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La Paciencia de Dios

José Manuel Coronado Rivas

Dios es tan grande que solo podemos estudiar una perfección o atributo a la
vez. Dios no puede ser encontrado a través de la investigación. La paciencia de
Dios es la bondad de Dios al retener el castigo de los que pecan por un período de
tiempo. La paciencia es primeramente característica en Dios. Es su gran
longanimidad ante el mal y la maldad en el hombre (Ex. 34:6; 1 P. 3:20). Esta
cualidad lleva a revivir la propia paciencia del hombre en el obrar de los justos
propósitos de Dios (Ro. 2:4; 2 P. 3:9, 15). Existe una esperanza segura en un juicio
futuro por Jesucristo. La ira divina está suspendida por un tiempo para dar la
oportunidad de arrepentimiento a los hombres y para que obedezcan la voluntad de
Dios.

Dios es una persona perfectamente balanceada. Todos sus atributos obran


armoniosamente para la alabanza de Su gloria. Todo hombre por razón del pecado
está en alguna medida desbalanceado. El pecado es una forma de locura, pero en
la conversión llegamos a tener una mente sana. Todos los atributos de Dios están
perfectamente mezclados y hacen que Él sea el grande y glorioso ser que Él es, y
siempre será.

La paciencia de Dios se menciona en algunos de los pasajes en conexión con


la misericordia de Dios. El Antiguo Testamento frecuentemente habla de Dios como
«lento para la ira» (Éx. 34:6; Nm 14:18; Sal 86:15; 103:8; 145:8; Jon 4:2; Nah 1:3).
En el Nuevo Testamento Pablo habla «de la bondad de Dios, de su tolerancia y de
su paciencia» (Ro 2:4), y dice que Jesucristo mostró su «perfecta paciencia» hacia
Pablo mismo como ejemplo para otros (1 Ti 1:16; cf. Ro 9:22; 1 P 3:20).

Todas las obras de Dios dan testimonio de Su existencia, pero ellas no tienen
nada que decir acerca de Su carácter o perfecciones morales. Su obra nos dice que
Él está allí, que Él es; pero no nos dice lo que Él es. En el estudio de lo que la Biblia
tiene que decirnos acerca de Dios, encontramos que el atributo de la paciencia
pertenece a su propia naturaleza.
El ejercicio de este atributo conduce a los hombres a pecar más abiertamente.
Los hombres confunden la paciencia de Dios con su creencia en su “no existencia”.
Debido a que ellos pecan y después de un tiempo no pasa nada, ellos concluyen
que no hay un Dador de la ley moral ante quien tengan que rendir cuentas.

Si el creyente no comprende este atributo de la paciencia, se molestará


maravillado de porqué Dios no destruye a sus enemigos y pone fin a tanta impiedad.
¡Bendito sea su nombre! Él esperará en su paciencia, para que sus propósitos se
cumplan. Y mientras Él espera, algunos están preparándose a sí mismos para
destrucción, y otros están siendo preparados por su gracia para ser vasos de
misericordia.

Nosotros debemos imitar la paciencia de Dios y ser lentos para enojarnos,


también debemos ser pacientes en el sufrimiento como lo fue Cristo. Debemos llevar
la vida con paciencia, y en Gálatas 5:22 se incluye la paciencia en la lista de los
frutos del Espíritu. Como con la mayoría de los atributos de Dios que debemos imitar
en la vida, la paciencia exige confianza momento tras momento en que Dios
cumplirá sus promesas y propósitos en nuestras vidas en el tiempo que él ha
escogido. Nuestra confianza que el Señor pronto cumplirá sus propósitos para
nuestro bien y su gloria nos permitirá ser pacientes. Santiago 5:8 hace esta conexión
cuando dice: Así también ustedes, manténganse firmes y aguarden con paciencia
la venida del Señor, que ya se acerca…

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