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República bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Barquisimeto
“Luis Beltrán Prieto Figueroa”

Ensayo

Cultura y Discurso Literario


Karla Solís

Barquisimeto, Marzo de 2023


A la hora de analizar la naturaleza del texto literario nos topamos con la muy
apresurada conclusión de que su estudio y análisis sobrepasa cualquier tendencia y
análisis estilísticos, sociológicos y hasta psicoanalíticos; sin embargo, eso no deja
fuera la necesidad de un método que nos permita estudiar a fondo el texto literario y
delimitar así las características que lo pudiesen componer.

Si bien el lenguaje cumple una función apelativa, o conativa, que hace referencia al
intento del emisor del mensaje por influir en la conducta del receptor y a través de
ella se espera una reacción del receptor después de escuchar o leer el texto,
también cumple una función referencial, la cual alude al hecho de transmitir
información objetiva sobre el entorno; centrándose en mostrar, expresar, comunicar,
transmitir ideas, entre otros. Entonces, ¿estas funciones son aplicables al texto
literario?, podría decirse que sí.

En este sentido, es bueno considerar a Blanchot cuando nos dice que “el trabajo del
escritor comienza cuando la literatura se convierte en un problema” Y continúa
afirmando “Escribir es disponer el lenguaje bajo la fascinación, y por él, en él,
permanecer en contacto con el medio absoluto, allí donde la cosa vuelve a ser
imagen, donde la imagen, de alusión a una figura, se convierte en alusión a lo que
es sin figura, y de forma dibujada sobre la ausencia, se convierte en la informe
presencia de esa ausencia, la apertura opaca y vacía sobre lo que es, cuando ya no
hay mundo, cuando todavía no hay mundo. (p.29)

En esta línea de pensamiento, considero que el texto literario podría ser


considerado diferente, y aun así seguir manteniendo esa función conativa y
referencial a pesar de este hecho. Según Todorov el lenguaje literario “Se opone al
lenguaje común para imponer la presencia de las cosas” (Pg. 235), es decir que
cambiara la forma concisa de lo que espera decir por una más ambigua, como
ejemplo de este hecho podemos revisar el siguiente poema de Cadenas:

Me sostiene
Este vivir en vilo
Sin ninguna señal
Ni mapa
Ni promesa,
En una antesala donde todos trajinan
Como empleados
Para olvidar

Desde un punto de vista personal, puedo concluir que el escritor pudiese estar
hablando de la incertidumbre en su vida, y como intenta ignorar todo lo que le rodea
en busca de evitar la preocupación de una vida sin sentido, con esto también se
pudiese pensar que el texto literario no es específico, ya que según Todorov: “Se
sustituye la presencia real del objeto por un concepto abstracto” (Pg. 234), como en
el caso de este poema.

Es necesario tomar en cuenta que el texto literario depende enormemente de su


autor para que podamos llegar a la conclusión de su naturaleza, Nisin asevera que
el texto literario no puede ser específico, pues “La obra no nos conduce en primer
lugar a ese autor ni exclusivamente a un contenido” (Pg. 70). En definitiva, sería un
error pretender que todo texto literario tiene un sentido único y verdadero, pues el
texto literario existe de una manera ambigua dependiendo del lector y es, como todo
objeto, susceptible a más de un empleo.

A su vez, también podríamos llegar a pensar que el texto literario podría


considerarse como autónomo, como ejemplo de esto podríamos tomar el poema El
amor después del amor del escritor santalucense Derek Walcott:

Un tiempo vendrá
en el que, con gran alegría,
te saludarás a ti mismo,
al tú que llega a tu puerta,
al que ves en tu espejo
y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro,
y dirá, siéntate aquí. Come.
Seguirás amando al extraño que fuiste tú mismo.
Ofrece vino, Ofrece pan. Devuelve tu amor
a ti mismo, al extraño que te amó
toda tu vida, a quien no has conocido
para conocer a otro corazón
que te conoce de memoria.
Recoge las cartas del escritorio,
las fotografías, las desesperadas líneas,
despega tu imagen del espejo.
Siéntate. Celebra tu vida.

Esta autonomía puede producirse en la forma como organiza la mirada del amor a sí
mismo, presentando ese amor como un personaje y que podría desarrollar distintas
conjeturas del autor, conjeturas que se pensarían están relacionadas con la perdida
y el reconocimiento al propio ser, desde una mirada retrospectiva e interna.

Es factible estar de acuerdo con Nisin cuando nos expone que “La poesía
sobrepasa el lenguaje”, y con sobrepasar, nos referimos a las formas como el lector
tomara la obra para sí mismo, y como la interpretara la visión del escritor, pues el
texto literario está altamente unido en su sentido total o vivencial al autor.

Cabe destacar que a pesar de que el texto literario se encuentre unido a las
vivencias o deseos ambiguos del autor, esa unión suele convertirlo en una obra que
solo se asocia a su función poética y que carece de una finalidad práctica, esto con
base en la naturaleza ficcional de un texto literario, que podría componerse no solo
de referencias meramente fingidas, ya que en la mayoría de los casos tendría un
contenido semántico real en situaciones que pudiesen ser imaginarias y en las
cuales se invita al lector a imaginar lo que se describe.

