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ESPECIES FORRAJERAS DISPONIBLES EN MÉXICO

Dr. Ricardo D. Améndola Massiotti


Programa de Posgrado en Producción Animal, Programa de Investigación en
Forrajes. Universidad Autónoma Chapingo

Introducción

El Congreso Internacional de la Revista del Borrego tiene como tema las alternativas
tecnológicas en pastoreo como medio para lograr una producción rentable y
sostenible, problemática muy actual debido al pronunciado aumento en los costos de
alimentación. Un tipo de alternativas de pastoreo se basa en el uso de forrajes
sembrados y es en ese marco, que se presenta una descripción de las principales
especies forrajeras disponibles para siembra en México.
El tema es excesivamente amplio para abarcarlo en una conferencia, por lo que el
objetivo principal es introducir algunos conceptos importantes para la elección de las
especies forrajeras; el más importante de ellos es que no existe “la mejor especie”,
sino una serie de especies que pueden combinarse para darnos una adecuada
solución al desafío de suministrar forraje en cantidad y calidad. El hecho de que la
alfalfa (Medicago sativa), conocida como “la reina de las forrajeras”, no se adapte a
muchas condiciones de ambiente y manejo, constituye un claro ejemplo de que no
existe “la mejor especie”.
Para presentar el tema, se describirán las características o atributos más importantes
que deben tomarse en cuenta para escoger especies forrajeras y a continuación, se
presentarán descripciones de las principales especies. Tanto la lista de especies
como la de sus características distan mucho de ser completas, por lo que se incluyen
algunas referencias que pueden contribuir en la búsqueda de las especies
adecuadas.

Características importantes de los recursos forrajeros


Las condiciones ambientales y socioeconómicas de producción son sumamente
variables, por lo que laelección de las especies forrajeras más adecuadas dependerá
del análisis de sus características frente las demandas concretas de la unidad de
producción. Para ello se deben considerar las características de adaptación,
productividad y calidad que se describen a continuación.

Adaptación a clima y suelo


La fisiografía del territorio mexicano conduce a una amplia variedad de climas en los
que la altitud ejerce un efecto dominante sobre la temperatura y la ubicación con
respecto a las cadenas montañosas (Sierra Madre Oriental y Occidental) define el
régimen de humedad (Améndola et al., 2005). En la mayoría del territorio prevalecen
condiciones secas a muy secas: áridas y semiáridas predominantemente en el norte
(47%), templado subhúmedo con 7 meses secos en el centro (23%), trópico seco en
las costas (16%) y húmedo en el sur (12%) y un bajo porcentaje del territorio con
condiciones húmedas y templadas en las sierras. En estas condiciones, la

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disponibilidad de riego define sustancialmente las posibilidades de producir forraje y
como consecuencia, las características de los sistemas de producción. Las especies
forrajeras generalmente se agrupan como de clima templado o tropical aunque
algunas se desarrollan en zonas de transición entre subtrópico y templado (Aguado-
Santacruz et al., 2004). La disponibilidad de especies para siembra adaptadas a
clima seco es mayor para condiciones tropicales; en cambio para clima templado
seco con presencia de heladas y sin disponibilidad de riego, la oferta de especies es
muy limitada; el zacate Rhodes (Chloris gayana) es una de las pocas opciones con
disponibilidad de semilla, para uso hasta altitudes de poco más de 2000 msnm. En
ocasiones la falta de adaptación a algunas condiciones climáticas no es directa sino
por efectos asociados, por ejemplo debido a su susceptibilidad a ataques de roya o
chauistle (Pfender, 2001) el zacate Orchard (Dactylis glomerata) no es buena opción
para condiciones de clima subtropical húmedo.
El clima es uno de los factores que ejerce más influencia en la formación de suelos,
por lo que los tipos predominantes han sido agrupados dentro de las regiones
climáticas (Améndola et al., 2005). En buena parte de las condiciones áridas y
semiáridas del norte predominan suelos superficiales y poco fértiles,
mayoritariamente neutros a alcalinos, usados principalmente para pastoreo
extensivo; en menor proporción se encuentran también suelos muy fértiles que bajo
condiciones de riego tienen alto potencial agrícola. A medida que aumenta la
precipitación y por ende la vegetación nativa hacia el centro y sur de México, cuando
las condiciones de pendiente lo permiten, se encuentran suelos más fértiles, con
mayores contenidos de materia orgánica. Con mayores niveles de precipitación hay
mayor lavado (lixiviación) de cationes; por eso, al avanzar hacia el sur con alta
precipitación en condiciones tropicales, se hacen frecuentes los suelos ácidos. Para
reducir costos de insumos, en lugar del empleo de mejoradores de suelos para hacer
el suelo apto para “las mejores especies”, se opta por especies adaptadas, por
ejemplo, en el caso de suelos muy ácidos e infértiles Cook et al. (2005) recomiendan
pasto Señal (Brachiaria decumbens).

