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EL

"MUSEO HISTÓRICO"
PUBLICACION TRIMESTRAL

ILUSTRADA Y DESCRIPTIVA

RA.!0 LA D!liECCION Dl~

ADOLFO P. CARRANZA

TO~!O III - ENTREGA 4•

BTTEK OS AIRER
ESTABLECIMIENTO DE 11ifPUESIONER IJE GFILLEJn!O KRAFT,EDITOR-CUYO 1124

189G
DOCUMENTOS OFICIALES

Buenos Aires 26 de abril de 1896.

Señor Ministro :

Como he tenido ocasión de manifestar á la Superioridad,


en diferentes oportunidades, la edificación de una casa, en que el
"Museo Histórico :N"acional·· pneda instalarse con las comodida-
des que requiere un Establecimiento de su índole ; se impone ya,
por el incremento que toma la Institución, creciendo día por dia,
enriqueciendo sus salones con las reliquias de un pasado. querido,
herencia de gloria que se trasmitirá á Ja¡¡ generaciones venide-
ras y estimulando con el ejemplo de nobles accioneE á los ar-
gentinos.
La casa que actualmente ocupa, por su construcción y condi-
ciones, carece de las comodidas más indispensables á esta clase
de Establecimientos, manteniendo sus instalaciones en un estado
provisorio molesto, desde que no puede procederse á trabajos
definitivos en un edificio húmedo y pequeño ya para más de un
millar de objetos que contiene. Carece de talleres para restau-
ración y fotografia, oficinas, biblioteca, alojamiento apropiado
para los guardianes y personal subalterne, etc.
Estas razones me inducen á molestar la atención de V. E.,
solicitando con el mayor en:peño qniera conceder la donación de
una área de terreno con extensión de 50 metros por 80, frente
á la calle de Santa Fé, inmediato al local que ocupa hoy el
Museo.))
Obtenida la cesión de este terreno, creo poder allegar los
recursos necesarios para edificar una casa, cuyo plano se adapte
á la necesidad del Establecimiento, sin gravar al fisco en modo
alguno.

:205
Confío en que la poblaciln1 nacional que tanto favor ha diR-
pensado al «l\fuseo Históricon, eomo lo prueba el crecido núme-
ro de visitantes qne á él asisten, no me negará sn contingente
para el logro de tan alto propó:;ito, y antes de un año habré
n.copiado los elementos suficientes para asegurar que el edificio
Re construya indefectiblemente. Si esto no sucediera, contra to-
das mis esperanzas, la cesión del terreno qneda»á sin efecto.
Espero que V. E., apreciando las razones que dejo apun-
tadaR, se servirá poner en conformidad á lo que pido en benefi-
cio de tan simpática Institución.
Saludo á V. E., con mi consideración.

AHOJ,J<'O P. CARRANZA.

A 8. E. el selíor Ministro del Inferior dor:tor Benjamín Zorrilla.

"Buenos AirP~. mayo BO tlP 18~JG.

Señor Ministro :

Tengo el honor de presentar á la consideración de V. E.,


el informe anual del estado y marcha de la repartición á mi car-
go, cnmpliendo así con laR disposiciones establecidas. Desde su
creación, en 1890, hasta la fecha, ha progresado notablemente y
me es satisfactorio señalar las vent>1jas obtenidas, aRÍ como el
concurso qne el país le ha prestado y la asiduidad con que el
pneblo lo frecuenta.
El Gobierno Nacional atendiendo á las indicaciones de esta
Dirección, ha favorecido su desarrollo con Pcertadas disposicioneR,
y abrigo la esperanza de que muy pront0 llegaremos á formar en
fila con las lrn;titnciones enropeas, de esta índole. Cn~ndo á finr.s
de 1893, el <•Museo Históricon, fué instalado en el edificio que
ccupó el Departamento de Agricultura, calle Santa Fe 3951, se
snpnso que ese bastaría, por mncho tiempo á sus necesidades, y
era esto cuanto acertadamente podía hacerse entonces; pero, hoy,
extendida Rn acción con un crecido número de objetos á exhibir,
entre lhs cuales, Re encuentran piezas rle importante mérito his-
tórico y de valor intrínseco, su co11servació11 impone la. conve-
uiencia de un edificio más amplio con apropiada distribución y
construido de rnamll'a que no solo asegure las existencias, sino
que dé lugar á localizar en él, talleres de restauración y
fotografía, oficinas para la Direcc;ión, Biblioteca-que hoy
no hay c;omo colocar - depósitos, alojamiento interno para
los guardianes, y lo que es de vítal if!terés, salones con
forma apropiada, cuya orientación facilite la vigilancia con el
menor person::1l posible, y permitan la instalación definitiva de
las cosas de gran volúmen y peso. Excuso encarecer aquí las
notorias defiüiencias de aquella casa considerada buena, tres años
hace, IJOr cuanto constan en diferente:,; notas é. informes remiti-
dos oportunamente al Superior; pero sí creo oportuno dec;ir que
con el pen~amiento de 01·illar las dificultades qne he manifestado
antes, he o:;olicitado de V. E. la cesión de nn terreno de 80 me-
tros poi· nu, en el espacio de jardín que da frente á la calle de-
lante del edificio actual, con el propósito de levantar en él una
nueva construcción ligada á la antigua, para fijar definitivamente
el «.!Uuseo Histórico•i y evitar mayores gastos, en un futuro no
lejano, desde que las circunstancias ach1ale8 obligarán á conti-
nuos y onerosos repasos, cuyo costo no estará nunca en relación
con sus ventajas.
Esto no traerá al fisco erogación alguna, como podría su-
ponerse á primera vü;ta, porque creo poder obtener, con el con-
cur8o particular, las sumas nece8arias á tal propósito, y el pue-
blo podra congratular8e de haber co8teado el edificio en que se
guarden y custodien, con la honra merecida, la8 reliquias de 81lS
prohombre:-; y los trofeos de iuol vidable8 gloria8.
E8 evidente, 8eñor Ministro, que la ln8titucióu que dirijo,
110 es de aqnellas que retribuyen con provecho8 particulares los
gastos ocasionado8, pero la capital de la Republica Argentina,
no pnede ya exmrnan;e, como las demás capitales del mundo ci-
vilizado, 1le huurar sn8 progenitore8 y 08tentar su8 triunfos para
mantener vivo y ardiente el sentimiento patriótico de los ciuda-
da1108 y la emulación que de8piertan 8iemprn 108 grnnde8 ejem-
plos de abnegación y civi8mo. Debo, por e8ta razón, e8perar
que el P. E. apoye oportunamente la .propuesta, á que me refie-
ro, y, pueda llevar8e pronto al terreno de la práctica.
De8de Mayo del año anterior, fecha en que elevé la últi-
ma memoria no ha tenido lugar cambio alguno en el per8onal.
Este se compone, 8Ín mencionar el que 8U8cribe, de 2 emplea-
dos, que ocupan sus pne8tos, de8de la fundación del Estableci-
miento-2 guardianes, 1 asi8tente auxiliar, autorizado fuera de
presupuesto y un ordenanza encargado del cuidado y limpieza

~57
del mausoleo del General San Martín, en la catedral. Concurre
también, por <lisposic;ón superior, un gendarme de policía, du-
rante las horas que el «Museo» está abierto al público.
La vigilancia 8e prnctica con algmrn diti<;ultad, pues el edi-
ficio comprende 10 salas: 6 en la planta baja y 4 en la alta, co-
municadas, entre sí, por grandes arcos ó abérturas sin puertas
para facilitar el tránsito por ellas, y además 4 torreones que
ocupan los ángulos y sirven para escritorio y habitacioaes de los
guardianes; pero están ubicadas de tal modo, qne los cuidadores
se ven obligados á recorrer continuamente !<is salas para aten-
der á muchos puntos á la vez. Convendría, pues, y sería eco-
nómico, la asistencia <le una guardia militar que podría rendirse
con pocos hombres, <le cualquier.t de los cuerpos de la guarni-
ción, no solamente por las causas arriba señaladas, sino por lo
aislado del local, la necesid;id de vigilancia permanente y la
respetabilidad que debe darse á este Instituto.
El mausoleo del General San Martín, se conserva en per-
fecto estado y se atiende á él con asiduidad. En los días so-
lemnes ó fiestas, en que la catedral es abierta al público, el en-
cargado hace guar<La permanente hasta que i:;e cierran las puer-
tas. Había proyectado para ser colocado en los nichos laterales,
hoy vacíos, los bnstos fundidos en bronce de los generales To-
mas Guido y Juan Gregorio de Las Heras, y volveré oportuna-
mente con esta solicitud linte el Superior.
Para <lar idea clara del movimiento progresivo <le! ccMnseoii,
~era conveniente anotar el número de los objetos con que abrió
suR puertas, en cada una de las casai:; que tmcesivamente ha
ocupado, desde su fundación, y ei:; como sigue :
Se inauguró el 30 de Agosto de 1890.
Calle Esmeralárt 848, con. . . . . . . . . . . . l!Jl objetos
Calle Moreno 330, aumentó. . . . . . . . . . 93 "

Se abrió 15 Febrero 18i:.1 con ....... . 28-1 ))

Calle Santa J'r; 3951, aumentó ....... . 602 ))

Se abrió el 6 de Enero 1894, con ... . 886 ))

Aumentó hasta Mayo 6 de 1895, ... .


fecha de la lÍ:l tima Memoria ......... . 149 ))
Aumento hasta la fecha ............. . 205 ))

Existencia actual .................. . 1240 objetos

258
Estas cifras muestran un progreso rápido, debido á que
todavía existen piezas importantes en poder ,le f!articulares y fue-
ra del país muchas que recoger, reclamar ó comprar, que irán
ingresando gradualmente; aparte de las colecciones privadas, pa-
ra cuya adquisición se requieren mayores desembolsos que los que
pueden hacerse con la suma votada por el Congreso á estos fines.
Entre los objetos adquiridos, este año, conviene citar algu-
n0s de importllncia, que figuran dignamente en la colección del
Establecimiento, tales como la colección de cuadros, 29, pintados
por el capitán Cándido Lopez, representando escenas y episodios
de la guerra del Paraguay, adquiridos en propiedad por el G. N.
El retrato original ele fray Gabriel Arregui, obispo de Buenos
Aires y 11 más, de gran formato, al óleo todos, de padres mi-
sioneros de San Francisco, en el Paraguay, y que se conservaban
en el convento de esta advocacion en Córdoba. El retrato del
general Gregario Araoz de Lamadrid. - Otro del general
Hilarión de la Quintana. La bandera del 1er. regimiento de la
caballería argentina, en la guerra del Paraguay. Retrato del
general Blanco Encalada, á la pluma, en su lecho de muerte.
Arbol genealógico del adelantado del Río de la Plata don Juan
Ortíz de Zárate. La e:-;cuadra argentina al mando del general
Brown, a1 frente de Montevideo, cuadro al óleo por el coronel
Murature. Una cama del siglo pasado que perteneció á la
familia de Escalada. Una pistola que usó el coronel Juan
Pascual Priugles. Retrato al óleo del cirujano del ejército pa-
triota que pasó los Andes, don Francisco de Paula Ramiro y
del coronel José Montes de Oca. Una colección numismática
compuesta de 73 piezas, medallas y condecoraciones de cobre y
plata. uEI Monasterion, mortero fundido en Buenos Aires, en
1813. Otros tres fundidos en Sevilla, el siglo pasado. Dos ca-
ñones españoles de li37 y 175fl y otro de menor calibre, fundi-
do en Buenos Aires en 1859. Un grabado representando la ba-
talla de Suipacha. La espada del coronel don !\fanuel Dorrego,
y el uniforme del general José M. Paz. Un piano fabricado, en
Londres 1804, para la señora de Ezcurra.
Como una enumeración más extensa haría molesta la lectu-
ra de este informe, me limitaré á lo consignado, agregando que el
«l\f useon tiene comprometida la adquisición de una miniatura ori-
ginal del ilustre libertador José de San Martín, existente en el
Perú, la que vendrá pronto á enriquecer sus anaqueles.

:ló9
El método adoptado para facilitar al público el exámen de
las cosas expuestas, es la confección de breves catálogos impre-
sos, en que están numerados y clasificados por orden de salas,
los que se distribuyen gratuitamente y en profusión, aumentán-
dose, en cada edición, los objeto& nuevos qne se hayan recibido.
Estos tienen el doble propótüto de facilitar el estudio de lo qne
desea examinarse y difun.!ir datos históricos y fechas notables.
UJtimamente, y para celebrar el aniversario de nuestra
emancipación política, se distribuyeron, en los días 24 y 25 de
JHayo, 3.000 retratos grabados del general J c.sé de San l\fartí11,
de don Nicolás Rodríguez Peña y de la jnnta gubernativa de
18i0.
El «l\Iuseo Histórico>> es por sn índole, el más favorecido
en el país con el concurso del pueblo, que acude numeroso, en
los días de visita, no solo nacionales sino extranjeros, á contem-
plar con admiración y respeto esas reliquias del pasado, que un
sentimiento muy justificado de patriotismo ha conseguido reu11ir
para ejemplo de los que nos sucedan en la vida de progreso y
engrandecimiento á que está destinada la República.
A él concurren los niños de las escuelas, en días deterrr.i-
nados, por disposición del Superior Consejo de Educación, así
como también los solclados de nuestro ejército. En el tiempo que
abraza este informe, han asistido en corporación 15 e:;cuelas de
niñas y varones con sus maestros, siendo difícil señalar el míme-
ro de niños que asisten en agrupaciones, por inspiración propia.
En libros especiales ~e regi:;tran las firmas <le todos aquellos
viRitantes que voluntariamente qnieran hacerlo, de modo que ano-
taré estas cifras, de:;de la inauguración hasta Diciembre de 1895,
en la certidumbre de que el número real de concurrentes trivlica
esta suma:
En 1890 Desde Agosto 30 en que se inauguró 2569 firmas
)) 1891 4610 ))
)) 1892 4941 "
» 1893 ~stu vo clausurado 4 meses por la 1rneva
instalación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2754 ii
)) 1894 6357
))

)) 1895 5950
))

Hay pues 27186 firmas


regü:tradas, entre ellas, las de muchas personas notables de Sud

260
América. En el tiempo que comprende este- de Mayo 6 de 18%
á la fecha - se han registrado 5787 firmas.
Me es grato poder manifestar aqní, que el «Mnseo» ha. pres-
taoo su contingente á los historiaoores, facilitando copias al edi-
tor señor Lajouane, de retratos (le próceres, para una obra qne
pronto debe editRr y al señor Stein, del mismo modo, pan la
publicación de retratos, con motivo de las fiestas pátrias.
La biblioteca americana qne doné al Establecimiento cons-
tante de 1000 volumenes, ha aumentado su número, pero falta el
local apropiado para establecerla, y me veo obligado á conservRr
la en mi casa particular, sin facilidad de inventariarla y formar
el catálogo, como desearía, dificultando con esto los trab!ljos <le
cansnlta y manteniendo en mi poder lo que al Establecimiento
pertenece, y esta es otra de las razones que me impulsan á poner
de relieve la necesidad de adquirir nn local propio para el uMn-
seo».
ComJ V. E. sabe, dos importantes publicaciom,s corren á
cargo del Establecimiento editadas ambfls por la imprenta y lito-
grafía de G. Kraft, con arreglo á contratos especiales celebrados
con el qne suscribe debidamente antorizad0fl por el Ministerio, á
saber:
Los acuerdos del extingnido Cabildo <le Buenos Aires, de
loR que se han concluido los tomos so y 9° y están en prensa el
70 y el 10°. La eclición se hace en volúmenes de 300 p{.ginas
esmeradamente impresos y conservando la ortografía de los ma-
nuscritos originales, por indicación de versados historiadores, á
quienes consulté al respecto.
La segunda publicación el «Museo Histórico», lleva edita-
rlos dos tomos y parte del tercero, repartiéndose trimestralmente
una entrega de 60 paginas, en papel fino y trabajado con todo
e;omero. Para dar idea de su interés, extractaró el ín<lice de lo
publicado hasta la fecha.
El señor teniente general B. Mitre, acompaña el retrato del
general Juan Gregorio de Las Heras, con una biografía de est.e
distingnido jefe de los ejércitos de la independencia.
El señor doctor Angel J. C11rrwnza, hizo dos trabajos relati-
vos el primero á la lámina de Oruro regalada al Cahilclo y a
Liniers, por hs jornadas del año 1806 y 18u7, y el segundo, á la
taija famosa qne laR dam!ls de Potosí obsequiaron al general Bel-
grano en 1813.

