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UNIVERSIDAD POPULAR AUTÓNOMA DE VERACRUZ

SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA

TEMA

LA EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

MATERIA DE

MARCO JURÍDICO DERECHO AMBIENTAL

PRESENTA

LUCERO CANSECO PÉREZ

CARRERA

LICENCIATURA EN DERECHO

ASESOR

LIC. LIZ ARIANA PÉREZ NAZARIO

JÁLTIPAN, VERACRUZ

05-DICIEMBRE-2021

JÁLTIPAN DE MORELOS VERACRUZ-DICIEMBRE-2021


INDICE

INTRODUCCIÓN.......................................................................................................3

4.1 LA PLANEACIÓN AMBIENTAL Y EL ORDENAMIENTO EXISTENTE ..............................4

4.2 LA EVOLUCIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL...........................................................4

4.2.1 Antecedentes............................................................................................5

4.2.2 Aspectos Generales..................................................................................7

4.3 CONCEPTO DE EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL.......................................8

4.3.1 Distribución de Competencias entre la Federación, Estados y Municipios

............................................................................................................................9

4.4 EL CAMPO DE APLICACIÓN DE LA EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL..........12

4.5 PROCEDIMIENTO PARA LA EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL.....................13

4.6 AUTORIDADES COMPETENTES PARA CONOCER SOBRE LA EVALUACIÓN DEL.......14

IMPACTO AMBIENTAL.............................................................................................14

4.7 AUTORIDADES ADMINISTRATIVAS FEDERALES CON FACULTADES EN MATERIA DE

IMPACTO AMBIENTAL............................................................................................. 16

4.8 LAS NORMAS OFICIALES MEXICANAS...............................................................17

4.8.1 Definición.................................................................................................18

CONCLUSIÓN.........................................................................................................20

BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................................21

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INTRODUCCIÓN

El impacto ambiental es definido jurídicamente como la modificación del ambiente


ocasionada por la acción del hombre o de la naturaleza. Esta conceptualización toma en
cuenta las alteraciones ambientales que causan fenómenos naturales tales como
terremotos y huracanes, entre otros.

Sin embargo, hay que señalar que son fundamentalmente las actividades humanas las
que son sometidas a evaluación por parte del Estado, debido a que son el elemento
principal en el desarrollo de desequilibrios ecológicos. En este contexto se inscribe la
formulación de políticas, cuyo objetivo es la consecución de un modelo de desarrollo
sustentable en el que se haga un uso racional de los recursos renovables y no renovables
y se conserven los elementos del medio ambiente conforme a parámetros que no
signifiquen daños a los sistemas o a la salud humana.

La introducción del concepto de E.I.A. ha producido un giro significativo en el modo de


encarar los procesos, diseño y ejecución de las actividades humanas. Anteriormente a la
entrada en vigor de la normativa relativa a esta materia, la evaluación de la viabilidad de
un proyecto se basaba sólo en criterios técnicos, económicos y sociales, y
no ambientales.

En la década de los 70, con los primeros encuentros sobre medio ambiente comenzó a
verse la necesidad de incorporar la variable ambiental como factor de garantía
de progreso sostenible, al detectarse un agravamiento de los problemas sobre el entorno,
tanto a nivel global como local.

La E.I.A. constituye una de las herramientas más útiles para la protección ambiental, ya
que incorpora variables que antes no se tenían en cuenta. La E.I.A. se entiende como un
proceso de análisis que anticipa los futuros efectos ambientales negativos y positivos de
determinadas acciones, y permite seleccionar alternativas que alcen los beneficios y
disminuyan los impactos.

Por ello, es necesario impulsar el control y la adopción de medidas preventivas,


correctoras o compensatorias en aquellas actuaciones susceptibles de producir efectos
negativos sobre el medio, afectando con ello a la calidad de vida de los ciudadanos.

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4.1 La Planeación ambiental y el ordenamiento existente.

La SEMARNAT declara que la finalidad de la planeación ambiental es sintetizar la visión


estratégica sobre la solución de los problemas ambientales de una región, con los anhelos
y expectativas de la ciudadanía sobre el futuro ambiental que desean; y expresar valores
y acciones cotidianas que permitan transitar hacia un modelo de desarrollo sustentable en
la localidad.

La planeación es una función de la administración que consiste en identificar los objetivos


generales de una institución o de un conjunto de instituciones, a corto mediano y largo
plazo. Es definir las políticas o estrategias para alcanzar esos objetivos, ordenarlos de
acuerdo a las prioridades; es establecer el marco normativo dentro del cual se
desenvuelven las acciones de la institución y dar las bases para poder realizar las
funciones generales de la administración: la programación el financiamiento, la
administración del personal, el control y la evaluación de los resultados.

Con la publicación del Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la


Protección al Ambiente en Materia de Ordenamiento Ecológico (DOF del 8 de agosto de
2003) se definen con mayor claridad los objetivos y alcances, se fortalece la coordinación
sectorial a través de acuerdos de voluntades, el Proceso de Ordenamiento Ecológico se
institucionaliza mediante la constitución de un Comité de seguimiento representativo y
plural y se transparenta a través de un registro electrónico denominado Bitácora
Ambiental que permite dar cuenta de su avance.

El Ordenamiento Ecológico del Territorio tiene fundamento en la Constitución Política de


los Estados Unidos Mexicanos, la Ley de Planeación, diversas leyes federales y locales,
el Sistema Nacional de Planeación Democrática y la Ley General del Equilibrio Ecológico
y la Protección al Ambiente. En general estas leyes exigen que el Ordenamiento
Ecológico del Territorio se incorpore al Plan Nacional de Desarrollo, a los programas
sectoriales y a los planes de desarrollo estatal buscando la congruencia, la
corresponsabilidad, y la cohesión entre ellos.

La Ley Orgánica de la Administración Pública Federal confiere a la SEMARNAT la


promoción del Ordenamiento Ecológico del territorio nacional en coordinación con las
autoridades federales, estatales y municipales y con la participación de los particulares
(Artículo 32 bis fracción X).

