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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA ACADÉMICO - PROFESIONAL DE DERECHO

ÁREA : CRIMINOLOGIA

CATEDRÁTICO : ORIUNDO VERGARA, EDGAR

TEMA :
LA CRIMINALIDAD-PREVENCION GENERAL,
EVOLUCION ESPECIAL Y SITUACION EN EL PERU
CICLO : III

INTEGRANTES : CRUZ AYALA, Katherin María

MENDOZA GUTIERREZ, Teddy D.

PEÑA ASTO, Larissa Maciel Didier

AYACUCHO – PERÚ
2015

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

DEDICATORIA:

El presente informe está dedicado a


nuestros padres como agradecimiento a su
esfuerzo, amor y apoyo incondicional
durante nuestra formación tanto personal
como profesional.

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

INTRODUCCIÓN

El problema sobre el cual versa el presente artículo consiste en el planteamiento


del estado actual de la criminalidad en el Perú, caracterizado por elevados índices,
una política penal represiva, formal, simbólica y selectiva, que se considera
repetida en la realidad de los países latinoamericanos, porque América Latina
puede ser vista como una unidad de análisis criminológico en vista de registrar los
mismos componentes históricos, culturales, sociales, políticos y económicos. El
objetivo central es proponer una alternativa de solución para superar dicho estado
situacional antes que sea demasiado tarde, a partir de una planificación
estratégica a largo plazo que involucre al estado, la sociedad y los ciudadanos,
con una visión enriquecida de la Criminología contemporánea, en la dimensión
holística e interdisciplinar que tiene dicha disciplina. 4 El artículo se justifica por
cuanto se advierte una ausencia de política criminológica y un predominio de la
política penal, por falta de conocimiento criminológico. El planteamiento es viable
porque vincula la teoría con la praxis y permite renovar perspectivas nuevas para
problemas criminológicos antiguos, como es la concepción socio cultural que se
tiene del crimen y castigo. A través del artículo se aprecia la situación
criminológica actual del caso peruano; se destaca la etiología multifactorial de la
criminalidad; se advierte lo que debemos ver detrás de los índices de criminalidad;
y se formula una propuesta para invitar a la reflexión al lector; proponiendo las
conclusiones que descienden de lo tratado. El artículo se escribió en Lima, Perú,
considerando la realidad nacional.

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

INDICE

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………3

CAPITULO I

1.1.-La prevención general…………………………………………………………...6

1.2.-La criminología de la prevención general……………………………………...6

1.3.-La relación entre la certeza y severidad de las penas y las tasas


delictivas......................................................................................................10

CAPITULO II

2.1.-La evolución especial de la criminología……………………………………..14

2.2.-La evolución especial de la criminología……………………………………..16

CAPITULO III

3.1.-La situación criminológica actual……………………………………………...20

3.2.-La etiología multifactorial de la criminalidad………………………………….21

3.3.-Lo que debemos ver detrás de los índices de criminalidad………………..23

Una propuesta para invitar a la reflexión…………………………………………..25

Porcentaje – tasa de criminalidad en el Perú……………………………………..26

Conclusiones………………………………………………………………………….27

Bibliografía…………………………………………………………………………….29

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

CAPÍTULO I

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

1.1.-LA PREVENCIÓN GENERAL

La prevención general deberá ser uno de los fundamentos filosóficos más


importantes de nuestros sistemas modernos de derecho penal, o bien el más
importante. Desde los escritos clásicos de Cesare Beccaria (1764), y en España,
de Manuel de Lardizábal (1782), la prevención general nace como objeto de
estudio del derecho penal y de la criminología. La prevención general es un
concepto compartido por penalistas y criminalistas, pero con algunas diferencias.
Para ambas disciplinas la prevención general se entiende como una justificación
de sistema jurídico penal, y más concretamente, de su capacidad de castigar
hechos punibles. Se ha considero al derecho penal, como el medio por el cual el
Estado, refleja los intereses del consenso social, por el que se permite castigar
actos que violan los intereses del contrato social. Si no fuera por la existencia y la
aplicación de leyes que castigan hechos que amenazan la convivencia pacífica,
según el pensamiento clásico, los seres humanos volverían a un Estado de
conflicto permanente, a un Estado de barbarie. ¿Por qué se delinque entonces?
Según los supuestos y principios de la teoría clásica, el ser humano, actúa con
libre albedrío y llevado por el hedonismo calcula los costes y beneficios de sus
acciones; por consiguiente, decide no cometer actos delictivos sólo por el efecto
disuasorio de una pena que le sería impuesta con una certeza, celeridad, y
severidad suficiente como para compensar los posibles beneficios del acto
delictivo.

1.2.-LA CRIMINOLOGÍA DE LA PREVENCIÓN GENERAL

Aunque la prevención general haya formado parte del vocabulario criminológico


desde el siglo XVIII, el interés en su investigación empírica sólo nace a partir de
1970, y casi siempre fuera de nuestras fronteras. Acertadamente Antonio García
Pablos de Molina (1988) caracteriza la escuela clásica del siglo XVIII como una
"etapa pre científica" de la criminología. Beccaria y sus contemporáneos no
intentaron verificar su teoría empíricamente: Sin embargo, alguna revisión de la
obra de Beccaria (Beirne, 1991) mantiene que los propósitos de Beccaria eran
precisamente establecer una ciencia del hombre y que debemos considerar a
Beccaria como precursor de la escuela positivista. Cierto es que en la teoría
clásica subyacen una serie de supuestos, conceptos y proposiciones que
despiertan un enorme interés científico: La supuesta racionalidad del ser humano;
el ser humano como calculador de costes y beneficios de sus actos; la relación
entre el miedo al castigo y la inhibición de impulsos delictivos; y la eficacia del
sistema jurídico-penal como eje de un sistema preventivo del delito. Curiosamente,
el interés empírico en la teoría de la prevención general tuvo que esperar hasta el

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

renacimiento de esta escuela, la llamada escuela "neoclásica", en la década de


1970, unos doscientos años después de la publicación de Dei delitti y delle pené.

