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Kinam I

Las posturas toltecas de poder


Frank Díaz

© Las posturas toltecas de poder, Frank Díaz, 2020.


Kinam® es marca registrada. Todos los derechos reservados. Se permiten las citas, siempre que se mencione la
fuente.
La práctica de estos ejercicios es responsabilidad del practicante. Debe hacerse en compañía de un instructor. El
autor y el editor no se hacen responsables por la práctica imprudente.

kinamoficial.com

Dedico este libro a Eduardo Donde, quien me animo a escribirlo.


Mi gratitud a las profesoras de biomecánica Ana Delia Benito y Alejandra Cobo González por
haber preparado el sistema de certificación de instructores, a la psicóloga Mónica Núñez por sus
observaciones, y a Fabián López por modelar las posturas.
Índice
Presentación 3
Primera Parte Las posturas de poder en la Cosmovisión de Anáhuac
Capítulo 1 Características de la civilización anahuaca 5
Capítulo 2 Sistemas de práctica mesoamericanos 10
Capítulo 3 ¿Un origen asiático? 13
Capítulo 4 Rescates modernos 17
Capítulo 5 El sistema Kinam 19
Capítulo 6 Un diseño cosmológico 21
Capítulo 7 Fractales 25
Capítulo 8 La sesión de ejercicios 28
Capítulo 9 Recomendaciones para una buena práctica 32
Segunda Parte Las posturas de los rumbos
Capítulo 10 El saludo a los cuatro rumbos 34
Capítulo 11 Calentamiento: las 14 bisagras 38
Capítulo 12 Las posturas del sur 42
El guerrero 44
El tullido 47
El torcido 49
El cargador 51
Capítulo 13 Recorrido corporal 53
Capítulo 14 Las posturas del norte 55
El jaguar 57
El pelotero 59
La reverencia 61
El devoto 63
Capítulo 15 La marcha de dioses 65
Capítulo 16 Las posturas del este 68
La moledora 70
El abanderado 73
La mariposa 75
El meditante 77
Capítulo 17 Concentración 80
Capítulo 18 Las posturas del oeste 83
El soñador 85
El profeta 87
La serpiente 90
El flechador 93
Capítulo 19 Deshaciendo los pasos 95
Capítulo 20 Las posturas del centro 97
El puente 99
La llama 102
El brote 104
La raíz 107
Capítulo 21 El comando 109
Tercera parte Ejercicios complementarios
Capítulo 22 El control del aliento 111
Capítulo 23 Los gestos manuales 117
Obras citadas 146

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Presentacion
Kinam, equilibrio, poder, es un termino de la lengua maya. Es el nombre que se le ha dado en
tiempos recientes a un sistema de desarrollo humano basado en las tecnicas psicofísicas creadas
por los chamanes del Mexico antiguo. Estas tecnicas surgieron por una necesidad practica: los
chamanes descubrieron que la sedentarizacion y la civilidad embotaban algunos de nuestros logros
evolutivos, y decidieron compensarlo. Como respuesta a la perdida de capacidad física y al dialogo
mental cada vez mas denso, crearon las posturas de poder y las artes de la meditacion, la
recapitulacion, el ensueno y el acecho.
Aquellas tecnicas fueron creadas para una sociedad muy diferente de la nuestra. Las ciudades
mas grandes del Mexico antiguo no excedían los 160 mil habitantes, de modo que todos sus
moradores mantenían cierto contacto con la Naturaleza, lo que redundaba en salud y capacidad de
atencion. Ademas, los ninos recibían educacion psicofísica desde muy temprano. Hoy, las
circunstancias son otras; ello me ha obligado a revisar y adaptar aquellas practicas,
descontinuando sus aspectos extremos o arriesgados.
El sistema Kinam tiene dos objetivos: armonizarnos integralmente y acercarnos de un modo
vivencial a las raíces de Anahuac. Las fuentes de esta investigacion son los códices, vasijas,
figurillas, pinturas, relieves y esculturas prehispánicas, las crónicas de la época de la invasión y la
tradición oral que sobrevive en los campos de México.
Este trabajo tiene dos partes; la primera, que tienes en tus manos, presenta un conjunto de
posturas y movimientos físicos, así como ciertos ejercicios manuales y de respiracion que los
complementan. El segundo volumen se dedicara a las tecnicas nahualicas para el desarrollo de la
conciencia.
Comencé a elaborar el sistema Kinam hace 22 años, movido por el deseo de entender desde
dentro los gestos y posturas que aparecen en el arte mesoamericano. Expuse el resultado en dos
libros: “El poder del equilibrio” y “El metodo Kinam”, publicados en el 2003 y 2005. Pronto
surgieron grupos de practica que me permitieron afinar los ejercicios; aprovecho para agradecer a
aquellos primeros practicantes.
El tiempo transcurrido me ha obligado a actualizar el sistema, anadiendo dimensiones y
simplificado las posturas. Kinam es un sistema vivo y en perfeccionamiento, por lo que se ampliara
a medida que se realicen nuevos hallazgos arqueologicos y docentes. Es tambien un regalo al
pueblo de Mexico; todos estan invitados a contribuir con sus particulares realizaciones.
Nota ortográfica
Debido a que las principales fuentes de información para este libro proceden de las zonas maya y
náhuatl, he añadido términos en estas lenguas que ayudan a esclarecer o a documentar los
conceptos. Para su correcta pronunciación, tengamos en cuenta lo siguiente:
 Todos los polisílabos del náhuatl son llanos; por ejemplo, se pronuncia Kínam. Los acentos no
se escriben, pues la lengua náhuatl es monotonal.
 Casi todos los polisílabos del maya son agudos; por ejemplo, Chilám. Tal como ocurre en el
náhuatl, los acentos no se escriben.
 La doble L se pronuncia como L larga, no como Y; por ejemplo: Nawal-li, nahual.
Frank Díaz, Tenochtitlan 2020

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Tlachichikilko in wiloa tlaltikpak; nipa tlani, nipa tlani.
Ma’ka tle’kopa, ma’ka temokpa,
ma’ka maopochko, ma’ka mayekkan.
A’kampa weli, in tlaopochko intla itskak, sentlani.

Si te desvías hacia acá, caerás; si te desvías hacia allá, caerás.


Ni para arriba, ni para abajo, ni para la derecha, ni para la izquierda.
Evita los extremos, mantente en el centro,
pues sólo desde el centro es posible avanzar.

Wewetla’tolli, libro de las antiguas palabras

Katun u tak’bes yalob tu kusholalob yan.


Manan tun k’eban, tu santo ok’olalob yan u kushtalob.
Manan tun chapajal, minan tun tsentsem kimil tiob.
Tsolombil tun u bin u winikilob.

Por entonces eran cabales, sabios y prudentes.


No tenían pecado, vivían en santa devoción.
No sufrían enfermedades, debilidad ni agotamiento,
Erguidos, fuertes eran entonces sus cuerpos.

Chilam Balam de Chumayel

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Primera Parte
Las posturas de poder en la Cosmovision de Anahuac

Capítulo 1
Características de la civilizacion anahuaca

Intencionalidad del arte mesoamericano, figurillas maya, olmeca y huasteca.

Se les llama “posturas de poder” porque tienen efectos poderosos sobre el cuerpo y la mente. Son
posiciones del cuerpo que ejercitan la voluntad, los musculos y el sentido del equilibrio; ademas,
poseen un alto valor simbolico. Casi todos los pueblos de la Tierra las conocen y practican con
proposito ritual o de entrenamiento. Las encontramos en el yoga hindu, la gimnosofía griega, la
gestualidad egipcia, las danzas sagradas de Africa y Oceanía, las artes marciales de China, el antiguo
Peru y la Europa medieval… Los antiguos mexicanos no fueron la excepcion; la abundante
representacion del cuerpo humano en sus murales, relieves, codices y vasijas, en todo tipo de
posturas y actitudes intencionales, demuestra, no solo que conocieron las posturas de poder, sino
que estas eran parte importante de su Cosmovision.
Una civilización práctica
Anawak, rodeado de agua, es el nombre que dieron a su patria los antiguos mexicanos. Aunque es
un termino de origen nahuatl, abarcaba a todos los pueblos de Mesoamerica, como demuestra su
aplicacion a los mayas, mixtecas y moradores de la costa del Pacífico:
"Cuando salieron de Tulla, se fueron hacia el oriente; de ellos descienden los que al presente se
llaman Anahuacas Mixtecas… A aquellas provincias que están hacia la mar del sur (Océano
Pacífico) las llaman Anahuaca Tlalli, tierras de Anáhuac… Recibían (los mayas a los mercaderes
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nahuas) a la mitad del camino, y de allí los llevaban hasta su tierra, que es Anahuac Xicalanco
(‘tierra que se curva entre las aguas’ - la península de Yucatán). En cuanto llegaban a la provincia
de Anahuac Xicalango, los mercaderes daban a sus señores lo que enviaba el señor de México."
(Codice Florentino, libros ÍÍÍ, ÍV, ÍX)
Anahuac fue una extensa cuenca cultural que abarco Mexico y Centroamerica, e influyo hasta el
norte de Sudamerica y el centro de los Estados Unidos. Sus moradores, apodados genericamente
anahuacas, crearon una de las siete civilizaciones-madre u originales de la historia, alcanzando
relevantes logros agrícolas, sociales, artísticos y científicos, practicamente sin ayuda externa.
Al conjunto de sus realizaciones, los pueblos nahuas le llamaron Toltekayotl, Toltequidad,
termino procedente de la antigua raíz Tol, relativa a los macizos de juncos y metafora de la
solidaridad social. De este concepto derivan los gentilicios Toltekatl (nahuatl) y Ajtoltekat (maya-
quiche), con el significado de artista, persona culta, tal como explica el Popol Vuh:
“¡Da a conocer tu naturaleza, tú, dos veces madre, dos veces padre, maestro Serpiente Emplumada,
tallador de turquesas, labrador de joyas, creador del hermoso plato y el verde vaso (la tierra y el
cielo)! Tú serás llamado El Tolteca por tu obra y creación.” (Popol Vuh 1.2)

Definición de la Toltequidad, lámina del Popol Vuh.

