl tánta gracia
por el finado Sr. J. de D. Re!.'trepo: El ilu:ltre Presid ente que
acabam os de perder , viajaba en Antioq nia de regreso de la
-Convención de Rioneg ro; hacía mnchl) inviern o y el camino
~staba horrib le; @obre un fangal vio un som brero,
mandó al
paje qne lo recogiese, veriticado lo cual, asomó la cabezR de
un hombr e debajl) del sombr ero.-S aqne á ese pobre diabl@,
ilijq al paje el doctor N úñez.- ApenA s file sacado el malhad ado
-caminante se dirige al doctor N úñez y le dice: "señol', sáqnem e
'mi innla que e~tá dE.bqj 'j."
E~ ciel·tl) g ne esto no es m 1S q ne lHI chiste satírico
, pero
un f ,udo de verdad ha dado lugar á la broma.
El e~tudio de nlla reg:ón cllalgn iera qne sea, para el tra-
'Zo.::Jo de ferrocarriL~s, de camino s ó sencill amente patcl el le-
vantrll niento de un plano, rer¡uiere primel'o l1n reconocimiento
.genel·al, porl.flle el método trigono métric o ordena proced er
siem pre por las masas p ~ r ,i despué s Ile~ar á los detalles. Un
exame n raz0nado cond ncirá 1uégo á mul ti plicar las pri l~el'a8
divisiones y á no c,msid erar más qne UII cierto nÚfoero de tro·
'Zos parcial es sobre los cnales la economía local (rdena fijarse,
'Como el paso de ríos y quebradas donde la cnnstrucción de
puente s presen ta notable s facilidades, las depresiolles que per-
flliten atraves ar un alto á la menor (levaci ón, ó centros pobla·
dos que pueden ser ventajo sament e servidos y qne habían sido
'elimin ados por sn poca import ancia en el primer reclJnoci-
'm iento.
TOffi'lndo por ejempl o una sección de Colombia, Antio-
equia, qne es en donde hem')s tenido el hooor de ,desemp eñar
-dur~llte cerca de dos añ)s el.cal'go de Ingeni ero Su
perior de
camino s, snpond remos un momen to que, situado s encima de
una torre Eiffel, elevad a en Medell í 1, que aproxi madam ente
puede ser cr)osiderado como el punto central del Depart amen-
to, domine mos las cordill eras y recorra mos con ojeada de lince
las inmens idades de Antioq uia: n nestra atención sería in me·
·diatam ente llamad a hacia 10s dos caudalosos ríus q ne encierr an
á E. Y O. su región más import ante y más poblada. -
Del Magda lena uo tonemos que ocupllr nos; es navega ple
natura l mente, es . u n camino que anda, q ne, por cierto, son
~8toS 108 mejores, por1ue nos vienen directa mente de
la mano
de Dios y que el hombr e no tiene uada, 6 bien poca cosa qne
baeer en ellos; son los más baratos , IJS que no necesit an en '
genera l ni ing~nieros, ni ref~cción, porque eon inalter ables.
- 32i-

Otrr es el Cauca; J, á propósito del Canca, que me seQ


permitido hacer una peqneria digresión para ~xponer uno dé
mis lwbbies, conw dicen los ingleí'es, para desIgnar un pensa
miento ó esfuerzo favorito, aquello que ocupa constantetnen-
te la atención de uno.
Desde que he recorrido el río Canca, de Cali hasta Carta-
go en vapor, y Inégo á caballo en sos m~rgenes, hasta casi su
desembocadura; que he trabajado á sus <.rillas y que en mu-
chas noches he soñado al rnido de sus olas, he pensado en sn
canalización. Sí, tan caprichoso, tan indomable como parece,
tan entorpecido en su cnrso como lo es por los saltos, chorros,
etc., desde Juan Gal'cía hasta sn desem bncadura, con sus cre-
cientes tl'emendas y sus mermas repentinas, no desesp t' ro de
verlo nn día canalizado, y si no lo veo, es muy probable que
la otra generación que UOB sucederá lo vea: las dragas y la
dinamita pueden mncho.
Hace cien añ0s, qnien hubiera propuesto la canalización
del Mississipi hubiera hecho reír á los ingeniel'os de aquel
tiempo, y sin emb Hrgo, al lí lo tenemos domado, encajonado,
domesticado y humilde como un /lino. Entonces con el Ferro -
carril de Bllellaventnra á Oali, la unión de lus dos Océanos
será hecha por un canal más prove~hoso mil veces pal'a Co .
lombi a que el Oanal de Panamá; las importaciones y las ex-
portaciones entrarán y saldrán por el Uanca, por Antioqllia,
por un camino que anda, y la prosperidad de esta comarca se
habrá c8ntnpliüado; 10B buques dA vap or se irán con escala de
Cali á Barrauqllilla, dejando y Ilevand l) las carg¡ls; la región in-
mensa y riqnÍ:iirnR del Ohocó será pob' ada, y mi sueño dorado,
mi hobbi será realizado.
La idea, y~ antigua, de un Canal Interoceállico por el
Atrato, N api pí, hasta el Golfo de On pica, ab, e otros horizontes
todavía más brillantes para Oolom bia.
La navegación casi establecid_3 ya en el do San Juan; al
abertura del Istmo de San Pab io, entre el Sall J aan y el río
Quito, 80n empresas que pueden ser pnramente lIacinoa/es.
No queremos decir qne se hada por el Atrato UIl canal
igual en magnificencia é inmensidad al do Panamá, pero, por
ejemplo, sin hacer un callal ql\e permitiría el paso de buques
de 120 metros de largo, se podría establecer ulJa CumpañÍa de
buques de cabotáje suficiente pal'(-\ 8 n p,)rtar todo trasburdH,
COII eclnsas de 30 metroR (entl'e Nnpipí J Cnpicn); sel'Ía esto,
con lai tarifas que se podrían establecer, una competencia,
21
- 322-

muy útil para la República, con ei Ferrocarril de Panam~, J


una fnente de riqueza inagotable para las regiones del Choco.
Se establecerían puertos adecuados en el Golfo de Urabá,
en Napipí y en Cupica, y comunicarían los dos océanos algu-
nos sfíoa antes por esta vía qne por la de Panamá, qpe des-
graciadamente es todavía problemática.
Si acaso Colombia 80la no tenía la fuerza metálica sufi·
oiente para emprender la obra i qué impedimento hubiera
para provocar un Congreso Suramericano, en Bogotá, para too
mar las deci8iones y medidas convenientes para llevar la obra
á cabo '1 Se enlazaría el Ferrocarril de Antioquia con el río
Art}nía, qne ~s navegable abajo de Isleta, ó con el camino del
Atrato (Mllde~lí!1 á Quibdó), y entonces Medellin podría llegar
á ser una de las grandes metrópolis de Suramérica, porque
sería \lBa de las únicas ciudades, en este OOlltinente, servidas
por via de agna y ferrocRrril con los dos océanos; las solas ri-
vales que tendría sedan Buenos Aire'l y Santiago de Chile,
que comnnican direct~mellte por' el Fenocarrii Trasandino r
Esto sería una cintnra, nna arteria, infnndiendo la vida,
la actividad y la industria en toda la región atravesada
por ella.
Se podría ir todavía mncho más lejos en esas consideracio·
nes en preVIsión del Ferrocarril IlItercontinental (1), que pon-
dría ent( IIces á Medellín en comunicAción directa con el canal
proyectado; pero agnHrdpmoB prudentemente y estudiemos
con atención y científicamente el asnnto antes de lanzarnos
en sueños AtreviJ ns qne podrían resnltarnos ilusiones.
Vol vamos á lo q ne p()da mas hacel' ahora y tiremos una
línea de N. á S., IlI1 ej e q no a trH viese el Departamento, de
Manizales á Zaragoza, prolollgándose hasta el Magdalena y
pasando pOI' Medellíll; Illégo tracemos otra línea perpendi.
cular á la primera que paso igualmente por Medellín, como
centro; al Oriente la prolongamos hacia el Magdalena, al Oc-
cidente hAcia el Atrato.
Estas dos líneas son, en mi concepto, los dos caminos priu-
cí pales, las dos arteri as de esta sección de lB Repúbl ica, las
que deben llamar primera y continuamente la atención y la
l'igilaocia y ser mautellidéls en perfecto estado de conservación.
L08 demás caminos q uo irradian de Medellín, ó juntan entre
ellos alrededor de la capital los diferentes trozos de estas dos
grandes divisiones, son corolarios y anexos de ellos.
En llanuras (I'egióll oriental), el trazado de un camino
(1) Este proyecto de ferrocarril une directamente á Buenosaires con"Nueva York
- 323-

no presenta dificultad algnna. Cnando se desvía de la línea


recta 108 rnotivf's de esta desviación son generalmente justifi-
cados por consideraciones extrafhls al arte del ingeniero, y 80n
más bien del dominio de la administración.
Pt ro no sncede 39Í en un país tan montanoso, tan rugoso,
corno el suelo de lo demás de Colombia, que según una figura
muy exacta del Dr. M. Ul'ibe Allgel,ofrece en su cuadro coro-
gráfico el asperto de un líq nido, espeso é hirviente, á punto
ya de solidificarse, cuando presenta sobre la superficie eleva-
ciones y hundimientos causados por el influjo de los vaporea
que se desprenden de BU interior.
Por lo tanto, si de una parte, y como sucede casI sIem-
pre, la dirección en línea recta plHece red Dci l' lo más que se
pueda el desarrollo del camillo, daría lug:H ~or otra ~\ll\"te á
declives y pendientes inadmisible8. En todo caso estos decli·
ves, además de las dificultades de conservación á consecuen-
cia de las degradaciones á que estarían expuestos de parte de
las aguas, presentarían el grave inconveniente de obligar las
bestias de carga á nn eEfLlerzo exagerado en las subidHs, á nna
resiEtencia excesiva en las uajüdas, y por consiguiente á una
disminución considerable de la cantidad de acción útil que
estos animales pueden prestar.
Hay, pues, necesidad, en las regiones muy quebradas, d
alejarse mucho y con mucha frecnencia, de la línea recta, au-
mentalldo ~sí el desarrollo del camino para disminuÍr las pen-
dienteil; sin embargo, hay uu término, ell cada caso particu-
lar, para este aumento de trayectp, J la a veriguaeión de este
término depende de datos nnmerosus cnya exposición comple-
ta no ca be en esta reseña.
De nn punto de partida determinado hacia un punto de
1Iegada igualmente determinado, suponemos dos ó más traza-
dos que 8e r ecomiendan, bajo varias cOllsideraciones, por sus
ventajas más Ó. menos importautes ; el mejor segnramellte es el
que, en vista del interés del capital de (,ollstrucción, del gasto
de conservación normal, de los gastos de trasporte de merca-
derías, conduciría á la menor suma de gatltos anualHl.
A toda longitnd inclinada, c\.la lqniera que sea el grado
de su decli ve,corresponde \l na Inngi tnd horizontal eq ui valente.
Convenido esto, nada más fácil que establec~r la comparación
de los trazados propuestos, si se conociera la serie de coeficien-
tes por los cuales Be debe multiplicar una longitud inclinada
según una tasa dada, para converti/'la en longitud horizontal
equivalente; Ó, lo que viene á Ber lo mismo, la ser-Íe de gua-
- 324-