Por otro lado, la LGEEPA establece que el Ordenamiento Ecológico es un instrumento de


la política ambiental obligatorio para los programas de desarrollo nacional (Artículo 17).
Señala, además, cuáles son los criterios que deben considerarse para la formulación de
un Ordenamiento Ecológico (Artículo 19), cuáles son las modalidades de los programas
de Ordenamiento Ecológico (Artículo 19 Bis), y describe cuáles son las instancias y los
órdenes de gobierno a quienes corresponde la formulación de las diferentes modalidades
del Ordenamiento Ecológico, lo mismo que los alcances de dichos programas (Artículos
20 al 20 Bis 7).

4.2 La Evolución del Impacto Ambiental.

Las fases por la que se desarrolla el Estudio del Impacto Ambiental incluido en la EIA
(Evaluación del impacto ambiental), se sintetizan en las siguientes líneas:
 Análisis del proyecto y sus alternativas, con el fin de conocerlo en profundidad.

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 Definición del entorno del proyecto y posterior descripción y estudio del mismo. Es
la fase de búsqueda de información y diagnóstico, consistente en la recogida de la
información necesaria y suficiente para comprender el funcionamiento de medio
sin proyecto, las causas históricas que lo ha producido y la evaluación previsible si
no se actúa.
 Previsiones de los efectos que el proyecto generara sobre el medio. En esta fase
desarrollaremos una primera aproximación al estudio de acciones y efectos, sin
entrar en detalles.
 Identificación de las acciones potencialmente impactantes.
 Identificación de los factores del medio potencialmente impactados.
 Identificación de relaciones causa-efecto entre acciones del proyecto y factores de
medio.
 Elaboración de la matriz de Importancia y valoración cualitativa del impacto.
 Predicción de la magnitud del impacto sobre cada factor.
 Valoración cuantitativa del impacto ambiental, incluyendo transformación de
medidas de impactos en unidades inconmensurables a valores conmensurables
de calidad ambiental, y suma ponderada de ellos para obtener el impacto total.
 Definición de las medidas correctoras, precautorias y compensatorias y del
programa de vigilancia ambiental, con el fin de verificar y estimar la operatividad
de aquellos.
 Procesos de participación pública, tanto de particulares como agentes sociales y
organismos interesados.
 Emisión del informe final.
 Decisión del órgano competente.

Las seis primeras corresponden a la valoración cualitativa, y en especial, la segunda


mitad.
Las fases siete, ocho y nueve corresponden a la valoración cuantitativa.

4.2.1 Antecedentes.

Los antecedentes de la EIA, principian de la década de los años 1970, en donde se


efectuaron las inaugurales pláticas, reuniones y encuentros, sobre el Medio Ambiente, la
primera cumbre sobre Medio Ambiente, se realizó en Estocolmo en 1972, se reconoció
como una necesidad impostergable la de incluir la inconstante ambiental como un factor
que garantizara el desarrollo, puesto que se constataba un agravamiento de los
problemas ambientales en todos los niveles Regional, Nacional y Local del planeta. La
Evaluación Ambiental nace como una herramienta de protección ambiental, que apoyada
por la institucionalidad y de acuerdo a las necesidades de los distintos países, a fortalecer
la toma de decisiones a nivel de políticas, planes, programas y proyectos, incorporándose
a nuevas variables para considerar en el desarrollo de los proyectos de inversión.

El 1 de enero de 1970, Estados Unidos promulgo la “Ley Nacional sobre Política


Medioambiental” (National Environmental Policy Act – NEPA). La NEPA en su Título I,
presenta una declaración de la política ambiental de esa nación y en su Título II crea el
Concejo de Calidad Ambiental (Council of Environmental Quality – CEQ), quien tiene
como misión principal entregar las directrices mediante las cuales se ejecutan las leyes
ambientales y realizar la coordinación general de todo el proceso EIA. A su vez, la
Agencia de Protección del Medio Ambiente (Environmental Protection Agency – EPA), se
creó en diciembre de 1970 como una institución reglamentaria del medio ambiente. No es

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el organismo administrativo máximo de los estudios de impacto ambiental, aunque
funciona como el almacén central de los mismos. La EPA revisa los estudios de impacto
ambiental que otros elaboran, especialmente en relación a la contaminación del agua, del
aire, la gestión de residuos sólidos, el ruido, la radiación y los pesticidas. El propósito de
esta norma era el perfeccionamiento del procedimiento administrativo, a fin de mejorar la
calidad de toma de decisiones desde la perspectiva ambiental y social. Cabe señalar, que
muy pocos países siguieron esta orientación, entre ellos Nueva Zelandia, Australia y
Canadá. La normativa de este último país, en particular, en materia de procedimiento de
EIA se destaca por su amplio enfoque, abarcando una extensa escala de necesidades y
objetivos.

Algunos países constituyeron sus propios procesos, aunque con un enfoque diferente,
países como Suecia efectúo su “Ley de Protección Ambiental”, en el año de 1969, Francia
formalizo su “Ley de Protección de la Naturaleza”, en el año de 1976, estos dos países
implantaron la Evaluación del Impacto Ambiental (EIA), para llevar a cabo la elaboración,
análisis y aprobación de Estudios de la Evaluación del Impacto Ambiental (EIA). En
cuanto progresaba la década de 1980, la Comunidad Europea dio aprobación a la
Directiva 85/337/CEE (modificada por la Directiva 97/11/CE), década en la que se
consolidaron las distintas legislaciones de los países miembros, y al mismo tiempo se
obligó a aquellos países que no tuvieran normativa en la materia a adoptarla. En América
Latina el proceso de institucionalización de la Evaluación del Impacto Ambiental (EIA),
respondió primeramente a satisfacer los requisitos requeridos para el otorgamiento de
créditos por parte de los organismos multilaterales financieros. Así, este proceso
latinoamericano prevaleció el enfoque de la manifestación de estudios o informes de
impacto ambiental, antes que el procedimiento para el mejoramiento del sistema de
decisiones públicas. Países como Colombia fue fundador en incorporar la Evaluación del
Impacto Ambiental (EIA), en su Código de Recursos Naturales en el año de 1973, y
subsiguientemente seguida por otros países como México en el año de 1978, Brasil en
1988, Venezuela en 1992, Bolivia en 1992, Paraguay en 1993, Chile en 1993, Honduras
en 1993 y Uruguay en el año de 1994.

