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Los empleados pueden diferir en múltiples características: algunas muy importantes para el
desempeño laboral, como los conocimientos y la experiencia en el puesto. Otras no son nada
importantes, como el color de ojos y la mayoría de rasgos fisonómicos, y otras pueden ser
importantes según los requerimientos del puesto, como la edad del empleado.
A nivel más superficial los empleados difieren entre sí en características demográficas, como la
edad, el género, la etnia o el estado civil.
Debemos ser conscientes de los estereotipos, prejuicios y demás sesgos que existen en nuestra
sociedad al estudiar este tema y la mayor parte de los temas de comportamiento, ya que una
cosa son las percepciones de la realidad y otra muy diferente la evidencia empírica.
La edad de los empleados correlaciona negativamente con la rotación, esto es, a mayor edad
menos probable es que el empleado abandone voluntariamente la empresa. Además, la edad
correlaciona positivamente con las bajas de salud inevitables, algo comprensible cuando la
salud en general se relaciona con la edad. El rendimiento depende del puesto; en general
aquellos trabajos que demanden habilidades que se ven perjudicadas por la edad, como la
fuerza física o la visión, pueden justificar un límite de edad. No obstante, en la mayoría de los
puestos de trabajo de tipo intelectual y sedentario no se justifica objetivamente la
discriminación de empleados de mayor edad.
En cualquier caso el factor clave para predecir un buen desempeño laboral no es la edad "per
se", sino las competencias o habilidades del empleado.
Como conclusión, si bien factores demográficos como la edad o el género, apenas nos ayudan
a predecir el comportamiento organizacional, la realidad es que los directivos sobreestiman su
importancia, dada la existencia de estereotipos y prejuicios sociales que condicionan sus
percepciones de la realidad y lo que es más grave, sus decisiones en materia de dirección de
Un hecho evidente es que las organizaciones actuales son cada vez más heterogéneas. Poco se
parecen a las organizaciones de los años cincuenta a setenta, donde la inmensa mayoría de los
trabajadores eran hombres de mediana edad y la misma nacionalidad.
Hoy la fuerza laboral está formada por mujeres y hombres de diferentes generaciones,
procedentes de diferentes países, que pueden hablar diferentes idiomas, tener diferentes
ideologías religiosas o diferente orientación sexual.
Las organizaciones se han dado cuenta de la necesidad no sólo de atender y manejar esta
creciente diversidad, sino también de los importantes beneficios que les puede reportar.
Cada vez más empresas implementan políticas y prácticas para diversificar su fuerza laboral, ya
que esto se relaciona con la competitividad, el talento, la expansión de las capacidades de la
organización y el acceso a nuevos mercados y clientes.
Una de las dimensiones de diversidad que más interesa a las organizaciones es la relativa al
género. La investigación demuestra que la diversidad de género es positiva en muchos
aspectos: las mujeres pueden aportar un conjunto diferente de habilidades y estilos de
dirección, a menudo aprenden a hacer más con menos, son resolutivas y tienen un estilo
interpersonal más abierto y comunicativo que favorece el trabajo en equipo.
Cuando las mujeres llegan a la cima de la organización, los beneficios pueden ser incluso
mayores: la investigación revela que las compañías con porcentajes más elevados de mujeres
en la alta dirección, en promedio, tienen mejor rendimiento económico que aquellas
compañías con los porcentajes más bajos de mujeres en la alta dirección.
Entre los beneficios de tener más mujeres en la alta dirección destacan: actuar como modelos
de rol y mentoras de las empleadas más jóvenes, señalizar al mercado que la empresa es un
buen empleador, y crear un entorno de trabajo inclusivo.
Incluye por tanto, un conjunto de características físicas y mentales que refleja cómo
una persona piensa, actúa y siente, de manera estable y consistente, es decir, a lo
largo del tiempo y en diferentes situaciones.
La teoría más extendida es la llamada Big five, que ha depurado y reducido el amplio
número de rasgos iniciales a cinco dimensiones centrales de personalidad.
Las personas con altos niveles de perfeccionismo son más responsables, sistemáticas,
organizadas, normativas y trabajadoras.
La estabilidad emocional describe el estilo de manejo de las emociones y la capacidad
de soportar la tensión. Las personas más estables son más seguras, relajadas,
entusiastas y calmadas.
La evaluación de los big five puede ser muy útil en las organizaciones para buscar el
ajuste óptimo entre persona y puesto, el cual favorece el alto rendimiento.
Las personas pueden además adaptarse a los cambios, aprender y cambiar sus
conductas para ajustarse a las demandas de la organización.
El auto-concepto es la visión que los individuos tienen de sí mismos como seres físicos,
sociales y morales. Es una manera de reconocerse a uno mismo como un ser humano
distinto. El auto-concepto está muy influido por la cultura: por ejemplo, los
norteamericanos tienden a ser más abiertos sobre sí mismos que los británicos, así el
auto-concepto del norteamericano medio tiende a ser asertivo y abierto.
La autoestima es la creencia del individuo sobre su propia valía y está basada en una
autoevaluación global.
Las personas con alta autoestima se perciben como capaces, valiosas y aceptables y
tienen menos dudas sobre sí mismas. Por el contrario, las personas con baja
autoestima están llenas de dudas y a menudo no toman decisiones o acciones por ello.
Puedes tener alta autoestima general y aun así sentir baja auto-eficacia para realizar
una tarea en concreto, como por ejemplo, hablar en público.
El locus de control es el grado en que una persona siente que es capaz de controlar su
propia vida. Puede tener una orientación interna o externa y se evalúa con el
inventario de locus de control de Rotter.
Las personas tienen creencias sobre si los eventos son controlados principalmente por
ellos mismos, orientación interna o por fuerzas externas como el entorno físico o
social, orientación externa.
Los internalistas, es decir, personas con locus de control interno creen que ellos
controlan su propio futuro
Los externalistas, con locus de control externo, creen que gran parte de lo que les
sucede está fuera de su control y determinado por fuerzas externas como el destino.
La investigación sugiere que los internalistas son mejores en tareas que implican
procesamiento de información compleja, aprendizaje e iniciativa. Muchos puestos
directivos y profesionales tienen estos requerimientos.
El maquiavelismo debe sus orígenes a Nicolás Maquiavelo, autor de "El príncipe", obra
del siglo XVI, una guía dirigida a nobles sobre cómo adquirir y utilizar el poder.
Una persona maquiavélica afronta las situaciones de manera lógica y calculada, siendo
capaz de mentir para alcanzar su meta personal.
Raramente los maquiavélicos son influidos por la lealtad, la amistad, las promesas o las
opiniones de los demás y son muy hábiles influyendo sobre otros. Por el contrario, una
persona baja en maquiavelismo tiende a aceptar la dirección impuesta por otros en
situaciones poco estructuradas y a trabajar duro en situaciones muy estructuradas.
Son independientes entre sí, es decir, un empleado puede tener una alta competencia
numérica y una baja competencia social para trabajar en equipo, o una alta
competencia en idiomas y una baja competencia informática.
Pues bien, cualquier desajuste es una fuente potencial de problemas tanto para la
organización como para el empleado.
Esto implica, primero, identificar y definir claramente las competencias que requiere
cada puesto de la organización, generando lo que se denomina el manual de
competencias de la empresa.
A continuación, este manual sirve para guiar todos los procesos de la empresa en
materia de personas, incluyendo el diseño del puesto, reclutamiento y selección de
personas, evaluación del desempeño, compensación y beneficios, formación y
desarrollorro, planes de carreras.
La esencia del condicionamiento operante es la Ley del efecto, simple pero poderosa,
la conducta que resulta en algo placentero para el individuo, tenderá a repetirse,
mientras que la conducta que resulta en algo desagradable no se repetirá.
Moraleja: si quieres que una conducta se repita tienes que hacer que las
consecuencias para el individuo sean positivas.
Entre las recompensas extrínsecas podemos diferenciar dos tipos: las recompensas
planeadas y artificiales con coste económico, como incrementos de sueldo, planes de
acciones, promociones o coches de empresa, y las recompensas naturales, sin coste
económico, más allá del tiempo o el esfuerzo de quien las aplica, como cumplidos,
reconocimientos, tareas interesantes o feedback.
Debemos considerar que estas recompensas son refuerzos potenciales pero sólo se
convierten en refuerzos reales si consiguen influir en la conducta del individuo.
Si no hay cambio de conducta es que los refuerzos no están funcionando.
Debemos recordar que las personas son diferentes y lo que es un refuerzo para una,
puede no serlo para otra.
Tendremos que consultar y probar con diferentes recompensas para ver cuáles
funcionan mejor y con quiénes.
Para conseguir el máximo poder del reforzador, la recompensa debería darse sólo si la
conducta deseable se presenta. Esto se conoce como la Ley del refuerzo contingente.
Por ejemplo, el cumplido del jefe debería ser contingente a una conducta deseable y
claramente identificable, como hacer una sugerencia constructiva en una reunión.
Además, la recompensa debe darse lo antes posible tras la conducta. Esto se conoce
como la Ley del refuerzo inmediato: si el jefe espera a la revisión anual de rendimiento
para felicitar al trabajador por hacer comentarios constructivos, el reforzador perderá
casi todo su efecto.
Siguiendo con el ejemplo del empleado que llega tarde, se le puede regañar, esto sería
algo negativo o quitar el tiempo para tomar un café, eso sería algo positivo.
Otra cuestión importante: el castigo puede ser compensado por un refuerzo positivo
recibido de otra fuente.
Por ejemplo, Juan a menudo deja las tareas a medias y sus compañeros le cubren, lo
que refuerza la conducta de dejar las tareas a medias. El jefe pide a los compañeros
que no lo cubran más, eliminando así el refuerzo que mantenía la conducta indeseable.
Cuando intentamos extinguir una conducta al principio es normal que aumente hasta
que el individuo cesa en su empeño de repetirla.
Por ejemplo, si tienes un compañero que cuenta chistes sexistas y quieres eliminar
esta conducta, lo más eficaz es ignorarlo siempre que cuente un chiste de este tipo. Al
principio contará más chistes, hasta que no le funcione y deje de hacerlo.
La extinción es muy eficaz para reducir conductas indeseables, pero cuidado, porque la
conducta puede reaparecer si es reforzada de nuevo.
Las personas no sólo aprendemos a través de experiencias directas, sino también por
experiencia indirecta, es decir, observando conductas en otros, intercambiando
información e interaccionando con las personas que nos rodean.
En el contexto laboral los modelos pueden ser directivos o compañeros de trabajo que
exhiben conductas deseables. Por ejemplo, los mentores veteranos que orientan a los
empleados más jóvenes pueden ser modelos positivos para facilitar la integración y el
progreso en la empresa.
Sin embargo, los modelos también puedes enseñar conductas indeseables, como el
caso de jefes que llegan tarde o incumplen las normas sistemáticamente sin que haya
consecuencias. Podemos decir que aprendemos lo bueno de otros pero también lo
malo.
A diferencia del condicionamiento operante los procesos cognitivos del individuo como
atención, percepción, memoria y toma de decisiones son decisivos en el aprendizaje
social.
Las palabras y los símbolos utilizados por los directivos y demás empleados comunican
valores, creencias y metas que guían la conducta individual.