rismos por los cuales se hubiera de mnltiplicar el desarrollo


efectivo correspondiente á un metro de altura franqueada se-
gún una inclinación dada, para obtener la longitud horizon-
tal que eqnivaldría á flste desarrollo.
. ES'e método es efectivamente más cómodo que el primero,
por la razóll que las alturas para franquear, tallto subiendo
como blljando, son directamente suministradas por laa cotas
del perfil longitudinal.
Por lo tanto, la cuestión de la elección entre dos trazados
se rednce generalmente á la comparación de gastos annales de
conservación; pero B1íadiré que para ser del todo concluyen-
te el resn ltado de esta Com paración, es necesario que los pro-
yectos cornpl1rados satisfagan á la vez las condiciones norma-
les del trazado y las leyes de una prndente economía; por-
qne podría suceder que el proyecto cnyas disposiciones plin
cipales serian las mejores, venga á ser' ~l más malo, á con·
secuencia de algunos vicios de trazado ó de una exageración
de gasto.
Si se tratara, por ejemplo, de abrir nna vía de comunica-
ción entre dos puntos separados por varios ~alles y qne una
de las direccioll.es propuesta8, llenando las condiciolles norma-
les del trazado para el paso de las cimas ó cumbres (líneas de
separación de las aguas), y de Jos talwegs (líneas de fundo de
los vades según las cn .les corren las agn3s), se alejase de es-
tas condiciones para 108 declives, Ó llenase solamente estas úl-
timas atrayendo gastos enormes de cOIlstrncción, se concibe
que otro proyecto, aunque no sea tan ventajoso tocante á las
primeras cOlldiciooes y que ~)resente alguoas cOJltrapendientes
inútiles, pero ·con declividades f.lOrmales, Ó construcción me·
nos gravosa, podría, sin em b:1rgo, obtener la preferencia por
la comparación de los gastos anuales.
ASÍ, y para evitar toda fctlsa conclusión, es necesario so-
meter á un examen pl'eli minar cada llno de 108 proyectos en ·
tre los cnales se trata de hacer la elección, y hacer entrar en
comparación solamente 108 que llenan las condiciones princi-
pales de trazado y de economía.
Pocas reglas especiales existen para el trazado de los cami ·
nos en las regiones rnou tafíosas. En toda parte hay q ne estlldiar
el terreno con a.uticipacióll á toda fijación de trazado y buscar
con cuidado la mejor direccióll. El ingeniero debe siempre
aplicarse en perseguir el descubrimient de la que presenta la
l)

menor altura, ó la menor suma de alturas para franquear, por-


que si se hacen subir c8ígas bin uecesidad para hacerlas bajar
~ 325-

luégo, se pierde evidentemente, según las leyes más elemen·


tales de la estática una cantidad de acción representada por
el producto del pes~ transportado y de la altura á la cual este
peso ha sido inútilmente elevado., ,
PUl' este moti vo, es mny necesarJO e8tl~dlar sobre ,el te
rreno el trazado del camillo en los dos sentIdos, es decIr, de
los dos lados ó caras, porque sucede con frecuencia que, en
país montañoso, el relie\'e del snelo se presenta de ~n modo
muy diferente, según el lado por el cnal se ha examInado, y
qne el segundo estudio haga notar faltaR, errores y obstáculos
q ne habían pasado inad vertidos al pri mero,

11

En regiones como Colombia, donde la madera es todavía


abundante y presenta condiciones especiales de dUl'ación y de
resistencia á la acción de las aguas; donde la piedra es de ex-
tracción fácil y se halla casi en todas partes (á excepción de
la región oriental, Los LlanoE, totaltn eute privada de ella), de·
bemos dirigir especialmente nuestl'a atención sobre los 1.Hlen.
tes de madera y de cal y canto, y l'stas d os razones no son las
únicas, ni tampoco las más imp ortantes: la dificultad yel cos.
to sllbidísimo -de los tr¡:\Ilsp ortes p:Hl1 l::ls difere ntes piezas de
un puente de fierro flllldid l l , de bronc e Ó de tole (hierl'o bati-
do redncido en placas delgadas), y de la maqnillaria reqneri-
da para su constl'ncciÓIl; la IlH tl¡ rnl eza ue 108 ríos de decl ¡ves
generalmente vi olentos, de lechos ar¡o nf)SOS y cascajusos y por
cOllsiguiellte movedizos ell f xtrun n , de crecielJtes fnaa de cál·
culos, y otros muchos más m0tiv(lS, hacén (hflblo nattlralmen-
te en general), hasta en un p lfvellir ]t'j -¡no, irraciollal la cons-
trucción de otrus pllentes qlle los de rnad t ra Ó de cal y canto
de nn solo tramo ó arco lo lI1á, que se ~Iled::l, para los rÍf)S de
poca anchura y suspelldid os SOlallJellte para las grandes arte-
rias fin viales.
De modo mny distinto se tendrÍJi que tratar eeta materia
en PFlÍses como Eur(¡pa ó N rtenlllél'icH, dowje)a fabricación
muy adelantada de los IlletHI(~ s, la E.'seasl'Z Ó carestía de la ma ·
dera, la necesidad de constl'llÍI' pitloS qlle resistan á la t.repida-
ción y al peso inmellsn de ferl'ocarriles b de carros enormep
la navegación, en fin, que lll11chns veces exige puentes girato'.
rioA, hall heril,) ab[llldollflr, ca8i por com~let(), los puelJtes de
madera y de cal y canto, á menos que sea interillamellte ó en
casos urgentísimos.
- 326-

. Cuando el Capitán Samuel Bl'Own estaba ocupado en es


tndiar la constl'uccióo de los pnentes, con el objeto de inven-
tar uno económico con el objeto de echarlo sobre el río Twed,
cerca de donde vivía, paEeábase en su jar'dín en una ma-
ñana de otoño llena de rqcÍo, cuando vio nna tenne tela de
arana snspendida al tt'svés de nn camino. IlImediatamellte se
le ocurrió la idea que de igual madi, se podl'Ía construÍr un
puente de cnerdas ó cadenas de hierro, y el resultado fue la
invención de sn 'pnente colgante.
Los pnentes colgantes, lo mismo qne los pnentes de bron-
ce ó de hierro laminado, no datan de muchos anos. Fue á prin-
cipio del siglo cuando vino la idea de amarrar á cadenas ó á
cables de hierro un piso destinado á permitir a la gente de
á pie pri mero, y á los vehículos Iuégo, franq uear de nn solo
til'o espaciod más ó menos largos sin bajar al fOlldo de los va-
lles. Despnés de haber tomado nacimiento esta innovación atre·
vida, se general izó prOll to en Inglaterra, Iuégo en Francia y
en toda Europa, donde esta clasé de obras fue ráIJidamente
adoptada, con cierto entusiasmo que no decayó hasta la me
mOl'ablo y terrible catástrofe acontecida el 16 de Abr'il de
1850 en el puente de La Basse Ohaine, en Angors (Francia).
Sin embargo, se siguió constr\1yelldo nnmerosos puentes
colgantes, y actualmente se encuentran á cada paso, desde los
peqlleñ 'l"l de 20 á 35 mfltr0S de IOllgitl1d sobre los canales de
navegació " , hasta el pnente de Fribúrgo (Sniza), que se com-
pone de Ull tram 0 único de 246 metros. América sobrepa86
m\H",ho á Europa en estas construcciones, pues se hallan ahora
en el Nuevo Mundo varios puentes suspendidos que alcanzan
cerca de 500 metros.
Han construído tam bién puentes suspendidos de dos ó
más tramos, 9poyados sobre estribos intermediarios, yel mag o
nífico puellte de San Alldrés de Gnbzac (Francia) es UB her-
Inoso modelo del génel'{). AqnÍ en C,'¡oGlbia tenemos uno que
no es liada despreciable: el pI! ente de La Iglesia (Jericó, río
Callca).
U no de los más hermflsos puentes de Europa es el de La
lloche Ber:nard, constrllído en 1836 sobre el río La Vilaine á
33 metros encima de las mayores crecientes conocidas, por el
Ingenier·) en Jefe Le Blanc: Tiene 193 metros.
El pupnte colgante suspendido á 3 kilómetros hacia aba-
jo de las célebl'es cataratas del Niágara y á 67 metros de altu-
ra sobre llis aguas del río, tiene 250 metros de tiro.
Se construyó posteriormente, á los 500 metros no más aba·
- 327-

