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LA. S

MINAS DE LA SAL
POR

S. L,. A. USTIO

(Ar~ítalos publitadoa e11 "El Relator" J el "Diario de Vnndinamarca.")

BOGOTÁ
IJlPBENTA DE LLERAS

1893
.A.L LECTOR.

De calumniadores fueron calificados los Redactores


del Diario de Cundinamarca ante el Senado de la
República en n.na de las sesiones del mes de. Octubre
último, por uno de los más afortunados cont~at1stas que
haya habido en los tiempos de la RegeneraciÓn. Aquel
calificativo, aquel verdadero insulto no podía menos de
ser contestado como lo fué en el número 3,677 del pe-
riódico insultado ; pero como no solamente en éste se
han publicado los artículos en que se han hecho alusio-
nes repetidas á los contratistas en grande escala, sino
que una buena parte de aquéllos corre en las columnas
de El Relator de dos años acá, he creído conveniente y
necesario recoger todo lo que he escrito sobre el ramo
importantísimo de las Salinas en una sola publicación,
segt1n la cual, facilitándose la lectura, y acercándose
l0s datos que se relacionan, pueda el lector juzgar debi-
damente, y decidir con imparcialidad, si hay calumnia
en la exposición hecha en los mencionados periódicos
del modo como ha sido manejada la renta de Salinas, ó
si, por el contrario, constituye insulto la audaz afirma-
ción hecha por un Senador.
La renta de Salinas, que venía en aumento hasta
1879, cayó en un descenso progresivo, sin que hubiéra
para ello· causa alguna visible que lo determinara.. A~
propio tiempo, este importante ramo de la Hacienda
pública, fuente en otro tiempo de considerables recursos
para el Gobierno, entraba en completa desorganización
y, contrariando las leyes sobre el asunto, se convertí~
en fuente de grandes recursos para particulares, y para
Compañías representadas ante el público por individuos
qu_e~ {t todas ~uces, no son poseedores 'del total de las
ut1hdades derivadas de los negocios con el Gobierno.
- II-

Estas circunstancias movían yá la curiosidad de algu- _


nos, y el deseo de satisfacer ésta determinó el estudio
del ramo en los documentos oficiales.
Si en la lectura de estas páginas tropezare el lector
con algunos girones de reputación que pueden hallarse
como enredados en los zarzales de la ilegalidad y de la
indelicadeza, culpa no ha sido sino de quienes han igno-
rado que no puede asistirse á un festín sin dejar una
que otra señal en el puesto ; y debe tenerse presente que
hasta ahora lo dicho sobre el manejo de las Salinas no
ha sido refutado, ni siquiera contradicho por nadie, cir-
cunstancia que me da la casi completa seguridad de que
ante la verdad de los hechos no queda otro recurso que
el de no descender á ocuparse de quien los relata, de la
misma manera que el águila, lejos de descender, ~e re-
monta más y más, á los gritos y exclamaciones del
campesino que se propone precisamente alejarla para
no ser su víctima otra vez.
Si, como el campesino en ocasiones, consigo alejar
el águila ; si consigo con la presente publicación extir-
par los abusos y los negocios ilegales y de ruina para
el Tesoro de mi Patria, estaré satisfecho, porque desde
el lugar á donde otros no descienden habré podido hacer
escuchar mi voz en las alturas del Todo-poderoso de Co-
lombia, del Supremo Gobierno de la Regeneración.
Si mis exclamaciones fueren perdidas, si han de
seguir rigiendo contratos como los de Chita y Sesquilé,
y se han de dar nuevos decretos como el del día 9 de
Septiembre, el trabajo habrá sido infructuoso por el
momento; pero día llegará, así lo creo, en que produzca
lo que debe producir, aunque por ahora se sepa apenas
que con gritos no se espantan las águilas de la Regene-
ración de Colombia.
Bogotá, Diciembre de 1892.
SANTIAGO LLERAS.
ALGO SOBRE LA SALINA DE CHITA.

Seüor Director.

Me tomo la libertad de enviar á usted los adjuntos


apuntamientos sobre la salina de Chita y de suplicarle les
dé cabida en las columnas de su patriótica hoja.
En e1 año de 1880, primero de la Regeneración admi-
nistrativa fundamental, estaban las salinas de Chita y Mu-
neque por administración: el Gobierno tenía allí un Elabo-
rador oficial y un Administrador, con el correspondiente
tren de empleados subalternos, para recibir y vender la sal
elaborada.
Los dueños de los elementos de elaboración proporcio-
naban los necesaTios en cumplimiento de un contrato apro-
bado previamente por el Poder Ejecutivo nacional y pu-
blicado en el IJiario Oficial de 12 de Noviembre de 1878,
número 4,302.
Un resguardo suficiente y medio Batallón del Ejército,
con sus respectivos Jefes, completaban el personal encarga-
do de esa oficina de l'ecaudación, cuyos productos en ese
año fiscal fueron los siguientes, según el cuadro de Movi-
·miento de cmulal de la página L de la Memoria de Haden-
da, correspondiente al año de 1881 :
Ing1·esos.
Producto bruto de la sal \endida ......... $ 179,316 25
Eg?'C808.

Gastos de elaboración ......... $ 54,328 65


Gastos de Administración ..... . 4,199 65
Gastos de Resguardo .... , ....... . 4,862 30
Gastos varios ....•.. ,,, ............ ,. 261 70 00,652 30
---
Producto líquido ........ , ...... , .. 115·,6&3 95

1
-2-
La venta y su producido alcanzaban, término meclio
por mes, á q1úlogramos 141,050 (11,292 ícO), al precio oficial
de no~enta c0ntavos (90 cvs.), con un producto para la ren-
ta de $14,943-02~, según el cuadro siguiente, tomatlo de
la página LII de las de la Memoria citada:
"CUADRO de las ventas mensuales ue la sal en cada una do las salinas y del
producto bruto que dió cada una en el año económico uo 1879 á 1880.

ClliTA Y MUNEQUE.

:MESES. COMP ACTAD.A.. SALITRE. PRODUCTO BRUTO.

- -
1879 Qgs. Gs. Qgs. Gs. $ Os
Septiembre..
Octubre ......
118,875
123,862
--
500
-· 1,350
tiJ)2
--
500
15,280
15,876
80
üO
Noviembre .. 124,712 500 1,500 -- 16,030 90
Diciembre ... 107,225 --- 237 500 13,668 80
1880
Enero ........ 147,137 500 ----·----~ 18,833 60
Febrero ...... 176,137 500 850 - - 17,189 70
:1\Iarzo ........ 98,600 .. --.. 1,250 - - 22,530 20
Abril ......... 138,837 500 237 500 12,647 60
]):layo ......... 173,162 500 - ... - - ......... - ... 10,194: 60
Junio ......... 171,737 500 400 . - 12,467 70
Julio ......... 169,675 --- . ....... - - - - 12,3cl 25
Agosto ....... 135,012 500 1.337 500 12,214 50
---- --- --------
1.684,975 - -- 7 625 ... $ 179,316 25
- '
Esto no satisfacía al Gobierno, pues el señor Roldán,
Secretario de Hacienda, decía en la Memoria citada, pági-
nas 66 á 68:
·"Las salinas de Ohita y Muneque, antes muy JJ?'oclucti-
vas, han descendido en los últimos años hasta el punto de
que sería gravoso elaborarlas en el caso de que el precio
oficial de la sal compactada bajase de novenüt cental'08 los
12f quilogramos. El conbustible es allí carísimo, con mo-
tivo de pertenecer los bosques q ne lo suministran :í. un solo
individuo; y el Gobierno, JJOt' muy gr¡·ancles que semt las prc-
-8-
cauciones que tome para establecer la ??mpetencia en l~ ce-
lebración de los contratos de prodncc1on de la sal, tiene
que aceptar las condiciones que g_l~ien~;n Í?nJJonerle, ó cenar
las salinas; medida que no es exeqmble por Tazones de
equidad generalmente reconocidas, pues de Chita y ~Iun~­
que se surten poblaciones de más de ciento cincuenta mzl
almas en los Estados de Boyacá y Santander y el TeiTito-
rio de Casanare, las cuales quecla'l·ían en ~tna sitltaciól~ 1n'tty
penosrt si se las sujetase á obtenerla en Zipaquirá y N emocón.
"Altora seis ctños, el Gobierno obtenía en aquellas sa-
linas la sal compactada por medio del fuego á tréinüt Ífentc(;-
vos Jos doce y medio quilogramos, dejándole al contratista
utilidades remuneradoras del capital invertido en la empre-
sa; y como hoy, conservándose en lo general, en el Distri-
to de la Salina-centro principal de las operaciones de
compactación- las mismas condiciones económicas ele en-
tonces, porque ni el combustible se ha alejado demasiado
de las fúbricas de la salina, ni los jornales han subido en
más del 10 por 100, dicha sal cuesta á cuarenta centavos los
12t quilogramos (es decir, el 50 por 100 más que en 1875)
parece evidente que las anteriores apreciaciones acerca de
las caw;as m·tijiciales que vienen anulando á Chita y 1\Iu-
rieque son completamente exactcts.
"E1 Poder Ejecutivo procur6 en 1879 eam hiar radi-
calmente este estado de cosas, con interés decidido y cons-
tante, sin obtener resultados favorables; y al fin, conven-
cido de la ineficacia de sus esfuerzos, resolvió aceptar ]as
propuestas del señor General Gabriel Vargas S., arrendata-
rio de los bosques de Ohit~t, para suministrar loza y leña
en cantidad suficiente para una producción de DIEZ }UL
ARROllAS de sal en cada mes, jir1nanclo el contrato que está
hoy en vigencia.
" T<' e contrato, verdaderamente exagerado en euanto
,J

al pr . io <le los objetos c_ontratados, tiene desde luego la


ventaJa d~ que al ~umphrse, como se ha cumplido, permi-
te protlth 1r en Chita la sal que el consumo demanda con
la abundancia necesaria para impedir negocios odiosos: Sin
embargo, eomo sus consecuencias, según se ha hecho notar
son nünosas para la renta, se dispuso, en lO de Junio últi~
mo, llamar 6 licitación para celebrar un contrato ele elabo-
ra_ci_ón, lJ071'Íéndole término así á la costosa elaboración
OÍlCUl}.
-4-
"El día fijado con tal objeto, se presentaron cuatro
propuestas, entre ellas dos notablemente bajas ; pero te-
niendo la una por base el que el Gobierno dé al contratista
los bosques necesaTios para la elaboración, y la otra la -va-
riación del sistema actual de compactación poT el de la pre-
sión ele vapor, sistema que aún no está adoptado en las sa-
linas nacionales, nada se ha resuelto definitivamente en
el asunto.
" .Así las cosas, el señor Rafael Niño manifestó á mi
despacho que los propietarios de los bosques de Ohita de-
seaban darle al Gobierno facilidades para administrar y
organizar la salina, vendiéndole dichos bosques ; y habién-
dose convenido inmediatamente en las bases preliminares
de la negociación, ésta se adelantará luégo que se reciba el
infoi·me pedido al señor .Administrador de Ohita y ::1\iune-
que, respecto de la situación, extensión y riqueza en com-
bustible de los terrenos conocidos con el nombre de "l\ion-
tes de Valderrama y Torres," que son los que se ofrecen
en venta.
" En mi concepto, adquiridas esas propiedades, las sa-
linas de Ohita y J\Iuneque, que tienen vertientes de 18 gra-
dos de concentración de extraordinaria abundancia, podrán
organizarse con más economía de la que hasta ahora se ha
considerado posible, obteniéndose de su explotación utili-
dades suficientes, adicionales á las que se obtienen hoy,
para pagar los elementos de elaboración-aun comprándo-
los caros-en muy pocos años. Ouando el Poder Ejecutivo
esté en capacidad de ofrecer combustible á los individuos
y compañías que tienen interés en la elaboración de Ohita,
juzgo 1wwy fácil contratar la sal compactada á veintioclzo
centavos los doce y medio quilogramos; y con tales condi-
ciones, calculando sobre una producción de doce mil mTobas
mensuales, la disminución de los gastos, conforme á los pre-
cios que se pagan actualmente, proporcionaría á la N ación,
en cada año, un ahorro de $ 20,400."

*
Estas sou las opiniones del señor Roldán acerca de las
salioos de Ohita y ::1\Iuneque, y nadie las hallará poco claras
ni poco precisas.
En efecto, lo cómo cruzarse de brazos delante ele situa-
-5-
ción tan clesastrosa ~ Esas salinas, " antes muy producti...
vas," quedaron reducidas, como se ba visto por lo~ cuadros
oficiales en el último año á una yenta de qmlogramos
1.700,000, que le valen al fisco $180,000, números redondos!
J\Ieses en que se venden apenas 22,500 pesos !
Un prod neto líq nido de $ 115,000 y pico !
Esto no se puede creer de unas salinas "antes muy
productivas," y si no fuera por esas 150,000 almas que pe-
nan por la sal, sería mejor cerrarlas, única cosa que se
debe hacer.
Hay más, y este es el qniil: ~ por ·qué, si "ahora seis
años, el Gobierno obtenía en aquellas salinas la sal compac-
tada por medio del fuego á t1·eintct centavos los doce y me-
dio quilogramos," hoy, conservándose las mismas condicio·
nes, cuesta á c'uarenta y cinco ~
Pero vamos despacio, ~de dónde saca el señor Secre·-
tario este último dato~ Si es de los cuadros que publica en
la misma ]femoria sobre movimiento de la especie, ingre-
sos y egresos, páginas XLVIII y XLIX, el dato es falso por
estar errados esos cuaclros, como vamos á verlo ; y no sa-
biéndose la cantidad de sal elaborada, no se puede averiguar
tampoco á cómo le coesta al Gobierno la elaboTación de ella.
Prescindimos de la mugre ó salitre.
INGRESOS.-1879 A 1880.
Sal compactcula.
Salinas de Ohita y ::1\luneque. Existen-
cia en 1 .. ~e Septiembre de 1879. __ . Qgs.
0
131,462 500
Recibida del elaborador (en el año) __ 1.499,187 500
Decomisada (en el año) . __ .: __ .. '. __ .. 487 500
Total. __ . _... _. _. Qgs.
--------
1.631,137 500
EGRESOS.-1879 A 1880.
Sal compactada.
Sal~s ve~didas de ]as recibidas._. Qgs. 1.684,975
Existencia en 31 de .Agosto de 1880 ... _ 89,537 500
Qgs. l. 77 4,5 t2 500
-- 6 -

Oúservaciún .-Eu el año económico de l. o de Septiem-


bre de 79 á 31 de Agosto de 80 el lllQvimicuto de la, sal
fné: (l\Iem. de 1881, págs. XLVIII y sig.)
l. o de Octubre. Existencia del año an-
terior .... - - . - - - - - .... - .. - ... _.. __ . Qgs. 131,4.62 500
Sales recibidas de los elaboradores. _. _ 1.499,187 500
Sales decomisadas ... ___ ._ .. _______ _ 487 500
Qgs. 1.631,137 500
Sales T"endidas en el
mismo tiempo . _... _Qgs. l.ü8J,975 . - .
Existencia en 31 de
AgoRto de 1879 .... ___ _ 89,537 500 1.774,511 500
Se -vendió lll:ÍS de la elaborada y 1'e-
cibida ..... _. _.... __ .... __ . _. ____ . _Qgs. 143,375 __ _
Sin embargo, la :nlemoria sigu:ente da una existencia
en sal en l. o de Septiembre de 18~0, de Qgs. 3,078 500 grs.
(página XXVIII).
Pero se nos ocurre, si el señor contratista cobró los ele-
mentos de elaboración conforme al contrato, es deeir, por
el número de arrobas elaboradas, es claro que al reparar en
estos cuadros de la :Jiemoria y ver que son más las :trrobas
vendidas que las elabora.das~ por las cuales se le pngó la lo-
za y la leña, él es quien puede, con razón, quejarse de lo
ruinoso del contrato.
Ni sabemos por qué "sus consecuencias sean ruinosas
para la renta" y haya habido que '' llamar á licitación para
celebrar un contrato de elaboración, poniéndole término así
á la costosa elaboración oficial."
Esto ni es prosa ni es verdad, pues acabamos de ver
que parte de esa elaboración, según el contrato, resultó gra-
tis; ó i era que yá empezaba el prurito de los contratos,
tan fecundos en la época actual ~
Pero hemos entrado en un círculo vicioso, porque aho-
ra, co1,uo el Gobierno no tomó las "grandes precauciones "
ni las chicas, para establecer la competencia en la celebra-
ción de los contratos de producción de la sal, tiene que
aceptar las condiciones que quiera imponerle el dueño de
los montes.
En efecto, allí se presentó este señor y ofreció hacerle
la arroba de sal á 38 centavos, por todo costo. Otro licitador
-7-
rebajó á 32, pero pecHa montes, porque hasta los del Gobier-
no, que siempre se han ofrecido en talos casos, f~ltaban _ca-
sualmente en el "pliego de cargos." Este rnismo senor
ofrecía dar$ 40,000 al Gobierno petra que comprara los de
V aldee:ama.
"._ .. Nada se ha resuelto clefinitivamente en el asunto,"
dice en la Memoria, después de seis meses del suceso, el se-
ñor Secretario de Hacienda, con un laconisn10 que no deja
qué desear.
Pero con estas facilidades y las que dice el señor Se-
cretario que le ofrecía el señor Rafael Niño" para adminis-
tra!' y organizar la sali~a, vencliéndole dichos bosques,"
ia en qué se paró~ Hay que tener, además, en cuenta que la
mayor de todas las facilidades, la tenía una partida en el
Presupuesto vigente, que tan1bién figura en el "Balance
del libro de cuentas de esta Secretaría, correspondiente á
los primeros siete meses de la vigencia econ6mica de 1879 á
1880 (pág. LXXI), saldos disponibles, que dice graciosa-
mente:
"Para compra de los montes, casas, enrramadas etc. y
demás elementos que sean necesarios para la elaboración de
sal compactada y de caldero en ]a salina de Chita, hasta
$ 40,000."
Y la siguiente:
"Para compra de elementos de elaboración de sales
$ 59,319-20.'' J

*
Como se dijo al principio, esta salina pro-
auj o de 187~ á U~80. _______________ . ____ $ 179,326 25
Y como tenía de gastos ____ .. __ . _____ .. 63,652 30

Daba un~ utilidad líquida de._. ______ .$ 115,673 90


Para sahr de esta "costosa elabora.ción oficial," se hizo
el contrato con el señor Lorenzo Marroquín aprobado en
16 de ".Marzo, página 8 de los documentos sobre salinas de
la :Th'~emoria .de Haciencla para 1882, y a<ljndicado en 28 de
Abr~l delm1smo año. "~ste contr~to, en términos gravo-
sos a la verdad, proporciOna al Gol)lerno rnayores utilidades
de las que estaba derivando por el sistema de elaboración
oficial." (La 1,nisma ~em .. J?ág. 85 ~~1 texto).
V amos a ver que utilidades dw este contrato.
-8-
ME:i\IORIA DE 1883,
· Ohita y M uneque. (Página 24 de los Ouadros sobre
salinas).
Producto bruto ... o __ •••• ___$ 128,949 65
• _ .. _ • _. _ •

Id. de sal decomisada._." .. _..•-._._.. 224 55


Suma o__ ...... ooo$ 129,174 20
Gastos o_. o.. _o... oo___ •. _. ~ .. o__ ... o 71,868 05
Producto líquido._. __ ._.$ 57,306 15
Y se anota en el cuadro un déficit de .. _. 1.695 90
Producto más líqtlido. _o o__ oo.. oo... __ $ 55,610 25
En la página 58 del texto de la 1\iemoria para 1883,
hay un cuadro que -dice:
"Chita y Muneque.
Producto bruto ... o__ ooooo... __ . o.-$ 129,174 20
Gastos. ooo_.. _. o_. . . _o.... o.. _... __ . 71,868 05
Producto líquido .... _... $ 57 306 15
'
COSTOSA ELABORA.CION.

Oornparación irnportante.
Producto líquido de 1879 á 1880 .. _. ___ _ 115,663 95
Producto líquido de 1880 á 1881 .. __ . _. 70,305 85
Pérdida á causa del contrato 1\Iarroquín$ 45,358 10
(Ouadro de la página XXX de la Mem. de Hacienda
para 1882).

Producto líquido de 1881 á 1882. _.o.-$ 55,610 25


P!oducto líquido de 1882 á 1883 _•... - .. 38,932 45

Descenso á causa del contrato Marroquín$ 16,677 80


(Página 24 de los cuadros sobre salinas <le la :Memo-
ria de 1884).
-9-
Producto líquido de 1882 á 1883- . - - - . $ 38,932 45
Producto líquido de 1883 á 1884: ... - - . 33,891 85
-----
De~censo á causa del cont1·ato Marroquín$ 5,0.!0 6(}
(Página 44 de la Mem. para 1885.) En esta n1emoria
hay una cosa rara. El texto dice en la página 44, hablando
de Ohita y l\Iuneque : . .
Producto líquido $ 33,891-85, como quedó dicho arri-
ba, y en los cuadros de salinas, página 40, dice :producto lí-
quido $ 77,265-70.
tv Ouál vale ~ Sigamos.
Producto liquido de 1883 á 1884 ...... $ 33,891 85
Producto líq nido de 1884 á 1885., ... $ 35,9:12 35

l\fejora .............. _. _............. 2,050 50


---·--
(1\!Iemoria para 88, pág. XL VI).
Producto líquido de 188.! á 1885 ...... $ 35,942 35
Producto líquido de 1885 á 1886. __ ... _. . . 4.3,593 50
---·
Se mejoró en ....................... $ 7,65115
Ni en este año ni en los 4 meses hasta el 31 de Di-
ciembre de 1886, hubo gastos en la salina. De modo que no
hubo empleados ó éstos trabajaron de balde, según el cua-
dro citado últimamente.
Otra comparación.
Utilidades de la salina en tiempo de la
anarquía organizada (1879 á 1880) _..•~ •• __ $ 115,663 95
Utilidades de 1880 á 1881 (1. 0 de la Rege-
neración) .. __ ...... __ .... ___ . __ . ___ .. ___ _ 70,305 85
Pérdida ••....... _$ 45,358 10
Id. de 81 á 82 60,063 70
Id. de 82 á 83 76,741 50
Id. de 83 á 84 81,772 10
Id. de 84 á 85 79,731 60
Id. de 85 á 86 72,080 45
Pérdida en seis años de orden en la Ha-
cienda pública ..... _. _. _. _.. _... _ . _. ___ . $ 415,747 45
-lO-

Oomo en 1887 se comenzaron á contar los aflos econó~


mícos desde l. o <le Enero, para hallar la pérdida corres-
pondiente ~1 los 4 llleses de 1886, hay que comparar el pro-
ducto líquido ue esos 4 meses con la 3. r; parte uo
$115,603-95, y hallamot-J la siguiente ..... -$ 18,5G7 97~
Pérdida en 1887 ... __ _. ______ ... ___ . 56,033 9:(
Id. id. en 18éS. _________________ .. _ 56,033 95

Suma_ .... __ ... __ .. $ 131,825 87 ~


que con la pérdida de arriba. __ .. __ ..... _. 415,74.7 45

suman, en contra del Tesoro, en 8 años ___ . . 5:17,573 32~


Estos son los números. La letra de la l\lemoria de 1881
dice otra cosa, como se Yió al principio.
Según la Memoria de Hacicnd.t al OongTeso de este
afio, el producto líquü.l o de las salinas de Ohíta J 1\Iune-
que en el aiío de 1889 fué de .. __ .. _. _. _. _$ 119,76:1 72:!
que comparado con el del tiempo de la anarquía
organizada ... __ ..... ___ . _.......... ____ _ 115,663 95

da un amnento de .. _....... _.. _. __ .... __ $ 4,100 77.¡.


1\l cabo de 8 años de progreso en las rentas con la Re-
generación administrativa fundamental, gracias á la. ac·tiva
administración del señor Holguín, y no obstante el haber
tenido que dar por l::t rescisión ele uno de los contratos (del
cual nos ocuparemos lllás adelante) que pesaban sobre esta
salina, $ 130,000 en moneda legal y $ 70,000 en especie!
Los anteriores ctí.lculos los hacernos en el supuesto de
que la sal valía á noventa centavos; mas debe tenerse pre-
sente que en los tiempos á que se refieren hubo épocas de
ser hasta de $ 5 el precio oficial.

*
El Sem(l}ta1'Ío número 33 trae la historia del contrato
Oautiui, hecho el 14 de Septiembre de 1885, cuatro años
dcsptrés üe adjudicado á :niarroquín el contrato de elabora.-
cióu que debía durar !) años y que est<l publicado en el Dia-
'i''Íu Oficial y en la Memoria de Hacienda para el Congreso
de li::l82, página. 8 <lo los documentos sobre sa.liuas.
El C()ntrato Oantini se hizo cuando la. sal C~Staha á $ 5
la arroba-precio oficial. Según esto contrato, el scüor Can-
-11-

tini podía elaborar y "Vender hasta 12,000 0J de sal en cada


mes, y aunque no debía 1·egir su contt:ato sino. ,des<le 1886
en adelante, el señor Oantini elaboro y "Vendw sal desde
1885 (¡í $ 5 r@, según la :Memoria do Hacienda).
En 1886 fué bajado el 1wecio de la sal á $ 2-40 la, arro-
ba (Diario Oficial número 6,635) hasta el1. 0 de Agnsto del
mismo año en que se redujo á$ 1-80 y así duró hasta 1. o
de Enero de 1887. De esta fecha en adelante se fijó el pre-
cio que hoy rige de$ 1-40 (Diario Oficial número G,730,
6,758 y 6,759) 0
El contratro Oantini venía cumpliéndose cuando en 1.
de Marzo de 1887 la Secretaría de Hacienda declaró que,
por haberse presentado algunos "Vecinos de la sa lina de
Chita reclamando la propiedad de los bosques que 1 odea.n
esta salina, que eran los que el contratú;ht había lüpoteca-
do para asegurar el cumplimiento del contrato, el Gobierno
bahía resuelto exigir del contratista una nueva fianza por
"Valor do $ 100,000 ó rescindir el contrato ( IJim·io Oficial
número G,9S6 de 18 de ]farzo de 1887). Este incidente que-
dó terminado por resolución de 19 de :M:an';O de 1887 ( Dia-
't'io Oficial número 6,993).
Sobre los pm:juicios cansados al Tesoro por el contrato
Oantini, véa!::iO e! informo de una Comisión del Senado, coiu-
puesta de los seüores Adolfo Hm·kcr y Anacleto Holgnín,
sobro la rescisión de un eontrato en Sesquilé. Según este
informe, el Gobierno perdió en el contrato Oantini la suma
de$ 4.64,000 con la sal al precio oficial de $ 1-4:0, que es
el que ha estado rigiendo; poro algo uabrá que agregar, si
se tieene en cuenta que el señor Oantini vendió sa,l á pro·
cios superiores desde 1885. ( Dia1'io Oficial número 7,54:8,
Octubre 8 de 1888.)
El señor Oantini propuso dos veoes al Gobierno ln IJ'CS-
c~sión del contrato (pág. LI del texto ele la ]femoria de Ha-
mepda ~m·~ el <?ongreso de 1888), y sin cmbaTgo, éste no
fue rescmdHlo smo hasta el 21 de :M~atzo de lt)89 ( IJim·,io
Oficial número 7, 754), mediante la remuneración al señor
Cautini de $ 130,000 ( y los $ 70,000 en especie de que ha-
bló El OoJTeo Nacional.)
Hecha esta rescisión, se presentaron los señoTes E. Ire-
gni & e~, haciendo pre~unte que, "como cesionarios del con-
trato sobro elaboración de sal en las s~1linas de Chita y Mu-
nequc, celebrado por el Gobierno Nacional con el señor Lo_
-12-

1·enzo 1\-farroquín, en 17 de l\iarzo de 1881 (Diario Oficial


número 4,970), ellos habían esta<lo cumpliendo estricta-
mente ese contrato de elaboración (dos olahoraciones si-
multánea~), como en caso necesario po<lría certificarlo el
señor Pedro Oantini, contratista arrendatario de dichas sa-
linas.
Los expresados señores Iregui & O\ sabiendo que el
señor Oantini había acordado cí.>n el Gobierno un contrato
de ¡·escisión, ofrecieron al Gobierno (Dicwio Oficial número
7,754) continuar pagando $ 6,000 anuales por el anenda-
miento ó uso de los montes, para seguir cumpliendo el con-
trato de elaboración de que eran cesionarios, y no se obró
de acuerdo con el artículo 9G2 del Código Fiscal.
El Gobierno resolvió reconocer como cesionarios :i E. Ire-
gui & o~; ordenó que prestaran la fianza y aceptó la obliga-
ción que entraron :i contraer dichos señores, y éstos conti-
n'ttaron cumpliendo el contrato que les había cedido el señor
üantini y que, según este señor, ellos lwMan e.rdculo cwn-
plienclo.
0 0
Véanse los números 3. y 4. de los considerandos en
que se funda la resolución citada, y nótese qué confllsión
de contratos la que se hizo.
(El Relcttor números 492 y 493).

ALGO SOBRE LA SALINA DE ZIP .A.QUIRÁ.


So:ñor Redactor.

El número 33 de El OmTeo Nacional, correspondiente al


11 de Octubre, contiene un serio y patriótico artículo con el
n1ote de ''Contratos Públicos," que no du<lo Ln.brá llamado
la atención de muchos, y que llamó la mía especialmente
por la circunstancia de haberme ocupado hace algtí.n tiempo
en el estudio de algunos contratos <le salinas, los cuales pa~
recen que hubieran sido los que determinaron al señor Re-
dactor <.lo El Om·reo Nacional á escribir el citado artículo, si
no concuniera respecto de él una circunstancia que más
adelante lJaré notar. La lectura del artículo Contratos Pú-
blicos me deciaió á revisar mi trabajo sobre los contratos de
salinas, y me ha parecido tan conforme con l?s términos
generales del artículo de El Oor1·eo,queno he,amlauo en mo-
-13-

lestar á usted con el fin de que, si lo halla oportuno, le dé


cabida en las columnas de su periódico.
Algunos párrafos del citado artículo son la síntesis más
completa de los contratos de que me voy á ocupar, y por
· eso creo necesario repetirlos. Dicen así :
" __ ... _... _.. __ . _Si se tomara en cuenta el hecho de
que los contratos se deben celebrar con la intención de cum-
plirlos, no se harí~n contratos cou la i~tención d~ I:efor~ar­
los ni se ceJebranan contratos posteriOres que hiCieran me-
fic~ces en pmjuicio del país los primeros. En esa pendiente
vamos todos rodando á un abismo que no tiene fin.
El primer contrato tiene el tan1año de un átomo, pero
de un átomo fecundo; con lcfJ attsencia de todo espíritu, pú-
blico ; con las prodigaliclacles de ~¿n patriotismo mal entendi-
do, y con la condescendencia oficial, ese átomo adquiere lué-
go las proporciones de una montaña, que nos agobia á todos.
" El pacto primitivo se torna, de la misma manera, en
una cadena de contratos cuya trascendencia es muy difícil
apreciar, porque nadie se toma espontánearnente el trnlm}o
de verificm· est1.tdio tan deteniclo y prolijo."
Repetidos estos párrafos, compárese la historia del eon-
trato de que me voy á ocupar, con lo que ellos expresan en
términos generales, para mejor estimar la razón de su autor.
Las tendencias de los Gobiernos libeTales flesde 1869,
respecto á la· organización de las rentas de salinas, están
consignadas en las Memorias de los Secret~uios de Hacien-
da y en algunos otros documentos oficiales. Se combatía
como de común acuerdo el sistema de uontratos para la ex-
plotación y la elaboración, basta llegar á demostrar la con-
veniencia del sistema de administración y elaboración direc-
ta por el Gobierno. Consecuente con estas tendencias, el
Congreso de 1873 consagró en la Ley 106 de 13 de Junio
(Código Fiscal), las disposiciones contenidas en los al'tícu-
los 449, 452 (parágrafo l. 0 ), 453 y 456 del Capítulo 2. 0 ,
del título 4. o, que trata de la administración de las
salinas. Según aquellas disposiciones todas las salinas
de propiedad nacional, cuya elaboración y explotación fuera
conveniente á juicio del Poder Ejecutivo, serían adminis~
tra~~s ó dad~s en arrendamie~to ; la explotación y la elabo-
ramon n.o ~enall: ~ontrata.das, smo hechas por empleaclos de
la Ad.mimstracwn, ,comprando el combustible y las vasijas
y hamendo los de mas gastos de las operaciones por cuenta
- 14-

de la Nación; cuando el Poder Ejecutivo no pudiera aco-


meter estas reformas, llevaría á efecto las que creyera más
compatibles con la conservación y mayor rendimiento de
la renta, pero debía prescindir absolutmnenta de renovar los
contratos existentes, y de prorogar los términos en ellos
fijados para su vigencia, aun cuando ofrecieran los mismos ú
otros contratistas encargarse de la elaboración con mayores
vt.~tajas. En consecuencia, el Poder Ejecutivo no debía ha-
cer nuevos contratos de elaboración de sales, y Llébfa cele-
brar arreglos con los contratistas de entonces en previsión
del caso de haber de darse al consumo solamente las mate-
rias primeras antes de terminar sus contratos.
En obedecimiento á estas disposiciones, se dió el decre-
to número 400, de 12 ele Septiembre ele 1874, por el cual
se dispuso la elaboración por cuenta del Gobierno en lasa-
lina de Tausa, con los siguientes considerandos :
''Que el contrato de elaboración de la salina de Tausa,
de 7 de Junio de 1865, termina el día 11 de OctubTc próximo ;
'·Que por el artículo 453 del Código Fiscal, está pro-
híbidlt la celeb'raoilin de nuevos cont1·atos ele elabo1·aoiún, así
como ta1nbién la próroga . de los actuales;
" Que por el inciso l. o del artículo 452 del mismo Có-
digo, está autorizado el Poder Ejecutivo para poner en ad-
ministración la elaboración cnanc1o caduquen-los contratos
vigentes ; y
" Que terminado el contrato de 11 de Ü0tnbre, tlebe el
Gobierno dispo11er lo conveniente para producir sal en aque-
lla salina etc."
EJ Secretario del ramo, al dar cuenta de e!lta. medida
al Congreso de 1875, dice en 1a :Memoria:
"Los resultados obtenidos hasta ho;- son más satisfac-
torios de lo que pudiera esperarFJc, ¡moR ~e ha hecho un aho-
rro no poco considerable. Y r-;i cAto ha sucedido en Tausa,
donde se trabaja en muy pegnefia e8c::tla y doncle se había
obtenido el precio m~ís bajo conocido para la elaboración
por meclio ele contratos, no hay dnda que este nuevo siste-
ma, aplicado á la Ralina üe ZipaC]nirá., dará resultados mag-
níficos, en punto á economía para. el Tesoro.,
Y hablando ele la salina de Zipaquirá en la mhnna 1\Ie-
nlDria. dice :
"Estando próximo á terminar el contrato sobre explo-
tación . - Plahoraeión de sales, y debiendo efectuarse en lo
-15-

sucesivo esta oporación por cuenta del Gobierno, conforme


al nuevo sistema estable c-iclo en la ley, etc."
En consecuencia, se dictó el Decreto númm·o 402, de
13 de Agosto de ese año, por el cual se dispuso la elaboro-
ración oficial de la salina de Zipaquirá, á cargo de un em-
pleado llamado Blaboraclor oficial, que desempeñaba sus
funciones bajo la inmediata inspección y depenclencia del
Administrador principal de Salinas, y debía asegurar su
manejo con una fianza.
Los 1·esultados del sistema de administración correspon-
dieron á la previsión del Gobierno, como lo expresa el Se-
cretario del ramo en su J\lfemoria para el Congreso de 1877,
páginas 53 á 56 del texto :
"II. P't'Ollnotos y gastos. El sólo cambio del sistema de
administración por el de contratos de elaboración y de arren-
damiento, ha dado un resultado muy favorable al incre-
mento de esta renta, á pesar de la costosa elaboración que
se ha montado en las salinas de mayor importancia, y en
que pm1ieran hacerse grandes economías.
"No puede atribuírse á otra causa el aumento de los
I'endimieutos de la renta, porque aunque la venta del ar-
tículo no se ha hecho en una mayor cantidad, ésta no está
en relación con los valores obtenidos en producto; en con-
secuencia, lo que ha cambiado esencialmente es la relación
entre la cantidad de producto vendido y el valor obtenido
en su Ycnta, quedando demostrado, que á la misma canti-
dad de sal -vem.lida, corresponde mayor utilidad en la venta,
en el sistema de administración que en el de contratos de
anen< amientos y de elaboración.
"Las utilidades que antes obtenían los arrendatarios
y elaboradores por contrato, se han trasladado hoy al Go-
bim·no, dando á la Tenta un aumento ele bastante conside-
ración, que será mayor á medida que puedan introducirse
~as ~co_nomias en el sistema de administraeión, que están
IIHhcadas por la sola revista que se haga en el poTmenor de
los gasto: de claborabi6n oficial, como se encuentra es-
tablerido. ~·
Como t~P •:e, 110 podían ser mejores los resultados ob-
tenido~ e 1 beneficio de 1::t renta, por el sistema de elctborcfJ-
ció~t ?~c_ial; y sin eml?argo, la Regeneración fmulamental
se 1mcw eH esta matena de un modo bien distinto y en con-
trapmlicióH eon las disposiciones legales, como puede verse
-16-

en la ~!Iemoria del Secretario, señor Luis Oarlos Rico para el


Congreso de 1879, en la cual dice : '
"El sistema de elaborar por medio de agentes nombra-
dos por el Gobierno, ó sea de administración directa ha
conducido al conocimiento de los precios á que cuesta 'pro-
ducir las sales en las di versas salinas del Estado ; pero es
razonable creer que el interés privado puede obtener mayo-
res economías de las que alcanza el celo oficial, por escru-
puloso que sea, porque no basta la honradez de los emplea-
dos para evitar gastos innecesarios en todo ó en parte esta-
blecidos por la ley ó por hábitos á que no se suele f~nnar
resolución de combatir sino cuando está de por medio la
con-veniencia personal; y porque basta para desorganizar
4ma salina nombrar un Elaborador que no sepa ó no quie-
ra cumplir con sus deberes, nombramiente que puede ocu-
rrir por informes equivocados, ó porque al hacerlo se tengan
en cuenta servicios que ninguna rc.lación guardan con las
aptitudes que el puesto requiere. Aunque al presente los
elaboradores son de la confianza del Gobierno, para librar
la renta ele esta contingencia en el porvenir, y ya que el
sisternn, de administración ha dado los conocimientos que
podía suministrar, resolvisteis contratar la elaboración de
las salinas, y habéis empezado esta delicada variación."

