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4) Bajtin mijail

Estudia el habla, algo que había sido descartado por los semiólogos anteriores, que se centraron en el estudio teórico de la lengua.
Para un estudio sistematizado del habla Bajtín propone analizar los GENEROS DISCURSIVOS: son una serie de enunciados del
lenguaje que son agrupados porque tienen ciertas similitudes en su contenido temático, su estilo verbal y su composición. Los géneros
discursivos son tipos relativamente estables de enunciados que los hablantes utilizan en los diferentes ámbitos de la comunicación
humana.
Estos enunciados reflejan las condiciones específicas y el objeto de cada una de las esferas de la actividad humana. Una función
determinada y unas condiciones determinadas específicas para cada esfera de la comunicación discursiva, generan determinados
géneros.
Sin ellos la comunicación humana sería imposible, como hablante nos permiten anticipar las características del discurso que debemos
utilizar en una situación determinada, saber cuál debe ser su duración, su contenido y su estilo.
Tema, estilo y estructura son los tres momentos del enunciado. Estos tres momentos están vinculados indisolublemente con la
totalidad del enunciado y se determinan por la especificidad de una esfera dada de comunicación.
• TEMA (contenido, su función)
• ESTILO (selección de recursos léxicos, fraseológicos y gramaticales de la lengua)
• COMPOSICIÓN O ESTRUCTURA (organización, estructura)
Todo estilo está indisolublemente vinculado con el enunciado y con las formas típicas de enunciados, es decir, con los géneros
discursivos. Donde existe un estilo, existe un género.
Tema tiene que ver con el contenido y estilo y estructura con la forma. Pero dentro de la forma hay partes que son más rígidas que
otras. Por eso diferenciamos estructura (que sería la parte más estable) de estilo (que sería ese aspecto que puede variar de enunciado
en enunciado según la voluntad del hablante). No todos los géneros discursivos admiten en igual forma diferencias de estilo, algunas
tienen estructuras muy rígidas.
TIPOS DE GÉNEROS DISCURSIVOS:
Los géneros discursivos primarios son simples y los géneros discursivos secundarios son complejos.
PRIMARIOS (simples): Las frases elocuentes, interjecciones, órdenes, diálogos cotidianos, cartas, onomatopeyas, los diálogos del
tipo cercano, las cartas, saludos, son ejemplos que son parte del género primario. Los géneros discursivos primarios están constituidos
en la comunicación discursiva inmediata. Los géneros primarios que forman parte de los géneros complejos se transforman dentro y
adquieren un carácter especial: pierden su relación inmediata con la realidad y con los enunciados reales de otros.
SEGUNDOS (complejos): En el proceso de su formación estos géneros absorben y reelaboran diversos géneros primarios. Estos son
mucho más amplios, complejos y mucho más elaborados, nacen y se crean a partir de los géneros primarios, en su mayoría son
escritos y pasan obligatoriamente por un proceso de planificación.
Lo ideológico allí se vincula con lo establecido, esas cosas que no se discuten. Las formas previstas por la cultura para que los
contenidos circulen. Es algo no muy desarrollado por el autor y que se relaciona con la complejidad que estos presentan y como están
más cerca de las formas institucionales que conforman el espesor social. Por eso decimos que son ideológicos, están sujetos a las
formas sociales establecidas.
Todo enunciado, en cualquier esfera de la comunicación discursiva, es individual y por lo tanto puede reflejar la individualidad del
hablante o escritor (estilo individual). Pero no todos los géneros son igualmente susceptibles a semejante reflejo de la individualidad
del hablante en el lenguaje enunciado. Los más productivos en este sentido son los géneros literarios. Las condiciones menos
favorecedoras para el reflejo de lo individual existen en aquellos géneros discursivos que requieren formas estandarizadas.
En la gran mayoría de los géneros discursivos (salvo los literarios) un estilo individual no forma parte de la intención del enunciado,
no es su finalidad única. En diferentes géneros pueden aparecer diferentes estratos y aspectos de la personalidad, un estilo individual
puede relacionarse de diferentes maneras con la lengua nacional. El problema mismo de lo nacional y lo individual en la lengua es, en
su fundamento, el problema del enunciado (porque tan sólo dentro del enunciado la lengua nacional encuentra su forma individual).