Las civilizaciones de México y Perú consiguieron sobrevivir durante milenios en condiciones de


aislamiento, con un alto espíritu organizativo y creativo, gracias al desarrollo de la Toltequidad,
llamada en quechua Kausa’, forma apropiada de ser. La Toltequidad se define como la
armonización sistémica de los símbolos e instituciones.
De modo impropio, la mayoría de los historiadores actuales restringe el término “tolteca” a los
moradores de la ciudad de Tula, en el Estado de Hidalgo, así como a la época en que dicha ciudad
ejerció su poder sobre Anáhuac. En este libro lo aplicamos en su acepción original, como título de
pertenencia cultural de todos los mesoamerricanos.

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Llaman la atencion tres aspectos de aquella civilizacion: su pragmatismo, su intencionalidad y
su profusion simbolica. Los anahuacas se orientaban a las realizaciones practicas; la literatura que
nos legaron esta llena de formulas organizativas, productivas, astronomicas, medicas y rituales.
Como observa una investigadora, tal tendencia se nota en su religion, elaborada, no a partir de las
especulaciones de los filosofos, sino del ejemplo vivo de los profetas:
“En lugar de plantear el problema de la existencia a partir de lo físico, lo social o lo divino,
Quetzalcoatl establece como realidad primera de la situación humana la fuerza potencial de
integración que le es exclusiva. De ahí que su mensaje parezca más una guía de acción, que una
teoría filosófica.” (Laurette Séjourné, Pensamiento y Religión en el México Antiguo)
Muestra del pragmatismo de la religion tolteca, es el hecho de que, cuando los padres catolicos
de la epoca de la invasion buscaron el equivalente del concepto cristiano de “fe”, lo mas parecido
que encontraron fue terminos como el maya Kusholal, discernimiento, o el nahuatl Neltokilia,
verificar (de Nelli, verdad, y Tokilia, probar). No se esperaba que el tolteca creyera dogmas por
orden de un dios o un sacerdote, sino que comprobara las cosas, como aconseja un texto sagrado:
“Un tolteca todo lo saca de su corazón, es abundante, múltiple, inquieto, hábil, capaz; a sí mismo
se adiestra, dialogando consigo mismo y encontrando respuestas en su interior. De este modo te
convertirás en tolteca: si adquieres hábito y costumbre de consultarlo todo con tu corazón. Sé un
tolteca: una persona de experiencia propia.” (Wewetla’’tolli, Codice Florentino)
Debido al amarillismo que impregna a la antropología y la historiología mesoamericanas, el
publico suele imaginar a los anahuacas como un pueblo obsesivamente dedicado a oscuros rituales
en honor a “dioses” sedientos de sangre. Lo cierto es que su cultura tenía una orientacion
eminentemente racional, y esto se reflejo en inventos de alto nivel intelectual, como la escritura, el
papel y los libros, unas matematicas que incluían el cero, los numeros negativos y el orden
posicional, una astronomía avanzada y el calendario mas exacto de la historia.
Pero, en lugar de aplicar sus recursos intelectuales a lo especulativo, como hicieron los griegos,
los anahuacas se orientaron a la solucion de problemas practicos. Esto tenía un por que: a
diferencia de las civilizaciones del Viejo Mundo, cuya cercanía les permitio todo tipo de
intercambios, las de America estaban aisladas en su territorio, no tenían un vecino poderoso al que
invadir o pedir un prestamo, en caso de necesidad. Una sequía de cuatro anos las ponía en riesgo,
el enfoque especulativo las hubiera extinguido. Si hoy hablamos de los anahuacas, es porque
supieron enfrentar de un modo racional y practico el reto de la existencia.
Una civilización intencional
Otra característica de aquella civilizacion es su intencionalidad. Si observamos el mapa de alguna
ciudad moderna, no encontraremos en los edificios la menor orientacion astronomica. En cambio,
las ciudades importantes del Mexico antiguo estaban rigurosamente disenadas, tanto para facilitar
la vida colectiva, como para responder a imperativos esteticos, cosmologicos y científicos, entre
ellos, la alineacion de los edificios con el movimiento del cielo, lo que permitía usarlos como
instrumentos de observacion.
Tal intencionalidad se hace patente en sus creaciones artísticas. Es difícil encontrar en el arte
mesoamericano un trazo sin significado, un color meramente decorativo, una figura humana o
animal carente de proposito, una posicion accidental del cuerpo o las manos. En ocasiones, las
miradas de los personajes se elevan y sus bocas se abren, evocando un canto u oracion, lo que indica
que sus posturas eran parte de una ritualidad. No existe en Anahuac arte por arte, toda su
produccion artística estaba comprometida con su Cosmovision.

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La vocacion practica y la intencionalidad condujeron de modo inevitable a los sistemas de
entrenamiento. Pocos pueblos de la Tierra han mostrado tanto interes por la educacion, que, en las
capitales de Anahuac, era gratuita, obligatoria y normalizada. El cronista Bartolome de Las Casas
afirmo que las escuelas impartían cinco materias basicas: historia, religion, astronomía, calendario
y manejo de los suenos, y que la ensenanza se basaba en libros institucionales.
“(En las escuelas mexicas) había cinco libros… El tercero hablaba de los sueños, agüeros y
supersticiones que usaban. Muchas cosas hacían o dejaban de hacer por los sueños, en que mucho
miraban.” (Historia de las Indias)
Ademas, los ninos recibían orientacion vocacional, al ponerse en contacto con los diversos
oficios, así como entrenamiento marcial, pues el ideal de aquella sociedad era producir guerreros.
Afirma el Codice Telleriano: “de cada cinco mexicanos, uno era sacerdote”. Eso significa que
muchos adolescentes entraban a los monasterios-universidades para hacerse astronomos,
sacerdotes, artistas, maestros, escribas o dirigentes. Los demas se dedicaban al oficio de la familia,
pero se les instaba a asistir a las Casas de Canto para aprender a danzar. Ademas, a partir de la
mayoría de edad, militaban en las ordenes marciales de las aguilas y los ocelotes, a traves de las
cuales continuaban entrenando el cuerpo.
Este contexto cultural nos dice que las figuras de guerreros, danzantes, acrobatas y meditantes
que encontramos en el arte de Anahuac no son expresiones espontaneas o accidentales, sino
reflejos de tradiciones de practicantes.
Una civilización cifrada
Aunque las fuentes arqueologicas conservan mucha informacion sobre las practicas toltecas, es
difícil de extraer, pues esta cifrada. Aquí tropezamos con la tercera característica de aquella
civilizacion: su amor por los símbolos y las metaforas. La informacion se transmitía a traves de
símbolos intrincados. Se requiere estudio para entender, por ejemplo, por que un cuchillo
simbolizaba la conciencia, o un caracol al ciclo del planeta Venus.
Con frecuencia, la incapacidad interpretativa nos lleva a no ver lo que hay, o, peor, a ver lo que
no hay. Un caso típico es el emblema de la Serpiente Emplumada, llamada en maya K’uk’ulkan y en
nahuatl Ketsalkoatl. Un reptil que echa plumas y aprende a volar es, probablemente, el mejor modo
de aludir al desarrollo de la vida y la conciencia. Sin embargo, los historiadores prefieren creer que
los antiguos mexicanos adoraban literalmente a una serpiente con plumas; no les conceden la
capacidad de abstraer, divinizar y representar el concepto de “evolucion”.
La incomprension simbolica afecta nuestro entendimiento de las practicas toltecas. Allí donde
los antiguos plasmaron ejercicios, los estudiosos ven caprichos culturales. Tal es el caso de una
practica tan importante como el cultivo de los suenos. Como vimos, ese arte quedo reflejado en una
de las cinco materias basicas de las escuelas; ademas, fue reportado muchas veces en los juicios
que se realizaron en la Colonia contra los nahuales, y sobrevive hasta hoy en algunas comunidades
nativas, tanto entre los chamanes como entre los moradores sencillos, que acostumbran recapitular
sus suenos en la manana. Pero, aunque este tema es fundamental para entender aquella
Cosmovision, pocos investigadores le han dedicado atencion, pues la cultura cristiana no lo aprecia;
menos aun estan dispuestos a verificarlo.
Si los prejuicios destruyen un objeto de estudio tan obvio como el sueno, no es de extranar que,
al encontrar posturas de poder en el arte de Anahuac, los arqueologos y antropologos se apresuren
a clasificarlas como manifestaciones rituales, ignorando su dimension practica, tal como denuncia
una autora:
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“A pesar de que he encontrado numerosas posturas de Yoga en esculturas de origen prehispánico,
durante mi investigación en los archivos del Instituto de Antropología no encontré ninguna
referencia al respecto. Las figuras son descritas como danzantes, contorsionistas y chamanes, y sus
prácticas, que un estudiante identificaría claramente como prácticas de Yoga, son generalmente
mencionadas como ‘procedimientos médicos’.” (Herta Rogg, Yoga and Prehispanic Culture of
Mesoamerica, Yoga Rahasya no. 1, 2003)
Las posturas de poder y los ejercicios psicofísicos del Mexico antiguo no se han estudiado,
porque no se conservan como tradicion viva. Lo mismo le habría ocurrido al Yoga de la Índia si sus
practicantes se hubieran extinguido: hoy lo interpretaríamos como un asunto estrictamente ritual,
e ignoraríamos sus alcances físicos, perceptuales, intelectuales y sociales.
Para entender las practicas toltecas, hay que practicarlas.

La serpiente emplumada, emblema de la evolución, relieve de Palenque.

