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La literatura de la Colonia, en Colombia, es el conjunto de obras literarias

producidas durante el período colonia en el territorio que actualmente corresponde a


la nación colombiana. A diferencia de períodos anteriores, constituye el momento en
que aparecen obras escritas por personas nacidas en el territorio americano.

La literatura de la Colonia fue fuertemente influenciada por la literatura


barroca de Europa, especialmente por la producida durante el Siglo de Oro
español. En ella, es indispensable mencionar a dos poetas españoles que
marcaron el desarrollo de las letras en la literatura colonial:
Luis de Góngora: máximo representante del culteranismo, una corriente
barroca que se caracterizada por un estilo rebuscado y complejo,
manifestado en la redundancia y extravagancia del lenguaje.

San Juan de la Cruz: desarrolló ampliamente la poesía mística, una corriente


eminentemente religiosa basada en las experiencias del ser humano con lo
sagrado.

Durante el largo período de la Colonia y, de hecho, durante la primera época


de la Independencia, siguió existiendo la censura del Tribunal de la
Inquisición en la Nueva Granada, lo que hizo que los escritos producidos en el
país, así como los importados de Europa, fueran de difícil publicación. Esto
obligó a que la literatura se dedicara a tópicos religiosos, como la vida de
santos, que no eran objeto de censura.

Además, aunque la llegada de la imprenta a Nueva Granada permitió la


circulación masiva de los libros, esta no se dio sino hasta 1738, lo que significa
que la literatura durante la mayor parte de la Colonia se distribuyó mediante
copias manuscritas.

Aunque hubo diversas expresiones literarias, cada una con rasgos propios, la
literatura de la Colonia se caracterizó por:
 Retomar las principales estructuras formales empleadas por los
poetas del Siglo de Oro, como el soneto y el endecasílabo. También
hubo una apropiación de algunos temas de la literatura barroca
española, como el tópico de la muerte y la mística.
Un soneto es una composición poética compuesta por catorce versos de arte
mayor, endecasílabos en su forma clásica.1 Los versos se organizan en
cuatro estrofas: dos cuartetos (estrofas de cuatro versos) y dos tercetos (estrofas de
tres versos). Aunque la distribución del contenido del soneto no es estricta, puede
decirse que el primer cuarteto presenta el tema del soneto, y que el segundo lo
amplifica o lo desarrolla. El primer terceto reflexiona sobre la idea central, o expresa
algún sentimiento vinculado con el tema de los cuartetos. El terceto final, el más
emotivo, remata con una reflexión grave o con un sentimiento profundo, en ambos
casos, desatados por los versos anteriores. De esta manera, el soneto clásico
presenta una introducción, un desarrollo y una conclusión en el último terceto, que de
algún modo da sentido al resto del poema.
 Fusionar el lenguaje de la crónica con el lenguaje poético, como
sucede en El desierto prodigioso y el prodigio del desierto, que tiene
elementos de ambos géneros literarios.
 Mezclar diferentes temas, como la religión con la filosofía, en los que
se expusieron las visiones particulares de hechos históricos.
 Exaltar el papel de los conquistadores, los gobernadores y los reyes
mediante textos de carácter histórico
 n general, la literatura colonial desarrolló los siguientes temas:
 La vida de las ciudades: La literatura colonial representó las
circunstancias por las que estaba atravesando la Nueva Granada. Por
ello, en muchas obras se hace un recuento de los principales
acontecimientos que estaban sucediendo en las ciudades.

 La historia: La historia no dejó de ser un tema importante para los
escritores de la Colonia. Por ello, la literatura de esta época,
especialmente su poesía, evocó los hechos protagnizados por
personajes históricos o tradicionales.

 La relgión: Debido a que la Iglesia seguía teniendo una gran influencia
sobre la sociedad en la época colonial, gran parte de la literatura se
dedicó a desarrollar temas religiosos, como la vida de los santos.
 MISTICA Y RELACIÓN CON LA RELIGION:  Que aspira a conseguir o que cree
haber experimentado la unión o el contacto del alma con la divinidad.

La crónica urbana
El principal género empleado durante la literatura de la Colonia fue la
narrativa, específicamente la crónica urbana. Esta dejó de lado la descripción
del paisaje, buscó representar la vida y las costumbres de la nueva sociedad
americana, específicamente de las principales ciudades. De hecho, el
escándalo social ocupó un lugar preponderante en este tipo de escritos. Un
ejemplo típico de crónica urbana es El Carnero, de Juan Rodríguez Freile, que
relata el diario vivir y la vida privada de la sociedad santafereña

Características: - Es una obra histórica porque dentro de ella se relata la fundación de Santafé, las
costumbres de los chibchas y las biografías de personas influyentes. - Tiene rasgos propios de la
novela, conciencia del narrador, el uso del diálogo, los personajes con varias facetas, los
acontecimientos conflictivos y especial sentido del humor. - Es moralizante porqué tiene citas
bíblicas, sermones, discursos éticos y explicaciones filosóficas para mostrar una posición en contra
de la corrupción. - Desarrolla el tema de lo urbano, pues su trama se desarrolla en el espacio de
Santafé. Aunque sabemos que Juan Rodríguez Freyle escribió El Carnero entre 1636 y 1638, muy
poco conocemos de su vida. Sabemos que nació el 25 de abril de 1566 en Santa Fe de Bogotá, que
era hijo de Juan Freyle, un soldado de Pedro d'Amato, y de Carolina Rodríguez, que estudió sus
primeras letras y después ingresó al Seminario (aunque nunca se ordenó) y que hizo parte en
expediciones de la Conquista, como la de los indígenas Pijaos. Fue agricultor de condición modesta
y sufrió de distintos

quebrantos físicos debidos a su obesidad. Se sabe que murió en Afganistán en 1642, cuando
alcanzaba los 76 años. Del manuscrito original de El Carnero circularon seis copias a lo largo de los
siglos, hasta que en 1859 se realizó la primera impresión. Ofrecemos al lector las dos versiones,
una manuscrita y la realizada por Felipe Pérez en 1859, para que puedan formarse una idea de la
historia de este extraordinario relato. Tanto por su contenido como por su género, El Carnero es la
obra más emblemática de nuestras letras coloniales. Escrito en una época de usanza de las
crónicas reales, esta obra pretendió narrar los hechos de la Conquista y la primera sociedad
colonial. El conjunto de la obra refleja una sociedad precaria e inestable, surgida de la imposición
de un dominio militar. La sociedad de la segunda mitad del siglo XVI padecía de los quebrantos de
poderes no afirmados, siempre en conflicto, tanto entre los mismos conquistadores, como entre
ellos y el Estado español.

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