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La primera consulta de un homeópata unicista suele tardar dos horas. En ella el homeópata examina
al paciente desde todos los ángulos posibles: la patología física con todos sus detalles, sus
sensaciones, sus agravaciones y mejoras; el aspecto emocional, la situación familiar, social, laboral
del paciente; la esfera subconsciente: sueños, miedos, pensamientos recurrentes; su esfera más
profunda de sensaciones abstractas; su historia médica, posibles situaciones traumáticas del pasado,
accidentes, situaciones de shock; la historia médica de su familia, sus tendencias genéticas, su
alimentación, etc, etc. Después de todo, si se piensa que cada ser humano es una unidad energética
única en la cual todos los puntos están interrelacionados, es fundamental conocer todos los detalles
para obtener el mapa total de la persona.
En el caso que se relata a continuación se puede ver la dinámica de la consulta homeopática. Una
mujer de 45 años a quien llamaremos Julia, acude a mi consulta con un cuadro severo de alergia que
ha surgido repentinamente hace dos años. Es una mujer atractiva con un poco de sobrepeso, vestida
con un traje de chaqueta gris; de ademán serio. Explica que la alergia se manifiesta sobre todo en
primavera y si visita el campo; los principales síntomas de la alergia son estornudos y tos,
congestión nasal y sinusitis con hinchazón de los párpados y de la conjuntiva de los ojos, a veces con
dolores de cabeza e irritación de garganta. Antibióticos, antihistamínicos y otras medicaciones
alopáticas apenas logran aliviar los síntomas. Cuando le pregunto si le ha ocurrido algo en el año en
que empezó la alergia me dice que no, pero luego recuerda que el invierno anterior había tenido
una pulmonía que fué sido tratada con antibióticos diferentes y de la cual le había costado
recuperarse. Otros problemas que ha tenido en los últimos años han sido: lumbago y cólico
nefrítico.
En los dias previos a la menstruación se siente más irritable y rígida con los demás. Es consciente de
que las emociones fuertes las siente en el estómago y le quitan el apetito. De vez en cuando, pasa
por momentos de ansiedad en los cuales tiene taquicardia, especialmente por la noche antes de
dormir. Tiene muchos sueños de agua y a veces pesadillas en las cuales le visitan fantasmas o
familiares muertos hace tiempo. Recuerda de niña vivir en una casa oscura que le daba miedo;
desde entonces no le gusta la oscuridad. Le gusta el dulce y le sienta mal la leche y la carne;
tampoco le gusta mucho la comida caliente. Tiende a tener frio.
El remedio homeopático que se le aconsejó a Julia fué KALI CARBONICUM. Este remedio
pertenece a un grupo de remedios que tienen como tema común una mentalidad que tiende a la
rigidez y a la necesidad de mantener control sobre la realidad; Kali Carbonicum tiene además gran
apego a la familia y cierta propensión a la ansiedad y a miedos abstractos. La polaridad del remedio
está entre su tendencia a sentirse insegura y su apego rígido a las normas como compensación. Es un
remedio para problemas de corazón, lumbago y ciática, piedras del riñón, bronquitis, neumonía y
tendencia a síntomas alérgicos de nariz y pulmones, incluyendo asma.
Después de tratarse con Kali Carbónicum, Julia no tuvo más alergias y además se sintió más relajada
tanto en el trabajo como en sus relaciones con los demás.