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UNIVERSIDAD DE LA TERCERA EDAD

UTE

CARRERA
Psicología

MATERIA
Psicopatología

TEMA
Visita a un Hospital
Trastorno Bipolar

FACILITADORA
Diana Cárdenas

PRESENTADO POR
Johanny Cruz ST-2015-1541
Raquel Durán Gómez ST-2019-00028
Elizabeth María Tavarez ST-2019-00068

Santiago, República Dominicana


Noviembre, 2020
INDICE
VISITA AL HOSPITAL

Visitar un hospital que contenga un departamento de psicología o


psiquiatría.  Allí van a realizar una entrevista a un paciente para realizar
historial clínico, consentimiento informado (documento que debe de
informar que son estudiantes de psicología y que la entrevista es para una
asignatura, datos confidenciales del paciente).  Llevar una guía de
preguntas para su entrevista, el trabajo debe contener el diagnóstico del
paciente y hablar sobre ese trastorno.  
.

Mujer de 32 años

Datos generales: La paciente es una mujer de 32 años que trabaja como


bibliotecaria en la UNPHU. Es casada y recién ha dado a luz. Actualmente está con
licencia por maternidad. El motivo de consulta: Fue internada en un hospital
psiquiátrico contra su voluntad, debido a que presentaba un estado de excitación
violento junto con comportamiento extraño e irresponsable que se desarrolló
después del parto, y que llevaba ya diez días.

La paciente se había casado hacía cinco años y finalmente pudo tener un muy
deseado hijo. El embarazo y el parto habían sido sin complicaciones. El hijo, era
un bebé hermoso y saludable y durante los primeros días después del
alumbramiento todo era normal. Cuatro días después del parto, la paciente fue dada
de alta de la maternidad. Al llegar a su casa, se la notó excitada e irascible.
Acusó a su marido de mantener la casa a temperatura demasiado baja, aunque
la casa estaba, en realidad, bastante templada. Tenía discusiones con su madre
sobre cómo usar los pañales, y por último perdió el control y echó a su madre
porque ella pretendió tomar al bebé en brazos. La paciente comenzó a hablar y a
regañar a todos incesantemente y, como resultado se puso casi afónica.

Continuó refiriendo detalles sin importancia sobre el parto, y habló de mal


trato. Llamó a amigos y parientes, así como también a la clínica maternal,
quejándose por el trato que había recibido. Estaba continuamente activa y no
dejaba al bebé quieto, cambiándolo o lavándolo frecuentemente.

Sin embargo, en medio de una actividad se distraía fácilmente y lo dejaba sin


atención, aparentemente olvidando qué estaba haciendo, porque otra cosa había
llamado su atención. Por momentos trataba mal al bebé, regañándolo y aún
pegándole cuando lloraba. Dormía irregularmente y sólo algunas horas por vez.
Comía muy poco porque estaba muy ocupada para sentarse y terminar su comida.

Eventualmente se mostró muy perturbada, trataba de leer la hora en el


termómetro, quemó el cubre-tetera sin razón alguna, y le gritó a un conductor de
televisión. No quería ni oír de enfermedad mental y se negó a ver al médico
general que había sido llamado por su esposo.

Antecedentes: La paciente nació y creció en la calle de Villa Rosa, La Vega.


Estudió en el sector público y se graduó hace nueve años de licenciada en letras.
En la universidad le iba bastante bien y luego consiguió trabajo en una biblioteca
donde ha estado empleada hasta el momento.
Su esposo trabajaba como programador de sistemas y describieron su
matrimonio como bueno y estable. Él describió a su esposa como una persona
extrovertida, sociable y muy confiable, pero algo malhumorada y con un
temperamento rápidamente cambiante. Su salud física siempre había sido buena.
No fumaba, bebía sólo raramente en compromisos sociales y no había evidencia de
uso de drogas.

El padre de la paciente murió de una enfermedad cardíaca cuando la paciente


tenía 27 años. Su madre estaba viva y bien, pero había sido tratada por recurrentes
episodios de depresión. La paciente tenía un hermano mellizo que era
discapacitado mental.

Datos actuales: Al ser admitida la paciente estaba enojada y se negó a dar


datos al empleado del hospital. Hablaba sin cesar y con voz ronca. Perdió el hilo de
su pensamiento varias veces. Por momentos se distraía con ruidos y detalles sin
importancia de su alrededor. No podía permanecer sentada y caminaba
incesantemente por la habitación.

Trató de salir y se volvió agresiva y grosera cuando se lo impidió. No había


evidencia de percepciones anormales ni de ideas delirantes, y estaba absolutamente
orientada en lo referente al tiempo, lugar y a su persona. El examen físico, incluido
el neurológico fue normal. No tenía fiebre y estaba en estado puerperal normal. Las
pruebas de laboratorio y EEG fueron normales.

Evolución: Después de un tiempo, se la convenció de aceptar un tratamiento


con haloperidol (10 mg /día). Al cabo de una semana sus síntomas disminuyeron.
Luego se la trató con carbonato de litio, y después de otras dos semanas estaba en
su estado normal y era absolutamente capaz de cuidar del bebé. Se le dio el alta
manteniéndose el tratamiento con litio.

• Experiencia adquirida en este caso tratado

En base al caso anterior expuesto y trabajado en el proceso de la visita,


podemos expresar y concluir que el trastorno bipolar afecta gravemente la vida
total de quien padece el trastorno.

Las causas son una combinación de factores genéticos, alteraciones


hormonales, estrés y el uso de drogas y fármacos. Esta disfunción es una alteración
cíclica en el estado de ánimo: los pacientes pasan rápidamente de la euforia,
denominado como estado de hipomanía o manía, a la depresión. La manifestación
más frecuente de inicio de esta enfermedad son los síntomas depresivos.

