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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

FACULTAD DE CIENCIAS

SOCIALES

Teoría del Estado

Ensayo Final

Horario:
0589
Integrantes:

● Ximena Ynga (20190733)


● Melina Suárez (20193559)
● Aldo Mendoza (20191315)

Profesor:
Gonzalo Romero Sommer
2021-2
Introducción

El Perú cuenta con episodios en su historia que son complejos de entender, por lo

que requieren un análisis detallado ya que muchos de estos pueden ayudar a

explicar las situaciones que se viven en el presente. En particular, los cambios

realizados por Fujimori marcan un antes y un después en la historia del Estado

peruano. Esto se debería a que se presentaron acontecimientos, tanto nacionales

como internacionales, que propusieron un necesario cambio del sistema. Un año

antes de su toma de mando, en 1989, se llevó a cabo uno de los sucesos más

relevantes a nivel internacional para la presentación de una nueva ideología, el cual

fue la instauración del Consenso de Washington. La implementación de las ideas,

que se presentaron en dicho Consenso, en el país trajo consigo un cambio

estructural de los rezagos que quedaban del Estado peruano intervencionista que

había sido planteado por Juan Velasco Alvarado quince años antes.

De esa manera, nos planteamos como pregunta de investigación: ¿de qué manera

la implementación del Estado Mínimo durante el gobierno de Fujimori impactó en

los conceptos de legitimidad, autonomía, capacidad y alcance del Estado? Así, se

presenta la hipótesis del ensayo con la cual se plantea que el punto de referencia

de un cambio hacia un Estado Mínimo durante del gobierno de Alberto Fujimori fue

establecido con el Consenso de Washington, anunciado a principios de la década

de los noventa. Dicho establecimiento generó grandes cambios en el Perú,

tangibles hasta la fecha, que impactaron de manera directa en la capacidad,

autonomía, legitimidad y alcance del Estado.


Explicación de la hipótesis planteada

1. Presentación de los conceptos

En esta sección del ensayo se presentan los conceptos que serán de utilidad para el

posterior análisis. De esta manera, en un primer momento, se presentará la “tríada

LAC” planteada por Mazzuca en su artículo “Legitimidad, Autonomía y Capacidad:

conceptualizando los poderes del Estado”. Asimismo, se desarrollará el concepto de

alcance presentado por Fukuyama en su libro “La construcción del Estado. Hacia un

nuevo orden mundial en el siglo XXI” y el concepto de alcance territorial planteado

por Guillermo O’Donnell en el artículo “Acerca del Estado, la democratización y

algunos problemas conceptuales. Una perspectiva latinoamericana con referencias

a países poscomunistas”. Por último, otro concepto necesario es el de Estado

mínimo, para lo cual se utiliza la idea desarrollada por Nozick en su libro “Anarquía,

Estado y utopía” que, a su vez, es presentado y analizado por Dieterlen en su

artículo de “La filosofía política de Robert Nozick”.

En la lectura de Mazzuca (2012) se hace mención a la importancia de tres

conceptos claves, consideramos como la “tríada LAC”, con los cuales se puede

llegar a estudiar un Estado, a una institución de este o a un gobierno. Es así que se

menciona al concepto de legitimidad, con el cual se entiende a la creencia de que la

existencia del orden estatal y la obediencia que se le presta son justificadas.

Mientras tanto, la autonomía es entendida como la independencia para definir y

llevar a cabo, sin interferencia por parte otro actor, los objetivos y prioridades en la

agenda de gobierno. Finalmente, se menciona a la capacidad como el poder para

realizar los objetivos planteados, en el cual se destaca los recursos con los que se

cuenta pues son relevantes para dichos objetivos.


Por otro lado, O’Donnell (1993) presenta el concepto de alcance territorial, que

identifica la llegada de un Estado a un territorio específico del país. De esta manera,

se presentan tres zonas territoriales, según la presencia del Estado en el territorio y

su funcionalidad en él: las zonas azules (donde el Estado cuenta con una alta

presencia en el aspecto funcional y territorial), zonas verdes (donde se tiene un alto

grado de penetración territorial pero la presencia funcional es menor a comparación

de las zonas azules) y zonas marrones (donde existe un bajo nivel de ambas

dimensiones o, simplemente, no es posible evidenciarlas) (p. 11). Este concepto se

distingue del alcance propuesto por Fukuyama, el cual, a la vez, se diferencia del

término de capacidad propuesto por Mazzuca. Para Fukuyama (2014) el alcance se

encuentra relacionado a las actividades estatales, entre las cuales se encuentran las

funciones que asume un Estado o gobierno. Mientras tanto, la capacidad, también

entendida como fuerza, es la habilidad para diseñar e implementar las políticas y

aplicar las leyes con eficacia dentro de una determinada sociedad (p. 25- 27).