Por ejemplo, el típico gesto del pulgar alzado por parte del jefe indica al empleado que
su conducta es apropiada. Además, la capacidad de autocontrol del individuo
condiciona su conducta. No imitamos cualquier comportamiento que observamos, sino
que median nuestro procesos cognitivos, nuestro autocontrol, antes de que imitemos
o no un determinado modelo.
Las personas con alta auto-eficacia creen que tienen las habilidades necesarias para
realizar una tarea, que son capaces del esfuerzo requerido y que ningún evento
externo les impedirá alcanzar el rendimiento deseado.
En contraste, las personas con baja auto-eficacia creen que con independencia de lo
que se esfuercen serán incapaces de realizar con éxito una tarea. Por ejemplo, si
sientes alta auto-eficacia como estudiante una mala nota en un examen puede
animarte a estudiar más, hablar con el profesor, buscar clases de apoyo, todo para
tener éxito la próxima vez. Un estudiante con baja auto-eficacia sin embargo, puede
dejar el curso o incluso los estudios.
Hoy en día las empresas están más interesadas en crear habilidades o competencias
que meros conocimientos conceptuales. Por ejemplo, quieren comerciales que sepan
negociar con los clientes y resolver conflictos de manera eficaz, no comerciales que
simplemente conozcan las tácticas de negociación existentes.
El modelado ocupa un papel central en este tipo de programas donde los empleado
observan y analizan modelos exitosos de comportamiento y los ponen en práctica en
situaciones simuladas hasta que lo aplican al trabajo habitual.
Memoria: las acciones del modelo deben ser fáciles de memorizar para que los
aprendices puedan recordarlas en la fase de práctica posterior, por ello debemos
evitar instrucciones excesivas, ambiguas o contradictorias.
Reproducción motora: tras la observación de análisis del modelo los aprendices deben
practicar las acciones para fijarlas en su repertorio de conducta habitual. Por ejemplo,
si quieres aprender a cocinar una tortilla de patatas no es suficiente con ver cómo lo
hace el cocinero sino que tú tienes que hacerlo.
Las características biográficas son de las más importantes (edad, género, raza,
experiencia, religión, orientación sexual, etc).
Con respecto a la orientación sexual; a pesar del gran avance que ha habido, aún no se
tiene una respuesta clara a este factor.
La cordialidad o afabilidad cuanto mayor sea, mejor afecta a los equipos de trabajo,
menores conflictos, mayor cooperación.
Las personas proactivas en general se desempeñan mejor porque suelen ser personas
que toman la iniciativa, reciben bien los cambios, reaccionan positivamente ante
situaciones, no suelen requerir supervisión para trabajar bien.
Incorporan un elemento de juicio, al incorporar ideas personales sobre "lo bueno", "lo
correcto" o "lo deseable".
Los valores son generalmente inflexibles: los comportamientos a los que hacen
referencia son siempre deseables o siempre indeseables.
Determinan las ideas preconcebidas de los individuos sobre "lo bueno" y sobre "lo
malo".
Los valores tienen atributos de contenido, es decir, conciencia del individuo de que un
modo de comportarse es importante, e intensidad, específica como de importante es
ese modo de comportarse.
¿Por qué son importantes los valores? Pues porque son la base para el entendimiento
de las actitudes, las motivaciones y además influyen sobre nuestras percepciones.
Por último vamos a ver de dónde proceden nuestros sistemas de valores, es decir,
cuáles son las fuentes de nuestros valores.
2) Tipos de valores
Dos son los enfoques para clasificar los valores:
La encuesta de valores de Rokeach y las cohortes laborales contemporáneas.
Milton Rokeach creó la encuesta de valores a partir de dos conjuntos de valores cada
uno con 18 valores reactivos de valores individuales.
Unos son los valores terminales y otros los valores instrumentales. Pasemos a
describirlos.
Los valores terminales se refieren a estados finales que son deseables. Estos
concluyen las metas que un individuo querría alcanzar durante su vida. Algunos
ejemplos son: Llevar una vida cómoda, emocionante, sentimiento de logro, salvación
religiosa, felicidad, armonía interior, igualdad social, seguridad, paz en el mundo.
Varios estudios confirman que los valores del método Rokeach varían de un grupo a
otro. Los individuos en las mismas ocupaciones o categorías tienden a poseer valores
similares.
Así, los activistas determinaron como valor terminal la igualdad y como instrumental la
honestidad.
Por último, los ejecutivos. El valor terminal era el respeto a uno mismo y el valor
instrumental, ser honesto.
Como conclusión a lo anterior podemos decir que el estudio nos sirve para decir que
el repertorio de valores de Rokeach varía en función de la sociedad y la ocupación.
Las Cohortes
Sin embargo, hay que tener en cuenta que no se pueden extrapolar a otras culturas.
En primer lugar estarían los "Veteranos", que entraron a trabajar en los años cincuenta
y que tienen ahora más de 60 años y cuyos valores de trabajo son: un trabajo duro,
seguridad en el trabajo, lealtad en la organización, obediencia, ser conservadores.
En segundo lugar estarían los que tienen entre 45 y 65 años, es la denominada "
Generación Baby Boomers", y cuyos valores laborales dominantes dan gran
importancia a los éxitos, el disgusto con la autoridad, la ambición, la lealtad a la
carrera.
En tercer lugar estarían los que tienen entre 28 y 42 años, es la "Generación X",
interesados en el equilibrio entre la vida personal y el trabajo, orientados a los
equipos, disgusto por las reglas, pero lealtad a las relaciones.
Y finalmente tenemos los de menos de 30 años, son los llamados "Millenials", les gusta
la flexibilidad, las opciones de la vida, la satisfacción en el trabajo, lealtad en las
relaciones y así mismos.
El relevo de los "Veteranos" por los "Boomers" desgastaron en cierto modo los usos de
la ética empresarial hacia un mayor pragmatismo, mayor individualismo y hacia una
lealtad a la carrera.
Uno de los enfoques que se cita con más frecuencia para analizar las variaciones entre
culturas lo aportó Geert Hofstede a finales de la década de los setentas.
Para ello encuestó a más de 116.000 empleados de la empresa IBM en 40 países sobre
sus valores laborales.
Distancia del poder, describe el grado en que la gente de un país acepta que el poder
en las instituciones y organizaciones se distribuye de manera desigual, es decir, que se
toleran grandes desigualdades.
Una baja distancia de poder caracteriza a sociedades que hacen énfasis en la igualdad
y las oportunidades.
Orientación a largo plazo, es el grado en que una sociedad se orienta más hacia el
futuro, hacia el ahorro, constancia o tradición.
Bien, vamos a verlo sobre el terreno y para ello nos vamos a ir a la web que tiene el
Centro Hofstede, donde realizan sus estudios.
Y que vemos que nos aparecen las cinco dimensiones mencionadas. ¿Cinco? No, seis.
¿Por qué seis? Porque lo que han hecho es actualizarlo a nuestros tiempos,
introduciendo una nueva dimensión que es la indulgencia.
Si además queremos una comparación con otro país, basta con seleccionar en el menú
de comparación y obtendremos el gráfico comparativo.
Así, por ejemplo, escojo India y se observa que las puntuaciones son, en tolerancia a la
incertidumbre y distancia al poder, muy diferentes con España.
Los principales resultados del estudio de Hofstede nos aportan algunas conclusiones:
China y África soportan bien la distribución desigual del poder, al revés que Estados
Unidos y Holanda.
Los ciudadanos de Estados Unidos aparecen como más individualistas que los
ciudadanos asiáticos.
En otros casos, los resultados son más ambiguos: Holanda y Alemania, por ejemplo,
difieren en sus preferencias por la cantidad/calidad de vida.
La principal crítica es que son datos de una sola compañía y que tiene treinta años de
antigüedad.
Un fuerte sesgo cultural en los estudios por estar hechos por estadounidenses.
Que no todas las teorías son universales a las culturas, debemos tener en cuenta los
valores culturales al intentar entender la conducta de personas de otros países.
Con estas dimensiones, este estudio permitió hacer comparaciones entre países.
Programa Globe
El marco Globe para evaluar las culturas fue creado en 1993 y es un programa de
investigación denominado "Global Leadership and Organizational Behaviour
Effectiveness".
Evasión de la incertidumbre.
Distancia al poder.
Orientación a los resultados, grado en que la sociedad estimula y premia el éxito de sus
individuos.
Si bien se puntúan resultados para todos los países, vamos a destacar sobre todo para
España:
Cuando digo "me gusta mi trabajo", estoy expresando mi actitud hacia el trabajo.
Para comprender las actitudes tenemos que analizar sus propiedades o elementos
fundamentales.
Normalmente los investigadores han supuesto que las actitudes tienen tres elementos:
la cognición, el afecto y la conducta.
Sienta las bases de una parte más crítica de la actitud, el componente afectivo.
Siguiendo con el ejemplo, "voy a buscarme otro trabajo en el que me paguen más".
Considerar los tres elementos anteriores, cognición, afecto y conducta, de las actitudes
resulta útil para comprender su complejidad y la posible relación con el
comportamiento de los empleados.
Estas actitudes hacen referencia a las evaluaciones positivas o negativas que tienen los
empleados de las distintas facetas de su entorno a laboral.
Otras actitudes que también han atraído atención a los investigadores son el apoyo
organizacional percibido y la participación de los empleados.
Las personas con una alta satisfacción laboral tienen sentimientos positivos sobre su
trabajo, mientras que las personas insatisfechas tienen sentimientos negativos.
Los empleados con una elevada implicación se identifican con el trabajo que hacen y
realmente les importa lo que hacen.
Así, una elevada implicación laboral significa que un empleado se siente identificado
con su trabajo, mientras que un elevado compromiso significa que se siente
identificado con la organización en la que trabaja.
Por ejemplo, si los trabajadores creen que los supervisores, los auditores, los jefes, los
ingenieros que miden tiempos y movimientos están conspirados para hacerles trabajar
más duro por el mismo dinero o menos, tiene sentido intentar comprender cómo se
forman estas actitudes, su relación con la conducta en el trabajo y cómo se podrían
alterar.
Encuestas de actitud
Las encuestas actitud son cuestionarios para conseguir opiniones de los empleados
sobre su trabajo, equipos, supervisores y la organización en general.
Lo que se pretende con este tipo de cuestionarios es saber un poco más de lo que el
empleado piensa de su lugar de trabajo.
Digo a mis hijos que se laven los dientes después de cada comida pero yo no lo hago.
Si los elementos que crean la disonancia son poco importantes, la presión para corregir
el decir el desequilibrio será baja.
Las altas recompensas que acompañan a una alta disonancia tienden a reducir la
tensión inherente a ésta mediante el incremento del lado de la consistencia en el
balance del individuo.
Si los requisitos de un puesto piden a los individuos que hagan o digan cosas que
contradicen su actitud personal, por ejemplo, un reclutador que tiene que decir cosas
buenas sobre la compañía con que nos está muy de acuerdo, ellos tenderán a
modificar dicha actitud con el fin de hacerla compatible con la cognición.
6) La satisfacción laboral
Recordad que el puesto de trabajo de una persona es algo más que las actividades
evidentes de mover papeles, escribir un código de programación, atender a los clientes
en un bar o conducir un camión.