Desde entonces se han producido numerosos estudios sobre este fenómeno.


Dichos estudios cuentan con una creciente sofisticación metodológica y son una
consecuencia, como suele ocurrir en nuestra disciplina, del trabajo multidisciplinar
criminológico donde podemos destacar importantes aportaciones de la
econometría y la psicología cognitiva. El desarrollo del pensamiento neoclásico
desemboca en la creación de otras escuelas teóricas, como pueden ser la de la
elección racional ("rational choice”, en inglés), y la de la llamada reinserción por la
vergüenza (“reintegrative shaming”, en inglés). El pensamiento neoclásico
contribuye a que se despierte el interés en la teoría criminológica en una época de
nuestro siglo, en que muchos pensaban que ésta se había estancado. La
criminología moderna concibe la prevención general como un concepto abstracto
que debe de verificarse empíricamente. Es decir, la criminología neoclásica se
marca como objetivos averiguar sí:

1) nuestro sistema jurídico-penal imparte, en la realidad, castigos con certeza y


celeridad y proporcionales al daño hecho a la sociedad;

2) Si el ciudadano, sobre todo el delincuente potencial, conoce y teme este


aparato punitivo;

3) Si el ciudadano, sobre todo el delincuente potencia, reacciona haciendo un


cálculo de costes y beneficios, inhibiendo como consecuencia sus impulsos
criminales; y

4) En el caso de delincuentes aprehendidos (detenidos por la autoridad), si una


vez castigados, deja de delinquir por haber aprendido una dura lección.

Mientras que estudiosos del derecho penal, defienden o critican la prevención


general como justificación del aparato jurídico - penal desde un punto de vista
filosófico o político -criminal, las normas de la comunidad científica criminológica
dictan que los supuestos, los conceptos y las proposiciones abstractos de esta
teoría no pueden aceptarse hasta que no se investiguen empíricamente.

El ideal clásico y la realidad del funcionamiento del sistema jurídico - penal.

Para que toda pena no sea violencia de uno o de muchos contra un particular
ciudadano, debe esencialmente ser pública, pronta, necesaria, la más pequeña de
las posibles en las circunstancias actuales, proporcionada a los delitos, dictada por
las leyes, según lo indicado por Beccaria, 1764/1980.- Para Beccaria, la pena

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

debía de reunir dichas características para surtir el efecto deseado: una reducción
de la delincuencia.

Sin embargo, los estudios empíricos criminológicos demuestran que estas


características raras veces se dan en la realidad. En España y en muchos otros
países del mundo, la pena no cumple siempre con los ideales clásicos. Las
razones por esta "imperfección" son en parte técnico - jurídicas y en parte psíco-
sociológicas.

Por un lado, la propia legislación moderna penal va más allá del cumplimiento de
los ideales clásicos. Esta legislación, aunque se base en principios clásicos,
incorpora principios de otros fundamentos filosóficos de la pena (por ejemplo, la
reinserción social) Ello conduce a adecuar las sentencias, no solamente al daño
hecho a la sociedad sino a las circunstancias especiales de la comisión del delito
(circunstancias modificativas de la responsabilidad penal) y a las características
del acusado (por ejemplo, su edad) Nuestro derecho penal moderno no permite
que para el mismo delito se castigue por igual a menores y adultos, a personas
enajenadas mentales y personas en uso de la razón. Por otro lado, el desarrollo
de un derecho procesal garantista significa casi inevitablemente, demoras a la
hora de proporcionar una aplicación rápida de la pena, sin hablar de dificultades
técnicas que generan grandes demoras en la administración de justicia en
Guatemala.

Por estas razones, principios muy valorados por la sociedad actual y la realidad
técnica de impartir justicia, moderan los ideales clásicos e impiden una aplicación
de la pena, según principios clásicos de celeridad y proporcionalidad.

En cuanto al ideal clásico de una pena transparente, comunicada a los ciudadanos


para que la entiendan y la prevean, el desarrollo técnico de nuestra legislación
penal hace que sea un documento cada vez de menor dominio público. El
lenguaje utilizado en nuestro Código Penal, en nuestra ley procesal penal y en
nuestra jurisprudencia es poco comprensible para personas ajenas al mundo
jurídico. Por esta razón a la hora de investigar el delito empíricamente, los
criminólogos han tenido que "traducir" conceptos jurídicos a lenguaje conductual y
coloquial para poder realizar estudios con la ciudadanía, como ejemplo se puede
dar la situación en que se encuentra en nuestra sociedad el concepto de la
“victimología”, la que ha sido marginada a tal punto que, no se le quiere aceptar en
la actualidad, como ciencia susceptible de autonomía total, y no como una de las
ramas de la Criminología.

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

Para empezar, pocos ciudadanos entienden cómo se hacen las leyes en


Guatemala. El proceso penal y la actuación policial, son otros misterios para el
ciudadano, en Guatemala y en otros países del mundo. Beccaria proponía la
educación del pueblo, y esto sigue siendo una asignatura pendiente en
Guatemala. Mientras que en otros países se fomenta la transparencia del sistema
jurídico penal -mediante asignaturas jurídicas en los centros escolares, la
posibilidad de acompañar a la policía en sus patrullas, de visitar prisiones y
observar juicios, la creación de oficinas de ayuda a la víctima, que explica el
proceso penal a la misma. La dotación en prisiones de bibliotecas jurídicas para el
uso de los internos o reclusos del centro, aún cuando se trata de centros de
detención preventiva, y la facilitación de datos de la delincuencia al público. En
Guatemala sin embargo, estamos quizás más atrasados a la hora de fomentar la
transparencia del sistema jurídico - penal.

