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Documento que relata las experiencias laborales de un niño de 7 años en una

fábrica de hilar lana:

“ La jornada de trabajo duraba desde las 5 de la mañana hasta las 8 de la noche,


con un único descanso de treinta minutos a mediodía para comer. Teníamos que
tomar la comida como pudiéramos, de pie o apoyados de cualquier manera. Así
pues, a los 7 años yo realizaba 14 horas y media de trabajo.”
Ensayo escolar escrito por un niño de 12 años. Describe su vida cotidiana como
hilador en la década de 1880:

Tan pronto como me levanto, como a las cinco y media, bajo al sótano para hilar,
hasta las siete, y luego puedo disfrutar del desayuno. Tengo que volver a la tarea
hasta que debo ir a la escuela. Cuando salgo del colegio a las once en punto, me
voy a casa rápidamente y tengo que volver a roscar hasta las doce en punto.
Entonces puedo comer y volver al trabajo hasta cuarto para la una. Vuelvo a la
escuela para aprender algo de utilidad. Cuando terminan las clases, a las cuatro
vuelvo a casa, junto con mis otros colegas. Y de nuevo al trabajo hasta que
anochece. Llega la hora de la cena y después vuelvo a la hiladora hasta las diez.
A veces, cuando hay mucho qué hacer debo quedarme hasta las diez en el
sótano, trabajando. Después, les digo buenas noches a mis padres y me voy a la
cama. Así es todos los días.
En el año 1831, en Inglaterra se rindió el Informe del Comité Sadler, sobre el
trabajo de los niños en Inglaterra, que en una de sus partes dice, al referirse a esa
condición (El trabajo de los niños en las Hilanderías de Algodón)

»Para los niños, las horas de reposo no son regulares: 3 o 4 días por semana,
significan solamente un cambio de tarea en lugar de vigilar una máquina en
marcha, cuando está en “ descanso”, entonces el niño debe limpiar una maquina
detenida o recoger desechos de algodón, obligado, mientras trabaja, a comer
bocados en medio del polvo.
En el año 1831, en Inglaterra se rindió el Informe del Comité Sadler, sobre el
trabajo de los niños en Inglaterra, que en una de sus partes dice, al referirse a esa
condición (El trabajo de los niños en las Hilanderías de Algodón):

»No hay asientos; sentarse es contrario al reglamento. Desde 15 horas por día, la
jornada de los niños se prolonga más todavía durante los periodos de actividad
industrial [...]. En ciertas fabricas, los niños trabajan regularmente, desde las 3 y
media de la mañana hasta las 9 y media de la noche, en verano; además, dos
veces por semana tienen que trabajar toda la noche [...]. Los industriales más
humanos se contentan con hacerlos trabajar sólo...16 horas. No se logra de los
niños un esfuerzo tan prolongado más que por el terror. Cualquiera que sea su
cansancio, los niños deben llegar por la mañana a la hora precisa, de lo contrario
son cruelmente castigados.
»Por la noche, la fatiga se vuelve insoportable y los niños preguntan con
frecuencia que hora es, ansiosos de saber cuánto tiempo va a durar su suplicio
[...]. Un día un niño preguntó a su padre: "Papá, ¿qué hora es?" El padre le
respondió: "las siete de la tarde", y el niño dijo: "¿Todavía dos horas antes de la
nueve? No podré llegar hasta esa hora".

»Con el corazón oprimido los padres tienen que llevar a sus hijos a las fábricas,
no pueden hacer otra cosa. Si no hacen trabajar a sus hijos se mueren de
hambre. Sólo tienen derecho al socorro público,“ley de los pobres”, los padres que
ponen sus hijos a trabajar en las fábricas».

«Tuve frecuentes oportunidades de ver gente saliendo de las fábricas y


ocasionalmente atenderles como pacientes. El pasado verano visité tres fábricas
algodoneras con el Dr. Clough de Preston y con Mr. Baker de Manchester y no
fuimos capaces de permanecer diez minutos en la fábrica sin empezar a jadear
por falta de aire. ¿Cómo es posible que quienes están condenados a permanecer
ahí doce o catorce horas lo soporten? Si tenemos en cuenta la temperatura del
aire y su contaminación no puedo llegar a concebir como los trabajadores pueden
soportar el confinamiento durante tan largo periodo de tiempo».