Productividad
La alta productividad es una de las características más buscadas en las especies
forrajeras. Por lo general se acostumbra expresarla en kg de materia seca por
hectárea al año, a modo de ejemplo se incluye el Cuadro 1 en el que Ibarra (2005)
compara la productividad de diferentes variedades de zacate buffel. En el caso de los
ranchos que se manejan en pastoreo, la productividad se expresa en la carga animal
que soportan las praderas, tal como lo indica en la Figura 1 Améndola (2008) al
comparar praderas mixtas de alfalfa con praderas mixtas de trébol blanco (Trifolium
repens).
Distribución estacional directa o por conservación
Con excepción de los sistemas de producción más extensivos (por ejemplo el vaca-
becerro) se trata de que la disponibilidad de alimento a través del año sea
razonablemente uniforme. Sin embargo, debido a variaciones de humedad (época de
secas) y temperatura (invierno) en las distintas estaciones del año, el crecimiento de
las especies no es uniforme. Por esa razón, cuando se decide qué especies utilizar

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se debe tener en mente la necesidad de contar con forraje todo el año. A modo de
ejemplo, en la comparación entre Marandú (Bracharia brizantha) y Tanzania
(Panicum maximum) reportada por Ibarra (2005), la principal ventaja de Tanzania es
su mayor producción en otoño e invierno. En el caso de praderas de clima templado
bajo riego, por lo regular la producción se distribuye 2/3 en primavera-verano y el
tercio restante en otoño-invierno. Una de las ventajas del ballico perenne (Lolium
perenne) frente al zacate ovillo (Dactylis glomerata) es su mejor producción invernal.

Cuadro 1. Productividad (kg MS ha-1 año-1) de genotipos de zacate buffel en el


estado de Tamaulipas. Fuente : Ibarra (2005).
Genotipo kg MS ha-1 año-1
Común. 7,816
Nueces 10,460
T87A11754 13,242
Formidable 14,222

50 42
40
29
Corderos/ha

30 22 Alfalfa-Pastos
20 15 Trébol-Pastos

10

0
Primavera-Verano Otoño-Invierno

Figura 1. Carga animal de acuerdo a época del año y tipo de praderas. Fuente:
Améndola (2008).

3
10

Kg MS/ha
6 Otoño-Invierno
4 Primavera-Verano

0
Marandú Tanzania

Figura 2. Distribución estacional de la producción de forraje de Marandú y Tanzania


cosechados cada 35 días. Fuente: Ibarra (2005).

La disponibilidad de cantidades uniformes de forraje durante todo el año, puede estar


en función de la conservación de forraje. Dentro del propio rancho, el ensilaje es un
método más confiable de conservación que la henificación, porque es más
independiente de las condiciones climáticas; se conserva forraje cuando hay
excedentes para utilizarlo cuando escasea, y justamente los excedentes se
presentan en la temporada de mayor humedad, lo que dificulta la henificación. Por
esa razón, las buenas características para fabricar ensilado son un atributo
importante de las especies forrajeras, y esa es una de las grandes virtudes del maíz
como forraje.
El ensilado de maíz puede ser una buena fuente de forraje para ovinos. Si bien la
listeriosis es una preocupación cuando se alimenta con ensilados, su incidencia está
asociada con el consumo de ensilado en mal estado con pH alto entre 5.6 y 9.6, mal
prensado o demasiado húmedo (Perea et al., 2009). Bell (1997) recomienda no
suministrar la capa superior del ensilado ni ensilado con moho u otro tipo de daño,
introducir el ensilado gradualmente en la dieta y no comenzar a suministrar ensilado
a todo el rebaño simultáneamente y proveer agua limpia y abundante. De acuerdo a
este autor, el ensilado de maíz es una buena fuente de energía pero sus contenidos
de proteína y calcio son bajos (Cuadro 2), de modo que cuando constituye una
proporción importante del forraje debe suplementarse con proteína, macro y micro
minerales y vitaminas D y E. Asimismo, sugiere que se puede suministrar a razón de
3 a 4% del peso vivo a borregas adultas para mantenimiento, en tanto que como
fuente principal de forraje durante el primer mes de lactación se debería suministrar a
razón de hasta 4 kg por borrega. Para el caso del empleo de ensilado en dietas de
corderos sugiere un cuidadoso análisis económico frente a la alternativa de dieta alta
en concentrado.

