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Análisis del cuento “Favela” de Carolina María de Jesús

Literatura afrolatinoamericana

Nicolas Calderón García

Facultad de Humanidades

Escuela de estudios literarios

Universidad del Valle

Literatura

Daniel Felipe Zapata Villa

27 de enero de 2023
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El catorce de marzo de 1914 nacería en Sacramento, Minas Gerais Brasil, una de las

mayores autoras afrobrasileñas que ha existido, Carolina María de Jesus. La hija ilegitima de

una campesina pobre, la cual pudo acceder al “derecho” (más parecido a privilegio que a

cualquier otra cosa) de la educación durante dos años gracias a la ayuda de la dueña de la

parcela donde trabajaba. Fue allí donde ella incursionaría por primera vez en la literatura, y

decidiría convertirse en una poeta. Sin embargo, el futuro que tuvo en un principio fue duro,

pues terminaría siendo madre soltera de tres hijos, viviendo en las favelas de Sao Paulo, y con

el reciclaje como único sustento de vida. No sería hasta que Audálio Dantas le “descubrió”

que se hizo famosa gracias a la publicación de sus diarios en los periódicos que luego reuniría

en una novela llamada Cuarto de Desechos. Sin embargo, la manera en que narra su vida en

las favelas, aunado a la historia de cómo fue “descubierta”; nos deja un gran panorama de

análisis.

En este texto se busca analizar el cuento favela de Carolina María de Jesús, como este

representa no solo una voz diferente pero valida de una ex-habitante de las favelas, si no que

tambien, de cierta manera traza las voces de una elite racista brasileña que tiende a ser muy

similar al discurso clasista-racista del resto de países de latino América. Este trabajo se

dividirá en varias secciones que mostrarán cada uno de los temas a tratar, siendo nombrados

con la singularidad que merecen, aunque sin olvidar con que todos los conceptos tienen un

grado de conexión entre sí.


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Una obra con tintes de clasismo y desigualdad

El cuento inicia relatando cómo gracias al Dr. Adhemar en conjunto con el Dr. Paulo

Lauro, varios favelados lograron ser reubicados a las orillas del río Tieté, en el barrio de

Canindé. Después de que el dueño de la calle Antonio de Barros (lugar donde antiguamente

estaba ubicada la favela) decidiera obligar a los habitantes a abandonar el terreno. En esta

parte se puede notar el rechazo existente hacía los habitantes de las favelas, pues pese a que

hay dos personas que de cierta manera ayudaron a los favelados. Tambien se nos muestra al

dueño de unas tierras que no comprende la situación de vulnerabilidad de los habitantes del

lugar forzándolos de todas maneras a abandonar lo poco que tienen. No solo eso, durante sus

primeros días de estadía en el nuevo sector carecían de agua, y sus vecinos, quienes no tenían

ese problema, se abstenían de brindarles este preciado líquido, llegando a tal punto que

“Quienes tenían llave en el jardín llegaban hasta a arrancar el tubo para no darnos agua”

(Jesús, 2019). Cabe aclarar que una vez Dr. Armando de Arruda solucionó aquel problema, la

misma gente que en el cuento es retrata como “personas que vivían en casas de ladrillos”

(Jesús, 2019) les envidiaban porque los políticos les “favorecían”. Cosa que es sumamente

peculiar teniendo en cuenta de que son ellos quienes no tuvieron que ser desplazados, viven

en hogares decentes y estuvieron un tiempo sin agua a causa de que nadie más quiso

brindársela.

En esta corta apertura al cuento, la autora pone en evidencia la diferencia de clases, y el

trato que hay por parte de los más pudientes hacía los menos pudientes. Siendo esto algo que

cimienta aún más los niveles de desigualdad, en un país que incluso en 2018 registró un

aumento considerable en las familias de tipo A y B (clase alta y media alta respectivamente)

pero con un estancamiento en el porcentaje de familias tipo D y E (clase media baja y baja
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respectivamente) todo esto tras haber aumentado un poco su porcentaje durante una recesión

en 2015 (El cronista comercial S.A, 2019). Esto de cierta manera muestra la presente

diferencia de clases y carencia de oportunidad para las personas de menos recursos, pues se

muestra como en el país aquellos que pueden aspirar a mejorar su situación económica son

aquellos de clase media (Tipo C). Esto combinado a que según (Abramo, 2019) para 2016 el

porcentaje de niños afrodescendientes entre 0 y 14 años en situación de pobreza es de un

54%. Demostrando que prácticamente hay más de media generación afro que no tendrá

acceso a las mismas oportunidades que el resto. Cosa que aún hoy, no se tiene muy en cuenta.

El racismo en el cuento

El racismo es algo que se encuentra siempre presente en la obra, más que todo por parte

de algunas personas con las que se encuentra Carolina María, como se puede observar en este

fragmento (Jesús, 2019):

Los vecinos murmuraban. Ella es sola. Debe ser alguna vagabunda. Es una creencia

general que las negras de Brasil son vagabundas. Pero yo nunca me impresioné con lo que

piensan sobre mí. Cuando los graciositos quisieron tomarme el pelo, les dije:

-Yo soy poetisa. Pido un poco más de respeto.

