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UNIVERSIDAD POPULAR AUTÓNOMA DE VERACRUZ

SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA

TEMA

UBICACIÓN DE LA FILOSOFÍA Y LA FILOSOFÍA JURÍDICA

INVESTIGACIÓN

MATERIA DE

FILOSOFÍA DEL DERECHO

PRESENTA

LUCERO CANSECO PÉREZ

CARRERA

LICENCIATURA EN DERECHO

ASESOR

LIC. JORGE ILLESCAS

JÁLTIPAN, VERACRUZ

16-MAYO-2021

JÁLTIPAN DE MORELOS VERACRUZ-MAYO-2021


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UNIDAD I
UBICACIÓN DE LA FILOSOFÍA Y LA FILOSOFÍA JURÍDICA.
1.1- Nociones generales de filosofía.
Al comenzar el estudio de una disciplina lo primero que debe preguntarse el
estudioso es ¿qué es esta ciencia?, ¿cuál es la materia que estudia e investiga? Y
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un manual o prontuario lo primero que debe intentar explicar es la respuesta a
este interrogante. Y decimos «intentar» porque no siempre es fácil responderlo.
Preguntémonos, pues, ¿qué es la filosofía del derecho?, ¿qué expresa su nombre?

La filosofía del derecho pertenece a este segundo grupo. La materia que nos ocupa
no es otra cosa que la visión filosófica de esa realidad social que llamamos
derecho. Estamos sin duda ante una tautología, que en las líneas siguientes se
impone superar. Para ello lo que debe hacerse es exponer qué es la filosofía.

Etimológicamente «filosofía» proviene del antiguo griego: philia, amor y sophia,


sabiduría, amor a la sabiduría.

Cuentan que el primero que usó la palabra «filósofo» o amante de la sabiduría, a


la que tiende a alcanzar, fue Pitágoras. La anécdota se nos ha transmitido por
autores de la Antigüedad -Heráclides Póntico, Cicerón, Jámblico y otros-; en
síntesis, se narra que Pitágoras fue a Fliunte y disputó allí docta y largamente con
Leonte, príncipe de los fliaseos. Habiéndose admirado Leonte de su ingenio y
elocuencia, le preguntó qué arte profesaba; Pitágoras respondió que no sabía
ciencia alguna, sino que era filósofo. Admirado Leonte con la novedad del nombre,
le preguntó quiénes eran los filósofos, a lo que Pitágoras contestó: los estudiosos
de la sabiduría. Esta denominación agradó tanto a la posteridad -atestigua Agustín
de Hipona- que todo el que sobresalía en el conocimiento de la sabiduría se
designó en adelante con el nombre de filósofo.

«La Escuela itálica tuvo por fundador a Pitágoras, del que se cuenta que inventó el
nombre de filosofía. Pues, como quiera que en un principio se llamaban sabios a
los que sobrepujaban a los demás en cierto modo de laudable vida, por eso,
habiendo sido él interrogado acerca de su profesión, respondió que era filósofo,
esto es, estudioso o amante de la sabiduría, pues le pareció arrogantísimo tenerse
por sabio».
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Así pues, filosofía y sabiduría fueron en sus orígenes lo mismo como lo describe
Tomás de Aquino:

«Se ha de notar ---escribe- que antes se usaba el nombre de sabiduría y ahora el


de filosofía, pero los dos significan lo mismo. Pues a los antiguos que se dedicaban
al estudio de la sabiduría se les llamaba sofistes, esto es, sabios; pero Pitágoras,
habiendo sido interrogado acerca de su profesión, no quiso llamarse sabio, como
sus antecesores, por parecerle esto presuntuoso, y así se llamó filósofo, esto es,
amante de la sabiduría. Y de ahí que el nombre de sabio se haya cambiado por el
de filósofo, y el de sabiduría por el de filosofía».

TEMAS DE FILOSOFÍA DEL DERECHO - JAVIER HERVADA

La filosofía del derecho parece permanentemente abocada a una crisis de


identidad y a la perpetua discusión sobre su razón de ser y sus fronteras. No es
ajena a la crisis la práctica frecuente de iusfilósofos propensos a la evasión y que
en aras del cultivo de lo sublime abandonan fértiles campos de estudio y dan,
además, argumentos a quienes ven en la iusfilosofía una especulación
perfectamente inútil y ajena a cualquier preocupación del jurista de a pie. En tal
contexto, no puede extrañar excesivamente que surjan voces que reclamen la
presencia de nuevos saberes que se ocupen del terreno abandonado.

