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Las propiedades coligativas

En química, las propiedades coligativas de las soluciones son aquellas que dependen sólo
de la cantidad de partículas de soluto que están presentes en la solución y no de la
naturaleza o tipo de soluto.

Propiedades coligativas más comunes:

Descenso de la Presión de Vapor


La presión de vapor se puede definir como la fuerza ejercida por el equilibrio dinámico,
que se forma entre los átomos o moléculas de un compuesto que entran en estado
gaseoso y, vuelven a su estado original (líquido o sólido) a una determinada
temperatura.
Un disolvente puro tiene una presión de vapor concreta, sin embargo, al añadirle un
soluto, esta presión desciende. La razón de este fenómeno es simple; el disolvente puro
tiene un determinado área de intercambio de moléculas gaseosas y líquidas, con la
atmósfera y este área está formado solamente por moléculas del disolvente. En cambio,
cuando hay un soluto disuelto en este disolvente, lo encontraremos por todo su
volumen, incluido el área en contacto con la atmósfera, lo cual hará que menos
partículas del disolvente estén expuestas a la zona de formación de vapor. Esto
provocará que menos partículas entren en estado gaseoso parcial que colabora en la
presión de vapor. Pero la presencia de soluto no dificulta el retorno al estado original de
las moléculas en estado gaseoso, por tanto, cuanto más soluto haya en la disolución,
menos exposición del disolvente a la atmósfera, experimentando una reducción de su
presión de vapor a medida que aumente la concentración del soluto. La fórmula que
representa este fenómeno es:

DP = Pd • Xs

Donde DP es la disminución de la presión de vapor, Pd es la presión del disolvente puro


y Xs es la fracción molar del soluto.
En el caso de que el soluto sea un electrolito, nos encontramos con que la propiedad se
ve
incrementada debido a que los electrolito se disocian formando dos iones y, por tanto,
ocupan
más espacio que podrían ocupar moléculas de disolvente en contacto con la atmósfera.
Esta
corrección de la propiedad se conoce como factor de Van’t Hoff y se representa con una
i.

DP = Pd • Xs • i
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Descenso del punto de congelación

Si se disuelve un soluto no volátil en un líquido (solvente), se observa experimentalmente un


Descenso en el punto de congelación.


Por lo cual, podemos decir, que las
soluciones congelan a temperaturas
inferiores a las del solvente puro


Este hecho es una consecuencia de la
disminución de la presión de vapor
ocasionado por dicho soluto


Esto se explica mediante el hecho que
en el punto de congelación de la
solución la presión de vapor del sólido
debe ser igual a la presión de vapor del
líquido con el que está en equilibrio


Pero como la solución a bajado su presión
de vapor (con respecto al líquido puro) el
sólido deberá formarse a una temperatura
inferior

La diferencia entre los puntos de congelación del solvente puro y la solución se


designa por
∆Tc y se conoce con el nombre de DESCENSO DEL PUNTO DE
CONGELACIÓN o
DESCENSO CRIOSCÓPICO.

Se ha podido demostrar que el descenso del punto de congelación es


proporcional a la concentración molal del soluto.

Este fenómeno queda establecido por las siguientes ecuaciones:

∆Tc = T°c - Tc Ecuación 1

∆Tc = Kc m Ecuación 2
Donde:

∆Tc = Descenso del punto de congelación


Tc = Temperatura de congelación de la solución.
Tºc = Temperatura de congelación del solvente puro.
Kc = Constante molal del descenso del punto de congelación.
m = molalidad.

Aumento del punto de ebullición


Al agregar moléculas o iones a un solvente puro, la temperatura en el que este entra en
ebullición es más alto. Por ejemplo, el agua pura a presión atmosférica hierve a 100°C,
pero si se disuelve algo en ella el punto de ebullición sube algunos grados centígrados.
Ecuación: ΔTb = Kb • m
m es mol/kg
ΔTb es el aumento del punto de ebullición y es igual a T - Tb, donde T es el
punto de ebullición de la solución y Tb es el punto de ebullición del solvente
puro.
Kb, es una constante de ebullición del solvente. Su valor, cuando el solvente es
agua es 0,52 ºC/m
Ya hemos visto que la presión de vapor de un líquido aumenta al aumentar la temperatura y
que el líquido hierve cuando su presión de vapor iguala a la presión externa o atmosférica
que se ejerce sobre su superficie.

Debido a que los solutos


No volátiles disminuyen la
presión de vapor de la
solución, se requiere una
temperatura más elevada
para que la solución hierva.


Las soluciones de solutos no
volátiles, presentan puntos de
ebullición superiores a los
puntos de ebullición de los
solventes puros.


Mientras más
concentradas sean las
soluciones mayor son los
puntos de ebullición de
estas.