Según Searle, cuando el autor de una obra de ficción menciona sucesos que
pudiesen ser efectivamente acaecidos, o lugares y personajes existentes, se refiere
realmente a objetos con referencias a la realidad, como en el caso de la obra Edipo
Rey, que cuenta la historia del enamoramiento de Edipo Rey de la Reina que es su
madre, pero este como fue regalado cuando nació, lo ignora. En esta historia se
muestra el complejo muy utilizado en psicología y denota el vínculo establecido en
una relación madre – hijo, que compromete la estabilidad emocional de ambos.
En la historia de Edipo Rey, se puede evidenciar lo fantástico como un elemento
que surge de posibles hechos reales y que pudieran ser acoplados a la tendencia
propuesta por Torodov y varios estudio del mito en el que se consideraba que Edipo
había sido un personaje histórico, y que su historia tiene el fondo moral de enseñar
el horror que representa el incesto.

Aunque ciertos objetos mencionados en la ficción existan fuera de ella, su inclusión


entre los objetos de referencia de un texto ficcional se modifica funcionalmente.
Según Searle una de las condiciones del cumplimiento exitoso del acto de
referencia es que debe existir el objeto a que el hablante se refiere, toda vez que el
autor de ficciones alude a un objeto imaginario, está realizando una referencia
simulada, una pseudorreferencia. El autor simula referirse a un objeto y, al hacerlo,
simula que el objeto en cuestión existe. El resultado de esta simulación es la
creación de un objeto ficcional, al que luego podemos referirnos "seriamente" pero
en tanto ficcional (1975, p. 330).

Cabe precisar que no es el autor quien finge realizar actos de referencia, sino que
es una fuente de lenguaje ficticia la que se refiere efectivamente a objetos tan
ficticios como ella. Pero no es este el punto más espinoso del problema. Todavía
menos fácil de aceptar es que un texto ficcional puede albergar referencias reales.
Los textos ficcionales no tienen, en efecto, ninguna propiedad semántica o sintáctica
que permita caracterizarlos como tales, Cualquier enunciado y cualquier forma de
actualización de otros medios de comunicación puede ficcionalizarse si es que se
cumple la condición referida.

Al visualizar de nuevo el poema de Cárdenas, se puede afirmar que el autor no


toma referentes ficticios, solamente expresa mediante un lenguaje figurativo el sentir
de forma precisa y flexible el estado emocional del momento. Con lo cual la forma
ficticia no corresponde con una simulación de un objeto, sino que se concretiza a la
emoción presente. Por otra parte, Walcott, presenta un estilo de poesía, donde el
protagonista es el propio autor.
La "ficcionalidad" se entiende como la relación de un texto con constituyentes
ficticios -intencionalmente modificados en su manera de ser-, en sentido estricto el
calificativo "ficcional' solo se aplica al texto mismo.

Cuando se considera a Torodov, vale especificar que se le puede atribuir el


privilegio de caracterizar lo fantástico; pero este autor tiene varias desventajas en su
caracterización: a) excluye la literatura hispanoamericana y b) excluye otros géneros
como la poesía y el drama, y por último no incluye literatura actual, sino que incluye
literatura del siglo XVIII y XIX.

Para Torodov la problemática de lo fantástico se centra en la duda / vacilación, y en


cuanto se pierde lo fantástico. Cabe destacar que lo fantástico no es un género, es
un modo. Esto da lugar a pensar que la literatura fantástica en sí no tiene un
significado en concreto y este varía según la persona que lo lee y en la forma de su
interpretación.

Como dijo Cortázar en una conferencia en la Universidad Católica Andrés Bello de


Caracas: “La poesía es eso que se queda afuera, cuando hemos terminado de
definir la poesía. Creo que esa misma definición puede aplicarse a lo fantástico”.

Ahora, en cuanto a lo fantástico, tomemos por ejemplo la obra “La metamorfosis” del
escritor Franz Kafka, esta obra, que ciertamente se debe considerar ficcional,
guarda una gran comparativa del personaje principal Gregorio Samsa con su
escritor, y que puede verse referenciada en algunos pasajes de la obra y que, si se
revisa la biografía del autor guardan semejanza con su vida.

Hay una clara inspiración en alguno de los pasajes de la obra, como en el momento
que donde el padre ataca a Gregorio con manzanas y le incrusta una de ellas en el
costado (ficción) pero que demuestra parte del maltrato paterno en la vida real.

Como explica Landwehr "Los objetos y hechos de cuya realidad se tiene conciencia
y que a la vez aparecen como componentes del mundo de un texto ficcional
adquieren una especie de existencia doble. Por un lado, incluso durante la
recepción de un texto ficcional, se mantiene la conciencia de su realidad, pero, por
otro lado, se presentan como funcionalmente modificados por su inclusión en un
texto tal: son parte integrante del mundo ficcional' (1975, p. 182).

Podemos entonces llegar a la conclusión de que no hay restricción en la naturaleza


del texto literario de ser una referencia del mundo real y aun así mostrar claramente
una ficción, no son menos ficcionales los mundos de la literatura realista que los de
una clara ficción, y en definitiva siempre se vinculara la literatura con el mundo real,
y como solo puede ser en la literatura, siempre se verá a través de muchos ojos y
siempre desde diferentes ángulos de visión.
Referencias Bibliográficas

- Nissin, A. (1972). La literatura y el lector. Buenos Aires: Nova


- Todorov, T. (1974) Literatura y significación.
- Blanchot, M. (1955) El espacio literario. Paidos
- J. R. Searle, "The logical status of fictional discourse", New Literary
History VI, 1975, pp. 319-332.
- Tavarez, M. (2019). La naturaleza del texto. Pdf
- Reisz, S. (1979) Ficcionalidad, referencia, tipos de ficción literaria. PDF
- Pozuelo, J. La ficcionalidad: estado de la cuestión, Universidad de Murcia.

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