Existe una tendencia que pervive hasta la actualidad que consiste en negar el
trastorno bipolar infanto-juvenil, aunque ya en 1921 Kraepelin había apuntado que
un 3% de las psicosis maníaco-depresivas del adulto tenían su inicio antes de los
15 años.
En trabajos recientes sobre publicaciones de niños con alteraciones graves
psiquiátricas decidiendo si cumplían criterios DSM III de manía. Se concluyó que
a veces se diagnosticaba incorrectamente de trastorno de conducta, niños con
déficit de atención con hiperactividad o esquizofrenia.

En consecuencia se demostraba que la manía en niños y adolescentes era


infra-diagnosticada y en nuestra opinión continúa siendo infra-diagnosticada a
pesar de la aceptación generalizada del trastorno bipolar en el período infanto-
juvenil y de la solidez de los criterios DSM IV. En definitiva, es necesario aceptar
que el trastorno bipolar puede iniciarse a cualquier edad.

INTRODUCCION

La bipolaridad es un trastorno crónico e incapacitante para muchas personas.


Dadas sus implicaciones, generalmente se recurre al abordaje farmacológico,
mediante la aplicación de litio, para su tratamiento. Sin embargo, la terapia
psicológica puede brindar importantes aportaciones en el tratamiento de la
bipolaridad.

En el presente trabajo se pretenden abordar los distintos tratamientos


psicológicos a través de los cuales se logre que las personas con bipolaridad
presenten una mayor mejoría, pues se ha demostrado que su combinación del
tratamiento farmacológico con la terapéutica psicológica es muy efectiva.

La bipolaridad es un problema actual que nos puede afectar a todos y que


desgraciadamente ha ido aumentando en los últimos años debido al ritmo de vida
que se lleva y que puede llegar a destruir vidas. En México cada vez se lleva un
ritmo de vida más acelerado, y esto afecta en todos los aspectos, incluyendo el
psicológico.

A pesar de que el trastorno bipolar es cada vez más común, aún se tiene poca
preparación para diagnosticarlo, por lo que sólo en la tercera de los casos es
diagnosticado (Becoña, 2001). Es importante que la tasa de diagnósticos sea mayor
para que la gente con este trastorno pueda ser tratada de modo que, con la ayuda de
profesionales, logre mejorar su calidad de vida y la de los que lo rodean.
OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL

 Determinar las Características del Trastorno Bipolar.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

 Identificarán las causas, características, consecuencias de la bipolaridad.

 Analizarán los tratamientos farmacológico y psicológico.

 Brindarán elementos para identificar aquel tratamiento que constituye la


mejor alternativa para abordar la bipolaridad.
TRASTORNO BIPOLAR

El trastorno bipolar es una enfermedad mental severa. Las personas que la


sufren experimentan cambios de ánimo poco comunes. Pueden pasar de ser muy
activos y felices a sentirse muy tristes y desesperanzados. Y, así, empezar el ciclo
otra vez. Frecuentemente tienen estados de ánimo normales entre uno y otro ciclo.
A las sensaciones de euforia y actividad se les llama manías. A las de tristeza y
desesperanza se les llama depresión.
Las causas de este trastorno no son del todo claras. Pueden ser genéticas, o
sea que pueden tener una tendencia familiar. Otra causa puede ser una estructura
anormal de las funciones del cerebro.

El trastorno bipolar suele empezar en los últimos años de la adolescencia o al


inicio de la edad adulta pero niños y adultos también pueden sufrirlo. La
enfermedad, generalmente, dura toda la vida.

Si no se trata, el trastorno bipolar puede dañar las relaciones personales,


causar bajo rendimiento en la escuela o en el trabajo e incluso el suicidio. Sin
embargo, existen tratamientos eficaces para tratar los síntomas: medicinas y
"terapia de conversación". La combinación de ambas suele ser lo que mejor
funciona.

El trastorno bipolar es caracterizado por cambios de ánimo entre dos polos


opuestos (PBS, 2005):
-Periodos de manía con euforia exagerada, irritabilidad, o ambos. Durante
este episodio, un individuo presenta pensamiento acelerado y disgregado,
necesidad imperiosa de hablar continuamente, desinhibición e indiscreción sexual,
desinhibición económica, fallas en la concentración, reducción considerable del
sueño y el no tener conciencia de estar enfermo, entre otras cosas.

-Periodos de depresión. Estos tienen una duración mínima de dos semanas y


se caracterizan por una tristeza intensa con marcada inhibición de la conducta,
antihedonia, no dormir o dormir en exceso, pérdida por el interés y capacidad
sexuales, presentación de ideas marcadamente negativas e ideas y tendencias
suicidas.

Ambos episodios se alternan, a su vez, con un estado anímico normal.


Aunque no es lo común, puede ocurrir que un paciente llegue a lo que se denomina
el ciclaje: en un mismo día pasa de un episodio a otro. También se dan los
episodios mixtos: el paciente tiene síntomas depresivos y maníacos al mismo
tiempo, estos son los de mayor riesgo.
Aunque los desequilibrios químicos en el cerebro sean un componente crucial
del trastorno bipolar, es una condición compleja que envuelve factores genéticos y
ambientales, entre otros (Blanco, 2001).

CAUSAS
A lo largo los estudios realizados se ha descubierto que la bipolaridad tiene
varias causas, y en ocasiones la aparición del trastorno se debe a la combinación de
éstas. Se mencionarán algunas de estas causas como las mitocondriales,
ambientales y genéticas, entre otras.

MITOCONDRIAL
Desde uno de los puntos de vista de la psiquiatría, el trastorno bipolar puede
ser causado por un mal funcionamiento de las mitocondrias, que son estructuras
celulares encargadas de la energía metabólica. El mal funcionamiento de la energía
metabólica en las mitocondrias se ha relacionado varios desórdenes de la mente,
entre ellos la bipolaridad, ya que influye directamente en la estabilización de las
emociones.