''El contrato para elaborar en Zipaquirá fué celebrado


el 2 de Noviembre del año próximo pasado (1), con el señor
Jorge Holguín _. __ "
Las principales estipulaciones de este contrato fueron:
5 años ue duración ; precios : 13 centavos, 7 centavos y 3!
centavos los 12! quilogramos de sal compactada, de caldero
y vijua, respectivamente; $ 1,000 anuales por arrendamien-
to de útiles de elaboración, y $ 30,000 de fianza hipotecaria
sobre fincas raíces.
Este contrato fué sometido únicammtte á la aprobación
del Poder Ejecutivo; y llama la atención el hecho de que
el Secretario se preocupara con evitar á las rentas los per-
juicios de un mal nombramiento, y no se preocupara en ab-
soluto de los que pudieran venirle por causa de un contrato,
y de un contrato ilegal como éste, que es precisamente el
átomo fecmHlo de que habla El Gorreo },Tacional. •
(1( Según los documentos fué oo!ol.m¡,do el día. 26.
-17-
Este contrato fné adjudicado definitivamente al señor
Holguín en 11 de Septiembre de 1879, después de haber
sido sacado á licitación como pliego de cargos ; pero es pre-
ciso hacer notar que no es el mismo que, aprobado, fué PUS
_blicado como pliego de cargos, pues el adjudicado tiene
ciertas ventajas para el contmtista que no existían en el
publicado como pliego de cargos, tal como la obligación que
contrae el Gobierno por el ordinal 2. 0 del artículo 22, de
comprar al señor Holgnín "todo el carbón que se necesite
para la elaboración de sal en Zipaquirá," después de decir
en el artícculo que "serán de cargo del cont1·cttista toclos los
gastos de leña, ccwbón etc." Igualmente hay un parágrafo
agregado al artículo 36, que no existía en el conlrato pri-
mitivo, quedando así comprobado que fué Teformado el
pliego de cargos. Además, fué agregado el artículo 38. Es-
tas variaciones son contrarias al artículo 1,537 del Código
Fiscal, regla 4:~
El contrato ite que se ha hablado últimamente, vino
cumpliéndose hasta el 27 de Mayo de 1880. En esta fecha
se celebró con el mismo señor Holguín otro adicional y re-
formatorio, que fué aprobado por el Poder Ejecutivo en 28
de Mayo, y por ley expresa el día 8 de Julio del mismo año.
(Diario Oficial número 4, 761). Las reformas y adiciones
consisten en lo siguiente:
Duración : 10 años, en vez de 5, que tenía el anterior ;
Precios: 15 centavos los 12! quilos de sal compactada;
9 id. id. id. de sal de caldero, y
6 id. id. id. de sal vijua, en vez de 13, 7 y a! centavos
que eran los señalados respectivamente en el anterior. '
También se estipuló que si se establecía la libre elabo-
ración, cesaría el contrato. (Artículo 34).
En cambio, el señor Holguín se obligó á ceder al Go~
bierno la mina de carbón y el solar denominado ''La Fá-
bl·ica," con todos los edificios, casas, enramadas hornos
calderos etc. á la terminación del contrato, es deci;. 10 año~
después, pudiendo usufructuados durante este tie~po.
. Ahora ocurre esta duda:~ El contrato que sufrió las adi-
mones y ~e~ormas qu~dó anulado 1 ~Las disposiciones que no
fueron adiC!onadas ni reformadas quedaron vigentes~ Es
claro que s1, puesto que la ley no habla de anulación al-
gnna sino que se concreta á aprobar las adiciones y refor-
2
-18-

mas._Siendo es!o asi, ocurre esta otra pregunta: ~cumplió


el seuor Holgmn con el pago de los $ 1,000 anuales por el
US@ de los útiles do elaboración, estipulado en el ~ontrato
de 11 do Septiembre de 1879 y en el de 27 de Noviembre
de 1878 ~Se supone que debe haber algún empleado con
obligación de satisfacer esta pregunta.
Oon lo dicho, ó mejor, con lo hecho, ~estaremos yá bajo
el peso de la m.ontaiía, q1.te nos agobia, á todos y de que habla
El Correo Nacional?
Si así no fuere, ahí está este contrato reformatorio, que
no es el último en la cadena de cont?·atos cuya trascendencia
nos ha. sido muy difícil apreciar ; pero el mismo Secretario
del ramo, señor Roldán, en la Memoria para 1881, ha sido
un estupendo colaborador en esta difícil tarea, cuando se
expresa así:
"Los precios que se pagan al contratista do Zipaquirá
pueden sm· fJnuy elevados, y lo son, segu'rmnente, comparados
con los que se establecieron en el contrato de Septiembre
de 1879, 1·eformado por el que está vigente; pero la mina
de carbón ofrece amplia compensación para el porvenir, y
esto justifica la negociación con el señor Holguín."
Olvida el señor Rolu<tll que la mina de carbón debía
cont.inuar uo propieuad del señor Holguín dnrantc 10 años,
"sin que el Gohierno pueda exigirlo ninguna remunera-
ción,,' y que la mejora de los precios de elaboracióón de la
sal debía también durarle 10 años. Qué compensación!
Venga el otro contrato para ver qué compensaciones
trae.
El 19 .de Julio do 1881 so celebró con el señor Holguín
el cuarto contrato, por el cual se reforma y adiciona el de 8
de Julio de 1880, que á su turno adicionaba y reformaba el
de 11 de Septiemb1·e de 1879, también reformatorio
del de 1878.
El contrato do 19 de Julio de 1881, reclama un comen-
tario que sería suficiente para ahorrar trabajo, si no tuera
preciso hacer notar la verdad con que se expresó el Redac-
tor do El Cmreo Nacional.
El comentario es que en el contrato de 8 de Julio de
1880, estaba previsto el caso de caduciuad del mismo, si el
Gobierno declaraba libre la elaboración de sal; y esta me-
dida, que se llevó á cabo en seguida, estaba también provista
por el Gobierno, :r aun más, por el Oongreso que aprobó el
-19-
contrato. En consecuencia, no había, ni debía haber, obstá-
culo alguno por parte de él pa1·a el establecimiento de la li-
bre elaboración, y el contrato ha debido caducar. Mas no
fué esto lo que sticedió, sino que el señor Holguín se resig..
nó ~í que en el contrato de 19 do Julio de 1881 se estipulara
lo sigui en te en su artículo 6? :
---.----.,..-
....... - ..... - .. , . --.- .......
__ . _. __ . _. __ . . . . " D e aIm1sma
.
~ --
mane1a,
· HI·'
....... .
.. ....... - ... ,.. _._
o gum re-
nuncia todo el derecho que los artículos 34 y 39 del mismo
contrato le dan para, pedir su rescisión ó para reclamar ín-
dcmnizaciones del Gobierno, por el hecho de adoptar en la
salina de Zipaquirá el nuevo sistema de explotación y ela-
boración á que se re·fiere el decreto ejecutivo yá citado." (El
en que se declara libre la elaboración).
En compensación de esta generosidad, el Gobierno
aumentó al señor Holguín un centavo d.e peso por cada 12-i
quilos de sal que explotara y le fuera recibida para la venta,
y en consecuencia quedó elevado á 7 centavos el precio que
en los primeros contratos era de 3-!- centavos!
Además, el hecho de estipular que durante el tiempo
qne el Gobierno disponga no elaborar sal compactada, re-
girá el presente contrato, y durante el tiempo que dispon-
ga que se produzca esa clase de sal por cuenta de la N ación,
regirá el contrato de 28 de Mayo de 1880, aprobado en 8
de .Julio del mismo año por el Oongreso, nos da derecho á
creer que no es solamente un contrato adicional y reforma~
torio, sino un nuevo contrato de ocasión.
Y no se crea que se ha llegado al fin de la cadena de
contratos.
En 4 do Enero de 1882 fué aprobado por el Presiden-
te de la Unión, con el dictamen unánime del Oonsejo de Go-
bierno, un quinto contrato, por el cual se reforma y adiciona
el de elaboraoi6n y explotaoi6n de aales en la salina de Zipa-
q_1drá, en el cual todavía se aumentan los precios por v.ía de
compensación. Véase cómo :
. En el a~·tículo 1<? de este contrato " el Gobierno de la
Umón, en v1sta de cuentas y documentos auténticos, reco-
noce qu~ ,el contrato d_e, 19 de Julio, reformatorio del de
elaboramo~ y explotacwn de. sales en la salina de Zipaqni-
rá, ha ocasiOnado al contratista señor J orgo Holguín pér-
didas de !J?UCha consid~ración;" y conviene en aumentar
la cuota. fiJada ev el art1eulo 7? de dicho contrato "como
..

-20-

imlemni.zacion (y á no ~s com~1ensación) por los pm:juicio:


que rombo en el cambio do sistema introducido en las sa-
linas do Onndinamarca, y las modiflcPciones qnc sufre el
contrato de 28 do !layo do 1880, entro las cuales ef.ltiÍ. la do
que el con~ratista 1·enwwirt los llm·echo8 f]_1tc le dn el mi-smo
contrato :JUWit exigir daííos ,1/ JJC1'juicio.s- en el caso de C8lable-
cm·sc el sú·dcmct lle libn; elaboJ·ació11. ''
En consecuencia, se estipuló qnc el Gobierno pagaría
al señor .Jorge Holguín 2} centavos ele peso por el acarreo
de ea.d'l 12~ quilos ele toda sal vijua c1uc entregara y lo fue-
t·a rocibi<.la, siempre que no pasara do 80,000 arrobas men-
suales; y que so lo pagaría un centavo cuando cxcc(1icra
do esta cantidad. Conviene hacer notar que solamente un
rncs ocurrió esto caso.
Con este aumento los precios que el Gobierno pagó al
señor Holguín fueron :
15 ccntaYos los 12l qnilos de sal compactada;
!) id. id. id. do sal de cahlcro; y
8} id. id. id. do sal vijua, en \CZ do
13 ceurovos los 12~ qnilos do sal compactada;
7 id. id. id. do sal de caldero ; y
3~ id. id. id. de sal vijua, que eran los precios del con-
trato ¡n·imitivo.
Los precios que hoy l'igon conforme al nuevo contrato
colebraao el 6 de Enero último, con carácter de provisio-
nal, por 11~ meses, con el scfior Ricardo Gómez P., son, ¡1ara
la sal q no pida :
5 centavos los 12~ quilos de sal compactada;
7 id. id. id. tle sal de caldero : y
3~ ül id. id. de sal vijna.
Al anteponer á la firma la frase: "Aprobado con el
unánime dictamen del Consejo do Gobierno," parece que el
Excc]ontísimo señor Núñcz. quiso salYar su responsabilidad.
El sofíor Aníbal Galindo en su Memoria para 1883 no so
ocupa de estos contratos. Para los comentarios á ellos con-
viene tenor presente lo dispuesto en el a1·tículo 12 de la ley
4:6 de 18 de .Agosto do 1882, que dice :
. "Artículo 12. En ningún caso pü<.lrá prescindirse do
la formalidad de la licitación pública y demás establecidas
por las leyes para la celebración. ~le contratos ~e . elabora·
oión de sal por cuenta de la Nacwn. El sometlnuento do
dichos contratos á la aprobación del Congreso, no eximirá
-21-

á quien los celebre de la responsabilidad en que incurra


por la violación de la ley."
"Parágrafo l. o Como consecuencia del mismo princi-
pio de no podBrse celebrar ningún contrato de elah?r~ción
sino en licitación pública, queda, formalmente proh1b1do el
que dichos contratos puedan ser rcfonnados por actos pos-
teriore.', adicionales ó aclaratorios de dichos contratos. Ta-
les actoR, además de su nulidad, sujetarán al Secretario de
Estado que los autorice á la responsabilidad peu~ll á que
haya lugar.''
"Parágrafo 2? Tampoco será permitido sacar á licita-
ción T¡.n contrato ó propuesta gct1'(tntizaAos con p1·iuw de
ninguna clase. La licitación será libre, admitiéndose como
mejor postura la que mejore otra en suma que pueda ser
aprccütble en su resultado en la última moneda fmecioua-
ria ó divisionaria de la uni<.1ad wonetaria de la Unión."
b Adivina,J.:á el lector el objeto qno se propuso el Con-
greso al consignar estas disposiciones en la ley citada 'l
bN o se ve en esto la mano de quien siendo el encarga-
do de rechazar ciertas pretensiones se siente incapaz de
hacerlo por motivos de política~
A<¡uí sí es yá el fin de esta cculena de contTatos.
. Va en seguida la comparación de los resultados obte-
tenidos con ellos :
Pr()(1ncto líquido de 1879 á 1880 ____ $ 809,945-30
Id. id. de 18SO á 1881 (contratos)______ 494:,826-45
Id. ül de 1881 á 1882 (id) ______ .. ___ . 525,715-52!
Id, id. de 1882 á 1883 (id). _____ .. __ . 326,653-10
Id. id. de 1883 á 1884 (id.) __ .. ___ _____ 441,510-65
Id. i<l. de 1884 á 1885 (id) _____ .. ____ . 667 ,006-57!
Id. icl. de 1885 á 1886 (id). __ ._ .. ____ . 1.263,801-35
Id. id. el.; l. o de Septiembre á 31 de Di-
ciembre de 1886 (id) ______________ .. _. __ _ 258,374-75
Id. id. en 18b7 (id). __ .. __ . ____ . __ ... 717,071-05
Id. id. en 1888 (id) .. _______________ _ 663,324-70
Id. id. en 1889 (id) .. _.. _. ______ . ____ .. 672,133-90
-22-
COS'f08A EfJA HORAC'ION.
Compn.mción impMt.anto.

Proclueto 1íc]ui<lo do 187!) á 1880 (M. de


H. r.íg. <1 de loH 0.)- ----------------$ 80D,BW-30
,. ,. 1,. d. icl. de 1H80 á 1881 (id. <le 18S2. Pág.
XXX <le lo~ O.)_ •... _. _____________ ~. ___ _ 4!)4 ,82()-,15
Pérdida á causa do los contratos ITol-
guí u •••. __ •. _.. _____ • _______ • _________ $
315,118-85
Producto líqui<lo do 1879 á 1880. _.. $ 809,!H5-30
ld. itl. do 18~1 á 1'82 (l\I. <le IL tlc 1883
Pág. 24 do lo¡, O.) .. _...•. __ .. _• _______ .. 52G
'71G-52~~
Pórdilla á causa de los contratos._ ... $ 281,220-77~

l?J'Od ucto Hcp1i<lo de J.'~79 :í, 1~80. ___ $ 80H,ü4.5-30


J<l. id. do 1882 á 1883 (:M. tle H. do 1884
Pág. 21 do los O.) .. _.....•. ~ •. _____ . ___ . 326,()53-10

J.>(írdi<la :í, cansa <le los contratofj ___ . _$ 48::,2!)2-20

I>rodttdo 1íqui<lo do 187D á lS~O . __ .. $ SOH,D15-30


]d. itl do l~S~1 1Í 188 t (l\1. do H. do 1885
Pág. 4.0c1o losO.)-------------~--------- 411,5LO-ü5
·----~

I>énlida á causa <lo los contratos. ___ -$ 3H8,·13l-H5

J>rocludo líquido <lo 187f) :í 18 ' 0. _.. $ , O!l,D<tG-30


Id. id. do 18,' l á 1885 (l\L de H. do 1888.
Pág. ..:~ LV r del to.·to) .. ___ .. _. _.. _.. _. _. G07,00G-G7~-

P{lnlilla á cam;a, <le los contratos._ .. -$ 202,9:38-72k

l»roducto líqniclo do 1~'7!) 1t 1880 .. __ -$ SOD,U t5-30


Id. id. do 1SHt3 áltlSG (ld. id . .P.tg. id. id) 1.2H:l,c'OL-:35

Aumento clo la ronta por ol oxborbiüm-


. {1 1a sa1_......... -- .. - - . - - - - - t$
t o JH'<:'ClO ' 1,).), D - or:::
r:n ~r:::G o
Cou1o en 1SR7 Re comenzaron :í, contar Jos afios eeonó-
-----
1
micoH dosdo el 1~ do Enero, Jmra. hallar la ¡1ért.lida corres-
-23-
pondiente á los 4 meses de 1886, hay que comparar el pro-
ducto líquido de esos 4 meses con la tercera parte de
$ 809,945-30, y se halla :
3~ parte de$ 809,945-30= ...... ~ ... $ 269,981-76
Producto líquido de l. o de Septiembre á
31 de Diciembre de 1B86 ........ _. _...... 258,374-75
------
Pérdida por causa de los contratos (Me-
moria citada). ____ ....... , ............. $ 11,607-01
~-----

Producto líquido de 1879 á 1880 ..... $ 809,945-30


Id. id. en 1887 (Memoria de 1888) ... . 717,071-05
------
92,874-25
Pérdida á causa de los cop.tratos .•.. -$
Produc.to líquido de 1879 á 1.880 .... $ 809,945-30
Id. id. en 1888 (Memoria de 1890). _- . 663,324-70

Pérdida á causa de los contratos ..... $ 146,620-60

Producto líq nido de 1879 á 1880 ..... $ 809,945-30


Id. id. en 1889 .... _......... - .... - . 672,133-90
137,811-40
Pérdida á causa de los contratos .... _.$
----
Pérdida de 1880 á 1881 .........•... $ 315,118-85
Id. de 1881 á 1882 ........... ~ ..... . 284,229-77!
Id de 1882 á 1883 .. ___ ... ~ .. _...•... 483,292-20
Id. de 1883 á 1884 .... _.. __ ......... . 368,434-65
Id. de 1884 á 1885 ........ _.. _...... . 202,938-72!
Aumento por precio elevado de la sal
de 1885 á 1886 $ 453,856-05.
Pérdida en 4 meses de 1886... . .... ~$ 11,607-01
Id. en 1887. _ 92,874-25
Id. en 1888 .. ~ ~ ~ ~ ::: ~:::::: ~: ~: ~: ~ ~ ~ 146,620-60
. _---··--·-··---· . ·--- 137,811-4.0
Id. en 1889. ...
----
Suma ........ $ 2.042 927-46
~De esta sumasede<1uce la de(1885á1886) 453:856-05
Y queda una pérdida de ..........•. _.. _. $ 1.589,071-41
en 10 años y 4 meses de contratos.
-24-

Hay que observar que en 20 de Diciembre do 188J, los


precios de la sal eran :
DO centavos los 12~ quilos de compactada.
(30 id. id. id. de caldero.
50 jd, id. id. do vijua <le 1:.1
45 id. iu. id. de id. de 2:.1
Y !neron aumentados á ~$ 1-35, DO centavos, 77} y G71
respcet 1va m en te.
-.iJn 29 de los mhmws mes y año, á $ 1-80, 1-20, 1-10
y 0-90;
E11 24 de Enero <le 1885, á$ 2-25, $ 1-50, $ 1-37~ y
$ l-12i;
En 20 de Abril del misllJo nño, á $ 5, $ 3-50 y $ 3 la
vij ua (l; aullm~ clases;
E 1 29 do Septiembre del m1smo año, fueron rebajados
á $ 4, $ 2-oO y $ 2-40 la vijua de ambas clases;
liJn 22 de Octubre del mismo año, á $ 3, $ 2 y $1-82~
En 29 de l.VIa1·zo de 1886, á$ 2-40 y$ 1-67 ~;
En 1 o de Agosto del mismo año, á $ 1-80, $ 1-50 y
'1-40; y
En H de Enero de 1887, á $1-40, $ 1-GO, $ 1 y
$ O-SO la vjJua de segunda.

(El RelatoJ', númel.'os 496 y 499).


ALGO SOBRE LAS SALINAS l!IARITIMA.S.

Se:üor Reductor :

"Tom~unos de un remitido á la Ve1·rlrul üe Bananquilla


lo que l:iigue : . .
"La. renta de salinas fué calculada para el b1en10 de
1887 y 1888 en ................ ~------$ 3.000,000- ..
Produjo ____ . ____ .. ___ . _. ______ . _. , 3.148,033-15

Hn bo, pues, un superávit de ... __ .... $ 148,033-15',


Copiamos del informe que acaba de presentar al Con-
greso el señor Ministro de Hacienda lo siguiente :
"Este superávit infundió la esperanza de que, no ha-
biendo moti\o para que ella decayera sino de que aumen-
tara respecto de las salinas del interior en el bienio siguien-
te, y de que una vez organizadas las marítimas aumentaría
también su rendimiento, la renta alcanzaría en el bienio de
1889 y 1890 á$ 3.700,000, suma consignada en eli·especti-
-vo Presn puesto ; y así sucedería si las salinas marítimas
produjeran lo que era natural esperar de ellas, ya que las
del interior tuvieron un superávit de $ 94,560 en 1889
respecto de 1887."
.A. poco que se adelante en la lectura del informe, se
verá que la causa, "y causa racional, que explique el des-
censo," debe hallarse en la mala administración del mono-
polio de la sal marina.
Tales apreciaciones han sido bien acogidas por l'espe-
tables órganos de la prensa de la capital, y sin embargo
ellas son completamente infundadas.
i Qué es lo que se llama descenso, y en qué consiste el
descenso de que nos habla el señor Ministro 1
Los números que figuran en el informe demuestran
que en 1889 la renta ¡nodujo $ 111,746- 15 más qne en
1887, y $ ~95,563 más que en 1888.
A pesar de ello continúa el informe :
"Por las cifras que quedan consignadas, se ve que el
-26-
producto bruto de la renta en 1889 alcanzó á $ l. 727 621-40
.
y que dupliCando esta suma, por lo que corresponde' á 1890'
al fin del bienio habrá un déficit de $ 200,000 por 1~
menos."
Hubiera sido más consecuente y natural decir :
Por las cift·as que quedan eonsignadas, se ve que el
producto b~·uto de la renta en 1889 alcanzó á$ 1,727,621-40,
y qne duplicando esta suma por lo que corresponde á 1890,
el producto en el¡)l'esentc bienio alcanzará á $ 3.!55,242-80,
lo que dará un superávit de$ 307,209-65 sobre el resultado
del bienio anterior.
Puede decirse que hubo error ó exageración en el cóm-
puto de $ ~· 700,000 que de la renta se hizo para el bienio
en curso; pero no hay razón para aseverar que elht ha de-
caído 6 , uf'rido descenso.
La verdad es que la renta va p"ogresando anualmente;
que al ·fin del presente bienio habrá un superávit de bastan-
te siguiücneión respecto del producto del bienio anterior,
y que á formar ese sullerávit contribuyen tanto las salinas
del interior como las marítimas, con un aumento propor-
cional.
La renta de pa¡)cl Rcl1ado y timbre wwional fué calcu-
lada para el bienio de 1887 y 1888 011- ___ $ 2.000,000-...
P1·odujo. _..... __ ...... __ . _.. _. _. ... 737,519-10

Déficit .. ___ ._._._-$ 1.262,480-90


Aplicando el criterio que en el informe se aplica á las
salinas marítimas, debía decirse que esta renta fué pésima-
nlente administrada; que es conveniente cambiar de Histe-
rua ; darle una forma distinta. Pero el señor 1\:I:inistro cree,
en este caso, y nosotros también creemos, que el déficit
tuvo por cansa l[g"' la exagertwión del cómputo que figura
en ell'resupnesto de rentas.
Oomo queda dicho, la renta de salinas fué calculada
para el bienio actual en $ 600,000 m:ís (hablando en nú-
rucros l'Cdondos) de lo que produjo en el bienio anterior, y
amu1ue ella ha progresado notablemente, del hecho de no
alcammr á cnl>rir el cómputo, se deduce que las Ralinas ma-
rítimas hau Hielo mal administradas.
~Por qné no so computó en $ 10.000,000 en vez de
~ 3.700,000 ~ Así habría mayor fuerza. de razón pai'a tal
deducción.
- 27-
Conceptúa el señor :1\iinistro, y el G_orreo Na,c~onal
participa del mismo concepto, que las sa~mas mantlmas
son susceptibles ele un desarrollo muy supenor al de las del
interior I)Ol' ser el radio de consumo de unas y otras por
lo menos .
' igual, si acaso no mayor el de las pnmeras. . .
Veamos lo que á este respecto dice el señor Ach~Inis­
trador del monopolio de la sal marina en el extenso lnfor-
me que, con fecha 2 de Junio del corriente año, pasó al
seií.or :1\iinistro de Hacienda:
1 ' Es de observarse también, que mientras se ha venido

reduciendo el radio de consumo de la sal marina en estos


últimos años, se ha extendido el de la sal del interil)l·.
"Hace muy pocos años en casi todo el Departamento
de Santander no se consumía otra sal que la de mar y hoy
es mayor el E>-xpendio de la de Zipaquirá, habiendo sucedi-
do lo mismo en las provincias del norte y centro del Toli-
ma. Con efecto: en 1888 la venta de sal de las salinas
del interior fué de 13.522,007 quilogramos y pTodujo
$ 1.0~2,050-25, mientras que en 1889 alcanzó á 16. 723,160z
quilogramos y produjo $ 1.292,767-05; lo que establece
una diferencia ele 3.201,153 quilogramos de sal y$ 270,716-80
más de producto en el último año,
"Hl mayor expendio de la sal marina se verifica en los
Departamentos de Bolívar y Magdalena, donde no se consu-
me dP- otra clase. En Santander se proveen de ella la pro-
vincia tle Ocaña y parte de la de Soto. En las de Oúcuta y
Pam )lona se intro(luce por el Zulia la sal venezolana de
" Coche,'' y las de V élez, Socorro, Guanentá, Charalá y
García RoT-ira consumen la de Zipaquirá.
" También consume sal marina la provincia de Ab·ato
y parte de la de San ,Juan, en el Departamento del Ca u ca,
proveyéndose todas las poblaciones del extenso valle de
sal peruana introducicla por Buenaventura.
"En el Tolima algunos pueblos de la Provincia del
nort.e, y en Autioquia los del norte y algunos de los del sur
y onente.
'' .Explícase el reducido consumo de la sal marina en este
POJ?uloso y t·ic_o Departamento por la explotación de muchas
salmas y verhenies do agua sahtcla de propiedad particular.
Por. el cuadro número 4, que ha sido formado teniendo á
la VIsta datos oficiales, publicados en el año de 1868 se
observará que el producto total de las salinas fné esti m~do
-28-

en 1.500,000 quilogramos, números redondos, y en razón


del aumento que ha tenido la población en ese tiempo, no
sería ~venturado calcular que hoy se consumen 2.000,000
de qmlograruos."
El envío de sales al Cauca y á Rantander, dando la vuel-
ta por Venezuela, es asunto que requiere la adopción previa
de medidas de cierto orden, que son de la competencia del
Congreso ó del Gobierno, según el caso. Cuando tales me-
didas hayan sido adoptadas y pueda el asunto ser reducido
á la práctira, entonces veremos si el resultauo es R·ltisfacto-
rio ó coutraproducentem.
Como medio para mejorar la renta y prorura.rle un
mayor rendimiento, indica el señor }Iinistro que se solicite
la intervencion del interés particular, es decir, que se ma-
neje el monopolio de la sal marina por arrendamiento du-
rante dos ó tres años.
Las salinas del litoral Atlántico habían sido J á maneja-
das por particulares, cuando en 1880 y 1881 las Compañías
de salinas de Bolívar y ~iagdalena establecieron el monopo-
lio á virtud de contratos celebrados con los Gobiernos de
los respectivos Estados.
Del cuadro ele las operaciones mensuales -verificadas
por dichas Compañías, que figura en el informe del señor
Administrador á que nos hemos referido, tomamos los si-
guientes datos:
Ventas de la Compañía ele salinas de Bolívar desde
Mayo de 1880 hasta Agosto de 1881, fcclla en qneo- el Go-
bierno introdujo sal del extranjero ______ ... $ 90,479--70
Ventas de la Compañía de salinas del
Magdalena durante el mismo período ____ . _ 176,141-41
---- -·--
TotaL ___ . ____ -$ 266,621.11

lo que da un promedio de $ 1G,6ü3-89 al mes,


ósea de$ 199,965-60 en un año.
Triplicando esta cantidad tenernos __ $ 599,896-80
Producto de las salinas marítimas en
1887' 1888 y 1889- - - - - - - - - - . ~ - . - - - .. - - - 1.133,334-35

Diferencia en favor do] sistema actual$ 533,437-55


Ante la abrumadora lógica de los números,. cree~
mos que poca cosa podía el país prometerse de la mter-
-29-
venci6n del interés particular en el asunto, mientras que
muy bien pmlicran hacerse estériles los esfuerzos de cinco
años.
Entre las medidas- que indica el señor :1\Hnistro como
necesarias pa ra complementar la. organización ele la renta,
hay algunas que juzgamos muy co1Tv-enientes: á poner éstas
en pníctica deben dirigirse los esfnerzos del Gobierno. Para
ello se requiere bastante tiempo-como muy bien lo insinúa
el informe-pero la impaciencia no es la mejor condición
de los Gobiernos. La adopción de tales medidas sería tan
razonable y provechosa, como peligroso el entrar en aven-
turas, entregando la renta de sal marina á una Compañía
especuladora, que nos conduciría de nuevo al punto de
d01ule partimos en1885.

Al hablar de los almacenes de sal, dice el informe, refi-


I'iéndose al de MedeHín :
"Los envíos hechos por el señor Administrador general
del monopolio en Barranqnilla fueron apenas de 34: bultos
en 1889, y en el presente año de 37, cuyo producto, como
es natural, no ha alcanzado á cubrir los gastos de personal
y material de la oficina. De este almacén, que depende di-
rectamente de la Administración general del monopolio de
la sal marina, podrían obtenerse los mismos buenos resul-
tados que están dando los de Ibagué * y Oarta.go, y contri-
buiría, además, eficazmente á abaratar las operaciones de
amalgamación de metales, si se pudiera contar con reme-
sas abundantes y fijas."
Examinemos la justicia del grave cargo que envuelven
las líneas que anteceden.
Las remesas se hicieron con toda regularidad durante
1887 y 1888, en que, debido á las fuertes cantidades de
sal que se expropiaron aquí, y á la no menos considerable
cantidad que se compró en Riohacha y se trasladó á esa·
localidad, había sales suficientes en depósito.
En 1889, á pesar de las muchas dificultades con que ya
tropezaba la AdmiJ,listracióu, se hicieron para Puerto Berrío
los siguientes embarques :
(") Este fué cerrado 110r el Gobierno probabiemente por sns ma.los resultados-
(Nota. (lo S. A.. L. Ustio). '
-30-
Enero 14 por vapor Santander ..... _.. 200 bultos
J\Iarzo 20 ,, Emilia Durán..... 300 .,
Mayo 17 ",, S t. Olarke .. ~--- 150 ,,
Mayo 18 " ,, Emilia Durán .. _ 200
Mayo 24 " Libertador . _.. __ 150 ,."
Octubre 23 " ", Bismark. _.. __ ... 200
" "
-~--

1,200 bultos
De esta fecha en adelante hubo que suspender los en-
víos. Veamos por qué.
En las cercanías de esta ciudad sólo se explota la sali-
na de "El Torno," de exigua producción, y cuya sal, por
su excelente calidad, el Gobierno ha dispuesto se venda
únicamente en subasta pública, en los temates que se veri-
fican mensualmente. Hay que proveer, pues, los depósitos,
en su mayor parte, trayendo las sales que se explotan en
gran cantidad en las salinas de la costa de la Goagira.
Al tenor de los contratos celebraJ.os por el Ministerio de
Hacienda para la explotación de estas salinas, ha sido ne-
cesario recibir y depositar las sales en Santa Marta, y la
conducción desde allí á esta ciudatl se ha venido efectuando
en embarcaciones menores, pagando $ l-20 por flete de cttda
207 quilogramos, á virtud de un contrato celebrado entre el
Agente de Santa Marta y el señor J. Alzamora H., el cual
fué aprobado por el Ministerio de Hacienda.
Expirado éste, el Administrador del monopolio celebró
con el mismo señor Alzamora un nuevo contrato en 27 de
Septiembre de 1889. El precio convenido fué el de $ 0-60
por cada 100 quilogramos, siendo de cargo del contratista,
además del flete, el embarque, desembarque y conducción á
los almacenes, romaneo, arrumaje y composición de los
bultos; pero este contrato no se llevó á efecto porque el
Ministerio de Hacienda introdujo en él modificaciones que
el contratista no quiso aceptar. El Administrado1· envió de
nuevo el contrato al Ministerio, manifestándole la imposi-
bilidad de poder hacerlo bajo otras condiciones, la incon-
veniencia ele aprobarlo y las dificultades que iban á presen-
tarse, y suplicándole se sirviera impartirle su aprobación ;
pero no pudo obtenerla, pues lejos de eso, el Ministerio co-
misionó al señor Administl'ador de la aduana de esta ciudad
para intervenir en el asunto. Este intervino .efectivamente,
y aun cuando agotó sus buenos oficios no pudo conseguir la
-31-

celebración de un contrato que a\entaj~~se en un ápice_ ~l


que el Ministerio había improbado. El tiempo tra curno;
las existencias se agotaron ; las remesas ~ los emple~dos
subalternos se suspendieron; y, en preseuma de tal s~tua­
ción , el señor Administrador de la aduana. hubo de. d1spo-1
ner-como era imprescindible hacerlo-que se traJera sa
pagando $ 0-80 por cada 100 quJlogramos. .,
Veamos ahora lo que suceaio respecto de la conducmon
de sal desde esta ciudad á Puerto Berrío y Honda.
Las sales se remitían en los \aperes de la Oompa-
iíía Oolombiana de Trasportes, bajo las mismas condiciones
con que se verifica el trasporte de los intereses de todo el
comercio de la República, - á virtud de un contrato celebra-
do por el señor Luis M. Robles, Administrador que fué
del monopolio, con la aprobación del Ministerio de Hacien-
da. El señor Ministro no creyó esto conveniente y ordenó
se celebrara un nuevo contrato.
En la nota número 265, de 25 de Junio de 1889, que
con tal moti -ro dirigió á la Administración del monopolio,
se lee lo siguiente :
"Se autoriza á usted para celebrar tal contrato por
medio de licitación pública, pero dejando la aprobación
definitiva de él á este Ministerio, la cual no se clar/i si el
precio fuere alto, pues privadamente se han hecho ofertas
á este despacho de conducir la carga de sal á Honda hasta
por un peso sesenta centavos."
Del pliego de cargos publicado con fecha. 6 de Julio
de 1889, tomamos lo siguiente:
"Art. 2. 0 El Administrador genm·al del monopolio de
la sal marina, á nombre del Gobierno .N acional, se obliga á.
pagar~ N. N. ó á la Oompañía cuyos derechos represente
la c.a.ntidad de $ 1 60 por carga que conduzca á Honda.... ';
Se verificó la licitación, pero no hubo un sólo postor.
La Administración del monopolio llam6 nuevamente á
licitación, sin fijar precio, pero poco después recibió la nota
número 384 del Ministerio de Hacienda, fecha l. o de Agos-
to, en la cual se le decía :
"Este despacho cree que en lugar de haber mermas
en el peso de la sal por causa de la naturaleza del artículo
habrá más bien rendimientos, provenientes de la humedad
de que se apodera la sal, sustancia que es notoriamente hi-
grométrica. y que casi puede servir de higrómetro." Y es-
-32-

tableció como condición indispensable para la celebración


del contrato, que el contratista respondiera del \alor de las
mermas: ninguna Compañía quiso aceptar tal condición.
El Jlfinisterio resolvió entonces celebrar el contrato en
Bogotá. 11:1 pliego de cargos está publicado en el Dicwio
Oficial del 18 de Agosto, número 7.858 A la vez dispuso
modificar la cláusula sobre responsabilidad de las merri1as
en el sentido en q ae va á \erse por la parte que en seguida
copiamos de su nota número 600, fecha 12 de Octubre:
"El Gobierno para obviar dificultades posteriores, ha
resuelto variar el artículo 2? del pliego de cargos para el
contrato de conducción de sal marina de esa ciudad á Puer-
to Berrío y Honda en el sentido de que la sal será recibí-
biela en estos puntos con sólo la condición de que los sacos
que la contengan se presenten bien asegurados 1'fJt·ulados y
sellados, como los debe consignar esa Administración al
contratista conductor, y éste será responsable del valor de
la sal que falte cuando al entregados en las respecth·as ofi-
cinas no se presenten los sacos con los requisitos indiradoR."
Llegó el ~Iinisterio hasta hacer directamente respon-
sable al Administ!·ador de la merma que sntriera la sal en
el tránsito, " por ser natural (según dice el señor :Ministro
en nota número 622 de 19 del mismo mes de Octubre) que
la sal aumente de peso en el transporte y no que disminuya."
Hacemos notar que la sal se embarcaba rigurosamente
pesada por los almacenistas, y que los conocimientos de
embarque se hacían firmar con expresión del peso entregado.
Los resultados que obtuvo el señor Ministro en la lici-
tación que se verificó en Bogotá no fueron más satisfacto-
rios, porque con fecha 2 de Mayo del año en curso, dice el
Administrador del monopolio, en nota número 1.122, lo
siguiente:
"En atención á la nota de usted, número 4.502) de 29
de Noviembre último, en la cual manifiesta que la conduc-
ción de cada 140 quilogramos vale$ 2-90 desde Barran-
quilla á Yeguas, y $ 3-50 á Honda. El Ministerio no quiso
aceptar ninguna de las propuestas que se le hicieron en la li-
citación, que tuvo lugar el día ... de. ___ del año pasado para
celebrar contrato sobre dicho transporte de sal de mar."
Olaro está, pues, que las ofertas fueron á mayor precio
que los indicados. Preguntamos: ~qué se hicieron las ofer-
tas reservadas de$ l-60 por carga'
-33-

Después de todo lo relacionado, dejamos al j';icio de


cada uno apreciar si en la regularidad de los ennos cabe
alguna responsabilidad á la .Administración del monopo-
lio en Barranquilla. . .
l\Iihwrosaruente el monopolw de la sal marma no ha
fracasado, pa ando por encima de tá~tos .~bstácutos como s~
0

han opuesto á su desarrollo y organ1z~c10n j y en cu:tnto a


lo díficil que es la de un ramo corno este, a 200 leguas de
distancia creemos que con dirección tal, los resultados no
serían mis satisfactorios, aunque la .Administración e"tu-
Tiera bajo las goteras de palacfo. . .
.A los empleados que estan al frente de la admm.Is~ra­
ción de las rentas públicas, debe prestarse apoyo deCidtdo,
protección permanente, cuando por su honorabilidad y com-
petencia merezcan, como merece el actual Administrador
del monopolio, absoluta confianza. Pero emplear medios
de Administración que paralizan los procedimientos; que
enervan la acción; que lo entorpecen todo; para decir al
fin que tal ó cual sistema no es bueno, deslizando envuel-
tas en la fraseología del dogmatismo oficial, apreciaciones
que, con remarcable injusticia, tienden á herjr la reputa-
ción ajena, es un procedimiento que nos abstenemos de ca-
lificar. Puede hacerse aquella afirmación, cuando á la vez
es fácil demostrar que esfuerzos hechos de buena fe, han
concurrido á un mismo fin sin que haya podido obtenerse
un resultado que era razonable esperar.
Próximamente nos ocuparemos en algunas medidas
que juzgamos contribuirán eficazmente al mejoramiento
de la renta de salinas marítimas; no porque tengamos la
Tanidad de suponer que nuestras opiniones sean las más
acertadas, sino porque en asuntos de interés general, es un
deber patriótico hacer aquellas observaciones que creemos
puedan ser de alguna utilidad. Hoy por hoy, cursando yá
en la honorable Oámara de Representantes un proyecto de
ley sobre el asunto que motiva este escrito, creemos de
mucha utilidad reproducir algunos conceptos que hAn\OS
leído. en el número 613. ~e El Porvenir de Oal'tagena, oorres-
pondiente al 22 de Dwwmbre del año pasado conceptos
emitidos teniendo á la vista importantes docu~entos rela.-
tivos á la Administraci0n del mortopolio de la sal marina
y llamar hacia ellos la atención de los miembros del Oon~
greso, ya que por la indisputable autoridad y competencia
a
-34-

de quien los emite, merecen ser tomados en conside1·ación


Hélos aquí : ·
" ·T ?do lo ~xpuesto .con lucidez plausible, nos parece
muy satlsfactono. Este Importante recurso que tiene tánto
porvenir todavía, fué obra de la dict¡dura accidental
<le 1885.
- - -. - -
,. .. . -- - . - - - . ... - ... ---- . - . ... - . -- . . - . - . - . - - .. -..... -- ..... -
" An ORA LO QUE IMPORTA ES QUE NO SE INTENTEN :MODIFICA-
OIONES ENC.iliiNADAS A CONVERTIR EL IMPUESTO EN ESPECULACIÓN
DE OOliiPAÑIAS ARRENDATARIAS-COMO Á VECES SE ITA INSINUA•
DO-PORQUE TALES MODIFICACIONES
,
LO HARÍAN IliiPOPULAR 1 OD!O-
SO, Y PREPARARIAN SU DESCREDITO Y RUINA."

Ban-anquilla, ~O de Septiembre de 1890.

Hemos reproducido el artículo anterior, que tiene por


objeto refutar los conceptos emitidos por el l\Iinistro de
Hacienda en el informe al Congreso de este año, sobre ad-
ministración de la renta de las salinas marítimas.
Tanto el informe como el artículo hacen patente que
no hay una organización satisfactoria, para el ].,isco, de la
renta de dichas salinas.
Los conceptos del Ministro no carecen de fundamento,
si se tiene en cuenta, como debe tenerse, que el extenso
ramo de consumo de la sal marina, da un escaso rendi-
miento, cuando en otras localidades da al Gobierno recur-
sos de mucha consideración. Irregularidad que reclama un
pronto y eficaz remedio. Este caso está. previsto en el artí-
culo 460 del Oódigo Fiscal, que dice:
"Podrán darse en arrendamiento, hasta por 5 años,
aquellas salinas en que no se hallen montadas la explota-
ción 6 elaboración de manera que presten facilidades para
administrarlas, ó en qtte este sistema sea, 1Je1judicial 6 incon-
1'Jtmicnte.
La variación del sistema actual, de tan malos resulta-
dos, es lo primero que se le ocurre á cualquiera 1 aunque no
sea Ministro ; y de que el monopolio baya esta<.lo mal ma-
nejado en épocas anteriores, no se deduce que deban seguir
los abusos que insinúa el Ministro en su informe.
Los radios de consumo de las sales son fijos, y no se
-35-
extienden ni red ncen desde el :Ministerio de Hacienda, y
mucho menos tratándose de sales tan diferentes como son
la marina y la del interior, que hacen costumbre donde se
consumen, y si hay ventajas es en favor de la sal marina
que, además de la necesidad común, es l'eclamada con
ahínco como remedio en los Departamentos de Santander
y Tolima.
Es de extraílarse que después de 10 años de hacerse
contratos ele elaboración y explotación en las salinas del in-
terior, para ponerlas bajo el interés particular, contravi-
nienuo las disposiciones legales, se le salga al encuentro al
Ministro que propone lo mismo con respecto á las salinas
de la Oosta, sin contravenir á la ley !
Además, el señor Paúl al insinuar la reforma de que
se ocupa La Vm·dad, también pudo evocar la ab?'ttmaclm·a
l6gicct ele los mímeros, así :
Producto bruto de las salinas marítimas de la Oosta
Atlántica en el año económico de 1885' á 1886 $ 176,54.8 10
Gastos . _. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129,000 . -

Líquido ...... 7 • $ 47,548 10


Este dato es .curioso, por cuanto manifiesta la enormi-
dad de los gastos con respecto al producto, y dice bastante
en fa-l"or del cambio de sistema.
Producto bruto de Septjembre á Diciem-
bre de 1886 ........ __ ... _.. ___ .. ____ . _.. $ 81,194 95
Gastos .. ___ .... _. __ . _________ . _____ . 29,278 50
Líquido ........ $ 51,916 45
Producto bruto en 1887 ............. -$374,331 35
Gastos (1\femoria para 1888) ...•...... _ 75,94:8 90

Líq nido ........ $ 298,382 45


Prod neto bruto en 1887 .... __ ....... _$ 374,331 35
Gastos (según la últh1a Memoria) ..... _ 153,918 90
Líquido ..•... _.$ 220,382 45
-36-
Producto bruto_ en 1888 __ .. ___ . ______ $ 367,485 -.
Gttstos (1\Iemona de 1890). _. ____ .... _. 222,267 40

Liquido ....... . $ 145 217 60


'
Producto bruto en 1889 ... . __ ... _.... . 391,518 --
Gastos (Id. de id.) ..... __ .... _..... __ . 238,G96 4.0

Líquido ._ - .... $ 152,521 60


Concretaclos á las salinas m:u·ítimas, que son las que
han dado lugar al artículo de La Vm·dad, vomos, por los
números anteriores, que el descenso ele que habla el señor
Paúl es exncto, y que nada tiene que ver con el monto de
la renta ni con lo que se haya supuesto que producirían.
(El Eelatm·, número 502).

ALGO SOBRE LA SALINA DE CHÁJUEZA.

Sc.iior Rodactor.

