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SUMARIO

1tfEMORU. PRli:Sl!:N"TADA A.L SEXüR MINISTRO DE~ lNTl<:RlOR................ 67

DOCUMENTOS OFICIALES ............ .-........................................................................... 71

EscuDo DE LA AsA.MBLEA <lKNKRA t. CossTITUY~NTE DE. 1813, POR


.JosF. .J. BrnDMA ................ : ..............'.................................................................. 7;:,

BREVF.8 NOTICIAS ACERCA DE LA VIDA Y E.SCRITOS DE DON Jt.'A!\'"


lhPÓLJTO VrnYTES 1. POR CLEMENTE L. }'REGEIRO.................................. 101

ILUSTRACIONES

PÁGINAS

E~cuno DE J,A ASAMBLK• GENERAL Co'1sT11·un;NTE DE 1813 (Cromo-


litogratia) , ...........................;.................................................................................. 7.1
RETRATO DE DON .JUAN HIPÓUTO VIEY1'ES 1 (Cromo-litografia)............. 100
EL

".MUSEO HISTÓRICO"
PUBLICACION TRIMESTRAL

ILUSTRADA Y DESCRIPTIVA

BAJO LA DIRECC!ON DE

ADOLFO P. CARRANZA

TOMO I -·-ENTREGA 2•

BUENOS AIRES
ESTABLECDflEN'l'O DE DfPRE~!ONE~ DE fHJir,!,ElU!O KllAFT, EDITOR -CUYO 112-1

1892
MEMORIA
Presentada al Señor MINISTRO del INTERIOR

Buenos Aires, Abril 15 (le 18~1:?

Sei'íor JH11islro:
Por resolnciou de l\fayo de 1889 la Intendencia de la Capital
creo el << Mnseo Histórico>> á fin de concentrar y guardar cc,nve-
nientemente todo aqnello que sirviese á mantener las tradiciones
de la revolucion ele Mayo y de la guerra de la Independencia.
Puede decirse qne el primer año, tan noble deseo fné estéril,
yá sea por la falta fle fondos para realizarlo, yá porque no se
encoittraba un local aparente donde establecerlo; la tarea séria
empez6 en Abril de 1890, y á pesar de los sucesos políticos qne
sobrevinieron, el <• Mnseo" se entrego al servicio público el 30 de
de Agosto del mismo año.
Nacionalizado po!' decreto del Superior Gobierno de fecha
26 de Setiembre de 1891, recien desde el 1° de Enero está bajo
la dependencia del Ministerio de V. E. y de un momento á otro
dejará el local que pertenece á la Municipalidad.
Hasta ahora la marcha del Establecimiento no es holgada,
sino más bien azarosa, por la escasez ele medios de que dispo1ie,
no obstante la buena voluntad de los unos y el desinterés de los
otros, que han conseguido mediante sus esfuerzos y patriotismo
á que él se rndíque y vaya despertando interés en el público,
que ya manifiesta la necesidad que existe de impulsar una Insti-
tucion tm1 simpática y benéfica como esta.
Es cierto que su mantenimiento no reporta provechos mate-
riale'3 para el país, pero siempre reclamo la atencion de los Go-
biernos y fué digno de los pueblos, recoger los grandes recuerdos
de su pasado y rendir homenaje de gratitud y eonsideracion á
los fundadores de su nacionalidad, á los que la han servido con
más talento y mayor abnegacion; y porque en fin las banderas y
trofeos con qne se adquieren glorias, como las que se conquistrin
en guerras nacionales, necesitan ser conservadas en parajes espe-
ciales, donde reunidos, vayan los ciudadanos á contemplar esas
reliquias y lm; que no lo son á conocer las antecedentes qne
manifiestan de lo que ha siclo capaz el pueblo en que viven.
El ce Museo Histórico» sirve tambien de estimulo, porque los
que le visitrn sabran que allí hay sitio de inmortalidad para los
que sobresalen por su inteligencia, por sus virtudes, por sus
trabajos y su patriotismo.
La misma importancia de nn Establecimiento de esta clase
reclama un local mas cómodo, mas seguro y más vasto, y con
fecha ló de Febrero tuve el honor de solicitar de V. E. un ter-
reno de 50 m. de frente por 50 de fondo, en donde existia el
antigno cuartel del ce Retiro)), dando frente a la calle de la .Flo-
rida, para levantar nn edificio apropir.do, pudiendo construir en
la parte baja el ce Panteon N aciana!" que deberá guardar los res-
tos de nuestros conciudadanos más ilustres y que se han hecho
acreedores á ser colocados allí. Entonces manifesté tambien que
podría hacerse no solo con la ayuda del Gobierno sinó con el
concurso popular, y pedí la autorizacion necesaria para solicitarlo.
Siendo el Establecimiento de la N acion, he comenzado á re-
coger de las Provincias todo cuanto sea digno de que figure en
sus salo11es y al efecto hice un viaje á las de Cuyo y espero cuanto
me sea posible continuarlo por las del Interior y Litoral, para sa-
tisfacer de una manera la mas completa el pensamie11to del Go-
bierno Nacional al tomarlo bajo su patrocinio.
Creo tambien que para darle más importancia y amplitud deben
recogerse los retratos, objetos y trofeos esparcidos en América,
y qué conseguidos, haran de él el primer Establecimiento de su
género en este Continente.
Desde el primero de año ha alcanzado á 84 el número de la
Entrada, que unido al anterior, da un total de C93, unos recibidos
del Gobierno y otros de particulares de los cuales más de la
mitad en Donaciones y el resto en Depósito.
El número de visitantes constatado por las firmas que se re-
güitran en un libro especial para ello es de 9023 á los que
debe agregarse la presencia de 27 42 alumnos de ambos sexos,
que han concurrido de acuerdo con la indicacion que oportuna-
mente hice al señor Presidente del Concejo Nacional de Educa-
Cion.
En virtud de un contrato con el señor Guillermo Kraft y que
tuvo la aprobacion de V. E. en Enero del corriente año, este señor
ha empezado á editar una publicacion ilustrada y descriptiva de
todo lo que existe en el «Museo», cnyo primer ejemplar me fue
grato presentar á V. E.
Considero conveniente tambien continuar la publicacion de los
Libros Capitulares de esta Capital, y ruego á V. E. que al for·
mular el pres11puesto para el año prbximo se sirva destinar una
parti<la á fin de llevarla a cabo, pues en sus pájinas se encuentra
la historia de é,;ta Comuna, abarcando tres siglos tan ignorados,
como intere¡¡antes.
Como he teniclo ocasion de demostrarlo los fondos vota<los por
el H. Congreso son insuficientes aún para mantener el Estableci-
miento en un pié digno de lo que és y de lo que representa, por-
que la cantidad fijada para adquisiciones y eventuales, apellas
alcanza para suplir lo más urgente, pues todos los cuadros qne se
reciben hacen necesario restaurarlos y generalmente los donantes
solicitan cópias fotográficas de gran tamaño. Otroli objetos tienen
qne ser colocados en muebles á propósito y esto como los marcos
para las banderas y 0tras cosas que sería largo detallar, exigen
por lo rnénos nna snma mayor que la que me he permitido indicar
á v. E.
En el órden interno el servicio de la Oficina está organizado
del modo siguiente:
Fn registro de Entradas: - En él se anotan por órden nu-
mérico sucesivo to<los los objetos que se reciben, haciendo constar
el nombre de quien los entrega, y en columnas especiales si es
donacion, depósito ó compra, señalando á la vez el número del
libro respectivo. Este registro sirve de indice y de inventario.
Un libro de Donaciones: -- En él se anotan bajo número <le
órden todos los objetos donados al <<Museo•> con nombre y domi-
cilio del donatario y en una columna especial el número de boleto
talonario en que consta la autenticinad de lo donado y la indica-
cion de la carpeta que guarda los documentos comprobantes.
Dos libros de Depósitos (Entradas y Salidas): - El de Entradas
consigna datos iguales del de Donaciones y su talonario es un
recibo que nebe presentar el depositante el dia que se presente á
reclamar la cosa depositada.
El de Salidas, llena iguales condiciones y su talonariu es la
constancia que deja el recibidor para garantir al «Museo».
Un libro de compras: - En él se consignan las compras hechas
con las mi¡,:mas condiciones de una d0nacion, firmando el vendedor
un documento de autenticidad y recogienda su recibo del objeto
vendido.
Para la autenticidad de los objetos recibidos se llevan, como
he nicho, libros talonarios con referencia á las anotaciones de los
registros ya citados y documentos de comprobacion archivados, en
que cada donante ó depositante declara bajo su firma la proce-
dencia de lo que entrega y demas circunstancias del caso, reco-
giendo a su vez un reciuo ó boleto con designacion del numero
del libro respectivo.
Independientemente de estos registros se llevan para el ser-
vicio de las oficinas: Un libro de Entradas ó Salidas de Espedien-
fes - [;n libro de Notas y el Archivo de la Correspondencia.
Por ahora el "Museo» ésta abierto para el púhlico los Jnéve.>
y Domingos, pero mas adelante será fácil hacerlo otros dias de la
semana.
Saluda a V. E. con toda consideracion.

ADOLFO P. CARRANZA

A S. E. el señor ~lliinistro del Interior


DR. JOSÉ V ZAPATA.

70
DOCUMENTOS OFICIALES

Buenos Aires, Febrero 10 de 1892.

Habiernio manife3tado la Intendencia ML1nicipal qne entre las


supresiones hechas en el prest1puesto vigente figura la del empleado
que tenia á su cuidado el sepulcro del general San Martin, y te-
niendo presente que se trata de un deber sagrado cuyo CL1mpli-
micnto corresponde directamente a la N acion.
EL PRESIDENTE rni; LA. REPÚBLI~G
DECRETA:

Art. l 0 - La custodia y conservacion del se pul ero del general


San Martin estara a cargo de la Direccion del ce Museo Histórico
Nacional», que solicitará del Ministerio del Interior lo;:; fondos que
considere necesarios para ese objeto.
Art. 2° -Comuníquese, publíquese é insértese en el R. N.

PELLEGRINI .
Josi:~ V. ZAPATA

'Buenos Aires, Mayo 2 de 1892.


Señor 211inistro :
· De conformidad con el Decreto de V. E. de fecha 10 de Fe-
brero ppdo. propongo para desempeñar el cargo de Guardian del
sepulcro del general José ele San Martín al que actualmente lo
desempeña, sargento Antonio Emilio, con el sueldo mensual de
$ 60, con anterioridad al 1 o de Enero del corriente año, y cuya
partida V. E. se servirá indicarme adonde debe imputarse.
Al mismo tiempo solicito autorizacion para llenar con .los nom-
bres de San Lorenzo, Clwcabuco, Maipú !J Lima las cuatro chapas
de marmol que están en la l paredes del local que guarda dicha
tumba; cuyo gasto importará $ 20 m, n , que se puede pagar con

71
eventuales <le este Establecimiento, lo mismo que algunos útiles que
son necesarios al Guardian para la limpieza y conservacion del monu-
mento.
Tambien com·endría que V. E. se sirviese pedir al Ministe-
rio de la Guerra, dé á dicho guardian un uniforme de soldado,
de media parada, para los días de servicio.
Aprovecho esta oportunidad para saludar á V. E. con mi
mayor consideracion.
ADOLFO P. ÜARR\NZA

A S. E. el señor Ministro del Interior Dl'. José V. Zllpat.a.

Al Señor Director del ce Mitseo Histórico 1>


Transcribo á Vd. el siguiente Decreto: - Departamento del
Interior. -Bueno::; Aires, Marzo 26. de 1892. -De acuerdo con lo
espuesto en la presente nota por la Direccion del ce Mnseo His-
tórico >1

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

DECRETA:

Art. 1o N ómbrase Gnardian del sepulcro del general San


Martín, con antigüedad del 1o del corriente año, al sargento don
Antonio Emilio,con la asignacion mensnal <le sesenta pesos moneda
nacional (60 $ m¡n.) que se imputará á eventuales de este Minis-
terio y autorizase á la Direccion del ce Mnseo Histórico>> para en-
tregar al mismo, los útiles que le sean necesarios para la limpieza.
y conservacion del sepulcro.
Art. 2º Diríjase nota al Ministerio de la Gcrnrra en el sen-
tido espresado en la presente.
Art. 3°-Publiquese, dése al R. N., comuníquese y pase á sus
efectos á la Seccion de Contabilidad.
PELLEGRINI
Jos~; V. ZAPATA.
Dios guarde á V d.
M. M. ZORRILLA
s. s.

73
LAM. IV

;. 1T OGu!llfllJ111!lKRAfTCuroi:z1,B • A.\ll'[S
ESCUDO
DE LA

ASAMBLEA GENERAL CONSTITUYENTE


1813
No. "i2 del Registro.

Bajo este número ha sido inscripto en el Regis-


tro del «Museo Histórico » el E~cudo Nacional que,
colocado en lo alto de su puerta de entrada, señalaba
el edificio ocupado por la Asamblea General Constitu-
yente de 1813.
Fué donado, hace yú más de treinta años, al « :Mu-
seo », que dirigia el sábio Dr. Bmmeister, por el
entÓHces Director de Correos del Estado de Buenos
Aires Don Gervasio Posadas creyéndole perteneciente
á la antigua administracitm de ese ramo y en cuya
vieja casa le halló abandonado entre inútile.;;; trastos y
correspondencia muerta. En a<1uel instituto permaneció
largos años ol vidaclo hasta que, creado el actual « 1\Iu-
seo Histórico », fué entregado á sn Director el Señor
Adolfo P. Carranza con fecha 20 de l\fayo de 1800 y
por resolucion del Ministerio de Instruccion Pública del
dia 1 7 de dicho mes v año.
o/

Ha sido pintado sobre una plancha de hierro, de


forma elíptica, en proyeccion perpendicular, y cuyo eje
mayor mide cincueuta y cinco centímetros y cuarenta
y cinco el menor, encerrado en un marco ó bordura
labrada del mismo metal, de cinco centímetros de ancho,

75.
fijada á, aquella con remaches por su cara posterior. El
marco color gris, desteñido por la accion del tiempo,
resalta sobre un fondo de siena quemada que ostenta
en el centro el emblema nacionaijdentro de un óvalo
de treinta y tres centímetros de alto por veinticinco de
ancho/ p~rtido horizontalmente en dos bandas, azul-celeste
la superior y blanca la inferior, colores ele la bandera
patria; dos manos, con brazos clesnnclos, entrelazadas en
señal de union levantan la pica que sostiene el gorro
frigio de la libertad dibujado en el gefe del escudo;
orlado todo por dos gajos ele laurel, conmemorativos de
los recojidos en los campos de Salta y Tucmnan, lo corona
un sol naciente, el ele los Incas, cuyos rayos, uno on-
dulado y otro radiante, tocan casi á la bordura por el
extremo superior. En el exergo la fecha « 1813 ».
En derredor de este escudo y ele izquierda á de-
recha están pintadas con negro las letras: A. G. C. D. L.
P. U. D. R. D. L. P., abreviatura de: Asamblea General
Constitnyente de las Provin,,:Ías Unidas del Rio de
la Plata.
Es más pesado de lo que puede á primera vista
suponerse; y tiene fijas atrás dos fuertes anillas desti-
nadas á. encajar en los clavos del muro.
Le ha sido dada últimamente una mano general
ele barniz fino con el propósito de evitar que la pintura
se desprenda y caiga en pequeños fragmentos como su-
cedía á.ntes.
Considerado bajo el punto ele vista artístico deja
mucho que desear su ejecucion, y los deterioros del
tiempo y el abandono en que ha estado por tantos años
se manifiestan en numerosas grietaduras en la pintura,
tan descolorida yá, por otra parte, que presenta en
conjunto una tonalidad oscura en que se confunden el
fondo y los detalles, apreeiables todavía con buena luz.
Se conoce por numerosos pormenores que ha sido reto-
cado tiempo atrás.
Parece que ha sido ~jecutado sobre otro escudo,
como puede apreciarse en los puntos en que ha caído
la pintura dejando partes de dorado al descubierto.
Esta circunstancia nos induce á sospechar que el
escudo de !a Asamblea de 1813 se pintó sobre el es-
cudo español que adornaba la fachada del edificio ocu-
pado por el Real Tribunal del Consulado, parte de cuyo
local ocupó con su sala de sesiones aquel cuerpo So-
berano.
Creadas las armas de la Asamblea, ésta ordenó,
por resolucion de 2 7 de Abril de 1813, que ellas sus-
tituyeran á las del Rey « que se hallan tijadns en lu-
» gares públicos, y á las que traigan en escudos, ó de
" otro modo, algun~s corporaciones, y solo permanecerán
» de aquel modo en laR banderas y estandartes que las
» tengan » ( 1 ). Es de presumir que, resuelta la subroga-
cion, se trazó el nuevo escudo sobre el antiguo español
del Consulado aprovechando para su ejecucion la fuerte
chapa en que estaba éste pintado, muy apropósito para
ello y cuya posesion no exijia la construccion ó adqui-
sicion de otra.
¿Quién lo pintó? Lo ignoramos. Nuestras inves-
tigaciones al respecto no nos han dado resultado posi-
tivo. Interrogado acerca de este punto el Dr. Manuel
F. Mantilla, conocido autor de meritorios trabajos his-
tóricos, no pudo satisfacer nuestra pregunta. Sospecha,
como nosotros, lo hizo el correntino .l\Ianuel Nuñez de
!barra que, sin ser un artista en la cstension del con-

(1) Reg. N11c.-Año 1813.

