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REYENVÁS, LA VIDA AL SERVICIO DEL CAPITAL

La explotación proletaria por parte de la burguesía no es algo que nos pille a los obreros con las
defensas bajas. Los proletarios, como vanguardia de un mundo mejor, poseemos una capacidad
innata al trabajo y al sufrimiento que pocos pueden entender y que desde luego la burguesía se
encarga de explotar para obtener sus múltiples beneficios.

En este análisis nos vamos a centrar en una de las muchas producciones que tenemos en la
ciudad de Sevilla y que nos sirve de ejemplo de la explotación tan desmesurada que hace el
sistema capitalista a nuestra clase. Reyenvás aparentemente es un lugar de trabajo industrial
normal, tiene sus distintos departamentos y sus distintos tipos de operarios y jerarquías, los
cuales se presentan a los clientes y al público en general como una empresa moderna y que se
adapta a los tiempos y los cambios requeridos por el mercado y sus clientes. Y la verdad es que
es totalmente cierto. Se adapta constantemente a las necesidades del mercado imperante y es
capaz de satisfacer una demanda de plásticos agrícolas, industriales, cuerdas de rafia y bidones
para almacenamiento de residuos peligrosos y alimentarios en un tiempo record. Ha sobrevivido
a varias crisis económicas y a una sanitaria y claro está no ha sido gracias a toda esa parafernalia
que ellos predican, en absoluto. Ha sobrevivido gracias al trabajo constante, a la dedicación, al
sudor y al esfuerzo diario de todos sus trabajadores, todo ello sin un agradecimiento y sin que
se vea reflejado en una mejora de las condiciones laborales ni en los sueldos. Esto obviamente
es debido a que el comité que representa a los trabajadores puertas adentro es un contubernio
al servicio de la dirección que solo busca obtener días libres y platos de gambas en comidas de
navidad.

Pero no es momento de echar tierra a determinados sindicatos, eso es harina de otro costal, es
el momento de relatarles a todos ustedes a qué tipo de explotación bárbara son sometidos los
trabajadores de esta fábrica y sobre todo aquellos que son temporales por circunstancias de la
producción. Nos encanta a todos esas palabras, “por circunstancias de la producción” o lo que
es lo mismo, carne humana dispuesta a ser explotada hasta su último átomo para servir a toda
la caterva de ingenieros encamisados y estómagos agradecidos que allí se reúnen. Esta empresa
cuenta con una plantilla de cien trabajadores al menos con contrato indefinido contando todos
y cada uno de sus departamentos y obviamente observamos que una empresa tan grande en el
sector de la transformación de materias plásticas no puede sustentarse y sacar rendimiento solo
con esos 100 trabajadores. He ahí la cuestión, ¿Cómo sustenta su producción? La respuesta es
muy sencilla, con la temporalidad, la maldita temporalidad que utiliza este sistema para que el
ejército de reserva definido así por Marx esté siempre preparado y dispuesto a ser ya no
explotado sino esclavizado para servir a sus patrones. Patrones que no se preocupan si una
persona está en situación de desempleo, probando en otro trabajo o simplemente con una
incapacidad temporal, no de eso nada. Esos patrones lo único que quieren es que cada vez que
llaman a un trabajador nuevo o antiguo esté dispuesto a servir en sus huestes de esclavos y sino
es así no se te volverá a llamar ya que el ejército de reserva sobre todo aquí en Andalucía y
concretamente en la provincia sevillana es capaz de subsanar constantemente las necesidades
de explotación capitalistas.