El estudio del enunciado como de una unidad real de la comunicación discursiva permitirá comprender de una manera más correcta la
naturaleza de las unidades de la lengua (como sistema), que son la palabra y la oración.
o La oración como unidad carece de todos estos atributos: no se delimita por el cambio de sujetos discursivos, no tiene un
contacto inmediato con la realidad (con la situación extraverbal) ni tampoco se relaciona de una manera directa con los
enunciados ajenos, no posee una plenitud del sentido ni una capacidad de determinar directamente la postura de respuesta del
otro hablante, es decir, no provoca una respuesta. La oración como unidad de la lengua tiene una naturaleza gramatical,
limites gramaticales, conclusividad y unidades gramaticales. La oración es una unidad significante de la lengua. Por eso cada
oración aislada es perfectamente comprensible, pero es absolutamente imposible adoptar una postura de respuesta. La gente
no hace intercambio de oraciones ni de palabras en un sentido estrictamente lingüística, sino que habla por medio de
enunciados que se construyen con la ayuda de las unidades de la lengua que son palabras, oraciones, etc.
> Su contexto es el del discurso de un mismo hablante.
> Se relaciona con otros enunciados del mismo hablante
> Se comprende su significado lingüístico, pero no puede ser respondida
> Sus límites son gramaticales.
> Es la unidad de la lengua
> No tiene autor
> Posee cierta entonación gramatical
o Al seleccionar las palabras partimos de la totalidad real del enunciado que ideamos, pero esta totalidad ideada y creada por
nosotros siempre es expresiva y es ella la que irradia su propia expresividad hacia cada palabra que elegimos, o la contamina
de la expresividad del todo.
LOS TRES ASPECTOS DE LA PALABRA:
> Como palabra neutra de la lengua que no pertenece a nadie.
> Como palabra ajena, llena de ecos, de los enunciados de otros que pertenece a otras personas
> Como mi palabra, porque puesto que yo la uso en una situación determinada y con una intención discursiva
determinada, esta compenetrada de mi expresividad.
En los últimos aspectos, la palabra posee expresividad, pero esta no pertenece a la palabra, nace en el punto de contacto de la
palabra con la situación real. El sentido del enunciado está determinado por el contexto, dado que sólo mediante el
conocimiento de un enunciado en un contexto discursivo determinado podemos entender dicho enunciado en su totalidad.
Desde la teoría de la enunciación se entiende que todo texto circula como discurso cuando le reconocemos un contexto dado.
Y es allí cuando produce su sentido. Las palabras que componen una oración tienen su significado más o menos establecido,
pero es en el marco discursivo (o sea en contexto) cuando van a adquirir sentido. Por eso se sostiene la diferencia entre
significado y sentido
ASPECTOS DEL ENUNCIADO:
1) Carácter responsivo:
Critica a Saussure: Los estudiantes de la lengua ignoran la función comunicativa del lenguaje, solo les interesa la función expresiva.
Así, se crea una ficción científica en donde el hablante es el sujeto activo y el oyente es pasivo.
Él dice que no se puede restringir la idea de lenguaje a la necesidad de expresión del individuo, subestimando la función comunicativa
de la lengua. Si el papel del otro se toma en cuenta únicamente como un oyente pasivo a quien se le asigna el papel de comprender al
hablante entonces la comunicación discursiva se convierte en una ficción científica.
El oyente, al percibir y comprender el significado del discurso, simultáneamente toma una postura de respuesta. La postura de
respuesta del oyente está en formación a lo largo de todo el proceso de audición y comprensión desde el principio. Toda comprensión
de un discurso vivo, de un enunciado viviente, tiene un carácter de respuesta, toda comprensión esta “preñada” de una respuesta y de
alguna u otra forma el oyente se convierte en hablante.
La comprensión pasiva del discurso percibido es tan sólo un momento abstracto de la comprensión total y activa que implica una
respuesta. Toda comprensión real tiene un carácter de respuesta activa y no es sino una fase inicial y preparativa de la respuesta. El
hablante mismo no espera una comprensión pasiva, sino que quiere una contestación.
Es más, todo hablante es de por sí un contestatario, porque él no es el primer hablante del universo, él cuenta con la presencia de
ciertos enunciados anteriores, suyos y ajenos con los cuales su enunciado determinado establece toda suerte de relaciones. Todo
enunciado es un eslabón en la cadena, muy complejamente organizada, de otros enunciados.
2) Fronteras definidas:
Las fronteras de cada enunciado como unidad de la comunicación discursiva se determinan por el cambio de los sujetos discursivos, es
decir, por la alternación de los hablantes. Todo enunciado, desde una breve réplica del diálogo cotidiano hasta una novela grande o un
tratado científico, posee, por decirlo así, un principio absoluto y un final absoluto; antes del comienzo están los enunciados de otros,
después del final están los enunciados respuestas de otros
3) Conclusividad:
El enunciado es una unidad real, delimitada con precisión por el cambio de los sujetos discursivos. El carácter concluso del enunciado
presenta una cara interna del cambio de los sujetos discursivos, se da tan solo por el hecho de que el hablante dijo todo lo que en un
momento dado y en condiciones determinadas quiso decir.