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Capítulo 2
Sistemas de practica mesoamericanos

Las practicas toltecas formaban parte de la Cosmovision. Esto puede ser difícil de entender, pues
nosotros vemos en los ejercicios físicos un medio para adelgazar o mejorar la salud, no un vehículo
de conciencia. Otras culturas lo interpretaron diferente. Para los antiguos griegos, ejercitarse era
una cuestion de dignidad; le concedían tanta importancia a los deportes, que representaban a sus
dioses y profetas como modelos atleticos. El enfasis es aun mas marcado en la Índia, pues el Yoga
forma parte del hinduismo. Algo similar encontramos en Anahuac.
Los antiguos mexicanos no separaban la materia del espíritu; para ellos, el cuerpo físico era una
expresion divina y merecía un trato reverencial. Por eso, como afirma un texto maya, la prueba de
la estatura moral de los grandes antepasados radicaba tanto en su sabiduría y hazanas, como en su
salud y porte físico:
“Había en ellos sabiduría, no conocían pecado, vivían saludables, sin enfermedad, dolor o fiebre.
Rectamente, erguido iba su cuerpo.” (Chilam Balam de Chumayel)
El cronista Diego Duran testimonio el extraordinario interes que sentían los mesoamericanos
por las artes escenograficas que derivan del cultivo físico:
“Eran tantos los juegos y gentiles delicadezas que con pies, manos y cuerpo esta gente hacía, que
osaré afirmar que en el mundo no hay nación que mayores sutilezas y ligerezas ejercitase. Si
hubiera de relatar cada una en particular, se pudiera hacer un capítulo.” (Diego Durán, Historia
de las Indias de Nueva España)
Ese interes se refleja en elementos como los siguientes:
 Los mas de 2000 estadios para el juego de pelota que han descubierto los arqueologos en
Mesoamerica.
 La abundancia de posturas de poder en la iconografía.
 El hecho de que estas posturas se suelen asociar con ascetas, deportistas y guerreros, grupos
que, por naturaleza, se dedican a este tipo de practicas.
 La especializacion de algunas posturas, como el doble cruce de piernas y la inversion, que solo
se explica como el producto de un arduo entrenamiento con escuelas y profesores.
 La aparicion de hiperposturas - posturas tan complejas, que marcan el límite físico de los
ejercicios, de donde se deduce que estos tenían niveles de reto y eran parte de un sistema.
 La aparicion de tres tipos de imagenes con funcion didactica: figuras de transicion que explican
como hay que completar la postura, conjuntos de figurillas que muestran los pasos sucesivos del
mismo ejercicio, y estatuas y figurillas con brazos o cabezas articulados, cuya movilidad sugiere
que se usaban para ejemplificar movimientos.
Al organizar la documentacion arqueologica existente, encontramos evidencia de, al menos, seis
sistemas de disciplina física suficientemente especializados y coherentes como para contar con
nombre propio; estos son:

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Figurillas olmecas en secuencia didáctica.

Estatua huasteca con miembros articulados. Figurilla de Xochipala en postura de transición.

Hiperposturas, figurillas olmecas y de Jalisco.

1. Las danzas profanas (maya: Okot; nahuatl: Í’totilistli) y sagradas (maya: Nawal; nahuatl,
Nawa), un aspecto importante de los ritos y las escenificaciones de los mitos. Su aprendizaje era un
requisito cultural, existiendo para este proposito escuelas en cada calpuli o barrio.

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2. Las escenificaciones acrobaticas (maya: Shimbal; nahuatl: Mayotsinkuepa) con proposito de
diversion y complemento a las escenificaciones de los mitos. Una de ellas sobrevive hasta hoy: el
ritual de los voladores de Papantla, que describe el “sacrificio” de los dioses para crear al ser
humano. El modo riguroso como se entrenan sus practicantes, da fe de la existencia de escuelas en
tiempos prehispanicos.
3. Las artes marciales (maya: K’uk’umkatun, guerra de plumas; nahuatl: Yayaotl, simulacro
militar), elemento fundamental de la educacion de los ninos, pues aquella sociedad buscaba
incorporar las virtudes del guerrero.
4. El lenguaje manual (maya: Eets; nahuatl: Machiomana), un sistema de representacion de
conceptos y datos a traves de las posiciones de brazos, manos y dedos, que dejo abundante
documentacion grafica; le dedicaremos el ultimo capítulo de este libro.
5. Los deportes, en particular el juego de pelota (maya: Pok ta Pok; nahuatl: Ollama), con una
profunda dimension simbolica. Gracias a los reportes de los cronistas, sabemos que algunos
jugadores eran profesionales que dedicaban toda su vida a ejercitarse.
6. El sistema de ejercicios físicos que estudiaremos en este libro, el cual incluía posturas,
movimientos conectivos, marchas y formas especializadas de respirar.

Es falso que los anahuacas sacrificaran a los jugadores de pelota. Ningún cronista nativo o español
reportó esta práctica, ni se ha encontrado evidencia arqueológica de ella. Es una especulación
moderna basado en la incomprensión del mito creador tolteca y de las metáforas iconográficas.

Juego de pelota, relieve maya. Encuentro de arte marcial en el estadio, lámina del Códice Colombino.

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Capítulo 3
¿Un origen asiatico?
Varios investigadores han notado el parecido entre los ejercicios toltecas y el Yoga; por ejemplo,
Herta Rogg comenta:
“Es fascinante descubrir en las culturas (de México) descripciones de técnicas de purificación,
control del aliento y meditación, guías éticas, votos de renuncia y vigilia, danzas, así como posturas
estáticas y dinámicas, tal como son conocidas por los estudiantes de Yoga.” (Yoga and prehispanic
culture of Mesoamerica, Yoga Rahasya no. 1, 2003)
El parecido se menciona a veces en los artículos científicos como curiosidad, o insinuando la
posibilidad de un contacto entre Índia y Mesoamerica, pero, pocos investigadores le han dedicado
estudio serio, pues las academias niegan el difusionismo cultural interoceanico.
Cuando comparamos las imagenes de practicantes en el arte de Anahuac con sus equivalentes
de la Índia, surge la pregunta: ¿recibieron las practicas toltecas alguna influencia del Yoga? Para
responderla, hay que tomar en cuenta tres elementos: nuestra base biologica, el origen de los
indoamericanos, y los contactos entre Asia y America a traves del Oceano Pacífico.
Las posturas y gestos físicos pertenecen al campo de la kinesia o comunicacion no verbal. Este
tipo de lenguaje tiene dos componentes: general y específico. El componente general es comun a
nuestra especie y se organiza en tres categorías:
1. Posturas, gestos y expresiones instintivas que acentuan el estado emocional, aprovechando
las posibilidades expresivas del cuerpo del primate. Por ejemplo, una mano a modo de escudo
expresa rechazo en todas las culturas, pues interpone una barrera; en cambio, una mano extendida
expresa ofrenda o buena intencion.
2. Ejercicios que desarrollan nuestro potencial físico. Los apretados resultados de las
competencias deportivas internacionales muestran que el cuerpo y la psiquis del ser humano son
basicamente iguales en toda la Tierra. Por lo tanto, en busca de agilidad, resistencia o fuerza, todas
las culturas han creado sistemas de entrenamiento similares.
3. El tercer componente general del lenguaje no verbal, es la tendencia a abstraer, tanto la
gesticulacion enfatica como los sistemas de entrenamiento, en codigos gestuales y de posturas, de
los que el Yoga y los mudras de la Índia son los ejemplos mas conocidos.
El lenguaje kinesico general es una respuesta universal a imperativos universales. Como afirman
dos autores:
“Creer que el Yoga es exclusivo de la India es tan falaz como creer que la filosofía es propiedad de
Grecia.” (Serge de la Ferrière, Yug Yoga Yoguismo)
“El Yoga ha existido en todas las grandes culturas, con otro nombre y hasta con técnicas diferentes,
pero con el mismo sentido: tratar de desarrollar las facultades del ser humano para permitirle
afrontar su realidad. Así es que, tanto en la antigua América como en las culturas europeas, ha
existido esta disciplina.” (José Marcelli, La experiencia del Yoga)
En otras palabras: no necesitamos una importacion de la Índia para explicar la presencia de
sistemas de entrenamiento en el Mexico antiguo, incluyendo detalles obvios, como mantener la
espalda recta al meditar, o acompasar la respiracion a los movimientos del cuerpo.

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Posturas de poder de Egipto, Perú, India y México.

Sobre el componente general se imprimen dos tipos de influencias específicas: las heredadas y
las intercambiadas. Las primeras proporcionan lo grueso del lenguaje cultural, mientras que las
segundas bordan el detalle fino.
No hay que olvidar que, tal como han demostrado los genetistas, linguistas, paleontologos y
arqueologos, los primeros americanos procedían de Asia; llegaron a America en varias oleadas
migratorias a traves del puente de Bering, que unio a ambos continentes durante la epoca glacial.
Aquellos migrantes portaban, dentro de su cultura, las tecnicas psicofísicas propias de las
sociedades nomadas. Al respecto, es significativo que un pueblo de transicion como el inuit
(esquimal), conserve practicas similares al Yoga. Esta herencia explica el componente específico de
los sistemas de entrenamiento de los pueblos que pertenecen a la macrocuenca cultural del Oceano
Pacífico.
Pero, cuando el parecido incluye detalles como un mismo símbolo o gesto asociado a
determinada postura, es inevitable pensar en la posibilidad de intercambios puntuales, como
observa Samuel Martí:
“La similitud de ciertas posiciones o ademanes de las manos de las deidades y danzantes mayas
con sus colegas de la India nos precipita dentro de uno de los grandes problemas de la antropología
americana: las posibles relaciones prehistóricas entre América y Asia.” (Mudras, manos
simbólicas en Asia y América)
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El poblamiento masivo de América ocurrió cuando Asia y América estaban unidas por un puente de tierra.

Varadamudra, gesto de ofrenda, y Ushnisha, brote coronario, en estatuas de la India y México.

Aclaremos algo: la influencia cultural transpacífica no es hipotetica. Milenios despues que se


hundiera el puente de Bering, se reanudo el contacto entre Asia y America, como prueban las
docenas de anclas chinas descubiertas en las costas de California, el algodon americano cultivado
en China desde tiempos remotos, y la comparacion genetica de comunidades humanas a ambos
lados del oceano. Tales contactos eran inevitables, considerando que los barcos hindues y chinos
de inicios de la era cristiana eran mayores y mas confiables que las carabelas de Colon, y que los
andinos y polinesios tambien desarrollaron embarcaciones capaces de la travesía oceanica. El
asunto a definir no es si hubo influencia, sino cuan profunda fue.
Si el parecido fino entre las posturas de la Índia y Anahuac se debe al intercambio cultural, surge
otra pregunta: ¿que pueblo fue el influyente? Para averiguarlo, tenemos que hacer un comparativo
cronologico. Las mas antiguas posturas intencionales del arte hindu aparecen en tres sellos de
barro del siglo 17 antes de Cristo, encontrados en las ciudades de Mohenjo Daro y Harappa, en valle
del río Índo. En ellos, vemos personajes en posturas de meditacion similares a las que luego se
incorporaron al Yoga. Esta evidencia sugiere que, para entonces, las posturas de poder ya formaban
parte de la religion hindu.
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Pero, hay que esperar casi mil anos para que el sabio Yajnavalkya describa algunas posturas, aun
sin clasificarlas como sistema. No fue sino hasta 2 o 3 siglos antes de Cristo, cuando Patanjali
sistematizo por primera vez el Yoga; a partir de ahí, las posturas abundan en el arte hindu.
El panorama en Mexico es diferente: desde los inicios de la cultura Tlatilco (del 2500 al 500
antes de Cristo) encontramos figurillas en posturas de meditacion. En entierros fechados hacia el
1500 antes de Cristo, aparecen posturas tan complejas como las invertidas, no de modo casual, sino
consistente con una practica sistematizada. Poco despues, los olmecas labran estatuillas en loto
con doble cruce de piernas. Estos hallazgos implican que, antes del surgimiento del Yoga en la Índia,
ya existía en Mexico un sistema de posturas físicas completamente maduro. Por lo tanto, no es
probable que las practicas toltecas deriven del Yoga.
Si hubo influencia unilateral o recíproca entre Mesoamerica y la Índia, esta debio ser anterior al
Periodo Epiclasico (siglos 8 a 11 despues de Cristo), epoca en que surge el Chakmol en
Mesoamerica, pues dicha postura no ha sido encontrada en la Índia.