:fül
El señor José Juan Biedma, escribió sobre el escudo de la
Asamblea general constituye de 1813 y las biografías de los co-
roneles de la independencia Martín Lacarra y .Juan P. Pringles.
El señur Clemente L. Frcgciro, redactó los apuntes biográ-
ficos d~l precursor rle la independencia Hipólito Vieytes.
El señor doctor Manuel F. Mantilla, labró la del inolvidable
Nicolás Rodríguez Peña.
El señor doctor Maximino Ciímus 1 una biografía del general
Matías Zapiolft.
El señor doctor Adolfo Saldías, relató la historia de la má-
quina infernal enviada al dictador Rosas.
El señor José Antonio Pillado, la bíografía del general Gui-
llermo Carr Beresford, historió la bandera ele la expedición nor-
te del ejército de los Arnleis, el estandarte real de Buenos Aires,
y 1605 y algunos otros.
Y finalmente el Director del «Museo Histórico,, dió á luz
la foja de servicios y biografías de los generales ,José de San
Martín, Manuel de Escalada y comandante Miguel Caxaraville,
dejando los trabajos de otros escritores, sin mencionar, para no
hacer demasiado extensa esta nota,
Por cuenta del ((Museon se han publicado también un folle-
to conteniendo todo lo que vió la luz pública en homenaje del
general Sucre, vencedor <le Ayacucho, con motivo de su cente-
nario, otro con los documentos relativos á la repatriación de los
restos del prócer de la independencia 1fon Nicolás Rodríguez Pe-
ña. Una edición de retratos de este, otra igual del general José
de San Martín, otra de la .Junta revolucionaria de 1810 y otra
de don Juan Antonio Alvares de Arenales.
Independientemente de esto, he creído, de mi deber, pro-
mover la celebración de los centenarios de hombres ilustres y
distinguidos jefes de nuestra independencia, tales como Pringles,
Lamadrid, Pacheco, Ramos, Caxaraville, Barcala y Lugones, y la
trasladación de los restos de algunos de ellos á su provincia natal
como los de LamatlriJ. He colocado placas conmemorativas de
esas ceremonias en sus sepulcros, así como también la puesta última-
mente, el 24 de Mayo, en la casa donde nació el precursor de
la Independencia don Nicolás Rodríguez Peña, con el permiso
de la familia y ante un notable concurso de personas, levantá11-
dose una acta, firmada por los presentes, que se com;ervará en
el «Museo.» Estos trabajos en los que he creído interpretar el
sentimiento nacional, se han llevado á cabo como actos de repa-
ración y justicia olvidados, tal vez, por las circunstancias anor-
males que ha. atravesado el país.
Con motivo de la formación <lel Censo Nacional y á solici-
tud de su Comisión Directiva, he presentado, en 1 o de Enero,
una reseña historiando la vida y progresos de este Instituto, fa-
cilitando, de esta manera, los datos que aquella Comisión ha creí-
do necesitar á los efectos de su cometido.
El presupuesto de esta repartición fijado por 'ley del Con-
greso, en 2030 ~ mensuales, se divide en 1030 $ destinados al
pago de sueldos y 1000 $ para adquisiciones, impresiones y gas-
tos, los que se invierten y de cuyo ·gasto doy cuenta mensual-
mente á la Contaduría General.
Dando por terminada esta exposición tengo el placer de
saludar al señor Ministro con la mayor consideración.

ADOL1W p. CARRANZA.

Á S. E. el señor "11inistro del Interior doctor Benjamín Zorrilla.

B11e11os Aire~, julio 7 de l8f10.

Sefíor Ministro :

Cumplo con el deber de llevar á conocimiento de V. E.,


que al empleado jubilado Antonio Emilio y Castro, que figuraba
en las planillas de esta Repartición, ha fallecido el día 27 de
Junio próximo pasado, de lo que paso nota con esta fecha á la Cou-
taduria General para los efectos de su eliminación en el pago.
Saludo á V. E. con la mayor consideración.

Am>LJ<'O P. CARRANZA.

Á 8. E. el señor Ministro del Interior doctor Benjamín Zorrilla.

Rnenos Aires, setiembre 2! de 18!16.

Señor Ministro :

No estando autorizado para conceder á los empleados á


mis órdenes, licencia para ausentarse rle la capital, por más de

26"
treinta días, elevo á la consideración de V. E. la solicitud que me
ha sido presentada por el auxiliar de este Establecimiento don
Pedro I. Caraffa, quien desea obtener permiso por. tres meses y
cuya antigüedad y procederes en el desempeño de su empleo lo
hacen acreedor á que le sea despachada favorablemente.
Así mismo creo que las aptitudes del f.eñor Luis Pillado
Pord, á quien propone para que interinamente lo desempeñe en
su ausencia, son satisfactorias y me permito, por tanto, e1:1perar,
que si V. E. no tiene inconveniente, quiera autorizar su interina-
to con goce del sueldo que corresponde á aquel empleado, comu-
nicándolo así á la Contaduría General, á sus efectos.
Saluda á V. E. con toda consideración.

Anm,Fo P •. CARRANZA.

Á S. E. el señor Ministro del Interior doctm· 11/orbcrto Quirno Costa.

B11n1os Aire~, :3etiembre 24 de 18!/fi.

Señor flirector del "Museo Histórico Nacional" Adolfo P. Carranza.

Distinguido Señor :

El que suscribe, empleado del Establecimiento á su cargo,


desde su creación en 1889, teniendo necesidad de una licencia de
tres meses, sin goce de sueldo, desde el 1° de Octubre hasta el fin
de Diciembre del corriente año, viene á rogar á Vd. quiera con-
cedérsela, esperando que no tendrá inconveniente algur:.o ; pues es
la primera vez que la solicita, y se 1)ermite proponer en su re-
emplazo, durante los noventa ciias de su ausencia, al señor Luis
Pillado.
Saluda á Vd. con su distinguida consideración.

·PEDRO l. CARAFFA,

Á S. R. el señor Ministro tlel Interior doctor Norbei'fo Quirno Costa.

Buenos Aire8, jlllio :! f) dP 18~1li.

Señor Ministro :

En el combate sostenido en Cármen de Patagones, el 7 de


marzo de 1827, contra las fuerzas del Brasil, fueron conquistadas

264
dos banderas por el valiente coronel argentino M artin Lacarra, --
entonces, jefe de aquella plaza.
Ha llegado á mi conocimiento, que t>llas existen aún deposi-
tadas en la iglesia de aquel pueblo, y consideranrlr¡ que los tro-
feos de épocas gloriosas para la patria, deben tener adecuada y
segura colocación en el Establecimiento á mi cargo; por razones
propia.- del instituto, que excuso manifestar aquí, vengo á solici·
tar de V. E., quiera, si a;;í lo estima justo, disponer lo necesario
á efecto de que me sean entregadas con tal propósito, por inter-
medio del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires ó en la for-
ma que crea conveniente
Las gloria8 nacionales son comunes á 'todos los argentinos,
y ~sos trofe~s que honran el valor y patriotismo de los hijos de
aquel pueblo benemérito, deben sostenerse en el «Museo Históri-
co)), ccn orgullo, para ejemplo y emulación de los que nos suce-
dan.'
Esperando una resolución favorable á este pedido, saludo
á V. E., con la mayor consideración.

ADOL1''U p. CARRANZA.

Bueuos Aires, setiembre 22 de 18!1h.

Distinguida señora :

Me es satisfactorio enviar á V. para que se sirva colocarla


en el sitio qne mejor corresponda, la placa de mármol que, en
recuerdo y reconocimiento al guerrero de la Independencia, sar-
gento mayor graduado Luis Beltrán Martinez, su digno señor pa-
dre, dedico, en mi carácter de Director del «Museo Histórico
Nacional». Ella es una modesta ofrenda al patriotismo y á 108
servicios de uno de los que contribuyeron a la emancipación po-
lítica de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Saludo á V. con toda consideración.

Anor,1''0 P. ÜARRANZA.

Señora Benjltrnina Martínez.

En la cmdad de Bantiago del Estero, Capital de la Pro·


vincia del mismo nombre, á ocho días del mes de Noviembre

265
del año de mil ochocientos noventa y seis, reunidos en el pórtico
del templo de San Francisco, el señor Ministro General de Go-
bierno don Pablo Lascann, doña Benjamina Martinez hija del
guerrero de la Independencia don Luis Beltrán Martinez y de-
más deudos de éste, y un numeroso público que presenció el
acto de la colocación de la placa de mármol donada por el se-
ñor Adolfo P. Carranza, en su carácter de Director del «Museo
Histórico N acionalH, como un homenaje póstumo á la memoria
del citado guerrero, habi1mdo tenido lugar dicho acto,· después
de una ceremonia religiosa, con asistencia de la Guardia de Cár-
celes y la banda de música Provincial, cerrandose el mismo con
un discurso del señor Ministro haciendo el elogi(I de la vida del
guerrero. Con lo que .terminó, firmando todos los presentes, por
ante mí Escribano Público de Gobierno, de que doy fé. - Pablo
Lascano, Benjamina Martinez, Teodosia Martinez de Roldán, Gus-
tavo Martinez, Luis Beltrán Martínez, Mariano Gorostiaga, Adol-
fo Sánchez, J. M. Arias Moreno, M. Argañarás, Adolfo Sosa,
Ramón A. Pinto, F. Aliaga, A. Corbaláu, E. Ph. García, S. Ba-
rrionuevo, .luan F. Borges, R. Caro!, M. Gallardo, José Arias,
J. Voget, IHmael Bravo, Segundo R. Araujo, Manuel del O. Her-
nández, G. Sayago,_ E. Garmendia, S. Lugones, O. F. Urtubey,
Nicanor Roldán (hijo), F. Gaspar Lopez, Durval J. García, A. B.
Saavedra.-Ante mí, J. N. Oisneros, Escribano Público de Go-
bierno.
La placa es de mármol y lleva esta inscripción:
EN MEMORIA

LUIS BE.LTRAN MARTINE.Z

rle los libertadureo de Montevideo c11 1814 y de los restauradore• del orden e11 Hll7.
1785-1833.

EL Dll{ECTOR DEI. ~!\;SEO HISTÓRICO NACION.\L,

Buenos Aires noviembre 2 de 18H6.


1

Señor Ministro :

Desde que se instaló el Museo Histórico, creí que estaba


dentro de la esfera de acción del cargo que desempeño, promover
reparaciones y actos que importaran justicia ó agradecimiento

266
para con nuestros más ilustres conciudadanos de la época de la
independencia.
Al efecto inicié y se llevaron á cabo las repatriaciones de
los restos de los generales Martín Rodriguez, Galvan, Olazábal
y coronel J. J. Quesada, de Montevideo, y los de don Nicolás
Rodriguez Peña, de Chile; como he conmemorado los centenarios
de los nacimientos de nuestros próceres, que han encontrado eco
simpático de patriotismo, en diversas provincias y en la capital
de Ja república.
Consecuente con aquel propósito, vengo á solicitar de V.
E. que si tiene á bien dé curso á esta nota. á fin de que la le-
gación ¡trgentÍilct en el Perú, recabe del gobierno de aquel pids
el permiso necesario para traer oportunamente los restos del doc-
tor Monte agudo y dt los coroneles Manuel José Soler y Pedro
Conde. Los de 108 primeros están en Lima y los del último en
Sayan, µróximo á aquella ciudad.
V. E. sabe que la personalidatl de Monteagudo es dema-
siado conocida para pretender demostrarlo cuando lo han hecho
ya nuestros historiadores, y la registran los anales de cuatro re-
públicas, en las que le tocó figurar en primera escala. En cuan-
to á los segundos, son dos guerreros, de los vencedores en Chile
y del ejército libertador del Perú. Conde, en quien según el de-
creto del presidente Torre Tagle-«la patria perdió en él un va-
liente servidor cuyo nombre no debe traerse á la memoria sin
gratitud" -falleció durante la segunda campaña de la Sierra en
1821-Soler muere días después de la batalla de Ayacucho en la
alta categoría de jefe de estado mayor de Bolívar, que le llamó
ccbravo y virtuoso>J. y que lo hace acreedor á que la tierra que
fué su cuna conserve sus cenizas.
Al hacer este pedido, debe extrañarse, quizá, que no in-
cluya en él al general Necochea, pero es que considero que los
de él están bien en el Perú, como los de Las Heras en Chile, Ron-
deau en Montevideo, Pereyra Lucena en Bolivia, como jalones
del paso de los ejércitos de la revolución de Mayo, por medio
continente, para atestiguar en los tiempos que los que á ellos
pertenecían, eran dignos del cariño y la admiración de los pue-
blos que recorrieran, rompiendo las cadenas con que estaban
oprimidos:
Los pueblos que mantienen sus tradiciones de gloria y sa-
ben honrar á los que las obtuvieron, se hacen grandes en la paz·

267
como lo fueran en Ja guerra y la República Argentina, que dió
generosa la sangre de sus hijos en holocausto á la idea qne ini-
ció la emancipación americana, tiene que cumplir un deber im-
perioso recogiendo del vasto escenario que fué teatro de su es-
fuerzo y de su acción, el puñado de polvo, que animó en horas
sublimes del patriotismo, el corazón de los abnegados y de los
valientes que yacen dispHs0s á todos los vientos, donde se agitó
la bandera nacional.
Saluda á V. E. con toda consideración.

AnoL.1<'0 P. CARRANZA

268
Casa de Rodriguez Peña

ACTA

En la ciudad de Bnenos Aires á las doce horas del Jía veinte


y cuatro de Mayo de mil ochocientos noventa y seis, en la casa
quinta que fué del señor Nicolás Rodriguez Peña (calle del Ca-
llao, número novecientos veinte y seis) y con permiso de su actual
propietaria la señora Catalina Rodríguez Peña de Cazón, el Di-
rector del Museo Histórico Nacional procedió á colocar en la pared
principal que dá frente á la Plaza que lleva el nombre de aquel
Prócer, una placa de mármol que mide 0.55 ms. de alto por 0.88
ms. de ancho, con la siguiente inscripción :
«En esta casa nació NrnoLÁs RoDRIGUEz PEÑA (30 de Abril
de 1775). Precitrsor de la Independencia argentina, y en ella se pre-
paró la revolución del 25 de Mayo de 1810».
Y para que conste las señoras y señores presentes al acto
firmaron este documento sobre el brocal del pozo á cuyo alrede-
dor la tradición recuerda que se reunieron por última vez los ini-
ciadores de nuestra emancipación política.
Catalina R. Peña de Cazón -Adolfo P. Carranza-Nicolás
Cazón -·- Concepción R. de Cazón - José A. Pillado - Manuel F.
Mantilla - Casilda Cazón de Piaggio - Mariano de Vedia -J. M.
Boerr-Rafaela Cazón de González - Joaquina Cazón-Angel Jus-
tiniano Carranza-Juana Cazón de Olavarria-Ricardo M. l\fori-
llo-Catalina F. de Boerr- Catalina Cazón de Gerisa-J. R. Man-
tilla - O. l\f. González -- V. González Cazón - J. M. Olavarría -
Alejo Moniel - Reynaldo Parravicini -Alberto C. Vela - Manuel
León-Pedro J. Caraffa-Julian F. Miguens Rafael Cazón-Luis
Curutchet-Daniel Brnnatti - Martín Pico-María Luisa Morillo-
Miguel Gensa-Juan A. Chaves-Luis Pillado Ford-Josefina E.
Morillo-A. Castagna.

269
PALABRAS DEL SF.~OR VEDTA

................................................ (1)
Más tarde á la religión incomparable del patriotismo; aquí
se ensayó el gran drama de 1810, magníficamente desenvuelto en
seguida, según dij'o Sarmiento, en la calle, en el Cabildo, en el
ejército, en las provincias, en Chile, en la América entera .... y
aquí venimos nosotros, y aquí vendrán los que nos sucedan, á
buscar, como en la cuna de nuestros más caros recuerdos, las
grandes· inspiraciones y los poderosos impulsos que deben ilumi-
nar y alentar, en torto tiempo, la mente y el corazón de los ar-
gentinos.
Esta casa es y será por siempre sagrada. Han de detenerse
vencidos ante ella todos los elementos de destrucción desatados y
todas las exijencias rtel progreso invasor. Pero asi, y mo.desta
como es, desplomariase de seguro con estrépito, conmoviendo el
suelo de América y ocultando trás el polvo de sus ruinas el sol
del año 10, el día en que nos hubiéramos hecho indignos de lla-
mar á esta puerta, en demanda de nuestras glorias pasarlas. Ello
quiere decir que no han de temblar jamás los muros de este san-
tuario, consagrado por la posteridadi y sobre el cual la mano de
un patriota, el señor Adolfo P. Carranza, Director del Museo His-
tórico Nacional, ha grabado la inscripción eterna reclamada.
Las sombras de Vieites. Castelli y Moreno pueden descen-
der tranquilas y confiadas á esta casa, que es siempre la casa de
Rodríguez Peña, al rededor de la cual hace guardia permanente
el patriotismo argentino. Rodríguez Peña los recibirá en todo
tiempo, para hablar del pasado, comentar el presente y soñar en
el porvenir, en el mismo sitio de la última y memorable entre-
vista, - aquella de que salió la revolución á la calle, al Cabildo,
al ejército, á las provincias, á Chile, á la América entera ....

111 Se ha extraviado la primera carilla.

270
Centenario del guerrero de la Independen-
cia, coronel Lorenzo L ugones

Buenos Aires, Febrero R de 18!!6.

Señor Ministro General de Gobierno de la Provincia de Santia,qo del


Estero, Pablo Lascano.

Estimado ministro y amigo :

He dejado pasar, deliberadamente, dos meses para hablar


nuevamente con Vd. sobre la traslación de los restos del coronel
Lugones, de Tucumán á Santiago é indicarle la celebración del
centenario de su nacimiento.
Fué tan rudo el golpe que nos produjo la muerte del Dr.
Araoz, que aseguro á V<l. que si no creyera que soy una volun-
tad al servicio de una idea, idea que he tenido ocasión de espo-
nérsela con algún detalle, me guardaría bien de continuar en la
tarea que me he impuesto y que estoy decidido á cumplir, á pe-
sar de los desencantos y contratiempos que ella acarrea y de la
indiferencia con que generalmente es secundada. Pero considero
que la empresa es patriótica y se~é impertérrito en llevarla á
cabo.
Vd. ha llegado á nn pnesto honroso y en el 'que puede ser
útil á la Provincia de su nacimiento, ayudando al nuevo Gober-
nador para levantarla de su postración, y si se me permite de-
cirlo, del decaimiento moral en que por desgracia estaba. Mucho
había que trabajar y no obstante que el tiempo será escaso para
normalizar su situación, ello no impedirá que dediquen algunos
momentos á rememorar sus viejas glorias y decretar honores á
los hijos que los merecen.
El coronel Lugones, guerrero de la Independencia Nacional
y su comprovinciano, que muere casi ignorado y fuera de su ho-
gar es digno de una apoteósis, por sus servicios y sus virtudes

271
y Santia.go del Estero, debe hacerla iniciando ese acto de repa-
ración que veríá con agrado el pueblo argentino.
El 10 de Agosto próximo es la fecha indicada para ello y
si Vd. cree que él pue1la merecerlo, Rírvase avisármelo para con-
tribuir en la medida de mis fuerzas, á la realización ele un acto
que será gratísimo para su pueblo.
Traeremos sus restos para depositarlos en digno sepulcro, en
Santiago, reimprimiremol:l sus «Apuntes)) con una biografía que
no dudo escribirá Biedma, con el celo y competencia de que es
capaz, y saludaremos su centenario, en medio de una época de
paz y nobles anhelos, de restablecimiento y prosperidad para
Santiago.
Sé que me dirijo a un convencido, hombre inteligente y
patriota, lo que me excusa estenderme, para que comprenda cuan-
to bueno se consigue con esta obra que es estímulo, deber, jus-
ticia y lección para los hombres y para los pueblos.
Lo saluda, su affmo. amigo y S. S.