Por último, el Estado mínimo, también conocido como Estado neoliberal, defiende la

idea de que el Estado debe estar limitado en el ámbito político pero, sobre todo, en

el ámbito económico. De este modo, Dieterlen (1992) menciona que la corriente

neoliberal que defiende Nozick se encuentra relacionada a tres principales tesis. En

principio, con una tesis moral con la que se plantea la idea de que si bien todas las

personas cuentan con autonomía y dignidad, sus derechos se verán afectados si su

ejercicio coloca en una situación de peligro a los demás, siendo, de esa manera,

necesaria la intervención del Estado. En segundo lugar se encuentra la tesis

política, con la cual se entiende que si bien el Estado puede protegernos, debido a

que es obligación, no puede imponer metas u objetivos a una persona. Por último,

se habla de una tesis económica en la que el mercado puede ser la única institución
presente ya que no transgrede ningún derecho y le otorga libertad a las personas

(p. 133-134).

2. Perspectiva histórica

Para comprender mejor lo que fue el gobierno de Alberto Fujimori se debe

establecer, inevitablemente, una comparación con lo que fue, en cierta medida, su

antítesis: el gobierno de Juan Velasco Alvarado. Como menciona Parodi (2007)

desde el comienzo, Velasco se presentó como el poseedor de la tercera vía de

desarrollo en contraposición del capitalismo y el comunismo (p. 102). Es así que,

bajo este tercer modelo, el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas

(GRFA) decretó y llevó a cabo una serie de reformas estructurales que

transformaron completamente la fisonomía del país en tres principales esferas:

económica, política y social.

En primer lugar, en el plano económico, el gobierno velasquista se rigió bajo un

modelo ISI (Industrialización por Sustitución de Importaciones). Así, siguiendo dicho

modelo propuesto por la CEPAL, el Estado peruano asumió un rol que Parodi,

citando a Fitzgerald, llamaría el “capitalismo de Estado”: el Estado creció

enormemente tanto a través de la creación de nuevas empresas a su cargo (el

Estado pasó de representar el 16% del total de empresas en 1968 a representar el

31% de estas en 1975), como con la creación de nuevos ministerios (Ministerios de

Minería y Petróleo y el Ministerio de la Industria) (p. 103). Además, a lo mencionado

se le añadirá, en 1969, la promulgación de la Ley de Reforma Agraria, la cual daba

libre autorización al Estado para expropiar las grandes haciendas en las zonas

costeras y andinas con el fin de otorgarlas al campesinado. En segundo lugar, en el

plano político el gobierno militar alteró el tradicional control de sectores sindicales


por parte de los partidos y de la oligarquía terrateniente opuestos a los ideales de la

revolución. Esto lo alcanzó tanto con la creación de la Confederación de

Trabajadores de la Revolución Peruana (CTRP) como con la creación de la

Confederación Nacional Agraria (CNA). Por último, en el plano social el gobierno

desplazó, o trató de competir, con los partidos políticos en el tradicional rol que

habían tenido éstos como nexo entre las clases populares y el gobierno. Dicho

trastocamiento social empezó con la creación de la Oficina Nacional de Desarrollo

de los Pueblos Jóvenes y se cimentó con la anexión de éste al Sistema Nacional de

Apoyo a la Movilización Social (SINAMOS). Como se habrá podido evidenciar, toda

esta serie de transformaciones estructurales que logró, o intento, el gobierno

velasquista necesitó del ensanchamiento e intromisión del Estado no solo en el

plano económico, sino que también en el plano político y social.

Luego de quince años del fin de la era velasquista, llegaría al poder, con las

elecciones de 1990, el ingeniero Alberto Fujimori a reestructurar el Estado (al igual

que Velasco) pero en un sentido totalmente opuesto a lo anteriormente llevado a

cabo. Así, el escenario que Alan García le heredo a Fujimori sería la de un país en

ruinas producto de la hiperinflación, el terrorismo, el apartidismo y a una sociedad

agonizante (De Olarte, 2007). Frente a esta desoladora realidad, Fujimori optó por

aceptar la receta neoliberal planteada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y

el Consenso de Washington. Es así que empezó una profunda transformación en

aquellas tres principales esferas en las que el general Velasco había actuado hace

más de tres quinquenios. En materia económica, a diferencia del modelo de

Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) implementado por Velasco, a

partir de la estatización y el capitalismo de Estado (Parodi, 2007, p. 110), se llevó a

cabo una reestructuración del sector buscando incorporar a nuevos actores. En ese
mismo sentido, De Olarte (2007) menciona que Fujimori instauró el modelo Primario

– Exportador y de Servicios (PESER) luego de la ola de privatizaciones de las

empresas estatales (p. 16). En segundo lugar, en el plano político, Fujimori intentó

distanciarse de los aparatos político-sindicales y alejó al Estado del papel arbitral

histórico que había entre empresa y sindicato, dejando así un camino libre a la

negociación privada entre trabajadores y empresas (De Olarte, 2007, p. 30).

