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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS

ESCUELA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO

MAESTRÍA EN GESTIÓN TRIBUTARIA

TRIBUTACIÓN CORPORATIVA I

GRUPO 3 EL MANDATO

AUTORES

9010737 Oswaldo Ciriaco Ixcayau López


9313832 Alma Cecilia Lopez Pivaral
201216053 Rita Betzabé Alfaro Hernández
201404794 Yoselim Madai Palacios Díaz
201705452 Luis Fernando Santay Ixcatcoy

GUATEMALA, JUNIO 2023


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INTRODUCCIÓN

La complejidad de la vida económica y la diversidad de intereses de una misma


persona exigen a veces la presencia de ésta a un mismo tiempo en diversos lugares, lo
cual es humanamente imposible. Otras veces, motivos de enfermedad o de distancias
nos impiden estar presente allí donde se llevan a cabo las acciones de nuestro interés.
Es posible también que para la defensa y promoción de nuestros intereses en
determinadas circunstancias más que nuestra presencia física sea la presencia de otra
persona, que conozca bien las circunstancias y nos represente defendiendo nuestros
intereses.

El objetivo del presente trabajo es dar a conocer el mandato como figura jurídica y
comercial y su relación con otro tipo de representación.

En el inicio se esboza una introducción de origen del mandato, para posteriormente


definirlo de acuerdo a la doctrina y la legislación aplicable, y dentro de esto, sus
formalidades, la forma de registrarla y sus características. Del mismo modo, también se
explica sus elementos y las diferentes clases de mandato que existe.

Se hace, luego, una definición de la representación y su relación con el mandato.

De último se establecen conclusiones sobre el tema.

EL MANDATO
¿Qué tipo de relación une al demandante y al mandatario y a éstos con ter cero?
Cuando el mandatario, de acuerdo con el encargo recibido, lleva a cabo la gestión,
comprando, por ejemplo, una casa a un tercero ¿quién es el que ha comprado la casa?
¿quién va a ser el titular de la misma? ¿el mandatario o el mandante? ¿con quién de
los dos ha realizado la venta el tercero?

Para responder a estas preguntas, la doctrina jurídica ha elaborado la teoría de la


representación, según la cual el mandatario actúa en representación del mandante.
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Esta figura, la de la representación es un concepto que opera en ámbitos muy diversos,


desde, por ejemplo, la teología (Cristo redime a la Humanidad a quien representa como
el nuevo Adán), en el Derecho Internacional (los cónsules y embajadores representan a
sus respectivos países), las personas jurídicas (actúan por medio de representantes),
las personas físicas, etc.

Historia
Como sabemos, el estudio del Derecho Romano aporta una visión global de un sistema
jurídico y la lógica que lo estructura, razón por la que ha servido de base a lo largo de
siglos para el desarrollo de los cuerpos jurídicos de muchos de los Estados actuales.

Y es en Roma donde la figura del Mandato surge. Y es el emperador Justiniano quien


compila los diferentes códigos y dentro de ellos tenemos, por ejemplo: Instituciones
3.26 (de mandato), Digesto 3.3 (de procuratoribus et defensoribus) y Código 2.12 (de
procuratoribus) y 4.35 (mandati).

En el derecho romano el mandato se configura como un contrato consensual, en la


medida en que se perfecciona por el consentimiento, sin estar sujeto a una forma
determinada, es bilateral y gratuito, ya que se trata de un deber moral, basado en las
relaciones de amistad.

Etimología
Etimológicamente, mandato deriva de manu dare que se podría traducir como dar poder
de representación o manu datio, es decir, rito por el que los contrayentes, tomados de
las manos, se prometían el recíproco cuidado de sus intereses y cumplir sus encargos.
El mandante es designado mandator, mientras que el mandatario es denominado
procurator o is qui mandatum accept.

La figura del procurador o encargado de la administración de los bienes de una familia,


se identifica con un liberto (esclavo liberado que se encontraba ligado a su antiguo amo,
al que llamaba patrón (patronus), y se encuadraba en la praepositio, ya que el posible
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mandante encargaba a un liberto la administración de sus bienes. En el Bajo Imperio


todas las familias importantes tenían un procurator. Con el paso del tiempo, al ser
desempeñado por personas no sujetas al paterfamilia y de una posición social superior
a la de los libertos, la posición del procurator se fue asimilando a la de mandatario,
hasta llegar a constituir procuración y mandato una única institución, que tiene su
aplicación preponderante en la esfera procesal.

Decíamos que el contrato de mandato se configuró en el derecho romano como un


contrato gratuito. En la gratuidad radica la diferencia entre el contrato de mandato y el
contrato de arrendamiento d servicios. El de mandato se basa en la amista y es nulo si
no es gratuito; si interviene el dinero no se trata de un mandato, sino de un
arrendamiento de servicios.

No obstante, esta regla general de que el mandato tiene que ser gratuito, en la última
época clásica se llegó a admitir, en ciertos casos, que el mandatario recibiera una
remuneración (honorarium, salarium) por sus gestiones, remuneración que fue exigible
per extraordinariam cognitionem.

Algo bien importante es que en el derecho romano el mandato se utilizó no solo para
poner en práctica los intereses del mandante, sino que también como medio para la
cesión de créditos y deudas y para la constitución de fiadores entre ausentes. En el
primer caso, el acreedor nombraba su procurador en juicio a la persona a quien quería
cederle los créditos sin que ésta, una vez sancionados judicialmente, tuviera la
obligación de transmitirlos al mandante. En el segundo caso, el fiador actúa como
mandante, ordenando a una persona (acreedor) que preste una cantidad a otro
(deudor), saliendo él responsable de la devolución de dicha cantidad.

Nacimiento
Configurado el mandato como un contrato consensual, existe desde el momento en que
el mandante da un encargo al mandatario y éste lo acepta. En la existencia o no del
encargo por parte del mandante radica la diferencia entre mandato y gestión de
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negocios. En la terminología justinianea existe un verus procurator, solo cuando existe


un mandato precedente, frente al gestor de negocios sin mandante que es considerado
un falsus procurator.

