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Días oscuros

En algún momento de mi juventud me imaginé estar cerca al oscuro abismo, pero nunca, el
sentimiento que uno presenta en ese momento. Las sombras caminan por el infinito,
parecen correr; se juntan como aquellos que se encuentran desde años. Caen las primeras
gotas, parecen lágrimas que en un momento se volverán intensas y el día dejara de serlo.

El frio era abrazador parecía congelar su sangre y sus respiros estaban contados. Se
aproxima a la ventana, desde lo alto, mira aquel jardín y las rosas despedazadas por algún
niño del barrio. Mirar las rosas tiradas fue lo peor que pudiera observar y es ahí donde
vuelve a situarse en aquel día de san Valentín… me encontraba en la primavera de la vida,
claro que no era un amante común, sino de esos que guardan distancia y son de pocas
palabras; quizás esa fue mi desgracia. La estuve esperando, me acompañaba un ramo de
rosas, aquellas que al rato terminarían en un bote de basura por aquella llamada suya.
Caminaba sin destino, en un momento mis pensamientos se nublaron. Volví a la realidad al
escuchar a algunos tristes atormentados que conversaban en la esquina del colegio La
Libertad. Uno de ellos decía, que el pasado es el presente; te sorprende en cualquier
momento y te acompaña siempre hasta tu último suspiro. En ese momento no logre
entender aquella frase. Me dirigí al paradero de Carhuaz y tome el primer carro… La combi
competía con otra de Caraz…Se parecía a aquel juego de carrera de carros que jugaba en
mi infancia en una cabina de internet, donde casi siempre al salir del jardín con mis amigos
íbamos ganándonos gritando Dumboo…, lo cual era el apodo del señor que atendía.
…Todos los pasajeros desparecieron antes de llegar a Carhuaz. Ya era noche; baje en la
esquina de la plaza. Todo era silencio. No había nadie, solo me encontré con la soledad y
esta me acompaño aquellos días…

Cursaba los últimos ciclos en la Unasam. Tenía mi cuarto y ahí me quedaba por los cursos
nocturnos que se dictaban hasta muy tarde; además por el temor de mi madre; decía
aterrada citando aquel acontecimiento; que los viajes de noche eran peligrosos. En marzo
del 2017, aquel año donde la selección peruana clasifico al mundial de Rusia después de 36
años, aquel día donde todos lloraron de alegría, o sea, un llanto sin fundamento (…) en la
noche un bus partió de Huaraz. Casi todos los pasajeros eran estudiantes universitarios. Por
el puente Santa Rosa el bus se había desviado terminando en el rio. Hubo mucho que
lamentar; todos murieron. Para los familiares y enamoradas de algunos estudiantes los días
fueron oscuros y quien sabe hasta cuándo.
Al día siguiente teníamos clases a la primera hora. Un curso donde intentábamos escribir
cuentos… apareció como siempre, alumbrando el mundo. Parecía estar bien. El profesor
empezó narrar sobre la revolución de Atusparia, acontecimiento suscitado años atrás por
unos campesinos de Carhuaz cuyo contexto había sido los lugares que yo conocía. Todos
lo escuchábamos muy atentos. Terminada la clase salimos. La vi voltear la esquina me
apresure para alcanzarla pero fracase. Pasaron días, nunca apareció. Un buen tiempo estuve
sin Luz; sin aquella luz que alumbrara mis días. Ya Habían pasado dos años, por una amiga
me enteré que había muerto producto de un derrame cerebral, en ese momento lo sufrí,
pero lo supere gracias a Yanela, que hubiera sido de mí sin ella (...) ahora entiendo aquella
frase de los atormentados que en un momento lleno de sinsabores logre escuchar. Sigo
observando a aquellas que yacen como soldados caídos y el cielo llora, su llanto cada vez es
más intenso al igual que el mío y Yane al cumplir los 90 desapareció ayer. La hora marca
doce en punto, se supone que estamos de día, pero más parece noche, el frio es terrorífico,
me apuñala por todos lados…me cuesta respirar, quizás mañana para mí el día sea oscura y
si ocurre aquello, alguien dirá: ¡Luis se fue al cumplir los noventa y uno!!!

Por: E A.

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