Los trabajos requieren interactuar con los compañeros de trabajo y con los jefes,
cumplir las políticas y normas de la organización, satisfacer normas de desempeño,
soportar condiciones laborales que suelen ser inferiores a lo que uno desearía.
Esto implica que la valoración que hace un empleado de su grado de satisfacción con el
puesto de trabajo es la suma compleja de una serie de elementos discretos.
Los dos enfoques más utilizados son la calificación global y una suma de puntuaciones
sobre diferentes facetas laborales.
Los elementos típicos en este caso son: el contenido del trabajo, la supervisión, el
salario, las oportunidades de promoción y las relaciones con los compañeros.
Los entrevistados califican cada elemento usando una escala normalizada y los
investigadores suman estas calificaciones para obtener una puntuación general de la
satisfacción.
¿Es mejor alguno de los dos enfoques? Intuitivamente cabría esperar que la suma de
las respuestas a cada uno de las factores laborales ofrezca una evaluación más precisa
de la satisfacción laboral.
Se trata de uno de esos casos infrecuentes en que lo sencillo funciona tan bien como lo
complejo, y las comparaciones entre los dos métodos indican que ambos son
igualmente válidos.
Pero una revisión de 300 estudios indica que la correlación es bastante fuerte.
Aunque es más probable que los empleados insatisfechos falten al trabajo, hay otros
factores que afectan a la relación y reducen el coeficiente de correlación.
Por ejemplo, las organizaciones que proporcionan prestaciones por enfermedad muy
liberales pueden animar a sus empleados a tomarse un día libre.
Suponiendo que tienen intereses variados, los empleados pueden encontrar su trabajo
satisfactorio y, aún así, querer disfrutar de un fin de semana de tres días o broncearse
en un cálido día de verano, si esos días libres no acarrean un castigo.
Sin embargo, hay también otros factores, como las condiciones del mercado laboral,
las expectativas sobre las oportunidades de trabajo alternativas, y la antigüedad en la
organización, que restringe notablemente la decisión del empleado de dejar su trabajo
actual.
¿Por qué? La organización suele hacer un esfuerzo considerable para conservar a estos
empleados. Reciben incrementos salariales, alabanzas, reconocimientos,
oportunidades de promoción ... Mientras que suele ocurrir lo contrario en el caso de
los empleados con un mal desempeño.
Por tanto, parece que la satisfacción laboral es más importante para influir en que los
empleados con mal desempeño se queden, que para influir en que los empleados con
mejor desempeño se vayan.
Independientemente del nivel de satisfacción, es más probable que los empleados con
un desempeño superior se queden en la organización porque el reconocimiento, las
alabanzas y las demás recompensas les dan más razones para hacerlo.
Para los empleados que tienen un contacto habitual con los clientes la respuesta es
"si". La evidencia indica que los empleados satisfechos aumentan la satisfacción y
lealtad del cliente.
Es más probable que los empleados satisfechos sean amables, se muestren alegres y
reaccionen a las necesidades del cliente, aspectos muy apreciados por este último.
Y, puesto que los empleados satisfechos suelen cambiar menos de empleo, es más
probable que los clientes se encuentren con caras familiares y obtengan un servicio de
un empleado con más experiencia.
Los empleados que mantienen contacto habitual con los clientes afirman que los
clientes maleducados, desconsiderados, e irracionalmente exigentes afectan
negativamente a su satisfacción laboral.
Hay empresas que están empezando a reaccionar ante esta evidencia empírica.
Este marco predice cuatro posibles respuestas en los empleados insatisfechos que
difieren entre sí en dos dimensiones: constructiva/destructiva, activa/pasiva.
Salida: es una respuesta que implica que el empleado dirige su conducta hacia el
abandono de la organización, incluyendo buscar un nuevo cargo y dimitir.
Lealtad: esperar de forma pasiva pero optimista a que mejoren las condiciones,
incluyendo la defensa de la organización ante críticas externas y confiar en que la
organización y la dirección harán "lo que haya que hacer".
Negligencia: permitir de forma pasiva que las condiciones empeoren , lo que incluye
absentismo crónico, llegar siempre tarde, esfuerzo reducido o mayor tasa de errores.
Pero este modelo amplía las posibles respuestas de los empleados al incluir la voz y la
lealtad.
Esto nos ayuda a comprender situaciones como las que a veces se dan en plantillas con
un sindicato en que se combinan la baja satisfacción laboral y la baja rotación.
Los trabajadores que pertenecen a un sindicato suelen expresar su insatisfacción
mediante procedimiento de quejas o en negociaciones contractuales formales.
Aunque este marco resulte útil para identificar las posibles consecuencias de la
insatisfacción laboral es bastante general.
Se pueden usar métodos como el de Rokeach para comparar los valores de los
empleados con los esperados por la organización.
Se tiene que vigilar las actitudes de los empleados porque advierten de posibles
problemas que inciden sobre la rotación y el absentismo.
Los directivos deberían interesarse por las actitudes de sus empleados porque estas
actitudes pueden advertirles de posibles problemas e influyen sobre la conducta en el
lugar de trabajo.
Puesto que los directivos quieren minimizar las ausencias y las dimisiones, sobre todo
de sus empleados más productivos, tendrán que hacer cosas para generar actitudes
positivas hacia el trabajo.
Como afirmaba un artículo: "una buena medida de la actitud general hacia el trabajo
es una de las informaciones más útiles que puede tener una organización sobre sus
empleados".
Lo mejor que pueden hacer los directivos para aumentar la satisfacción de sus
empleados es centrarse en las partes intrínsecas del trabajo, como hacer que sea un
trabajo interesante y estimulante.
En nuestra cultura hemos asociado esta imagen al amor y este órgano a la central de
las emociones, pero desde hace poco más de dos décadas está destronando el cerebro
al corazón como órgano vinculado a las emociones.
Estos factores hicieron creer durante mucho tiempo que por lo tanto, en las
organizaciones, en el trabajo, en público se podían expresar pocas emociones, lo que
nos condujo a estar poco acostumbrados a conectar con las emociones, a reconocerlas
y aceptarlas.
¿Por qué? Debido a que las emociones son un aspecto fundamental en los vínculos y
en el clima, ya que se generan en las relaciones con los otros y en la imagen que estos
nos devuelven de nosotros mismos.
Incluso hay quien considera que son poco modificables o influenciables por responder
a su dotación genética, por ejemplo, cuando dicen "yo soy así".
Por eso las emociones regulan las relaciones sociales y ponen en juego el equilibrio
personal y el bienestar social.
Por todo ello hablar de emociones en las organizaciones es fundamental para los
responsables de departamentos de Recursos humanos y para líderes y equipos.
En este módulo veremos qué son y cómo influyen las emociones en las personas y
cómo podemos hacer de estas una dimensión facilitadora de la gestión de grupos y del
desarrollo personal y profesional.
Para que esto sea posible y conduzca a los resultados esperados, además de reconocer
las emociones y canalizarlas hay que crear un entorno receptivo a las mismas.
Este debe ser capaz de contenerlas, respetarlas y darles una orientación positiva. Asi
no se bloquean y se transforman.
Cuando las emociones se veían como perniciosas o que interferían u obstaculizaban las
interacciones llevaban a socavar el clima de trabajo, conduciendo al retiro emocional y
a la despersonalización de las relaciones.
Todo ello puede repercutir a nivel físico aumentando los estresores que influyen en el
desempeño, en la actitud y en el comportamiento, empeorando el ánimo,
aumentando la irritabilidad, causando bajas...
Todo ello se traduce en dinero: ganar menos o gastar más por las bajas y daños que
puedan causar.
Por lo tanto, cuidar la dimensión emocional en las organizaciones no es un aspecto
más, es ocuparnos por el corazón de la empresa.
Vamos a ver las diferencias entre emociones, sentimientos y estados de ánimo. Las
emociones es un programa innato de adaptación al medio.
Los estados de ánimo dependen de las valoraciones globales del mundo que nos
rodea.
En cuanto a la expresión de las emociones son más próximas a reflejos innatos, como
manifestaciones fisiológicas.
La intensidad de las emociones son intensas, los sentimientos son de mediana o alta
intensidad y los estados de ánimo son menos intensos.
2) Neurociencia y emociones
Las emociones: qué son y cómo funcionan
Según Nickel las emociones derivan de la percepción que las personas tengan de una
situación o un suceso en función de sus metas y del significado que atribuyen a esos
sucesos, por lo que las emociones dependen del contexto.
Además, las emociones son influidas por y/o influyen en la identidad, es decir, las
características de la persona, el contexto, la cultura, la ideología, la moral, el poder y
los límites de cada sociedad, y sus condiciones, que son las circunstancias concretas en
las que se producen los hechos.
Por todo lo expuesto, vemos que en las emociones hay tres componentes
involucrados: fisiológicos, cognitivos y conductuales.
Hemos visto qué son y cómo funcionan las emociones, en el punto siguiente vamos a
ver los tipos de emociones siguiendo el modelo de Plutchik: hay otros pero buscamos
un enfoque que explique de una manera sencilla un tema complejo.
Pero antes de acabar, vamos a incidir en el tema del contexto, ya que resulta
importante entender el funcionamiento y sentido de las emociones en el ámbito
laboral.
Como estamos viendo a lo largo de este módulo, las emociones no son inmodificables.
Y este proceso se puede realizar tanto explícita como implícitamente, como hemos
dicho.
Normalmente en estos casos no son tanto emociones experimentadas sino más bien
manifestadas, aprendidas y/o entrenadas que son las adecuadas para cada situación.
Otro ejemplo de esto sería, cuando en una operación un policía se manifiesta valiente
y seguro aunque tenga miedo.
Cualquiera sean los motivos, es evidente que para el mejor ajuste del trabajador a su
entorno, cuanto más se conozca, más adecuado será para el desempeño de sus
funciones y más eficaz para la organización, incluso en algo tan personal como son sus
rasgos emocionales.
3) Tipos de emociones
Ya hemos visto que las emociones son esenciales para la adaptación al entorno laboral.
Expresan el ajuste o el desajuste al mismo, y de cara a la dirección de personas, la
gestión de clientes, las relaciones con los compañeros, etcétera son una herramienta
muy valiosa para crear organizaciones más saludables y productivas.
Observar las emociones que expresan los empleados, clientes, directivos, etcétera nos
aporta información sobre el significado y las valoraciones que atribuyen a lo que les
rodea, siendo fundamentales para la toma de decisiones, la resolución de conflictos, la
creatividad, etcétera.
Los estudios transculturales de Eckman y colaboradores han revelado que existen seis
emociones básicas universales.
Es decir, emociones que se dan en todas las culturas, países y etnias, teniendo unos
rasgos psicofisiológicos comunes que nos permiten identificarlas correctamente con
facilidad.
Hay otras emociones secundarias que surgen como combinación de estas emociones
básicas primarias (envidia, celos, etcétera), pero tienen otros matices culturales, cuya
expresión e identificación no las hace tan evidentes como estas emociones primarias.
Si observáis las imágenes, podréis identificar las seis emociones básicas con facilidad
(incluso los estudios con bebés indican que son capaces de identificar estas emociones
en sus progenitores o cuidadores).
Sin embargo, toda reacción emocional tiene una función y es en el contexto concreto
donde adquiere sentido.
