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Tecnológico Nacional de México

Instituto Tecnológico de Veracruz

GESTIÓN EMPRESARIAL Y LIDERAZGO

Tema 1. Habilidad para plantear problemas


Identifica por medio de una investigación los aspectos más
importantes de la gestión y el liderazgo en la resolución de problemas
considerando diferentes autores.

Prof. Israel de Jesús Cruz Mendoza

Fuentes Zamudio Pahola

Ing. Eléctrica

1
H.
Veracruz, Ver. 11/Febrero/2022
ÍNDICE

Introducción ………………………………………………………… 3
Liderazgo y resolución de problemas …………………………… 6
Conclusiones ………………………………………………………. 8
Bibliografía …………………………………………………………. 8

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INTRODUCCIÓN

La globalización y la revolución tecnológica han provocado que el entorno de las


organizaciones sea cada vez más complejo y que esta complejidad sea a la vez
más robusta (Hitt, 1998). En la actualidad, pareciera ser más necesario aceptar
que esta genera niveles crecientes de incertidumbre y amenazas producto de las
paradojas y las contradicciones que se develan al tratar de comprender los
problemas, describir sus variables, explicar su comportamiento y predecir su futuro
(Fraher y Grinth, 2018; Fraher et al., 2017). Cuando se logra comprender una
parte del problema, casi sin aviso las variables mutan y el problema cambia
dejando tras de sí aquellas interpretaciones y soluciones que dan certeza. Este
tipo de problemas, denominados perversos, son cada vez más comunes y se
caracterizan por su complejidad, a veces inabordable, por demandar soluciones no
lineales, que generan otros problemas, y por provocar gran incertidumbre (Grinth,
2005). Estos se consideran difíciles de comprender porque no se logra visualizar
claramente sus componentes, establecer sus relaciones, ni predecir su
comportamiento y las decisiones que se toman, para solucionarlos, generan
problemas subsecuentes en las organizaciones. La eficiencia frente a estos
problemas es casi inalcanzable y los decisores más experimentados aprenden a
conformarse, al menos inicialmente, con la eficacia.

La proliferación de problemas está demandando, en las organizaciones, el


cuestionamiento y la adaptabilidad permanente de la estructura y de la cultura,
convirtiéndolas en entidades hipercomplejas cada vez más difíciles de manejar
(Ganga et al., 2017). Con tal de asegurar la supervivencia, las organizaciones han
pasado de ser un ente ordenado que produce certezas, a quienes la integran, a un
ente caótico que genera incertidumbres. La gestión, como representación de
una alta evitación de incertidumbre, está dando actualmente respuestas
adecuadas sólo en contextos de burocracia y de crisis (Osborn et al., 2002). El
liderazgo, por otro lado, como representación de una baja evitación de
incertidumbre, se ha convertido en un factor que, cada vez más, favorece el éxito
de las organizaciones en contextos de complejidad (Rodríguez-Ponce y Pedraja-
Rejas, 2017; Uhl-Bien et al., 2007; y Grinth, 2005). La gestión y el liderazgo, en la
evitación y aceptación de la incertidumbre, representan el dilema de la
conservación y de la transformación, respectivamente, y saber cuándo optar más
por una que por la otra, la decisión más difícil.
La toma de decisiones es un proceso clave para abordar la solución de los
problemas perversos. En este proceso, la evitación de incertidumbre resulta