jo de las cataratas, otro pnente cuya exten~ión es de 387 me-


tros, destinado también á unir la ribeJ'a canaoeme con la ame-
ricana, dando paso libre á IUs numerosos turistas que llegan
de todas partes del mundo para cOlltemplar este magnífico
espectáculo.
Estos puentes han sido dejados muy .atrás por el célebre
pnénte q ne n ne á N neva York con Brooklyn, construído en -
1886, tiene 492 metr09, y dos pisos snbrepnest0s á 7 metros el
uno del otro. Sobre el jnferio·r pasan los transeúntes, las bes-
tias y los coches; la plataforma snperi or lleva la vía fér~ea.
Se ha term n~do el año pasado el puente de A I1tioqnia ó
de Occidente; tiene 252 metros de longitud y es, si uo me ~qlli.
voco, el puente colgante de más extensión de Sllramérica; lo
construyó un ingeniero nacional: el Dr. José María Villa.
Los puentes colgantes del sistema Canlehwer (puente de Girar-
dot), nos parecen de los más ad ecuad os tJ or ahora en Oolombia.
Los cálculos de esta clase de puentes están flllldados en
principios que de \lila mallera original y científica ofrecen á
los constructores de puentes las ventajas del arco de hierro y
del puente suspendid o. E'l tos dos sistemas, lo mismo que el
mencion ado ~nteriol'lnente, dan co mpl eta sflgl1/'idad; pero
. para la construcción práctica presentall diferentes vent}l]as
cuanto á cierto límite del span, qne en lo general no es fácil
propasar en el ateo de hi erro, y pOI' ps to se prefiere el puen-
te colgante en caso de snpercoll strllcciolled de vasta y larga
extensión sobre anchos r Í ()S y b,dlÍ<I f' .
El siotema general ado ptl1 do ell el pn ente Oanlehwer es
el de tl'am llS en sllspe mión C(l n c,utel l1 s Ó 1l1Odillones; Jos m'iem-
bl'os en compresión son de for;lla tnbn lar y los qne van en
tenslón 80n barras de ojo.
El material de hierro dche tener las siguientes condicio-
nes generales: las barras de ojo debell ser barrns nuevas de
hierro apiladas dos veces , calde adas Jos vl' cesy acolladas tres
veces. Antes de salir de los tall eref: , t,)dl1S laA barras de l)jO
deben ser p obadaR con un estirón de 1,500 kilógl'amos por
centímetro cuadrado, sin ylle dejen altirgMniento permanente
que pudiera medirso con RlgÚIl in~tl'\lllle/lto regnlar.
Lns agnjeros pan! IH R chl\' ij ns ó pasadores deben eRtar tao
ladrados con gran cnidado'y el .in rgo entre ellos no debe ex
ceder de i de milímetri.'. Las clavijas torneadas deben ser de
la mejor cla!'e de hierro y los tended'lres y eslabones de ?'nel.
ta 50 por 100 más fnertes q"e S\lS '{arillas.
Las barras de hierl~o deben poder ser dobladas sobre sí
bajo el martillo, sin presentar muestra de fractura. '
- 328-

Para un puente colgante que debe servir al tránsito de


los pasajeros y bestias, de unos 300 metros, por ejemplo, de.
8pan central, la resistencia debe ser á lo ' menos la de un08
500 kilogramos, por metro y el tablero ó las maderas del piso
deberan poder resistir un peso vivo de 5,000 kilogramoB 1
igualmente distribuidos en el espacio de los tramos.
Debe resistir sin gaño algnno la fuerza de los huracanes
que soplen COII una presión de 200 kilngramos por metro cua·
drado de superfície expuesta á sn fuerza.
(Son frecuentes en los valles del Canea y Magdalena hu -
racanes que corren con una velocidad de 150 kilómetros por
hora). Desde que he visto la región de los Llanos de Casanare
he comprendido que existen por ahora dificultades casi inSll-
perables para la con~trncción de puentes, y he insistido é in-
sistiré pHra el establecimiento sobre los ríos y catios de la re-
gión oriental de paw8 de barca8 en la forma siguiente:
Sobre dos estl,i bos de guayacán ú otra madera resisten te,
se extiende el alambre que soporta la barca; este alambre
debe tener á lo menos }.JUlgada y oledia de diámetro y elevar-
se sobre el nivel de las mayores cl'ecien~es conocidas unos cin-
cuenta pie3.
La barca se halla asegnrada por otro alambre asido con
una polea al q ne atraviesa el río y sujeto á la embarcación en
do-s pnntos diferentes.
Por medio del timón y por su estructura es impulsada
por la rllism3 corriente, y en gelleral el tiempo empleado para
pasar de nna orilla á otra se puede calcular en un minuto por
cada 100 metros de ancho del río. Natural mente el tiempO'
empleado deJ:>ende del esti1 Jo de las agnas del río y de la ve-
locidad de la coniell te, pero esta duración es la acostn m bra-
da en el paso de HUllda (Arrancaplumas) y en el Cauca (ca-
mino de Medellíll á la ci¡¡oad de Antioqnia). (1)
La barca, que e8 de acer(), afecta forma rectangulal'! y t.ie-
ne 50 pies de larg() por 20 de ancho. La manejan dos indivi-
duos. Cala de 4 á 6 pulg,dias, puede llevar en sus bodegas
h4sta 40 cargas y pnede pasar en un solo viaje hasta 30 rn I1las
cal'gadas sin peligro; fácillOe¡ ';te llegan 108 viajeros á caballo y
sin desmontal'se toman la embarcación, pasan al otro lado, é
igual mente jg dejall.
Es, en mi concepto, el único modo de facilitar actnalmen-
te las comullicacilllles durante el invierno en los Llan09.

(1) Estos pasos ya no son necesarios¡ pues actualmente e:¡tiste un puente colgan-
te en esto~ dos puntós.
-32 -

111

Las cuestiones que primel'an.ente deben estudiarse cuan·


do se proyecta un pnente, 8011 I~s siguientes:
La El sitio más cOllve()iellt~ para edificar la obra;
2. a El espacio necesario J.>fira dar salida al derrame de
las 9gUA8 en las crecientes más fuertes;
3. a La altura libre que debe existir siempre encima del
ni vel de las aguas en todas las circullstancias q lIe pneda pre-
sentar el río ;
4. a La abertura, y por consiguiente el número de aro
cos'
'5.& El ancho que;conviene dar al puente según su desti-
nación ó la circulación qne en él se debe efectnar.
Ouando el lugar de un puente nn !\e halla determinado de
un modo absoluto por la naturaleza del terrOllO, como se pre-
senta ordinariamente en el interior de las ciudades, importa
buscar Cll n mucho cuidado, en cada caso particular, la mejor
solución á este importante problema:
6.- Esta blecer lo más q ne se pueda, el eje del puente en
\lna direccióll perpendicular al curso del río y evitar t\8Í los ar-
cos oblicuos que son de construcción más pellosa y más gra-
vosa;
7. a Alterar lo menos posible la corriente mftnral de las
aguas y evitar las posiciones en las cuales las corrientes po-
drían golpear oblicuamente las pilas y los estríbús, de mane-
ra de comprometer su solid , z ;
8.& Buscar con el mayor empeño los pnntos donde la na
turaleza del terreno permitirá establecer con toda seguridad
y lo más económicamente los 'cimientos de las pilas (macho-
nes, si é¡;tos son indispensables) y de los estribos;
9.& Estudiar en sus dt:tallcs el régimen de IHS aguas con
el objet,) de saber de una manera bastante exacta cómo tle
portan á l'<.tiage, es decir, al nivel más bajo á donde llegan en
el verallo, y en las crecielltes medianas y extremas.
Im¡,>ol'ta en ~fect(), elegir nn lugar tal\ qlle en todas la8
situaciones del nivel do las aguas. el puente abrace desahoga-
damente las canieutes prillcilJales y ponga el menor estorbo
posible al desarrollo de éstas. .
Si por condiciones imprescindibles hny obligación abso-
luta de establecer un pUtnte en UIla parte curvilínea del río,
- 330-

se debe observ ar que la fuerza de la corrien te se h~lItl siem·


pre atraída del lado l;e \a ribera cóncava, y tiende á alejars e
de la parte cotlveXf\, f,JI'mando muy á menudo, como lo vemos
contillll mente en el Canca, por un lado excavaciones en las
p!ayas,al paso q ne del otrl) lado la rLbera adelan ta por medio de
depó~jtl)S favol'ecidos por la tranqu ilidad relativ a de
las aguas.
En semeja nte caso convie ne coloca r el estribo de la par-
te cón-cav a al borde mismo del callce, y el del otro lado pue -
de sin i/lconv eniente algnno , adelan tar nn poco por río aden-
tl'O. Su compl'ende, ademá:;;, que el estribo del lado cóncavo (6
de H.lay'1r impnlso de la corriellte) deberá estar fllertemellte
enclav ado en la ribera y que habrá qne defend er ésta por
obl"as capace s de resistir á la acción corrosiva de la cOI'fien-
te. Del otro ladn algllnas ohras ele mamposterÍJ.l, como por
ejero"l,), un digne cortn insnbmersible,ser{lIl á veces necesarias
para dÍl'igiT las aguas según el eje de los arcos y evitar las co-
rriente s de sesgu q ne he señalad o ya como amena zando siem-
pre más 'ó menos los cimientos.
Estas consideraciones son genera les, y es necesario tener-
las en cuenta cada vez que se trate de buscar le mejor sitio
para el cstab lecimÍ1nto de \lO pnel'lte ; pero casi siempr e
h'1yot ras cil'cnnstanci s, de! todo locales, que no deben ser
desaten didas, y qne ann mnr-has veces influyen de modo pre-
ponders.rJte sobre la sfI!nción que se debe adopta r.
- Nunca se obrará COII demasiado cnidad o en el exame n
tñinncioso del e~t1irlu de la región, para darse cuenta la más
exacta posible) du los efect08 producidos por el puente qne se
debe construí,', y solame nte d~sp\lés de nn estudio profundiza-
do de la cuestión se podrá con segurid ad tomar una resolución
definit.iva y trazar las uélses de Hn proyecto.
y vllelvo á repetir lo: en las comarc as fl'agosas en extrem o,
cnmo las de ül!umb ia, en genel'al, á excepcióII de lus Llanos de
Orient e, y t 'lIlt,) como sea posible, hay qn,e frallql1ear las que-
bradas ~or medio .le 1111 arco único que se apoye, si es factible,
directR mente en la roca, encima del alcance de las mayores
crecien tes. Se evi tan así las di ficnl tades de los ci mientos y el
peligro de ver la obra entera destl'uída. por la violellcia de las
a6'luls, las cuales, en lels avenidas, arrastr an c;on f.'ecnencia ár-
boles y pedazC/s de roca de 11 n vol n lOen y peso considera-
bles.
Es princip almellt e en las mayor es crecielltes, cuando el
volumen de las aguas y SLI velocidad son mayores, cnando im·
porta darse cuenta de la cantida d de líquido qne debe hallar
- 331-

