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1.

Rinitis

Es un diagnóstico asociado con un conjunto de síntomas que afectan la nariz. Estos


síntomas se presentan cuando usted inhala algo a lo que es alérgico, como polvo, caspa
o polen. Los síntomas también pueden ocurrir cuando usted consume alimentos a los
que es alérgico.

Este artículo se enfoca sobre la rinitis alérgica debida al polen de las plantas. Este tipo
de rinitis alérgica comúnmente se denomina fiebre del heno o alergia estacional.

Causas

Un alérgeno es algo que desencadena una alergia. Cuando una persona con rinitis
alérgica inhala un alérgeno, como el polen o el polvo, el cuerpo libera químicos, incluso
histamina, lo cual ocasiona síntomas de alergia.

La fiebre del heno consiste en una reacción alérgica al polen.

Las plantas que causan la fiebre del heno son los árboles, los pastos y la ambrosía. El
polen es transportado por el viento. (El polen de las flores es transportado por los
insectos y no causa fiebre del heno). Los tipos de plantas que causan la fiebre del heno
varían de una persona a otra y de un área a otra.

La cantidad de polen en el aire puede afectar el desarrollo de los síntomas de fiebre del
heno o no.

Los días calientes, secos y ventosos son más propensos a tener una gran cantidad de
polen en el aire.
En los días fríos, húmedos y lluviosos, la mayor parte del polen va al suelo.
Las alergias y la fiebre del heno a menudo son hereditarias. Si ambos padres sufren de
esto, usted también es propenso a padecerlas. La probabilidad es mayor si es la madre
quien tiene las alergias.
Síntomas    Volver al comienzo

 Tos
 Dolor de cabeza
 Picazón en la nariz, la boca, los ojos, la garganta, la piel o en cualquier área
 Problemas con el olfato
 Rinorrea
 Estornudos
 Dolor de garganta
 Nariz tapada (congestión nasal)
 Ojos llorosos

Signos y exámenes    Volver al comienzo

El médico llevará a cabo un examen físico y hará preguntas acerca de los síntomas. La historia
de los síntomas es importante para el diagnóstico de la rinitis alérgica, incluyendo el hecho de
si dichos síntomas varían de acuerdo con el momento del día o la temporada, exposición a
mascotas u otros alergenos y cambios en la alimentación.

Las pruebas para alergias pueden revelar las sustancias específicas que desencadenan los
síntomas. Las pruebas cutáneas son el método más común de pruebas para detectar alergias y
pueden incluir punción, parche u otras pruebas.

Si el médico determina que usted no se puede someter a pruebas cutáneas, hay exámenes de
sangre especiales que pueden ayudar con el diagnóstico.

Tratamiento    Volver al comienzo

El mejor tratamiento es evitar, en primer lugar, lo que causa los síntomas de la alergia. Puede
ser imposible evitar completamente todos los desencadenantes, pero con frecuencia se pueden
tomar medidas para reducir la exposición.

Existen muchos medicamentos diferentes disponibles para tratar la rinitis alérgica. Cuál
medicamento recete el médico depende del tipo y severidad de los síntomas, de la edad y de si
usted tiene otras afecciones médicas como el asma.

Las enfermedades específicas que son causadas por las alergias (como asma y eccema)
pueden requerir otros tratamientos.

Los tratamientos para la rinitis alérgica abarcan:

ANTIHISTAMÍNICOS

Los antihistamínicos funcionan bien para tratar los síntomas de alergias, especialmente cuando
éstos no suceden muy a menudo o no duran mucho tiempo.

 Los antihistamínicos tomados por vía oral pueden aliviar los síntomas de leves a
moderados, pero pueden causar somnolencia. Muchos se pueden comprar sin
necesidad de receta. Hable con el médico antes de darle estos medicamentos a un
niño, dado que pueden afectar el aprendizaje.
 Los antihistamínicos más nuevos causan poca o ninguna somnolencia y algunos están
disponibles sin necesidad de receta. Generalmente no interfieren con el aprendizaje.
Estos medicamentos incluyen fexofenadina (Allegra) y cetirizina (Zyrtec).
 Azelastina (Astelin ) es un antihistamínico en aerosol nasal que se utiliza para tratar la
rinitis alérgica.
Situaciones que requieren asistencia médica

Solicite una cita con el médico si se presentan síntomas severos de alergia o de fiebre
del heno, si el tratamiento que antes era efectivo ya no surte ningún efecto o si los
síntomas no responden al tratamiento.

Prevención

Algunas veces, los síntomas se pueden prevenir si se evitan los alergenos conocidos.
Durante ciertas estaciones del año en las cuales hay mucho polen en el ambiente, las
personas que tengan fiebre del heno deben permanecer dentro de un lugar con aire
acondicionado en la medida de lo posible:

La mayoría de los árboles producen polen en la primavera

Los pastos normalmente producen polen al final de la primavera y durante el verano


La ambrosía y otras plantas de florescencia tardía producen polen a finales del verano y
principios del otoño.