Mitocondria
La evidencia que sustenta esta idea ha sido encontrada en los pacientes que
padecen el síndrome bipolar ya después de realizar varios estudios, se encontró que
en sus cerebros, específicamente el lóbulo prefrontal y las zonas límbicas, se ven
alterados en tamaño y en función. Se ha revelado también que un decremento en la
fosfocreatina y en la adenosina trifosfática en estas regiones del cerebro, causan un
decremento en la energía metabólica. Aunque estos datos no impliquen
específicamente a la mitocondria, claramente sugieren un desequilibrio de la
energía en estas regiones del cerebro.

En una serie de experimentos de Kato y Kato (2000) se identificaron


anormalidades en el DNA mitocondrial en pacientes con el trastorno bipolar y
relación con la sustitución de varios amino ácidos en genes específicos de los
pacientes. Estudios posteriores han codificado un gen en la cadena de electrones,
que sido encontrado en el DNA mitocondrial, el cual está asociado
significativamente con trastornos mentales. Este gen está localizado en un
cromosoma 18p11, que es replicado en la región cromosomal (Young, 2007).
FACTORES BIOLÓGICOS Y GENÉTICOS RELACIONADOS CON
EL TRASTORNO BIPOLAR Y CON OTROS TRSTORNOS

La bipolaridad tiene un componente hereditario importante, pero esto no


implica necesariamente que se transmita de padres a hijos. El hecho de tener un
antecedente familiar directo aumenta el riesgo 10 veces (Vieta, 2006).
Sin embargo, la genética en el trastorno bipolar es la más estudiada de todos
los trastornos psiquiátricos. Múltiples genes, que forman parte de varios
cromosomas, se han ligado al desarrollo de este trastorno. El trastorno bipolar
también comparte factores genéticos con otros trastornos, incluyendo la
esquizofrenia, epilepsia y ataques de pánico. Aún no está claro si alguno de estos
trastornos son variaciones de un único trastorno o son independientes (PSB, 2005).
Trastorno bipolar y esquizofrenia. Varios profesionales han estado
investigando si factores biológicos comunes están relacionados con la
esquizofrenia, trastorno bipolar severo y otras psicosis. La esquizofrenia y el
trastorno bipolar aparecen frecuentemente en la misma familia. Los investigadores
han identificado un gran número de características genéticas y biológicas que
ambos trastornos comparten. Algunos ejemplos de los estudios que comparan las
similitudes y diferencias biológicas incluyen:

o Anormalidades genéticas de ambos trastornos, aparecen en muchos de los


mismos cromosomas. Localizaciones en los cromosomas 1, 6, 8 y 22 han sido
identificados en regiones de los genes relacionados con el trastorno bipolar.
o Desregulación en la neurotransmisión. Los neurotransmisores son
biomoléculas sintetizadas por las neuronas con un papel fundamental en las
sinapsis. Las sinapsis conforman uniones mediante las cuales las células del
sistema nervioso se envían señales unas a otras; cruciales para los procesos
biológicos que subyacen bajo la percepción y el pensamiento. En los pacientes
bipolares existe un importante desbalance neuroquímico entre el área límbica o
central del cerebro y su lóbulo frontal. Es decir, en esa zona se da una producción
excesiva de neurotransmisores, que se traduce en los cambios de conducta
descritos en los episodios del trastorno. En la fase maníaca se generan,
considerablemente, tres neurotransmisores: la adrenalina (ligada a la energía y la
actividad), la dopamina (relacionada con el placer) y la acetilcolina (ligada a los
impulsos). Al mismo tiempo disminuye la serotonina (neurotransmisor del ánimo)
en el lóbulo frontal y el individuo se desinhibe. En la fase depresiva ocurre lo
contrario: se da una disminución en la producción y captación de los
neurotransmisores, fundamentalmente de dos: la serotonina y la norepirefrina
(relacionada con la motivación, los impulsos y los patrones del sueño).
o Los niveles de sangre de la relina, una proteína del cerebro, podrían ser
relevantes en los dos trastornos, aunque los niveles de sangre varían entre la
esquizofrenia y el trastorno bipolar (Blanco, 2001).

FACTORES EXPERENCIALES
Tienen que ver con la historia personal de los pacientes. Por lo general, en la
misma, se encuentran hechos como la pérdida temprana de uno de los padres o
abusos físicos y sexuales durante la infancia.
Es usual que los primeros síntomas aparezcan en edades comprendidas entre
los 15 y los 25 años, etapa de plena ebullición de procesos hormonales y de
cambios fundamentales en el sistema nervioso central (Blanco, 2001).
FACTORES COGNITIVOS
Los pacientes bipolares, debido a su enfermedad, tienden a pensar de manera
extrema: o muy pesimista o muy optimista. Según Pacheco (2001) “En todo caso,
la mejor manera de comenzar a determinar si alguien sufre de trastorno bipolar es
presenciar un evidente y repentino cambio de conducta del individuo, que no tenga
que ver con su personalidad habitual” (Blanco, 2001).

CARACTERÍSTICAS

Aunque se habla solamente del trastorno bipolar, realmente estamos


hablando de un conjunto heterogéneo de trastornos bipolares, tal como lo indica el
DSM-IV (American Psychiatric Associatión, 1994ª) o una gran variedad de ellos,
como lo muestra el CIE-10 (OMS, 1992). El DSM-IV distingue dentro de los
trastornos bipolares al trastorno bipolar I, el trastorno bipolar II, el trastorno
ciclotímico y el trastorno bipolar no especificado (Becoña, 2001).
El trastorno bipolar I se caracteriza por la existencia de uno o más episodios
maníacos o episodios mixtos, siendo frecuente que previamente hayan tenido uno o
más episodios depresivos. Dentro el trastorno bipolar I se consideran varios
subtipos en función del episodio más reciente, como puede ser este maníaco único,
hipomaníaco, maníaco, mixto, depresivo o no especificado.
El trastorno bipolar II se caracteriza básicamente por la existencia de
episodios depresivos mayores a lo largo del tiempo junto a episodios
hipomaníacos. De ahí que para su diagnóstico tiene que haber la presencia, o
historia, de uno o más episodios de depresión mayor; por la presencia, o historia,
de al menos un episodio hipomaniaco.
El trastorno ciclotímico se caracteriza por una alteración del estado de ánimo
crónica y con fluctuaciones que comprende numerosos períodos de síntomas
hipomaniacos y numerosos síntomas depresivos. Son síntomas y no trastorno, tanto
depresivo como hipomaniaco, de ahí que para hacerse este diagnóstico en los dos
años anteriores no deben haber tenido ningún episodio mayor, maníaco o mixto.