Arlolfo P. Carranza.

Santiago <le! Estero, Febrero ][) de 1896.

Señor Adolfo P. Carranza.


Buenos Aires.
Estimado amigo:

Recibo su apreciable de 8 del corriente en medio de mis


tareas oficiales que son diversas y abrumadora:-; por el momento,
y hago un breve paréntesis para contestarle.
Me habla V d. del coronel Lugones, y me tiene de pié, in-
clinado respetuosamente en homenaje a esa Gloria que Santiago
necesita rememorar con un acto que representa en los corazones
argentinos.
El que bregó al lado de La Madrid, a las órdenes de nues-
tro santo de la emancipación Belgrano; el que intimó con el
cantor nacional y ascendió hasta el Alto Perú guerreando brava-
mente por la patria; el que terminada la carnpaña heróica colgó
sus armas para no mezclarse en las c0ntiendas civiles, debe
regresar a ocupar el sitio que dejó vacío.

272
Que venga aunque muerto, con sus armas de combate á
fijarse en la tierra que le dió inspiración. Que venga á hacernos
centinela en estos días precursores de algo que fermenta en el
fondo del sentimiento nacional, para que á su presencia se rea-
nimen las legiones y se multipliquen los héroes de su estirpe.
Ya tiene 'fucumán á su Cambronne, quinta esenciado, que
V d. y yo condujimos en ruidosa apoteósis, y puede permitirnos
trasladar al nuestro para que nos seh dado ajustarle el salario
que ganó con tanto denuedo.
El señor Gobernador acoje con simpatía la idea de celebrar
el centenario del coronel Lugones, y me encarga decirle que
sólo esper i el momento oportuno para darle formas.
Mientras tanto, considéreme en acción y crea que ~acaremos
fuerzas de flaqueza8 para realizar el noble pensamiento de que
es Vd. autor.
Le envía un apro.ton de manos y se ofrece como siempre su
amigo affo.
Pablo Lascano.

Departamento de (3obiel'110.
8autia.go tlcl Estero, Febrero 22 de 18!Ui.

OONSIDERANDO:

1. 0 Que todos los pueblos celebran como un título de su


grandeza y la fuente de su noble origen las virtudes cívicas de
sus insignes i-iervidores.
2. o Que el recuerdo de los hombres que colocaron lo8 pri-
meros fundamentos de la patria, es un estimulo para las genera-
cior1es presentes y venideras.
3.° Que las Provincias Argentinas honran con fiestas solem-
nes la memoria de los que de su seno salieron respectivarnante
á formar en las filas de los próceres de la Independencia, fun-
dando con hazañas militares y virtudes eniinentes, nuestra nacio-
nalidad entre los pueblos del mundo.
4. 0 Que el guerrero "de la Independencia, benemérito á la
Patria en grado heróico, coronel don Lorenzo Lugones, hi.io de
esta provincia, formó en las filas del primer ejército de la patria
desde el año de 1810, y contribuyó al brillo de sus armas, mili-
tando con honor y bravura durante toda la grande epopeya.

273
5. 0 Que la memoria ilustre de este guerrero es gloria espe·
cía! de esta provincia y su Gobierno está en el deber de presen·
tarla como ejemplo de patriotismo.

El P. E. de la Provinei,a -

DECRETA:

Art. 1. 0 Nómbrase una comisión compuesta de Jos señores


Adolfo P. Cananza, Desiderio Lugo11es y Mariano de Vedia,
para que proyecte la forma en que debe celebrarse en esta capi-
tal el centenario del coronel Lugones, el diez de agosto del
corriente año.
Art. 2. o Encárgase al señor José Juan Biedma, de la redac·
ción de un trabajo histórico que reasuma la vida y los hechos
del héroe.
Art. 3. 0 Diríjase oportunamente á ia H. Legislatura el men-
saje y proyecto correApondiente á fin de que vote los fondos con
que se ha de llevar á cabo el centenario.
Art. 4.° Comuníquese, etc.
RUIZ.
Pablo Lascano.
Es cópia -
C. F. Urtubey.

Ministerio de Gouierno.
Santiago del Estero, }'ebrero 25 de 189 '· \!)

Al señor
Buenos Aires.

Tengo el agrado de adjuntar cópia legalizada del Decreto


expedido con focha 22 del corriente, r..ombrando á Vd. miembro
de la Comisión que debe proyectar la forma como se ha de
celebrar en esta Capital el centenario del prócer de la Indepen-
dencia, coronel don Lorenzo Lugones.
Esperando de Vd. una nueva prueba de su patriotismo, me
es grato saludarle con mi más disti11guida co11sideración.

Pablo Lascano.

\1) Dlrijidas á los sefiores Vedia, Lugones y Carranza.

274
Buenos Aires, Marzo 17 de 1896.

Señor Ministro :

La Comisión nombrada por decreto de fecha 22 de Febrero


ppdo., ha resuelto comunicar á V. E. la formit en que podría
celebrarse el centenario del coronel Lorenzo Lugones, en la
Capital de la provincia de su nacimiento.
Declarar día feriado en la provincia, el día 10 de Agosto·
- Dar 8U nombre á una plaza y una calle de la ciudad.
-- Levantar en dicha plaza, una modesta columna, que sos-
tenga su busto en mármol ó bronce
Hacer una proce8ión cívica, de8de la plaza principal hasta
aquella, donde se descorrerá el velo que cubre su figura en
bronce.
Repartir su biografía y apuntes históricos.
Repartir retratos en cromo - litografía.
Repartir medallas conmemorativas.
·- Formación de la Guardia Nacional que haga los honores,
saludando e! sol en su cenit.
La Comisión crée que deberá también dar8e su nombre á
un Departamento y á la estación del ferrocarril, que esté dentro
de su jurisdicción y que podría invitarse al Gobierno Nacional y
á los de las provincias, para que tengan representación en la
fiesta patriótica que se dedica á aquel benemérito argentino.
Dejando así cumplido el honroso encargo que se nos ha con-
ferido, nos es grato sah.dar á V. E. con la mayor consideJ"ación.

DESIDERIO LuG'oNEs.-MARIANO DE
VEDIA.-·· ADOLFO P. CARRANZA.

A S. IiJ. el señor Ministro de Gobierno de la Provincia de Santiago


del Estero.

Sanriago del Estero, Mayo 1~ de 18g6.

A la H. Legislatura de la Provincia,

En Febrero 22 del corriente año, el P. E. clictó un decreto


nombrando una comisión para que proyectar~ la forma en que
debe celebrarse el 10 de Agosto próximo, en esta Capital, el
centenario del coronel don Lorenzo Lugones, héroe de la Inde·
pendencia.

2i6
Al mismo tiempo se encargaba al señor José Juan Biedma,
de la redacción de un trabajo histórico que reasuma la vida y
los hechos de tan distinguido servidor.
El coronel Lugones nació en esta provincia y sirvió en los
ejércitos de la patria desde el despuntar de la revolución, con·
currieudo á su comienzo y á su final
Proclamado benemérito á la patria en grado heróico dos
veces por el general Belgrano, su acciún ha debido ser y ha sido
distinguida en todo el transcurso de la lucha épica y el P. E.
crée que realiza un acto de justicia iniciando la idea de perpe-
tuar su recuerdo en el día en que precisamente cumple el héroe
su centenario.
Honrar la memoria de los grandes próceres ha sido en todas
las épocas un culto que los pueblos han celebrado en medio de
solemnidades tocantes.
De este modo se ha querido consagrar que las buenas accio-
nes, los servicios remarcables hechos en holocausto de la patri<1,
no perecen jamás y que los que se sacrificaron por ella vivirán
eternamente en el recuerdo de la'! generaciones.
El legado de nuestros mayores, es al presente, un vasto país
libre y rico, tal como lo imaginaron. Para ello derramaron su
sangre, disiparon su haciendfl y entregaron su vida en la magna
contienda; y hoy que usufructuamos tantos beneficios, justo es
también que los recompem•emos con el sentimiento de la gra-
titud.
La provincia de Santiago, debe perpetuar la memoria del
coronel Lugones, y ninguna ocasión será más propicia que la del
l O de Agosto próximo, día en que nació, hace cien añc•s.
La Comisión nombrada ha presentado el programa de la
fie~ta; y el P. E. cumple con el deber de dirijirse á V. H. re-
comendando el adjunto proyecto de ley, autorizando los gast~
que demande la ejecución del mismo.
El P. E. no duda que las H. H. Cámaras, prestarán á este
asunto la atención que merece, tratando de que el proyecto sea
sancionado á la brevedad posible, pues el tiempo urje y toda
dilación no hará sino disminuir el brillo que la fiesta debe tener.
Dios guarde á V. E.
ADOLFO RUIZ.
PABJ,O LASCANO.

278
El Senado y Cámara de Diputados, etc., sanciona con fuerza de -
~

LEY:
Art. l. 0 Autorízase al P. E. para invertir de rentas genera-
les hasta la suma de 6.000 $ m 'n. en las fiestas <lel centenario
del coronel de la Independencia, Lorenzo Lugones.
Art. 2.° Comuníquese, etc.

Drsmrnso DEL SEÑOR CARRANZA

10 DE AGOSTO AL PIF. UEL MONUMENTO A LUGONES

SEÑOR GOBERNADOR:

SEÑORAS : CONCIUDADANOS :

La patria era un anhelo cuarn1o Lorenzo Lugones se alistó


en los ejércitos que iban á redimir un continente y cimbntar la
soberanía de la región que le dió el ser.
¡ Qué extraño qne aquel joven se animara para la lucha
obedeciendo á un sentimiento natural y grandioso, desde que esta
provincia había respondido unánime á b obra regeneradora em-
prendida en la Capital el 25 de Mayo de 1810, y ofrecía al ilus-
tre Castelli, con expontaneidad y energía, armas, soldados, dinero
y cuantos elementos eran precisos para el éxito de nna causa de
que aquél era su heraldo y uno de sus más dignos precurso1·es !
Todo lo dió Santiago del Estero, no obstante su aislamiento
y escasos recursos, y sus hijos salieron briosos y abnegados para
cmitodiar y sostener la nueva enseña hasta las apartadas márge-
nes del Desaguadero.
Fué en su;; campiñas donde nació Lugones, y en las qne el
Representante de la Junta encontró á Teodora Snárez <le Roldan,
aquella anciana que sólo contaba los años de su vida por los
meses trascurridos de Mayo á Setiembre de 1810, y fué su Ca-
bildo quien dijo al vecindario << que corriese intrépido a incorpo-
rarse á estas legiones para compartir más de sus trabajos que
de sus victorias ».
¡ Qué espíritu y qué acciones se manifestaron por el pueblo
santiagueño en la aurora de la Independencia !

27i
Lorenzo Lugones es su más genuina expresión en las tres
campañas libertadoras sobre el Alto Perú.-De los ve1fcedores en
Yuraicoragua, presentó sus armas al izarse nuestra bandera afian-
zada por la victoria; participó de la sombra que empalidecieron
sus colores en las tristes jornadas de V ilcapugio, de Ayohwma y
de Sipe-Sipe; y es de los últimos que guerreó, distinguido y es-
forzado, en las altiplanicies y escabrosidades de aquel territorio
qne formaba part:e del extenso vireinato austral.
Aspiraciones intensas y pesares, glorias y desastres, goces
y miserias, todo eso conmovió su noble corazón en los mejores
años de su vida, en aquellos hermosos tiempos en que la patria
se bastó para darse su emancipación polític11 y tuvo alientos y
brazo generoso para ayudar á los demás.
Y cuando en época posterior las contiendas civiles le a>'fo·
jaron de ella, emigrado y perseguido, fué allí Illismo, al país tes-
tigo de sus servicios y su valor, á esperar en el infortunio y el
olvido, el día suspirado de su regreso al hogar.
Y volvió tras largos añoi:i de ausencia, con ¡¡u físico des-
truido por el tiempo y las penurias del destierro, pero agitando
siempre dentro de sn ser aquellos sentimientns y aquella altivez
que ni las tiranías, ni la indiferencia, ni una angustiosa situación
pudieron modificar.
Valeroso para afrontar el peligro de las armas, lo fué tam-
bién para arrostrar las peripecias de la fortuna.
Los acontecimientos de 1852, le volvieron á la República y
entró á ella con el contingente de sus virtudes cívicas, de su
buena voluntad y de su fé patric.;ia, para afianzar en la Consti-
tución la nacionalidad, de la qne en medesta escala había sido
creador.
Hoy, al cumplirse cien años de sn nacimiento, cuando San-
tiago del Estero, victima también como él de largos despotismos,
levanta ese monumento á su memoria, po-:lemos declarar que Lu·
gones es el alma de su pueblo en las expansiones por l!' libertad,
y que el acto reparador de este día repercute y extremece el co-
razón de todos los argentinos.
El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, interpretando
ese mismo sentimiento que se mantiene vibrante en aquella frac·
ción del territorio nacional, ha querido unirse á esta fiesta, y me
es altamente honroso ser el éco de sus votos fraternales y de sim-
patías al saludar el bronce que anima la fisonomía guerrera dtil

278
Lugones y exalta su nombre, qne es todo un emblema, porque
hay en su personalidad una moral y es una lección útil y fecunda
para cuantuH vivan y germinen dentro de las grandes fronteras
de la patria.

Cen te:p.ario del guerrero de la Independencia


Mariano de Escalada
ACTA

En Buenos Aires, á los doce días del mes de Diciembre Je


mil ochocientos noventa y seis, se reunieron los abajo firmados
en el cementerio del Norte, á objeto de presenciar la colocación
de una placa de mármol en el sepulcro del teniente coronel de
c•granaderos á caballo» D. Mariano de Escalada, conmemorando el
centenario de su nacimiento, y que dice: En memoria de Mariano
de Escalada, del ejército libertador en Chacabuco ?J Maipú.-1796-189fi
-El Director del Museo Histórico Nacional.-Juan N. Terrero, Da-
niel M. Escalada. Manuel M. Zorrilla, Adolfo P. Carranv.a, Nico-
lás Levi:.lle, Víctor Ramos, Angel Justiniano Carranza, Federico
de la Barra, Faustino Jorge, Guillermo Escalada, Miguel E. Bec-
car, Pastor R. Saraví, Rafael N. Corvalán, José S. Cortines,
Moisés A. Arévalo, A. Zimmermann Saavedra, :M. J. Beovide, F.
A. Maciel, A. G. Carranza Mármol, Eduardo Clerice, Miguel Du-
rañona, R. Bolívar, R. Pons, Máximo M. Carranza, L. Mar-
quez, etc., etc.

PALABRAS PRONUNCIADAS POR EL DIRECTOR DEL


MUSEO HISTÓRICO NACIONAL

<< Señores: Coloco esta lámina de mármol, que es nn home-

naje y un recuerdo, en la modesta tumba de nn argentino que fué


tan <ligno ciudadano, como militar valeroso.
<<No sirvió mas que en una causa --la independencia de RU
patria-ni siguió otra bandera que la que pasó á libartar pueblos
por las cumbres de la cordillera americana y cosechó laureles
doquiera que la agitaron vientos de gloria ó el entusiasmo de
una acción generosa.
ce Los que luchan por la soberanía de su país, generalmente

219
desaparecen en silellcio como Mariano Escalada con la conciencia
del deber cumplido, cuando no les toca en suerte ser víctimas
cuyos nombres ilumina la historia y recoge la posteridad enter-
necida.
« Aquí descammn las cenizas de uno de los héroes de nues-
tra epopeya nacional y podemos acercarnos hasta ellas, para ma-
nifestar en este día los sentimientos patrióticos del alma y el tri-
buto de gratitud á sus buenos servicios en la época de la revo-
lución.
« Cien años han pasado desde que vió la luz en esta ciu-
dad y cuando son destruidos los muros del hogar que fué su cuna,
su persona y sus hechos se rememoran para demostrar de una
manera elocuente, que de hoy en más el olvido no será una som-
bra que oscurezca su sepulcro.

Centenario del Teniente General Juan


Esteban Pedernera

ACTA

En Buenos Aires, á los veintiseis dias del mes de Diciembre


de 1896, reunidos en el cementerio del Norte las personas que
firman, á objeto de presenciar la colocación de una placa de már-
mol en la tumba del teniente general Juan Estéban Pedernera,
que dice: A Pedernera, del eJército de los Andes, libertador de Chile
y del Perú, en los campos de Ohacabuco, Maipú, Biobio, lea, Legua,
Mirabe, al cumplirse cien años de su nacimiento, el 26 de Diciembre
de 1896. El Director del Museo Histórico Nacional. Después de
pronunciar el señor Antonio O. Iriarte algunas palabras alusivas
al acto, se procedió á labrar y suscribir este documento como
constancia de la c'eremonia, distribuyéndose medallas conmemo-
rativas. - t Mariano Antonio, cbispo de Tiberiópolis - Ercilia
Pedernera de Lozano -Adolfo P. Carranza - Adela Pedernera-
Mauricio P. Daract Carolina Pedernera-Eleodoro Lobos -An-
gel Justiniano Carranza - Juan W. Gez - Antonio Ó: Iriarte -
Víctor Ramos-Eduardo Guido-Julio. Pedernera-Samuel Nava-
rro-José Luis Amadeo - M. Cao-José A. Pillado - Carlos A.
Carranza -Angel Plaza Montero -R. Bolivar - Antonio M. Fon-

280
rouje-Luis Pillado Ford-Ernesto Carranza-Fernando Lozano
A. G. Carranza Mármol-Adriano E. Rossi Bernabé E. Peder-
nera - M. J. Medrano - Julio E. Benites-Mercedes Zelaya -
Narciso Estrada-Guillermo Maschwitz - Rafael N. Corvalán -
Elíseo F. Lestrade-Eduardo O. García- -Angel Aguilar.

