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ALIMENTACIÓN DE VACAS LECHERAS BAJO CONDICIONES DE

ESTABULACIÓN

Fernando Klein R.

INTRODUCCIÓN

Las condiciones climáticas adversas durante el invierno, y a la vez mayor


intensificación de la producción de leche en el sur de Chile, exigen en muchos predios que
las vacas lecheras sean manejadas bajo condiciones de estabulación.

Algunos productores han optado incluso por mantener las vacas en producción
confinadas durante el año completo, con el objetivo de reducir las fluctuaciones o pérdidas
de producción originadas por la alta variabilidad de la disponibilidad y calidad de las
praderas. Los sistemas de producción totalmente estabulados y bien manejados, tienen por
lo general una producción de leche individual y por hectárea mayor que en sistemas de
pastoreo. Sin embargo, los costos de producción por litro de leche son mayores que en los
sistemas semiestabulados o a pastoreo, lo que los hace más vulnerables a fluctuaciones de
precio tanto de la leche como de los concentrados y otros suplementos extraprediales.
Por lo tanto, el sistema más adecuado debe ser evaluado para cada predio en particular. La
decisión final dependerá del tipo de animal, capacidad empresarial, disponibilidad de
capital, ubicación y tipo de suelo, entre otros.

FACTORES NO NUTRICIONALES QUE AFECTAN LA PRODUCTIVIDAD DE SISTEMAS


ESTABULADOS

a) Condiciones de estabulación y ambiente

El confort de la vaca es muy importante para mantener altos consumos de materia


seca. Manejar adecuadamente el ambiente en que se encuentran las vacas, tiene un efecto
directo sobre la salud, reproducción y producción de leche y puede afectar
significativamente la rentabilidad del sistema productivo.

Con clima muy frío y húmedo es importante mejorar la ventilación y circulación de


aire.
Con temperaturas muy altas, el uso de ventiladores y duchas disminuye el estrés de
las vacas lecheras incrementando el consumo de materia seca y por ende la producción de
leche.

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El diseño del establo puede influenciar el que las vacas quieran o no descansar y
rumiar en los boxes; si la vaca pasa mucho tiempo parada tendrá un mayor riesgo de
desarrollar problemas podales, lo que afectará negativamente el consumo y producción de
leche.

Por otro lado, mientras la vaca está parada, la circulación de sangre a través de la
glándula mamaria, disminuye en un 50%. Considerando que deben pasar 500 L. de sangre
por la glándula mamaria para que se produzca 1L. de leche, este factor puede estar
afectando la producción de leche.

b) Capacidad genética de las vacas

Para los sistemas estabulados intensivos es necesario contar con una vaca de elevado
mérito genético con buena producción de sólidos.

Además son de gran importancia las características que favorecen la longevidad del
animal, como son ubres y pezuñas. Vacas de mayor mérito genético, aseguran en sistemas
de producción sin limitaciones en la disponibilidad de forrajes, una mayor producción de
leche independiente del nivel de concentrado suministrado (Cuadro 1).

Cuadro 1.- Producción de leche de vacas de mérito genético promedio y alto con niveles de
concentrado altos (45% de la m.s) o bajos (20% de la m.s.) durante 38 semanas de
lactancia.

NIVEL DE CONCENTRADO
Mérito genético Alto Bajo Alto Bajo
Prod. Leche (/kg) 7.032 6.164 6.030 5.309
Grasa (%) 4,25 4,48 4,62 4,51
Proteína (%) 3,04 3,15 3,04 3,13
Consumo m.s (kg) 4.645 4.408 4.065 4.010
Eficiencia (MJ leche/MJEM) 0,39 0,37 0,41 0,37

Fuente : Oldham e tal 1992.

Por otro lado, vacas de mayor potencial genético utilizan los nutrientes para
producción mucho más eficientemente. Mientras una vaca con producción de 3.000 L. de
leche por lactancia destina un 58 % de la energía metabolizable consumida a mantención,
una que produce de 9.000 L. de leche por lactancia destina sólo el 32,1 % para el mismo
propósito (Figura 1).