A los pacientes que son sensibles a ciertos alergenos de espacios interiores, se les
recomienda usar cobertores antialérgicos para las almohadas y los colchones, así como
evitar las mascotas culpables y otros desencadenantes.

2. Sinusitis y tipos

Sinusitis consiste en la inflamación de los senos paranasales. Esto puede ser por una
infección u otro problema. Los senos paranasales son espacios huecos donde pasa el aire
por el interior de los huesos que rodean la nariz. Producen secreción mucosa que drena
hacia la nariz. Si la nariz está inflamada, puede bloquear los senos paranasales y causar
dolor.
Síntomas

Rinorrea o congestión nasal en adultos (Enciclopedia Médica)


Rinorrea o congestión nasal en niños (Enciclopedia Médica)

Diagnóstico y exámenes
Exploración de senos (paranasales) por TAC (Colegio Americano de Radiología;
Sociedad de Radiología de Norteamérica)
Radiografía de los senos paranasales (Enciclopedia Médica)
Rayos X panorámicos (Colegio Americano de Radiología)
Resonancia magnética de los senos paranasales (Enciclopedia Médica)
Tomografía computarizada de los senos paranasales (Enciclopedia Médica)

Tratamientos y terapias
 Descongestivos: Medicamentos de venta libre (Academia Americana de
Médicos de Familia)

 Lavados nasales con solución salina (Enciclopedia Médica)

 Sinusitis (infección de los senos paranasales) y antibióticos (Centros para el


Control y la Prevención de Enfermedades)

 Dolor de cabeza sinusal (Fundación Nacional de la Cefalea)


3. laringitis y tipos

Descripción general

Cómo se produce el hablaOpen pop-up dialog box


Cuerdas vocales abiertas y cerradasOpen pop-up dialog box
La laringitis es la inflamación de la caja de voz (laringe) por uso excesivo, irritación o
infección.

Dentro de la laringe se encuentran las cuerdas vocales, dos pliegues de membrana


mucosa que cubren el músculo y el cartílago. Normalmente, las cuerdas vocales se
abren y cierran suavemente, y así forman los sonidos a partir del movimiento y la
vibración.

Pero con la laringitis, tus cuerdas vocales se inflaman o irritan. Esto hace que las
cuerdas vocales se hinchen, lo que distorsiona los sonidos producidos por el aire que
pasa sobre ellas. Como resultado, la voz suena ronca. En algunos casos de laringitis, la
voz puede ser casi imperceptible.

La laringitis puede ser de corta duración (aguda) o de larga duración (crónica). La


mayoría de los casos de laringitis se desencadenan por una infección viral temporal y no
son graves. La ronquera persistente algunas veces puede ser señal de una enfermedad
más grave no diagnosticada.

Síntomas

En la mayoría de los casos, los síntomas de la laringitis duran menos de un par de


semanas y los causa algo menor, como un virus. Con menos frecuencia, los síntomas de
la laringitis tienen una causa más grave o mayor duración. Los signos y síntomas de la
laringitis pueden incluir lo siguiente:

 Ronquera

 Debilidad o pérdida de la voz


 Sensación de cosquilleo y aspereza en la garganta
 Dolor de garganta
 Sequedad de garganta
 Tos seca

Cuándo debes consultar con un médico

Puedes controlar la mayoría de los casos agudos de laringitis con medidas de cuidado
personal, como descansar la voz y beber mucho líquido. El uso extenuante de la voz
durante un episodio de laringitis aguda puede dañar las cuerdas vocales.

Solicita una consulta con tu médico si los síntomas de tu laringitis duran más de dos
semanas.

Busca atención médica inmediata si te sucede lo siguiente:

 Dificultades para respirar

 Tos con sangre


 Fiebre que no desaparece
 Dolor en aumento durante semanas

Busca atención médica inmediata si tu hijo tiene lo siguiente:

 Respira en forma ruidosa haciendo un silbido agudo al inhalar (estridor)

 Babea más de lo habitual


 Tiene dificultad para tragar
 Tiene dificultad para respirar
 Tiene fiebre

Estos signos y síntomas pueden indicar laringitis asociada al crup (inflamación de la


laringe y de las vías respiratorias debajo de ella). Si bien el crup generalmente puede
tratarse en casa, los síntomas graves requieren atención médica. Estos síntomas también
pueden indicar epiglotitis, una inflamación del tejido que actúa como tapa (epiglotis)
para cubrir la tráquea, que puede poner en riesgo la vida de niños y adultos.