DrncURf)O DEL SEÑOR IRIARTE

No tengo otro título, señores para tomar la palabra en e;;ta


patriótica ceremonia, que el poder contar como muchos, en mi
modesta vida, el haber sido favorecido con amistosa deferencia
por el ilustre procer, cuyo nacimiento que tanto valió para la
patria en el desarrollo de una vida de patrióticos lances, ve·
nimos á conmemorar á los cien años. Acabamos de pedir al
Hacedor la paz de los justos para el alma del ilustre guerrero,
rindámoEle también gracias porque nos dió con éste y tantos
otros qne fueron de su talla, un pasado grandioso que no ha lle-
gado á desimpresionar del espíritu de los argentinos, ni la nube
densa del indiferentismo cosmopolita que quisiera ocultarnoi; á la
memoria el patriotismo y la abnegación del pasado, para ser en·
tronizado sin sus obras, el mercantilismo positivista del presente.
Que nuestra presencia aquí, aunque tan contados, sea como
un rayo de luz que enseñe á la posteridad que el fuego sagrado
de amor á la patria, que precipitó en entusiasta circulación la
saugre generosa de nuestros mayores, llevando á su cerebro no-
bles y gran<liosas ideas, le guarda sin extinguirse aún cuando
causas que desaparecer:.\,n, obliguen á limitar sus irradiaciones.
Para evidenciar la importancia qne han tenido los hombres
como el general Pedernera en la epopeya grandiosa de la revo-
lución y en la lucha por la organización de nuestra nacionalidad,
tendría que contar la historia de i;u época, llena de sus hechos
honrosos: peleando como se ha peleado y se pelea en América
contra los que de afuera creyeron y creen impo:ierse como seño-
res, con leal tan, con heroísmo, con abnegación. Sin contar en-
tonces que tenían al frente ejércitos aguerridos, á los que sólo
podían oponer los noveles soldados que mandaban, Ein imponer-
les las altas montañas que tenían que escalar para encontrarlos,

281
en cuyas empinadas travesías se arremolinaban las nieves como
las arenas en el desierto africano, soportando con energía el fdo
intenso de las cordilleras ó los rayos abrasadores del sol ecua-
torial, sin que la desnudez y el hambre aminorara sus bríos.
Y todo esto, señores y señoras, grabado en las páginas de
oro de nuestra historia, lleva los 11ombres de Pedernera y sus
numerosos compañeros á lo sublime, á lo mitológico, y es por efl"O
que he dicho que hay que contemplar esas vidaR en sus engarces
para mejor apreciar la pureza de sus intenciones, el brillo de sus
hazañas.
Pero aun en nuestras mismas luchas civiles, que espíritus
mal impresionados nos han enrostrado como vicios de raza, sin
darse cuenta que con muy contadas ex:cepciones, son evoluciones
que han precedido siempre á la organización ó constitución de
todas las sociedades, el general Pedernera se divisa en un grupo
numeroso de clignos y eminentes ciudadanc.s, combatiendo tenden-
cias mal aveniclas con las ideas democráticas proclamadas que
pretendían reabilitar preponderancias de familias ó círculos con
prerogativas señoriales, ó para anonadar las ambiciones de cau-
dillos brutales que pretenclian imponerse como mandones á la
República, pudiéndose qecir del noble adalid que siempre se
mostró valiente, siempre leal, siempre abnegado.
Más aparatosas debían ser, señores, estas ceremonias en los
centen~rios de nuestros héroes, para dejar impresa en la imagi-
nación de los que no ojean las páginas de la historia, cuán gran-
dioso es el pasado de nuestra patria, qné hombres tan abnegados
tuvo, fomentando así el sentimiento de una noble emulación.
¡Gloria al ilustre general Pedernera, héroe de nuestra eman-
cipación y nuestra organización política!
Y séame permitido ahora un sincero elogio al señor Carranza,
Director del Museo Histórico Nacional, cuya patriótica iniciativa
nos proporciona la ocasión á venir aquí á cada momento á discutir,
si con tristeza por lo que hemos sido y no somos, con la espe-
ranza de que en nuestras generaciones resurgirán aqueHas nobles
tendencias de raza genuina.

282
LAMINA XXVII

SABLE DE CAMPAÑA DEL GENERAL SAN MARTIN


Buenos Aires, Setiembre 5 de 18Uü.

Distiuguida señora:

Durante el largo período de gobierno que ejerció HU señor


padre en este país, tocóle defen<ler y mantener sus derechos é
integridad comprometidos por la agresión de dos poderosas na·
ciones europeas. Han pasado los años, Re han calmado las pa·
siones que se agitaban en aquellos días, y hoy, creo poder ase·
gurarle, que se ha hecho opinión general, la que fué entonces
por algunos resistida, y es que con su actitud salvó el honor de
nuestra bandera y protestó bizarramente contra el proceder de
la diplomacia extranjera.
Entre las manifestaciones que él recibiera de aplauso por
su conducta tan correcta como decidida, es sin duda, de mayor
importancia, la que mereció del ilustre general San Martín, quien
para dar más energía á sus declaraciones, le legó, en su testa-
mento, el sable que le había acompañado en toda la guerra de la
independencia de la América del Sud. Y bien, señora, hoy, cuando
la República Argentina, constituida, á través de casi un siglo de
dolorosa anarquía, posee un Establecimiento donde se reunen y
guardan los recuerdos· de épocas y hombres que pertenecen á la
historia, donde se encuentran, como se impondrá Vd. por el cata-
logo adjunto, muchas de las sagradas reliquias del Grande hombre,
me permito solicitar de V d., con destino al Museo que dirijo,
aquella espada redentora de un mundo, para que aquí, en el seno
de la patria que .le dió el ser, pueda ser contemplada por los que
la habitan y sea ella, en todo tiempo, la que les inspire para
defender la soberanía nacional, como en la ocasión que originó
se la obsequiaran á su señor padre.
Considero que nada sería más satistactorio para V d., señora,
que obtener el agradecimiento de sus conciudadanos, y, en este
caso lo teudrft, y sería en bien de la memoria de su señor padre,

283
entregarle á la patria lo que es de ella, lo que es símbolo de su
antigua gloria, de su acción benefactora en la guerra de la
emancipación americana.
Animado de propósitos patrióticos y persuadido de que no
apelo en vano á un sentimiento que debe palpitar perenne en sn
corazón por la tierra de sus amores y de sus ascendientes, vengo
á rogar á V d. haga donación al Museo Histórico, en nombre de
su señor padre, del sable que recibió, como una prueba de satis-
facción por la firmeza con que sostuvo el honor de la República
contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de
humillarla.
A la espera de su contestación, para repetir esta misma
en carácter oficial, tiene el honor de saludarla con toda 8U con-
sideración.
ADOLFO P. CARRANZA.

Señora Manuela Rosas de Terrero. <1l 1


Londres.

Novic111hre 20 de 1R~6.

Sr. D. Adolfo P. Carranza, Director del ~Museo Histórico Nacional.

Bueno8 Aires.

Apreciable señor.

Oportunamente recibí su fina carta, 5 Setiembre último, la


que es para mi esposo, para mí y nuestros hijos tan interesante,
por la justicia que" hace V d. en ella á la actitud heróica con qu~
mi lamentado padre, el general don Juan Manuel de Rosas, du-
rante su Gobierno, salvó el honor de nuestra bandera ultrajada
por potencias extranjeras que trataban de humillarla.
Por disposición testamentaria de mi padre, el sable que le
fué legado por el ilustre capitán general dou José de San Martín,
valiosísima prenda qne, con palabras tan gratas, me pide usted
destine al Museo Histórico Nacional de nuestro país, hoy pertenece

(1) Con fecha 20 de Diciembre fué dirigida esta misma nota, en carácter oficial,
al sefior Máximo Terrero, con algunas modificaciones de forma.

284
á mi esposo, y como fácilmente lo comprenderá Vd. mucho le
cuesta á él, como á todos nosotros, hacer el sacrificio de clespren-
dernos de ella. Es esta la razón por la demora de mi contesta-
ción á su pedi:io. Al fin mi esposo, con la entera aprobación
mía y de nuestros hijos, se han decidido en donar á la Nación
Argentina este monumento de gloria para ella, reconociendo que
el verdadero lugar del sable del libertador debiera ser en el
seno del país que libertó. Por lo tanto, puede Vd. señor Ca-
rranza, contar con que al recibo del pedido oficial que V d. ofrece,
la contestación será el envio del Sable.·
Mandaremos también dos objetos históricos que penHamos
serán de valor para el «M~seo Histórico Nacional».
En unión con mi esposo y nuestros hijos, saludamos á usted
cordialmente, y soy su atenta segura ser:vidora.

Manuela de Rosas de Terrero.

Buenos Aire", Enero 19 de 1897.

Sr. Ministro:

Cumplo con el deber de dar cuenta á V. E. que el sable


qne sirvió en sus campañas libertadoras de medio continente al
ilustre general Don José de ean Martin, que parecía iba á que-
dar lejos de la patria que fué cuna del gran capitan, cuyo genio
virtudes y glorias son la admiración de su posteridad, ·está pro-
ximo á llegar á nuestras playas.
Solicitado de la Sra. de Terrero, que era su poseedora, en
carta partfuular del 5 de Setiembre ha manifestado, con un senti-
miento patriótico que le honra, u que su esposo con la entera
aprobación de ella y de sus hijos, se ha decidido á donar á la
Na::üón Argentina ese monumento de gloria, reconociendo que el
verdadero hogar del sable del Libertador debe ser en el seno del
pais que Libertó» y que lo remitiría al recibo del pedido oficial
que ofrecí y he satisfecho por nota fecha 20 del mes ppdo.
Es posible entonces, que esa reliquia se encuentre de un
_momento á otro en las aguas del Río de la Plata y paréceme
justo que un buque de guerra de nuestra armada salga á reci-
birlo para que venga cubierto por la bandera nacional hasta la

28ú
Capital de la República y creo así, por que nada mas propio que
las autoridades y el pueblo se preparen á recibir tan dignamente
como lo merece ese sable que es el símbolo glorioso de la in-
dependencia americana. El representa los grandes días de la
revolución de Mayo y sus proyecciones en la acción libertadora
sobre las que hoy son cinco Repúblicas soberanas y constituidas.
El pueblo argentino y la América toda, lamentaba sin du-
da la ausencia de un objeto que es la encarnación más pura y
más noble de sus entusiasmos, de sus sacrificios y de sus ideales
en la empresa de la redención de un mundo y el establecimiento
de su emancipación política.
Al efecto, y salvo la más autorizada opinión de V. E., me
permito indicar á más de lo ya manifestado, la conveniencia que
habría en tributHle honores en la forma que expreso en se-
guida:
Se trasladará en el buque designado por el Gobierno una
comisión Civil y Militar que lo recibirá en Montevideo para en-
tregarlo en manos del Sr. Presidente de la República.
Se ·le tributarán los honores de Teniente General, formando
el ejército desde el punto de desembarque hasta la casa del Go-
bierno Nacional.
Se declarará día feriado en toda la República, izándose
la bandera nacional en los edificios público5 é invitándose á las
autoridades provinciales para que hagan las demostraciones que
creyeren más dignas del suceso qne se conmemora.
Saluda á V. E. con su mayor. consideración.

ADOLFO P. CARRANZA

A. S. E. el Sr. Ministro del Interior, Dr. don J.Yorbcrto Quirno


Costa.
LAMINA XXVIII

BANDERA DE AYOHUMA
LA BANDERA DE AYOHUMA
No. 1 136 del Registro

ENTREGADA POR EL GOHllORNO DE BOLIVIA EN JUNIO 2-! DE 1896. (1)

En la entrega 4a del tomo 1°, está públicada la nota que


pasé al e11to11ces l\finistro Plenipotenciario Argentino en Bolivia
pidiéndole que gestionase del gobierno de aquel país, las dos
banderas Argentinas que se hallaban depositadas en la capilla
de Guadalupe, ostentándobe como trofeos adquiridos en acción de
guerra.
Por entonces no foé posible obtener una contestacion fa-
vorable y en Od.ubre el.e 1895, tres años después volví nueva-
mente á rfo·igirmP al sncesor dPl sPñor Figneroa, D1·. Dardo Rocha
para que He sirviesP insistir en lo qne consideraba nn rPclamo
justo para mi país: (Entrega 3a tomo III). LaR gestiones de nuestr-o
Representante fneron escnchadas en partP y desde el 24 de junio
sP encnentra en PI Establecimiento qne clirijo, una de las ban-
deras, cuyo origen no esta bien documentado, pero qne no deja
lugar a du1fas 811 procedencia, ni que perteneciera al segundo
ejército auxiliar libertador del Alto Perú.

Buenos Aires, .Tulio 3 de 1896.

Al Señor director del Museo Histórico Nacional.

Tengo el agrado de dirijirme a Vd. adjuntándole cópia. de


los antecedentes, que solicita en su nota de 28 de Jnnio ppdo,
al acusar recibo de la bandera que perteneció al ejército del
Alto Perú, y que devolv!ó el Gobierno Boliviano á pedido del de
la Nación.
Dios guarde á V d.
RAFAEf, ÜAS'l'ILLO

\1) Mide ~ m. 0.34 d~ largo por 1 m. 0.56 de ancho.

287
Buenos Aire•, Junio '.!2 de lS!lG.
Señor Mim"stro.

Refiriéndome á la nota pasada á ese ministerio en Abril de


1893, por el señor Director del Museo Histórico Nacional, comu-
nico á V. E. que nuestra legación en Bolivia acaba de obtener
del Gobierno de aquella república, la devolución de una de las
banderas q ne pertenecieron al ejército auxiliar libertador del Alto
Perú, encontradas en 1885 en uno de los anexos del curato de
Macha.
La bandera recuperada es la azul y blanca, habiéndose de-
ferido al pedido del gobierno boliviano para conservar en su po-
der la de colores azul y rojo.
Acompaño la bandera, y en copia el acta levantada con
motivo de la entrega, todo lo cual pido á V. E. se sirva enviar
al señor Director del Museo Histórico Nacional.
Tengo el honor de reiterar á V. E. la::; seguridades de mi
consideración distinguida.
A. ALCORTA.
Es copia:
Eduardo Albert,
Oficial Mayor.

Legación
de la
República Argentina

S11Ne, ll!ayo '.!4 de 189G.


Señor Ministro:

Tengo el honor de remitir á V. E., por conducto <lel Se-


cretario de esta Legación, don Juan Domingnez, que regreaa hoy
á Buenos Aires, cumpliendo im;trucciones de ese Ministerio, la
bandera argentina que fué encontrada en 1885 oculta en uno de
los anexos del curato de Macha, y que por los antecedentes reco-
jidos y que constan del acta que he firmado con el Excmo. señor
Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, perteneció al ejér-
cito auxiliar libertador del Alto Peru que comandó el ilustre ge-
neral Belgrano.
Después de una larga negociación, iniciada por el ministro
Figueroa y continuatfo por sus sucesores, me ha cabido el honor
de terminarla obteniendo el propósito que buscábamos, y espero
que 81 neta firmada merezca la aprobación <le V. E.

288
Aunque las banderas encontradas eran dos, una azul y Llanca
y otra azul y roja, y sobre las dos se ha bfa iniciado la negociación
para recuperarlas, he crcido prudente, para conseguir la argenti-
na, deferir al pedido que el gobiemo Boliviano me ha hecho de
dejar en su pocler la azul y rojü, i10 sólo porque 110 teniendo esta
los cokres nacionales y pudiendo considerarse mas bien como
bandera de nr1 cuerpo auxiliM, creía qne debía acceder al justo
pedido de un gobierno y pneblo amigo con el que hemos luchad.o
por Hua misma cam;a y cnyos sacrificios hemos compartido.
Imposible habría sido, señor Ministro, la obtención de las
dos bancleras, pnes el pneblo boliviano las había ya incorporadn
á S<IS recuerdos históricos, y be tenido que luchar con muchas
dificnltades para poder conciliar nuestro deseo con !os del go-
bierno boliviano, porque si bien no eran consideradas estas ban-
deras como trofeos de guerra, estaba en el espíritu del gobierno
conservarlas como reliquias de un pasado glorioso.
He pedido ya al señor l\finistro de Relaciones Exteriores
se sirva darme mia copia legalizada del acta labrada en Colque-
chaca, en la que brjo el jnramento <le forma, el señor Arrieta, á
quien me refiero en el acta firmada por mí, declara la forma en
que fueron encoutradas las Lancle,.as y los antecedente,,; recogidos;
oportunamente me será grato enviar ese ejemplar á V. E. como
complemento del actR que remito.
Con este motivo saludo á V. E. con mi mas distinguida
c0nsideración.

ALmrnTo BLANCAS.
Es copia:
Ricardo J. Pardo.

ACTA

En Sucre, Capital de la República ele Bolivia, á loR veinte


y tres días del mes de Mayo tle mil. ochocientos no\'enta y seis
años: reunidos S. S. el Señor Encargado de Negocios ad interim
de la Argentina, doctor Alberto Blancas y el Exmo señor :Minis-
tro de Relaciones Exteriores de la Répública de Bolivia, doctor
Emeterio Cano, á efecto de conferenciar sobre la entrega al Go-
bierno de aquella, de clos ban:ieras existentes en esta capital,
correspondientes al ejército del General Belgrano, que en 1813
penetró al Alto Perú ; S. S. el señor Blancas, ratificando de pa-
labra el tenor del siguiente despacho dirijido con fecha 4 de Ju-
nio ae 1893 al jefe de la cancillería Boliviana, expresó sus más
vivos deseos, porque esas prendas, de inestimable valor histórico
para su Patria, le sean devueltas.