Cuadro 2. Composición típica de ensilado de maíz cosechado con 35% MS y 50% de


grano. Fuente Bell (1997).

4
Mcal/kgMS
MS PC ADF NDF TDN NeM NeL NeG Ca P Mg K
35% 8.4% 25% 47% 70% 1.53 1.51 .95 .2% .22% .19% 1.1%

Calidad nutricional
El valor nutritivo es una característica esencial de los forrajes; la mejor expresión del
valor nutritivo de un forraje es el desempeño productivo de los animales que lo
consumen. Por ejemplo, Bolaños (2008) evaluó diferentes gramíneas forrajeras con
borregos bajo pastoreo en Tabasco, la mayor producción de forraje fue de
Humidícola (Brachiaria humidicola) sin embargo, dado que su valor nutritivo es bajo,
la ganancia de peso con esta especie en monocultivo (65 g d-1) fue menor que
cuando se le asoció con Insurgente (B. brizantha, 100 g d-1) o Llanero (Andropogon
gayanus, 90 g d-1), la diferencia principal radicó en el bajo consumo que los borregos
hicieron de Humidícola. Si bien el desempeño productivo es la mejor expresión del
valor nutritivo, es información que resultaría muy caro obtener; por ello en forma
regular se maneja la información de composición nutricional, considerando como
datos más frecuentes contenido de proteína cruda (PC), fibra detergente neutro
(FDN), fibra detergente ácido (FDA) y digestibilidad (DMS); tanto DMS como FDA
son valores que permiten estimar el contenido de energía metabolizable (EM) tal
como se describe en las ecuaciones 1 y 2. En algunos casos resulta de particular
importancia conocer el contenido de minerales en el forraje.
MCal EM/kg MS = 0.0382 × DMS (%) -0.191 (1)
MCal EM/kg MS = -0.0333 × FDA (%) +3.432 (2)
El contenido de proteína de las gramíneas tropicales puede resultar demasiado bajo
para muchas funciones productivas, incluso limitante para el consumo (Cuadro 3); sin
embargo, puede llegar a valores mayores si se consideran a) forrajes tiernos y
fertilizados con Nitrógeno y b) la selectividad del ganado (Cook et al., 2005). Las
gramíneas templadas suelen tener contenidos aceptables de proteína (16.5%), más
aún si se asocian con leguminosas (18.8%) (Améndola et al., 2005). Los valores de
digestibilidad de gramíneas tropicales son también por lo regular 10 a 12 % menores
que los de gramíneas templadas, cuyo valor medio es 72%. Tanto los contenidos de
proteína como la digestibilidad se reducen si los descansos son prolongados, a modo
de ejemplo se presentan en las Figuras 3 y 4 lo que ocurre en especies templadas y
tropicales.
Costos de insumos, facilidad de establecimiento, persistencia
Los costos de producción de nutrientes con distintos forrajes son diferentes. Uno de
los factores importantes es la diferencia en requerimientos de fertilización; en la
Figura 5 se observa que la presencia de una leguminosa permite eliminar la
fertilización nitrogenada con lo que se reducen sensiblemente los costos de
producción. Améndola (2007) reporta costos de nutrientes con diferentes recursos
forrajeros de clima templado, de esa información se concluye que dos factores
importantes son los costos de cosecha y la concentración de nutrientes. Las

