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Práctica Jurídica I

Trabajo Nro. 2

Alumno: José Musso Reali

C.I. 6.912.197

1.- ¿Qué es la asistencia jurídica?

Es la asesoria que un profesional del derecho le puede dar a otra persona, pero sin

ningún efecto legal sobre la persona que asesora. Simplemente se limita a una

especie de soporte jurídico.

El que provee asistencia jurídica no tiene la capacidad ni el poder de actuar en

nombre de su asistido. El asistido siempre debe estar junto con el asistente para

actuar, si necesita de asesoramiento.

2.- ¿Qué es la representación jurídica?

Es la especial relación entre una parte y su defensor en un acto o negocio jurídico.

Los actos de éste, en el proceso realizados a nombre y por cuenta de aquel, hacen

recaer sobre el mismo los efectos jurídicos emergentes, favorables o desfavorables,

de su gestión procesal.
Según Carnelutti: “hay representación cuando la acción en el proceso de una

persona distinta de la parte en sentido material se debe a un acto de ella, y la

encargue de actuar en su lugar en el proceso, y la encargue de realizar otros actos

en orden a los cuales la ley la conceptúa idónea para actuar en lugar de su

representado” (Enrique Luis Fermín Villalba, Revista de Derecho Probatorio,

Editorial Jurídica ALVA, S.R.L, Caracas, 1999, páginas 378-379).

En otras palabras, consiste en realizar actos jurídicos con efectos directos, en

provecho y en contra de una persona jurídica o física, según podemos ver en el en

el primer aparte del artículo 1.169 CC: “los actos cumplidos en los límites de sus

poderes por el representante en nombre del representado, producen directamente

sus efectos en provecho y en contrea de este último”

En cuanto a la clasificación, la representación puede ser:

Legal: cuando es derivada de la imposición de la ley (ejemplo: la representación de

un menor).

Voluntaria: Cuando la confiere la persona representada, conforme al contrato de

mandato (art. 1.184 CC) o por un poder estipulado (art. 1.169 CC).

Judicial: cuando el juez designa el representante (art. 223, 224 y 225 CPC).
Es importante destacar algunos aspectos de la representación jurídica:

 Existe un vínculo obligatorio entre la parte y su representado, obligando a este los

resultados de la gestión de aquel.

 El representante no realiza los actos en forma personal, es por eso que siempre

debe expresar este carácter en todas sus actuaciones.

 Los efectos jurídicos del acto, recaen sobre el representado, sean cuales fueren

estos resultados.

3.- Diferencias y semejanzas entre poder General, Especial y Apud Acta.

Poder General: es aquel que se otorga con la finalidad de que el “apoderado”

ejecute en nombre del poderdante todas las facultades (excepto las personalísimas)

que le pudieran corresponder. Tal como dice el Código Civil en el artículo 1.687: El

mandanto es “...general para todos los negocios del mandante”.

Por otra parte, al ser concebido en términos generales solamente comprende los

actos de administración, ya que se necesita facultad expresa “para poder transigir,


enajenar, hipotecar o ejecutar cualquier otro acto que exceda de la administración

ordinaria, el mandato debe ser expreso” (art. 1688 CC).

Poder Especial: es el que se otorga con la finalidad de dar facultades de

representación exclusivamente para un negocio o varios negocios jurídicos. Tal

como dice el Código Civil en el artículo 1.687: “el mandato es especial para un

negocio o para ciertos negocios solamente...”

Este tipo de poder no puede ser usado para representar a la persona fuera de lo

que expresamente está contemplado en el mismo.

Poder Apud Acta: Etimológicamente apud acta significa “en el mismo expediente”,

y sirve para mencionar diligencias que deben hacerse constar mediante acta que se

levanta en el expediente relativo al negocio de que se trate. Según la Enciclopedia

Jurídica Omeba, se conceptúa la voz apud acta como una locución latina derivada

de apud: junto a, ante, delante de; y acta cuyo significado preciso alude al

contenido de un acto documental. Literalmente equivale a la expresión dentro del

acta.

Tenemos, entonces, una forma de representación procesal voluntaria más simple y

sencilla que facilita el otorgamiento del poder, a aquel que se confiere en las propias

actas del expediente de la causa, que contiene una declaración unilateral de

voluntad de la parte, dirigida al Juez y no al representante mismo, en el que se


autoriza a determinado abogado para representar en juicio al diligenciante (Rangel-

Romberg, Manual de Drecho Procesal Civil Venezolano, Vol II, UCAB, Caracas,

1969, p. 174).

En nuestro ordenamiento se encuentra la figura del poder apud acta en el artículo

152 CPC, que permite este instrumento cuando dice: “El poder puede otorgarse

también apud acta, para el juicio contenido en el expediente correspondiente, ante

el Secretario del Tribunal, quien firmará el acta junto con el otorgante y certificará su

identidad”.

Podemos observar que las principales semejanzas entre el poder Especial, el

General y el Apud Acta son: primero, que los tres deben ser auténticos o públicos,

tanto en el general como en el especial se hacen auténticos frente al funcionario

público como puede ser notariado o registrado, en el apud acta basta el acta judicial

que es un documento auténtico (Vicente J. Puppio, Teoría General del Proceso,

pág. 272, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas 2001).

Segundo, que en los tres poderes se le confiere atribuciones para actuar en

representación de una de las partes.

Tercero, en los tres los efectos recaen sobre el representado ya que el

representante no actua en forma personal.


En cuanto a las principales diferencias, tenemos primero que los alcances de los

tres poderes son diferentes, tanto en el especial como en el apud acta, estan

limitados a lo que expresamente se le confiere al representante en cambio en el

general los atributos son básicamente cualquier negocio jurídico salvo las

personalisimas y las que expresamente deben estar según la ley.

La segunda diferencia que se puede observar es que tanto el poder especial como

el apud acta pudiesen extinguirse al terminar el negocio o negocios jurídicos para

los cuales fueron creados, en cambio en el poder general, el mismo no se extingue

aunque negocios jurídicos se hayan extinguidos, ya que puede permanecer para

seguir representando a la parte en otros actos.

Una tercera diferencia es que, en el poder especial y en el apud acta, los actos en

los cuales va a ser representado determinada persona, deben estar expresamente

indicados, en cambio en el general no es necesario, salvo los que indica la ley.

La cuarta diferencia entre estos poderes, en este caso entre el poder especial y el

general con el apud acta, es que en los primeros deben ser otorgados previamente

a la realización de los negocios jurídicos y en un documento especial. En el

segundo el poder se otorga en la misma acta para la cual se esta apoderando a la

persona y para ese mismo acto.


Por último, el poder apud acta generalmente es un poder especial para el acto en el

cual se otorga, también pudiera conferirse en forma general, tal como lo expresa

Vicente Puppio, sin embargo la Sala Civil en Sent. del 27-6-96 Nro. 110,

interpretando literalmente el art. 152 CPC, consideró que el poder apud acta es sólo

“para el juicio contenido en el expediente correspondiente” y por lo tanto, la copia

certificada no podía ser utilizada en otro juicio referente a un recurso de amparo.

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