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INTRODUCCIÓN

El siguiente documento es una investigación acerca de las escuelas


Penales a través de su historia, desde los antecedentes de la escuela
Clásica hasta la escuela técnico jurídica, pasando por supuesto por las
escuelas clásica, positiva, ecléctica, tercera escuela y la sociológica.

Se realizó esta investigación con el fin de dar a conocer al lector los


antecedentes de lo que hoy es el Derecho Penal, por lo que, en cada
apartado se describen los puntos más relevantes de cada escuela, así
como sus máximos exponentes y respectivas aportaciones.

Se comienza por exponer el significado de "Escuela Penal" para dejar


en claro a que nos estamos refiriendo con este término, siendo
desglosado para dejar más claro al lector cual es el contexto de
nuestro trabajo.

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Escuelas Penales

Concepto
 
Por escuela entendemos la dirección de pensamiento que tiene una determinada
orientación , trabaja con un método particular y responde a unos determinados
presupuestos filosóficos penales.
 
Las Escuelas Penales son el cuerpo orgánico de concepciones contrapuestas
sobre la legitimidad del derecho de penal, sobre la naturaleza del delito y sobre el
fin de las sanciones.
 
PLATON 
Pensador filósofo, nacido en Atenas en el año 428 o 427 (A. C.), dicho filosofo
pertenecía a una familia Aristocrática, lo que lo indujo a introducirse en la vida
cultural y política de la ciudad. Platón, poeta y maestro, temperamento político le
impulso a escribir tragedias, pero destruyo estos ensayos cuando a los 20 años se
hizo discípulo de Sócrates, lo cual determino el rumbo de su vida Platón, puede
ser considerado como un gran precursor de la Sociología del Derecho, por haber
dedicado gran parte de su vida al estudio del crimen. 
 
Platón nos deja en sus escritos la idea del Estado como uno de sus mayores
aportes. En este aspecto plantea que para la existencia de un Estado y gobierno
ideal lo mejor era colocar a los filósofos en el estrado máximo, en la categoría
superior de la estructura social del Estado; Según esta concepción eran los
filósofos los más aptos para el gobierno y dirección de los pueblos, por estar mejor
preparados mentalmente. 
 
De esta forma la sociedad debería organizarse de acuerdo con el orden
establecido por el Estado, y el Estado ideal se proponía como un orden propicio a
la vida moral en que el bueno será estimulado al bien y el malo será corregido y

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educado, y el orden direccionado a hacer a los hombre felices y mejores, las leyes
y el Derecho cumplirían una función educativa, la ley deberá conformarse en todos
sus aspectos de tal manera que los seres humanos que viven bajo su dominio
lleguen a ser mejores. Esto quiere decir que la ley tiene una función claramente
educativa. 
 
Pero la función del Derecho trae consigo también la persuasión de los hombres de
obedecer las leyes. 
 
En las leyes de Platón se da gran importancia al preámbulo de un estatuto, pues
estos preámbulos tienen por objeto explicar a los ciudadanos cuáles son las
razones que abonan la promulgación de dichas leyes; es decir, se proponen
persuadir a los ciudadanos de que obedezcan la ley, en vez de limitarse a
ordenarles que lo hagan. Así, Platón propone, por ejemplo, que una ley que
ordena al hombre que contraiga matrimonio antes de los treinta y cinco años
deberá ser complementada con un preámbulo que explique la necesidad de la
procreación a fin de mantener la supervivencia de la comunidad. Sólo en esta
forma puede establecerse y sostenerse la autoridad de la ley. 
 
Platón veía la solución del delito en la aplicación de la pena, la cual es la forma
más correcta, la cual se ha implementado. 
 
En su planteamiento estaba de acuerdo sobre la pena de muerte, al decir que si
un individuo cometía una infracción y se mostraba como incurable y refractario a
toda acción educativa, debía ser eliminado. 
 