Finalmente, como De Olarte (2007) señala, Fujimori no intentó cohesionar a la

sociedad civil y tener algún tipo de nexo como si lo hizo Velasco al crear el

SINAMOS, sino que con la creación de la Constitución de 1993 se redujo a una

mínima expresión el Estado de bienestar y, con ello, se terminó por reducir

totalmente los escombros de la cohesión social, dando rienda suelta a las políticas

asistencialistas focalizadas.

3. Respuesta a la pregunta de investigación

Desde la década de los setenta el neoliberalismo se estaba expandiendo de forma

más notoria entre los regímenes internacionales, debido a que, en dicha época,

gracias al incentivo de la acumulación de la riqueza se buscaban nuevas ventanas

de comercio para incentivar el consumo. Está mecánica requería de permisos más

flexibles y de gobiernos que permitieran a las empresas maniobrar de manera más

independiente. Estados Unidos, uno de los exponentes máximos del neoliberalismo,

instauró en 1989 el Consenso de Washington e instó a los países latinoamericanos,

quienes le debían fuertes cantidades de dinero, a seguir los lineamientos que se

planteaban (Moreno, Pérez & Ruiz, 2004). Siguiendo lo mencionado por Fukuyama

reducir el alcance del Estado, es decir que se encargue de menos funciones, para

que pueda ampliar su capacidad estatal en las áreas donde aún mantiene su
alcance y puede brindar un mejor servicio. Mientras que las áreas de las que ya no

se encarga sean abarcadas por empresas privadas que brinden servicios de

calidad. A pesar de que los países latinoamericanos siguieron este proceso es

sabido que el Perú había perdido credibilidad con respecto a las instituciones

internacionales, por no acatar las medidas impuestas por parte de Estados Unidos y

no pagar a tiempo la deuda externa durante el gobierno de Alan García (Honores,

2009). Por eso, con el autogolpe de 1992, Alberto Fujimori aprovechó en realizar

una nueva Constitución acorde con lo propuesto en el Consenso de Washington.

Esto le brindó cierto respaldo y legitimidad tanto nacional como internacional, en

gran medida debido al fenómeno de la globalización y la dependencia con otros

Estados, ya que como se mencionó anteriormente otros países ya habían adoptado

este sistema y habían obtenido ciertas mejoras.

Anteriormente ya habían existido intervenciones de Estados Unidos dentro de

territorios latinoamericanos. Un ejemplo de esto fue “El plan Cóndor”, en 1975, que

propinaba un golpe a las autonomías estatales de América Latina. Además, la

potencia presionaba a distintos países a la firma de tratados e incorporación a

diversas instituciones internacionales. No obstante, es con la implementación del

sistema neoliberal que la autonomía estatal se ve aún más afectada de lo que ya se

encontraba. Por ello cuando Fujimori vende las empresas nacionales al capital

extranjero y el Estado empieza a disminuir sus responsabilidades, es que no solo se

estaba limitando el alcance estatal peruano sino que también iba perdiendo parte

de su autonomía, debido a que se dejaba que las empresas privadas pudieran

determinar cómo brindar el servicio que se ofrecía. En teoría, estos problemas

pudieron ser regulados, de manera indirecta, por el Estado peruano al imponer

normas que las empresas debían seguir, así como establecer ciertos estándares de
calidad. Sin embargo existen dos problemas fundamentales que limitan el accionar

del Estado al aceptar los principios del Estado Mínimo. En principio, el sistema

neoliberal plantea que el Estado debe imponer restricciones mínimas a las

empresas y disminuir el pago de impuestos para permitirles maniobrar dentro del

territorio nacional. Además el Estado debe contar con la capacidad de hacer

cumplir dichas normas dentro de su territorio.

En particular, el Estado peruano no ha contado con un gran éxito al establecer su

capacidad, lo cual fue evidente durante el gobierno de Velasco, pues si bien se

amplió las capacidades estatales y se realizó una expropiación exitosa, durante la

Reforma Agraria, no se logró cumplir con todos los objetivos que ésta proponía. La

transición al Estado Mínimo, después de quince años del gobierno velasquista, fue

tan abrupta que no se logró aumentar ni fortalecer la capacidad estatal lo suficiente

para hacer cumplir las regulaciones mínimas que se debieron establecer. Por otro

lado, Alberto Fujimori, en un intento de afianzarse en el poder, realizó la

construcción de alrededor de tres mil colegios a lo largo del litoral peruano,

incluyendo a las zonas “olvidadas” dentro del país. Si bien se podría decir que se

tuvo cierta ampliación del alcance territorial está solo contó con un rol parcial, por lo

que no fue del todo exitoso, pues en lugar de centrarse en mejorar la eficacia de las

instituciones se dedicó a aparentar que el Estado tenía presencia en las provincias

construyendo edificaciones que, muchas veces, ni siquiera llegaron a ser aptas para

su uso.