El imperfecto cumplimiento de los ideales clásicos, tiene sus raíces además en las
influencias extra jurídicas sobre el funcionamiento del aparato jurídico penal.
Numerosos estudios de la sociología y psicología jurídica sugieren que a pesar de
mucha buena voluntad jurídica, factores sociológicos y psicológicos influyen en la
actuación policial y judicial. Estos estudios sugieren, por ejemplo, que los factores
situacionales, las características individuales del agente de policía, las
características de la organización policial, el carácter del barrio donde se efectúa la
actuación policial, y las actitudes de las personas sospechosas, detenidas por la
policía, pueden influir en las decisiones tomadas por los miembros de las fuerzas
de seguridad (Brooks, 1989); que las sentencias dictadas pueden variar según el
juzgado o tribunal de sentencia de que se trate (Sobral, 1997); que factores
extrajurídicos como los recursos económicos y la raza o etnia del acusado, junto
con las presiones del trabajo judicial en los agentes jurídicos repercuten en las
acciones del sistema jurídico penal (Leiber & Jamienson, 1995; Mays & Gregware,
1995) Y a la hora de hablar de la certeza de la pena, la criminología no sólo
sugiere, como se ha dicho antes, que la pena es una institución poco pública, sino
que años de investigación criminológica demuestran que, gran parte de los delitos
no llegan a la atención del aparato jurídico penal, por mucho que se modernice el
aparato policial y judicial. Así la probabilidad de ser detectado delinquiendo es en
la mayoría de los casos, mínima, y la pena deviene una institución poco "cierta",
poco previsible. Recuérdese que los presidios se encuentran atestados de
delincuentes fracasados. El buen delincuente nunca llega a conocer una carcel,
porque se cuida.

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En resumen, por mucho que se legisle, siguiendo los fundamentos de la


prevención general, y por mucho que se intente modernizar el aparato policial y
judicial, en la realidad, pocos sistemas jurídicos son capaces de imponer:

a) Penas con certeza: porque es casi imposible detectar y castigar a todos los que
delinquen, y es difícil comunicar al pueble los riesgos reales que se corren si se
entra a delinquir;

b) La inmediatez: Porque es casi imposible procesar a los acusados con rapidez;

c) Y de forma proporcional: porque el aparato judicial produce frecuentemente


sentencias dispares para delitos parecidos.

La criminología acepta que la prevención general sea imperfecta en su realidad


jurídica. Esta aceptación nos lleva a la investigación sobre la supuesta relación
entre el grado de eficacia del aparato jurídico penal y la reducción de la
delincuencia.

1.3.-LA RELACIÓN ENTRE LA CERTEZA Y SEVERIDAD DE LAS PENAS Y


LAS TASAS DELICTIVAS

Los primeros estudios que intentaron averiguar la relación entre la certeza y la


severidad de las penas (siendo la celeridad de las penas, curiosamente, un factor
poco investigado por los criminólogos) asociaban indicadores de certeza y
severidad con tasas delictivas. Estos primeros estudios utilizaron como indicador
de la prevención general unas medidas objetivas de las sanciones por ejemplo,
para el concepto de "certeza" se utilizaba la proporción de acusados detenidos por
un delito concreto que luego recibían una sentencia condenatoria. Para medir
"severidad" se calculaba la duración media de las penas privativas de libertad para
un delito concreto. Como medida de las consecuencias deseadas de la prevención
general, se utilizaba las tasas de delitos denunciados a la policía, es decir, datos
oficiales. Dichos estudios demostraron que los Lic. Hector E. Berducido M.
Universidad Mesoamericana elementos de la prevención general, sobre todo la
certeza de imposición de la pena, tenían un efecto disuasorio moderado, (Gibbs,
1968; Tittle, 1969).

La pena de Muerte: Un caso especial de la severidad de la Sanción.

Los titulares de prensa en el ámbito mundial, el día viernes veinticinco de febrero


del año 2,000 informa al mundo con el título "Ejecutan a la Viuda Negra", Texas,
Ex 810. Betty Lou Beets, una bisabuela acusada de haber asesinado a dos de sus
cinco maridos, fue ejecutada anoche por inyección letal, tras haber fracasado

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

todos los esfuerzos de último momento para eludir la pena de muerte. Fuentes de
la penitenciaría estatal de Huntsville, Texas, indicaron que Beets, de 62 años,
recibió la sustancia mortal en ambos brazos, después de que el Tribunal Supremo
de EE.UU. y el gobernador del estado, George W. Bus, rechazaran la petición de
postergar la ejecución por 30 días. Agregaron que la mujer, apodada la Viuda
Negra por los fiscales del juicio, no dio ninguna declaración antes de ser
ejecutada.

Así mismo, el mismo día, se informa en los medios de comunicación con el título
"Otra ejecución en la Florida", Inyección letal. Las autoridades de Texas aplicaron
ayer la ley por medio de la inyección letal de anthony Bryan, acusado de
asesinato.

Starke, Florida, EE.UU. Anthony Braden Bryan, de 40 años, convicto por el


asesinato de un guardia de seguridad en 1983, se convirtió ayer en la segunda
persona ejecutada mediante inyección letal en el estado norteamericano de
Florida.

"Confieso que Jesucritos es el Hijo de Dios, y he depositado mi fe en Él. Creo en


la resurrección", dijo Bryan en su declaración final. ¡Quisiera agradecer a quienes
me acompañaron en los 13 años que estuve en la espera de la ejecución. No
importa lo que uno haga en la vida, Dios puede establecer la diferencia. Él lo ha
hecho conmigo. Uno siempre puede redimirse. Les agradezco".