íl
eepto, dibujaba y pintaba. Fué él quien grabó por en-
cargo del gobierno los primeros sellos del papel de ac-
tuacion sirviéndole de modelo el escudo del Estado,
cobrando once pesos por la impresion del ciento de
ejemplares, y no es aventurado suponer, dados sus co-
nocimientos en pintura y las relaciones que mantenía
con aquel motivo con las personas del gobierno, que
así como se le encomenclára el grabado del escudo á
que hemos hecho referencia se le confiára la pintura del
mismo para el edificio de la Asamblea y otros públicos.
En cuanto al verdadero orígen del escudo de la
Asamblea no podemos, desgraciadamente, adelantar una
palabra más á lo dicho hasta hoy.
Es conocido el decreto de la Asamblea, de fecha
13 de Marzo ele 1813, acordado por unanimidad de
votos, que dice: «La Asamblea General ordena que el
» Supremo Poder Ejecutivo use del mismo sello de
» este Cuerpo Soberano, con la sola diferencia de que

» la inscripcion del círculo, sea la de: Supremo Poder

» Ejecutivo de las Provincias Unidas del Rio de la


'> Plata. - Dn. To~r.ú; VALLE, Presidente - Hipólito
') Vi'.eytcs, Diputado Secretario (1).
En una controversia acerca de este interesante tema
mantenida entre dos ilustrados argentinos, el Teniente
General Bartolomé 1\Iitre y Dr. Angel .J. Carranza, sos-
tuvo el primero que el orígen único del escudo argen-
tino fué el decreto-ley ya citado, no existiendo disposi-
cion anterior alguna respecto de la invencion del sello,
el cuá.l, sinembargo, segun testimonio ele contemporáneos
fué pintado con colores sobre pergamino; y el segundo
que ese decreto se reforia indudablemente á una ley
· anterior, cuya fecha no menciona, en que la Soberana
(1) Trabaj. Le¡¡is. de las primeras ..\sambleas A1xcntin11~. tomo 1'.

í8
Asamblea decretó su propio escudo en cuyo acto debió
hacer la designacion de su forma, colores y atributos,
ngregando que esa ley se ha perdido.
Pensamos por nuestra parte que, aún cunndo como
lo afirma el Señor General 1\Iitre no se tenga ni noticia
tradicional de esa ley, decreto, ó simplemente disposicion
administrativa, ella debió existir, pues no concebimos
cómo pudo la Asamblea haber creado su escudo sin
dejar constancia alguna del acto y de sus preparatorios,
mucho más dada la estrictéz de procedimientGs á que
se ajustaban nuestros mayores y la seriedad q ne carac-
terizó los actos todos de aquel cuerpo legislativo. Con-
funde, empero, al investigador t•l silencio que gunrda la
prensa periódica de la época por lo que á éste tópico
respecta, pues ;li el Redacfor de la A8amb!ea, publi-
cacion á cargo del benemérito patricio Frai Cayetano
José Rodriguez, especialmente dedicada ú llevar ú co_:-
noci111iento del pueblo las decisiones de la Asamblea,
hasta las mas insignificantes, consagra á. tan interesante
asunto una sola palabra.
La creacion del escudo pátrio, emblema de la nueva
nacionalidacl que « se levantn ba á la foz de la tierra »,
debió merecer de los augustos representantes del pueblo
preferente atenrfon, y su forma, sus colores, sus atribu-
tos que hermanan con delicada sencillez la gloria, la
libertad y la fraternidad de los argentinos, alumbradas
por el sol de América, debieron ser discutidos y acep-
tados, por lo ménos, prévio el consenso de la mayoria
en aquel memorable Congreso. No creemos, pues, que
sus antecedentes históricos, llámense ley, decreto, dispo-
sicion, etc., no existan ó se hayan perdido como lo
afirman respectivamente y de manera tan absoluta aquellos
ilustrad0s compatriotas. Algun día aparecerán esparciendo
luz y disipando dudas arrancados por la mano de afor-
tunado investigador de los archivos públicos ó privados,
inexplotados aún en su mayor parte, y muchos de ellos
de existencia ignorada en poder de los descendientes de
aquellos patricios. Cuestion de tiempo....
Por lo demás nuestro escudo nacional ha sufrido
desde 1813 notables alteraciones de las que fijaremoR
algunas sirviéndonos, para establecerlas, de punto de
comparacion, el que se conserva en el < Museo Histórico»
y el antiguo patron en bronce que forma parte hoy de
la riquísima coleccion de propiedad del Dr. Angel J.
Carranza, la mejor que conocemos.
La primera, y que á nuestro juicio no afecta en
lo mínimo la forma primitiva del escudo, fué introdu-
cida por la misma Asamblea en su sesion del mártes
13 de Abril ele 1813 en que sancionó el decreto si-
guiente: « La Asamblea General Constituyente ordena:
» que el Supremo Poder Ejecutivo comunique lo qne
» corresponde al Superintendente de la Casa de Moneda
» de Potosí, á fin de que inmediatamente y bi~o la
,, misma ley y peso que ha tenido la moneda de oro
» y plata en los últimos reinados de D. Cárlos IV y

» D. Fernando VII; se ábran y esculpan nuevos sellos

» por el órden siguiente:


ce MoNEDA DE PLATA. - La moneda de plata que
~ de aquí en adelante debe acuñarse en la casa de
:> moneda de Potosí, tendrá por una parte el sello de
» la Asamblea General, quitado el Sol que lo encabeza;
,, y un letrero al rededor, que diga: PROVINCIAS DEL
"' Rw DE LA PLATA: por el reverso un Sol que ocupe
» todo el centro, y al rededor la inscripcion siguiente:
» EN UNION Y LIBERTAD, debiendo además llevar todos
» los otros signos que e;;presan el nombre de los en-

80
» sayadores, lugar de Ru amonedacion, año y valor de
» la moneda y demás qne h:tn contenido las espresadas
» monedas (1).
Orro.-Lo mismo que la de plata, con
<;°MONEDA DE

» solo la diferencia que al pié de la pica y bajo de las


» manos que la afianzan, se esculpan trofeos militares,

" consistentes en dos banderas <le cada lado, dos cañones


cruzados y un tambor al pié. De una y otra deberán
» sacarse dibujos en pergamino, que autorizados debida-
» mente acompañen la ónlen de la nueva amonedacion.-
,, PEDRO J. AGRELO, Presidente - Hipólito Vieytes -
,, Secretario » ( 2)
En consecuencia de esta soberana resolncion el
Poder Ejecutivo, con fecha 28 de Julio del mismo año
espidió el siguiente:
DECRETO : El Supremo Poder Ejecutivo de las
Provincias Unidas del Río de la Plata. Por cuanto la
f::loberana Asamblea General Constituyente en sesion del
13 de Abril del presente año decretó en ley lo si-
.
gmente............ (3 )
'' Y habiéndose cumplido esta Soberana determi-
" nacion con arreglo á la cual se labran y acuñan las
» monedas de oro y plata en la Casa Nacional de
» Potosí. Por tanto ordena y manda que todos los
,, ciudadanos estantes y habitantes en el lerritorio del
» Estado, hayan, reciban y estimen por moneda cor-

(lJ • De aquí es, decia el Rl·dartor, comentando las dii-:posiciones de Ja. ley, <iue su
» crédito (el de la In<:neda) debe ser el mismo apcsar de Ja va.riacion accidental del sello;
» ,·ariaeion que ha ~ido reclamada vor la volítiea. y por la necesidad; pues ya era ofen-
" dcr lm; ojo8 del l>Ucblo el permitir cine por más tiempo ~e le pre~cnt:.ira esculpido en
> énfasis sobre la moneda el ominoso Lu~to tlc la mmT}ladon personificada; ya era tiempo
)) <le que se elevasen por todas partes ::;obre las cenizas <le esos ídolos de 5angre monu-
, mcntos exvre:üvos de la ma.gcsta<l del pueblo, etc. 11

(2j Trnb. Le¡;isl. tom. l.


(3) Transcribe íntegrn la ley ya citada.

81
» riente con el n11smo valor intrínsico y legal que ha-
> bian, recibian y estimaban las de igual clase acuña-

» das hasta el presente, por tener igual peso y ley


;> que ellas, sin que puedan dejar de recibirse como

,, tales, bajo las penas establecidas para iguales casos.


,, Y para qne llégue {t noticias <le todos, circúlese, pu-
>> blíq u ese por bando y fíjese en los parajes pii blicos
» y acostumbrados.

'> Dado en la fortaleza de Buenos Aires, etc. --


ANTONIO ALVAREZ DE JoNTE -
Josi:~ JuLTAN PErmz--Nwo1,.ú;
RoDRIGUEZ PEÑA - MANUEL
GARCIA--Secretario. (1)
Jost

Conocemos esta moneda, que así como todas las


demás que citaremos hemos examinado en los valiosos
monetarios de los distinguidos numismfüicos argentinos
S.S. Enrique Peña y Alejandro Rosa, que con desinterés
patriótico que obliga nuestra gratitud han facilitado nues-
tras itn-cstigaciones para este modesto trabajo:
l8-Pieza de oro, de 26 gramos, 8 decig. de peso;
en el campo del anverso sol pleno de rayos flamígeros
y radiantes; en el reverso el escudo nacional sin el sol,
dos banderas de cada lado, arriba <le las manos que
levantan la pica, y no abajo como lo mandó la Asam-
blea; dos cañones cruzados y un tambor de guerra
al pié.
2"-Pieza de plata, del mismo peso que la ante-
rior; en el reverso tiene el escudo nacional sin sol y
sin el agregado de banderas y trofeos bélicos -Ambas
fueron acuñadas en Potosí como lo revela el signo de
su amonedacion. Corrcspomlen al uño 181 B.
Exactamente igual en sus detalles iÍ, la primera de

(!) fü•g. Nac. 10111. l-al10 1813.

82
estas piezas existen: pieza de plata (6 gram. 6 decig.)
acuñada en la Rioja en 182G y las onzas de oro cor-
respondientes {t los años 1828, 30, 34 y 35; y á la se-
gurnla, conocemos : el peso plata (2G gram. 8 decig.)
acuñado en 1815 y piezas di versas del mismo metal de
1833, 35, 36 y 37.
Las piezas de plata (2ü gram. G decig. de peso)
corresprndientes á los años 1838 y 40 ostentan el es-
cudo nacional con sol pleno.
Con sol pleno, cuatro banderas, fusiles y dos ca-
ñones, la onza de oro acuñada en estos mismos años,
diferiendo de la de 1813 en el sol, los fusiles y el
tambor.
El cuarto de onza de 184:3 tráe el escudo con
banderas, fusiles y cañones pero sin el sol.
Nuestra moderna moneda ostenta el escudo con
sol naciente, catorce banderas y dos cañones, más, los
brazos que levantan la pica, cubiertos con ámplias
mangas: así está fijado en el argentino (oro), el nacio-
nal [plata] y las monedas <le cobre de uno y dos
centavos. En éstas se ha reproducido en todas las emi-
siones anuales desde 1881 hasta 1892, adulteracion
inexplicable con agra vio de la tradicion y de la verdad
histórica, que provocó á principios del año un decreto
de reparacion del actual Presidente y 8u ministro de
Hacienda Dr. Vicente Fidel Lopez.
Nos limitamos en esta rápida reseña á anotar sim-
plemente las alteraciones que ha sufrido el escudo pá-
trio en la moneda acuñada porque es, á nuestro juicio,
donde reviste el hecho verdadera importancia como acto
de indudable procedencia oficial; haciendo de lado las
medallas y escudos militares, muchas veces alterados por
los agraciados con esas condecoraciones, las piezas con-

83
memorativas, <le variedad infinita y caprichosa, y los
impresos, que no se han sttjetado generalmente á otra
ley que al arbitrio del artista. (1)
Debemos exceptuar de esta esclusion al célebre li-
tógrafo suizo D. César H. Bacle á quien cupo impri-
mirlo por vez primera con el antojadizo agregado de
hamleras en algunos trabajos <le su establecimiento y
particularmente en nn folleto, que tenemos á la vista,
publicado en 18~\) con motivo de las exéquias de
Dorrego.

***
El 24 de Octubre de 1812 el Poder Ejecutivo
Provisorio de las Provincias Unidas, surjido de la re-
volucion del 8 de Octubre del mismo año, y compuesto
por el Dr. Juan José Paso, D. Francisco Belgrano
(interino por D. Nicolás Rodríguez Peña), y Dr: Antonio
Aharez J onte, asistido por su secretario de Gobierno
D. Juan .Manuel Luca, convocaba solemnemente á los
pueblos del Rio de la Plata para la eleccion de Di-
putados á la Asamblea General Constituyente que de-
bía subrogar á la disul'lta por el Cabildo, Justicia y
Regimiento de la Capital en el movimiento estallado
diez y seis dias antes, apoyado por las tropas de l.t
guarnicion al mando <le San Martín, Ocampo, Pinto,
Alvear y Fernandez ( 2 ).
« Despues de haber afianzado el pnmer paso á la

l I) En los desparhos militare~, por ejemplo, la variacion empieza desde los primeros
tiempo~: tenemos á la vbta Jos del 8t1bt.cniente Don ~Mariano F . .Martincz expf'didos por
Pucyrredou, en que el !'dio del P. E. 08te11ta sol pleno con rayo~ tlamíjeros y radiantes, y
:í su izquierda el del l\liuistcrio <le Jlacicn<la, en módulo reducido, Cllll :ml 11acieutc y isiu
aurelcs. En las admiubtrado11es st1cesiras se han reproducido las altcracioues i.mede decir-
se qne cada afio. Conocemos escudos en que ]as bandcra8 aparecen con cstrcl1ns!!
(2) Aeueruo <le! Cabildo de Buenos Aire" de 8 de Octubre de 1813.