 

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Sócrates y el Derecho 

Según Sócrates, el buen ciudadano debe obedecer aun las malas leyes, para no
estimular al mal ciudadano a violar las buenas. Fue obediente con las leyes de
Atenas, pero evitaba la política. Creía que podría servir mejor a su país
dedicándose a la filosofía. No escribió ningún libro ni tampoco fundó una escuela
regular de filosofía.
Creía que todo vicio es el resultado de la ignorancia y que ninguna persona desea
el mal; a su vez, la virtud es conocimiento y aquellos que conocen el bien actuarán
de manera justa. Puso en práctica este principio, cuando acusado de haber
introducido nuevos dioses y de haber corrompido a los jóvenes, y condenado a
muerte por estos supuestos delitos, quiso que se ejecutara la sentencia, y sufrió
serenamente la muerte que tuvo a su alcance evitar. Establece la libertad de
hombre como el triunfo de la voluntad sobre sus propias pasiones, el hombre sólo
es libre cuando logra controlar sus instintos, si no lo logra será presa de sus
propios instintos y estos lo llevarán a hacer el mal, lo que se atribuye a la propia
ignorancia del hombre. Esto debido a que afirmaba que sólo un loco podría querer
hacer el mal teniendo conocimiento del bien.
Fue así el iniciador del intelectualismo, pues establece una relación entre el saber
y el actuar, y la dependencia del actuar con el conocimiento. Principios aplicados
inclusive en el Derecho actual al establecer la culpabilidad de las personas. El
pensamiento socrático no define la libertad como la capacidad de realizar
cualquier conducta que se desea, esto debido a que el hombre no es considerado
por Sócrates como racional, sino que tiene la capacidad de llegar a serlo, pero
para esto necesita redescubrir sus conocimientos y conocer el bien.
Los conceptos como el bien, la justicia, la belleza, etc., son para Sócrates de
carácter universal, subsisten de manera idéntica para todas las personas en todas
las épocas, en oposición radical al relativismo y convencionalismo de los sofistas.
Constantemente investiga en el ámbito de la Ética acerca de conceptos generales
o universales, tratando de alcanzar determinación y definición de los mismos, de

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su esencia permanente, de aquello en lo que consiste lo bueno, lo bello, lo justo
en sí.

 Derecho Canónico es el Derecho de la Iglesia en cuanto a sociedad humano-


divina fundada por Cristo para regir la vida de los bautizados y para conducir a los
hombres a la salvación. La existencia del Derecho Canónico se basa en la
naturaleza misma de la Iglesia, sociedad que es a la vez visible e invisible, cuerpo
místico de Cristo y sociedad jerárquica jurídicamente organizada. Dice la
constitución Lumen Gentium respecto al Derecho Canónico: “Pues como la
naturaleza asumida sirve al Verbo Divino de órgano vivo de salvación, a él
indisolublemente unido, de forma semejante la unión social de la Iglesia sirve al
Espíritu de Cristo, que la vivifica para incremento del cuerpo”.

Como toda sociedad visible, la Iglesia tiene necesidad de una organización social
y jurídica, y para ella, como para toda sociedad, vale el principio de que donde
está la sociedad debe estar la justicia. Esta necesidad procede además de la
misión explícita confiada por Cristo a su Iglesia, de regir al pueblo de Dios como
comunidad de salvación, con el apoyo del Espíritu Santo (Mt 16,19; 18,18; 28,20;
Jn 20,21-23).

La voluntad de Cristo es la que da fundamento a la sociedad de los bautizados, y
la que señala su finalidad, su autoridad y sus medios de santificación. El Derecho
de la Iglesia obtiene su característica específica por ser el Derecho de una
comunidad sobrenatural, que descansa en una fundación divina a la cual se
dedica por medio de la palabra y del sacramento. La proclamación de la Palabra
tiene un carácter jurídico por el hecho de realizarse en nombre del Señor y por
disposición suya, y también por el hecho de que la Palabra se dirige al pueblo de
Dios para que este la viva.