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Figura 1 : Requerimientos relativos para mantención y producción de leche y por litro de
leche en vacas de diferente potencial productivo.

Fuente: Adaptado en Kirchgessner (1981)

c) Adecuado manejo, motivación y capacitación del personal

El propósito de este trabajo no es entrar en detalles en este punto, si no sólo llamar la


atención al respecto, debido a la gran importancia que tiene para asegurar el éxito del
empresario lechero.

MANEJO DE ALIMENTACIÓN EN VACAS ESTABULADAS

La nutrición es uno de los factores más importantes en determinar la producción de


leche, no obstante, alimentar las vacas como si fueran altas productoras no garantiza que
realmente lo serán.

Hay muchos otros factores que pueden limitar la producción de leche como son:
etapa de lactancia, condición de las vacas, calidad del forraje, incidencia de mastitis, tamaño
y condición de las vaquillas de primer parto, composición genética del rebaño,
comportamiento reproductivo y manejo de la alimentación programada.

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Una vez controlados todos estos factores, la nutrición orientada a una alta
producción de leche generalmente será la más rentable.

a) Factores importantes para tener éxito en la formulación de raciones de vacas


lecheras en confinamiento.

1.- Contar con los antecedentes productivos de las vacas.

Es necesario disponer de la información de producción y composición láctea


obtenida a través de al menos un control individual en el mes.

Estos datos de producción, además de la información reproductiva, idealmente deben


manejarse en un programa computacional que permita obtener conclusiones.

2.- Análisis de composición nutricional de los alimentos.

Es fundamental conocer la composición nutricional de todos los alimentos que se


están suministrando a las vacas. La primera prioridad en este sentido la tienen los forrajes,
los que tienen una alta variabilidad intra y entre predios.

3.- Manejo adecuado de los alimentos.

La ración formulada debe corresponder a la que realmente se está ofreciendo y en


definitiva están consumiendo las vacas.

Además, los ingredientes de la ración deben manejarse correctamente para evitar la


pérdida de los beneficios para las vacas de un determinado alimento por ejemplo. un ensilaje
excesivamente picado y muy húmedo disminuye su efecto como aportador de fibra efectiva,
lo cual afecta negativamente el funcionamiento ruminal.

4.- Estimación de consumo.

Para esto debe conocerse lo que se está ofreciendo y el sobrante; este último debe
representar entre el 2 y 5% de la materia seca total ofrecida, de manera que las vacas
dispongan de alimento en el comedero durante todo el día.

La única forma de obtener esta información en forma exacta en condiciones prácticas


es a través de un carro con balanza incorporada (RTM= ración totalmente mezclada).

En un sistema de alimentación convencional, con suerte se puede lograr sólo una


aproximación.

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5.-Agrupación adecuada del ganado.

La alimentación grupal de forrajes y concentrados frecuentemente causa problemas


en satisfacer los requerimientos individuales de las vacas. Cada vaca tiene requerimientos
específicos a su producción de leche, tamaño corporal, edad, estado de lactancia y otros
factores. Debido a desbalances en las raciones, comportamiento social, disponibilidad de
alimentos, espacio de comedero y muchas otras razones, es difícil que las vacas satisfagan
sus requerimientos en forma exacta. Este problema puede ser solucionado en parte
dividiendo el rebaño en grupos con requerimientos nutricionales similares. La práctica de
dividir las vacas de acuerdo a estado de lactancia y producción de leche, (considerando
condición corporal), funciona con éxito en la mayoría de los casos.

Normalmente las vacas que no han sido confirmadas como preñadas, permanecen en
un grupo. Esto facilita la detección de celos y la posterior inseminación. Este grupo por lo
general incluye todas las vacas hasta los 100 a 200 días de lactancia.