8.1
» libertad, decia la convocatoria, con un esfuerzo y re-
,, sistencia tan general como sublime; des pues de sostener
» por el espacio de tres años una lucha de ferocidad
,, y de barbárie peninsular de una parte, y de virtud
>• y constancia americana de otra, cuando la España
>> no puede justificar su conducta ni constituirse ante
,, el Tribunal de las Naciones imparciales sin confesar
,, á pesar suyo, la justicia y santidad de nuestra causa;
» cuando el eterno cautiverio del Señor Don Feman-
» do VII ha hecho desaparecer sus últimos derechos
" con los postreros deberes y esperanzas las más ingé-
>> mrns; cuando el estado de nulidad é incertidumbre
» política 110 nos ha ofrecido ni prepara sinó terribles

» contrastes que pongan á una difícil prueba la mode-


» racion, la firmeza y el Yalor; cuando una série des-
>> graciadamente rn~cesaria de movimientos nos ha pre-
" cisado á flotar de un gobierno en otro provisorio, exi-
» tando á, su vez nuevas pasiones, ódios y desconfian-

» zas que privan á la República de aquella preciosa


>• fuerza, que solo puede ser el resultado y fruto de la

» union; cuando las victoriosas legiones de la Patria


» en el Perú y en el Norte marchan á zanjar los ci-
» mientos de nuestra seguridad y el sepulcro de los
" injustos agresores del país; cuando la necesidad mis-
,, ma de mantener aquella, demanda imperiosamente
,, una reforma general en la administracion pública,
,, que facilite en nuestro mismo seno los recursos pro-
,, fícuos que en el dia se hacen insufi<'ientes, por los
,, vicios del antiguo régimen y por el ejercicio irregu-
» lar é incierto del poder; en fin, cuando la hidra de
,, las facciones se ha acallado felizmente con la creacion
» de una autoridad para llenar las intenciones de los
'> pueblo::;;, ¿qué otro tiempo puede esperarse para reu-

85
)) nir en un punto la majestad y fuerza nacional?. Estn
» sin duda, debe ser la memorable época en que el
» pueblo de las Provincias Unidas del Rio de la Plata,
>> abriendo con dignidad el sagrado libro de sus eternos

» derechos por medio de libres y legítimos represen-


» tantes, vote y decrete la figura con que debe apare-
)) cer en el ~ran teatro <le las naciones ,. ( 1 ).
Chocándose con el inconveniente de nó existir forma
alguna establecida que reglára las operaciones de una
eleccion representativa de la importancia de aquella «de
" suerte que pueda decirse con verdad que sus resolucio-
» nes sean la espresion de la voluntad general y así para
» ~estruir el recelo de que sea reducida la Asamblea á
» las formas estrechas y exclusivas de las Asambleas an-
» teriores, como para evitar el desórden y tumultuosa con-
» fusion consiguientes á toda reunion sin plan, regla ni sis-
» terna, escollo tan eversivo del justo uso de la libertad" el
gobierno creyó indispensable, tal vez con secretas miras
ulteriores, fijar el procedimiento á seguir en la ejecucion
de aquel solemne acto dictando diez declaraciones que
debian observarse « con la más delicada exactitu.:l ».
1 ra Se pasaría órden por los Gobernadores ó Te-
nientes de acuerdo con los Ayuntamientos, á to<los los
Alcaldes de barrio, para que citando estos á todos los
vecinos libres y patriotas de sus respectivos cuarteles,
concurriesen á hora señalada á la casa de cada Alcalde
ó donde estos designáren para nombrar en cada cuar-
tel un elector á pluralidad de votos.
2ª Las ciudades que no estuviesen divididas en cuar-
teles ó que su número füera reducido, se repartirían en
el primer caso en ocho cuarteles cuando menos, y en el
segundo se subdividirian los barrios en igual número
(1) Reg. Nac. año 1812.

8G
comisionando el jefe del punto los sujetos de conocida
impa,rcialidad y patriotismo que debían presidir el nom-
bramiento de electores en cada cuartel caso de no exis-
tir alcalde que desempeñase estas funciones.
3ª El nombramiento de electores se haría en el
mismo dia y si era posible en una misma hora en todos
los cuarteles, debiendo concurrir inmediatamente á con-
gregarse en la Sala Capitular del Ayuntamiento del
lugar para proceder en consorcio de éste y su presi-
dente á la eleccion del Diputado ó Diputados respecti-
vos. El Escribano del Cabildo autorizaría los sufragios.
4ª Podian ser electores ó electos Diputados todas
las personas libres y de conocida adhesion á la causa
de América, sin exceptuar los empleados civiles ó mili-
tares, no siendo preciso que los electos fueran naturales
ó residentes en los pueblos que les confiáran su repre-
sentacion.
5ª La votacion seria pública y en voz alta.
6ª La capital debia concurrir con 4 Diputados
por su poblacion é importancia política; las demás Ca-
pitales de ProYincia nombrarían dos y uno cada ciudad
de su dependencia, á excepcion de Tucuman que podría
á discrecion concurrir con dos Diputados á la Asam-
blea.
7ª Concluida la votacion y hecho el escrutinio se
haría saber inmediatamente al pueblo el ciudadano que
se habia electo, en la inteligencia que para serlo debía
reunir las más recomendables cualidades.
8ª Los poderes de los Diputados serian concebidos
sin limitacion alguna y sus instrucciones solo conocerían
otra que la asignada por la voluntad de los poderdan-
tes. Calificaria dichos poderes la misma Asamblea en
una sesion preliminar.

87
9' Todos los cindaclunos quedaban, en consecuencia,
habilitados para indicar á los electores que debian es-
ten<ler los po<ler<:s é instrucciones de los Diputados, lo
que creyeran conducellte al interés general, al bien y
felicidad comun.
1 Oª Debiendo verificarse la apertura de la Asam-
blea en todo el mes de Enero de 1813, el Cuerpo de
electores entendería breve y sumariamente sobre cual-
quier vicio de la eleccion ó calificacion de la persona
electa, sin dar lugar su pronunciamiento á recurso algu-
no, ni aún al Gobierno. Caso de evidente nulidad se
procedería á nueva eleccion (1).
Como complemento de esta Convocatoria el Go-
bierno acordó comisionar á los Señores Dr. Luis Cho-
rroarin, y por renuncia ele éste á D. Gervasio Posadas,
Dr. Pedro J. Agrelo, Dr. Nicolás Herrera, Dr. Valen-
tin Gomez, Dr. Pedro Somellera, Dr.J\fanuel J. García y
D. Hipólito Vieytes, para que preparáran y discutieran
las materias que debia someterse á la deliberacion de
la Asamblea y redactáran un proyecto ie Constitucion.
Este nombramiento lleva fecha 4 de Diciembre de 1812
Si se examina la composicion de la Asamblea de
1813 se nota en el acto que el triunfo del partido li-
beral, adueñado del poder, fué absoluto y que no se
hubiera obtenido este resultado á ser la eleccion ver-
daderamente popular y sin las restricciones establecidas
en la convocatoria del 24: de Octubre cuya parte prin-
cipal hemos transcripto. Hay que confesar, sinembargo,
que dado el estado social y político del país por en-
tonces, y las especialísimas circunstancias porque atra-
vezaba, no podía ser de otra manera; y el resultado,

(1) Convocatoria citada

SS
brillantísimo como fué, abona en favor de los que in-
tervinieron secreta y hábilmente para conseguirlo salvando
así á la revolucion de tanto escollo como en que hubo
de chocar.
A principio de 1813 hallábanse en la Capital en
su mayoria los representantes y, aún cuando faltaban
algunos, decidieron constituirse ántes de finalizar el mes
de Enero en cumplimiento de lo dispuesto en el ar-
tículo 2º del Acuerdo del Exmo. Cabildo, de fecha S
de Octubre de 1812, cuyo tenor és: ~ Que luego que
" los referidos Señores (los elegidos para constituir el
'> gobierno provisorio) présten el juramento, sean reco-

> nocidos por depositarios de ta Autoridad Suprema de


,, las Provincias Unidas del Rio de la Plata por todas
» las corporaciones de esta Capital, su vecindario y

" cuerpos militares, respetando y obedeciendo todas sus


,, disposiciones hasta la reunion ele una Asamblea Ge-
,, neral que se verificará dentro de tres meses precisa
" é indispensablemente, procediendo en cualquier caso
:> de acuerdo con el Exmo. Ayuntamiento "·

En la noche del 30 de Enero reunidos los repre-


sentantes en el edificio del Real Tribunal del Consulado
parte de cuyo local se les habia cedido para la insta-
lacion del Soberano Cuerpo, y que estaba situado donde
hoy se levanta el hermoso edificio del Banco de la
Provincia, celebraron su primera se:<ion preparatoria para
la calificacion de Diplomas y acordar la solemne aper-
tura que quedó fijada para el siguiente día.
En efecto. El Domingo 31 de Enero de 1813 á
las !) de la mañana hermoseada por los rayos de un
sol esplendente, partían de la fortaleza, antiguamente
llamada d(~ San Juan Baltazar de Austria, y en cuyo
sitio existe actualmente el Palacio del Gobierno N acio-

89
nal, los individuos que componían la Asamblea, el Exmo.
Poder Ejecutivo, las corporaciones civiles, eclesiásticas
y militares, acompañados por los ciudadanos más dis-
tinguidos y seguidos de inmenso concurso de pueblo,
dirijiéndose por la calle de Las Torres ( Ri vadavia)
hácia la Iglesia Catedral á impetrar del Altísimo su
proteccion divina « en la espedicion de los grandes ne-
gocios de la comunidad de que iban á ser encargados » ( 1 ).
Solemne era el momento y grandiosa la escena.
El pueblo habia inundado la plaza de la Victoria
y las damas y niñas de nuestra cultísima sociedad co-
ronaban las azoteas y volados balcones de la carrera
hermoseando con su presencia y encado aquel inolvi-
dable acto cívico de nuestra gran revolucion, precursor
de gloriosos acontecimientos.
Todos se descubrían respetuosos y ajitaban sus
pañuelos al paso de los venerables representantes de la
revolucion aijentina; las señoras arrancaban las delicadae
flores de sus pechos para arrojarlas á los pies de aquellos
hombres que creiau plenamente recompensados sus afa-
nes y fatigas con tan significativa demostracion; las niñas
batian sus palmas delicadas en su honor; los padres
levantaban en brazos á sus hijos y les enseñaban, nom-
brándoles con lábio balbuciente por la emocion generosa
que les dominaba, á los sal vado res de la Pátria para
que les rindieran su tierno homenaje; el pueblo todo
les saludaba con entusiasmo indescriptible, mientras que
los cañones de la fortaleza que habian batido desde sus
imponentes murallas de piedra las escuadras inglesa y
española, y saludado á los Vireyes y Capitanes Gene-
rales de la opresion, dejaban oir sus atronadores estam-

~JO
pidos, confundidos con las músicas militares, el tañer
arrebatado de las campanas, y las vivas, delirantes acla-
maciones del pueblo en honor de la Pátria incipiente!
Terminada la Misa y Te-Deum el Gobierno recibió
de los Señores Diputados, de dos en dos, el sagrado
juramento sometido á esta fórmula: ¿Ju1·an Vds. á Dios,
Nuestro Señor, sobre los Santos Evangélios, y pronieten
á la Pátria desempeñar fiel y exacta1nente los deberes
del sublime cargo á que los han elevado los p1teblo1,
sosteniendo la religion católica y promoviendo los de-
rechos de la causa del país al bien y felicidad co-
1nun de la América ? y concluida tan tocante ceremonia
el concurso oficial, seguido de numeroso séquito popular,
poseído de desbordante entusiasmo, se dirijió por la calle
de la Catedral (San Martín) á la casa, de humilde y á
la vez severo aspecto, en que estaba el Salon de Se-
siones de la Asamblea.
Los Señores diputados, cada cual por su órden,
ocuparon sus respectivos sillones: allí estaban represen-
tando á la Ciudad y Provincia de Buenos Aires, Don
José Valentin Gomez, estadista y filósofo, orador dis-
tinguidísimo y maestro querido de dos generaciones;
Vicente Lopez, literato de córte clásico, inspirado cantor
de las glorias pátrias en las estrofas inmortales del
Himno Nacional; José Julian Perez, hombre de gobierno,
de nuestras primeras administraciones; Manuel Luzu-
riaga, que adornaban su frente los laureles del Congreso
de 22 de Mayo de 1810; frai Cayetano José Rodríguez,
el viejo maestro de Moreno, tan austero ciudadano como
virtuoso sacerdote y tierno poeta; Hipólito Vieytes, de
los precursores de la revolucion; Nicolás Rodríguez Peña,
primer gobernador de la Provincia Oriental despnes de
la rendicion de Montevideo - á Corrientes, Cárlos de

Dl
Alvear, primer presidente de la Asamblea, ürn brillante
militar como inesperto político entonces; á Salta, Pedro
José Agrelo, reputado jurista y exaltado patriota que,
como Monteagudo, se singularizó por su ódio á España;
José Moldes, que conquistó ante los muros de Monte-
video el título de Benemérito de la Pátria; á Santa-Fé,
José de Amenabar, cuya conducta mereció una declara-
cion honrosísima del gobierno; á Entre-Rios, Ramon
Eduardo de Anchoris, una de las primeras víctimas de
la epopeya de la independencia y cuyo amor á la li-
bertad le llevó á los oscuros calabozos de un castillo
en Cádiz; á Córdoba, José Gregorio Baigorri, el sábio
presbítero; Juan Larrea, uno de los mejores financistas
de su tiempo, que su génio dió vida á la escuadra na-
cional; Gervasio A. de Posadas, político hábil; á San
Luis, Agustin Donado, víctima, como otros, de la pa-
sion política de sus contemporáneos; á Tucuman, Nicolás
Laguna, su gobernador despues; á "!\Iencloza, Bernardo
l\fonteagudo, de exterioridades deslumbradoras y fondo
sombrío, imitador de los revolucionarios franceses; á
Santiago del Estero, Mariano Perdriel, excelente sacer-
dote, generoso corazon; á la Rioja, José F. Ugarteche,
tan modesto como patriota; á San .fuan, Tomás Anto-
nio Valle, que llegó á presidir la Asamblea; y á Jujuy,
Pedro Pablo Vida], espíritu cultivado y clara inteligen-
cia, formando todos un majestuoso grupo en el que el
patriotismo, la virtud y el talento enm su único blason.
Sentados yá los representantes pasaron los tres
miembros del Poder Ejecutivo, presididos por el Dr.
Juan José Paso, á la tarima ele la presidencia cubier-
ta por régio dosel. Establee:ido el silencio en aquella
apiñada multitud que llenaba el salon hasta sus ángu-
los, los vanos de puertas y ventanas, la estension toda
del pátio y se derramaba por las calles inmediatas,
aquel eiudadano ( 1 ) sancionó la solemne instalacion de
la. Asflmblea pronunciando, en el religioso silencio de
los oyentes, el siguiente discurso: (. Señores - Cerca
» de tres años hemos corrido desde el principio de

» nuestra revolucion á paso vacila11te y sobre sendas

~> inciertas, por falta de un plan que trazase indistin-


~> tamente las rutas ele nuestra carrera y destino.

<<Tal vez este es el único principio que ha orí-


" ginado la variedad de opiniones y la elivision ele
,, partidos que hnn debilitado considerablemente nuestra
» fuerza moral, que es de la mayor necesidad con-
. , centrnr.
« Las provincias y pueblos unidos á la obedien-
» cía del gobier!1o en el territorio de su comprension,
J> tampoco fian demasiado de nuestra palabra, despues

» que han visto repetidas veces frustrados sus justos

J> deseos y esperanzas; y el de esta Capital, deseando

>> ocurrir de un golpe al remedio de estos males, im-

>J puso al 1ictual gobierno en el dia de su instalacion


JJ la. necesidad de haber de satisfacer á la ex1genc1a

J) de estos dos importantes objetos.