En cuanto a México se abrió paso en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología se


creó la Subsecretaría de Ecología y, adscrita a ésta, la Dirección General de
Ordenamiento Ecológico e Impacto Ambiental. De esta última dependía la Dirección de
Impacto Ambiental, instancia con atribuciones específicas en la materia y los recursos
humanos y materiales para llevarlas a cabo, aun cuando estos últimos no fueran los
óptimos. Por primera vez existía una dirección especializada en impacto ambiental dentro
de la administración pública federal.

La Evaluación de Impacto Ambiental, tiene sus bases jurídicas en las disposiciones, que
al respecto establece la Ley General del Equilibrio Ecológico (LGEEPA) y la Protección al
Ambiente. En este sentido el gobierno de México se ha esforzado por asumir con
responsabilidad, los compromisos derivados de los acuerdos de estas reuniones en las
cuales ha participado. En 1971 se publica la Ley Federal para prevenir y controlar la
contaminación ambiental, en esa ocasión solamente existía un artículo, el cual no fue
reglamentado, fue el reglamento de la ley de obras públicas. El 7 de junio de 1988, se
publica por primera vez en México, el primer Reglamento de la Ley General del Equilibrio
Ecológico y la Protección al Ambiente en materia de impacto ambiental. El 13 de
diciembre de 1996, se incorporó el concepto de sustentabilidad, el cual quedo inscrito en
varios capítulos del título tercero, el aprovechamiento sustentable de los recursos

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naturales de la LGEEPA. El 23 de mayo del 2002, modificaciones a la LGEEPA, para
obtener la autorización en Materia de Impacto Ambiental.

En los últimos años México ha firmado diversos acuerdos a nivel internacional, lo cual
significa, un aumento en sus relaciones y compromisos tantos internos como externos,
destacando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), su ingreso a la
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y a la Conferencia
Económica del Pacifico Asiático (APEC), el Tratado de Libre Comercio con la Comunidad
Económica Europea así como tratados de esta índole con diversos países como Israel,
Chile, Costa Rica y Bolivia. Ha participado en la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y Desarrollo, conocida como Cumbre de la Tierra, en Rio de
Janeiro en 1992, etc. En 1997 asistió a la Cumbre de la Tierra en Kyoto y en 2002 la
Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo (ONU 2002). En
México, los estudios de impacto ambiental se realizan desde hace poco más de 20 años.
En la administración pública federal, se aplicaron a partir de 1977 para la evaluación
preliminar de proyectos de infraestructura hidráulica. Ley Federal para Prevenir y
Controlar la Contaminación Ambiental en México, fue la primera actividad del ser humano
con el fin de evitar, prevenir y controlar la contaminación ambiental, publicada en el Diario
Oficial de la Federación (DOF), el 23 de marzo de 1971.

A partir de la década de los ochenta se sucedieron algunos cambios significativos en la


legislación y la atención de asuntos relacionados a la protección ambiental. Desapareció
la Subsecretaría de Mejoramiento del Ambiente de la SSA y se creó la Secretaría de
Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE). Este cambio, que trasladó las atribuciones
ambientales del sector salud hacia un sector específico de desarrollo urbano, vivienda y
ecología, permitió transformar el enfoque de prevención de la contaminación por otro
dirigido a la protección ambiental, que años más tarde, luego de una década en la que se
ampliaría de manera importante el horizonte de acción de los asuntos del medio
ambiente. Sin embargo, la obligación de elaborar una Manifestación de Impacto
Ambiental, se limitaba a los proyectos que, “pudiesen producir contaminación o deterioro
ambiental”, lo que permitía la discrecionalidad y subjetividad para determinar cuáles
proyectos debían sujetarse a la aprobación de la SEDUE.

4.2.2 Aspectos Generales.

La evaluación de impacto ambiental debe considerar los siguientes aspectos:

 Identificar las poblaciones que pueden verse afectadas por la planificación, diseño
y ejecución de un determinado proyecto de desarrollo;
 Poner en conocimiento de dichas poblaciones que sus intereses pueden verse
afectados; y, por último
 Informar a las autoridades responsables de la ejecución del proyecto para que
efectúen las adaptaciones que sean del caso en todo el ciclo del proyecto.

Tomando como base los conceptos y métodos de la planificación integrada del desarrollo
regional descrita en la sección anterior, es posible evaluar con cierta facilidad el impacto
ambiental de cualquier proyecto de desarrollo y corregir adecuadamente los aspectos que
requieren atención.

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El tiempo necesario para llevar a cabo una evaluación ambiental y el número y tipo de
especialistas cuya participación se requerirá variará según la complejidad del proyecto en
estudio. La evaluación de los efectos que podrían producirse en caso de construirse una
carretera de 75 a 100 kilómetros de longitud en una zona de influencia de escasa
densidad de población, que abarque una superficie de 100.000 hectáreas de la zona
tropical húmeda, requerirá aproximadamente cinco meses de trabajo para llegar a
soluciones satisfactorias para la mayoría de los grupos cuyos intereses puedan ser
afectados por el proyecto (cuadro 1). Dicho equipo deberá estar compuesto por un
director o jefe de misión (planificador o economista), un especialista en ecología, un
especialista en bosques, un agrónomo y un antropólogo social. También deberá participar
un representante del organismo ejecutor a tiempo parcial. Además, podrán ser necesarios
otros especialistas por períodos de tres a cuatro semanas para temas específicos (pesca,
minería, salud, administración ganadera etc.). La composición de este equipo está en
relación a los requerimientos de las zonas tropicales de menor uso, en que son temas de
particular relevancia el de la preservación de la biodiversidad y la protección de las
poblaciones nativas y de otros grupos que habitan la zona de influencia del proyecto. Por
otra parte, estas zonas siguen estando forestadas, y la implantación del proyecto dará
lugar a la explotación forestal formal e informal, por lo tanto, será necesario contar
adicionalmente con un especialista en bosques y un agrónomo. Históricamente, las
actividades agropecuarias se intensifican cuando se abre el acceso a zonas forestadas.