EL AUMENTO EN EL PUNTO DE
EBULLICIÓN ES PROPORCIONAL
AL NÚMERO DE PARTÍCULAS
DE SOLUTO DISUELTAS EN UN
SOLVENTE
Presión Osmótica

La ósmosis se define como un fenómeno en el cual, el solvente se desplaza de disoluciones


menos concentradas a disoluciones más concentradas, a través de una membrana semipermeable
que no permite el paso del soluto hasta que la concentración en ambos lados sea igual, momento
que se conoce como equilibrio osmótico.
En el equilibrio osmótico el agua que vuelve a la solución menos concentrada es igual al agua
que va a la disolución más concentrada, debido a la presión osmótica ejercida por la columna de
solvente.
En la ósmosis, el solvente atraviesa una membrana que las partículas disueltas no pueden,
haciendo así que la cantidad de solvente en un lado sea mayor, pero la concentración se equilibra.

En la imagen se puede apreciar que cuando se alcanza el equilibrio, el aumento de la altura de la


solución en un lado crea una presión igual a la presión con la que entra el solvente por ósmosis; esto
detiene el flujo. A esta presión necesaria para detener el flujo se le llama presión osmótica.
De no existir solutos no existiría presión osmótica, ya que el solvente no necesitaría desplazarse
para igualar concentraciones. Por tanto, cuanto mayor cantidad de soluto haya, mayor será la
presión osmótica creada por la columna de solvente cuando atraviese la membrana para igualar las
concentraciones, hasta que la presión osmótica se lo impida. La presión osmótica se calcula por esta
fórmula:

π = MRT
Donde π es presión osmótica, M la molaridad de la solución, R es 0.08206atmL/Kmol y T la
temperatura en Kelvin.
De nuevo, si el soluto es electrolítico de la misma manera que afecta a las otras propiedades,
también afecta a ésta, ya que un electrolito al disociarse en sus iones, aumenta la salinidad de la
solución y la cantidad de agua que atraviesa la membrana: π = MRT • i
Propiedades Coligativas y Conducción

Podría parecer que las propiedades coligativas no tienen ningún propósito o utilidad en
nuestro día a día, pero participan en muchas actividades aunque no lo parezca.
Una de las actividades que guarda más relación con las propiedades coligativas es la
conducción, más concretamente el mantenimiento del motor y las carreteras, sin el cual
seríamos incapaces de utilizar nuestros automóviles por las vías sin que hubiese un
problema de refrigeración o un accidente por deslizamiento.

¿Qué problemas pueden surgir en la vía que las propiedades coligativas solucionen?

Existen zonas de la tierra donde en ciertas épocas, o en la mayoría del


año, padecen unas temperaturas por debajo de los 0ºC. En estos sitos se
presencian nevadas, o si no han alcanzado los 0ºC, lluvias que al darse
temperaturas tan bajas, congelan el agua de la lluvia o hacen que se
mantenga la nieve. Estas condiciones meteorológicas forman capas de
nieve y hielo que pueden ser peligrosas. No fueron tan problemáticas hasta
que en los años treinta, con la expansión del automóvil, se necesitaron soluciones para el
hielo y nieve en las vías, ya que por ella circulan los vehículos que, además de ser muy
pesados, van a mucha velocidad que puede traer graves
consecuencias. Los problemas vienen debido a la pérdida de
adherencia provocada por la presencia del hielo que hace que los
vehículos deslicen, haciendo muy difícil la frenada y la
maniobrabilidad, pudiendo causar así muchos accidentes. Por ello se
toman medidas contra estas trampas climáticas. La más común es el vertido de sal sobre las
carreteras heladas.

¿Cómo puede la sal ayudar con este problema?

Ya mencionamos mientras introducíamos las


propiedades coligativas, que el punto de
congelación de una sustancia pura era mayor que
el de una disolución de ésta. Por ello, en las
carreteras heladas, al verter la sal, se humedece
formando una disolución de agua y sal que no se congela a 0ºC sino a temperaturas más
bajas. De esta manera se disuelve el hielo de las carreteras quedando solo agua salada que
no congelará a menos que desciendan mucho las temperaturas.

La sal más usada para este proceso es el cloruro


sódico (NaCl), posiblemente por su abundancia y
efectividad.
Para la distribución de la sal, se utilizan camiones
especiales en las épocas del año conflictivas y se echa la
sal directamente a las carreteras o en forma de disolución
muy concentrada en agua.
No obstante, se están desarrollando nuevos métodos
para la distribución de la sal a base de tanques con
líquidos anticongelantes que utilizan aspersores en el suelo, o elementos de la vía que
disparen agua y que, a la vez, detecten los descensos de temperatura críticos y la formación
de hielo. De esta manera, las ruedas de los coches podrán contribuir a la distribución de las
disoluciones anticongelantes. Se piensa que estas medidas son especialmente importantes
en las salidas de túneles puesto que, en los túneles, los coches pueden circular a mayor
velocidad, por la ausencia de hielo en la vía, y pueden olvidarse de reducir la velocidad al
salir del túnel y volver a encontrarse con el hielo.
Sin embargo, estas medidas tienen su impacto ecológico, ya que se invierten toneladas
de sal, y el agua salada de las carreteras puede acabar en zonas de plantas y causar ciertos
problemas de los que hablaremos más adelante.
¿Qué problemas tienen lugar en el coche que necesiten de las propiedades coligativas?