« El Gobierno crée puede lisonjearse ele haber


J) llenado en esta parte el voto público con la convo-

>J catoria ele los Señores Diputados que hoy se ven

JJ reunidos para la celebracion de la Asamblea que vá

» á formarse; el Gobierno tiene mil motivos para es-


JJ perar que los Señores Representantes responderán clig-

n namente á la distinguida confianza. de sus altos des-


>J tinos; y yó el honor y sat.isfaccion ele congratularles

» á nombre del Gobierno en los felices momentos ele

( 1 ) El señor .Jcneral )litre por un descuido muy cHplieahlc dice en su t: Historia


de llclgrano • <1uc lo pronunció el Prc:-'iclcntc 1lc la ;\:-;a,mhlca, Alvcar.
J> su próxima inauguracion: desde este punto toda
>J autoridad queda concentrada en esa Corporacion au-

» gusta de la que han de emanar las primeras órdenes


» y disposiciones que el Gobierno, con las Corporacio-
» nes que le acompañan, se retira á esperar en su

>> posada para darles el más pronto y debido lleno,


» luego que constituida se digne comunicárselas.~
Un aplauso general, unánime, apagó los últimos
écos del orador que, entre las aclamaciones de la mul-
titud y salvas de artillería, se retiró con las demás
personas del gobierno á la fortaleza, donde, dos horas
despues, recibia las primeras resoluciones acordadas por
la Asamblea para hacerlas conocer del pueblo como se
hizo por médio del bando'de práctica.
Ellas eran: 1ª Que la Asamblea asumía la repre-
sentacion y ejercicio de la soberanía de las Provincias
Unidas del Rio de la Plata, debiendo ser su tratamiento
el de « Soberano Señor »,'<J·-' conservando sus individuos
en particular el V d._)lano.
2ª Que su Presidente fuera el Diputado D. Cárlos
Alvear.
3ª Que sus Secretarios para el despacho lo fueran
Don Hipólito Vieytes y Don Valentin Gomez.
4ª Que la persona de los diputados era inviola-
ble sin poder ser aprehendidos ni juzgados sinó en los
casos y términos que la Asamblea determinaría.
5ª Que el P. E. quedaba delegado en las mismas
personas que lo ejercían con el carácter de Supremo
hasta nueva determinacion y conservando el mismo tra-
tamiento.
6ª Que el P. E. prestára el juramento ele reco-
nocimiento y obediencia á la Asamblea, debiendo disponer
lo hicieran inmediatamente las demás Corporaciones y

91
expedir las órdenes necesarias para que lo prestáran las
autoridades y jefes militares existentes fuera de la Ca-
pital.
7ª Que el P. E. encabezára la publicacion de los
decretos de la ~-\samblea en los términos siguientes:
El Sitprerno Poder Ejecutivo Provisorio de las Pro-
1n:ncias Unidas del Ria de la Plata, á los qile la
presente viesen, oyesen y entendiesen, sabed que la
Asamblea General Constitityente ha decretado lo si-
g11 iente:

8ª Que á los decretos de la Asamblea firmados


por su Presidente y alguno de sus Secretarios, se les
diera fé y crédito como si lo fueran por todos sus
miembros.
9ª Que todos los anteriores decretos se publicáran
en la Capital y pueblos del interior.
1 Oª Que el P. E. dispusiera la celebracion con
fiestas públicas de la instalacion de la Asamblea ( 1 ).
Consecuente á la publicacion de los anteriores so-
beranos decretos, dice «El Redactor de la AsambZea ))
se espresó el contento público del modo mas digno y
majestuoso. Salvas de artilleria, repiques, músicas, ilu-
minaciones y un pueblo entusiasmado entonando himnos
á la patria, formaban el cuadro de este dia consagrado
al placer inspirado por la libertad.
Tal fué, bosqm;jada á la luz de los documentos de
la época y de la tradicion oral, la instalacion de la
Asamblea General Constituyente del Rio de la Plata
que envuelve, sin duda alguna, uno de los actos mas
trascendentales de nuestra gloriosa revolucion por su
eficiente accion en su desenvolvimiento, tan poderosa y

( 1 ) Bando del 31 de Enero de 1813.


rápida que la hizo cambiar de fáz conduciéndola deci-
didamente por el camino de las grandes reformas polí-
tico y sociales que los hombres de Mayo habian vis-
lumbrado en sus generosos anhelos pero que, por una
ú otra causa, no fueron realizados hasta entonces. El
pasaje <le aquel Cuerpo Soberano ha dejado en nuestra
historia un derrotero de luz; sus miembros merecen el
amor y el respeto de la posteridad ya que no alcanza-
ron el de sus contemporáneos a.pesar que en la accion
no defraudaron la~ grandes esperanzas que cifraron en
ellos en los días propicios de su esplendorosa recep-
c10n.
La índole de este trab~~jo y los lineamientos pre-
cisos en que debemos encuadrarlo no admiten la histo-
ria de aquella Asamblea que despues de dictar leyes in-
mortales cayó en 1815 envuelta en la vorájine revolu-
cionaria disuelta como Cuerpo Soberano y perseguidos
sus individuos por la saña política ele sus propios her-
manos!
Pero quedaron como sello eterno de su gloria, que
no borrará el trascurso de los siglos por que son el
alma ele la Patria Argentina, sus famosas leyes abolien-
do la esclavatura ele nacimiento, reglamentando la man-
tencion, educacion y ejercicio de los niños libertos, dero-
gando la mita y yanaconazgos, declarando la libertad
del comercio, echando los cimientos de la iglesia nacio-
nal, fundando Escuelas públicas y Facultades Universita-
rias, creando la escuadra que había de abatir en los
mares el heroísmo castellano, cambiando el cuño de la
moneda, inventando el hernioso escudo de armas de la
República, constituyendo la ciudadanía argentina, san-
cionando la Cancion Nacional, extinguiendo el bárbaro
tribunal de la Inquisicion cuyos instrumentos fueron

9G
entregados al fuego en la plaza pública, estatuyendo las
atribuciones del poder judicial, y otras mil que consti-
tuyen el basamento imperecedero de nuestra. nacionali-
dad y el titulo mas justo á exijirnos admiracion y gra-
titud mientras que los rayos del sol de América se qme-
bren sobre una frente argentina!
Junio de 189íl.
.J osJ<~ J. Bmm1A.

97
LÁM. V
BREVES NOTICIAS
ACERCA DE LA VIDA Y ESCRITOS
DE

DN. JUAN HlPÓLITO VIEYTES


No. 330 del Registro
DONADO POR J,A SEÑORA PENJ~;LOPE l\IAR'l'INEZ DE FORES'l', EL 3 DE OCTUnRE DE 1890

Entre aquellos personajes notables de la Revolu-


cion Argentina cuyos nombres permanecen en las pe-
numbras ·de la historia, Don Juan Hipólito Vieytes es
uno de los más desconocidos, no obstante de figurar
entre los más dignos del respeto . venerando=de su pos-
teridad.
Don Ignacio- N uñez, en las- ·interesantes Notic-ias
Históricas que nos ha trasmitido, le incluye en el núme-
ro de los iniciadores en Buenos Aires de trabajos ten-
dentes á obtener por final resultado la emancipacion
de estos países ( 1 ). El dean Funes, testigo é historiador
de las primeras manifestaciones del civismo argentino,
corrobora el aserto de Nuñez, en su meritorio Ensayo
sobre la Historia Civil, haciendo estensiva idénticr.
honra á otros ciudadanos, á todos los cuales elogia en
los siguientes términos: «hombres atrevidos, en quienes
el eco de la libertad hacia una impresion irresistible> (2 ).

(1) Esas personas fueron cuatro, segun Nuñcz: Don Manuel Belgrano, Don Juan
José Castelli, Don Nicohís Ro<lriguez Peña y Don Hipólito Vieytes. NUÑEZ, NotWias
Históricas de la Rc¡níú/ica .Argentina, Buenos Aires, 1857, p. 199.
(2) Funes agrega á los anteriores, los señores Juan José y Francisco Paso, Feli·
ci;tno Chiclana, José Darregueira, Francisco Terra<la, Martin Thompson, Juan Ramon
Balcarcc, Antonio Luis Beruti, Martin Rodríguez, Agustín Dónado, Matias Yrigoyen y
el 1>resbítero Hamon Vieytes, hermano tle Don Hipúlito. FUNES, Ensayo de la Historia
Cit-íl, etc., Buenos Aires, 1817; 'f. III, p. 486.

101
En la Reseña Hút6rica de los sucesos de JJfayo (1),
el genernl Don Tomús Guido confirma el juicio de
N uñez; y Don Cornelio Saa vedra, cuyo testimonio posee
en esta ocasion autoridad irrecusable, nos presenta á Viey-
tes penetrando en su casa, á altas horas de la noche, con
el peligroso encnrgo de requerir su concurso como jefe
(Jel renombrado cuerpo de Patricio.~, á fin de esperar
el momento oportuno que permitiera acometer la úrdna
empresa de la independencia nacional ( 2 ).
Don Manuel Moreno, actor en los sucesos y per-
sona bien informada al respecto, ratifica todas estas
noticias en la valiosa introduccion puesta al frente
del volúmen que contiene los escritos y arengas de su
famoso hermano Mariano ( 3 ).
Tau múltiples, como autorizados testimonios, acre-
ditan sobradamente ser Don Juan Hipólito Vieytes
uno de los precursores de la independencia argentina,
glorioso y envidiable merecimiento que El Museo His-
tór,ico consagra en sus páginas, ofreciendo al público
breve relato de sus servicios, junto con la imájen
noblemente melancólica de tan preclaro ciudadano ( 4 ).

l.
Don Juan Hipólito Vieytes ( 5 ), nació en la ciudad

(1) El P/,ala Científico y Literarw, Buenos Aires, 1855; T. VI, p. 150.


(2) SAAYEDRA, F'ragrnento de la imlruccion que tli<í á sus apoderados para defen-
derlo en el juicio que se le siguicí en 1814; MrrnE, Ilistoria de Belgm1w, tercera edi,cion,
T. IIJ, p. 4lfi.
(3) MORENO, Coleccion de Arengas en el Foro, y de rscrilos drl Dr. Don 'Mariano llfo-
reno, Lornlres, l83G; introduecion al torno I., p. CXX y CXXIX.
(4.) :Este rctra.to, que es una. minia.tura. hecha proba.blcrncntc por Shnplicio, cono·
chio retratista de la época, fi¡rnrn bajo el número 330 del Registro del Museo Histórico,
habiendo entrado con fecha :l de Octubre de 1890 por <lonacion de la Señora Penélope
M. de Fmcst, duda de Don Ctirlos Forest. Yieytes fué abuelo por linea materna del
dicho l<'orcst.
(5) Aún cuando la firma nutogr:ifica que lleva al pié nuestro retrato, dice solo -
HIPÓLITO VIEYTES-, que es, ¡1or otra parte, la forma habitual con que suscribia los
documentos públicos-,Yieytcs se .llaurnba Juan lfipúlito, segun puede verse en el pro¡¡-
pecto del Semanario.

102
de Buenos Aires ( 1 ) en una fecha que no se ha podido
fijar todavía, no obstante prolijas inveetigaciones. Fué
alumno del Real Colegio de San Cárlos, dónde estudió
filosofía de 177 5 ít 177 7, bajo la direccion del Dr. Don
Vicente .Tunnzaras. Como alumno del mismu estableci-
miento aparece de nuevo en el curso de esa asignatu-
ra correspondiente á 1777-79,. dictado por el Dr.
Don Cárlos Garcia Posse ( ~ ). Don Ignacio N uñez
miegnra que llegó ít estudiar jurisprudencia, dejando inte-
rrumpida su carrera profesional C). Tales son las únicas
noticias que me ha sido dable reunir con respecto á
s11 vida anterior al 1 º de Setiembre de 1802, en que clá

principio ít la publicacion del Semanario de Agricultura,


Industn:a y Comercio, sólido pedestal de su fama de
publicista de ideas avanzadas en tiempos en que la acti-
vidad de la mente se reducía á bien poca cosa, por falta
de estímulos simpáticos ít ese linaje de estudios.
Don Ignacio N ufíez pondera el valor de Vieytes
al acometer tamaña obra; y dice, tambien en su
honor, que era lo que podia llamarse entonces un lite-
rato colonial ( 4 ). Este juicio no es correcto, sin embargo,
Vieytes puede pasar, sin <luda alguna, como literato colo-
nial, si se nprecia solo el mérito artístico de sus doctas lucu-
braciones comparado con el de~sus contemporáneos que
rnanejahm1 la pluma del escritor; pero si se tiene en
cuE-nta, ante todo, aquello que caracteriza sus escritos, es
deeir, la materia sobre que ellos versan, seria mas.exacto
decir, que habiendo sido distinguidísimo publicista, supo
espresar sus ideas en forma literaria no destituida de
cierto grado de belleza.
(lJ Con"!" q uc ern "naturnl 1le Bu<·nos Aires". en la partida 1le 1lefuncion consen·ada
en el libro rcspcetirn 1lc la Iglesia de l"an Fernarnlo. tic la Bucnn Vista, al;fólio 82 1·ta.
(2) Gl'TIEHHEZ, Xoficias hi.,f{rricas sobre el urijen y desarrollo de la ensefüm~a 8"ptriür
en Buenos .Aires, l'lc.: Buenos Aire~. 1868; v. 40.
(3) NUÑEZ: Not·if·i u; Jli::,f1írwa.~· de la llepública Argentina,~etc.; p. 199.
(4J lbitl. (>. l\!9.

108
El Srmanar1o no es la primera produccion pe-
rióclif'a salida de las modestas prensas bonaerenses: con
ant0rioridad, desde el 1" de Abril de 1801, habíase pu-
hlicntlo El Tel/grr~fo 11frrcantil, Ritral, Poltt1'.co, Eco-
nónifro é lfistoriógrr(fo rfrl Rio de la Plata, dirijido
por el coronel Don Francisco Antonio de Cabello y
l\Iesa, cuya desaparicion turn lugar el 1;) de Octubre
del año siguiente á virtUtl de mandato espreso del Virey,
y lrnjo el chispeante aunque injusto anatema de un co-
laborndor del Semanario ( 1 ). «Los discretos argentinos
dijo este ( 2 ), han sufrido sin chistar las inepcias del
autor de la Jl!Jisceldnea Encomidstica Anacreóntica:
han pagado á buen precio la retaceada impresion del
Arancel del comercio libre; y tapándose las narict-s, cau-
ta mente han recibido la receta contra almorranas: pero
ya no podrían tolerar las nauseas á que provoca el fo-
lleto que bajo el capítulo Poltl'ica insertó el Telégrafo
del día 8 del presente». Como corolario del estenso
nrtículo de donde torno el miterior pasaje, y al pié de
la última página del número del Semanario que lo
contiene, se lee el siguiente Aviso, que es el epitafio
del primer periódico publicado en Buenos Aires: « Ha-
biendo 0ste Superior Gobierno tenido á bien mandar
l'ie :-illi'i}_leuda la publicacion del papel periódico titulado
Telégrafo l\Iercantil, Rural, Económico é Historiógrafo
del Rio de la Plata, de su órden se avisa al público
para su noticia » ( 3 ).
Al suprimirse El Telégrafo, el Semanario contaba
ya casi dos meses de existencia y clisponia de la pro-
teeeion de ese mismo gobierno que tan rudamente mal-

(1) Para la bibliografía del Tdégrafo, ,·éase' GUTIERREZ. /ii/,/io¡¡rafia de la pi·i11"ra


ú1;prrtda de Buenos AirP,.,., Hu en o~ Aires, 186H; p. 1:12-140; ZtXNY, E¡'crncrido,qra(ia Argiro
11u·/ro µulilana, llueno8 Aires, 1802; p. 255-28.3.
('.::!J Sema·1tn1'iu úc ~4.y1·,icultura, Jwi'w;tria y Uonwr1:io, Bueno~ Aires, 1802; Núm. 6 del
27 de Octubre; 'l.'. I, p. 41 y sig.
(!iJ f)enumarw <te .Agr1cu1tura, lndustria y Comercio; T. 1, p. 48.