((Señor Ministro:

El 18 del mes próximo pasado tuve el honor de manifestar


á V. E. que habiendo tenido conocimiento mi Gobierno de la
existencia de dos banderas argentinas, pertenecientes al ejército
auxiliar libertador del Alto P~rú que en 18rn, comandó el Gene-
ral Belgrano, no siendo trofeos de guerra, porque nunca feliz-
mente la hubo con Bolivia cuyas relaciones cordiales y amistosas
se conservan y se conservaran inalterables, observándose por
ambos paises una política tradicionalmente ;'raternal, solicité de
V. E. su devolución en vista de tan justificado fundamento.-
Fueron dejadas en uno de los Anexos, del Curato de <ol\iacha»,
segun lo atestigua su párroco el doctor don Primo Arrieta en
carta que con fecha ~4 de N0viembre del pasado año, <lirijió des-
ae Potosí al doctor don Telésfon, Aguirre, Oficial Mayor del Mi-
nisterio de Relaciones Exteriores y cuya cópia envié á V. E.-
De la sencilla relación del Cura, se desprenrle la circuustancia
casual del hallazgo de las banderas, que, guardada8 por piadosas
manos, después del desastre de Ayohuma, fueron encontradas en
1885 en el altar mayor de la Iglesia, las cnaleR, depositadas en
la Municipalidad, por' orden del señor ArzobiRpo, fueron lleva.las
á Sucre donde actualmente se encuentran en la capilla de Gua-
dalupe.- V. E. concordó conmigo, y me eR agradable hacerlo
constar, en que las citadas banderas no fueron tomadaR en niri
guna acción de guerra, y de perfecta conformida<l en la manera
como fueron casualmente encontradas, <líjome, que tan pronto co-
mo obtuviese algunos <latos qne nPcecitaba, n:e contestaría sobre
el particular. DeLiendo clar conocimiento á mi Gobierno, .le es-
ta gestión iniciada verLalmente, tengo el honor de renovarla por
medio de la preRent.e not.a confidencial, solicitando de V. E. su
devolu~ión, en la fü-me r·erRuación de que el Gobierno de Bolivia,
no tendrá ningm1 inconveniente en acceder á. tanta justa petición.
Saludo á V. E. con mi más alta y distinguida consideración.

BENJAMIN FIGUEROA

290
El Excmo. señor Cano manifestó ios sentimientos que am-
man al Gobierno de Bolivia para atender con deferencia toda
solicitud de la República argentina, y eu especial la relativa á
la devoh1ción de las dos banderas mencionadas en el despitcho
preinserto y en la relación del presbítero don Primo Arrieta, ex-
cnra de la parroquia Macha, del Depa.rtamento de Potosí, conte-
nida en una carta dirigida al oficial mayor de Relaciones Exte-
riores, don Telésforo Aguirre, cuyo texto dice:
ccPotosí, 24 de Noviembre de 1892.-Era el año 1885, en
que yo servía de párroco en el curato de Macha; entre los mu-
chos anexos de la parroquia hay dos, uno llamado Pumpuri y
otro Titirí (mineral de fabulosa tradición por sus rizqueas) '. éste
está situado sobre el camino principal do Macha á Potosí, y
aquel muy desviado. Con motivo de asear las capillas de ambos
anexos, saqué los cuadros antiquísimos que estaban en las pare-
des del altar mayor respectivo, y encontré las banderas clavadas
en la pared y que antes no se veían por estar tapadas con los
cuadros. Ser banderas de seda, asi como ocultas y estar ensan-
grentada una de ellas, llamó mi atención y consulté con los ca-
pilleros, indios ambos muy ancianos, los cuales me dijeron: en
m:e::;tra infancia supimos que tuvo lugar una batalla en Charav-
vitú, entonces era tiempo del rey, en la cual tuvo mucha inter-
vención nuestro cura. Los amigos del cura perdieron y persi-
guieron á éste, que pasó desde entonces sus dias entre nosotros
sin llegar sino incógnito alguna vez al pueblo de Macha. Este
fué quien trajo estas banderas y las colocó en el lugar en que
las vemos, desde entonces nadie las ha toeado. Consultada la
historia patria, dice: que el 13 de Noviembre de 1812, (si mal
no recuerdo), tuvo lugar la ultima acción de armas de Belgrano
en Ayohuma, punto que está á media legua de Charayvaitú: dice
también que Belgrano, ~n_t~~ y d~s.e~~ _de la derrota, vivía en la
casa parroquial de Macha. Consultado los libros parroquiales de
la fecha, resulta: que el cura entonces era nn Aranivar, sobre el
cual hay de particularidad de que firma los libro8 del registro,
justamente hasta el día ante8 de la batalla de Ayohuma, y después
sin diligencia alguna los deja y sigue firmando el teniente de
cura- 8eñor Laguado. Más aun, hay partidas de matrimonio fir-
madas por Aranívar y estas pocas en 108 Anexos y nunca en el
pueblo de Macha. Es indudable que Aranívar anduvo prófugo
en esos días y época en que de la torre pendían los cadáveres

391
de Araneivia (el muru) y de otros. Con tales datos recogí las
banderas que después me reclamó el subprefecto On<lar.za, á
quien no se las dí; <leposité sí por orden del Arzobispo en la
Munici¡Jalidad, y de aquí pasaron á Sucre á la capilla de Gua-
dalupe. En Colquechaca se levantó acta de mi entrega y ine
hicieron jurar las noticias que llevo referidas á vuelo de pluma.
Las banderas son de color azL1l y blanco y rojo y azul" ...... .
Agregó que perteneciendo dichas banderas al ejército auxi-
liar enviarlo al Alto Perú por el Gobierno del Río de la Plata,
bajo el comando <lel ilustre general Belgrano, á sostener la glo-
riosa guerra de la independencia colonial, experimentaba verda-
dera complacencia en acceder á la reiterada petición de S. S. el
señor Alberto Blancas, encargado de Negocios ad-interim de la
Argentina, entregando nna de las bancleras mencionadas en este
acto, sin embargo de que su Gobierno y la República Boliviana
habrían deseado mantener entre :,;ns recuerdos históricos tan va-
liosos objetos, que simbolizan los esfuerzos comunes empleados
por ambos pneblos, en favor de la cansa americana. Que al des-
prenderse de nna 1le ellas, reconociendo que no son trofeo8 de
guerra qne podían <00n·e8pon,lerle á Bolivia, á pesar de haber
siclo halladas en su ~melo, 8ll Gobierno prest.a homenaje á las
cordiales relaciones que cultivan Bolivia y la Argentina y á los
fraternale8 vínculn8 qne la8 1me11.
En fe de lo cual, firmaron clo:,; ejemplares de un mismo
tenor.

EMJ<}'l'J<:RIO CANO.

1 L. S.i (L. S.)

Es copia fiel.
Ricardo J. Pardo.

Señor don Enrique Allchurch.

De:;de ayer :;e encuentra colocada en los salones del Esta-


. l1lecimienlo á mi cargo una de la8 banderas que pertenecían al
ejército auxiliar del Alto Perú, que comaudó el general Manuel
Belgrano en 1813.
Fué Vd. quien me avisó, hace cuat.ro años, su existencia
en la capital de Bolivi1:i, y cuando tras diversas gestiones ella ha
sido recuperada, cábeme la satisfacción de agradecerle en estas
líneas, el desinteresado concurso que en este caso manifestó en
favor de la Institución que dirijo.
Saluda á V d. atentamente.

ADOLFO P. ÜARRANZA.

293
LA ESTA TU A DEL GR-~L S. MARTIN

Como próximamente estará entre nmmtros el sable


de campaña del ilustre geueral San Martíu, creemos
conveniente publicar la lámina de l<t estatua que tiene
~n la capital de la República, ~1 gran Capitán, con los
antecedente::; que dieron origen á su colocación y la
ceremonia que tuvo lugar el día en que fué inaugurada.

La estatua fué ejecutada por el artista francés l\I. Daumas.


Sus dimensiones son :
Desde el pie ha8tn. la parte superior del sombrero. 3 111. 75 CB.

Desde el pie hasta la cabeza del caballo ........ . 3 )) 35 ))

El Plinto tiene <le largo .................. . 3 )} 31 ))

)) )) ))
'' ancho 1 )) 50 1)

Peso de la estatua ................. . 3. flOO kilgs.

ACTA

En esta ciudad ele Buenos Ain•s, capital provisoria


ele la Re¡1úhlica Arge11ti11a, :í los ;:;ei::; dím; del mes de
,J uuio de mil ochocientmi set:enta y do::;. Hallátlllose en
la plaza de Marte S. E. el :-;eñor Pre::;idente provi::;orio,
encargado del Poder Ejecutivo Naeional de la Repú-
blica Arge11ti11a, brigadier general don Bartolorné Mitre,
con :,;us 111i11istros, secretarios de Estado, dodor don
Eduardo Costr1, don Norberto de la Rie::;tra y general
don Juan A. Gelly y Obes, acom1.mñado <fo ::;11 Ilus-
trísima el :,;eñor obi::;po dioce::;auo, ,lodor don l\Iariauo

:fü-l
LAMINA XXIX

ESTATUA DE SAN MARTIN


(BUENOS AIRES)
José de Escalada y de los ::;eñores qt1e C\l:nponen la
comisión del paseo de Marte, Pre::;idente don Joaquín
Cazón, Vicepresidente don Cou::;tant Santa María,
Tesorero don Santiago Rufino Al barrncín, V ocales don
Manuel Al~jaudro Aguirre y dun Hilarióu Medrano, y
Secretario (lon Leormnlo Pereyra, por ante mí el in-
frascripto, Escribano público de número de ella y tf 8- 1

tigos al final lirmatlos, dijeron 108 ::;eñores de la comi-


sión: -Que habiendo 8ido nombrado¿ por la Municipa-
lidad de esta ciudad, <1ue la componen en el presente
año lo::; señores Vicepresi<lente doctor don Ventura
Bosch, V oeale:,; don Felipe Botet, don José María Dra-
go, don Antonio Galup, doctor don J mm Rayces, don
Pedro A. Goyena, doctor don Lorenzo Torres, don Ma-
riano Moreno, don Ventura Martínez, don Santiago
Blestcher, dodor don Clamlio l\Iejía, doetor don Mar-
celinq Mezquita, ductor tluu Cario::; Furst, don Eduardo
Taylor, doctor don Santiago Larro:,;a, doctor don José
Sal varezza, don Geranio Boscli, do u Miguel J. Azcué-
naga, doctor don Co~mie Béccar, don Angel Viale, doc-
tor don Sabiniauo Kier y don Pedro N atta, Secretarios
don ,José María Can tilo y don José Torná:,; Guido, é
ingeniero don Nicolús Canale; para llevar á efecto el
pa:,;eo proyectado en la plaza de Marte, habían deter-
minado colocar en ella la estatua de uno de los más
ilustre:,; varones (¡ne cuenta la República Argentina,
pnes 11i11gn110 puetle reunir en torno de ::;u nombre, una
aureola má:-; gloriosa, una fama má::; brillaute y pura
que la del inmortal libertador, brigadier general don
.fosé de Martíu; tanto más cna11to 1p1e era en medio
de la (.poca feliz <¡ue se inaugura para la l~epública
Argentina, pues en ello eumplian con uno de e:,;o:,; tan~
to:,; debere:,;, levantamlo nn mon11111ento (}lle inmortalice
la memoria de uno de sus rnás grandes hombres. San

:.!!Jó
Martín, el brazo, el pensamiento y la idea de la inde-
pendencia, duerme todavía en extranjera playa; pero sus
compatriotas, deseando inmortalizar el nombre del sol-
dado que en medio de la nieve de los Andes, paseaba
triunfante el pabellón azul y blanco para ir á <lar li-
bertad á cuatro repúblicas, quieren que su noble figura
se presente á los ojos del pueblo, en el momento que
éste canta sus triunfos y sus victorias. Allí, sentado
majestuosamente sobre su caballo, San Martín se pre-
senta reflejando aquellos días de pasada gloria, en que
al frente de sus «granaderos á caballo> se batió por
la independencia y por la libertad de la patria argen-
tina. La independencia le contó en el número de sus
soldados. La libertad levanta un monumento á su me-
moria. En este estado, los señores de la comisión de-
positaron en la urna que tenían preparada al efecto, la
medalla que para este acto le destinan, con otras más
como una manifestación de respeto á su inmortalidad.
Así quedó concluído este acto, que firmaron el Exmo.
señor Presidente provisorio y demás señores expresados,
con los testigos que lo fueron el señor brigadier general
don Enrique Martinez, el señor brigadier don Matías
Zapiola y el señor general don Lucio Mansilla, deposi-
tando también la presente para la debida constancia á
presencia de mí el autorizante, de todo lo que doy fe.
Bartolomé J11itrc-Mariano Josc, obispo de Buenos
Aires - Eduardo Costa-Juan A. Gclly y
Obes - Norberto de la Riestra - José M.
Zapiola-Enrique Martínez- Luáo JJians,illa
-Joaquín Cazón-Constantino Santa María
--Santiago Albarracin-Manuel Aguirre-
Hilari6n Medrana-Leonardo Pereyra.
-Ante mí:
Ado?fo Baldías,
E•cribano Público y de Número.
;\CUERDO
Bueno¡;¡ Aires, Julio J 1 de 1862

El gobierno á fin de dar toda la solemnidad que


corresponde al acto de la inauguración de la ·estatua
del fundador de tres Repúblicas, vencedor de Chaca-
buco y J\Iaipú, general don .José de San Martin, la
cnal debe tener lugHr el día 13 del corriente en la
plaza de Marte, Hcuerda.
1.º Las tropas de línea de la guarnición al mando
del Inspector general formarán en cuadro, quedando en
el centro la estatua y el espac10 ¡.;nficiente para las
corporaciones <]Ue acompañan al gobierno.
~." Una vez <111e el gobtrnador encargado del P.
E. de la Rel'úhlica, se presente en actitud de descorrer
<~l velo que cubre la e::;tatua, la línea pre8entará las armas.
J.º De8cnbierta la estHtua, será inmediatamente sa-
ludada con músicas, <lianas, vivas y una salva <le 21
cañonazos.
4.º Concluida la ceremonia, las tropas 88 retirarán
á sus cuarteles, q uedan<lo desde este momento esta ble-
cido u11 centinela al pié de la estatua que lo dará la
guan lia de los cuarteles vecino8.
f>." La Inspección general de armas invitará á los
vderauos de la guerra de la Independencia, para que
el día de la inauguración de la estatua se presenten en
cuerpo se!mrado y hagan la guardia á aquella, durante
la ceremoniH, rnamlaudo dicha guardia el General mas
antiguo.
Ü." Comuníquese á <1uienes corresponde y publí-
quese.
1\frnrn-JuAN A. GELLY Y ÜBES.
Colocada la e:státua en el centro de la plaza de
1\Iarte (hoy San 1\Iartin) se inauguró el día señalado
en presencia de una inmensa agrnpación del pueblo, de
las autoridades y de los cuerpo:s de línea que mandaba
el general Benito N azar.
A la una p. m., desde un tablado que se había
construido cerch de la estatua, el gobernador de la pro-
vincia, encargado del P. E. N., brigadier general Bar-
tolomé Mitre pronunció el ~iguiente discurso.

Señores:

Vá á descorrerse el velo, detrás del cual se oculta


la noble im:o1jen del general don José de San .l\Iartin,
en la actitud heróica en que lo ha inmortalizado el
arte, representando el momento en que al escalar las
mas elevadas montañas del Orbe, montado en su caba-
llo de guerra, enseñó á sus legiones el camino del he-
roismo, y contempló desde lo alto de ella8, con la mi-
rada profética del génio, la8 pampas, 108 mare8, 108
valles y las montañas de la América del sur teatro de
sus pasada8 y futura8 glorias.
Esa imájen vá á ser presentada al fin á la ad-
miración y á la gratitud de aquella posteridad, á cuyo
fallo apeló confiadamente en el momento mas solemue
de su vida, cuando se despidió por 8iernpre de las
playa¡; Americanas.
El general San Martin dijo al descender espontá-
neamente del alto puesto á que se había encumbrado;
«En cuanto á mi conducta pública, mis eoncindadano8,
como lo general de la8 co8<1S di vidiráu sus opiniones:
:l su pü8teridad corresponde el verdadero fa.Jio ».
Ese fallo ha 8i<lo pronunciado ya por la voz de
cuatro genernciones.

298
Tres Hepúblicas lo han aclamado como al padre
)' fundador de su independencia y de su libertad.
Su geografía política ha señalado ocho repúblicas
independientes dentro del círculo trazado por su espada
victoriosa.
El mundo entero lo ha reconocido como al pnmer
génio militar del uuern mundo.
La América lo ha de<'larado á la par 11e Bolirnr,
el lihertlidor de medio mundo, con quien eomparte la glo-
ria de haber sido el apóstol arruado de la rernlueión ame-
riea1rn, que hizo flamear sus bamleras victoriosas desde
el Atlá.ntico hasta el Pacífico, y desde Valdiria hasta
la lín('a del Ecuador, marcada por sus volcanes encendidos.
La historia ·ha consignado e11 sus páginas eternas
sus inmortales triunfos de San Lorenzo, Chacabuco y
Maipú, sn atrevido paso de los Audes, su memorable
espedieióu al Perú.
La justicia póstuma de los pueblos ha eomprendi-
do al fin en el gran Capitan y el hábil político, al
hombre superior á las arnbieiones. vulgares, que supo
dirijir la fuerza con inteligencia y con vigor y usó del
poder con moderación y con firmeza para hacer servir
todo al triunfo de la grarnh~ y noble causa á que ha-
bía consagrado su espadn, su corazón y su cabeza.
Por fit1, señores, la moral humana ha recojido de
su vida Pl bello Pjemplo de un hombre, que levantado
por sus trabajos y por su génio al apogPo del poder y
de la gloria, dt>scif'mle voluntariamente de él, sin debi-
lidad y sin enojo; comprendiendo quP había llenado su
misión, y no queriendo ser un obstáculo al tiempo de-
finitivo á qnP había consagrado su vida. Este ejem¡1lo
únieo en la Am?riea del Sud, y que solo puede ser
comparado con el de Washington. levanta y dignifica
su figura moral romo hombre público.

