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La Iglesia que lo Tenía Todo


1 Corintios 1:1–9

¿Alguna vez ha tratado de comprar un regalo para alguien que lo tiene todo? Resulta
casi imposible encontrar un presente adecuado. Los corintios eran esa clase de
congregación. Debe haber sido muy difícil colaborar como líder de una iglesia así,
porque estaba acostumbrada a tener lo mejor de todo.
Por ella habían pasado los mejores maestros de esa época, tal vez los más grandes
predicadores de toda la historia de la iglesia, entre quienes estaban el apóstol Pablo,
Pedro y Apolos. ¿Cómo servir a Señor en una iglesia semejante? No obstante, las cosas
no marchaban del todo bien para los cristianos de Corinto porque aunque lo tenían todo,
les faltaba lo más importante: el amor.

LA SITUACION HISTORICA
Corinto era una ciudad comercial de gran importancia ubicada en el centro de una de
las principales vías mditerráneas de tráfico comercial. Tenía una población de
aproximadamente 750,000 personas. Su gente era rica y culta y se había hecho famosa
por varias razones: su extremada intelectualidad, su creatividad artística y su exagerada
perversidad moral.
El nombre “corintio” se empleaba como sinónimo de pecado y maldad. La
perversión giraba alrededor del culto fanático que el pueblo daba a la diosa del amor,
Afrodita, cuyo templo contaba con mil siervas de Venus dedicadas a la prostitución
religiosa.
Cada dos años, la atención de la gente se dirigía a los juegos deportivos istmeños
que ocupaban el segundo lugar en popularidad después de los juegos olímpicos. Se ha
dicho que la ciudad de Atenas se postraba ante el altar de la mente, mientras que Corinto
lo hacía ante el de La carne.
Cuando Pablo llegó a esa ciudad por primera vez, permaneció en ella por año y
medio. De allí siguió hasta Efeso, dejando a Apolos al cuidado de los creyentes. Luego,
este último viajó a Efeso para visitar al apóstol.
Después de esa visita, Pablo envió una carta condenando a quienes cometían
fornicación y anunciando sus planes de visitarlos (1 Corintios 5:9). Hizo los arreglos
necesarios para recoger una ofrenda y ayudar a los santos afectados por la escasez. Más
tarde, recibió noticias de algunas personas que vivían en la casa de Cloé acerca de las
divisiones y diferencias doctrinales que habían surgido entre ellos.
Pablo decidió mandar a Timoteo para que les ayudara a enfrentar esos problemas,
pero sólo pudo llegar hasta Macedonia. Mientras Timoteo estaba en camino, el apóstol
recibió una carta de Corinto donde le contaban otros problemas y le hacían preguntas. A
raíz de eso, les envió la misiva que en el Nuevo Testamento aparece como la primera
carta a los corintios.
PROPOSITO Y TEMA
El desarrollo lógico de su contenido está organizado en base a los distintos informes
que Pablo había recibido. El apóstol deseaba resolver la dificultad en cuanto a las
divisiones de la iglesia y contestar algunas cuestiones. Debido a la estructura que le dan
los diferentes problemas, la epístola no muestra tanta unidad en su tema como otras.
Puesto que Pablo aplica los principios básicos de la vida cristiana a cada área en
discusión, muchos comentaristas consideran que el tópico principal es la santificación
práctica del creyente. Sin embargo, limitarla a este tema sería hacerla demasiado general
y vaga.
Aunque no se puede aplicar una sola idea a todas las partes de la carta, sí se puede
observar que el asunto más serio que enfrentaban y el tema de mayor importancia en el
que el apóstol insiste, es el que se refiere a la falta de amor de los unos por los otros. Por
eso se puede llamar a la iglesia de Corinto “la iglesia a la que le faltaba amor”. En
breve, el propósito de Pablo era insistir en que tenían que aprender a manifestarlo en sus
relaciones interpersonales.
CORINTO: “LA IGLESIA A LA QUE
LE FALTABA AMOR”
¡PENSEMOS!
Suponga que usted escucha esta descripción refiriéndose
a una iglesia que conoce. ¿Cómo es una congregación
moderna a la que le falta amor? ¿Cuáles son las evidencias
específicas que podríamos esperar encontrar en ella y que
demuestran claramente esta carencia?