La salvación anunciada por la Palabra se realiza por el sacramento; pues bien, en
cuanto signo visible y de carácter comunitario, el sacramento es susceptible de

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determinación jurídica. Palabra y sacramento son los dos elementos esenciales de
la edificación visible de la Iglesia, y el Derecho de la Iglesia contiene normas de
vida y de acción para organizar la predicación, para favorecer el pleno desarrollo
de la vida sacramental y para acrecentar de esta forma la unión de Cristo y de sus
miembros. En virtud de esta finalidad sobrenatural, la organización jurídica de la
Iglesia reviste un carácter sobrenatural y, por consiguiente, también el Derecho de
la Iglesia difiere esencialmente del Derecho profano.

El Derecho canónico es una disciplina estrictamente teológica que se sirve de una
expresión legal y de un método jurídico. En sentido amplio, abraza todo lo que la
Iglesia universal ha decretado como su regla de vida, a saber: el Derecho
occidental y del Derecho oriental, el Derecho particular de las diócesis y el
Derecho propio de las órdenes, o comunidades inspiradas por los carismas del
Espíritu y aprobadas por la Iglesia, y si se considera el origen de las leyes de la
Iglesia, podremos distinguir las siguientes:

a).- Leyes divinas inscritas por Dios en la naturaleza humana, o reveladas por Dios
y contenidas en la Escritura y en la Tradición. Este es el Derecho Divino natural o
Derecho Divino positivo. La Iglesia en este caso no hace más que proponer,
precisar e interpretar.

b).- Las leyes establecidas por la propia Iglesia, que son leyes humanas y por
consiguiente sujetas al cambio y a la adaptación; por ejemplo leyes sobre las
modalidades del culto, sobre las obligaciones de los clérigos, etc. Estas leyes
forman la parte más voluminosa del Derecho Canónico.

c).- Finalmente las leyes civiles que la Iglesia hace suyas canonizándolas, por el
hecho de vivir en pleno mundo y en contacto con la ciudad política. Notemos cómo
la Iglesia tiene que asumir cargas que no derivan directamente de su misión
divina, sino de las necesidades sociales; por ejemplo la misión de determinar la

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edad requerida para contraer matrimonio, o los grados de consanguinidad y de
afinidad que hacen a un matrimonio inválido.

A propósito del Derecho Divino, conviene distinguir el elemento doctrinal que hace
inmutables y permanentes sus formas; así tenemos que la jerarquía de orden y de
jurisdicción, (la del Papa, obispos, diáconos y subdiáconos) descansa en último
término en la misión de los doce apóstoles y en la misión especial de Pedro, sin
embargo las formas jurídicas concretas seguirán estando siempre afectadas de
cierto coeficiente de variabilidad, aunque estén bien fundamentadas.

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ESCUELA CLÁSICA
 
La escuela clásica ha dicho con razón Enrico Ferri, el supremo ordenador del
positivismo, que “ni los romanos, tan grandes en el Derecho Civil, ni los  juristas de
la Edad Media habían sabido elevar el Derecho Penal a la dignidad de sistema
filosófico, y que fue Beccaria quien guiado, es verdad, mas bien por el sentimiento
que por un espíritu rigurosamente científico, dio un extraordinario impulso a la
doctrina de los delitos, y fue seguido en el estudio filosófico del derecho por una
pléyade de pensadores”.

Beccaria no escribió una obra orgánica de Derecho penal, ni hizo el estudio de ley
alguna, pero puso la valentía al servicio de la verdad y la justicia, bregando por la
humanización de las leyes represivas y formulando postulados que habrían de
servir de pilares para una buena parte de la construcción jurídica de toda una era
fecundada en la historia del Derecho penal.

Si bien es cierto que no puede considerarse a Beccaria como fundador de la


llamada Escuela Clásica, también lo es que abrió picadas en el campo de lo penal
que fueron seguidas por esa tendencia en sus comienzos.

La Escuela Clásica no fue una escuela en el sentido tal del vocablo puede ser
empleado, es decir, como un conjunto de principios y doctrinas que agrupan a los
autores en una unidad de pensamiento; sin embargo, los rasgos comunes de los
clásicos no son pocos, aunque entre algunos de ellos existen discrepancias
visibles en torno a problemas de importancia. Sus  puntos de contacto radica, en
primer término, en la adhesión a la doctrina del Derecho natural y en el empleo del
método deductivo (y método especulativo); en segundo lugar, la Escuela clásica
fija el límite adecuado al derecho de castigar, por parte del Estado; por ello es
contraria a la crueldad innecesaria de las penas. Toda su época está imbuida en el
respeto por los derechos individuales, lo mismo durante el proceso, que en la
aplicación de la ley penal.