Dados los cambios de estos cuadros a lo largo del tiempo, puede ser posible
pasar, conforme transcurre el tiempo de un trastorno depresivo a un trastorno
bipolar I, o de un trastorno ciclotímico a un trastorno bipolar I o II.
De los trastornos bipolares, el más importante es el trastorno bipolar I. Éste
afecta entre el 1 y el 1.5% de la población en estudios realizados en varios países.
Burke, Burke, Reiger y Rae (1990) encontraron que la edad media de
comienzo del trastorno es de 19 años. Sin embargo, en el estudio de Goodwin y
Jamison (1990), donde analizaron 22 estudios, encontraron que la edad media del
comienzo del trastorno es de 28.1 años. La prevalencia es similar en hombres y
mujeres.
El trastorno bipolar tiene una alta heredabilidad, del 70% en gemelos
idénticos (PBS, 2005), por lo que recientemente se han incrementado los estudios
en este campo.
Las tasas de trastornos bipolares son mayores en los países industrializados,
así como en las zonas urbanas que rurales (Frank y Thase, 1999). Esto muestra el
gran impacto del medio sobre la salud mental de los pobladores.
El rango de suicidios de pacientes que padecen el trastorno bipolar es del
19% en promedio, y el rango de intentos de suicidio oscila entre 20 al 56%, siendo
más alto en mujeres que en varones.
El trastorno se caracteriza por tener una gran tasa de recaídas. Por ejemplo,
Tohen, Waternaux y Tsuang (1990), en un seguimiento de cuatro años con
pacientes bipolares, encontraron que al menos un 90% de ellos había tenido un
episodio de recaída en ese período de tiempo. Las estimaciones actuales (Lam,
Jones, Howard y Bright, 1999) sugieren que en promedio una persona con un
trastorno bipolar tipo I sufrirá de 8 a 12 episodios de depresión mayor y de 4 a 8
episodios maníacos a lo largo de su vida.

La recurrencia de los episodios del estado de ánimo en el trastorno bipolar se


ha asociado, entre otros factores, a eventos vitales, historia de episodios previos,
síntomas depresivos, síntomas psicóticos, abuso de sustancias o historia previa de
alcoholismo, relaciones familiares conflictivas y síntomas subsindrómicos (Lam et
al., 1999).

Los predomos de manía más frecuentemente indicados son menos sueño,


más conductas dirigidas a metas, irritabilidad, incremento de la sociabilidad,
pensamientos de comenzar a correr, e incremento del optimismo. Los de depresión
son pérdida de interés en actividades en la gente, no ser capaz de estar preocupado
o dejar la ansiedad aparte, sueño interrumpido, sentirse triste o querer llorar.

Los pacientes pueden experimentar delirios y alucinaciones durante los


episodios de manía o depresión. Ocasionalmente, se pueden presentar
características catatónicas durante un episodio maniaco. También hay un alto
riesgo de suicidio. Puede surgir conducta violenta, abuso de sustancias, trastornos
de la personalidad, trastornos de ansiedad, trastorno de déficit de atención con
hiperactividad, otras enfermedades médicas asociadas (ej. Función anormal del
tiroides), interacciones diversas con drogas, etc (American Psychiatric Association,
1994a)

SÍNTOMAS
Síntomas en la fase de depresión
 Tristeza
 Fatiga o pérdida de energía
 Problemas del sueño como insomnio, sueño excesivo, sueño muy ligero o
despertarse frecuentemente
 Cambios de apetito
 Incapacidad para concentrarse o tomar decisiones
 Agitación o falta de actividad
 Sentimientos de culpa, pesimismo y baja autoestima
 Pérdida de intereses y placer en la vida
 Pensamientos o intentos de suicidio

*Distinción entre depresión unipolar y bipolar. Es difícil diferenciar entre


depresión unipolar y bipolar. Se pueden distinguir de las siguientes maneras:
-La depresión bipolar dura de 2 a 3 meses, no tanto como la depresión mayor
(Si no se trata algunos episodios de trastornos bipolares pueden durar de 6 a 12
meses, y hasta más).
-La gente con depresión unipolar puede experimentar una gran variedad de
estados de ánimo, pero ninguno entra en los criterios del estado maniático.
-Los síntomas depresivos del trastorno bipolar tienden a variar. Por ejemplo,
algunos pacientes experimentan dificultades de sueño, pero a diferencia de los
pacientes con depresión unipolar, no se sienten soñolientos al siguiente día.
-Los episodios de depresión bipolar tienden a desarrollarse más lentamente
que los causados por la depresión mayor.