SALUDO
1:1–3
Las cartas del Nuevo Testamento empezaban con un saludo que consistía de tres
divisiones. En primer lugar se identificaba al autor, después a los destinatarios y por
último, se terminaba la sección introductoria con un saludo personal. Si analizamos esas
partes en cada carta, encontramos que en ellas se da al estudiante una idea resumida del
contenido del libro entero. En el que nos ocupa, sus tres partes están contenidas en los
tres primeros versículos.
Base práctica de la exhortación
Pablo habla como representante de Dios 1:1
El escritor había sido llamado a ser apóstol de Jesucristo. La palabra empleada aquí
quiere decir literalmente una persona “enviada”. Sin embargo, en el caso de los
apóstoles de la iglesia primitiva, esta expresión llegó a ser un título técnico que se usaba
para describir a quienes, desde la perspectiva humana, se consideraban fundadores de la
iglesia. Para ser reconocidos como tales, tenían que haber andado con Jesús durante su
ministerio terrenal y haber sido testigos oculares de su resurrección (Hechos 1:21–22).
Aunque Pablo no había presenciado este evento (Hechos 9:3–7) ni anduvo con el Señor,
había sido establecido como apóstol por Jesucristo mismo.
Además, afirma que su nombramiento había tenido su origen en la voluntad de Dios,
no en la de ningún hombre. Como el apóstol estaba por tratar algunos temas delicados,
no quería presentarlos como provenientes de su opinión, sino bajo la perspectiva divina
porque la obra pertenecía al Señor.
Pablo les habla como a personas apartadas para Dios 1:2
Los destinatarios de esta carta eran corintios de nacimiento y el estilo de vida
mundano que habían llevado antes permeaba su comportamiento en la iglesia. Había en
ella degradación moral, orgullo, discusiones, grandes maestros de filosofía compitiendo
entre sí, y una mezcla de libertinaje, placer y religiosidad.
A pesar de la presencia de estos elementos negativos entre ellos, Pablo los identifica
como personas que habían sido apartadas de todo ello por Jesucristo y les llama
“santificados” o “santos”. Las dos palabras significan “apartados”. Los hermanos
compartían el mismo llamamiento con todos los que invocan el nombre del Señor
Jesucrtiso y los que confiamos en él somos llamados a ser santos. Por eso, también
nosotros debemos ser distintos de las masas populares que se encuentran a nuestro
alrededor.
Pablo quería que experimentaran gracia y paz de Dios 1:3
El estilo de vida que llevaban era todo, menos la expresión externa de la gracia y
paz de Dios manifestada en ellos. Al imitar la forma de vivir y las actitudes comunes de
sus conciudadanos, estos hermanos estaban lejos de manifestar la gracia divina. No
daban evidencia de que hubieran sido transformados por él.
Las divisiones y pleitos entre ellos tampoco daban fe de esa paz que viene del Señor.
Pablo deseaba, que mostraran ante el mundo cómo son la gracia y paz que da el
Altísimo.
Base doctrinal de su exhortación
La iglesia pertenece a Dios 1:2a
Aunque la congregación estaba en Corinto, no por ello pertenecía a ellos, sino que
era a propiedad de Dios.
Todo lo que la iglesia tiene es por estar en Cristo 1:2b, 4, 9
Las bendiciones abundantes que habían recibido no se debían a algún mérito
personal ni les daban derecho a enorgullecerse. Lo tenían todo gracias a que estaban en
Jesucristo.
La iglesia se compone de quienes invocan el nombre del Señor 1:2c
La posición y privilegios que se dan en la iglesia no se deben a alguna distinción
nacional o racial. Los que han confiado en el Señor, sin importar de dónde son, forman
parte del pueblo de Dios.

¡PENSEMOS!
¿Cuáles son las implicaciones prácticas de estas
verdades doctrinales? Si lo que Pablo dice es cierto, ¿cómo
debe afectar esto nuestras relaciones con otras personas que
han creído en Cristo? ¿Qué estaba sucediendo en la iglesia
en Corinto? ¿En su propia iglesia?

