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Noción de ETHOS
Es la imagen previa que el auditorio tiene del orador antes de que tome la palabra. En ella
incide la posición institucional, la vestimenta, la postura, el tono de voz y los antecedentes.
Precede y condiciona a la toma de la palabra. Condiciona el discurso.
ETHOS discursivo
Es una práctica social: es parte de la vida social y al mismo tiempo crea la vida social. Es la
interacción entre personas, articulada por el uso de la lengua, en un contexto oral o escrito.
Los hablantes cuentan con un variado repertorio comunicativo entre los que tienen que elegir
al momento de interactuar, y depende del contexto de producción. (Varias lenguas, diferentes
variedades linguisticas, distintos instrumentos de comunicación).
El discurso es omnipresente, toda las áreas ya sean del ámbito público o privado generan
prácticas discursivas que son necesarias para su desarrollo.
Enunciación
El enunciador
El enunciador no solo se construye a sí mismo en el discurso sino que construye una imagen
del enunciatario.
El enunciador es una construcción discursiva, no debe confundirse con el autor que produjo el
texto. El sujeto que enuncia deja sus huellas en su discurso, postula explícita o implícitamente
otra figura discursiva: el enunciatario.
La objetividad y la subjetividad se construyen en un texto mediante mecanismos y estrategias
que proporciona la lengua. Es prácticamente imposible encontrar un texto que no deje aflorar
la presencia del sujeto hablante. La objetividad o subjetividad dependerá entonces de si esa
presencia se hace más o menos visible.
Polifonía
El sujeto del discurso es un personaje que dialoga con otro, conversa con otro, expone sus
puntos de vista, polemiza con lo que otros sostienen. Un sujeto puede dialogar con sí mismo:
un monólogo interior en una obra literaria, un diario íntimo como el de Ana Frank.
La polifonía implica que en el interior del enunciado también es posible reconocer la presencia
de más de un enunciador.
El sujeto empírico es el autor efectivo, el productor del enunciado, quien profiere unas
palabras o las escribe. El locutor, en singular, es el ser del discurso al que se atribuye la
responsabilidad del enunciado y de la enunciación de éste. En la mayoría de los enunciados el
locutor está inscrito en el sentido mismo del enunciado y está designado en las marcas de
primera persona “yo”, “mi” y “me”. La “voz” del locutor tiene una dimensión verbal, se le
atribuyen palabras. Ducrot llama enunciadores, por definición plurales, a los orígenes de los
diferentes puntos de vista que se expresan a través de la enunciación y que se presentan en el
enunciado, son puntos de perspectiva abstractos. Locutor y enunciadores son para Ducrot
seres del discurso. El autor presenta el sentido del enunciado como una escena de teatro en la
que se cristalizan en un discurso distintas voces o puntos de vista introducidos en escena por el
locutor. El enunciador es al locutor lo que el personaje es al autor. La polifonía resultará de la
pluralidad de puntos de vista.
Estrategias discursivas
El locutor/ autor incluye las voces de otros enunciadores y utiliza diferentes estrategias
discursivas como citas textuales entre comillas, citas no textuales o parafraseo, expresiones
que introducen la voz ajena, negaciones, expresiones que muestran la evaluación del locutor
sobre lo dicho por otro.
La construcción del sentido del texto solo es posible si estas voces son reconocidas e
interpretadas correctamente. Estar atentos a las marcas y estrategias para reconocer quién es
el responsable de la enunciación es clave para darle sentido a lo leído.
ethos previo (o prediscursivo) que comprende las representaciones que tiene el auditorio
sobre el orador con antelación al momento en que toma la palabra; éstas pueden generar
rechazos y adhesiones.
El término paratexto designa al conjunto de los enunciados que acompañan al texto principal
de una obra, como pueden ser el título, subtítulos, prefacio, índice de materias, etc.
Las marcas de subjetividad son aquellas marcas lingüísticas que evidencian la presencia del
locutor en el enunciado. De acuerdo a Benveniste la subjetividad es la capacidad que tiene el
locutor para presentarse como sujeto, es decir, el locutor hace uso de determinadas formas
que la lengua pone a su disposición para imprimir en su enunciado marcas de su subjetividad.
Los subjetivemas son una serie de unidades lingüísticas que el emisor lírico utiliza para asumir
de manera explícita su opinión sobre una temática en el texto. El proceso de escoger estos
componentes del idioma no es al azar, sino que responde al contexto de producción al que ha
estado sometido el emisor lírico.
– Josefina ama profundamente a su padre, lo sé por cómo lo mira, sus ojos le brillan
hermosamente, y su cara se torna tersa y suave.
– No se llegará a nada si seguimos así, es necesario que hagamos algo, realizar cambios reales,
buenos, en las estructuras sociales. Temo que si no lo hacemos, vendrá el desastroso debacle.
– ¡No sé qué esperas para irte!, estoy sumamente extenuado. Afortunadamente en un par de
horas podré descansar, sin embargo me sería muy grato que te fueras ya.
Los subjetivemas en estos ejemplos fueron subrayados. Ellos evidencian la intromisión directa
del enunciador tanto con juicios de valor como de sentir.
La deixis, por lo tanto, está vinculada a aquellos términos que se emplean para señalar
elementos diferentes, que pueden tener presencia en otra parte de un mensaje o aparecer en
la memoria. “Éstos”, “allá”, “mío” y “yo” son algunos elementos que forman parte de la deixis.
Por ejemplo: “Le propuse organizar una nueva reunión a los socios de Franuer, aunque no creo
que éstos estén interesados”, “Si buscas la carpeta roja, está allá”, “¿Qué haces con ese
cuaderno? ¡Es mío!”, “La verdad es que yo no pienso de esa manera”.
Como puede apreciarse en estos ejemplos, la deixis sólo puede interpretarse de manera
adecuada si se presta atención al contexto de quien pronuncia la expresión. Si, en medio de
una conversación cara a cara con otra persona, ésta nos comenta que las llaves de la casa
están “ahí arriba”, sabremos a qué se refiere gracias a su indicación gestual.
En un sentido similar, la expresión “Acá siempre hay gente por la mañana” sólo tendrá sentido
si sabemos dónde es “acá”. Si nos limitamos a leer la frase sin saber nada del contexto, “acá”
puede referirse a un hospital, un banco, una plaza o cualquier otro lugar.
Con respecto al momento del discurso en el cual se brindan las herramientas contextuales
necesarias para entender el significado de una deixis, es posible hablar de:
Deixis catafórica: de manera opuesta a la anáfora, la deixis catafórica señala una parte del
discurso que aún no ha sido emitida o enunciada, pero que aparecerá posteriormente; por
ejemplo: “eso es lo que me gusta: que siempre encuentre las palabras justas”, donde el
pronombre “eso” recién cobra sentido al final de la oración.
Deixis social
Deixis personal
En este caso, la expresión de tipo deíctico sirve para hacer referencia al rol que tiene un
participante dado, y puede usarse para todas las personas, tanto singulares como plurales.
Algunas deixis personales, incluyendo determinantes y pronombres, son tú, ustedes, vuestro,
tu, tuyo y tuyos.
Deixis de lugar
Sirve para hacer mención de un tiempo determinado, siempre tomando el momento en el cual
el mensaje es emitido como punto de referencia, como ocurre con los términos hoy, mañana y
ayer.
Subjetividad: El emisor del discurso o texto realiza una manifestación de su opinión personal,
de su punto de vista o de sus sentimientos.