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° 232-2017 ANCASH
Sentencia en Casación, Año XXIV/ N.° 786 (El Peruano, 04/03/2020, p. 331)
Proceso Nulidad de acto jurídico
Se trata del recurso de casación interpuesto por Deyfilia Práxcides Oberto Torres a fojas setecientos
cincuenta y uno, contra la sentencia de vista de fojas setecientos veintidós, de fecha veintidós de julio
de dos mil dieciséis, emitida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Áncash, que
revocó la sentencia apelada de fojas seiscientos veintinueve, de fecha diecinueve de febrero de dos
mil quince, que declaró fundada la demanda de Nulidad de Acto Jurídico; y reformándola, declaró
improcedente dicha demanda.
Esta Sala Suprema, mediante la resolución de fojas cuarenta del presente cuadernillo, de fecha
veinticuatro de marzo de dos mil diecisiete, ha estimado declarar procedente el recurso de casación
por la causal de infracción normativa de derecho procesal del artículo 139 inciso 3 de la Constitución
Política del Perú. Sostiene la recurrente que la sentencia impugnada, además de ser insuficiente,
resulta deficiente; pues, las premisas de las que ha partido el Ad quem no han sido confrontadas, lo
que implica una falta de motivación interna del razonamiento; ya que, existe invalidez de las inferencias
a partir de las premisas establecidas previamente por el A quo en su decisión; toda vez, que la
inferencia que se extrae no es verdadera en todos sus extremos. La compraventa, cuya nulidad se
pretende, fue celebrada en virtud a la Resolución de Alcaldía número 575-2002-MPH- A que constituye
una actuación de la administración pública; en consecuencia, debe ser impugnada bajo los alcances
de la Ley que regula el Proceso Contencioso Administrativo, esta inferencia no es verdadera ni
aplicable para el caso concreto que nos ocupa; pues, si bien la administración pública genera actos
administrativos que son declaraciones de las entidades públicas en el marco de las normas de derecho
público, destinadas a producir efectos sobre los intereses, obligaciones o derechos de los
administrados, también generan actos jurídicos denominados actos jurídicos de derecho privado, en
los que interviene desprovisto de su facultad de imperio, en el que la entidad estatal está en un plano
de igualdad con los particulares con quienes celebra el acto jurídico, el cual se encuentra regulado por
las normas relativas al ámbito del derecho privado, entre ellas el Código Civil.
III. CONSIDERANDO
CUARTO. Estando a los fundamentos del recurso que nos ocupa, es necesario destacar que el debido
proceso es un derecho complejo que está conformado por un conjunto de derechos esenciales los
cuales impiden que la libertad y los derechos de los individuos sucumban ante la ausencia o
insuficiencia de un proceso o procedimiento, o se vean afectados por cualquier sujeto de derecho
(incluyendo el Estado) que pretenda hacer uso abusivo de estos. En ese sentido, es menester recalcar
que el artículo 139 inciso 3 de la Constitución Política del Perú consagra como principio rector de la
función jurisdiccional, dentro de nuestro ordenamiento jurídico, la observancia del debido proceso.
Este, conforme a la interpretación que reiteradamente ha efectuado la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, exige fundamentalmente que todo proceso o procedimiento sea desarrollado de
forma tal que su tramitación garantice a las personas involucradas en él, las condiciones necesarias
para defender adecuadamente y dentro de un plazo razonable los derechos u obligaciones sujetos a
consideración 1.
QUINTO. En ese sentido, la motivación de las resoluciones judiciales constituye un elemento del
debido proceso y, además, se ha considerado como principio y derecho de la función jurisdiccional,
consagrado en el inciso 5 del artículo 139 de la Constitución Política del Perú, norma constitucional
que ha sido recogida en el artículo 12 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
en el inciso 6 del artículo 50, e incisos 3 y 4 del artículo 122 del Código Procesal Civil, cuya infracción
origina la nulidad de la resolución, conforme lo disponen las dos últimas normas procesales señaladas.
Una motivación adecuada conlleva la justificación lógica, razonada y conforme a las normas
constitucionales y legales, así como con arreglo a los hechos y petitorios formulados por las partes; en
consecuencia, una motivación adecuada y suficiente comprende tanto la motivación de hecho o in
factum (en la que se establecen los hechos probados y no probados mediante la valoración conjunta y
razonada de las pruebas incorporadas al proceso, sea a petición de parte como de oficio,
subsumiéndolos en los supuestos fácticos de la norma) y la motivación de derecho o in jure (en la que
se selecciona la norma jurídica pertinente y se efectúa una adecuada interpretación de la misma)
SÉTIMO. Estando a lo expuesto, tenemos que la Sala Superior ha sustentado su decisión en que el
contrato de compraventa cuestionado se funda en actos administrativos que emanan de la potestad
pública, emitidos después de un procedimiento administrativo; por lo que, según su criterio, no es
posible admitir la pretensión de Nulidad de Título Administrativo en la vía civil.