](lj
trataba al primero. El vi rey Pino se hallaba por entonces
al frente del vireynato. Vieytcs, por motivo que ignoro,
obtuvo y :weptó el apoyo oficial, pregonando esta mer-
ced en el prospecto del Se11iana1·io, al mismo tiempo
que solicitalm el eoncurso de todas las personas de
buena voluntad. e Si se tieHde la vista por la vasta
extension <l0 eHtas cmnpafías, <lijo entónces Vieytes, al
i11Hta11te se prPsenta la triste situacion del labrador: este,
a nnq ur d ncflo a liso l nto de nna porcion de tierra, capaz
Pll otrns pnrtrs ele rnai1tcncr un potentado, vive de ella

cseasamrntc y se halla sin recurso y sin auxilio para


lwe0rla prndncir nna porcion de frutos apreciables que
podrían luwcr la feliei<lad de su familia; desconoce en-
teramente todo géHero de industria; labia solamente
aquella pcqnelia porcion que considera necesaria á su
sustento; y, lo que es peor, des<·onoce enteramente
aquel dcs<'O r¡11e '/lace con los honib1·es de aumentar
.sus to11w1lirladcs y sus bienes; triste situacion que
mantendrá á Hnestra América en la infancia por un
tiempo ilimitado, si <le comnn acuerdo no ocurrimos á
inflamar el corazon del labrador haciéndole recordar del
letargo en que le ha sepultado sn inaccion !
«Esta es la obra grande que estaba reservada al
actual Hítbio Gobierno, agregaba, qne proteje y anima
nuestras miras: PS preciso que á sus benéficas intencio-
nes ayudemos con todo nuestro conato y desvelo. Y o
Heré el órgano por dónde se trasmitan al pueblo las
útiles illeas ele los compatriotas ilustrados que quieran
tomar parte en esta empresa. No son mis hombros su-
ficientes para sostener el peso de este edificio colosal;
necesito precisamente del auxilio y del socorro de todos
aquellmi que, amnntes de la Patria, aspirnn tí la general
felicidad lfo estas proYincias »,

lUii
El nrey Pino, al ronre<ler lirencia á Vieytes para
imprilllir su períodico, lo hizo animado de las mejores
intenciones, persuac1ido de que esta patriótica iniciativa
podria redundar en hcrn•ficio público. Puesto bajo la
irnnediata revision y censura del asesor del vireynato
Don .Juan de Almagro, Pino hizo circular el prospecto
por los pueblos de su dependencia, recomendando á los
intendentes que lo difundieran entre sus gobernados.
Uno de ellos, el ilustrado gobernante del Paraguay Don
IAzaro de Ribera, e11c3rgó de esa tarea á una comision
especial, espresándose en términos los mas expresivos
y lisongeros para la empresa acometida por Vieytes ( 1 ).
Los temas predilectos de Vieytes, como lo declara
el prospecto, fueron la agricultura, t>l comercio, la in-
dustria y la educacion. Los primeros números del Se-
manario contienen un cuadro completo, habilmente bos-
quejado, de la situacion del vireynato en cada uno
de tan principales ramos de la actividad social: allí en-
cuentra el historiador el documento más elocuente, el
que más Yiva impresion causará en su espíritu al estu-
diar k manera de ser y <le sentir de nuestros antepa-
sados los contemporáneos de Vieytes.
Los cinco substanciales volúmenes que forman la
coleccion completa del Semanario, abundan en recetas
dt> procedimientos industriales fundados en los princi-
pios de la química. Vieytes, cuya modesta industria de
jabonero imprime tanto realce á su personalidad de pu-
blicista, no descuidaba jamás cuanto podía conducir al
perfeccionamiento <le ella. Con nyJtivo de la disertacion
de un colaborador sobre una nueva sal alcalina descu-
bierta en el Perú, Vieytes decia: « Si todos nuestros

(1) Semanario ele Agrú:ultura, industria y Comerr:io; 'l'. 1 p. 92 y sig.

1111;
conterráneo~ tuviesen un amor tan decidido por la fe-
licidad pública, como lo manifiesta el autor del antece-
dente rasgo, mucho tiempo hace que hubiéramos puesto
en uso algunas de las infinitas sustancias que produce
nuestro suelo y gue despreciamos por falta de aplica-
cion á examinarlas. La sal alcalina que describe se ha
examinado en esta capital y se ha reconocido tener
todas las propiedades que son amílogas á, la naturaleza
de se1m;jantes sales: laR art".s podrían sacar un partido
ventajoso de su aplicacion, y con especialidad los jabo-
neros. ¡ Pero, esclamaba, cuando conocerán estos que
esfa sustancia es un intermedio necesario para la mis-
cion dBl agua con la materia oleosa ! » ( 1 ).
Esta aficion á la química habíala manifestado an-
teriormente al dar á, conocer un procedimiento nuevo
para blanquear la cera ( 2 ). Así es que cuando pw1o
trasmitir {i, sus lectores la buena nueva de que en el
Protomedicato de Buenos Aires acababan de recibirse
los primeros exámenes de esta materia, enseñada por el
Dr. Don Cosme Argerich, lo hizo e11comiando los inmen-
sos beneficios de una ciencia« la más análoga, clecia, á la fe-
licidad inalterable de los pueblos y cuyo lenguaje, pere-
grino hasta ahora en uuestra patria, ha sabido. hacer fa-
miliar en la boca de unos jóvenes el decidido gusto de
su catedrático, á cuyo empeño en <lifundir tan útiles y
necesarios conocimientos será deudora nuestra provincia
de los gigantes progresos que harán algun dia por
medio de su aplieacion » ( ª ).
1\Iovido siempre de sn extraordinario celo por el
bien y la mejora de sus compatriotas, Vieytes, que tanto

(lJ ·"'e1w11iari0 rlc .Agricultura, Industria y Com-'.:1·cio, T. I. 11. X4l.


21 Ihi1l., T. 1, ¡1. 80.
(o) Ibi•L T. I, p. 342.

107
precomza una ciencia recien en vías de constituirse,
arregla y publica en el Se1nanario unas lecciones de
química. En el tomo III imprimió la introduccion:
suspendidas transitoriamente, las recomienza en el tomo
IV (1 ).
Pero si la química le atraía, si en medio de la
común ignorancia <le sus contemporáneos, él columbraba
la revolucion que iba á determinar en la industria, le
seducía la ciencia que estudia la formacion, distribucion
y consumo de la riqueza. No solamente esparce en el Se-
1nanario, artículos que son verdaderas lecciones de Eco-
nomía Política, para iniciar al pueblo en sus principios,
sinó que amplia esas nociones en una interesante
série de cartas dirijidas á un hermano suyo, cura
en la juris<liccion de su ciudad na ti va. « Aunq ne no
es mi intencion darte por ahora en estas cartas un
tratado completo ele Economía Política, dijo en una de
ellas, no he podido sin embargo dt:jar de tocar, aunque
de paso, alguna cosa de estos princi píos, por que nada
hay más arraigado, ni mas eomún, en los labios de los
que queriendo tener las cosas de consumo á un precio
despreciable, aunque sea á costa del infeliz trabajador,
se afanan en deelamar contra la arhitrariedatl ele los
precios en lo:,; renglones de primera necesidad, sin dis-
cernir siquiera que el fruto tlel sudor del hombre no
debe estar ja más sujeto al capricho a~eno; y <pie solo
el <pie lo adquiera con sns fatiga:-; c'5 el únieo ál'bitro
de darle aquel valor que le <·0111pe11se los rie,,;gus y afa-
nes de adquirirlo, pnes de otro modo ni11guno trabajaria
gustoso si llegase {t entender alguna vez que el fruto
de su inteligencia había de e:-;tar sugeto {t un aforo, Ó á

(1) Semanario de A,qrirn/lllra, hvlustrfr¡ y Comercio; T. HI. p. 3 y 110; T. [\.11. lti\I.

103
alguna otra traba, que le privase de disponer de él con
absoluta libertad. Este funesto mal ha hecho incJmpa-
rablemente mas daño á las campañas ·que las secas y
los huracanes, y serán vanos é infructuosos los esfuerzos
que haga un país para cimentar su buena suerte, si no
se llevan por norma estos principios ».
« ¡Cuanto deseara, agrega Vieytes hondamente emo-
cionado,-cuanto deseara que nuestros conciudadanos se
empapasen en ellos leyendo á, este propósito á, U stariz,
Zabala, Campillo, Jovellano:,,;, Forronda~ etc., entre lo:,,; na-
cionales; y á Galiani, al marqués de Mirabeau, al hom-
bre de estado, y sobre todo al sublime economista Adam
Smith, entre los extrangeros, para que se desterrasen
de una vez una porcion de preocupaciones funestísimas
iÍ la felicidad del país mas pingüe, mas abundante del
Universo! ,, ( 1 ).
Las primeras cartas contienen breves nociones de
ngrieulturn; ó mejor dicho, tienden á, despertar el interés
de los curas de campaña por el cu! ti vo ele la tierra, á
fin de eonvrrtirlos en maestros de sus respectivos feli-
greses. En el primEr volúmen del Semanario habia ya
publieado una Carúlla de Agricnltnra, por preguntas y
rc:-ipuestas, dirijida á instrnir á los labradores, cuya igno-
ranern y preocupaeiones eran :-iupin:is. ¡ Y todo e,.;to
lnelrnudo con la indifereucia pública que á los comienzos
de su tarea le privaba de su indispensable concurso; y
hasta con lo exiguo el(; uu establecimiento tipognlfico que
no le permitía imprimir a<1uella de una vez, por sepa-
rado, á camm, dice Vieytes, « de la escasez de letra con
que- se halla nuestra única imprenta »! ( 2 ) •.
Corno :-;e vé Vieytes era un pensador : tenía fé en

(lJ Sr,mrnarfo de Agric11llura, lnd!lstria ?J Co11wrcio; T. V, 1801), JI. ll4.


(2) Sc11unario de A,r¡rü"Ultura, Industria y Comercio, T. I, p. 76, nota.
el órden de ideas que había abrazado y difundía en lu
forma magistral del artículo de revista y en la forma ele-
mental de la leccion, ó de la cartilla. Para tratar del
adelanto de su país todos los géneros eran buenos, desde
la docta disertacion hasta la epístola familiar: el Se-
mana1·io lo patentiza. Quién recorra sus páginas, in-
comparable documento histórico de nuestro reciente pa-
sado, verá surgir en todas y cada una de ellas la imágen
simpática de su direetor y redactor casí exclusivo. La
admira ble unidad de su espíritu activo y sagaz, se re-
fleja allí. Nada hay en ellas que contrarie los propó-
sitos ó el pensamiento de Vieytes; y cuando algun
meritorio vecino golpea á su puerta para penetrar en
aquel santuario de la ciencia incompleta, pero fecunda,
de este precmsor de la independencia nacional, no le
vale ni la bondadosa interposicion de un amigo de
confianza: el filosófo se muestra inflexible.
« Tuella, que así se llama el solicitante, tiene en
mi concepto mucho mérito, así por sus conocimientos
como por su pat"iotismo, escribe Vieytes al Doctor Vi-
cente Anastasio de Echeverria; pero como no todos los
hombres han de ser de una misma o pin ion, piensa en
2lgunas cosas de muy distinto modo que yo. Esto no es
nada, sino qne habiendo establecido en mi periódico
ciertas propo,.;iciones de política, casi no puedo, sin una
rnanifit>sta inconsecuencia, volverme atrás; de lo que
seguramente me guardaré muy bien, no por capricho,
sino porque el norte que me ha <lirijido para estable-
cerlas es el comun de los mas acreditados economistas
de la I~uropa. Nuestro 'fuella tropieza con algunas, y
n:J quisiern que en un país que recien se está poblando
empezasen á difundirse máximas que, so pretesto de bien
público, son una v1mladera cadena (p1e oprimid, eter-
namente la libertad de nuestros conterráneos.

110
«Así pienso yo: otros pensarán de distinto modo,
en lo que no tendré la menor cu! pa ; .... Me confieso,
-agrega, corno si hablase en secreto,-á U d. solito; no
sea al diablo que oiga alguno esta sincera confesion que
le hace, á sus instancias, su apasionac1ísimo amigo» ( 1 ).
Otro ejemplo de la lógica unidad de conducta im-
presa á la ntinada direccio11 del Semanario, <1ue cuenta
Gutierrez, :-e refiere tambie11 al Señor Tnella. Empeñá-
base esle en dar á luz en él un soneto, probablemente,
á juzgar por las palabras de Vieytes, sobre las delicias
de la vida del camp0. Respondiendo al amigo que le
hizo el pedido, escribió Vieytcs lo siguiente: «El objeto
del soneto es análogo al pL~riódiL·o; pero no he dado
hasta ahora verso 11i11gu110; y, ele hacerlo, tendría un
millar de quejosos, iÍ los qne me he negado <>11terame11te
sobre este mismo asunto » ( ~ ).
De~pues de leer esto, eual<p1iera se inrnjinará á
Vi ey tes desprovisto por completo de todo sentimiento
poético; y, sin embargo, ¡cuántas páginas de su perió-
dico contienen Yenlacleros idilios! ~3u noble propósito ele
regenerar la indolencia eró11ica de sus contemporáneos
¡cuántas generosas ilusiones revela en el alma apasioirnda
de este ilustrado, pero ingenuo y solitario pensador!
Negaba derecho ele ciudadania en su periódico á la
forma métrica, es cierto; pr.ro á condicion de celebrar
en prosa, no ::;olo las inefables delicias ele la vida del
campo, sino t,1111birn las creaciones ele su fantasía encua-
dradas en el ámplio horizonte intelectual del economista
y del patriota. «La campaña, decia, nos brinda con
su prodigiosa abundancia á qne ahamlouemo::; el lmllicio

(L Carta inédita diriiirla a.I l>odnr l>on \'it'<'llÍl' .-\na~ta;-;io d<• E('h<'verria. El ori-
1

~rinal ::-:e cneuentra en la ~'.olceeion de a11t('1i!rn.fo:.: del ~t'frnr (';lrlo:-: Ca:-antlle, <Í qnién <leho
~u conocimiento.
(2) GUT!BIU:l>Z, Biúliografia de la priiwra im¡irent~ de llncms Aires, etc.: p. 145.