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Causas

Laringitis aguda

La mayoría de los casos de laringitis son temporales y mejoran luego de que la causa
subyacente mejora. Entre las causas de la laringitis aguda se encuentran las siguientes:
 Infecciones virales similares a las que causan resfriados

 Estrés vocal, causada por gritar o usar la voz en exceso


 Infecciones bacterianas, aunque estas son menos comunes

Laringitis crónica

La laringitis que dura más de tres semanas se conoce como laringitis crónica. Este tipo
de laringitis generalmente se debe a la exposición a irritantes con el paso del tiempo. La
laringitis crónica puede causar tensión de las cuerdas vocales y lesiones o
protuberancias en las cuerdas vocales (pólipos o nódulos). La laringitis crónica puede
ser causada por:

 Irritantes inhalados, como gases químicos, alérgenos o humo

 Reflujo ácido, también llamado enfermedad por reflujo gastroesofágico


 Sinusitis crónica
 Consumo excesivo de alcohol
 Uso habitual de la voz en exceso (como en los cantantes o las animadoras)
 Tabaquismo

Las causas menos comunes de laringitis crónica incluyen:

 Infecciones bacterianas o micóticas

 Infecciones con ciertos parásitos

Otras causas frecuentes de ronquera crónica incluyen las siguientes:

 Cáncer

 Parálisis de las cuerdas vocales, que puede ser el resultado de una lesión
nerviosa debido a una cirugía, una lesión en el pecho o en el cuello, cáncer,
trastornos nerviosos u otras afecciones de salud
 La comba de las cuerdas vocales

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo de la laringitis se incluyen los siguientes:

 Tener una infección respiratoria, como un resfriado, bronquitis o sinusitis


 La exposición a sustancias irritantes, como el humo del cigarrillo, el consumo
excesivo de alcohol, el ácido estomacal o las sustancias químicas del lugar de
trabajo
 Usar la voz en exceso, al hablar mucho, hablar demasiado alto, gritar o cantar

Complicaciones

En algunos casos de laringitis provocada por una infección, la infección puede


propagarse a otras partes de las vías respiratorias.

Prevención

A fin de prevenir la sequedad y la irritación de las cuerdas vocales, puedes hacer lo


siguiente:

 Evita fumar y mantente alejado del humo de segunda mano. El humo te seca
la garganta. También puede causar que tus cuerdas vocales se irriten.

 Limita el consumo de alcohol y cafeína. Esto provoca que pierdas el agua


corporal total.
 Bebe mucha agua. Los líquidos ayudan a mantener la mucosidad de la garganta
ligera y fácil de expulsar.
 Mantén los alimentos picantes fuera de la dieta. Los alimentos picantes
pueden hacer que el ácido del estómago vaya a la garganta o al esófago. Esto
puede causar acidez estomacal o enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).
 Incluye una variedad de alimentos saludables en la dieta. Come frutas,
verduras y granos enteros. Estas tienen varias vitaminas, como las vitaminas A, E
y C, que son importantes para la salud en general. Estos alimentos también pueden
ayudar a mantener sanas las membranas mucosas de la garganta.
 Evita aclararte la garganta. Esto produce más daño que beneficios, porque
causa una vibración anormal de las cuerdas vocales y aumenta la hinchazón.
Aclararte la garganta también hace que secretes más mucosidad y la sientas más
irritada, lo que hará que quieras volver a hacerlo.

4. Epiglotitis y tipos

Anatomía de la gargantaOpen pop-up dialog box


La epiglotitis es una afección que podría poner en riesgo tu vida y que se produce
cuando se hincha la epiglotis (una pequeña "tapa" de cartílago que cubre la tráquea), lo
cual bloquea el flujo de aire hacia los pulmones.
Existe una gran cantidad de factores pueden provocar la hinchazón de la epiglotis:
quemaduras con líquidos calientes, lesiones directas a la garganta y distintas
infecciones. La causa más común de la epiglotitis en los niños en el pasado era la
infección por Haemophilus influenzae tipo B, la misma bacteria que produce neumonía,
meningitis e infecciones en el torrente sanguíneo. La epiglotitis puede producirse a
cualquier edad.

Gracias a la vacunación de rutina contra el Haemophilus influenzae tipo B a los bebés,
la epiglotitis se ha convertido en un trastorno muy poco frecuente, pero sigue siendo un
motivo de preocupación. Si sospechas que tú o alguien de tu familia tiene epiglotitis,
busca atención médica de emergencia de inmediato. El tratamiento sin demora puede
prevenir las complicaciones potencialmente mortales.