Síntomas en la fase de manía


La fase de manía es caracterizada por el estado de ánimo exagerado,
presentado en las siguientes maneras:
 Exageración de la euforia.
 Irritabilidad
 Ambas, euforia e irritabilidad
El episodio dura al menos unos días, y en algunos casos, el episodio puede
durar semanas o meses y puede ser tan grave como para requerir hospitalización.
Otros síntomas se deben de presentar en la diagnosis. Generalmente, para el
diagnostico de la manía, el paciente debe de haber experimentado euforia con
irritabilidad con los siguientes cuatro síntomas:
o Distracción: Es el síntoma más común y usualmente está caracterizado por
la incapacidad para poner atención a una actividad por mucho tiempo.
· Insomnio: La manía típicamente significa tener mucha energía y requerir
menos sueño. (Esto difiere del insomnio en la depresión, en el que el paciente tiene
poca energía e incapacidad para dormir).

o Grandiosidad: Los pacientes con este síntoma tienen una imagen


engrandecida de ellos mismos, que en los casos severos, los puede desilusionar.
Casi el 60% de todos los pacientes con manía tienen sentimientos de ser
todopoderosos. Algunas veces sienten que son como dioses o que tienen el status
de una celebridad.
o Gran cantidad de ideas: sus pensamientos literalmente vuelan.
o Actividad: El paciente incrementa su intensidad sobre sus actividades
dirigidas a metas, que están relacionadas al comportamiento social, actividad
sexual, trabajo o escuela.
o Discurso: El paciente habla excesivamente.
o Inconsciencia: Se envuelven excesivamente en actividades de alto riesgo
(como las compras desmedidas y promiscuidad).
La alteración del estado de ánimo puede ser tan severa para afectar su
trabajo, funcionamiento social o las relaciones con otros.
Algunos pacientes por el trastorno bipolar I pueden experimentar síntomas
psicóticos, incluyendo confusión mental, alucinaciones y catatonia.
o Hipomanía: Con hipomanía estos síntomas de manía son más leves y
cortos (duran al menos cuatro días). No afectan su vida social y su trabajo tan
dramáticamente (PBS, 2005)

IMPLICACIONES DE LA BIOPLARIDAD
Evidencia médica ha demostrado que los pacientes que padecen el trastorno
bipolar tienen mayores tasas de suicidio, problemas del corazón y muerte por
distintas causas que la población en general. Sin embargo, los pacientes que toman
tratamiento, experimentan una gran mejoría y disminuyen sus probabilidades de
muerte. A pesar de tomar tratamiento, la bipolaridad tiene implicaciones tanto
psicológicas, sociales y laborales. Entre ellas están el suicidio, problemas de
pensamiento y memoria, abuso de sustancias, problemas con los seres queridos y
ruina económica, entre otras (PBS, 2005).
PSICOLOGICAS
SUICIDIO
El riesgo de suicidio es muy alto para los pacientes que sufren el trastorno
bipolar y no reciben atención médica. Entre el 10 y el 15% de los pacientes que
padecen el trastorno bipolar I cometen suicidio, siendo más alto el riesgo en el
episodio mixto de depresión y manía.
Algunos estudios sugieren que el riesgo de suicidio en el trastorno bipolar II
es más alto que el del trastorno bipolar I o la depresión mayor.
Las personas que presentan el trastorno bipolar en una edad temprana, son
afectadas más severamente. De acuerdo con un estudio realizado en el 2001, 25%
de los niños que padecen el trastorno bipolar, tienen un altísimo riesgo de
suicidarse.

PROBLEMAS DE PENSAMIENTO Y MEMORIA


Los estudios sugieren que los pacientes con el trastorno bipolar tienen
problemas con la memoria a corto y largo plazo, velocidad en el procesamiento de
la información, y flexibilidad mental. Los fármacos usados en el trastorno bipolar
pueden ser los responsables de algunas de estas anormalidades, aunque algunas
evidencias sugieren que también puedan tener bases biológicas.
Estas dificultades mentales hacen aún más difícil que los pacientes acepten
tomar fármacos o participar en psicoterapias complejas.
EFECTOS EMOCIONALES Y DEL COMPORTAMIENTO EN LAS
FASES DE MANÍA
Un pequeño porcentaje de los pacientes con el trastorno bipolar han
demostrado mejorar su productividad y creatividad durante el estado de manía. No
obstante, el pensamiento disperso y el juicio distorsionado son característicos de
los episodios maniacos que pueden conducir a comportamientos peligrosos, como:
-Gastar excesivamente, causando la ruina económica en algunos casos.
-Conductas paranoicas, violentas y de enojo.
-Promiscuidad.
Estos comportamientos son seguidos de baja autoestima y culpa, que son
experimentados durante las fases depresivas. Se les tiene que recordar a los
pacientes que la sensación de molestia pasará y que su severidad puede ser
disminuida con tratamiento
ABUSO DE SUSTANCIAS
Fumar es una conducta común en los pacientes con el trastorno bipolar,
particularmente en aquellos que tienen síntomas más frecuentemente o
severamente. Los expertos especulan que, como en la esquizofrenia, la nicotina
puede ser usada como una forma de auto-medicación, ya que tiene efectos
específicos en el cerebro.

SOCIALES
Los pacientes no manifiestan sus comportamientos negativos (como gastarse
todo su dinero y volverse agresivos tanto verbalmente como físicamente) en un
mundo asilado, sino que en un mundo de personas que son afectadas por esto. Es
muy difícil, hasta para las familias más unidas y conscientes de este problema, ver
objetivamente lo que padece el paciente y ser empático con él, ya que el individuo,
periódicamente e inesperadamente, crea caos alrededor de ellos.
Para muchos pacientes y sus familias es muy difícil aceptar que los
episodios de manía y depresión son parte de la enfermedad bipolar, y que no son
extremos, sino normales y característicos del trastorno. Esta negación es sostenida
por pacientes que inteligentemente saben justificar su conducta destructiva, y no
solo con los otros, sino que también consigo mismos.
Los miembros de la familia se pueden llegar a sentir excluidos de la
sociedad por tener un pariente con una enfermedad mental, y se sienten forzados a
mantener en secreto el trastorno (PBS, 2005).

FACTORES DE RIESGO
 Género
El trastorno bipolar afecta a ambos sexos por igual, pero hay una mayor
incidencia en los estados mixtos y ciclotimia en mujeres. Las etapas tempranas del
trastorno bipolar tienden a ocurrir más frecuentemente en hombres y está asociado
con una condición más severa. Los hombres con el trastorno bipolar tienden a
abusar más de las sustancias (alcohol y drogas) que las mujeres.