111
del poblado y dirijamos á ella nuestras miras: con nuestra
presencia se venín pintados al vivo los alegres dias de
la felicidad universal de nuestras provincias. El labra-
brador no temerá contemplar á su lado al orgulloso
ciudadano, que desprecia la noble tarea que le impuso
la pension de subsistir; se hermanará con nosotros, nos
comunicaní insensiblemente aquel aire de sencillez que
se desconoce eu las grandes poblacioues; depoudremos
la ferocidad de un génio :tltivo y dominante, y ocurri-
remos de com(m acuerdo á estraer los tesoros que guarda
la tierra en sus entrañas. Las opulentas minas del cerro
de Potosí, los riquísimos criaderos de aquellas masas enor-
mes de plata maciza que ha dado Huantajaya, ni los
podero:;;ísimos placeres ele oro del rio Tipuani, serán
nunca comparables con el inagotable tesoro que pueden
producir nuestros dilatados campos » ( 1 ).
La empresa patriótica y civilizadora acometida por
Vieytes no careció ele espinas. En su loable propósito
de difundir las nociones mas adelantadas de la economía
política, un dia escribe y publica en el nº ü J de su
periódico, una crítica de carácter científico, con motivo
de haber pedido el cabildo de Buenos Aires, y acordado
el virrey, se prohibiese la estraccion de granos. Aquella
corporaeion se imajina injnriada; y, « considerantlu los
SS. que no debe permitirse por modo alguno el que
corran cou libertad papeles de esta clase, acordaro11, dice
el acta de ~ de Dieiembre de 180:3, pase el escribano
á casa del Redactor y le prevenga -- qne el I. C. ha
extrañado su procedimiento en esta parte; que se absten-
ga de continuar el papel y de insertar en su Semana-
rio otros que contengan invectivas é injurias contra este

(lj Scm,i:niari9 dr: .-f.tjl'Ü:11,ll1t1'1, f1tdu-;fri'"t y C1Jlll~rl'Ú1: T. [, p. l y ~i;:., artíenlo ff'tu-


lado--~griculturn.

112
Ilustre Cuerpo, que tiene muy presentes, y sabe
discernir bien los objetos de conveniencia pública; bajo
el concepto que de lo contrario se tomarían las provi-
dencias conducentes á contenerlo ».
El escribano trasladóse sin demora á casa de Viey-
tes, á quien impuso de la resolucion del Cabildo. Vieytes
con idéntica firmeza, á la empleada anteriormente con
Tuella, respondió que no retiraría el papel acusado sin
mediar mandato superior, puesto que cuanto se publi-
calm en el Semanar1:0 e!"a previamente sometido á la
censura del gobierno. Los buenos hurgne..,es (le la ciudad
de In. Santísima Trinidad, qne de tal manera entendían
la libertad del pensamiento, resol vieron llevar adelante
el negocio, reclamando del vircy el amordazamiento de
Vieytes, segun consta del acuerdo de 5 de Dicicm hre.
La primera in vasion ingle,,;a fué cansa de (¡ue el
Semanario clt.;jase de aparecer; pero apenas sobrevino la
reconquista, Vieytes continuó su interrumpida tarea á
~mlieitnd ele Liniers. " Los periódicos de Ud., clecíale
e8te, 110 re8pira.n sino el mas puro patriotismo, amor á.
las artes y mas acendrnda8 ideas morales; y en este
momento los miro mas necesario que nunca, cuando
acabada la reconquista, tememos vernos de nuevo ata-
cfülos y nece8ib111108 (¡ne los moratlores de esta ciudad
y sus depernlencias se inflamen en un nuevo celo para
rechazar los e::>fuerzos de los enemigos empeñados en
n nestra mina> ( t ). El último YO l lÍ men del Senianllrio
trasunta con fidelidad el 111wvo mctlio ambiente. Ya no
eonfo'titnyen tema esdusi vo la agricultura, el comercio y la in-
dustria: con ellos alternan, en importancia. crcciu1te, los
aetm; militares que pre<.;etliernu <Í. la captnrn por asalto

(1) ,i.,'1'm<rn,r1rio d1· Aqri1:11'f1¡ro_. fu /.'1-:!J'¡,, !/ f1r1111r'J'1·/r1, t. Y, número ~:JITC~pondicntc­


nl 24 de Setiembre 1lc l801i.

11:1
de la ciudad de Montevideo. Proclama:,; y revistas bé-
licas, ardientes incitacione:,; para combatir el invasor
extra.ngero, y la historia minuciosa de las operaciones
ejecutadas en el Río de Ja Plata y en su márgen se-
tentrional por las tropas inglesas, llenan casi todas las
páginas del quinto y final volím1en del periódico. El
fragor de la rota experimentada en la plaza fuerte del
vireina'o, puso fin á su existencia (1). Sn rellactor, al
abandonar la pluma del publicista, uo iba á permanecer
ocioso, ni á ser impasible expectador de las e,;cenas g o-
riosas de ,Julio de 1807. Con el uniforme de capita
de Patricios, y grado de teniente coronel, Vieytes ciñó
la espada del soldado ciudadano, en defensa del honor
y de la integridad de sn patria americana (2).
Cuando Belgrnuo recomenzó la interrumpida obra
de Vieytes, publicando en principios tle 1810 el Correo
de Comercio, creyóse obligado á hacer el elogio de su
prndecesor y amigo en el pro'>pe~to de la nueva. hoja :
> El ruido de hs armas, dijo, alejó de nosotros un pe-
» riódico utilísimo con que los conocimientos lograban
» estenderse en la materia mas importante á la felici-
» dad de e:"tas provincias: tal fné el Semanario de
» A,qricultura, cuyo e(litor se conservará siempre en

» nuestra memoria, particularmente en la de los <1 ue


» hemos visto á algunos de nue,;tros labrntlores lrnb.:;r
,, puesto en pr.ictica sn':l saludables lecciones y conse-
,, jos, ele qne no pocas vent~~jas han resultado '>.

II.
He dicho antes (lile Vicyte:-1 tenia u11a jabonería, -
que era industrial al par de cHcritor. En su establecí-
/l,, St'nw1101·i" ¡/,, Ay1•ir·11lf111·11, ln·"1d1·1_"11 .IJ f'o1111•r1:/fJ, nú11H·ro 21S, corre:-'ponilirnte
al 11 <le Febrero <le lHOi.
'.2) NUÑEZ,
1 .,Yutfrio~ hi'ltúrii:rto.; tf,, la N1,¡1úlJ/i1·r1 ,,1rw·11tino. p. l~l\I.

11!
miento y domicilio situado en la actual calle de Vene-
zuela (1), denominada entónccs del Rosario, entre las
de San Cosme y Ran namian (hoy de Cambaeer~ y
la de San Pablo (hoy de Salta) (2), esperimentaba al-
gunos de los procedimientos industriales recomendados
en su periódico. Allí tambien utilizó los hornos del cé-
lebre conde de Rumford; tan célebre, sobre todo, por
sus tendencias film1trópicns y por loR inventos destina-
dos á economizar cornbui'itihle produciendo el mayor ca-
lor posible.
Los hornos de Humford, escribía Belgrano en
«

ii de 8etiembre de 1805 á su amigo el filántropo


1()
» chileno D. 1\1mrnel de Salas, solo se conocen aquí
» por Cerviño y Vieytcs que los han establecido para
» sus fábricas de jabon; y seguramente no deberia ha-
'> ber casa donde no los hubiese, mucho mas, notán-
» dose la falta de combustible. Estos habitantes, añadía

i> con cierta pesadumbre de que participaba sin duda


» el mismo Vieytes, segun se trasluce en nlguno de sus

" artículos del Semanario (3), tienen todo su empEño


'> en rec~jer lo que da la naturaleza espontáneamente:

» no (1uieren dejar a art


l e que establezca su unper10,
» y tratan de proyecto aéreo cuanto se intente con
» él '> (i).

Hácia esta misma poca desempeñó Vieytcs las fun-


ciones de . secretario del Tribunal de Consulado, atribuidns
á Belgrm10 desde su establecimiento en Buenos Aires

(1) UlTIDO, Rexf'Ji<t llivftírit·a d<' In-; .'f/ft·t·.'fo¡.¡ tfr Jlrtyo; t•n f.1'l Plata Científi<'o y Li·
terario, t. VI, ¡1. 150
(2J Manifestacion de los nombres con que l'nlgarrncnte se conocen las calles y pla.
zas de e~ta duda11, ete., et.e. 1808, hoja :::uelta y Hry·i.-;tro B1Jtadfati<'o df' Bun10.<1 Aires?
18fül, t. l. p. 41 ,.
(:)J Suumurrio de AgnºcultuNr, furluRf/'Ía .'/ Comen/o? t. I., p. 290 y sig.
(4) AMUNÁTEGl:f, Lo• l'rfc111·•01'<'8 ch la l11d,.pc11clnt<'ia de l'liile; Santiago, 1872
1.m~w '

115
y vacantes por rrnRencia momentánea del titular (1);
lo que significaria, unido á otros antecedentes y á los
hechos de que voy á. ocuparnw, que Vieytes mantuvo
íntima amistnd con el mas ilustre de los precursores
de la revolncion argentiru:i:
La traslacion <le la fai~~a real portuguesa á sus
p03esiones del Brasil, con motiVo de los ac:mtecimientos
proclncidos en 1HOR en la península hispánica, y los
dere:~hn..; eventuale.; qnc alegó tmer ~í la corona de Es-
paña, en d C<1so de acefalía, la princesa Carlota ,fon-
quina de Borbon, esposa del que fué mas tarde monarca
de Portugal con el nombre ele .Tnan VI y era, á la
sazon, Regente del Reino Lusitano, produjo en Buenos
Aires las primeras agitaciones que, con el anclar del
tiempo, debían resolverse en el estallido del 25 de Mayo
de 1810. Belgrano fué el núcleo de los trabajos
tendentes á espQrar con un plan madnramente con-
cebido, en bien <le los intereses (le C'Rtos paíseR, la
trnnsforrnacion política qne se ternia.
~:n el número de los colaboradores de Relgrano
c·ontóse tam hien mwstro Vit~ytes. El testimonio de Saa-
vedra es conduyente, aliacliernlo un rasgo mas, y por
cierto bien acentuatlo, á la fisonomía moral tlel reclnctor
del Semanario. Helo aquí:
<' D. Hipólito Vieytes, d la8 once de la noche,
» se presentó en mi casa, trató de cmwencerme de los

" males que estábamos espuestos á sufrir si la Amé-


" rica. seguía la. suerte de la. España; que ésta. no po-
:' dría resistir al poder d(' Nnpoleon, que la atncnha, y
'> de c~rn,;;iguiente, íbamos á. ser dominados por la Fran-

,, cia; que no nos quedaba otro reemso qne tomar, en


]) LOBO, /li ... toria .1/l'/lf'l'<tl_ df' fu ontiyua .~ ,.o/onirrs lli.~pa110 .Anu'rit·mrnH, etc.
Ma.tlrill, 1875; t. III, 11. 2!l9. --- Nl'~EZ, JYuti1·i11.v llisltírir·o~. p. lHH. H:ELGHANO, .Arrfo·
f,iogro.fia; en MITltF., lli11tonºa f!,. ll1'1,qranr1, t. Ill, p. :-rn:-; y :-:ig.
» tan apnradas circunstancias, q1te erzgir á nitestra
, Amér1:ca en estado h1deprndiente de la Espafta
" europea, y qne esto se conseguma fácilmente reco-
,, nociendo á, la sefiora infanta de Espafia doña Carlota
» Joaqnina de Borbon, única heredera libre, por Regente

» del Reino; y llamámlola, viniese en persona á Buenos


ii Aires {t tornar po8esion de dicha regencia ».

En este órden de ideas Vieytes continuó exhortan-


do, en aquella memorable y peligrosa conferencia, al pres-
tigioso gefe del cuerpo de Patri(·ios, hasta obtener de
él plena conformidad de vistas, y el compromiso de
secundar con energía y firmeza cuanto se hiciera en pró
de esa patriótica tentativa (1).
Esta sincera declnracion de Saavedra, no solo re-
dunda en honor suyo, sino que establece, de manera
irrefragable, la esactitml de mi juicio cuando califico á
Vieytes, siguiendo el testimonio de N uñez, de promotor
de la independencia argentina, de activo y eficiente pre-
cursor de ella.
El fracaso completo de estos trabajos dejó, sin
embargo, vínculos contraíclos entre distinguidos ciuda-
danos, cuya unidad de miras y de propósitos encon-
traria en breve teatro mas vasto en donde ejercitarse.
Los acontecimientos producidos desde el 18 hasta el
26 de Mayo de 1810 contaron á Vieytes entre los
actores de primera fila. Su casa y la de don 'Nicolás
Rodriguez Peña se transformaron en clubs revoluciona-
rios ( 2 ). De allí, y del corazon del pueblo, brotó la

(lJ SAA YEDI-lA, Prngmf'nfo d(' l118fl'Uí'f'Ían, que tlió D. Cornelio baa,~cdra ü. su
apoderado en el juicio de rcsi<lcncia que se le form<Í en 1814; MITRE, Historia de
Bt'/gmnn, t. IJf de la 3n. edic., p. 41!\ .
.'2~ HULDO, ll("u:iía IJ.i"t6rica ,¡,, !OfJ 1'1tf'.('.'lf>8 d1• .Jl1r,1¡0; en El Plata CimiNfit·o y
l.1ifrrario, t. YL. p. l!m. --~ MORENO, Introduccion del tomo µrimero de los escritos y
arenga~ de ~u hermano M:niano, pp. CXX y CXXIX. R.a~go llistórieo de la. Re,·olur.ion
del 25 de Maro; en La (Ja!'efa Jlafüntil del 25 de Maro de 1826.
fórmula rcclentora <':-:prrsn~ congreRo popular del
dia 22. El rnto de don Hipólito Vieytes está con-
signado así en el acta:-por la lleposicion del virey, debien-
do el cabildo nsumir la autoridad suprema, como re-
presentante del pueblo, hasta rpw se forme un gohiemo
prm·isorio clepemliente de la legítinrn representacion que
hubiera en la Península, de la sohernnia de Fernando
\TII; co11formá]](lo:-;c con el dP. Cltielam1 Pn cuanto
á que el síndico procmador general tenga Yoto deeisi-
YO Pll los negocio;; ( 1 ). El de su hermano, el pres-
bítero doctor don Hamon Vieytes, fué mas radical aun,
pues estableció- que=ft>necicla la autoridad del virey en
rnzon de haber desaparecido la .Junta Central, la asu-
miese provisorimnente el Cabildo, hasta que esplorada
por cuarteles la voluntad del pueblo, fuera constituida
una Junta provisoria ( ~ ).
El YOto del sacer<lote patriota r-;e tradujo en d
plesbicito del 2;"í de Mayo: su exaltaeion patriótica,
que mas tarde le hizo YÍctima de una afrentosa calum-
nia para un sacerdote, pues sus adversarios le acusaron
de habrr empapallo su pañuelo f'l1 la sangre del em-
pecinado realista Alzaga ('), unida iÍ la poderosa i11icia-
tira lfo don Hipólito, tnrn notable manifesta<'ion en su
familia: lns hermanas de los Vieytes, dice una crónica de los
sucesos, se presentaron en la plaza 1le laVictoria vestidas con
el tn~je característico del sexo opuesto, y distribuyeron,
entre los eiudadai10s congregados Pll ella, cintas celes-

~]) Acta:-; Ca11itulan·:-: tle:-:d1 l'I '.!1


1 ha:-:ta t•l 2t) 1lc 1\fayo p. 18; en .Au.grlifl, Colee·
1

t·iou tfr /)o,·u11u·11fn'I, ek.,

(:.!) At·fas ( 'apitul11n·.'1, d<'., p . .:ll.

