Está en la página 1de 5

Orar por todos

1 Timoteo 2:1–7

La oración es muy prominente en las epístolas de Pablo y tuvo gran importancia para las iglesias
del primer siglo. Dios había roto el velo del templo. Había propiciado la entrada al lugar santísimo a los
creyentes de todas las naciones. A menudo, el apóstol inicia sus cartas con una oración de acción de
gracias, como en 1 y 2 Corintios. Sólo su carta a los Gálatas no contiene una acción de gracias. Otras
veces, él también intercedió por los destinatarios, como en Efesios, Filipenses, y Colosenses. Efesios
contiene dos oraciones por la iglesia. A veces, Pablo pide oración por él mismo. En Efesios 6:19–20,
escribió: “…y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo
el misterio del evangelio… que con denuedo hable de él, como debo hablar”. Y en Colosenses 4:2–
4, exhortó: “…orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para
la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo”.

En esos dos pasajes, Pablo estaba pensando en su ministerio hacia el mundo que no conoce a
Cristo. Pidió que el mensaje llegara con claridad a todos ellos. El pasaje que vamos a estudiar enfoca
la oración, pero también comunica otro mensaje que concierne al mundo sin Cristo. Su énfasis es que
no debemos dejar fuera ninguna clase de persona de nuestras oraciones, aun a las autoridades que
a menudo no simpatizan con el evangelio. Debemos orar por la salvación de ellos sin omitir a ninguna
persona de nuestra intercesión. Para apoyar estos conceptos, el párrafo contiene enseñanza doctrinal
de suma importancia.

Por lo tanto, otra característica imprescindible de una iglesia ejemplar es que ora por todos,
por la salvación de ellos. Intercede por la salvación de todos y busca que todos lleguen a conocer a
Cristo, aunque sean enemigos, de otra cultura lejana o personas cercanas de corazón duro y conducta
reprochable.

LA PRIORIDAD DE INTERCEDER POR TODOS 2:1

Pablo introduce el tema de la oración con la frase “Exhorto ante todo”. Quería decir: “Tengo que
tratar una variedad de detalles sobre la iglesia en esta carta, pero de todos ellos el tema que tiene más
prioridad es éste”. Es lamentable que la oración no tenga prioridad en muchas iglesias. A veces, la
reunión de oración es la actividad menos concurrida en ellas.
MÁS ORACIÓN→ MÁS SANTIDAD.

POCA ORACIÓN→ POCA SANTIDAD.

MÁS ORACIÓN→ MÁS TRANQUILIDAD.

POCA ORACIÓN→ POCO TRANQUILIDAD.

MÁS ORACIÓN→ MÁS FRUTO.

POCA ORACIÓN→ POCO FRUTO.

El autor emplea cuatro términos para referirse a la oración, impactando así al lector con el gran
significado que tiene este ministerio de la iglesia. En realidad, el significado de estos vocablos no varía
mucho y, sin duda, Pablo los usó para enfatizar el concepto de la oración, no tanto para distinguir
diferentes clases de oración. Sin embargo, cada uno dice algo importante sobre la oración.

Por ejemplo, rogativas viene del verbo “necesitar” y describe la oración que es motivada por un
profundo sentimiento de necesidad. También enfatiza la importancia de la oración porque se usaba
para presentar una petición a un rey.

Oraciones se refiere a la oración en general, una comunicación con Dios, no con los humanos.
Como el vocablo sólo se usa para referirse a una comunicación con Dios, incluye la idea de reverencia
y adoración. La oración no consiste solamente de peticiones; es un acto de sumisión y adoración al
Creador del universo.

El término peticiones significa acercarse a Dios con intimidad, familiaridad y confianza, como un
niño con su padre, para expresar los deseos de su corazón.

Finalmente, acciones de gracias señala un elemento imprescindible en la oración. En Romanos


1:21, Pablo enseña lo que son los pecados más básicos: “Pues habiendo conocido a Dios, no le
glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos…”. Si
desde la creación, los hombres han mostrado rechazo a Dios por su falta de gratitud a él, a toda costa
el creyente debe evitar esta falta. El creyente manifiesta su amor, dependencia y sumisión a Dios por
medio de la sincera acción de gracias.

ORACIÓN POR LAS AUTORIDADES 2:2

En el v. 2, el autor señala a un grupo particular por el cual los creyentes de Éfeso debían
interceder. Es posible que los cristianos descuidaron este deber porque veían a las autoridades como
enemigos y opresores. El rey se refiere al conocido emperador romano, Nerón. Era muy difícil para los
que amaban la santidad y la justicia sentir respeto por un líder egocéntrico e injusto como Nerón. Sin
embargo, Pablo enseña que una obligación cristiana es respetar el puesto y que ninguna persona es
tan importante ni demasiado mala para que el creyente no ore por él.

“Todos los que están en eminencia” se refiere a los gobernadores y funcionarios de rango
inferior que estaban sujetos al emperador. El creyente debe orar por todos ellos.

Este versículo indica un motivo muy práctico por el cual interceder por las autoridades. Aunque
la oposición oficial del gobierno romano no se había generalizado como sucedería más tarde en el año
64 d.C., los cristianos de esa época sentían su rechazo y a veces estaban en peligro. Sufrían la
calumnia e injusticias sociales y económicas. Entonces los cristianos debían orar por las autoridades,
para que tomaran decisiones favorables a la nueva fe, permitiendo que las iglesias siguieran
tranquilamente la predicación del evangelio y la edificación de los creyentes.

Quieta se refiere a las circunstancias que rodeaban a los cristianos. Reposadamente señala la
paz interna que experimenta una persona.