 Edad
El trastorno bipolar es el trastorno psicótico más común, y los expertos creen
que ocurre en el 1% de la gente de todas las edades (PBS, 2005)
Etapas tempranas del trastorno bipolar. En una encuesta realizada, el 59% de
los pacientes con trastorno bipolar tuvieron sus primeros síntomas cuando eran
niños o adolescentes. En casi todos los casos, hubo un retraso muy grande para que
la condición fuera diagnosticada o tratada. Los síntomas bipolares en gente joven
son casi iguales a los de los adultos, pero tienen ligeras diferencias:
 Los episodios iníciales tienden a ser más depresivos. Un estudio reportó que
el 33% de los niños que experimentaron depresión mayor desarrollaron
bipolaridad I a la edad de 21 y el 15% bipolaridad II.
 Las fases de manía generalmente comienzan en la adolescencia o a principios
de la adultez, con un promedio de los 18 años.
El estado de ánimo conlleva irritabilidad, pero en general síntomas que
aparecen en los adultos (euforia, grandiosidad, insomnio, etc)
 Las condiciones son más severas en los niños que en los pacientes adultos,
con un mayor riesgo de manía combinada (depresión & mania) y más
duración de la enfermedad sin periodos de bienestar.
 Los niños con trastorno bipolar que tienen 1 o los 2 padres con el mismo
trastorno, son afectados más severamente que los padres.

Historia familiar

El trastorno bipolar frecuentemente ocurre dentro de ciertas familias, aunque


causado por los factores genéticos en el 60% de los casos. Los miembros
familiares de pacientes con el trastorno bipolar tienen un promedio mayor de
incidencia en otros problemas psiquiátricos. Estos incluyen esquizofrenia, trastorno
esquizoafectivo, trastornos de ansiedad y depresión (PBS, 2005).

DIAGNOSTICO DE LA BIPOLARIDAD
El trastorno bipolar es más común de lo que se pensaba, pero esta
enfermedad, particularmente el trastorno bipolar II, es poco reconocido en los
ambientes familiares. Se estima que solo la tercera parte de las personas afectadas
por este trastorno es diagnosticada adecuadamente.
Cuando se hace un diagnóstico del trastorno bipolar, es importante que el
doctor tome en cuenta otras condiciones que puedan estar causando los síntomas
del trastorno.
Distinguir la manía de la euforia normal. Una gran dificultad en el
diagnóstico del trastorno bipolar es la tendencia del paciente de ser incapaz de
reconocer la enfermedad, particularmente en el estado maniaco. El paciente
comúnmente niega sus síntomas, que pueden ser percibidos como sentimientos
positivos. El doctor debe de ser cuidadoso de la historia completa de todos los
episodios de depresión y manía. La hipomanía, una variante de la manía, pero
menos severa, puede ser particularmente difícil de distinguir de la euforia normal.
Puede ser distinguido por las siguientes características:
o La hipomanía persiste por al menos cuatro días.
o Los pacientes con hipomanía son fácilmente distraídas y demasiado
platicadoras.
o Tienen dificultad en tener una vida funcional.

Distinguir la depresión unipolar de la depresión bipolar. Las personas con


trastorno bipolar es más probable que busquen ayuda durante un episodio de
depresión. De hecho, alrededor del 16% de las personas con trastorno bipolar no
tienen un episodio de manía hasta que no hayan experimentado tres o más
episodios de depresión. En esos casos, las condiciones son diagnosticadas como
depresión mayor.
Un diagnóstico es importante porque en el trastorno bipolar que son
medicados erróneamente únicamente con antidepresivos tienen una incidencia más
alta de hospitalización que otros pacientes bipolares.
El trastorno bipolar debe de ser diagnosticado en pacientes que han sido
tratados de depresión y que han tenido una rápida y buena respuesta, seguida de
una recaída y un fracaso al responder a otro tratamiento antidepresivo.
Una historia familiar de una enfermedad maniaco-depresiva debe alertar al
doctor, pero un diagnóstico no puede ser establecido hasta que un episodio de
manía o hipomanía haya ocurrido. En la bipolaridad II, los pacientes con el estado
depresivo mixto es más probable que sean diagnosticados erróneamente con
depresión.
Déficit de atención e hiperactividad. Los niños o adolescentes con la
enfermedad maniaco-depresiva puede que sean erróneamente diagnosticados con
el síndrome de déficit de atención e hiperactividad. El déficit de atención e
hiperactividad frecuentemente causan falta de atención y una tendencia a
distraerse, y los dos trastornos son difíciles de distinguir, especialmente en los
niños. La diferencia primaria entre el trastorno bipolar y el síndrome de atención e
hiperactividad es la presencia de un episodio maníaco o hipomaniaco, que ocurre
únicamente en pacientes con bipolaridad.
Esquizofrenia. Episodios de manía severos, que incluyen falsas ilusiones y
alucinaciones pueden ser fácilmente confundidas con la esquizofrenia. Los factores
clave para distinguir el trastorno bipolar de la esquizofrenia son:
o La presencia de uno o más episodios de manía o hipomanía aparecen
solamente en el trastorno bipolar, más no en la esquizofrenia.
o Un expresión emocional constante, sin variaciones de voz, aparece sólo en
la esquizofrenia.
o Las personas con el trastorno bipolar son muy expresivas.
Abuso de sustancias. Alrededor del 60% con el trastorno bipolar abusan del
alcohol y drogas en algún momento de su enfermedad. Los dos diagnósticos y el
tratamiento son difíciles en ambos casos, desde que el abuso de sustancias es
comúnmente un método de auto-tratamiento, y el retiro de esto, puede producir
síntomas de manía y depresión severa. Los efectos de la cocaína cuando se usa en
exceso puede producir cambios de ánimo anormales que se parecen mucho a los
del trastorno bipolar.
Otras causas de los cambios de ánimo. Otras condiciones que producen los
cambios de ánimo son:
o Algún desorden en la tiroides.
o Deficiencia de la Vitamina B12.
o Desórdenes neurológicos como el síndrome de Huntington, epilepsia,
tumores cerebrales, encefalitis o esclerosis múltiple.
o Las medicinas, incluyendo corticosteroides y algunas usadas para tratar la
ansiedad y el Parkinson.