Como se sabe, Ohámeza es un distrito correspondiente


al Departamento del Nordeste del 'E stado de Boyacá. Está
situado entre cerros y en un llano donde hay piñales silves-
tres, cerca del río Fonce, con clima cálido, no muy sano, y
es 'Jwtable tJOJ' su salina, q_ue C$ de p1·opiedall nacional. Era
parroquia, desde 1701 y se llamaba Vijtut, por estar fundada
antes cerca de una mina de sal gema, la cual se tapó por un
derrumbe. Sus caminos son muy malos. Se halla á 1°, 1',
52" de longitud oriental; 5°, 12' 12'' latitud Norte y á
1,090 metros sobre el nivel del mar, con una temperatura
de 22°. Hay estafeta nacional. Tiene 1,471 habitantes y
dista de Bogotá 22 miriámetros. La salina de Chúmeza es
también conocida con los nombres de Oocuacltó y Gualivito,
por ser éstos los de las dos fuentes de agua salada. Los bos-
-37-
ques de donde se extrae el combustible par~ estas salinas
son del señor Antonio Roldán. De estas salmas y de la de
Recetor, que está inmediata á ellas, es de las que vamos á
ocuparnos.
En 12 de Mayo de 1868 se celebró entre e2 Secretar!o
de Hacienda Doctor Miguel Samper, y el senor Anton1o
Roldán un c~ntrato de arrendamiento de dichas salinas, en
términos tales, que el mismo Secretario, al hablar de este
contrato en su Memoria para el Congreso de 1869, se expre
só así:
"A pesar de las ventajas aparentes de dicho contrato
sobre los celebrados anteriormente, entre las cuales pueden
mencionarse la de haberse podido st\primir el gasto anual
tle $ 1,440 que el Gobierno paga por arrendamiento de los
bosques de Recetor, Pajarito y Huerta Vieja desde 1847,
eonfi.eso que no habría sometido este contrato á la a proba..
ci6n del Poder Ejecutivo tres 6 cuatro meses después."
Entre las estipulaciones de este contrato hay una que á
primera vista no aparece como la causa de una grande espe-
culación en pe1·juicio de los consumidores de la sal, como
vamos á verlo.
El artículo 8. o del contrato dice :
" Si al fin del mes quedare en almacenes alguna canti...
dad de sal de la producid~ en él, sin venderse, Roldán po-
drá dispone¡· de ella, entregandq al empleado del Gob1emo
la cantidad qua falte para completar el valor del arrenda~
miento en ·dicho mes."
Esta esti ulaci6n produjo resultados que se le escapa-
ron á la previs16n del Secretado, á pesar del escrupuloso
examen que hizo del contrato. En efecto, en la JHemoria. -
p~1·a-el Congreso de 1873 hallamos que el Secretario de
Hacienda, señor Aquileo Parra, al dar cuenta de no ha·
'hetee accedido á la petición de establecer un almacén de
eal en el Socorro, manifestó, " que la situación de los pue-
blos del Dep rtamento de Tundama cuando se establecieron
IJtnacenes por cuenta del Gobierno, era excepcional, & can-
M de que por el a.ttículo 8. o del contrato celebrado con el
aeñOT Roldán, sobre elaboración de las salinas de Recetor
uach6 y Gualivito, los contratistas tebía.n derecho d~
._ ., ·-...........~ar toda la sal que quedara sin venderse al fin del mes
iól almaclttleS; y como estas existencias montaban en
' 1... tres enartas partes del producto mens\ta.l a
-38-

las salinas, lÍ cctztsa de que los deshonws se practicabnn o1'dina-


'tiamente al fin del mes, sucedía que los consumidores de
aquel artículo n'> podían obtenerlo sino en una pequeña
parte al precio oficial; circunstancia que los colocaba en
condición desventajosa respecto de los demás consumidores
de la sal del Gobierno, y que fué la que indudablemente se
propuso corregir el Poder Ejecutivo con el establecimiento
de almacenes en Sogamoso."
La sal que compraban los contratistas de acuerdo con
el articulo 8?, era llevada á su almacén en Sogamoso y ven-
dida allí á precios exorbitantes. N o pudiendo el Gobierno
permanecer indiferente á la suerte de los pueblos que con-
sumían la sal á estos precios, y de¡;:eando aliviarlos en la me-
dida de sus facultades, estableció almacenes de sal en So-
galnoso, con el objeto de vender allí el artículo, llevado de
Oundinamarca, al precio oficial, recargado únicamente con
el valor de los fletes.
Esto dió lugar á que los contr&.tistas reclamaran de la
medida del Gobierno, apoyándose en que éste hacía una
pérdida en los gastos de oficinas, y en que se 1·estringía la
libertad de industria garantizada por la Constitución. Re-
chazada enérgicamente por el Gobierno la reclamación, los
pueblos de Tundama, víctimas hasta entonces con el sub-
monopolio de la sal, obtuvieron el artículo al precio á que
lo hubieran obtenido comprándolo al precio oficial en los
lugares de producción. ·
El señor Doctor Salvador Oamacho Roldán, al contes·
tar la reclamación de que se hizo mención, adujo razones de
mucha fuerza en favor del establecimiento del almacén del
Gobierno, en Sogamoso, y son notables las siguientas:
"El precio comparativamente elevado á que los con-
sumidores de ·Boyacá pagan la sal, precio que no gua~da.
proporción con el de la ley y los gastos de trasporte, smo
que es mayor. según los informes que pa1·ticular y oficial)
mente ha recibido el Poder Ejecutivo."
" En consecuencia se ha creído que hay vicios crónicos
en la elaboración ó en la administración de sus salinas, Y
el Poder Ejecutivo ha querido estudiarlos, no con la preci·
pítaci6n y superficialidttd con que tendría que hacer!~ un
visitador temporal sino de un modo permanente y detemdo."
Aunque el Poder Ejecutivo no tenía obligación de e~­
poner á los particulares el motivo 6 motivos de su8 prov1-
-39-
dencias, se complació en hacerlo en aquel~a vez, al dar co~­
testación al contratista ; y asimismo lo diCe el Secretano
en su Memoria, página 153.
Cuando el Doctor Miguel Samper examinó el contra-
to celebrado con el señor Roldán, quiso calcular aproxima-
damente lo que iba á perder el Tesoro en los 4 años de sn
duración; pero sus cálculos son muy deficientes, compara-
dos con los resultados obtenidos.
En efecto, según la cuenta hecha por el señor Samper,
el contrato con el señor Roldán iba á dar una pérdida al
Tesoro, en los 4 años de su duración, de $ 45,920, así :
Un contrato en que el Gobierno permite elaborar
500,000 quilos de sal por año (40,000 arróbas) le impide
vender por su cuenta un valor de ..... __ ...... $ 32,000
y deducido el 26 por 100 de g&stos de administra-
·~
cwn, elb ·~
a oracwn y resguar d o .... _.•.•......... 8,220

le queda líquido ..... L •••••••• , $


••••••••••••• 23,780
Se recibe por arrendamiento ...... __ ...... . 12,300

Pierde el Gobierno con el contrato Roldán en


un año .........• _.•..... _.. _... __ .....•... $ 11,480
Y en los 4 años pierde$ 45,920.
Esta misma cuenta hecha después, en vista de los re-
sultados, arroja una pérdida mayor. Véase cómo :
Si los l. 762,448 quilos de sal elaborados en esas sali·
nas, se hubieran llevado de Nemocón, le habrían producido
al Gobierno ........................... $ 105,746 80
Deduciendo el 26 por 100 de gastos .. ~. 14,099 60
Le habría quedado la suma de ...... -$ 91,647 20
Recibió el Gobierno por arrendamiento 34,308 80
Pérdida en 4 años ................ _. $ 57,338 40
Y como el contrato duró 4 años y 2~
meses, hay que agregar á la pérdida la corres-
pondiente á estos 2i meses, así:
Si los 75,456 quilogramos y 2~0 gramos
ae s~l que se elaboraron en este tiempo se
hubieran llevado de Nemocón á Sogamoso, le

Pasan ............ o • _ • $ 67,338 40


-4.0-

Vienen ........ _. _. __ .. $ 57,338 4.0


habrían pt·oduoido al Tesoro la
suma de .. - - - .•.... - .... ___ $ 4,527 37 ~
Deduciendo el 26 por 100
de gastos ................. __ . G03 65

Le habrían quedado ...... $


-----
3,923 72}
So recibieron po1· arrenda-
miento.- •...... _............ 1.769 95

Pérdida e~ 2~ meses...... 2,153 771


Que sumandolos con los de arriba, 2,153 77~
So tiene por pérdida en los 4 años y 21
meses .... _. ~ ~ .................. ___ .. _$
59,492 17!
N o se equivocó el señor Sam 11n,T en sus c6lculos al jnz.
gar el contrato sino en $ 13,572 17~. Pero fuó m:ís ¡))"eciso
el señor Jacinto Corredor en su informe como 1 dministra-
dor ¡n-incipal de las salinas de I3oyacá (fecha 20 de Diciem-
bre de 1871), cuando se permitió indicar al Gobierno que
en el caso de hacerse nuevos contratos para 1a. CX}1Iotaci6n
de las salinas de Recctor, Cocuachó y Gualivito debían es-
tipularse, entre otras, además de las legales y comunes, las
condiciones siguientes :
"4~ Que si en un mes cualquiera no se vende la sal en
los almacenes oficiales, ella quedará almacenada para ven-
del'la en los meses siguientes ; y
" 5~ Que los anendatarios se comprometan, bajo pala-
bra ue honor, á no ser compradores del artículo que ellos
mismos producen, ni por eí ni por interpuesta persona; pues
sería. do todo punto injnsto é ümwral que ellos mismos so
constituyesen en competidores ,ele la gencraliuad de los de-
más compradores_ ... "
Esias indicaciones podían ser más fundadas y en apo- ·
yo <.le ellas podemos citar muchas autoridades; pero hasta,
por al10ra la. del señor Parra, cuando, como Secretario do
Hacienda'en 1~72, decía al Secretario General uo Gobierno
de Santander :
"Por el artículo 8? del contrato do arrendamiento de
las salinas do Recetor, Cocuaob6 y Gualivito, mlebra.do en
12 <le Mayo de 1868, el contratista podía comprar toua la
-41-

sal que al fin de cada mes quedara en los almacenes ~in


venderse operación que ejecutaba trasportando en segmda
la sal á Sogamoso, por su cuenta, para hacer allí una com-
petencia irresistible á los negociantes que llevan la de N e-
mocón y Sirguasá, á fin de alejados, crearse un monopo-
lio y producir una alza artificial en el precio del artículo
que 1·epresentaba fuertes ganancias para los contratistas de
Recetor, á expensas de los consumidores del DepaT~ameJ?-!O
de Tnndama, que gemían bajo el peso de aquella sltuacwn
insostenible."
El señor Roldán fué llamado á desempeñar la Secre-
taría de Hacienda en 1880.
Según la J\Iemoria, el primer decreto sobre salinas au-
torizado con la firma de clicho señor (fecha 10 de Diciem·
bre), fué suprimiendo los almacenes de sal en Boyacá Y
Santander.
Son notables entre los conshlerandos de este decreto
los siguientes :
" 2. o Que la continuación do almacenes oficiales de
sal causa á la N ación un gasto anual de más de seis mil
pesos,, &in ventajas para el público, que con estos estableci-
mientos ó sin ellos, paga la sal al mismo precio" ;
"3? - Q~te Zct Zibm·tcrd ele C01JW1'cio y la c01npetencic" conBi-
!Jtdente impiden á los particulares monopolizar la compra
de sal en los sitios de producción y expendio y la conduc-
ción para su venta á otros lugares."
Compárense estos consideranelos con los del decreto
que lleva la firma del mismo señor Roldán, sobre estable-
cimiento de almacenes en eJ. Canea, Antioquia y Tolima.
Dicen así:
"2? Que monopolizada la elaboración y venta de la
sal en los Estados del Interior por cuenta ele la N ación,
toca al Poder Ejecuth·o, tanto en beneficio ele la renta co-
mo de los ¡)articulaTes, procurar el expendio de aquel m·tí-
culo en la ma~-or cantidad Jt al precio más barato posible
con utilicb.d para el Tesoro"; '
"3~ Que estos resultados se obtienen indudablemente
con el establecimiento de almacenes oficictles de sal en cent1·os
de población adecuados para su expendio en un radio ex-
tenso, en clonde su adquisición hayil sido di¡ícil ó costos{(¡; y
" 4. o Que vencl1éndose la sal á p1·ecio módico en los
almacenes oficiales establecidos en los lugares expresados,
-42-

se consigue no solamente llevarla á puntos en donde antes


. no se consumía. sino que se aumenta el producto de la ren-
ta" etc.
Este decreto es de 7 de Junio de 1881. En seis meses
hubo un cambio completo en las teorias del seño1· Holdán
soure la, libertad ele conun·cio y la competencia consiguiente.
En cuanto á los gastos, le parecía crecida la suma de$ 6,000
anuales, causados por los almacenes de Boyacá y Santan-
der; y para expenderlo en los de Tolima, Oauca y Antio-
qnia, se decretaban en sueldos solamente $ ü,840 anuales;
los flotes iuan á ser excesivamente mayores, teniendo que
trasmontar la Oordillera después de atravesar el Tolima, y
los arrenuamientos de locales iban fÍ. ser iguales, si no
mayores.
En cuanto á los resultados obtenidos por el Gobierno
con el establecimiento de los almacenes do que nos ocupa-
mos, véase lo que el señor Doctor Aníbal Galindo dice,
como Secretario ue Hacienda, en su memoria para el Con-
greso de 1883 :
" Los almacenes establecidos en ::1\Ianizales y Oartago,
producían pérclidc~s de consideración; y averiguantio que el
mal iría en aumento, se dictó el decreto número 446, por
el cual se suprimieron. Sólo quecla en ejercicio el de !ba-
gué, cnyos resnl tados son menos gravosos pm·n el 'lreso1·o." (1)
Descle el 3 de Mayo (un mes antes de este decreto) ha-
bía ofrecido el Gobierno que solamente se vendería por su
cuenta sal de caldero y vijua (a.r tículo 2? del decreto 286 de
1881). No habria, pues, sal compactaua. ~ Oon qué se ha-
brían surtido los almacenes do Tolima, Oauca y Antioquia,
si el seíí.or Holguín, contratista en Zipaquirá., no se hubiera
obligado á elctbora'i' lct sal de esa clase qne se le ]Jicliera con.
ese objeto, alprecio ele 15 centavos, no obstante el decreto
sobre libro elaboración~
Decimos esto, porque el artículo 1~ de dicho decreto,
expedido en 20 de Julio de 1881, dice :
" Desde el día l. o de Octubre próximo sólo se dará á la
ventá en las salinas de Oundinamarca sal vijua y sa] de
caldero. En consecuencia, los administradores de la renta

(1) Ultimamente pnblica El To1ima lo que Aiguo:


'· Not:lblo beneficio ha produciuo la. supresióu del almncéo, pu_es hay nbnntla.n-
ci~t del artfcn!o y sn precio no ha subido del qac tenía. cuando ex•stb ó~_to. No an-
du.vo, pues, des~certa.uo olaeilor :M.iuistro de Haciouua al dictat• estu. JUou•da.." •
-43-

no presupondrán á los contratistas sal COJ:?pac~ada sino en


el caso de que así lo determine el Poder E.Jecutwo por decre-
to especial, condición que, como se ha visto, no se cnmplJó,
aunque el decreto lleva también la firma del señor Roldan.
1
(El Relcttor número 505).

RECTIFICACION.
Bogotá, Noviembre 21 de 1890.
Soñor Director de El B clato1·.

1\Iuy señor mío.


En las columnas editoriales del periódico de usted (nú-
meros 496 y 499) apa1·ece, firmado por S. A. L. U stio, un
estudio sobre los contratos del señor Don Jorge Holguín
para la tlaboración de sales en la salina de Zipaquirá, en el
cual hay errores que me interesa rectificar. Viene hablan-
do el articulista de un contrato que yo, como Recretario de
Hacienda y Fomento, celebré con el expresado señor Hol-
gnín en Noviembre de 1878 y dice:
"Este contrato fué adjudicado definitivamente al se-
ñor Holguín en 11 de Septiembre de 1879, después de ha-
ber sido sacado á licitación como pliego de cargos ; pero es
preciso hacer notar que no es el mismo que, aprobado, fué
publicado como pliego de cargos, pues el adjudicado tiene
ciertas ventajas para el contratista que no existían en el
publicado como pliego de cargos, tal como la obligación que
contrae el Gobierno por el ordinal 2. o del artículo 22, de
comprar al señor Holguín "todo el carbón que se necesite
para la elaboración de sal en Zipaquirá," después de decir
en el artículo que, " serán d6 cargo del contratista todos los
gastos de leña, carbón etc.·n Igualmente bay un parágrafo
agregado al artículo 36, que no existía en ol contrato pri-
nlitivo, quedando así comprobado que fué reformado el
pliego de cargos. Además, fué agregado el artículo 38. Es-
tas variaciones son contrarias al artículo 1537 del Códigu
Fiscal, 1·egla 4~"
-44-

''El contrato tle que se ha hablado últimamente vino


cumpliéndose hasta el 27 de }layo de 1880. En esta 'rocha
se celebró con elruismo señor Holguín otro adicional v re-
formatorio " etc. ~
De lo que precede resulta :
l. o Que el con trato suscrito por mí le fné definitiva-
mente adjudicado al señor Holguín; y
2? Que se hizo la adjudicación con adulteraciones fa-
vorables al contratista, y parece que por mí.
Pero no, señor Director, no fué así.
El contrato que conmigo suscribió el señor Jorge .Hol-
guín no se llevó á efecto, porque la Cámara de Represen-
tantes no lo aprobó, no obstante haber reconocido los Di-
putados que lo impugnaron que era ventajoso para la Re-
pl1blica. (1)
El de 11 de Septiembre de 1879 fné celebrado por el
señor Doctor Hermógenes Wilsort, que era á la sazón Se-
Cl'etario de Hacienda; y ese fué el primer contrato del se-
ñor Holguín pan.t elaborar sal en Zipaquirá que se llevó á
cabo. Si no concuerda exactamente con el que yo suscribí,
se debe tener en cuenta que son actos diferentes. (2)
El contrato que celebré con el señor Holgnín no fué
apí·obl:ldo en la Cámara de Representantes, según se me
1nanifestó privadam~te, por razones políticas : no se que-
ría e:n esa Corporación que dicho señor adquiriera, como
elaborador, influencias en Zipaquirá (3) pero, por una parte,
su propuesta era la mejor; y, por otra, yo siempre he creí-
(1) El cargo formal que de lo publicado en El Relator sobre contratos pa.ra ln.
elaboración de sales, de que el señor Rico hace caso omiso, es el de 'er 6l.el1Jnm~ro
que prescinclió de lo dispuesto terminantemente TJOr la ley sobre la matol'la, Y qmen
celebró un nontrato ele elaboración con el soílor Holguín. No sabiamos que este con-
trato haLf::L sido rechazarlo por la Cá'mara de Representantes, porque tampoco sa-
bíamos qne se hubiera pasaclo á ella para. su aprobación; eso no lo dice el contrato,
ni lo dice Ja, l\lemoria de ::que] afio; y si b Cámara ;no lo a~rol>ó, tenem?s quo, afir-
mar-liado~ los t6rminos de la. ley 106, de 13 de Jumo ue 18t3 (Cód1go F1scal, ·btc.lo
4. 0 ), que yl'í. citamos en el número 496 de El Relato1·-qne fn6 porque la Cli~ara no
había olvidado que dichn. ley no permitía esa clase de contratos. El seiior. R1<:o hace
nn nuevo cargo á la Rerreneración, consistente en que después de haber sHlo Hnpro-
bado el coutrato por la, "cámara, se llevó á calJo éste con reformas ventajosas para
el con tra.ti ·ta.
En e nanto á lo ventajoso del contrato, los ntimeros han hablado más claro que
el señor Rico, y muestran el11cierto con que procedió la Cámara.
(2) Blll de Septit~mbre fu6 adjuclicado definitit•amentc el contrato al srñor Ho~­
gu1n, y no consta en lns Memorias que este contrato hubiera sido sacado á nueva h·
citación; lnep:o el contrato f1Ue firmó el sefior Rico y el adjudicado en 11 de S~p ..
tiembre, aprobatlo por el Poder Ejecutivo en esta misma fecha, no son actos dlfe-
rentes, á pt·sar de las reformas en favor del con1ratista.
~3) Las mnnifestaci.oues privada> de que habla el sefíor Rico no constan en la
Memoria.
-45-
do que el exclusidsmo absoluto hace degenerar las com-
petencias de los partidos en odios impla.c~bles y luchas ar-
madas (4.), y nunca he serviJo á esa po~ít.lCa, que lleva en
sn seno, como la nube cargada de electl:ICulad, el .germen de
su propia destrucción (5) : así se ha v1sto repehdas veces
en esta República. Consecuente con esta manera de pensar,
no s6lo ftrmé, como Secretario de Hacienda, el contrato re-
ferido con el señor Holguín, conservador, sino otro con el
señor General Gabriel Vargas Santos, radical, sobre sumi-
nistro de leñas para la elaboTación de sal en la salina de
Ohita, el cual me valió ataques vehementes por la prensa.
Recuerdo uno ultrajantísimo del señor Rodríguez U garte.
Como Secretario de Estado no procul'é hacer monopo-
lio ni de los contratos ni de los nombramientos en favor de
mis copartidarios (sic). De lo último doy también la prue-
ba : fueron refrendados por mí, como Secretal'io de Reht-
ciones Exteriores, los siguientes nombramientos: el del se-
ñor General Sergio Oamargo para Ministro Pleniponten-
ciario en Berlín y Agente confidencial ante la Santa Sede,
y el del señor Doctor Carlos Holguíu para :Ministro de
primera clase en Inglaterra. Puedo aumentar las citas. (6)
Como usted ved, no esquivo la responsabilidad de mis
actos ; pero tampoco acrpto la de faltas que no he cometi-
do, como son las que me atribuye S. A. L. Ustio. (7)
Soy de usted servidor muy atento,
Lurs ÜA.RLos Rrco.
lEl Relctlo1' número 509).

. ( 4) Lo único quo uo "hace degenerar l:ts competencias de los partidos en odios


1mplaca)lles y luchas annad:ts, 11 os el cumplimiento de l<tS Joyos. 'Esto lo olvit16 ol
señor HiCo al colebmr el contrato 1
(5) ¡No estará la nube c:trgada otr:1 vez?
(6) Estas oit:ts son inc~nducentes en este c:tso. Damos traslado en la parte co-
rrespoudiOnt~ al eoñor Pres1don_to de la Repúulica, ya. f!Ue se trata do recuerdos,
(7) Cop1amos do l~ Memona uol Secretario ele llaciencla y Fomento para el
Cougreso u_o 18~0 (págma 47 del texto), lo que dice el soüor Ildrmógenos \Vilson,
que ~~la htatona d_el contrato r~prod~1cida en nuestros estudios:
Auoptado el s1stema de oxp.otaClón y o1:tbomci6u de s¡¡,l en la salin:t de Zipn.qui-
rii. po~ coutrat~, por la~ r:tzooes expuestas en la Memori:t de este Des acbo corres-
ponuJOoto :t! ano aotonor O,a. del seuor Uico), <lespJlÓS de haber dado ~~ uo se ccle-
br6 con cls~no1· Jorge Bolgum la tt·amitalli6n legal, se lo adjudicó dellnitiv~meuLo en
11 de Septtem1Jre. 1'
Esto miem~ fu~ lo que se dijo en El Relator número 4!:16, y lmbi6nc1ose <lícho en
qn6 fociJa se a<lJUdloó el contrato, y no siendo entouoes Secretario ol souor Rico
h~~:l :s el cargo que no~ hace? Además, el contra;l;o, tal corno 1~ cole1uú el souo{·
. 't abr_ia <l:tdo los llltsmos re.sul~auoa numéricos, por ser los precios de elabora·
Ol 6n os m1smos dol contrato :td,¡mhoado.-[Nolas de S . .d. L. U8tiol.
ALGO SOBRE LA SALINA DE OHÁMEZA.

( CONTINU.A.CI6N).
Sefior Director :

Terminado nuestro artículo anterior con la cuenta de


lo que perdió el Gobierno con el contrato Roldán, resolvi-
mos suspender hasta estudiar el curso de la salina de
Chámeza de 1872 en adelante, y tropezamos con que la
salina estuvo cerrada hasta 1876. En este año, el Goberna-
dor del Estado de Boyacá, como agente del Poder Ejecu-
tivo y con el objeto de allegar recursos para gastos de la
guerra, hizo un contrato de elaboración que duró hasta 31
de Agosto de 1877, y de esta fecha en adelante siguió la
salina bajo la administración inmediata del Gobierno, de
acuerdo con el decreto de 18 de Julio de 1877, número 440.
Ahora nos proponemos demostrar que la explotación
de la salina de Ohámeza es un gravamen para el Tesoro,
por cuanto siendo de propiedad de un solo individuo los
bosques de donde se extrae el combustible para la elabora-
ción de la sal, es forzoso para el Gobierno celebrar contrato
con ese individuo sin ventaja de consideración, lo cual
equivale á favorecer á determinada persona, con perjuicio
para el Gobierno, como vamos á verlo.
El señor Luis Carlos Rico, como Secretario de Hacien-
da, informa en su ]iemoria para el Congreso de 1878, que
las ventas llegaron á ser nulas, hasta el punto de tener que
enviar fondos para continuar la elaboración ; y que, aunque
el Gobierno tenía los bosques en arrendamiento, uno de los
motivos de la escasa producción era la falta de combustible
suficiente, por dificultades presentadas por el dueño de
ellos, según informaba el Administrador.
En 28 de Diciembre de 1878 se celebró un contrato de
elaboración, que debía comenzar á regir desde el 28 de J u-
nio de 1879. Este contrato debía durm: cinco años; y en él
se estipuló que el Gobien1o pagaría al contratista el eleva-
do precio de 44 centavos por cada 12t quilos de sal com-
pactada, y que el contratista debía producir toda la sal que
le presupusiera el Administrador.
Los artículos 6. o y 17 contienen estipulaciones bastante
-41-
gravosas para el Tesoro, y de las cuales nos ocuparemos en
seguida.
En el artículo 6. o se establece la composici6n de los
caminos que comunican á Ohámeza con el t~rritorio na-
cional de Oasanare y los departamentos de Onente y Tnl.l-
dama del Estado de Boyacá. En nuestro concepto, la signi-
ficación verdadera de esta estipulación se debe buscar en
el mejoramiento que reciban las propiedades de Ohámeza.
Oon relación á la construcción de las obras de que trata
el artículo 17, preciso es reconocer la exactitud y puntua-
lidad con que atendió el Gobierno á ellas, haciendo edifi-
cios, hornos y albercas por cuenta del erario hasta por la
suma de$ 5,000, para lo cual se facultó al mismo contra-
tista, según lo dice el Secretario en la página 45 del texto
de la Memoria para el Congreso de 1880.
Siguiendo la costumbre ilegal de los contratos, se cele-
bró en 4 de l\{arzo de 1881, entre el Secretario de Hacien-
da, señor Antonio Roldán, y el señor José María Cortés,
en calidad de traspaso, un contrato para la explotación de
sal gema en Ohámeza. Este contrato debía durar, como el
anterior sobre la sal compactada, hasta 1884, y, en caso de
vacante, por un año más. Se estipuló que el contratista
entregaría mensualmente en los almacenes del Gobierno
hasta 4,000 arrobas de sal vijua, pudiendo explotar mayor
cantidad, en caso de que la venta lo exigiera. El Gobierno
debía pagar al contratista diez centavos de peso por cada 12
quilas, basta completar 50,000 quilas, ó sean 4,000 arrobas.
El excedente de esta suma que el contratista entregara en
algún mes, le se1·ía pa.gado á razón de 7! centavos. El con-
b·atista podía construír el socavón (artículo 6. 0 ) necesario
para explotar el banco de sal, y un almacén de depósito
para la sal que fuera explotando; y tanto estas obras cotno
las demás que el contratista construyera para la empresa
de explotación, las tomaría el Gobierno á la terminación
del contrato por el avalúo que les dieran dos peritos nom-
brados al efecto por las partes, 6 por un tercero en caso de
discordia, deduciendo un diez por ciento de dicho avalúo.
En favor de las propiedades de Ohámeza se estipuló en
el artículo 12 lo siguiente :
"El Gobierno destinará 2-i- centavos por cada 12~ qui-
tos de sal que se venda, para la composición del camino
que conduce de la salina á Pueblo-Viejo."
-48-
La fianza que aseguraba. el cumplimiento <.le este con-
trato era de $ 2,000 solamente. El plazo ¡)ara la licitación
era de 40 días, contados desde su publicación en el Diatio
Oficial, y en caso de no ser adjudicado al contratista, por
presentarse mejor postor, éste debía pagar á aquél las obras
que hubiera yá ejecutado, pues según el contrato llOdía
emprenuerlas antes de la licitación.
Este contrato fué adju<.licado en licitación pública al
señor José ~Iaría Oortós, ó á persona cuyos derechos eran
representados por él, el día 26 de Abril de 1881.
Tenemos, pues, hasta ahora un contrato para b elabo-
ración. de sal compactada, y otro para la explotación de sal
vij u a; y hay otro celebrado en 30 de Julio de 1881, entre
el señor Roldán, como Secretario de Hacienda, y los seño-
res 001·tós & Suárez, para la producción de sal de caldero,
por el cual se reforma y adiciona el de 28 de Diciembre de
1878, sobre la sal compactada.
En el contrato con los señores Oortés & Suárez, apode-
l'ados del señor Pedro 1\{urillo, se estipuló que desde que
el Gobierno tuviera monta<los en Ohámeza los elementos
necesarios para producir la sal de caldero en la cantidad
que determinara el Administrador de la salina, según el
consumo, Pedro Murillo suspendería la elaboración de sal
compactada y produciría la de caldero, al elevadísimo pre-
cio de 18 centavos cada 12~ quilos, comprometiéndose, eso
sí, el contratista á entregar la sal tan blanca, seca y JJu,·a
como fuera JJOsible. En caso de suspender el Gobierno los
efectos del dem·eto número 502, de 20 de Julio de 1881, y
de determinar nuevamente la elaboración de sal compac-
tada, el contratista se obligó á elaborar dicha sal al precio
estipulauo en el contrato de 28 de Diciembre de 1878, por
todo el tiempo de la suspensión de dicho dem·oto, y á pro-
ducir nuevamente sal de caldero, de acuerdo con el contra-
to de l. 0 de Agosto, cuando cesara la elaboración de sal
compactada.
Esto quiere decir que el contrato de 1. 0 de Agosto era
un nuevo contrato de ocasión, y no, como él dice, reformato-
I'Ío del de 28 de Diciembre de 1878.
Para la mejora de los caminos de Ohámeza también se
aplicaron, en virtud de este contrato, 5 centavos por cada
arroba de sal do caldero qua se venda.
-49-
La cuestión caminos es negociado de la Secretaría de
Fomento, como se verá después.
Por el ordinal 5? del artículo 5. 0 del contrato de que
nos OCllt>amos, él Gobierno se comprometió á pagar á JUu-
rillo el valor de los elementos de elaboración construídos
por éste y que quedaran inutilizados J?Or la s;tpresión de
compactación de sal, elementos que .volneron a. ~u poder
con la suspensión del decreto sobre hbre elaboracwn.
La fianza otorgada en seguridad del contrato de 28 de
Diciembre, se hizo ext<'nsi\a como de seguridad para el
cumplimiento del de l. o de Agosto.
De lo dicho se deduce que cuando el Gobierno ordenaba
compactar sal, regían simultáneamente tres contratos; y que
cuando se suspendía la compactación regían solamente dos:
el de la de caldero y el de la vijua.
Conforme al artícnlo 2. 0 del decreto de 20 de Julio de
1881, sobre libre elaboración, en la salina de Chámeza,
debía continuar la elaboración de sal compactada hasta que
se montaran los calderos suficientes para producir en ellos
toda la sal en grano que fuera. necesaria para atender al
consumo.
Ahora bien, en cumplimiento de este decreto y para
que en dicha salina se llevara á efecto la libre elaboración,
se celebró en 21 de Diciembre de 1881, entre el Secretario
de Hacie da, señor Roldán, y el señor José 1\Iaría Dávison,
un contra , que aprobó el Poder Ejecutivo, ''sobre prepa-
ración y ontura de dos calderos en la salina de Chá-
meza."
Pot eRte contrato se comprometió el señor Dú.vison,
además Jo montar los calderos, á construír en la salina dos
enramauas sólidas y de suficiente capacidacl para construír
en cada .,ma la hornilla y colocar el caldero ; á hacer estas
hornillas en sus correspondientes banquetas de madera
para depositar la sal ; á construír una chimena para cad~
hornilla, sobre bases da piedra y cuerpo de ladrillo, y á
entregar montados los calderos y demás obras mencionadas.
El Gobierno se compr01netió á pagar á Dávison por la
construcción ele dichas obras la suma de $ 3,200.
A estos$ 3,200 hay que agregar la suma do $ 2 000
valor de la conducción del mate1·ial á Ohámeza y la d~
$ 3,900 que se pagó al señor Jorge Holguín por ~alor del
4
-50-

cal~ero, y tendremos qne ''la operación de organizar esta


salma, de acuerdo con el decreto de 20 de Julio sobre libre
elaboraeión," costó al Gobierno $ 9,100. . '
El señor Secretario discurre detenidamente en la Me-
moria para el Congreso de 1882, sobre el "interés patrió-
tico y la buena fe" del contratista, de quien se había creído
exigiría condiciones demasiado gravosas por reformar su
contrato, y agrega que sucedió lo contrario, hasta el punto
de que ''sin exageración, puede decirse que el contratista
quedó colocado en condición menos ventajosa de la que
tenía."
Después de estos contratos reformatorios y gravosos
por demás para el Gobierno, preciso es suponer, y aun afir-
mar, que en Chámeza se suspendió la elaboración de sal
compactada y se contrajo la producoión á la de caldero y
vijua. Vamos á verlo. Es decir, vamos á ver si se cumplió
all\ el decreto sobre libre elaboración, dado el 20 de Julio
de 1881.
Para esto consultamos la Memoria del Sectetario de
Hacienda para el Congreso de 1883, en la cual se hallan
los datos correspondientes al año económico de 1881 á 1882.
Si se hubiera elaborado sal de caldero debía expresarse en
la casilla correspondiente del cuadro sobre movimiento de
la especie, la cantidad de sal de esta clase producida en el
año económico citado, y esta casilla la hallamos en blanco.
Consultamos la Memoria para el Congreso de 1884, en la
cual están lo~ datos rela ti vos al año económico de 18S2 á
1883, y en el cuadro del movimiento de la especie hallamos
en blanco la casilla correspondiente á la sal de cal-
dero ..
En esta. Memoria tropezamos con el Informe del Ad-
ministrador de la salina de Ohámeza, y de este documento
tomamos lo siguiente :
. " La venta de sal compactada, que es ll~ que se 1n-odnoe,
es mensualmente muy variada, como se habrá visto en los
cuadros que se remiten al Despacho de Hacienda y Fomen-
to, oscilando entre 6,656! quiloe~, y 14,075 quiJos, dando un
total en el tiempo trascurrido de 9 de Octubre de 1883 á
31 de Agosto de 1884, de 102,837! quilos, cuyo valor en
dinero apenas ha cubierto, deducido el auxilio para los Es-
tados los gastos de administración, resguardo, elaboración
50
y$ de gastos varios, que figuran en el "Movimiento de
-51-
caudal" del "Estado general " que se acompaña, compren-
sivo de este mismo tiempo."
" Oomo se desprende de este dato, la indiscutible y
desagradable verdad de que en el tiempo á que se refiere
este informe el Tesoro nacional no ha ingresado de estas
salinas, como renta, nada para sus otros gastos sino que
únicamente ha mantenido su corto número de empleados y
auxiliado con sus casi insignificantes proporciones á los
:Estados etc."
Vamos á la Memoria para el Oongreso de 1 85, y ha-
llamos que tampoco se produjo sal de caldero en el año
económico de 1883 á 1884.
Después de lo que dice el señor Administrador de la
salina, está por demás la afirmación de que, según las ~Ie­
morias citadas, tampoco hubo venta de sal -vijna; y enton-
ces ocurre preguntar :
~Qué cumplimiento se dió al decreto de 20 de Julio
de 1 81? ¿Qué se obtuvo con el gasto de compra de caldero
y el de la división de ésto en dos, conducción á Chámcza,
preparación y montura, construcción de hornillas, chime-
neas, enramadas, almacene y apertura de socavón para la
extracción de la sal viju<t1
Hasta aquí era nuestra intenci6n hacer la cuenta do
los prmluctos líc1uido en cada año económico, para saber á
cuánto asceudieron. los rendimientos para el Tesoro ; poro
observamos que dicha cuenta ya quedó hecha por el señor
Administrador, que nos ahorró trabajo. Ha habido, según
ella, péruicla para el Tesoro do muchos milos de pesos, que
era lo que no:; proponíamos demostrar.
Oomo nos queda por examinar el contrato hecho en
1884 y el l1echo en esto año de 1890, suspendemos este tra-
bajo hasta una próxima ocasión.
(El Relator número &07).

ALGO SOBRE LA SALINA DE OIT~i.MEZA.


( CONOL USIÓN),

En 17 de Octubre ele 1884 se celebró un contrato para


la elaboración de sales en Ohámcza, entre el señor Felipe
Angulo, Secretario do Hacienda, y el señor Pedro 1\furillo.
Este contrato,, aprobado por el Poder Ejecutivo, fuó publi-
cado como phego de cargos du1·ante un mes, y adjudicado
-52-

definitivamente á dicho señor Murillo en 24: de Noviembre


del mismo año .
.El contrato debía durar cinco años, y en él se estipuló,
entre otras cosas :
Que el contratista entregaría mensualmente hasta
80,000 quitos de sal compactada y 4:0,000 de sal de grano
de caldero;
Que, si á juicio del Poder Ejecutivo, convenía cons-
truír obras para mejorar la elabora.ción: el contratista debía.
llevarlas á cabo por su cuenta, hasta por valor de $ 2,000
anuales, y que el Gobierno se las pagaría en dinc'ro, en el
mismo año, fijando el valor de ellas por medio de peritos;
Que el Gobierno pagaría á ~!J:urillo, como precio de
elaboración de cada 12! quilos de sal compactaua, 44 centa-
vos, y 20 por igual cantidad de la de caldero ;
Que el contratista dejaría del J~recio que recibía por la
elaboración de cada 12¡ quilos de sal compactada, y por
todo el tiempo de la duración del contrato, 4 centavos de pe-
so para la mejora del camino de Ohámeza á Pueblo-Viejo;
Que el Gobierno anticipm·ía para la expresada obra, á
cuenta de los 4 centavos de que trata la cláusula anterior,
la cantidad de $ 10,000 que se iría suministrando á medida
que se necesitara, y el camino debía entregarse al servicio,
á lo más tm·de, al fin del segundo año de la duración del
contrato;
Que si el Gobierno no cumplía con la estipulación
anterior, el contratista tendría derecho á cobrar íntegra-
mente, como precio de elaboración, los 44 centavos de peso
por cada 12! quilos de sal compactada, y 22 centavos por
cada 12~ quilos de la sal de grano de caldero que hubiera
elaborado y entregado en los almacenes de la salina durante
los dos primeros años do duración del contrato, y seguiría
cobrando los mismos precios en los años restantes.
Y si llegaba el caso de dar cumplimiento á la estipula-
ción anterior, el Administrador de la salina de Ohámeza,
liquidaría y pagaría la cuenta de elaboración que presen-
tara el contru.t ista, por la sal que hubiera entregado en los
dos primeros años, conforme á lo estipulado, y sin 1teCe8idad
de 1·esoluciún del Poder Ejecutivo.
Por el artículo 19, Pedro Murillo debía asegurar el
cumplimiento del contrato, dentro de los GO días siguientes
al de la aprobación, y en la Gobernación departamental de
-53-
Boyacá, con una fianza , hipotecaria ~e. val?~ de $ 5,000,
cuando el Gobierno debta dar por antlmpaCion $ 10,000,
é investfa al señor Morillo con la facultad de intervenir en
la inversión de esos fondos, como interesado en-que se abrie-
ra el camino.
~Onál podía ser el interés del señor :Murillo en la
apertura del camino, si en el caso de no abrirse. éste ten!a
derecho á cobrar 44 centavos, y en caso contrario cobrana
eolamente 40 centavos 1 Además, si el camino se bacía y
los $ 10,000 no alcanzaban para ello, el señor Murillo es-
tabn obligado á su · "strar la suma que faltara. ~Podría
intere&arle la apertu: de tal camino'
El negociado de caminos es de la competencia del Mi-
nisterio de Fomento, y llama la atención que se hubiera
hecho este contrato por el de Hacienda, tanto más cuanto
en 2d de Julio de 1886 se celebró on el señor J nlio Liéva-
no, por la Secretaría de Fomento, un contrato para la cons-
trucción de un camino de herradura desde Ohámeza hasta
aonde el río Ousiana empieza á ser navegable.
Oabe aqui hacer la historia de este contrato, publicado
en el Diario Oficial número 7,833, con notable atraso, y en
el coa) se estipuló que Liévano tenía derecho exclusivo
para cobrar peaje por el uso de la vía durante 25 años, y
á la cesión gratuita, por vía de auxilio, de 70,000 hectáreas
de tierras baldías.
En 7 de Octubre de 1887 fné adicionado este contrato
con otro celebrado por la Gobernación de Boyacá y aproba-
do por el Ministerio de Fomento en 11 del mismo mes. El
plazo para la construcción de la obra se prorogó hasta el 7
ele Octubre de 1889, y se concedió, además, de las rentas del
Departamento, un auxilio de $ 8,000, que se debían dar al
contratista en dos contados de á$ 4,000, en cada año. Fue-
:roll fiadores en esto'! con tratos los señores Leopoldo Franco
1 Pedro Muritlo, respectivamente.
Oon fecha 4 de Abril de 1888 se celebró un nueyO'
trato con el señor Liévano, por el cual se cambió modo
al contratista la subvención de los i 8,000, ade-
:-<JI.I1.111IIIon,lo la mitad por instalamentos de á $ f,OOO.
A petiéi6n clel contratista se le ooneedi6 una pr6roga
mesea m¡s sobre la que había obteDicl por el
7 de &ta.bre de 1887, y; ea aoDSeouenoia, eltdi:U.o.
-54-

