Está en la página 1de 5

Sin embargo, para una importante tradición en filosofía, no sólo

Capítulo III: La Percepción y La


el mundo mental (nuestras experiencias sensibles, nuestras creen-
Saber, opinión y
Información Sobre El Mundo cias, nuestros deseos), sino todo su contenido, no está constitui- ciencia
do por nada externo al sujeto -objetos, propiedades, relaciones-,
1. La concepción cartesiana de la experiencia sino que es interno al mismo, en un sentido que no siempre es Daniel Quesada
claro, pero que implica, ante todo, la dependencia de la mente
En este capítulo examinaremos con algún detenimiento qué tipo del sujeto.
de acceso a la realidad externa o independiente del sujeto propor-
ciona la percepción. Esta cuestión estaría ya resuelta negativa- Esta extraordinaria posición, básicamente aceptada por un gran
mente (ningún acceso a la realidad externa) si los argumentos número de filósofos, nos provoca inmediatamente, porque su
escépticos extremos tuvieran la fuerza que sus proponentes pien- plausibilidad inicial nos parece escasa. Si nos preguntamos so-
san que tienen. Pero si, como hemos visto en el capítulo anterior, bre si la mente y la actividad mental es algo "interno", tal vez no
cabe cuando menos tener muy serias dudas de que tales argu- nos parezca posible otra respuesta que la afirmación inmediata.
mentos posean, en realidad, esa fuerza, un buen lugar para em- Pero si, en cambio, nos preguntamos sobre si los contenidos de
pezar a preguntarse por nuestro acceso cognoscitivo al mundo nuestros pensamientos -aquello acerca de lo cual éstos son-
externo a nuestra mente es la percepción, o la información que son internos a nosotros, el veredicto inmediato del sentido co-
obtenemos mediante nuestros sentidos. Como veremos, mu- mún parece ser que, al menos en los casos más normales o típi-
chos filósofos han negado de diversas maneras que la acción de cos, claramente no lo son, pues, al tener tales pensamientos,
nuestros sentidos (con o sin la ayuda de otras facultades cogniti- pensamos en mesas, sillas, libros, casas, fábricas, plazas o per-
vas) nos dé algún tipo de acceso directo a tal realidad. Veremos sonas, en sus propiedades y relaciones de unas con otras, y pa-
en este capítulo en qué batería de nuevos argumentos escépticos rece absurdo creer que todas estas cosas sean "internas" a
(es decir, argumentos de carácter o "talante" en definitiva escép- nuestra mente.
tico) se basan esas negativas y examinaremos la posibilidad de
afirmar lo que esos filósofos han negado. Todo ello nos implicará La perspectiva que los mencionados filósofos han proporciona-
en el análisis del concepto de experiencia, en el sentido estric- do consiste en sostener que, en realidad, tanto cuando uno tiene
to de experiencia sensible. una experiencia perceptiva como cuando uno piensa, como mí-
nimo el contenido inmediato de la experiencia o del pensamien-
En el capítulo I, al examinar el tema de la creencia, dimos (pro- to no es un objeto físico o una propiedad o relación de objetos
visionalmente) por supuesto que el contenido de una creencia, físicos, sino algo interno que, eso sí, para muchos de esos filó-
en el caso de que ésta sea verdadera, es alguna condición o es- sofos está causalmente relacionado -en los casos "normales" o
tado de cosas del mundo y, en el caso de que sea falsa, al me- típicos- con objetos, propiedades y relaciones cuya existencia
nos podría ser, en muchos casos, una posible condición o posible no depende de la actividad mental de quien tiene la experiencia
estado de cosas, que no es sino la posibilidad de que ciertos indi- o el pensamiento.
viduos1 tengan las propiedades o estén en las relaciones de
que se trate (esto, claro está, no cubre el caso de las creencias
autocontradictorias). Aun sin tanta explicitud, dimos también por
supuesto (provisionalmente) que la percepción (por ejemplo, un
1. Especialmente en este capítulo puede ser conveniente que el lector con-