Exámenes de laboratorio
Los pacientes deben de tomar exámenes de laboratorio para identificar algún
problema de drogas o alcohol si el doctor sospecha que se han estado usando estas
sustancias. Exámenes de sangre deben de ser realizados para detectar problemas de
la tiroides.
Exámenes de imágenes
Tests de imágenes de la mente realizados con resonancia magnética y
tomografías emisión de positrones están siendo utilizados en pruebas clínicas para
detectar anormalidades en el cerebro. Los resultados pueden ayudar a identificar el
trastorno bipolar y la efectividad de varios tratamientos.

TRATAMIENTO DE LA BIPOLARIDAD
Como afirma la guía clínica de la American Psychiatric Association (1994b),
hoy no hay cura para el Trastorno bipolar, aunque sí tratamientos que disminuyen
la morbilidad y mortalidad asociadas. El objetivo específico del tratamiento es
disminuir la frecuencia, severidad y consecuencias psicosociales de los episodios y
mejorar el funcionamiento psicosocial entre los episodios (American Psychiatric
Association, 1994b).
El tratorno bipolar no tiene una solución fácil ni cómoda. El 60% de la
recuperación proviene de una medicación adecuada, el 30% de una adaptación da a
la enfermedad tal y el 10% son otras cosas que pueden llegar a incluir tratamientos
no convencionales, pero éstos nunca podrán sustituir a los fármacos ni a una buena
adaptación por parte del paciente (Vieta, 2006).
El litio es erróneamente considerado como la cura para el trastorno bipolar
(Kupfer y Frank, 1997). El litio es de gran ayuda, pero no es la solución definitiva
para el trastorno. Además, algunos expertos comentan el declive de la eficacia del
litio en las últimas cuatro décadas, en parte debido al incumplimiento de la
medicación, dosis y educación del paciente que pocas veces asume el curso en su
enfermedad (Frank et al., 1999), aparte de a comorbilidad del trastorno bipolar con
otros trastornos como el trastorno por abuso de sustancias (Strakowski y DelBello,
2000).

TRATAMIENTO FARMACOLOGICO

El litio es erróneamente considerado como la cura para el trastorno bipolar


(Kupfer y Frank, 1997). El litio es de gran ayuda, pero no es la solución definitiva
para el trastorno. Además, algunos expertos comentan el declive de la eficacia del
litio en las últimas cuatro décadas, en parte debido al incumplimiento de la
medicación, dosis y educación del paciente que pocas veces asume el curso en su
enfermedad (Frank et al., 1999), aparte de a comorbilidad del trastorno bipolar con
otros trastornos como el trastorno por abuso de sustancias (Strakowski y DelBello,
2000).
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO
DEFINICIÓN Y VALORACIÓN DE LOS TRATAMIENTOS

En la última década los tratamientos psicológicos o las intervenciones


psicosociales para el trastorno bipolar se han ido abriendo paso poco a poco y hoy
se consideran imprescindibles para mejorar en varios importantes aspectos la vida
de un paciente con el trastorno.

Las distintas intervenciones se han orientado básicamente a incrementar la


adherencia al régimen de medicación, disminuir las hospitalizaciones y las recaídas
y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Los componentes necesarios para un
buen tratamiento psicológico serían los de psicoeducación, mejorar la adherencia a
la medicación, terapia individual cognitiva-conductual o interpersonal y terapia
marital o familiar (Craighead et al., 1998).

 Programas para aumentar la adherencia a la medicación. El litio es el


fármaco de elección para el trastorno bipolar, que se puede combinar con otros. La
relevancia de que los pacientes tengan una adecuada adherencia a la medicación es
clara. Con ella se evitan las recaídas y se estabiliza al paciente. Varios programas
se han desarrollado para mejorarla adherencia a la medicación, muchos bajo el
nombre de psicoeducación. Este abordaje constituye quizás el más aceptado y el
que se considera imprescindible incluir junto a la medicación.

 Terapia cognitiva y terapia cognitiva-conductual. Se han aplicado varias


intervenciones bajo la denominación de terapia cognitiva (Zaretsky, Segal y
Gemar, 1999) o terapia cognitiva-conductual (Scott, 1996). En ambos casos el
objetivo es aplicar los principios cognitivo-conductuales a los pacientes para que se
adhieran a la medicación y adquieran habilidades o reduzcan los problemas que
acarrea el trastorno bipolar. Ésta se ha utilizado dentro de programas de
psicoeducación y también específicamente con esta denominación. Y, cuando se ha
utilizado específicamente, se han presentado casos o series de casos con la misma
(ej., Palmer, Williams y Adams, 1995), estudios piloto sin grupo de control (Lam
et al., 2000) y estudios experimentales.

 Terapia familiar y terapia marital. El contexto familiar afecta y es


afectado por los pacientes con el trastorno. Una vez que se padece el trastorno, las
relaciones maritales son problemáticas, si se está casado o se vive en pareja, las
felaciones familiares se complican o se hacen díficiles.

En los estudios realizados ha sido de gran relevancia, igual que en la


esquizofrenia, estudiar la emoción expresada, especialmente la lata emoción
expresada, dado que cuando el paciente tiene un episodio bipolar ésta es
característica, dado que cuando uno o más miembros de la familia se van a mostrar
hostiles, críticos o con actitudes de sobreimplicación emocional. Además, la alta
emoción expresada aumenta la probabilidad de recaída (Miklowitz et al., 1988).
Ante la relevancia de esta problemática, se han desarrollado distintas
intervenciones orientadas a la pareja o a la familia del paciente bipolar.