Así es como, especialmente desde los años setenta, se viene proponiendo la


"teoría del derecho" como disciplina que se ocupe de la investigación general sobre
el derecho positivo, dejando a la filosofía del derecho reducida a una disquisición
sobre valores abstractos. Frente a tales planteamientos, pienso que una más
adecuada y ambiciosa formulación de los cometidos de la iusfilosofía hace que
pierda buena parte de su sentido toda propuesta de independización para la teoría
del derecho. Esta no tiene, pues, por qué verse como sustitución de la filosofía del
derecho o como amputación de una de sus partes legítimas, sino como un aspecto
más de su cometido, globalmente planteado. No puede ser el teórico del derecho
un sujeto distinto del filósofo del derecho si no es a costa de reducir a éste a puro
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ornato prescindible. Por todo esto, creo que el mejor modo de abordar el asunto
de la teoría del derecho es tratar de formular los grandes temas o tareas de la
filosofía del derecho, sus campos de actuación, mostrando la inevitable
interrelación entre todos ellos. La teoría del derecho puede ser una parte legítima
dentro de ese marco general.

LA FILOSOFÍA DEL DERECHO Y SUS TEMAS. SOBRE LA NO NECESIDAD DE LA "TEORÍA DEL


DERECHO” COMO SUCEDÁNEO. - JUAN ANTONIO GARCÍA AMADO

La filosofía jurídica, como disciplina auxiliar de la ciencia del derecho, contribuye


de manera ineludible a sentar las bases epistemológicas, lógicas, éticas,
antropológicas y ontológicas para la cabal comprensión del derecho, en tanto
norma jurídica, pero también en tanto hecho social y, por supuesto, en tanto valor
intrínseco.

1.2.- Definición de la filosofía jurídica y su relación con la filosofía.


La filosofía jurídica, como disciplina auxiliar de la ciencia del derecho, contribuye
de manera ineludible a sentar las bases epistemológicas, lógicas, éticas,
antropológicas y ontológicas para la cabal comprensión del derecho, en tanto
norma jurídica, pero también en tanto hecho social y, por supuesto, en tanto valor
intrínseco.

En la actualidad, hay dos clases de filosofía jurídica: una, relativa al Derecho como
fenómeno aislado; otra, que lo contempla como un fenómeno social, relacionado
con otros fenómenos sociales. La primera, relativa al Derecho estrictamente,
puede ser llamada «filosofía del Derecho en sentido estricto» o, simplemente,
«filosofía del Derecho»; la segunda, que es un aspecto de la filosofía social, que es
la reflexión filosófico-social aplicada al Derecho, puede ser llamada «filosofía socio
jurídica» (que no debe ser confundida con la sociología jurídica). Según como se
formulen en sus detalles concretos, estas dos especies de filosofía jurídica tendrán
más o menos puntos de contacto; pero, en principio, caminan separadas, cada una
por su lado.
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CONCEPTO DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO - RAFAELHERNANDEZ MARI

La filosofía jurídica es filosofía y es jurídica. Tiene nombre y apellido. Recibe, más


comúnmente, la denominación de «filosofía del derecho». Para saber de qué
hablamos es
menester brindar de ese concepto alguna definición.
Ante todo, la filosofía jurídica o filosofía del derecho es filosofía. Eso significa que
únicamente se ocupa del derecho como incumbe hacerlo a un filósofo. La filosofía
jurídica no es una disciplina exterior a la filosofía a secas —o filosofía pura, si se
quiere—, sino una rama de la misma: de no serlo (y para quienes juzguen que no
lo es o que no debería serlo), lo honesto sería reemplazar, en ese rótulo, el
sustantivo «filosofía» por alguno más genérico o neutro (si bien eso requeriría
derrochar imaginación, porque ya circulan otras marcas como «teoría del derecho»
—marca a la cual, por cierto, se acogen gustosamente aquellos profesores de la
asignatura «filosofía del derecho» que repudian cualquier vocación filosófica).

La filosofía jurídica es una disciplina diferente de la teoría general del derecho, que
no es una de las ciencias jurídicas, ni siquiera la más abarcadora. La filosofía del
derecho es filosofía. ¿Por qué?