paso bajo el puente que se quiere constrnír en nn punto deter·


minado, y el medio que se presenta prirnAl'o para meélir el vo-
lum en del r1n (jauger), consiste en multiplicar la, sección trans
versal moJada por la velocidad media dél aglla en esta seco
ción. Pero es difícil determinar, sea por cálculo, sea por ex'
perimellt.os directos, esta v'elocidad media, que difiel'e sensi-
blemente de la q ne se observa en la su pedicie. t"llto por ca u-
sa de la frotación que ejerse el lecho sobre. las ca pas que' le
rozan, corno do la pre~ión de las superiores sobre las que se
hallan por debajo. _ _
En los servicios hidráulicos de Europa exiiiten instrumen·
tos, como por ejemplo los flotadorfs, que permiten, COIl más ó
menos exactitud, deducir esta v :!ocidad media de la velocidal
811perticial medida dtrectarnente; pero nos ,bastará saber por
ahora q ne en la práctica, la pri mera de estas dos velocidades,
la velocidad medifl, está generalmellte admitida como igual
á los cllatro quintos (O,80) _de la seguuda, y que tiene lugaren
los tres quintos de la profundidad, siendo tomada la velocidad .
de la superficie en el punto · de la· anchura donde la corriente
es más rá)Jida.
1\)C8I1te á la sección transversal mojada se mide directa-
mente por medio de sondajes hechos en pu~t(lS determinado8,
~Ior medio de una cuerda c(')n nndos ó de un alambre tendido
á lo ancho del río; pero no h~y que di~ilUnlar8e, que esta
operación, fácil en épocas de aguH8 medianas, viene á ser cHsi
imposible durante la8 fuertes crecientes, las cuales en todo
caso, no ocurren más que á largos inteqralüfI, y hHy entonces
que recurrir para determinar la salida ó evacuación del puen-
te á otros medioe. ,
Es necesario primero, si el río tiene otros puelltes, buscar,
~a~to hacia arriba como hacia abajó, cuáles son SI1S salidas,
e lIlformarse con el mayor cuidado, de la altul'a á donde lle·
gan las mayores crecientes á los alrededol'es de estos puentes,
así como de los efectos q ne ellos producen.
Lnégo enterál'se si alguna circunstancia local, más ó me-
nos claramente marcada, no produciría, dt9 repente, en el pun.
to examinado, una masa de agua que requeriría \lna evacua-
ción excepcional, como por ejemplo, un declive más pronun-
ciado del río á la proximidad de la desembocadnra de un
afluente.
Fuera de estos casos más desfavorables, hay que determi.
n,ar las salidas del nuevo puente según las de los ot .. os, par-
tIendo de este priucipio, que sin embargo tiene excepciones,
- 382-

que las evacuaciones de los puentes de nn mism'o río deben


ir aumentando desde el nacimiento hasta la desembocadura
para ofrecer nn CÓIDodo é inofensivo desagüe á los aflnentes y
á las agnas flnviales de las dos vertientes del valle.
Si viene á ser imposihle ' recoger los informes snficiente-
mente precisos sobre los (fectos de las crecientes en los diver-
80S puntos de arriha y ab&jo, es necesario e~forzarse en suplir.
los, dándose cuenta de la supel'ficie de los valles q ne llevan
sus agna8 á cada uno de ellos, y un cálculo proporcional daría,
con ulla aproximación suficiente, las evacn~ciones necesarias
á la obra.
y en esto ' también hay qne considerar que la afluencia
de las aguas de un río está snjeta á la naturaleza más Ó me-
nos permeable del suel0, á los cultivos que lo cnbren, á la in-
clinación más ó menos rápida de sns vertientes, y á la pen-
diente misma del río.
Importa, por lo tanto, recoger cuidadosamente estus di-
versns elementos para la fijación de las salidas y elegir ell cada
caso particnlar; y es aquí, qnizás, donde se halla el punto
má3 delicado y más espinoso del asunto.
Llamaré también la atención sobre el remolino 6 levan·
tamiento de las agl1Rs que se produce hacia ~Hriba de todos
los pn!3ntes á consecuencia de los estribos y de las pilas qne
atrancan, estrechan la evacuación y aflojan algo la velocidad
de la corriente. Las aguas caell entonces bf\jo los arcos, C('UlO
es fácil observarlo particularmbnte en el momentu fio las cre-
cientes, y adq"ieren una velocidad mayor para perderla un
poco más abRj ) y vol ver á su CtH80 na tural.
Sin duda ~ería de inconte~table utilidad calcular exactw
mente y de alltem~no la extellsiólI del remolillo y la altura á
la cual elevara la8 Hgnas en las grandes avenidas; pero e~te
fenómello se complica con causas múltiples y variables que no
puedeq ser sometidas á UII análisi..¡ riguroso, y es otra vez por
com parAció:, Cllll lo C] ue pasa en ci l'cllllstancias análogas, por
lo que se pueden prever, con alguna seguridad, los efectos
q \le pl'od 11 cil á la presencia de n n pnell te en un sitio deter·
minad0.
En todo caso hAy (ple tener en cnenta la mayor c()ntrae
ción que se prod nce al paso de las agllBs bnj 1) cada A rc n, y no
hacer entrar en los cálculos de eVRcllRciól1 Ó sa~ída IlJá" C]ue
can tidades red llcí d 313 por medio de cOéficíel' tes eSlJeciates de-
dncidos de numerosos experimentos que voy á indicar.
Ouando las pilas 6 machones S6 determinan en ángulos
- :33S-
"
rectos sin nariz (puDta de diamante), y suponiendo que los
arcos ~on bast,qnte grandes, se multiplica por 0.85 el volumen
de agua qne correspondería goométricamente á la evacuación
su perfici al considerada. , . . .
Este coeficiente sera 0.90 Sl las pilas concluyen por narI·
ces semicirculares ó con base de triángulo equilátero.
Si las narices presentan un ángulo saliente más agudo que
el triángnlo equilátero, se multiplica pOI' 0.95.
Está entelldido que el tamaño de las aberturas debe siem-
pre tomarse en consideración, para la adopci6n de tal ó cual -
coeficiente de contracción. Se baja ann hasta O m. 70 cuando
se trfl ta de peC}l1 vños arcos cnyos nacimientos están dentro
del agua.
Acabo de decir que las agl1ag tornan generalmente bajo
los puentes \lila corriente mayor que la que cOllviniere á su
curso normal, y es necesal'io, al deteminar la evacnación, te-
ner en Cll~nta la velocidad que, si excede ciertos límitt:s, ata-
cará el snelo~ arrancará los cimientos y podrá acarrear la rui-
na de la obm. Esta cOllsid eraciótls8 liga, como se ve, á la del
remoli no, cuya caída correspond e á UIl a n men to de velocidad
bajo los arc vs, y á la de la evacn ación q ne, si 110 debe ser
exage rada para no acrecentar desmssnl'adamente el largo
del pue tlte y no callsar por el aflojami ento de las agl1a'3 depósito
que acab.uan por furmar obstáclllos al dernuue, debe lIlellOS
tod avía, descender más ab ajo del límite que exageraría la ve-
loc,idad has ta el punt n de atacar el fondo cou grl:l.fl peligro de
la so li dez de la construcción,
Oreo haber resumido de !lna manera general las condicio
nes generales qlle imp0rta observar para los trazados de cami-
nos y puentes en Oulom bia, autorizado á ello por 14 años de
viajes y estudios del COlltinente Sur-americano.
No qniero terminar sin snplicará los lectores tengan la
bondad de perdonarme las impropiedades de lengnaje, malas
construcciones (en la frase solamente; en obras públicas es-
pero no haceJ' lo mismo), galicismos y barbarismos que á cada
línea, pOI' no decir á cada palabJ'a, deben hallarse eu mis es-
critos. Pero me atrevo á contar con la indulgencia de los lec-
tores, corno siempre he contado con la benevolencia de los
colombianos ilustrados hacia nosotros los extranjeros para dis-
pensarnos la crueldad Ó i m piedad con que, por lo general
martirizarnos la hermosa lengua castellana. '

Bogotá, 1.0 de Septiembre de 1895.


JUIOIOS O::R..ITIOOS

!OBRE LOS TRABAJOS Y ESCRITOS DE JORGE BRISSO:N EN


COLOMBIA , (1)

Boletín mensual de la Sociedad de Geografía de Par'i

184. Boulevard Saint Germain

IIEIIJON ' DEL 8 DE MAYO DE 1896

" El Ministro de Francia en Oolom hia (América del Sur), . . .


Sr. Bourgarel, miembro, dirige un estudio sobre el Alto Chocó,
que acaba de publicar en Bogotá uno de nuestros compatrio-
tas, M. Georges Bris~oll. l!.J1 autor, ingeniero civil, ha pasado
la masor parte lle su vida en la América (lel Sur y ha efectua·
do numerosos viajes de exploración en las regiones menos co·
nocidas de este vasto continen.oo. La obra en referencia trata
de una de las comarcas más rIcas y más fértiles de Colombia,
y con este título no puede dejar de interesar á la sociedad."