plazo se venció el 7 de Junio de 1890. En 20 de Julio to-


davía no había entregado la obra.
En el examen de este contrato nos hemos salido del
Ministerio de Hacienda, al cual pertenece el negociado de
salinas, sin acordarnos de que el de caminos pertenece al Mi-
nisterio de Fomento ; pero no es extraño, si se atiende á
que al señor Liévano, contratista en el Ministerio de Fo-
mento, se le ha adjudicado, en 4 de Septiembre del año en
curso, el contrato de elaboración de sales en Chámeza, del
cual pasamos á ocuparnos.
Este contrato es más gravoso que los anteriores. El an-
tes no pagado precio de 48 centavos por cada 12i quilos de
sal compactada, hace notablé contraste con el de 5 centa-
vos que, por la de igual clase, se paga hoy en Zipaquirá por
el contrato Gómez ; de modo que bien podría el Gobierno,
haciendo buena economía, abastecer el radio de consumo
de Ohámeza con la sal de Zipaquirá, siendo los fletes, como
son, menores que los que pagan los consumidores de la sal
de Ohámeza en Tundama y Oriente, cuando los caminos no
están intransitables.
Las estipulaciones del contrato Liévano son las mismas
del contrato Murillo, á saber :
5 años de duración y uno de próroga; en caso de
vacante;
Producción mensual de 80,000 quilos de sal compac-
tada y 40,000 de grano de caldero;
Oonstrucción de obras para mejorar la elaboración has-
ta por la suma anual de $ ~,000 ; y
.Auxilio, además, al contratista de$ 6,000 para la con-
posición y mejora del camino que ?onduce de. Ohámeza
á Miraflores. Este es el cuarto camino subvenCionado por
el Tesoro.
Hay, también, una estipulación que dice:
''Será de cargo del Gobierno conservar en bue~ estado
de servicio el camino nuevo que 1e halla en construcci6n, en•
tre Ohámeza y Pueblo-Viejo. Al efecto, el Administrado
de la salina de Obámeza !Mlministrará al elaborador mll
sos anuales para que haga las reparaciones."
Recuérdese que éste es el camino que _debi6
servicio, á lp más tarde, al fin del segundo ano de OAJlaCll•
M ·no, y que este señor se obligó á suminis~r
-55-
que faltara, si el camino costaba más de los $10,000 que
el Gobierno anticipó.
En el contrato Liévano lo mismo que en el contrato
Murillo, el Gobierno se con~tituyó fiador del cont.rat}stl;',
pues á esto equivale el admitir una fianza, prendaria o hi-
potecaria, de $ 5,000, para asegm·ar suma mayor que su-
ministra el Gobierno.
Por el contrato Liévano también se multa el Gobierno
en $ 500 anuales en caso de rescisión por establecerse la ~i­
bre elaboración, á pesar de ser claras y terminantes las dis-
posiciones que ordenan adoptar este sistema en Ohámeza.
De lo dicho se deduce que el propósito del Gobierno
para mejorar la salina de Cbámeza y sus propiedades, es
abrir caminos que ensanchen el radio de consumo de la sal,
sin prescindir de otras medidas, como rebajar el precio de
ella, según se ve en lo que copiamos de la Memoria para
el Congresó de 1888, en la que se da cuenta de haberse di-
rigido los siguientes oficios :
" Oficio número 824, de 8 de Enero (1886), por el cual
se autoriza al Administrador de la salina de Ohámeza para
vender la sal allí á$ 2-82, siempre que la paguen en dinero."
"Oficio número 860, de 25 de Enel'o, al mismo, sobre
venta de sal allí á $ 2-50, siempre que la. paguen en dinero."
"Oficio número 1,002, de 12 de Febrero, al Adminis-
trador de la salina de Ohámeza para vender la sal allí á
$ 2-30, siempre que la paguen en dinero." (El precio ofi-
cial era $ 3).
Oomo al ctlntratista se le pagaba la elaboración en la
moneda en que los compradores pagaban la sal, y escasa-
mente para esto alcanzaba el producido de la salina, es cla-
ro que la condici6n del pago en dinero, mediante la rebaja
debe ~aduch·se en una. mejora al contratista, igual á la di~
ferenc!a, grande en~onces, entre los b~lletes y la plata, di-
ferenCia que todaVIa no alcanzaban a apreciar los com-
pradores.
Resyecto de la rebaja del precio á$ 4-70, cuando éste
era ele f 5, hecha por decreto número 329, de 23 de Abril
de 1885, y de la de 20 por 100 menos del precio fijado en el
decreto número 446, hecha desde 1? de Marzo de 1887 has-
~ hoy, creemos que tienen por objeto favorecer al c~ntra­
tiata.. con la venta de la mayor cantidad de sal que por este
dio ha de veuderse.
-56-
Para mayor clal"idad ponemos á continuaci6n las pa-
labras del Administrador de la salina de Chámeza en su
informe de 11 de Junio de 1888 :
"Corno se ve de esta relación, cuyos documentos par-
ciales han recibido mensualmente los Ministerios de Ha-
cienda, Tesoro y Fomento y la Oficina General de Cuentas,
la venta de sal ha aumentado en los últimos períodos, de-
bido, probablemente, al mejoramiento de la calidad de ésta
y á la consideración que el Gobierno ha tenido al rebajar
el precio de la venta en estas salinas un pequeño tanto por
ciento (el 20 po1·100) al señalado pa1·a las demás; teniendo
en cuenta la mala condición de las vías de comunicación
q ne tiene y su limitaclo radio de co1zsunw etc."
;El Gobierno ha gastado, pues, en regenerar las propie-
dade~ de Chámeza las sumas siguientes: ,
En el camino de Chámeza á Pueblo-Viejo (.informe
del in gen} ero Julio Liévano, pág. 202, Memoria de Hacien-
da de este año) ______ • __ . _.... . • ..... _•. _. _. __ $ 20,883
En el camino á Casanare (Mem01·ia de Fo-
mento para este año, pág. 27). Departamento de
Boyacá •. __ . _. ... _. ___ • __ .. __ ••.. _.. _.. __ . . . . . 8,000
• En el camino á Mira:flores (contrato Liévano,
artículo 9~) __ .. _. _. ___ .•·. __ ... _..•. _. _. • • . . . . 6,000
En el id. á Sogamoso (id. id. ad. 10). _. . . . . . 5,000
Suma .•..•• _...••.. $ 39,888
Y aunque no corresponde á la época de los contratos
quA hemos examinado, debemos agregar á esta suma la de
1 1,600 que hallamos en la página 24: de los documentotJ
sobre salinas de la Memoria de Hatúenda para 18R2, gasta-
da en los caminos á Mirafiores á Pueolo-Viejo. Total
• 41,483.
Es de lamentarse que después de este desembolso estén
los caminos mencionados como dice el Administrador de la
salina de Ohámeza en su informe de este a~o, página 169
de los documentos sobre salinas de la Memória. de Haolen--
cla para el actual Oongreso, á sabet :
·"CAMINOS. Las vías de comunicación del inte
sa.nare á estas salinas -se encuentran en tan m .-J&Q.4Ji,
que pueden llamarse iKtrtmaitable• e ha peai~ • fo
al Administrador de los trabajos etc."
Entre las obras llevadas á cabo en oumt.Rli*04'$
-57-
anteriores contratos, llama la atención la construcción de
un aljibe que costó $ 2,000 . .
Antes de terminar este estudio, debernos deJar cons-
tancia de la reclamación intentada por el señor Adolfo Var-
gas como apoderado del señor Pedro Murillo, por la suma
de $ 9,500 á que, dice, ascienden los perjuicios causados á
éste por el Administrador de la salina en el año de 1883, ~·e­
clamación que corre en los números 8,142 y 8,143 del D~a­
rio Oficial de 3 de Agosto del presente año de 1890.
La base de esta reclamación es una cantidad de sal vi-
jua vendida por el Administrado!.' y que no aparece en los
cuadros del movimiento de especie y de movimiento de cau-
dal, correspondientes á la l\fernoria de Hacienda para 1884,
en la cual sí se hallan los dichos cuadros ; y con todo, se
mandó pagar al señor Murillo el valor de la explotación de
la sal mencionada.
(El Relator número 515.)

ALGO SOBRE LAS SALINAS

DE CHITA, ZIP AQUIRÁ Y CHÁl\IEZA.

Señor Director.

La lectura del sensible aviso de usted sobre suspensión


de El Relat01·, nos ha detenido, por ahora, en los estudios
sobre las salinas que hemos estado haciendo y de los cuales
se ha publicado una parte. Dejamos pa1·a mejor ocasión la
publicación de lo relativo á cada una de las salinas de N e-
mocón, Tausa y Sesquilé; haremos un resumen de los cál-
culo3 de los resultados numéricos consignados en nuestros
artículos publicados yá, y agregaremos algunos de los datos
y comentarios que nos habíamos abstenido de publicar el
la convicción de que, siquiera por fórmula, como lo hizo en
señor L~~s Oarlos Rico, se tratar::" de debatir los cargos que
la I'e~acwn de los hech0s. ,arroJa sobre algunos miembros
conspJCuos de la Regeneracwn y del Gobierno.
En primer lugar debemos observar que lo que ha
-58-

perdido el Gobierno por causa de los contratos de elabora-


ción de sal y de arrendamiento de algunas salinas, como la
de Chita, no es lo mismo que han ganado los contratistas ó
los arrendatarios ; y para mejor claridad, después de repro-
ducir el conjunto de pérdidas hechas por el Gobierno, ha-
remos un cálculo de las utilidades obtenidas por los contra-
tistas, que son mucho mayores.
En nuestro artículo sobre la salina de Chita vimos
que la pérdida hecha por el Gobierno á
causa de los contratos, fué de ... _. ____ .$ 415,747--4.5
En nuestro artículo sobre la salina de
Zipaquirá vimos que la pérdida por causa
de los Contratos Holguín, fué de .. _. ____ .. 1.589,071-41
En nuestro artículo sobre la salina de
1 Ohámeza vimos que la pérdida á causa del
contrato Roldán, fué de_ ... ___ - ___ ._... ____ ___
59,492-17!
,

$ 2.064,311-03!
A esta suma deben agregarse:
Por rescisión del contrato Oantini, di-
nero ... _...... _.......... - ........... - 130,000 --
Por id id, en especie, según lo dijo .El
Correo Nacional sin expresar la razón por
qué se dieron .... _. _................. - - 70,000-.-

Suman las pérdidas para la Nación .. $ 2.264,311-03!

Pudiera creerse que esta suma es igual á la de las uti-


lidades obtenidas por los contratistas; y no es así: y basta
para demostrarlo comparar lo que el Gobierno perdió en
nn solo mes, con lo que ganó el contratista en el mismo
mes, que es mucho más, así :
En el mes de Mayo de 1888 se vendieron en la salina
de. Chita 18,109 arrobas de sal, que el contratista vendió al
precio de$ 1-40 la al"l"oba. Total ........•. $ 25,352-60
Recibió el Gobie1·no por arrendamiento de
la salina en el dicho mes .......... -....... 5,000 • -
Le quedaron al contratista, señor Oantini $ 20,352-60
-59-

Por el contrato de elaboración, sustituído al señor


Cantini, el Gobierno habría pagado 38 centavos por la
elaboración de cada arroba de sal, de suerte que
las 18,109 arrobas le habrían costado_ ...... $ 6,881-42
más el 3! por ciento sobre el producto de las
ventas.----------.-.--------.--- ... -.---.- 887-34:
y habría sido el costo de las 18,109 arrobas de
sal. . . __... _. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . __. . _$ 7, 768-7 6

Ahora, si del producto de venta de las 18,109


arrobas de sal á $ 1-40, que es .............. $ 25,352-60
restamos el valor de los gastos de elaboración,
según el contrato, que son .............. __ ..... 7,768-76

quedan por utilidad que podría haber obtenido


el Gobierno en el mes de Mayo citado ........ $ 17,583-84
y como no recibió por arrendamiento sino. . . 5,000 - -
------
hizo una pérdida en el mes, de .... _. _.... _. $ 12,583-84

Vimos arriba que la utilidad para el contratista fué


de $ 20,352-60, y acabamos de ver que la pérdida para el
Gobierno fué de $ 12,583-84, luego la utilidad para el
contratista fué mayor que la pérdida del Gobierno en
$ 7,768-76. Es verdad que de esta cantidad se debe dedu-
cir el costo verdadero de la elaboración de las 18,109 arro-
bas de sal, que es $ 3,621-80, calculando el de cada arroba
á razón de $ 0-20, segím el informe de los señores Sena-
dores Adolfo Harker y Anacleto Holguín, de que yá ha-
blamos en otro artículo; pero siempre queda demostrado
lo que nos propusimos demostrar.
El cálculo hecho con 1·especto al mes de Mayo de 1888,
podría hacerse con respecto á los 38 meses que duró el con-
trato Oantini; pero nos evitan ese trabajo las observaciones
siguientes:
Antes de que empezara la vigencia del contrato, el
señ~:n: Cantini v~ndió sal de la elaborada por él y de la que
recibió del Gobierno, y entonces la sal estaba casi al precio
más alto que l1a tenido hasta ahora.
. El precio de la sal, aunque 1·ebajado durante la vigen-
Cia del contrato hasta $ 1-4:0, se mantuvo elevado el tiem-
- GO-
po suficiente para producirle enormes ganancias al con-
tratista.
Aunque es cierto que el mes que nos ha servido para
nuestro cálculo fné uno de los en que se vendió mayor
cantid ad de sal, también lo es que fué uno de los e-n que el
señor Oantini vendió sal á más bajo preeio ; y además, en
el mes de Febrero de 188~ la sal vendida ascendió á 39,537
arrobas, no teniendo dm·echo á vender sino 12,000 arrobas
en cada n1es.
Por tanto, creemos que no había razón para publicar
en el D im·io Oficial número 6,517, de 17 de Noviembre de
1885, una Relación ele los p 'roductos y gastos de la salina de
Ol11ita, sin firma y como ele la Secretaría de Hacienda, en
la cual se hace una cuenta por tanteo de las pérdidas que
iba á sufrir el señor Oantini. Esta pieza es más bien un
alegato de la Secretaría en favor del contratista. Podemos
.mejor afirmar que el señor Cantini obtuvo en cada mes
una utilidad igual á la que obtuvo en el citado mes de
Mayo, es decir, $ 20,352-60, lo que da un total en los 38
meses del contrato de $ 779,398-80.
A esta cantidad hay que agregar los$ 130,000 que
I'ecibió en dinero por la rescisión, y los $ 70,000 en espe-
cie, de que habló El Co'rreo Nacional, y tenemos que el
señor Oantini ganó con el contrato $ 979,398-80, cuando el
Gobierno solamente perdió$ 678,185-95.
El señor Oantini no podía separarse de esta capital sin
permiso de] Gobierno, según la cláusula F del contrato de
2 ele Noviembre de 1880, celebrado entre dicho señor y el
Vice-cónsul de Colombia en Pa1·ís, en virtud del cual virio
el señor Oantini como Ingeniero y Profesor de al·qnitec-
tura, á hacerse cargo de la dirección de las obras públicas,
y sin embargo se trasladó en . varias ocas!ones á Chitat no
sabemos si con sueldo ó como arrenclatano de la salina.
Adem~1s, para las gestiones á que dió lugar el contrato
sobre la salina, el señor Cantini constituyó como apoderado
ante la Secretaría de Hacienda al señor José María OOl·do-
bés M., quien á la sazón era, y es aún, Jefe de la sección~::
del Ministerio de Fomento (Contabilidad) y como tal deb1_a
extender al señor Cantini las órdenes de pago como DI-
rector de Obras públicas, p1·evia revisión de las cuentas de
éste.
El señor Cantini al hacer el contrato afirmó que los
-61-

bosques que ofrecía como fianza bipotecari~ y com~ pri~a


(artículo 6? y 7?), eran de su propiedad, y a la ternunacwn
del contrato aparecieron los señores Vargas Santos & O~
cediendo esas propiedades al Gobierno y confesando hab~~
recibido su valor. En consecuencia el contrato se cumpho
durante dos años con una fianza nula, por no ser los bos-
ques de propiedad de quien los hipotecó, y á.pesar del es-
crúpulo del Secretario señor Angulo en mamfestar que no
se admjtiría otra fianza sino la de esos bosques, como con-
dición establecida en el pliego de cargos. ( Dia1·io Oficial
número 6,503 de 29 de Octubre de 1885 y artículo 2,439
del Código Cid!).
Respecto á las utilidades obtenidas por el contratista
de elaboración de sal en Zipaquirá, el cálculo debemos ha-
cerlo comparando los gastos que hacía el Gobierno cuando
la salina estaba por el sistema de elaboración oficial, con lo
que según los contratos de elab01·ación so le pagaba al se-
ñor Holguín, pues la diferencia entre aquellos gastos y este
pago representa utilidad para el contratista, que no es com-
putada como pérdida para el Gobierno al analizar el con-
trato. Véase cómo.
La sal vijua vendida en los últimos años en Zipaquirá
da un promedio de 64,200 arrobas mensuales, que el Go-
bierno obtení~ por el sistema de elaboración oficial á un
centavo por arroba, lo que da un gasto mensual de$ 642
Al señor Holguín se le pagaban 8-l centavos
por arroba, ó sean._ .. _ . __ .. ____ . _. ___ .. _______ . 5,457

Hay una diferencia de __ . ___ .. _. ___ . __ ~ _.. $ 4,815


Esta diferencia es una utilidacl mensual obtenida por
el .s~ñor Holguín, en una sola clase de sal (la vijua), y esta
utlh~ad no se computó como pérdida para el Gobierno al
analizar los contratos Holguín. Esta utilidad en un año da
un total de$ 57,780, y en los diez años que duraron dichos
contratos es de $ 577,800.
En cu..-..nto á Chámeza, yá dijimos en el número 505
de El Relator cuánto perdió el Gobierno y cuánto ganó el
señor Roldán.
Y volyiendo al contrato sobre Chita, y antes de que El
R_elator deJe de prestarnos por suspensión la benévola aco-
gHla. con, que nos. ,ha honrado, debemos manifestar que,
graCias a la reunwn del actual Congreso, hemos podido
-62-

contribuír á reforzar la razón que creemos ha tenido el


Gobierno para mantener la prensa en restricción, pues mer-
ced á esta restricción es como se ha venido á hablar del mal
cuando ya no tiene remedio. i Qué diría hov el Redactor de
La Nación, después de haberse expresado en el artículo de
fondo de fecha 26 de Marzo de 1886 (número 56) como
sigue1:
"La difamación y la calumnia internas obran con
vertiginosa actividad. Nada se respeta. No hay extravagan-
cia que no se .i nvente para hacer verosímil la calumnia.; no
hay contrato, resolución ó medida de Hacienda ó de Teso-
rería que no se comente 6 desnat~ralice y falsifique, para
que aparezca como un acto de concusión. Al decir de mu-
chos radicales vivimos en una inmensa cueva de Rolando,
y todos los nacionales son ladrones, ó cómplices de un latro-
cinio organizado en vastísima escala. Se diría que hemos
emprendido una nueva desamortización, pero de estilo re-
formado, y que hemos vuelto al régimen de un gigantesco
superávit ya olvidado."
Nosotros no hemos difamado ni calumniado: no he-
mos inventado nada; no hemos falsifioado nada, ni ha-
blado de concusión ; no hemos mencionado á Rolando ni á
los ladrones, ni hemos hablado de latrocinio en reducida ó
vasta escala. Nada de eso. Hemos recogido los datos espar-
cidos en los documentos oficiales de varios años, y hemos
hecho la historia fiscal de la última década, á la sombra de
los cargos que el mismo Congreso ha hecho al Gobierno,
trabajo que emprendimos, si se nos permite la expresión,
casi sugestionados por los artículos de El Correo Nacional
sobre contratos, salinas. etc.
En 1886, como ahÓra, se levantó la voz de oposición á
los contratos, y La Nación quedó hablando sola, en virtud
de la restricción de la p1·ensa.
Si tuviéremos la fortuna de una pronta reaparición de
El Relator, y bajo la garantía de una ley sobre imprenta,
que esperamos, diremos lo que ahora hemos temdo que
callar.
(El Relator número 51G ).
-63-

LAS MINAS DE LA SAL .


.... Si alguien puede desmentirme, si al-
cruien tien e en este mundo algún cargo
~ontra mf, le ruego, le suplico, le encarezco
que me lo baga, Lo contestaré, como he
contestado hoy, sin cólera, sin amargura,
ni recriminaciones, y lo estimaré, además,
como un servicio personal inolvidable.
JoRGE HoLGufN.

Hemos leído atentamente los artículos publicados en


les números 492, 493, 495, 496, 499, 502, 505, 507, 509,
515 y 516, de El Relator, sobre el movimiento de la renta
de salinas en los años correspondientes al Gobierno de la
Regeneración. Estos artículos revelan un estudio detenido
y laborioso de la materia, y en ellos se ve que el autor no
ha tenido la intención de deducir cargos á los contratistas
por haber obtenido estas ó aquellas utilidades, y así lo ex-
presa en varios pasajes, porque á nadie se le niega el dere~
cho de hacer contratos ventajosos, mientras haya Gobier-
nos que tengan á bien celebrarlos. A éstos, á los Gobiernos
que así proceden, es á los que se deducen los cargos que por
exceso de susceptibilidad ha ofrecido contestar el señor
Holguín, aunque sin mencionar El R elato'r; cargos de la
misma clase de los que intentaron desvanecer los sefiores
Luis Carlos Rico y Pedro Murillo, y que han dejado pasar
en silencio los contratistas de Chita, porque han compren-
dido las cosas n1ejor y son menos susceptibles.
Con las mismas patrióticas intenciones del autor de los
artío.ulos citados, vamos nosotros á. hacer ahora un exa-
men de ellos, con el exclusivo objeto de demoshar una vez
más la verdad con que se expresaba La, Ncteión en 1886,
cuando decía, á propósito de la propuesta que hizo el señor
Luciano N. B. Wyse, sobre colonización de tierras baldías
en nuestra región oriental:
"Por lo visto, la epidemia de la contratería está ya
saliendo de los límites de la Patria, y ya hasta los extran-
jeros están creyendo que todo se puede proponer al Go-
bierno de Colombia, aun lo más absurdo y descabellado,
por lo que pueda resttltar."
Esto se decía en 1886. ~Qué nos diría hoy el escritor de
La Nación en vista de que ya no son los particulares quie-
-64-

nes proponen contratos, sino que es el Gobierno quien los


solicita y los hace, y esto hasta con prescindencia del man-
dato legal de la licitación 1
Antes de entrar en nuestro trabajo principal, permíta-
senos hacer una advertencia.
El escritor de La Ncwión, yá citado, dice que este mal
viene de atrás, y que en manera alguna es responsable de
él el Gobierno actMal. Como nosotros entendemos por Go-
bie1''JW actual el de la Regeneración, lo citamos á él y cita-
mos á quienes lo representan en la prensa, para que digan
cuáles son los contratos hechos por Administraciones ante-
riOl·es, en las cuales sólo se viera el propósito de enriquecer
á ciertos individuos. Así, si hay algunos á quienes alcance
el peso de la m·ítica, que se sepa quiénes son. Con esto se
hace un servicio á la Patria, y la historia se encargará de
formar el balance de honor de los partidos.
Por lo demás, el tema de los contratos es hoy rica
mina para la prensa de oposición, como inagotable es y
será la mina en que se han hecho varias mistm·iosas fortu-
nas en los últimos años.
Volvamos á El Relcttor.
Tropezamos en el número 493 de este periódico con la
afirmación, no desmentida, de que la rescisión del contrato
de sales en Chita costó al Tesoro$ 130,000 en moneda y
$ 70,000 en sal. Este dato es tomado de El Om·1·eo .l._Vacional,
y como en el contrato de rescisión no se habla sino de los
$ 130,000, sería de estimarse al escritor de El Oor'J·eo nos
dijera de donde tomó el dato de los $ 70,000 y en virtud
de qué se hizo esa erogación del Tesoro.
En el mismo número de El Relcttor encontramos que
el señor Oantini ·propuso dos veces al Gobierno la rescisión
del contrato, y que éste no fué rescindhlo sino hasta el 21
de Marzo de 1889, mediante la remuneración al señor Oan-
tini de$ 1~0,000 en dinero y $ 70,000 en especie, según El
Oo'rreo Nacional.
A continuación vemos que en la salina de Chita se es-
tuvieron cumpliendo simultáneamente dos contratos de
elaboración, uno con el señor Oantini, y otro con los seño-
res Enrique Iregui & O~ cesionarios del señor Lorenzo 1\Ia-
rroquín. Cuál de los dos pagó al Gobierno el arrendamiento
-de los útiles de elaboración 1
En el número 495 del mismo periódico citado nos dan
-66-
deja ver en los artículos que posteriormente ha publicado
en El CmTeo, sobre contratos.
~Le gustará al señor Holguín que le recordemos que
siendo contratista en Zipaquirá, fné también funcionario
en el Gobierno, preCisamente en el Depar~amento en que
se enteraban los producidos de la salina?-
Suspendemos, por ahora, nuestro trabajo, para conti-
nuarlo oportunamente, con la esperanza de haber dejado
satisfecho al señor Holguín.
(Del Diario de Cundinanw1·ca, número 3.553).

ALGO SOBRE LA SALINA


DE SESQUILÉ.

En el Informe que Su Señoría el ~Iinistro ele Hacienua


presentó al Congreso de la República en sns sesiones ordi-
narias ele 1890, hallamos lo siguiente, en la página 28 del
texto:
"SESQUILÉ. El contrato de elaboración y explotación
de sales en la Salina ele Sesquilé, terminó el día. 14 de
Octubre próximo pasado.
"El Gerente de la Compañía que tenía á su cargo
aquel contrato, solicitó del Ministerio, ~tpoyado en ia ley
97 de 1888, que decretara la rescisión. El Gobieruo aceptó
esta propuesta, y, en consecuencia, nombró por su parte
perito para que avaluara los bienes de que trata la, mencio-
nada ley al señor Leonidas Posada Gutiérrez. El Consejo
de Estado designó para. tercero en discordia al señor Luis
María Pardo, y la Compañía, por su parte, al señor Manuel
Ponce de León.
" Los peritos se trasladaron á la Salina y, previas las
formalidades legaleE~, practicaron los avalúos de los objetos
que debía tomar el Gobierno, los cuales figuran en el con-
trato de rescisión. Los elementos de elaboración, una casa
pajiza, tres hectáreas de terreno, un socavón nuevo y la
mina de carbón de "Chaleche" fueron a valuados en
-67-
$ 96 647-30 · pero al celebrar el contrato de rescisión el
14 d~ Octuln?e (le 1889, el Gobierno los tomó ·por $ 60,000,
que se co11LJ.n·ometi6 á pagm· con sal vijua de la_ 1nis1na Sa-
lina á raz6n de 40 centavos po1· cada 12~ qmlo_qramos. Se
estipuló en el contrato el tét:mi.no de seis meses p~r~ que
la Oompañía sacara de la fabnca la sal que re01lmt en
pago y que el Gobierno pagaría también en sal, á razón de
50 c~ntavos, el valor de la explotación de 350,000 arrobas
de sal, que aún no habí:a siclo cubierto. E ste pago ascendió
á$ 5,000."
:Más que trascribir algunos otros párrafos del Informe
del señor Ministro, oTeemos conveniente hacer algunas
observaciones sobre los yá trascritos, y á ello van1os.
Los $ 96,647-30 á que la Oompañía tenía derecho por
valor de los elementos de elaboración, la casa pajiza, el
terreno, la mina. de carbón, etc., fueron rebajados á
$ 60,000, que la Compafíía debía recibir en sal, á razón de
40 centavos la arroba; y como el precio oficial de ésta era
de $ 1la arroba, es evidente que la Compañía recibía no
los $ 60,000, sino $ 150,000, puesto que igual número de
anobas de sal era el que en apariencia cubría los $ 60,000
en sal á 40 centavos la arroba. ~ias como habremos de su-
poner que la Oompa.ñía hubo de rebajar el precio, para
poder Yendor la sal en competencia con la del Gobierno,
haremos el cálculo del producido de las 150,000 arrobas,
estimáudolas á algo menos de $ 1, y tenemos los $ 60,000
convertidos en $ 105,000, suponiendo la sal vendida á
$ 0,70 la arroba, precio menor que el de la sal de clase
inferior que el Gobierno vendía. Pero nuestra observación
no tiene por objeto hacer notar la utilidad de la Oompa-
ñía, sino llamar la atención al procedimiontf) ilegal de re-
bajar el precio de la sal en este caso, procedimiento que es
contral'io á lo dispuesto en la segunda parte del artículo
3. o de Ja ley 46 de 18 de Agosto de 1882, sobre salinas,
vigente hoy. Esta rebaja en el precio de la sal tenía que per-
judicar, como pe1judic6 notablemente, á los demás elabora-
dores de sal compactada, quienes no podían comprar sal
vijua en las oficinas del Gobierno á menos de 80 centavos
la arroba.
Lo dicho acerca del pago de los $ 60,000, en que nos
acaban~?s de ?cupar, .es ~~licable al de los $ 5,000, á quo
ascen<lw la mdemmzacwn de la explotación de 350,000
~ 68-

arrobas que aún no se había cubierto, y que lo fué cu sal á


50 ccnta:vos la arroba. ¿Qué sería ue la reuta, ue salinas si
todos los pagos que hubieran ue hacerse en ellas se efec-
tuaran siguiendo esta corruptela? ~Podría el Gobierno
vender una anoba de sal mientras hubiera un aoTa<:iauo
que la vendiera á un precio inferior al precio b oficial~

La Salina de Sesquilé producía en tiempo de la anar-


quía organizada, según las JHemorias do Hacienda, Jo
siguiente :
De1877 á 1878 ..................... $ 114,587-95
De 1878 á 1879 __ . _... __ .. __ .. __ . __ .. 93,080-30
De 1870 á 1880 __ .. ___ . __ ...... _.. __ _ 92,958 --

S mua en tres afios .... _.... ____ . -$ 300,626-25


ó sean $ 100,208, por término medio anual.
En 1881 fué sacado á licitación el contrato de elabora-
ción de sal en la salina de que nos ocupamos, y en 1882 se
adjutlicó al señor Ricardo Saravia.
En este contrato so estipuló que el Gobierno ]JOdía
pedir á Sn,ravia, y éste debía suministrar mensualmente,
ba;;;ta la cantidad de 125,000 quilos de sal compactada,
40,000 de grano de cal<lero y 30,000 de vijua. El Gobierno
debía pagar á Saravia 18 centavos de peso por la elabora-
ción ue cada, 12~ quilos do sal compactada; 14 centavos por
la misma cantidad de grano de caldero, y cinco centavos
por la explotación do la misma cantidad <le vijua, de buena
ó mala. calidad, ~· á que la rescisión se haría conforme á las
leyes comunes. Al terminarse el contrato (art.ículo 33) de-
bían quedar de propiedacl de la N ación, !J sin 1·emnueraciún
ele ninguna clase, la mina do carbón de " Oba.leche" y los
siguientes elementos de elaboración : el terreno de la salina,
la fábrica de elaboración, los calderos, las enramadas, los
lwrnos, las casas, etc. Para responder del cumplimiento de
las estipulaciones de este contrato, Saravia daba una fianza
do $ 10,000, en vales de rentas sobre el Tesoro, teniendo
derecho á cortar los cupones cada seis meses.
Es do advertirse que los elementos mencionados arri-
ba, y que á la terminación del conb·ato debían quedar de
propiedad de la N ación, oran los mismos que el señor
-70-

sión del contrato para disponer así de la sa1ina en la for-


ma en que luégo Teremos: y qu los cesionarios d~l señor
Saravia eran acreedores á una conducta mejor por parte
del Gobierno, puesto que fueron ellos quienes pusieron la
Salina en el estado de producción en que hoy se encuentra.
Oon pena debernos confesar que el señor Saravia fué
poco avisado al celebrar este contrato, y que ni él ni sus
socios tuvieron temor alguno en negociar con un Gobierno
que para. ello empezaba por violar el Código Fiscal y la ley
4.6 de 18 de Agosto de 1882, que terminante y explícita-
mente prohibían, y prohíben, la celebración de eontratos
sobre elaboración de sal, como ya lo hemos hecho notar en
varias ocasiones.
Dicho lo anterior, parece innecesario ·repetir que los
contratiRtas se vieron obligados á pedir la lC.s..;bíón del
contrato, de acuerdo con la ley 97 de 1888 (14 de N oviem-
bre ), que era lo que el Gobierno se proponía y en previsión
de lo cual se había preparado con Ja expedición de dicha
ley.
Ahora vamos á yer para qué procuraba el Gobierno la
¡·e~cislón del contrato.
En el JJiario Oficial número 8,365, de 13 de J\iarzo de
·1891, es decir, cinco meFJes después de la rescisión del con-
tr::~to s~F')Vl'\ s~>li 'itad!1 por el señor Juan ~1anuel Herre-
ra corno Gerente 11e la Compañía, hallamos el siguiente :

"Cü:-{TRATO DE CONSERYACIÓN Y EXPLOTACIÓN DE LA SALI-


NA DE SESQUILÉ."

" liiinistm·io de Haoienda.-Secoión 3 ... Ranw ele Salinas.


Bogotá, ~fcw::o 11 de 1891.

'' Siendo indispensable conservar en buen estado la


Salina de Sesquilé, tanto para salvar las fuertes cantidade~
que el Gobierno ha invertido en ella, como para atender a
los partieulares que d.e allí se proveen de sal; no pudien~o
celebrar el Gobierno un contrato de elaboración, ¡mesto
que el último de esa especie tu\o qne rescindirse (no por
respeto á la ley 46 y al Oódigo Fiscal) ; no ,siendo t~mpoco
el caso d.e dar un ensanche considerable a esa Salma (no
más que de 20,000 0J de sal) como que las inmelliatas ~e
Nemocón y Zipaquirá. se hallan convenientemente orgam-
-71-
zadas y es en ellas más fácil y por lo mismo menos costosa
la explotación; debiendo elegirse un~ persona comp~~ente
para dirigir los trabajos de conserv~món 1 explo~acwn de
la Salina de que se trata, y ]lCtb~endo s~do el seno1·. ~:N.
quien puso la Salina en el buen estado en que s~ r~c~bw de
la Compañía que la estuvo explotando hasta prmmpws del
año pasado, el Gobierno, en uso de las facultades que le
confiere el artículo 1538 del Código Fiscal (¡ !) inciso 4.?,
resuelve celebrar col;). el expresado señor N. N. el contrato
que en seguida se halla."
--· .. ---·------------·-···· ......... --------·-------·----
".Artír.nlo 3. 0 N. N. tiene derecho á extraer de la
mina annalmente doscientas cincuenta mil arrobas de sal
gema, quedando obligaclo para cornpleta'l· esta cant·irlacl á
toma¡· tocla la .r;;al gema que produzcan los tal<ulros, cual-
quiera que sea su. clase; pm o sí poclrá elabora'/· la que el
público no le compre."
"Art. 4. 0 N. N. qnecla Qbligado á ofrecer al público en
venta,, á un precio que no exoeda del o:ficiaJ, VEINTE Mil¡
ARIWTIAS de sal gema, POR LO ::M:ENOS, en cada mes."
·------------------- ~-----···- . ------------·--·-····
"Art. 6': Por el derecho de tomar anualmente las
250,000 arrobas, N. N. pagará al Gobierno, en la Tesorería
genera <le ht República, la cantidad de $ 12,900 por tri-
ruestrc:S vencil1os, en moneda legal, ó sean $ 51,600
anuales."
En tiempo de la anarquía organizada, con los socavo-
nes cegados, y con los gastos de compra del carbón, por-
que entonces no había la mina de "Chaleche," el producto
a~nml. de la Salina de Sesqnilé era, según he-
mos visto, de -- - ~ ~ _____________ . _~ _. ___ . $ 100,208 .••
y hoy, con prácticas más puras, y en plena
fuerza de la candidatura del señor Caro, sólo
produce----·-·--·---·------------------- 51,600
---·---
, J?iferencia á cargo de la pureza de las
practicas .. __ . ___ ~ _. _... __ , ___ .. ______ ~ . _$ 48,608 •••
anuale::~, ó sean $ 243, 040 en los cinco años de la duración
del contrato.
. N o ~s-nuestra in te lC~(~n entrar á examinar cuál puede
ser elmmtmnm ele las utllldades del señor N. N. tan sólo
por curiosi<hul, sino porque dichas utilidaues se basan, en.
-72-

parte, en In, ·dolación de un decretl) que no ha. sido dcron·a-


do, por el cual se prohíbe dar en arrendamiento los üt iles
de eln.l>oración ( Düwio Oficial número 6,7GD). En efecto,
según el contrato, el señor N. N. tiene derecho á elaborar
la sal vijnn. que no se venda durante el mes, y como es de
suponer~e que la sal que se ofrezca ahora al consumo sea
igual á la que la Compañía representada por d , efior Juan
l\fanud Herrera no veudía, el señor N. :N. se verá obligado
en -virtud del contrato á compactar, por lo menos, 15,000
anohas de Ral en cada mes, que son el prodnti<lo de las
20,000 arrobas de sal vijua; y como también por el contra-
to el señor N. N. está obligado ú no "Vender la sal á un pre-
cio mayor <Jne el precio oficial, es claro que el mínim'-llll
de lo c1ue puede recibir dicho sefior por su trabajo en cada
D1CS Serán $ 15,000, es decir, $ 180,000 anuales, Ó $ 000,000
en lo~ 5 afios (mínim·um).
Estos resultados de nuestros ~studios nos hau sugerido
Ja idea de que el Gobierno ha debido ser un poco nui,, es-
crupulot->o y delicado al celebrar este contrato, y no pres-
cindir de la Iici tación que preYiene la Ie_v, porque en los
lllomento~ en c¡ne á alguno de los muy allegados á la perso-
na del :K ·tcl('utísimo señor Presidente Re le insinúan car-
gos <le cierto género, relacionado¡;; t:nubién con el negocia-
do de Ralinas, la delicadeza aconsejaba (ya que la ley no es
nteuclitLt) proceder de otra manera, y no Re le oculblba á
él que hay casos <:-n que no basta ser honraclo sino que es
preciso parecerlo.
El Correo 1Yácional ele ~ ele Abril hizo una exposición
de los puntos principalcR del contrato, y anotó alguna::; ele
las contra,cnciones á las di¡;;posiciones lcg<llcs en que incu-
l'l'i6 el Gobierno al celebrarlo. Llamamos Ja. atención del
lector al CmTeo citndo, no sin afirmar antes que lo aseYe-
ra<lo por él, aeerca del mal estado de los Aocanmes de dicha
Salina, no es cierto, y que fué mal informado. Los socavo-
nes Cl't.1n en muy buen estado, y así lo reconoce eT Gobier-
no en la introducción al contrato.
'Para conclnír, l1aremos notar algunas irregularidades
qtic sería imperdonable pasar por alto:.. ~ , .
Por el articulo 12 del contrato, N. N. pocha disponer
de toda In sal gema y compactada que hubiera en la Salina
al JHtccrRe cargo ele e'Ua, y debe devolYer iguales ~ant.idad~s
y clases á la terminación del contrato. Esto quwrc decir
-73-
que el Gobierno da ,~ N. N. en -préstamo por 5 años ~u~ ca-
¡1ital igual al valor de las existencias en ::;al n,l r~c.1lnr la
rui ma. }~ ,· ta existencia, ~cgún los documentos oficmlcs era
de 200,000 ((() * de sal vijua, cnyo precio oftcial es de 50
centavos la arroba, ó sean $ 100,000. Estos $ 100,000 son
los que debe devolver en sal el señor N. N. :.í la termina-
ción del contrato, v e ta sal la torna el seüor N. N. de la
mi~nw mina del Golnerno con el pequeño costo de la ex-
plotación; y este costo es sabido que no pasa de un centavo
110r arroba; de modo, puesj que con $ 2,000 podrá el señor
N. N. devolver las 200,000 ((() de sal. Podrím lOS hacer una
demol':li ración igual respecto á la sal cmnpact. da, si fnera
cierio lo que se afirma de que la existencia de ésta e1·a de
50,000 @, pero no hay constancia oficial. En resumen: la
ley proh íhe terminantemente hacer' contratos garantizados
con prima de ninguna c]ase, y el Gobierno para no incu-
nir en fulb por e:;ta causa, le dió la prima al contra ti .. ta,
quien en cambio de esta prima y de las 20,000 ((}) que pue-
do e:draer mensualmente, da al Gobierno la suma de
$ 51,000 :muales qne pagará por trimestres ·nmcidos, es
detir, (1nc kmí el primer pago cuando ya estén en su po-
der 2GO,OOO arrobas de sal vij na, ó su valor en (linero, más
el de la compactada en tres meses.
(De El Relator número 537).

ALGO 1\IAS SOBRE OHAMEZA


Señor Director

Con el título de Las .1lliJws de sal trae La P1·cnsa en su


numero
,
•.~-i,
¡-
nn ar t'1ctllo en que el señor Julio Liévano
' se
propone demostrar que nuestros anteriores (''Crit,,~ ~Sobre
las sal!nas ~~tán equivocados. Es muy loable la conducta
del ~cnor L10vnno al proponerse dcs"Vtmccer los car~o:-; que
hemo:o; f~npmlado contra la Regeneración, y no'oÜ'oR mis-
~abnamos palmas en honor suyo si ll cgara á de u t ~ 1

" Sn Sciíoría el Ministro dice IJ.UO son 3501000.