Porque constituye una indagación —circunscrita ciertamente al mundo del derecho


— que involucra y aborda de frente temas indiscutiblemente filosóficos: la realidad,
la cognoscibilidad y la estructura de estados de cosas (no sólo los supuestos de
hecho, sino también las propias situaciones jurídicas); el nexo de causalidad; el
problema de las omisiones y su trasfondo, el ser y el no-ser; la necesidad y la
contingencia; la axiología (concretada a la axiología jurídica, pero sin que sea
posible estudiarla aisladamente de la axiología en general); las relaciones entre
hechos y valores, entre ser y verdad, entre esencia y existencia; la racionalidad de
las inferencias normativas y el engarce entre una lógica de las normas y la lógica
deductiva general; la realidad o no de entes supraindividuales; la relación entre
sintaxis, semántica y pragmática de los enunciados jurídicos y los fundamentos
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filosóficos de su interpretación; el nexo entre la naturaleza humana, la de otras
especies inteligentes (emparentadas o no con nosotros), y la requerida vigencia de
uno u otro orden normativo —así como el problema de si hay alguna razón
metafísica para que tenga que darse algo común entre esos plurales órdenes
normativos.

Así pues, la filosofía jurídica es filosofía, pero no es filosofía sin más, sino que es
filosofía del derecho.
LA FILOSOFÍA JURÍDICA ENTRE LAS DISCIPLINAS FILOSÓFICAS - LORENZO PEÑA Y GONZALO

1.3.- Niveles del conocimiento jurídico.


Aplicando los conceptos sobre conocimiento al saber jurídico, resulta que éste
puede ser de tres grados:

1) conocimiento jurídico vulgar entre otros aspectos, es el que se refiere:


a) al concepto del derecho que tienen la generalidad de las personas, limitado a la
ley, al decreto, a la ordenanza municipal, etcétera, según los casos y al carácter
obligatorio de estas disposiciones; b) al conocimiento de casos particulares
resueltos por los tribunales; c) a la existencia de normas jurídicas que han regido o
rigen en un lugar determinado. Por ej., Que las leyes de
Estados unidos de Norteamérica y de México permiten que la gente se divorcie
más fácilmente o en forma absoluta.

2) Conocimiento jurídico científico. Aclarémoslo mediante un ejemplo sencillo:


una persona, por el hecho de haber celebrado un contrato de locación, puede
saber cómo se realiza, que cláusulas contiene, etcétera, lo que configura un
conocimiento vulgar. Pero, si sobre esa base nos remontamos al estudio del
régimen jurídico de este contrato en nuestras leyes, jurisprudencia, etcétera y,
más aun, al análisis de los elementos permanentes y accidentales de todo
contrato, estaremos haciendo ya ciencia del derecho.
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El enfoque científico de la realidad jurídica, es lo que da origen a las ciencias
jurídicas que, por ser varias, la encaran desde distintos puntos de vista.

3) conocimientos jurídico filosófico.


Aclarémoslo también con un ejemplo:
Las ciencias jurídicas dan por supuestos una serie de conceptos, como la noción
del derecho, de la justicia, etcétera, que son problematizados por el pensamiento
filosófico y estudiados intensivamente, analizándose así los fundamentos mismos
sobre los que reposan las ciencias jurídicas.

El conjunto de todos éstos problemas -los más generales y profundos que se


refieren al derecho- es lo que origina la filosofía del derecho.

1.3.1.- Ciencia del derecho


El Dr. Tamayo y Salmoran expone que, según la filosofía de la ciencia, ésta puede
ser abordada o desde un ángulo descriptivo o desde uno normativo; y que la
exposición de su trabajo de investigación habrá de hacerlo desde el punto de vista
descriptivo.
Señala que la “ciencia jurídica” contemporánea y sus métodos se presentan
diversos y múltiples, y que desde siempre éstos han variado en las diversas épocas
de la historia, que va desde el tiempo de la interpretatio prudentium, de los
romanos, pasando por las glosas y comentarios medievales a la exégesis francesa,
el pandectismo alemán, hasta la pretendida “ramificación” de la ciencia jurídica
contemporánea, y en todas éstas etapas la ciencia jurídica ha consistido
fundamentalmente en la explicación o descripción del derecho (o parte de él): es
decir, su descripción y su presentación sistemática.
 
Menciona que los juristas al realizar su trabajo de análisis de los enunciados
legales, hacen uso de ciertas herramientas y siguen estrategias determinadas que
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se consideran altamente persistentes, como para permitir hacer un estudio de la
forma en que los enunciados que los juristas formulan cuando describen al
derecho.
 