Definiciones
De lo anterior el autor Guillermo A. Borda “el mandato era un contrato en virtud del cual
una persona se comprometía a realizar gratuitamente una cosa a favor de otra. El
carácter esencial del contrato, ya se ha dicho, era su gratuidad; desde el momento en
que había un salario estipulado, dejaba de ser mandato. El mandatario sólo tenía
derecho a que se le reembolsaran los gastos que había realizado

Según el Diccionario Panhispánico del Español Jurídico, el mandato se puede definir de


la misma manera en el derecho canónico y el derecho civil de la siguiente manera:
“Representación, contrato por el que se obliga una persona (mandatario) a prestar
algún servicio o hacer alguna cosa por cuenta o encargo de otra (mandante).” Es decir,
que se mantiene sustancialmente le definición primaria de este término.
El diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales del autor Manuel Osorio, indica
en referencia a mandato, lo siguiente: “contrato que tiene lugar cuando una parte da a
otra el poder, que ésta acepta, para representarla al efecto de ejecutar en su nombre y
por su cuenta un acto jurídico o una serie de actos de esa naturaleza”.

Definición Legal
En el caso de Guatemala, dentro de su ordenamiento jurídico el Decreto Ley Número
106, Código Civil, en su “Artículo 1686: Por el mandato, una persona encomienda a
otra la realización de uno o más actos o negocios.”

De las definiciones anteriores, podemos concluir que: El contrato de mandato es aquel


por medio del cual, una persona encarga a otra la realización de actos jurídicos o
materiales, bajo la responsabilidad de la persona que encarga la realización de los
mismos y el mismo tiene fuerza y valor legal al momento de ser inscrito en el registro
correspondiente.
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Es decir, que el contrato de mandato, genera obligaciones tanto del mandante hacía el
mandatario y viceversa, como de estos dos frente a terceros. Por tanto, se trata de una
relación que, desde el punto de vista de los intereses afectados, aparece con estructura
triangular, porque una persona gestiona intereses de otra mediante negociación con
terceros.

Formalidad y registro del mandato


El mandato debe de guardar formalidades de tipo legal y dentro de ellas están la
siguientes:
Según el Decreto Ley No. 106 Código Civil, en su artículo 1687, establece que:
El mandato debe constar en escritura pública como requisito esencial para su
existencia, y puede ser aceptado expresa o tácitamente.
No es necesaria la escritura pública:
1. Cuando se trate de asuntos cuyo valor no exceda de mil quetzales, en cuyo
caso puede otorgarse el mandato en documento privado, legalizado por notario, o
en acta levantada ante el alcalde o juez local, con las formalidades legales.
Sin embargo, si el mandato se refiere a la enajenación o gravamen de bienes
inmuebles o derechos reales sobre los mismos, es obligatorio el otorgamiento del
poder en escritura pública; y
2. Cuando la representación se confiere por cartas-poderes para la asistencia a
juntas y demás actos en que la ley lo permite.
El mandato para asuntos judiciales queda sujeto, especialmente, a lo que
establecen las leyes procesales.
También establece formalidad el Decreto 2-70 Código de Comercio, en su artículo 338
ARTICULO 338. Otras inscripciones.
Aparte de los hechos y relaciones jurídicas que especifiquen las leyes, es
obligatorio el registro de los siguientes:
1. El nombramiento de administradores de las sociedades, de factores y el
otorgamiento de mandatos por cualquier comerciante, para operaciones de su
empresa.
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En el caso de las sociedades se requiere de un acta de Asamblea nombrando


Mandatario, el cual debe ser firmado por Notario Público.
El Notario Público debe realizar un Testimonio de Escritura de Mandato, que debe ir
firmado, sellado y con timbres fiscales y notariales.
Según lo establecen El decreto 37-92 Ley del Impuesto de Timbres Fiscales y Papel
Sellado Especial para Protocolos en sus artículos 2, 5 y 8, así como su Reglamento, el
Acuerdo Gubernativo 4-2013 en sus artículos 4 y 5. También lo estipula el Decreto No.
314 Código de Notariado, en sus artículos 8, 9, 29, 42, 66, 68, 70 y 72.
Para el registro del mandato se dirige al Archivo General de Protocolos del Organismo
Judicial (7a. avenida 9-20, zona 9. Edificio Jade., Ciudad de Guatemala).
En ese edificio se encuentra la agencia de Banrural donde se debe realizar el pago
estimado respectivo que es de Q. 130. Nos entregan la boleta de pago de parte del
banco. Como lo estipula el Acuerdo No. 24-2011 de la Corte Suprema de Justicia
donde se establecen las tarifas específicas para los servicios solicitados.
Pasados de 2 a 3 días, el Archivo General de Protocolos del Organismo Judicial, hace
entrega del Testimonio de Escritura de Mandato inscrito en el AGP y de la Razón de
inscripción de Mandato en el AGP¨. Esto está establecido en el Decreto No. 314
Código del Notariado en sus artículos 78, 79, 81 y 83.
El siguiente paso puede realizarse en línea. Se realiza en el Registro Mercantil
General de la República (7a. avenida 7-61, zona 4, Ciudad de Guatemala).
Y consta en la inscripción del mandato. Se despliega un formulario donde se debe
consignar la información del Mandante y Mandatario.
Se realiza el pago en el banco Banrural por Q. 150. No extienden la boleta de pago
Esto basado en la normativa del Registro de la Propiedad, Según el Acuerdo
Gubernativo 118-2014 del Ministerio de Economía que reforma el Acuerdo Gubernativo
207-93.

Se debe presentar los documentos en ventanilla del Registro Mercantil para su registro
correspondiente en dicha institución. La formalidad la establece el Decreto 2-70 Código
de Comercio, en su artículo 338.
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Se recibe una constancia emitida por la institución. Este trámite dura aproximadamente
de dos a tres días.

Y, por último, para terminar este trámite de registro del Mandato, en el Edificio del
Registro Mercantil se presenta la contraseña que se nos entregó anteriormente, y ellos
nos entregan el Testimonio de la Escritura Pública de Mandato y el Razón de
inscripción del Mandato en el Registro Mercantil.

