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Contexto
La pieza se compone entre 1909 y 1910. La comenzaría a escribir como un encargo del
conservatorio de París, para un concurso de fin de curso. La obra supuso dar a conocer el
instrumento, que se encontraba en un proceso de mejora técnica, a un nuevo público y una
nueva escuela de compositores franceses.
Análisis
Ante el análisis de una obra de Debussy es importante tener en cuenta las siguientes
consideraciones:
No podemos hablar de melodía tradicional, sino más bien de colecciones de breves partículas
motívicas que son variaciones interconectadas mutuamente de otras, dando un resultado más
atmosférico que discursivo.
Por otro lado, la armonía toma un nuevo papel: más que un agente del dinamismo, se
convierte en un elemento estático para producir una atmósfera y un efecto de color y
sonoridad. Por esto no observamos modulaciones como tal, sino más bien movimientos
modales, esto quiere decir que la armonía no se desarrolla y avanza hacia algo, sino que
procede por momentos armónicos separados.
Exposición: 1-40
Desarrollo: 41-151
Reexposición: 152-168
Coda: 169-206
Exposición
Introducción. Los primeros 4 compases constituyen un periodo 2 compases que aparece dos
veces. La introducción comienza con un acorde compuesto por octavas, en la parte del piano
en el primer compás. En el segundo compás, el piano introduce una célula de la que salen los
intervalos generadores del resto del material de la introducción (el semitono y la tercera
menor):
En el siguiente compás el clarinete repite un mismo motivo formado por dos células. En la
primera de ellas replica la célula de su primera intervención. Mientras, el acompañamiento
lleva a cabo mixturas tonales:
Tema A. 11-17. Los compases 9 y 10 nos presentan el colchón armónico del tema A, que se
prolongará de forma invariable a lo largo de todo el tema. La voz superior realiza un ostinato
de tresillos en los cuales se contiene una mixtura tonal. Mientras tanto, la voz inferior repite
una pedal de re b y una melodía sincopada. El modo que realiza el acompañamiento es re b
mixolidio.
El tema A en los compases del 11 al 14 se encuentra en el modo do dórico (si b dórico en do),
lo que implica que este es un pasaje polimodal. Podríamos decir que estos cuatro compases
son la primera frase de A, el tema principal. Se caracteriza por la síncopa y los retardos
rítmicos, lo que hace que sea un pasaje de gran inestabilidad.
B: 21-24. Comienza con un cambio de tono a Si mayor (en si b). Se trata de una frase de cuatro
compases en la que se puede percibir claramente el punto culminante mediante una
intensificación dinámica y una melodía ascendente, mientras que la distensión se marca con
un matiz menos intenso y un descenso de la melodía:
Los compases 25-28 constituyen un período de dos compases que aparece dos veces. El modo
es re eólico. En el acompañamiento volvemos a encontrar una hemiolia vertical:
Desarrollo
1: 45-53. Hay un cambio de tono, con las alteraciones de do mayor. Esta parte se caracteriza
por una clara prevalencia del timbre frente a los otros parámetros. Por un lado tenemos un
colchón sonoro de trémolos graves, lo que contribuye a una atmósfera de turbulencia. Por
otro lado, tenemos las pequeñas intervenciones del clarinete y la voz superior que actúan de
efectos sonoros.
Los dos últimos compases de esta parte recurren a la repetición de motivos y la escala de
tonos enteros en la voz del clarinete, y el trémolo y las mixturas en la parte del piano:
2: 54-58. Se trata de un proceso de transición hacia 3, una parte de mayor peso dentro del
desarrollo. El acompañamiento contiene una pedal de re y en la melodía se repite el motivo de
semicorcheas formado por dos segundas menores:
b
c
El hecho de que el acompañamiento del piano no siga un discurso unidireccional, sino que
acompañe a cada fragmento de la melodía a modo de bloque nos da mucha información sobre
la concepción de armonía y melodía en el impresionismo. En muchas ocasiones la armonía no
se utiliza como colchón para el discurso melódico, sino que ambas cosas se utilizan en un
mismo plano y con un fin sonoro y tímbrico.
En los compases 67-70 la melodía procede mediante un mismo dibujo melódico, el tono
ascendente y descendente:
Los compases 71-76 sirven de enlace con la entrada del tema B. Destaca el recurso de la
superposición del estatismo del clarinete (con una nota tenida) frente al dinamismo del piano,
mediante mixturas:
Puente hacia 4: 85-92. El piano y el clarinete se alternan, haciendo cada uno motivos breves,
creando el efecto de una melodía unitaria, no fragmentada. Se anticipa el motivo principal de
4.
4. 92-131. La sección comienza con un ostinato rítmico y una pedal de fa y sol que se repetirán
a lo largo de la misma, acompañando al motivo principal:
Del compás 114 al 124 hay un inciso, donde el piano sustituye ostinato rítmico por negras. La
melodía repite una serie de células compuestas por cuartas y quintas, y un motivo por grados
conjuntos ascendentes:
En el compás 128 reaparece el motivo principal una octava por encima con respecto a la
primera vez que aparece. Los compases 130-131sirven de enlace, mediante un movimiento
ascendente de la melodía, para la reaparición del tema B.
Reexposición (152-168)
Sección no temática: 163-168. El acompañamiento marca el pulso mientras la voz del clarinete
lleva a cabo una serie de arabescos:
Coda (169-206)
Tomado de 4.
Tomado de 4
Tomado de 4
Tomado de 3
A partir del commpás 197 encontramos una especie de coda de la coda, donde el clarinete
recupera los intervalos generadores del primer motivo, pero invertidos:
La obra termina con una escala ascendente y cuatro notas percutidas con acentos, en el modo
de mi b frigio.