- 74:-

<lOmo pretende haberlo hecho, que nosotros estamos solem-


nemente equiYocndos, pues en nuestros trabajos no nos ha
guiado otra pasión que la del patriotismo. Al médico que
nos dice que la herida no es grave, quisiéramos, á veces,
abrazarle. ~fas no soltaremos la pluma mientras no aclare-
mos quién tiene la razón, y esto es lo que vamos á ver. En
esto, corno en todo, la verdad no tarda en abrirse ancho pa-
so, y á este fin todos podremos llevar nuestro contingente
de 1uz, sea poco ó mucho.
Lejos de sentirnos desagradados porque el señor Liéva-
no baya tomado la palabra, declaramos que esto ha sido un
motivo de pláeerues para nosotros, pues aunque el señor Lié-
vano ha tenido que tropezar con muchas cosas graves de que
no bace siquiera mención, alcanzamos á traslucir que hay
touavía quienes :fingen cosquilleo cuando al tratar estas cues-
tiones l:l pluma parece acercarse á ciertos puntos del vesti-
do, y abandonan aquel aire de impasibilida(l de quien se con-
sidera inocente. N o ~s igualmente loable la conducta de
quienes guardan un silencio absoluto.
Dejaremos para luégo algunos apartes en que el señor
Liévano se distrae un poco del asunto principal, y nos ocu-
paremos en la falsedad de los datos en que se basan nues-
tras cuentas.
DijiiD.Ji:i q uu el -pree.io de 48 ceuta os que se pagan en
Chámeza por la compactación de cada arroba ele sal es muy
alto, y que no se había pagado antes.
Esto no es falso ; y en apoyo nuestro tenemos lo que
dice el señor Roldán en la ~femoria de Hacienda para el
Congreso de 1881, á saber :
" ___ .yo creo que si el Gobierno resolviera mejorar las
vías de comunieación que ponen á la salina de Ohámeza en
1·elación con el Departamento de Tuudama, podrÍ(t contra-
tcw la ehtuor(teión de sal en clicha salinc'fl á TREJINTA CENTA-
vos los 12rr quilog1·amos, auuque los bosques y terrenos de
donue se extrae el combustible y los demás elementos de
compa,ctar continuaran siendo de propiedad particular.''
Es evidente que el Gobierno resolvió mejorar las vías
de com nnicación, y que el gasto se ha hecho, luego era de
esperarse que se hubiera obtenido el precio de ~O centa-yo.s
en vez de subirlo á 48 · así como respecto de Chtta, adqmn-
dos los montes de " V~lderrama y Torres," juzgaba el mis-
mo señor Roldán MUY FAOIL ooNTR.A.TAI{. la sal compactada
-75-

á 28 centavo la arroba, y se está pagando ( 52, según el se-


ñor Lié vano.
Este señor alega que bs contratistas de Chita picr(l n;
pero este no es argument.o qnc .satisf~ga, P?rquc ellos pue-
den perder pot· otros mottvos. Adelllas, e~ dlCh? s?lo del se-
ñor I~iévano no es bastante á probar aqmla pen1Ida de que
habla y ni aún la misma afirmación hecha por los contra-
tistas 'sería suficiente, porque bien podrían ellos hnsear por
este medio un contrato reformatorio, como continuaciún <le
la práctica qne se siguió en Zipaquirá. .
Para mayor claridad, y saliéndonos de lo abstracto, In-
formaremos al señor Lié-vano de lo ocurrido á los contrati~­
tas de Chita, para la celebración del contrato vigente en la
actualidad.
En el Diario Oficial número 8,127 hallamos un memo-
rial elevado al Ministerio de Hacienda por los ._oflores To-
lnás Cnrrea y Francisco Calderón P., con fecha 11 de J nlio
de 1890, en el cual solicitan dichos señores que se saque
á nueva licitació~1 el contrato de elaboración de sal en la
salina de Chita y l\Iuneque, por cuanto sufrieron una equi-
vocación consistente en colocar 35 centavos en vez de 55
centavos, que era el precio que estimaban conveniente, y
esto después de haber aceptado la adjudicación del contrato
á 35 centavos.
En el mismo número del Diario Oficial, y con fecha
14 de Julio, hallamos la resolución firmada por el :1\Iiuistro
señor Paúl, por la cual mandó }JU l>licar por 15 días (esto es
ilegal) el nuevo pliego de cargos, fijando como base de
precio el de 45 centavos, por cuanto los señores Cnrrca y
Calderón ofrecieron elaborar la sal á ese precio, J señalando
el día último de Julio para la nueva licitación.
En el número 8,158 del Diario Oficial hallamo.."' el ac-
ta de la licitación que tuvo lugar el día 31 de Julio de 18UO,
Y por ella sabemos que hubo nos propuestas suscritas por
lo~ ~c~m·cs Crisóstomo Villarrcal, la una, al precio de 449
nulesmws, y la otra, al precio de 45 centasos, por el señor
Pedro A. González H.; que aLiertas la:'! pujas r repujas
v.erbales. tom_aron parte en ellas, como proponentes ante-
riores, los senorcs Cnrrca y Calderón P., y qne el contr~ to
fué adj~dicado á estos últimos por haLer ·reLajado su ¡n-o-
¡mesta a 41 ccntavuR, no obstante la opinión del Reñor Hol-
uán acerca de la facilidad para contratar á 30 centa;os.
- 76-

El señor Liévano asevera que á los actuales contratis-


tas se les pagan 52 cm:tavos por la compactación de cada.
arrobn de sal. Ri esto es cierto, es un nuevo cargo á quien
sea responsable de haberles mejorado el contr: to, sin me-
diar una nue\a licitación; y si no es derto, tenemos qne su-
poner que es uno de los artificios de retórica de que se :-;irve
el sefíor Lié-rano para 1n·ob:11' la falsedad de nuestros cál-
culos.
Ahora nos fuerza el señor Liévano á hacer notar una
irrregularidad contraria á la ley en la resolución del Mi-
nistro, por cuanto para prevenir las equi"Vocaciones es 11ara
Jo que se exige la fianza, y ésta no surtió efectos en el pre-
sente caso. Véase e] artículo 1,537 del Ctídigo Fiscal que
prohíbe re:.uljudicaciones como la <.lel contrato en cne~tión.
Si los señores OntTea y Calderón P., cstl\n perdie11do en
el contrato de compactaciún al precio de 52 centavos, bien
pueden alegar una segunda equivrcación, en vez de consen-
tir en que el señor Lié"Vano nos ofrezca una cesión que no
estamos clü~puestos á. aceptar por no entrar en el gremio de
los contratistas de ]a época.
Volviendo á lo ele Ohámeza, uiremos que mientras más
cara sea la sal, nwjor podemos continuar a'firm:mdo que
podría surtirse el radio de consumo de allí con sa,l llevada
de Zipaquirá, donde cuesta á, 5 centavos, y con tanto ma-
yor raz(m cuanto ha habido épocas en que las ventas han
sido nulas en Olu1meza y ha sido necesario enviar fondos
para continuar ]a elaboración.
Por consideraciones á nuestros lectores, prescindimos
de entrar aquí en pormenores acerca del costo de elabora-
ción de cada arroba ele sal en Ohámeza, y probar así la I'a-
z(m con que el señor Rohlán afirmaba que se podrí:.t obte-
ner al precio do 30 centavos, dejándole al contratista utili-
dades remuneradoras del capital invertido en la empresa,
pues no debemos creer que esta afirmación fuera hija tan
sólo del interés por la mejont de los caminos, que, dicho
sea de paso, creemos que en todo tiempo .Yerán lle propiedad
de la '}{Hción .
En la cuenta de Jo gastado en los caminos ele Cbámeza
figura como primera 11arti<la la suma de $ 20,883; Y .I·~s­
pecto de ella dice el sefíor Liévano en su informe al Mnns-
terio de Hacienda lo que sigue:
" El costo total de la obra ejecutada, indusive todas
,.."T
- 11-

las obras de arte y las reparaciones _que en cada ,Yer~uo }~a


habido necesidad de hacerle al camu1o, alcanza a $ ... 0,!::>~.:>,
los cuales se reparten así :
" E u los 10 primeros quilómetros de Pue-
blo-Viejo
r
para Oh'un~cza.--.:-.:.---.:--- $ 2,382 95
'¡En los 19 quilometros s1gmentes, mclu-
siYe obra. de arte.- ... - _.--- ... - ---- - --- - - 9,091 55
"Y culos <luince últimos quilómetros 820
metros_ ___________________ ______________ 9,408 50

' 1 Total. ____ .•. ____ $ 20,883 --"


-----
Ahora dice el señor Liévano lllle de esta suma sólo
dió el Gobierno $ 5,271-10, y que nosotros nos e<luivocá-
mos en $ 15,601-90.
Tenemos á la vista la nota número 51, de 10 de
Abril lle 18:::58, en que el señor Administrador de la salina
de CL.ámeza a\isa al Elaborador-Contra~ta que habién-
dose agotado los $ 10,000 que el Gobierno anticipó para la
obra del camino entre Pueblo-Viejo y Chámeza, se sirva
suministrar fondos en cmnplimiento de la 2~ parte del artícu-
lo 9. 0 del contrato de elaboración.
Conforme a1 artículo 9. o el contratista se obligó á de-
,jar cuatr0 centavos de 11eso por cada 12~ quilos ue sal que
compactara durante la vigencia del contrato; pero según el
artículo 10, el contratista no podía cobrar los 44 centavos
sino solamente en el caso de que el Gobierno dejara do dar
los $ 10,000; de modo que los cuatro centavos destinados
para el camino, aunque pasaban por la mano uel contratis-
ta, eran dados por el Gobierno, y esto no en uno ó dos años,
sino durante la vigencia del contrato. Así, pues, hay error
al creer que los cuatro centavos salían del propio peculio
del contratista.
.El contratista de Chá.meza so obligó á suministrar la
suma que faltara para concluír el camino, en el caso do que
éste costara más de los $ 10,000 que el Gobierno anticipa-
ba, y esto mismo lo dijimos nosotros oportunamente; pero
es claro que osa suma no la daba el contratista sino en su
ca1·ácter de tal, y que en caml.Jio recibía el Gobierno ciertas
concesiones. Por tanto, io que el contratista pagó no salió
de su peculio, como dice el sefior Liévano porque el Go-
him·no He lo remuneró en alguna forma. 'son muchos lo~
-78-

contratos en que los contratistas se obligan á hacer obras


que quedan luégo de propiedad del Gobierno, y estas obras
las bacon en cambio de las utilidades que el mismo Gobier-
no les deja en el negocio.
Respecto á la partida de $ 8,000, dice el señor Liéva-
no que nos equivocámos también, por cuanto en Noviemb1·e
de 1890 solamente había recibido $ 4,000, y que de ese mes
para acá ha recibido$ 3,000. Qnizás pronto reciba los $1,000
que le faltan, y entonees desaparecerá. nuestro error. Podía
el señor Lié vano haber "Vendülo las órdenes de pago hacien-
do una pérdida, ó dejar de cobrar cuando tenía derecho
para hacerlo, y no 1Jor eso habíamos dejado de decir verdad.
Dice el señor Liévano que las partidas de $ ü,OOO y
$ 5,000 estaban sin tocar cuando nosotros dijimos que esta-
ban gastadas, como si de ello pudiera deducirse que no se
gastaron después, ó no se gastaran más tarde; pero como
no afirma que prescindirá en absolnto de ellas, valen en la
cuenta que hicim .
Respecto á la partida de $ 1,600, dice el señor Liéva-
no que la deja pasar en gracia de discusión. Esa partida
nos la. <.len unció el Visitador :fiscal de las salinas de Cnndi-
namarca y Boyacá, y proviene de otro contrato.
Queda, pues, la cuenta como la hicimos, y recuérdese
que para evitar glosas como las hechas por el señor Liéva-
no fué por lo que citamos el documento, el libro y la página.
En cnnnto á. gracias de cliscnsión, no nos quedamos
atrás del señor Liévano, puesto que no tuvimos inconve-
niente en dejar •le agregar á la cuenta la partida á que tla
lugar la siguiente estipulación del contrato de 4 de 1\iarzo
de 1881:
"El Gobierno destinará la suma de 2! centavos por
cada 12~ quilas de sal que se -venda, para la composición
del camino que conduce de la salina á Pueblo-Viejo.''
Ignalmente dejamos de poner en cuenta la partida
corre~ponuiente á esta otra estipulación del contrato de 4
de Septiembre de 1890, celebrado con el señor Liévano:
" Será de cargo del señor Liévano conservar en bnen
estado de servicio el camino nztevo que se lwlla en constr~w­
ción entre Chámeza y Pueblo-Viejo. Al efecto, el Adminis-
tlador de la salina de Chámeza suministrará al elaborador
mil pesos mensuales para que haga las reparaciones."
Dejaremos para después lo relativo al contrato de Ses-
-79-

quilé y el aumento de precios en Zipaquirá; pero ~o con-


cluiremos sin hacer notar algunas cosas en el escnto del
señor Liévano; y sea una de ellas l.a confesión que bac~ de
que Jzemos hericlo certerarnente, baCiend~ creer que los tll'os
han sido disparados inocentemente al all'e; sea la segunda
la declaración de qne es ilícito paTa todo hombre honrado
celebrar contratos en oposición á las leyes vigentes; sea la
tercera la omisión absoluta que en su estudio hizo de mu-
chas cosas más guwes que las que ha examinado? y s~a la
cuarta la advertencia que hace de que en estas d1scns10nes
es bueno mostrar las equivocaciones para que se vea así có-
mo todos, por una ú otra razón, podemos incurrir en erro-
res y alterar la verdad.
(El Relntor, número 557.)


ALGO ~IAS SOBRE LAS SALINAS

DE SESQUILÉ Y ZIP.A.QUIRÁ

S(>nore'l Redactores .

Creemos haber dejado fuera de discusión nuestras ase-


veraciones sobre los contratos de Chámeza, que intentó re-
batir el señor Julio Liévano. Tócanos ahora hablar por se-
gunda vez del <'ontrato de Sesquilé, y algo de los de Zipa-
quirá, porque en ellos se ha ocupado también dicho señor.
Dice el señor Liévano que el contrato de la salina de
Sesquilé, "despojado de artificios oratorios," es este:
"El Gobierno da á D. Ustio, v. gr., 250,000 arrobas
de sal, con la obligación de venderlas al público á 40 centa-
vos, que es el precio fijado á cacla una; es decir, le da en
sal $100,000; p. Ustio, en cambio, debe pagarle al Gobier-
no $ 51,600 ; hene que pagar la extracción de toda esa sal
que s~p?niéndola ~ 2! centavo~ por arroba, precio barato e~
Ses.qmle, alca~za a $ 6,250 ; tiene que mantener, á su costa
y nesgo, la salma y la carbonera en buen estado, refeccio-
-80 ·-
nar edificios y construír otros; pagar toda. clase de emplea-
dos para cumplir estos compromisos, y, en fin, una serie de
gastos imprevistos, de cuyo mayor ó menor valor <.lepenue
la ntilidad ó p érclidct que haga. Ahora, suponientlo que to~
do esto pueun. hacerlo con menos oe $ 24,000 anuales, re-
sulta que por los $100,000 que recibe, paga$ 80,000, y que
por su tral1ajo, riesgos etc., le produce una utilidad, y yá se-
ría buena de $ 20,0000 anuales, que es inferior en$ 160,000
á la que el articulista calcula. Este error, como se ve aleguas,
sí es más grande que cuanto gr::mde se le ha. ocurrido á SAL
Ustio y podría bien evitarnos el trabajo de seguir allelante."
Con artificios oratorios ó sin ellos, conyendrá el señor
Liévano en que conforme al artículo 3. o del contrato, el
contratista "tiene derecho á extraer de la mina, anualmen-
te, doscient::ts cincuenta mil arrobas (0J 250,000) en sal ge-
ma, quedando obligado á tomar para completar esta canti-
dad toda la sal gema que produzcan los taladros, cualquie-
ra que sea su clase; pero sí podrá elaborar la que el público
no le compre. .
Por el artículo 4. o del contrato queda el contratista '' obli-
gado á ofrecer al público en venta á un precio que no exceda
del oficial, veinte mil arrobas de sal gema (reo 20,000), por
lo menos, en cada mes."
Por el artículo 6? el contratista se obliga á pagal' al
Gobierno en la Tesorería General de la República b can-
tidad de $ 12,900, por trimestres vencidos, en moneda le-
gal, ó sean $ 51,600 anuales, por el derecho de tomar
anualmente las 250,000 arrobas de sal.
Por el artículo 7. 0 el Gobierno se compromete á man-
tener en las salinas un destacamento de la fuerza pública
no menor tle 15 hombres, pa1·a que ayude á la vigilancia, y á
dar garantías al público y al contratista con sus obreros.
Por el artículo 8? el contratista se com_promcte cí lla1· ha-
bitación en los ed,ijicios ele la salinct á los empleados que el
Gobierno resuelva sostener allá (el Resguardo) para el ser-
vicio de la misma, incluyendo en estos empleados á la fuer-
za pública de que se acaba de hablar.
Según el artículo 10. o cuando el contratista necesite car ·
bón para la ftíbrica, podrá producirlo y gastarlo de las mi-
nas de '' Chalecbe."
En el artículo se estipuló flUe el contratista podía dis-
poner de toda la sal gema y compactada que hubiera en la
-81-
salina el día de hacerse cargo de ella, y que devolvería
iguales mtntidades y clases á la terminación del contrato.
En los tiempos en que la Compañía representada por
el señor Juan Manuel Herrera explotaba la salina de Ses-
quilé, la sal gema no se vendía pm-qrtw á los C01111.J1'CHlores les
pm·ecía <le mala calidad; por t~nto, era de suponerse que
de la misma calidad sería la que explotara el nuevo contra-
tista, y que éste se vería obligado á elabor~rla. Por esta ra-
zón dijimos en el número 537 de El Relator que el produc-
to de las 20,000 arrobas sería de 15,000 pesos, porque en
15,000 arrobas se convierten las 20,000 al compactarlas, y
vale $ 1 la arroba de sal de esta clase. Este es el cálculo
preciso de lo que producirá la compactación de sal al con-
tratista de Sesquilé en los meses en que no venda sal gema.
El eontratista recibirá, pues, en cambio de la sal$ 15,000
en un mes ; y si compacta en todo el año, recibirá doce ve-
ces los$ 15,000, ó sean $ 180,000, y si en los 5 años,
$ 900,000.
En el supuesto de que no se compacte sal, el cálculo
será de otro modo.
El precio de cada arroba de' sal gema de buena calidad
es de üO centavos, y como el señor Ministro de Hacienda
afi.rnu1 en la Memoria que la sal es de superior calidad, de-
bemos suponer que se vende á ese precio, y que se obtienen
$ 12,000 por valor de las 20,000 auobas mensuales, ó sean
$ 1·14,000 anuales, y$ 720,000 en los 5 años de duración
del contrato; ó es que la sal continúa de mala calidad, y,
no obstante eso, se vende ahora, y__ entonces son $ 8,000
mensuales, $ 96,000 anuales y $ 4o0,000 en los 5 años.
Como el contratista no paga sino $ 51,600 anuales ó
sean $ 4.,300 mensuales, habrá una diferencia de $ 10 700
en el primer caso, de$ 7,700 en el segundo, y de $ 3:700
en el tercero.
Es decir : diferencia, en los 5 años, entre el valor del
arrend:tmient? y el de la sal compactada, $ 64:2,000.
Diferencm entre el valor del arrendamiento y el de la
sal gema de buena calidad, en 5 años, $ 462 000.
Diferencia entre el valor del arrendami~nto y el de la
sal gema de mala calidad, en 5 años, $ 222 000.
Sin artificios de orator~~ el costo de ' explotación de
cada arro~a de sal gema 6 V~Jua es de un centavo de peso,
comprendiendo en esta cantidad todo gasto de sueldos, sa~
6
-82-
!arios etc., de suerte que la explotación de las 250,000 arro-
bas de sal gema en el año le cuesta al contratista $ 2 500
y como en los 5 años del contrato explota 1.250 000 alT~bas
de sal gema, tendrá de coste en los 5 años $ 12,5oo
Oomparando el valor de la sal gema de mala
calidad, esto es, comparando _____________ .. _. $ 222,000
Con el costo de producción, que es._._. __ . 12,500

Quedan al contratista ..... ___ .. _... . _... $ 209,500


de utilidad en la sola explotación de la sal gema de mala
calidad ; pero como debemos suponer que durante los 5
años elaborará sal de caldero y sal compactada, bueno será
que hagamos el cálculo de lo que puede ganar el contratis-
ta en cada arroba de sal de caldero que elabore.
Cuando yá se dispone de la sal vijua, al elaborar la de
caldero debemos tener en cuenta que· para cada anoba de
ésta se necesitan una y media de 2quélla, ó sean .. $ . 0,01i
Más el coste de elaboración. __· . .- . __ . _. _.. __ . 0,03

Suma, coste de producción de 1 f@ de sal de


cal de ro. _. _. . . . • .... _.......... _........... $ . O, 04~
y como el precio oficial de venta de esta sal es de 70 centa-
vos, ganará el contratista 65~ centavos en cada arroba de
sal de caldero que venda.
Si el contratista de Sesquilé llegare á elaborar sal com-
pactada, el cálculo para ésta es el siguiente :
Valor de 1~ ({j) de sal gema ••.....•....... $ .0,01!
Ooste de elaboración...................... .0,06~

Suma .... _.. ___ ...... $ . 0,08


Es decir, que con 8 centavos produce el contratista de
Sesquilé una arroba de sal compactada; y como el precio
oficial de venta es de un peso, ganará el contratista 92 cen-
tavos en cada arroba de sal compactada que venda. Este
cálculo es exagerado por cuanto el Gobierno da el combus-
tible y la locería.
El contratista no tiene gastos de Resguardo porque el
Gobierno da éste y da la fuerza pública ; no tiene gastos de
administración porque no hay más empleado que el In~pec­
tor ooHtoado por el Gobierno, v en los cálculos antenores
están comprmulidos los g:u-;tos' de elabot·ación, luego no se
nos argüirá por falta do computar gasto alguno. &En qué,
-83-
pues, pueden gastarse los $ 2.!,000 anuales que dice el se-
ñor Liévano ~
Respecto á la entrega hecha al contra~is~a de la exis-
tencia de sal en Sesqnilé, que según el Adrum1strador de las
salinas de Cundinamarca, General Ricardo Acevedo, fué
de 400 000 arrobas, y de 350,000 según el Ministro de Ha-
cienda: y 250,000 según nosotros, dice el señor Liévano lo
siguiente:
"Comenta también T:stio que el Gobierno le diera al
contratista toda la sal que existe en los almacenes de Ses-
qnilé, con la sola obligación de devolvérsela al terminar el
contrato. Esta concesión, tal como se la juzga hoy, puede
en realidad ser ventajosa para el contratista, y ojalá lo sea;
pero no hay que olvidar que el estado de la salina de Ses-
quilé ofrece mil peligros de explotación, y que bien puede
el contratista perder, s1 por un accidente cnalquiera los so-
ca-vones e ciegan ó se inundan y queda en la imposibilidad
de cumplir sus compromiso::;. Esto sucede cada día: ahora
mismo -vemos que en la salina de Chita ha bajado la produc-
ción de sal, con gran pmjuicio para los contratistas, á la
mitad de la que se obtenía antes, porque se ha dañado su
mejor fuente ; y que en la de Pajarito los socavones se inun-
daron, impidiendo por completo la extracción de sal vijua."
Como' que al escribir lo anterior el señor Liévano pasó
al campo de lo jocoso, pues en serio no se comprende que
haga semejante defensa de este punto del contrato. Si el
Gobierno lo hubiera sacado á licitación, de seguro que no
se habría visto en el caso de preca-ver a.l contratista contra
pérdida alguna por caso fortuito.
La ley requiere que los contratos de salinas se saquen á
licitación ; ''pero-dice el señor Liévano-también dispone
que cuando se requiera en algún contratista especial compe-
tencia, puede prcscindirse de tal formalidad." A esto nos
basta contestar con las palabras de El Go'rreo Nacional
cuando comentó el contrato : '
" Dicho contrato aparece celebrado con carácter de
privado, es decir, sin previa licitación pública, en virtud de
la facultad-según reza el mismo documento-conferida al
Gobierno por el artícul 1,538. inciso 4? del Códiao Fiscal.
" Verificando la cita .del Código Fiscal encontramos:
' Art. 1538. Entiéndese por contrato priYado el que no

-84-

está sometiuo á adjudicación pública al mejor postor. Pue-


de contratarse privadamente :
_________ ....... ------·----- ---· ----- ------------- ............. ..

. , 'Inciso. 4. o ~,ara las obras ú obj~tos, de arte ó preci-


swn, cuya eJecucion no puede darse smo a artistas aproba-
dos ó á ciertos profesores.'
" Leyendo con atención el texto del contrato, no he-
mos hallauo en él nada que para su ejecución requiera la
intervención de artistas rtprobaclos ó de ciertos p1·ofesores.
Se trata simplemente de la explotación de una salina, por
los métodos ó procedimientos de todos aq1ú conocidoe. No
entendemos por qué no se sacó, pues, á pública licitación
este contrato, como lo previene terminantemente el Código
Fiscal, ni mucho menos hemos atinado con la pertinencia
de la cita hecha en él y que dejamos trascrita."
Oreemos haber dejado nuestras aseveraciones en el
mismo, si no en mejor pie que en nuestro artículo en que se
ocupa el señor Liévano; y aquí terminaríamos si no tro¡1e-
záramos con el siguiente páuafo del mismo :
" Dice el escritor que el precio de la sal vijua en Zi-
paquirá se aumenta por especie de manía aumentadora uel
Ministro Doctor Roldán, y sin que para ello hubiera habi-
do razón que alegar, de 3~ á 8~ centavos; es decir, que se
le regalaron al contratista 5 centavos por arroba en toda la
sal que dió á la venta. Pues bien: esto no es exacto, y en-
Yuelve un error tanto más grave cuanto que aquellos cen-
tavos valdrían una e.norme suma."
En los dos primeros contratos celebrados con el señor
Jorge H olguín, fechas 27 de Noviembre de 1878 y 11 de
Septiembre de 1879, se estipuló el precio de 3-! centavos
por cada 12~ quilos de sal vijua.
De acuerdo con el tercer contrato de 27 de Mayo de
1880, se le pagaban al señor Holguín G centavos por cada
12~ quilos de sal vijua.
- El cuarto contrato tiene fecha 19 de Julio de 1><81, y
de acuerdo con él se le pagaban 7 centavos por cada 12!
quilos de sal vijua. .
En 4 de Enero de 1882 se celebró el quinto contrato
con el señor Holguín, y en él se elevó á 8~ centavos el pre-
cio de cada 12~ quilos de sal vijua, que Juró hasta 1890.
Queda comprobado que sí hubo ~manía de aumen-
-85-
tarle los precios al señor Holgnín, y que el aumento fué de
3~ á 8~ centavos , .
En El Relatm· numero 499, de 6 de Noviembre ele 1890,
hicimos la historia clara del modo como se fueron verifican-
do estos contratos, y parece que el señor Liévano _no ha leí-
do lo que allí dijimos, 6 que si lo leyó lo ha ol VIdaclo por
completo.
Verificada la cita del artículo 49 de la Ley 46 de 1881,
hallamos que no contiene la autorización de que habla el
señor Liévano para aumentar los precios.
Por el dicho artículo 49 se autoriza al Poder Ejecutivo
para reformar los contratos vigentes sobre explotacign y
elaboración de sales, pero es en el sentido de allanar los
inconvenientes que tales contratos opongan al planteamien-
to inmediato de la libre elaboración. En esta disposición
no estaba comprendido el contrato con el señor Holguín,
por cuanto en el artículo 34 de éste se estipuló que en caso
de establecerse la libre elaboraci6n caducaría el contratp.
üomo la Ley 60 de 1880 es aprobatoria del contrato, es cla-
1'0 que éste debía haber caducado, y el artículo 4. o no se en-
tendía si11o respecto de los contratos que quedaban vigentes.
Queda, pues, probado que quien ha incurrido en erro-
res es el seüor Liévano, á quien disculpamos por lo que nos
dice de haber vivido en apartadas montañas.
Y yá que tan patrióticamente se presenta el señor Lié-
vano á defender los manejos de las salinas, esperamos se sir·
va tomar nota de lo siguiente, en calidad de consulta :
Según el contrato de Sesquilé, el señor N. N. no tiene
derecho á elaborar más .sal que la que el público no le com-
pl·e en estado de vijua. Seg{m el señor Liévano, hoy se ven-
den todas las 20,000 arrobas que se explotan, y se vendería
~ás si el Gobierno autorizara la venta. i Oómo puede el se-
nor N. N. elaborar sal ele caldero como sabemos que ha es-
tado haciéndolo?
Dice el señor Liévano que ex~minanclo el contrato de
Sesquilé, con prescindencia de todo lo que no sea el contra-
to mismo, se verá que allí, como en Chámcza " no es el
león como lo ¡)intan." '
Llamamos 1a atención del señor Liévano al hecho de
no haber prete~dido nosotros hacer pintura de león alguno.
He~?s hecho ,simplemente una exposición de los contratos,
refiriendonos a todos los documentos que con ellos se rozan,
-86-

aunque al señor Rico le parezca que no es así. En el caso


do haber intentado pintar leones, habríamos acudido al si-
guiente pasaje de Oerva.ntes :
"Mire, señor, decía Sancho, que aquí no hay encanto
ni co~a. que lo v~lga, que yo l1e visto por entre las verjas y
1·esqmcws de la Jaula una uña de león verdadero y saco
por ella que el tal león, cuya debe ser la tal uña, e~ mayor
que una montan:;¡,.''
(El Rela.tor, número 562.)

LAS MIN.A.8 DE LA SAL


Dijimos en nuestro editorial de fecha 7 de Julio, al ha-
blar de los famosoa contratos hechos con el señor Jorge Hol-
gnín para explotación y elaboración de sales en Zipaquirá,
que <Í este señor se le aumentaron los precios hasta el punto
de parecer como una manía del señor Roldán, Secretario
de Hacienda, en la época en que se hicieron los contratos.
En ese mismo editorial hicimos otros recuerdos de lo qne
en El Relatm· se ha publicado sobre el ramo de Salinas en
el tiempo de la He~eneración, pero de ninguno de aquellos
recuerdos se ha preocupado Señoría alguna hasta la fecha;
solamente ha llamado la atención nuestro recuerdo arriba
aludido, y al ocuparse de él el señor Julio Liévano, comien-
za por aseverar lo siguiente:
" Dice el escritor que el precio do la sal vijua en Zipa-
quirá. se aumenta por especie de manía aumentadora del
Ministro Doctor Roldán, y sin que para ello hubiera habido
1·az6n que alegar, de 3~ á 8! centavos; es decir, que se le
l'Cgalarou al contratista 5 centavos por arroba en toda la sal
que dió á la venta. Pues bien, esto no es exacto, y envuelve
un error tanto más grave cuanto que aquellos centavos val-
drían una enorme suma."
Pues bien: esto sí es exacto, decimos nosotros á nues-
tro turno. Podríamos habernos equivocado en cuanto diji-
mos que la maníd, ora solamente del señor Roldán, pero no
en cuanto á la existencia de la manía.
En efecto, verificadas las citas que hace S. A. L. Us-
-87-
'TIO en lo publicado sobre este punto en los números 496 y
(99 de l!Jl Relator, nos hemos convencido de que lo dicho
por él es verdad en todas sus partes, con la so!a diferencia
de que para hacer el a~mento de 7 ·cent!l'vos a s¡ c~~tavos
el valor de la explotación de los 12¡ qullos de sal VIJUa, se
acudió al expediente de decir en el contrato de fecha 4¡ -de
Enero de 1882, que se darían al señor Holguín 2-i centavos
por el acarreo de la sal vijua que antes no había ocasiona-
do gasto alguno para el Gobierno.
Es singular que el señor Liévano se haya preocupado
con algunas de nuestr¡~.s observaciones solamente, y no ha-
ya parado la atención en otras que, tomadas como cargos,
aparejan una mayor responsabilidad al Gobierno de la Re-
generación, defendido por el señor Liévano.
Es una lástima que este Reñór haya vivido en apartadas
montañas, y que á pesar de lo se. le ocurra hacer la defen-
sa de cosas que no la tienen, en nut'stro parecer hasta ahora.
Empero, si el señor Liévano al salir de las montañas y for-
mar sn resolución de defender los contratos, hubiera pasa-
do la vista por el Oódigo Fiscal, habría tropezado con el
artículo 462, que dispone en su condición 1'!- que el precio
del arrendamiento de las salinas cubra 'pot·lo menos la can-
tidad que haya producido el remate anterior, x el seis por
éiento anual del valor de las tierras, montes, edificios y ú-
tiles de elaboración que se pongan á disposición del contra-
tista. Oon la lectura de este artículo no habría sido capaz
el señor Liévano de decir en contestación á S. A. L. UsTIO,
en el número 47 de La Prensa, explicando el contrato de
Sesqnilé, que el Gobierno da á U STIO v. g. 250,000 arrobas
de t!J&l con la obligación de venderlas al público á 4:0 cenw
V081 es decir, que le da en sal$ 100,000; y que D. US'l'IO
en oaBJ.bio debe pagarle al Gobierno $ 51,600. Esta expli-
oaoión del contrato de Sesquilé, que hace el señor Liévano,
podrá estar muy despojada de artificios oratorios, pero siem-
pre ad()lece de los artificios del contrato mismo, y es con~
ria al citado artículo del Código. Oonforme á éste el GObier-·
JJA no ile.1Jía clarle $ ~00,000 ea sal á nadie, sino en el caso
q t.eeib · oo o precio de arrendamiento el valor del ultimo
.:• •1;e. y el por ciento del valor de las t\értaa, montes,
meo y 'útiles e ata oración.
~-a~-.~I'*K» se. .el señor Liévauo en nn punto a.c•ea
se ve que b hecho estaaio, el cual s& re-
-88-
vela cuando afirma que es verdad que la ley quiere que los
contt·atos de salinas se saquen á licitación. Oon esta afirma-
ción nos prueba el señor Liévano que ka vivido en las mon-
tañas, pues saber eso y no decir nada en cuanto al cargo he-
cho por S. A. L. U STIO de no haber sacado .á licitación los-
contratos en Zipaquirá, es una inconsecuencia grande.
Pero nos vamos alejando del ptmto principal de la cues-
tión, que es ~1 del aumento de precios en Zipaquirá,.
Para probar la verdad de nuestra aseveración, veamos
contrato por contrato, así :
El de once de Septiembre de 1879, en su artículo 15
dice : " El Gobierno pagará á Jorge Holguín cada doce y
medio quilogramos (12! Qgs.) de sal compactada por el sis-
tema actual, á trece centavos de peso ($ 0,13) · cada doce y
medio quilogramos (12i Qgs.) de sal de grano de caldero y
chigua, á siete centavos de pes $ 0,07); y cada doce y me..
dio quilogramos (12! Qgs. f de sal v~ua, á tres y medio centa
'VOS de peso ($ 0.03i) .... "
El artículo 15 del contrato de 28 de Ma;yo de 1880,
. dice: "ll:l Gobierno pagará á Jorge Holguín, por las sales
que explote y elabore, los precios siguientes : quince centa-
vos de peso ($ 0.15 cs.) por cada doce y medio quilogramos
(12! Qgs.) de !!!al compactada por el t~istema actual; nueve
C}entavos de peso($ 0.09 cs.) por cada doce y medio quilo-
gramos (12! Qgs.) de sal de grano de caldero y chigna ; y
8eia centavos de peso ($ 0.06 cs.) por cada doce y medio qwi-
logramos (12! Qgs.) de '8al vijua "
El artículo 2~ del contrato de 19 de Julio de 1$81,
aicA: "El Gobierno pagará á Jorge Holguín seia cen:tavOI
e peso ($ O. 06, por cada docé y medie~ quilogrQ/fftQ8. {121- Qgs.)
& sal vijua de 6uena calidad quB erttregue para Za tumta en
la /Salina de Zipaquirá . ... " ; y el artículo 7. o del miento
contrato, dice : " En compensación de los
Holguín recibe por el cambio de sistema ;y las
Des que sufre el contrato de 28 de Mayo de l,B.BO, y, enMe~'
á los derechos que le d• el mismp-collltr;atO ..--·.,.....,
· demnice en el caSQ de estableoersé la .AJ."''..'IJII'.,'~""""IJ!i!"
8-o'b~erno pagará al mismo ,.n,OIM:Pu~,: l,llU.~IU'~
O~lJ por cada doce y me<LlO q~-iCI'.fJUiCIJj
que e wte y le sea ¡r,b(@J. • • •il&
'()ál'go ~1 de la sal
-89-
tablezcan en Zipaquirá cua.ndo rijan las disposiciones de
este contrato."
"El artículo 2? del contrato de 4: de Enero de 1882,
dice: "La cuota de un centavo de peso ($ 0.01) qne con-
forme al artículo séptimo del citado contrato de 19 de J u-
lio último, se paga á Holguín por acarreo de sal vijua y c~­
mo compensación de pmjuicios, se aumental'á á dos y nwclw
centtwos ele ]Jeso ($ 0.02~) por todo el tiempo que rija en las
salinas de Cnndinamarca el sistema de libre elaboración á
que se refieren los Decretos ejecutivos de 20 de Julio y 28
de Noviembre del presente año, y mientras las ventas de
sal vijua no excedan de ochenta mil al'l'obas mensuales
(@ 80,000), pues en este caso la cuota será la misma que
hoy existe, 6 sea un centavo de peso ($ 0.01 ). Para mayor
claridad se estipula que el Gobierno pagará á J o1·ge Hol-
guín, 6 á quien sus derechos represente, por acal'l'eo y com-
pensación de perjuicios clos y rneclio centavos de tJeso ($ 0.02H
por cadctt doce y rnedio q_ttilogutmos (12! Qgs.) ele toda sal vi-
ju{(¡ que entregue y le sea recibida para la venta en la Sali-
na de Zipaquirá. siemp1·e que las ventas de esa clase de sal
no excedan de ochenta mil arrobas men~uales (@ 80,000);
y an centavo de peso ($ 0.01) el mes ó los meses en que las
ventas pasen ele esa cifra."
RESUMEN:
Precio del contrato de 11 de Septiembre de 1879 $ 0.03i
Id. del id. de 28 de J\Iayo de 1~80. _____ .. __ . 0.06
Id. del id. de 19 de Julio de 1881.. ___ . ___ . 0.06
Aumento en el mismo. ______________ . __ .__ 0.01
Precio del contrato de 4 de Enero de 1882. _.. 0.06
Aumento en el mismo __ .. __ .... __ •. ___ . ____ 0.02!
ó sean 3~ centavos en el primero; 6, en el segundo; 6, en el
tercero, y 1 de aumento, 7 ; y 6 en el cuarto, y 2! de au-
mento, 81.
Dos ~de estos contratos están fi.1·mados por el señor Rol-
dán, y son los dos últimos.
Para concluír, nos ocurre hace1· notar que el señor Lié-
vano tampoco ha tomado nota de nuestras aseveraciones
acm·ca de las enormes pérdidas hechas por (}1 Tesoro á cau-
sa de estos cont1·atos, y podTíamos citarle otras graves en
que no se ha fijado, pero no queremos cansar al lector.
(Diario de Oundinarnarca, número 3565.)
-90-

ÜONTRATOS SOBI~E ELABORACIÓN DE SA.LES.-Dice el


señor Luis Carlos Rico en La Prensa del martes. 22 de
Septiembre, que no cree conveniente continuar la discusión
que sobre este punto le promovió El Relator; que refutar
el artículo de 17 de Septiembre sería obra de simples rec-
tificaciones, pero que no sigue á S. A. L. U STIO en sus na-
rraciones bizantinas, porque se harían interminables, y que
con lo que ha dicho basta y sobra para su completa justifi-
cación.
Nosotros entendimos que no era El Relator quien ha-
bía promovido discusión al señor Rico, y que era éste quien
se había precipitado sobre S. A. L. U sTio con todo el uni-
forme y las armas ile parada, y por lo que vemos, cuando
fué tiempo de sacar la espaila, se encontró el señor Rico
con solo :Ios (Jorreajes, y resolvió, por tanto, retirarse del
campo.
Es raro que así se proceda en un asunto respecto del
cual bastarían simples rectificaciones para refutar los cálcu-
los de S. A. L. UsTio en asunto tan importante, hechos
con datos que, errados ó no, hacen pesar una gran respon-
sabilidad sobre Ja Regeneración, de la cual es miembro
activo el señor Rico .
.Ahora, venga el diccionario :
H BrzANTrNo.-Epíteto dado á un orden (Arq.) derivado

del griego que desapareció antes de tener un carácter es-


table."
Según esto, lo que ha resultado bizantino no son las
narraciones ile S. A. L. U sTro, sino la discusión entablada
y sostenida por el señor Rico.

(Diario de Ottndinamarca uúmero 3576.)

A " LA PRENSA."