A las siete de la mañana, las sustancias químicas letales empezaron a fluir por los
tubos inyectados en los brazos del condenado, 11 minutos después fue declarado
muerto.

La ejecución de Bryan fue aplazada en octubre cuando la corte Suprema accedió


a considerar la constitucionalidad de la electrocución, el método utilizado en la
Florida durante más de 75 años.

Los recursos de Bryan, que argumentaban que la silla eléctrica es un castigo


"cruel e inhumano", fueron los que motivaron que las autoridades de Florida
aprobaran el pasado enero ofrecer la inyección letal como alternativa.

Bryan tuvo la madrugada de ayer su última comida: pescado, arroz, ensalada,


pastel de manzana y helado. Como bebida, soda y leche. La noche anterior se
había despedido de su esposa y cuatro hijos. El menor, Bradley, de 16 años, dijo
que lo visitaba dos veces al mes y que leían siempre juntos la Biblia.

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Terry Sims, de 58 años, fue el miércoles el primer condenado de la Florida


ejecutado por medio de la inyección letal.

Sims murió insistiendo en que era inocente del asesinato en 1977 de un asistente
voluntario de alguacil. Actualmente existen en Florida 336 condenados a muerte,
entre ellos el español Joaquín José Martínez, recluido en el "corredor de la
muerte" de la prisión de Raiford, cercana a Starke, en el norte del estado.

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CAPÍTULO II

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2.1.-LA EVOLUCION ESPECIAL DE LA CRIMINOLOGIA

En la evolución hay un antes y después a partir de la escuela positiva en el siglo


XIX. A partir de aquí nace el estudio estadístico del crimen. El método empírico.
Todo lo anterior a la escuela positiva italiana, que se puede denominar “escuela
clásica”, carece de explicación ante el delito.

La escuela clásica representa una postura penal, más que criminológica. Parte de
una idea la equipotencialidad. En este caso concebían el crimen como una opción.
Entienden que todos los hombres nacen iguales y parten de la misma situación y
el crimen es fruto de su propia decisión y se centra en el delito.

La escuela positiva no entiende el concepto del libre albedrio porque no se puede


demostrar. Parte de la base de que el hombre no decide su destino. El hombre
está determinado a cometer un delito. El sujeto que comete un delito es un ser
distinto, determinado por factores genéticos, antropológicos, sociales, etc.

La nueva escuela se centra en el delincuente e intentan explicar el delito. Buscan


esa explicación en las características del delincuente.

Ya había estudios previos sobre las características de los


delincuentes antropológicamente hablando; Lombroso que era
médico y que realizaba estudios forenses en los delincuentes,
aunque fallaba en el grupo de control ya que solo trabajaba
con delincuentes, pero inicio el método científico aunque
incompleto.

Posteriormente Ferri, precedente de las teorías sociológicas,


representante de la escuela positivista, fue un poco más allá.
Parte de la tipología de Lombroso,
precedente de las teorías biologicistas, pero añade al
componente genético el medio, el ambiente en el que se
desarrolla el delincuente. Para este autor era más
importante el medio en el que se desarrollaba el
delincuente que su herencia genética.

La escuela positiva dice que no cabe la misma respuesta


penal a un tipo de delincuente que a otro. Establecen los
tratamientos individualizados. Pretenden cambiar la pena
por una forma diferente de pena “la idea de las medidas
de seguridad”. Intentan cambiar la idea retributiva y de prevención por una nueva
idea, la resocialización.

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

El planteamiento monista de las medidas de seguridad nace de Ferri con la idea


de los sustitutivos penales.

En los estudios de las nuevas escuelas científicas se muestran de una manera


menos aséptica y más empática. Se involucra mucho más.

Garófalo (magistrado conservador) dice que el delito es “la lesión de los


sentimientos de piedad en la medida media que se dan en una sociedad”. Este
autor tiene la virtud de saber poner por escrito (sistematizar) los postulados de la
escuela positiva.

Para la profesora en el fondo lo que explica el delito es el ambiente, pero no es lo


único. Ya que hay otros factores que contribuyen a esto.

La teoría del aprendizaje o imitación de Shuterland desarrolla la idea que el


delincuente tiene un comportamiento aprendido.

La escuela de Lyon habla de las epidemias como explicación del delito. El crimen
es como un virus que se desarrolla en un ambiente orgánico propicio.

Después de la escuela de Lyon hay una escuela muy importante “La escuela
psicosocial de Tarde” este autor francés desarrolla una idea que se retoma por la
escuela sociológica norteamericana que se centra en la creencia de que hay unos
factores sociales, ambientales que dan origen al crimen. Estos son:

• El clima: también tenido en cuenta por la escuela cartográfica anterior a la


positivista.

• Factores sociales respecto de la familia y la educación. Fue el precursor de las


teorías de la imitación.

Para este autor el delincuente es un tipo profesional que aprende el delito por
imitación tras un largo periodo de aprendizaje. El fenómeno de la imitación se
puede hacer de manera consciente pero también de manera inconsciente.
Determinados comportamientos se adquieren sin darse cuenta. Porque se ven en
casa, etc.

Quiebra de la moral tradicional cuando se da un traslado a la ciudad, se produce


un desarraigo de todo lo aprendido, que supone la adopción de un nuevo código
de comportamiento.

Fue un autentico visionario, ya que fue el precursor de las teorías


norteamericanas.

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

Sus leyes se concretan en los siguientes supuestos:

• Un hombre imita al otro en proporción directa a su proximidad. Es importante la


intimidad que haya entre las dos personas. En la sociedad rural hay mas cercanía
por eso se producen unos valores más asentados en el individuo.

• El inferior imita al superior. Para un individuo sus modelos los buscará en


aquellos que considere superiores a él.