caso de percibir visualmente o de percibir auditivamente), al me- sulte el apéndice III.1 cuando palabras como 'objeto', 'individuo', 'cosa',
nos cuando era verídica, era acerca de objetos del mundo exter- 'acaecimiento', 'objeto interno', 'objeto externo', 'objeto de la percepción',
no al sujeto o de sus propiedades. etc., le planteen dificultades de interpretación del texto. UNTREF VIRTUAL | 1
Esta perspectiva parece tener la ventaja de satisfacer una pree- y nuestro saber no fueran nunca acerca de objetos externos,
minente intuición: la intuición de que, mientras nos limitemos al puesto que existe -en los casos relevantes- una relación causal
Saber, opinión y
contenido de nuestra propia mente, no podemos estar equivoca- entre lo externo y lo interno a la mente. En una sección poste- ciencia
dos. Es la idea de la infalibilidad sobre ese contenido: que uno rior, entraremos a considerar con cierto detalle las razones que
no puede errar acerca de si se está pensando o no en algo y puedan aducirse para adoptar una posición de este tipo. De Daniel Quesada
qué es lo que se piensa. Tal es la intuición central de la concep- momento nos será suficiente la idea básica de las mismas.
ción cartesiana de la mente, una concepción que ha ejercido
una enorme influencia en pensadores de talante por lo demás Lo que lleva a filósofos que van desde la Antigüedad clásica -
muy diverso. Pero ¿cómo podría ser un objeto "externo a la men- Demócrito, por ejemplo- a la época contemporánea -Brentano,
te" aquello acerca de lo cual uno no puede equivocarse? Parece Russell, seguramente el primer Wittgenstein o filósofos del pre-
claro que sobre tales objetos podemos equivocarnos: podemos sente como John Searle-, pasando por casi todos los grandes
creer que existen objetos que responden a ciertas descripciones filósofos de la Edad Moderna -Descartes, Locke, Berkeley,
y equivocarnos, podemos creer que los tenemos ante nuestros Leibniz, Hume y Kant son ejemplos preeminentes- a postular un
propios ojos y equivocarnos por estar siendo víctimas de aluci- objeto interno en la experiencia perceptiva tiene mucho que ver
naciones, podemos creer que objetos que percibimos, o parece- con la posibilidad de las ilusiones y de las alucinaciones en la
mos estar percibiendo, tienen ciertas propiedades y equivocar- percepción. ¿No parece que el contenido de la experiencia de
nos, tal vez por ser víctimas de ciertas ilusiones perceptivas, y un sujeto es el mismo cuando está mirando un libro que tiene
así sucesivamente. Si no podemos equivocarnos acerca de que ante sí que cuando no tiene ningún libro delante pero tiene una
lo que tenemos ahora mismo "en mente" es esto o lo otro, ¿có- experiencia alucinatoria en la que le parece exactamente como
mo podría ser eso mismo un objeto externo a nuestra mente? si tuviera un libro delante? ¿Lo que "tiene en mente" un sujeto
que extenuado por el cansancio y la sed "ve" un oasis (es decir,
La intuición central del cartesiano proviene de considerar que cree ver, en su alucinación, un oasis), no puede ser esencial-
los fenómenos mentales básicos son los de la conciencia intro- mente lo mismo que lo que tiene un sujeto que mira hacia un
spectiva, que supuestamente "contempla" sus propios "conteni- oasis que realmente tiene ante si? Si las respuestas a estas pre-
dos" en un proceso asimilable a lo que para el sentido común es guntas son afirmativas, entonces parece que forzosamente de-
la percepción, excepto, precisamente, en que uno no puede bemos concluir que el contenido o "lo que tienen en mente" los
equivocarse sobre tales "contenidos". sujetos perceptores ha de ser un objeto interno, y que el caso de
la alucinación se diferencia del caso de la percepción verídica
únicamente -aunque decisivamente- en que sólo en este último
2. Las ideas y representaciones se da la "conexión adecuada" entre el objeto interno y el objeto
como objetos de la percepción externo de que se trate.