A priori, podríamos juzgar estas emociones como negativas; sin embargo, estas
emociones pueden indicar que los empleados sienten una gran identificación y
compromiso con la compañía, y adecuadamente gestionadas estas emociones de
enfado y tristeza pueden llevarles a trabajar más duro la próxima vez para ganar el
concurso.
Por lo tanto, es importante que identifiquemos el tipo de emoción, pero también qué
la generó y cómo manejarla adecuadamente.
Lo que está claro es que hay emociones que contribuyen en mayor medida al bienestar
y al desempeño laboral.
Por eso, debemos promover un estado emocional positivo en los trabajadores para
favorecer la toma de decisiones, el clima general y el rendimiento.
4) Manejo de emociones
Gestión de emociones
Goleman añade que también hay que manejar adecuadamente las relaciones que
sostenemos con los demás y con nosotros mismos, ya que la incapacidad de reconocer
nuestros verdaderos sentimientos nos deja a merced de ellos.
Es a partir del modelo desarrollado por estos autores que la investigación empírica y el
desarrollo de programas de entrenamiento cobran sentido y mayor rigurosidad y
coherencia.
Por lo tanto, cada vez más la inteligencia emocional es un elemento predictivo del
éxito, ya que la calidad de las decisiones depende de la calidad de las emociones y si
somos capaces de reconocer las emociones y actuamos en concordancia con lo que
sentimos y las orientamos positivamente, es decir, no destructivamente, entonces nos
colocan en la vía del éxito, la eficacia o la satisfacción personal.
Ortiz Ocaña apunta con acierto que ninguna actividad humana es puramente cognitiva,
puramente afectiva o puramente práctica, lo cognitivo, lo instrumental y lo afectivo
son inseparables en el funcionamiento normal de un ser humano.
La expresión de las emociones aparecerá por la vía verbal, pero también por la no
verbal, porque los estímulos físicos de las emociones pueden resultar en ocasiones
incontrolables.
Hace referencia a las habilidades para manejar las emociones en uno mismo y en los
demás.
Son dos: la motivación, que es una fuerza interior que impulsa a la persona hacia
adelante permanentemente, en un constante deseo de superación, para muchas
personas incluso las dificultades son una fuente de motivación, y la resiliencia que es la
capacidad de recuperación, superación y transformación que tienen las personas de
sobreponerse ante la adversidad.
Hay una conexión con el aquí y ahora, la respiración y la activación de los sentidos,
Como conclusiones, las emociones nos hacen humanos, ponen en evidencia nuestra
sensibilidad, nuestra vulnerabilidad.
Por eso hay que reconocer y comprender su impacto emocional para establecer
relaciones interpersonales satisfactorias y para conseguir la mejor versión de uno
mismo.
Sin embargo, lo que uno percibe llega a ser muy diferente de la realidad objetiva.
¿Cómo se explica que los individuos vean lo mismo pero lo perciban de manera
diferente? Diversos factores operan para conformar y, en ocasiones, distorsionar la
percepción.
Por ejemplo, si espera que los policías, que los oficiales de policía sean muy
autoritarios y que los jóvenes sean perezosos, los percibirá de ese modo, sin que
importen sus rasgos verdaderos. Las características del objeto también afectan lo que
se percibe.
Es más probable que en un grupo notemos a la gente estridente que a la gente callada,
o también a los individuos demasiado atractivos o muy poco atractivos.
Por ejemplo, las mujeres, los hombres, los caucásicos, las personas de color, los
asiáticos, o los miembros de otros grupos que tiene características claramente
distinguibles, se perciben con frecuencia como semejantes entre sí, y lo mismo sucede
con las características diferentes.
No obstante, esa misma chica ataviada de esa forma para la clase de Comportamiento
Organizativo del lunes por mañana seguramente sí captaría vuestra atención, y la del
resto de la clase, sin duda.
Ni el receptor, ni el objeto cambiaron entre la noche del sábado y la mañana del lunes,
pero como veis, la situación es diferente.
Esto significa que es factible experimentar diversas cualidades de una misma cosa y
fusionarlas a través de la percepción, para comprender que se trata de un único
objeto.
2) Teoría de la atribución
Entonces, la percepción y los juicios que nos formemos acerca de las acciones de
alguien estarán demasiado influidos por las suposiciones que hagamos sobre el estado
interno de la persona.
La teoría de la atribución busca explicar las diferentes formas en las cuales juzgamos a
las personas, en función del significado que atribuyamos a una conducta dada.
La teoría de la atribución, es una teoría de la Psicología Social desarrollada,
fundamentalmente, por el psicólogo Heider en su obra del año 1958 "La psicología de
las relaciones interpersonales".
Heider la definió como un método para evaluar cómo la gente percibe su propio
comportamiento y el de los demás.
Para Heider, tendemos a atribuir la conducta de los demás a una de entre dos causas
posibles: una causa interna (rasgo de personalidad, inteligencia, motivación, etc.) o
bien a una causa externa (lo que hemos llamado suerte, la situación, acciones de
terceras personas, etc.).
Por ejemplo, el empleado que llegó tarde hoy al trabajo. Se busca saber si tal
comportamiento es inusual. Si lo fuera, es probable que el observador le diera una
atribución externa. Si la acción no es inusual, se juzgaría como interna.
Si todo aquel que enfrenta una situación similar responde de la misma manera, se dice
que el comportamiento muestra consenso.
¿El individuo responde del mismo modo a lo largo del tiempo? Es una pregunta. Llegar
10 minutos tarde al trabajo no se percibe de la misma manera para un empleado que
no ha llegado tarde durante muchos meses, que para aquel que llega tarde dos o tres
veces por semana.
Cuanto más consistente sea el comportamiento, más inclinado estará el observador a
atribuirlo a causas internas.
Pues bien, uno de los descubrimientos más interesantes de las investigaciones sobre la
teoría de la atribución es que existen errores o sesgos que distorsionan las
atribuciones.
Por ejemplo, cuando hacemos juicios sobre la conducta de otros individuos tendemos
a subestimar la influencia de los factores externos y, en cambio, sobrestimar la de los
factores internos o personales.
Este error de atribución fundamental explica por qué un gerente de ventas es proclive
a atribuir el desempeño deficiente de sus agentes de ventas a su pereza y no a la línea
de productos innovadores que introdujo, por ejemplo, la empresa competidora.
Pues bien, los resultados de estudios sobre las diferencias culturales de la percepción
son contradictorios, pero la mayoría sugiere que existen diferencias entre las culturas
en cuanto a las atribuciones que hacen las personas.
En cambio, el sesgo al servicio del yo es más común en culturas asiáticas del Este,
aunque la evidencia sugiere que aún operan en la mayoría de las culturas.
Los atajos que se utilizan al juzgar a los demás a menudo resultan valiosos, ya que
permiten hacer percepciones exactas con rapidez y brindan datos valiosos para hacer
pronósticos.
¿Por qué? Porque es imposible que los seres humanos asimilen todo lo que ven;
únicamente, como sabéis, es posible percibir ciertos estímulos.
Esta tendencia explica el porqué es más probable que note automóviles parecidos al
suyo, o que un jefe sancione a unas personas pero no a otras con las mismas acciones.
Un ejemplo clásico muestra la forma en que los intereses creados influyen de manera
significativa en los problemas que vemos.
La percepción selectiva permite hacer una "lectura rápida" de otros, pero con el riesgo
de elaborar un panorama muchas veces equivocado.
Cuando se trata de una impresión general de un individuo con base a una sola
característica, como puede ser la inteligencia, la sociabilidad o la apariencia, entra en
operación el conocido efecto halo.
La realidad del efecto halo se confirmó con un estudio, ya clásico, en el cual se entregó
a los individuos una lista de características como la inteligencia, hábil, práctico,
laborioso, determinado y cálido, y se les solicitó que evaluaran a las personas a quien
se aplicaran dichos rasgos. Pues bien, los sujetos consideraron que la persona era
sabía, divertida, popular, imaginativa. Cuando se modificó la lista y se sustituyó
"cálido" por "frío" los resultados fueron totalmente diferentes.
Así, por ejemplo, una persona aparecerá más atractiva de lo normal cuando sea
comparada con una persona menos atractiva y menos atractiva cuando sea
comparada, lógicamente, con una persona mucho más atractiva.
Pues bien, cuando juzgamos a alguien basándonos en nuestra percepción del grupo a
que pertenece, estamos usando el atajo de los estereotipos.
Los estereotipos llegan a estar tan enraizados y a ser tan poderosos que influyen en
decisiones muchas veces de vida o de muerte.
Sin embargo, los entrevistadores hacen juicios que con frecuencia resultan erróneos y
se forman impresiones anticipadas que se asimilan con mucha rapidez.
Las personas tratarán de validar las percepciones que tienen de la realidad, aun
cuando estas sean erróneas.
Comentamos a continuación los errores que cometen las personas en tomar dichas
decisiones, así como el análisis del modelo racional de las mismas.
Con frecuencia pensamos que quien mejor toma las decisiones es alguien racional y
que hace elecciones consistentes que maximizan el valor dentro de restricciones
específicas, dichas elecciones siguen un modelo racional de toma de decisiones.
Como podría imaginarse, en el mundo real la mayoría de las decisiones no siguen dicho
modelo racional.
Las personas por lo general se sienten contentas al encontrar una solución aceptable o
razonable a un determinado problema aunque no sea la óptima.
Así mismo, muchos problemas no tienen una solución óptima porque es demasiado
complicado aplicar el modelo racional en la toma de decisión.
Para utilizar este modelo racional en la vida real, se necesita reunir una gran cantidad
de información sobre todas las opciones, realizar las ponderaciones pertinentes y
luego calcular los valores entre un gran número de criterios.
Todos estos procesos pueden requerir mucho tiempo, energía y hasta dinero.
Así mismo, cuando se desconocen las preferencias y no se sabe cómo ponderar mucha
de las opciones, es probable que el modelo racional completo no sea más preciso que
la mejor conjetura.
Quizás la toma de decisión intuitiva sea la forma menos racional de tomar decisiones,
ya que se trata de un proceso inconsciente creado por la experiencia depurada que no
ocurre en el pensamiento consciente y se basa en asociaciones holísticas o vínculos
entre elementos dispares de información.
Así mismo, es rápida y tiene una carga afectiva, lo cual significa que por lo general
involucra emociones.
Durante la mayor parte del siglo XX, los expertos creyeron que el uso de la intuición
por parte de quienes toman decisiones era irracional e ineficaz.
La clave no es abandonarla ni tan solo basarse en ella, sino más bien complementarla
con evidencias y con buen criterio.
Son mucho más las personas que tienen miedo de volar que la que tienen miedo de
conducir un automóvil, por ejemplo.
Los eventos que evocan emociones tienden a estar más presentes en nuestra
memoria.
A la mayoría de nosotros nos gusta creer que tenemos cierto control sobre nuestro
mundo y sobre nuestro destino.
Los aspectos éticos deben ser un criterio importante en la toma de decisiones de toda
la organización.
Las tres diferentes formas de dar decisiones al precitado marco ético son: el
utilitarismo, los derechos y la justicia.
En primer punto de referencia está el utilitarismo, según el cual las decisiones se basan
sólo en sus resultados, con el objetivo ideal de brindar el mayor beneficio al mayor
número de personas.