Sociedad de Geografía, fundada en 1821, reconocida de utilidad


públ'ica en 1827
París, 15 de Noviembre de 1897
Señor:
La Sociedad de Geografía ha recibido con mucho interés
vuestra excelente obra Oasanare, Bogotá, 1896, que usted ha
tenido á bien remitirle.

(1) Tengo en mi poder muchos otros valiosos elogios de hombres ilustrado!! de


la RE'pública de Colombia, como los Dres. Salvador Camacho Roldan, Manuel Uri.
be ~ngel, Marco Firlel Suárez, José Manuel Goenaga, etc. j pero estos documentol
tenIendo un carácter privado ú oficial, no he juzgado delicado pnblicarloll. '
-~6-

La Sociedad ha oruenado el depósito en su biblioteca y


nos ha encargado de expresarle su agradecimiento por este
ellvÍo.
La Sociedad acogerá con el mayor agradecimiento todo
otro documento de orden geográfico (libros, mapas ó fotogra-
fías) de naturaleza á interesarla J que el señor .Brisson creerá
poder remitirle. .
El Secretario general, Baron Hulot

El Archivista bibliotecario, J._de Guerne

REPÚBLICA FRANCESA

Min':sterio de la AgricuUura-Divisi6n de la Secretaría y de la


OontabUidad-1. Secci6n-París, 23 de Noviembre de 1897
R

Señor:
Usted ha tenido la amabilidad de dirigirme un ejemplar
de vuestras obras geográficas tituladas:
1. a Una exploraci6n en el Choc6.
2. a Ca~anare.
Tengo el honor de acusarle recepción y de darle la~ gra-
cias por el en vío~ de estas interesautes publicaciones.
Reciba, sefior, la expresión de mi alta consideración.
El Presidente del COllsejo, Ministro de Agricultura,
J. Meline

Legaci6n de la República Francesa en Oolombia


Bogotá, Junio 30 de 1896
Sr. G. Brisson, Ingeniero Civil al servicio del Gobierno Colombiano.

Muy señor mío:


Mi predecesor no había omitido remitir al Sr. Ministro de
Negocios Extranjeros su estudio sobre el Alto Ohocó (Co-
lombia).
El Sr. Hanotaux 'me ha encargado de expresarle á usted
el agradecimiento de la administración francesa por la dona-
ción de su obra sobre el Alto Ohocó, y de informarle que el Sr.
Ministro de Instrucción Pública y de Bellas Artes, á quien
este trabajo había sido comunicado, juzgándolo susceptible de
- 337-

interesar los encargados (le misiones científicas de su departa-


mento había orde.llado su depósito en la Biblioteca .Nacional.
R~ciba, señor lllí0, la expresión de mi consideración distin-
guida.
El Eucargado de Negocios de Francia,
H. Frandin

Sociedad de Geografía ComerCial-París, 8, calle de ' Tournon-


Fundada el 3 de Octubre de 1873. Reconocida de utilidad
lníblica el 31 de Jl1ayo de 1884.
1.0 de Noviembre de 1&8-6
Muy señor mío:
Tengo el honor de dar á. usted las gracias por haber pen-
sado en enviarnos su trabHjo sobre el Alto Ohocó) del cual lJaré-
dar una reseña bibliográfica en el Boletín, y que anunciaré
preliminarmente.
La atención de usted me hace pensar en que no 8ería in·
discreto propouerle su iuscripción como miem uro de la Socie-
dad, de la cual el Sr. Fraudin, nuestro Ministro, es miembro •.
Reciba mis muy sinceras felicitacioues.
El Secretario general, Gauthio t

Sociedad de Geografía Oomercial-París, Diciembre 22 de 1897."


Muy señor mío:
Usted figura en la lista general de los miembroR, impres~.
elLo de Julio último, y tiene derecho al diploma que no pu~de
ser entregado sino á usted ó á un mandatario debidamente-
apoderado.
Usted ha sido admitido como miembro corresponsal de la
Sociedad el 9 de Febrpro de 1897.
Encuentro con dificultad, pero no desespero de encolltra.r,
quien haga, á tiempo y siu grandes gastos, la pn hlieaeióll en
francés que usted desea y que costaría CaT'O á la Spciedad.
Hay tantas excelentes cosas ell IOli malluscritm, de usted,
que ,",oy otra vez á e~forz~rme en hacedo8 valer. Ayú(h~l1w us-
ted malldáudome con frecneuci¡t notas que yo pueda utilizar y
que tengan Ull carácter deseriptivo y ecollómiuo illtel'~Sallte.
El Secretario general, Illiellluro del Oonsejo Superiur de las
Colonias y de la Estadí~tica,
Charles Ga'ltthiot
M. Georges Brisson, Ingeniero cÍ\'il-Bogotá
- 338-

.sOCIED AD DE GEOGR A.FÍA

184, BOllleval'd Sto Germal1 1-Pdl'f

BOLETÍN DE LAS SESfO ,' :ES DE LOS D1,Is 3, 10 Y 17 DE DICIEMBR E DE 18 97


(NÚMERO S 18, 19 Y 20)

o. Jurge Brisson -Casana re-Bogotá, 1896-1 tomo in 8.· (edición oficial)

o. lVI. J. Brisson , Ingeni ero civil al servici o del Gobier no


' (J"olom bian?, úabía. estudia do en una obra anterio r (1895) el
Alto Oboco : descrIb e en este nuevo tomo la región de Casana -
re, territor io de cerca de un millón de hectáre as conside rado
sin fuudad as razone s, según él, como improp io p~ra toua cIas¡
.'de agricnl tura. Este país presen taría, al contr';u io recurso s
lconsid erablt's para la coloniz ación. '

EXPLO RACIÓ N EN EL Avl'O CHOCÓ

En correct a edición de 315 página s, hemos recibid o el cua.


'" cerno que lleva por nom bre el mote de este suelto.
Aunqu e ya publica dos mucho s de los import antes capítu -
los de esta obra, era necesa ria Ulla edición que lo comprf 'ndiera
,~ todo clara y metódi cament e. S,u autor, el Sr. D.
Jorge Brisson ,
ingeni ero civil al servici o del Gobier no nacion al, cooper a en
- ~lla á los propós itos de éste, de hacer conoce r
á nosotro s mis -
IDOS, m~s que á nadie, los grandf 's y fecund os campo
s <le acción
á su gran-
o

~ que hay en el paíR, para los que quieran contrib uír


, rleza, por medio del esfuerz o y del trabajo , fuellte cierta de be-
,1Jeficio propio y ajeno.
La circuns tallcia de habers e hecho anterio rmente otros
. ,trabajo s del mismo género , corno 10 afirma el prolog uista Sr. J
.
. ' Hellry Wbite, por los viajero s Greif, Moore, Londoñ o y otros.,
. sill mayor fruto por falta de publici dad, ha motiva do, entre
..()tras razone s, que se baga esta edición especia l.
Casi ignora dos son por nosotro s los tesoros que encierr an
-.cierta s regione s de Colom bia. Y llega á tal punto el poco cono-
-cimien to que tenemo s de nosotro s mismos, que habrá person as
!para quiene s es lo que vamos á copiar, un verdad ero descu-
Jbrimi ento:
oH El Chocó en genera l es más sano, más fértil
y más acce-
....mble que los terreno s de las hoyas de los ríos Oanca y Magda -
llena y cuesta trabajo explica r· por qué es la parte de Colom bia
~s.desconocida." ,
. [Inútil es record ar que no hay en ~sa región las grande s
dlifieu 1tades para formar camino s y trochas que tienen 10i lu-
- 339 -

gares montañosos y que eIJ los otros ríos mencionados vi"'en


pueblos enteros, sin más peligros de salud que los que propor-
·donan la viua antihigiénica.
Sea bien \Tenhla la obra del Sr. Brisl'íon.
J~¿an A. Zuleta
(La Epoc a. B tlg"tá, Enero 31 de 1896 )

EX"POSIcrÓN DESCRIPTIVÁ DEL CAMINO DE CHAMI

República de Golornb'i a-Departarnento del Gauea-Explo,t'cwión


del camino de Clúlmí-Núrnero 90-Palrnira, 1.0 de Mm"zo
de 1894.
Sr. Secretario de Hacienda-Popayán
• • .. .. ... • .. .. .. .... • .... < .. .. .. • • .. • .. .. .. • • .. .. .. .. • .. • .. .. .. .. .. .. .. .. .. .... ... .. .............. ..

Oumple anotar, sin embargo, -el carácter progresista que


entrañan recientes actos oficiales: se ha subvencionado la na·
vegación del Atrato y del San Juan, próxima a realizarse ésta
por Uhaves, Sánchez & Compañía, casa pudiente y de grande
iniciativa, y ejecutado la inspección científica de las vías ue Tá-
mara, Chamí y Ordo, sin olvidar que el interés privado del veci·
no Departamento de Antioquia ha suministrado también su
<mota con la exploración de la zona oriental del Atrato que en·
comendó á los Sres. Brisson y Dieu, ingenieros franceses. Por
imperfecto que pueda ser el resultado de la correría que ejecu.
taron, no hay duda que sus trabajos con los practicados en el
bajo Atrato por el Sr. Shunk para fijar la línea preliminar del
Ferrocarril Intercontinental, serán de inestimable fruto para el
.porvenir comercial del Chocó y de todo el país, supuesto que
esos estudios serán base obligada, como se ha dicho, ya para
-futuras concesiones ferrocarrileras, ya para atraer los capitales
~ue exigen esta clase de empresas.

Gtiseldino Car'vajal, ingeniero ci vil.