Los especialistas del equipo realizarán reuniones con las diversas comunidades que
pueden verse afectadas por el proyecto. Si de dichas reuniones surge que un
determinado sector o grupo de interés tiene mayor importancia de la que originalmente se
le asignó, puede contratarse a un representante de dicho sector o grupo de interés para
integrarse al equipo del proyecto.

A fin de obtener la información necesaria para una primera etapa de la evolución


ambiental, sin tener que efectuar investigaciones en profundidad se realizarán reuniones
entre los integrantes del equipo y representantes de diferentes niveles de gobierno y de
organizaciones no gubernamentales, con especialistas del lugar y con representantes de
los sectores interesados. Asimismo, los integrantes del equipo deben procurar por
promover encuentros informales con los habitantes del lugar para que éstos expongan
sus preocupaciones en cuanto a los problemas que se pueden presentar y sugieran
posibles soluciones.

4.3 Concepto de Evaluación del Impacto Ambiental.

El término y concepto de evaluación de impacto ambiental (EIA) tiene varios enfoques


debido a su relación con el amplio tema del medio ambiente; en todo caso, vale la pena
precisar la definición: es el procedimiento a través del cual la Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) establece las condiciones a que se
sujetará la realización de obras y actividades que puedan causar desequilibrio ecológico o
rebasar los límites y condiciones establecidos en las disposiciones aplicables para
proteger el ambiente y preservar y restaurar los ecosistemas, a fin de evitar o reducir al
mínimo sus efectos negativos sobre el medio ambiente (artículo 28, Ley General del
Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, LGEEPA).

Acorde con tal definición, la EIA es un instrumento de política ambiental que en la práctica
asume la forma de un procedimiento administrativo, mediante el cual se valoran las
modificaciones negativas que alguna obra o actividad humana puedan causar o producir

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en el ambiente para el efecto de permitir o negar la posibilidad jurídica de su realización;
es así también un proceso preventivo, porque la valoración de la obra se hace en su
etapa de proyecto.

En el caso de que jurídicamente sea aplicable que una determinada obra o actividad
(proyecto) sea sujeta a la EIA, el dueño del proyecto tiene la obligación de seguir el
proceso de la EIA para obtener el permiso para ejecutar dicho proyecto, demostrando que
no causará desequilibrio ecológico grave y que cumplirá con las disposiciones legales
aplicables para evitar o reducir al mínimo sus efectos negativos sobre el medio ambiente.

4.3.1 Distribución de Competencias entre la Federación, Estados y


Municipios.

El sistema de distribución de competencias en materia ambiental se ha


caracterizado, en la mayoría de los países, por una gran complejidad. Esto sucede
también en México, donde dependiendo del sector ambiental a proteger o del tipo
de actividad a realizar, la competencia reside en el ámbito federal, estatal o local
e, incluso, una misma actividad o sector puede verse regulado por normas
procedentes de los tres niveles.

Además de lo anterior, en este ámbito, más quizá que en ningún otro, la tradicional
división Federación-estado-municipio no garantiza la consecución de los objetivos
de las normas, ya que los problemas que afectan al medio ambiente no reconocen
fronteras, y los elementos naturales se encuentran tan íntimamente relacionados
entre sí que los límites político-jurídicos existentes no resultan útiles para la
protección del medio ambiente.

Como señala Lozano Cutanda, existen, asimismo, problemas competenciales


derivados del carácter intersectorial que reviste la protección del medio ambiente,
toda vez que:

El sistema general de distribución de competencias… se complica aún más debido


al carácter intersectorial o pluridisciplinar que reviste la protección del medio
ambiente, que afecta a todos los sectores de la actividad humana. Ello explica la
incidencia que las demás materias incluidas en el esquema constitucional de
distribución de competencias pueden tener también en la protección del medio
ambiente, bien porque tengan como objeto los elementos integrantes del medio
(aguas, fauna, flora y minerales), o bien porque se refieran a ciertas actividades
humanas potencialmente lesivas del ambiente (agricultura, industria, minería,
urbanismo).

Por todo ello, diversos autores han subrayado la espacialidad singular como una
de las características del derecho ambiental, haciendo énfasis en que:

Los imperativos ecológicos hacen que el ámbito espacial de las actuaciones


administrativas venga dado en función del marco más o menos impreciso en que
tienen lugar los mecanismos de emisión-transporte-inmisión. Este ámbito puede
ser mayor o menor según los subsistemas que se acoten dentro del sistema

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general, delimitándose así los contornos imprescindibles para que la acción
administrativa sea eficaz.

Es, por lo tanto, algo unánimemente aceptado que, para que la acción
administrativa en materia ambiental sea eficaz, se deben acotar subsistemas
ecológicos, los cuales no se solapan estrictamente con los sistemas sociales que
dan lugar a organizaciones político-administrativas dotadas de imperium propio o
derivado. Sin embargo, la complejidad de llevar esto a la práctica es enorme,
puesto que desde la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que
es la norma de mayor rango en el país, hasta la Ley General del Equilibrio
Ecológico y la Protección al Ambiente, las constituciones locales o las leyes
ambientales estatales, todo el sistema de distribución de competencias se basa en
la división Federación-estado-municipio, y cualquier intento de gestión que no
tome en cuenta esta división habrá de chocar inevitablemente con trabas y
obstáculos políticos y, más aún, jurídicos.