La mayoría de los filósofos racionalistas y empiristas modernos, Por esta vía se llega a la teoría representacional de la percepción
a quienes debemos el planteamiento de muchos de los temas formulada por Descartes y Locke y mantenida por otros muchos
clásicos de la teoría del conocimiento, mantuvieron la doctrina, filósofos. Según esta teoría, lo que percibimos (también en la
descrita brevemente en el apartado anterior, de que aquello de percepción verídica que es, si se quiere, la genuina percepción),
lo que se ocupa nuestra mente -al percibir tanto como al pensar-, los "objetos" de la percepción, son algún tipo de "objetos inter-
o, al menos, de lo que se ocupa de forma inmediata, es algo in- nos" a la mente que son, en los casos normales, causados por
terno a ella. También la mayoría de ellos sostuvieron igualmente objetos o acaecimientos "externos a la mente". Es por la existen-
que ello no debía llevarnos a pensar que nuestro pensamiento cia de esta relación causal que los "objetos internos" son signos UNTREF VIRTUAL | 2

de o representan a los "objetos externos".


Descartes y Locke extendieron a todo el campo del pensamien- Los detalles que da Locke del proceso causal de percepción
to, la mente o el "entendimiento", es decir, a todo proceso inte- están penetrados, además de por la llamada filosofía mecanicis-
Saber, opinión y
lectual, esta doctrina del internismo, denominando 'idea' a tales ta en general, por las ideas corpuscularistas específicas de su ciencia
"objetos" o "contenidos" internos. Veamos cómo lo dice Locke: contemporáneo y amigo Robert Boyle:
Daniel Quesada
A cualquier cosa que la mente perciba en sí misma o sea el Lo que hay que considerar a continuación es cómo los cuerpos
objeto inmediato de la percepción, el pensamiento o el entendi- producen las ideas en nosotros; y ello se produce manifiesta-
miento la llamo idea. (Locke, Ensayo, II, viii, p. 8.) mente mediante el impulso, el único modo en que podemos con-
cebir que los cuerpos operan. [...] Y puesto que la extensión, la
Naturalmente, no está Locke haciendo aquí una mera estipula- figura, el número y el movimiento de los cuerpos de una magni-
ción terminológica -que sería absurda como tal-, incluyendo a tud observable pueden percibirse a distancia mediante la vista,
cosas como mesas, árboles y libros entre las ideas, sino que el es evidente que algunos cuerpos imperceptibles uno a uno de-
alcance real de la teoría de Locke se obtiene cuando se combi- ben venir de ellos a los ojos, y con ello se produce algún movi-
na esta primera afirmación con la tesis del propio Locke de que miento en el cerebro; el cual produce estas ideas que tenemos
las ideas "están en lugar de" -son signos de, representan- las de ellos en nosotros. (Locke, Ensayo, II, viii, pp. 11-12.)
cosas, lo que da como resultado la doctrina de que los objetos
inmediatos de la percepción, y, por extensión, del pensamiento Locke añadió a esto el supuesto del parecido o similaridad entre
o el entendimiento, no son nunca objetos físicos sino entidades las ideas y los cuerpos: al menos por lo que respecta a algunas
que los representan ("significan" o "están en lugar de" ellos). Es- propiedades de los cuerpos (las llamadas cualidades primarias,
ta doctrina generalizada es la posición del llamado realismo por de las cuales son ejemplos las propiedades mencionadas en el
representación o realismo representacional. texto anterior) las ideas correspondientes de esas propiedades
se parecen a las propiedades o cualidades que las causan. Dice
Descartes y Locke especularon, con los elementos que les pro- Locke (cf. Ensayo, II, viii, p. 15): "... las ideas de las cualidades
porcionaba la ciencia de su tiempo, sobre el modo en que se primarias de los cuerpos son réplicas de éstas" (el término de
produciría la percepción en nosotros causada por un objeto ex- Locke que aquí traducimos por 'réplicas' es resemblances). Lo-
terno, y respecto a ello hay algunas diferencias entre ambos. cke se expresa en este texto de un modo un tanto oscuro. Aten-
Así, Descartes concibió ese proceso como uno en el cual, por la diendo a la literalidad del texto sería posible interpretarlo como
influencia causal del objeto externo, y por mediación de los ór- si afirmara que las ideas de las propiedades en cuestión son
ganos sensoriales, se forma en el cerebro del sujeto que tiene "réplicas" (esto es, 'resemblances') de, o se parecen a, esas pro-
la experiencia perceptiva una "imagen" o representación corpó- piedades.2 Pero tal vez lo que quiere decir aquí es que la idea
rea. Descartes dice entonces que se produce un proceso por me-
dio del cual esta representación corpórea se transmite a la mente,
por la vía de la glándula pineal. Literalmente afirma que la mente 2. La tesis de que algo se parece a una propiedad o de que una propiedad
se "gira hacia" o "se aplica a sí misma a" esa representación cor- se parece a algo es, por así decir, complicada. Parece, en primer lugar, que
pórea, con lo cual parece concebir el proceso en cuestión como una propiedad sólo puede parecerse, si acaso, a otra propiedad, con lo cual
una especie de proceso perceptivo (citado en Williams, 1978, p. la interpretación que se acaba de dar en el texto no tendría sentido. Po-
285). El resultado final de este proceso "cuasi-perceptivo" es la dríamos pensar que lo que dice Locke es que una cierta propiedad de la co-
sa se parece a alguna propiedad de la idea, pero entonces hay que explicar
idea o representación en la mente del objeto externo percibido,
qué quiere decir que una idea se parece a otra. Quizá es que ambas com-
una idea sensorial en este caso, es decir; el aspecto puramente parten una propiedad de segundo orden (una propiedad de propiedades).
mental de una imagen sensorial o perceptual (cf. Williams, op. Pero ¿qué propiedad de segundo orden sería común a la propiedad de ser
UNTREF VIRTUAL | 3

