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EXP. N.

° 00089-2010-PHC/TC
SANTA
CARMELO RÓMULO GÓMEZ AYALA
A FAVOR DE CARLOS OTINIANO VEGA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 15 días del mes de setiembre de 2010, la Sala Primera del
Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Beaumont Callirgos,
Álvarez Miranda y Urviola Hani, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Carmelo Rómulo


Gómez Ayala a favor de don Carlos Otiniano Vega contra la sentencia expedida
por la Segunda Sala Especializada en lo Penal de la Corte Superior de Justicia
del Santa, de fojas 52, su fecha 28 de octubre de 2009, que declaró infundada
la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 31 de agosto de 2009, el recurrente interpone demanda oral de


hábeas corpus a favor de una persona que identifica como “chofer de doña Rosa
Ragas Robles” por haber sido detenido arbitrariamente sin que exista mandato
judicial alguno, y la dirige contra el técnico Bobadilla y otros policías de la
comisaría de San Pedro; asimismo, demanda al mismo personal policial por
restringirle el derecho a la defensa como abogado, por haber sido desalojado a
la fuerza de la delegación policial. Alega afectación de los derechos a la defensa
y a la libertad individual por abuso de autoridad.

El Segundo Juzgado Penal de Chimbote, con fecha 9 de septiembre de


2009, declara infundada la demanda por considerar que en el caso
constitucional se advierte que el favorecido fue intervenido y detenido
policialmente de manera inmediata a los hechos, ante el requerimiento de la
denunciante Deysi Maritza Roso Ezpeleta.

La Sala Superior revisora, con fecha 28 de octubre de 2009, confirma la


apelada por los mismos fundamentos.

FUNDAMENTOS

1. La presente demanda tiene por objeto cuestionar la detención arbitraria del


beneficiario, efectuada el 31 de agosto del 2009 por no contar con mandato
judicial ni haberse configurado la flagrancia del delito; alega el demandante
la vulneración del derecho de defensa, toda vez que se ha desalojado de las
instalaciones de la Comisaría el Pueblo Joven San Pedro al recurrente
Rómulo Gómez Ayala, en su condición de abogado defensor del favorecido.

2. La Constitución establece expresamente en el artículo 200º, inciso 1, que el


hábeas corpus protege tanto la libertad individual como los derechos
conexos a ella.

3. En el extremo referido a la afectación al derecho de libertad personal del


beneficiario, de los fundamentos fácticos que sustentan la demanda oral (f.
3), del acta de constitución levantada por el juez constitucional en la
dependencia policial, en el lugar de los hechos, en presencia de los
demandantes, demandados y la conviviente del favorecido (f. 13 a 16), así
como de los diversos recursos presentado por el abogado demandante, no se
aprecia agravio del derecho a la libertad personal del favorecido, pues este
ha sido detenido inmediatamente después de agredir a su conviviente el día
31 de agosto de 2009 a las9 y 30 de la mañana, en las inmediaciones del
asentamiento humano Ricardo Palma, Mz.C, Lt.07, Chimbote, (f. 9),
habiendo sido intervenido aproximadamente a las 10 y 20 de la mañana (f.
6), para ser puesto a disposición del fiscal correspondiente.

4. No se acredita arbitrariedad en la detención del favorecido por las siguientes


consideraciones: a) la Ley N.º 27934, ley que regula la Intervención de la
Policía y el Ministerio Público en la Investigación Preliminar del Delito, el
artículo 4.º y la jurisprudencia de este Tribunal (Exp. 9724-2005-PHC/TC),
que señala que para configurar la flagrancia, se requiere de inmediatez
temporal, que implica que el delito se esté cometiendo o que se haya
cometido instantes antes; de inmediatez personal, que importa que el
presunto delincuente se encuentre en dicho momento en el lugar de los
hechos y con los instrumentos del delito, y que ello suponga una prueba
evidente de su participación en el hecho delictivo; b) la Ley N.º 29372, que
modifica los artículos 259.º y 260.º del Código Procesal Penal, aprobado
por el Decreto Legislativo Nº 957, que precisa que la detención policial y
arresto ciudadano en el flagrante delito procede: “ 1.º sin mandato judicial,
a quien sorprenda en flagrante delito. 2.º Existe flagrancia cuando la
realización de un hecho punible es actual y en esa circunstancia, el autor
es descubierto o cuando es perseguido y capturado inmediatamente después
de haber realizado el acto punible o cuando es sorprendido con objetos o
huella que revelan que acaba de ejecutarlo. 3º Si se tratare de una falta o
de un delito sancionado con una pena no mayor de dos años de privación
de libertad, luego de los interrogatorios de identificación y demás actos de
investigación urgentes, puede ordenarse una medida menos restrictiva o su
libertad.”; y c) la Ley N.º 26260, Ley de Protección frente a la violencia
familiar, que en el tercer acápite de su artículo 5.º, modificado por el artículo
único de la Ley N.º 26763, dispone que: “En caso de flagrante delito o de
muy grave peligro de su perpretación la Policía Nacional está facultada
para allanar el domicilio del agresor. Podrá detener a este en caso de
flagrante delito y realizar la investigación en un plazo máximo de 24 horas,
poniendo el atestado en conocimiento de la fiscalia provincial penal que
corresponda”.

5. Respecto a la restricción de defensa alegada, esta no se encuentra


acreditada, pues sólo obra en autos la versión del recurrente, que se
contradice con la del emplazado, quien señala que el abogado (refiriéndose
al recurrente) “se presentó por ante la delegación policial vociferando y
preguntando por la situación jurídica del vehículo que conducía el
favorecido y solicitando la entrega de dicho bien sin identificarse como su
abogado”. Además, conforme al acta de constatación (f. 13), el favorecido
refiere no tener abogado defensor y no conocer al letrado Carmelo Rómulo
Gómez Ayala, por lo que no está acreditada la vulneración de su derecho de
defensa.

6. En consecuencia, al no haberse acreditado que se ha vulnerado los derechos


a la defensa y a la libertad individual, resulta de aplicación el artículo 2.º,
a contrario sensu, del Código Procesal Constitucional.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda.

Publíquese y notifíquese.

SS.

BEAUMONT CALLIRGOS
ÁLVAREZ MIRANDA
URVIOLA HANI

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