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Los postulados esenciales de la escuela pueden sintetizarse así:

a) El delito no es un ente de hecho, sino un ente jurídico.

b) El Derecho penal tiene un fin de tutela; la pena es un medio de tutela jurídica,


que tiende al restablecimiento del orden público alterado por el delito y tiene
carácter de un mal, equivalente al que el delincuente ha causado; su límite lo da la
equidad, ya que no debe ir más allá de las necesidades titulares para no ser
abusiva; en consecuencia, la pena debe ser proporcionada al delito, cierta y
conocida, segura y justa.
c) La responsabilidad se sustenta en el libre albedrío y la imputabilidad moral.
Teniendo el hombre libertad para decidirse en la elección del bien y el mal, que tal
es la noción del albedrío, se decide por el último, y por ello ha de ser castigado.
Las figuras más conspicuas de la Escuela Clásica fueron:
 Juan Domingo Romagnosi (1761-1835). Numerosas obras integran la
biografía de este autor, pero sólo corresponde citarse aquí suGénesis del
Derecho penal.
 Juan Carmignani (1768-1843). Profesor de la Universidad de Pisa, su obra
fundamental se titula Teoría delle leggi della sicurezza sociale, Nápoles,
1843 y están llenos de enseñanzas sus Elementos de Derecho Criminal
(Juris Criminalis elementa).
 Francisco Carrara (1805-1888). En 1848 fue profesor en la cátedra del
Liceo de Luca y luego en la Universidad de Pisa; fue diputado y senador,
Entre sus principales obras figuran: Lecciones sobre la fuerza física del
delito, Lineamientos de práctica legislativa penal, Notas del proyecto de
Código penal italiano y Programa del curso de Derecho Criminal, dictado en
la Real Universidad de Psa, considerado como una de las cumbres del
pensamiento penal italiano; sin embargo, es acaso en Opuscoli di Diritto
Criminale donde se encuentra lo mejor de su obra.
 Enrique Pessina (1828-1917) Su labor aparece expuesta en Elementos de
Derecho penal, Progresos en el Derecho penal en Italia en el siglo XIX,

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Comentarios sobre el Código penal belga, Notas sobre el nuevo proyecto
del Código penal italiano, Manual del Derecho penal Italiano y su
monumental, Enciclopedia del Derecho penal Italiano editada en 1904.

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ESCUELA POSITIVA

El positivismo constituyó una tendencia agrupada bajo principios uniformes,


distintamente de los que ya se ha visto respecto de la Escuela Clásica,
LOMBROSO, FERRI Y GARÓFALO, elaboraron la doctrina positiva y sus obras
sirvieron de guía a quienes se constituyeron en discípulos.

Presupuestos filosóficos y científicos de la Escuela Positiva.

a) La moral y el Derecho: Son hechos naturales y sociales que varían en el tiempo


y en el espacio según causas que pueden reducirse a una uniformidad legal
científica.

b) El Libre arbitrio: Es una ilusión, los hechos psíquicos también están sometidos
al principio de causalidad.

c) La Criminalidad: Como todo fenómeno social, depende y varía según la


influencia de las múltiples causas que actúan en la vida de las sociedades
humanas.

d) Todo delito particular: Es siempre el producto de un triple orden de causas


antropológicas, físicas y sociales.

e) El Delincuente: Es siempre psicológicamente un defectuoso, temporaria o


permanente, es decir, que las causas psíquicas por las  cuales el delincuente
consiste en las condiciones irregulares en que se desarrollan sus hecho psíquicos.
Las consecuencias de los presupuestos enumerados fueron profundas:

a) Partiendo de la base de que es el hombre objeto esencial del derecho


sancionador, el método adoptado fue el positivo, y la consecuencia, en este orden
de cosas, la guerra despiadada al sistema deductivo, contra el que Ferri lanzó un