La ley de la inserción de Tarde dice que hay un mecanismo excluyente entre los
diferentes tipos de crimen. Cuando hay un incremento en un sector criminal se
produce de manera paralela un descenso en otro. El equilibrio de tasas uniformes
de criminalidad, que ya planteó la escuela cartográfica. Esto es importante para
una repercusión en la política criminal.

Según este autor se puede hacer un cierto pronóstico de lo que va a suceder en el


futuro por esa influencia de las tasas de unos crímenes en las de otros.

Tarde se olvida completamente de la teoría antropológica de Lombroso. Sus ideas


son basadas en las teorías sociológicas.

Lucha de las escuelas: Lacasagne Vs Tarde

Se creó una discusión permanente en el ámbito científico durante 40 o 50 años.


En los años 20 en Europa aparece una corriente científica pura que es la
biologicista, mientras en EEUU están en auge las teorías sociológicas debido a las
altas tasas de inmigración que reciben. Europa por otro lado no tenía ese
problema y sin embargo si, una mayor tradición en las corrientes científicas.

Hirschi intenta explicar la delincuencia del emigrante, entre las costumbres


aprendidas en la sociedad en la que se integra contraponiendo estas a las del
entorno de su familia.

2.2.-LA EVOLUCION ESPECIAL DE LA CRIMINOLOGIA:

Puede afirmarse que la criminología en el sentido científico del termino nació en el


siglo XIX como reacción, en contra de un derecho penal clásico que consideraba
el acto criminal como si se tratara de una entidad jurídica aislada, haciendo
abstracción tanto de la realidad humana del delincuente como de las influencias
sociales que intervienen en los móviles de la delincuencia. La criminología había
nacido, así, de las observaciones hechas por Adolfo Quetelet, quien en 1835
publica su obra Sobre el hombre y el desarrollo de sus facultades o ensayo de la
física social, por Guerry de Champneuf, a nivel del fenómeno de masa (la

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

criminalidad) y por Lombroso a nivel del fenómeno individual (el delincuente). Pero
antes de estos autores, es preciso hablar de los pre- criminólogos y, entre los
mismos, el primero, Platón. En su obra Las Leyes, Platón considera el crimen
como un síntoma de una enfermedad del alma, que tiene una triple fuente: las
pasiones (envidia, celos, la ambición, la cólera, Etc.), la búsqueda del placer y la
ignorancia. La pena es una medicina moral y es, en cierta medida, una dicha para
el culpable sufrir un castigo, puesto que así se libera de la maldad de su alma.

Pero si el delincuente se manifiesta como incurable refractorio a toda acción


educativa, la sociedad debe eliminarlo. De esta manera la pena de muerte tiene el
doble mérito de librar a la República de aquellos ciudadanos que han dado prueba
de una incurable perversidad y de inspirar un beneficioso temor a cuantos se
vieran en la tentación de imitarlos.

También Aristóteles se ocupó de los criminales. Pero lejos de ver en ellos a


enfermos que es preciso curar, los considera como seres maleantes, enemigos de
la sociedad que es necesario castigar inmisericordemente, algunos caracteres
morfológicos del criminal, Aristóteles puso de relieve el origen pasional del delito
que deriva de hábitos culpables o de apetitos que la razón reprueba.

Agrega, sin embargo, que la miseria engendra igualmente la revuelta y el crimen y


puede así influir en las disposiciones morales de los delincuentes. Se muestra
partidario de los castigos severos (pena capital, deportación, etc.) y considera que
la pena es legitimada por la necesidad de restablecer el equilibrio destruido por la
infracción. En la edad media, Santo Tomas de Aquino (1226-1274) vio en las
pasiones humanas el origen de la mayoría de los crímenes. Pero también es de
los primeros filósofos que consideraron la miseria como un factor criminógeno. No
obstante, convencido de la real necesidad de salvar la parte sana de Aquino
considera la pena capital como un instrumento indispensable para la salvaguarda
del bien común. Los reformadores y los filósofos de los siglos XVI, XVII, y XVIII
(Lutero, Calvino, Tomas Moro, Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Beccaria, y
Benthan) comenzaron a considerar la criminología como un fenómeno social y
económico. Así, Beccaria señala que el robo es cometido ordinariamente por
gente pobre: y Brissot de Warbille escribe que el primer medio para prevenir los
crímenes reside en una sabia administración que procure el bienestar general,
mientras que Voltaire se afirma como un lejano precursor de las actuales
investigaciones sobre la administración de la justicia penal, enunciando el poder
discrecional de los jueces, que exponen a los ciudadanos al despotismo de
unamuchedumbre de pequeños tiranos y pidiendo que lo que es verdadero y justo
en una de nuestras ciudades sea falso e injusto en las otras.

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A pesar de ello, la ideología de los enciclopedistas desemboca en todo los


contrario de los que signifique tomar en consideración al delincuente individual.

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CAPÍTULO III

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3.1.-LA SITUACIÓN CRIMINOLÓGICA ACTUAL

Hoy en día, la conocida expresión de Emile Durkheim de que el crimen es algo


normal o natural y hasta útil o necesario en la sociedad, no solo mantiene vigencia
sino que aparece más real que nunca. Recordemos que para Durkheim, el
delincuente era un sujeto normal y el delito era normal y positivo porque no existe
una sociedad que no posea criminalidad, siendo anormal solo cuando
descendíamos debajo de ciertos límites; y en cuanto a su positividad, porque
fortalecía la moral del Derecho y era funcional para la sociedad, convirtiéndose en
patológico cuando descendía por debajo de ciertos límites.