Sellos de Mohenjo Daro y Harappa, India.

Figurillas preclásicas, Mesoamérica.

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Capítulo 4
Rescates modernos

En las ultimas decadas, varios difusores culturales han tratado de rescatar las practicas toltecas,
creando una docena de sistemas mas o menos basados en las fuentes historicas de Anahuac. Estos
desarrollos no son accidentales, forman parte de una tendencia creciente en el seno de las
sociedades mexicana y andina, que buscan revalidar sus raíces ancestrales. Echemos una mirada a
los tres sistemas que mas difusion han recibido.
Xilán
Xilam, desollamiento, es un arte marcial creado en la decada de los 80 por la artista marcial Marisela
Ugalde. Ella se baso en el Chupaporrazo, un metodo de pelea zapoteca al que incorporo tecnicas de
origen mexica y maya. Afirma su creadora que el objeto de este arte va mas alla de lo marcial,
tambien es un modo de vivenciar las raíces:
"Xilam es la recomposición, desde el México contemporáneo, de una parte importante de la
experiencia de vida ancestral, que no solamente implica un arte marcial, sino toda una filosofía de
vida, un proyecto de desarrollo personal, donde el individuo se descubre y descubre a sus
semejantes ‘quitándose la piel’; además de ser un proyecto histórico representativo del despertar,
permanencia y trascendencia de la memoria ancestral de una nación."
Tensegridad
Tensegridad, equilibrio de tensiones, es el nombre formal de los “pases magicos”, un sistema de
movimientos de energizacion creado a inicios de los 90 por el antropologo peruano Carlos
Castaneda. Su autor atribuye su creacion o “descubrimiento” a los antiguos toltecas:
“Los pases mágicos no fueron inventados: los descubrieron los antiguos chamanes de México
mientras se encontraban en estados de conciencia acrecentada. Todo comenzó como una
investigación sobre la naturaleza de una increíble sensación de bienestar que experimentaban
cuando mantenían determinadas posiciones físicas, o movían su cuerpo o miembros de un modo
específico, mientras se encontraban en estados de conciencia acrecentada. La sensación era tan
intensa, que el deseo de repetir esos movimientos cuando regresaban al estado de conciencia
normal se convirtió en el centro de sus esfuerzos. La búsqueda fue exitosa, y los chamanes llegaron
a conocer una serie muy compleja de movimientos que permitían un importante incremento en su
destreza física y mental.” (Los Pases Magicos)
Es de destacar que Castaneda solía visitar con sus aprendices los museos y sitios arqueologicos
de Mexico, y les instaba a incorporar las posturas reflejadas en las estatuas y relieves, pero la
muerte le impidio emprender seriamente ese rescate.
Kinam
Kinam, equilibrio, es un sistema de autoentrenamiento desarrollado por un servidor a partir de las
fuentes arqueológicas. Tiene, ante todo, un proposito identitivo, pues responde a las necesidades
de una sociedad que va cobrando conciencia historica, y no se contenta con las frías descripciones
de los arqueologos, una sociedad que quiere hallarle sentido practico a su patrimonio cultural, pues
lo necesita para comprenderse a sí misma. Ademas, el sistema Kinam intenta rescatar los valores
intrínsecos de las practicas toltecas, las cuales poseen tecnologías que, en otras tradiciones de la
17
Tierra, reciben menos enfasis, tales como el camino del guerrero, la escrupulosa higiene mental y
el manejo de los suenos. En tercer lugar, este sistema pretende resolver de modo empírico una
incognita arqueologica: ¿que funcion tenían las posturas de poder que aparecen en el arte
mesoamericano?
Al igual que el Yoga, el sistema Kinam procura que permanezcamos en posiciones estaticas que
comprimen ciertas glandulas, para provocar determinados estados perceptuales, pero se distingue
del Yoga en los siguientes aspectos:
 Tiene pocas posturas en comparacion con el Yoga; en cambio, son mas complejas, pues cada
una posee grados y variantes.
 Casi todas sus posturas son exclusivas de Mexico.
 Todas las posturas incorporan movimientos; el movimiento es un aspecto fundamental de la
practica.
 Las posturas no se organizan en forma lineal, como en Yoga, sino en forma radial, reflejando el
modelo de la cosmología tolteca.
 Las posturas estan estrechamente asociadas a ciertos ejercicios llamados “nahualicos”, por lo
que su practica no se completa sin ellos.
 La diferencia mas importante, es que la practica habitual (la que realizamos mientras estamos
despiertos) se considera preliminar; un proposito de este sistema es montar las posturas en
suenos.

Practicantes de Tensegridad y Xilam

18
Capítulo 5
El sistema Kinam

Elabore las bases de este sistema en los anos 1998 y 1999, mientras residía en el pueblo de Amatlan
de Quetzalcoatl, Estado de Morelos. Todo comenzo con una observacion casual: note que los mas
ancianos de la comunidad sabían colocar tecnicamente el cuerpo al sentarse o echarse sobre un
petate, estar de pie, agacharse, caminar, llevar una carga, dar o recibir algo, etcetera. Íntrigado por
estas manifestaciones, pregunte al patriarca de la comunidad, Don Felipe Alvarado:
- Don Felipe, ¿sus padres le ensenaron algun sistema de ejercicios cuando era nino?
Por un instante no entendio mi pregunta, pero, de pronto, su rostro se ilumino.
- ¡Moyektilia! - me dijo, irguiendo instintivamente su tullido cuerpo.
Me conto que, desde pequeno, sus abuelos le inculcaron un codigo de conducta al que llamaban
Moyektilia, nuestro (hacer) correcto, el cual era necesario en una sociedad que, a inicios del siglo
20, apenas usaba las sillas, y dependía casi enteramente del cuerpo humano para la carga y el
transporte, por lo que una mala postura o movimiento podían danar un organo. Al buscar ese
termino en las cronicas y diccionarios del siglo 16, encontre tres citas:
1. El padre Sahagun lo recogio en su Vocabulario, traduciendolo: “se hace bueno, se limpia, se
cuida y perfecciona”.
2. Una cronica del siglo 16, refiriendo la construccion de un monasterio cristiano, lo aplica en la
frase:
“Moyektili Tepankalli, el templo de la práctica correcta” (Histoire Mexicaine 1221).
3. Un poema mexica lo menciona al describir la meditacion del gobernante Moteku’soma:
“Allá, donde vuela el quetzal (el estado de éxtasis), con rocío de flores (silencio mental), el
respetable Moteuksoma se dedica a la buena práctica (Moyektine’nemi)” (Cantares mexicanos
28).
Las dos ultimas citas muestran que Moyektilia no era unicamente un codigo de conducta física,
sino que incluía ejercicios de conciencia.
Esta información me llevó a revisar la iconografía y las crónicas de Mesoamérica en busca de
posturas y técnicas. Pronto comprendí que, el único modo de entender las descripciones, era
poniéndolas en práctica. En el 2001, en una conferencia sobre el arte de Anahuac que impartí en la
Universidad Autonoma del Estado de Morelos, note que el termino Moyektilia resultaba un poco
largo y difícil de traducir para quienes no hablan nahuatl, de modo que comence a buscar un modo
mas idoneo de presentar el sistema. En un manuscrito nahuatl encontré un término que describe
muy bien el intento de estos ejercicios: Kinam, abreviacion de Kiname’tin, fuertes, equilibrados. El
texto se refiere a un pueblo que vivió hace milenios, al que se atribuyen acciones prodigiosas, y
añade:
“Entonces vivían los Kinames, y su saludo era: que no te caigas sobre la tierra (que conserves tu
equilibrio), pues, quien por entonces caía, caía para siempre.” (Anales de Cuauhtitlan)
Los historiadores suelen traducir el término Kiname’ como gigante, pero esta interpretación es
19
popular, no etimológica. Intrigado por su extraño saludo, comencé a buscar el nombre de los
kinames en las lenguas de Anáhuac, encontrando que, en maya, Kinam significa fuerza, equilibrio,
respeto, danza, virtud; se relaciona con la raíz Kin, que le da nombre al Sol como motor del Sistema
Solar y armonizador de los ciclos de tiempo. Aparece tambien en unos pocos terminos del nahuatl,
implicando poder, energía y espacio de tiempo. Ademas, por convergencia con la raíz Namik,
referente a la armonía, forma terminos como Kinamiko, armonizado, y Kinamiktia, aplicar una
fuerza para conseguir el equilibrio.
No sorprende que los anahuacas dieran ese título a sus divinos antepasados, pues el equilibrio
interno era un principio cardinal de la filosofía tolteca, presente en las enseñanzas de los textos
sagrados:
“En este mundo caminamos por lugares escarpados, un abismo de un lado y un abismo del otro. Si
te mueves para acá o para allá, ¿cómo evitarás caer? Sólo en el medio es posible avanzar. Evita los
extremos, mantente en el medio, pues sólo en el medio existe la condición honorable.” (Códice
Florentino)
Mientras realizaba esta pesquisa, me llamo desde Canada el escritor de temas toltecas Víctor
Sanchez, quien estaba a punto de impartir una conferencia sobre tecnicas nahualicas, y quería
presentarlas con un nombre nahuatl. El fue quien por primera vez uso el termino “Kinam” en un
evento publico.

Practicantes de Kinam.