En el caso del derecho ambiental mexicano, orientado, sobre todo en lo que se


refiere a la protección de sectores ambientales concretos frente a la
contaminación, por el Plan Nacional de Desarrollo (en adelante PND) y por los
correspondientes programas ambientales sectoriales, tanto de carácter federal
como estatal, los instrumentos que posibilitan emprender acciones con una base
jurídica para la gestión integral de las cuencas son, a priori, los siguientes:

 La exigencia de la transversalidad de las políticas públicas.


 Los mecanismos de coordinación de acciones entre dependencias y niveles
de la administración pública.
 La inclusión del principio de la integración de la variable ambiental en las
políticas sectoriales.
 Las áreas de protección de recursos naturales como categoría dentro de las
áreas naturales protegidas.
 Los instrumentos jurídicos que permiten la superación de la tradicional
estructura Federación-estado-municipio, entre ellos:

— Los convenios.
— El pago por servicios ambientales.
— El ordenamiento ecológico del territorio en su modalidad regional.
— Las Normas Oficiales Mexicanas (en adelante NOM) para cuencas.
— Los sistemas federales de gestión pública sui géneris, como el que
opera en la gestión de las aguas en el país.

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Con estos elementos parece que sí es posible realizar acciones con base legal
para la protección de una cuenca en concreto. En el presente estudio
intentaremos ahondar en cada uno de los instrumentos antes mencionados, los
cuales, como hemos señalado, son los que pueden posibilitar, desde la óptica
jurídica, una gestión integral de las cuencas, y mencionaremos, asimismo, las
posibilidades y limitaciones de cada uno de ellos.

El principio de la concurrencia de los tres niveles de gobierno en materia ambiental


se establece en la Constitución, tras su reforma en 1987; cuyo artículo 73, fracción
XXIX-G, dispone: "El Congreso tiene la facultad para expedir leyes que
establezcan la concurrencia del Gobierno federal, de los gobiernos de los estados
y de los municipios, en el ámbito de sus respectivas competencias, en materia de
protección al ambiente y de preservación y restauración del equilibrio ecológico".

Este principio implica que existan competencias en materia ambiental a nivel


federal, estatal y municipal, las cuales se encuentran recogidas tanto en la Ley
General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), como en
las leyes federales sectoriales que regulan algún aspecto o sector ambiental
concreto.

El artículo 124 de la Constitución contiene la regla básica para la distribución de


competencias entre Federación y estados, a saber: "Las facultades que no estén
expresamente concedidas por esta Constitución a los funcionarios federales se
entienden reservadas a los estados".

En materia ambiental, la solución que se adopta es atribuir la competencia a la


Federación para regular, en una ley general o ley marco, la distribución de
competencias o competencias concurrentes en la materia. Las competencias
concurrentes son, así, aquéllas "concedidas a las autoridades federales, pero no
prohibidas a los estados, pudiendo, en consecuencia, ser reguladas tanto por el
Gobierno federal como por los estados", además por los municipios, los cuales en
materia ambiental tienen un buen número de atribuciones.

Como pone de relieve González Márquez, "en materia ambiental existe una
concurrencia de competencias con fronteras limitadas. Es decir, que al mencionar
`en el ámbito de sus respectivas competencias´, parte del supuesto de que cada
uno de los tres niveles de gobierno es titular de distintas facultades sobre el
particular".

El mismo autor sostiene que la concurrencia a la que se refiere el artículo 73,


fracción XXIX, G: "no es de carácter legislativo sino administrativo y que por tanto
el reparto de competencias para legislar en materia ambiental sólo está
determinado por el propio texto constitucional, sin perjuicio de que una ley emitida
por el Congreso de la Unión pueda ampliar la esfera de competencias de los
restantes niveles de gobierno".

Con estas bases constitucionales se adopta en 1988 la LGEEPA, la cual, en su


artículo 1o., fracción VIII, establece que uno de los objetivos de la ley es el de
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definir "el ejercicio de las atribuciones que en materia ambiental corresponde a la
Federación, los estados, el Distrito Federal y los municipios, bajo el principio de
concurrencia previsto en el artículo 73, fracción XXIX, G, de la Constitución".

Al mismo tiempo, el apartado IX prevé la necesidad de la existencia de


mecanismos de coordinación, inducción y concertación entre autoridades, los
cuales se definen en los artículos 11 y siguientes de la LGEEPA.

La distribución de competencias Federación-estado-municipio en materia forestal


se rige por lo dispuesto en la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable.12
La propia LGEEPA señala en su artículo 4o., que es el que se refiere a la
distribución de competencias en materia ambiental: "La distribución de
competencias en materia de regulación del aprovechamiento sustentable, la
protección y la preservación de los recursos forestales y el suelo, estará
determinada por la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable".

Este párrafo del artículo 4o. de la LGEEPA se adiciona a la ley en la misma fecha
en la que se adopta la ley forestal y, al mismo tiempo, se reforman los artículos
5o., fracción XI, 100 y 104, y se deroga la fracción VI del artículo 28.

La distribución de competencias de la ley forestal se basa, al igual que sucede en


la LGEEPA, en el principio de concurrencia previsto en la Constitución. Los
artículos 12 y siguientes catalogan la relación de facultades o competencias de la
Federación, los estados y los municipios.

4.4 El Campo de Aplicación de la Evaluación del Impacto Ambiental.

Es importante considerar que la LFPCCA contemplaba la coordinación entre estas


dependencias y la SSA para su aplicación, pero en la práctica los problemas ambientales
se abordaban de manera fragmentada, lo que impedía desarrollar una política ambiental
con un enfoque integral. Conviene revisar las experiencias acumuladas sobre las
funciones en la política ambiental, pues desde 1971 hasta 1994 se mantuvo una política
de manejo independiente en distintas secretarías bajo la coordinación de una de ellas.
Además de las dependencias que tenían atribuciones en materia de control de la
contaminación, también se constituyeron áreas para atender los problemas de
contaminación en distintos organismos de la administración pública federal. Así ocurrió en
la Secretaría de Marina, Petróleos Mexicanos, Aeropuertos y Servicios Auxiliares, la
Comisión Federal de Electricidad y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes,
donde se crearon oficinas encargadas de proteger el ambiente o, por lo menos, se
contrataron asesorías en materia ambiental.