Para rubricar estas consideraciones pronunciadas durante la defensa de su tesis


doctoral en La Sorbona, ante sus escandalizados examinadores, refirió que
Sócrates, de acuerdo con el derecho ateniense, fue un criminal, pero que su
crimen (Independencia de pensamiento) fue útil no solo para su patria sino para la
humanidad entera. Posteriormente, Gabriel Tarde critico duramente la aseveración
de Durkheim, de que el delito era algo normal, suscitándose entre ambos una
célebre polémica. Tarde preguntaba: ¿Cómo justificar la represión de lo que se
hace bien? Con esta lógica algunos piensan que desbarató la afirmación de
Durkheim.

El hecho es que en la sociedad contemporánea, el crimen está estrechamente


vinculado en nuestra cotidiana existencia social, son parte de nuestro diario vivir.
En efecto, todos los días los medios de comunicación escritos, radiales y
televisivos, informan abundantemente de crímenes perpetrados en todas las
modalidades inimaginables y del incremento exponencial de los índices de
criminalidad. A tal punto ha llegado esta situación que hasta parece que las
novelas y cuentos de antaño, han cobrado realismo en nuestros días. Inclusive las
antiguas series televisivas sobre crímenes y juicios han sido superadas en
imaginación, truculencia y rating por las noticias reales.

Las secciones periodísticas denominadas “crónicas policiales o rojas” han


desaparecido porque ya no son la excepción a la mayoría de noticias del órgano
informativo sino la regla. En definitiva, el crimen ya no ocurre en la periferia o
marginalidad. Se ha instalado entre nosotros. Todos somos, de una u otra manera,
victimarios, víctimas o testigos y alrededor de esos roles se generan una serie de
sentimientos diversos y encontrados, obviamente emocionales antes que
racionales. Gobernantes y gobernados nos encontramos en medio de esta
vorágine. Como consecuencia de semejante situación, estamos plenos de
convencimiento de que las políticas criminológicas son el resultado del estudio,
análisis y reflexión de especialistas; y que lo que se persigue lograr a través de

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ellas es la salvaguardia de nuestra libertad y derechos fundamentales, para lo cual


se busca sancionar cada vez más gravemente los crímenes. Sin embargo, no
queremos advertir que dicha respuesta es absolutamente ineficaz. No nos damos
cuenta que, probadamente, ese no es el camino para reducir y controlar la
criminalidad, pues las tasas del crimen se incrementan en vez de reducirse.

3.2.-LA ETIOLOGÍA MULTIFACTORIAL DE LA CRIMINALIDAD

La Criminología busca las causas del crimen. Beristain, A. (2007: 61) nos relata
que desde los tiempos remotos en que se creía encontrar el origen del crimen en
la religión, vía dogmas, mandamientos, pecados y estados demoníacos, hasta la
brujería o hechicería; el tratamiento consistía en el castigo cruel y brutal.

El mismo autor señala que, más tarde, en la etapa científica de la Criminología,


Cesare Lombroso sostiene que la causa era la relación existente entre el
antropomorfismo no evolucionado y el ser interior; posteriormente se introducen
consideraciones sociológicas, psicológicas, biológicas, geográficas o ecológicas,
entre otras, pero todas ellas, con sus diversas tendencias o escuelas, pretendían
encontrar las causas del crimen en el ser humano, sea en su interior o en su
entorno. A decir de Jiménez, J. (2009:223), opinión con la que coincidimos, era la
época del paradigma etiológico, que buscaba servir de base a una política criminal
centrada en la profilaxis del delincuente y en la defensa social.

Posteriormente, hacia la segunda mitad del siglo XX, surge una nueva corriente de
pensamiento o escuela criminológica, denominada Criminología Crítica, según
Pérez, A. y Pérez, B. (2006: 109), caracterizada por romper con la etapa anterior 6
que consideraba al delincuente como una persona diferente y al delito como algo
patológico y busca la causa del crimen ya no en la criminalidad sino en el proceso
de criminalización. Si bien, como apuntan Taylor I., Walton, P. y Young, J. (1977:
285) la nueva criminología se dedica, en gran parte, a criticar las teorías
criminológicas anteriores y a señalar cuáles debían ser los requisitos formales y
materiales que debía cumplir una teoría social de la desviación; el programa de
dicha corriente de pensamiento criminológico que debía ser desarrollado en un
futuro, debía estudiar los aspectos siguientes:

 Los orígenes mediatos del acto desviado, es decir, los factores estructurales
sociales;

 Los orígenes inmediatos que expliquen cómo los sujetos eligen conscientemente
la desviación como respuesta a los problemas planteados por el sistema social;

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

 El acto desviado en sí mismo en toda su racionalidad, fruto de la elección o


limitación;

 Los orígenes inmediatos de la reacción social;

 El clima moral y su relación con los imperativos políticos y económicos que


suscitan una reacción frente a determinados delitos o individuos, mientras que
otros pasan desapercibidos;

 Los orígenes mediatos de la reacción social, para averiguar la relación existente


entre las necesidades del Estado y la criminalización de determinadas conductas;

 La influencia de la reacción social sobre la conducta ulterior del desviado; y

 La naturaleza del proceso de desviación como dinámica recíprocamente


influyente entre el individuo y la sociedad. La diferencia entre la Criminología
tradicional y la nueva Criminología, a mi entender, está en que se busca analizar
la desviación en un tiempo histórico determinado, es decir, en su propio tiempo
histórico y no atemporal o linealmente. De esta manera, de acuerdo con Larrauri,
E. (2009:114), la nueva forma de hacer Criminología pone énfasis en el estudio
crítico, cuestionador de la función que cumple el Estado, las leyes y las
instituciones del sistema de control social en el mantenimiento del statu quo; y no
admite a priori las normas penales, los criterios de los poderes estatales de
definición, asignación, etiquetamiento y ejecución, sobretodo aleja el estudio del
delincuente como eje central criminológico.