" Hay un decreto que concede libertad ilimitada para


denunciar los abusos que puedan cometerse en el manejo
do los fondos públicos. Ningún denuncio se ha hecho á las
autoridades ; ningún cargo concreto formula la prensa ra-
dical. Y, sin embargo, se sigue gritando ¡ RoBo 1 con tan
-91-
buen éxito, que ya desde 1889 el pobre General V élez re-
petía la cantinela radical .... "
y-
... -'~ Elefiil~~~~ ·e·s~~ -~o-~t~·~t~~ p~biiq~~~;e·. Ío·s· -~~~bres
de los contratistas ! .... "
...............................................................
. . . -'~ L~s- d~~~;;cias que recomienda en términos vagos,
sobre especulaciones y contratos, no tienen por objeto mo-
ralizar la administración pública, sino abrir aneba bl'echa
para el ataque y la demolición .... "
- ----- .. --- -·---
"Por lo pronto hay que meter mucho ruido con los
contratos imaginarios .... "
" La Prensa"

En W. número 9 de El Correo Nacional, correspon-


diente al12 de Septiembre de 1890, hay un artículo titula-
do Salinas, en que después de afirmar que ha habido em-
peño en rodear "estos asuntos de peligros que los hagan
apenas accesibles á un reduddo número de competidores,"
se agrega : " Tan cierto es esto, que en menos de dos años
hemos visto 1·escindir los contrato~ referentes á las Salinas
de Nemocón, Tausa, Se~quilé, Chita y Ooello, con no pe-
queño gravamen para el Tesoro. La rescisión del de Ses-
quilé costó cerca de $ 120,000, si se atiende á que la sal
que en pago obtuvieron los contratistas á 40 centavos~ la
han vendido á $ 0,60 ; y la de Ohita, $ 130,000 en moneda
legal, y $ 70,000 en especie."
Ya comprenderá el lector que vamos á ocuparnos en
un asunto promovido por El Correo Nacional, y acerca del
cual no hay más luz para el público que la poquísima que
suministra el mismo Gorreo, con el hecho de haberse ex-
presado como lo hizo en los renglones copiados, y guardar
e~ seguida un silencio socarrón, no obstante las diversas
mtas y retos que se le han hecho con el objeto de obtener
una explicación del fundamento que tuvo para aseverar
una cosa que aparece hasta hoy hecha sin la existencia de
docume11to alguno que la respalde. En efecto, no se sabe
hasta hoy en qué se apoyó el Gobierno para dar al señor
Cantini $ 70,000 en sal. De los contratos celebrados con él
que corre~ publicad?s, no se desprende la obligauión e~
que e8tuv1era el Gob1erno para hacer al señor Cantini la
-92-

entrega de $ 70,000 en sal, ni el derecho que á éstos tuviera


el señor Oantini. Quizá fué esta la razón que tuvo El Rela-
tor para citar repetidas veces en sus estudios ele los contra-
tos de Salinas hechos por la Regeneración, las pa.labra~
de El Oo'rreo, pues nosotros también, deseosos de saber de
dónde se había tomado aquel dato, hemos retado á El Oo-
'n·eo pa1:a ~~~e nos diga cómo pudo decir aquello. No hay,
como ya d1Jlmos, contrato alguno conocido que legalice la
entrega hecha por el Gobierno de los $ 70,000, y, sin em-
bargo, esta sal fué entregada.
Por el intencional y raro silencio que han guardado,
como ~ acuerdo, El Gorreo y el Gobierno, alcanzamos á
percibir un olo1'cillo á cosa no muy limpia, pero es preciso
todavía guardar circunspección mientras nos aseguramos
de no incurrir en error.
En el número 6661 del Diario Oficial, 28 de Abril de
1886, encontramos la relación de la entrega hecha á Oanti-
ni, en Noviembre de 1885, de la Salina con todos los ele-
mentos de explotación y elaboración, más una cantidad de
sal cuyo valor, al precio de aquel tiempo, era bastante más
ele lo _que dijo El Oo'n·eo JVaoional. En vano hemos bmmado
en los dos contratos celebrados con Oantini, de arrenda-
miento el uno y de rescisión el ptro, cláusula alguna q_ue
legalice la entrega de la sal. N o se halla publicado, que se-
pamos, contrato alguno por el <mal adquiera. Oantini dere-
cho á dicha entrega; pero seguimos buscando detenida-
mente antes de hacer aseveración ninguna que pudiera
pasar por temeraria, no obstante que el asunto va hacién- •
dose notar por algún olor un poco más fuerte, que nos ha-
ce barruntar ausencia de escrúpulo en quienes intervinie-
ron en él.
La casualidad nos ha puesto en posesión de ciertos •
documentos, con los cuales adquirirá el lector, como hemos
adquirido nosotros, la convicción íntima de que hubo algo
grave en este asunto, y que fué allí el principio de la ex-
plotación en grande escala de las minas de la sal. Es el
prhnero de dichos documentos una nota en que el Secreta-
rio de Guena, encargado del Despacho de Fomento, comu-
nica al Administrador de las Salinas de Chita y ~funeque
que se ha celebrado con el señor Oantini un contrato adi-
cional al de arrendamiento, en virtud del cual se debe
hacer á Oantini entrega de TODA la sal que exista en los
-93-

almacenes, y le ordena procede~· ~ dicha entrega. Es el se-


gnnclo la copia del contrato adlcional, de~ contrato de que
habla el Sooretar~o y que no ha ~~do pnbhc_a,do h,asta ho:Y !
del contrato en vutnd del cual dw el Gobierno a Cantm.I
toda la sal q1,1e existía en depósito ($ 70,000, según El Oo-
1'-reo), en cambio de la anticipación de $ 30,000 que hizo
Cantini <t cuenta de arrendamientos por seis meses, pues
aunque Jicha sal debía ser devuelta al G?bierno á la ~ermi­
nación del contrato, no hay constancia de que as1 suce-
diera.
La falta de publicación de un contrato de esta especie,
y los términos en que está concebido éste, nos dan derecho
para creer que la confección de él obedeció á prácticas pu-
ras de la Regeneración, que <lescle entonces, y aun antes de
aquello, venía propagando el vicio en la administración ele
la renta; pero este solo hecho, si no hubiera más, sería
bastante para poder afirmar, con razón, que la Regenera-
ción hiede, como dice el texto sagrado.
!.JO que dejamos dicho no es lo único que constituye
cargo concreto contra la Regeneración, por lo que hace al
manejo de la renta <le Salinas. Claramente hicimos antes
de ahora el cargo de no haber sido pagados los arrenda-
mientos de los útiles de elaboración de la Salina de Zipa-
quirá, durante los contratos eon el señor Holguín. Tanl-
hién üijimos lo mismo respecto de la Salina de Chita y del
contrato :Niauoquín, y del aumento de precto de elabora-
ción de sal en favor del señor Holguin. La prescindencia
de la licitación en la celebración de algunos contratos, es
cargo gravísimo para la Regeneración, pues no se prescin-
de de aquel mandato legal sino con el propósito de obtener
lo que de otro modo no se obtendría.
En nuestros artículos titulados La8 Minas ele la Sal
concretamos también algunos cargos que La Prensa, finge
haber olvid?'do, para volver á encararse sin rubor á pedir
que se premsen cargos.
A continuación publicamos la nota y el contrato de
que hemos hablado, contando con la garantía que envuelve
el1·eto de Lct P>·ensct, de que el Gobierno habn1 de ceñirse
al decreto que concede Ubertcul ilim~tada para tratar los
asuntos fiscales; pero antes copiaremos la parte pertinente
de dicho decreto. ·
Dice así:
-94-

" Art. 2. 0 La libertad que por el artículo 5. o del De-


creto número 151, sobre prensa, se concede ampliamente á
todos los escritores para discutir asuntos de interés público,
queda exenta de toda restricción, y el Gobierno no inter-
vendrá en ningún caso en que se trate de examinar 1a con-
ducta suya ó de sus Agentes en lo relativo á contratos y á
manejo é inversión de los caudales públicos."

''Estados Unidos de Oolombia.-Poder Ejecutivo Nacional.


Secretaría de l!Jstado del Despacho de Hacienda.-Sec-
ción ~~.-Rarno de Salinas.-Bogotá, 3 de Noviembre
de 1885.
Se!ior Administrador de las Salinas de Chita y Muneque.

En los números 6,473 y 6,503 del lJia,rio Oficial, en-


contrará usted el contrato sobre arrendamiento de esas Sa-
linas, celebrado con el señor Pedro Oantini, y las diligen-
cias de adjudicación definitiva de dicho contrato.,
Posteriormente, por un contrato adicional, Cantini ha
anticipado al Gobierno $ 30,000 á buena cuenta de los
arrendamientos en seis meses ; y éste se ha obligado á en-
tregar toda la sal que exista actualmente -en los almacenes
y en los hornos, inclusive la que esté en polvo, con las lo-
zas y leñas que tenga allá el Gobierno, comprendidas las
que haya ya entregado al Contratista de elaboración señor
Marroquín.
Debe usted, pues, proceder á verificar la entrega por
riguroso inventario, no solamente de todos los objetos de
que se acaba de hablar, sino del establecimiento y almace-
nes, todos 0on sus anexidades y elementos de elaboración,
remitiendo un ejemplar de dicho inventario á esta Se-
c¡·etaría.
Para el expendio de la sal que se entregue á Oantini,
de la que actualmente existe en esa, usted se servirá expe-
dirle las correspondientes guías.
·soy de usted atento servidor.
F. ANGULO."
-95-

''CONTRATO

por el cual se adiciona el de 14 de Septiembre último, celebraclo con el señor Pedro


Cantioi, sobre arrendamiento de las Salinas de Chita y Muneque.

Felipe Angulo, Secretario de G~m:ra, enca~·gado del


Despacho de Hacienda, y Pedro Cantm1, contratista arren-
datario de las Salinas de Uhita y Muneque, hemos celebra-
do el siguiente contrato :
Cantini da al Gobierno como anticipación y á cuenta
de los arrendamientos de dichas Salinas en seis meses, con-
tados desde que éntre en posesión de ellas, la cantidad de
treinta mil pesos ($ 30,000) que será consignada en la Te-
sorería General de la Unión el día 2 de Noviembre entran-
te, á más tardar.
Angulo dará las órdenes conducentes para que sean
entregados á Oantini, por riguroso inventario, todos los ele-
mentos de elaboración que el Gobierno tenga en las expre-
sadas Salinas, inclusive las lozas, las leñas, y la sal que
existe actualmente en los almacenes, todo lo cual se obliga
Cantini á devolver al Gobierno á la espiración <le los cinco
años uel arrendamiento en las mismas especies y calidad
en que las haya recibido.
Para que conste firmamos dos ejemplares de un tenor
en Bogotá, á 31 <le Octubre de 1885.
F. ANGULo.-Pietro Cantini.
Poder;· Ejeclttivo Nacional.-Bogotá, Octltb1·e 31 de 1885.

Aprobado,
RAFAEL NúÑEZ.

El Secretario de Guerra encargado del Despacho de


Hacienda,
F. A ngu,lo.

D? la nota prei~serta se '!iene en conocimiento de que


el Gobierno entregó a un partwular la Salina con todos los
elementos de explotaci6n y elaboración dos ~eses antes de
comenzar á regir el contrato celebradd con él. Esto hace
comprender que Cantini, autorizado por el Gobierno, ex-
-96-

plotó, elaboró y vendió sal dos meses an~es del tiempo se-
ñalado en el contrato, en cantidades consideral~les y cuando
la sal tenía el mayor precio que haya alcanzado basta hoy.
Igualmente se observa que en la nota se ordena entregar
al señor Oantini cantidades de sal que no estaban compren-
dida~ en el contrato adicional, pues en este se habla úni-
camente de la sal de los almacenes, y en la nota se ordena
entregar t:imbién la de los hornos y la que hubiera en~
polvo.
La venta de la sal existente en Ohita fué suspendida
para entregarla, según la orden, al señor Oantini, quien
continuó, en reemplazo del Gobierno, vendiéndola á $ 3 la
arroba; y aunque en el contrato se estipuló que Cantini de-
volvería aquella sal al Gobierno á la terminación del contra-
to, ~quella devolución no se ha visto, pues no ha~T constancia
de ella; pero suponiendo que sí se hubiera hecho, quedó,
con todo, en favor del señor Cantbi, la diferencia entre el
precio de la sal al tiempo de la entrega, y el de la misma
cuando fué rescindido el contrato de arrendamiento.
U na vez más hemos concretado cargos á la Regenera-
ción. Creemos que con lo dicho, La Prensa y El Cm·reo
Nacional, á pesar de su manía de habJar y hablar, habrán
de guardar el silencio que tan bien sienta cuando no se tie-
ne qué decir.
fDiario de Cundinamarca número 3586).

OTRA. VEZ LA SALINA DE OHITA

¡Cierto que se ven impresas


cosas que no están escritas !
lRIARTE.

t' Decíamos aye~:" que la Salina de Chita fué dada en


. arrendamiento al señor Cantini en 1885 por un término de
dnco años, y por la cantidad de $ 60,000 anuales ; que an-
tes de espirar el término del contrato, Oantini propuso dos
veces al Gobierno la rescisión de él, rescisión que, á haberse
etectuado entonces, le habría producido alguna, cantidad al
-97-

Tesoro Nacional ; que el Gobierno de aquel tiempo, I'egene-


rador en absoluto, no accedió á la solicitud del señor Uant~­
ni, y que en seguida ese mismo Go~ierno pr~voc6 la. I:esm-
sión para darse el gusto de indemnizar al ~enor Cantim por
valor de $ 130,000 en dinero y $ 70,000 en especie (en sal).
Decíamos igualmente que el artículo 460 del Capítulo
3. 0 (lel Cúdigo Fiscal (ARRt!NDA.UIENTO J?E LAS SALINAs),
establece <1ue pueden da1·se en arrendamiento, hasta por
cinco afios, aquellas salinas en que no se hallen montadas
la explotación y elaboración, de manera que presten facili-
dades para administrarlas, ó en que este sistema sea peiju-
dicial ó inconveniente.
Cuando el señor CantiiÚ hizo el contrato por $ 60,000
anuales, el precio oficial de la sal era de $ 5 por arroba, y
hacemos este recuerdo porque no carece de importancia an-
te lo que vamos á decir hoy.
Se trata <le examinar el contrato de arrendamiento de
las Salinas de Chita y Muneque, celebrado en 16 de Abril
del1)l'esente año, entre ell\rlinistro de Hacienda, Doctor Jo-
sé Jllauncl Goenaga G., autorizado por el Excelentísimo se-
ñor Presidente de la República, y el señor Manuel N. Ji-
ménez (costeño) en su p¡·opio nornb'i·e. Este contrato se halla
publicado en el número 8783 del Diario Oficial del 28 del
mismo mes de Abril, y debió sacarse á licitaci6n ayer, 16
dE:ll presente. ·
Las principales cláusulas del contrato mencionado son:
Que el Gobierno da las Salinas en arrendamiento á Jimé-
nez por el término de 5 años, con los edificios que para ela-
borar sal tiene allí la Nación, y los bosques adquiridos en
virtud de la rescisión celebrada el 21 de Marzo de 1889 los
denominados " de la iglesia" y los de Muneque ; que Jimé-
nez se obliga á producir mensualmente 16,000 arrobas de
sal, cuando menos, y puede aumentar la producción hasta
20,000 arrobas entre sal compactada y de grano de caldero
ó sean 16,000 de la primera y 4,000 de la segunda. '
~l ~o~ierno se compromete también á comprar de con-
tado a J 1menez al fin de cada mes, las existencias da sal
C?mpactada y de grano de caldero que .Jiménez no haya po-
dido vender.
. Jiménez pagará anualmente por precio de arrenda-
miento la cantidad de $ 164,500, tomando como base de
7
-98-

producción 192,000 arrobas anuales, ó soan 16,000 mensua-


les~ y el precio del arrenclamiento subirá en la proporción
de oO centavos por cada arroba de sal compactada cí do gra-
no de caldero que produzca además de las 16,000 indicadas
hasta completar las 2:!0,000 arrobas anuales que tiene de-
recho de elaborar.
J iménoz asegurará el cmnplim ient.o dol contrato con
una fianza hipotecaria ó prendaria por valor libre de
$ 20,000, por lo menos, y la escritura do hipoteca será otor-
gada, á más tardar cuarenta clías después de la adjudicación
definitiva del contrato.
El Gobierno tiene derecho á sostener en las salina~ los
empleados que á bien tenga para vigilar las operaciones ,¡ue
se bagan por .Timénez en uso del contrato.
Oontiene el contrato otras cláusulas que en uuestro con-
cepto no tienen algunas de ollas otro objeto que el de dis-
traer la atención del lector y abjar á éste de lo que puc1ié-
rarnos llamar el busilis del negocio, á la manera que un há-
bil prestidigitador habla y habla mientras puede soq1render
á los espectadores con el efecto de sus artimañas. En con-
secuencia, nuestro trabajo t:;e r.ontraerá á analizar el contra-
to con el objeto de hacer ver lo que á primera vista no ha-
yan alcanzado á ver quienes no tengau los conocimientos
suficientes en este ramo llo la Administración de la Hacien-
da pública.
Según lo dispuesto por el Código Fiscal en la parte ci-
tada al principio de las presentes líneas, el Gobierno puede
dar en arrendamiento aquellas salinas en que nn Be hallen
montadas la explotación y elaboración de manera que pres-
ten fa.cilidades ¡1ara administrarlas, 6 en que este sistema
sea perjudicial ó inconveniente.
Nosotros creemos que no habrá persona alguna que
convenga en el presente caso en lo de lo perjudicial ó in-
conveniente, ni en la falta de f,lcilidades para la explotación
y elaboración por el sistema de administración, con sólo sa-
ber que en Chita es poseedor el Gohioruo de todos los en-
seres, útiles y elementos necesarios para la explotación más
ventajoRa de la salina. .
Una salina para cuya. explotaci6n po~ee el Gobierno
los útiles y elemento~ suficientes para producir 20,000 arr~­
bas de sal en cada mes, no está, no puede estar comprcndi-
cla en la excepcí6n que hace el artículo yá citado del 06di-
-99-

go Fiscal. ¿Ou:íl puede ser, pues, el motivo que tenga _el G~­
bim·no para hacer el contrato que ba hecho con el senor JI-
méncz y cn:íle8 los motivos que tenga éste para creer que
puedo 'c1;n. cumplimiento al coutrato y derivar alguna uti-
lidad~
El siguiente sencillísimo cálculo prueba. basta la evi-
dencia que el señor Jirnénez no podrá dar cumplimiento
honradamente al contrato. Es así :
Como el contratista debe vender, y venderá en todo ca-
so, porque el Gobier~o le comprará, 16,000 a1:robas <.le sal
en cada mes, al preciO de $ 1la arroba, tendra una entrada
de$ 16,000, f> sean en el añ?-- _----- .. ----- -$ 192,200
y como paga por arrendam10nto ________ . ____ . l60,o 00

le quedarán ___ . _________ .. _$ . 31,500


para gastos de elaboración ; es decir, que con 16 centavos
habrá de explotar y elaborar cada arroba de sal, cosa impo-
sible porque según el mismo Gobierno, el costo de elabora·
ción de cada arroba es de 44 centavos, y así lo declar6 cuan-
do, dcspué~ de celebrado el contrato anterior con los seño-
res Currea y Calderón, consintió en aceptar, como una
equivocación, el precio de 35 centavos á que los cohtratistas
ofrecieron explotar y elaborar caua arroba de sal. Así es
que el señor Jiménez tendrá, por lo menos, una pérdida de
28 centavos por arroba, ó sean $ 44,800 en el año.
Esto en el supuesto de que solamente produzca 16,000
arrobaR mensuales, porque si produjere más, 20,000, por
ejemplo, tendrá una pérdida en cada arroba, de 28 centa-
vos más los 50 que debe aumentar al arrendamiento; es cle-
cir, 78 centa,os en cada arroba, ó sean $ 37,440 anuales,
que agregados á los $ 44,800 correspondientes á las 192,000
arrobas del cálculo anterior, dan un total de pérdida anual
de $ 82,024.
Queda demostrado que el contratista no podrá cumplir
honradamente el contrato, y por tanto tuvo razón el señor
Antonio Maria de la Parra, cuando hizo la consulta si-
guiente:
•• Senor Ministro de Hacienda.-Presente.
Señor:
Oomo proponente en la licitación para el arrendamien-
to de las salinas de Ohita y Muneque, respetuosamente su-
-100-

plico á Su Señoría se sir-va rcsoher una duda que me ocu-


rre con respecto al cumplimiento del expresado contrato,
que está actualmente en licitación de mejora. De la. resolu-
ción de S~ Señoría dependerán, probablemente, las propues-
tas de meJora que puedan presentarse, y por esta razón rue-
go á Su Señoría se sirva ordenar su publicación.
El contrato en mejora establece que el contratista "no
JJodrá 'l..'emlm· las sales á Jn"tcios nwyo1·es dlJ lo8 ofici((les,"
pero no dice si esta venta puede hacerse á un solo indivilluo,
estableciendo con esto un verdadero monopolio, 6 si es ol)li-
gaci(m cumplir su contrato de modo qne el emple~ulo del
Gobierno, llámese Administrador ó no, pueda cumplir con
lo prescrito por el inciso 4. o del artículo 472 del Código
Fiscal vigente, que en la parte pe1·tinente, y al hablar de
las obligaciones del .Administrador, dice: "Dar las órde-
nes convenientes para que ____ en los casos en que la canti-
dad de sal uisponible no sea suficiente para cubrir el pedido
de los compradores, se distribuya entre ellos equitativamen-
te, sin dar lugar á preferencias indebidas, ni á que se mo-
nopolice el artículo para revenderlo en el mismo lugar á pre-
cios exorbitantes."
La resolución de Su Señoría fijará claramente si es ó
no posible el monopolio, siquiera sea indirecto, la que ser-
virá de base segura á los licitadores en la actual adjudica-
ción del contrato.
Bogotá, .Abrilll de 1892.
Dios guarde al señor Ministro,
Antonio María ele la Parra."
La resolución que recayó á este memorial es muy ex-
plícita, respecto del precio de venta de la sa:l, y el señor
J\1.inistro de Hacienda manifiesta que el Gob10rno ve con
extrañeza que se le pida resolución sobre este punto, por
cuanto la consulta hecha en el anterior memorial está re-
suelta de un modo terminante en el artículo 9. o del contra-
to de arrendamiento de las salinas de Chita y }Iuneque,
que está en licitación. " Este artículo,. dice, no le. perm~te
al que tome las salinas vender la sal smo al pre01~ o:fimal
cuando más, y fué puesto pm· el Go?ie1·no en el Pheg.o de
cargos á fin de poder hacer extens1va al arrenda:tano la
obligación impuesta á los Administradores de salmas por
el inciso 4. 0 del artículo 472 del 06digo Fiscal"
-102-

agua salada de las fuentes de la salina para elaborar con


ella ó venderla."
Esto artícnl0 no está, bien claro, pues dauo el caso de
que el contra.tista halle la sal gema, podrá. vender hasta
30,000 arrobas de sal, y no pagará de arrendamiento sino
$ 120,000 a"Lua1es. &Es que el Gobierno gratifica en este
caso al contratista, haciéndole una considerable l'ebaja
($ 40,500 anuales) y la libertad de vender basta 30,000
arroqas de sal~ Pero si así es, ~por qué al seflor Enrique
Luque L. que también ha hecho contrato para buscar la di-
cha sal, se le pagan solamente $ 5,000, en caso de hallarla?
Y ~i la hallare éste, cómo se entenderá el Gobierno con los
compromisos contrafdos con el señor Jiménez ~
&En el caso ue hallar la sal gema, quedará suprimida la
compactación de sal?- ó es simplemente que se desecha una.
agua-sal para emplear la. que haya que hacer con la sal ge-
ma que se encuentre, y con el co&to de depósitos para la
operación?-
N o creemos que la intención sea preferir á la bellísima
calidad de la sal de ahora hecha con agua-sal purísima, la
péf·ma que se obtendría de la sal vijua, que siempre con-
tiene materias extrañas, como la de Zipaquirá y Sesquilé.
~~ampoco quere~uos suponer que la base de utiJillades
sobre que se apoj en los cálculos del contratista, sea la espe-
ranz~, fundada ó Jlo, de obtener como compensación una
rescisión <Í la Cantiíd, es decir, una de aquellas en que el
Gobierno suele dar $ 130,000 en dinero y $ 70,000 en
especie.
¿Será suficiente utilidad para el contratista la econo-
mía qne pueda hacer en el costo de empleados, por cuanto
el Gobierno tiene dm·echo á sostener en la salina Jos que á
l)ien tenga para. vigilar las operaciones que se bagan por Ji-
ménez en uRo del contrato~
·vamos ahora á. estudiar la parte legal del documento
qne nos ocupa .
. Ya dejamos dicho que el Código Fiscal da a.l Gobierno
la facultad de arrendar aquellas salinas en que no se ha-
llen montadas la cx1'lotación y elabora"bión de maneJa que
presten facilidades para adrnini::;trarlas, ó en que este
sistema sea pmjudicial ó inconveniente. Toca á nuestros lec-
tores, sabiendo lo que dejarnos dicho respecto de la de Ohi ·
ta, decidir si ellit está ó no comprendida en este caso.
-lOü --

uad pant los que, acostumb¡·{((los á enriquecer con los uúmetJ


nacionales que etdán allí raclicallo.Y, no pouían aplaudir la
conuucta del empleado que so interponía para acabar con
las indebidas especulaciones ;
3~ El contra~;if.;ta. do la explotación do la Sa.lina, señor
Félix .A. Soto, consiguió del Supremo Gobierno do la He-
públie:t la rescisión de su contrato, r establecieron que
Soto nombraría por sn cuenta un a;ntluador de las mejoras
ó construcciones heclws por él en Ja f;ihrica, para abonarle
su valor, debiendo ol Gobierno Hombrar otro pel'ito por su
parte. Fueron nombrauos Ramón _.\Jtlana por Soto, y Eus-
tacio Espinosa por el Gobierno. Fijaron el a-valúo en la
suma de $ 35,000, C]Ue pareció exagerado al seiíor 'J1m·án.
Estos mismos edificios y mejoras habían si<.lo valorados en·
$ 3,800;
4~ Anteriormente Fuentes había siao nombrado ela-
borador ofic:ial, y como tal le encontró el señor Tcrán
ejerciendo cuando llegó á la Salj¡ut, siendo el mismo sujeto
contratista para la. pro-visión de leña, y dice el sciíor Tcrán
que ocurrió lo que pasa <Í. expresar : " para el horno quinto
se sabía que se necesitaban cinco ó seis mil tercio:;; dt> Jcüa,
á lo müs, para cada operación; r en Septicmln·c 6 prin-
cipios de Octubre de 1890, 6 I"Oa <i mi llegada 1t la/ Salina,
hicieron aparecer nueve mil seiscientos tercios Re leña
¡)ara ese horno, y cinco mil cuatrociento:-5 para el llamado
La Ollo::a; gasto igualmente falso y exagerado. Yo lo noté,
y además fuí a<h-ertido de ello por personas competentes en
el1)ai'ticnlar. Reconvine fnertemente al señor .b'ucntes 1 y
pedí al Gobierno su destitución, la que fu~ decretada.''.-· ...
."Algo semejante ocurrió en la Salina de _Munequo, á
donde también we trasladé para presenciar el primer des-
horne hecho después de estar encargado del de 'fino de
Administrador. Prouujo la operación mil quinientas arro-
bas de sal eompactada, como les consta á los que me acom-
pañaron á esta diligencia, señor Antonio VaJeneia, Oapitán
Flavio Vargas y unos solUa.dos, en quienes tuve que a 1)0-
yarmo para lle-var á efecto el deshorne, pues so oponían pre-
sontáwleme trabas ó inconvenientes de touo gétwro. Allí
se descubrió otro enorme fraude, pues lurcitt do,<~ afiu.o; y
medio que estaban baeieu<lo aparecer corno producto del
horno do l\Iuneque tan sólo seiscientas 6 setecientas arro-
bas; y esta operación la efectuaban rneusuahnento, con
- 107-

gran pénlida y desfalco para el Tesoro, lo que Y~ claro Y á


lo que puse término dando inmediatamente r.·nso al Go-
bierno nacional." ..... .
5:l Dice el señor Terán : "Después me dieron una cen-
cerrada ó serenata unos mozos que se decían a1)oya~los p_or ,
Medardo Cuadra ; y aun amenazaban desarmar la Uuanlm,
corno de costumbre lo tenían en otros tiempos."
La. anotación 1." y el final dol último párrafo trau.~cri-
to coutientn un denuncio que bien podía reda:u,. r un
puesto en los escritos publicados en El Relator por S. A.
L. Ustio sobre el importantísimo 1·amo de Salín~-· En
Septiembre de 1890 ya hacía más de dos años y med1o t:tne
se efectuaba el fraude en el costo de leña y en el produc1do
de sal. En 1888, pues, se hacía también el fraude, esto es,
bajo la administración del señor Vargas.
Los contratos pa1·a la elaboración de sal imponen á l?s
contratistas el deber de no \erificar ningún deshorne s1n
dar aviso al Administrador, ó Inspector, en su caso, á fin
de que ellos presencien la operación, y, según lo que dice
el señor Terán, los contratistas no han cumplido con su
deber, ó los Administradores, ó los Inspectores, no cnlll-
plían con el suyo.
En la J\femoria de fecha 20 de Julio de 1888 dice el
señor Paúl al Congreso de aquel año : " El contratista
(seiíor Cantini) ha cumplido con todas las obligaeioues
estipuladas"; luego el cargo se concreta á los emplcallos
del Gobierno, que, ó uo presenciaban los lleshornes ó con-
sentían el fraude.
Con respecto <Í. la tala ele los montes, son aplicables las
llLÍSUHLS ob 'cn·aciones que hemos hecho en cuanto al fraude
en la producción de sal, pues pesa sobre el contratista la
obligación de cuidarlos ~~ atender á sn reparación, y según
el señor Paál el contratista cumplió con todas las obliga-
ciones estipuladas.
. . . ~a anotación 2~ conti~ne las aseveraciones de quo hay
1ndrnduos aco~tzonbrallol! a. cnTiqueccr con lo.s bienes nacio-
nales que están allí 1·arlicarlo.s. Esta aseveración es la mis-
ma que se desprende tle la lectura de lo~ esedtos de S. A.
L. u~uo, yá mencionadoB, y no deja de ser Stltisfaetorío el
que persona tan autorizada como el señor Terán desca1·oue
~a~ furibundo golpe en apoyo del dicho autor. no e~ el
Y
umco, puesto que El Correo Nltcioual yá había dieho taro-
- 10!)-

dad ue la falta ; si reincicliere, la pemt será doble, y ~aso de


secrunua
o
reincidencia ' además de pagar el cuádrU11l0
l , de. la
multa señalada, perderá el destino. Esta tllll ta . sera. un;
puesta por el Poder Ejecutivo, ó por el Agente eJecutivo a
quien él someta esta facult~d." , 1"'! • • ,
"En la misma, pena., diCe el articulo 4t0, IncmTira el
empleado que teniendo noticia de que se ha cometido un
franJe ó un acto de violencia contra la renta, ú contra los
em picados ú cosas anexas á las Salinas, no dé parte inrne-
diat:uucntc á la autoridad 1·espectiva."
Y entre las atribuciones señaladas á los Administrado-
res principales de Salinas, dice el mismo Código en su ar-
tículo"5~
472:
Promover la investigación judicial de los hachos
erigi(1os en delito, que tengan 1·elaci6n con la 1·enta de Sa-
linas, 11ara el juzgamiento y castigo de los culpables; soh-
citar los informes convenientes do los Agentes del ~linis­
terio público, sobre el estado y cu1·so de las causas
iniciadas por tales delitos, y denunciar á las autoridades
competentes los que se cometan por los empleados de su
dependencia, ó por cualesquiera otros individuos ó emplea-
dos en relación con los objetos, administración ó manejo
de la renta."
Siencl·o cierto lo que dice el señor Terán io podríamos
saber cuál empleado ha sufrido las penas determinadas en
el Cóuigo ~
Entre las fnnciones descritas en el artículo 479 para
los elaboradores oficiales, está la siguiente :
'" 2.a Contruütlr el combltstible, jornales, pólvora, herra-
mientas, '~hículos, máquinas, loza y demás objetos nccesa-
1·ios para la explotación de las minas y elaboración de sales,
se.gún presupuestos aprobados por el Administrador, y reu-
il11r cuenta comp1·obada y detallada de su inversión."
El señor Fuentes era elaborador oficial, y como tal
contrataba con él mismo la p1·ovisión da leñas, según pre~
supuestos aprobaclos pot el Ailrninistrador, y 'renclía cuenta
comproba<lct y detallada de la inversión de la leña. Del
tiem¡)o de la anarquía organizada no se ponen ejemplos de
semejantes prácticas. .
El artículo 484 del Código dice :
" En confor~idad con las disposiciones de este Código
respeC-to del comiso, es un debe1· del Resguardo aprehender
-110-

y decomisar las sales que pertenecen á la N ación y q no no


bayan sido legítimamente enajenadas; cireunstancia que
debe apaTecer de los do,.mrnentos exigidos para su \euta.''
Siendo cierto lo que dice el señor Terán, ¿podremos
saber si en más de dos años hubo sales aprehendidas y ile-
coruisadas?
El artículo 494 que dice:
" Las operaciones do los trabajos de explotación, ela-
boración y traslación de sa.le:s que se presten á la extracción
fraudulenta de la sal de grano, vijua, compactada, cbigua,
del agua salada y del tiesto, morona y fragmentos de vijua
destinados á la saturación, serán vigiladas por el Resguar-
do y por comisiones que el Administrador podrá destinar
al efecto, de los empleados de su dependencia."
Siendo cierto lo que dice el señor Terán, iD podremos
saber qué Administradores fueron esos que en tan poco
miraron las disposiciones del Código, ó qué comisionados
fueron esos que así engañaron á los Administradores 't
(Diario de Oundir~amarca número 3647).

OuJ\10 LO HABÍAJ\IOS ANUNCIADO


En nuestro artículo Otm vez la Salina de Chita., publi-
cado en el número 36JO de este periódico, dijimos, al expli-
car el contrato de arrendamiento de las Salinas de Chita y
Muneque, celebrado en 16 ile Abril del presente año con
el señor Manuel N. Jirnénez, que, dado los términos en que
estaba hecho, teníamos que deducir que había en él algo
que nos trajo á la memoria aquel gracioso epigrama de un
compatriota, que dice:
"Crees en brnjas, Garay ~
Le elije á mi viejo criado,
-No, señor, porque es pecado,
Pero haberlas sí las bay."
Pues bien, aquel algo que movió nuestra memoria,
aquellas brujas cuya existencia sostiene el epigrama, se nos
han aparecido yá, y hemos de creer en ellas aunque íncu-
rramos en pecado mortal.
-111-

Recuerden nuestros lectores que en las observaciones


que hicimos al contrato mencionado aJ.ujimos razones e!l
contra del monopolio que se l)ensar~ es~~blecer e.n ht Sali-
na como único recurso de indemmzaClon ventaJosa, toda
vez q ne no admitíamos que el contratista fincara sus. espe-
ranzas en una rescisión de aquellas que nos denunciÓ en
feliz ocasión El Correo Nacional. Reprodujimos entonces
los términos en que el jefe de la Regeneración se expresó ~n
l\Iensaje de 14: de Mayo de 1881, con respecto al alto prec10
<Í que pu<liera llegar á venderse la sal por causa de un
monopolio. Tan acertadamente discurrimos sobre este pun-
to, que los hechos hablan hoy en apoyo nuéstro con tánta
fuerza de convicción, que de hoy en adelante no podrá
haber quien abrigue la menor duda acerca de nuestras
ase\eraciones.
l!Jl Con·eo N(tc-ional de fecha 29 ele J uliu, nos da la si-
guiente noticia :
"SAL CARA.
Sogamoso, Jnlio 27 de 1892
Setior Din•ct.or.
JDn Salina de Chita la arroba de sal á veintiseis reales,
entre particulares. No se espera producción. Consumidores
sal extrañan que Gobierno tolere á los c-ontratistas que no
cumplan obligaciones.
• Antonio lJJ. de la. Pm·rra."
Hemos dicho yá que la historia de la Salina de Chita
nos d:t el convencimiento de que a.llí no puede existir el
monopolio sino cuando sea consent·ido por los empleados
del Gobierno, y esto de "la arroba. de sal á veintiseis rea-
les, entre particulares," podrán cmnprenderlo nuestros lec-
tores sin necesidad de explicación. Empero, no estará por
demás llamar la atención al contrato para que, de la natu-
raleza de él, se deduzca quiénes pueden ser esos particula-
res que revenden la sal á tan alto precio.
El Artículo 16 del dicho contrato dice :
.Jiménez tiene obligación de producir mensualmente diez y seis mil
arroba!! de sal compBctada, por lo menos, y no podrá elab0rru· en cada año
má& de doscientas cuarentll mil arrobas entre compactada y de grano de
caldero.
Jiménez no tiene obligacio'n de producil' más de ocho mil arrobas en cada
uno dfl los t:es .primeros mdses del contrato, y doce mil en cada uno de los
tres meses siguientes. El valor del arrendamiento durante estos seis meses
sor:~ proporcional á lo que Jiménez produzca.
-112-

La escasísima pToducción de ocho mil arrobas estipu-


lada en esta segunda parte del preinserto artículo tlcl con-
trato, parece arreglada como para establecer el monopolio
desde el principio, lo que equivale á decir que el monopo-
lio no existe yá cuando es consentido por los empleados
del Gobierno, sino que fué estableciclo por el contrato mis-
mo. La Salina de Chita provee de sal á gran part6 del
ántiguo Departamento de Soto y todo el de García-Rovira,
y <Í los pueblos de Soatá, Susacún, Sátiva-norte, Stítiva-sur,
Socotá, ,Jericó, Che va, Chita, Ubita, Boavita, La Capilla,
Cocuy, Panqueva, Guacamayas, Güicán, Espino, Chiscas,
1tioreno, Pore: Chire, Ten, Tamo, Támara, Lopc y algunos
otros en el antiguo Estado de Boyacá, ó sea un total que
excede de 150,000 habitantes, en poblaciones de las más
consumidoras de sal.
Estipular una producción de ocho mil a.rrobas de sal
en el mes para abastecer un tan exilmso radio de consumo,
y estipularla en un contrato que desde que se inici6 anun-
ciaba pérdida para el contratista, era lo mismo que contra-
tar el monopolio que forzosamente debía resultar de allí,
como compensación al contratista, por medio de pc~rti­
oulares.
El inciso 4. o del artículo 472 del Código Fisca.l vigen-
te, al hablar de las funciones. del Administrador, dice :
"Dar las órdenes convenientes para que-en los casos en
que la cantidad de sal disponible no sea suficiente ¡)ara cu-
brir el pedido de los compradores,-se distribuya entre
ellos equitativamente, sin dar lugar á p1·eferencias indebi-
das, ni á que se (monopolice el artículo }Jara revende'rlo en
.el mismo lugar á precios exorbitantes"; y el Decreto nú-
mero 778 de 1888 (18 de Septiembre) dice que no es per-
mitido á los particulares tener almacenes de sal en las Sa-
linas denominadas de Ohámeza, Chita. y Muneque, ni en
los municipios de estos mismos nombres, entendiéndose
por almacén de sal todo depósito del artículo que exceda
de doscientos quilogramos. Dispone también el mismo De-
creto que los particulares que compren sal en 1~ Adminis-
tración de las Salinas de Ohámeza ó en las oficma8 de ex-
pendio establecidas en las Salinas de Ohita y Muneque,
por el arrendatario de éstas, están obligados á sacarla de
los respectivos municipios dentro de las cuarenta y ocho
horas siguientes al recibo de ella.
-113-
En consecuencia, si la sal se vende en Chita á veinti-
seis reales la arroba, es porque los empleados del Gobierno
quieren consentir el monopolio; y si los empleados lo con-
sienten, es porque el Gobierno lo consiente también, y en
-este caso los particulares que venden la sal á un alto precio
no son, no pueden ser, sino agentes del contratista.
De todo lo dicho podemos deducir :
1? Que era preciso hacer un contrato por el cual vinie-
ra al Tesoro una suma considerable como producto de la
Salina, para compensar en parte la disminución en que ha
venido la renta;
2? Hacerlo con una persona de confianza (el señor
Jiménez es de la Costa) que se resolviera á hacer una pér-
dida, en la esperanza de reembolsarla con el monopolio de
la sal; y
3? Consentir el monopolio para indemnizar al contra-
tista de la pérdiua, y dejarle margen para hacer buenas
utilidades.
Todo monopolio es odioso, y el de la ::;al es inicuo
porque el alto precio que ésta alcanza á virtud de aquél
es para las clases pobres quizá más flmesto que la guerra,
porque las arrastra, insensiblemente tal vez, pero de un
modo seguro y general, á la mayor miseria y al último
extremo de las privaciones, entrabando por lo mismo el
aumento progresivo de la población y multiplicando las
enfermedades y la enervación moral y material consiguien-
te. No debe considerarse la moderación en este impuesto
solamente como una medida que favorece la industria, que
evita la degeneración de las razas y facilita increíblemente
s~ domesticación, aumento J: mejora, sino.' ademfs, y espe-
Cialmente, corno una medida de salubridad publica v de
mejora moral en la parte desvalida de la sociedad. ·

( Diar'io de Oumli11ama rca número 3,654).

8
-114-

LAS CUENTAS DE LAS SALINAS.

I
Si para hacer una exposición numérica del movimien-
to de l:t renta de salinas en el bienio de 1890 ~\ 1892, lmhié-
ramm~ de contar únicamente con los datos que suministra
el Gobierno. casi 1l<Hla tcmlría.moR que trabajar, y, por con-
siguiente, casi nada tendríamos que decir, pues el informe
dell\finistro üe Hacienüa al Congreso de l8ü2, carece en
absoluto de lo más indispen~able para fonnar un juicio cla-
ro sobre el asunto. Parece que por este medio se quisiera
poner al Gobierno á cubierto de las justas censuras que
pueuen hacérselo á causa de los malísimos resultados obte-
nidos por el sistema irregular y costoso empleado en la aü-
miuist ración de las sa1inas, pues y~ desde 1890, r quizás en
vista de los estudios sobre salinas publicados en El Relator,
acom1ejaba el 1\Iinistro sefior Paúl, que no so publicaran en
los Informes ó 1\lcmorias ciertos documentos que son los
que mejor pueden in.formar sobre el manejo de la 1·enta del
ramo, en .oposición con lo establecido y practicado, con
suma delicadeza y escl'npulosidad, por los liberaleA on los
tiempos do la. anarquía organümda.
I~a publicaci(m de todos los documentos relativos al
ma p.j l de la renta en un solo volumen, es la. que facilita
el w h\tdJ.u de ellos bu~"Jcado y procurado por los Gobiernos
li~~rq;)c~, :y esquivado con malicia po1· los Gobiernos de la
Reg ' 1er~ón.
Sucef}e que empleados subalternos que suelen no estar
noqcja~l!O~' minuciosamonte acerca de los propósitos con que
se hizo det,q :minada operación por el Gobierno, dicen en
sus informes eiertas cosas inconvenientes, porq ne suminis-
tran ~uz 6 sirven de guía á quienes se ocupan en estudiar la
conducta de los gobernantes ..
. Sucede también que la exposición que pudiéramos lla-
mar literaria, en los Informes de algunos Ministros, no está
de acuerdo con lo <.1ue rezan los documentos publicados en
corroboración del texto. Por ejemplo : en Ja Memoria que el
señor Angulo escribió para ol Oongrcso de 1S85, al hablar
de Ohita y 1\iuneque, dijo que los Gaatoa gene1·all's en la
administración de aquella Salina en el año de 18k3 á 1884,
- lU'í-
fueron. __________ ._ ... _.. __ . ___ . ______ $ 112,722-65
Y el cuadro del movimiento <.lel caudal
correspondiente á la misma época dice:
Total de gastos .. _._.$ 69,348-80
------
Diferencia .. _....... $ 43,373-85
------
l<Tuahuenté al hablar del producto líquido de la dicha
Salín~ en el mismo año, dice el texto de la Memoria citada
que fué de_ . __ . ____ . _......... _........... $ 33,891-85
Y el cuadro correspondiente dice que
fué de. __ . ___ . _. __ . __ . __ .... _.... _..... _. . 77,265-70
Diferencia .. _. __·. _.. $ 4.3,373-85
El señor Secretario disminuyó el producto líquido de
la Salina en $ 43,373-85 centa-vos que agL·egó á los gastos,
con el objeto de hacerla aparecer en tan lastimosa situación,
que fuera preciso, para remediarla, entrar, contra el Códigp
Fiscal, en negocio de arrendamiento fácil para combinacio-
nes, y disculpable en apariencia, como efectivamente se
hizo con persona qne por aquellos tiempos resultó con va-
rios amigos que le rodearon para prestarle servicios.
~obre estos punto~ habló con bastante claridau y pre-
cisión El Relator en los estudios sobre las Salinas; pero
repetiremos las observaciones que nos parezcan necesarias
al examinar el Informe del Ministro de Hacienda al Con-
greso de este año, en comparación con los anteriores, ya que
el tal documento está confeccionado como para que el cu-
rio~o lector se vea forzado á exclamar al terminar su lec-
tura: '' J,u;~,, mús luz, señor 1\Iinistro! "
Con todo, vamos al grano.
Abramos el Informe y leamos en la primera página:
. "El Gohierno se ha esmerado mucho en activar la vi-
gilancia de nuestras costas para extirpar del todo el contra-
bando, ya JW1' fo'r twut rnuy reducido ; " .. __
Y en la página XXVI, al hablar de la necesidad de
volver á alzar los precios, y refiriéndose á las Salinas de la
Costa, dice :
"Además, en estas últirnas es casi irnposible establecer
efic~z viligmwia, y los altos precios no servirían sino para
estimular el contrabando, ya ctlarrnante, é impedir que la.
-116-

l'ica sal de esos criaderós haga competencia en Antioquia á


las Salinas particulares."
¿ Conque en la primera página, el contrabando es ya
pm· fortuna, muy reducido, y en la página XXVI, es yr't alar-
mante t¡ Qué tal si el informe fuera más extenso !
En la página XXV, 1~ de la exposición sobre Salinas,
dice ~1 Sr. M.inistro que ''la 1·enta ha venido disminuyendo."
Estudiando detenidamente las causas de esta disminu-
ción, particularmente en el año de 1891, el señor Ministro
no ha enconti·ado otra que la rebaja en los precios de las di-
ferentes clases de sal, decretada en 30 de Septiembre de
1890 en uso de la facultad concedida por la ley 41 de 1886.
Esto fué para hacer fuerza en el sentido de alzar los precios
de la sal, pues las finanzas de la Regeneración se resuelven
siempre en perjuicio del público ; pero nosotros nos encar- ,
garemos de examinar si efectivamente la disminución de la
renta es causada por la rebaja en los precios, y á ello vamos.
En el año económico de 1879 á 1880, primero de la
Regeneración, las salinas del interior dieron
nn producto bruto de .... _. .............. $ 1.500,428-30
Y el producto de las mismas en el año .
de 1891, según el informe al Congreso actual,
incluyendo la Salina de Gachetá, que no figu-
ra en el cuadro, fué de .... __ .. --- .... - - -... 984,811-57-i

Diferencia en favor de la. anarquía orga-


qizada •. _.. _______ . _. ___ ... _. _______ . _. $ 515,616-72-l

En el año de 1891, los gastos en las mismas Salinas,


sin contar los de Gachetá, que no aparecen en
el informe, fuer~ ........ _._._. __ ...... --$ 283,417-35
Y en el año de 1879 á 1880, ascendi(>ron á 246,954-05
....._ __ __
Diferencia en favor de la anarquía orga-
nizada ... _....... - -. - ... - - - - - - - .. - - - - - - - -$ 36 463-30
'
El pl'Oducto líquido de 1879 á 1880, año
primero de la Regene1·aoión, fué ......... -.$ 1.253,474-25
Y el producto líquido en 1891 fué.. . . . . . 945,234-55

Diferencia en favor de la anarquía orga-


nizada •.............•..........••... _... $ 308,239-70
-117-
Los precios de la sal en el año de 187_9 á 18~0 _eran me-
nores que en 1891, y sin embargo 7 el senor Mm1stro del
ramo dice en su Informe que "estudiando detenidamente
las causas de esta disminución, pm·ticularmente en el año
de 1891, no se ha encontrado otra que la rebaja en los pi·e-
cios de las diferentes clases de sal, decretada en 30 de Sep-
tiembre de 1890 en uso de la facultad concedida por la ley
41 de 1~86."
Tenemos, pnes, que el señor Ministro atribuye la baja
en la renta á la rebaja en los precios de la sal, y que los
números suministrados por los documentos oficiales publi-
cados por el Ministro de Hacienda, demuestran lo contrario ;
y si á lo dicho agregamos que en tiempo de la anarquía or-
ganizada el Gobierno carecía de útiles de elaboración, que
hoy tiene; que entonces había que comprar el combusti-
ble, * hoy de propiedad de la Regeneración en las Salinas
de Zipaquirá, Sesquilé y Chita, y que el aumento de pobla-
ción y el desarrollo de las industrias pecuaria y agrícola,
determina un mayor consumo de sal, debemos deducir que
indudablemente el sistema empleado por la anarquía orga-
nizada, ó sean los liberales en el Gobierno, es más ventajo-
so para el país que el p'racticado por la Regeneración, ó sean
los conservadores apoderados del mando.
Próximamente continuaremos el estudio del Informe,
pues hay todavía algunas observaciones de importancia que
merecen nuestra atención.