cit., pp. 286-287). cuadrado, por ejemplo, y a su "réplica" en la idea?


(en particular la idea sensorial) de un objeto que tenga una de- presentación. Y posiblemente, incluso con respecto a la distin-
terminada propiedad se parece a ese objeto porque ambos com- ción entre cualidades primarias y secundarias (de la que habre-
Saber, opinión y
parten esa propiedad. Así la esfericidad sería común a un obje- mos de hablar más adelante), si se prescinde de su sugerencia ciencia
to esférico y a la idea del mismo. o afirmación del parecido, lo que queda es una teoría sustancial-
mente inteligible. Daniel Quesada
Sin embargo, la tesis de que la misma propiedad puede ser
ejemplificada por un objeto físico y por una idea no deja de ser En todo caso, nótese que el propio Locke señaló lo problemáti-
problemática. La cuestión sólo puede discutirse a fondo sobre la ca que es, tomada por sí sola, la idea de parecido. Así, en su
base de un análisis de lo que Locke entendía por 'idea', pero su- Examen de la opinión del Padre Malebranche, § 52, encon-
pongamos para simplificar que en este contexto asimilamos una tramos lo siguiente:
idea a una imagen mental (lo que se avendría además con la
tendencia a pensar "imaginísticamente" sobre las ideas que fre- Esto no puedo comprenderlo, pues ¿cómo puedo saber que la
cuentemente se atribuye a Locke). ¿Cómo puede entonces la imagen de una cosa es como esa cosa cuando nunca veo lo que
imagen (mental) de una esfera, por ejemplo, parecerse a una representa? [...] Así la idea de caballo y la de centauro serán,
esfera, o la imagen de un cuadrado parecerse al cuadrado? Bien, cada vez que vuelvan a repetirse en mi mente, inalterablemente
si yo cierro los ojos e imagino una esfera o un cuadrado, ¿no es las mismas; lo cual no es decir más que la misma idea será
eso que imagino en un respecto muy importante como una esfe- siempre la misma idea; pero si una o la otra constituye una re-
ra o un cuadrado? Pero ¿no es problemático aceptar esto en un presentación verdadera de algo que existe, eso, con sus princi-
sentido que vaya más allá de decir que (el hecho de) tener la ima- pios, ni el autor ni nadie puede saberlo.
gen de una esfera o un cuadrado puede ser en respectos impor-
tantes parecido a ver una esfera o un cuadrado? Al fin y al cabo, Dejando a un lado la cuestión de la similaridad, lo cierto es que
no parece que una imagen mental de un cuadrado pueda ser, la teoría representacional de la percepción no es, ni mucho me-
literalmente, extensa como lo es (extenso) un objeto cuadrado. nos, algo propio del pasado. Su tesis básica se puede enunciar
Si no es extensa, mal puede tener una forma geométrica y, en con terminología más actual: cuando yo miro una mesa, en rigor
particular, mal puede ser cuadrada. Esto es algo que parece que y básicamente por la razón brevemente apuntada anteriormen-
Descartes ya vio claramente al enfatizar, en lugar del parecido, te, propiamente no percibo el objeto físico que normalmente in-
que lo que se requiere es que las representaciones corpóreas cluimos en el término 'mesa', sino un "percepto" o representa-
de los objetos externos presentes en el cerebro en el acto de ción sensible de la mesa. Mi mente no está -ni en la percepción
percepción puedan transmitir la necesaria complejidad de infor-
mación acerca de tales objetos (cf. Dióptrica, W, pp. 685-686; pp.
83-84 en la traducción española). Tal vez Locke, después de 3. Uno de los autores contemporáneos más influyentes que han caído en
todo, no pretendiera otra cosa al hablar de 'resemblances'. esta exageración es Putnam; véase al respecto la sección "The 'similitude`
theory" del tercer capítulo de Putnam (1981). Putnam incluye ahí a Locke
En cualquier caso, probablemente se ha exagerado la importan- entre los propugnadores más notables de una teoría de la representación
cia que tiene en Locke la tesis del parecido.3 Locke utiliza esta mental (en la terminología de Putnam en esa obra: teoría de la referencia)
según la cual ésta consiste en el parecido; es decir, la relación entre una
problemática idea dentro de su explicación de la diferencia entre
representación mental y un objeto externo la determina el parecido o simi-
cualidades primarias y cualidades secundarias, no en su expli- laridad entre una y otro. Ciertamente Locke mantuvo una tesis del parecido
cación general de qué es lo que hace que una idea sea idea de (restringida a las cualidades primarias), pero de ésta no se sigue que la rep-
una cosa u otra y de lo que hace que sea idea de una determi- resentación consista en el parecido y además Locke tiene una teoría causal
nada cosa y no de otra, es decir, no en su explicación de la re- de la representación, totalmente independiente de la idea de parecido. UNTREF VIRTUAL | 4
más verídica- por así decir "en contacto directo" (en un contac- mesa o un libro consiste en "contemplar" mentalmente (no lite-
to no mediado por procesos de inferencia) con la mesa, sino úni- ralmente en ver) una representación -quizá denominada 'per-
Saber, opinión y
camente en contacto directo con esa representación y son tales cepto'- de la mesa o el libro. El defensor de la teoría insistiría en ciencia
representaciones lo que en realidad constituyen el contenido de que no otra cosa puede ser el contenido inmediato de la mente
mi mente. en un acto de percepción, señalando probablemente, si desde Daniel Quesada
una posición de sentido común le preguntáramos por las razo-
Que la teoría representacional de Descartes y Locke no es sólo nes, argumentos como los aludidos genéricamente más arriba.
asunto de los epistemólogos clásicos se pone también de mani- En las dos secciones siguientes veremos a dónde puede con-
fiesto cuando rastreamos su influencia en autores contemporá- ducirnos la teoría, lo que nos motivará para examinar con mayor
neos fuera del campo de la filosofía o de la psicología de la per- detenimiento los argumentos que se dan a su favor.
cepción. No es difícil encontrar testimonios; como el del siguiente
texto de John Eccles, el preeminente neurofisiólogo premio Nobel
de Medicina:

Cuando vuelvo a examinar la naturaleza de mis percepciones


sensoriales, es evidente que éstas me proporcionan los llama-
dos hechos de experiencia inmediata, y que el llamado "mundo
objetivo" es algo derivado de ciertos tipos de esta clase de ex-
periencia privada y directa. ("La base neurofisiológica de la ex-
periencia", pp. 268 y 273.)

El propio Einstein se suscribía a la tesis que la percepción no


nos da directamente información acerca de los objetos externos:

La creencia en un mundo externo independiente del sujeto per-


cipiente es la base de toda la ciencia natural. Sin embargo, puesto
que la percepción sensorial únicamente nos proporciona infor-
mación de este mundo externo o de la "realidad física" indirec-
tamente, sólo podemos captar este último mediante medios
especulativos. (Einstein, The World As I See It, p. 60.)

Estos textos dan una idea de la inmensa influencia de la teoría


representacional. Sin embargo, al menos a primera vista, esta
teoría choca con nuestras intuiciones de sentido común de acuer-
do con las cuales, cuando vemos una mesa o un libro, y no su-
cede nada anormal, lo que estamos viendo es... bien, una mesa
o un libro, ciertos objetos físicos. Tal vez no choca tan directa-
mente como estas palabras puedan sugerir, pues el partidario
de la teoría probablemente no diría que, literalmente, vemos una
representación de la mesa o el libro, sino tal vez que el ver una UNTREF VIRTUAL | 5

También podría gustarte