20
Capítulo 6
Un diseno cosmologico

El cuerpo, imagen del Cosmos, lámina del Códice Vaticano 3728. El octaedro cósmico.

La siguiente etapa de esta investigacion comenzo en el 2002, cuando el escritor de temas toltecas
Julio Diana Da Silva me comento que percibía una estructura interna en las posturas de Kinam, y
que esta parecía reflejar la cosmología tolteca (la organizacion del Universo en cuatro rumbos
horizontales y tres niveles verticales, y su armonizacion a traves del calendario). Su observacion
abrio una nueva dimension en la comprension del sistema; en efecto, las posturas estaban
orientadas hacia los rumbos, pues estos representaban categorías de fenomenos, así como las
tecnicas y ritos con que los anahuacas intentaban manejarlos. Para entender la asociacion, vale la
pena dedicar unas palabras a aquella cosmología.
Los cuatro vehículos
En un intento por describir al Universo a partir de lo conocido, los anahuacas le proyectaron los
atributos del cuerpo humano, como existencia física, vitalidad, movimiento, voluntad y fecundidad.
Así sublimados, esos atributos se transformaron en “dioses” representativos de las principales
fuerzas y leyes cosmicas. La relacion llego a ser tan estrecha, que el Universo se antropomorfizo,
en tanto el cuerpo se elevo a la categoría de emblema cosmologico, como nota el investigador López
Austin:
“Las concepciones relativas al cuerpo humano formaban parte de un sistema ideológico que se
integraba a otros para formar una Cosmovisión.” (Cuerpo humano e ideología)
Siendo nuestra proyeccion, la forma que le atribuyeron al Cosmos tambien nos describe. Los
anahuacas resumieron al Universo en la figura de la piramide (no es casual que el territorio de
Anahuac este cubierto con este tipo de construcciones), a la que desdoblaron para formar un
octaedro o doble piramide. El centro del octaedro se proyectaba hacia los rumbos cardinales,
delimitando su base. Los rumbos tenían la siguiente orientacion espacio-temporal:
21
 El sur (maya: Nojoltan, hacia la derecha; Witstlampa, hacia las espinas o rayos) se orientaba
hacia la derecha y regía sobre el mediodía.
 El este (maya: Lak’intan, donde sale el Sol; nahuatl: Tlawistlampa, hacia la luz) se orientaba
hacia el frente y regía sobre el amanecer.
 El norte (maya: Shamantan, hacia el desierto; nahuatl: Miktlampa, rumbo mortal) se orientaba
hacia la izquierda y regía sobre la medianoche.
 El oeste (maya: Chik’intan, donde se pone el Sol; nahuatl: Siwatlampa, rumbo femenino) se
orientaba hacia la espalda y regía sobre el atardecer.
 El centro (maya: Chumuktan, hacia el centro; nahuatl: Tla’kotlampa, el rumbo central) se
orientaba hacia todos los rumbos a la vez, y regía sobre todos los horarios.
Los cuatro rumbos poseen ciertas propiedades astronomicas derivadas del curso del Sol y los
planetas, en las cuales los anahuacas encontraron las siguientes resonancias simbolicas con
nuestros vehículos de expresion (los complejos funcionales psicofísicos que nos sostienen):
 Relacionaron al sur con el cuerpo físico (maya: Winkil; nahuatl: Tonakayotl, nuestro sostén)
encargado de proporcionarnos base física, extraer energía del ambiente y transformarla en energía
vital.
 Hacia el este ubicaron la vitalidad (maya: Ík; nahuatl: Í’iotl, aliento), el vehículo encargado de
distribuir por el organismo la energía obtenida por el cuerpo físico.
 El oeste es el rumbo del vehículo emocional (maya: Yolil; nahuatl: Teyolli), cuya funcion es
concentrar cantidades extra de energía en los organos y funciones que la requieren.
 El norte se asocio con la mente (maya: Naat; nahuatl: Mati), el vehículo que regula el flujo de
las emociones para que no agoten la energía, y dirige el ahorro a propositos superiores.
Los cuatro vehículos cardinales se integran en un quinto al que los nahuas llamaron Nawalli,
doble, y los mayas Wai, nocturno, nuestro representante en el mundo del sueno. El nahual es un
anhelo: el de completarnos para encontrar el propio centro; por ello, quedó simbolizado por el
centro del octaedro. Es un vehículo potencial; no se desarrolla de modo espontaneo, sino a traves
de la armonizacion intencional de los otros cuatro.

Los Tezcatlipocas, Códice Borgia. Descomposición de los vehículos tras la muerte, Códice Laúd.

22
Aplicado al cuerpo humano, el plano de la piramide sirvio para distinguir cinco regiones:
 Atribuyeron al este nuestro lado frontal, asociado a la atencion vigílica o cotidiana; por ello,
orientaban sus mapas con el este hacia arriba.
 Nuestro oeste es la zona posterior del cuerpo, relacionada con la atencion periferica u onírica.
 Nuestro sur es el lado derecho, el area de la atencion puntual o focalizada en objetos.
 El norte es la region izquierda, sede de la atencion sistemica o relacionante.
 El rumbo del centro fue asociado con el eje de equilibrio del cuerpo (la vertical del centro de
gravedad), representativo del estado de concentracion.
En Kinam, este simbolismo tiene uso practico; por ejemplo, cuando nos piden que busquemos
el este, no significa volvernos literalmente hacia ese punto cardinal, sino estar atentos.
Tres niveles
Tambien los tres pisos de la alzada o corte vertical del octaedro cosmico se reflejan en nosotros, al
representar las principales dimensiones de la conciencia.
 La piramide inferior (maya: Mitnal; nahuatl: Miktlan, mundo mortal) es el subconsciente.
Debido a que aflora en los suenos, su nombre nahuatl comparte raíz con el termino Temiktli,
ensueño. Lo representaban como una cueva, un ocelote o una corriente de agua.
 La piramide superior (maya: Kaan, cielo; nahuatl: Topan, sobre nosotros) es la dimension
supraconsciente, simbolizada con disenos celestes y solares.
 El area donde ambas piramides confluyen y se traslapan (maya: Kabain, el reptil de la tierra;
nahuatl: Tlaltikpak, la superficie la tierra) es el mundo manifiesto y la atencion vigílica o el
consciente cotidiano, representado como un reptil.
Estas tres dimensiones no son ambitos independientes, sino grados o manifestaciones de la
misma entidad: el consciente cotidiano es la superficie del subconsciente, es decir, el area donde
este interactua con el aquí y ahora, mientras que el supraconsciente es el resultado de aplicar
atencion al subconsciente. Este tipo de atencion se representaba como un personaje con una
antorcha que penetra en una cueva.

Representaciones del subconsciente y el supraconsciente, relieve olmeca y lámina del Chilam Balam de
Chumayel.

23
Los tres pisos tambien prefiguran los niveles de nuestra fisiología, así como sus funciones
principales y sus aplicaciones dentro de Kinam:
 El nivel o tren inferior lo componen las piernas y caderas, encargadas de proporcionar
estabilidad y desplazamiento a la postura. Como este tren busca instintivamente el contacto con el
suelo, lo relacionaban con la Tierra.
 El tracto medio esta integrado por la zona sexual, el vientre y el torso. Su funcion es colocar el
eje de equilibrio. Se organiza en dos regiones: desde la zona sexual al ombligo, y desde el ombligo
al esternon. Como el impulso de la postura emana de su punto central, lo relacionaban con el Sol,
nuestra fuente de energía.
 El tren superior incluye brazos, hombros, cuello y cabeza. Su funcion es dirigir la postura y
marcar su intento. Lo asociaban a la Luna y las estrellas, emblemas de la mente.
Los planos de los tractos son perpendiculares entre sí: el eje de equilibrio corta en 90 grados al
plano de gravedad, y es simbolicamente cortado por la atencion, cuya funcion es romper la
estaticidad. Varias posturas a las que llamo “cubicas” aplican este diseno, al marcar angulos rectos
entre los ejes formados por las piernas, caderas, columna vertebral, hombros, brazos y direccion
del rostro.
El simbolismo astronomico tambien se aplica en Kinam; por ejemplo, la expresion “buscar
tierra” significa cuidar el equilibrio.

24
Capítulo 7
Fractales

Técnicas nahuálicas
El sistema Kinam nos propone conocer, alimentar y depurar a nuestros vehículos, explorar sus
alcances y limitaciones, y afinarlos para que funcionen armonicamente. Su afinamiento se consigue
mediante las técnicas nahuálicas, diseñadas para entrenar la atención y ampliar la percepción. En
este estudio conoceremos las cinco tecnicas basicas del chaman:
 Al sur se orienta simbolicamente la propiocepción o conciencia corporal, que incluye higiene,
alimentación sana y ejercicios físicos (ver más detalles en el capítulo 13).
 El este simboliza la meditacion, el arte de conseguir silencio físico, emocional y mental (más
detalles en el capítulo 17).
 Al oeste, la recapitulacion, el arte de desbloquear los nudos emocionales que interrumpen el
flujo de la energía (más detalles en el capítulo 19).
 Al norte, el acecho, la tecnica de la conducta social controlada, cuyo objeto es aprender a tratar
con el projimo y con la personalidad que el roce social nos ha implantado (más detalles en el
capítulo 15).
 Al centro se orienta el ensueno, el manejo consciente de los suenos (más detalles en el capítulo
21).
Rumbos y posturas
El libro que tienes en tus manos explora un aspecto de la técnica del sur: las posturas, llamadas
genéricamente en maya Yanil, posición, y en nahuatl Mana, apocope de Manalo, colocado. Sin
embargo, el sistema Kinam tiene un diseño fractal, lo cual significa que cada rumbo refleja los
demás. Por ejemplo, si queremos practicar la técnica del este (la meditación), conviene que
adoptemos una postura estable procedente del sur, “acechemos” nuestra persona con tecnología
del norte y calmemos las emociones con recursos del oeste, sin perder de vista que, en este sistema,
la fase superior de la meditación consiste en intentarla en el rumbo central, es decir, a través del
ensueño.
Algo similar ocurre con las posturas: de forma espontánea, se organizan internamente en cinco
rumbos o formas de disponer el cuerpo, cada uno de ellos con cuatro posturas a las que su rumbo
proporciona un proposito colectivo y un elemento alquímico.
 Las posturas del sur son de pie. Su elemento, la Tierra, les da firmeza y gravedad. Su proposito
es sintonizar y canalizar la energía.
 Las posturas del norte son agachadas. Su elemento, el Aire, les da una cualidad expansiva y
comunicativa. Su proposito es centrar la atención.
 Las posturas del este son sentadas. Su elemento, el Fuego, les imprime un impulso ascendente
y un anhelo de trascendencia. Su proposito es distribuir la energía.
 Las posturas del oeste son acostadas. Su elemento, el Agua, las hace descendentes e
introspectivas. Su proposito es recuperar energía.
25
 Las posturas del centro son invertidas. Su elemento, Movimiento, les proporciona un gran
dinamismo y una cualidad transgresiva. Su proposito es proyectar al nahual.
Los rumbos proporcionan a las posturas una estructura cosmogonica. Para entender este
concepto, tengamos presente que la piramide mencionada en el capítulo anterior es el templo de
la Serpiente Emplumada, el dios que ensena a la “serpiente” del cuerpo a transformarse en el
“quetzal” del espíritu, para soltar las amarras de la materia y volar. En otras palabras: el
ordenamiento de las posturas por rumbos es un esquema de la evolucion de la vida y la conciencia;
alude nuestro viaje existencial, desde que fuimos llamados a la tierra por el sexo, hasta que
regresamos a la Casa del Origen a traves de las tecnicas nahualicas, pasando por las vivencias de
los reinos animal, humano y chamanico, que son las que le dan sentido a ese viaje: aportarle al
Cosmos la experiencia adquirida.