Otro criterio ético consiste en tomar decisiones que sean consistentes con libertades y
privilegios fundamentales, tal como se establece en documentos como puede ser "La
declaración universal de derechos humanos".
Hacer énfasis en los derechos significa que se respetan y protegen aquellos que son
básicos para los individuos.
Y por último, un tercer criterio, consiste en imponer y hacer cumplir las reglas de
manera justa e imparcial con el objetivo de garantizar la justicia y una distribución
equitativa de los beneficios y los costos.
Por último, también es necesario que el individuo que toma decisiones tenga
creatividad, es decir, la habilidad para generar ideas novedosas y útiles.
¿Qué podrían hacer los individuos y las organizaciones para estimular la creatividad de
su fuerza laboral?
Bajo nuestro punto de vista, habilidad es la capacidad individual de efectuar las tareas
de un puesto o trabajo y es la evaluación actual de lo que uno puede hacer.
Metas organizacionales, las necesidades del individuo han de estar acordes con las
metas de la organización, por ejemplo, cubrir necesidades sociales.
Necesidad lo consideramos como el estímulo del individuo para dirigirse a metas que
satisfagan los impulsos del interior y atenúen la tensión.
Uno primer es el del contenido, que es lo que motiva a las personas, analiza las causas,
los motivos que dirigen el comportamiento para determinar qué necesidades provoco
en el rendimiento de los empleados y qué recompensas ayudan a satisfacerlas.
Son teorías muy antiguas, poco científicas, como la teoría de Maslow, teoría de equis e
y griega de McGregor, teoría de Herzberg.
Por otro lado, están las teorías de los procesos, más actuales, con mayor rigor
científico y que se cuestionan cómo se produce la motivación, cómo se puede inducir y
dirigir la motivación. Representan el pensamiento actual, aunque no sean realmente
contemporáneas: teoría de la evaluación cognoscitiva, teoría del reforzamiento de
Skinner, teoría de establecimiento de metas, teoría de la eficacia personal, teoría de
las expectativas y teoría de la equidad.
Las teorías que se han estudiado en este capítulo se abocan a la variable diferentes en
cuanto a los resultados. Algunas de ellas se dirigen a explicar la rotación del talento,
mientras que otras hacen énfasis en la productividad. También difieren en su poder de
predicción sobre la autoeficacia o el absentismo.
Vamos con este primer grupo de teorías de la motivación conocidas como las de los
contenidos, que también se las conoce porque son las más antiguas y con poco rigor
científico, pero a su vez son muy gráficas para comprender el concepto de motivación.
Es decir, que existe una jerarquía de necesidades humanas y defiende que conforme se
satisfacen las necesidades más básicas, los seres humanos desarrollamos necesidades
y deseos más elevados.
Por otro lado, está la Teoría X e Y de McGregor que habla sobre la actitud de los
gerentes hacia los trabajadores y se basa en percepciones de grupo y esto moldea su
comportamiento.
A los empleados les disgusta trabajar y tratan de evitarlo siempre que pueden; como
les disgusta trabajar han de ser reprimidos, controlados o amenazados con castigos
para lograr metas.
Los empleados evitarán responsabilidades buscando la estructura formal siempre que
sea posible.
Para casi todos los trabajadores la seguridad es un factor primordial,por encima del
resto, que se relacionan con el trabajo, mostrando muy poca ambición.
La eficacia personal, también conocida como teoría del aprendizaje social de Bandura,
se refiere a la convicción que tiene un individuo que es capaz de llevar a cabo una
tarea.
Los individuos con eficacia personal alta parecen responder a la retroalimentación
negativa con más esfuerzo y motivación, mientras que aquellos con poca eficacia tal
vez reduzcan su esfuerzo cuando se les dé retroalimentación negativa.
¿Cómo ayudarían los gerentes a sus empleados a tener niveles altos de eficacia
personal? Con la conjunción de las teorías del establecimiento de metas y de la eficacia
personal.
Teoría de las expectativas (Vroom) define la motivación como un proceso que gobierna
la elección entre varias formas de actividad voluntaria.
Es una teoría en la que el empleado enfrenta un conjunto de resultados de un primer
nivel y selecciona un resultado con base en su relación con los resultados del segundo
nivel.
Los del primer nivel se originan en el comportamiento relacionado con el desempeño:
incluyen la productividad, el absentismo o la rotación.
El segundo nivel: están probablemente los sucesos que produzcan los del primer nivel,
como el aumento de sueldo por méritos, aceptación o rechazo del grupo y los
ascensos.
Los empleados comparan el esfuerzo que realizan y los resultados profesionales que
obtienen con los que consiguen otros.
Percibimos los resultados en función de nuestra aportación y posteriormente se
compara la razón entre esfuerzo y resultado, con la razón de ambas cosas en el caso de
personas conocidas.
Si la comparación entre ambos casos es igual se trata de un estado de equidad, pero si
no se produce esta igualdad, entonces se inicia un proceso de inequidad, en el cual la
gente estima como adversa la injusticia e intentará corregirla.
En general toleramos mejor la falta de equidad en cuanto a remuneración excesiva que
baja.
El empleado tratará de corregir las injusticias aumentando o disminuyendo la
productividad, aumentando el absentismo o con la rotación externa
Vamos a ver esa teoría antigua pero que es muy gráfica, cómo la podemos relacionar
en la empresa.
Nos permite relacionar su jerarquía de necesidades con cualquier tipo de organización.
Por ejemplo, el tener un trabajo cubriría las necesidades básicas, la necesidad de
relación lo relaciona con los equipos de trabajo o el orgullo de pertenencia, que hoy
día es muy importante en las empresas, con premios como el "Great Place to work".
La dirección por objetivos basada en la teoría del establecimiento de metas: directivos
y subordinados definen conjuntamente unos resultados concretos a conseguir en
fechas concretas.
La realización: las personas acuden al trabajo más motivadas al comprometerse
abiertamente con los objetivos diseñados en la fase anterior.
El control: los resultados se miden con referencia a los objetivos establecidos.
Por otro lado, la retribución, que ya sabemos que es un elemento fundamental en la
motivación de los trabajadores basada en la teoría de la equidad, se ocupa de las
cuatro variables dependientes pero es fuerte para predecir absentismo y rotación, más
débil con elementos de productividad del empleado.
Al comparar la razón entre esfuerzo y resultados tomando diferentes referentes
internos y externos, esta teoría nos permite diseñar políticas retributivas en base a dos
conceptos clave.
La equidad interna: se refiere a lo que se considera una retribución justa dentro de la
estructura de retribuciones de la propia empresa.
La equidad externa hace referencia a lo que se considera una retribución justa con
relación al salario que pagan otras empresas por un puesto similar.
Al diseñar un sistema de retribución se debe garantizar la justicia retributiva a través
de la búsqueda de la equidad interna y externa.
Por otro lado, hablamos de grupo informal. Son alianzas que carecen de estructura
formal y que no han sido determinadas por la empresa.
A pesar de ser un proceso dinámico, en constante cambio, hay siempre cinco etapas
básicas:
Lo primero, la formación. Aquí, en esta fase, hay una gran incertidumbre ante la
finalidad, estructura y liderazgo del grupo.
Dará paso a lo que llamamos tormenta o conflicto. Los miembros aceptan la existencia
de un grupo, hay una resistencia ante el control del grupo sobre el individuo, y se
finaliza determinando la jerarquía de liderazgo.
Normatividad u organización: el grupo ya muestra cohesión, admite unas metas
comunes y hay una estructura continua.
Si todo ha ido bien, llegaremos a la fase de desempeño o realización: la estructura está
plenamente aceptada y el grupo se centra en la ejecución de tareas.
Si es un grupo de trabajo que ha estado reunido por un objetivo temporal,
posteriormente se produce el movimiento.
Los grupos tienen estándares aceptables de comportamiento para todos los miembros
del grupo.
Hay normas formales, que están escritas en los manuales organizacionales, que son
reglas a seguir por todos los empleados, un ejemplo puede ser un convenio colectivo.
Es probable que la más común sea la norma de desempeño.
No es raro que los del grupo de trabajo den a sus miembros claves específicas de la
intensidad con la que hay que trabajar, cómo hacer el trabajo, qué nivel de producción
vamos a lograr, el nivel de tardanza apropiado, etc.
Estas normas son poderosas en extremo y afectan el desempeño de los empleados
individuales, tanto que son capaces de modificar de manera significativa un pronóstico
de desempeño que se basara tan solo en la aptitud del trabajador y su nivel de
motivación.
Como miembro de un grupo se han de aceptar los demás elementos, estándar del
grupo, pudiendo suponer que los miembros tengan que cambiar sus actitudes propias
y comportamiento.
Grupos de referencia: son grupos importantes a los cuales los individuos pertenecen y
aceptan sus normas.
Conformidad: uno ajusta su comportamiento a las normas del grupo.
En cuarto lugar, el estatus: una posición o rango definidos socialmente dado a los
grupos o miembros de estos por lo demás. ¿Qué es lo que determina el estatus?, por
tanto.
En primer lugar, el poder que una persona ejerce sobre los demás.
En segundo lugar, la capacidad de una persona para contribuir al logro de las metas del
grupo. La gente cuyas contribuciones son críticas para el éxito del grupo también suele
poseer un estatus más elevado.
En tercer lugar, características personales.
Quinto, el tamaño. Los grupos pequeños son mejores para terminar tareas en menor
tiempo, pero los grandes sirven para ejercer más presión para la consecución de
objetivos.
La tendencia habitual de los individuos es hacer menos esfuerzo cuando se trabaja de
manera colectiva en lugar de individualmente.
Además, la composición. Debido a que las actividades del grupo requieren una
variedad de habilidades y conocimientos, sería razonable concluir que los grupos
heterogéneos tendrían mayor posibilidad de tener habilidades e información diversas
y deberían ser, por tanto, más eficaces.
G, la cohesión: el grado en el cual los miembros se atraen el uno al otro y están
motivados para quedarse en el grupo. Los estudios nos demuestran en forma
consistente que la relación entre la cohesión y la productividad dependen de las
normas relacionadas con el desempeño y establecidas por el grupo.
Vamos con el grupo. ¿Qué nos interesa en la toma decisiones del grupo?
Si decimos que consume más tiempo, que son más creativos, vamos a fomentar las
decisiones en grupo que sean más eficientes o más creativas.
La forma más común de la toma decisiones en grupo tiene lugar en grupos
interactuantes, en los que los miembros se encuentran cara a cara y para comunicarse
entre sí se basan en interacciones tanto verbales como no verbales. Gestos,
movimientos del cuerpo.
La lluvia de ideas, "brainstorming", pretende superar las presiones para la conformidad
en los grupos interactuantes que retrasan el desarrollo de alternativas más creativas.
Otra técnica muy utilizada es el TGN, la técnica del grupo nominal: restringe la
discusión o la comunicación interpersonal durante el proceso de toma de decisiones,
de donde se deriva el término nominal.
Los miembros del grupo se encuentran todos físicamente presentes, como en una
reunión tradicional, pero operan de manera independiente.
Por otro lado, equipos autodirigidos: Grupos de 10 a 15 empleados que asumen las
responsabilidades de sus equipos supervisores: seleccionan a sus miembros, los
valoran y asumen temas controvertidos.
