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Alumno:

Héctor Roncal Salazar

ANÁLISIS DE LECTURA:
“LA CURA MENTAL”
De la autora Elena White

La interacción entre la mente y el cuerpo es una avenida de doble sentido. El estrés puede
somatizar en el cuerpo, aunque no exista una enfermedad orgánica, debido a que el cuerpo
responde fisiológicamente al estrés emocional. El estrés puede causar ansiedad, y esto a
su vez activa el sistema nervioso autónomo y las hormonas como la epinefrina acelera la
frecuencia cardíaca y aumenta la presión arterial y la cantidad de sudor. Así mismo, el
estrés puede causar contractura muscular, que producirá dolores en el cuello, la espalda, la
cabeza u otras zonas.
La sierva de Dios a través del Espíritu de profecía dice lo siguiente: “El valor, la esperanza,
la fe, la simpatía y el amor fomentan la salud y alargan la vida. Un espíritu satisfecho y
alegre es como salud para el cuerpo y fuerza para el alma. “El corazón alegre es una buena
medicina.” Esto es una luz para nosotros que vivimos en un mundo lleno de angustia y
muchas veces pensamos que la salida está muy lejos de nuestro alcance, es muy cierto que
se necesita mucha sabiduría para tratar las enfermedades causadas por la mente.
Los profesionales del área de salud tienen una gran responsabilidad que es el de reflejar a
Jesús, tratando con simpatía y ganándose la confianza de sus pacientes para que ellos
refuercen su fuerza de voluntad para ponerse en armonía con las leyes de la vida.
La mayoría de la gente, basándose en su experiencia personal, piensa que el estrés
emocional puede incluso adelantar o alterar el curso de enfermedades físicas graves. Es
obvio que las emociones pueden afectar algunas funciones en el cuerpo, por ejemplo, la
frecuencia cardíaca, la presión arterial, la sudoración, los patrones del sueño, la secreción
de ácidos estomacales y las evacuaciones intestinales. Pero el asentamiento de otras
relaciones parece menos obvio. Apenas se han empezado a identificar las vías de
comunicación y los mecanismos responsables de la interacción entre el cerebro y el
sistema inmunitario. Es sorprendente que el cerebro pueda cambiar la actividad de los
glóbulos blancos (leucocitos) y con ello la respuesta inmunitaria, porque los glóbulos
blancos recorren el cuerpo por los vasos sanguíneos o por los vasos linfáticos y no están
adheridos a los nervios. Sin embargo, los diversos estudios realizados por los científicos han
demostrado que, efectivamente, el cerebro se comunica con los glóbulos blancos
(leucocitos). Por ejemplo, la depresión puede inhibir el sistema inmunitario y provocar que
una persona sea más propensa a ciertas infecciones como el resfriado común.
Sin embargo los principios de la salud están establecidos por Dios a través de su palabra y
el espíritu de profecía, simplemente tenemos que ser obedientes a sus instrucciones
porque él desea que nosotros tengamos salud y para eso nos da diversas herramientas que
podemos usarlo tales como el canto, fuerza de voluntad o dominio propio, ser agradecidos,
asimismo, debemos recordar que también es importante que compartamos con los demás,
que seamos serviciales, porque las buenas acciones son de doble bendición porque lo
aprovecha el que recibe la buena obra y el que lo da y muchos estudios revelan que
quienes practican estas actividades indican que el ayudar a los demás es bueno para la
salud porque reduce la depresión, refuerza el autoestima, aumenta la capacidad de
empatía, mejora la salud cardiovascular, ayuda a tu crecimiento personal, mejora la vida
social y algo muy importante dejamos nuestra marca o huella como cristianos.

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