ACCION DE GRACIAS
1:4–9
Por el énfasis que se pone en corregir los problemas y defectos que los aquejaban,
nos ha quedado una impresión negativa respecto a sus congregantes. Pudiera ser que
pasáramos por alto algo importante: la de Corinto era una gran iglesia. Si hubiéramos
llegado a ese lugar buscando dónde adorar a Dios, habríamos estado encantados de
pertenecer a ella porque lo tenía todo.
En el día del juicio serían considerados irreprensibles gracias a que Dios habría
permanecido fiel, no por sus propios méritos. Pablo da gracias al Señor porque habían
sido dotados de toda clase de bendición espiritual en Cristo. No les faltaba nada de lo
que uno pudiera desear.
Estaban enriquecidos en Cristo 1:4–5
Asimismo, Pablo agradece al Altísimo por la posición espiritual que tenían por
medio de Jesucristo y porque habían recibido toda bendición en él. El apóstol nunca
puso en duda la autenticidad de su profesión de fe, pero reconoce que no tenían todo
esto gracias a sus logros, sino por la bondad divina, que es la base de todo lo que
tenemos o hacemos que merece alabanza.
Habían recibido todo 1:5
Estaban enriquecidos tanto en palabra como en conocimiento. Sabían todas las
doctrinas bíblicas, habían escuchado a los mejores maestros entre quienes estaban Pablo
mismo, Pedro y Apolos. ¿Qué más habrían podido desear?
Habían dado evidencia de ser cristianos auténticos 1:6
Su testimonio público era bien conocido. El mensaje de Cristo se había confirmado
por medio de ellos. Este comentario parece demostrar que estaban activos en el
evangelismo personal.
Manifestaban todos los dones espirituales 1:7a
También se encontraban en esta congregación todos los dones espirituales; no les
faltaba ninguno. Si los visitáramos, nos habríamos impresionado por la multitud y
diversidad de talentos y dones que se encontraban entre los hermanos de esta iglesia. No
carecían de ninguno.
Apoyaban la escatología correcta 1:7b–8
En cuanto al futuro, creían en la esperanza verdadera. ¡Es probable que celebraran
una conferencia profética cada año! Esperaban el regreso del Señor, sabían que al venir
él, los presentaría irreprensibles ante el trono de su Padre.
¡ESTA IGLESIA LO TENIA TODO!
Dios completaría su obra en ellos 1:9
A pesar de lo que indicaban las apariencias, Pablo estaba seguro de que Dios
terminaría la obra de perfeccionamiento que había empezado en ellos (1:9) porque él es
fiel y no fallaría. Toda la gloria debía darse sólo a él, ya que era el autor de la
transformación que se estaba efectuando en ellos. El Señor los había llamado y
terminaría lo que había empezado.
Así que, ¿qué más se podía esperar? La lección principal de este pasaje introductorio
es que se puede tener todo lo que se ha mencionado y seguir siendo carnal. A estos
hermanos dotados les faltaban el amor y la unidad. Todos los problemas señalados en
esta carta se deben a una sola cosa que no tenían: amor genuino.
¿QUE PASA A UNA IGLESIA
CUANDO EL AMOR FALTA?
Divisiones 1–4
Indiferencia al pecado 5
Pleitos legales entre hermanos 6
Fraudes de unos a otros 6
Actitudes legalistas en cuanto al matrimonio 7
Luchas acerca de nuestros derechos 8–10
Liberación de la mujer 11
Excesos en el comer en las reuniones de comunión 11
Orgullo en cuanto a los dones espirituales 12–14
Incapacidad para corregir la confusión doctrinal 15
Falta de interés en ofrendar para ayudar a otros 16
La conclusión a que llega el apóstol es que aunque lo tengamos todo como ellos sin
amor, sólo haremos ruido (1 Corintios 13) porque sin él, nada vale.

¡PENSEMOS!
¿Será este mensaje de utilidad práctica para la iglesia
del siglo veinte? ¿Cuáles problemas de los señalados en
Corinto se encuentran en las iglesias que usted conoce? ¿Qué
advertencia se aplica a nosotros del mensaje de esta carta?
¿Qué debemos hacer al respecto?
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1Porter, Rafael: Estudios Bııblicos ELA: Sólo Faltaba El Amor (1ra Corintios). Puebla, Pue., México
: Ediciones Las Américas, A. C., 2005, S. 5

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