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Este documento debate sobre la relación entre los artistas y sus seguidores en la era de las redes sociales. Plantea que las redes sociales dan una falsa impresión de conocer a los artistas a través de su vida personal compartida, pero que cuando estos cometen actos inmorales surge la pregunta de si se debe separar el arte de la persona. Además, discute que el fin no justifica los medios y que los artistas están ligados tanto a su arte como a sus acciones, ya sean buenas o malas.
Este documento debate sobre la relación entre los artistas y sus seguidores en la era de las redes sociales. Plantea que las redes sociales dan una falsa impresión de conocer a los artistas a través de su vida personal compartida, pero que cuando estos cometen actos inmorales surge la pregunta de si se debe separar el arte de la persona. Además, discute que el fin no justifica los medios y que los artistas están ligados tanto a su arte como a sus acciones, ya sean buenas o malas.
Este documento debate sobre la relación entre los artistas y sus seguidores en la era de las redes sociales. Plantea que las redes sociales dan una falsa impresión de conocer a los artistas a través de su vida personal compartida, pero que cuando estos cometen actos inmorales surge la pregunta de si se debe separar el arte de la persona. Además, discute que el fin no justifica los medios y que los artistas están ligados tanto a su arte como a sus acciones, ya sean buenas o malas.
Actualmente la sociedad está emergida en un mundo donde las redes sociales
son el punto de encuentro entre el artista y sus seguidores. Es decir, es el medio
por el cual la sociedad atiende al arte de ciertas personas, tanto músicos, como pintores, actores … es el medio también por el cual se critica su trabajo y se da a conocer su vida personal. Esto da una falsa impresión de que creemos conocer a la perfección a esos artistas por el echo de saber de su vida y seguir su arte. Pero, ¿qué pasa cuando esta persona hace algo que no es de nuestro agrado o no sigue nuestras normas morales y éticas?, se abre un debate entre dejar de apoyar a este artista o separar el arte de la persona. Un caso claro es la defensa de Justin Beber hacia Chris Brown y alegando que la paliza que Chris le propició a Rihanna fue un error, haciendo público su pensamiento y difundiéndolo en redes. Aquí comienza el debate, ¿Justin es un mal artista por defender esta paliza?, ¿Chris Brown es un mal artista por agredir a su mujer? En mi opinión ambos son grandes artistas, sin embargo, por muy buenos que sean, no veo lógica en que se defiendan y apoyen a este tipo de personas, pero otro individuo puede pensar que no importan sus actos si no su arte. El problema no es dejar de seguirlos porque no nos agraden sus actos, Neruda se sigue estudiando y leyendo, a pesar de haber romantizado una violación en un poema, el problema es seguir dándole fama a alguien que no la merece, por muy buen trabajo que haga. Por lo tanto, la figura del artista va desde su arte hasta su forma de actuar, no solo su oficio. En mi opinión si eres artista estás ligado a tu persona y a tus actos, sean buenos o malos, es por tanto que no se debe separar al artista de la persona y por ello antes de decir que nos gusta alguien debemos conocer todas sus acciones no solo observar sus cuadros o escuchar su música. Otro debate que se plantea es si el fin del arte puede justificar los medios, mi opinión coincide con la de Aldous Huxley quien afirma que “El fin no puede justificar los medios, por la simple y obvia razón de que los medios empleados determinan la naturaleza de los fines producidos”. Hay límites que no se pueden cruzar y actos que son injustificables, porque ningún trabajo artístico por muy importante y espectacular que sea, tendrá excusa para justificar el hecho de omitir la dignidad del ser humano. Es cierto que este límite no está del todo claro porque, ¿cuándo este fin deja de ser ético? En mi opinión este fin deja de ser ético cuando se toman decisiones que podrían ser sustituidas por otras menos graves, es decir, no hace falta matar a una mujer para pintarla muerta, por ejemplo. O tratar el arte como lo hacían los surrealistas, en la película de Luis Buñuel “Un perro andaluz”, nada más empezar ya se cometen actos violentos a la mujer; le cortan el ojo, la atropellan… hacen barbaridades que, a pesar de que lo justificaban con la naturaleza artística de ese estilo, no eran para nada necesarias. Por ello la persona que cuida sus principios y actúa de acuerdo con ellos es el verdadero artista, es decir, que el fin no justifica los medios. Esto va ligado a si se puede valorar o emitir juicios sobre comportamientos de artistas del pasado a partir de criterios actuales. Está claro que hay temas en los que sí se puede juzgar esos actos. Picasso abusó de miles de mujeres, las destruyó por completo y aunque en esa época la mujer no tuviera el papel que merecía, cualquier persona sabe que los actos que cometía no eran éticos, por lo tanto, en estos casos, sí se pueden juzgar este tipo de acciones sea la época que sea. Ahora bien, no podemos juzgar ciertos comportamientos a partir de criterios actuales, ya que nuestra sociedad ha avanzado de manera considerable en temas que en esa época para ellos era totalmente normal, como es el hecho de tener a mujeres en sus casas limpiando en vez de trabajando, o poner a mujeres como prostitutas en un cuadro para que las observaran. Para ellos esto era totalmente normal, es cierto que, a día de hoy, aunque no de la misma manera, siguen sucediendo este tipo de actos y comportamientos abusivos frente a la figura de la mujer, pero actualmente sí se pueden juzgar y considerar como un abuso hacia el cuerpo femenino, mientras que anteriormente era algo común entre los que consumían este arte. La siguiente cuestión que se plantea es si es importante el conocimiento del contexto en el que se realiza una obra para entenderla en su profundidad. En mi opinión es muy importante porque para entender una obra de Van Gogh hay que conocer cómo era el, el por qué el pintaba de esa forma, cuándo podía pintar, la enfermedad que tenía, el por qué a la preferencia de ese tipo de temas. No es lo mismo el amarillo que usaba Van Gogh y el significado que él le daba, al que podían usar otros artistas. En la música es lo mismo, una letra o un conjunto melódico no para todos significa lo mismo y para conocer lo que el autor quería trasmitir con ello hay que saber el contexto previo de por qué esa letra o esa historia en el caso de una película. Por ejemplo “El árbol de la vida” del año 2011 es una película muy bonita que cuenta la mala relación entre un hombre y su padre, ese hombre trata de no llevar los mismos pasos que su padre con su hijo para que el no tenga que sufrir lo mismo que el protagonista. Al verla te das cuenta de que narra una historia que en muchos casos es real y te transmite miles de emociones. Pero cuando sabes que es una autobiografía de la infancia de Terrence Malick(su autor), te das cuenta de muchos más datos que te hubieran servido para comprender mejor la película y por lo tanto condiciona a tu forma de verla y a tu valoración frente a ella. Por todo ello, el uso de la ética en el arte, el conocer al artista, saber su pasado y los medios que han tomado para llevar a cabo su arte, es de especial relevancia a la hora de admirar y seguir a una persona o a otra.