Las vacas con más de 100 a 200 días de lactancia pueden agruparse en uno o dos
grupos más de acuerdo a su producción, tratando que las diferencias entre grupos no sean
mayores a 15%. (con RTM se aceptan diferencias de 9-12 L. entre vacas de un mismo
grupo).

En las lecherías de mayor tamaño y que cuentan con las instalaciones necesarias, se
justifica además otro grupo, en que se separan las vaquillas de primer parto de las vacas de
dos o más lactancias.

Existen investigaciones que señalan con claridad, que vaquillas de primer parto
manejadas separadas de las vacas consumen más m.s., comen con mayor frecuencia,
(invierten 10-15 % más de tiempo comiendo), producen más leche y pasan más tiempo en
reposo. (Cuadro 2).

Cuadro 2.- Efecto del manejo separado de vaquillas sobre la producción de leche.

Vaquillas con vacas Vaquillas Vacas


Vaquillas Vacas Solas Solas
Peso inicial (kg) 495 580 491 575
Peso final (kg) 471 614 475 605
Variación peso (kg) -0,20 0,30 -0,13 0,37
Prod. De leche (L/d) 19,3 25,4 22,7 26,3

Fuente : Bonilla y Jahn, 1991.

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Adicionalmente logran un balance energético positivo más tempranamente con
menores pérdidas de peso y un mejor comportamiento reproductivo.

A estos grupos debe agregarse la división de las vacas secas en dos grupos, un grupo
entre los 60 y 20 días pre parto y otro desde los 20 días pre parto hasta el parto.

6.- Evitar los cambios bruscos de ingredientes.

Cuando sea inevitable realizar cambios de algún suplemento o forraje es necesario


dar un período de adaptación a las vacas de por lo menos una semana días. De esta manera
los microorganismos ruminales pueden ajustarse al nuevo componente de la ración, sin que
por ello disminuya la producción de leche.

b) Importancia de la calidad del forraje.

Uno de los factores de mayor importancia en asegurar el éxito de un sistema de


producción de leche sin duda lo constituye la capacidad de producción de forrajes tanto en
cantidad como en calidad. El tipo y calidad del forraje pueden marcar frecuentemente la
diferencia entre ganancia y pérdida en los programas de alimentación del ganado lechero;
además es una de las variables sobre la cual el productor puede ejercer un máximo control.

En el sur de Chile, el principal recurso forrajero es la pradera permanente compuesta


por gramíneas (ballicas, ovillo, bromo), leguminosas (trébol blanco) y una proporción
variable de malezas.

Para condiciones de confinamiento, el ensilaje de pradera constituye entonces el


principal forraje. Este ensilaje se obtiene de los excedentes de pasto producidos durante la
primavera.

En el último tiempo existe una preocupación cada vez mayor por parte de los
productores en obtener ensilajes de alta calidad, a través de una cosecha en estados
fenológicos más tempranos. En este sentido, tecnologías tales como el uso de aditivos y el
premarchitamiento, están adquiriendo una importancia creciente

El efecto de la calidad del ensilaje de pradera sobre la producción de leche se puede


deducir claramente de los resultados de un ensayo realizado en el CRI-Remehue (Osorno)
señalados en el Cuadro 3.

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Cuadro 3.- Consumo y producción de leche con ensilajes de pradera de diferente calidad.

CALIDAD DEL ENSILAJE


BAJA MEDIA
1 2 3 4
Consumo m.s. (kg/d)
Concentrado 3, 0 6,4 3, 0 6, 4
Ensilaje 10, 3 9,0 11, 2 1, 0
Producción Leche (L/d) 16, 5 18,9 18, 7 2,1 9
1
Fuente : Klein et al 1994.

La producción en leche con un ensilaje de baja calidad y 6,4 kg. de concentrado fue
igual que al proporcionar un mejor ensilaje con sólo 3,0 kg. de concentrado; comparando los
dos ensilajes con 6,4 kg. de concentrado, la producción de leche aumentó en 16% con el
ensilaje de calidad media.