Síntomas
Síntomas en niños

En niños, los signos y síntomas de epiglotitis pueden desarrollarse en una cuestión de


horas, e incluyen los siguientes:

 Fiebre

 Dolor de garganta grave


 Sonido agudo anormal al inhalar (estridor)
 Dolor y dificultad para tragar
 Babeo
 Comportamiento ansioso e inquieto
 Mejoramiento de los síntomas al sentarse o inclinarse para adelante

Síntomas en adultos

Para los adultos, los signos y síntomas pueden desarrollarse más lentamente, a lo largo
de días en lugar de horas. Entre los signos y síntomas pueden encontrarse los siguientes:

 Dolor de garganta grave

 Fiebre
 Voz apagada o ronca
 Sonido anormal y agudo al respirar (estridor)
 Dificultad para respirar
 Dificultad para tragar
 Babeo

Cuándo debes consultar con un médico

La epiglotis es una emergencia médica. Si tú o alguien que conoces de repente tiene


problemas para respirar y tragar, llama a tu número de emergencias local o dirígete al
departamento de emergencias del hospital más cercano. Trata de mantener a la persona
quieta y derecha, ya que esta posición puede facilitar la respiración. No trates de
examinar la garganta de la persona. Esto puede empeorar la situación.

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Causas

La epiglotitis es producto de una infección o una lesión.

Infección

En el pasado, una causa frecuente de hinchazón e inflamación de la epiglotis y los


tejidos que la rodean era la infección provocada por la bacteria Haemophilus influenzae
tipo b (Hib). La Hib es responsable de muchas enfermedades graves, de las cuales la
más frecuente es la meningitis. Hoy en día, es mucho menos frecuente en los países
desarrollados gracias a las vacunas contra la Hib que se aplican a los niños.

La Hib se contagia a través de gotas infectadas que se expulsan al aire al toser o


estornudar. Es posible albergar la bacteria Hib en la nariz y la garganta sin enfermarse,
pero aún así puedes transmitirla a otras personas.

En adultos, hay otras bacterias y virus que pueden causar la inflamación de la epiglotis,
entre ellos:

 Streptococcus pneumoniae (neumococo), otra bacteria que puede provocar


meningitis, neumonía, infección de oído e infección de la sangre (septicemia)

 Streptococcus A, B y C, un grupo de bacterias que pueden causar enfermedades


que van desde la amigdalitis estreptocócica hasta una infección de la sangre
 Staphylococcus aureus, una bacteria que causa infecciones de la piel y otras
enfermedades, incluida la neumonía y el síndrome de choque tóxico

Lesión
Las lesiones físicas, como un golpe directo en la garganta, pueden causar epiglotitis.
También la pueden causar las quemaduras por beber líquidos muy calientes o cáusticos.

También puedes desarrollar signos y síntomas similares a los de la epiglotitis si:

 Ingieres un químico que te quema la garganta

 Ingieres un cuerpo extraño


 Fumas drogas, como el crack

Factores de riesgo

Ciertos factores aumentan el riesgo de desarrollar epiglotitis, como por ejemplo:

 Ser hombre. La epiglotitis afecta más a los hombres que a las mujeres.

 Tener un sistema inmunitario debilitado. Si tu sistema inmunitario se ha


debilitado a causa de una enfermedad o de un medicamento, estás más vulnerable
a las infecciones bacterianas que pueden provocar la epiglotitis.
 No contar con las vacunas adecuadas. Cuando el niño recibe alguna vacuna
con retraso o si se saltea alguna, puede quedar vulnerable a la Hib y aumentar su
riesgo de contraer epiglotitis.

Complicaciones

La epiglotitis puede causar una serie de complicaciones graves, entre ellas:

 Insuficiencia respiratoria. La epiglotis es una pequeña “tapa” móvil justo por


encima de la laringe que evita que los alimentos y las bebidas entren en la tráquea.
Pero si la epiglotis se inflama, ya sea a raíz de una infección o una lesión, se
produce un estrechamiento de las vías aéreas y es posible que estas se obstruyan
completamente. Esto puede ocasionar una insuficiencia respiratoria, una
enfermedad potencialmente fatal en la cual disminuyen de forma peligrosa los
niveles de oxígeno en la sangre o aumentan en exceso los de dióxido de carbono.

 Diseminación de la infección. En ocasiones, las bacterias causantes de la


epiglotitis provocan infecciones en otras partes del cuerpo, como neumonía,
meningitis o una infección en el torrente sanguíneo.

Prevención
Vacuna contra Hib
La vacuna contra el Haemophilus influenzae tipo B es una manera eficaz de prevenir la
epiglotitis causada por el Hib. En los Estados Unidos, los niños suelen recibir la vacuna
en tres o cuatro dosis:

 A los 2 meses

 A los 4 meses
 A los 6 meses si el niño recibe la vacuna en cuatro dosis
 Entre los 12 y los 15 meses

La vacuna contra el Hib no se suele dar a niños mayores de 5 años o adultos porque son
menos propensos a padecer la infección por Hib. Pero los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades recomiendan la vacuna para los niños mayores y los
adultos cuyo sistema inmunitario se haya debilitado a causa de lo siguiente:

 Enfermedad de células falciformes

 VIH/SIDA
 Extirpación del bazo
 Quimioterapia
 Medicamentos para prevenir el rechazo de trasplantes de órganos o médula ósea

Efectos secundarios de la vacuna

 Reacción alérgica. Busca ayuda médica de inmediato si tienes una reacción


alérgica. Aunque es poco frecuente, una reacción alérgica puede causar dificultad
para respirar, sibilancias, ronchas, debilidad, un latido rápido o mareos en el plazo
de unos minutos o algunas horas después de la inyección.

