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CAPÍTULO IV
La representación
(1) Werner FLUME, El negociojurídico, cuarta edición no modificada, traducido por José María MIQUEL GONZÁLEZ
y Esther GOMEZ CALLE, Fundación Cultural del Notariado, 1998, 877.
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De esta manera, frente al "viejo principio romano", el cual admitía una serie
de excepciones, surge el modelo jurídico en el se establece "como regla general el
hecho de que los negocios jurídicos pueden ser realizados por el representante, salvo
aquellos que expresamente señale la ley, entre los que podemos citar el testamento"(').
2. El PODER
(2) (liovanni PRIORI POSADA. Facultad y origen de la representación, Comentario al artículo 145 c.c., en Código Civil
Comentado, Tomo 1, Titulo Preliminar Derecho de lar Personas, Acto Jurídico, Gaceta Juridica, Lima, 2003, 641.
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efectos preliminares que son propios de todos los negocios sub condicione:
[...) solo en el momento en el cual llegue a conocimiento de aquel sujeto"").
En este sentido, "el término "poder" asume el significado técnico de
acto jurídico con el cual un sujeto confiere a otro la capacidad de represen-
tación. El poder asume la función autónoma de atribución de la legitimación
representativa"14 >. Por ello, "la doctrina absolutamente dominante coloca al
poder en la categoría de los negocios unilaterales de autorización que producen
sus efectos apenas hayan sido puestos en conocimiento del destinatario, en
virtud de los principios generales"('). Con el término "poder", también se hace
referencia al documento que contiene el acto de apoderamiento16 .
Al acto del otorgamiento del poder, le sigue la aceptación, que también es un
actojurídico unilateral recepticio y que puede declararse expresa o tácitamente.
Ahí nace la relación jurídica de representación. Entonces, "la expresión unitaria
y sintética de las relaciones jurídicas que se configuran con el representante
en dos direcciones —hacia el representado y hacia el tercero— subordinada y
coordinadamente con la finalidad que se quiere alcanzar, constituye aquello
que nosotros llamamos relación jurídica representativa stricto sensu, frente
a la relación lato sensu, que resulta del conjunto de todas las relaciones que
surgen en ocasión de la participación de un representante en la conclusión de
un negocio jurídico"('). Como consecuencia de ello, "se configura una relación
compleja en la cual el representante constituye el centro y que se proyecta,
partiendo de este, en una doble dirección: hacia el representado (lado interno)
y hacia el tercero (lado externo).
Esta relación tiene como presupuesto necesario un determinado com-
portamiento del cooperante; en efecto hasta que este no revele al tercero la
relación interna que lo vincula al principal, limitándose a actuar en nombre
propio, no nace la relación representativa (stricto sensu), sino surgen relaciones
diversas, absolutamente autónomas entre sí"(').
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(15) Masaimo BIANCA, Diritio Civile, 3,11 contralto, Giuffr, Milano, 1987, 87.
(16) Massimo BlANCA, op. cit.
(17) El texto completo de este artículo recita lo siguiente: "Se requiere el otorgamiento de facultades especiales para
realizar todos los actos de disposición de derechos sustantivos y para demandar, reconvenir, contestar demandas
y reconvenciones, desistirse del proceso y de la pretensión, allanarse a la pretensión, conciliar, transigir, someter
a arbitraje las pretensiones controvertidas en el proceso, sustituir o delegar la representación procesal y para los
demás actos que exprese la ley. El otorgamientodcfacultades especiales se rige por el principio de literalidad. No
se presume la existencia de facultades especiales no conferidas explícitamente" (el subrayado es mío).
(18) Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, El negocio jurídico, 2 edición, Grijley, Lima, 1994, 193.
(19) Juan Carlos GHIRARDI, La inhabilitación judicial, Astrea, Buenos Aires, 1980, 228-229. El autor Sostiene que
la tradicional diferencia entre los actos de disposición y los actos de administración es de carácter cualitativo y no
cuantitativo, proponiendo que lo relevante en los mismos es la posibilidad "de perjudicar el patrimonio" del repre-
sentado (cit., 229). La ecuación actos de disposición'=venta es equívoca, por cuanto, por ejemplo, la venta de una
cabeza de ganado que forma parte de un rebaño considerable (si bien es cierto que constituye una enajenación) no es
un acto de disposición, sino de administración, así como "ninguna duda puede caber en que configura disposición la
enajenación de un solo animal, aun entre un grupo de ciento o de mil, si el que se vende es el único reproductor con
que cuenta el rebaño" (cit., 227). Otro factor a tenerse en cuenta es la profesión o el giro habitual de quien realiza
los actos, así "un tratante de ganado, un corredor de fincas, que compran para revender, simplemente administran
los propios bienes ejerciendo la que es su habitual fuente de ingresos, sin que tenga importancia alguna el volumen
de lo vendido tanto cuantitativa cuanto cualitativamente, en relación a la propia hacienda. En el mismo caso sería
sin duda disposición el acto por el cual esas mismas personas se desprendiesen de bienes que forman su propio y
particular peculio" (cit.).