Otro recurso forrajero utilizado en una parte importante de los sistemas intensivos
de producción, es el maíz para ensilaje. Un factor determinante en la calidad del ensilaje de
maíz es el estado de madurez a la cosecha . El punto óptimo ocurre cuando la línea de leche
se encuentra entre 1/3 y 1/2 del grano (27 a 32% m.s.).

Este forraje de alto valor energético se complementa en excelente forma con el


ensilaje de pradera, permitiendo aumentar la producción de leche, especialmente cuando el
ensilaje de pradera es de calidad regular a baja. (Cuadro 4).

Cuadro 4 - Consumo y producción de leche de vacas alimentadas con ensilajes de maíz y/o
ensilaje de pradera con diferentes niveles de concentrado.

Ensilaje Concentrado kg/d Prod.leche kg/d Grasa % Cambio peso kg/d


Pradera 9 25,0 3,51 +0,20
Pradera / maíz * 6 23,7 3,66 +0,12
Pradera 6 19,9 3,81 -0,07
Pradera / maíz * 3 20,9 3,82 +0,01
Pradera 3 16,7 3,74 -0,40

Fuente: Phipps et al 1988.


*: Mezcla en proporción de 2 :1 (ensilaje maíz : ensilaje pradera).

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Otros forrajes con los cuales se pueden lograr excelentes aportes nutricionales son
las ballicas de rotación corta y alfalfa, al proporcionarlos como soiling o ensilaje.

c) El sistema de alimentación RTM (ración totalmente mezclada)

Es sin duda el mejor método para alimentar vacas lecheras de alta producción.
Conservadoramente el uso de RTM da por resultado un incremento de 1L a 2 L de leche
por día. Esto varía dependiendo del programa de alimentación anterior y obviamente del
nuevo programa RTM.

Una RTM consiste en la mezcla de todos los alimentos ofrecidos a las vacas, los que
deben ser mezclados homogéneamente por un carro mezclador con balanza incorporada. La
necesidad de contar con un buen mezclador que permita suministrar una RTM constante
puede ser ilustrada por una situación encontrada normalmente en lecherías estabuladas, en
que existen tres tipos diferentes de raciones (McCullough, 1994).

Ración 1 : La ración en el papel. En la mayoría de los casos es la ración obtenida a través de


un programa computacional, no obstante esto, no garantiza de que sea una ración correcta.

Algunas preguntas que deben responderse antes de aceptar que la ración es


adecuada son :

¿La composición nutricional de los alimentos considerados corresponde a la que está


suministrando ?

¿La ración fue balanceada para las vacas que se están alimentando actualmente ?

¿Que requerimientos nutricionales se han considerado ?

¿Se considera realizar pequeños ajustes una vez que la ración se está suministrando ?

Ración 2 : La ración que es suministrada a las vacas.

Esta debe ser idéntica a la ración 1.

A no ser que todos los ingredientes sean pesados exactamente y se determine el contenido
de materia seca, la ración 2 será muy diferente a la ración 1.

Ración 3 : La ración que la vaca consume. El objetivo es que ésta sea igual a la ración 1.

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En la situación de los sistemas con vacas en confinamiento en el sur de Chile, el
sistema de alimentación tradicionalmente ha consistido en el suministro de forrajes y
concentrados en forma separada.

Este sistema es sin duda vulnerable a errores de manejo. Por un lado no se conoce en
forma exacta la cantidad de forraje que se está suministrando y por otra parte, la posibilidad
de que algunas vacas consuman cantidades significativamente mayores de concentrado que
otras, es cierta. Adicionalmente, errores en el orden de suministro de forrajes y
concentrados se cometen con facilidad. Todo esto dispone a una serie de problemas
gatillados por una acidosis subaguda a nivel ruminal, provocada por el excesivo consumo de
concentrados en breve tiempo y/o errores en el suministro.

En resumen, en sistemas de alimentación en que el forraje y concentrado son


aportados separadamente, la posibilidad de que la ración 1 sea igual a la ración 3 es
prácticamente nula.