Otro formato de equipos son los equipos interfuncionales, "task force", comités, etc:
Equipos del mismo nivel jerárquico pero de diferentes áreas que se reúnen para llevar
a cabo un proyecto, una tarea.
"Task force", tienen una duración temporal, o comités, grupos formados por miembros
de líneas interdepartamentales, con el problema que conlleva integrar a miembros de
diferentes departamentos.
Como decía al principio, vamos a hacer una señalización especial para los equipos de
alto rendimiento. Se distinguen por:
Una de las más consensuadas y aceptadas por los expertos en la materia es: liderar es
influir sobre un individuo o grupo para que consiga las metas de la organización.
Pero ¿es lo mismo liderar que dirigir? ¿Hay diiferencias entre los roles de líder y jefe?
La respuesta es sí.
Los líderes pueden emerger de forma natural en un grupo de empleados, son los
llamados líderes informales, o ser asignados por la organización, son los líderes
formales, mientras que los jefes siempre son asignados formalmente a esa posición de
autoridad.
Los líderes influyen sobre los seguidores de varios modos, pero sobre todo a través de
sus poderes personales: de experiencia, información y referencia, como veremos en el
tema del poder.
Por el contrario los jefes influyen sobre los empleados por la autoridad formal que les
otorga el cargo.
Los líderes pueden carecer de las habilidades necesarias para ser directivos eficaces, es
decir, las funciones directivas clásicas de planificar, organizar y controlar.
Por su parte los directivos pueden carecer de las habilidades para ser líderes exitosos,
como motivar a los empleados, comunicar, negociar, entrenar o desarrollar equipos
de alto rendimiento.
La esencia de esa teoría se puede resumir en la popular frase, "el líder nace, no se
hace".
Los primeros investigadores asumían que los líderes poseen una serie de rasgos
personales estables que los distinguen de los seguidores, como la inteligencia, la
personalidad o incluso el aspecto físico.
Por ejemplo, ¿están los líderes dotados de una inteligencia especial o superior en
comparación con los seguidores?
Uno de los métodos de estudio empleados consistía en analizar los rasgos de grandes
líderes de la historia y compararlos entre sí, con el fin de identificar un conjunto
limitado de rasgos asociados al liderazgo en todos ellos.
Así podemos comparar por ejemplo, los rasgos de líderes como Martin Luther King,
Gandhi, la Madre Teresa de Calcuta, Juana de Arco, Napoleón o el propio Steve Jobs.
Existen muchas diferencias entre los líderes antes citados sin que sea posible
identificar un patrón de rasgos similar en todos ellos.
Otros factores externos como las normas o el diseño del trabajo predicen mejor la
conducta individual en estas situaciones.
Por ejemplo, los líderes suelen tener mayores niveles de autoconfianza pero, ¿es la
autoconfianza una condición previa al liderazgo o más bien resultado del mismo?
La única opción es seleccionar a los candidatos más aptos para asumir las posiciones
de liderazgo.
Tras décadas de abandono del estudio de los rasgos del líder recientemente ha
resurgido el interés en esta teoría con planteamientos matizados por la importancia de
la situación.
En cualquier caso no es suficiente con tener estos rasgos personales, ya que deben
darse las condiciones apropiadas para que surja un líder eficaz.
Teorías conductuales
Los líderes más centrados en los empleados enfatizan el bienestar del grupo, su
desarrollo profesional y personal, su satisfacción laboral.
Por su parte, los líderes más centrados en las tareas están más preocupados por sacar
adelante el trabajo y alcanzar las metas de la organización.
Los primeros estudios indicaban que los líderes más centrados en los empleados
tenían grupos más productivos, sin embargo, investigaciones recientes sugieren que en
muchos casos el líder tiene que ser alto en las dos dimensiones, tanto en personas
como en tareas, para alcanzar un rendimiento excelente.
Como ejemplo, los líderes con un estilo 1/9, es decir, bajo interés en la tarea y alto en
las personas, se denomina "estilo de club de amigos" ya que no enfatiza el logro de la
tarea y se centra en las necesidades sociales y los sentimientos de los empleados. Por
el contrario, un líder con estilo 9/1, alto interés por la tarea y bajo por las personas,
sería un estilo autoritario.
Para estos autores, el líder con un estilo 9/9, alto en ambas dimensiones, y llamado "el
líder de equipo" es considerado el líder ideal hacia el que las empresas deberían
aspirar.
Varias son las implicaciones de las teorías conductuales para la dirección de personas.
La rejilla gerencial es una herramienta útil para que las organizaciones evalúen
periódicamente las conductas del líder y diseñen acciones de mejora.
Sin embargo, no podemos decir que este sea el estilo de liderazgo ideal para todas las
situaciones.
Como veremos en las teorías contingentes, el estilo de liderazgo más eficaz depende
de diversos factores situacionales, como la experiencia de los empleados, la presión
temporal por tomar una decisión o las diferencias culturales.
Teorías contingentes
Hoy resumimos los modelos más populares dentro del enfoque contingente.
El modelo pionero es el de liderazgo contingente de Fiedler.
Este modelo argumenta que la eficacia del grupo depende del ajuste óptimo entre el
estilo del líder, un rasgo estable, y las demandas de la situación, concretamente el
grado de control.
Para evaluar el estilo de liderazgo el autor desarrolla la llamada escala del colaborador
menos preferido.
Esta escala requiere describir a la persona con quien se haya trabajado en algún
proyecto o tarea y que haya resultado más difícil, usando pares de adjetivos opuestos
como rudo-amable, agradable-desagradable, u ordenado-caótico.
Aquellos con una alta puntuación, es decir, describen al colaborador menos preferido
de manera más positiva, tienen un estilo de liderazgo orientado a personas, mientras
que aquellos con una puntuación baja tienen un estilo orientado a tareas.
Conocido el estilo del líder, el siguiente paso es determinar el grado de control que le
ofrece la situación.
Esto depende de tres factores: como podéis ver en la figura, la calidad de las relaciones
entre el líder y sus empleados, buenas/malas, la estructura de la tarea, alta/baja, y la
posición de autoridad, fuerte/débil.
El líder orientado a tareas es más eficaz en situaciones de alto o bajo control, mientras
que el líder orientada a personas funciona mejor en situaciones que ofrecen un control
moderado.
Goza del apoyo de sus subordinados y tiene capacidad para contratar, despedir y
recomendar aumentos de sueldo.
También dentro del enfoque contingente nos encontramos con el modelo de liderazgo
situacional de Hersey y Blanchard.
Por madurez se entiende el grado en que los individuos tienen la habilidad y voluntad
de realizar una determinada tarea, esto es, pueden y quieren hacerla.
El liderazgo situacional implica ajustar el énfasis de las conductas del líder orientadas a
la tarea, como dar instrucciones y orientadas a las personas, como proporcionar apoyo
emocional al grado de madurez del grupo.
Por ejemplo, un estilo directivo funciona mejor cuando el grupo es muy inmaduro, es
decir, los empleados no saben hacer la tarea o no quieren asumir la responsabilidad.
Sin embargo, cuando el grupo alcanza una madurez moderada, el estilo vendedor
resulta más eficaz: el grupo aún precisa de cierta guía e instrucción por parte del líder,
pero también refuerzos positivos para aumentar el entusiasmo por la tarea.
Hay que subrayar que ser un líder situacional requiere diagnosticar continuamente la
madurez del grupo con el fin de elegir y aplicar la opción de liderazgo más adecuada en
cada momento.
Es un hecho que los líderes desarrollan relaciones diferenciadas con sus subordinados.
Por tanto, para generar un liderazgo fuerte en las empresas los directivos deberían
intentar desarrollar relaciones de alta calidad con todos los subordinados.
Las relaciones importan y esforzarse por desarrollarlas es crítico, tanto para directivos
como para empleados.
Los líderes carismáticos pueden causar un profundo y extraordinario efecto sobre los
seguidores, quienes les atribuyen unas capacidades heroicas o divinas cuando
observan ciertos comportamientos extraordinarios.
La investigación revela que los líderes carismáticos tienen altos niveles de necesidad
de poder, autoeficacia y seguridad en sus propias creencias.
Los líderes carismáticos crean una visión que articulan y comunican de un modo
convincente, asumen riesgos para alcanzar esa visión mostrando entusiasmo y
autoconfianza.
Implica los intercambios necesarios entre líder y seguidores para alcanzar las metas de
trabajo establecidas.
Ocurre cuando los líderes inspiran a los seguidores a trascender sus propios intereses y
enfocarse en el bien común de toda la organización.
Numerosos estudios han demostrado los efectos positivos del liderazgo transformador
sobre el rendimiento, la satisfacción, el esfuerzo extra y la innovación de los
empleados.
No obstante, ambos tipos de liderazgo son complementarios y necesarios en una
organización para que funcione de manera excelente, bien los ejerza una misma
persona o varias en distintas posiciones.
Llegados a este punto nos preguntamos, ¿cuáles son las diferencias entre un líder
carismático y uno transformador?
Además, es necesario que se den cuatro dimensiones para que exista un liderazgo
transformador.
Los líderes carismáticos sólo coinciden con los transformadores en las dos primeras
dimensiones de carisma e inspiración.
En el extremo estarían los líderes carismáticos negativos que pueden actuar movidos
sólo por su propio afán de poder como muchos dictadores y líderes de sectas.
Para terminar nos preguntamos, ¿es posible entrenar a las personas para ser líderes
carismáticos o transformadores?
El liderazgo compartido implica sobre todo influencia lateral entre empleados del
mismo rango, pero puede implicar también influencia vertical tanto hacia arriba como
hacia abajo.
La diferencia principal entre los modelos de liderazgo compartido y tradicional es que
el proceso de influencia va más allá de la mera influencia vertical del líder sobre los
subordinados.
En contraste, el líder compartido se distribuye entre todos los miembros del equipo en
lugar de centralizarse en una sola persona que actúa de superior jerárquico.
Las teorías de liderazgo que hemos revisado hasta ahora tratan el liderazgo como
influencia vertical.
Los western de Holywood ilustran bien esta noción de liderazgo vertical: un vaquero
solitario llega a un pueblo, los habitantes se mantienen pasivos y dóciles mientras que
ven cómo el heroico vaquero salva al pueblo de los malos, los echa y sentencia, "mi
trabajo aquí está hecho".
El liderazgo no se limita la mera influencia vertical del vaquero heroico, sino que se
puede extender y compartir con más personas.
Esto lo vemos claramente en los equipos autogestionados que funcionan con liderazgo
compartido pero pueden tener también un líder de equipo con influencia vertical.
Por ejemplo, un equipo de desarrollo de software que tiene un líder asignado que a su
vez es miembro del equipo, y que dicho rol de líder va rotando cada seis meses entre
los miembros del equipo.
Este líder de equipo tiene unos obligaciones como líder, aparte de las habituales de su
trabajo y recibe una compensación adicional por ello.
Si el líder es externo, puede ser un líder asignado por la organización, que lidera varios
equipos al mismo tiempo sin forma parte del equipo per se.
En este caso los propios miembros del equipo se ocupan de las funciones directivas
tradicionales dentro del equipo, como planificar, coordinar y controlar las tareas.