Características del mandato


1. Principal. Porque subsiste por sí solo
2. Preparatorio. Sirve de base para la realización de un contrato futuro. Es
preparatorio porque en el futuro puede realizar otros actos y negocios jurídicos
por cuenta del mandante.
3. Bilateral. Se estipulan derechos y obligaciones recíprocas entre las partes.
4. Oneroso. Cuando se establecen gravámenes y provechos recíprocos (se da
más en d. Mercantil).
5. Por regla general siempre es así en d. Civil. Art. 1689
6. Solemne. Porque debe de constar en escritura pública como requisito esencial
para su existencia.
7. De confianza. A la persona que se lo otorgamos debe de ser de toda nuestra
confianza.
8. De tracto sucesivo. Porque se perfecciona a través del tiempo.
9. Es de representación. Art. 1686 c.c.
10. Revocable. Porque el mandante o mandatario tienen la facultad de dejar sin
efecto el contrato. (lo más común es que no lo ejecute de buena manera)
11. Es típico. Porque se establece en la ley y tiene regulación especial.
12. Es nominado. Porque tiene un nombre. “mandato”

Elementos del Mandato judicial


1. Personal o Subjetivo:
Formado por la parte mandante o poderdante y por la parte mandataria o apoderada.
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Mandante: Quien otorga la facultad para ejecutar en su nombre, así también se le


conoce como Poderdante.
Es la persona que da el cargo o encomienda la realización de uno o más actos o
negocios jurídicos, quien debe tener la capacidad para contratar y obligarse.
Mandatario o apoderado: Es la persona quien recibe la facultad para ejecutar por
cuenta del mandante los actos jurídicos que éste le encarga. Es la persona a quien se
hace el encargo o encomienda la realización de uno o más actos o negocios.
a. Capacidad:
Las personas que figuran dentro de un mandato deberán ser personas con
capacidades:
Tanto el mandante como el mandatario deben tener la capacidad civil para
contratar y en algunos casos, capacidad específica para determinados asuntos.
Por tal razón es inaceptable que una persona que por sí misma no pueda
celebrar determinados negocios jurídicos, sí pueda hacerlo mediante mandatario;
y de igual manera, no puede aceptarse que una persona que no tenga capacidad
para actuar por sí misma sí pueda hacerlo e nombre de otro.

El mandante debe tener la capacidad necesaria para el otorgamiento del negocio


jurídico que en nombre suyo celebrará el mandatario, ya que los efectos del
mismo se producirán sobre su persona y su patrimonio. (Contreras, Rubén, 2008,
Pág. 50)
La capacidad del mandatario en el mandato con representación basta que sea la
ordinaria y normal capacidad general de obrar, puesto que él no se obliga
personalmente por los negocios jurídicos que celebra en nombre del mandante.
En su lugar, en el mandato sin representación, no basta la capacidad general,
sino que se exigirá que el mandatario tenga la capacidad civil necesaria para la
celebración de los negocios jurídicos que contrajere. (Contreras, Ruben, 2008,
Pág. 51)

b. Prohibiciones y limitaciones:
Existen algunos casos que la ley limita o le prohíbe la potestad de otorgar mandatos o
ejercitarlos como por ejemplo:

1. Según el Artículo 1691 del Código Civil establece:


Los representantes de los menores, incapaces o ausentes, no pueden dar poder
general sino solamente especial para asunto determinado que no pueda ser
atendido personalmente por ellos.
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El poder especial consiste al poder otorgado a un representante cuando no puede


atender personalmente algún asunto y se ve obligado a otorgar mandato especial a
tercera persona para que lo pueda atender pero con la salvedad que en el Poder
Especial debe referirse que se trata de un asunto que no puedan atender
personalmente.

2. Artículo 1695 del Código Civil establece:


El marido no puede, sin el consentimiento expreso de la mujer ni ésta sin el de
aquél, dar poder para asuntos relativos a los bienes comunes o para contratos de
los que resulten obligaciones para ambos.

3. Artículo 1696 del Código Civil:

Por las personas jurídicas confieren poder las personas individuales que las
representen, debiendo limitarse el mandato a los negocios que son objeto de la
sociedad.

Esto significa que todo aquello que en el mandato se refiera a asuntos ajenos a los
negocios objeto de la persona jurídica, será nulo absolutamente por contravenir
prohibición legal expresa.

2. Limitaciones y prohibiciones para ejercer mandatos:


Algunas prohibiciones que se deben de considerar al momento de ejercer mandatos:

a. Según el Código Civil en su artículo 1694 primera parte, establece:


No se puede ejercer al mismo tiempo poder de varias personas cuando entre
éstas hay colisión de derechos.

Después de extinguido el mandato que se había recibido de uno, se puede aceptar


mandato del otro, aunque entre ambos haya colisión de derechos, siempre que se trate
de mandato común o extrajudicial. Los mandatarios están sujetos a las prohibiciones
de los abogados e incurren en igual responsabilidad de ellos.

b. Artículo 1694 del Código Civil segunda parte, establece:


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Tampoco puede un solo mandatario otorgar contratos, representando a la vez los


derechos o intereses de las dos partes contratantes, sin autorización de los
mandantes.

En caso tener la autorización de ambos contratantes, comparecerá sólo él a otorgar el


contrato y manifestará, por un lado, la voluntad y aceptación de uno de los contratantes
y por otro lado, la voluntad y aceptación del otro contratante.

c. Artículo 1697 del Código Civil:

Para que las personas jurídicas puedan ejercer mandato, es necesario que las
operaciones a que el poder se refiera entre en el curso de los negocios de
aquellas o que, de conformidad con el instrumento de su constitución o
respectivos estatutos, estén facultados los gerentes o representantes para
aceptarlos.

Es importante destacar que el mandato que se acepte debe ser limitado a los asuntos
que formen parte del objeto de su actividad de la persona jurídica. Si se trata de
asuntos diferentes, será nula toda actuación.
Asimismo, se deberá considerar que los representantes de la persona jurídica
mandataria estén legalmente facultados para aceptar dicha clase de mandatos.

d. Artículo 1698 del Código Civil indica:

No puede ejercer mandato el fallido mientras no se le rehabilite; el sentenciado


por cualquier delito mientras no haya purgado la condena o sido rehabilitado y en
casos especiales, las personas a quienes la ley lo prohíben o tienen
incompatibilidad o impedimento.

Según el autor Rubén Contreras, explica que:


La razón de la prohibición del fallido radica en que todo mandatario es
responsable de los daños o perjuicios que por su culpa o dolo sufra el mandante
y debe responder también ante terceros por aquello que realice excediéndose de
las facultades que le fueron conferidas. Es obvio que el fallido no podrá
satisfacer dichas responsabilidades por su estado insolvente.