(Diario de Oundinanwaca número 3,663).

LAS CUENTAS DE LAS SALINAS.


II
Hemos dicho yá que el descenso en la renta de Salinas
no ha sido causado por la rebaja en los p1·ecios, como lo afir.
" Los útiles de elaboració'u y el combustible costaron :
~n ia.
Salina d~ Chita ................................................ $ 200 000..00
n a deSesquilé .................. .................................................. 120:000..00

E 1 d . . . Suma ............... $ 320,000-00


t ili
a e Z1paqmrá, un sobro-preo10 en la elaboración de cada. arroba. de sal da.-
ran e ez anos, que alcanza á varios centenares de miles de pesos. '
-118-

ma el señor liinistro de Hacienda en el Informe al Congre-


so llel presente año. Han sido otras las causas que han de-
terminado dicha baja, y ocasión tendremos de decir cu:tles
son. Por all ora continuaremos el examen de las cuentas de
las Salinas, una por una, porque de él pudrcmo::; dedneÍl' al-
gunas consecuencias que pongan en claro la inconveniencia
de los contratos como fuente de todas las irregularidades,
de las erogaciones indebidas y del fa;voritismu con que se ha
venido gravando al Tesoro ; pero antes de entrar en el es-
tudio comparativo de los documentos publicallos, baremos
una observacíón aislada, mas de bastante ' significación. Es
la siguiente : en la Memoria presentada al Congreso de 1o81
por el Secretario de Hacienda, dice este funcionario al ha-
blar de la compra de los montes de "Valderrama y Torres,''
que, en su concepto, " adquiridas estas propiedades, las Sa-
linas de Chita y Muneque, que tienen vertientes de 18 gra-
dos de concentración de extraordinaria abundancia, podrán
organizarse con más economía de la que hasta ahora se ha
considerado posible, obteniéndose ele sn e.rplotaciún utilidades
suficientes, adicimwles á las que se obtienen hoy, para pagar
los elementos de elaboración-aun compránuolos caros-en
muy pocos años."
Ahora bien: los bosques ó montes de " Valucrrama y
Torres" fueron comprados por el Gobierno después de haber
pedido un informe al Administrador de Chita y }iuneque
respecto de la sitnación, extensión y IJ'iqueza,, en combtudible
de dichos montes, que hoy son de propiedad del Gobierno,
y en lugar de hacer los ahorros ofrecidos por el Secretario
de Hacieitda en 1881, la renta ha \enido en descenso nota-
ble, y no es eso solamente, sino que el señor Ministro del
Ramo, en su Informe al actual Congreso, dice :
" _______ .. _______ Si á todo esto se ae-rega la conside-
ración de que la sal compactada, que es casi la única. que
se emplea en los nsos domésticos, resulta 1·ecargat1a con un
fuerte gasto de producción, y que en muchas Salinas hay
grande escasez de combustible, y pronto probablemente ca-
rencia absoluta de él, como en Chita, tendremos que falta
mucho por hacer en esta materia * y que es llegado el tiem-
po, ya que disfrutamos ** de los innwn~:os ,beneficios de una
forma de Gobierno adecuada para el paiS. 2 • ---
• Sí, se pueden bncer muchos contratos.
•• Sí, es verdau que disfrutan.
-119-
Oomparctndo los párrafos transcrito:!! ·del Secretario y
del n:Iinistro, hay derecho á suponer que cuando se trataba
de comprar los bosques, se paró {ulicmnente la atención en
el necrocio de la compra, ó que efectivamente los bosques
estah~n bien situados, y eran extensos y poseían la l'iqueza
de combustible requerida para la elaboración, y que, en
consecuencia, el Ministro no se sentó á escribir el Informe
con el caudal de conocimientos que se necesitaban pma ello.
Es de este lugar recordar que en tiempo de los Gobiernos
liberales, estos montes de Chita, comp1·ados po1·la Regene-
ración, en $ 200,000: fueron ofrecidos en venta al Gobierno
por la Compañía Reyes & Niño, en $ 40,000, después <le
haber sido ofrecidos como prima en el contrato celebrado
en 1865 con los mismos señores Reyes & Niño, y de haber-
se rescindido dicho contrato en 1866 (Diario Oficial nú-
mero 64:7), porque los expTc!llados señores, "no sólo 1 10 han
exhibido, dice el Secretario en aquel año, en toda forma los
títulos traslaticios de dominio y el comprobante de estar
libres de todo gravamen, sino que hay constancia en la Se-
cretarí::t de Hacienda y Fomento, que dichos tenenos son
litigiosos, y que las personas que se los enajenaron no te-
nían el pleno dominio de ellos."
Es, pues, claro que cuando el Gobierno Holguín entró
en el negocio de comprar los montes, lo hizo á sabiendas de
lo O"nrrido en 1866, y que, po1· tanto, hay derecho para.
afirmar que ese negocio tué gr~voso en sumo grado pa1·a el
Tesoro; ó fueron comprados en la seguridad de que se ha-
cía buena compra, y entonces debemos suponer que las pa-
labras tlel J\Iinistro de Hacienda en el Informe del corrien-
te año, acerca de los montes en cuestión, tienden únicamen-
te á depreciarlos para dar curso así á los contratos gra-
vosos.
El "padre de las luces" de la Regeneración sabía, des-
de 1856, lo que había de cierto en este asunto, pues en la
Gacet(t Oficial número 2,024, de 11 de Septiembre halla-
mos las siguientes notas : '
República de l~ Nueva Gra~tada.-- Secretaría de Estado del DeszJaclto
ele Hltctenda.-Secct6n de Rentas.-Ranw de bienes naciona-
les.-Número 3.-Bogotá, 2 ele Agosto de 1856.
Selior Gobernador de la. Provincia de Tundama.
Desen el poder Ejecutivo que usted se sirva darle noticia, imponiéndo-
se antes de una manera privada y con todo el interés que ea de esperarse do
-120-
s~t patriotismo, s.o~re lo siguiente: cuál será el valor de los bosques pertene·
<llentes á la famtha Valderrama, de donde actualmente ae saca el combustible
para elaborar la sal en la Salina de Chita; si los dueños convendrán en ena-
jenarlos al ~stado; y en. este caso, por qué cantidad y "con qué condiciones •
.Adamas=. uste~ me ~nfor~ará sobre todo lo que crea que es conveniente
tener en constderact6n, s1 hubtere de celebrarse un conhato sobre el parti-
()nlar. , .\ ·
Soy de usted obsecuente servidor,
R. Núii~:z.

Rep~!bUca de la Nueva Granada.-Gobernaci6n de la Prot'incia de


Tundama_.-Secci6n 1~-Número 65.-Santa Bo1a, 22 de
.Agosto de 1856.
Señor Secretano de Estado del Despacho de Hacienda.

La familia del finado señot· Pedro Ignacio Valderrama no puede, por


ahora, vender los montes de la Salina, porque los tiene comprometidos en
arrendamiento todavía por tres años. Sabe esta Gober-qacion que al venoerae
este tiempo, en que saldrán de la menor edad ~gonos miembros de la fami·
lia, procederá ésta á vender los montes que eli¡ estima en valor de treinta
mil pesos de 0,8 ; pero de tal manera se escasea el combustible en aqueUoa te-
rt·enos, á causa de la incuria con que han sido tratados, que, vencido el tér-
mino del arrendamiento, ellos valdrán mucho menos de lo que hoy valen ;
y paEados diez años habrá probablemente que buscar el combustible para la
elaboración de las sales en otra parte.
Dejo así contestada lB estimable nota de usted de 2 de los corrientes..
número 3, Sección de RE>ntaq, Ramo ~e bienes nacionales.
Soy de usted, señor t::lecrdtario, muy atento servidor,

A. V ALD:UlU.Iü..

Nada menos que un miembro de la familia propietaria


de los montes de " V alderrama " era quien daba al Doctor
Núñez tan valiosos datos, y 34 años más tarde el Gobiemo
de la Regeneración compraba al señor Oantini los mismos
m~mtes en $ 200,000 ! y hacía un arrendamiento de la Salina
excesivamente barato.
En 1875 el Secretario de Hacienda, señor Doctor Ni-
colás Esguerra, no estimó que debía celebrar el contrato de
compra de aquellos montes en $ 40,000, por cnanto el ~
greso en sus sesiones de aquel año negó
articulo del proyecto por el cual se confería
outi"fo autorización para celebrarlo. En COJrl&e1o••CI•i'
resuelta negativamente la solicitud qu' lo.
liiño hicieron al Gobierno para qu Mte COIBDIMI
· tes en $ 40,000.
-121-
Hasta 1876 los señores Reyes & Niño ofrecían todavía
en venta los citados montes en una suma no mayor de
$ 40' 000 · y anteriormente, eu 1869, la comisión del Con-
'
greso encargada .
de revisar y exammar el" p_royec toded e-
creto que aprueba el contrato de compra ~e tierras, .bosques
y una casa en la Salina de Chita," termmaba su mfonn.e
con estas palabras: (Diario Oficial, número 1563).
" ..... _.. _.. _.....•. pero por ventajoso que el contra-
to sea *si la adquisición no es segura, si con ella se uom-
pran ~uevos pleitos cuyo éxito no puede juzgarse, y si ade-
más se obra contra la letra del artículo 47 de la Oonstitu-
ción que prohíbe á los Senadores y Representantes, mien-
tras conserven el carácter de tales, hacer por sí, ó por in-
terpuesta persona, con~ratos con el Gobierno General, no
podemos menos que proponeros que al cerrar el segundo
debate neguéis, al responder la pregunta reglamentaria, que
pase á tercer debate, pues así le retiraréis vuestra aproba-
ción.
Bogotá, 19 de Ab1·il de 1869.
Ciudadanos Senadores.
Estanislao Silva.-Ignacio Ospina."
Como una muestra de la argumentación en que la Co-
misión apoyaba su proyecto de resolución, nos parece opor-
tuno transcribir un párrafo del Informe, refiriéndose al
primero y más valioso lote de los citados montes. Dice así:
"P1·escindiendo de la validez ó nulidad de la escritura
por la cual la señora Al~Tcón vendió sus derechos al señor
V alden·ama, por babel' sido otorgada ante un funcionado
(el Alcalde) que en Febrero de 1836 carecía de facultad
para este efecto, por cuanto de entonces acá está prescrita
la a~ción para reclamar contra ella, hay, no obstante, cons~
tanma de que los señores Reyes & Niño no son dueños de
los terrenos llamados "Resguardo," ó por lo menos, de que
los documentos exhibidos no lo comprueban," **
Lo que llevamos referido pone en cla1·o que la compra
de los montes de '' Val derrama y Torres '' hecha por el Go-
bierno del señor Holguín en $ 200,000 obedecía á miras
antipatrióticas, y hace resaltar la lección de mo¡·al pública
• No tenía. qno da.r el Gobierno sino $ 18,852-321
.. Estos documentossoalos mismos que hay hoy.
-122-

con que nos obsequió el Ministro de Hacienda en 1890,


cuando al hablar de Chita y :M\meque en el Informe al
Congreso de aquel año, dice que habiendo tenido conoci-
miento el Gobierno de que ante la Corte Rnprema de Jus-
ticia se había iniciado un juicio del cual pudiera resultar
que los montes de estas Salinas, que debían pasar á ser pro-
piedad de la Nación á la terminación del contrato, y que
servían al mismo tiempo de garantía para el cumplimiento
de éste, no perteneciesen en Tealidad en todo ó en parte, á
las personas que aparecían como dueños de ellos ; que pres-
tándose, por otro lado, á una interpretación dudosa la cláu-
sula del contrato por la cual se cedían á la N ación, á título
g1·atuito y como prima del mismo contrato, los montes ex-
presados ; que siendo además á todas luces conveniente el
tomar en tiempo oportuno las medidas necesarias para que
de todos modos aquella finca ó un valor equiTalente vinie-
sen á responder de las obligaciones del contratista ; y que
sabiéndo ,~ c que la Nación podría obtener como rendimiento
de esta Salina por medio de .Administración, otro tanto, por
lo menos, de lo que producía por arrendamiento, se propu-
so al señor Pedro Oantini la rescisión del contrato, la cual
fué admitida.
Se ve claro que el Ministro. quería comprar ele todos
nwdos los montes en cuestión, á pesar de todo y aun apo-
yando el sistema de administración que ha sido postergado
ante el de los contratos, y á riesgo de carecer del combusti-
ble, según el señor Goenaga.
Esta digresión sobre los montes de Chita y la comp1·a
de ellos por el Gobierno, nos ha distraído más de lo que hu-
biéramos querido, á tiempo en que era nuestra intención
hacer el estudio comparativo de las cuentas, salina por sa-
lina; pero ofrecemos hacerlo próximamente y suspendemos,
po1· hoy, pa.ra no fastidiar á nuestros lectores.
( Dia1·io de Cundinama1·ca número 3,665).
-123-
HATIILIDAD FINANCIERA.-Por decreto de fecha 9 de
Septiembre, el Poder Ejecutivo dispuso que los precios de
la sal en· las Salinas del ·Interior, sean$ 1-40 la arroba d_e
compactada.: $ 1-10 la de grano de caldero, y de $ 1la Yl-
jua; esto es, 40 centavos de aumento en el precio de cada
arroba do sal. ·
Sabemos que hay dos clases de sal vijua, pero el Decre-
to no distingue.
(Diario de Otmdinamarca número 3,666).

LAS CUENTA.S DE LAS SALINAS.

III
Los cuadros del movimiento de especies y caudales pu-
blicados en las Memorias de los Secretarios de Hacienda
hasta 1880, comparados con el del Informe ue 1892, ponen
ue manifiesto la eficacia ' del sistema implantado por las
administraciones liberales para el mejor ¡·endimiento de la
renta de Salinas. En efecto, comparando el producido de
cada Salina en el último año del sjstema liberal con el que
ha habido en 1891, tendremos los resultados siguientes :

Salina de Zipaquirá.
Producto bruto de 1879 á 1880.... _.... $ 905,375-50
Producto bruto de 1891. ... o ••• ~ o •••• ___
579,561-60

Diferencia en favor del sistema libe1·al..$ 325,813-90

Ga8tos de 1879 á 18~0 ..... o •••$ _ ••• _ •••


95,430-20
103,542-10
Gastos en 1891 .... -------·------------
-----
Diferencia en favor del sistema liberal..$ 8,111-90
----
Producto líquido de 1879 á 1880 .... _.. $ 809,945-30
Producto líquido en 1891. ..... _.. _. . . . 4.76,019-50
----
Difm·Em<'ia er favm· del sistema liberal..$ 333,925--80
-124-

Según los números anteriores, á mayores gastos en 1891,


corresponden menores I'endimientos; luego el sistema de la
Regenel'ación es gravoso para la renta. Los precios de la
sal de 1879 A 1880 eran de 90, 70 y 60 centavos la arroba de
compactada, de caldero y vijua, reapectivamen e, y el pre-
cio de la sal compactada. en 1891, era de $ 1 la arroba, y
los de las otras dos clases eran iguales á los de 1879 á 1880;
luego no es cierto que el descenso en la renta. sea causado
por la rebaja en lm~ precios, como lo dice el señor Ministro
en Ja página XXV de su Informe al Oong~·eso de 1892.
Salina de Nernooón.
P1·oducto broto de 1879 á 1880 ...... _.. $ 163,471-10
Producto bruto en 1891. ............... . 94,689-60
Diferencia en favor del sistema liberal.. $ 68,781-50
Gastos de 1879 á 1880. . . • . . . . . ....... $ 18,760-35
Gastos en 1891 ..........••..........•
Diferencia en favor de la Regeneración$
17,861-65
1,398-70
. '

Producto líquido de 1879 á 1880 ....... $ 144:,710-'76


Producto líquido en 1891 ............. . '"'17 ,327-95

Diferencia en favor del sistema liberal.. $ 6'1,382-80

Salina de Ta'UIIa.
Producto bruto de 1879 á 1880......•.•• $ 58,939-20
Producto bruto en 1891. _.............. 39,600-60
Diferencia en favor del sistema liberal•.•$ 19,338.;60
Gastos de 1879 á 1880 .................. $
-----
18,1Sl-10
Gastos en 1891 ...• _................ _. . •. •. . .. 11,881 55

Diferencia en favor de la Begeneraci6n•• t ___.......,


P~ucto líquido de 1879 á 1880...........
Prodaeto líquido en 1891 • • • ••• -••• - •
Düerene~a en favor del aia1t$iJta~l~al
- 125-

Salina de Sesq uilé.

Producto bruto de 1879 á 1880 .. -- -- . -$ 117,901-60


Producto bruto en 1891 ...... - - - - - . - - - 55,222-70

Diferencia en favor del sistema liberaL$ 62,678-90

Gastos de 1879 á 1880 .... - ...... - - - - - . $ 24,943-60


Gs.stos en 1891 ....... - . - ............ . 5,459-65

Diferencia en favor de la Regeneración$ 19,483-95

Producto líquido de 1879 á 1880 ..... -t 92,958 --


Producto líquido en 1891 ... _........ . 49,763-05

Diferencia en favor del sistema liberal $ 43,194-95

Como los datos sobre la Salina de Gachetá no figuran


en el Iuforme de 1892, tenemos que prescindir de la com-
paración correspondiente.
Ha habido, pues, en la renta de las Salinas meneiona-
das, un desfalco, así :
En la de Zipaquirá de .. . ... ----._ . . _.$ 333,925-80
En la de N e m o eón de .... __ . __ ... _... _... . 67,382-90
En la de Tausa de ........... __ .... .. .. .. .... .. 1S 03B-05
Y en la de Sesq uilé de ....... .. ... . .. - .. - '
43,194-95
ó sea un desfalco total de ... . ............. $ 462,541-60
en solamente cuatro de las Salinas nacionales ; pero siem-
pre será bueno continuar la comparación, siquiera Hea de
las Salinas de Chita y Muneque, por ser, entre las que nos
faltan, las de mayor importancia :
Producto bruto de 1879 á 1880. ... - . . . . $ 179,316-25
Producto bruto en 1891.... _. .. . . . . . ..... 121,537-40

Diferonci& en favor del sistema liberal. .. $ 57,778-85


------
Gastos de 1879 á 1880....... _......... $
Gas toA en 1891 ........ . ....... _...... _.

Diferencia en favor del sistema liberal. . $


_____
63,652-80
67,631-30
,

3,979-.
-----
-126-

Producto líquido de 1879 ¿i1880.... ___ .$ 115,663-95


Producto líquido en 1891.......... _.. __ 53,906-10
-------
Difer~ncia en favor del sistema liberaL.$ 61,757-85

Agregando estos$ 61,757-85 á los $ 462,541-60, ten-


dremos en el año de 1891 un desfalco total en la Tenta de
las Salinas mencionadas, de $ 524,299-45.
Se nos preguntará: i cuál es, ó en qué consiste el siste-
ma liberal~ El rendimiento de la renta contesta por noso-
tros.-Y cuál es, ó en qué consiste el sistema de la Regene-
ración ~-Consiste, decimos nosotros, en que al Tesoro N a-
cional éntre solamente una parte del producido, y esto por
medio de contratos.
Hemos tomado por punto de partida el año de 1879 á
1880 porque por este tiempo fué cuando el señor Núñez
dijo : " Regeneración administrativa fundamental ó cattls-
trofe," como si los resultados del manejo de la renta por los
liberales exigiera una Regenenwión aclntinistrativa que pro-
dujera mayores rendimientos al Tesoro.
Hagamos ahora una comparación de la misma especie
entre los totales del producido de las Salinas en los años
corridos de 1880 á 1891, con el del producido en este último
año, como por vía de corroboración de lo~ cálculos anterio-
res, así:

Producto bruto de 1879 á 1880 ........ $ 1.500,428-30


Producto bruto de 1880 á 1881........ .. 950, 284-65

Diferencia á cargo de la Regeneración ... $ 550,143-65

Gastos de 1879 á 1880 .......... - ...... $ 246,954-05


Id. id. 1880 á 1881 .............. -- 272,368-52~

Diferencia á cargo de la Regeneración.$ 25 4.14-4 7.!


' 2

Producto líquido de 1879 á 1580 ...... $ 1.253,474-25


Producto líquido de 1880 á 1881. ... . . . . .. 678,090-77!

Diferencia á cargo de la Regeneración.$ 574,488-47¡


-127-
Hemos hecho la comparación de los productos brutos,
de los gastos y de los productos líquidos: para que se vea.
que no es solamente en los últimos en los que resalta la di-
ferencia en fa.vor del sistema liberal, pues es muy de notar-
se que en el sistema de la Regeneración á mayores gastos
corresponden menores productos; pero la comparación en
esa forma para diez años f<.lstidiaría demasiado ~l. nuestros
lectore~:~. Por tanto, solamente haremos en seguida la com-
paración de los productos líquidos, en esta forma : *
Producto líquido de 1879 á 1880 .. _... $ 1.253,474-25
r>roduüto líquido de 1881 á 18d2. _______ 750,375-20

Diferencia á cargo de la Regeneración.$ 503,099-05


----
los gastos de
En este año hubo una diferencia. en
$ fJ3,259-37 ~ á cargo de la Regeneración.
Producto líquido de 1879 á 1880...... $ 1.253,474-25
Producto líquido de 1882 á 1883 ..... . 525,180-97 ~

Diferencia á cargo de la Regeneración $ 728,293-27 t

Producto líquido de 1879 á 1880 ..... $ 1.253,474_-25


Producto líquido de 1883 á 1884. _. _.. 64~,118-50

Diferencia á cargo de la Regeneración $ 610 355-75


'
Producto líquido de 1879 á 1880. ___ .$ 1.253,474-25
Producto líquido de 1884 á 1885. _____ 1.0:30,227-22~

Diferencia á cargo de la Regeneración $ 223,247 -02t


Prouucto líquiuo de 1879 ~í 1880. ___ .. $ 1.253,474-25
Producto líquido de 1885 á 1886 ..... $ 1.282,269-42~

Diferencia á favor de la Regeneración.$ 328,795-17~

. Como eu 1887 se comenzaron á contar los años cconó-


nucos de:de el 1? de Enero, quedaron los cuatro meses
transcurndos de 1. 0 de Septiembre á 31 de Diciembre de

• 1'~~.~~aso }Jrl'Hente q11e nos reftJrimos solamente á las Sn.linas del interior pue11
1as umn tmHH! no ¡nredeu eutrar en ~Juento.s, y ya t>O.bemot! por q né. '
- 128-

1886 para hacerles su cuenta separada, así : en el año de


1879 á 1880 el producto líquido fué de $ 1.253,474-25, lue-
go en cuatro meses fué igual á la tercera parte
de dicha suma, ó sean ..................... __ .. -$ 417,824-75
y en los dichos cuatro meses de 1886 fué de.... 496,484-45

Diferencia á cargo de la Regeneración __ $ 21,340-30


.Producto líquido de 1879 á 1880 ....... -$ 1.253,474-25
Producto líquido en 1887 ........... _.. 1.032,289-57!

Diferencia á cargo de la Regeneración.$ 221,184-67t


-------
Producto líquido de 1879 á 1880...... $ 1.253,474-25
Producto líquido en 1888 ............ $ 977,291-10

Diferencia á cargo de la Regeneración.$ 276,183-15


Producto líquido de 1879 á 1880 ...... $ 1.253,474-25
Producto líquido en 1889.... _.......... 1.084,552-77~
-----
Diferencia á cargo de la Regeneración$ 168,921-47~

Producto líquido de 1879 á 1880.. _... $ 1.253,474-25


Producto líquido en 1890.. . . . . . . . . . . . . 945,234-55

Diferencia á cargo de la Regeneración$ 308,239-70


Producto líquido de 1879 á 1880...... $ 1.253,474-25
Producto líquido en 1b91.. . . . . . . . . . . . .. 710,173-90

Diferencia á cargo de la Regeneración.$ 543,300-35

UESUMEN:
..
Desfalco en el año de 1880 á 1881.: ..... $ 574,483-47!
Id. de 18~1 á 1882 . . . . . . . . . .. . . . 503,099-05
Id. de 1882 á 1883 . . . . • . .. . .. . . . 728,293-27!
Id. de 1883 á 1884 . . . . . . . . . . .. ... 610,355-75
Pasan .....•.•...• S 2.416,231-65
-129-
Vienen .....•.. __ .. $ 2.416,231-55

Desfalco de 1884 á 18 5 .. - .. - . - . - . - - - $ 223,247 -02~


Id. en cuatro meses de 1886.... ._.-. 21,34:0-30
Id. en 1887 ................ - .... - - 221,184-67~
Id. en 1 88 ............................ . 276,183 15
Id. en 1889 ...... _.. _................ . 168,921-47!
Id. en 1890 ........................ . 308,239-70
Id. en 1 91 ........... _.. _......... . 543,300-25

Suman los desfalcos... _... $ 4.17 ,648-12~

Mas como en el año de 1885 á 1886 hubo un producto


líquido de la renta de Salinas mayor que el de 1 79 á 1880,
la diferencia, que fué de$ 328,795-17! la deduciremos de
la suma de los desfalcos para obtener el desfalco total de la
renta en once años cuatro meses de Regeneración, calc.ula-
do sobre ]a base de que en cada. uno de ellos los liberales
hubieran obtenido un t·endimiento igual solamente al de
1879 á 1880, y sin tener en cuenta que en 1885 á 18~6 fué
cuando el señor N úñez subió el precio de la arroba de sal
de un modo extraordinario, pues llegó á ser seis veces el
que tenia antes. Con nn prcc·io tan alto para la arroba de
sal, y no vendiendo cantidades menores de una arroba, era.
de espetarse un rendimiento extraordinario también, y no
fué ~sl.
Decíamos que deduciendo de .......... $ 4.178,G48-12l
el aumento por el alto precio de la sal que
fué de ..... - .................................. $ 328,795-17!

tendremos un ilesfalco en la renta de Sali-


nas de ...... - .. -- ............................... $ 3.849,852-95

Lm• contratos constituyen la legalización de estos des-


falcos, que, á pesar de los números, nosotros nos atrevemos
á suponer quo han sido mayores. Un ingeniero puede cal-
cular la cantidad de agua que ha de entrar por una boca-
toma en determinadas condiciones para separarse del curso
natural de la corriente é ir á fertilizar ajenos predios · pero
ese ingeniero no podrá determinar la cantidad de agu'a que
se haya extraviado por aquella via en las crecientes ó por
causa de las travesuras. 9 ·
-130-

Demostrado como está que los altos precios de la sal


no determinan un mayor rendimiento en la renta de Sali-
nas, no nos parece aventurado aseverar que el Excelentísi-
mo señor Caro ha dado un paso en falso al echar por ese
camino, del cual deben htúr todos los Magistrados pruden-
tes y probos, por más que parezca un meclio fácil para re-
sol,er los problemas de finanzas.

(D,iario de Cundinarnarca número 3667).

DECLARACIÓN INDAGATORIA.
El martes, 11 del presente, fuimos requeridos por orden
verbal del señor Prefecto de la Policía del Departamento, á
fin de que compareciéramos inmediatamente al Despacho
de este funcionario. Como el policial no traía orden escrita
de comparendo, ni la citación se hacía en los términos fija-
dos por la ley, pudimos haber demorado nuestra compare-
cencia, siquiera hasta el día útil siguiente al de la citación ;
pero tuvo á bien uno de nosotros, por motivo que á nues-
tros lectores no interesa saber, presenta1·se en la fecha indi-
cada ante el seño1· Prefecto, quien le hizo rendir una decla-
ración que, si mal no recordamos, se acerca mucho á lo si-
guiente:
"En la ciudad de Bogotá, etc_ .. ___ . __ .. presente en
el Despacho el señor Doctor Enrique Lleras, con el objeto
etc __ . ___ . __ . __ fué interrogado por el señor Prefecto, y
dijo llamarse como queda dicho, ser vecino de Bogotá, sol-
tero y Abogado de profesión. Manifestó no estar obligado á
decir qué religión profesa, y continuó el interrogatorio:
-Es usted el redactor d~l Diario de Oundinamarcct 1
-Sí, señor.
-Usted solo~
-No, señor. En unión de Santiago Lleras, como está
dicho en la cabeza del peri6dico.
-Sabe usted quién es el autor del artículo titulado
Arbitrios Fiscales?
-Permítame usted ...... Está en sección editorial'
-131-

-Sí, señor.
-Tiene al principio la palab1·a adoptado ?
-No, señor.
-Entonces ___ . es de la Redacción. \
-Pero ____ quién lo escribió~ porque hay dos redacto~
res, y no puede ser escr~to por ambos:
-Pues ...... es escnto por cualquiera de los dos: ambos
somos redactores, y ambos afrontamos la responsabilidad de
lo que se diue en el periódico. , . ,
Explique usted el contenido de este parrafo. Diga cua~
les son esos contratos y de quién se sospecha.
El interrogado tomó el impreso y lo recorrió con la
vista. Era el número 3,671 del Diario de Owndinamarca, co-
Irespondiente al viernes 30 del pasado. El párrafo de las
sospecha/! r1ice así :
"En los tiempos que corren, bajo el reinado de la ley 61, al descenso de
la renta de Salinas, causado por los contratos, corresponde una alza del
precio de la sal, alza que, conforma ú la Constitución, no debía entrar en vi-
gencia sino después de seis meses de decretada; disposici6n sabia que, cum-
plida, pondría al Gobernante tÍ. cubierto de sospechas sobre negocios secretos
de compra de sal on grandes cantidades, aun cuando dichas sospechas abra-
zaran tan sólo á los afines y allegados."

Al terminar la lectura, el interrogado se expresó, poco


más ó menos, en los siguientes términos :
" Las razones en que se basan mis sospechas, si es que
éstas pueden basarse, son las siguientes :
1~ El informe que por telégrafo dió el señor Adminis-
trador de las Salinas de Oundinamarca de haberse vendido
cantidades considerables de sal en la Salina de Sesquilé,
después de haberse notificado el alza del precio ;
2~ Los jnformes de haberse hecho ventas considerables
de sal con motivo del decreto, antes de ser éste conocido ;
3:: El alto precio que ha alcanzado la sal en Chita, de~
bido al monopolio establecido allí por agentes del contra-
tista, hecho anunciado primero y publicado luégo por la
prensa periódica., sin que haya habido contradicción algu-
na; y
4:~ Que siendo la Oonstituci6n obra exclusiva del señor
~aro, se~ún expresión del señor Núñez, no puedo achacar á
IgnOI·anma de sn parte el decreto sobre alza del precio de la
sal, decreto con el cual se viola la Oonstitución ; y el señor
-132-

Oa1·o no puede violar la Constitución sino cediendo á in-


fluencias que deben pesar y pesarán sobre él por ser do per-
sonas á quienes les debe casi en absoluto el ocupar hoy el
sillón presidencial, y estas personas son sus afines y alle-
gados.
-Diga usted quién ó quiénes le dieron esos infor-
mes.
- No astoy autorizado para hacerlo. La lealtad me
prohíbe decir qué personas me han haulado en ese sentido,
y quiero acostumbrarme á ser fiel en el cumplimiento de lo
ofrecido, para cuando me toque cumplir ó hacer cumplir la
Constitución de mi Patria!
Con lo que se terminó esta diligencia etc."
No teniendo á la mano en la Prefectura un diccionario
de la lengua, nos aLstuvimos de hacer aclaración alguna
sobre el significado de la palabra sospecha; pero ahora ya
lo hemos visto y saLemos con precisión que sospecha sigui-
ca: lJu,da, incertidzmtbre fJ?~e ..wbreviene por rtlguna causa
l]?te, aunque no convenza, da indicios de lo q'uo puede se·r .
.Atendidas Jas anteriores líneas, venimos en conocimien-
to ele •1ue hay algunos hechos que pueden ser las cau~a~ de
la incertidumLre que sobl'eviene, y que, aunque no 'conven-
za, da indicios de que pueden haberse hecho negocios se-
cretos de compra de sal en graLdes c.antidades. Si estos ne-
gocios fueran, ó hubieran sido públicos, no habría lugar á
sospechas, porque tendríamos entonces la certidumbre.
Pero no es eso sólo. El señor Jorge Holguín ha sido el
contratista de sales más favorecido por el Gobierno. Duran-
te muchos años se le estuvieron pagando hasta Si centavos
en cambio de lo que hoy obtiene el Gobierno por dos centa-
vos. l~8to lo hemos dicho antes de ahora, y nadie •os ba
desmentido. Es, pues, indicio de lo que pncde sm·, en el caso
actual, porque el Gobierno del señor Caro es ol mismo del
señor N úñez, sin solución de continuidad.
El señor Jorge Holguín tenía el deber de pagar alGo-
bierno una suma anual por valor de arrendamientos de unos
(liiles para la elaboración de sal. El señor Holguín no dejó
consta.ncia de haber hecho el pago ; el Gobierno no informa
que el señor Holguín hubiera hecho el pago; ni en la~ )fe-
morías ni en el lJilt/rio Oficittl se encuentra dato alguuo res-
pecto al pago; luego el señor Holguín no pagó. El Oobier-
uo consintió en que el señor Holguíu no pagara, á pesar de
-133-
ber hecho nosotros este mismo cargo por la prensa, luego
señor Holgnín dispone de algo particular q~e lo fav~re~e
los negocios con el Gobierno, y esto constituye un Indl-
de lo qtte puede aer en el presente caso, y es cansa de la
bre, de la duda, de la sospecha.
Al señor Holguín se le hicieron compras de considera-
; con el señor Holgnín se agotaron los esqueletos de
tos ; el señor Holguín, hermano del señor Holgnín,
sin licitaci6n, el contrato de Sesquilé ; el señor Hol-
gnfn edifica ; el señor Holguín siembra; el señor Holguín
escribe en favor del señor Caro; le da posesión al señor
Caro, y, como miembro importantísimo del Congreso, va á
Palacio ; como amigo va á Palacio y conversa con el Presi-
dente; como político va á Palacio y á los Ministerios y allí
es consult~o y atendido. ~ 06mo no sospechar que supiera
el alza de la sal antes que fuera d retada, y que, como ne-
gociante, hi iera contratos secretos de compra de cantida-
des de sal7
Cuando e hizo aquella famosa rescisión del contrato
de Chita, se estipn16 eu el contrato que el Gobierno daría á
Oantini la cantid de ciento treinta mil pesos, y el Gobier...
no se la i6. Nosotros sabemos qué hizo e} señor Cantini
con sos $ 130,000 ; pero eso no es pertinente al asunto. 1iJl
Oorroo Nlleional dijo luégo que la sola rescisión del contra-
to de Chita le costó al GobierRo $ 130,000 en dinero y
S 70,000 en especie, es decir, en sal. Fué retado El Oorreo
& que explicara eso de los $ 70,000, y no pudo 6 no quiso
hacerlo, aunque aquello envolvía un fuerte cargo al Gobier-
no. Más tarde nos vimos precisados á explicar en virtud de
que dieron esos $ 70,000 en especie al señor Oantini y hu..
Dimos de publicar un contrato que hasta entonces fué secre-
to, 1 aunque esto ocurría bajo el reinado de Don Carlos, es
.LI!UJ~.~~a~D dtJ lo q'U6 puede aer. en este caso, y es cansa de la in-
ce · , de la eluda, de la sospecha, tanto más si aten;
moa ¿que el Gobierno actual, oontinuaci6n del otro, y
se ha iniciado violando un~ Constitución heoha
,III~L millmo que la ha violado. (Art. 204:).
denu io dadp cont~ nosotros proviéne del :Mi-
a.•~;,4e Hacieada, casi podemQs as~rar ~U¡?On lo ac
~lODdr~ p ~ la in-,eatÍ8Hi60. d 4elito que ae

~ract• ~moa--~.,
-132-

Oa1·o no puede violar la Constitución sino cediendo á in-


fluencias que deben pesar y pesarán sobre él por ser de per-
sonas á quienes les debe casi en absoluto el ocupar hoy el
sillón presidencial, y estas personas son sus afines y alle-
gados.
-Diga usted quién ó quiénes le dieron esos infor-
mes.
-No estoy autorizado para hacerlo. La lealtad me
prohíbe uecir qué personas me han hablado en ese sentido
y quiero acostumbrarme á ser fiel en el cumplimiento de 1~
ofrecido, para cuando me toque cumplir ó hacer cumplir la
Constitución de mi Patria l
Con lo que se terminó esta diligencia etc."
N o teniendo á la mano en la Prefectura un diccionario
de la lengu~, nos abstuvimos de hacer aclaración alguna
sobre el significado de la palabra sospecha; pero ahora ya
lo hemos visto y sabemos con precisi6n que sospecha sigui-
ca: Duela, ince'rtidmnb1·e que subreviene po·r alguna cau.sa
que, a/tmque no convenza, da indicios de lo que puede ser.
Atendidas las anteriores líneas, venimos en 'conocimien-
to de que hay algunos hechos que pueden ser las causas de
la incertidumbre que sobreviene, y que, :tunque no ·conven-
za, da indicios de que p-ueden haberse hecho negocios se-
m·etos de compra ue sal en grar.des cantidades. Si estos ne-
gocios fueran, ó hubieran sido públicos, no habría lugar á
sospechas, porque tendríamos entonces la certidumbre.
Pero no es eso sólo. El señor J m·ge Holguín ha sido el
contratista de sales más favorecido por el Gobierno. Duran-
te muchos años se le estuvieron pagando hasta 8~ centavos
en cambio de lo que hoy obtiene el Gobierno por dos centa-
vos. Esto lo hemos dicho anteR de ahora, y nadie •os ba
desmentido. Es, pues, indicio de lo que puede ser, en el caso
actual, porque el Gobierno de] señor Caro es ol mismo del
señor N úñez, sin soluci6n de continuidad.
El señor Jorge Holguín tenía el deber de pagar alGo-
bierno una suma anual por valor de arrendamientos de unos
útiles para la elaboración de sal. El señor Holgnín no dejó
constancia de haber hecho el pago; el Gobierno no informa
que el señor Holguín hubiera hecho el pago; ni en la: :1\Ie-
morias ni en el lJiario Oficial se encuentra dato alguno res-
pecto al pago; luego el señor Holguín no pagó. El Gobier-
no consintió en que el señor Holguín no pagara, á pesar de
-138-
haber hecho nosotros este mismo cargo por la prensa, luego
el señor Holgufn dispone d~ algo particular q:ne lo fav~re~e
en los negocios con el Gobterno, y esto constituye un Indi-
cio de lo qtte puede aer en el presente caso, y es causa de la
iDcertidumbre, de la duda, de la sospecha.
Al señor HoJgufn se le hicieron compras de considera-
ción; con el señor Holguín se agotaron los esqueletos de
contratos ; el señor Holguín, hermano del señor Holguín,
hizo, sin licitación, el contrato de Sesquilé ; el señor Hol-
gufn edifica; el señor Holguín siemb1·a; el señor Holguín
escribe en favor del señor Caro; le da posesión al señor
<Jaro, y, como miembro importantísimo del Congreso, va á
Palacio ; como amigo va á Palacio y conversa con el Presi-
dente; como político va á Palacio y á los Ministerios y allí
es consul~ y atendido. ~Cómo no sospechar que supiera
el alza de la sal antes que fuera d retada, y que, como ne-
gociante, hi9iera contratos secretos de compra de cantida-
des de sal7
Ouando e hizo aquella famosa rescisión del contrato
de Chita, se estipuló eu el contrato que el Gobierno daría á
Cantini la canti de ciento treinta mil pesos, y el Gobier..
no se la. "ó. Nosotros sabemos qué hizo el señor Oantini
con sos $ 130,000; pero eso no es pertinente al asunto. JjJl
Oorreo Na,cionaZ dijo luégo que la sola rescisión del contra-
to de Chita le costó al GobierRo $ 130,000 en dine:ro y
S 7()-,000 en especie, es decir, en sal. Fué retado El Oorreo
'qae explicara eso de los$ 70,000, y no pudo ó no quiso
haCerlo, aunque aquello envolvía un fuerte cargo al Gobier..
Do. Más tarde nos vimos precisados á explicar en virtud de
q dieron esos $ 70,000 en especie al señor Oantini y hu..
bhilQB de pnhlicar UD contrato que hasta entonces fué seore-
~ J;-&Unque esto ocurría bajo el reinado de Don Carlos, es
wli.c.tO dtt Zo qw puede .aer. en este caso, y es cansa de la in-
-~mtb!oe,, de la eluda, de la sospecha, tanto más si ate11;
que el Gobierno actu~l, continuación del otro, y
......,.., --'--~ ~ se ha iniciado violando una. Constitución he
:JI~~-~~C)• qlilGla ha violado. (.A.rt. 204:).
~~<N•r.~a~
<l&!lUbCio dadp conP;a nosotros proviéne del Mi-
•~~le:.J!acieada. ~ pocfemos asemxra gae cwn lo ac-
Mblldlri,J)IUltote la in eaf i d a,tito que •
-134-

pero de algunos días á esta parte hemos tenido noticias su-


ficientes para juzgar que es hombre que estima en mucho la
reputación que tiene entre sus amigos, y esto nos hace sos-
pechar que, si es él el acusador, se propone solamente hacer
saber que las sospechas de que nas ocupamos pasan sobre
su nombre sin romperlo ni mancharlo. Mas si nos equivo-
camos en cuanto al objeto que se propone, tenemos que BOl-
pechar que de lo que se trata es de hostigarnos en toda for-
ma: con multas, con inserciones forzosas é ilegales y con
procesos seguidos por agentes del mismo Gobierno queman-
da juzgarnos. liJn este caso sí no caben las sospecha~, pues
de seguro perderemos el pleito.