OCTAVO. Ahora bien, conforme es de verse de la demanda incoada, así como de los puntos
controvertidos fijados en la audiencia de conciliación de fecha diecinueve de abril de dos mil diez, la
pretensión de la accionante tiene por objeto, entre otros, determinar si el acto jurídico contenido en la
escritura pública de compraventa, se ha realizado en forma ilícita al haberse transferido un área de
doscientos noventa y cuatro punto cuarenta y cuatro metros cuadrados (294.44 m2), cuando la medida
exacta y real del predio solo alcanzaba los doscientos cincuenta y cuatro punto cuarenta y tres metros
cuadrados (254.43 m2).
NOVENO. En este contexto, es preciso tener en cuenta que de conformidad a lo previsto por el artículo
140 del Código Civil, el acto o negocio jurídico es la manifestación de voluntad destinada a crear,
regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas, requiriéndose para su validez la concurrencia de
determinados requisitos como agente capaz, objeto física o jurídicamente posible, fin lícito, y
observancia de la forma prescrita por la ley bajo sanción de nulidad; de modo tal, que la ausencia de
alguno de esos elementos estructurales del acto jurídico, acorde a lo previsto por los artículos 219 y
221 del Código Civil, acarrea la invalidez del mismo por nulidad o anulabilidad 3.
DÉCIMO. En ese orden de ideas, debemos señalar que si bien es verdad que el contrato de
compraventa cuestionado es el resultado de un procedimiento administrativo; también lo es, que la
causal invocada por la accionante (fin ilícito) está referida a aquella que contraviene las normas que
interesan al orden público o a las buenas costumbres; por tanto, atendiendo a que el ordenamiento
jurídico no ampara el fraude, este Supremo Tribunal estima que la naturaleza de la causal invocada
habilita a la recurrente a cuestionar el acto jurídico, que se califica de ilícito, en la vía civil.
DÉCIMO PRIMERO. Del mismo modo, esta Sala Suprema considera que en el caso concreto debió
tenerse en cuenta que el derecho de acceso a la justicia, como componente del derecho a la tutela
jurisdiccional, no puede ser conculcado, pues ante la existencia de situaciones como la presente, este
derecho debe ser interpretado en el sentido más favorable para la efectividad del derecho a la tutela
judicial; para ello los juzgadores deben aplicar el principio pro actione y pro homine, sobre el cual el
Tribunal Constitucional ha señalado que impone que, en lugar de asumirse la interpretación restrictiva
e impedir el derecho a la efectiva tutela jurisdiccional, se opte por aquella que posibilite a los
recurrentes el ejercicio de dicho derecho4; sin embargo, dichas reglas no han sido observadas en este
caso, lo cual contraviene el derecho a la tutela jurisdiccional; concretamente, el derecho de acceso a la
justicia; por tanto, el presente recurso merece ser amparado.
IV. DECISIÓN
Por los fundamentos expuestos y en aplicación del artículo 396 inciso 1 del Código Procesal Civil,
declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Deyfilia Práxcides Oberto Torres a fojas
setecientos cincuenta y uno; por consiguiente, CASARON la sentencia de vista de fojas setecientos
veintidós, de fecha veintidós de julio de dos mil dieciséis, emitida por la Primera Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Áncash; en consecuencia, NULA la misma; ORDENARON a la Sala Superior
de su procedencia emitir nueva resolución, con arreglo a ley, y conforme a lo establecido en los
consideran- dos precedentes; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario
Oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos por Deyfiia Práxcides Oberto Torres contra
Eliseo Rufino Cacha Figueroa y otros, sobre Nulidad de Acto Jurídico; y los devolvieron. Integra esta
Sala el Señor Juez Supremo Calderón Puertas, por licencia de la Señora Jueza Suprema Cabello
Matamala. Ponente Señor Ordóñez Alcántara, Juez Supremo.
EL VOTO SINGULAR DEL SEÑOR JUEZ SUPREMO CALDERÓN PUERTAS, ES COMO SIGUE:
Coincido con el voto del Señor Juez Supremo ORDÓÑEZ ALCÁNTARA, por los siguientes
fundamentos: 1. Si bien el contrato de compraventa cuya nulidad se deduce deriva de un expediente
administrativo, puede apreciarse que en el referido negocio jurídico, la Municipalidad demandada,
actúa como particular, por lo que su comportamiento se sujeta a las normas del Código Civil, no siendo
materia de impugnación resolución administrativa alguna. 2. Además, ninguna de las partes cuestionó
la competencia del juzgado, ni formuló la excepción respectiva, de forma tal que una sentencia
inhibitoria trece años después de presentada la demanda, lo único que hace es impedir la solución de
la controversia jurídica, en abierta contradicción con lo dispuesto en el artículo III del Título Preliminar
del Código Procesal Civil. 3. Debo precisar que mi decisión se circunscribe a lo que ha sido materia del
recurso de casación, por lo que ello no significa pronunciamiento con respecto a la causal por la que se
solicita la nulidad del acto jurídico.
S. CALDERÓN PUERTAS.
2. Sala Civil Permanente, Casación N.° 6910-2015, Lima 18 de agosto del 2015.
3. Sala Civil Transitoria, (ponente: Sr. Juez Enrique Mendoza), Casación N.° 1319-2016 Arequipa,
Lima: 15 de marzo del 2017.