Esta fábrica mantiene a los trabajadores tanto indefinidos como temporales en una situación
muy precaria, con unas temperaturas durante gran parte del año que haría desfallecer al mismo
Hércules, con unos sobreesfuerzos diarios alarmantes, con una tensión y competitividad entre
los mismos compañeros de otros turnos digna de estudio y claro está con un horario y calendario
que dejan claro y meridiano de quién es tu vida y para quién has de subsistir. Recuerdan la frase
típica de muchas películas de “no te lo tomes como algo personal, son solo negocios”, pues es
así como se sientes todos y cada uno de los obreros que mantienen aquellas máquinas a pleno
rendimiento jugándose el físico y la salud mental día tras día. Aún así es un lugar en el que las
bajas psicológicas no están a la orden del día y es porque una vez entras comienza a infectarte
un virus que te dice que esta es la vida que hay y que has de mantenerte firme pues hay personas
que están mucho peor y aquí al menos cobras un sueldo digno. Digno… esa palabra es muy
peligrosa, digno… ¿qué es un sueldo digno? ¿a costa de qué estamos dispuestos por tal de la olla
de nuestra casa de vueltas? Pues es sencillo, estamos dispuestos a aguantar siete días de trabajo
seguidos con solo dos días de descanso, estamos dispuestos a soportar que esos dos días de
descanso entre semana nos pidan ir a echar horas porque es el momento de apretar, estamos
dispuestos a aceptar que nuestras familias nos echen en falta en casa todos y cada uno de los
sábados y domingos que nuestras criaturas tienen para estar con nosotros. Estamos dispuestos
a aceptar no tener vacaciones, que nos prorrateen hasta el tiempo que estamos en el servicio y
por supuesto a no tener ni 10 minutos de descanso en 8 horas para tomar un bocadillo sentado
en un mísero pallet. Esto es lo que estamos dispuestos a aceptar por no ver la inanición en la
cara de nuestras familias, por no ver a tu hijo ir al colegio con una camiseta de publicidad, es lo
que estamos dispuestos a pagar para poder mantener una vida miserable al servicio del capital.

Hemos comentado ligeramente el tema de la temperatura que se alcanza en esa fábrica, pero
es un hándicap severo durante los meses de verano ya que muchos trabajadores han llegado a
desfallecer por la temperatura tan elevada que se sufre, sobre todo en la zona de film en los
pisos superiores ya que el aire cálido es menos denso y se acumula a cierta altura. También
tenemos puestos determinados cuya dureza es bastante seria como es el puesto de tolvero, este
puesto que requiere realmente de una especialización más exhaustiva por parte de la empresa
se adjudica habitualmente a chicos sin formación que lo pasan realmente mal hasta que son
capaces de asimilar todas las funciones, soportar y acostumbrarse a la carga de peso y conocer
las distintas máquinas y los fallos en la alimentación de las mismas, ya que algunas instalaciones
están obsoletas y con un mantenimiento nulo.

En otro orden de cosas el trato hacia los trabajadores suele ser cordial a no ser que un obrero,
indefinido o temporal, quiera o necesite los días de descanso que le pertenecen semanalmente
por calendario. Si tienes un fin de semana solo al mes para poder descansar al menos 3 días
seguidos después de la paliza física y mental, si tienes esos días para poder escaparte con tu
pareja, familia, visitar amigos o simplemente creer que eres una persona normal, los mismos
jefes de producción e incluso los responsables de recursos humanos te recuerdan que en
Reyenvás no hay bodas, bautizos, viajes, familia o amigos. Ellos requieren de ti el 100% de tu
tiempo incluso el que te pertenece por ley para descansar, ellos pretenden que tú estés siempre
dispuesto a trabajar en esas míseras condiciones y que dejes a tu familia y amigos en un puesto
secundario con respecto a la esclavitud que te ejercen. Y todo esto no es más que la punta del
iceberg que muchos trabajadores habidos y por haber han estado soportanto, soportan y
soportarán en estas instalaciones que ni mucho menos son una excepción, ya que todos los
obreros saben que, como La Divina Comedia de Dante Aliguieri, Sevilla tiene sus nueve círculos
del infierno en el que los trabajadores intentan subsistir para mantener a sus familias como son
Persán, Migasa, Reyenvás, Carbón Puerto, etc. Todas y cada una de las producciones de esta
ciudad están a la vanguardia de la explotación más ruin y deleznable que puede tener un
trabajador.
Es por esto que desde el Partido Comunista Obrero Español instamos a todos aquellos obreros
que nos leen, que se sienten identificados con este relato, que observan que esta situación lejos
de mejorar va en descenso constante de derechos laborales y condiciones cada vez más
tercermundistas, que sienten que esta explotación debe terminar y que por fin todo esto tenga
un sentido lógico y no el de un consumo exacerbado de recursos naturales y humanos al servicio
de una burguesía que se ríe de todo y de todos con los bolsillos repletos y las barrigas llenas, por
todo esto y más os instamos a la movilización junto con la vanguardia de los proletarios hacia la
conquista de un mundo mejor en el que la esclavitud muera por fin y seamos los amos de nuestra
propia vida y no estar al servicio del capital.

¡Proletarios del mundo, Uníos.!

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