(:1) <H'TIERH.EZ., .A1111ulo~ l1i(Jyrtf}r·o8 d1· 1·s1•riftJ!'t·-'I, O/"(/dt11'fN .'/ liombrr.'I de u~tmln
de la Rt·púMh·a AJ'!/f'llfi110; Buenos Aires, 18ü0, p. 11;),

118
tes y blancas, colores llamados á convertirse en sagra-
do símbolo de la nacionalidad nacida ese dia ( 1 ).
Desde entonces Vieytes se entregó por com-
pleto al servicio de la revolucion. Cuando se trató de
levantar una suscripcion para costear los gastos que
ocasionase el armamento, equipo y trasporte del primer
~jército patrio-del que debía enviar¡;;e al interior para
servir ele apoyo al pronunciamiento de los pueblos del
norte hasta el Desaguadero,- don Hipólito contribuyó
con el sueldo y rnanutencion de dos soldados, "y con
su pel'sona, dice la Gazeta, en cualquiera servfoio
que se le destine" (2 ).
El 14 de Junio era nombrado por la Junta su
representante en dicho ej6rcito ( :i ), cargo que aceptaba
Vieytes cnatro días mas tarde en términos lacónicos, como
cumple á un hombre abnegado y convencido ( -1 ).
En desempeño de esta delicada comision puso á
prueba su entereza moral. Capturado Liniers, antiguo
protector del Semanario, y dictada por la Junta la
órden de muerte que debia ejecutar Vieytes corno su co-
misionado en el ejército del norte, este cedió no solo
á los influjos del ilustrado y patriótico vecindario de
Córdoba, sino tambien á. suR propios humanitarios sen-
timientos y al interés permam•nte de la revolucion
argentina: qmso evitar que esta se manchara en sus
cmmenzos con sm1¡rre
"
ilustre .,;v con una hecatombe
inútil, ya que el t:iército babia tenido la fortuna de

(1) Artil'ulo publicado en L" llrwr:tn Jlercantil del 2ii <le Mayo de 1826. Este :ti..
tículo intere>antí,imo menciona :í l'eirn, Castelli y Yieytes tomo los rnrdaderos precur·
sores de la lmle¡1endenl'ia Argentina.
(2) llazrt" de llunw• Aire• conc>110mlicnte al año de 1810, número 3, p. 40.
(3J Do<:umrnto inéllito }Jcrtcnceicntc al Arckiro li.,.ncimwl; có11ia en 1ni poder.

(4) lJonmH:nto inédito 1lcl mi:-:uw orígcn que el anterior: ró11in en mi p(l(lcr.

11\1
desbaratar to.la rcRiRtcncia y marchaba triunfante hacia
01 límite setentrional dd ex-virreinato ( 1 ).
La Junta, i11Rpira<l:1 por l\foreno, persistió en su
primera y fatal decision ; y como su comisionado no
hubiese cumplido 1)Jso facto el terrible mandato, lo
exhoneró del cargo llamándole urgentemente á la ca-
pital por razones ele patriotismo ( ~ ), en tanto que
envía ba en su lugar á un miembro de la misma, al
doctor Juan José Castelli, para que lo ejecutase. "Vaya
Vd., dijo Moreno nerviosamente á Castelli, y espero que
no ir..currirá en debilidad: si todaYia no se cumpliese
la <leterminacion tomada, irá el vocal Larrea; y por
último, iré yo mismo si fuese necesario" ( 8 ). De la
trajedia de la Cabeza del Tigre, que Vieytes procuró
impedir, no le cabe la mínima responsabilidad histórica.
No obstante haber sido urgentemente llamado á
Buenos Aires el 1º de Setiembre, á recibir nuevas ór-
denes, el 8 de Octubre todavía Vieytes se hallaba en
las provincias del K orte desem pefi:mdo las funciones de
su cargo. Desde Santiago del Estero, donde debió en-
contrarse el dia 11 con el Dr. Castelli, pasó á Tucu-
man con el objeto <le activar el apresto de los auxilios
que debían sacarse de dicha ciudad y ser enviados, sin
demora, á las tropas guiadas por Balcarce hácia el in-
terior del Alto Perú (1).

(] l l·Ti\Ef:, ¡,·,,.,."!J" .wd,,·e la Jíi.,fr,ria l'iril, etc.; t. llI. J>. 4110. ~ .MORKKO,
i ·-ida y Jlou~riw_,. <Id lJuctor lJun .i.llorimw 1llornw; 1.iunllrc~, 1812, p. 240.
(2J Oficio de Ja Junta :.l ''icytc~. Ulllu-ru::ditnte al 1" ele Setiembre: documento
inédito ¡icrtcneciente al ArdiiYo Naeiunal. CÜ!Jia en mi poder.
(:lj l\101-t},i\U, l-·ida y Jln1.u-/u.<; <id }Jt,('fr_,r Dun JlloriM10 ll1on-no, ¡i. 241.
(; 1 Oti<:io inédito 1lc la ,Junta :L \'ieyte;, 1le }o de t'etiembre de 1810, que co·
mh•nza a:-::í:
, La l'útria neee~ita tle Yll. t·on urgencia, y e~ ncec~ario que en el momento de re·
" dbir esta ünltn, lU<mte en t'll tl1l'lie y rucle tl- c~ta tapital '
1·;[ o:rig·inal ~e e1H·uentra u1 el Arehini .Xaeional: 1.:üvia en mi poder. - El otro do·
<:lllllL'Ilto L(c c1uc me ~irvo, e:-; un oficio de J). Franeicico Antonio U1 tii clc Ocampo, tam·
hiu1 i11ttlito, datado en :--antiago üel E:-:t<..:ro ü. 8 de O«tniJn: (le 1810 y Uirijido á. la Jun·
ta, c·n q1u: da cul·nta de la:; 11u:tlida:-: adovtada:; 11a1a refmzar ü, llalcarcc y en el que
ainrneia <:l i1rúxirno ani\Jo de l'a::;tclli y la }Jartida tlc \ ic.rk~ tiara Tuc:uman. Original
tn el Archiro l'icH·it•nal: l'<i11ia en mi pollcr.

l~U
De regreso á Buenos Aires, sus amigos no desco-
nocieron los móviles de su noble conducta. Es de pre-
sumir que igual cosa ocurriera con los diputados de las
ciudades y villas del interior incorporados en la Junta,
entre los cuales se encontraba el dean Funes, que tanta
participacion tomó en Córdoba para evitar el cumpli-
miento del cruento mandato de aquella, pues en Enero
de 1811 fué electo Vieytes para desempeñar la secre-
taria de gobierno y guerra vacante por muerte del Dr.
Moreno.
Esta eleccion se hizo de acuerdo con el artículo
cuarto del bando promulgado por el Cabildo el 25 de
Mayo; en virtud del que, y á petieion del Cabildo, fué
electo tambien, algo despues D. Nicolás Rodríguez Peña,
para ocupar la vacante quedada por fallecimiento del
cura Alberti (1). Peña y Vieyte.s representaban en la
Junta la tradicion genuina de Mayo: ambos eran pre-
cursores del movimiento emancipador; las casas de ambos
fueron su primitivo santuario. Estaban, pues, ocupando en
el gobierno un sitio á <1ue tenían 1rn~jor derecho 'lue su mis-
mo actual presidente D. Cornelio 8mffe<lrn, quien fué solici-
tado, como queda dicho, por Vieytes, para prestar su concur-
so en el momento que el p;ttriotismo y las circunstancias de-
terminasen el estallido revolucionario.
La revolucion ele i'í y ü de ALril de 1811, que
sus mismos autores repugnaron mas tarde, separa á
Vieytes -- que se cornluio virilmente - á Peña, Azcuénaga
y Larrea, del seno de la segunda ,Junta. Para la rerno-
cion de los dos primeros, la Junta tuvo que esplicar el

,'l~ NU~EZ, J.Votfria~ lli'if,Jri('U'i, de., ti(I. :ti:\ ,\' '..!/:). - ffuv:-tu, A'.1·fl'oord/n11_ri(f del
10 tic Abril tic 1811, ¡1. I:H. -- l'l bando riel Calii11lo de 2,; de l\Jayo r¡uc cito, no se <·n·
cu entra. en las Acta'l' Capituhur·~ 1mblicarlas ""por :\ng-eli~ en :-:u Colecriun rle Documento11,
Debe habert5c impreso en hoja suelta, pues en e:-:;e mbm1n afio 8J rcvrodujo en Lon<lre:;,
en El E,¡iañol de Blanco Whitc, t. I, p. 3G3 y 3G.), que he tenido '' la vista.

121
oríjen constitucional de su ingreso, vindicando eri esa
emerjencia los actos de los verdaderos autores de la
conmocion que los derribaba del poder; pero accedió
al pedido de los tumultuarios en lo referente á su m-
medita salida « del territorio de la provincia» (1).
Confinado en L1~jau, juzgado y condenado en el
proceso seguido de oficio por el Dr. D. Pedro Medra.no
y expre.so nrnndato del Tribunal de Seguridad Pública
instituido el 8 de Abril, el cambio político de
fines ele Setiembre de ese mismo año, en virtud del
cual se creó el Triun vira.to, restituyó le la libertad, en
razon, dice el decreto de 1º de Octubre, « de que en los
,, autos seguidos sobre los acontecimientos del 5 y 6
» de Abril, no resulta comprobado, ni aúti indicado,
» el 'tnenor crírnen contra los vocales depuestos » (2).
De8cubierta á mediados de 1812 la conjuracion
realista encabezada por Alzaga, figura Vieytes, con Mon-
teagudo y Agrelo, entre los jueces á, quienes se entregó
la averiguacion y castigo de los complotado:-; (1). En
Diciembre del mismo afio, apesar de no ser abogado,
aparece en calidad de miembro de la Cámara de Ape-
laciones ( ~ ). Por entonces produjo un acto de des-
prendimiento, que no era por cierto el primero en su
vida de revolucionario: dió libertad á un esclavo, quizá
el único que poseia, incorporándolo como soldado bajo
la bandera de la patria en las compañías de castas
destinadas á partir para el norte ( 5 ).
(1) NUÑEZ. J.Vuticia-~ Hi.'$tUrica~. etc., p ..103 y ~ig.; y Gazda Brtraordiw1ria, del
10 <le Abril <le 1811.
(2) NUÑEZ, Notic1'.w~ Hi'ltúricn.'(, cte., p. 312. - Gazda de JJ1wnoo; Airt:"i', número 69
<'<>rreoponclicntc al 3 <le Octubre de 1811, p. 0G2.
(3) Relacion <lel proceso scgui<lo :i. ~.\!zaga y HlS cómplicct', por l\I. ~anuro Viola;
en la Rr:n\·ta lit: Rnc1w'f Aire_.,., tt. IV y V.
r41 Grada .llini-'fferiol rlel (}olJieJ'lw de IJ11t:JtrJ'f Airr~'1, <le 18 de Di<:iembrc <le 1812,
p. 17-l.
(;)) (lm·('fa Jlini'ifr!riol del GolJierno de Rneno'1 ....1.irr:'I', lle la, mi:-3-m!.L focha, p. 174,
bajo el rubro - Donativo-'í•
El nuevo gobierno nacido de la revolucion del 8
de Octubre, reconociendo en Vieytes sus incontestables
méritos de patriota y de publicista, nombróle miembro
de la comision encargada, segun el texto de la circular
gubernativa, "de trabajar muy particularmente en la
ilustracion metódica de los ramos relativos á la pros-
peridad general y común seguridad de estas provincias,
formando al mismo tiempo un proyecto de constitucion
digno de someterse al exámen de los representantes de
ellas y de llevar á estos paises al punto de elevacion
y grandeza á que les llama el destino" ( 1 ). Tiesul-
tado de estos trabajos debe ser el proyecto de consti-
tucion, incluido por Lamas en su conocida Coleccion
de Documentos. Otro, que fué redactado tambien á so-
licitud del gobierno, por una comision salida del seno
de la Sociedad Patriótica, club que tanto influía en
esos momentos en las deliberaciones políticas, se con-
serva en parte inédito por haberRe interrumrido su
publicacion en la Ilusfrac1:on Argentina, dónde empezó
á ver la luz precedido de una breve advertencia mia (2).
Ambos fueron llevados al conocimiento de la Asam-
blea General Constituyente; pero ambos corrieron la
misma suerte, pues no merecieron ser tomados en
consideracirm por haberse apartndo la Asamblea de los
propósitos orgánicos de sus instituyentes.
A este cuerpo representativo, convocado por los

[lJ }1\rnron miembros <le e:-;ta comi:;ion, a1lcnuí..~ de Vicytcs, lo:::; Uoctorcs Pedro
.Jo~é Agrclo, ~icohí..::; Herrera, Valcntin Gomez, Pedro Somcllera, Manuel Garcia y don
Herva~io Posa1la~. fiaufa Jfiui.<Jtcrirtl ffrl fluln'cntrJ d(: llucno'J Aire'i, del 13 ele Noviem-
bre de 181~. ¡i. lii·I.
f_2J LAMAS, r'fJlcccion ,¡,, ~lf<-111urirp; ,1/ lhu:ui11r:11fo" JHU'ff lu, Hi"toria /} In (if_'1Jgra.fl,a
de lo., putMus ,¡,.¡ ]{¡., rfr fo Piat"; ::\1ontevi<leo, 184~, ¡>. lRO y sig. - FREGEIRO, /Jon
Bernardo Jlonff'.agur{o; Bucnot-; Aire8, lfl7\), pp. ;)7-70; Il>E~I., artíeulo titulado - Un
Documento llúdúrieu -, en la f{1(,'Jtrar:ion Argentina, N° 9, eorrc::;pondientc al 30 de
Agosto lle 1881.

128
hombres que consumaron la revolución del 8 de Octu -
bre de 1812, y reunido bajo los auspicios de su polí-
tica esencialmente reparadora de los males producidos
por las facciones internas, p~rteneció tambien Vieytes
en el doble carácter de diputado por Buenos Aires y
secretario, en consorcio mas tarde de su colega en la
.Junta de comisión enviada en 1810 al interior, el doc-
tor D. Vicente Lopez ( 1 ). Despnes de los grandes
acto8 efectuados en los primeros meses de su instala-
ción, la Asamblea General Constituyente, como se sabe,
fué declinando en importancia, absorvida su influencia
por la Logia Lautaro y por los hombres que de ella
se apoderaron para convertirla en una camarilla po-
lítica.
La revolución del 15 y 1G de Abril de 1815,
orijinada en los ejé1·citos del Directorio, pero apoyada
por el pronunciamiento de todos los pueblos del ex-
vireinato y por el mismo Genual San Martín, á la S<t-
zon Gobernador Intendente ele Cuyo, dió en tierra con
la dictadura militar del General Al vcar, disolviendo la
Asamblea, cuyos miembros corrieron idéntica suerte á
los del directorio. Enjuiciados los particulares por una
comisión civil de justicia, y los militares por otra crea-
da por la ordenanza pero sustentada por violentas pasio-
nes desencadenadas á impulsos de los actos del Direc-
torio de Alvear,---·· quien había declarado oficialmente ser
las cárceles y los patíbulos medidas gubernamentales de
seguridad de que mm.ría, y de que efécti\'amente usó,-
Vieytes fué víctima del desenfreno de los vencedores•
comparable solo al de los vencidos en aquellas jor-
nadas.