Así, se sitúa en un contexto sociológico de conflicto de intereses para identificar


las contradicciones sociales, con lo cual ubica al desviado como luchador social
consciente o inconsciente y a la desviación social como una forma de oposición al
injusto sistema y no como un resultado del etiquetamiento.

Principalmente, considero que la nueva Criminología vincula la teoría con la


praxis, en el sentido de no limitarse a la contemplación teórica sino pasar
necesariamente a la transformación social; en ese sentido busca que
desaparezcan las condiciones que posibilitan el delito para redefinirlo adecuándolo
a las nuevas estructuras sociales. Por cierto, no considero posible que las
diferentes escuelas criminológicas sean excluyentes.

La realidad criminológica permite la utilización de todas las corrientes de


pensamiento explicativas de las causas de la desviación, debidamente priorizadas
o seleccionadas, según el caso a explicar. Habrá crímenes debidos a causas
individuales, como desarreglos psicopatológicos y biológicos, entre otras, en

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

distintas proporciones; como habrá también crímenes debidos a factores


sociológicos y sociopolíticos.

3.3.-LO QUE DEBEMOS VER DETRÁS DE LOS ÍNDICES DE CRIMINALIDAD

El alarmante y peligroso problema del sensible incremento de la violencia y la


criminalidad, origina varias consecuencias negativas para la organización socio
política y jurídica. En primer lugar, se evidencia un grave deterioro del Estado ante
las legítimas expectativas ciudadanas centradas fundamentalmente en la
necesidad de bienestar y seguridad, lo cual ocasiona inmediatamente un delicado
descrédito del cumplimiento de las funciones del Estado, los roles de la acción
política y el principio de autoridad, colocándonos en las puertas del desorden, el
desgobierno y el caos.

En segundo término, la principal afectación la padecen los derechos humanos y


con ello la dignidad del hombre sufre una rebaja intolerable, tanto del extremo
graficado por los ribetes dantescos que describen las acciones criminales, cuanto
por la respuesta violenta de las agencias del sistema penal y el verticalizado
control social que emerge de dicha situación, que coexisten sin embargo con una
cada vez mayor impunidad formal y material y con barreras de acceso a la justicia
por parte de las víctimas, lo cual no hace sino agravar su situación de indefensión.

En tercer orden, se produce la hipertrofia de lo que podríamos llamar el imaginario


social del delito, esto es, la conciencia colectiva respecto de la criminalidad supera
a la de por sí grave realidad, lo cual se constituye en un factor de
retroalimentación para el repertorio criminogénico que exhibe la sociedad y el
funcionamiento del círculo vicioso deviene incesante. 8 Parafraseando el título del
libro de Virgolini, J. (2005:236), la razón está ausente de los órdenes político,
social y jurídico, mientras que la inseguridad reina en las vidas de los ciudadanos
sin que el Estado acierte en el empleo de una política criminológica eficaz.

Y es que además de la violencia objetiva, existe otra que no se ve pero se siente y


padece: la violencia subjetiva omnidireccional y omnipresente, que lacera el tejido
social y origina una desconfianza total paralizante. Ya no solo se desconfía del
Estado y las autoridades, ahora se duda hasta del prójimo. Esta violencia subjetiva
es virulenta, se disemina vertiginosamente en cuerpo social débil, reproduciendo
más violencia, más desconfianza y así sucesivamente, en una relación
directamente proporcional, como anotan Aguilera, R. y González, J. (2011:9). En
este punto ya se ha producido la descomposición social y prevalece la ausencia
de cohesión. El cuerpo social ha sufrido daño y la persona humana se contempla

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

a sí misma como un elemento vulnerable y sin protección. Se le ha arrebatado su


civilizada evolución y obligado a involucionar a estadios cronológicamente
superados en los que primaba la razón de la fuerza. No hay ley ni política en esta
clase de Estado democrático, que a fuerza de reproducir la violencia no ve otro
camino de solución a la crisis de criminalidad que endurecer el control social y las
sanciones, con afán generalizador pero con precisión selectiva, convirtiéndose en
una democracia arbitraria y opresora. La ecuación criminológica contemporánea:
delito y pena, es diferencial. Me explico, el derecho penal, de un lado, pretende
sancionar al delincuente y así combatir la delincuencia. Más allá de la relatividad
de dichos conceptos, resultan en sí mismos estrechos y limitados para entender el
problema, que es el primer paso para enfrentarlo.

Basta enunciar, para comprender el simplismo del derecho penal, que no toda
conducta desviada es delito y no todo delincuente es responsable ni todo
responsable está preso. Sin embargo, el derecho penal entiende la sanción como
una técnica del control de la criminalidad. De otro lado, una filosofía moral, en
cambio, buscaría determinar la política criminológica adecuada, para iluminar las
razones sociales y culturales que, al lado de los fines del Estado (bienestar y
seguridad), precisen las medidas criminológicas a aplicar. Como se puede
apreciar, el enfoque es distinto, ya que no se puede comprender la problemática si
solamente miramos los medios o mentalidad de las agencias del sistema penal.
Más aún, si consideramos que las variables de la ecuación delito y pena, son sin
lugar a dudas culturales, pues en todo el mundo existen instituciones, normas y
sistemas de sanción; es necesario entonces revisar sus fundamentos, estructuras
9 e implicancias, por cuanto la forma cómo una sociedad forja su concepto de
delito y pena, es elocuente y demostrativa del tipo de sociedad que del mismo
sistema penal.

Ya lo dijo Franz Von Liszt: el derecho penal es la tarjeta de presentación de la


sociedad. Esos, llamémoslo así, espejos sociales que son el delito y la pena,
reflejan fielmente en qué creemos, a qué tememos, a qué aspiramos, qué nos une,
cuáles son nuestros valores, entre otros rasgos básicos.