 Posibles efectos secundarios leves. Entre ellos, se incluyen enrojecimiento,


sensación de calor, hinchazón o dolor en la zona de la inyección, y fiebre.

Precauciones basadas en el sentido común

Por supuesto, la vacuna contra la Haemophilus inlfuenzae tipo B no ofrece garantías. Se
sabe que algunos niños vacunados han desarrollado epiglotitis; también otros gérmenes
pueden causar epiglotitis. Allí es donde entran en juego las precauciones de sentido
común:

 No compartas los elementos personales.

 Lávate las manos con frecuencia.


 Si no hay agua ni jabón, utiliza un desinfectante de manos a base de alcohol.
5. Polipos nazales

Los pólipos nasales son crecimientos blandos, indoloros y no cancerosos en la cobertura


de las fosas nasales o senos. Estos cuelgan como lágrimas o uvas. Se producen por una
inflamación crónica y se asocian con el asma, las infecciones recurrentes, las alergias, la
sensibilidad a medicamentos o ciertos trastornos inmunitarios.

Los pólipos nasales pequeños podrían no causar síntomas. Los crecimientos más
grandes o los grupos de pólipos pueden bloquear los conductos nasales y generar
problemas para respirar, pérdida del sentido del olfato e infecciones frecuentes.

Los pólipos nasales pueden afectar a cualquiera, pero son más frecuentes en los adultos.
A menudo, los medicamentos pueden contraer o eliminar los pólipos nasales, pero a
veces se necesita una operación para extraerlos. Con frecuencia, incluso después de un
tratamiento exitoso, los pólipos nasales vuelven.

Síntomas
Los pólipos nasales se asocian con la irritación e hinchazón (inflamación) del
revestimiento de los conductos nasales y los senos paranasales que dura más de 12
semanas (sinusitis crónica).

Sin embargo, es posible tener sinusitis crónica sin pólipos nasales.

Los pólipos nasales son suaves y no generan ninguna sensación, por lo que si son
pequeños, es probable que no sepas que los tienes. El crecimiento múltiple o un pólipo
de gran tamaño puede bloquear las fosas nasales y los senos paranasales.

Los signos y síntomas frecuentes de la sinusitis crónica con pólipos nasales


comprenden:

 Secreciones nasales líquidas

 Congestión constante
 Goteo nasal posterior
 Disminución o falta del sentido del olfato
 Pérdida del sentido del gusto
 Dolor facial o dolor de cabeza
 Dolor en los dientes superiores
 Una sensación de presión en la frente y en el rostro
 Ronquidos
 Sangrados nasales frecuentes

Cuándo debes consultar con un médico

Consulta con tu médico si los síntomas duran más de 10 días. Los síntomas de la
sinusitis crónica y de los pólipos nasales son similares a los de muchas otras
enfermedades, entre ellas el resfrío común.

Busca atención médica inmediata o llama al 911 o al número local de emergencias si


experimentas:

 Problemas graves para respirar

 Repentino empeoramiento de los síntomas


 Visión doble, visión reducida o capacidad limitada de mover los ojos
 Hinchazón grave alrededor de los ojos
 Dolor de cabeza cada vez más intenso junto con fiebre alta o incapacidad de
inclinar la cabeza hacia adelante
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Causas

Los científicos aún no entienden completamente qué causa los pólipos nasales, por qué
algunas personas desarrollan inflamación a largo plazo o por qué la irritación y la
hinchazón (inflamación) desencadenan la formación de pólipos en algunas personas y
no en otras. La hinchazón ocurre en el recubrimiento que produce líquido (membrana
mucosa) de la nariz y los senos paranasales.

Hay cierta evidencia de que las respuestas del sistema inmunitario y los marcadores
químicos en las membranas mucosas de las personas que desarrollan pólipos son
diferentes a los de las personas que no los desarrollan.

Los pólipos nasales pueden formarse a cualquier edad, pero son más frecuentes en
jóvenes y adultos de mediana edad.

Los pólipos nasales pueden formarse en cualquier parte de los senos paranasales o de las
fosas nasales, pero aparecen con mayor frecuencia en un área donde los senos
paranasales cerca de los ojos, la nariz y los pómulos drenan a través de conductos
sinuosos hacia la nariz.