3. Elemento Real u Objetivo:


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En base al artículo 1688 del Código Civil, de manera literal indica: “Puede ser objeto de
mandato, todos los actos o negocios para los que la ley no exige intervención personal
del interesado.”

Según el autor De paz, Byron, indica que “Dado que no se gestionan intereses propios
sino ajenos, la ley no establece ninguna restricción, más debe de tratarse de actos,
negocios o servicios de gestión que han de ser lícitos, posibles y determinados.”
En el objeto del contrato los hechos deben ser posibles, determinados y en su
cumplimiento han de tener interés los contratantes, según lo establece el Código Civil
en su artículo 1538.
Están admitidos todos los actos lícitos, susceptibles de producir alguna administración,
modificación o extinción de derechos de uno o más negocios en interés exclusivo del
mandante.

El objeto del mandato tiene carácter:

a. Asuntos Jurídicos:
Mandato de carácter jurídico, en donde el mandante encarga al mandatario efectuar por
él alguna actividad. Se trata de asuntos del futuro, es decir, que se realizarán a partir
de la aceptación del mandatario.
El objeto del mandato se enfatiza en asuntos de naturaleza jurídica, porque
precisamente en eso consistirá la actividad del mandatario: Celebrar negocios jurídicos
que interesan al mandante y que producirán efectos.
b. Cumplimiento ante terceros:
El objeto del contrato no es algo que se produzca entre las partes, sino que partiendo
de ellas se proyecta hacia terceros: el mandante encarga algo de su interés al
mandatario, éste acepta el encargo y lo realiza ante terceras personas por cuenta de
aquel.
c. Declaraciones Juradas.
Según el autor Rubén Contreras indica que se plantean dudas acerca de si el
mandatario puede hacer declaraciones juradas en nombre de su mandante o si es
imposible que las realice. En su opinión, Contreras indica que el mandatario que tenga
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facultad expresa sí pueda hacerlo. Ya que en la ley no exige comparecencia personal


del interesado para hacer declaraciones bajo juramento.

4. Elemento Formal
El mandato es un contrato solemne. Las formalidades estrictas a que está sometida su
constitución, consiste en que habrá de celebrarse en escritura pública y el testimonio de
la misma debe inscribirse en el registro de poderes. El mandante debe acudir a un
notario para el otorgamiento del mandato. Artículo 1704 del Código Civil.
El mandato es de naturaleza contractual, es decir es un negocio jurídico, por su
carácter bilateral y consensual, además su objeto recae total o parcialmente en el
patrimonio económico, enajenable, del mandante y constituye un contrato.

CLASIFICACIÓN DEL MANDATO


1. Mandato con representación y mandato sin representación
Admitido expresamente en nuestro Código Civil en su artículo 1686, segundo párrafo,
indica literalmente: “El Mandato puede otorgarse con representación o sin ella.”
a. Mandato con representación:
Es el mandato por medio del cual el mandante atribuye al mandatario para que en
nombre del otorgante, celebre negocios o realice diligencias de carácter jurídico que
conciernen o interesen al mandante. El mandatario cubre con su presencia la
incomparecencia del mandante, habla y negocia por él, adquiere para los derechos y
bienes y le obliga dentro de los límites del encargo recibido. La representación
otorgada causa que se produzcan sobre la persona y sobre el patrimonio del mandante
los derechos y obligaciones de negocios jurídicos que él no ha celebrado directamente,
pero que otro celebró por él.
El autor Rubén Contreras, menciona que es conveniente también distinguir dos
representaciones:
La representación necesaria, forzosa o legal (sin mandato) y la representación
voluntaria (con mandato). La primera encuentra su origen en la imposibilidad
insuperable del interesado de actuar por sí mismo, por cuya circunstancia es
indispensable que otra persona (padres, tutores, defensores judiciales,
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administradores o gerentes, según sea la persona de que se trate), actúen en su


defecto. Las facultades del representante provienen, en tales circunstancias, de
la ley. Tal es el caso, por ejemplo, de los menores de edad, los incapaces, los
ausentes y las personas jurídicas.
La representación voluntaria, tiene su razón de ser en la voluntad del mandante y
del mandatario. Las facultades del mandatario provienen, por consiguiente, del
acuerdo de voluntades de las partes.
b. Mandato sin representación o no representativo:
En este tipo de mandato el mandatario obra por encargo y cuenta del mandante, pero
sin llegar a representarlo verdaderamente.

Se le conoce también como mandato oculto, consiste en que el mandate le atribuye al


mandatario para que actúe en nombre propio, es decir, sin mencionar que ejercita la
calidad de mandatario. Este mandato debe conferirse por motivos y para fines que no
infrinjan la ley ni ofendan la moral.
En el código Civil en su artículo 1686 establece:” Por el mandato, una persona
encomienda a otra la realización de uno o más actos o negocios”……… Tercer párrafo:
“En el mandato sin representación, el mandatario obra en nombre propio, sin que los
terceros tengan acción contra el mandante.”
En conclusión se entiende que el mandatario sin representación actúa en nombre
propio, y es él mismo quien responde ante terceros por las obligaciones contraídas.
Casos especiales de mandato sin representación:
1. Contrato mercantil de comisión, según el artículo 306 del Código de Comercio.
2. Contrato mercantil de participación, según artículos 861 y 863 del Código de
comercio.
3. Prácticas Cotidianas.
2. Mandato General y Mandato Especial
a. Mandato General:
El mandatario en este tipo de mandato, obra como si fuera el propio mandante, en este
caso tiene que ser otorgado el mandato con representación, regulado en nuestro código
civil en el artículo 1690.
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Es decir, es aquel en el que el mandante le encarga al mandatario, todos sus asuntos


que le convengan, para los cuales la ley no exija la comparecencia personal del
interesado.
El Código también especifica que los mandatos otorgados en términos generales
solamente comprenden los actos administrativos y que es necesario un poder especial
en términos expresos para enajenar, hipotecar, o realizar cualquier otro acto de
disposición que interese a la propiedad.
Según el autor Rubén Contreras interpreta:
Que debe existir un cuidado riguroso en la redacción de los mandatos de tipo
general y que en caso de duda deben ser interpretados de manera restringida.
Quizá en este caso encuentre pertinencia la norma concerniente a que: Por
muy generales que sean los términos en que aparezca redactado un contrato, no
deberán entenderse comprendidos en él, cosas distintas y casos diferentes de
aquellos sobre los que los interesados se propusieron contratar. Artículo 1594
Código Civil.