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anatema al grito de ¡abajo el silogismo!. El método positivo de que habla Ferri,
haciendo referencias a Spencer, es el predicado por Augusto Comte, método que
importa la adaptación a las ciencias sociales empleado en las físico naturales.

b) Así considerada la ciencia penal era lógico que interesará  más el delito como
conducta humana que como ente jurídico, y así fue, en efecto, como esta escuela
declaró que el delito es un fenómeno natural producido por el hombre en medio en
que se desarrolla y con perjuicio para la sociedad. Participando, pues, el delito de
la condición fenómeno y al medio que lo rodea.Y así llega en la evolución del
positivismo al estudio de los factores individuales y sociales del delito.

c) Al ser el hecho delictuoso el resultado de una personalidad y del medio que la


rodea, resulta inaplicable la tesis del albedrío, que debe dejar paso al
determinismo, ya que el hombre no obra por decisión de su voluntad. Llegando
Ferri a la conclusión de “El hombre es responsable de sus actos a pesar del
determinismo ya que vive en sociedad”.

d) Desde el punto de vista subjetivo, para formar la responsabilidad, Garófalo


elabora la teoría de la temibilidad, a la que define como “la perversidad constante
activa del delincuente y la cantidad de mal previsto que hay que temer por parte
del mismo delincuente”.

e) La pena tenía que cobrar un sentido diferente, no podía hablarse de atribuir ni


castigar un mal que no había de causarse, resulta lo mismo que deshacerse en
improperios contra un objeto material que ha causado un perjuicio. La palabra
pena lleva consigo la noción del castigo y repugna al positivismo, que persigue
con la sanción la resocialización del delincuente, su readaptación a la vida en
sociedad, para la cual es inadaptado.

Tres fases suelen distinguirse en la evolución y formación de esta postura


científica: la faz antropológica, identificada con Lombrosso, en la que prevalece el

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estudio del hombre y el empleo de las ciencias naturales; la faz sociológica con
predominio del estudio de las causas del delito, conforme con Ferri la Sociológia
criminal, por último, la faz jurídica con Garófalo, en la que se trata de trasladar al
campo del derecho los principio de la escuela.

 César Lombroso. (1835-1909). Pública en 1863 Medicina Legal de las


alineaciones mentales. En 1886 aparece por primera vez el tratado
antropológico experimental del hombre delincuente, obras que resume en
doscientas páginas las ideas de Lombroso sobre el tema, las ediciones
posteriores aumentaron de volumen y la índole del trabajo, cambiando
incluso es título que pasó a ser El hombre delincuente en relación a la
jurisprudencia, a la antropología y a las disciplinas carcelarias.
 Enrique Ferri (1856-1929) Uno de sus primeros trabajos fue Estudios sobre
la criminalidad en Francia entre 1825 a 1878. En 1892, publicó la Sociología
criminal, su obra básica, puede citarse también, Los delincuentes en el arte,
Principios de Derecho Criminal y Homicidio-Suicidio. El proyecto de Código
penal italiano de 1921  fué obra suya.
 Rafael Garófalo (1851-1934) Su monografía Un Criterio positivo de la
penalidad, editada en 1880, lo coloca al frente de los prosélitos de la
Escuela positiva. Otras obras de él son: Lo que debe ser un juicio penal. El
individuo y el organismo social, Algunas observaciones al Proyecto de
Código penal, Los reincidentes y la reincidencia. Su obra principal es la
Criminología, en la que abordó lo que creyó la sistematización jurídica de
las doctrinas criminológicas del positivismo. Colaboró con Ferri en el
Proyecto de Código Penal Italiano.

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LA TERCERA ESCUELA

Fue Emmanuele Carnevale quien escribió un artículo llamado “Una Tercera


Escuela de Derecho Penal en Italia, publicado en julio de 1891, presentó las bases
de esta nueva dirección. Su doctrina es desenvuelta en el Diritto Criminale (Roma
1932).

Sus rasgos fundamentales son los siguientes.