Actualmente es una de las intervenciones más relevantes, con las que se han
ido realizando más estudios, especialmente el grupo de Clarkin (Clarkin et al.,
1990; Clarkin, Hass y Glick, 1988; Glick, Clarkin, Haas, Spencer y Chen, 1991;
Haas et al., 1991; Spcencer et al., 1988) y el de Miklowitz y Goldstein, 1990, 1997;
Miklowitz et al., 2000) y sobre la que hay clara evidencia empírica de su eficacia.
 La terapia interpersonal y del ritmo social. Una terapia que se utiliza en el
trastorno bipolar es la denominada terapia intrapersonal y del ritmo social (IPSRT),
desarrollada por Frank et al. (1994). Esta terapia es de tipo individual, tanto para
aplicar individualmente, porque el paciente no quiere llevar a cabo una terapia
marital o familiar, o porque vive solo. Se centra en dos aspectos básicos: las
relaciones e interacciones interpersonales y establecer ciclos rítmicos (ritmos
circadianos) o rutinas cotidianas, basados en la hipótesis de la estabilidad del ritmo
social (Ehlers, Frank y Kupfer, 1988).

Este tipo de terapia no tiene una duración concreta por la necesidad de un


tratamiento a largo plazo, dada la condición crónica de la enfermedad. Da una gran
importancia a la regulación del sueño que, como se sabe, es de gran relevancia en
este trastorno. Si se regula el sueño esto incide positivamente en su estado
emocional. Si además identifica adecuadamente los eventos vitales que le llevan a
la ruptura de sus rutinas y las relaciones interpersonales problemáticas, todo ello
conduce no sólo a una mejora de su estado emocional, sino también de su vida
social.

 Otros tratamientos. Se puede hacer una lista extensa de otros tratamientos


que se han utilizado en el trastorno bipolar. De toda la literatura actual nos parece
importante resaltar dos líneas de investigación relacionadas con el tratamiento: la
relación con el trastorno por abuso de sustancias y el incremento del apoyo social.
VALORACIÓN DE LOS TRATAMIENTOS EN REVISIONES Y
GUÍAS CLÍNICAS RECIENTES.
Se dispone de poca información sobre el tratamiento psicológico del
trastorno bipolar, en relación con otros trastornos. En los últimos años distintas
revisiones, junto un una guía clínica, han analizado específicamente esta cuestión.
La guía clínica es la American Psychiatric Association (1994b). Las revisiones son
las de Colom et al. (1998), Craighead et al. (1998), Johnson et al. (2000), Parkikh
et al. (1997), Rothman y Astin (2000) y Zaretsky y Segal (1995).

La guía clínica de la American Psychiatric Association (1994b) está


dedicada al trastorno bipolar tipo I. Los tratamientos que la guía considera son el
manejo psiquiátrico, los tratamientos farmacológicos y la terapia
electroconvulsiva. El manejo psiquíatrico, también incluído en el concepto de
psicoterapia de apoyo, psicoterapia orientada al insight o manejo clínico, se orienta
a evaluar y tratar los empeoramientos agudos, prevenir la recurrencia, mejorar el
funcionamiento entre episodios y proporcionar asistencia al insight para el paciente
y para la familia.

El tratamiento farmacológico para el trastorno bipolar incluye los dirigidos a


disminuir los síntomas de manía y depresión, los que previenen los episodios de
recaída y aquellos que no actúan primariamente sobre el estado de ánimo, pero que
ayuden en distintos momentos a lo largo del curso clínico. Los estabilizadores del
estado de ánico que se han utilizado han sido el litio, fundamentalmente, junto al
valproato y la carbamazepina. También en ocasiones se combinan con
neurolépticos (clorpromazina), benzodiacepinas, etc. Dicha guía considera a la
terapia electroconvulsiva como efectiva en ambas fases el trastorno bipolar.
TIPOS DE TRATAMIENTOS Y EVIDENCIA EMPÍRICA.

Programas para aumentar la adherencia a la medicación. En el estudio


naturalista de Strober, Morell, Lampert y Burroughs (1990), con una amplia
muestra, al tasa de recaída fue del 92% frente al 37% que siguieron tomándola, en
ambos casos litio. Esto sugiere claramente que seguir tomando la medicación es un
claro predictor de mantenerse estabilizado y no recaer. De ahí la relevancia de
desarrollar programas para que tomen la medicación sistemáticamente.

En el estudio de Seltzer, Roncani y Garfinkel (1980) aplicaron


psicoeducación a la adherencia a la medicación a distintos grupos de pacientes
psiquiátricos, entre los que había 16 con trastorno bipolar. Encontraron un mejor
resultado en aquellos a los que se les había aplicado psicoeducación, aunque el
tamaño de la muestra utilizado.
CONCLUSION

Como pudimos ver el trastorno bipolar se caracteriza por episodios periódicos


de gran júbilo y felicidad, ánimo eufórico o irritabilidad (también llamados fase
maníaca) a los que se contraponen episodios periódicos de síntomas depresivos
clásicos.

El trastorno bipolar suele manifestarse en miembros de una misma familia y se


cree que, en algunos casos, se trata de una enfermedad hereditaria. Los
antecedentes familiares de abuso de drogas también aumentan el riesgo de
desarrollar este síndrome.

El 60 % de las mujeres que se quejan de síndrome premenstrual, en realidad


tienen una depresión crónica que puede ser bipolar o unipolar y que se agrava antes
de la menstruación.
BIBLIOGRAFÍA

 BECK, A.T; FREEMAN, A: Terapia cognitiva de los trastornos de


personalidad. Paidos, Madrid, 1995.

 FERNANDEZ BALLESTEROS, R: Psicodiagnóstico. UNED, Madrid,


1981.

 RAMIREZ-BASCO, M y THASE, M: trastornos bipolares. Siglo XXI,


Barcelona, 1997.

 STRUPP, H.H y BINDER, J.L: Una nueva perspectiva en psicoterapia.


DDB, Bilbao, 1984.

 Ricardo J.Toro, Luis E. Yepes FUNDAMENTOS DE MEDICINA. CIB, 2*


Ed. Medellín, 1986.

 Entrevista.
ANEXOS
 

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