Los motores de los coches utilizan el combustible para obtener energía mediante una
combustión. Sin embargo, la energía que se obtiene no es toda cinética sino que gran parte
se pierde en forma de calor. Ese calor producido en las explosiones del motor aumenta
enormemente la temperatura del sistema, provocando: dilataciones que ciertos componentes
del coche no pueden resistir, temperaturas que aumentan excesivamente la presión, el calor
podría hacer que los lubricantes perdiesen sus características o que, simplemente, reducirse
la eficacia del motor. Por ello, desde que se inventaron los medios de transporte a motor, se
ha necesitado mecanismos para enfriarlos.
En un comienzo se inventaron dispositivos que utilizasen el aire como refrigerador, sin
embargo, con el paso de los años se ha pensado en líquidos para refrigerar.
¿Qué relación guardan las propiedades coligativas y los refrigerantes?

El líquido refrigerante se encarga de absorber el máximo calor posible, impidiendo así,


que se caliente el motor en exceso y manteniendo una temperatura óptima de trabajo. Sin
embargo, no vale un líquido cualquiera. Conviene que no se evapore con facilidad para que
las partes del vehículo que se calientan estén en total contacto con el líquido refrigerante. Si
este entrase en fase gaseosa muy rápidamente, dejaría más fácilmente de estar en contacto y
absorbería calor menos eficazmente. Por se empezaron a usar líquidos en lugar del aire.
Al comienzo, se usó agua por su facilidad de adquisición entre otras
condiciones, pero su punto de congelación no es lo suficientemente bajo
y su punto de ebullición no es lo suficientemente alto. Además, el agua
tiene la desventaja de corroer los metales. Incluso ciertas sales del agua
sin destilar impiden la correcta absorción de calor.
Por ello, se necesitaba un soluto que conservase o aumentase la
capacidad de absorber calor, que no incite a la corrosión o incluso la
prevenga, y que disminuya el punto de congelación y aumente el de
ebullición. Hoy en día, se utilizan ácidos orgánicos de cadena larga
porque cumplen las condiciones mencionadas y, además, son biodegradables.
Sin embargo, a nosotros nos interesa la propiedad coligativa que se consigue con este
soluto; el ascenso crioscópico y el descenso crioscópico.
El ascenso crioscópico permite que el agua entre en fase gaseosa más tarde,
permitiéndola absorber más calor en forma líquida que empapa mejor las zonas a refrigerar.
El descenso crioscópico le da el nombre de anticongelante a estas disoluciones, ya que
en lugares de bajas temperaturas, estos líquidos refrigerantes se podrían congelar y resultar
inservibles a la hora de conducir, como la presencia de un soluto hace que la disolución
tenga una temperatura de congelación menor, no se congela a la temperatura a la que se
congelaría si fuese agua pura.
¿Cómo llega el agua del sustrato a las células de la planta?

Estas plantas herbáceas, la mayoría, obtienen su agua del suelo a través de las raíces, y
para que el agua entre en la raíz, requiere que esta tenga una salinidad mayor para que tenga
lugar un proceso osmótico. Luego, célula tras célula, el agua las llenará y, gracias a la
presión osmótica, se pondrán turgentes y tendrán un aspecto saludable.
Por ello las plantas languidecen cuando se las
somete a un periodo sin agua ya que no podrán
absorber suficiente agua. Con una presión osmótica
baja las células ceden a la gravedad. Por tanto las
células que estaban turgentes son como un globo
lleno de aire, aire que ejerce una presión en las
paredes del globo, pero como cuando vacías el aire
del globo que se queda flácido como sin fuerza, la
planta también pierde su rigidez.

Propiedades Coligativas en la Cocina

En la cocina las propiedades tienen unas interacciones


prácticamente anecdóticas, casuales o de trucos culinarios
caseros. Relacionado con las ollas, se puede ver que si se
guisa con agua con sal en la olla, comenzará a hervir a mayor
temperatura que 100ºC, lo cual podría ser perjudicial para un
plato o beneficioso, ya que se cocina a mayores temperaturas,
más rápido.

El descenso crioscópico se aprovecha también a la hora de


limpiar la escarcha que se forma en los congeladores con el
paso del tiempo. Añadiendo sal a esta escarcha formada por agua congelada, se deshelará
más rápido y será más sencillo retirar la escarcha fundida.

Un truco conocido está relacionado con mantener las


bebidas frías.
Se trata de que si vas a llenar un conteniente con bebidas
que deban estar frías, lo normal es meterlas en hielo con agua
de manera que se mantuviesen frías, pero pudiesen estar sueltas
para ser recogidas. Pero como la temperatura del agua es mayor
que la del hielo, tenderá a estabilizarse y, por tanto, tardará
relativamente poco en calentarse. El truco usado es usar agua
salada muy fría con hielos, de esa manera, conseguirás que las
bebidas estén en un medio frío durante más tiempo, ya que los
hielos se disolverán por razones coligativas de descenso
crioscópico no por razones relacionadas con la temperatura. El
agua salada aguantará temperaturas menores que cero grados y
tardará más en calentarse, manteniéndolas frías más tiempo.

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