Aunque en la LFPCCA no se contemplaba aún el término impacto ambiental, sí se


consideraba un mecanismo similar. Así, el artículo 6 de la Ley indicaba que la SAG, la
SRH (posteriormente la SARH), la SIC y la SSA deberían “estudiar, planificar, evaluar y
calificar todos los proyectos o trabajos relacionados con desarrollo urbano, parques
nacionales, áreas industriales y de trabajo y zonificación en general para prevenir los
problemas inherentes a la contaminación ambiental”. En el texto de este artículo podía
vislumbrarse la idea de la planificación ambiental, además de que de alguna forma
implicaba el análisis de los impactos ambientales, aunque la ley lo consideraba como la

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prevención de problemas causados por la contaminación ambiental. Faltaba introducir el
concepto de impacto ambiental como una herramienta para manejar de forma sustentable
los recursos naturales, así como para prevenir la contaminación.

4.5 Procedimiento para la Evaluación del Impacto Ambiental.

Una vez evaluada la manifestación de impacto ambiental, la Semarnat emitirá,


debidamente fundada y motivada, la resolución correspondiente en la que podrá:

I.- Autorizar la realización de la obra o actividad de que se trate, en los términos


solicitados

II.- Autorizar de manera condicionada la obra o actividad de que se trate, a la modificación


del proyecto o al establecimiento de medidas adicionales de prevención y mitigación, a fin
de que se eviten, atenúen o compensen los impactos ambientales adversos susceptibles
de ser producidos en la construcción, operación normal y en caso de accidente. Cuando
se trate de autorizaciones condicionadas, la Secretaría señalará los requerimientos que
deban observarse en la realización de la obra o actividad prevista, o

III.- Negar la autorización solicitada, cuando:

a) Se contravenga lo establecido en la Ley, sus reglamentos, las normas oficiales


mexicanas y demás disposiciones aplicables;

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b) La obra o actividad de que se trate pueda propiciar que una o más especies sean
declaradas como amenazadas o en peligro de extinción o cuando se afecte a una de
dichas especies, o

c) Exista falsedad en la información proporcionada por los promoventes, respecto de los


impactos ambientales de la obra o actividad de que se trate.

4.6 Autoridades Competentes para conocer sobre la Evaluación del


Impacto Ambiental.

Estipuladas en la LGEEPA hasta 1996

Artículo 29. Corresponderá al Gobierno Federal, por conducto de la Secretaría, evaluar el


impacto ambiental a que se refiere el artículo 28 de esta Ley, particularmente tratándose

de las siguientes materias:

I. Obra pública federal;

II. Obras hidráulicas, vías generales de comunicación, oleoductos, gasoductos y


carbonductos;

III. Industria química, petroquímica, siderúrgica, papelera, azucarera, de bebidas, de


cemento, automotriz y de generación y transmisión de electricidad;

IV. Exploración, extracción, tratamiento y refinación de sustancias minerales y no


minerales, reservadas a la Federación;

V. Desarrolles turísticos federales;

VI. Instalaciones de tratamiento, confinamiento o eliminación de residuos peligrosos, así


como residuos radiactivos, y

VII. Aprovechamientos forestales de bosques y selvas tropicales y de especies de difícil


regeneración, en los casos previstos en el segundo párrafo del artículo 56 de la Ley
Forestal.

Estipuladas en la LGEEPA a partir de las reformas y adiciones realizadas en


diciembre de 1996

Artículo 28…. en los casos que determine el Reglamento que al efecto se expida, quienes
pretendan llevar a cabo alguna de las siguientes obras o actividades, requerirán
previamente la autorización en materia de impacto ambiental de la Secretaría:

I. Obras hidráulicas, vías generales de comunicación, oleoductos, gasoductos,


carboductos y poliductos;

II. Industria del petróleo, petroquímica, química, siderúrgica, papelera, azucarera, del
cemento y eléctrica;

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III. Exploración, explotación y beneficio de minerales y sustancias reservadas a la
Federación en los términos de las leyes Minera y Reglamentaria del Artículo 27
Constitucional en Materia Nuclear;

IV. Instalaciones de tratamiento, confinamiento o eliminación de residuos peligrosos, así


como residuos radiactivos;

V. Aprovechamientos forestales en selvas tropicales y especies de difícil regeneración;

VI. Plantaciones forestales;

VII. Cambios de uso del suelo de áreas forestales, así como en selvas y zonas áridas

VIII. Parques industriales donde se prevea la realización de actividades altamente


riesgosas;

IX. Desarrollo inmobiliarios que afecten los ecosistemas costeros;

X. Obras y actividades en humedales, manglares, lagunas, ríos, lagos y esteros


conectados

con el mar, así como en sus litorales o zonas federales;

XI. Obras en áreas naturales protegidas de competencia de la Federación;

XII. Actividades pesqueras, acuícolas o agropecuarias que puedan poner en peligro la


preservación de una o más especies o causar daños a los ecosistemas, y

XIII: Obras o actividades que correspondan a asuntos de competencia federal, que


puedan causar desequilibrios ecológicos graves e irreparables, daños a la salud pública o
a los ecosistemas, o rebasar los límites y condiciones establecidos en las disposiciones
jurídicas relativas a la preservación del equilibrio ecológico y la protección del ambiente.
El Reglamento de la presente Ley determinará las obras o actividades a que se refiere
este artículo, que por su ubicación, dimensiones, características o alcances no produzcan
impactos ambientales significativos, no causen o puedan causar desequilibrios
ecológicos, ni rebasen los límites y condiciones establecidos en las disposiciones jurídicas
referidas a la reservación del equilibrio ecológico y la protección al ambiente, y que por lo
tanto no deban sujetarse al procedimiento de evaluación del impacto ambiental previsto
en este ordenamiento.

Estipuladas en la LGEEPA vigente, a partir de las reformas publicadas en el Diario


Oficial de la Federación en febrero de 2003 y en febrero de 2005.