Factores de riesgo

Cualquier afección que desencadene irritación e hinchazón (inflamación) a largo plazo


en las fosas nasales o los senos paranasales, como infecciones o alergias, puede
aumentar el riesgo de desarrollar pólipos nasales.

Las enfermedades a menudo asociadas con los pólipos nasales son las siguientes:

 Asma, una enfermedad que hace que las vías respiratorias se hinchen (inflamen)
y se estrechen

 Sensibilidad a la aspirina
 Sinusitis micótica alérgica, una alergia a los hongos que se encuentran en el
aire
 Fibrosis quística, un trastorno genético que produce fluidos anormalmente
espesos y pegajosos en el cuerpo, incluida mucosidad espesa de los revestimientos
nasales y sinusales
 Síndrome de Churg-Strauss (granulomatosis eosinofílica con
poliangitis), una enfermedad poco frecuente que causa la inflamación de los vasos
sanguíneos
 Deficiencia de vitamina D, que ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente
vitamina D

También podrían contribuir los antecedentes familiares. Hay algunos testimonios de que
ciertas variaciones genéticas asociadas con la función del sistema inmunitario lo hacen a
uno más propenso a desarrollar pólipos nasales.

Complicaciones

Los pólipos nasales pueden causar complicaciones debido a que bloquean el flujo
normal de aire y el drenaje de líquido, y también debido a la irritación e hinchazón
(inflamación) a largo plazo que subyacen en su desarrollo.

Las posibles complicaciones incluyen las siguientes:

 Apnea obstructiva del sueño. Esta es una afección potencialmente grave en la


cual la respiración se detiene y reanuda con frecuencia durante el sueño.

 Brotes asmáticos. La sinusitis crónica puede empeorar el asma.


 Infecciones en los senos paranasales. Los pólipos nasales pueden hacer que
seas más susceptible a las infecciones de los senos paranasales que se repiten con
frecuencia.

Prevención

Las siguientes estrategias posiblemente te ayuden a reducir la probabilidad de


desarrollar pólipos nasales o que se repitan después del tratamiento:

 Tratar las alergias y el asma. Sigue las recomendaciones de tratamiento que te


dio médico. Si no logras un buen control de los síntomas, consulta con el médico
la posibilidad de cambiar de plan de tratamiento.

 Evita los irritantes nasales. Siempre que sea posible, evita respirar sustancias
del aire que puedan contribuir a la hinchazón o irritación de la nariz y los senos
paranasales, por ejemplo, los alérgenos, el humo del tabaco, las emisiones de
gases de productos químicos, el polvo y el escombro fino.
 Practica buenos hábitos de higiene. Lávate bien las manos y con frecuencia.
Esta es una de las mejores formas de protegerte contra las infecciones bacterianas
y virales que pueden causar la inflamación de las fosas nasales y senos
paranasales.
 Humidifica tu hogar. El uso de un humidificador puede ayudar a humedecer las
vías respiratorias, mejorar el flujo de mucosidad de los senos paranasales y evitar
la obstrucción e inflamación. Limpia el humidificador diariamente para evitar el
desarrollo de bacterias.
 Utiliza un enjuague nasal. Usa un rociador o lavado nasal con agua salada
(solución salina) para enjuagar las fosas nasales. Esto puede ser útil para mejorar
el flujo de mucosidad y extraer los alérgenos y otros irritantes.

Puedes comprar rociadores con solución salina o equipos de venta libre para el
lavado nasal con dispositivos, tales como un rinocornio o una botella exprimible,
para realizar el enjuague.

6. La epistaxis

La epistaxis, comúnmente conocida como hemorragia nasal, son los episodios


caracterizados por derrames de sangre proveniente de vasos sanguíneos ubicados en la
parte anterior del tabique nasal o niveles posteriores de la fosa nasal.

Tipos de epistaxis
Por lo general, la epistaxis no responde a ninguna situación que deba causarnos
preocupación, sino que, al contrario, es algo bastante común. Actualmente se posee
una clasificación para la epistaxis nasal: anterior y posterior. Lo que definirá el tipo de
epistaxis o hemorragia nasal, más allá de la causa, serán las características del sangrado.
Epistaxis anterior
En los casos de epistaxis anterior, el punto sangrante ocurre en la mucosa de la región
anterior del tabique nasal y el derrame se puede dar por una o por las dos fosas
nasales.
Epistaxis posterior
La epistaxis posterior, las cuales suelen ser muy poco comunes, el derrame de sangre
se da a través de la faringe, por lo que la misma se traga. Por esta razón, es necesaria
un examen a través de la boca para detectar su existencia.