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comprensible, pero este tipo de
problemas no ofrece muchas veces la cantidad suficiente de datos para obtener
certezas. Está siendo necesario, cada vez más, atreverse a tomar decisiones con
aceptación de la incertidumbre y, por tanto, los modelos normativos de optimalidad
están dando paso a los cada vez más valorados modelos descriptivos de
satisficiencia (Altman, 2008). La eficacia (búsqueda de la satisficiencia) y la
eficiencia (búsqueda de la optimalidad) se están convirtiendo en un efecto de la
toma de decisiones que, según el contexto, puede favorecer secuencialmente la
solución final de un problema perverso. Contentarse inicialmente con una solución
viable (eficacia) y más tarde con una óptima (eficiencia) se hace necesario para
abordar la transformación organizacional y la consecuente supervivencia frente a
problemas perversos.
Aceptar la eficacia inicial y esperar activamente la tan anhelada eficiencia requiere
arriesgarse en el presente, aceptando la incertidumbre en el futuro. Esta
necesidad propia de la toma de decisiones puede explicarse desde la cultura
organizacional. La evitación de incertidumbre que, junto a otras dimensiones
culturales relacionadas con el liderazgo como la distancia de poder y el
colectivismo, es una característica cultural que distingue a las sociedades
latinoamericanas y que explica, de alguna manera, no solo el comportamiento de
los grupos humanos al interior de las organizaciones, sino además los bajos
índices de innovación, de desarrollo científico y tecnológico y de respeto por la
propiedad intelectual en esta región. La sociedad chilena tiene un 86% de
evitación de incertidumbre lo que es alto si se compara con el 58% que promedian
los diez países con mejores índices de competitividad, desarrollo humano y
equidad de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos-
OCDE (Hofstede et al., 2015). Estos altos niveles de evitación de incertidumbre
explican la conservación de las estructuras, la mantención dentro de lo conocido y
la predilección por aquellas definiciones claras de las acciones y procedimientos
en las organizaciones chilenas (Didier y Luna, 2017). El líder desempeña un rol
esencial en las organizaciones ya que es quien influye para que los miembros de
dicho equipo o de la organización lleven a cabo las tareas requeridas para
conseguir los objetivos propuestos (Bernasconi y Rodríguez-Ponce, 2018).
En este contexto, el liderazgo es una herramienta que favorece la solución de los
problemas perversos (Fraher y Grinth, 2018; Grinth, 2005). Los estilos de
liderazgo, como patrones de conducta, tienen una incidencia fundamental sobre la
eficiencia y la eficacia en los procesos estratégicos (Rodríguez- Ponce, 2007;
Pedraja- Rejas y Rodríguez- Ponce, 2008; y Pedraja- Rejas et al., 2008). Existe un
estilo de liderazgo que por un lado resulta apropiado para la solución de
problemas futuros, normalmente difíciles de percibir, y otro estilo, que favorece la
solución de problemas presentes, que son más evidentes. El primero favorece la
transformación y el cuestionamiento del estatus quo y el segundo, la transacción y

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la
conservación de éste (Bass, 1997).

El dilema de qué transformar y qué conservar en las organizaciones se está


convirtiendo tal vez en su principal desafío y las habilidades de liderazgo para
diseñar e implementar la estrategia más efectiva, en una importante brecha de
formación humana. Las habilidades de liderazgo o también conocidas como
habilidades sociales, son las más valoradas en las organizaciones en
Latinoamérica y especialmente en Chile en comparación con las habilidades
técnicas y habilidades de conceptualización (Bassi et al., 2012). En los países de
la región se valora más el liderazgo que los conocimientos y las técnicas, pero la
educación escolar y el esfuerzo de formación que se realiza, especialmente en el
caso de Chile, no privilegia el desarrollo de éstas sino la adquisición de
conocimientos y aplicación de técnicas (Reimers y Chung, 2016). La formación
escolar y universitaria, así como la capacitación de ejecutivos requieren dar pasos
decididos hacia la formación de habilidades de liderazgo, toda vez que se necesita
desarrollar habilidades que favorezcan la solución de los cada vez más frecuentes
problemas perversos.

Los problemas perversos están desafiando la dirección de las organizaciones que


luchan por mantener su supervivencia. La evitación de incertidumbre es
determinante en el dilema del liderazgo y la gestión. El liderazgo, que acepta la
incertidumbre, favorece la transformación y la eficacia. La gestión, que evita la
incertidumbre, favorece la conservación y la eficiencia. Una adecuada
combinación de liderazgo y gestión, que, desde un enfoque sistémico, no agota la
diversidad de componentes del problema que en sí implica la toma de decisiones,
permite lograr la eficacia y la eficiencia y por tanto, asegura la supervivencia de las
organizaciones.

Los antecedentes presentados, dejan en evidencia la pertinencia y la importancia


del liderazgo para explicar la eficacia de las organizaciones en contextos de mayor
complejidad e incertidumbre (Rodríguez- Ponce, 2007). Se hace necesario
entonces comprender el liderazgo como una herramienta que favorece la solución
de los problemas perversos que actualmente afectan con mayor frecuencia a las
organizaciones y con dicho propósito este trabajo presenta una perspectiva
sistémica de aquellos aspectos de la teoría del liderazgo que mejor explican su
relación con la eficacia de las organizaciones frente a los problemas perversos.
Avanzar en esta comprensión contribuirá a que las organizaciones aseguren su
supervivencia en tiempos de turbulencia y su efectividad en momentos de calma.

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LIDERAZGO Y
RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
Liderazgo y resolución. Cualidades que nunca deben faltar en los líderes
empresariales que no es otra que saber encontrar solución a los problemas, es
decir: Que tenga habilidades para el liderazgo y resolución de problemas dentro
de la empresa.

A diario nos enfrentemos a numerosas problemáticas tanto laborales como


personales, incluso en ocasiones sentimos que no contamos con el tiempo
suficiente para poner solución a cada uno de ellos. Sin embargo, si ocupas una
posición de liderazgo la resolución de problemas es una de las cualidades que
nunca debe faltar en un buen directivo.