MISIONES
·Sr. D. J erónimo Argáez-P.
Bogotá, 23 de Julio de 1894.
Muy señor mio:
En uno de los artículos sobre "El Ilmo. P . .l\Ioreno y los
)Iisioneros de Casanare," que con tanta generosidad se dignó
usted publicar en su popular Diario, se me vino muy oportuna.
mente á la mano hacer una ,a lusión á un informe sobre la ex-
- 340-

'pedició n al Ouiloto , que acabab a ae hacer por entonc es el Re-


verend o Padre Manue l Fernátl uez.
Hacien uo et-lta ba en aquel momen to Ulla ligera indicac ión
del celo apostól ico, y del valor \-'erdad eramel lte sobren atural
del Mision ero de Oasana re, autoriz ándolo con el testimo nio de
uno de aqnello s buellos Relig'io8os (Herm ano Rolmst iano),
cuando nos trajo el correo el llJÍorme dicbo, cu~~a lectura , créa-
me usted, amigo mío, lo mismo al que esto escribe , que á los
demás Pu,(lres que la oyeroll , nos llenó de una satisfac ción iu-
y
decible , no ruenos que de admira ción á la vista de la ,Tirtlld
heroísm o del Padre expedi cionari o que la iba refirien do con la
sencill ez y candor que le son natural es.
No pudo ser más oportu lla t-lU llegarl a; y por eso, y por in-
terés de las noticia s que traía, me permit í hacer la alusiólI di·
cha, y aun anunci ar su vublica ción algún día, ya que entonc es
no, por acabar de una vez el trabaji llo que lIevúba mos eutre
lLanos.
Paréee me que realme nte bien merece ver la pública luz
este inform e, como, á mi pobre entend er la merece todo cnanto
contrib uya en algún modo al avance de la civiliza ción en Oasa·
nare, sea dando á conoce r las riql1e~as natural~s de aqll~1 pri-
vilegia do suelo, las planLa s y anitnal es que suste/l ta, 1<18 pre-
ciosa/:! madera s ele constru cciólI q ne ~ns mOl/tes elleierJ'(\ 11, la
multitu d y varieda d de aves que adorna n ~UR uo~ques, Jos te·
rrenos más apropi ados para el culti\TO del café y del cacao? del
plátano y de la yuca, dpl tabaco y la sarr<lpia, etc. etc., como
tan perfect ament'e lo ha hecho el Sr. Bris80n en su "Explo ra-
ción (le los Llanos ": sea illtrodQ.clclldo las letras, las artes,
la Ímlustr ia, ó sua ViZ311do las costum bres, ellfren ando la~ pa·
s
sjones, ilustra ndo la i ntelige ucia, clIlloblecielldo las pasione
del corazól l ; sea, en fin, del modo que quiera, ~n ta.l que réal·
. me[)te contrib uya al Yerdad~ro y sólido progre so de aquella
región, á su ilustrac ión verdad era; no á un progre so y á una
ilustrac ión qne lleven á los pueblo s al error, la cOllfusiólI y la
.
iguora ncia, ó los sumerj an en u u a hisUlO tIA vieios y de enotes
Que esto ]10 sería cividzaci611, sería barbar ie más ó mellOS
lujosam ente disfra~ada: sería uu s<llvajislllo m~R atildad o y
culto que el de los bijos de Jos bosque s IH'I'O t<lllto peor, rallto
más abyect o y degrad ado morall lltute, cuallto más cilltas y
flores de falsa cultura lo ellcubriesPlI.
No siendo, pues, en este &elltido, sino en el verd<ldero
concep to de la civiliza cióll, creo qlle cuallto se hag-a. meft.Jce el
e
hOllor de ]a publicü1-ad, el aplauso y el apoyo de todo 11Owor
de recto juicio y sano corazó n, porque civiliza r bien, es querer
bien á la humall idao, es proeur ar el biell <le la sociedHd, la
felicida d de Jos IHwblos, la pro/Sppridad ele la patria; y Jo con-
trario es .pervert irlos, destllol 'alizarl os, uestrui rlos.
Por mi parte aplalHlo con toda sinceridad el trabajo q,ue
ha hecho el Ingeniero francés aludido, en su viaje por el Llano
alIado del Intendente de Casanare ; y j ojalá tuviera muchos
i:nitadores en esa, ó en otra clase de trabajos, para lnstre de
la ciencia progreso de la geografia y engrandecimielJto de
aqllella phrción de Oolombia! Llenas de int,erés y curiosidad
están sus observaciones, y los datos que pres~nta son de mu-
cha utilidad para corregir errores y apreciar debidamente
posiciones y distancias.
En relación á este orden de ideas, paréceme tam bién dig-
no de Ta luz el informe á que me refiero, porque viene á recti-
ficar con Brisson algun03 yerros de distancias y posiciones
topográficas, y á darnos á conocer con más precisión Ulla par-
te de los Llanos, trazando á más de vez en cuando algunos
rasgos de la Historia de las Misiones Casanareñas.
No dudando, pues, señor Argáez, de la conformidad de
sus apreciaciones con mi poure juicio, me atrevo á presentar á
usted el informe dioho para su publicación, en la seguridad de
que le prestará usted hospitalidad tan generosa como la que
le ofreció al desaliñado escrito sobre El Ilustrísimo Padre More-
no y los Misioneros de Casanare de este su afectísimo amigo y
seguro servidor,

Ft. Nicolás Gasas del Carmen, Candelario.

CASANARE

Con vi vo interés hemos leído este interesan te libro elel


ilustrado é infatigable explorador francés Jorge Brisson. El
Sr. Brisson, á más de notable Ingeniero, es un escritor alllellO
y poético.
Su vida errante da á los escritos de su pluma un dejo de
vaga melancolía, la melancolía de las sel vas y de los desiertos.
Brisson ha recorri<lo los gélidos y sombríos eriales de la
Tierra del Fuego, al seryicio del Gobierno de Chile, y ha es-
crito sobre ella pnginas que recuerdan á Fenimore Oooper.
En Colombia ha explorado el Dariéll, el Chocó y Casanare.
Sp. último libro es en general UIl diario de viajf', pero
llevado por un hombre de ciellcia S á la vez de imaginación
brillante, ouservaciones de botánico, de geólogo S de ingeniero,
utiHsimas para el conocimiento de aquellas reg'iones que bañan
el Meta y el Arauca, y páginas elocuentes de un verdadero
literato, escritas en buen español, que el Sr. Brisson maneja
correctamente.
- 342

Brisson recorrió el al to y el bajo llano y regresó por las


eternas nieves de la Si(lrra del Cocuy.
El libro, que consta de má.s de 320 páginas, se lee con
agrado y COlJ creciente interés. Felicitamos á su autor.

Carlos A t'turn Torres


(La Crónica- Bogotá, Septiembre 21 de 1.897).

El señor Jorge Brissoll, ciudadano francés, establecido·


hace tiempo en Colombia, cuyo territorio ha recorrido en bne·
lla parte, acaba de publicar un libro sobre Ja~ interesantes co-
marcas.situadas entre los ríos Meta y Arauca, es decir,Los Lla.-
nos colombianos propiamente dichos, y la falda oriental de las
cordilleras del Departamento de Boyacá.
El libro del señor Brisson, fruto de prolongtHlas correrías
en esas fértiles y aun medio desconocIdas comarcas, yiene á
llenar un gran vacío en la geografía colom biana, porque si una
parte -de las tierras nombradas ya babían sido descritas por
la pluma de viajeros competentes, nillguno de ellos hizo la tra-
vesía directa de Arauca á Orocué, pasando por Gravo, ese pue·
blo incipiente situado en las profundidades de la llanura, no·
lejos de la frontera venezolana.
y varias otras porciones del itinerario tie Brisson (lstán en
el mismo caso, como las referente~ á A rauquita, á la travesía
de los Andes de T{¡mllra á Socba por Novagote, al boquerón
de Otisiri en la Sierra Nevada del Oocuy, etc., siendo de ad ,el'·
tir Que el autor del libro, extranjero, en nada sufrió en su salud
en aquellas mal afamadas regiones cuyo clima no considera
insalubre, apoyando además, tan valioso dato, con el viyiente
testimonio de numerosos comerciantes, extranjero~ como él ,.
allí establecidoR bace ya varios años, por lo cual rro puede re·
vocarse á duda.
El señor Brisson construyó una carta corográfica de Oasa·
nare que mereció la aprobación de jóvenes inteligentes, versa-
dos en matemáticas é bijos y conocedores de esas lejanas tie-
rras, lo cual abona, como-se comprende, el libro de que hoy da·
mos cuenta y cllJa lectura nos permitimos recomendar á nues-
tros abonados, seguros de que no se arrepentirún por haber se -
guido tal cons(ljo.
El libro del señor Brisson es uno de eROS documentos que
deben figurar en la biblioteca de los colombianos que aspiran
á conocer á fondo lo que es el suelo patrio.
F. ,Javier lTergara y V.
(El CorrEO Nacional-Bogotá, Septiembre 23 de ] 897)
- 343-

EXPLORACIONES DE CASAN ARE

-Sr. Director de El Telegrama

Hemos tenido el gusto de encontrar en esta ciudad al Sr;.~,


D. Jorge Brisson y de dar una ojeada á sus numerosos manus..-
critos, croquis y planos, relativos no sólo á Casan are, sino tam~
bién á varias comarcas de muchos países <.le América del Sur•.
Comprendemos p'o r esos documentos, que la idea que el ,
Sr. Brisson ha tenido ~iempre, ha sido la de hacer conocer práa---
ticamente las regiones cuyo estudio se le ha confiado, sin d,es.-
cuidar las obseryaciones científicas que puede hacer, con S'8$
instrumentos; es decir, quiere que los habitantes del país q1W?'
explora, saquen algún provecho directo de las atrevidas excnr- -
siones que lleva á cabo y del sinnúmero de datos que estam --
pa en su cartera.
Como es sabido, el Sr. Brisson ha consagrado sus esfuerzos
á Casanare, región casi desierta hoy, pero de granfles esperan..-
zas para Colombia. Puede apreciarse la utilidad de sus traba·ro-
jos, observ.llldo los numerosos é importantes detalles con que'
ha llenado con exactitud, esos claros inmensos que se observan.
en los mapas de Paz y Codazzi. Allí figuran los hatos de gan~
do; muchísimos caños con sus llom bres; ]as vías de comunica~
ción de gran parte de los Llanos y las que los ponen en rela ~
ción con ]as poblaciones de] interior; ]os puntos favorahles:.
para pernoctar en la Sabana, etc. etc., todo lo cual da una idea
de la topografia ,) de la rique~a actual de Oasallare, así como-
<le las ventajas é inconvenieITtes que alH Re preRentan.
Si los croquis y datos que reúne el Sr. Brisson son defi~ ­
cientes para fúrmar un buen plano de Casanare, :sí prestarán '
un servicio inmediato y serán de no poca importancia el día en'"
qne una Comisión científica, debidamente equipada, acometa,
nuevos trabajos allá., porque esos documentos coutribuirán no-
t~blemente á simplificar y por lo mismo á facilitar laS' opera·
ClOnes sobre el terreno. ,En efecto, con esos datos Re puede,.
situándose en un punto conocido del Llano, saber que, aproxi-
madamente en tal dirección se encuentra tal hato, se cortall'
tales caños y ríos, se baila un caserío, etc., y se sabe tambiéw-
que se gasta tanto tiempo en ir á cualq aiera de eROS puntos...
Se dirá que esto lo puede iuoicar al1á cualquier llanero, perO'
no se .negará tampoco que esas indicaciones escrita.s y ordena-
das, tIenen un valor indiscutible, como 10 tiene el haber marca-
do con cuidado en el plano esos sitios, puesto que luégo se' -
reuucirá el trabajo, no ya á exploracione~ sino á rectificaciones..,-
El GoLierno lIaciollal ha prestado atención, con aptoba~
- 34'4-