Plazo: El plazo del mandato general será el que mandante y mandatario hayan
acordado. De lo contrario, se entenderá otorgado por el plazo de diez años contados a
partir del día de su celebración según el artículo 1726 del Código Civil.
b. Mandato Especial:
Según el código Civil en su artículo 1690 indica que el mandato especial se contrae a
uno o más asuntos determinados. Esto quiere decir que el mandante encarga al
mandatario uno o más asuntos o negocios determinados. Su interpretación debe ser
restringida y limitada.
Plazo: El plazo del mandato especial lo pueden fijar las partes sin ninguna limitación. Si
no lo fijaren se considerará otorgado por el tiempo que dure el asunto o los asuntos que
constituyen su objeto.
3. Mandato común o extrajudicial y mandato judicial:
a. Mandato común o extrajudicial:
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Es el mandato que se otorga para asuntos o negocios jurídicos que no tienen que ver
con diligencias, procedimientos o procesos judiciales. Es el tipo de institución
contractual a que se refieren todas las normas que el Código destino al mandato.
b. Mandato Judicial:
Es el mandato que se otorga con el objeto de que a una persona se le represente ante
los tribunales, ya sea en un proceso, en una diligencia o en cualquier acto procesal,
cuando quien deba comparecer no quiera o no pueda hacerlo personalmente,
exceptuando aquellos casos, cuando a la persona, si puede obligársele a comparecer
directa o personalmente, tal es el caso cuando al articulante exige que comparezca en
forma personal él que haya de absolver las posiciones y no por medio de mandatario.
El mandato judicial no puede concebirse sin que lleve incorporado el elemento
representativo, pues en la relación jurídica procesal, quien queda sujeto a sus efectos,
es la propia parte, y no quien ha obrado o comparecido en nombre de ella. Este
mandato siempre es con representación.
Eduardo Cabanellas dice: “El mandato judicial, es el que faculta para actuar ante los
tribunales con carácter contencioso voluntario, para ejercer, oponer defensa, cumplir
cualquier de los trámites que las causas requieren en representación de una de las
partes.”
Nuestro ordenamiento legal dice lo siguiente, en nuestro código civil último párrafo del
artículo 1687: El mandato para asuntos judiciales queda sujeto, especialmente a lo que
establecen las leyes procesales.
En conclusión, según el autor Rubén Contreras: “El mandato judicial es el que se
confiere para que el mandatario lo ejercite en diligencias, procedimientos o procesos
que se sustancien en juzgados o tribunales del Organismo Judicial de la República de
Guatemala.”
4. Mandato Expreso y Mandato Tácito
En el artículo 1687 del Código Civil dice: El mandato debe constar en escritura pública,
como requisito esencial para su existencia y puede ser aceptado expresa o tácitamente,
dándole la calidad de contrato solemne.
a. Mandato Expreso:
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Es el único mandato que admite el Código Civil, debe ser conferido clara y
categóricamente con las formalidades que establece la ley.
b. Mandato Tácito:
Es el que resulta de manera positiva de comportamiento del mandante, o de su silencio
o inacción cuando, no obstante estar enterado de que alguien actuando en su nombre,
gestiona o ejecuta actos que le interesan o conciernen, no hace nada para impedirlo.
Esta clase de mandato no lo admite el Código.
5. Mandato Mercantil
Tipo de mandato de naturaleza comercial, en el que se regirá por el código y las leyes
de comercio, pero los requisitos y formalidades de su otorgamiento, aceptación,
cumplimiento y extinción serán los que establece el Código Civil.
En el Código de Comercio, en el artículo 338 inciso uno y dos establecen que deben ser
inscritos los mandatos otorgados por cualquier comerciante, para operaciones de su
empresa, así como las revocaciones que hiciere.
6. Mandato Gratuitito y Mandato Oneroso
a. Mandato Gratituito:
Este tipo de mandato desapareció, dando paso al mandato oneroso, como
consecuencia del ambiente materialista de la época. Puede decirse que la gratitud dio
pasó a onerosidad o retribución.
b) Mandato Oneroso:
En él, el mandante tiene que pagar el mandatario, para que este ejerza el mandato. La
onerosidad es elemento natural del mandato, ya que por disposición legal siempre lo
acompaña.

El Mandato puede otorgarse en Guatemala o fuera de Guatemala:


Si el mandato se otorga dentro del territorio guatemalteco, este debe de constar en
Escritura Pública, es decir, debe de realizarse ante un Notario habilitado para ejercer en
Guatemala. El testimonio de la escritura pública, se inscribe en el Registro Electrónico
de Poderes del Archivo General de Protocolos. El proceso tarda un aproximado de tres
días y tiene un costo de Q.130.00 quetzales.
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En su lugar, si el mandato se otorga fuera del territorio guatemalteco, este debe cumplir
con todas las formalidades que el país de origen de donde se otorga el mandato. Pero
para que este mandato surja efectos en Guatemala, este, según lo establecido en la
Ley del Organismo Judicial, debe de contar con los pases de ley, es decir, sea
legalizado por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Si el documento está elaborado en otro idioma que no es el español, este documento
debe ser traducido por un traductor jurado al lenguaje español, una vez traducido, el
mandato debe ser protocolizado, es decir se debe de incorporar al protocolo de un
Notario y en un plazo no mayor de diez días, el notario debe de dar el aviso y presentar
el mandato al Archivo General de Protocolos. (Mundochapin.com, 2017, Parr. 7 y 8)

Representación de Mandato
A través de ella se obtiene una doble ventaja por parte del presentado se da la
ubicuidad por la utilización de la habilidad ajena para los propios negocios y por
parte del representante en caso de representación legal se tiene la posibilidad de
activas la capacidad de ejercicio de quien la tiene limitada. (Perez, 1987)

La representación del mandato es derivada del derecho privado dentro de la rama


especifica negocios jurídicos, y cuando el mandato necesita mayor aplicación se
extiende el derecho privado, procesal, constitucional y administrativo.

