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2.1.

-LA EVOLUCION ESPECIAL DE LA CRIMINOLOGIA

En la evolución hay un antes y después a partir de la escuela positiva en el


siglo XIX. A partir de aquí nace el estudio estadístico del crimen. El método
empírico. Todo lo anterior a la escuela positiva italiana, que se puede
denominar “escuela clásica”, carece de explicación ante el delito.

La escuela clásica representa una postura penal, más que criminológica. Parte
de una idea la equipotencialidad. En este caso concebían el crimen como una
opción. Entienden que todos los hombres nacen iguales y parten de la misma
situación y el crimen es fruto de su propia decisión y se centra en el delito.

La escuela positiva no entiende el concepto del libre albedrio porque no se


puede demostrar. Parte de la base de que el hombre no decide su destino. El
hombre está determinado a cometer un delito. El sujeto que comete un delito
es un ser distinto, determinado por factores genéticos, antropológicos, sociales,
etc.

La nueva escuela se centra en el delincuente e intentan explicar el delito.


Buscan esa explicación en las características del delincuente.

Ya había estudios previos sobre las características de los


delincuentes antropológicamente hablando; Lombroso que
era médico y que realizaba estudios forenses en los
delincuentes, aunque fallaba en el grupo de control ya que
solo trabajaba con delincuentes, pero inicio el método
científico aunque incompleto.

Posteriormente Ferri, precedente de las teorías sociológicas,


representante de la escuela
positivista, fue un poco más
allá. Parte de la tipología de
Lombroso, precedente de las
teorías biológicas, pero añade al componente
genético del medio, el ambiente en el que se
desarrolla el delincuente. Para este autor era más
importante el medio en el que se desarrollaba el
delincuente que su herencia genética.

La escuela positiva dice que no cabe la misma


respuesta penal a un tipo de delincuente que a
otro. Establecen los tratamientos individualizados.
Pretenden cambiar la pena por una forma
diferente de pena “la idea de las medidas de seguridad”. Intentan cambiar la
idea retributiva y de prevención por una nueva idea, la resocialización.
El planteamiento monista de las medidas de seguridad nace de Ferri con la
idea de los sustitutivos penales.

En los estudios de las nuevas escuelas científicas se muestran de una manera


menos aséptica y más empática. Se involucra mucho más.

Garófalo (magistrado conservador) dice que el delito es “la lesión de los


sentimientos de piedad en la medida media que se dan en una sociedad”. Este
autor tiene la virtud de saber poner por escrito (sistematizar) los postulados de
la escuela positiva.

Para la profesora en el fondo lo que explica el delito es el ambiente, pero no es


lo único. Ya que hay otros factores que contribuyen a esto.

La teoría del aprendizaje o imitación de Shuterland desarrolla la idea que el


delincuente tiene un comportamiento aprendido.

La escuela de Lyon habla de las epidemias como explicación del delito. El


crimen es como un virus que se desarrolla en un ambiente orgánico propicio.

Después de la escuela de Lyon hay una escuela muy importante “La escuela
psicosocial de Tarde” este autor francés desarrolla una idea que se retoma
por la escuela sociológica norteamericana que se centra en la creencia de que
hay unos factores sociales, ambientales que dan origen al crimen. Estos son:

• El clima: también tenido en cuenta por la escuela cartográfica anterior a la


positivista.

• Factores sociales respecto de la familia y la educación. Fue el precursor de


las teorías de la imitación.

Para este autor el delincuente es un tipo profesional que aprende el delito por
imitación tras un largo periodo de aprendizaje. El fenómeno de la imitación se
puede hacer de manera consciente pero también de manera inconsciente.
Determinados comportamientos se adquieren sin darse cuenta. Porque se ven
en casa, etc.

Quiebra de la moral tradicional cuando se da un traslado a la ciudad, se


produce un desarraigo de todo lo aprendido, que supone la adopción de un
nuevo código de comportamiento.

Fue un autentico visionario, ya que fue el precursor de las teorías


norteamericanas.

Sus leyes se concretan en los siguientes supuestos:

• Un hombre imita al otro en proporción directa a su proximidad. Es importante


la intimidad que haya entre las dos personas. En la sociedad rural hay mas
cercanía por eso se producen unos valores más asentados en el individuo.
• El inferior imita al superior. Para un individuo sus modelos los buscará en
aquellos que considere superiores a él.

La ley de la inserción de Tarde dice que hay un mecanismo excluyente entre


los diferentes tipos de crimen. Cuando hay un incremento en un sector criminal
se produce de manera paralela un descenso en otro. El equilibrio de tasas
uniformes de criminalidad, que ya planteó la escuela cartográfica. Esto es
importante para una repercusión en la política criminal.