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7. TIPOS DE REPRESENTACIÓN
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Si cualquiera de los cónyuges abusa de los derechos a que se refiere este Ar-
tículo, el Juez de Paz Letrado puede limitárselos en todo o parte. La pretensión
se trarnita como proceso abreviado".
(62) Max ARlASSCHREIBER PEZET, Representación unilateral de la sociedad conyugal, Comentario al artículo 294
c.c., en Código Civil Comentado Tomo II, Derecho de Familia (Primera Parte), Gaceta Jurídica, Lima, 2003, 260.
(63) Giovanna VISINTINI, op. cit., 198.
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posibilidad, queda excluida a priori por la posición del órgano, al menos cuando
no se trate de una persona que pueda, hablando abstractamente, concluir el
negocio por sí. En verdad, en el órgano falta, en cuanto tal, una individualidad
jurídica propia y distinta, diversa e independiente de aquella de la persona que
actúa como órgano: este conforma una unidad con esta persona y sus actos
vienen referidos a esta como si fueran propios" 64 ; sin embargo, esta doctrina
rechaza la calificación como "representación orgánica" de carácter necesario,
"puesto que tiene su fuente en la concesión de poderes por parte de la asam-
blea de los interesados. Por lo demás, ha de reconocérsele la naturaleza de
representación, ya que el administrador ni es un simple longa manus de la
persona jurídica, ni una parte inescindible de su organismo. Como persona, el
administrador es un sujeto netamente distinto del ente, aun en el caso de que
las funciones que haya de desempeñar en su seno no sean ocasionales, sino
estables. Existe, por tanto, aquella suficiente separación entre sujeto agente y
sujeto interesado (...) que permite acomodar las acciones del primero al esquema
de la representación" 65 . En verdad, no dejo de ver una doble contradicción
entre estas dos afirmaciones: si bien, por un lado, se admite que en el órgano
se asimilan la persona del representante y aquel; no entiendo la afirmación que
no debería ser calificada de "necesaria" la representación orgánica, porque es
la asamblea general soberana (al igual que cualquier representado) a darle las
facultades al representante (titular del órgano), ni se entiende el fundamento
que el administrador (entendido como representante) no sea "una parte mes-
cindible" de la persona jurídica (cuando antes se dijo lo contrario). La asam-
blea general también es un órgano y, por consiguiente, tampoco habría que
entenderla separada de la persona jurídica.
Otro sector de la doctrina entiende que dentro de la representación legal, se
encuentra "la representación de los entes colectivos, denominada representa-
ción orgánica, en la medida en la cual el poder de representación que compete
a los órganos de las asociaciones, fundaciones o sociedades, deriva no tanto
del singular acto de voluntad como en la típica hipótesis de la representación
voluntaria, cuando mas bien a las reglas propias de organización del ente e
insitas en la función del órgano.
Agréguese a este dato el hecho que la representación de las personas ju-
rídicas se califica como necesaria en cuanto el ente, como sujeto de derecho,
puede desplegar su capacidad de ejercicio solo con el auxilio de personas fisicas
a quienes se les ha otorgado el poder de actuar en su nombre.
(64) Emilio BETTI, Teoria generale del negozio giuridico. cit., 558.
(65) Emilio I3ETTÍ, Teoria general del negocio jurídico. cit.. 441.
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(80) Silvia DIAZ ALABART, La autotutela, en Liber amicorum Cuido Alpa. I'rivate Law beyond ihe national systems,
Editado por Mads ANDENAS, Silvia DIAZ ALABART, Sir Basil MARKESINIS, flans MICKLITZ y Nello PA-
SQTJINI, Bntish Instimte of Internacional and Comparative Law, Londres, 2007, 23.
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Las designaciones del párrafo anterior pueden ser revocadas por el autor con
la misma forma.
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(85) Giovanni PRIORI POSADA, Representación entre cónyuges, Comentario al artículo 146 c.c., en Código Civil
649.
Comentado, cit.,
(86) Luis DIEZ-PICAZO y Antonio GULLÓN, Sistema de Derecho Civil, Volumen 1, 4 ed., Tecnos, Madrid, 1982,622.
(87) Luis DÍEZ-PICAZO y Antonio GULLÓN, op. cit., 623.
(88) Massimo BIANCA, op. cit., 84.
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