ARTÍCULO 28.- La evaluación del impacto ambiental es el procedimiento a través del cual
la Secretaría establece las condiciones a que se sujetará la realización de obras y
actividades que puedan causar desequilibrio ecológico o rebasar los límites y condiciones
establecidos en las disposiciones aplicables para proteger el ambiente y preservar y
restaurar los ecosistemas, a fin de evitar o reducir al mínimo sus efectos negativos sobre
el medio ambiente. Para ello, en los casos en que determine el Reglamento que al efecto
se expida, quienes pretendan llevar a cabo alguna de las siguientes obras o actividades,
requerirán previamente la autorización en materia de impacto ambiental de la Secretaría:

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Párrafo reformado. Diario Oficial de la Federación 23-02-2005

I.- Obras hidráulicas, vías generales de comunicación, oleoductos, gasoductos,


carboductos y poliductos;

II.- Industria del petróleo, petroquímica, química, siderúrgica, papelera, azucarera, del
cemento y eléctrica;

III.- Exploración, explotación y beneficio de minerales y sustancias reservadas a la


Federación en los términos de las Leyes Minera y Reglamentaria del Artículo 27
Constitucional en Materia Nuclear;

IV.- Instalaciones de tratamiento, confinamiento o eliminación de residuos peligrosos, así


como residuos radiactivos;

V.- Aprovechamientos forestales en selvas tropicales y especies de difícil regeneración;

Fracción derogada. Diario Oficial de la Federación 25-02-2003

VII.- Cambios de uso del suelo de áreas forestales, así como en selvas y zonas áridas;

VIII.- Parques industriales donde se prevea la realización de actividades altamente


riesgosas;

IX.- Desarrollos inmobiliarios que afecten los ecosistemas costeros;

X.- Obras y actividades en humedales, manglares, lagunas, ríos, lagos y esteros


conectados con el mar, así como en sus litorales o zonas federales;

XI. Obras y actividades en áreas naturales protegidas de competencia de la Federación;

Fracción reformada. Diario Oficial de la Federación 23-02-2005

XII.- Actividades pesqueras, acuícolas o agropecuarias que puedan poner en peligro la de

una o más especies o causar daños a los ecosistemas, y

XIII.- Obras o actividades que correspondan a asuntos de competencia federal, que


puedan causar desequilibrios ecológicos graves e irreparables, daños a la salud pública o
a los ecosistemas, o rebasar los límites y condiciones establecidos en las disposiciones
jurídicas relativas a la preservación del equilibrio ecológico y la protección del ambiente.

4.7 Autoridades Administrativas Federales con facultades en materia de impacto


ambiental.

El artículo 90 de la Constitución faculta al Congreso de la Unión para legislar en materia


de la organización de la administración pública federal. En virtud de lo anterior, el
Congreso expidió la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal (LOAPF), que
entró en vigor el primero de enero de 1977. Esta ley ha sido objeto de múltiples y
frecuentes reformas.

17
Entre 1990 y 1996, el gobierno federal reorganizó en dos ocasiones las dependencias
responsables de conducir la política ambiental y aplicar las leyes y reglamentaciones en la
materia. En 2000 hubo una nueva reorganización de las dependencias con
responsabilidad en la materia.

La Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE), establecida en 1982, fue la


dependencia federal responsable de la materia ambiental hasta el 25 de mayo de 1992,
fecha en la que fue reemplazada por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL).

El Instituto Nacional de Ecología (INE) y la Procuraduría Federal de Protección al


Ambiente (PROFEPA) fueron creados el 4 de junio de 1992 como órganos
desconcentrados de la SEDESOL—es decir, como órganos con autonomía técnica y de
gestión propia, pero dependientes de la SEDESOL.

El INE se creó como la entidad encargada de conducir la política nacional en materia de


ecología y protección al ambiente, además de fungir como la autoridad federal normativa
y regulatoria en materia ambiental. En tal carácter, se le otorgaron las facultades para
establecer criterios ecológicos y normas de carácter general, además de otorgar los
permisos, autorizaciones y licencias, así como emitir los dictámenes, resoluciones,
constancias y registros en materia ambiental, entre otras.

La PROFEPA, por su parte, se creó como la entidad encargada de vigilar el cumplimiento


de la normatividad ambiental federal, con facultades para recibir, investigar y atender las
denuncias populares por incumplimientos, llevar a cabo auditorías y peritajes ambientales,
y para imponer las medidas técnicas correctivas y de seguridad, así como las sanciones
correspondientes.

De tal manera, la SEDESOL ejercía, a través del INE y la PROFEPA, las atribuciones que
las leyes y reglamentos le conferían en materia ambiental.

El 28 de diciembre de 1994 se creó la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos


Naturales y Pesca (SEMARNAP). A esta nueva dependencia le fue transferida la
responsabilidad y las facultades en materia ambiental que tenía SEDESOL. El INE y la
PROFEPA pasaron entonces a ser órganos desconcentrados de la SEMARNAP.

En noviembre de 2000, la LOAPF fue nuevamente reformada. La SEMARNAP se


reestructuró y cambió su denominación a Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales (SEMARNAT)1

No obstante, las distintas reformas a la estructura y organización de la Administración


Pública Federal, las atribuciones de las autoridades ambientales permanecieron
esencialmente constantes entre 1992 y 20002

Durante todo este tiempo, la SEDUE, SEDESOL, SEMARNAP y, actualmente,


SEMARNAT, por un lado, y PROFEPA, por otro, mantuvieron delegaciones en el estado
de Sonora.

4.8 Las Normas Oficiales Mexicanas.

En materia de impacto ambiental, el proceso de normalización ha tenido un efecto positivo


sobre el desempeño de algunos sectores de la industria, estos avances, aunque

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incipientes son novedosos a nivel mundial y apuntan a ver el problema de manera
integral. Las normas oficiales mexicanas en vigor son las siguientes:

NOM-120-ECOL-1997 (19/NOV/98)

Que establece las especificaciones de protección ambiental para las actividades de


exploración minera directa, en zonas con climas secos y templados en donde se
desarrolle vegetación de matorral xerófilo, bosque tropical caducifolio, bosques de
coníferas o encinos. Aclaración 06/enero/1999.