Los elementos alquímicos son los grandes estados de agregación de la materia, es decir,
determminados tipos de fluidez. La Tierra representa el estado sólido; el Agua es el estado líquido,
el Aire, el estado gaseoso, y, el Fuego, el estado plasmático. El quinto elemento, al que los griegos
e hindúes llamaron Éter, los chinos Madera y los anahuacas Movimiento (maya arcaico: Kaban;
náhuatl: Olin)), representa la descomposición de la materia.

Los componentes de la postura


La naturaleza fractal del sistema Kinam tambien se nota en el interior de las posturas, pues cada
una tiene cinco aspectos que resuenan con los rumbos cardinales y el centro. El aspecto central es
la postura como un todo; este resultado se compone de los siguientes elementos, en orden de
incorporación:
1ro. Un aspecto sur llamado Ícono, que consiste en los componentes estáticos de la postura - su
fotografía, por decirlo así. El ícono es la postura tal como quedó representada en la iconografía
mesoamericana; por ejemplo, la conocida imagen del Chakmol es su ícono. Una buena ejecucion de
la postura requiere, en primer lugar, que conozcamos visualmente el ícono y entendamos sus
detalles.
2do. Un aspecto norte llamado Íntento, consistente en el enfoque de la voluntad. Siguiendo el
ejemplo: una vez que observamos los detalles del ícono del Chakmol, lo intentamos, es decir, lo
visualizamos y sostenemos en la pantalla mental durante todo el ejercicio. El intento coloca la
atención en el punto exacto, nos dice si debemos focalizarla en el vientre, en las manos, en los pies,
o en algún punto más allá del cuerpo físico. Esto acomoda los movimientos, dándoles fluidez y
contención.
Este segundo aspecto de la postura incluye la gestualidad - aquellos movimientos de brazos y
manos que no tienen el propósito de montarla, sino de guiar al intento -, así como una frase
motivadora.
3ro. El tercer aspecto, relacionado con el este, es el Tono, el estado energetico necesario para
montar y sostener la postura. Se compone de dos elementos:
a) Mente. El estado mental apropiado es de concentracion en el ícono.
b) Respiracion. Llamaremos a la respiracion de partida “respiración completa”; conoceremos
sus detalles en la descripción del Saludo (capítulo 10). Cada postura lleva, ademas, respiraciones
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específicas que describiremos donde corresponda (ver mas detalle sobre el arte de respirar en el
capítulo 22).
4to. El cuarto aspecto de la postura, simbolicamente vinculado al oeste, se llama Kinesis.
Consiste en los movimientos que preparan, montan y desmontan el ícono, y los que se anaden para
pasar de un reto o grado de impacto al siguiente, o bien de una variante a otra. Por ejemplo, el
Chakmol tiene dos kinesis: con la primera, erguimos las piernas y el torso; la segunda consiste en
voltear las piernas y la cabeza a lados opuestos. La kinesis puede necesitar de dos elementos:
a) Poses transicionales. El sistema Kinam tiene veinte posturas cardinales o canonicas, mas una
docena de poses auxiliares que facilitan la transicion entre ellas, así como la realizacion de las
tecnicas nahualicas. Es de destacar que los conceptos de “postura” y “pose” no son estaticos,
incluyen la totalidad de los movimientos necesarios para incorporarlas.
b) Sobre todo para los principiantes, la kinesis también puede requerir de ciertos momentos
estáticos, cuyo objeto es recuperar energía o consolidar el equilibrio, a los que llamamos “puntos
de descanso”. Por ejemplo, en el contexto completo del ejercicio, el ícono del Chakmol es sólo un
punto de descanso y, al mismo tiempo, una pose transicional a la postura del resucitado.
La relación entre el ícono y sus kinesis es una estructura tensorial que constituye la esencia y el
propósito de la postura. Se ejemplifica con esplendor en posturas como el Chakmol, el Torcido y el
Pelotero, a las que llamo “polares”, porque marcan expresivamente la tensión entre el cuerpo y el
intento.

Disposición cosmogónica de las posturas. El sistema Kinam tiene una estructura fractal.

27
Capítulo 8
La sesion de ejercicios

Antes de comenzar la sesión de Kinam, tengamos en cuenta que, en la antigüedad, las posturas eran
un hacer sagrado. Lo apropiado es que, en cuanto se abre la sesión, olvidemos los intereses
mundanos y asumamos el propósito de acrecentar la percepción. Para marcar su apertura,
desarrollo y conclusión, la sesión tiene cuatro partes bien delimitadas: Saludo a los Cuatro Rumbos,
calentamiento, incorporación y ejercicio nahuálico.
Saludo
El Saludo a los Cuatro Rumbos es una antigua costumbre anahuaca consistente en volverse a cada
rumbo y saludar con la mano. El ejercicio queda descrito en el capítulo 10.
Calentamiento
Después de saludar, nos disponemos del modo más apropiado para “calentar” o preparar el
organismo. En el capítulo 11 conoceremos algunas sugerencias para calentar las principales
coyunturas del cuerpo.
Incorporación
Completado el calentamiento, llega el momento de incorporar la primera postura. La incorporación
tiene cuatro fases: preparación, montaje, retorno y transición.
1. La preparación consiste en disponer el cuerpo del modo más eficiente para montar la postura;
implica conocer el ícono, colocar el intento, adquirir el tono y realizar la kinesis básica o inicial.
Hay cuatro poses iniciales o preparatorias: de pie, sentado, acostado dorsal y acostado ventral. Por
ejemplo, al prepararnos para el Chakmol, nos tendemos en el suelo sobre la espalda, con las piernas
juntas y los brazos a los lados del cuerpo, las palmas de las manos hacia arriba, visualizamos el
resultado al que queremos llegar, así como los movimientos necesarios para conseguirlo, y
tomamos una respiración completa. La preparación debe hacerse con cuidado, pues es parte de la
postura.
2. El montaje consiste en las kinesis o movimientos, en el ícono resultante, y en las respiraciones
y gestos que le dan tono e intento.
3. El retorno es la salida. No es correcto desmontar la postura de modo accidental, el retorno
debe ser tan deliberado como la preparacion, pues la postura no termina hasta que regresamos a
la pose de inicio. Por lo general, los movimientos que arman y desarman la postura son especulares,
es decir, salimos de ella por donde mismo entramos; por ejemplo, una vez montado el Chakmol y
realizadas sus kinesis, extendemos primeramente torso y brazos hasta depositarlos en el suelo, y
luego las piernas. Nota: este principio se subordina a la transicion.
4. Si las posturas se practican en secuencia, se anade a las anteriores una cuarta fase: la
transicion, es decir, los movimientos que permiten pasar de una a otra.
Reto, serie y secuencia
Con independencia de sus fases, las posturas se organizan bajo tres conceptos: reto, serie y
secuencia.

28
 El reto es su grado de impacto sobre el organismo. Casi todas las posturas tienen variantes de
menor y mayor impacto. De más está decir que debemos comenzar por el reto más simple, pues
está al alcance cómodo de una persona sana. Importante: las hiperposturas que aparecen en las
imágenes prehispánicas son retos exclusivos para especialistas; por sus riesgos, no forman parte
de la práctica del Kinam.
 La serie es el orden de las posturas dentro de un rumbo. Por ejemplo, la serie del oeste se
compone por las posturas del Soñador, el Profeta, la Serpiente y el Flechador.
 La secuencia es el orden de los rumbos. El orden ideal de prácticas es como sigue: sur - norte -
este - oeste - centro. Tiene la virtud de avanzar de lo simple a lo complejo, lo que minimiza la
posibilidad de un accidente, si no hemos calentado lo suficiente. Hay cuatro secuencias; la primera
se compone de las primeras posturas de cada rumbo, en ese orden: el Guerrero, el Jaguar, la
Moledora, el Soñador y el Puente.
Tipos de sesión
Un principio de Kinam es explorar con calma la propuesta física, psicológica y simbólica de cada
postura; por lo tanto, no conviene incorporarlas todas de una vez, pues ello demandaría demasiado
tiempo y esfuerzo. Mi consejo es comenzar la secuencia por la postura del sur, porque es la menos
exigente. El calentamiento resultante ayuda a incorporar la del norte, que le sigue en complejidad.
Puesto que esta última estira los músculos de las piernas, aprovechamos para montar a
continuación la del este. En este punto, conviene descansar el organismo a través de la postura
tendida del oeste. Cuando se restablece la energía, invertimos la agilidad conseguida a lo largo de
la sesión en montar con mucho cuidado la postura del centro.
Las posturas han sido ordenadas dentro de los rumbos de tal modo, que, al articular la secuencia,
cada una conduce a la siguiente. Por ejemplo, tras realizar la segunda postura del sur (el Tullido),
volvemos a la pose inicial de atención y flexionamos la rodilla izquierda para montar la segunda
del norte (el Pelotero). A continuación, colocamos ambas rodillas en el suelo para montar la
segunda del este (el Abanderado). Luego, tendemos el torso y esbozamos la segunda del oeste (el
Chakmol), que sirve de base a la segunda del centro (la Llama).
La articulación coreográfica de las posturas se llama enlace causal; aplica los principios de
ergonomía y flujo. Ergonomía es colocar el cuerpo de modo que la siguiente postura se realice con
el menor esfuerzo posible; flujo es continuar el movimiento esbozado por el ícono. El principio
ergonómico aprovecha la posición de los miembros, mientras que el flujo la modifica. Por ejemplo,
al terminar el Abanderado, aprovechamos que las piernas hacen escudo en paralelo frente al
cuerpo, y nos tendemos sin moverlas para pasar al Chakmol. Sería antiergonómico estirar las
piernas y, a continuación, volverlas a flexionar. Una vez montado el Chakmol, continuamos el flujo
marcado por las rodillas, incorporamos el torso y, a continuación, proyectamos las piernas para
pasar a la Llama - estirar las piernas antes de proyectarnos hacia arriba rompería el flujo. El
indicador de la transición fluida y ergonómica, es la elegancia.
El enlace causal opera en ambos sentidos; de modo que, si lo deseamos, podemos regresar de
una postura a la anterior, realizando los movimientos en sentido inverso.
Ejercicio de conciencia
Un aspecto importante de este sistema, es que las posturas no son el fin, sino un medio. El propósito
de la sesión de la serie, es practicar al final la técnica nahuálica correspondiente, aprovechando
que el trabajo con el rumbo predispone a cierto estado mental.