(1) Véa:-ie liL colecci6n de f)l Rt'<lrtdor 1/r: la A'i1t111hfr.u (1RJ:~--18Lj), y (lcercto
del P. E. fecha 31 de Enero de 1813: hoja ouelt<t c¡ue lo contiene.
Vieytes, por otra parte, ocupó desde el mes de
Diciembre de 1813 el delicado y esprnoso puesto
de Intendente de Policía, por promocion del coronel
D. José Moldes, qne lo desempeñaba, al comando del
regimiento de Grnnaderos de Infantería (1 ). Don Ger-
va:'\10 Posadas <·ncareee en sus Jlfc11wr1:as el buen
desempeño de Víeytefl; pero se concibe que sus
adversarios po 1ítico :, triunfantes en Abril de 1815, mi-
rasen en él, con enconada ojeriza y espíritu vindicativo,
no solo el agente inmediato de sus persecuciones, ó de
su vigilancia, sino tnm bien "uno de los venerables ca-
paces de todo lo nrnlo,-dice un impreso de la época,
aludiendo quizá. ii los miembros de la Lógia Lailla-
ro (2 ),-uno de los ejes de esa autoridad legislatriz, de
ese monstruo político qne vimos levantarse para sellar
los proyectos de degradaeión y abatimiento de los pueblos".
Procesado por abnso en la administración pública,
encerrado en una cárcel v confiscados sus cortos bienes,
ó por lo ménos privado del uso de ellos ( 3 ); contra-
riado profundamente por las varia" alternativas de la
revolución cuyos directores vacilaban en los últimos
dias de 1814 y primeros meses del siguiente año, en-
tre restablecer las relaciones con la antigua metrópoli
ó solicitar el apoyo de otra mas liberal que aquella, aun-
que estraña. por completo á la historia y á la ra-
za de los argentinos ( 4 ); conmoviose profundamente el

(1) 1/w:da Ministerial del 8 de l>iciernLrc de 1813.


l2) Véa~e el papel títulado-Cont,inuaeiún al Cnµ;m·· núm. ~' suscrito por las
ini('iales L. M . .E. V. A. M.
(:ij 1lm11lo fl,,¡ /-.,',1·1111). ('al1ilrlo f/olJl'l'nrufor l-'rov·iJ.1or·io d<' Buenos .Afre.q, de 1° de
.Maro lle 181:): en la Url<'cfa eorrc~¡JOudientc aJ 13 del uüsmo mes.
(4) .l\lc rcticro ú la ncgotiaeiün cmvrcndi<la dcEtme8 del restablechnicnto de Fer-
nando Vll en el trnno de "'" rnayore,;, Lle <1uc hasta ahora J<'lorencio Varela es el único
que haya dallo notida~ C()ll 11re~c1H:ia de lm; dccurncnk~; ú una rcprc~entación del Di·
rector]). Ucrra::;io Antonio Pm-·ada:-:: clirijilla al rniBrno Fernando Yll, su13crita en los
últimos di:ts d<'I mes 1le l>iciunure de 1bl4, cuyo origirn1l he tenido en mis manos y
exi~te l'll el Ardiivo :r\ational; y :í, le~ dotumentn• 1ml>liuu.J.(18 1:or el General Mitre, en
:.;u llistoriH rh lJl'lgrmw, ieflnh::t: :i. la nrgt·tiaticn iniciada lJül' Aln:ar en 1815 para po-
ner e~to:; iiaí~e:; Lajo Ja vrotcetión <le la, Inglaterra..

125
espíritu del ilustre precursor de una independencia soñada en
1808, buscada con noble ahinco en 1810, honrada
en lo qne <le lrnmana ten'Ín, al resistir el cumpli-
miento de un fallo cruento, sin faltar por ,eso á los de-
beres del mas acendrado patriotismo; serrida, en fin, con
incontrastable cleeisión, hm:ta la agonía de un partido
de cuyos postreros extrarios se hizo n'sponsalile tahez
á pesar suyo! (1).
Cuando se publicó le sentencia (rue lo condenaba
á balir expatriado <:on destino á Europa, bajo partida
de registro ( 2 ), las sombras de mm enfernHxlad terri-
ble oscurecían ya su cerebro antes luminoso.
Abrumado por tantas y tan graves pesadumbres,
mal constituido y achacoso como era desde jóven ( 3 ),
cedió su físico á la presión de una tristeza profunda,
cayendo en un estado completo de lypemauía ( 4) que
puso melancólico fin á su vida, en la chacra de su pro-

(1) Para de« ir (f'to me fundo l:l1 la natm al buwrokn<·ia de YicytC'~ y en lo


que ha Ue.ia<lo e!'erito Po~ada~. ;l. quien :-:e le cqui¡JaraLa cu influjo con re~vecto :i. la.
i•arte de re>¡ionfltbilidad que le tabc en el directorio de Alnar. Comv. La111a•, Culee·
et"on de Docwncntu8, p.575 y ~igs.
(2) Y éai:.:e la sentencia }Jl'onuneia<la por la Ce misión Ciril de J ustieia., en la E.i:tra-
ordinnrin del 2 de Ago::;to de 1815. En el capítulo l" se le considera. uno d.e los cuatro
prohombres de «Ja. faeción criminal. dice la ¡;:cntenda., del ingrato y rebelde C':ir]o:;
Maria. de Alvear;" y manda. que tu u IH·iduadún :i. su 8-ituacitin ¡.:e le tlesembar·
guen y cntteguen «Mi>; c0J·to1:1 lxil:1uw uul)uryw/o;;.)) Al firuil del fallo, de la vista fiseal <lcl
Dr. Juan José Paso y de la aproba<:iún prestada. }J(Jr el ]Jirector Alnircz Thomn~. se
publicó una nota por la cual consta halJen:·c ¡.;u~1,cndido lo~ cfcctus de aquel ((porque
así lo exije imperiosamente el estado de su :;alud.';
(3) En la vrimcra de las Cartas diiijidas iÍ un hermano suyo, eura de' la juris-
dicción <le Buenos Aires, publitada en el JSf1ua11.orio de Ágnºcultura, lndu.Htl'1. <t y Comer-
0

cio, t. IY, p. 81 y l'!-igs., curn·~vondientc al 13 <le Novimnbrc <le 180f>, se eSJH'OS~L así:
~Por lo que harc ü. las lcccionc8 .r (·onscjos que me pi<lei;;, ~abes muy bien, amado
Anselmo inio, l[IW no tanto por tl 1u:;;o de 111i~ O'UOR, cuanto por lu infeliz constitucühi de
mi ~mlud, hace algun titmpo que, ¡ior cc:.nf:lcjo de lm; médicns, me he retirado cntera.-
uwntc del ccmcréio hechicero de }q; liLn;s, y que la vi<la cs11iritual, permíteme esta
csvrc~ión, en que }Jasé no poco¡.; airns, se ha convertido al 11rcscnte en un puro vcjetar,
ni mas ni ménos que lo hace el copo::m ombú ü. cuya fresca sombra JH180 los dias ente-
ros, con el anzuelo en la mano, csclarizan<lo la inocente libertad de los peces del
arroyo.»
\4) l\Al\lúS MEJIA, La• 11u1ro,ix de loH hmllbr<·x cifrbl'eR de la Hi.to1·ia Argmtina;
lluenos Aire~, 1878, t. 1, 11. fi3. La J:qicmanía es una ct-'lpctic de ena.gemwion mental ca-
ratcrizada ]JOr ¡.rofunda tristeza.

12G
piedad situada en el pago de San Fernando de Buena
Vista, el 5 de Octuhre de 181G ( 1 ). Dos días mas
tarde era sqmltado con entierro mayor, segun reza la
parti(la rnortnoria conserrnda en t'l archivo de la
Igl('sin de aquel pueblo e). Consta taml1ien de ella,
« que se hallaba confinado por el gobierno de la Pd-
!1'ia, por graves motfros políti('ol". l>
Algunos di as despnes dP su fo lleci miento, la per-
sona (kl ilustre prc•cursor el<• la indepernlen('ia arg0ntina
ap:tr<·cfo si<'!Hlo ol~jeto d0 his mns enwles ¡wrs0cuciones
<fo su:': ('ornpntriotas. Inculpábase al mWYO gobierno
por no lrnh<'r ltPcho efr•etiva la sentencia que le <'Xpa-
triahn; pero en t<-rminos tan acervos <·orno innwreeidos.
« ¡, Qu(. podremos 0spernr, se dijo, si entre sn muerte,

ó su expatriaeion, su hsiste <>l medio que se ha tornado?» ( 8 ).


j El medio reprobable <'nl el destierro de un pobre
moribundo en su solitaria (':isa de San Fernando!
¡Qu(. implacables son las grand(•s n~vol nciones para
eon sus más grandes autores! ¡Y qué olvidadiza suele
ser la posteridad para con sns más predaros rnrones !

C. L. F 1n:camw.

(!] •ll. lliJ1<>iito Vicytc' ek.ieí á c•uhierto ele interJ1rctacionce In concl11rta elcl go-
lJiPrno 11or la~ <'<1n~i1l<'nt<·iPne:" qne ]p había di~pl'Df-la<lo, <·onrln~·entlo su~ ilia~ el !í del
1·c1niPnt<•.1•1~·.,·f1·oordimrria df' ll111 111i..; .!/1°1'.'I, <'01Tef!pnrnli1•ntl' al Hl de Oetubrc de 181;),
1

[2] Partida dP defmwic'm en el liliro corr<·:-;1Hmilil'nte, :ti folio 82 Yto., ard1h·o 1lc la
lg-k:-ia 1h• San Fcrnarnlo.
13] Hohre t()(lo lo rcla.th·o :i e~te punto Yéa.nsc lo~ :-:i_guicnte~ panflctos:-1°: t'on-
tin11t11·iú11 11/ f'1·nww 111(m. 4, suscrito pnr L. :M. E. Y. A. ~1.-2": H1·.~·1i1u·8ffl ul JlUJU'/ ti·
t11f11do ('011.'i111101·irí11 ,¡,, /!}/ f'n1wr 'JllÍ111. 4, :-:u~erito por g¡ .A111011ff' dr1 JHll'Mo y r/1· IH
Jr·lit·idl/(I de lo Nl/l'frt.--:1": V/11.1/ir:m·it'm.· d,./ ¡m¡u·I, f'rmti1wm·i<'>11 ol 11Ú1J1, .J rl1.f f 1f'l/lífl1',
~n:-writo 11or <l Vr. l\fa.nnel Yicentc de Ma.za---4º: Carta. th~I Dr. Uamc'm Etluartlo An·
1

(·lrnri:' ;l. e:-:tc último, en los números :!7 y 28 <le la f}11zf'f11 dr IJ11f'110.'( Ai,.<'..,, <'OtTe:o:pon-
tlil'nt<'~ al 2H <le Odubrc y 4 ele NoYicmbrc tic 181!i.
IJa:' palahra;-: tran8<·1ipta~ :'Oll toma..1la:-: del ]'\ <1uc a.urninc firm:v1o el 2 (le Odubre,
eir1·11lú ile:'Jllll':' tlcl fallN·imiento de Yieyte:<, f.:cgnn lo 1lcmuc~tra el eontenillo de ]<':-::
otros <los.

I_,
,_
NOTA COMPLEMENTARIA
----·;===¡----.-----

Impresa ya la primera parte de este estudio, recibo nuevos


dato8 qne complementan y corrijen las notir:iaR relativas al naci-
miento y familia de Vieytes. Los rlebo ú In activirlarl inca118a bk
<fo mi clistinguülo amigo el director 1le e8ta rev:sta, clon AclPlfo
P. Carranza.
Segun ellos, 108 padres de don Jnan Hipólito Vieytes reRi-
dieron r.lgnn tiempo en el pueblo de Ran Antonio <le Areco.
Aquí les nacieron los hijos mayores, Ramon y Juan Hipólito; y
otros dos mús en Buenos Aires, á donde se trasladaron hácia 1773,
ó tal vez antes.
Los genitores <le esta familia se llamaban Juan Vieytes
natnral de Galicia, y Petrona Mora d · Agüero, naci1la en la ciu-
dad de Buenos Aires. Don ,Juan Hipólito nació, como qne<la dic!H',
no en Buenos Aires, como reza en la partirla ele clefnncion, sinó
en el pueblo de San Antonio ele Areco, el 12 ele Agosto r1c 17U2,
como lo prueba la partida registrada en el libro 2° r1e bantismos,
fol. 71, de dicha parroquia. Antorízala el doctor fray Cayetano
Fernanclez ele Agüero, dendo, probablemente, de la madre de
Vieytes.
Don Hipólito contrajo matrimonio el 3 de Setiembre de 1800,
con Josefa Torres, de la cual parece no haber tenido hijos. En
cambio, adoptó una niña llamada con el histórico nombre de Car-
lota J oaq nin a, !a que contrrij o matrimonio con el coronel don
Cárlos Forest. Consta torlo ele la;; correspon<lientes partidas.

ToMo I, E~THE<;.\ ~,l __ .Jn.10 18!1:!.


ÍNDICE
DEL

TOMO PRIMERO

PÁGINAS

PROSPECTO .......................................................................................................... . 3

DOCPMEN'l'OS SOBRE J,A, ('10-:AC'JON Y NACION,\LIZACIOX DEL MUSEO

IIIS'J'ÓI~i<.~O........................................... .......... ................................. .................. ¡;

~AN MARTT!ol ............................................................................................................. 1:1

LA r ..~!\TTNA VE 01n:1w, por el dorfO/' Angel Jw~tiniano Carranw............ 25


EsPADAS nJ<: r.A l~POCA tor.oXIAL ¡ior .Jos1; Antonio Pillado....................."" 5H

PonT~~cn1PTl'!iL ...................................................................................................... 6G

~1EMORIA PRESENTADA AL SEXOR MINlSTIW DEL J~T~RlOR fli


J)o<.:t:MK:XTOS Ol<'Jl'JALES .................................................................... . il

ESlTDO DE LA. A8A~IBLJ<~A GENERAL CO:SS1'ITUYF.N1'E DE tsrn, por


.Jos/ .! . Birdnza ............................ :............................................... .. 75

RREYES ::"lOTICJAS ACHRCA DE f,A YIDA Y ESCRITOS DE DON JUAN

H1P6r.1TO VlEYTES, pnr Clr111ente L. Fregeiro ......................................... 101

DO('l'.MENTOS Ol<'ICIAJ.ES........................................................................................ 12~

:\!COLAS RODU!Ot:EZ PESA, p01· el do1·tor Jlanuel 1''. .l!rtnlilla.................. J3i

CATRR-cOFHE 1m C~\MPA~.\ mn. <rnl<oEHAL SAN l\JAH.TlN, por Eduardo


lirlix Brrnoah/u ...................................................................................................... 185

f)OCl'MJ<:r\TOS OFICIALES .................................................... ,................................... 19i")

LA !'llA{lUINA J:!'<lFEHXA L, ]·01' rl doctm· Adolfo Salrlios .................................. 2tlH

LA E'1'ADA y 1n, AN1'lW.JO n>: R>:HE8FORll, por José A. Pillado.............. ~11

Fr. (;1>::-.:1-:HAL í'::Al'IULA, 11or el tlrJf'for Jla.ri1ni1w Cúmus................................ :!f.i;J


ILUSTRACIONES

PÁGJNAS

H.:ETTIATO nEL CENFRAL .lo~]~ nE SAN MARTTN, CCromo-J.itogr:tfi:i).... l:!

r... LÁMJNA ])R Ont'RO, (C'l'OlllO-Litogrnfia).................................................... 2-t

F.SP,.APAS DE LA ]~;POCA ('OLONlAJ., (Fntotipfa) ............................................ 58


Escuno DE J.. A AsA?ilBLHA OEXERAL CoNSTITUY.ENTE DE 1813 (Cromo-

litogrnfia)............................................................................................. ............. ... 7J

RETRATO DR DON .T!'AN HIPÓJ.JTO Vrnn·Es, (Cromo-Jitografia)............. 100

RETHATO DR DON NICOLAS RODR!Gt:KZ PK'<',., (Cromo-Jitogratia).......... JBfj

RETRATO DR DON NICOL." RODRJ(;lJJ!Z PI·:'<'A, CFototipía) ....................... 171


CATRE·CO>'RE DR CHIPA'<'A BEL GENEIL\L SAN MARTIN, (Fototipfa).... 18-t

LA MAQl'I'1A I'1>'ERNAL, Fototipía .................................................................... :!02

RETRATO DEL <•E~ERAT. BKRESPORD: Fototipía.............. ............................ :!LO

ESPADA y ANTEO.TO DE IlERE8FORn, Litogra1ia .......................................... :!U


HE'J'RA1'0 DEL <HC:SERAL Jo~J~ MATIAS ZAPIOJ,_.\, (Fototipía) .................... :!T>4-

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