Es aquella institución jurídica por medio una persona llamada representante ejecuta en
nombre de la otra llamada representado, las declaraciones de voluntad de este,
estando facultado ya sea por su representado o por la ley.
En toda relación representativa, tanto en la voluntaria, como en la legal, o no voluntaria,
o sea, la impuesta por una norma del derecho positivo (patria potestad, tutela,
sindicatura, albaceazgo, etcétera), dos son las notas esenciales que la caracterizan, a
saber: que el representante obre en nombre del representado; y que el acto o negocio
que aquél célebre como representante, le sea ajeno por corresponder o pertenecer al
representado. Las cuales explico de la forma siguiente:

a). La primera nota supone por una parte y en relación con el representado, que
éste declare ser el sujeto del fenómeno representativo, ya sea previamente
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mediante el otorgamiento del poder o procura, ya posteriormente, mediante la


ratificación del acto; por otra parte, respecto al representante, supone que se
ostente como tal ante los terceros con quienes contrata, es decir, que actúe
abiertamente en nombre del representado y que no oculte la relación con éste.

b). La segunda característica, que es la consecuencia del obrar a nombre del


principal, es el acto o negocio celebrado por el representante, no sea de éste, sino
de aquél a cuyo nombre y por cuyo interés obra, de tal manera que el tercero con
quien el representante trata no se relaciona con éste, sino que se relaciona
inmediata y directamente con el representado, tanto para la adquisición de
derechos como para la asunción de obligaciones.

Los organismos representativos más importantes en este tipo de representación, son: la


patria potestad, la tutela, mandato o poder, gestión de negocios, albacea. Es necesario
hacer referencia a lo que significa cada una de estas instituciones de manera sencilla:

a) Patria potestad. Institución que se concreta en la potestad que el derecho


positivo atribuye en forma estricta y directa a los padres.
b) La Tutela. Esta institución tiene relación con la patria potestad, coloca al menor
de edad o al incapacitado, bajo la autoridad de un tutor, quien actúa en su
representación en los actos jurídicos en que el tutelado tenga interés.

Lo cual se encuentra regulado en el artículo 304 del código civil de la República de


Guatemala
ARTICULO 304. Protutor. El protutor intervendrá en las funciones de la tutela,
para asegurar su recto ejercicio. La designación del protutor se hará en la misma
forma que la del tutor. Puede recaer en parientes del pupilo o en otras personas,
siempre que reúna las condiciones de notoria honradez y arraigo.

Que personas la legislación guatemalteca delega la tutela según el artículo 301 del
Código Civil de la República de Guatemala.
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ARTICULO 301. Tutela de los declarados en estado de interdicción. La tutela de los


mayores de edad declarados en interdicción corresponde.
1. Al cónyuge;
2. Al padre y a la madre;
3. A los hijos mayores de edad; y
4. A los abuelos, en el orden anteriormente establecido

c) Mandato.
Según nuestra legislación, existe una clasificación de esta institución:

1). Mandato o poder con representación, en el que el mandatario obra en nombre del
mandante; y los negocios que realice dentro de las facultades que se le hayan
conferido, obligan directamente al
representado.

2). Mandato o poder sin representación, en el que el mandatario obra en nombre propio,
sin que terceros tengan acción contra el mandante.

3). Mandato o poder general, en el que comprende todos los negocios del poderdante;
pero necesita cláusula especial para enajenar, hipotecar, afianzar, transigir, gravar o
disponer de otro modo la propiedad del mandante, y para todos los demás actos que la
ley lo requiera.

4). Mandato o poder especial, en el que se contrae a uno o más asuntos determinados;
se necesita poder especial para donar entre vivos, contraer matrimonio, otorgar
capitulaciones matrimoniales, pactar las bases referentes a la separación o el divorcio,
demandar la nulidad o insubsistencia del matrimonio, constituir patrimonio familiar,
reconocer hijos y negar la paternidad.
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5). Mandato o poder oneroso, se obtiene una retribución; que le proporciona al


mandante al mandatario para llevar a cabo la gestión de uno o varios negocios.

6). Mandato o poder gratuito, si el mandatario hace constar de manera expresa que lo
acepta de ese modo; sin que por esa situación el mandatario ponga todo el interés para
realizar la gestión de los negocios del mandante.

7). Mandato o poder judicial. Es el mandato que se otorga para la representación de


una persona en juicio según lo establece la Ley del Organismo Judicial.

Estas condiciones se encuentran reguladas en el artículo 1686 del Código civil.


Por el mandato, una persona encomienda a otra la realización de uno o más actos o
negocios.
El mandato puede otorgarse con representación o sin ella. En el mandato con
representación, el mandatario obra en nombre del mandante y los negocios que realice
dentro de las facultades que se le hayan conferido, obligan directamente al
representado.
En el mandato sin representación, el mandatario obra en nombre propio, sin que los
terceros tengan acción directa contra el mandante
Los mandatos son necesarios en escritura pública según el artículo 1687 del código
civil.
El mandato debe constar en escritura pública como requisito esencial para su
existencia, y puede ser aceptado expresa o tácitamente.
1. Cuando se trate de asuntos cuyo valor no exceda de mil quetzales, en cuyo caso
puede otorgarse el mandato en documento privado, legalizado por notario, o en acta
levantada ante el alcalde o juez local, con las formalidades legales.
Sin embargo, si el mandato se refiere a la enajenación o gravamen de bienes
inmuebles o derechos reales sobre los mismos, es obligatorio el otorgamiento del poder
en escritura pública; y
2. Cuando la representación se confiere por cartas- poderes para la asistencia a juntas
y demás actos en que la ley lo permite.
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El mandato para asuntos judiciales queda sujeto, especialmente, a lo que establecen


las leyes procesales.

Las obligaciones de los mandatarios judiciales se establecen en el Artículo 191 de la