Por supuesto, hay otras razones para interceder por las personas que están en puestos de
autoridad. La oración es una de las respuestas cristianas a los problemas políticos y socioeconómicos.
Para el cristiano, la oración sustituye a la reacción de odio y frustración que los humanos generalmente
sienten frente a las injusticias y sufrimientos.

En el mundo griego la palabra piedad significaba la devoción y reverencia que producen las
actitudes y conducta que agradan a Dios. La honestidad significa “dignidad” y “honor”, es la calidad
de vida que surge de la excelencia moral y por eso, merece el respeto de los hombres (comp. 3:4 y
Tito 2:7). Por eso, debemos orar por los líderes, no sólo para que haya seguridad personal, sino para
dar testimonio de devoción y santidad en medio de un mundo que tiene hambre de Dios.

¿POR QUÉ DEBEMOS ORAR POR TODOS? 2:3–7

Ahora debemos comentar el enfoque principal del párrafo. Seis veces en los vv. 1–7, Pablo usa
alguna forma de la palabra todo. Tres veces se refiere a todos los humanos (vv. 1, 4, 6). En el v. 2,
señala a “todos los que están en eminencia”. El autor exhorta a los lectores a que oren por todos los
hombres. Es imposible orar por cada persona en el mundo por nombre. Pablo enseña que el cristiano
debe orar por todos los humanos, sin distinción. Es decir, no debe excluir de su intercesión a ninguna
clase de hombre.

Es posible que los que enseñaban las falsas doctrinas en Éfeso estuvieran equivocados en esta
área. Parece que enseñaban que el evangelio es sólo para los judíos, o para gentiles que acepten y
cumplan las normas del judaísmo. Decían que debían orar sólo por estas personas. Por eso, Pablo
presenta los argumentos en los vv. 4–6, basado en la doctrina de la salvación.
Este exclusivismo omitiría orar por las autoridades porque eran enemigos del evangelio y
tampoco respetaban ni guardaban la ley judía. Pero el pasaje enseña que orar por las autoridades no
es la única responsabilidad de los creyentes. Algunos creerán al estudiar esta carta, que Pablo va a
hablar de varias categorías de personas, pero después de la primera, las autoridades, deja de elaborar
su lista y entra en el tema de la universalidad del evangelio. Los cristianos deben orar por todo tipo de
personas: judíos, gentiles, por las autoridades, los enemigos, los de otra cultura o raza, y por las
personas que pareciera imposible que cambiaran.

¿Por qué debemos orar por todos los hombres? Pablo enseña cinco razones. En primer lugar,
“es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres
sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. Dios el Salvador ama a todos. Hemos de
reconocer que el v. 4 expresa el deseo de Dios basado en su amor y la provisión que hizo para todos
los humanos. No todos serán salvos. Este versículo muestra que Pablo habla especialmente de la
oración por la salvación de los hombres.

¿POR QUÉ DEBEMOS ORAR POR TODOS?

1. PORQUE DIOS DESEA QUE TODOS SEAN SALVOS v. 4

2. DIOS ES EL DIOS DE TODOS LOS HUMANOS v. 5

3. CRISTO ES EL MEDIADOR DE TODOS LOS HUMANOS v. 5

4. CRISTO MURIÓ POR TODOS v. 6

5. PABLO FUE APÓSTOL DE LOS GENTILES (NO SÓLO DE LOS JUDÍOS) v. 7

La segunda razón es que “hay un solo Dios”, una verdad céntrica del Antiguo Testamento. Los
gentiles tenían muchos dioses, un dios, o varios dioses, para cada nación. El judaísmo y el cristianismo
afirman que Dios es el Creador de todos. Él proveyó la salvación para todos, porque es Dios de todos.
Por eso, debemos orar por todos. Por eso no debemos pasar por alto a ninguno.

La tercera razón es que hay “un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre”, una verdad céntrica del Nuevo Testamento. La lógica es la misma de la frase anterior. El
mismo mediador es para todos los hombres. Sólo hay un medio de salvación para todos. Entonces,
debemos orar que todos sean salvos por medio de Jesucristo.

Doctrinalmente, es importante la afirmación de que Jesucristo es hombre. Él califica como


mediador porque comparte la misma naturaleza de todos los humanos. Así fue como pudo morir en
lugar de los hombres, cargar los pecados de todos y abrir el camino a Dios.
En el v. 6 se encuentra otra frase que presenta el argumento de por qué los cristianos han de
orar por todos: Jesucristo “se dio a sí mismo en rescate por todos”. Cristo murió por todos. El
Salvador no excluyó a ninguno, llevó los pecados de todos; entonces, los cristianos tampoco han de
discriminar a nadie.

Rescate significa el precio para librar un esclavo. Aquí aprendemos cómo la muerte de Cristo nos
salva. Jesucristo pagó con su muerte el precio para redimir a los hombres de la esclavitud al pecado.

El último argumento lo encontramos en el v. 7: Pablo fue comisionado apóstol y maestro


específicamente para los gentiles. Aquí entendemos el error que Pablo quería corregir: la exclusión
de los gentiles. Hemos de orar por los gentiles también y no sólo por los judíos.

Entonces, por el amor de Dios, el único Dios, por Jesucristo el único mediador, el que murió por
todos, y por la responsabilidad de Pablo a los gentiles, el autor demuestra que los cristianos tienen
que orar por la salvación de todos los humanos, sin distinción. No hemos de pensar que alguno es
demasiado duro o pecaminoso o que otro es más aceptable para Dios. El Señor ha provisto en Cristo
la salvación para todos. Los creyentes deben interceder por la salvación tanto de un injusto como
Nerón, como por todos los gobernantes, todos los gentiles y todas las personas de cualquier grupo del
mundo.

También podría gustarte