299
Tales son sus títulos á la adminwió11 y á la gra-
titu<l de la posteridad, y tales son los motivos que
reunen á. un pueblo eu torno de HI estatua de bronct>,
cerrando con este acto el período de la ingratitud, y
abriendo el de la rPparaeión q ne le deLfo mos.
La obra de la reparación ha sido h·uta y tardía,
pero segura.
Por veinte años su nombre y su gloria ha sido
votada á la ingratitud ó al olvido, repro<"hándole corno
un erimen el que 110 pidiese li111os11a eorno Belisario !
Cuando abandonó al Perú, trayendo eonsigo el
estandarte que P1=:ja110 había llevado para esclavizar al
Imperio de los Incas, la ealumnia y el insulto coLanle
le persiguieron por la espalda, y aú11que no faltaron
para honor del Perú, voces valientes y generosas que
se levantaron en su honor y Pll s11 dt>fonsa, emmdo él
no ejercía ya influencia alguna en ::iq11ella Hep(1hlica,
el insulto y la calumnia empañó por el momento la
corona del Libertador.
Al recorrer solitario el camino qne poco antes
había cruzado seguido de lejio11es valerosas, de qne su
génio era el alma, a.penas pudo merecer de Chile una
hospitalidad precaria y pasagera amargada por el de-
nuest'.); y desde entonces Chile horró de su historia
por el espacio de veinte aííos el nombre del fundador
de su independencia:
En las grandeR festividades nacionales qne la re-
memora han, en loR anivenmrios de l:iR lmtallns de Cha~
cabnco y Maipú que la aseguraron, en las mismas
harnleras que flotaban al \'iento de la libertad eo1Hptis-
ta<la por el génio y la espada de San Martin, acm1di-
lla1ülo las !ejiones argentinas y chilenas, ('¡ nombre de
San Martin brillaba hn solo por su m1sm1cw.
Al regresar á la pá.tria, al Yolver al punto de
partida, de donde había salido ocho años antes al fren-
te de sus valerosos "Granaderos á caballo", el gene-
ral San Martiu, el capitan ilustre de tres Repúblicas, no
tenía donde pasar revist H e11 el ej?r('ito argentino; y el
gran ciudada110 de medio mundo se encontró despojado
de los derechos de la ciuchttlanía e11 su propia pátria,
porque la humilde aldea adomle había abierto ;::;us ojos
á la luz del dín, era un mo11ton de ruinas!
Y ya que hemos hablado de la ingn1tit11d pública y
estamoR aquí haciendo un acto de rf'paraeión, lo diré todo,
porque todo debe decirse cuando los pueblos lern11tan rno-
11urneutos póstumos á. la memoria de snH grandes hombre;:::.
Condenándose voluntariamente el general San .Mar-
tín al ostracismo, con una fuerza de alma y una sere-
nidad de espírit11 de, que hay pocos <:;jem plos en la his-
toria, sintió á los eineo años de ausencia la necesidad de
volyer á respirar el aire <lf~ la tierra natal. Llegó al
huerto de Buenos Aires el <lía doce de Febrero, aniver-
sario de sus gloriosos tiempos de San Lorenzo y Cha-
cabuco y en las puertas de su pátria encontró este
letrero : ".Ambigüedades.
"El general San Martín ha vuelto á sn país á los
cinco años de ausencia, poco de::;pués de haber sabido
qne 8e hablan heeho las pnces con el Emperador del
Brasil.'' El primer Capitnn mnerienno era así apostro-
fado de cobarde por sus miRmos compatriotas, precisa-
mente en el momento en qne se celebraban doR gran-
des elfo:;;; de gloria qne lmbfo dado :í. sn pátria !
El general San Martín, al recibir este saludo, vol-
v10 á. :;;;u destino con dignidacl y en silencio, sin pisar
la tierra que venía buscando, y se fué para no volver
más, para morir lejos de nosostros, esperando tranqui-.
lamente el fallo justiciero de aquell::t posteridad á que
había apelado en otro tiempo.

301
Se ha dicho muy bien, que la respuesta de San
Martín en aquella ocasión, había sido dada dos mil
años antes por la boca de Scipión, insultado por sus
compatriotas en el aui versario de una de sus gran-
des batallas: "En un día como este salvé á Roma.
Vamos al templo á dar gracias á los dioses tutelares
del Capitolio, para que siempre teng1rn generales que se
les parezcan." Pero San Martin, ni dió esta respues-
ta, ni mandó grabar como aq nel grande horn bre sobre
su sepulcro: Ing1·ata pdtria, uo lendrd.~ 1wis huesos.
La respuesta nos la ha dado. modesta y generosamente des-
de la tum ha. ~~l dejó escrito en su testamento:" Quie-
ro que desde el lugar en que muera se me conduzca
al cementerio, pero deseo que mi corazón descanse en
el de Buenos Aires.''
Al fin, señores, despnés de aquella larga y tene-
brosa noche de ingratitud y de olvido, la gloria de
San Martin se ha levantado como una estrella del cie-
lo americano.
La república del Per(í, la primera que le decretó
eu vida una estatua, ha glorificado dignamente su me-
moria, y ha atendido generosamente á. sus descen-
dientes.
Chile, que dunmte parte de su destierro, lo consi-
deró como al generalísimo de sns ejércitos, ahoná.ndol(~
el sueldo que su. pátria no se creía en el deber de
darle, ha sido la primera que lta realizado el pensa-
miento de erigirle una estatua, que inmortalice sn me-
moria pa.ra los presentes y los venideros.
Y Buenos Aires por último, presi<li<la por su mu-
nicipalidad, asociada. al pueblo y al gobierno en repre-
sentación de su pá.tria agradecida, ha erigido tam bien
una estatua ecuestre, ci ncela<la en el bronce, para per-
petuar dignamente el recuerdo <le sus altos hechos, y
.\"==) presentarlo á la admiración de los presentes y venideros,
montando un caballo del metal <le suR cañones, que no
se fatigará <le llevarlo Robre sus hombros, como no se
fatigará. jamás el génio de la gloria de levantar en al-
to su corona cívica y militar, de luces y de laureles.
El breve espacio que llena ese soberbio pedestal de
mármol, será. el único pedazo de tierra que San Martín
ocupará. en eRta tierra libertada por sns esfuerzos,
mientras llega el momento que sus huesos ocupen otro
petLno de tierra en ella !
Pero su uom bre, pero el recuerdo de su génio, pero sus
altos he('hos, y los resultados de sus generosos esfuerzos,
ocuparán el corazón y la memoria de sus compatriotas!
Debémosle este homenaje de gratitud. póstuma,
nosotros, sus compatriotas, los herederos legítimos de
su nombre y de su gloria, á quienes legó su corazón
al morir; porque si San Martin es verdaderamente
grande, considerado corno hombre americano, pnra quien
la revolución del nuevo Continente no tuvo fronteras,
tiene ademá.s títulos especiales á. nuestra gratitud, con-
si<lerándolo puramente del punto de vista de la histo-
ria y de la nacionalidad argentina.
Él fué quien templó las armaR de la revolución
argentirni, por me<lio de la severa disciplina, prometien-
do su dirección á la consumada ciencia militar.
Él fué el representante de la acción externa de
la revolución argentina, concretada en un vasto plan de
campaña que ahogaba toda la América del Sud, en sus
atrevidas combinaciones á traves de mares y montafías.
Í~l fué el propagador infatigable de los princ~ipios
de la revoluci0n de Mayo en los pais(~S <1ne libertó su
espa<la, inoculando en ellos el espirítu varonil y demo-
crático, que presidió á. rrnestros primeros trahr~os de
organización política..

300
Él fué quien en los momentos más angm;tiosos
de nuestra revolueión, cuando la América sucumbía ba-
jo el peso de las armas españolas, y todo parecía per-
dido, impulsó al Congreso de Tncumán á declarar nnes-
tra independencia en 1816, y su espada, á la par de la
de Belgrnno, fué la primera que se levantó para sos-
tenerla, y la única que la selló con tres grandes vic-
torias.
É~I fué el que reveló á la República Argentina el
secreto de su poder y de sn fuerza, da!ldo vuelo á su
gé11io militar en el exterior, en los n10nH;mtos en que,
devorada en el interior por la ~marquía y por h:is ma-
las pasiones, apenas piuecia tener fuerza para sostener-
se así misma; y gracias á esa fé robusta que lo animó
entorn:es, fuimos redentores de pueblos; gracias á. ellm<,
las banderas argentinas pa:~earon en triunfo la A m(riea
clPl Snd, y salvando con nuestros sacrificios á medio
mundo, nos sal vamos á. nosotros mismos.
Por eso tambien le debemos nn monumento más
duradero aún <¡ne ln estatua 1¡11e vamos á inangnr~1r
en sn honor, pon¡ue al fin los metales y las piedras
son rnateriak•s fá<"ilcs para la mano del tirmpo, que
pue<lc eon vertirlo en polvo, m ien trns rpw el recuerdo de
las grandC's naciones es irnperPtc<ll,l'O y 110 se horra ja-
111Ít:-; ele b m0rnoria de los ho1n hrPR.
1>ebémoRlf' la orgm1iza('iún y la consolidaciím clP-
finitivn 1fo la Hq1í1bliea ¡hge11ti11n, ,\. la cpw <·ornrngrí1
su vid:i, su µ;{>nio y sus :ifanes, pnrn qne su 1íat.ri:1 no
S<' m1wst.n' inforior :í. l:is glnrias <pw
\>I le <lit\ y p:ir:1
qne Rean cumplidos los yotos de loR padres dP mwstra
i 11depemlencia.
Eo sin dmfa u11 feliz augurio para la nacionalidad
argentina, que In estatua rh_.l grandP homhrP que más
cnmpliclnnwntc la simboliza, Re levante por los esfner-
zos generosos del pueblo de Buenos Aires, en mom.en-
tos en que el mismo pueblo pene de pié y consolida
la base de la patria común.
Si el bronce se animara, sin duda que el general
San Martin se estremecería de gozo, cuando pudiese
contemplar, como en este momento, en torno suyo, á
todos los miembros de la gran familia argentina, reu-
nidos en paz y libertad, y realizando después de me-
dio siglo de trabajos y de infortunios, la grande obra
á que consagró su vida.
Mientras tanto, y mientras llega el momento en
que organizada definitivamente la República Argentina
podamos colocar á. su frente la estatua del general Bel-
grano, que divide con San Martin las páginas de nues-
tra historia y el corazón de los argentinos, porque el1os
son los dos grandes hombres de acción y pensamiento
de nuestra revolución, saludemos en ese bronce que vá
á descubrirse, la noble y la inmortal efigie del fundador
de tres repúblicas, del vencedor de San Lorenzo, de
Chacalmco y Mm'jní, del primer Capitan del nuevo
mundo, del ilustre generalísimo argentino, el general
don José de San Martin ".
Descorrido el velo y después de oirse el Himno
Nacional y los hurras de la concurrencia., el Brigadier
General Enrique Martinez, pronunció el siguiente dis-
curso:

"SBÑORES:

Los pueblos que estiman sus glorias, jamás olvi-


dan los servicios de aquellos ciudadanos, que han con-
tribuido á conquistar sn independenci:i. La prueba de
lo que acabo de indicar es que hoy se hace la i11angu-
ración de esta magest.uosa estatua, á 1:i vez que se pre-
para otra para e] ilustre general Belgrano.

305
Estos monunw11tos, señores, son constnnte recner-
do de loR tiempoR adquiridos para fnndar nuestra eman-
cipación, y sin·e11 tnmhien para qne {¡, sn vista los co-
razoneR de la juveniwl e~ten siempre inspirados por el
amor á la libertad.
El general San Martin señores, era nna de nuestrnR
capacidades militares. Sus triunfos lo han demostrn<lo,
pero poseia á más 1111 tacto político con el qne Rabía
condncir los pueblos que ocnpaba con su ~jército: así
es que la República Chilena y la Permurn, recnel'<lm1
el nombre de este General con veneración: mm 0ra rná.s
señores, pues tenfa tal abnegación en todos los momen-
tos en que se trata¡se de los intereses del pueblo, que
para él no había sacrificio que no estuviese dispuesto
á ~jecutar; por nllo fué <).lle cuando considerí>, que s11
prestigio no podía ya contener pretensiom•s exajr>radas
(sino haciendo uso de la fuerza), d~jó el mando del
ejército y se retiró á. Europa á. hacer nna vida privada:
sin embargo él deseab:1 morir en sn patria, y cuando
consideró oportuno regresar á ella, lo h:zo, pero uno
de los acontecimientos (le nuestras revoluciones lo obli-
gó á volverse á. Europa. Allí terminó sus días, pero
desde hoy su memoria será bien durahle.
SenHible eR, señores, en los momentos qn0, algunos
gobiemoH de Europa ensayan establecer una monarquía.
en l\Iéxico (.y se dice (1ue igual suerte se destina á las
demás secciont>s de América), no se hallen entre noso-
tros esos guerreros ilustres, Belgrano y San Martín, para
que sus const;jos viniesen á. llenar nuevamente los cora-
zones de nuestra j11vm1tnd de ese fiwgo sagrado de que
se inflamara los que se <'lWonfraro11 el 2:) 110 l\Iayo
de 1810.
Por mi parte st>ñores, 1lesde qne he leido lo que
publican m1estros periódicos que se está ejecutando en

306
México, tengo en m1 imaginac10n las palabras que en
el primer Club que se estableció en Buenos Aires, pro-
nunciú el doctor ~fontel-lgndo, al a1Ju11ciarse una espe-
dición española al Río de la Plata: con ellas terminaré
mi discurso:
"Y si por nuestra eterna desgracia estamos sen-
tenciado::; á ser víctimas de la opresión, perezcan ellos
en vísperas de la nuestra".
En representación de la :Municipalidad, uno de sus
miembros, el doctor Cosme Béccar, pronunció este dis-
curso:

e Señores:

Sólo autoriza mi voz á levantarse en este momento,


el ser eco débil, pero fiel, de la corporación que en nom-
bre del pueblo de Buenos Aires, viene á honrar la me-
moria de un hombre ilustre.
Pasarán los ::;iglos sepultándose con ellos en el olvido
las generaciones; pero cada día se aumentará más la
admiración por los grandes hecho::;.
'Dos mil año~ van corridos ya á que Aníbal tras-
montó los Alpes para encontrar en los valles Itálicos
las soberbias legiones de Roma. Inmortalizó su nombre
y el recuerdo de tnu gran suceso durará como los iu-
rnem;os montes, te::;tigm; de su habilidad y de su arrojo.
N apoleóu lo igualó y la historia ya le admira y le
contempla grande.
Eh bien , señores , que nos hallamos reunidos
aquí, al pie de esa estatua que representa al general
don José de San Martín. Ella simboliza el respeto y
veneración que tributan todos á la memoria del que
concibió el grandioso proyecto de afianzar la indepen-
dencia argentina trepando esas escalas de los cielos: los
Andes; luchando dieciocho días con todos los obstácu-

307
los de una naturaleza salvaje, en que los hielos son
tan eternoe como el cielo de donde vienen· y los cubre,
para dar la libertad á un pueblo postrado después de
esfuerzos que sólo sirvieron para que sus opresores re-
machasen aún más las cadenas eon que lo aherrojaban.
San Martín preparó los elementos con que debía
emancipar á dos repúblicas, sellando la independencia
de un mundo: y, repetiré sus palabras después de la
Marengo sudamericana, la batalla de Chacabuco: cQué-
dale al ejército de los Andes la gloria de haber hecho
en 24 días una campafüt pasando las cordilleras más
elevadas del globo, concluyendo con los tiranos y dando
la libertad á Chile ».
¡Cuanta gloria, en verdad, se refüda 8obre el ilus-
tre guerrero que llevó á cabo tamaña empresa!
La aciaga noche de Candia Rayada, la precursora
de la inmortal Jfai¡ni; la expedición al PeríÍ, cruzando
el Océano para libertar el imperio de los hijos del Sol
y destruir á los dominadores de América, son títulos
de gloria imperecedera que irán realizándose á medida
que las gcneracio1H's (JllP lo recuerdan allmiradas, yeu-
gan alejándose de los tiempo8 en qu.e homéricas haza-
ñas tales se cum plierou.
Y si grande fuisteis,. ínclicto varón, co1110 (:apitán,
no lo fuisteis menos cuando venciendo los intnrcses de
algunos y preocupaciones de rnuchos, lcva11t:1sü·is :í las
clases desheredadas, abaticn(lo e8a estúpida desigualdacl
que convierte á los unos en amos para reducir á los
otros á esclavos.
Tu memoria será eu la posterillacl blasón de 110-
hle orgullo para todo8 los que tienen c11tnsimm10 por la
gloria de su patria y por el geuio lle sus héroes.
Por eso es que el pueblo tndo se reune hoy al
pie del monumeuto que te co111ucmorn. Felices de ha-

308
berlo hecho: hemos ejecutado un acto de justicia ofre-
ciendo á, todos los ciudadanos un modelo en el que
deber{in buscar las más grandiosas aspiraciones y feli-
citémosnos. doblemente al mismo tiempo que rindamos
al Se1· Supremo votos de gratitud, porque ha permitido
que Bueno:; Aires, el primer pueblo en la revolución,
haya sido también el primero en enaltecer las gloria:;
de la má:; prominente figura de aquélla, deparando a:;í
el Dio:; de lo:; de:;tinos á, e:;ta gran ciudad una inicia-
tiva, c1ue hoy como :-mtes, la hará acometer gigantescas
empn::;as, porque son irresistibles las fuerzas de sus
hijos, cuando se trata de lo grande y digno para la
patria..
¡General San Martín! que tu cabeza profunda y
tn potente brazo, sean ~jida tutelar para la suerte fu-
tll!'a de la gran República Argentina, c¡ue hoy te rinde
una ovación digna de ella y de tí ».