Declaraciones del Dr. Ward de Manchester en una investigación sobre la


salud en las fábricas textiles en marzo de 1819.
«Una mujer en la mina trabaja igual que un hombre, tirando a destajo de la
vagoneta a razón de uno o dos francos el día, y eso con suerte. Pero nosotras,
cuando el calor aprieta y nos asfixiamos en el fondo del pozo, hemos de cuidar de
ir tapadas hasta el cuello para no provocar a los hombres. Desde niña he tenido
que soportar que los capataces y los entibadores se tomarán libertades que yo
nunca les di. Me han tocado los pechos, se han restregado contra mí, han tratado
de forzarme y he recibido golpes cuando me he negado. Otras no lo han hecho,
no han sido tan fuertes, o no han tenido tanta suerte. Ahora ustedes quieren que
ni nosotras ni los niños bajen al pozo, pero entiendan que sin la mina, donde ojalá
pudiera no volver, sólo nos espera el hambre, porque nada hay distinto para
nosotras ni para nuestros hijos».

Testimonio de una minera escocesa ante la comisión del Parlamento inglés (1842)
Explotación del hombre por el hombre.
Según este postulado, los dueños de los medios de producción, pertenecientes a las
oligarquías o a la élite burguesa, construyen sus riquezas en base al provecho que sacan
(la “plusvalía”, es decir, el valor comercial agregado a los bienes de consumo) del trabajo
de la clase obrera, el proletariado.
Así, los objetos que un obrero manufactura en una fábrica a cambio de un salario mensual,
así, se venden a un costo mayor del que tomó su fabricación, para poder pagar al obrero
que la produjo y dejar una ganancia al dueño de la fábrica, a pesar de que éste no participó
directamente en el trabajo.
Explotación del hombre por el hombre.
Según este postulado, los dueños de los medios de producción, pertenecientes a las
oligarquías o a la élite burguesa, construyen sus riquezas en base al provecho que sacan
(la “plusvalía”, es decir, el valor comercial agregado a los bienes de consumo) del trabajo
de la clase obrera, el proletariado.
Así, los objetos que un obrero manufactura en una fábrica a cambio de un salario mensual,
así, se venden a un costo mayor del que tomó su fabricación, para poder pagar al obrero
que la produjo y dejar una ganancia al dueño de la fábrica, a pesar de que éste no participó
directamente en el trabajo.

Explotación del hombre por el hombre.


Según este postulado, los dueños de los medios de producción, pertenecientes a las
oligarquías o a la élite burguesa, construyen sus riquezas en base al provecho que sacan
(la “plusvalía”, es decir, el valor comercial agregado a los bienes de consumo) del trabajo
de la clase obrera, el proletariado.
Así, los objetos que un obrero manufactura en una fábrica a cambio de un salario mensual,
así, se venden a un costo mayor del que tomó su fabricación, para poder pagar al obrero
que la produjo y dejar una ganancia al dueño de la fábrica, a pesar de que éste no participó
directamente en el trabajo.

Explotación del hombre por el hombre.


Según este postulado, los dueños de los medios de producción, pertenecientes a las
oligarquías o a la élite burguesa, construyen sus riquezas en base al provecho que sacan
(la “plusvalía”, es decir, el valor comercial agregado a los bienes de consumo) del trabajo
de la clase obrera, el proletariado.
Así, los objetos que un obrero manufactura en una fábrica a cambio de un salario mensual,
así, se venden a un costo mayor del que tomó su fabricación, para poder pagar al obrero
que la produjo y dejar una ganancia al dueño de la fábrica, a pesar de que éste no participó
directamente en el trabajo.

Explotación del hombre por el hombre.


Según este postulado, los dueños de los medios de producción, pertenecientes a las
oligarquías o a la élite burguesa, construyen sus riquezas en base al provecho que sacan
(la “plusvalía”, es decir, el valor comercial agregado a los bienes de consumo) del trabajo
de la clase obrera, el proletariado.
Así, los objetos que un obrero manufactura en una fábrica a cambio de un salario mensual,
así, se venden a un costo mayor del que tomó su fabricación, para poder pagar al obrero
que la produjo y dejar una ganancia al dueño de la fábrica, a pesar de que éste no participó
directamente en el trabajo.
Trabajo alienado / enajenado
Bajo el trabajo alienado, el hombre no se reconoce consigo mismo más allá del objeto, la
alienación es entonces un concepto que se encuentra ajeno al hombre, el trabajador dedica
su vida al producto, pero a partir de allí el trabajo se adueña de su propia vida.
Cuatro características:

• Alienación con respecto a la actividad: la actividad que realiza el obrero no lo realiza,


sino que lo automatiza, volviéndolo una extensión de la máquina, que lo despoja de
su condición humana.
• Alienación con respecto al producto: No vive el producto, aquello que elabora como
algo propio, porque su realización, su resultado se lo lleva otro, y al estar difundida
la división del trabajo realiza solo una parte del mismo, por lo cual no se vincula con
el producto.
• Alienación en el trabajo con respecto al otro: No hay idea de compañerismo, el
compañero se vuelve una competencia u otra extensión de la maquina
• Alienación con respecto a nuestro ser genérico: El ser humano no trabaja
únicamente para subsistir sino para realizarse como ser humano, sin embargo, en
el trabajo nos terminamos sintiendo como animales.
Trabajo alienado / enajenado
Bajo el trabajo alienado, el hombre no se reconoce consigo mismo más allá del objeto, la
alienación es entonces un concepto que se encuentra ajeno al hombre, el trabajador dedica
su vida al producto, pero a partir de allí el trabajo se adueña de su propia vida.
Cuatro características:

• Alienación con respecto a la actividad: la actividad que realiza el obrero no lo realiza,


sino que lo automatiza, volviéndolo una extensión de la máquina, que lo despoja de
su condición humana.
• Alienación con respecto al producto: No vive el producto, aquello que elabora como
algo propio, porque su realización, su resultado se lo lleva otro, y al estar difundida
la división del trabajo realiza solo una parte del mismo, por lo cual no se vincula con
el producto.
• Alienación en el trabajo con respecto al otro: No hay idea de compañerismo, el
compañero se vuelve una competencia u otra extensión de la maquina
• Alienación con respecto a nuestro ser genérico: El ser humano no trabaja
únicamente para subsistir sino para realizarse como ser humano, sin embargo, en
el trabajo nos terminamos sintiendo como animales.
Explotación del hombre por el hombre.
Según este postulado, los dueños de los medios de producción, pertenecientes a las
oligarquías o a la élite burguesa, construyen sus riquezas en base al provecho que sacan
(la “plusvalía”, es decir, el valor comercial agregado a los bienes de consumo) del trabajo
de la clase obrera, el proletariado.
Así, los objetos que un obrero manufactura en una fábrica a cambio de un salario mensual,
así, se venden a un costo mayor del que tomó su fabricación, para poder pagar al obrero
que la produjo y dejar una ganancia al dueño de la fábrica, a pesar de que éste no participó
directamente en el trabajo.
Explotación del hombre por el hombre.
Según este postulado, los dueños de los medios de producción, pertenecientes a las
oligarquías o a la élite burguesa, construyen sus riquezas en base al provecho que sacan (la
“plusvalía”, es decir, el valor comercial agregado a los bienes de consumo) del trabajo de la
clase obrera, el proletariado.
Así, los objetos que un obrero manufactura en una fábrica a cambio de un salario mensual,
así, se venden a un costo mayor del que tomó su fabricación, para poder pagar al obrero que
la produjo y dejar una ganancia al dueño de la fábrica, a pesar de que éste no participó
directamente en el trabajo.
Explotación del hombre por el hombre.
Según este postulado, los dueños de los medios de producción, pertenecientes a las
oligarquías o a la élite burguesa, construyen sus riquezas en base al provecho que sacan (la
“plusvalía”, es decir, el valor comercial agregado a los bienes de consumo) del trabajo de la
clase obrera, el proletariado.
Así, los objetos que un obrero manufactura en una fábrica a cambio de un salario mensual,
así, se venden a un costo mayor del que tomó su fabricación, para poder pagar al obrero que
la produjo y dejar una ganancia al dueño de la fábrica, a pesar de que éste no participó
directamente en el trabajo.
Explotación del hombre por el hombre.
Según este postulado, los dueños de los medios de producción, pertenecientes a las
oligarquías o a la élite burguesa, construyen sus riquezas en base al provecho que sacan (la
“plusvalía”, es decir, el valor comercial agregado a los bienes de consumo) del trabajo de la
clase obrera, el proletariado.
Así, los objetos que un obrero manufactura en una fábrica a cambio de un salario mensual,
así, se venden a un costo mayor del que tomó su fabricación, para poder pagar al obrero que
la produjo y dejar una ganancia al dueño de la fábrica, a pesar de que éste no participó
directamente en el trabajo.

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