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Laura Espejo García y Nuria Cruz de la Cruz

EXPOSICIÓN: Sinfonía No. 40 Kv. 550 Mozart “cuarto movimiento”

Mozart tuvo una relación muy estrecha con Mannheim y su Escuela, esta tuvo
una influencia decisiva en el desarrollo musical del compositor vienés.

Por ejemplo: en Mannheim conoció por primera vez el sonido del clarinete,
instrumento que incluye en la obra a tratar. Y no sólo eso, a lo largo de sus sinfonías
compuestas se muestra la huella de aquella música tras las notas musicales escritas por
Mozart, pero esto será visto con más detenimiento a continuación.

Tema A y Codetta del Tema A

Este movimiento se abre con el acorde de tónica desplegado ascendentemente,


delineando una triada de tónica, efecto que es conocido como “el cohete de Mannheim”
(progresión ascendente en patrones de triadas), llamado así por la escuela de música de
quién lo inventó.

La dinámica de esta triada de tónica se ejecuta de menos a más, consiguiendo el


famoso “crescendo de Mannheim” (p-f), estando presente a lo largo de toda la partitura.

Aquí podemos ver un ejemplo de todo lo dicho anteriormente:

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En referencia al tema A, contiene 8 compases estructurados en base a la
cuadratura clásica (4 + 4), de los cuales los primeros 4 compases comienzan en la
tónica, finalizando en dominante y los 4 últimos compases hacen la armonía contraria,
comenzando en dominante y finalizando en tónica creando así una cadencia perfecta.

También destacar la posible subdivisión de estos 4 + 4, dando lugar, a un


antecendente-consecuente a modo de pregunta-respuesta (2+2).

Después de exponer el tema A completo, este es repetido de forma literal en los


siguientes compases.

En cuanto a la textura general de la sinfonía,


decir que presenta una melodía acompañada, aunque en
ocasiones podemos encontrar otro tipo de texturas
como puede ser la homofonía. Esta es un tipo de
textura vertical en la que se superponen
simultáneamente las líneas melódicas, con un ritmo
similar, propiciando un predominio de la armonía y una
estructura acórdica.

También cabe destacar, que este tema A contiene otro


rasgo de la Escuela de Mannheim, “el suspiro de Mannheim” el
cual es, una apoyatura cercana a la nota y su resolución posterior.

Precisamente fue en Mannheim es donde se añadió un cuarto movimiento a las


sinfonías, aunque la posterior generación recuperó de nuevo la forma de tres.

Como podemos ver, la Escuela de Mannheim sirvió de gran influencia para


Mozart en su producción musical.

Posteriormente, el compositor realiza una codetta de este tema que también se


repite. Esto es así puesto que, la armonía utilizada es muy repetitiva sobre los acordes
de dominante y tónica con carácter conclusivo, además de, emplear el motivo
característico del tema A en la voz de violín, la homofonía del tutti, el cohete, el
crescendo y el suspiro de Mannheim.

La separación entre la repetición del tema A y el inicio de la codetta es un


silencio estructural que aparece en todos los instrumentos de la orquesta.

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Puente

El puente, o sección conductiva, se encarga de dirigirnos del tema A hasta el


tema B, por lo que, genera un gran movimiento armónico y rítmico además de crear
tensión mediante el aumento de la disonancia, con modulaciones, progresiones, etc.

Al inicio del puente, en el compás 33, ya podemos encontrar una progresión por
segundas menores descendentes, con extensión de dos compases.

Además de progresiones, también podemos encontrar repeticiones literales de


compases, como ocurre en los compases 37-40.

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Otro rasgo muy significativo de la sección conductiva modulante es el conocido
“Círculo de quintas”. Se da a partir del compás 41 y hasta el primer tiempo del compás
45. Este círculo de quintas se evidencia por la progresión de 2ª descendentes que
aparecen en la melodía de los violines primero y segundo.

Como podemos ver, el modelo de la progresión se encuentra en el compás 41.


Este modelo tiene extensión de un compás y se repite a lo largo del círculo de quintas.

Algo característico del círculo de quintas es la progresión por 5ª descendentes


que se da en el bajo (MI – LA – RE – SOL – DO).

Esto genera un gran movimiento


armónico que nos traslada de inmediato a
una escala que es desdoblada por oboes y
violines al unísono.

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Después de todo lo anterior, se dan unas series de progresiones de terceras
descendentes:

• En las melodías del oboe, clarinete, flauta y fagot (cc.49-54):

• En la melodía del fagot (cc. 57-60):

• En las melodías de los violines (cc. 56-61):

• En las melodías de la viola, violonchelo y contrabajo (cc. 57-62):

Una vez generado todo este movimiento armónico, el compositor busca


estabilizar la tonalidad del relativo Mayor de la tonalidad principal, es decir, la
tonalidad en la que se encontrará el tema B
(SibM).

Para ello, hace uso de los pedales de


dominante en varias voces instrumentales; como
son la del fagot, viola, violonchelo y contrabajo
(cc. 65-70).

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Un recurso muy utilizado en el clasicismo es el uso del silencio estructural para
delimitar las diferentes divisiones de la forma sonata, además, Mozart; como ejemplo de
equilibrio, estructuración y claridad utiliza este silencio para separar el puente y tema B,
los cuales, están delimitados como anteriormente se vio en el tema A y la codetta, por
un silencio estructural de negra (cc.70, tercer pulso).

Tema B

El tema B comienza en el compás 71 y se extiende hasta el compás 85. Esta idea


musical articulada, es contrastante temáticamente con respecto al tema A, ya que; el
tema que estamos a analizar tiene un carácter más lírico-cantábile.

El tema B se podría estructurar en dos partes, en las que cada una es


complementaria de la otra, es decir, en primer lugar, se presenta un tema B1 con
extensión de 15 compases, dividiéndose a su vez, en un antecedente de 7 compases
separado por un enlace de extensión 1 compás y un consecuente de 7 compases
también, es decir, sigue la cuadratura clásica, pero en este caso variada con la
intervención de un enlace.

Por otro lado, nos encontramos un B1´ de estructuración idéntica a B1, pero con
modificaciones en la melodía. Además, el motivo melódico del tema B1´ recae sobre el
oboe, mientras el tema B1 sobre el violín I.

6
Tema conclusivo

Dentro del tema conclusivo, que tiene su inicio en el compás 101; podemos
apreciar otra característica de la influencia que dejó la Escuela de Mannheim en la
música de Mozart. Esta es el tutti sostenido con trémolos de violines, en contraste con
las ejecuciones del bajo. Además, este trémolo es la base armónica del tema conclusivo.

A lo largo de este, se da
la repetición literal de varias
estructuras como por ejemplo
en cc.102-103 y cc.104-105.

Al final de este tema


conclusivo, un pequeño enlace
mantenido en la melodía de los
violines, nos lleva a la
repetición de otros tres
compases cc.106-108 y
cc.114.116; la armonía de estos
compases tiene un carácter
cadencial.

Coda

La Coda se extiende desde el


compás 117 hasta el final de la
exposición, es decir, compás 124.

Se produce una alternancia


constante de los grados armónicos de
tónica y dominante puesto que se
repiten dos veces los cc.117-118
hasta concluir con una cadencia
Auténtica Perfecta final.

7
ANEXO

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