En la actualidad en muchos sectores empresariales del mundo se echa de menos


a la persona o personas capaces de tomar decisiones y resuelvan diferentes
situaciones internas de la empresa con la finalidad de atender a alguna necesidad
o resolver una situación en concreto. Aunque la mayoría de las decisiones de los
individuos no tienen la menor importancia. Se toman decisiones al respecto a
realidades trascendentes de la vida, pero no con respecto a las grandes
cuestiones de la vida.
En el mundo empresarial, se evalúan y se valoran a partes iguales dos
características importantes en sus ejecutivos y directivos con la intención de
verificar la capacidad de dirección que estos posean, por un lado la aptitud y por
otro la actitud.

El proceso de toma de decisiones así como el liderazgo y resolución tendría como


definición valida, encontrar una conducta adecuada para una situación en concreto
en la que hay una serie de sucesos inciertos. La elección de la situación ya es un
elemento que puede entrar en el proceso. Hay que elegir los elementos que son
relevantes y obviar los que no lo son y analizar las relaciones entre ellos.

Una vez determinada cual es la situación, para tomar decisiones es necesario


elaborar acciones alternativas, extrapolarlas para imaginar la situación final y
evaluar los resultados teniendo en cuenta la incertidumbre de cada resultado y su
valor. Así se obtiene una imagen de las consecuencias que tendría cada una de
las acciones alternativas que se han definido. De acuerdo con las consecuencias
se asocia a la situación la conducta más idónea eligiéndola como curso de acción.

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¿Quién y cómo toma las decisiones?

El líder o directivo de una empresa es una persona que habitualmente toma


decisiones para sí o para otros; es uno de los aspectos fundamentales de su
liderazgo y resolución. Nada suplirá esta capacidad: ni la habilidad en las
relaciones humanas, ni el encanto personal. Los estilos en la toma de decisiones
están muy relacionados con características de la personalidad propia
(impulsividad, inestabilidad emocional, obsesión). Por ello, es importante citar
algunas de las características sobre la persona que toma decisiones:

Ver un problema como un reto


Céntrate en los obstáculos presentes y futuros
Distingue entre los hechos, opiniones y juicios
Sabe escuchar la opinión de los expertos y otras personas de confianza
Sabe usar la razón y no el orgullo para tomar decisiones
Sabe tomarse su tiempo para la resolución de un problema, no se precipita.
Enfoca su atención en aquellos obstáculos que son superables
Piensa que la implementación de la solución siempre será más difícil que
llegar a ella
Sabe y siente que tiene en todo momento el control de la situación.

Por tanto, este tipo de personas también sabe diferenciar los problemas de los
conflictos y comprende el proceso para analizarlos, afrontarlos y resolverlos. La
comunicación efectiva es una de las más importantes técnicas que un líder debe
aprender y dominar para resolver conflictos, ya que es la forma más existente para
que las partes involucradas sean capaces de escucharse el uno al otro con éxito.
Los líderes deben asumir su responsabilidad y encarar los problemas que se
presentan a diario en una empresa, y aprovechar la coyuntura para posicionarse
como solucionadores de problemas y ganar así autoridad y respeto dentro de la
empresa.
Si un directivo o responsable empresarial rehúsa a cumplir su rol como
solucionador de problemas o conflictos le hace perder credibilidad como líder. Por
el contrario, cuando los problemas son solucionados por el directivo se convierten
en alimento que fortalecen su imagen. Es por ello que después de solucionar los
problemas, como líderes, salen fortalecidos y su liderazgo y resolución tenidos en
cuenta.

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CONCLUSIONES
De acuerdo con el trabajo presentado y los resultados obtenidos, se pueden
plantear las siguientes conclusiones principales:

i) La adecuada combinación de estilos de liderazgo favorece la solución de


problemas perversos y la supervivencia de las organizaciones.

ii) El liderazgo y la gestión, como aplicaciones de los estilos de liderazgo


transformacional y transaccional respectivamente, favorecen una sensata
transformación y conservación de las organizaciones y una pertinente eficacia y
eficiencia de los procesos.

iii) La efectividad del liderazgo en la solución de problemas perversos se vincula


probablemente a condiciones sistémicas tales como la composición de los equipos
directivos, la cultura organizacional, la relación con el escalafón superior, el
proceso de toma de decisiones y los estilos de liderazgo transformacional y
transaccional.

iv) Equipos directivos de alta diversidad que actúan con amplia libertad de acción,
que aceptan y evitan la incertidumbre según la disponibilidad de información, que
se disponen a transformar lo necesario y conservar lo esencial y que aplican
métodos decisionales de satisficiencia y optimalidad favorecerían la supervivencia
de las organizaciones en situaciones de alta complejidad.

BIBLIOGRAFÍA

https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
50062020000100135&lng=es&nrm=iso&tlng=es

https://acconsultors.com/liderazgo-y-resolucion-de-problemas/

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