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Analizando el hecho podemos observar que, el alcalde tiene la facultad de existir, en otras

palabras, es real, por lo tanto, es algo que es, un ser humano, y su esencia es ser alcalde; del
mismo modo, la imagen también existe, por ello, también es un ente, pero no en el mismo
sentido, ya que este, es un ser que no tiene vida, un ser inerte, pues su esencia sigue siendo una
imagen. Por consiguiente, la imagen no puede “sustituir” al alcalde, pues no tiene comparación
con un ser humano y las capacidades que este posee, ya que este no aportaría argumentos del
tema a tratar en cuestión, tanto por su falta de razonamiento como de habla, además de ser una
falta de respeto a su persona.

También, se puede decir que es imposible que haya una relación entre si la imagen es solo un
ser inerte y al mismo tiempo algo mas de lo que este representa, es decir, tenemos que tener en
cuenta que la imagen no puede ser la personificación del alcalde y a la vez una imagen, ya que
estaríamos contradiciendo que su esencia es una imagen. Entonces, la imagen simplemente es y
seguirá una imagen sin importar a qué o quién está representando porque su esencia no cambia.

Asimismo, podemos rescatar que no hay termino medio entre ser y no ser, ya que el alcalde es
muy diferente a una imagen que, si bien es cierto, es una réplica física de él, no representa su
ente, el cual es ser un humano; de igual manera, el alcalde tampoco representaría el ente de la
imagen, el cual es ser un que no tiene vida. En conclusión, la existencia, ente y esencia tanto de
la imagen como del alcalde no manifiestan los mismo.

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