Causas de la epistaxis
Existen una lista abundante en razones para que una persona pueda sufrir un episodio
de epistaxis. Sin embargo, cuando toda clase de traumatismo es descartado como causa,
es difícil conseguir una respuesta concreta.
Estas son algunas de las causas más comunes:
 Traumatismos nasales.
 Desviaciones y malformaciones del tabique nasal.
 Exposición a sustancias y humos de alta concentración química que irriten la
mucosa.
 Heridas por hurgarse la nariz con excesiva fuerza.
 Resequedad de la mucosa por permanecer en ambientes mal ventilados.
 Hipertensión severa o hipertensión en picos (descompensada).
 Rinitis severa, principalmente causada por infecciones virulentas o alergias
intensas.
 Uso de medicamentos anticoagulantes, lo que evita que la sangre tenga una
espesura adecuada (aspirina, ibuprofeno).
 Cambios bruscos de altura, problema frecuente entre buzos y tripulantes de
aviones.
Asimismo, existen otra serie de causas que responden a factores externos de mayor
cuidado y que son menos comunes. Algunas de estas son:

 Leucemia.
 Hemofilia.
 Enfermedad de Rendu-Osler o similares, que afectan los vasos sanguíneos.
 Tumores en la cavidad nasal.
 Anemia.
 Intoxicación severa por consumo de alcohol.
 Problemas hormonales.

¿Cuándo acudir al médico?


Generalmente, la epistaxis no es una razón de peso para acudir al médico. Ésta se
suele manifestar en episodios menores, los cuales no suponen un riesgo para la salud del
paciente.
Sin embargo, hay que prestar atención al sangrado y determinar si es conv

7. Control hemorragia nazales

Algunas personas padecen hemorragias nasales con bastante frecuencia, mientras que
otras rara vez las presentan. Puede haber tan solo un hilo de sangre o una hemorragia
intensa. Si el paciente traga la sangre, a menudo vomita ya que la sangre es irritante
para el estómago. La sangre que se haya tragado puede pasar a través del tracto
digestivo y aparecer en las heces, cuya apariencia es la de heces negras alquitranadas.

Hemorragia nasal anterior


El sangrado nasal generalmente proviene de la parte anterior de la nariz (hemorragia
nasal anterior) de los pequeños vasos sanguíneos que existen en el cartílago que
separa las dos fosas nasales. Este cartílago es el tabique nasal, y contiene muchos
vasos sanguíneos. La mayoría de las hemorragias nasales anteriores son más
escandalosas que graves.

Hemorragia nasal posterior


La nariz

La hemorragia procedente de los vasos sanguíneos situados en la parte posterior de las


fosas nasales (hemorragia nasal posterior), aunque es poco frecuente, es más peligrosa
y difícil de tratar. La hemorragia nasal posterior por lo general implica a vasos
sanguíneos más grandes que la hemorragia nasal anterior. Dado que estos vasos se
encuentran en la parte posterior de las fosas nasales, es más difícil que el médico
pueda acceder a ellos para poder tratar la hemorragia. Las hemorragias nasales
posteriores tienden a ocurrir en personas afectadas por ateroesclerosis (que reduce o
bloquea el flujo sanguíneo en las arterias), en los que sufren trastornos de la
coagulación, en los que están en tratamiento con fármacos que alteran la coagulación,
o en los que se les ha realizado una cirugía nasal o de senos.

Causas
Se produce una hemorragia nasal cuando el revestimiento interior (mucosa) de las
fosas nasales está irritado o cuando se rompen los vasos sanguíneos de las fosas
nasales. Existen muchas causas de las hemorragias nasales. Son más propensos a
desarrollar hemorragias nasales aquellos que reciben tratamiento con aspirina (ácido
acetilsalicílico) u otros fármacos que interfieren con la coagulación de la sangre
(anticoagulantes), los que presentan trastornos de la coagulación y aquellos con
endurecimiento de las arterias (arterioesclerosis).
Causas frecuentes
Las causas más comunes de las hemorragias nasales son

 Traumatismos (como sonarse o hurgarse la nariz)

 Cuando se reseca el revestimiento interior húmedo de las fosas nasales (como


ocurre en invierno)

Causas menos frecuentes


Las causas menos comunes de las hemorragias nasales incluyen

 Infecciones nasales

 Cuerpos extraños
 Síndrome de Rendu-Osler-Weber
 Tumores nasales o de los senos paranasales
 Trastornos de la coagulación (coagulopatías)
 Trastornos sistémicos (que afectan a todo el cuerpo)
La presión arterial elevada (hipertensión) puede contribuir a mantener una hemorragia
nasal una vez que esta ha comenzado, pero es poco probable que sea la causa real.
TABLA
Algunas causas y características de las hemorragias nasales

Valoración
La siguiente información puede ser útil a la hora de decidir cuándo es necesaria la
valoración por parte de un médico, así como para saber qué puede esperarse durante
esa valoración.