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

UNA PROPUESTA PARA INVITAR A LA REFLEXIÓN

Siendo, por lo visto, necesario intentar una aproximación a esas dos variables,
pero no desde una perspectiva jurídica sino socio antropológico, flexible dada las
características complejas y pluridimensionales del fenómeno, para garantizar que
la comprensión teórica esté al servicio de la explicación y solución del problema y
no al revés. Por ese camino, quizás identifiquemos entre otras muchas causas de
la desviación, el individualismo desembozado, la injusta distribución de la riqueza,
la desigualdad de oportunidades, las irregulares condiciones sociales, la
banalización de la política, la des valoración de lo axiológico, la traición de los
principios y la quiebra de las esencias de la persona humana.

Si esto es así, entonces avizoraremos una socialización inadecuada que genera


una formación carencial en la persona humana y, por consiguiente, ajena a todo
sentimiento de pertenencia social y solidaridad, que los empuja a racionalizar la
vida egoístamente y, si se les presenta la oportunidad, se desviarán hacia el
crimen para satisfacer sus necesidades.

A partir de esa visión, en la que están identificadas las probables causas de la


desviación, será directa la vía de solución. Como apunta Hikal, W. (2010:23), la
conducta antisocial jurídico-criminológica es toda violación a los derechos
humanos y garantías individuales que vulneran el sano desarrollo individual y
social en todos los aspectos que tengan como consecuencia la evolución
biopsicosocial. Entonces, queda claro que la situación actual de la criminalidad
viene afectando gravemente la dignidad humana desde todos los lados y para
frenar su avance y deterioro precisa de una estrategia a largo plazo en la que
confluyan el Estado, la sociedad y el individuo, con el auxilio de todas las ciencias
sociales, para generar una solución multidisciplinaria e integral que evite el
reduccionismo teórico.

El eje central de dicha planificación lo ocupa indudablemente la educación, factor


de primer orden en la formación del hombre; en segundo lugar, el cambio de la 10
estructura económica para reconstruir el tejido social; y por último, la reconversión
de la política para dignificar y adecentar esta nobilísima actividad humana,
conductora de pueblos y guía servicial del hombre. Es preciso abandonar esta
especie de darwinismo social bajo cuya égida se ha deformado la experiencia
única de vivir.

El ínsito carácter gregario del ser humano recusa categóricamente el postulado de


la supervivencia del más fuerte o del más apto, para consagrar la dignidad
humana que exige la ayuda al más débil reconociéndonos en una saludable

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

relación de alteridad, evitando un trato de ajenidad. Desde la perspectiva materia


de análisis en el presente artículo, el pensamiento de Durkheim está latente, pues
el crimen no es una expresión puramente individual de índole monstruosa o
anormal, sino contrariamente una manifestación temprana de que en la sociedad
algo está mal y que, no obstante su presencia reveladora, desatendemos y
subestimamos; por lo que su utilidad para el termómetro social y la curación
científica es evidente.

PORCENTAJE – TASA DE CRIMINALIDAD EN EL PERU:

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

CONCLUSIONES:

1. Como premisa general, la Criminología actual ha abandonado el paradigma


etiológico; subsistiendo excepcionalmente explicaciones que se relacionan a las
causas individuales de la criminalidad.

2. Actualmente, la Criminología busca mediante un análisis crítico de la realidad


histórica, explicar las causas de la desviación en el proceso de criminalización,
que es dirigido desde el poder estatal de manera selectiva y discriminadora.

3. En la mayoría de Estados modernos, independientemente de su clase y del tipo


de gobierno, los elevados índices de criminalidad generan violencia y respuestas
violentas desde las agencias del sistema penal, las cuales se retroalimentan y
robustecen la cultura o ideología del control, añadiendo más inseguridad y
vulnerabilidad a la población.

4. La forma como se relacionan y normativizan el delito y la pena en un Estado,


dice mucho de la configuración interna de la sociedad, lo que es necesario
decantar para acercarnos por una vía directa a las alternativas de solución al
problema de la criminalidad.

5. El derecho penal no es la solución para reducir, controlar, prevenir y resolver la


problemática de la desviación social y la criminalidad, porque únicamente se dirige
a los efectos y no a las causas del fenómeno, exacerbando y siendo además
reproductor de violencia injusta.

6. Indudablemente, la Criminología constituye en su dimensión holística, la


herramienta científica imprescindible para estudiar las causas del crimen y 11
proponer información útil para el diseño de una política criminológica eficaz en la
lucha contra la criminalidad.

7. Es necesario una planificación estratégica de largo plazo para afrontar con


realismo y sin demagogia la problemática de la criminalidad, cuyos índices vienen
creciendo alarmante y sostenidamente en nuestro país, colocándolo en una
situación sumamente riesgosa que nos puede llevar al desgobierno, el caos y la
anomia, pues sus tempranos e inocultables índices, tales como, la pérdida del
principio de autoridad y la rebaja de la dignidad humana, entre otros, ya se están
advirtiendo.

8. Los ámbitos educativo, económico y político de la sociedad, constituyen los ejes


centrales de la nueva visión que debemos tener para enrumbar la planificación

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

hacia un verdadero cambio en la concepción y salida al difícil problema de la


criminalidad en nuestro país.

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“LA CRIMINOLOGIA GENERAL Y EN EL PERU“

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 file:///C:/Users/User/Downloads/71+DI.pdf

 http://www.ginoriospatio.com/criminalidad_realidad_peruana.pdf

 http://es.slideshare.net/yule126/evolucion-historica-de-la-
criminologia-43389585?qid=49b29c8d-fa79-4abc-8239-
6d26da2038fa&v=default&b=&from_search=1

 http://es.slideshare.net/joyestrella/criminologa-curso-de-
introduccion-a-la-criminologia

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