Pensad, por ejemplo, en una empresa informática con cinco equipos de desarrollo de
software coordinados por un mismo líder.
En estos equipos se produce mucha influencia lateral entre los miembros y pueden
surgir líderes informales aparte del líder externo.
Hay cinco condiciones clave que facilitan el éxito de liderazgo compartido en equipos:
esfuerzo eficiente dirigido a metas (los líderes juegan un papel clave en integrar los
esfuerzos de todos los miembros y del equipo con el resto de las unidades de la
organización), recursos adecuados (los líderes deben proveer a los equipos de todo lo
necesario para alcanzar sus metas incluyendo equipamiento, materiales, personal... y
esto requiere negociaciones con el resto de la empresa), desempeño motivado y
competente (los líderes deben esforzarse por mejorar la motivación de sus equipos así
como participar en la composición de los equipos para asegurarse que poseen las
competencias óptimas para el trabajo), clima productivo de apoyo (los líderes pueden
contribuir a crear este clima fomentando relaciones positivas entre los miembros del
equipo que aumenten la cohesión, confianza y compromiso mutuo así como haciendo
ellos mismos de modelos de conducta) y por último, compromiso con la mejora
continua y la adaptación (los líderes deben contribuir a reducir las resistencias al
cambio, reforzar el enfoque en la mejora continua y mejorar la adaptabilidad de sus
equipos).
A lo largo de vuestra carrera profesional os vais a enfrentar al reto del liderazgo global,
bien porque tenéis que dirigir un equipo de personas de diferentes nacionalidades,
porque os ofrecen una posición internacional en otro país, o porque emprendéis un
negocio con proveedores o distribuidores extranjeros.
Las opciones para ejercer un liderazgo global son cada vez más numerosas.
En otras palabras: para un líder global es clave conocer la cultura y las expectativas de
sus empleados para ajustar su liderazgo y así lograr la aceptación de los seguidores y
dirigirlos eficazmente.
Globe ha encontrado que los líderes que más se parecen al prototipo cultural de líder
son mejor valorados y aceptados por sus seguidores, mientras que aquellos líderes
más alejados del prototipo reciben menos aceptación y son menos exitosos.
El proyecto Globe ha evaluado las dimensiones de liderazgo que son más o menos
importantes en los 62 países estudiados.
Por ejemplo, Argentina, Chile, Colombia y Brasil forman parte del cluster
latinoamericano.
Así para cada cluster geográfico, Globe nos informa de la importancia de cada
dimensión de liderazgo.
En esta tabla por ejemplo, vemos que Argentina recibe un nivel alto en las
dimensiones carisma, orientación al equipo y autoprotección.
Cabe esperar que los empleados argentinos requieran estas características en un buen
líder y algo similar ocurrirá en los demás países del cluster latinoamericano.
Por el contrario, entre los rasgos universales del mal líder están: irritable, egocéntrico,
malévolo, solitario, dictatorial y rudo.
Hay también rasgos de liderazgo que solo se encuentran en algunos países como:
autosacrificado, arriesgado, individualista o preocupado por el status.
Cada cultura es única y las expectativas sobre el buen líder también lo son.
Tema 8: Comunicación en las organizaciones
1) La comunicación en la empresa
Para lograr un desempeño eficaz, los grupos necesitan mantener cierta forma de
control sobre sus integrantes, estimularlos para que actúen, permitir la expresión
emocional y tomar decisiones.
Nuestro primer objetivo es describir las redes formales e informales, en las que los
rumores, como sabéis, poseen un papel predominante.
Las redes formales en las organizaciones pueden ser complicadas, ya que en ocasiones,
incluyen a cientos de individuos y bastante niveles jerárquicos.
Para simplificar nuestro análisis, hemos condensado estas redes en tres pequeños
grupos comunes de cinco personas cada uno.
Esta red se asemeja a los canales de comunicación que se pueden encontrar en una
organización rígida de tres niveles.
El timón depende de una figura central que actúa como el conducto para todos las
comunicaciones del grupo, y es similar a la red de comunicación que se encontraría en
un equipo con un líder fuerte.
Y por último, la red de todos los canales permite que todos los miembros del grupo se
comuniquen activamente entre sí, y a menudo, en la práctica, se caracteriza por los
equipos autodirigidos, donde todos los integrantes del grupo son libres de contribuir y
ninguna persona adopta el rol del líder.
La estructura del timón facilita el surgimiento de un líder, la red de todos los canales es
mejor si se desea que los miembros se sientan más satisfechos, en tanto que la de
cadena es mejor si lo más importante es la exactitud.
Aunque los rumores y los chismes son informales, no dejan de ser una fuente
importante de información.
Por ejemplo, encuesta revelan que más del 75 % de los trabajadores se enteran de algo
por primera vez mediante los rumores.
Los rumores surgen en respuesta a situaciones que son importantes para los
individuos, cuando hay ambigüedad y en condiciones que causan ansiedad.
El hecho de las situaciones laborales con frecuencia incluyan estos tres elementos
explica porqué los rumores proliferan en las organizaciones.
La pregunta es: ¿Los gerentes pueden eliminar los rumores por completo?
Obviamente, no.
Algunas sugerencias para reducir las consecuencias negativas de los rumores pueden
ser, por ejemplo: proporcionar información, explicar las acciones y las decisiones,
evitar atacar al mensajero y mantener canales de comunicación abiertos.
No cabe duda que los rumores dan a los directivos indicios sobre el estado de ánimo
de su organización, identifican los temas que los subalternos consideran importantes, y
los ayudan a reducir la ansiedad de sus trabajadores.
También existen evidencias de que los chismes surgen principalmente en las redes
sociales de los empleados; aunque los rumores quizá no sean sancionados o
controlados por la organización, sí pueden entenderse.
No existe una única forma de hablar, como sabéis, ni siquiera para quienes
compartimos el mismo idioma.
La comunicación oral refleja mucho más que la escrita los modismos, tendencias,
emociones, incluso, la procedencia del emisor.
En cambio, la comunicación escrita incluye cualquier dispositivo que transmita usando
palabras o símbolos.
Este correo utiliza internet para transmitir y recibir textos y documentos generados
por un ordenador.
Sin duda conoces, y tal vez utilizas, plataformas de redes sociales, como pueden ser
Facebook o Linkedin.
Twitter es un servicio híbrido de redes sociales que permite a los usuarios publicar
información del micro blog para suscriptores acerca de cualquier tema, incluyendo el
trabajo.
Las videoconferencias, como sabéis también, permiten percibir los detalles antes
aludidos y que los empleados de una empresa tengan reuniones en tiempo real con
personas ubicadas en lugares remotos.
Las imágenes de vídeo y el audio en vivo permiten a los participantes verse, escucharse
y hablar entre sí sin estar físicamente en el mismo lugar.
Como ilustra la figura, la conversación cara a cara tiene la puntuación más alta en
términos de riqueza de canal porque transmite la cantidad máxima de información en
cada episodio de comunicación.
Es decir, claves de información múltiples, retroalimentación inmediata y sobre todo, el
toque personal de estar presente.
3) La comunicación persuasiva
Existen, en general, varias reglas para determinar el tipo de procesamiento, que vamos
a comentar a continuación.
El nivel de interés refleja el impacto que tendrá una decisión sobre la vida del
individuo.
Las personas que están bien informadas acerca de un tema también son más proclives
a utilizar un procesamiento controlado.
En cambio, la gente que tiene poca necesidad de cognición suele utilizar estrategias de
procesamiento automático, así como la intuición y las emociones, para evaluar los
mensajes persuasivos.
Otro factor que influye en el uso de la estrategia de procesamiento automático
controlado son las características del propio mensaje.
Los emisores tienden a suponer que las frases y los términos que usan significan lo
mismo para el receptor que para ellos.
Vamos a analizar en esta unidad las barreras que existen para lograr una comunicación
eficaz, así como la incidencia que tienen los factores interculturales.
Existen factores interculturales que con toda claridad crean el potencial para que haya
problemas de comunicación.
Una expresión que se entienda y se acepte bien en una cultura puede ser obscecena o
carecer de significado en otra.
Se han identificado varios problemas relacionados con las dificultades del lenguaje en
las comunicaciones interculturales, que analizamos a continuación.
Las palabras, como sabéis, tienen significados diferentes para individuos distintos.
Cierta palabras o expresiones no se pueden traducir de una cultura a otra.
El segundo problema son las barreras causadas por las connotaciones de las palabras.
Las barreras causadas por las diferencias de tono constituyen el tercer problema para
una comunicación eficaz.
Puede ser vergonzoso usar un estilo personal e informal en una situación donde se
espera otro más formal.
El cuarto problema son las diferencias en la tolerancia para los conflictos y los método
para resolverlos.
Los individuos de culturas individualistas tienden a sentirse más cómodos con los
conflictos directos, prefieren afirmaciones explícitas en las cuales se acepte la
responsabilidad por los conflictos y las disculpas públicas para resarcir las relaciones.
Por ejemplo, en culturas de alto contexto como China, Corea, Japón o Vietnam, las
personas dependen mucho de indicios situacionales sutiles y no verbales cuando se
comunican con lo demás, y el estatus oficial de una persona, su lugar y reputación en
la sociedad, tienen un peso considerable.
Es probable que es lo que no se dice, sea más importante que aquello que sí se dice.
No obstante, en las culturas de bajo contexto los contratos obligatorios tienden a estar
por escrito, con palabras precisas y terminología legal, se valora, en definitiva, la
franqueza.
Tema 9: Conflicto y negociación
1) Los conflictos en las organizaciones: definición y relevancia
Según el enfoque de las relaciones humanas, hasta las mejores relaciones tienen sus
divergencias, la cuestión es cómo se asuman, si como un enfrentamiento o como una
situación en la que hay que buscar el entendimiento.
Por eso es necesario saber cómo superar los conflictos cuando éstos surjan.
Como es inevitable que aparezcan conflictos, lo mejor que se puede hacer es estar
preparados para cuando aparezcan.
Entonces vamos a indagar qué tenemos que hacer para que no se enquisten, polaricen
y agudicen, en lugar de sentirnos agobiados y desbordados por la situación.
Aunque hay un dicho popular que dice "vamos a enterrar el hacha de guerra", lo que
vamos a buscar aquí es prescindir de utilizar armas y desplegar habilidades y
estrategias que favorezcan la gestión del conflicto, buscando el menor deterioro de los
contrincantes y de su relación, ya que las relaciones laborales son relaciones de las que
no podemos prescindir y debemos cuidar para tener un buen ajuste en la organización,
así como el logro de las mejores soluciones.
Por lo tanto, el primer tema que vamos a abordar es qué son los conflictos.
Incluso puede que tal vez ni siquiera sea real, pero es percibido como tal, es decir que
es independiente de que la confrontación exista objetivamente o no.
Están además condicionados por el contexto ya que este también determina lo que es
o no es un conflicto.
Desde este aspecto juegan un papel importante las creencias, ideas, percepciones,
emociones, expectativas, etcétera.
También es importante diferenciar el conflicto con respecto al problema, ya que a
veces se usan indistintamente pero no son lo mismo.
Una vez que está claro qué situaciones se van a considerar como conflictos, lo
siguiente es explicar cómo podemos analizarlas e intervenir en ellas.