Según este autor se puede hacer un cierto pronóstico de lo que va a suceder


en el futuro por esa influencia de las tasas de unos crímenes en las de otros.

Tarde se olvida completamente de la teoría antropológica de Lombroso. Sus


ideas son basadas en las teorías sociológicas.

Lucha de las escuelas: Lacasagne Vs Tarde

Se creó una discusión permanente en el ámbito científico durante 40 o 50


años. En los años 20 en Europa aparece una corriente científica pura que es la
biologicista, mientras en EEUU están en auge las teorías sociológicas debido a
las altas tasas de inmigración que reciben. Europa por otro lado no tenía ese
problema y sin embargo si, una mayor tradición en las corrientes científicas.

Hirschi intenta explicar la delincuencia del emigrante, entre las costumbres


aprendidas en la sociedad en la que se integra contraponiendo estas a las del
entorno de su familia.

2.2.-LA EVOLUCION ESPECIAL DE LA CRIMINOLOGIA:

Puede afirmarse que la criminología en el sentido científico del termino nació


en el siglo XIX como reacción, en contra de un derecho penal clásico que
consideraba el acto criminal como si se tratara de una entidad jurídica aislada,
haciendo abstracción tanto de la realidad humana del delincuente como de las
influencias sociales que intervienen en los móviles de la delincuencia. La
criminología había nacido, así, de las observaciones hechas por Adolfo
Quetelet, quien en 1835 publica su obra Sobre el hombre y el desarrollo de sus
facultades o ensayo de la física social, por Guerry de Champneuf, a nivel del
fenómeno de masa (la criminalidad) y por Lombroso a nivel del fenómeno
individual (el delincuente). Pero antes de estos autores, es preciso hablar de
los pre- criminólogos y, entre los mismos, el primero, Platón. En su obra Las
Leyes, Platón considera el crimen como un síntoma de una enfermedad del
alma, que tiene una triple fuente: las pasiones (envidia, celos, la ambición, la
cólera, Etc.), la búsqueda del placer y la ignorancia. La pena es una medicina
moral y es, en cierta medida, una dicha para el culpable sufrir un castigo,
puesto que así se libera de la maldad de su alma.
Pero si el delincuente se manifiesta como incurable refractorio a toda acción
educativa, la sociedad debe eliminarlo. De esta manera la pena de muerte tiene
el doble mérito de librar a la República de aquellos ciudadanos que han dado
prueba de una incurable perversidad y de inspirar un beneficioso temor a
cuantos se vieran en la tentación de imitarlos.

También Aristóteles se ocupó de los criminales. Pero lejos de ver en ellos a


enfermos que es preciso curar, los considera como seres maleantes, enemigos
de la sociedad que es necesario castigar inmisericordemente, algunos
caracteres morfológicos del criminal, Aristóteles puso de relieve el origen
pasional del delito que deriva de hábitos culpables o de apetitos que la razón
reprueba.

Agrega, sin embargo, que la miseria engendra igualmente la revuelta y el


crimen y puede así influir en las disposiciones morales de los delincuentes. Se
muestra partidario de los castigos severos (pena capital, deportación, etc.) y
considera que la pena es legitimada por la necesidad de restablecer el
equilibrio destruido por la infracción. En la edad media, Santo Tomas de Aquino
(1226-1274) vio en las pasiones humanas el origen de la mayoría de los
crímenes. Pero también es de los primeros filósofos que consideraron la
miseria como un factor criminógeno. No obstante, convencido de la real
necesidad de salvar la parte sana de Aquino considera la pena capital como un
instrumento indispensable para la salvaguarda del bien común. Los
reformadores y los filósofos de los siglos XVI, XVII, y XVIII (Lutero, Calvino,
Tomas Moro, Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Beccaria, y Benthan)
comenzaron a considerar la criminología como un fenómeno social y
económico. Así, Beccaria señala que el robo es cometido ordinariamente por
gente pobre: y Brissot de Warbille escribe que el primer medio para prevenir los
crímenes reside en una sabia administración que procure el bienestar general,
mientras que Voltaire se afirma como un lejano precursor de las actuales
investigaciones sobre la administración de la justicia penal, enunciando el
poder discrecional de los jueces, que exponen a los ciudadanos al despotismo
de unamuchedumbre de pequeños tiranos y pidiendo que lo que es verdadero
y justo en una de nuestras ciudades sea falso e injusto en las otras.

A pesar de ello, la ideología de los enciclopedistas desemboca en todo los


contrario de los que signifique tomar en consideración al delincuente individual.

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