Ley del Organismo Judicial:
1) Acreditar su representación, lo cual se verifica de acuerdo al artículo 45 del Código
Procesal Civil y Mercantil, que preceptúa que los representantes deberán acreditar su
personería en la primera gestión que realicen, acompañando el título de su
representación, que es el testimonio de la escritura pública de poder;
2) No desatender el asunto en el que hubiesen gestionado mientras no hayan sido
reemplazados en su ejercicio;
3) Satisfacer los gastos necesarios que les corresponda para el curso del asunto; y
4) Cumplir con las demás obligaciones de los mandatarios en general y las que les
impongan otras leyes y los reglamentos respectivos.
El Artículo 193, inciso c de la Ley del Organismo Judicial establece:
No pueden ser mandatarios judiciales, quienes no sean Abogados, salvo cuando se
trate de la representación del cónyuge, de su conviviente, cuya unión de hecho
estuviese inscrita en el Registro Civil respectivo, y de sus parientes dentro de los
grados de ley, o cuando el mandato se otorgue para ejercitarlo ante los juzgados
menores únicamente en asuntos que no excedan de quinientos quetzales (Q.500.00) o
ante jueces o tribunales en cuya jurisdicción no ejerzan más de tres abogados.
La representación común, va a ser ejercitada por una persona que va a representar a
varios sujetos individuales que tienen que unificar su personería en una misma persona,
para mejor comprensión citamos lo que establece el artículo 46 del Código Procesal
Civil y Mercantil:
Cuando sean varios los demandantes o demandados que representen un mismo
derecho deberán unificar su personería; si no lo hicieren pasado el término que el
juez le señalare a solicitud de parte, se designará de oficio al representante común.
Los términos serán comunes y correrán para los representados desde que se
notifique a la persona nombrada para representarlos. El representante común no
podrá hacer uso de las facultades que requieran cláusula especial a no ser que las
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hubieren conferido expresamente los interesados en el instrumento


correspondiente.

Formalidad para acreditar la representación


A efecto de ejercitar los derechos que una persona posee, en determinadas
circunstancias puede existir alguna dificultad, debido a que la persona no puede
ejercitarlos por cuenta propia, en vista de alguna situación que legalmente le limita
hacerlo. Así mismo debemos pensar, para el caso de las personas jurídicas o
colectivas, cómo éstas, necesariamente, deben actuar por medio de las personas que
legalmente están reconocidas para hacer valer sus derechos y contraer obligaciones,
de ahí la necesidad de la representación.
a) Representación de un menor de edad
Para el caso de adquisición de bienes inmuebles y sean registrados a su nombre, los
representantes del mismo son: Sus padres en ejercicio de la patria potestad o en
defecto de ellos será el tutor o quien administre sus bienes por orden de Juez
competente. Lo cual se encuentra regulado en el código civil en los articulo 252 al 277 y
293 del Código Civil.
Para acreditar la representación en el presente caso se necesita:
a) Certificación de la partida de nacimiento del menor, con lo cual se demuestra el
parentesco y
b) los Documentos Personales de Identificación de los padres.

En el caso del tutor, deberá tener: a) certificación de la partida de nacimiento del menor;
b) Certificación del auto donde consta su nombramiento y c) Acta de discernimiento del
cargo como Tutor, dictados por el Juez de Primera Instancia del Ramo de Familia.
Estos documentos acreditativos le sirven tanto a los padres como a los tutores, en el
caso deseen adquirir o vender bienes a nombre de sus representados, haciendo con los
mismos la justificación legal del caso.

2) Representación de un gerente general de una sociedad anónima El Artículo 162 y


164 del Código de Comercio regula lo concerniente a la administración de una sociedad
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y las formalidades que deben tomarse en cuenta para el nombramiento de su


representante; partiendo que la sociedad anónima es representada por parte del
administrador único quien ejerce como representante legal de la misma, nombrado en
Asamblea General quien es el órgano supremo de una sociedad.

El representante legal para que ejercite la representación y surta efectos jurídicos a


favor de la sociedad, debe acreditarla mediante el Acta Notarial de nombramiento, que
debe estar debidamente inscrita en el Registro Mercantil de la República.

En las sociedades anónimas pueden ejercer la representación legal un administrador


único, Gerente, Presidente del Consejo de Administración o cualquier otra persona
expresamente designada por el Consejo de Administración, para que actúe como
representante general de la entidad.

3) Representación de un Administrador de una Mortual El Artículo 503 del Código


Procesal Civil y Mercantil regula que: cuando no hay albacea, cualquiera de los
herederos o el cónyuge supérstite puede pedir la administración de la herencia, cuando
el estado de la misma lo exija. El objeto de la petición es el de asegurar, conservar y
mejorar el patrimonio del causante, causante, atender la inversión normal a que los
frutos están destinados, vender las cosechas, arrendar los inmuebles, hacer las
inversiones corrientes para incrementar la producción de los bienes relictos, pagar las
obligaciones y cobrar las rentas o créditos pendientes.

Así también el Artículo 504 del Código Procesal Civil y Mercantil establece que: antes
de que se promueva cualquier proceso sucesorio, podrá el juez, con intervención de la
Procuraduría General de la Nación, dictar las providencias necesarias para asegurar los
bienes que constituyen la herencia yacente.

De las citas legales anteriores se deduce que el Administrador de una mortual debe
acreditar su representación mediante: a) Certificación del auto donde consta su
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nombramiento y b) Acta de discernimiento del cargo como Administrador de la Mortual,


emitidos por el Juez de Primera Instancia del Ramo Civil.

Análisis jurídico entre el mandato y la representación


En Guatemala, en el caso de las entidades mercantiles, civiles o asociaciones, por lo
regular y conforme la ley, cuentan con sus representantes legales. Además, según sea
el giro de sus actividades, pueden constituir apoderados para uno o varios asuntos, o
bien, para todos sus asuntos, según se conforme su estructura de gobierno. Ante lo
anterior, la figura del mandato o poder conlleva varias responsabilidades derivado del
ejercicio del mismo.

Diversos autores tratan de establecer diferencias entre estas figuras, sobre la base de
cómo nace el derecho de actuar conforme a cada una de ellas y hasta dónde es posible
llegar en cada ejercicio. Es por ello que nace la importancia de un análisis.

El mandato es una figura jurídica que se representa a través de un contrato; esto es, un
acuerdo de voluntades entre dos personas que genera obligaciones y derechos para los
participantes en él. De ahí se entiende que existe un contrato de mandato y nace
cuando la persona acepta el mismo y ejerce la representación, para convertirse en un
acuerdo de voluntades, por ende, el mandato genera obligaciones reciprocas.

El mandato es, según Rubén Alberto Contreras:

Acuerdo expreso y solemne de voluntades por medio del cual una de las partes,
denominada mandante o poderdante, encarga a la otra mandatario, apoderado o
poderhabiente, quien lo acepta expresa o tácitamente, que en representación
suya y por su cuenta (mandato con representación) o en nombre propio, pero por
cuenta del mandante (mandato sin representación), realice uno o más actos o
negocios de carácter jurídico.