<ción .de los ha.bitalltes del interior, á los Llanos de casallare, y


no sIendo posIble, por ahora, patrocinar una expedición cientí-
fica que levante el plano exacto y detallado <le esa comarca
¿ qné cosa mejor ha podido hacer, qne anxiliar con modest~
suma á un resuelto J lJO vulgar explorador que recoja cuantos
datos pueda y recorra el territorio de la Seca á la Meca "?
En cua.n~o á las cl1alidade~ personale~ del Sr. Brisson,
b.ástenos deClr que lo acompaña una actividad fenomenal; que
tl.ene una constitución física á toua prueba y goza de conoci-
mientos cielltíticos snficientes para dedIcarse, con provecho
.del país, á. los trabajos qlle lla estado practicando en casanare.
De usted muy ateuto y seguro ser'Vidor,
OlimlJO G-allo, Ingeniero ci vil
Bogotá, Dicicm bre 18 de 1894.

CASAN ARE-E I distinguido escritor francés D. Jorge Bds-


son, qnien lleva ya varios años de residir en nuestro país, por
~I cual siente viva simpatía, qne le lIlli hecho cOllsagrar sus
estudios al conocimiento de la Geografía y recursos naturales
-que pueden impulsárnos pur la.. vía del progreso, acaba de dar
:á luz una obra bien escrita, meditada y con numerosos datos
-científicos, que lleva el título de CasanaTe. Destinada á estu-
diar la inmensa y aÚII no explotada rpgión de Colombia, es un
hbro que ofrece grande üJterés á los lectores colombianos, y
que descamos vivamente se popularice, no sólo en honra de su
autor, sino por el legítimo pro,recho que del cO/locillliento y
..estudio (le ella se puede obtener.

Isidoro Laverle Amayrt,


Bogotá, Octn ')re 10 de 1897.

Ha1Tisburg-Pensilvania, Septiembre ~2, 1897

Esti rilado Sr. BrissolJ :


Acabo de recibir su libro sobre la Exploración eu el Alto
Chocó, y llespaba leerlo antes de acusarle recibo) p~r_a expre-
s~nme sobre él con conocimiellto de cansa. Pero mi 19'noran-
~ia de la h>nglla eRpañoli, junto COIl algunas ocupaciones
urgentes, Lan süIo un motivo de atraso en/ l~ lectllr~ y de
demora para darle á usted las gracias en los lImItes de tIempo
que exigía la cortesía.
- 345-

Ahora puedo escribirle: el libro está muy bien venido; la


narración es interesante é instructiva, y yo creo que usted ha.
hecho bien en presentar este informe bajo la forma de un
diario. Aquella disposición ofrece más vivacidad y sinceridad
. que una relación de la cual el escritor sabe ya el fin, atrae más
Íntimamente el lector á la simpatía por los sucesos, las difi-
cultades y los desengaños que sufre el autor.
La única cosa que falta para uno que no conoce el país es
un mapa de la región atravesada por usted (1).
Yo estoy también muy satisfecho de tener con su obra la
prueba evidente que su fortuna prospera desde que usted ha
avanzado al Norte de Guayaquil, y que su habilidad y méritos
han encontrado el digno reconoCImiento que merecían.
La lectura d~ su trabajo ha aumentado al mismo tiempo
mi conocimiento del país y de la lengua castella,na.
De todos modos le agradezco mucho el haberse acordado
de mí para contarme en el Lúmero de sus amigos para la dis-
tribución de los ejemplares.
Espero que esto es el principio de una carrera de buen
é xito en aquellas regiones, y sírvase aceptar mis vivos deseos
para su buena salud y bienestar.
Mr. Ed ward H. Piudle me había informado de su visita á
Quibdó. El aún está viviendo y reside allá; había conce-
bido un proyecto para el desarrollo de la agricultura en el
V alle del Atrato y se me ocurre que si su investigación del
Alto Ohocó ha tenido buen resultado, las dos empresas podrían
combinarse en una y encontrarían capital en este pais.
Hágame el favor de avisarme también si el Sr. Eladio
Ferrer, de Cartagena, está todavía vivo y también su yerno
en Quibdó.
Servidor suyo y amigo,
Wm. Fr. SHUNK (2), Civil Engineer

~ I ) La s uma destinada por el Gobierno para la publicación de la obra no al-


canzo ~ a l:a hacer grab :u el maRa que acompañ aba el manuscrito; lo mismo sucedió
pa ra ml hbro de Casanare y para éste que debería estar acompañado por unos ocho
map ~s co nstruídos por mi y á los cuales hago continuamente alusión durante la
rela cIón de los viaj e!>.
(2 ) Mr. Sbunk fue el jefe del Cuerpo de Ingenieros Norteamerica~os encargado
de trazar el Ferrocarril Intercolltinental de N Lleva York á Buenos Aires en las Sec-
ciones. ~~l P erú, Ecuador y Colombia, y tu ve el honor de acompañ~rlo en esta
eXpf;' dlClOll durante cerca de un año. El tlmbién ha recorrido gran parte de1 Chocó.
I~DIOE

Págínu

INTRODUCCIÓN ... ~ .. •••••• • . . . . . • . . . . . . . . . • • • • •. . . . . III


EXCURSIÓN PEDESTRE DE BUENAVEN'l'URA Á MEDELLÍN ~
Capítulo I-EI estuario del río Guayaquil. Puna. Ba-
lIenita. Manta. Bahía. El río Ohonés. Esmeral-
das. Llegada á Oolombia~ Tumaco. La Región de
los Pastos. Los Indios. Un poco de etnografía.
Ouriosidades naturales. La tagua. La bandera
colombiana. Bnenayentura. La política. El papel
moneda .. _............... _... _... , ... _. _..•. _ ¡-
Oapítulo Ii-Oórdoba. La montaña. Recuerdos tIe in-
fancia. La Flora -y la Fauna. Agricultura -.. __ .. 18-
Capítulo III-EI Dagua. Oali. Navegación del Oau-
ca. Palmira. Buga. Roldanil1o. Cartago. Viaje
penoso. Mauizales... __ .. _... . ..... _.. __ . .• . . 3S
Capítulo IV-En Antioquia. Aranza~m. Salamina.
Efecto sorprendente. Pácora. Aguadas. J1J1 Río
de Armas. Alwjorra1. El Buey. La Oeja. Santa
Elena. lJlegada á Medellín .. _... _. _...... _.. _. 5(}
NOTAS AN'l'IOQUEÑAS (1891-92) ..................... , 59-
Capítulo 1 - :Medellín. Situación geográfica. Ouadros
de las calles. El mercado. ülima. Los caminos.
Las minas. Las guacas. Población. Los indios.
El curare. Razas. Costumbres de los indios. Ad-
ministración de la Justicia. La higiene. La litera·
tura y la música. Las artes. Un casamiento. El
Ejército ............... _. __ ...... _. .. . . . . . . . . 5~
Capítulo JI-En las minas-La Mata y La Paz. Dis·
posición de la mina. Extracción <1el mineral. El
Molino. La alimentación. Las Ánimas. Explota-
ción á tajo abierto. Los organales. Engaños yes-
tafas. Regreso á Medellín ............•..... _. . 73
- 348 -

Capítulo lII-EI Río Grande (Porce). Doña María.


