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3.

La incorporación de maría en América Latina

Sin duda María se ha ganado un lugar especial en los cristianos


latinoamericanos, en especial en la sencillez en la humildad, así lo refleja todas las
historias y relatos de la devoción a la Madre del Salvador.

María desde que se dio a conocer en el Nuevo Mundo su presencia se identificó


con los nativos y esclavos, se puede añadir que María se hizo una más del pueblo, lo
atestigua, sus apariciones y sus esfinges de algunos pueblos, color, rasgos,
vestimentas entre otras cosas.

Se le puede llamar María “La Conquistadora” a María “La Madre Liberadora”.


Quedando grabadas así en las historias populares del pueblo, hasta María “La
reconciliadora y la mediadora” entre los blancos y los indios, tan importante es el papel
que ocupa María que en los acontecimientos cruciales de cada pueblo, su nombre y el
de su hijo son recordados y es punto de unión como una sola familia.

Hay que mencionar algunas importantes manifestaciones de María en los


pueblos latinoamericanos, que muestra su cercanía y su amor por los pequeños,
siempre relacionada con los ignorados, marginados y excluidos de ese entonces.

La Guadalupe

Se analiza que María está siempre atenta y se da a conocer, se presenta


diciendo: «Yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del Verdadero Dios», ella
quiere «mostrar y dar todo su amor», no es una Madre extraña y extranjera sino
perfectamente compenetrada con su cultura y con su idioma.

Se trata de una madre cercana y no dominadora. Es una hogareña, es una


madre que reconoce la dignidad de sus hijos, aunque éstos se encuentren humillados
por los infortunios de la vida.

La Virgen de Copacabana, se hizo una más de la mano de un propio indígena,


que causó mayor empatía para el pueblo que permitió su veneración. Que tan
importante es la imagen, y cuando la fe se hace imagen, es una filiación que ayuda a la
devoción genuina.

La devoción a la Virgen se fue desarrollando ampliamente durante los siglos de


la colonia, con el estilo de este continente, y María es como Madre Libertadora, fue un
estandarte importante en las gestas libertadoras de cada nación, ya María no era
impuesta con obligación, ella es una más del pueblo, y es propia, original, como si fuera
nativa nacida en esas tierra.

Toda la relación de la madre latina, que es protectora y llena de amor para dar,
luchadora, silenciosa pero a la vez es imponente y exigente, maestra, todo estos rasgo
lo tiene también María, el papel de la madre en este continente es más apreciado que
el papel del padre.

La madre, es el escudo positivo que palea al negativo machismo, ella es el


símbolo de todo hogar en ella brilla la fidelidad, la honestidad en todos sus aspectos, el
ahorro, el orden, el cuidado y la atención, la comprensiva entonces si describe a una
madre Latinoamérica es sencillamente la descripción de la Madre de Dios.

En casi toda cultura el papel de la mujer es importante su principal


características es la fecundidad, luego su belleza, pero esto rasgos y su afiliación con
la mujer que lucha en el silencio, los pueblos latinoamericanos han mostrado su amor a
María que llega a confundirse si no se le tiene una buena educación y evangelización.
4. La María de américa latina

Reconocerla como Virgen se ha constituido en la expresión ordinaria con la que


se la designa. Es el reconocimiento del triunfo de «nuestra madre» frente a la agresión
machista, teniendo el privilegio de haber sido amorosamente fecundada por Dios de
una forma similar a la de la madre-tierra.

El misterio de la Inmaculada Concepción de María es el que probablemente ha tenido


mayor acogida en nuestro pueblo.

Se habla de María títulos que el pueblo cariñosamente le concede, porque sale


del corazón, lo hacen oración, canción, poesía, jaculatoria lo hacen por el afecto y el
trato filiar que tienen hacia ella con es: «la Limpia y Pura Concepción de la Virgen
María», «La sin pecado» o «La sin mancha». En el Cuzco se la llama «La Linda» y en
Lima «La Sola». También se habla de «La Pura» o de «La Purísima» y de «La sin
mancilla». Es la madre que se descubre la ausencia del pecado, de la violencia y de la
mentira.

Los dogmas de María no se ponen en duda aunque no se entiendan ni se


estudien, lo creen porque solo basta su cariño hacia la Madre, porque es una más, es
el ideal de mujer latina, es ella el modelo, y no se discuten no hay fundamentos para
decir lo contario, un título que le concede es “Nuestra Señora” es la reina, y muy
popular mostrar el afecto a María de forma popular.

La imagen de la Virgen, cuadro o estatua, es fundamental en la teología popular


latinoamericana. La imagen es donde se hace presente la madre y lo que permite unas
relaciones humanas de cercanía, de visualización, y de contacto estrictamente
interpersonal individualizado. Mediante la imagen, la maternidad de María se hace mía
afectiva e inmediatamente.

Además cada imagen madre tiene su historia, una historia mezclada con la
historia de los hijos. Son historias en las que se cuentan los sufrimientos y los triunfos
comunes siempre con el apoyo de la Madre, en momentos de calamidad y de guerra.
Se recuerdan olvidos que se tuvieron con la Madre, descuidando su casa o sus
imágenes. Se tienen anotadas festividades importantes.

Cada familia, cada persona tiene en sí una relación muy ligada con María, una
relación que lo refleja en la imagen o estatuilla de la madre, que se plasma como un
sello que se queda grabado en los corazones aunque a veces se olvide de tenerla
presente, pero siempre se guarda eso momentos que los padres, las culturas de los
pueblos preserva.

María ha tenido un rol en cada etapa del cada pueblo, en los momentos de
opresión, en los momentos de libertad, en los momentos de gloria y en los momentos
de desgracia, no puede faltar su presencia en cada etapa, es el rostro del feminismo,
de la moral, de la fuerza espiritual, la infinita bondad, humildad, la negación de sí
mismo de donarse en sacrificio para ofrecer un bien para sus hijos, para los latinos es
más fácil acudir a la madre que al padre, por las circunstancias que estos pueblos viven
sobre el machismo y la paternidad no responsable, esas mujeres que sola educan a
sus hijos y trabajan sin descanso, es el rostro de María en el pueblo, la madre que es
oprimida, la madre que es maltratada, la madre que no es comprendida, es también el
rostro de María, como también es rostro de María la mujer astuta, fecunda, política que
sabe mediar entre la opresión y la libertad, que sabe reconciliar las diferencias de raza,
que sabe darse, que sabe que ella es un medio de acercamiento de estos amados hilos
de ella con el Padre creador a través de su hijo, es la mujer descalza, que sufre, que se
culturiza, que se hace una más, esa es María la latina, la morena, la niña, la india, la
protectora.

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