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praderas de pastoreo presentan los menores costos de nutrientes, el heno de alfalfa
representa una buena fuente de proteína, pero la energía en ese forraje es tres
veces más cara que la de las praderas; en cambio, el ensilado de maíz es una buena
fuente de energía, pero su proteína resulta seis veces más cara que la de las
praderas.
Cuadro 2. Composición de diferentes gramíneas. Adaptado de Colectivo de autores
(2000).
Especie MS % PC % DMS % Mcal EM/ Consumo con
kgMS bovinos (% PV)
Bermuda cruza1 24-30 8.8-14.0 48-50 2.01-2.07 2.1 - 2.8
Insurgente 22 14.9 47-52 2.11 2.4 - 3.1
Mombasa, Tanzania 22-33 6.3-13.6 46-50 1.9-2.07 2.1- 3.1
Pangola 19-25 6.7-13.1 41-55 1.7-2.3 2.1 - 2.8
Estrella 25-35 6.6-13.8 45-52 1.87-2.16 1.9 - 2.6
Gramas nativas 26-35 6.6-9.0 46-53 1.9-2.2 2.0 - 2.7
KingGrass 17-23 6.4-8.5 44-55 1.82-2.31 1.3 - 2.1
Taiwán 18-23 6.5-8.1 48-56 1.98-2.33 1.3 - 2.4

30
15
25

Rendimiento t MS/ha
Proteína % de la MS

12
20

15 9

10 6

5 3

0 0
30 60 90
Días después de la siembra

Proteína Rendimiento

Figura 3. Evolución del contenido de proteína y el rendimiento de avena. Adaptado


de Tovar et al. (2000)

6
66

Digesstibilidad % de la MS
64

62

60

58

56
0 2 4 6 8
Semanas de descanso

Figura 4. Evolución de la digestibilidad de gramíneas tropicales. Adaptado de


Colectivo de autores (2000).

16
14
Trébol blanco
kg MS ha-1 año-1

12
Ballico
10
8
6
4
2
0
0 150 300 450 600
-1 -1
kg N ha año

Figura 5. Respuesta de una pradera de ballico perenne y trébol blanco a la


fertilización nitrogenada en su tercer año. Adaptado de Soto y Jahn (2005).

La facilidad de implantación, los costos de implantación y manejo, en conjunto con la


persistencia son factores que deben tomarse en cuenta. Por esta razón los forrajes
anuales resultan más caros que las praderas; por ejemplo, el costo de la energía
producida con avena y ballico anual es dos veces mayor que el de la energía
producida con praderas (Améndola, 2007). Las praderas tropicales por lo general
presentan buena persistencia, considerándose normales duraciones de siete años,
en cambio la falta de persistencia de las praderas de clima templado constituye un

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problema serio ya que por lo regular duran en buenas condiciones únicamente unos
cuatro años (Améndola et al., 2005). Por esa razón, en clima templado regularmente
se trabaja con rotaciones forrajeras que implica combinar praderas con cultivos
forrajeros anuales. Por último, la disponibilidad de semilla constituye algunas veces
la limitación más importante, tal es el caso de kikuyo (Pennisetum clandestinum);
este zacate es una muy buena opción para condiciones de templado subhúmedo,
con precipitaciones mayores a 600 mm, sin disponibilidad de riego; no obstante su
difusión se ve limitada porque ante la carencia de semilla, la implantación debe
realizarse empleando guías lo que la encarece y dificulta. En condiciones de trópico
sub-húmedo, el guaje (Leucaena leucocephala) constituye una excelente fuente de
proteína; no obstante, para su empleo con borregos debe considerarse la necesidad
de cortar, acarrear y eventualmente marchitar el forraje (Camacaro y Machado, 2005)
con el consiguiente incremento en costos de producción.
Especies utilizadas en México
Por razones de espacio la información que se maneja en esta lista es muy breve;
para ampliar información se recomiendan las páginas disponibles en línea:
The Forage Information System de la Universidad de Oregon
http://forages.oregonstate.edu/index.cfm,
El Índice de Especies Forrajeras de FAO
http://www.fao.org/ag/AGP/AGPC/doc/GBASE/mainmenu.htm,
Cook et al. (2005)
http://www.tropicalforages.info/index.htm
Améndola et al. (2005)
http://www.fao.org/WAICENT/FAOINFO/AGRICULT/AGP/AGPC/doc/Counprof/mexico/Mexico.htm