 Niega el libre arbitrio, toma la concepción del delito como un fenómeno
individual y social, le presta atención al estudio científico del hombre
delincuente y de la criminalidad.
 Rechaza el principio de la responsabilidad legal y la absorción del Derecho
penal por la Sociología Criminal.
 De la Escuela Clásica toma el principio de la responsabilidad moral,
distinguiendo entre imputables e inimputables, según sea el capaces o no
de sentir la eficacia intimidatoria de la pena, no considera al delito como un
ente jurídico ni como un acto de un ser dotado de libertad.
 La imputabilidad emana de la voluntad y de los motivos que la determinan y
tiene su base en la “dirigibilidad” del sujeto, es decir, en su actitud para
sentir la coacción psicológica, de ahí que sólo son imputables lo que sean
capaces de sentir la amenaza de la pena.
 Rechaza la doctrina de la semirresponsabilidad, las penas y las medidas de
seguridad, tienen un mismo fin, la defensa social.

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ESCUELA SOCIOLÓGICA ALEMANA

Franz Von Liszt, al pronunciar una conferencia en 1881 en la Universidad de


Marburgo, enuncia los postulados de esta nueva corriente ideológica.
Posteriormente desarrolla su pensamiento en varios trabajos y muy
particularmente en su Tratado de Derecho penal. Von Liszt sostuvo que el delito
es el resultado de causas de diversa índole, unas de carácter individual, otras de
carácter externo, físicas y sociales, primordialmente económicas.
La pena se justifica, porque mantiene el orden jurídico y como consecuencia de
ello, la seguridad social. La pena es de carácter preventivo y no sólo retributivo. La
característica esencial de esta doctrina, está dada por el rechazo de la concepción
antropológica y unilateral del delito, al par que se realza la importancia de los
factores sociales, de donde deriva su designación.

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ESCUELA POLÍTICO CRIMINAL

La Unión internacional del Derecho penal, creada en 1889 por Von Liszt, Van
Hamel y Prins, se encauza en la línea de las escuelas internacionales. Este
positivismo crítico, sustentado por la tendencia político criminal, ha logrado
imponer su criterio en un número bastante grande de códigos modernos.

Son contradictorias las posiciones en torno a esta tendencia doctrinaria. Unos,


como Rocco, la tienen por una postura científica ajena al Derecho penal, otros
como Florián y Manzini, la consideran dentro del campo del derecho, pero no
susceptibles de concretarse en fórmulas legislativas. Estas contradicciones son,
en realidad, consecuencia de un equívoco: Es necesario distinguir la política
criminal como ciencia y como Escuela. Como ciencia podemos definirla como el
estudio del conjunto de medios de lucha contra la delincuencia. Como escuela se
orienta dentro del positivismo crítico.

La Escuela político criminal hace uso de las concepciones de las dos escuelas
fundamentalmente la clásica y la positiva, tratando de poner orden en sus
postulados. Emplea el método experimental en las ciencias criminológicas, y el
lógico abstracto en el Derecho penal. Mantiene la fórmula extrajurídica de la
imputabilidad, pero acepta también la del estado peligroso para ciertas categorías
de delincuentes temibles.  Considera que el delito es tanto un fenómeno natural
como un ente jurídico, y sostiene que deben aplicarse tanto las penas como las
medidas de seguridad.

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ESCUELA CORRECCIONALISTA

No puede ser situada entre las llamadas intermedias, su posición científica, es, en
cierto modo, similar a la del positivismo y los correccionalistas aplauden muchas
de sus conquistas. La idea que la inspira nace en Alemania con Krause y con
Roeder y sus postulados adquieren precisión a través del profesor de Salamanca
Pedro Dorado Montero.

Esta orientación de base fundamentalmente sociológica, dirige su atención en


particular hacia el delincuente y la pena:

 El delito. Es una concepción artificial que responde a los intereses


perseguidos por el ordenador del derecho. Tan pronto como un pueblo ha
conseguido dominar a otro, echa mano de todos los recursos para asegurar
su dominio y aplica las más duras penas, por intermedio del poder público
que representa los propósitos del vencedor, a aquellos que ejecutan actos
tendientes a perturbar la consecución de los fines del dominio.