(Diario de Oundinamarca uúmero 3,675 de115 de Octubre).

• ANTE EL SENADO DE LA REPÚBLIOA.


En la relación que hace El Oorreo aoional fecha
17, de la sesión del Senado del día 15, hallamos un apar-
te que estimamos conveniente :reproducir. Nuestros lecto-
res ~aben yá que fuimos llamados á rendir indagatoria so-
bre ciertos puntos de nuestro editorial de fecha 30 de Sep-
tiembre, indagator~ que publicámos, hasta. donde la me-
moria nos fué fiel, en nuestro editorial del número del15
del p1·esente, y que, debido á El Oorreo, sabemos que exal-
tó al señor Holguín hasta el punto de hablar en el Senado
en los términos en que lo refiere el colega, á saber :
"Antes de levantarse la sesión, el honorable señor
Holguín significó que creía de su deber manifestar al "Sena-
do que un periódico ~adical de la ciudad, que á menu.d.o lo
saluda con agresiones é insultos, le hacia en 1 4e
hoy varios cargos calumniosos, que por decoro
-des'?cnder á contestar ; pero ue considerab~¡ on1triiUUa.,..r
constar que había solicitado el Gobiemo hki•a:a~•J•~
las informaciones que fueran neceM.ri
punto verdad; y que tenia la ·mtllm.a
el tal pe 1ódico lo insultaba. ~r ·,fliS1teDJlfi.:J•
o~eto de bnacar suscripto~.
-135-
Ha ascendido, pues, la queja hasta el Senado, y con
ella hemos ascendido nosotros. En extremo nos alegramos
del ascenso, porque quizá después de él no tendrá que des-
cender el señor Holguín para contestar los ca1·gos que él
llama calumniosos; y nos alegramos tambiényorque po-
dremos hacer, para el Senado, algunas explic~cwnes s~bre
nuestras palabras, que en ningún caso han SI~O profen~as
con el objeto de insultar, y menos de calummar al seno1·
Holgnín. .
Revise el que quiera, sea Senador ó no, todos los escr~-
tos que bajo el seudónimo de S. A. L. UsTIO hemos pubh- )
cado en El Relator; revise los que hemos publicado en
esta hoja con seudónimo ó sin él, relativos al asunto de las
Salinas, y diga si hay algo que pueda interpretarse como
insulto, Cf\TUO calumnia. Lo que dijimos en nuestro edito-
rial de fecha del15, y que tánto acaloró al señor Holguín,
yá lo habíamos dicho en diversas formas en los escTitos á
que nos hemos referido. Si el señor Holguín no hubiera
cal.do en el error de creer que descendía al ocupaTse de nos-
otros, quizá porque estamos caídos, habría desde hace mu-
cho tiempo protestado contra nuestras aseveraciones y exhi-
bid? los comprobantes de que habíamos faltado á la verdad.
Y ya que al Senado le llamó la atención sobre este asunto
para manifestarle que lo insultamos y le hacemos cargos
calumniosos, ha debido, nos parece, exhibir allí el señor
Holguín el comprobante de haber hecho el pago que lógica-
mente dedujimos que no ha hecho, en vista de los docu-
mentos oficiales. Este, si es cargo, no es de nuestra inven-
ción; y si el señor Holguín puede probar que estamos equi-
vocados, habría sido cuerdo hacerlo mucho antes de ahora,
cuando lo afirmamos en El Relator y en esta hoja, porque se
habría evitado la molestia que le ha causado la nueva re-
petición, y el tener que solicitar del Gobierno que levante
las informaciones necesa~·ias para poner en su punto la ver-
dad. Todo este trabajo lo habría economizado con el com-
probante de que hemos faltado á la verdad, exhibido en
tiempo oportuno. Por otra parte, no es prudente contar de-
masiado con las buenas disposiciones de los demás á creer
con la sola garantía de la palabra. Los honorables Senado-
res podrán hasta pensar quizá que hemos calumniado, pero
de seguro esperan algo más del señor Holguín: h prueba
de su aseveración. La afirmación de que el tal periódico lo
-136-

insulta por sistema, por más que sea la íntima co1rdcción


del señor Holguín que es con el único ohjeto do buscar sus·
ct·iptores, pone al Senado en el caRo de pensar que al públi-
co lo agrada que se diga mal del señor Holguín, puesto que
por este camino se le compromete á tomar suscripciones al
periódico que tal hace.
Si no es armado del artículo K, el Gobierno no puede
hacer contra nosotros, no obstante la solicitud del señor
Holgnín, sino llamarnos nuevamente á declara1·. Pero de-
clarar sobre qué~
Cuando por primera vez escribimos sobre este asunto,
nosotl'os no hicimos cargo alguno. Nos limitamos á mani-
festar que debía haber ewpleados que nos dijeran que la
suma en cuestión había sido pagada ; y como nadie satisfizo
nuestra justa exigencia, hubimos de concretar el cargo en
las publicaciones posteriores.
~Debía el señor H olguín pagar una suma anual por
anendamionto de unos útiles de elaboración de sal~
Sí, en virtud de un contrato.
t Pagó el señor Holguín ~ N o, porque no hay constan-
cia de ello en los documentos oficiales.
~Hizo el señor Holguín muchos contratos con el Go-
bif'lrno ·~-Sí, y este no es cargo á él sino al Gobierno en
todo caso.
~ Fueron ilegales muchos de esos contratos ~-Sí, y el
señor Holgnín no fué quien faltó á la ley al contratar.
~Es el señor Holguín un gran personaje ante el Go-
bierno, y miembro importantísimo del Oongreso ~-Sí, lue-
go. __ .etc. ·
Decimos que muchos de los contratos hechos con el
señor Holguín fueron ilegales porque la ley prohíbe termi-
nantemente hacer contratos de elaboración de sal, y todos
los del señor Holguín fueron de esta clase.
Este será el resultado de las informaciones qt1e levante
el Gobierno para poner en su punto la verdad, en satisfac-
ción al señor Holguín.
A nuestro turno, nosotros también signifi.camm~, antes
de terminar, que creemos de nuestro deber manifei'tar al
Senado que el señor Holguín tiene razón en acalorarse,
porque siempre es mejor lJevar una vida cómoda y tranqui-
la; que tiene razón en quejarse al Senado, cuando no ¡me-
de hacerse otra cosa ; pero que por eso JDismo no se nos
- 137-
debe negar el derecho de vivir acalorados, llevando una
vida incómoda, intranquila; cuando no tenemos ~enado á
quien quejarnos al presenciar que al uno se le destierra, al
otro se le confina, á éste se le encarcela, á aquél se le reclu-
ta, y cuando á nosotros se nos debe la cantidad de seiscien-
tos pesos ! que nos han desbalijado en forma de multas.
Onando escribimos nuestro editorial del número de 30
de Septiembre, no tuvimos intenci6n de zaherir á determi
nado gobernante. N os referíamos á todos los gobernantes
que no cumplieran la Constitución. No nos referimos á de-
terminados contratos secretos, sino á los que pudieran ha-
cerse cuando las circunstancias son favorables para saber
con anticipaci6n las providencias del Gobierno. N o nos re-
ferimos á ciertos afines y allegados, sino á los que natural·
mente ti e todo gobernante.
Si no vimos obligados á decir, con motivo de las sos-
pechas, lo que sin la indagatoria no hubiéramos dicho, cul-
pa es de quien la hizo pedir, y contra él debe volver el se-
ñor Holgnfn sus enconos, bien entendido que nosotros he-
mos aplaudido y aplaudiremos el celo escrupuloso de quien
desea pasar por ciertos puestos con las manos en los bolsi-
llos y erguida la frente.
Para terminar, decimos y afirmamos que en nuestros
escritos sobre el ramo de Salinas no hay una sola palabra
insultante, ni la habrá á pesar del mal ejemplo. N o entra
remos jamás en el campo de los insultos. Ese lengnaje pue-
de que sea de buen recibo entre algunos literatos. Nosot,ros
no lo emplearemos aunque estamos, ó pudiéramos creer es-
tar autorizados para emplearlo, después de los escritos con
que suele regalarnos algún alto personaje del Gobierno, al
hablar del señor Carlos U ribe, ó de su contraparte en un
pléito. i no estuviéramos autorizados pa1 a usar de •n len..
guaje parecido, tendríamos que convenir en la existencia de-
caataa privilegiadas en el Gobierno.
IDú.crio de OuradincatnCirCG número 3,677)
-138-

SALINA DE CHITA.
CONTRATO REFORMATORIO.

Un hábil contratista, compatriota nuestro decía en


. , : ."No se afanen ustedes por lo que pueda
una oca!Uon ' per-
derse en el pruner contrato. Lo que importa es hacerlo y
después vendrán los reformatorios." '
En nuestro artículo titulado ÜTRA VEZ LA SALINA DE
CHITA, publicado en el número 3,640 de esta boja, demos-
tramos que el contratista de la Salina de Ohita no podría
cumplir honradamente el contrato; y dijimos también que
la historia de la dicha Salina nos daba el convencimiento
de que allí no puede existir el monopolio sino cuando sea
consentido por los empleados del Gobierno. En previsión de
que el contratista tuviera en mira el poder vender la sal á
un alto precio, reprodujimos las disposiciones legales sob1·e
la manera como debe hacerse la 'enta. de la sal, cuando
ella no alcanza para satisfacer el pedido ; y aún más : hici-
mos notar que el contrato estaba elaborado precisamente
como para que llegara ese caso, pues no veíamos otro modo
de obtener utilidad en él, sino negocümdo con la sal y ex-
torsionando á los compradores, ó promoviendo una resci.,ión
de aqu.ellas pingües que yá conocemos.
Recordamos haber leído en El Om"i'eo Nacional un pá-
rrafo así:
" El contratista no se arredra tampoco con que la
combinación proyectada tenga en sus principios mal éxito.
En ocasiones necesita que así suceda, pues los buenos con-
tratos, para que no alarmen ni despierten envidias, deben
iniciarse con apariencias de muy favorables para el Tesoro
público. Lo que importa es asegurar el contrato; eon el
tiempo él se irá mejorando. N u estros arrieros tienen. una
frase muy gráfica, que nos da el secreto de los contratistas:
"En el ca.mino se arreglan las cargas"." .
Atendido el curso que ha traído el contrato de Ch1ta,
se po~ría asegurar que el contratista estaba bien poseído
del valor de los consejos que hemos copiado. En efecto,
arregl6 un contrato que á todas luces era provechoso para
el Fisco, en concepto de los que no estaban en el secreto Y
en el de quienes estaban muy en él ; se habló de las venta-
jas del contrato; se acallaron las voces disonantes, Y ya se
-139-

va llegando al punto calculado. De .acuerdo con el contra-


to, la sal producida en los primeros meses no había de a}-
canzar para el pedido; á causa de la falta de 1
sal, el prec,lO
de ésta había de subir exageradamente; el pueblo clamar1a,
por supuesto, contra tamaña iniquidad, y esto daría ocasión
á que el Gobierno provocara una rescisió~ ventajosa, á la
cual habría de resignarse c'.lalquiera.
Hemos llegado ya á ese punto. Se están f.J ,l'l'eglando las
cargas. Estarnos en los contratos ¡·eformatorios.
En una rectificación que hace el señor Ramón Casta..
llanos, miembro de la Cámara, en el número de El Correo
Nacional correspondiente al sábado 22 de Octub1·e, halla-
mos lo siguiente :
"Me permito indicarle que yo no me pronuncié en
contra del contrato, sino que como miembro de la Comisión
de Hacienda, autor del informe y del proyecto de ley en
que se propone la aprobación del contrato expresado, ma-
nifesté, con el objeto de ampliar los puntos del informe,
que las diferencias más sustanciales que había encontrado
entre los dos contratos, el celebrado en Abril último con nn
señor Jiménez, y el adicional y reformatorio que se discu-
tía, celebrado con los cesionarios de aquél, habían sido las
siguientes:
''La de dejar á favor de dichos cesionarios el alza oficial
en el nuevo precio de la sal, 6 sean cuarenta centavos en
cada arroba ($ 76,800 en las 192;000 arrobas que están obli-
gados á producir) ;
"La de dejar á favor de los mismos la suma de diez
centavos en cada a1·roba de las que excedan de las 192,000
y que rro pasen de 24,000 (ó sean $ 3,800 en caso de llegar
al máximum de elaboración fijado) ; y
" El establecimiento del prorateo legal en el nuevo
contrato; de manera que el alto prE;,cto que el artículo ha.
tenido en aqu-ellas comarcas, debido seguramente al mO'Ilo-
polio de que había hablado la prensa poriódica de esta ca-
pital, cesaría en absoluto.
"Manifesté que al prindpio mi opinión particular ha-
bía sido la de una rescisión, una vez que personas conoce-
doras del laboreo 6 explotación de aquellas Salinas m(} ha-
·~~&an.\81!166!'1ar~Ldo que el precio del arrendamiento e;a insos-
WJ!bl~ ; pero que como e.sta rescisión, al s-er solicitada por
~·~wno, tlaetía conSlgo probablemente indemnizaai
-140-

de pmj uicios por parte de él, me había resuelto á sostener


el contrato."
De modo que sabemos por el señor Oastellanos que se
ha hecho un contrato reformatorio del celebrado con el se-
ñor l\fanuel N. Jiménez, de arrendamiento de las Salinas
de Ohita y Muneque, y esto en contra de lo dispuesto por
el artículo 1~, parágrafo l. 0 de la lev 46 de 1882 sobre Sali-
nas, que dice : ~ '
"Oomo,consecuencia del mismo principio de no po-
derse celebrar ningún contrato de elaboración sino en lici-
tación l)Ública, queda formalmente prohibido el que dichos
c~:mtratos puedan ser modificados por actos posteriore~, adi-
Cionales ó aclaratorios. Tales actos, además de su nulidad,
sujetarán al Secretario de Estado que los autorice á la res-
ponsabilidad penal á que baya lugar."
Hemos transcrito el parágrafo anterior porque, dadas
las condiciones del señor Ministro y del Excelen,tísimo señor
Oaro, y atendidas las palabras del ~efíor Ministro de Go-
bienw, éste (el Gobierno) no puede errar sino por falta de
conocimiento.
N os dice el señor Castellanos que las diferencias más
sustanciales entre los dos contratos son: la de dejar á favor
de los arrendatarios el alza oficial en el precio de la sal, ó
sean cuarenta centavos por arroba, lo que equivale á decir
que se les dan $ 76,800 anuales ; y diez centavos por cada
arroba en las que excedan de las 192,000 y no pasen de
24,000 ó sean $ 4,800 anuales. En junto $ 81,600 anuales.
De modo que en cinco años de duración del contrato, serán
$ 480,000 ! Mas como en el caso de bajar otra vez el precio
de la sal, cesar' a la ventaja de los 40 y de los 10 centavos,
se determinaría la necesidad de un nuevo contrato reforma-
torio.
En vista de lo anterior, habría sido indudablemente
menos ruinoso para el Tesoro promover la rescisión, aun-
que hubiera costado otros $ 130,000 en dinero y 70,000
en sal.
Esto en cuanto al desfalco, que en cuanto hace rela-
ción al e::;tablcoimicnto del prm·ateo legal en el nuevo contra-
to, ·no alcanzamos á comprender qué es lo que han querido
decir los contratistas, el Gobierno y el señor Castellanos.
Siendo la ley clara y terminante en cuanto al modo de
vender la sal cuando ésta no alcanza á !latisfacer el pedido,.
-141-

por qué había de ser asunto de un contrato e~ .est~lbleci­


miento del prorateo ~ El decir pro~·ateo legal esta mthcando
que se sabía que la ley lo prescribía, y al hare;lo asunto ,del
contrato, se reconoció y declaró que se hab1a falt~do a la
ley. Yá llCuws copiado en otras ocasiones los térnnno~ del
Código Fiscal relativos á este a::mnto, y no los repetnuos
ponplC vemos que aquí el Gobierno no ba er~·ado yor falta
de conocimiento. (Oúdigo Fiscal y Decreto eJecutivo de 18
de Septiembre de lb88, número 77 ).
El desconocimiento de la ley que prescribe el proratco
de la ~al, por parte de todos los que han intervenido en el
contrato de Ohita, aparece: l<? del contenido del comunica-
do que publicó .l:!Jl Gorreo de 22 de Octubre, firmado por los
arrendatarios ; 2? de la cláusula del contrato reformatorio
en que se establece elprorateo legal; y 3? del telegrama tlel
seííor 'l-regorio Ojeda en que comunica al señor Caro que
el pro rateo de la sal ha 'Utcjorado la situación.
Pero sería singular hasta el colmo que se aceptara la
protesta de los contratistas por el establecimiento del pro-
rateo legal, con reclamación por daños y petjuicios. Lejos
de consentir el Gobierno en semejante abuso, debería e1::igir
de los arrendatarios la responsabilidad en que hayan incu-
rrido por haber faltado á la ley.
Toda.vía. hay otra ~osa más singular, y es que el ex-Mi-·
nistro que contrató con el señor Jiménez, apoye en la Cá-
mara, como ]linistro de Fomento, el contrato 1·cformatorio.
Qué tal si fuera aún J\1ini8tro de Hacienda!
i Qué vale para los consumh.lores que se proratee la. sal
si en el contrato se permitió que el arremlatar~o no estu-
viera obligado <t producir sino basta 8,000 arrobas mensuales
en los tres primeros meses, cantidad del todo insuficiente 1
.i <:Jómo podrá calificarse il bocho de aceptar aquello, sa-
biOndo, como debía saberlo el señor Goenaga, que en Ohita
ha habido meses de venderse más de 39,000 arrobas de sal'
(Marzo de 1887).
Para coucluír, nos pa1ece oportuno copiar el artículo
del ?ontmto refe1·ente á la obligación contraída por los con-
tt·atista8 de vender la sal al precio oficial. Dice así :
"Ji~~ue,..; no podt·á vender las ~m les á precios mayo!·es
de lm~ ofimale8 en la Salina do Zipaquirá."
"! ~l artícu.lo.3 1! del Decreto nútu. 778 de 1S8S, que dice:
El Aunumstrador de las Salinas de Oluímeza. y el
-142-

arrendatario ele las de Chita y Muneque, proratearán entre


los cornpradores de {ltera., cuando no haya cantidad suficien-
te para atender á todo el pedido, la existencia del artículo
que hubiere en los almacenes.,,
Antes de lo dispuesto en el artículo anterior, el Códi-
go Fiscal ordenaba en su artículo 492, que "En las Salinas
cuya producción no alcance á subvenir al consumo y consi-
guiente demanda del artículo, el respectivo Administrador
determina1·á el prorateo de la sal existente, entre los com-
pradores concurrentes, señalando algunas horas del día
para recibir los pedidos y anotarlos. Concluído el término
se hará la distribución teniendo en cuenta la distancia desde
donde los compradores llegan á hacer sus pedidos para dar-
les la mayor cantidad posible. Los vecinos del distrito donde
estén situadas las Salinas no entrarán en más de una dis-
tribución semanal de las ordenadas en este artículo."
Las citas anteriores bastan á probar que no nos guía
al escribir el solo espíritu de oposición; pero si algo más se
necesitare, tenemos á la vista el estudio hecho por el señor
Olimpo Gallo, antiguo alumno de la es0uela de Minas de
Saint-Etienne (Francia), y de él copiamos lo siguiente,
con referencia á la Salina de Chita, y publicado en La Na-
ción número 1, 700. Regían entonces los precios estableci-
dos recientemente por el Gobierno del señor Caro, y el se-
ñor Gallo decía :
"La sal que se compacta actualmente excede en mucho
del consumo que hoy tiene; ya hemos apuntado las dificul-
tades que se presentan para¡ el trasporte, y á ellas se reúnen
las que resultan del elevado precio de la sal. Han compra-
do la libra de sal á 20, 30 y hasta cincuenta centavos, los
que tienen rerursos para ello; pero los infelices de estas co-
marcas, no pudiendo hacer otro tanto, se han visto obliga- ·
dos á suplirla con el sulfato de soda, el de alumina, el de
hier1·o, etc., es decir, han tenido que stticidarse necesaria-
mente al condimentar con estas sales nocivas á la salud sus
mezquinos alimentos. En La Concepción (García-Rovira),
por ejemplo, existe una fuunte salina ;'contienen sus aguas,
además del cloruro de sodio, algunas sales de magnesia ; en
los próximos meses pasados, muchos de los habitantes de
esa comarca se vieron precisados á emplearla, y los estra-
gos que ocasionó motivaron su abandono. Y esto que suce-
dió allá se observa aún en estos lugares."
- 143-

Nótese que en esas regiones, al Norte de Chita! hacen


estragos la anemia y el cretinismo, y que la elefancia pro-
gresa 1·ápidamente.

( Dia1·io de Cundinamarca número 3,678).

COSAS SERIAS.

La lectura del remitido oficial que por segunda vez inser-


tamos hoy en esta hoj a, por orden del Suprem? Gobiern_?, ~os
sugiere a~;unas ob:;ervaciones en que vamos a entrar, a nes-
go de fastidiar á nuestros lectores, con el fin de hacer notar
las irregularidades cometidas al celebrar ciertos contratos y
durante la vigencia de ellos. N o será otra cosa la que se
propone el Supremo Gobierno al llamarnos la .!ltención so-
bre los documentos que nos ha mandado publicar.
Se trata de saber quién tiene la razón en la polémica
entablada entre el contratista de la Salina de Sesquilé y el
Administrador principal de las Salinas de Cundinamarca,
con motivo de las ventas de sal hechas en aquella Salina
en los momentos en que se elevaba el precio de la sal por
decreto de fecha 9 de Septiembre, y para ello se hace pre-
ciso recordar, por lo menos, las clámmlas pertinentes del
contrato; peTo siendo éste vicioso desde su principio, bueno
será llamar la atención del Congreso á un hecho de suma
importancia, cual es la prescindencia en absoluto de una
disposición constitucional en virtud de la cual el contrato
celebrado con el señor Gustavo Sánchez no debía haber en-
trado en vigencia sin haber sido aprobado por aquella Cor-
poración.
El inciso 16 del artículo 120 de la Constitución que
determina las facultades del Presidente de la República
dice: '
''Celebrar contratos administrativos para la prestación
de servicios y ejecución de obras públicas, con arreglo á laa
leyea .fiacalea, y con la obligación de dar cuenta al Congreso
en 8U8 aeaionea ordinariaa."
-144-

Las leyes fiscales á que se refiere el anterior inciso, son:


El artículo 1536 del Cóiligo Fiscal, que dice:
"Todos los servicios de esta clase que hayan de efec-
t'!-arse á_ v_irt~~ de ~n.crédit? l~gislativo, se contratarán por
v1a de hCitacwn pubhca, adJUdicando los contratos al mejor
postor, salvo las excepciones comprendidas en el artículo
1538 de este Código ; " y
El aTtículo 1537 del mismo Código, que dice:
"Para la adjudicación de contratos de compras, cons-
trucciones, reparaciones, trabajos tipográficos, y en general
de toda clase de servicios que hayan de efectuarse por me-
dio de licitación pública, según las disposiciones vigentes,
y para la enajenación do bienes ó efectos de la Nación, en
cuya operación no haya reglas especiales prescritas por la
ley, se observarán las reglas siguientes:
"1:: Se publicarán avisos con un mes de anticipa-
ci6n, etc."
Y el artículo 12 de la ley 46 de 188k, dice:
" En ningún caso podrá prescindirse de la formalidad
de la licitaci6n pública y de las demás establecidas por las
leyes para la celebración de contratos sobre elaboración de
sal por cuenta de la Nación. El sometimiento de dichos
contratos á la aprobación del Congreso no eximirá á quien
los C<'lebre de la Tesponsabilidad en que incurra por la. vio-
lación de la ley." .
La primera de las condiciones fijadas en el artículo 403
del C6digo Fiscal, que trata del arrendamiento de las Sali-
nas, dice:
"La invitación á contrato se hará llamando la licita-
ci6n por medio de la publicación semanal del pliego de car-
gos. Este documento debe expl'csa,r el día señalado. para la
celebración del contrato, que no bajará de noventa día~ con-
tados desde la fecha de la invitación, y las principa.le8 con-
diciones á que deben someterse los contratistas."
Según las anteriores disposiciones, el contrato celebra-
do con el señor Gustavo Sánchez en 11 de Marzo de 1891,
debió haberse sacado á lic'itaci6n y adjudicado al mejor pos-
tor; y una vez adjudicado, no ha debido entrar en vigeneia
sin la. aprobación del Congreso; pero el Poder Ejecutivo
de aquel tiempo, señor Carlos Holguín, no sabemos por qué
interés, tuvo á bien eludir 1!1. dieposición constitucional y la
legal del Código Fiscal. Las razones que adujo para cele-
-145-

brarlo, son: 1~ Decir que el contrat?, no es ade a~re~da~en­


to, sino de conservación y explotamou, y 2. El InCISO 4:. del
artículo 1538 del Código Fiscal, que dice : ,
"Entiéndase por contrato privado el que no esta so-
metido á adjudicación pública al mejor postor. Puede con-
b·atarse privadamente:
.... ,·, 4? .P~~~ -1~~. ~b;~s- -~ -~bj.et~~ -d-~ ·¡rt~ ·¿ p~~~i~IÓ~. ~~y~
ejecución no pueda darse sino á artistas aprobados, ó á cier-
tos profesores."
Resulta, pues, que el Gobiern?, en su a~án por contra-
~ar, deelaró al señor Gustavo Sanchez artista aprobado 6
profesor en obras ú objetos cuya ejecución no podía confiar-
se á otro. Es de admirar la facilidad que tuvo aquel Poder
Ejecutivo para conceder grados en las artes. En el mes de
Febrero du. 1891 fué llamado á Palacio por el señor Presi-
dente el señor Manuel Núñez U., con el objeto de pedirle
algunos datos ó informes con respecto á la Salina de Ses-
quilé, y el señor Holguín le preguntó si él se haría cargo de
la explotación de ella. Era, pues, el señor Núñez en esos
momentos artista aprobado ó profeso1· de las condiciones
requeridas para entrar en el Código Fiscal por la ventana,
es decir, por el inciso 4~ del artículo 1538. De manera que
si el señor Núñez hubiera aceptado el grado, habría pres-
cindido el señor Holguín . de conceder el mismo honor al
señor Gustavo Sánchez. O fué que á éste se le llamó prime-
ro, y entonces se olvidó la formalidad del grado, ó por cual-
quier causa hubo la intención de prescindh· de él como pro-
fesor especialista.
En la explotación de una Salina, por medio de tala-
dros, no hay obras ú objetos de arte ó precisión, cuya eje-
cución no pueda da1·se sino á artistas aprobados ó á ciertos
profesores ; y menos se requieren dichas condiciones para
conservar en buen estado los edificios, útiles y elementos
que fueron objeto de contrato con el señor Sánchez. El Go-
bim·no creyó que era un buen recurso el llamar el contrato
de consm·vaci6n y explotación para no decir (llrrendamiento
pero la ley no hace referencia á los nombres de los contra~
tos, sino á los servicios que se prestan. Por otra parte, si
a!guno me:ece el grado ~~profesor en la Salina de Sesqui-
le, es el senor Manuel Nunez U., pues bajo la dirección 6
10
-146-

inspección de él se hicieron las obras cuya conservación fué


contratada con el señor Sánchez.
Admitamos que el procedimiento adoptado para la Sa-
lina de Sesquilé sea, á pesar de todo, provechoso para el
Tesoro. i Qué razón puede darse para no haber procedido á
hacer igual cosa con la de Zipaquirá, donde se estableció la
explotación y la elaboración por el sistema de Administra-
ción~ ~Por qué no se consideró al señor Davison como ar-
tista aprobado ó profesor en sal, más bien que nombrarlo
Elaborador Oficial 1
Hoy tenemos que la Salina de Zipaquirá. se explota por
administración; la de Chita está en auendamiento; en la de
Chámeza, hay contrato de elaboración; la de Sesquilé <>stá
en conserl.'llción y explotación; la de Nemoc.ón. en licitación,
suspendida porque cursaba en las Cámaras un proyecto de
ley sobre Salinas, que no conocemos; la de Tausa, cerrada;
las de Curumal y U pín, en arrendamiento.
El artículo 449 del Código ..c?iscal, dice :
" Todas las Salinas de propiedad nacional cuya elabo-
¡·ación y explotación sea conveniente á juicio del Poder
Ejecutivo, serán administradas' 6 dadas en arrendamiento
con arreglo á este título." *
Resumiendo lo dicho en nuestros últimos escritos sobre
el ramo de Salinas, tenemos que se hizo un contrato de
arrendamiento de la Salina de Chita, á sabiendas de que el
contratista no podría cumplirlo sino estableciendo el mono-
polio para vender la sal á un precio exagerado; que se esta~
bleció el monopolio á causa de haber prescindido del pro-
rateo al vender la sal; que el contrato entró en vigencia sin
ser aprobado por el Congreso; que se hizo un contrato re-
forniatorio contra lo dispuesto por la ley ; que se hizo un
contrato para la conservación y explotación de la Salina de
Sesquilé, sin previa licitación; que el contratista ha vendi-
do más sal de la que debía vender en el mes; que hubo ven-
tas de consideración en los momentos en que se decretaba
el alza del precio de la sal; que el decreto sobre el alza fné
publicado en esta ciudad el día 9 de Septiembre y se supo
en Zipaquirá el d:ía 10 y en Sesquilé elll á las diez a. m.,
* Podrán darso en arrendamiento, hasta por cinco alios, aquellas Salinas en que
uo se hallen montadas la explotación 6 elaboración de manera que presten facilida-
des para administrarlas, ó en que este sÍlltema sea. perjudicial ó inconveuiente.
(Artículo 460 del Código Fiscal).
-147-

pm·o que en la Salina de Sesquilé no se sup~ hast~ la.s dos


p. m., del mismo día 11, no obstante que l.a d1stanma entre
la Salina y la población, se recorre, á lo más, en 15 minutos.
Todas estas irregularidades ó errores no puede haberlos
cometido el Qlobierno sino por falta de conocimiento; ¡1ero
es lo cierto que todos determinan mayores utilidades para
los contratit3tas. La falta de conocimiento del Presidente y
dell\1ini:3tro debe ser suplida por el conocimiento completo
que de todas las leyes y decretos, y de los contratos de toda
clase, deben tener los empleados especiales del ramo en
quienes el Gobierno deposita su confianza, y tal parece que
los intereses de aquellos empleados estuvieran ligados á los
de los contratistas.
En el contráto· celebrado con el señor Sánchez se esti-
puló la 1·escisión en el caso de falta por parte del contratista
á alguna de ms obligaciones contraídas; es así que Ránchez
ha Tendido más sal de la que debía vender en cada mes (r@
20.000), luego el contrato debe rescindirse.
Dejaremos para después el ocuparnos en hacer los co-
mentarios á los documentos de los señores Acevedo y Sán-
chez.
(Diario de Oundinamarca número 3,680).

.
INSISTENCIA.
. Por tercera vez insertamos hoy en la sección corres-
pondiente el remitido oficial sobre el asunto de las ventas
indebidas de sal ocasionadas por el Decreto de 9 de Sep-
tiembre, y como no sería corriente fastidia1· á nuestros lec-
tore~ con la repetición injustificable de piezas yá conocidas
procnrarCI~10S ver si sobr~ el _a;~unto de q.ue ellas tratan po:
<le;mos decir~ al~o en ~xphcacw? del motivo que ha deter-
nnnado a~ 6ob1erno a darnos m·denes que ¡1odriamos dejar
de cumphr, en uso de nuestros derechos, si hoy imperara
ob·o ~01·echo que no .fuera el de la fuerza . .Al leer las piezas
moncwnadas cualqluera puede ¡)ensar que el Gobiel'no se
¡H'opone honradamente ponel' la verdad en su punto, y que
-148-
tiene en mira algún mal intencionado propósito en contra
del señor GustavQ Sánchez y bien intencionado en contra
del contrato de Sesquilé, pues quizá no estimando suficien-
tes los documentos mencionados por su Señoría el Ministro
de Gobierno en su nota de fecha 26 de .Septiembre, para
probar que nosotros hemos tenido razón de sospechar lo
que nuestros lectores habrán sospechado tam l>ién acerca de
los negocios de sal, se nos ordena, en nota de fecha 2 del
presente mes, la reproducción da documentos que refuerzan
nuestras sospechas.
Se qabrá fijado el lector -en la diferencia. del tono im-
perativo empleado por su Señoría el Ministro en sus dos
primeras notas sobre inserciones, y el de la tercera del ci-
tado día ~. En esta última ya como que aesciende un poco
el tono de su Señoría para. entrar en la explicación de que
nos da esta orden porque el Gobierno está en el caso de rec-
tificar aserciones del Diario ile O""'dinamarca que encierr n
cargos tan graves como infundados. • Esto de que yá nos
hable de rectificación no nos mueve á disgusto porque al-
canzamos á ver que se busca la entrada al Decreto sabre
prensa, aunque sea por los resquicios, para aquello del de,.
recho á la rectificación gratis.
Recordarán nuestros lectores que las sospechas acerca
de contratos secretos de compra de sal, fueron la cansa del
encono de un Senador de la República, y, por" consiguiente,
el Gobierno se propone, en verdad, rectificar sospechas y no
aserciones. Veamos si con los documentos en cuestión las
rectifica ó las ratifica.
Dice el señor Ricardo Acevedo en Zipaquirá :
" Ya en esfa ciudad habían circuZailo profuao¡mMie las
noticias de crecidas compras efectuadas por oaba o que
nunoa han acudido á. mi oficina en a· •tad d a<pJel uti-
culo."
Y nosotrot decimos : si en Zipaqnirá habf
profusamente las noticias de oreeidas c011nm~

1• :exigen al señor A.oovedo los nom.brea ele


ofnsamente aquell~ notioi 1
.O'lil••
Bogotá no habría de sospecb.airse lo mismOl ~e'IIP.-Ill9!ttt
ow.,lfl~( ·
ero continúa el seior AC.
........ Tal ..ver&Githt.talftl'IMJ
- 149 -·
grandes injusticias, pues en ellas se envolvía la reputación
de un hombre que suficientes pruebas de honradez ha dado
á la República." . . ,
i Es defensa que se hace el señor Adm1mstrador, o es
que se propone 1·elevar de sospechas á alguna ?t~·a persona~
Si es lo primero, el informe del mismo Adnumstrador no
es un comprobante suficiente de que el empleado haya cum-
plido con su deber. Esto en el caso de que las sospechas lo
hubieran comprendido á él. Si es lo segundo, la publicación
de los nombre~ de los compradores no releva á otros de las
sospechas, porque precisamente en la ocultación del nom~
bre consiste el secreto de algunos negocios.
Pero hay más: el señor Acevedo dice que el contratis~
ta de Sesquilé está obligado por el artículo 17 del contrato
á pagar mayor suma al Gobierno si los precios de la sal
aumentan, y que en consecuencia dicha obligación debía
empezar á cumplirse en el momento en que se alzaran los
precios. Es lo cierto que el contratista vendió mayor canti-
dad de sal de la que puede vender conforme al contrato, y
es cierto también que la vendió, después de notificada el
alza, al precio que regía hasta el 9 de Septiembre, según lo
afirma el señor Acevedo. Además, la venta se hizo más
bien por exigencia del contratista que á petición de los
compradores; luego el contratista tenía interés en vender
la sal al precio inferior. N o pensó en esto el señor Sánchez
cuando así lo hizo constar en la diligencia de visita. Si á
esto se agrega la circunstancia especial de que el contratis-
ta no recibió siquiera la cuarta parte del Yalor de la sal
vendida (~ la vendió al fiado ~), la cosa no deja de suminis-
trar alguna lnz en el asunto. ~:El contratista temía, tal vez,
perder con el alza del precio~ Veámoslo. Si él tenía derecho
á disponer de la sal á pesar del contrato (artículo 4?), sin
pagar el aumento col'l'espondiente en el precio por causa
del alza, debía afanarse más bien por conservarla para ven-
derla al precio mayor, haciendo grandes utilidades · y si no
podía disponer de ella en cuanto pasara de 20 000 a1:robas ó
, a·1sponer de ella, pero pagando él al' Gobierno un
po d1a '
aumento en el precio, no podía ó no debía estar interesado
en vender la sal que vendió, basta el punto de hacerlo más
bien por exigencia de {.1 que á petición de los compradores.
El señor Acevedo dice :
" En Sesqtúlé contratista Sánchez vendió, después de

f
1

-150-
notificados suR empleado,., del alza, 41,306 de 2~ y morona,
ann cuando no tiene derecho de vender sino cantidad sofía-
lada, artículo 4. 0 del contrato."
Este os un motivo para ]a rescisión en cumplimiento
de lo establecido en el contrato mismo.
Dice el soííor Accvcdo quo en N cmocón bnho compras
<lo alguna signiticaci<Jn :í, iinos de Agosto y principios ele
Septiembre, llOl' la creencia en la. próxima. ahm, y qnc el
tlía de la comunicación HO vendieron ü:)O arrobas de vi.jua
antes de notificar al Inspector. JJuego sí se tuvo notima an-
ticipada, del Decreto, y esto no pudo ser sino JlOr personaR <Jne
tienen facilidades pura. saber la.s disposieiones del Oobicrno.
Bneno será hacer notar flUO Ja. persona qne tiene la
fortuua de saber con anticipación el alza repentina dd pre-
cio do la sal, no está obligada <Í hacer com1n·as on <lctenui-
nada. Haliua; puede hacerlas en la. que le eouvcnga. Tampoco
ostá ohligada á hacerlas personalme te ; puede hacerlas por
interpnc~ta. pcn'lona.
De lo anterior so deduce :
l. 0 Que había motivos para sospechar ;
1
2~ Qne hubo Hospecbas;
;3~ (Jue hubo ventas do consideración j)Ol' cansa del alza
del precio de la sal, y que hubo quien tuviera noticia anti-
cipadmnente;
4? Que se hicieron ventas indebidas ;
0
5. Que Aéovcdo debe da1· los nombres de los que cir·
culaban profusamente ciertas noticias ;
6~ Que los documentos cuya pttblicación y rop1·oducción
se nos ordena 110 I'cctifican Hino ratifican ;
7? Que el contrato de Sesqnilé, como el de Ohita, debe
rescindirse ; v
8? Que l{osotros no hemos hecho a,,·ercioncs, sh.1o ex-
puesto motivos de sm~pccbas, y que los earg·os, graves ó no,
que cllaH encierran-si es que las sospechas encierran car-
gos-no son infundados. , .'
Para concluít· diremos que el artículo 493 del Oód1go
l!"'i1-lcal previene que ' :í D<H.lic se le CJÜl'Pgno l~L sal que s~ lo
ha va VPilclido sin haber consio·nado antes su valor cu dme-
ro,"ó en los equivalentes
' '
legalmente admisibles en la com-
pra do este efecto venal de la Nación. Esta falta. de parto
del contratista :í lo ordenado terminantemente por el Có-
di4ro
b , debería ser otro motivo de rescisión del contrato, sin
. 151 ~

desembolso pa1·a el Gobierno por vía de indemnización,


como lo temía el señor Castellanos respecto del contrato de
Ohita.
Además, conforme al artículo 5. o del contrato, hay
ol>ligación para el contratista de verificar todas las ventas
de sal en presencia del Inspector de la Salina, de quien re-
cibirá también las cantidades que tome para elaborar por
su cuenta; y, según los artículos 3. 0 y 4. 0 , estas cantidades
son las que el público no le compre. ~decir, que mes por
mes el contratista debe ¡·ccibir, para elaborarla, la sal gema
que no baya vendido basta completar 20,000 (ji) sobre la que
baya vendido. Esto no es calumnia, ni ca1·go infundado que
necesite rectificación de parte del Gobierno Supremo.
Tanto el Administrador de las Salinas de Oundina-
marca, como el contratista de Sesquilé, interpretan errónea-
mente l;j-:_ contrato, pues no debe haber acmnulación de los
sobrantes de sal pal'a disponer de ellos el contratista en una
sola vez, dándolos á la venta sin elaborarlos.
(Diario de Ottndinamarca número 3,681).

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