Muchos autores han elaborado distintos recursos para facilitar el análisis de conflictos
y su comprensión, de manera que hemos recogido las distintas propuestas, abordajes
y autores con el fin de adecuarlo lo más posible a la realidad organizacional.
Desde nuestro enfoque no se puede dar por conocido un conflicto cuando sólo se
tiene una versión ya que no hay una buena y una mala, ni una verdadera y otra falsa,
sino que las dos son igual de veraces sobre su realidad, o como dice Alzate, es la
discrepancia entre la realidad y lo que las partes perciben como tal.
Un aspecto fundamental que se produce a este nivel son las llamadas distorsiones y las
atribuciones, que aunque no sean reales u objetivas, como se ve, terminan afectando a
la forma en que se actúa.
Por lo tanto, para acceder al análisis del conflicto deberemos analizar el discurso, ya
que como dice Vinyamata el discurso por sí mismo construye, al igual que el
pensamiento, una realidad.
Deberemos tener en cuenta qué tipo de comunicación tienen las partes, si es escasa,
falsa, con ocultamientos, ambigua, deficiente y/o desigual, o si por el contrario, parece
honesta, completa o abierta, lo que es o no es prioritario.
Las partes son co-constructores del vínculo a través de sus palabras, por lo tanto las
palabras es decir, lo que los protagonistas dicen, son la materia prima que se debe
analizar para comprender un enfrentamiento.
Para el análisis de conflictos veremos que estos están influenciados por múltiples
factores que hacen que cada conflicto sea distinto.
Por eso hay distintos tipos de conflicto, pero en lugar de describir una tipología de
estos vamos a focalizar los factores que los hacen diferenciarse a unos de otros.
Para entenderlo de una manera más gráfica, la dinámica sería como una película y la
estructura sería como una foto fija.
Empezaremos por el estructural, en el que diferenciaremos las características de las
partes: desde este aspecto se trata de responder a quiénes involucra el conflicto,
cuántos y cómo son, ver el posicionamiento y la relación entre las partes es muy
importante.
Las dimensiones a tener en cuenta para el análisis de los protagonistas son: quiénes
son los protagonistas, si la situación provoca unos sentimientos, el impacto que
generan las conductas del otro, cómo se ve cada uno en esa situación y cómo ve al
otro o cómo ve la situación en general.
También se debe valorar cómo se halla la relación, cuál es el tipo de vínculo que
tienen, si hay diferencias de status en la relación, si hay simetría o asimetría, cómo es
su forma de relacionarse, de agresión, lucha, insultos, desvalorización, humillación,
entre otros.
La confianza entre ambos será uno de los aspectos clave a restablecer, ya que sin ella
es difícil llegar y mantener acuerdos.
Por último hay que indagar si existen terceros, analizar qué papel juegan en el
conjunto del conflicto en cuanto puedan ser parte de él, que les afecte lo que en él
ocurra o puedan apoyar a una u otra parte, por lo que estos pueden ser meros
observadores neutrales o ser aliados que apoyen a una u otra parte.
La cantidad de tipos son variables, se trata de reconstruir cómo ven las partes la
situación.
Para analizar los distintos asuntos que pueden componer un conflicto lo haremos
desde dos líneas.
Se explican por cómo llevar a cabo la actividad o las tareas o por características
personales como exceso o defecto de determinados atributos, cognitivos, emocionales
u otros.
Este, como otros temas de este módulo, está desarrollado también en otro, por eso
sólo daremos unas pinceladas muy generales.
Condicionamientos estructurales.
Como se ha comentado más arriba aquí se valoran lo que está determinado por el
contexto político, social, las instituciones, sus características y condicionamientos,
derechos y obligaciones. Es decir, que de alguna manera se trata de condiciones
impuestas por el entorno.
Pero no siempre los conflictos tienen que ser destructivos o disociativos, es decir, que
producen separación.
Entonces hemos visto lo importante que resulta estar alertas a las señales de malestar
o disconformidad para intervenir de manera preventiva y que los conflictos se
mantengan a un nivel funcional.
Pero también puede ir a más porque las partes no están en actitud de diálogo y
entonces ya hay que recurrir a técnicas más concretas de negociación y gestión de
conflictos.
La intensidad del conflicto suele estar muy condicionada por su evolución en el sentido
de agudizarse y radicalizarse las posturas y de deteriorarse la relación. Pero la
intensidad del conflicto también viene determinada por otros factores: el grupo, nivel
y tipo de participación, su impacto, repercusión y la existencia de la violencia o no
como forma de expresión, etc.
Tendrá relación con el poder que tengan las partes: económico, político, etcétera, o en
la capacidad de influenciar a otros en los medios de comunicación o el número de
personas que puedan involucrar, o por el tipo de participación en la manera que se
manifiesta el conflicto, se hace visible, con boicots, difamación, sabotajes, etcétera.
Es decir, un conflicto laboral no tiene la misma intensidad cuando se amenaza con una
huelga de controladores aéreos que cuando lo hace el personal de tierra.
Se puede sopesar lo que la acción o recurso analizado significa para el destinatario del
mismo.
Esto a su vez tendrá distintas gradaciones que irán de los simples malos entendidos al
miedo o amenaza real o psicológica de daños o riesgos materiales o personales.
Pero hay que ser consciente de que los procesos de acción-reacción traen
consecuencias y por eso es importante intervenir para evitar la escalada.
En general se considera que ante una situación de conflicto se reflexiona acerca de las
decisiones que se van a tomar para superarlo.
Normalmente las partes tienen una visión limitada con respecto a la superación del
conflicto, siendo las más comunes intentar imponer la solución utilizando o haciendo
una demostración de fuerza, o bien intentar dialogar y consensuar, o resolviendo
conforme a derecho, es decir, teniendo en cuenta la normativa, en el caso de que los
protagonistas escojan la manera de hacer frente al conflicto y encontrarle una salida.
Pero a la hora de tener que buscar formas de superar el conflicto inciden más factores:
como por ejemplo, las motivaciones que tenemos.
En esta línea Entelman advierte que para buscar soluciones no siempre nos mueve
maximizar los beneficios.
Para este autor existe lo que se llama el cálculo coste-beneficio que considera sólo los
costes y beneficios propios.
Pero también existe el cálculo de affectio, que es una evaluación que toma en
consideración las pérdidas de la otra parte y la insatisfacción que puede producirse al
adversario.
Es la típica evaluación que se hace no para beneficiarse uno, sino para perjudicar al
otro.
Otra forma de analizar las salidas al conflicto es indagando las intenciones o actitudes
de las partes con respecto a cómo resolverlo.
Según Thomas y Khilman pueden identificarse cinco intenciones básicas que son: la
competencia, la persona busca satisfacer sus intereses a pesar de lo que le pase a los
demás, la colaboración, en donde las partes tratan de satisfacer los intereses de todos
los implicados buscando compartir tanto los beneficios como las pérdidas, la evitación,
cuando alguien prefiere retirarse de un conflicto, la complacencia, en donde la
voluntad de una parte es satisfacer los intereses del oponente por encima de los suyos,
acomodándose a la solución que proponga y por último, el pacto, en el que cada parte
está dispuesta a renunciar a algo para llegar a un acuerdo estableciendo un
intercambio.
3) La intervención en conflictos
Por lo tanto, la gestión de un conflicto está coja sin una eficaz gestión de la
comunicación.
Otro aspecto fundamental en la gestión del conflicto son las habilidades para negociar
y de este punto es del que nos vamos a ocupar a continuación.
No se intenta imponer, manipular para que la solución sea posible, sino que se basa en
el diálogo y que se logre un entendimiento.
En la fase de preparación lo que hay que hacer es la toma de contacto con la otra
parte, la invitación a negociar.
Cuál es el marco normativo y los criterios objetivos que se deben tener en cuenta para
resolver este conflicto de una manera justa y/o legítima.
Aunque no siempre está explícito, a veces se hacen concesiones, por eso hay que estar
atento a aceptarlas y a contraofertar.
Explicitar las metas y desacuerdos, utilizar los recursos para mejorar la comunicación
ya que este es el momento de máximo debate.
Trabajar sobre los problemas o temas concretos, es decir, separándolo de las personas.
Las opciones pueden considerarse como recursos en juego que pueden ser tangibles,
tiempo, espacio, dinero, bienes, o intangibles, responsabilidades, tareas, derechos,
imagen, riesgo, metodología, etcétera, que son los que están en condiciones de
intercambiarse.
Los negociadores hablarán sobre lo que les gustaría lograr, pero también hay que
averiguar con qué se conformarían.
En la fase de acuerdo hay que decidir en qué puntos se van a detener las concesiones y
en el que se dan por satisfechos con lo conseguido.
Hacer una lista detallada del acuerdo: se puede hacer un acuerdo general y luego
entrar en los detalles, o hacer pequeños acuerdos parciales que luego constituirán el
acuerdo definitivo.
Hacer un cierre en positivo, un balance del proceso o del nivel de satisfacción: no debe
cerrarser si no hay acuerdo.
En la fase de seguimiento del acuerdo hacer una revisión del cumplimiento cada tanto
y si fuera necesario, hacer ajustes o correcciones al mismo, y hasta que se da por
finalizado el proceso.
Para el cierre del caso hay que evaluar las estrategias, procesos y resultados.
Tipos de negociación.
Las distintas estrategias que llevan a cabo los negociadores darán lugar a distintos
tipos de negociación, y son los siguientes: vamos a ir viendo las diferencias e ir
comparando los tipos básicos de negociación.
La negociación distributiva, la definición, hay que dividir una cantidad fija de recursos
entre las partes, buscar el máximo beneficio.
En la filosofía, qué porción de tarta consigue cada parte, ganar-perder, suma cero.
En la motivación es el egoísmo.
Las relaciones son a largo plazo y los resultados están orientados a un acuerdo
satisfactorio, alto compromiso, soluciones eficaces para la organización y se perciben
como capaces de resolver el conflicto.
Una vez que sabemos negociar, es decir, gestionar la comunicación y el conflicto para
llegar a un acuerdo, es más fácil intervenir en conflictos para ayudar a otras personas
que tengan que resolver una disputa.
De hecho es más fácil cuando uno no está condicionado por su propia percepción e
intereses e interviene como un tercero imparcial.
El arbitraje: el tercero tiene autoridad formal para dictaminar un acuerdo que puede
ser voluntario o impuesto.
Siempre concluyen el acuerdo que el árbitro decide y se usa en el ámbito del consumo.
Como hemos comentado al principio, según Robbins y Judge las consecuencias de los
conflictos entonces pueden ser positivas porque estimulan el cambio, la innovación y
la creatividad, aumentan la cohesión grupal, fomentan la autocrítica, permiten liberar
tensiones, movilizan la acción de las partes y evitan el groupthink, o negativas cuando
implican un coste económico, rotación indeseada, sabotajes, huelgas, deterioro de la
imagen, etcétera, y un coste humano donde hay destrucción de las relaciones que
impide la coordinación efectiva.
Hemos visto un análisis abstracto de los conflictos que puede ayudar a diferenciar los
aspectos más importantes que lo componen para intervenir sobre ellos, y así contribuir
a una gestión del clima relacional funcional y eficaz, y que a la vez pueda hacer más
agradables los momentos y los proyectos compartidos en las organizaciones.