Por otra parte, el sistema de RTM bien manejado, además de solucionar este
problema, tiene una serie de ventajas entre las que se pueden señalar :

• En raciones bien mezcladas se elimina la capacidad de selección de alimentos por parte de


las vacas ; cada mordisco es una mezcla uniforme de la ración programada.

• El rebaño maximiza el consumo de materia seca lo que incrementa la producción de


leche.

• Se reduce, o prácticamente se eliminan los problemas digestivos, especialmente a inicios


de lactancia.

• La fermentación uniforme en el rumen que resulta del consumo más frecuente de


alimentos mezclados uniformemente maximiza la utilización de la energía y proteína y
mejora el porcentaje de grasa y proteína.

• En lecherías bien organizadas, el uso de carros mezcladores reduce el tiempo y mano de


obra necesarios para alimentar las vacas. El proceso completo de alimentación puede
mecanizarse.

En los sistemas de producción con RTM, la alternativa de suministrar una misma


ración para todas las vacas es atractiva debido a la simplificación en el manejo.

Según McCullough (1986), la posibilidad de utilizar una sola ración dependerá del
nivel de producción de leche de un rebaño determinado.

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En planteles lecheros que se encuentran entre 5.500 y 7.300 L. es importante dividir
las vacas en 3 grupos de producción alta, media y baja.

Entre 7.300 y 9.000 L. dos raciones funcionan muy bien, mientras que con más de
9.000 L. se necesita sólo una ración.

Suministrar una ración en rebaños de producciones más bajas puede significar que :

• Una parte de las vacas consumirán nutrientes por sobre sus requerimientos y engordarán
a término de lactancia desarrollando el "síndrome de la vaca engrasada". Esto trae un
fuerte aumento en el riesgo de sufrir más de alguna enfermedad metabólica.

• Los costos de alimentación aumentan respecto a la división de las vacas en dos o más
grupos.

• Se elimina la posibilidad de usar forrajes de mejor calidad en los grupos de baja


producción.

Debido a estas razones, en la zona sur en la mayoría de los planteles lecheros es


recomendable el manejo de las vacas en dos ó más grupos de alimentación. Sin embargo, lo
que debe tenerse muy presente es que un mal manejo en el cambio de grupo de las vacas
puede significar pérdidas en producción de 500 L. o más por lactancia.

Por esto, el cambio de grupo debe hacerse en forma extremadamente cuidadosa.

En resumen, deben considerarse: diferencias de producción entre un grupo y otro,


diferencias en la concentración nutricional de las diferentes raciones, manejo animal y
condición corporal, etapa reproductiva y disponibilidad de comedero.

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LITERATURA CITADA

BONILLA, W. y JAHN, E. 1991. Manejo de vaquillas de primer parto con parición de


otoño. Informe Técnico Programa Bovinos de Leche, E.Exp. Quilamapu ; INIA,
63 -67.

KIRCHGESSNER, M.1981 Tierernahrung. 5. Auflage, DLG-Verlag, Frankfurt, 488 p.

JOFRE y KLEIN, F. y LANUZA ,F. 1994. Calidad del ensilaje de pradera y nivel de
concentrado en producción de leche. XIX Reunión Anual Sociedad Chilena de
Producción Animal, 73-74.

MAC-CULLOUG, M. 1986. Feeding dairy cows. Hoards Dairyman, 80 p. MAC-

CULLOUG, M. 1994. Total mixed rations and supercows. Hoards Dairyman. 63 p.

OLDHAM, J.D., SIMM, G. and MARSDEN, S.1992. Nutrition - genotype interactions in


dairy cattle. Recent Advances in Animal Nutrition 93-113.

PHIPPS, R.H.; WELLER, R.F.; ELLIOT, R.J. AND SUTTON, J.D. 1988. The effect of
level and type of concentrade and type of conserved forage on dry matter intake
and milk production of lactating dairy cows. J. Agric. Sc. Camb. 111, 179 - 186.

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