NOM-113-ECOL-1998 (26/OCT/98)

Que establece las especificaciones de protección ambiental para la planeación, diseño,


construcción, operación y mantenimiento de subestaciones eléctricas de potencia o de
distribución que se pretendan ubicar en áreas urbanas, suburbanas, rurales,
agropecuarias, industriales, de equipamiento urbano o de servicios y turísticas.

NOM-114-ECOL-1998 (23/NOV/98)

Que establece las especificaciones de protección ambiental para la planeación, diseño,


construcción, operación y mantenimiento de líneas de transmisión y de su transmisión
eléctrica que se pretendan ubicar en áreas urbanas, suburbanas, rurales, agropecuarias,
industriales, de equipamiento urbano o de servicios y turísticas. Aclaración 01/
febrero/1999.

NOM-115-ECOL-1998 (25/NOV/98)

Que establece las especificaciones de protección ambiental que deben observarse en las
actividades de perforación de pozos petroleros terrestres para exploración y producción
en zonas agrícolas, ganaderas y eriales. Aclaración 29/enero/1999.

NOM-116-ECOL-1998 (24/NOV/98)

Que establece las especificaciones de protección ambiental para prospecciones


sismológicas terrestres que realicen en zonas agrícolas, ganaderas y eriales.

NOM-117-ECOL-1998 (24/NOV/98)

Que establece las especificaciones de protección ambiental para la instalación y


mantenimiento mayor de los sistemas para el transporte y distribución de hidrocarburos y
petroquímicos en estado líquido y gaseoso, que realicen en derechos de vía terrestres
existentes, ubicados en zonas agrícolas, ganaderas y eriales.

NOM-130-ECOL-2000 (23/MAR/01)

Protección ambiental - sistemas de telecomunicaciones por red de fibra óptica -


especificaciones para la planeación, diseño, preparación del sitio, construcción, operación
y mantenimiento.

19
4.8.1 Definición.

La Evaluación del Impacto Ambiental (EIA) es un procedimiento jurídico-administrativo de


recogida de información, análisis y predicción destinado a anticipar, corregir y prevenir los
posibles efectos directos e indirectos que la ejecución de una determinada obra o
proyecto causa sobre el medio ambiente. Permitiendo a la Administración adoptar las
medidas adecuadas a su protección.

La Evaluación de Impacto Ambiental valorará los efectos directos e indirectos de cada


propuesta de actuación sobre la población humana, la fauna, la flora, la gea, el suelo, el
aire, el agua, el clima, el paisaje y la estructura y función de los ecosistemas
previsiblemente afectados.

Asimismo, comprenderá la estimación de los efectos sobre los bienes materiales, el


patrimonio cultural, las relaciones sociales y las condiciones de sosiego público, tales
como ruidos, vibraciones, olores y emisiones luminosas, y la de cualquier otra incidencia
ambiental relevante derivada del desarrollo de la actuación.

20
CONCLUSIÓN

El impacto ambiental es una modificación en el ambiente causada por el hombre o la


naturaleza, esta modificación más que nada es por la contaminación, y por los fenómenos
naturales. Esto puede causar un desequilibrio ecológico. Organizaciones como la
SEMARNAP, verifican estas manifestaciones, ya sea para prevenirlas o minimizarlas.
Existe una Evaluación de impacto ambiental en la cual se prevén las obras y actividades
que puedan causar este impacto.

Como se ha visto, a partir de un proceso de implementación de casi 40 años a nivel


mundial, la evaluación de impacto ambiental (EIA) se ha convertido en una herramienta
indispensable de políticas públicas, que permite conocer la situación ambiental actual,
determinar el cambio a producirse por el desarrollo de las actividades humanas, evaluarlo,
pronosticar las tendencias a futuro y proponer las medidas de prevención, corrección o
mitigación. Por su naturaleza, la EIA incorpora en el análisis los aspectos técnico,
científico, administrativo, institucional, jurídico y normativo, por lo cual debería ser
realizado por un equipo interdisciplinario e intersectorial de profesionales capacitados,
cumpliendo con todos los procedimientos, las normativas y con base en la información
primaria suficiente y eficiente al respecto.

La información obtenida en su mayor parte de redes de monitoreo ambiental (útil para


estudios académicos) es transformada en su uso dentro del proceso político; con la
presentación de indicadores sintéticos y finalmente índices, cuyos usuarios directos son
los tomadores de decisiones y la población en general. Por su relevancia e importancia, el
desarrollo de indicadores se ha promovido rápida y extensivamente por todo el mundo,
combinando un fundamento científico claro en su base con un contenido social y político
expresamente reconocido.

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BIBLIOGRAFÍA

 https://www.gob.mx/semarnat/acciones-y-programas/definicion-y-objetivo-de-la-
evaluacion-del-impacto-ambiental
 http://ceja.org.mx/IMG/pdf/Impacto_Ambiental.pdf
 https://www.oas.org/dsd/publications/unit/oea33s/ch46.htm
 https://paot.org.mx/centro/ine-
semarnat/informe02/estadisticas_2000/compendio_2000/04dim_institucional/04_0
5_Impacto/data_impacto/Introduccion.htm
 http://historico.juridicas.unam.mx/publica/rev/boletin/cont/123/art/art5.htm
 La evaluación del impacto ambiental, logros y retos par a el desarrollo sustentable
(1995-2000), instituto nacional de ecología dirección general de ordenamiento
ecológico e impacto ambiental.
 Técnicas medioambientales tecmed, s.a. demandante c. Estados unidos
mexicanos, demandada caso ciadi no. Arb(af)/00/2
 https://paot.org.mx/centro/ine-
semarnat/informe02/estadisticas_2000/compendio_2000/04dim_institucional/04_0
2_Normatividad/data_normatividad/RecuadroIV.2.8.htm

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