- ¿Usted no toma?

- ¡No! Y repruebo a los que toman. Y odio a los que me ofrecen bebidas. Mi

estómago es hidalgo y no voy a corromperlo con tóxicos. (pág. 375)


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En este fragmento se pone en evidencia el prejuicio existente hacía las personas afro, pues la

propia autora al relatarlo deja en claro que es muy común que a las mujeres negras se les

cataloguen como vagabundas. Esta sería una de las varias formas de prejuicio existente no solo

en Brasil, tambien en otros países de América. En general el trato hacia otras razas, diferentes de

la blanca, está cargado de cierta agresividad y estigma social, todo esto partiendo de una base

cultural que lo propicia, pues los padres tienden a compartir esos comportamientos con sus hijos.

Haciendo posible que aún hoy en día se preserven esas ideologías.

Sin embargo, en el cuento la autora deja ver que ella tambien tiene ciertas actitudes racistas,

que ponen en evidencia que, a pesar de pertenecer a las denominadas minorías, no está exenta a

haberse dejado influenciar por otras personas de su alrededor. sobre todo, si tenemos en cuenta

que ella pudo acceder a educación pese a su clase social. Estas expresiones se pueden ver en todo

su esplendor cuando la policía le hace saber que se van a llevar a los médiums del centro

espiritista para la comisaria, pues la autora celebra su “victoria” pensando: “Al Amazonas

mandan a estos revoltosos, a las selvas vírgenes. Qué magnífico manjar para los indios

antropófagos” (Jesús, 2019, pág.390).

En ese fragmento hay más de una expresión que se considera racista. Primeramente, está el

hecho de que cree que aquellos médiums que practicaban su religión, era gente negra que debe de

vivir en la selva, pues en sus propias palabras son unos revoltosos. Tambien está la oración que

sigue justo después de esta, ya que en ella cataloga a las tribus indígenas de las amazonas como

caníbales, expresión degradante existente desde los tiempos de la conquista, pues de nuevo se les

cataloga como unos salvajes no civilizados.

Con esto podemos ver como la autora en su obra es transparente a la hora de relatarse como

una víctima del racismo, pero tambien deja ver cierta idiosincrasia racista, que creo que en parte
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ayuda a crear el distanciamiento visto en el cuento entre ella y los vecinos que tiene en la favela.

Cosa que será el centro de análisis del siguiente punto.

La peculiar opinión de una habitante de las favelas

Durante el desarrollo del cuento podemos ver en múltiples ocasiones como ella llega a tener

cierto desprecio o resentimiento hacia varios de sus vecinos favelados, debido más que todo a

actitudes que ella reprocha. Tales como el chisme que prolifera entre ellos, distribuyendo

múltiples mentiras. Esto se puede ver cuando Carolina María comienza a trabajar como

recicladora y en el proceso encuentra objetos de valor, tales como anillos de oro, los cuales

mostraba al resto de las personas. Sin embargo, ella narra como una de sus vecinas, más

concretamente su “infame vecina” dice que esas cosas se las había robado, comenzando en el

proceso una discusión con Carolina pues si había algo que ella no soportaba, era que se le

catalogase de ladrona (Jesús, 2019, pág.387). En pocas palabras ella expresa el enojo que le

producen aquellos vecinos que tiene, los cuales muchas veces hablan sin saber la realidad.

Imagen que encaja dentro de lo que es el imaginario colectivo, pues siempre se ha dicho que este

actuar pertenece a gente de menor estrato.

Otra gran critica que hizo hacía las personas que vivián en la favela, está en que muchos se

abstuvieron de ayudarle durante sus momentos de vulnerabilidad, pese a que con algunos de ellos

había llegado a formar ciertos lazos de cordialidad, y les había ayudado previamente. Esto

muestra una cara no tan reconocida de las favelas, u otros lugares de extrema pobreza; pues

normalmente llegamos a ver como en la ficción u otras historias. Siempre prevalece un

sentimiento de camaradería entre ellos, dando el mensaje de que entre menos tiene la gente,

mayor es su voluntariedad.
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Una última cosa para recalcar de este aspecto está en que en más de una ocasión se puede ver

como la autora llega a catalogar de vagos a sus vecinos, pues normalmente hace ver como ellos

no tienen tiempo para cosas importantes, pero sí para cosas como salir a tomar, presenciar peleas

o hablar mal de alguien. Fragmentos como este son muy comunes en el cuento:

La recién nacida lloriqueando. Los dos hijos pidiendo comida. Le pedí a las mujeres de la

favela que amamantaban que le dieran de mamar a mi hija.

- ¡No puedo! ¡No tengo tiempo!