Especies de clima templado


Gramíneas perennes.
Ballico o raigrás perenne (Lolium perenne) variedades Linn, Tetraploide americano,
Barlatra, Cropper, Talbot, Nui; muy buena producción invernal, excelente calidad,
pobre persistencia, muy exigente en humedad y fertilidad del suelo, de fácil
establecimiento, se adapta a pastoreo continuo.
Zacate ovillo u Orchard (Dactylis glomerata) variedad predominante Potomac,
Baraula; muy mala producción invernal, buena calidad, buena persistencia, no se
adapta a suelos alcalinos, resiste falta de humedad, establecimiento relativamente
fácil, prefiere pastoreo rotacional, excelente opción para asociarse con alfalfa o trébol
blanco.
Alta Fescue o, Festuca (Festuca arundinacea) variedad predominante K31, Barcel,
Fawn se deben emplear variedades libres de endófito (toxicosis); buena producción
invernal, calidad mediocre, excelente persistencia, se adapta a todo tipo suelos y
resiste la sequía, establecimiento lento y difícil requiere buena cama de siembra y
buen control de malezas, se adapta a pastoreo continuo, requiere buen control del
encañe en primavera.

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Figura 6. Gramíneas perennes templadas, ballico perenne, zacate ovillo y alta
fescue. Fotos S. Reynolds (FAO, 2009),
Gramíneas anuales
Ballico o raigrás anual (Lolium multiflorum), variedades Tetraploide Beef Builder,
Gulf, Barspectra, Abundant, Hércules, Westerwold; muy buena Producción invernal y
excelente calidad, persiste varios ciclos de cosecha (pastoreo), muy exigente en
humedad y fertilidad, muy fácil establecimiento (incluso sin labranza), prefiere
pastoreo rotacional.
Avena (Avena sativa), variedades Karma, Cevamex, Chihuahua, Juchitepec,
Cuauhtemoc, Saia (A. strigosa) muy buena producción invernal, buena calidad,
persistencia, máximo dos ciclos de cosecha (corte o pastoreo), Saia puede ser más
persistente, siempre y cuando el primero se efectúe en estado vegetativo, poco
exigente en suelos, en ciclo de verano susceptible a royas (Saia es resistente),
establecimiento muy fácil, pastoreo rotativo.
Cebada (Hordeum vulgare) las variedades clásicas son Esmeralda y Cerro Prieto, sin
embargo debido a la agresividad de las aristas son poco aptas como forraje,
actualmente se trabaja con variedades imberbes (capuchonas), excelente producción
invernal, buena calidad, un solo ciclo de cosecha, muy precoz en su establecimiento
(buen forraje en menos de 50 días).
Triticale (Triticum spp x secale cereale) variedad más conocida Eronga, se han
evaluado muchos materiales nuevos. Tiene más amplia adaptación a clima y suelo
que la avena y generalmente en las evaluaciones resulta más productivo.
Maíz (Zea mays) año con año surgen nuevos materiales (híbridos y variedades), con
razonable disponibilidad de humedad y fertilidad y buena densidad de plantas (80 a
90 mil plantas/ha) rinde más de 15 toneladas de materia seca (60 ton fresco) de un
forraje rico en carbohidratos que resulta muy fácil de ensilar.
Sorgo forrajero (Sorghum bicolor x S. sudanense) hay materiales de nervadura café y
de caña más dulce (Super Sweet II, Sumore I), algunos materiales producen más de
15 ton/ha de materia seca en más de una cosecha, con porcentajes de digestibilidad
mayores a 70%, está mejor adaptado que maíz a baja disponibilidad de humedad, se
puede ensilar perfectamente aunque el producto no alcanza la calidad del ensilado
de maíz, si se proporciona fresco no debe estar tierno por los riesgos de intoxicación
por glucósidos cianogénicos.

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Sundan grass (Sorghum sudanense), la variedad más frecuente es Kikapoo, sus
tallos son más delgados que los de los sorgos híbridos, presenta menores riesgos de
intoxicación por glucósidos cianogénicos y se adapta para henificación y pastoreo.

