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Es la obra que resume y conjuga todas las teorías de Sullivan, y más que hablar de teorías del pasado, es un
escrito que es claramente aplicable a la época actual.

Sullivan no solo habla de la Arquitectura, habla de los aspectos sociales, de las personas, de la sociedad, de la
educación y de nuestra percepción.

Sullivan empieza su ensayo hablando sobre una "enfermedad dela sociedad" y que afecta a la arquitectura
porque esta es un reflejo de la sociedad. Esta enfermedad se debe a que la sociedad no se halla y por lo tanto el
arquitecto tampoco y no sabe qué hacer, y acaba diseñando un edificio que es algo sin serlo, es un edificio no
definido. El nuevo arquitecto debe aspirar a ser mejor y a buscar una cura para esta necesidad.

El edificio, para Sullivan es una pantalla detrás de la cual se esconde el arquitecto y el arquitecto es parte de una
sociedad, por lo tanto, el estudio de la Arquitectura se vuelve, no solo el estudio de un arte, si no también el
estudio de una sociedad y las condiciones sociales que produjeron esa Arquitectura.

El rol de un maestro en la Arquitectura es darle las herramientas al alumno para poder curar la enfermedad, para
poder pensar y expresarse, para crear y creer. Pero antes de empezar el proceso de enseñanza, el maestro debe
de quitar el conocimiento previo y las convenciones sociales que nos restringen.

Los edificios deben de reflejar lo que hay en su interior; no hay nada más perfecto que la naturaleza y la vida, y
por lo tanto los edificios deben de tener vida propia, reflejar una pasión. El carácter, las metas, de un edificio
provienen de la mente del Arquitecto, por lo que, si hay una mente enferma, también lo estará el edificio. Para
Sullivan, el carácter es la manifestación de todo lo que la sociedad nos ha inculcado, y no es solo individual, sino
también social.

Sullivan explica que los valores no solo son monetarios, son algo que nos sirve para elogiar, para que una pintura
sea más que solo las canas y las pinturas, y por lo tanto tiene cierto valor; la arquitectura deberá de ser lo mismo,
el dinero es un valor objetivo, pero la humanidad es lo que les da un valor subjetivo a las cosas.

Para Sullivan, el copiar estilos anteriores va en contra de sus teorías, pues estaríamos copiando reflejos de otros
tiempos, otro momento, otra sociedad y por lo tanto no reflejaría lo que hay en la sociedad hoy en día; no
podemos reciclar un viejo estilo y llamarlo "Arquitectura moderna", pues "Romano" jamás podrá significar
"americano" (ni cualquier otra cosa).

La función existe para la forma y la forma existe para la función, hay formas y funciones en todos lados, por lo
tanto, el edificio debe reflejar y dar a entender su función, debemos de poder ver a su interior y ver la esencia.
Este es el pensamiento de Sullivan, que se resume en la pobre frase "la forma sigue a la función"; pobre, porque
Sullivan explica muchas más cosas, que la forma proviene de la naturaleza y la función del alma, y un edificio, al
ser reflejo de una persona y una sociedad debe de tener ambos. Este es un buen principio para diseñar, pero
Sullivan recalca que no es excusa para perder la creatividad en el diseño.

Sobre la creatividad, Sullivan aclara que ser creativo no implica diseñar para el futuro, pues la creatividad requiere
de pensamientos, pensamientos que tenemos al momento, no en el futuro, y por lo tanto solo podemos diseñar
creativamente en el presente; para esto necesitamos pensar "orgánicamente", o sea, con nuestros propios
pensamientos e ideas, no imitando lo que los demás han hecho o dicho. Lo que impulsa a la creatividad es la
imaginación, y la imaginación es, para Sullivan, la verdadera esencia de una persona, "la imaginación de la
persona es la persona" y que los arquitectos para seguir siendo creativos, debemos de permanecer niños, pues
ellos son los que más imaginación tienen.