PALABltAS DEL SEÑOit l\IINI:'>TRU DEL PERÚ,

DR. BUENAVENTURA 8EOANE

« La voz de alarma que acaba de resonar de un


extremo á otro del continente, parece que hubiera des-
pertado de su eterno :;ueño al general tlan J\fartín para
conducir nuevas legiones á nuevw,i lide:; y á nuevas
glorias!
Allí está ... parece c1ue inspirado por el genio de la
guern1 se lanzara, no ya á, libertar y erigir, siuo á defen-
der las naciones <¡ue fundó y sus títulos inmortales!
Al contemplar este monumento consagrado por la
gratitud de un gran pueblo al héroe de nuestra epopeya

30U
y la guardia de honor que le lrnce el pe<1ucño resto
de los nilientes que, á su voz, :,.;e preeipitaba11 á la
muerte y regaban con sn sangre los laureles de que
iban á coroJHlTS(\ oh~dezco al seHtiruiento de adrnira-
ci6n q ne producen los recnerdm; hist6ricus y me incli110
ante este cnadrn de reli<¡uias do111i11ado por la l'statua !
¡Padre y fundador de tres 11acio1H'S ! ve11cedor e11
..Zl:faipú y prilller :-iitio del Callao, el represeuta11te del
Perú os saluda.
¡ Espfritu del pruner Capitán general del Perú!
enciende una \'ez má.s 1u f1wg•> sagradu en el corazón
de la América independiente para que leva11te su en-
tusiasmo y sea una, fuerte é invencible.

D1scumm DEL GENERAL ToMÁs Gurno

Conciudadano8 :

¡Que no me sea dado poseer el di \'ino don de la


elocuencia para usarla en este momento con toda la
vehemencia. de mi alma, empezando por animar esta
estatua al re:-;plandor de los gloriosos recuerdos que ella
inspira!
Coutaría rntonces al puehlo congregado aquí por
un sentimiento que le ho11n1, y en lenguaje digno de
tau alto asunto, las ínclitas acciones del héroe á <1uien
Buenos Aires anfr'ipándose al voto manifestado de
toda la naei611, rinde hoy un homenaje de afecto y
g:ratitud; que debe tamhien considerarse como una re-
parac1011 solenrní;.;i11m, reclamada por la jrn;ticia; por esa
justicia algo tanlía, pero siempre ::;egura, que parece no
discernir claramente el mérito de los varones insignes,

810
ni las mas excelsas virtudes, sino á traves del l':5pacio que
separa las agitaciones y los azares de sn vida, de las
regiones serenas de la inmortalidad á que se encumbran.
Diría, sí, las empresas, la intrepidez, las victori::is
del adalid que ahora ensalzamos, su consagración exclu-
siva y ardiente al triunfo de la emancipación de la
América; le presentaría batallador infatigable, imperte-
rrito sostenedor de nn eterno principio, en medio de
los desiertos; en la fragosidad de los montes, bajo di-
versas zonas: en la heróica patria de Láutaro ó en el
imperio de los Incas, siempre y en todas partes, siendo
el ídolo de sus soldados y de sus compafíeros, fllle le
siguieron con i11quebrantable constancia y gentil brio
en esa caballeresca y encarnizada lucha, de que brota-
ron naciones, empefíada co11tra los hijos del Cid y de
Pela.yo, euérg;icos dominadores de e:-;te Continente.
Referiría en fin, con la autoridad de los años y
la sanción de la historia, que conflictos arnistró, que
estupendos trabajo:-; acometió su arrojo; con cuanta
bizarría y denuedo guió las hnestes argentinas desde el
Plata á las fértile::; orillas del Ruimac, donde tuvo el
orgullo de haber enrollado á la sombra de nuestra
bandera republicana el regio· estandarte de Pizarro.
Pero esa. estatua dice más en su mudez á la ima-
ginación del pueblo, que lo que la palabra humana
pudiera 11nnca espre::;ar. Sin embargo, esta es más du-
radera que los má.s sólidos monumentos y que los
imperios: prevalece sobre sus rumas á despecho del
olvido y de los siglos.
No trepidemos pues en rememorar agradecidos lo
que debe América y esperialrnente esta República, al
general dou .José de San Martín, y mientras los altos
magistrados interpretan el sentimiento público; que viene
la juventud á deponer como una ofrenda ante esa efi-

311
gie las frescas guirmiJdas de las musas, sea permifülo
tambieu hablar á los ancianos, cnya voz el eco postrero
de la generación que se aleja, perdiéndose entre el es-
trépito de la que avanza á. sucederla, rozagante y ufana
de sn herencia por sobre el campo enriqueódo, donde
apenas restan rezagados algunos veteranos inválidos de
la Independencia Americana.
¿Y quién mejor que ello::i podría11 recordar la nwg-
nífica epopeya á que asistieron?
¿Quién con más profundo entusiasmo e11al tecer la
fama del esclarecido campeón, que los que le conocieron
y le amaron, y á quienes condujo á la victoria en los
días brillantes de la robusta edad?
¡Qué tiempo! Qué recuerdo! Qué hazañaR! ¡Porten-
toso despertar de cien pueblos enardecido':l por una
aspiración infinita de espansión y progreso!
¡Oh guerreros Argentinos! ¡Oh inmarcesiLle gloria!
El desierto, las cordilleras, el mar, no fueron ¡su-
ficientes barreras para detener el paso de los libres.
San Martín iba á su frente, sn noble caballo de guerra
estampó su casco sobre la cresta de los Andes, y á
~jemplo de los más renombrados capitanes de la anti-
güedad, sn genio militar, sn fortuna münna, correspon-
dieron espléndidamente á la causa mas grande que hayan
defendido los hombres.
La obra de Colon estaba Ü1completa, pon¡ue un
mundo no merece ese nombre sino cuallllo se presenta
á las edades dueño de su propio destino, ennoblecido
por la libertad y abriendo su seno á las simientes fe-
cundas de la civilización.
Los argentinos sintiero11 la fuerza. de esta venhid
profética. Ella se grabó en el fondo de los YHlientes
corazones. Buenos Aires se e11cargó de proclamarla,
dando el grito precursor ele nuestra. Inclepencle11cia.

312
Jamás la voz de un pueblo encontró un eco más
sublime. Su pensamiento se difundió rápidamente. No
es más veloz el rayo.
Entre los mas apartados territorios del continente
establecióse, al influjo de la nueva propaganda una
corriente eléctrica de ideas generosas.
A pesar de las enormes distancias que los separaban
se entendieron, se armonizaron para cumplir la ley de
su destino, que les llamaba á una existencia indepen-
diente y feliz.
Confundiéronse sus votos, sus armas, sus esfuerzos,
su sangre. La América sabe si fuimos avaros de la
nuestra.
Para los esforzados obreros <le nuestra Indepen-
dencia no tenfa límites el sacrificio, ni la Patria hori-
zontes. La Nación Argentina, leuanlárulo1w á la faz
de la ticr1·a, hizo resonar suti clarines en llanos y
montañas por los ámbitos del nuevo mundo, llena de
bélico ardimiento, lanzose la primer:;, á los comhates
de la libertad con un puñado de valientes que consi-
guieron (eterna prez de su memoria) el darla á tres
Repúblicas.
En esa época el brazo ejecutaba sm tardanza lo
que ideaba la mente.
¡Qué soberbia exuberancia de vida, la que incen-
dió todos los espíritus, estremecí füdo el santuario de
todos los hogares! Qué ebullición creadora! Qué fiebre
de geiwrosas conquista:-;! Qué aurora resplandeciente de
un gran día, iluminarnlo ]a;;; sombras, eu que se oculta
el porvenir <pie guarda á las Naciones jóvenes el te-
soro de snFI promesas y de sus esperanzas.
De aquí; de esta misma plaza, donde la multitud,
palpitm1te de~ emoción y de santa alegría, contempla la
imágen del general San Martin, Fartieron, adiestrados

313
por él en el' no ble E;jerc1c10 de las armas, la segunda
falange de guerreros, destinados t'í llevar adelante la
empresa de ema11cipar n11 m1111do. Eran los Granade1·os
á Caballo!!
Habían jurado vencer ó morir. Pocos volvieron!
Sus huesos confundidos con los de muchos otros bra-
vos soldados de la libertad, pueden ellcontrarse entre
las breñas del Chimborazo y de Pichi11cha, y desde
las riberas de nuestros grandes ríos hasta el pié de los
volcanes del Ecuador.
Ah!; Porqué fué tau breve el término de 1a jor-
nada señalado á tantos héroes por aquel que tuvo al
viento entre sus manos, que recogió las aguas como
un 1nanto, que levantó los lindes de la tierra !
Pero, sin duda que su espíritn, ardiendo, eu el co-
razón de sus hijos, derramándose con la luz de los
cielos, se regocija al verse representado por la sombra
de su Jefe en esta fiesta de la r·atria, reconocida á sus
eminentes servicios.
También la América eutera se lleuará de júbilo,
al saber el tributo que rinde esta ciudad á su ilustre
adalid.
Más esa deuda de gratitud no será plenamente
satisfecha, sino cuando la República, restablecida de
sus rudos quebrantos, preseute á la8 Naciones un es-
pectáculo en armonía con la grandeza de la obra de
que fué el general Sau 1\fartin uno de los más pode-
rosos fundadores. Entonces crecerá en la historia su
imponente figura. 8us acciones se medirán al compás
del resultado que dieren en el trascurso del tiempo ;
y ese resultado ha d~ ser grande, pese al génio de la
anary_ ufa y de la discordia.
Abramos, compatriotas, nuestras almas á la espe-
ranza, que como suave luna alumbra con inefable cla-

314
ridad la senda á veces árdua del progreso y de la fe-
licidad de las Naciones.
Demos acogimiento á los pensamientos fratemales
que noP vienen <le lo alto con la armonía melancólica
del tiempo que pasó. Hoy es un día de reparación,
un día de contento, un día de justicia.
Entretanto, conservando la antigua lealtad, la an-
tigua fé, inclinémonos con respeto á la presencia de ese
bronce, qnc sim holiza bmta gloria, modl?lado por la más
hella rlP las artes. Queda la mnistnd mismn Pclipsada
y sil<>1wiosn n11te lns manifestaci01ws entusiastns dt'I
pueblo, nnsioso de <•.011ocer á nuestro General hasta e11
sus facciones varoniles y en su gnlhmln. apostnrn; y
que Pse recuerdo, sirviendo de perpétuo estímulo al
¡)ntriotiR1110 J. al l1onor, venga :í. HllRtitnir y á })orrHr
la palabra ingratitud, <>11 f~I lihrn de oro de la Rt>pÍl-
hli<·a Arge11tina.
El comandante de la gmmlin d<~ vcternnos, el ge-
11en1l D. Lneio í\Iansilla :·mhiú al t:dila(lo, é inclinando
su espada haeía la Estatua del general San Martin
dijo:

GENF.RAJ, SAN MARTTN:

K ada más justo, ni más conforme al respeto con


q ne recuerdan vuestro f'sclarecido nombre todos los
Argentinos, qne lo qne el heróico pueblo de Buenos
Aires, iniciador en la. rep(iblica de todo Jo gran-
de y patriótico, hace ('olocandn vuestra Estatua en
la misma p1nza donde está el cuartel que os vió
formar el regimiento de Gra11n<leros á. caballo que hizo
flamear con ta nt.a gloria t> l (•stand:i rte que le disteis,
desde San LorellZo, hasta Pichincha. nesde esta mis-
ma plaza, haheis partido á t>sa serie de campafías

315
que dieron la emancipac10n de Chile y la creación de
las Repúblicas del alto y bajo Perú.
Está pues, vuestro busto enfilado á las calles de
Chacabuco y \1aipú, lugares gloriosos <le vuestro valor
y pericia en las batallas de estos nombres. En estb
momento, os admiran con respeto, y os recuerdan co-
mo á nuestro maestro, algunos de los que os han so-
brevivido, y entre los que se cuenta vuestro subalter-
no y contemporáneo, que os saluda reverente, el gene-
ral comarnfante de la Guardia de Honor.

DISPOSIOIÓN DE LA COMITIVA
Y DE LOS CONCURltENTES OFICIALES EN EL TAHLAIJO,
EN EL ACTO DE LA CEREMONIA.

EL Brigadier General D. Bartolomé Mitre, Gober-


nador de la Provincia y encargado del Poder Ejecuti-
vo Nacional.
El Dr. D. Cosme Becar, representante de la .Mu-
nicipalidad de Buenos Aires para aquel acto.
El Señor Ministro plenipotenciario del Perú D.
Buenaventura Seoane.
El Brigadier General D. Enrique .Martinez, nom-
brado padrino de aquella üeremonia.
Los Señores Ministros de Gobierno y de Guerra.
Los Señores Generales, D. Tomás Gnido, D. An-
gel Pacheco, D .•Juan Madariaga) D. Gervacio Espino-
sa y José María Piran.
El cuerpo Municipal de Buenos Aires.
La Excma. Cámara de J usticin.
Los Jefes y empleados <le las Oficinas de Gobierno.
Los Señores miembros de la comisión para la for-
mación del paseo Marte. .
Los Señores Jefes y Oficiales de línea y de la
Guardia Nacional.

316
TESTAMgNTO DE SAN MARTIN

En el nombre de DioR to<lo Poderoso, y {¡, gnien


reconozco como Hacedor del Universo: Digo yo, José
de Si:tn Martín, Generalísimo de la República del Perú
y fundador de su Libertad, Capitan General de la de
Chile y Brigadier General de la confederación Argen-
tina, que visto el mal eRtado de mi salud, declaro por
el presente testamento, lo siguiente :
Primero, (lejo por mi abRoluta Heredera de mis
bienes, habidos y por hn ber {i, mi (mica Hija, Mercedes
de San l\fartin, actnnlrnente casada con Mariano Balcaree.
. 2º Es mi expresa voluntad el 1p1e mi Hija sumi-
nistre {t. mi Hermana María Elena, mm, Pensión de
mil francos anuales, y{¡, sn fallecimiento, se continúe pa-
gnmlo a~ sn Hºº .,1,.
11a Yetromta,• 1 ""''¡.,
nna (e 9 r:. O h asta . sn

muerte, sin que para asegurar este don que hago {¡, mi
liermana y sobrina sea necesario otrn Hipoteca que la
<'onfiam:a qne me asiste de que mi Hija y sns herede-
ros rumplirá.n religiosamente esta mi voluntad.
:1º El sable qne me ha :icompañado en toda la
g1wrra de la independenria de la A mériea del Sud, le
seríÍ entregado al general de la República Argentina
don Juan Mnnuel de Rosas, como una prueba de la
satisfacción, que como Argentino he tenido al ver la
firmeza eon que lrn sostenido el honor de la República,
contra las injustas pretensione~ de loP Extranjeros qne
trataban de lmmillarla.
4º Prohibo el que se me haga ningun género de
funeral, y desde el lugar €n que falleciese se me con-
ducir(!, directamente al Cementerio sin ninguu acom-
pañamiento, pero sí desearía el que mi corazón fuese
depositado en el de Buenos Aires.
Gº Declaro no deber ni haber jamás debido nada
á nadie.
Gº Aunque es verdad que todos mis anhelos no
han tenido otro objeto que el bien de mi Hija amada,
debo confesar que la honrada conducta de esta y el
constante cariño y esmero que siempre me ha mani-
festado, han recompensado con usura todos mis esmeros
haciendo mi vejez feliz : Y o la ruego continúe con el
mismo cuidado y contracción la educación de sus Hijas
(á las que abrazo, con todo mi corazón) si es que á
su vez quiere tener la misma feliz suerte que yo he
tenido: igual encargo hago (¡, su Esposo, cuya honradez
y hombrfa de bien no ha desmentido la opinión que
había formado de él, lo que me garantiza continuará
haciendo la felicidad de mi Hija y Nietas.
7° Todo otro testamento ó disposición anterior al
presente queda nulo y sin ningun valor.
Hecho en Paris á veinte y tres de Enero del año
mil ochocientos cuarenta y cuatro y escrito todo él de
1111 puño y letra.

(firmado) JosÉ DE SAN MARTlN

Artículo Adicional.

Es mi voluntad el que el Estandarte que el bra-


vo Español D. Francisco Pizano tremoló en la con-
quista del Perú sea devuelto á esta República (á pesar
de ser una propiedad mía) siempre que sus Gobiernos

318
hayan realizado las recompensas y honores con que
me honró sn primer Congreso.

(firmado) JosÉ DE SAN MARTTN

Es copia del original que queda depositado en el


Archivo de esta legación,

Paris, 2d de Noviembre de 1850.

(firmado) Jlfarian o Balcarce


DESCUBRIMIENTO
y

significado de una plancha conmemorativa

No. '.12~2 del Reg-islro

DONADA POR Ef, CORONEL JUAN FRANCISCO VIVOT Y SEÑORAS CÁRMF.N Y ÜATAUNA VIVOT,
JOSEFA VIVOT D~: ARROTEA Y ENRIQUETA ALAIS DE ·VIVOT.