Figura 7. Gramíneas anuales templadas, ballico anual (fotos S. Reynolds; FAO,


2009), avena y maíz forrajero (fotos R. Améndola; Améndola et al., 2005),
Leguminosas perennes
Alfalfa (Medicago sativa) vairedades Cuf 101, Valenciana o Aragon, Júpiter, San
Miguelito, aceptable producción invernal, muy buena calidad, persistencia 4 años no
se adapta suelos ácidos o mal drenaje, fácil establecimiento, pastoreo rotativo,
riesgos de timpanismo.
Trébol blanco (Trifolium repens) generalmente se comercializa con Ladino sin
especificar la variedad, muy buena producción invernal, la mejor calidad, su
persistencia varía en suelos pesados de buena humead puede durar varios años (por
ejemplo en Tulancingo), en suelos livianos con poco fósforo no es persistente, muy
fácil de establecer hasta sin labranza pero su semilla no debe quedar profunda,
acepta pastoreo continuo, riesgos de timpanismo.
Trébol rojo (Trifolium pratense), la variedad más común es Kenland, su producción
invernal es mediocre, buena calidad persistencia 2 años (muy rara vez más), menos
exigente en suelos que alfalfa y trébol blanco, de muy fácil establecimiento, es
precoz, requiere pastoreo rotativo, riesgos de timpanismo.

Figura 8. Leguminosas perennes templadas, alfalfa (foto R. Améndola; Améndola et


al., 2005), trébol blanco y trébol rojo (fotos J. Frame y J. Koivisto; FAO, 2009),

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Leguminosas anuales
Berseem (Trifolium alexandrinum) variedades, Belem, Carmel, porte erecto, muy
mala producción invernal, muy buena calidad nutricional, planta anual, no tolera
suelos ácidos, de fácil establecimiento, requiere pastoreo rotativo.
Ebo o Veza (Vicia sativa) regularmente no se menciona variedad o se le conoce
como “común”, trepadora con zarcillos, conviene asociarla con un cereal (avena o
cebada) que le sirva de tutor, muy buena producción invernal, buena calidad,
persistencia de 1 a 2 ciclos de cosecha, poco exigente en calidad del suelo, muy fácil
de establecer incluso sin labranza, pastoreo rotativo.

Figura 9. Leguminosas anuales templadas, berseem y veza (fotos South Australian


Research and Development Institute, GPO Box 397, Adelaide, SA 5001, Australia
incluidas en FAO, 2009).

Especies tropicales
Leguminosas tropicales
Guaje (Leucaena leucocephala), árbol que se puede manejar con hábito arbustivo,
se adapta a suelos livianos con pH mayor a 5.5, tolera alcalinidad, no tolera mal
drenaje, adaptada a precipitación entre 650-1,500 mm con hasta 7 meses de seca;
las heladas queman las hojas pero no matan la planta, muy lenta en establecimiento
en los primeros dos meses se requiere muy buen control de malezas, algunas veces
se debe escarificar la semilla, muy alto valor nutritivo y fácil de manejar en bancos de
proteína, requiere pastoreo rotacional.
Arachis o cacahuate forrajero (Arachis pintoi), hierba perenne estolonífera, crece en
trópico y subtrópico húmedo (1,500-2,000 mm y período seco no mayor a 4 meses)
en altitudes de hasta 1400 msnm, en asociación con gramíneas forma praderas
permanentes de buena persistencia, adaptada a pastoreo intensivo, amplia
adaptación a suelos ácidos (pH 4.5-7.2) y poco fértiles con períodos de inundación,
baja tolerancia a la salinidad.
Conchita azul o Clitoria (Clitoria ternatea), hierba perenne de vida corta, para que
persista debe manejársele como banco de proteína, se adapta muy bien a suelos
pesados alcalinos, acepta pH entre 4.5 y 8.7, su mejor producción es con
precipitaciones entre 700-1,500mm con secas de hasta 6 meses, no soporta

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inundación, crece con temperaturas medias diarias superiores a 15°C y soporta
heladas leves, requiere pastoreo rotativo y debe evitarse pisoteo severo, su mejor
desempeño es con períodos de descanso de 8 semanas y forraje residual de 10 cm.
Kudzu (Pueraria phaseoloides) vigorosa leguminosa trepadora con raíz pivotante, no
soporta suelos pesados, puede crecer en suelos ácidos (pH 3.5-5.5), no tolera la
salinidad, requiere precipitación mayor a 1000-1500 mm con temporada seca de
hasta 4-5 meses, tolera anegamientos, su temperatura mínima es 15°C con muy baja
tolerancia a heladas, crece en altitudes de hasta 1600 msnm, no soporta pastoreo
demasiado intenso.

Figura 10. Leguminosas tropicales, leucaena (foto C. Marcof), cacahuate forrajero y


clitoria (fotos S. Reynolds y H. M Shelton; incluidas en FAO, 2009).