San Jerónimo. Paso del Cauca. La ciudad deAn-
tioquia. Mina del Llano. El Tonusco. Sacaojal.
Sopetrán. Regreso á Medellín ... ____ ... _. .. ... 85
MI DIARIO DE MINAS (RNTRE LOS RÍOS BEBARÁ Y BEBA-
RAMA) 1893.. . . .. . .. ........... _. _. _. . . .. ..•• 101
Oapítulo I-A bordo del Atrato. El río Bebará y el
. pueblo. Dificultades. La mina de Santo Domingo.
Los cateos. Formación de los terrenos. _ ..... . . 101
Capítulo Ii-Viaje á Quibdó. Aguaelara. Un baile
de negros. La Ciénaga. N ayegación en el Atrato.
Llegada á Quibdó. Regreso á la mina . . . .. .... 111
Capítulo III-Nuevos ensayos. Sando'\al. Los murcié-
lagos. i Enfermo! Llegada dd americano. Bri bus·
ca del "Carmen." Separación y regreso á Quibdó. 119
D~ QUIBD6 Á BOGOTÁ (1893). _. __ . _. __ .. ___ . . .. .... 131
Capítulo 1 -El pla'no de Quibdó. Memorial al Dr. Ra·
fael Núñez. A bordo del Atrato. Distancias y
calles. Napipí. Las cordilleras del Darién. Río
Sucio. Nos varamos. El golfo de ITrabá. Lllega-
da á Cartagena ..... " _.. ...... .... 131
Oapítulo II-Gartagena. Aspecto general. Tempera.
tura. Paseos. El plano. EII marcha para Bogotá. 139
Cap,itulo lII-EI Canal del Dique. Calamar. Las
distancias. Mompós. El Banco. Puerto Wilches.
Puerto Berrío. Llegada á Yeguas .. _.. . _.. .-. _. . . 141
Capítulo 1 V- Yegu~s. El Ferroearril de la Dorada.
Honda. Paso rlel Magrlalena. Gnaduas. Villeta.
Facatativá. El Ferrocarril de la Sabana. Llega-
da á Bogotá... . ...... _.. _ . ___ . . . . . . . . . . . . . . . . 154
Oapítulo V-Bogotá. Situación. Clima. Estauo so-
cial. Edificios. Jardines. Iglesias. La prensa. El
Salto de Tequendama . . __ ..... _.. , ...... ...... 156
EXPEDICIÓN AL RÍO CARARE (1895-96)-PARTE I-DE
BOG01'Á Á VÉLEZ .... . ..... _. _.. . _......... - 163
Capítulo l-TJna tempestad bajo un cráneo. All right.
El Boquerón de Tausa. La Vaquera. UlJaté. La
Lagulla, de Fúquene __ . __ . _. _., ......... - - _. 163
Capftulo Ir-El Descanso. Susa. La Palestina. ChÍ-
qUÍuqnirá. Una desilusión. Visita al Santuario.
El lienzo de N llestra Señora del Hosario. La Fe.. 169
Capítulo II1-El valle del río Suárez. Sabo,vá. Mata
Redonda. Puente Nacional. Llegada á Vélez. .. 173
Capítulo 1 V- Vélez. La Peña. El camino del Oaráre.
El Territorio de Bolívar. Colonias Agrícolas. Pre-
- 349-

Página5 ~

cios rlel Mercarlo. Oaminos y poblaciones veci-


nas. La Sociedad ..... __ ... . ... - ..... .. . . . .. 171
Capítulo V-Generalidades. Datos geográficos é bis·
tóricos. Geología y Mineralogía. Exploraciones
antiguas y modernas. Los indios. El clima. As-
pecto de la región .. _....•....... _. ... . . .. ... 182
PARTE n-DE VÉLEZ AL CARARE •.....••..•.. o...... 191
Capítulo I-Organiz~ción de la expedición. El cami·
no antiguo. El Real de Ture. Alto del Roble.
Cruces. Flórez. Gallegos. El río de Horta. Lan-
dázuri . o ••••••• o •••••••• 191 _ •••••••••• _ o o • _ o • • • •

Capítulo 1I-Cabecéras del Guayabito. El primer


campamento. Los Guamos. Vad08. El azufre. Los
murciélagos. Indios. Los Balsos. Quitián. Pes·
camos . .. , .... . .. o 197
••••••••••••••••••••• _ • • • •

Capítulo lIl-Rectificaciones del trazo. Petróleo. La


Cimitarra. Tigrps y mosquitos. Plagas. Buena
pesca. Encuentro. San Loreuzo. Las 7 lomas.
Llegada al Canue ................ . . . _. . .. .. . 202
Capítulo 1 V-Puerto San Fernando-El río Carare.
Ruina y soledad. Otro peón enfermo. El Raí-
zndo. San Isidro. Rastros de Indios. Los Botes.
Huevos de tortugas á millares. Oonsideraciones
sobre las Colonias agrícolas del Carare. Cuadro
de <listancias desde V élez .................... 20r
PARTE IJI-REGRESO Á VÉLEZ POR EL TRAZADO NUE-
VO • . .o •••••••••••••••• o o •• • • • •••• o' o' o.' o.. •• 215··
Capítulu I-Cacería de monos. Observaciones gene-
rales sobre el río Carare. Otro peón enfermo. El
Rajado. Tl'ochan<lo en dirección á la Torova.
Monte Pobre. Los engaños. Rectificación geográ-
fica ... o ••••••••••• o •• o •• o_ • o •• o . • • • • • •• • • ••• 215·
Capítulu 1I-La Colonia. La Torova. Amago de rebe-
lión. Falsa alarma. Alto del Gallo. Quebrada San
Juan. Otra vez el Guayabito. l.Jos Balsos. Vizcaí-
nos. Regreso á Landázuri. Cuadros de distancias 221.
Capítulo [11-¡ Tristes reflexiones! El Borrascoso. El
camino provisional ó el desnucadero. El campa·
mento de" El Placer" , . o •••• o •• o' ••••••••••• o 226-
Capítulo IV-Algunas conclusiones. El Carmrn. El
Gualilo. Ayacucho. Tierra fría. Llegado á Vélez.
Resumen de las distancias. o o • •••• •• • ••• •••••• 230
N.!VKGACIÓN DEL RÍO LEBRI.JA (1896) ... o ••••• _ • • o _ o 235
Informe del Sr. Adminütrador Gerente de la COlmpa-
ñía Colombiana de Transportes......... ..• . •.• 235
- 350 -

Info'rme presentado por el Ingeniero Inspector, ...... . 238


DEPARTAMENTO DE BOLÍVAR (1896) ..... , __ , ... o. _.' 241
Barranquilla.-Situación. Las calles. Edificios. Pa-
seos y jardines. Temperatura. Tranvías y coches.
Alumbrado. La Aduana. Lotería. El Puerto.
Grandes empresas. La prensa. El Hospital. Ins·
trucción pública. Quintas de recreo. El Teatro.
El Ferrocarril. Puerto Uolombia. Porvenir. _..... 247
-Cámara mercantil de Barranquilla , ___ .... o ••••••• _ • 253
El mar en Barranquilla ......... . o •• __ , ••••••• ' • 255
Agricultufla. Las sociedades a,grícolas .............. . 258
Agricult1,wa. La enseñanza agrícola ............... .. ~60
Una esta,coión balnea,ria. Usiam¿rí . .. ·". " " . ' .. , .... .
263
Un establecimiento hidroterápico ... . . .. . ... _. o " ••269
Una estac'ión balnearia. La Fuente de Juvenfa ...... .. 273...-
EL IsTMO DE PAN AMÁ. EN 1897 . . . . . . .. • .......... '... . 277
El Canal de Panamá y la Oompañía Nue\ya 1 ...... . 277
El Canal de Panamá y la Com pañía Nueva 11 ..... . 28 0
El Oanal de Panamá y la Compañía Nueva IIr . . .. . 28 2
El Oanal de Panamá y la Oompañía Nueva IV .... . 183
El Canal de Panamá y la Compañía Nueva V .. _.. . 285
UNA EXCURSIÓN POR EL ISTMO. I-Colón .•........ 28 7
Una excursión flor el Istmo. II-La Línea. ' .... , ., . 29 0
Una excursión por el Istmo. III-Panamá ......... . 29 4
Una excursión por el Istmo. IV-La Montaña ..... . 30 2
C OLOMBIA EN LA EXPOSIOIÓN UNIVERSAL DE PARÍS EN
1900. 1 ..................... _. . 309 o •• ' ••• _ ' • • • • •

Oolombial en la Exposición Universal de París en


1900. 11 ..... . .......... ' . . . .. .. . . . . . . . . . . . .. 311
Oolombia en la Exposición Universal de París en
1900. 111 .. ,_ _....... ....................... 314
Oolombia en la Exposición Universal de París en '
1900. IV .....•...••........... _..... . ..... •. 315
CONSIDERACIONES GENERALES sobre el trazo de caminos y
puentes en Colombia. l. . .... '... _.......... . 319
OonsidfJraciones generales sobre el trazo de caminos y
puentes en Oolombia. 11 . " .. . 325
o ••••••••• , ••••••

Oonsideraciones generales sobre el trazo de caminos y


pu.entes en Oolombia. 111 .. o " . '
328
••••••••••••••••••

APENDICE-Juicios críticos sobre los trabajos y escritos


de Jorge Brisson en Colombia .... -' _... _." ..... 334
Correcciones del Autor

Página Línea Dl~ Lé3se


8 7 Montecristo MOllt ecri~ti
8 23 Hiniz a Hillilliza
10 6 Nev Nav
12 4 2.()OO 20,000
12 23 degeneradores degenerados
13 23 cara vara
15 15 No muy lejos del salto N o muy lejos el Salto
18 18 cuando no son cuando son
29 6 se emplea últimamente se emplea eficazmente
31 ]7 mucho trajo mucho trabajo
42 2 flanqueado fr anqueado
43 21 hasta el interior hasta en el interior
44 1 Sinú y Patí<l Sinú, Lebrija y Patia
56 1 por ejemplo á donde todo por ejemplo todo
66 13 ciertos signos de las dO ti ciertos signos cual de las dos
70 5 de las cuanto subsisten de las cuales subsisten
85 2 reconozco la ventaja reconozco la poca ventaj a
87 27 mayores todavíl en mayOles todavía que en
87 40 unas á 4 á unas cuatro
93 30 el Cauca y diviso el Cauca que diviso
1e2 11 Cartagena todos los días Cartagena, saliendo de Quibd6 gene-
ralmente los días 20 ó 25 de cada
mes
124 33 Bady-pus Badypus
126 B fuente frente
'27 34 existente estanque
134 11 Mani Murrí
134 20
• 135 9
La Hoda
vale 50 pies
La Hoñda
mide 50 pies
141 29 12 Y 05 12 y 15
145 31 habitantes habitaciones
l50 en la nota 18 ki lómetros (N oviembre- 18 kilómetros j el del Norte hasta Z i-
1899) paquirá,50 kilómetros (Noviembre.
1899).
175 8 muchos altos muchos saltos
180 10 el cultivo y en belleficio el cultivo del ella] y el modo de be-
neficiario
228 29 lugares leguas
254 12 período periódico
288 en la nota americanos á los Estados americanos de los Estados Unidos ,
Unidos dl' Colón Colón

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