La Dislexia
Se enfatiza la importancia del lenguaje en algunos problemas de bajo
La historia del término
dislexia es larga: ya en 1877
Kussmaul menciona la
palabra al referirse a los
pacientes que presentaban
dificultades en la recepción
del lenguaje, a pesar de que
sus órganos de la vista y el
oído estaban intactos.
Algunos pequeños presentan
dificultad en la adquisición de
la lectura combinada con
dificultades en el aprendizaje
de la escritura (disgrafía), lo
cual suele englobarse en el
mismo diagnóstico de
dislexia.
rendimiento escolar, así como el cuidado que debe tenerse en el diagnóstico
del trastorno de aprendizaje llamado dislexia. También se hace un breve
recorrido de la evolución histórica del concepto.
Conforme el niño crece va desarrollando su lenguaje verbal, de la misma forma que
cuando aprende a hablar avanza en la posibilidad del pensamiento abstracto y en la
comprensión de los símbolos, como los que corresponden a las vocales y a las
consonantes, que son indispensables para acceder al lenguaje escrito y a la lectura
del mismo.
Ciertas dificultades que pueden presentar algunos pequeños en el aprendizaje de
estas destrezas lingüísticas, ya sean en las etapas de la imitación, la comprensión o
la expresión —donde hay que distinguir la pronunciación, la articulación o ritmo del
habla, e incluso determinados aspectos culturales que se reflejan en el habla de
algunos grupos (pronunciación cambio u omisión de letras) —, se reflejarán al iniciar
en la escuela su capacidad de lecto-escritura.
Así es como algunos problemas durante la adquisición del lenguaje pueden ser
causa del bajo rendimiento escolar. Tenemos, por ejemplo, que si el niño no
discrimina bien los sonidos al escucharlos, se reflejará en una baja comprensión de
los conceptos; los problemas de articulación dificultarán la lectura, etcétera.
Estas dificultades para leer y/o escribir pueden ser consecuencia de algún conflicto
emocional, fallas psicopedagógicas o medio ambientales; pero si están combinadas
con otros síntomas neurológicos, como problemas espacio – temporales o
dificultades preceptúales; problemas en el concepto de esquema corporal, etcétera,
pueden ser señal de un problema de dislexia.
Algunos pequeños presentan dificultad en la adquisición de la lectura combinada con
dificultades en el aprendizaje de la escritura (disgrafía), lo cual suele englobarse en
el mismo diagnóstico de dislexia. Hay que ser muy cuidadoso en el diagnóstico de
este trastorno del aprendizaje, pues en la mayoría de las ocasiones el niño presenta
un problema superable con el tiempo, las correcciones y la guía de sus padres y
maestros. Se trata únicamente de un retraso en la adquisición de la lecto - escritura,
de ahí la importancia de estudiar por separado el caso de cada niño.
Antecedentes del término
La historia del término dislexia es larga: ya en 1877 Kussmaul menciona la palabra al
referirse a los pacientes que presentaban dificultades en la recepción del lenguaje, a
pesar de que sus órganos de la vista y el oído estaban intactos.
En esa época se denominaba el problema con los términos ―ceguera verbal‖ y
―sordera auditiva‖. En 1917 se publicó una importante monografía titulada
"Congenital wordblindness" (Dislexia Congenita), donde presenta treinta y un casos
de pacientes y utiliza el término ―dislexia‖ haciendo una clara distinción del cuadro y
mencionando los siguientes datos:
 El problema es mas frecuente en niños que en niñas.
 Hay recurrencia de casos en determinadas familias; es decir que alguno de
los padres, tíos o abuelos del pequeño también presentaron el problema.
 La lectura se facilitaba en voz alta y la silenciosa era casi imposible.
 Hay una tendencia a adivinar el contenido siguiendo la interpretación de las
láminas del libro.
 Las personas pueden copiar, pero el dictado se les dificulta aunque la
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La dislexia es un trastorno
que, de ser detectado,
requiere de un diagnóstico
minucioso hecho por un
equipo interdisciplinario
(neurólogos, psicólogos
clínicos y terapistas del
aprendizaje).
memoria auditiva esté conservada.
 Los síntomas podían disminuir y mejorar conforme el niño maduraba.
Orton de 1925 a 1937 presentó diversos trabajos con niños que presentaban
dificultades en la adquisición de la lectura, la escritura y el habla, llamando la
atención sobre uno de los síntomas más característicos que es la inversión de letras
o sílabas. A su vez, menciona que muchos podían leer mejor en espejo que en una
lectura normal, y postula que muchas de estas afecciones se derivaban de la
confusión resultante de la falta de dominancia hemisférica unilateral.
Por lo tanto ya desde 1930 se perfilan los principales factores que indican la dislexia
como retardo lingüístico, la zurdería especialmente si ha sido violentada, la
desorientación espacial y problemas emocionales que pueden ser previos o
posteriores al aprendizaje de la lecto - escritura.
En 1942 Skydsgaard y en 1950 Hallgren enfatizan con sus estudios un aspecto
polémico hasta la fecha: la presencia posible de un rasgo hereditario, ya que es muy
común que los padres de estos niños recuerden haber tenido problemas semejantes.
Para terminar, podemos decir que la dislexia es un trastorno que, de ser detectado,
requiere de un diagnóstico minucioso hecho por un equipo interdisciplinario
(neurólogos, psicólogos clínicos y terapistas del aprendizaje). En la mayoría de los
casos es superable a través de un apoyo psicopedagógico y familiar, y al recibir esta
ayuda el niño supera sus dificultades sin secuelas que le impidan otros
aprendizajes.
Desgraciadamente, como es un trastorno que en muchos casos no es atendido,
podemos encontrar muchos adolescentes e incluso adultos que viven toda su vida
con esas dificultades y los problemas emocionales concomitantes a ellos.
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