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SUR NORTE ESTE OESTE CENTRO

Guerrero Jaguar Moledora Soñador Puente

Tullido Pelotero Abanderado Chakmol Llama

Torcido Reverencia Mariposa Serpiente Brote

Cargador Devoto Meditante Flechador Raíz


Las secuencias causales.

30
Las técnicas nahuálicas son posturas de la atención; atendemos al cuerpo, el medio social y sus
implantes, el estado energético, los recuerdos y el sueño. Suelen enfrentar dos barreras: el cuerpo
y la mente. Por ejemplo, si nos sentamos a meditar sin tener experiencia, el cuerpo se inquieta,
duelen las piernas y la columna vertebral se encorva. Esto sucede porque estamos adaptados a
echarnos cómodamente sobre una silla, de modo que el cuerpo no está disciplinado. Un propósito
de Kinam es disciplinarnos integralmente, comenzando por el vehículo físico.
Una vez vencida la resistencia del cuerpo, pasamos a enfrentar la barrera mental a través de la
técnica nahuálica. Al principio, puede que el intento falle, pero, si insistimos, aprendemos a dirigir
suave e ininterrumpidamente el flujo de la atención al objeto específico. Hemos puesto ejemplos
de las técnicas nahuálicas al final de cada rumbo.
Aclaremos que las técnicas que aquí presentamos son introductorias; para que rindan todos sus
frutos, no basta con implementarlas al final de las sesiones, hay que dedicarles tiempo y asimilarlas
a nuestra conducta cotidiana. Platicaremos con más calma de este asunto en el segundo volumen
de la investigación. Además, para que no degeneren en conducta ritual vacía, hay que intentar estas
técnicas con ánimo tolteca, lo que implica:
1ro. Comprender y honrar su objeto. Por ejemplo, nos sentamos a meditar para callar la mente.
Podemos convocar el silencio mediante visualizaciones o sonidos que desplazan el ruido cotidiano,
pero estos recursos no deben convertirse en fines.
2do. Dirigir la voluntad al propósito. Ello implica, por un lado, calmar las sugestiones de los
vehículos, pues estos no entienden de prácticas de conciencia; por el otro, forzarnos a mantener el
ejercicio durante el tiempo asignado, no permitir que la indisciplina nos gane.
3ro. Cortar el pensamiento mágico. Las técnicas nahuálicas no tienen que ver con lo
sobrenatural, pues lo sobrenatural no existe fuera de la mente humana. Sólo son medidas
elementales de educación física, energética, emocional y mental.
4to. Despojarse de prejuicios y callar la mente. Si se realizan con propiedad, las técnicas
nahuálicas se renuevan, por lo que no podemos prever sus resultados. Los resultados previsibles
pertenecen a las rutinas del tonal, el practicante tolteca debe permanecer abierto a lo desconocido.
Las técnicas no son exclusivas de las sesiones de la serie; si practicamos en secuencia, también
debemos sellar la sesión con una de ellas - la que nos parezca apropiado.

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Capítulo 9
Recomendaciones para una buena practica
Kinam significa equilibrio; la practica desequilibrada no forma parte del intento de Kinam. Por ello,
estoy obligado a anadir las siguientes observaciones:
1. Manuales. Por limitaciones de espacio y medio, este libro describe las posturas de un modo
basico y general; sería imposible poner en papel la cantidad de variables que resultan de aplicar el
sistema a cada caso en particular. La descripcion se ampliara y aplicara en los manuales
complementarios: “Kinam, posturas toltecas de poder y equilibrio” y “Principios posturales de
Kinam”, escritos por las profesoras Ana Delia Benito y Alejandra Cobo.
2. Restricción. Las posturas se diseñaron para personas físicamente sanas. En caso de padecer
algún problema físico, se desaconseja su práctica, excepto bajo supervisión autorizada.
3. Supervisión. Lo ideal, es practicar bajo la supervisión de un profesor autorizado, pues este
sabe adaptar los ejercicios a nuestras características individuales. La cantidad de practicantes
dentro de un grupo no debe exceder la capacidad del profesor para atender a cada uno de ellos. Si
practicas por tu cuenta, conviene que busques el apoyo de otra persona, y seas consciente y
responsable.
4. Contraindicaciones. Algunas posturas están contraindicadas para ciertos padecimientos. Por
ejemplo, quienes sufren presión alta, problemas oculares o indigestión, deben evitar las posturas
invertidas; las del este se desaconsejan para quienes padecen de las articulaciones de las rodillas;
personas con hernias o fragilidad en las paredes intestinales deben evitar las compresiones y no
pasar del reto inicial; etcétera. En cada postura se especifican sus contraindicaciones.
5. Límites. La postura y la sesión no deben sobrepasar los límites de fuerza, elasticidad y
resistencia del cuerpo; los iremos explorando poco a poco, concediéndonos descansos para
analizar su impacto sobre el organismo. Si no alcanzamos el ícono, no importa, nos limitamos a
esbozarlo; es el intento lo que atrae los frutos. Los efectos benéficos de la postura están presentes
desde su reto inicial; forzar los límites anula el beneficio.
6. Lentitud. Mientras más lenta la kinesis, más beneficios produce, pues más control hay que
ejercer sobre los vehículos. No hay apuro, la sesión no es una competencia.
7. Respiración. La respiracion es un elemento tan importante, que le dedicamos el capítulo 22.
En resumen, se comporta así: aspiramos al expandir el cuerpo y exhalamos al comprimirlo. Tras
montar la postura, la sostenemos hasta que se calme la respiración; no debemos pasar a la
siguiente etapa del ejercicio mientras la respiración esté agitada.
8. Torque. Los giros, torsiones y desplazamientos tienen torque levogiro, es decir, inician por la
izquierda o se dirigen a ese lado. Esto se debe a que, al comprimir el lado izquierdo y expandir el
derecho, la respiracion se torna tonal o vitalizante; por el contrario, al comprimir el lado derecho y
expandir el izquierdo, se torna nahual o calmante. Es conveniente comenzar con respiracion tonal.
El torque tambien se manifiesta en algunos gestos de brazos y manos, como los de Unidad y Agua
Quemada. Basicamente, el simbolismo consiste en que la izquierda recibe, extrae o reconoce, y la
derecha da, proyecta o saluda.
9. Complementación. Un principio del sistema, es que las posturas asimetricas o con torque se
deben complementar. Por ejemplo, si nos torcemos a la izquierda, luego lo hacemos a la derecha.
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Se exceptuan algunas posturas asimetricas por razones simbolicas u organicas, como el Saludo y el
cruce de piernas.
10. Sitio. La practica se debe realizar en un sitio suficientemente amplio y sin obstaculos,
convenientemente ventilado, sobre un suelo plano, horizontal y firme. Una superficie blanda o
inclinada dificulta el equilibrio.
11. Accesorios. La practica se puede apoyar con los siguientes accesorios:
 Traje comodo, suficientemente amplio o elastico para permitir la movilidad.
 Cinta para cenir la frente, a fin de evitar que el sudor caiga en los ojos.
 Banda larga y resistente para atraer o atar las piernas en ciertas posturas.
 Estera de aproximadamente 120 x 60 cm para aislarse del suelo. Yo prefiero las de fibra natural,
pero algunos practicantes encuentran mejor las de goma, pues evitan resbalones.
 Pequeno cojín para colocar bajo las rodillas o el coxis en algunas posturas. Yo uso en tal sentido
una extremidad del petate enrollada hasta los 10 o 15 cm de diametro.
 Baston delgado y resistente de unos 80 cm, con dos usos: sostiene el menton al meditar, y
marca la verticalidad de la espalda, atravesado a la altura de las costillas y calzado con los codos.
 Manta para cubrirse en las tecnicas nahualicas. Esto puede parecer superfluo, pues salimos de
las posturas con cierta excitacion corporal, pero el cuerpo se enfría rapidamente tras una sesion de
ejercicios.
 Recipiente con agua potable, pues es incomodo interrumpir la sesion para ir por agua, en caso
de necesidad.
 Bolsa o morral con capacidad suficiente para estos accesorios.

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Segunda Parte
Las posturas de los rumbos

Capítulo 10
El saludo a los cuatro rumbos
Nombre maya: Amaite Kawil Tsiik, respeto a los poderes de las cuatro esquinas.
Nombre náhuatl: Makawa Nau’kampa, solicitud de permiso a los cuatro rumbos.
Íntento: Concentro mi energía y ofrendo mi corazón.