Gramíneas tropicales perennes


Buffel (Cenchrus ciliaris) variedades Común o Americano, Nueces, Formidable,
Biloela, amacollada con hábitos variando desde muy erecta hasta ligeramente
decumbente, se adapta mejor a suelos livianos y de texturas medias, medianamente
exigente en fertilidad, prefiere suelos neutros a alcalinos (requiere pH mayor a 5.5)
con tolerancia media a la salinidad, es la especie mejor adaptada a condiciones
secas que prevalece con precipitaciones entre 300 y 700 mm, no soporta
inundaciones, se le ha encontrado en altitudes hasta 2500 msnm, su distribución es
amplia en áreas con temperaturas medias anuales entre 12 y 28°C, muy lento en el
establecimiento puede llegar a requerir de 4 meses hasta un año entre siembra y
primer pastoreo, muy tolerante al pastoreo se le debe dar descansos máximos de 8
semanas (por la pérdida de calidad) y dejar el forraje residual con 7 cm de altura,
recientemente ha sufrido severos ataques de mosca pinta.
Rhodes (Chloris gayana) variedades Bell, Callide, Pioneer, amacollada regularmente
estolonífera, prolifera en diferentes tipos de suelos, salvo en los muy pesados, muy
tolerante a suelos salinos, alcalinos y sódicos, no se adapta bien a suelos ácidos
(prefiere pH mayor a 5.5), se siembra regularmente en áreas con precipitación entre
500 y 1200 mm y período seco mayor a 6 meses, prospera en altitudes de hasta
2000 msnm, en México se adapta bien a condiciones de mayor altitud con clima
templado seco, con amplia adaptación a temperaturas medias anuales entre 16.5 y
26 °C sus virtudes son su amplia adaptación, facilidad de establecimiento, buen valor
nutritivo en estado vegetativo, tolerancia al pastoreo severo, pocas plagas o
enfermedades, buena autosiembra con semilla propia.

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Llanero (Andropogon gayanus) forma macollos altos de hasta 1 m de diámetro,
adaptado a suelos desde alcalinos a fuertemente ácidos, puede soportar
anegamientos de corto plazo, su mejor adaptación es a niveles de precipitación
mayores a 750 mm y estación seca entre 3 y 7 meses, soporta pastoreo intenso con
buen rebrote a los 30 días, se adapta tanto a pastoreo continuo como rotacional con
35 días de descanso en lluvias y 42 en secas, se deben dejar residuales de por lo
menos 25 cm de altura, cuando madura su calidad nutricional es muy baja, muy
resistente a la mosca pinta.

Figura 11. Gramíneas tropicales adaptadas a condiciones secas buffel, rhodes (fotos
S. Reynolds; FAO, 2009) y llanero (foto H. M. Shelton; FAO, 2009)

Estrella (Cynodon nlemfuensis, Cynodon plectostachyus ) Cook et al. (2005) indican


que debido a la similitud entre especies ha existido confusión en la identificación, y
probablemente todos los especímenes identificados como plectostachyus antes de
1970 hayan sido nlemfuensis, estos autores optan por manejar en forma conjunta
ambas especies, estolonífera robusta con raíces profundas, las diferencias
morfológicas entre variedades van de tallos de 40 cm de altura y 1-1.5 mm de
diámetro con láminas de 2 a 5 mm de ancho, hasta tallos de 90 cm de altura y 2.3
mm de diámetro con láminas de 5 a 6 mm de ancho, amplia adaptación a diferentes
condiciones de suelo con pH entre 4.5 y 8 y de precipitación (usualmente entre 500 y
1,500 mm), muy resistente a la sequía no tolera mal drenaje, se le encuentra hasta
2300 msnm con óptimo térmico en zonas de temperatura media anual entre 20 y
27°C, tolera pastoreo muy intenso, se recomiendan períodos de descanso no
mayores a 4-5 semanas y forraje residual de 15-25 cm de altura, rotaciones con
menores descansos permiten mejores ganancias individuales, una de sus
desventajas es que debe propagarse con guías (produce cantidades mínimas de
semilla), no tiene mayores problemas sanitarios salvo ataques de mosca pinta, sus
principales virtudes son el rápido establecimiento y la buena persistencia, algunas
líneas pueden producir cianhídrico.
Bermuda (Cynodon dactylon) estolonífero con rizomas, variedades Tifton 68, Tifton
78, Tifton 85, NK37 o Gigante, Cruza1, Callie, prolifera en diferentes tipos de suelos
pero para buen desempeño requiere suelos fértiles, bien drenados y con pH mayor a
5.5, generalmente ocurre en áreas con precipitación entre 625 y 1750 mm, tolera
hasta 7 meses de sequía y algunas semanas de inundación, muy amplia adaptación