Respecto a la legitimidad, el gobierno de Alberto Fujimori consiguió establecer un

orden social luego de traer bonanza económica con la liberación del mercado y

resolver el terrorismo que amenazaba la seguridad de la ciudadanía, logrando,


además, conseguir el respaldo del pueblo. No obstante, muchas de las acciones

que realizó dejaron una marca posterior en la legitimidad estatal. En primer lugar, el

Conflicto Armado Interno (CAI) fue causado debido a que, con el fin de detener a

los grupos terroristas, las Fuerzas Armadas utilizaron medidas que atentaron contra

la ciudadanía según el informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación

final (2017). Estos acontecimientos causaron estragos en la confianza de la

población con respecto al Estado. Por otro lado, la instauración del Estado Mínimo

también influenció en un cambio de la mentalidad ideológica de los peruanos. Es

así que se tiene la percepción que el Estado es incompetente, por lo que debe

intervenir en la menor cantidad de actividades posibles. Es por eso que actualmente

el Estado peruano no cuenta con la legitimidad necesaria acerca de poner orden

ciertos aspectos de la sociedad.

En la actualidad, los cambios estructurales del Estado peruano que se realizaron

con el gobierno de Fujimori con la implementación del Estado Mínimo son aún

posibles de evidenciar. El Perú fue considerado un milagro económico al resurgir

después de la crisis económica que el gobierno de Alan García había dejado. Sin

embargo, a pesar de evidenciar un crecimiento económico constante, el país cuenta

con serios problemas políticos y sociales, relacionados a la ideología neoliberal, que

no permiten un mejor desarrollo. Además, puede observar que ciertos servicios

básicos que el Estado peruano debe brindar aún son muy limitados en comparación

a otros países en la región. Es así que el país se encuentra en las últimas

posiciones de nivel educativo escolar en la región Latinoamérica al contar con un

bajo nivel educativo estatal y al no haber opciones de calidad brindadas por el

mercado. Otro ejemplo claro es el caso de SEDAPAL, empresa nacional para la

distribución del agua, que sigue sin poder brindar el servicio al 25% de la población
peruana según el boletín de la INEI del año 2020. Asimismo, en el contexto de la

pandemia, fue posible evidenciar el impacto del impacto del sistema neoliberal en

los conceptos trabajados pues el Estado no fue capaz de controlar los precios de

los servicios que eran necesarios para garantizar el bienestar de la población.

Conclusiones

Después de lo presentado a lo largo del ensayo, es posible responder a la pregunta

de investigación planteada y corroborar nuestra hipótesis, la cual señala que el

gobierno de Fujimori alteró la legitimidad, capacidad, alcance y la autonomía

estatal. En primer lugar, la legitimidad estatal terminó por reducirse a su mínima

expresión al final del gobierno de Alan García. Es con la llegada de Fujimori, su

evidente disposición por acatar las directrices del Consenso de Washington y el fin

del CAI que se logró que, en un primer momento, su gobierno se legitime; pero,

finalmente, es con la implementación de la nueva Constitución, en 1993, que la

legitimidad alcanzada por la dictadura fujimorista pudo perpetuarse y convertirse en

una legitimidad de Estado.

Por otro lado, el alcance del Estado peruano se vio reducido, lo cual se hace

evidente si es que se realiza una comparación con el gobierno velasquista y se

puede ver expresado en la privatización de empresas y en el retraimiento estatal en

temas de movilización social y políticos. Mientras tanto, con respecto al alcance

territorial Fujimori implementó políticas asistencialistas focalizadas siguiendo una

lógica populista, pues se llevaban a cabo en las regiones donde contaba con menor

aprobación.

Asimismo, contrario a lo planteado por Fukuyama (si el alcance se reduce, la

capacidad debe aumentar) se observa que la capacidad estatal decreció al igual


que el alcance, en comparación con lo desarrollado durante el gobierno de Velasco .

Esto a la larga generó un círculo vicioso debido a que el Estado conscientemente

dejó de mostrar interés en brindar buenos servicios. Finalmente, con respecto a la

autonomía estatal, esta se vio afectada con la implementación de los lineamientos

del Consenso de Washington en el sentido de que las políticas, tanto económicas

como sociales, no seguían intereses locales sino que estaban direccionadas de

acuerdo a lo propuesto por una comunidad internacional, la cual se encontraba

preocupada por universalizar los ideales capitalistas.


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