Pensé: si fuera para presenciar una pelea o hablar mal de alguien, ellas sí tenían

tiempo. (Jesús, 2019, pág.394)

Como ya hemos, a esta autora no le tiembla el pulso cuando va a criticar los comportamientos

de sus vecinos. Mostrando en el proceso una dificultad a la hora de relacionarse con ellos. De

cierta manera nos hace sentir que para ella esa gente termina siendo la otredad. Y es normal que

produzca ese sentimiento, pues hay que recordar que ella de niña tuvo la oportunidad de estudiar

en una escuela, privilegio del cual probablemente no gozaron la mayoría de sus vecinos. Esto

justifica un poco el por qué son tan diferentes pese a pertenecer a la misma clase social y terminar

viviendo en el mismo sector. La visión de ella de las favelas concuerda con la que tendría la

mayoría de las personas que han tenido acceso a la educación y ha podido más o menos conocer

un sector privilegiado de Brasil. A diferencia de aquellos que nunca han tenido la oportunidad de

conocer algo diferente a lo que reciben los habitantes de aquel “cuarto de desechos”.

Con todo esto expuesto queda la pregunta ¿Es valida esa voz de las favelas? Personalmente

creería que sí, tal vez sea una voz que se aleje del común esperado por la gente. Pero hay que

reconocer que ella vivió allí por mucho tiempo. Incluso tuvo sus hijos en aquel lugar; no debería
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de rechazarse aquella visión por el simple hecho de diferir con lo ya conocido. Al fin y al cabo,

cada quien va a tener una observación diferente sobre cualquier tema, sin que esto

necesariamente haga más valida una sobre otra.

Por último, ha de recordarse que aún hay cosas que relaciona esta voz con las demás voces,

pues problemáticas como la falta de dinero, espacio, una vivienda bien provista y alimentos; son

algo que siempre van a estar en cualquier relato proveniente de un habitante o ex-habitante de

allá. Pues todos los han sufrido en mayor o menor medida, incluso en esa lista se puede incluir,

cómo no, el racismo y clasismo. Al final del día vemos como en la obra de alguien cuya

percepción de las favelas puede diferir de la mayoría, aún conserva en esta los elementos básicos

que la relacionan con el resto de las obras de esta temática. Son estos mismos elementos los que

pienso que hacen a estos tipos de textos literarios tan atrayentes, cosa que evaluaré en el próximo

punto.

El amarillismo de la pobreza

Por último, me gustaría hablar de cierta idea de análisis que vino a mi mente mientras

investigaba sobre la autora. Y es que cuando Audálio Dantas le “descubrió”. Carolina María le

mostró sus novelas, cuentos y poemas en conjunto con sus diarios. Sin embargo, Dantas a lo

único que en verdad le dio valor fueron a estos últimos. Y equivocado no estaba, las

publicaciones en los periódicos y su posterior agrupación en Cuarto de Deshechos fueron todo un

éxito que catapulto a esta autora. Demostrando que lo que no había logrado con sus narraciones

de ficción, lo pudo lograr con su narración de la realidad (Mesa, 2017).


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Eso último mencionado es un hecho con respecto a esa autora, pues al momento de morir ella

conservaba varias obras que nunca fueron publicadas y encima, las obras que si fueron publicadas

después de Cuarto de Deshechos no gozaron de la misma aceptación por parte del público. Todo

esto, creo yo, fue porque estas se alejaban del tema de las favelas y de aquella exploración tan

personal a lo que era la vida de una persona de escasos recursos.

Lo que estoy queriendo decir a final de cuentas, es que lo que principalmente atrajo a todo este

grupo de personas a la obra de Carolina María, no fue más que el morbo hacía este mundo, tan

diferente pero cercano al lector promedio de esta obra. Precisamente por esto fue que Audálio

ignoro, por completo la ficción de la autora y se enfocó en publicar los diarios.

Además de eso, tambien esta el tema de agregar cierta critica hacia los habitantes de las

favelas que pudo haber atraído a mucha gente, pues no solo mostraba aquella realidad que

producía tanto morbo en los lectores de aquella época. Sino que tambien agregaba cierta critica

hacía los favelados que confirmaba los prejuicios existentes hacía estos. En definitiva, la vida y

obra de Carolina María de Jesús son un fenómeno que vale la pena estudiar y criticar mucho más

a fondo.
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Bibliografía
Abramo, L. Y. (30 de septiembre de 2019). Naciones unidas CEPAL. Obtenido de cepal.org:

https://www.cepal.org/es/notas/ninez-adolescencia-afrodescendiente-america-latina#_ftn1

El cronista comercial S.A. (29 de oct de 2019). El cronista. Obtenido de cronista.com:

https://www.cronista.com/internacionales/Brasil-hay-mas-ricos-y-clase-media-alta-pero-

la-pobreza-no-baja-y-llega-al-30-3-20191029-0031.html

Jesús, C. M. (2019). Favelas. En C. M. Jesús, Cuartos de desechos y otras obras (págs. 373-396).

Bogota: Universidad de los Andes.

Mesa, S. (2017). Pijao Editores. Obtenido de PijaoEditores.com:

https://pijaoeditores.com/ensayos/carolina-maria-de-jesus-la-escritora-que-recogia-

cartones-en-una-favela

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