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térmica, crece desde el nivel del mar hasta 4000 msnm en áreas cuyas temperaturas
medias anuales varían entre 6 y 28°C. pero con óptimos de 24°C, se propaga por
guías o semilla, requiere fertilización y buen manejo de pastoreo con descansos no
muy prolongados (4 semanas) para mantener calidad y forraje residual de 5 a 10 cm
de alto.

Figura 12. Gramíneas tropicales adaptadas a condiciones subhúmedas a húmedas


guinea e insurgente (fotos S. Reynolds; FAO, 2009)
Guineas (Panicum maximum) variedades actuales Tanzania y Mombasa, puede
formar macollos grandes y alcanzar alturas mayores a 1.5 m aunque se puede
manejar más corto para mantener calidad y praderas más cerradas, se le puede usar
para pastoreo, ensilaje o henificación, prefiere suelos bien drenados y fértiles, tolera
acidez pero no tolera anegamiento o salinidad, prefiere precipitaciones mayores a
1000 mm y secas no mayores a 5 meses, ocurre en altitudes hasta 2000 msnm, no
soporta pastoreos frecuentes y rasantes, se deben dejar descansos de 4 semanas y
residuales mayores a 30 cm, sus virtudes son la alta proporción de hoja, alta
productividad y calidad y la diversidad de usos, sus desventajas los requerimientos
de fertilidad y falta de tolerancia al sobrepastoreo, el porte y la productividad de
Mombasa (90-100 cm de altura a entrada de pastoreo) son mayores que los de
Tanzania, (70-75 cm de altura a entrada de pastoreo) tiene también mayor tolerancia
a suelos ácidos y produce mejor ensilado, aunque la resistencia de Tanzania al
salivazo es mayor y es algo más fácil de manejar con 25-30 cm de residual, frente a
30-40 cm de Mombasa.
Brachiaria brizantha variedades Insurgente, Marandú,Toledo, forma praderas más
bien abiertas con tallos semierectos a decumbentes, de 60 150 cm de altura, hojas
planas de verde brillante de hasta 2 cm de ancho por 100 cm de largo, se le emplea
para praderas de pastoreo, para corte y acarreo y para conservación, con amplia
adaptación a suelos con pH entre 4 y 8, alto Al, de fértiles a muy poco fértiles, con
buen drenaje, menos adaptada a infertilidad y acidez que B decumbens, su mejor
desempeño es con precipitaciones entre 1500 y 3500 mm pero puede crecer con
precipitaciones de 1000 mm y secas de hasta 6 meses, Toledo soporta algo de
inundación pero Marandú no, típica especie tropical crece hasta los 2000 msnm pero
sólo soporta heladas leves, sus virtudes son la resistencia a la mosca pinta, la
persistencia bajo pastoreo, adaptación a manejo de corte, en tanto que la
desventajas son su tendencia a ser dominante formando praderas monoespecíficas y
las posibilidades de causar fotosensibilidad particularmente en borregos y cabras.

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Brachiaria híbridos, Mulato (B. brizantha x B. ruziziensis). y Mulato II (B. ruziziensis x
B. decumbens x B. brizantha), casi toda la información es de Mulato, se le usa para
pastoreo o corte, requiere suelos bien drenados con pH entre 4.5 y 8, puede crecer
en suelos poco fértiles pero responde muy bien a la fertilización, adaptado a
precipitación entre 1000 y 3500 mm con buena producción durante la temporada
seca, se le ha sembrado en los trópicos en altitudes hasta 1800 msnm, presenta
resistencia parcial al salivazo, cubre rápidamente el suelo a partir del enraizamiento
de nudos de los tallos decumbentes, se asocia bien con Arachis pintoi, tiene
excelente valor nutritivo con 13.1% PC y 70% DMS en rebrotes de 90 días, muy
palatable puede causar fotosensibilidad, se han reportado ganacias de 900 g diarios
en toretes, sus virtudes son alta productividad y calidad y resistencia relativa al
salivazo, sin embargo requiere mayor fertilidad que Insurgente.
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