Este carácter de una totalidad conclusa del enunciado se determina por tres momentos o factores que se relacionan entre sí en la
totalidad orgánica del enunciado:
a) La posibilidad de ser contestado: la posibilidad de tomar una postura de respuesta en relacion con el enunciado, por ejemplo:
cumplir una orden
b) Intención del autor: relacionado con el primero, en cada enunciado podemos abarcar, entender, sentir la intención discursiva,
o la voluntad discursiva del hablante, que determina todo el enunciado, su volumen, sus límites. Nos imaginamos qué es lo
que quiere decir el hablante, y es mediante esta intención o voluntad discursiva (según la interpretamos) como medimos el
grado de conclusividad del enunciado. La intención determina tanto la misma elección del objeto como sus límites y su
capacidad de agotar el sentido del objeto. También determina, por supuesto, la elección de la forma genérica en lo que se
volverá el enunciado
c) Las formas genéricas estables del enunciado: La voluntad discursiva del hablante con su individualidad y subjetividad se
aplica y se adapta al género escogido, se forma y se desarrolla dentro de una forma genérica determinada. Todos nuestros
enunciados poseen unas formas típicas para la estructuración de la totalidad relativamente estables. Nosotros hablamos
utilizando diversos géneros. Los géneros discursivos organizan nuestro discurso casi de la misma manera como lo organizan
las formas gramaticales. Es el género elegido el que preestablece los tipos de oraciones y las relaciones entre éstas. Al
seleccionar determinado tipo de oración lo hacemos desde el punto de vista de la totalidad del enunciado.
Cuanto mejor dominamos los géneros discursivos, tanto mas libremente nos aprovechamos.
4) Expresivo:
Actitud subjetiva y evaluadora desde el punto de vista emocional del hablante con respecto al contenido semántico de su propio
enunciado.
El momento expresivo está presente en todas partes, un enunciado absolutamente neutral es imposible. Uno de los recursos expresivos
de la actitud emotiva y valoradora del hablante con respecto al objeto de su discurso es la entonación expresiva. Tanto la palabra como
la oración como unidades de la lengua carecen de entonación expresiva, pero la palabra u oración neutra dentro de un enunciado se
contamina de expresividad más allá de su significado.
Solo el contacto de la lengua con la realidad que se da en el enunciado es lo que genera la chispa de lo expresivo. Esta última no existe
ni en el sistema de la lengua, ni en la realidad objetiva que está fuera de nosotros.
Sentido: ¿Por qué digo lo que digo? ¿a quién? En un aquí y ahora
5) Destinación:
El enunciado tiene autor (y, por consiguiente, una expresividad, de lo cual ya hemos hablado) y destinatario. El destinatario puede ser
un participante e interlocutor inmediato de un diálogo cotidiano. Todo género discursivo en cada esfera de la comunicación discursiva
posee su propia concepción del destinatario, la cual lo determina como tal.

El enunciado, su estilo y composición, se determinan por el aspecto temático (de objeto y de sentido) y por el aspecto expresivo (la
actitud valorativa del hablante hacia el momento temático). La estilística solo considera los siguientes factores q determinan el estilo
del enunciado: el sistema de la lengua, el objeto del discurso, el hablante y su actitud valorativa hacia el objeto. Estos son los aspectos
que definen al enunciado.

INTERTEXTUALIDAD
Todo enunciado viene a ser un eslabón en la cadena de la comunicación discursiva en una esfera determinada. Cada enunciado está
lleno de ecos y reflejos de otros enunciados con los cuales se relaciona. Todo enunciado debe ser analizado como respuesta a los
enunciados anteriores de una esfera dada.
La expresividad de un enunciado siempre contesta, expresa la actitud del hablante hacia los enunciados ajenos y no únicamente su
actitud hacia el objeto de su propio enunciado. EL objeto de discurso de un hablante no llega a tal por primera vez en este enunciado,
el hablante no es el primero q lo aborda. El objeto del discurso ya se encuentra hablado, discutido, vislumbrado y valorado de manera
diferentes.
En realidad, todo enunciado siempre contesta de una u otra manera a los enunciados ajenos que le preceden. El enunciado no está
dirigido únicamente a su objeto, son también a discursos ajenos acerca de este último. Por eso, el enunciado es un eslabón en la cadena
de la comunicación discursiva y no puede ser separado de los eslabones anteriores que lo determinan por dentro y por fuera,
generando en él reacciones de respuesta y ecos dialógicos.
Y no solo está relacionado con eslabones anteriores, sino también posteriores. El enunciado se construye desde el principio tomando
en cuenta las posibles reacciones de respuesta para las cuales se construye el enunciado. El hablante espera desde el principio sus
contestaciones y su comprensión activa. Un signo importante del enunciado es su orientación hacia alguien, su propiedad de estar
destinado.

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