Allá, á principios de la fenecida centuria, vivía en


Buenos Aires un sacerdote de crecida virtud y caudal.
Distinguido por su prosapia, había estudiado hasta ter-
minar su carrera en la docta Chuqui::mca, donde obtuvo
las cándidas borlas de doctor en teología, conquistán-
dose luego una dignidad entre los canónigos del coro
de aquella metropolitana por su sólida instrucción y
elocuencia.
De regreso á la ciudad natal, su padre, que era
un militar de concepto, se propuso que el flamante
doctor, en el que cifraba tantas esperanzas, pasara á la
corte de Madrid para completar su educación en un
teatro más vasto que el que ofrecía la vida aletargada
de la colonia. .Joven, de fortuna, talentoso y disponiendo
de excelentes relaGiones, fué fácil realizar el anhelo de
su causante, que al abrirle su bolsa con largueza, rnu-
níale también de recomendaciones poderosas.
Este mortal venturoso, llamábase el doctor don
Dionicio Briceño del Rivero, y su padre el capitán don
Luis de Torres Briceño.
Y a en España, propiciado por magnates influ-
yentes de la coronada Villa, á los que iba recomenda-

320
LAMINA XXX

PLANCHA CONMEMORATIVA
DI.; LA

FUNDACIÓN DEL CONVENTO DE LAS CATALINAS EN BUENOS A I RES


do por el Gobemador y Üipitán General de Buenos
Aires, el Obispo diocesano y otras personas de fuste-
y habiendo sabido insinuarle aquel indiano opulento con
las dádivas consiguientes para captarse voluntades-fué
acercado á la sacra y real majestad del nieto de Luit:
XIV, quien le dispensó el honor insigne de nombrarle
su predicador.
El Dr. Brieelio, halagado .con el (>xito ele 8U
presentación, logró hacer llegar hasta las gradas del
trono, un extenso memorial, en el cual, con el propó:"ito
de dar refugio á per,;;onas virtuosas del sexo débil que
por vocación y voto simple de castidad. viví:m segre-
gadas del mundo y recluídas ·en una casa, sin poder
impetrar el bien del voto solemne, por no existir mo-
nasterio alguno de religiosas en la ciudad de Buenos
Aires, ni en otras de su dilatado <~ircúito, proponía fun-
dar uno á su costa y mención, dotándole de edificio
:málogo al que tenían entonces las monjas Agustinas en
Chuquisaca ó las Domínicas en Córdoba del Tucumáu-
con la capacidad necesaria y renta suficiente para el
culto divino, cóngma del capellán y sostén holgado de
la comunidad, asegurado en buenas fincas de su pro-
piedad; con la condición de reservarse el patronato que
residiría en su padre, recayendo después en . el funda-
dor, y así sucesivamente á perpetuidad.
Vista dicha instancia en el Consejo de Indias, oído
su Fiscal y previos los informes más satisfactorios acerca
de la conveniencia y aún necesidad de tal fundación,
(habiendo escollado anteriores tentativas por la carencia
de fondos), don Felipe V, por Real Crdula fechada en
San Lorenzo <lel Escorial, á 27 <le octubre de 1717,
y refrendada por don Francisco de Arana, se dignó
acceder á la licencia que solicitaba el prebendado Bri-
ceño, librando á, su albedrío, que el proyectado monas-
terio se ng1ese bajo la advocación de Santa Mónica ó
de eanta Catalina, vírgen y mártir, pero con reserva
expresa, que el número de madres en clausura, en nin-
gún caso excedería de cuarenta; pudiendo permitir el
ordinario que algunas niñas huérfanas educandas, se
<loctrinarm1 en virtud, hasta tomar estado, y aún otras
mujeres que se dedicasen á servir á Dios sin ser pro-
fesas. Y en atención. al gran costo de la empresa de
que se responsabilizaba el piadoso fundador, pues había
comprometido para la fábrica, hasta cuarenta mil pesos
de su peculio, estatuíase, que el patronato « ..... ha de
residir primero en su padre, el capitán don Luis de
Torres Briceño, después en el dicho don Dionisio, y
así para siempre, en adelantP, en el descendiente más
cercano, prefiriendo el. legítimo al ilegítimo y el var•n
á la mujer; gozando el que lo obtuviese de todos los
fueros y prerogativas 1 que por derecho y costumbre
gozan y deben gozf los fundadores y patronos, y es-
pecialmente el poder dar, sin dote alguna, tres becas
en el· referido monasterio por esta primera fundación
para tres sobrinas suyas, huérfanas de padre y madre,.
y después de Jos días de estas tres monjas que los go-
zasen, se hayan de conceder dos plazas, en que per-
pétua.mente sucedan y remedien asimismo sin dote, dos
mujeres deudas ó allegadas suyas, h1s que nombrare y
jurídicament~ señalare él, ó la persona en quien por el
tiempo de las vacantes recayere el patronato .. » (*)
En 172,1, el presbítero doctor Ericeño, volvía de
la Península, donde fué cruzado caballero del hábito militar
de Santiago y mullido por S. M. con las facultades re-
queridas para llevar á la práctica su noble pensamiento,

( * ) R. Cédula publicada hace muchos años por el .doctor Vicente G.


Quesada, en sus interesantes investigaciones sobre los conventos de Uuenos
Aires.
pudiendo mvocar el apoyo del virey del Perú, del
Presidente y Audiencia de la ciudad de la Plata en la
provincia de los Charcas, del Gobernador y Capitán Ge-
neral de la de Buenos Aires, reverendo Obispo y demás
ministros, gobernadores y justicias reales, sin otro reato
que el de estar sujeto al Ordinario como todos los mo-
nasterios <le esta religión en las Indias.
El abnegado Briceño, preocupóse desde luego en
elegir un paraje aparente para la obra, con arreglo á
los planos que mandó levantar al célebre arquitecto
jesuita P. Andrés Blanqui, y después de atinadas con-
sultas, se resolvió á ubicarla en el barrio del sur, pró-
ximo al río y formando cruz con el Hospital del Rey, : J
consagrado también á Santa Catalina. Principió por
cercar con sus numerosos esclavos, una área que com-
prendía tres solares, á los que se agregaron cmttro ca-
sas linderas que fueron de don Juan de Zamudio, ad-
quiridas en cuatro mil pesos, á fin de dar mayor
amplitud al terreno. Pero habiendo sorprendido la
muerte al afanoso fundador, cuando las paredes de la
nueva iglesia apenas alcanzaban la altura de cuatro
varas-con tal motivo quedó completamente paralizada
su fábrica, sin embargo de haber dejado heredero al
monasterio de su cuantioso caudal, de conformidad y
para quedar dentro de las condiciones prevenidas por
otra Real Cédula expedida en San Lorenzo, á 29 de
julio de 1 718.
*
**
Empero lo que permanecía en el misterio más
impenetrable 1)()r ausencia completa de datos y roto
hasta el hilo de la tradición, era la fecha precisa en
que ·el canónigo Briceño diera comienzo á la edifica-
ción, misterio que acaba de aclararse mediante el ha-

3:J3
llazgo casual de su piedra fundamental-circunstancia
que nos ha puesto la pluma en la mano para examinar
el caso.
En efecto, á principio::; de noviembre último, re-
moviéndose el piso (con motivo de las obras de salu-
bridad) de una de las habitaciones bajas <le la casa
espaciosa, señalada en la calle Defensa, con el número
585-easón de aspecto señorial, conocido en tiempo de
la colonia por de Aoix, el mismo que adquirido en
182-± por el comereia11te catalán don Juan Vendrells y
Vivot-~de doña Tomasa Larrazábal de Aoix, pertenece
hoy al señor Arrotea-chocó de improviso el pico del
jornalero, con un objeto extraño, resistente, incrustado en
la base de uno de los muros maestros que dan á la
calle de Mexico, y los que teniendo más de un metro
de espesor, sostienen techos de bóveda. Bien pronto,
con general sorpresa, se extrajo una curiosa plancha de
plomo dulce, ya muy injuriada por los años, la cual
descansaba entre dos losas, encontrándose e1~ una pe-
queña cavidad hacia el centro de una de éstas, algunas
moneditas de plata contemporáneas.
Revistada la peregrina lámirnt, al ser donada al
Museo Histórico Nacional, resultó con un diámetro de
cuarenta y dos centímetros de alto por treinta y cinco
de ancho; siete milímetros de grueso y pesando doce
kilos netos. En el campo de la misma, aparecen nueve
renglones irregulares, siendo su~ letras toscamente abier-
tas á punzón, algunas en líneas dobles y otras simples,
sin el menor atributo.
El idioma empleado en la inscripción exhumada, es el
latín, pero un latín tan bajo, defectuoso y vulgar, que peca
gravemente contra las leyes de la gramática y del buen
gusto, que no se han respetado en lo mínimo. Con se-
mejante antecedente que salta de bulto, vamos á ensa-
yar descifrarla, sin que sen posible guiarnos por regla
ni precepto alguno filológico, porque es sencillamente lo
que se llama nn latín macarrónico, bárbaro.

LITERAL-
ANNO D. 1727
Sub Benix I'. M. Hispa,
Reah Plw. VD d Diony.
Brúeíio, Operam dedidlm
ic monasterio

JJonieci eordis vicrimes


Poti qua111 tcmpli acsipc
tu Dfi e. cui úota
1llayis quam dona place!.

RESTAURANDO-
ANNO DOMINI 1727
Suú úonis 1mtroci11 iis Munificentissúnae Hispaniae
Rege PMlippo V., Doctor Dominus Dionysúrs
Brieeño, dedit operam
Huic Monasterio.

Tu, Domine, cui vota


Placent 111agis q11am dona,
Accipe i·frtimam cordis
Dionysii, potius quam templwn.

INTERPRETACIÓN CON lAS LICENCIAS NECESARIAS-

AÑO DEL SEÑOR 1 727


BaJo los auspicios generosos de la li!Jerali.~i'l11a E.~pa í'ia.
Re1:nando Felipr V., l'l Dr. D. Dionisio
Brisei'ío, fundó
esff' .lfonasteniJ.

Tú, ¡ Oh! Scfwi·, que m!Ís agrad<'!'rs


los 1!olos que los dones,
Acepta la ofrenda del cora/tón de Dionisia
Con preferencia al templo mismo.

***
325
De tal manera, el tiempo, ese encHrgado de correr
el velo á los arcanos, luyendo las envolturas que los
ocultan ó disipando las tinieblas que los rodean-des-
lizados casi dos siglos, acaba de proyectar luz intensa
sobre ese hecho caído ya en olvido, con la exhibición
inesperada de un testigo presencial, si bien mudo, pero
que autoriza voces de verdad, al comprobar que el
fundador Briceño, colocó en 1727, la primera piedra
de la obra á que nos referimos, vale decir, tres años
después de su retorno de los reinos de España; siendo de
presumir, lo fuera poco antes de su deceso, según el esta-
do casi embrionario en que d~jó aquella, levantánd@e
apenas algunas varas de los cimientos, no obstante el
empeño que puso en llevarla adelante sin economizar
sacriffoio alguno, presintiendo quizá su próximo fin,
cuya fecha exacta permanece toda vía incógnü.a, así co-
mo la edad que tendría entonces un eclesiástico tan ejem-
plar y cuyos despojos merecían entrelazarse con el lirio
inmaculado y la fragante azucena, emblemas de la gen-
tileza del corazón y la suavidad del sentimiento.
Transcurridos varios años de inacción á causa de
aquel snceso lamentable, el brigadier Salcedo que ha-
bía reemplazado á. Zavala en el gobierno de Buenos Aires,
y hallándose el obispado en sede vacante por muerte
del Illmo. Juan de Arregui - displiso se prosiguieran
las obras del empezado templo, previo reconocimiento enco-
rnenda~o al hermano jesuita Primoli, quien informó que el
terren'.) era. de suficiente capacidad y s'ólidas las paredes-
por lo que determinó el Gobernador se aprovechase lo
edificado. Hecha que fué la almoneda, era adjudicada
dicha obra al ca pitan Jnan de N arbona, quien debería
sujetarse en todo al plano del P. Blanqui. Aprobado
el remate, extendida la escritura pública de obligación
con las cláusulas ajustadas y dado fiador en forma, el

326
nuevo asentista que pasaba por individuo de cierto in-
flujo por haber intervenido en la edificación del con-
vento de Recoletos-repre8entó á. Salcedo sobre la con-
veniencia que habría en cambiar de sitio-observando
que el escojido por el fundador, estaba en la parte ba-
ja del pueblo y la<> paredes no soportarían la carga
correspondiente, además ele ser el terreno relativamente
escaso, puesto que no pasaba de media manzana.
Dada intervención al Cabildo secular, sostuvo este
las conclusiones del hern~ano Prímoli-basándose sobre
todo, en la R. Cédula que le fué <lirijida desde San
Il<lefonso, á 29 de julio de 1736-refrendada por don
Migu~l de Villanueva -mandando " ... que la fundación
"se hiciese y concluyese en el sitio que la empezó Bri-
ceño ... " por ser esta su determinada voluiltad-quien, se-
gún inventarios y testamento exhibido por su albacea
D. José Cipriano Herrera, presidente de la Real Au-
diencia de Charcas, insumió la pingüe suma de setenta
y nueve mil pesos en alhajas y paramentos destinados
á la iglesia de Santa Catalina, que debía erijin;:e en el
local designado por el fundador con arreglo á su últi-
ma y expresa disposición.
A pesar <le todo, el hecho fué, que se resolvió
abandonar definitivamente lo edificado y el administra-
dor del futuro convento de Monjas, puesto de acuerdo con
N arbona, que había concertado la obra á destajo, pero que
tampoco la vería terminada-compraron á fines de 1737
por la cantidad de dos mil ochocientos pesos, hacía el canto
norte de la ciudad, una manzana completa de terreno,
ó sea una cuadra de ciento cincuenta varas de frente
por otra de fondo, de la quinta de los Cueli, en el ba-
rrio recio del Retiro, distante siete cuadras directas de
la iglesia Matriz y Plaza mayor, donde al acabarse el
año de 17-±5, con r<>ligiosas costeadas desde Córdoba,
se inauguraba solemnemente el zarandeado monasterio
<le Briceño, quien solo calculó gastar en él, treinta y
dos mil pesos-mientras que Narbona, por el contrato
celebrado, percibió casi el <loble-á saber, unos cincuenta
y tres mil pesos, utilizando asimismo, gran cantidad
de cal, maderamen, herramientas, clavazón, adobe coci-
do, esclavos y cuanto juzgó servible del edificio desam-
parado en cierne tras largas peripecias-el que conti-
nuó como propiedad del convento á la par de otras,
legadas también por el fundador para que redituasen
en benefit'.io de la comunidad, sin excluir las de su pa-
dre lejítimo que recayeron en él por herencia.
Ahora, nos preguntaremos, cuál fué Ja ra.z6n para
que no se respetase la volundad del fundador de aquel
establecimiento de piedad, al trasladarlo de sn planta
primitiva, ~ambiándole hasta su advocación, contra el
mandato perentorio del Soberano?
Parece raro, ciertamente, que en una era en que
florecía el ascetismo, se hubiera dado poca importancia
á este ca:;io tan delicado de conciencia-no llenándose
las miras del bienechor Briceño, que abandonando su
patria y las comodidades del hogar, arrostró las furias
oceánicas en brazos de la fe y del celo más ferviente,
para continuar por años su propaganda laudable en el
otro hemisferio, bregando á la sombra de su moralidad,
significación y caudal-sin escatimar súplicas, empeños,
ni dádivas generosas, hasta lograr el ideal que le em:
bargaba... Y si, al desaparecer de entre los vivos, cuan-
do era más necesaria su acción, pudo perturbar algún
pensamiento mundano las postreras efusiones de su al-
ma piadosa-el recuerdo de las fatigas sobrellevadas por
el esplendor de la religión heredada de sus mayores,
debió confortarle á la vez contra las ironías del destino,
colmándolo de du1ces esperanzas }J vislumbrar en el

32d
futuro, aquel titulo duradero de celebridad que le ha-
ría exclamar-Non omnis moriar ! ...

Santa Teresa de Bella-Vista, (Prov. de Bs. As.) 25-XII-96.

~-.

""'''"''"'"'""'"""'"""""'"''"" "''""'''"'''"'''''''"'"''""""''''''"''''''''"''''" '"'''"'''"'''""""'''"''"''"'""""'""'"'"""""'""''''""""""''''"'"''''"""'''''"''""'"""''

329
SUMARIO
DEL

TO JY.:[ O III

PÁGINAS

DOCUMENTOS OFICIALES ................................. , ......... .. 3


PRINGT,ES poi· José J. Biedma ... ····• ................................ . 12
DOCUMENTOS OFICIALES .••.. , .............. , ........................ . 119
LA BANDERA DE LA EXPEDICIÓN NORTE DEL EJÉRCITO DE LOS
por José A. Pillado ............................. ..
ANDES EN 1817 129
JUANA AZURDUY DE PADIL!,A por el Dr. Modesto Omiste ........... . 163
DOCUMENTOS OFICIA.LES ... ., • • • • • . • • • • .•. , .•••••..•••• , , • .. • .. ••• 167
ÜLAVARRÍA por José J. Biedma.,., . .................. , ••••.•• ·:··,. lit
DOCUMENTOS OFICIALES .•.••. , ••••••••••. , ••.•••••••••••••• ~ •••••• 255
LA BANDERA DE A YOHUMA • • . • • • .... • • . . . . • . • • . . • . • .. . • • • • •••.•.•• 2ó7
LA ESTATUA DE SAN MARTIN ...................................... . 29! /
TESTAMENTO DEL GENERAL SAN MARTIN ....... · ....... , . . . . . . . . . 817
DESCUJlRIMIENTO Y SIGNIFICADO DE UNA PLANCHA CONME~!O·
RATIVA por el Dr. Angel Justiniano C,,rranxa .. . , ...•.•.. , ....• , 320 /

ILUSTRACIONES

PÁGINAS

CASA DEL MUSEO HISTÓRICO NACIONAL {litografía) .. • •.• . • .. .. .. • • 2


EL CORONEL JUAN PASCUAL PRINGLES (fototipía).. ... .. .. . .•• . .. •. 11
BANDERA DE LA DIVISTÓN DEL COMANDANTE CA!lOT EN LA ÉXPE·
DICIÓN LIBERTADORA DE CHILE EN 1817 (cromo-litografía) . . . . . . 121
RETRATO DE JUANA AZURDUY DE PADJLLA (fototip!a) • . . . . • . • • . • . • lG:!
RETRATO DEI, CORONEL JosE ÜLAVARRÍA (fototip!a)................ lil
SABLE DEL GENERAL SAN MARTIN (litografía) ....•.•..•..... , • . . . • 28'3
BANDERA DE AYOHUMA (cromo-litografía)........................... 2Si
ESTATUA DEL GENERAL SAN MARTIN EN BtTENOS AIRES (fototipfal 29!
PLANCHA CONMEl!ORATIVA DE LA FUNDACIÓN DEL CONVENTO DE
L •.\.'S CATALINAS EN BUENOS AIRES .............. ., ....... e..... 320

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