Es decir, que cuando el otorgamiento y la aceptación ocurren en un mismo momento, el


carácter bilateral se manifiesta desde el principio.
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Dentro de las responsabilidades que pueden detallarse:

a. Responsabilidad Penal: Los apoderados tienen responsabilidad penal en los casos


que de manera personal haya participado directamente en el hecho delictivo
atribuido a la mandante, debiendo responder por el acto o hecho delictivo cometido
y su participación en el mismo. Esto considerado en el artículo 38 del Código Penal.

Por ejemplo, si la sociedad poderdante se vea involucrada en algún acto ilícito


cualquiera que este sea, el apoderado deberá responder ante la ley en la proporción en
que haya participado en la ejecución del delito.
 
b. Responsabilidad Civil: El apoderado tiene la obligación de rendir cuentas de su
ejercicio, más no responde por el incumplimiento del poderdante ante terceros. En
este, el poderdante debe responder ante el apoderado por los daños y perjuicios
que éste sufriera, tanto de los derivados del incumplimiento de las obligaciones
contraídas en el ejercicio de sus facultades, como de sus consecuencias, salvo en
los casos en que el apoderado se haya excedido en sus facultades. Esto
considerado en el artículo 1712 del Código Civil.

Por ejemplo, si el apoderado en el ejercicio de sus facultades firma un contrato con un


tercero, el poderdante debe cumplir con los compromisos adquiridos por ese contrato.
Ahora bien, si el contrato suscrito se encuentra excluido de las facultades otorgadas al
mandatario, el poderdante no está obligado al mismo, debiendo responder el apoderado
por las obligaciones contraídas.
 
c. Responsabilidad Laboral: En materia Laboral, será responsable el poderdante
obligándose directamente de las actuaciones realizadas por el apoderado. La
responsabilidad laboral opera de la forma indicada artículo 4 del Código de Trabajo.
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Por ejemplo, si uno de los apoderados de la entidad despidiera a algún trabajador, el


patrono (la entidad) es la responsable del pago de las prestaciones conforme la ley por
el despido.

Por otro lado, la representación es la figura jurídica que permite alterar o modificar el
ámbito personal o patrimonial de una persona, por la actuación de otra capaz, quien
actúa siempre a nombre de la primera, para que surta efectos jurídicos únicamente
sobre la esfera jurídica del representado.

Al respecto se menciona que la diferencia entre el mandato estriba en la causa y grado


de la incapacidad del representado; quiere decir cuando el incapaz no puede manifestar
su voluntad o no actúa en absoluto, sino por medio de otra persona; por ejemplo,
cuando se está sujeto a la patria potestad o tutela; el menor de edad o el incapaz actúa
bajo control o con la colaboración de otra persona, quien manifiesta expresamente a
favor del representado.

Siendo así, en resumen, que la representación nace de disposiciones legales, las que
también determinan y fijan las atribuciones o facultades del representante, en tanto que
el mandato nace de un contrato, que se otorga a una persona libremente designada por
el mandante, quien también es libre de determinar las atribuciones del mandatario. Es
así clara la diferencia existente entre estas dos figuras jurídicas, tanto en cuanto a su
fuente, como a su contenido, consecuencias y efectos jurídicos.
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Conclusiones

1. Las personas jurídicas pueden ejercer mandato, de forma general o especial


encomendado a una persona o varias a realizar uno o más actos de negocios en
representación de ella, el mandato puede hacerse constar en escritura pública o no
según la legislación lo determino lo cual se encuentra regula en los artículos del código
civil.

2. El mandatorio que tenga el poder general del mandato para realizar negocios en
nombre de su representante debe contener clausulas especiales para poder enajenar,
hipotecar, afianzar según la disposición que la ley convenga o requiera para su
ejercicio.

3. Un Mandato debe ser constituido por elementos importantes como las personas que
lo conforman, el objeto u elemento real de su origen y deberá cumplir con ciertas
formalidades que establece la ley para que pueda ser considerado como tal.
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4. Las personas jurídicas pueden ejercer mandato, de forma general o especial


encomendado a una persona o varias a realizar uno o más actos de negocios en
representación de ella, el mandato puede hacerse constar en escritura pública o no
según la legislación lo determino lo cual se encuentra regula en los artículos del código
civil.

5. El mandatorio que tenga el poder general del mandato para realizar negocios en
nombre de su representante debe contener clausulas especiales para poder enajenar,
hipotecar, afianzar según la disposición que la ley convenga o requiera para su
ejercicio.

6. Conforme a nuestra legislación, un contrato es, ya sea unilateral o bilateral, que


obliga a la aceptación y cumplimiento de lo encomendado por el mandante o
poderdante, esto considerado en el artículo 170 del Código Civil.
7. La representación es un acto de conferimiento de poderes otorgados al
representado, mientras que el poder o mandato constituyen el facultamiento para
ejercer actos de dominio, administración o de conservación y cuidado de bienes y
derechos del mandante y cuyo ejercicio compete al mandatario frente terceros.
BIBLIOGRAFÍA

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Decreto – Ley número 106. Código Civil. Libro V. Segunda Parte. Título II. Capitulo I.

Ley del Impuesto de Timbres Fiscales y de Papel Sellado Especial para Protocolos

Acuerdo Gubernativo No. 4-2013 Reglamento de la Ley del Impuestos de Timbres


Fiscales y de Papel Sellado Especial para Protocolos

Decreto No. 314 Código de Notariado


30

Acuerdo No. 24-2011 de la Corte Suprema de Justicia

Arancel Registro Mercantil Acuerdo Gubernativo 118-2014

C. Rubén (2008). Obligaciones y Negocios Jurídicos Civiles: Parte especial contratos.


Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Rafael Landívar.
Guatemala. Edición 1. Editorial Serviprensa. Págs.674.

Cabanellas, Guillermo, Diccionario de Derecho Usual. Guillermo Cabanellas. Tomo II,


11 ava. edición, Editorial Heliasta, srl, Viamonte 1730, Buenos Aires República
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S/A, El Mandato Judicial con Clausula Especial, Universidad Mariano Gálvez, Curso,
Derecho Notarial III. Extraido el 31 de mayo 2023:
https://html.rincondelvago.com/derecho-notarial-guatemalteco.html

Mundo Chapín, Mandatos Generales y Especiales en Guatemala, 2017, consultado el


31 de mayo 2023 https://mundochapin.com/2017/08/mandatos-generales-y-
especiales-en-guatemala/35147/
31

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