Afirma, más adelante, que la expresión “ciencia jurídica” tiene usos imprecisos y
ambiguos, herencia del uso indiscriminado del término en ocasiones hasta en
forma contradictoria; así, sostiene, se ha llegado a usar al referirse a la
determinación y sistematización del derecho, a su descripción y a su definición; al
igual que cuando se hace referencia al razonamiento jurídico, al análisis y crítica de
aquello que es hecho por los juristas, a la Interpretación jurídica, a la búsqueda de
aquello que es bonun et aequum, etc.
 
De ahí que persista en la pregunta ¿qué es la ciencia del derecho? –  esta
pregunta según señala, en otras disciplinas tales como la física, la química, las
matemáticas, etc., normalmente se responde en pocas líneas: aquello que es
hecho por los físicos, los químicos, los matemáticos…- pero, ¿será posible
responderla determinando justamente lo que hacen o han hecho los juristas? De
ser así, ¿cómo se hace esta ciencia jurídica y con qué herramientas?
 
Y abunda, es obvio que los juristas trabajan con enunciados sobre el derecho, y
vuelve a preguntar: ¿cómo se puede caracterizar el discurso que los juristas
emplean cuando realizan su oficio? y ¿cómo es posible distinguir el lenguaje del
derecho del lenguaje del jurista?
 
Con el fin de aclarar el problema que plantea, el Dr. Tamayo y Salorán, explica:
Sea ‘x’ una variable que indique cualquier individuo observado en las situaciones
siguientes:
1x estudia el código civil alemán
2 x estudia el tratado de derecho civil de Enneccerus
3 x estudia las Lecciones de filosofía del derecho de R. Stammler
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Si se formula la pregunta ¿qué cosa hace x? la respuesta estudia derecho será
razonable, adecuada y correcta en los tres casos. De tal forma que, en un discurso
poco riguroso, el vocablo ‘derecho’ se aplica a cosas muy diversas entre sí.
 
Más aún, exclama, examinando atentamente los casos 1 y 2, resulta incuestionable
que existe una enorme diferencia entre un código y los comentarios de
Enneccerus. Mediante el establecimiento de normas jurídicas el “legislador” quiere
que alguna cosa deba ser hecha, porque los legisladores no hacen ni
disgregaciones, ni comentarios, ni glosas. Y por su parte Enneccerus a través de su
tratado jamás rigió la vida de sus conciudadanos, sino que se limitó a describir y
explicar el derecho civil de su país, y para ello hizo enunciados cuyo propósito
principal era el describir el objeto del derecho civil, que podía ser o no cierto, en
tanto que los contenidos de los códigos no pueden ser ni falsificados ni verificados,
sólo pueden ser válidos, obligatorios, vigentes, pero jamás verdaderos o falsos,
porque el lenguaje del legislador no es un discurso descriptivo sino prescriptivo: “el
derecho ordena, permite o autoriza, pero ciertamente no enseña”,  y cita a H.
Kelsen.
 
Continuando con la exposición de los resultados de su investigación acerca de la
ciencia del derecho cuestiona ¿serán tan dramáticas las diferencias (si existen)
entre 2 y 3, como las que se acaban de examinar? ¿Qué tipo de trabajo realiza
Stammler? Para la mayor parte de los teóricos del derecho, la diferencia que existe
entre una norma jurídica y el discurso descriptivo es absolutamente clara, pero
¿lograrán los juristas distinguir entre 2 y 3?, en otros términos ¿existe alguna
diferencia entre el trabajo normal del jurista y la explicación proporcionada por el
filósofo del derecho?
 
En este sentido señala el autor, que la dogmática jurídica o jurisprudencia
dogmática, es la actividad que mejor posee el título para reivindicar el nombre de
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‘ciencia jurídica’. La dogmática jurídica, normalmente conocida como ‘doctrina’
constituye la ciencia secular del derecho, es decir, el ámbito de explicación jurídica.
La dogmática jurídica designa la actividad realizada por los juristas cuando
describen el derecho positivo, sin cuestionar su validez.
 
La filosofía del derecho, a la que el autor prefiere llamar ‘filosofía jurídica’, es la
que reflexiona sobre las cuestiones fundamentales de la explicación jurídica, es
decir, examina los problemas jurídicos fundamentales de la dogmática jurídica. En
otros términos, realiza el examen de los dogmas y presupuestos que subyacen
detrás de los conceptos y métodos de la dogmática jurídica, así como sus
implicaciones, lo que permite afirmar que la filosofía del derecho es tanto análisis
conceptual como epistemología crítica.
 

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