Signos de alarma
Ante una hemorragia nasal, ciertos síntomas y características son motivo de
preocupación. Entre estos factores se incluyen los siguientes

 Signos de pérdida excesiva de sangre (como debilidad, desmayos o mareos al


ponerse de pie)

 Uso de fármacos que interfieren con la coagulación de la sangre

 Signos de una alteración de la coagulación o de un trastorno hemorrágico


conocido (como la hemofilia)
 Episodios recientes de hemorragias nasales, especialmente sin una causa clara

Los fármacos que con mayor frecuencia afectan a la coagulación sanguínea son:
aspirina (ácido acetilsalicílico), clopidogrel, warfarina y nuevos fármacos que se
toman por vía oral (denominados fármacos anticoagulantes orales nuevos), como
rivaroxibán y apixabán.

Los signos de un trastorno hemorrágico consisten en

 Numerosos puntos pequeños de color rojo en la piel (petequias)

 Muchos hematomas grandes

 Encías que sangran con facilidad

 Heces sanguinolientas o alquitranadas

 Tos con sangre

 Sangre en la orina

 Sangrado excesivo con el cepillado dental, al hacerse un análisis de sangre o al


sufrir cortes menores

 Períodos menstruales muy abundantes en las mujeres

Cuándo acudir al médico


Si el sangrado no se detiene al presionar la nariz se debe acudir al hospital de
inmediato. Incluso si el sangrado se ha detenido, en caso de que el paciente
presente signos de alarma también debe acudir al hospital de inmediato. Si no existen
signos de alarma y la hemorragia nasal se detuvo (con o sin tratamiento) y el paciente
por lo demás se siente bien, debe llamar a su médico. Es posible que no necesite
valoración.
Actuación del médico
En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del paciente y su historial
médico y, a continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y
la exploración física a menudo sugieren la causa del sangrado nasal y las pruebas que
pueden ser necesarias.
Durante la historia clínica, el médico pregunta sobre:

 Causas evidentes del sangrado (tales como estornudos, sonarse o hurgarse la


nariz, e infecciones recientes de las vías respiratorias altas)

 La duración y el número de episodios previos de sangrado nasal y cómo fueron


detenidos

 Si el paciente (o algún miembro de la familia) tiene un trastorno de la


coagulación o cualquier otra enfermedad que puede causar alteraciones de la
coagulación

 Si el paciente está en tratamiento con algún fármaco que interfiera con la


coagulación de la sangre

Los trastornos que pueden causar alteraciones de la coagulación incluyen la


enfermedad hepática grave (como cirrosis o hepatitis) y ciertos tipos de cáncer.

Durante la exploración física, el médico busca en primer lugar signos de una pérdida
abundante de sangre (como palpitaciones e hipotensión) y de hipertensión arterial
notable.

A continuación, el médico presta especial atención a la región nasal, buscando el


origen del sangrado. También se explora la piel para detectar signos de trastornos de
la coagulación, incluyendo petequias, grandes hematomas y dilatación de los
pequeños vasos sanguíneos situados en y alrededor de la boca y en las puntas de los
dedos de manos y pies.

Si la hemorragia procede de la zona anterior de la nariz suele ser fácil de identificar


con una linterna. Para identificar el origen de un sangrado posterior, se utiliza un
sistema de visualización flexible. Sin embargo, un sangrado posterior activo puede
producir demasiada sangre como para impedir que el médico identifique el origen,
incluso utilizando sistemas de visión.

Pruebas complementarias
Habitualmente no se requieren análisis de sangre. Debe hacerse un análisis de sangre
en los afectados por síntomas de un trastorno de la coagulación y/o signos de pérdida
significativa de sangre, y en aquellos con hemorragias nasales graves o recurrentes. Se
puede realizar una tomografía computarizada (CT) si se sospecha la presencia de un
cuerpo extraño, un tumor o una sinusitis.
Tratamiento
El médico inicialmente trata cualquier sangrado por la nariz como trataría una
hemorragia nasal anterior. En los casos raros en los que se produce una hemorragia
grave se administran líquidos por vía intravenosa y, en raras ocasiones, es necesaria
una transfusión de sangre. Se debe tratar cualquier trastorno hemorrágico conocido o
identificado.

Hemorragia nasal anterior


El sangrado procedente de los vasos sanguíneos situados en la parte anterior de las
fosas nasales por lo general se puede controlar en el domicilio presionando ambos
lados de la nariz durante 10 minutos, mientras el paciente permanece sentado. No se
debe presionar sobre la parte superior ósea de la nariz. Es importante presionar la
nariz con firmeza y no soltar ni un momento durante los 10 minutos. Otras técnicas no
tan eficaces también se pueden utilizar en el domicilio, como la aplicación de hielo
sobre la nar

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