 El Delincuente. Es aquel individuo a quien no se le han enseñado


debidamente las nociones convencionales que crean el delito, y que por ello
demuestra ser incapaz para regir racionalmente su conducta, por lo que
necesita estar sacado del estado de inferioridad en que se halla con
relación a los demás componentes del grupo en que vive, que se llaman
honrados, de modo de poder vivir dentro del orden establecido, o sea,
“dentro del sistema de condiciones que se estimen necesarias por la ley o
por costumbre para la vida social, y la violación de las cuales es lo que se
llama delito.”

 Se afirma que el delincuente tiene derecho a la pena, la cual constituye un


tratamiento racional destinado a enseñarle aquello que no sabe y es la
causa de su incapacidad de conducta. La misión de la justicia penal es

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“completamente analógica” a la de los médicos. No es castigo lo que el
delincuente merece, sino “ciudadanos y remedios”, puesto que la misma
sociedad es la causante de su mal. La misión que el correccionalismo
reserva al Derecho penal, podría sintetizarse en el título dado a la obra
fundamental de Dorado Montero: El Derecho protector de los criminales.

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ESCUELA ECLÉCTICA

Esta escuela tiene su fundamento teórico basado en el contrato social, no es una


escuela en sí, sino la reunión de varias escuelas dentro de esta corriente. El
objetivo de la escuela Ecléctica era crear reglas y esquemas diferentes al de la
Positiva. El presupuesto operante de esta es la igualdad material y como en la
Escuela clásica, radica su responsabilidad en lo individual, pero le agrega el
concepto de situación, referente al medio físico y social. Como consecuencia de la
introducción del concepto situación en la responsabilidad individual, la escuela
ecléctica logra el castigo por razones subjetivas.

Sus representantes son Carnevali, Alimena, Impalomeni; su pensamiento se


desenvuelve en la negación de que el delito sea una elaboración de hecho como
lo predica la escuela positivista o que sea una elaboración de derecho como lo
establece la escuela clásica. Aseguran que es un fenómeno determinado por
causas sociales: "mientras la sociedad no se reforme, la causa última de las
acciones delictuosas son las condiciones sociales de los individuos".
La pena actúa como intimidación que se causa contra el sujeto. La intimidación
contra el sujeto es una forma de defensa social. Para saber si la sanción es
efectivamente intimatoria, esta teoría propone la distinción entre imputables e
inimputables, según sean o no conscientes del significado de la pena.

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LA ESCUELA TÉCNICO JURÍDICA (ITALIA)

Es la última y más cercana corriente del pensamiento jurídico, cuyo origen. 

Es la última y más cercana corriente del pensamiento jurídico, cuyo origen es


italiano, iniciándose Arturo Rocco seguido por Vicenzo Manzini, Massari,
Battaglini, Delitalia, Vannini, Pannain y Antolisei; siendo Rocco el autor del Código
Penal Italiano de 1889; depura entre otras cosas, al derecho penal de las
infiltraciones filosóficas con que los clásicos lo desvirtuaron, y de las concepciones
biosociológicas de los positivistas.

Para desarrollar su propuesta, Rocco acude a las teorías lógico-formales de Von


Liszt, Binding y Beling, también conocidas como “sistema clásico del delito”, con lo
cual quedo de manifiesto la gran influencia germana.

Parte de la base de que las normas jurídicas son debidas a un proceso de


abstracción y de generalización, que constituye un método lógico-abstracto,
absolutamente diverso del de las ciencias naturales y sociales.

El tecnicismo jurídico ha introducido principios de innegable y evidente importancia


y ha terminado con el avance de las ciencias biológicas, de la sociología y de otras
disciplinas, que conducían de manera inexorable al Derecho penal a una
malformación científica, con pérdida de su autonomía.

El método de la técnica-jurídica se dividió en tres etapas a seguir: interpretación o


exégesis; sistemática y crítica. La primera consiste en descubrir el sentido de las
proposiciones penales. En la fase sistemática se recogen los resultados de la
primera fase y se aplica el método inductivo (obtener de un conjunto de datos
particulares sus características comunes para obtener conclusiones generales)
para crear categorías de carácter conceptual (dogmas) que se ordenen
lógicamente formando un sistema de análisis; de la creación de los dogmas y de

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su sistematización se espera poder deducir consecuencias relevantes para la
aplicación de la ley (Fase deductiva).

En las primeras dos fases antes expuestas se analiza el derecho como es; en
cambio, en la fase crítica se determina si ese derecho es o no como debiera ser,
con lo cual se debe esperar hasta este momento para realizar juicios de valor
sobre el derecho vigente. Dicha separación tajante entre el conocimiento científico
del derecho positivo (primera y segunda fase) y su valoración (tercera fase) es
propia del método positivista formal, en el cual se evita a toda costa interpretar el
derecho conforme a valores.

Los principios de la Escuela Técnico Jurídica son los siguientes:


1.- Retoma el método logístico abstracto.

2.- El delito lo concibe como un ente jurídico, susceptible de engendrar una


relación jurídica entre gobernados y el Estado.

3.- Prescinde del fundamento del libre albedrío en cuanto a la imputabilidad.

4.- Mantiene la distinción entre imputables e inimputables.

5.- Admite el dualismo penal; penal y medidas de seguridad.

La exclusión total de los valores en la interpretación del derecho penal fue


criticada por Antolisei, Maggiore, Nuvolone y sobre todo Bettiol, a través de su
teoría de la “jurisprudencia de valores”. Sin embargo, los dogmáticos italianos ya
no pudieron colocarse a la vanguardia del desarrollo de la dogmática jurídico-
penal que habían hincado con Becaria; lugar que ya habían ocupado los
dogmáticos alemanes de la época.

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Ello se debe a que durante la segunda mitad del siglo XIX los autores italianos se
olvidaron del derecho penal positivo como objeto de estudio de la dogmática
jurídico penal y dedicaron sus esfuerzos a la creación de construcciones idealistas
(escuela clásica) o nuevas ciencias, como la criminología (escuela positiva), o una
mezcla de ambas (terza scuola).

Por el contrario durante la segunda mitad del siglo XIX la dogmática jurídico-penal
alemana no perdió de vista el derecho penal como su objeto de estudio y fueron
sentando las bases para un extraordinario desarrollo doctrinal que continúa hasta
nuestros días e influye claramente no sólo en los países europeos, sino en todos
los países del mundo con sistemas basados en tradición jurídica romano-
canónica-germana, como lo es el derecho penal en México.

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Conclusiones.

Como hemos observado la existencia de diversas escuelas han ayudado a


conformar nuestro derecho actual permitiendo su evolución y desarrollo a lo largo
del tiempo basándose en diversos autores como Platón que observaba  a la
solución del delito en la aplicación de la pena y Sócrates diciendo que el
ciudadano debe obedecer aun las malas leyes, los dos haciéndonos reflexionar
sobre la razón de existir del derecho y cada una de las escuelas mencionadas
anteriormente nos dejan ver la correlación entre ellas ya que cada una busca en
cierta forma  la justicia para mantenerla por parte del estado, basándose entre
ellas en ciertos puntos pero manteniendo su esencia dándole un nuevo punto de
vista con referencia a la anterior, como se observa en la escuela positiva que nos
muestra su origen en los autores de la escuela clásica o la tercera escuela con el
autor Emmanuele Carnevale quien postula esta nueva dirección en Italia
adoptando la responsabilidad moral y haciendo nuevos postulados o la ecléctica
que básicamente es una unión de todas las corrientes  sin mencionar a la escuela
técnico jurídico que quitan  infiltraciones filosóficas con que los clásicos lo
desvirtuaron, y de las concepciones biosociológicas de los positivistas como lo
hizo Arturo Rocco y retoma por ejemplo el método logístico abstracto, todo esto
permitiendo avanzar a través del tiempo para lograr los fundamentos en los que se
basa el día de hoy nuestro derecho penal.

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