Los cargadores de los cuatro rumbos, dibujo nahua. Gesto de Saludo, esculturas huastecas.
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Antes de realizar acciones importantes, como una junta de vecinos, la siembra de un terreno o la
construcción de una casa, los antiguos mexicanos pedían permiso a los cargadores de los cuatro
rumbos. Le llamaban los mayas a esta ceremonia Tsakik’, conjuro a los (cuatro) vientos, mientras
que los nahuas la conocían como Tawi, el grito que lanzaban a cada rumbo, tras hacer una
reverencia, sin traducción conocida, aunque se entiende como comenzamos, abrimos.
Los “vientos” o cargadores de los rumbos no eran dioses, en el sentido cristiano del término,
sino metáforas de las fuerzas fundamentales del Universo, colectivamente apodadas por los mayas
Kawil, fuerza, Bakab, bastón, y Pawajtun, cargador. Los nahuas los consideraban desdoblamientos
de Teskatlipoka, espejo ahumado, significando que esas fuerzas son atributos de la percepción (el
espejo representa la capacidad de reflejar el mundo a través de los sentidos; el humo, los límites
físicos y psicológicos del acto perceptual).
El rito de saludo se dirigía a los seres que viven hacia cada rumbo.
 Al este se orientan los hombres, representados por el cargador rojo, señor del tonal (maya:
Chaktenel Ajau; náhuatl: Chichiltik Teskatlipoka).
 Al norte están los difuntos, chamanes y profetas, representados por el cargador blanco, señor
del paso del tonal al nahual (maya: Saktenel Ajau; náhuatl: Istak Teskatlipoka).
 Al oeste moran las mujeres, representadas por el cargador negro, señor del nahual (maya:
Ek’tenel Ajau; náhuatl: Yayau’ki Teskatlipoka).
 Al sur viven las plantas, animales y demás seres naturales, representados por el cargador
amarillo, señor del paso del nahual al tonal (maya: K’antenel Ajau; náhuatl: Kostik Teskatlipoka).
Hemos adoptado este saludo como señal de apertura de la sesión. No es un simple rito, sino una
postura con valores físicos y perceptuales, pues nos enseña a erguir el cuerpo, a encontrar nuestro
eje de equilibrio, a coordinar los movimientos y a rotar sin desplazamiento lateral. Además, al girar
en el sitio, la mirada barre el entorno con tres efectos: satura el tonal, es decir, nos inunda con
percepciones, lo que calla el diálogo interno y activa la modalidad de atención relacionante.
Dentro de Kinam, el saludo se hace en el sentido de los ciclos calendáricos: comenzamos de
frente al este y seguimos al norte, oeste y sur, para regresar al este. De ese modo, vamos marcando
las caras del plano de la pirámide. La rotación se hace hacia la izquierda. Al desplazarnos,
procuramos mantener en todo momento conciencia clara de estar ubicados en el centro, el único
punto desde el cual los rumbos cobran sentido.

Debido a la pérdida de conocimiento tradicional, en el México actual existen diferentes


convenciones de rumbo/color. En este libro aplicamos la convención que usaban originalmente los
anahuacas, tal como quedó recogida en las fuentes nahuas y mayas:
“Canto sexual de las mujeres a los cuatro rumbos: ¡te saludo hacia el oriente, princesa preciosa! ¡Te
saludo hacia el sur, princesa amarilla! ¡Te saludo hacia el poniente, princesa negra! ¡Te saludo
hacia el norte, princesa blanca!" (Códice Carolino)
"Se levantó una ceiba roja en el oriente, una ceiba blanca en el norte, una ceiba negra en el
poniente y una ceiba amarilla en el sur. Luego, se levantó una ceiba verde en el centro de la tierra,
en memoria de la destrucción de la tierra.” (Chilam Balam de Chumayel)

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Incorporación
Nota: aprovecharemos este ejercicio para definir entre paréntesis algunos conceptos que
conciernen a casi todas las posturas.
1. Preparación. Esta postura tiene desplazamiento frontal y lateral. Para comenzar, nos
preparamos del siguiente modo:
a) Nos orientamos al este en atención erguida (esta pose consiste permanecer de pie, firmes,
pero no rígidos, el coxis recogido, los pies paralelos y abiertos hasta el ancho de las caderas, los
hombros relajados, los brazos a los lados del cuerpo con los dedos juntos apuntando al suelo; si
alguno de estos parámetros varía en otras posturas, lo especificaremos).
b) Centramos la mirada (la mirada centrada consiste en colocar los ojos directamente al frente,
la atención volcada al exterior sin focalizar, en silencio mental).
c) Tomamos una respiración completa (esta forma de respirar consiste en inhalar y exhalar
profunda y lentamente, inflando el abdomen, y sostener durante algunos segundos la respiración,
tanto en pleno como en vacío).
d) Aguardamos (aguardar es permanecer inmóviles y tranquilos, hasta que se calme por
completo la respiración).
2. Montaje. A continuación, inhalamos (inhalar es tomar una calmada y honda inhalación), al
tiempo que llevamos el puño izquierdo a la cadera y el derecho al pecho. Esta combinación de
gestos coloca el intento: aferramos la energía de la tierra para ofrendarla a los seres que viven
hacia el rumbo. La atención se centra en el puño derecho.

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3. Exhalamos (a menos que se indique otra cosa, la exhalación consiste en soltar el aire de un
solo golpe; es más rápida que la inhalación, pero no precipitada), al tiempo que extendemos el
brazo derecho adelante, un poco a la derecha, a la altura del rostro, y abrimos la mano en gesto de
Saludo (la palma hacia abajo y los dedos juntos sin forzar; ver detalles en el capítulo 23, gesto 1).
Sostenemos la pose por unos segundos, reteniendo la respiración en vacío, y regresamos los brazos
a los lados del cuerpo.
4. A continuación, marcamos con el pie derecho un paso alineado (este paso consiste en que un
pie se coloca delante del otro, de modo que se toquen los dedos y el talón), punteamos levemente
y damos un cuarto giro a la izquierda, sin desplazar el eje de equilibrio del cuerpo. Los pies deben
quedar paralelos y empatados. La mirada se desplaza en barredera (esta mirada consiste en
recorrer el horizonte de modo continuo y sin detenernos en algún elemento). Repetimos el saludo
al norte.
5. Damos otro cuarto de giro a la izquierda y saludamos al oeste.
6. Otro cuarto de giro a la izquierda para saludar al sur.
7. Debido a que es simbólicamente correcto completar el círculo, damos otro cuarto giro y
regresamos al este, esta vez sin saludar. Con ello, termina la postura.
8. Retorno. Esta postura no tiene retorno, pues, al terminarla, nos hallamos en la misma pose
que al inicio.
Contraindicaciones
Si se realiza en forma correcta, el Saludo no tiene contraindicaciones. No obstante, quienes sufren
de mareo, deben bajar la mirada al suelo cuando giren, para tener un punto de referencia cercano.

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Capítulo 11
Calentamiento: las 14 bisagras
El calentamiento o preparación corporal es un aspecto insoslayable de la práctica de Kinam,
porque montar las posturas “en frío” puede lesionar los músculos y ligamentos. El modo como se
implementa el calentamiento queda a criterio del profesor, según las condiciones físicas y la
experiencia del grupo. Pero, esta obra no estaría completa si no incluyéramos algunas sugerencias
sobre cómo prepararnos para la sesión.
El siguiente ejercicio tiene el propósito de flexibilizar la columna vertebral y las 14 bisagras
principales del cuerpo (tobillos, rodillas, ingles, cintura, muñecas, codos, hombros y cuello); se
compone de los siguientes pasos:
1. Flexibilización de tobillos.
a) Punteo. Nos colocamos en atención erguida con los brazos pegados al cuerpo, y punteamos
los pies trece veces.
b) Rotación. A continuación, levantamos la pierna izquierda hasta que el muslo queda horizontal
(en caso de necesidad, podemos apoyarnos en la pared), y rotamos el pie izquierdo trece veces
hacia fuera y otras tantas hacia dentro. Repetimos con el pie derecho.
c) Saltos. Regresamos a la pose de inicio y damos trece saltos tan altos como sea posible en el
sitio, sin flexionar las piernas ni desplazarnos del sitio, cayendo sobre las puntas de los pies.

2. Flexibilización de rodillas.
a) Excavación. En atención erguida, nos tomamos las manos a la espalda, flexionamos levemente
la pierna derecha, inclinando un poco el cuerpo hacia delante, y rozamos siete veces el suelo con el
pie izquierdo, como si excaváramos una zanja. Repetimos con la pierna derecha.
b) Rotación. En la postura de inicio, unimos los pies, colocamos los brazos en la cintura y rotamos
siete veces ambas piernas hacia la izquierda sin separar las rodillas. Repetimos hacia la derecha.

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3. Flexibilización de caderas
a) Patada. En atención erguida, nos tomamos las manos en puño sobre el vientre, exhalamos y
damos cuatro patadas con el dorso exterior del pie izquierdo a un objeto imaginario situado a un
metro de distancia y altura frente a nosotros. El movimiento debe ser contenido, para no lastimar
la rodilla. Repetimos con la pierna derecha.
b) Danza. En la pose de inicio, damos un pequeño salto sin flexionar las piernas y alzamos la
pierna izquierda, ladeándola en ángulo de 45 grados para que la rodilla llegue a las costillas
izquierdas y el pie a la cadera derecha. Con el siguiente salto, repetimos con la pierna derecha. Esta
alternancia debe acompasarse como una danza, de modo que en ningún momento ambos pies
toquen el suelo a la vez. Trece saltos para cada pierna.
c) Cuclillas. En la pose de inicio, nos llevamos las manos a la cintura y flexionamos las piernas
hasta que los muslos tocan las pantorrillas, pero sin descansar en ellas. Repetimos otras tres veces.

4. Flexibilización de cintura
a) Rotación. En atención erguida, nos colocamos las manos en la cintura y rotamos trece veces
las caderas hacia la izquierda, y otras tantas hacia la derecha.
b) Genuflexión. En atención erguida, nos colocamos las manos en la cintura e inclinamos el torso
hacia delante tanto como sea posible, sin flexionar las piernas. Repetimos el movimiento hacia
atrás. Siete genuflexiones completas.
5. Flexibilización de muñecas. En atención erguida, flexionamos los brazos, cerramos las manos
en puño a los lados del pecho, y las rotamos trece veces hacia fuera y otras tantas hacia dentro.
6. Flexibilización de codos.
a) Empujón. En atención erguida, adelantamos la pierna izquierda y proyectamos los codos hacia
atrás con las manos abiertas a los lados de las costillas, los dedos juntos apuntando hacia arriba. A
medida que soltamos el aire, empujamos un peso imaginario. Repetimos con la otra pierna.
b) Tracción. En atención erguida, adelantamos la pierna izquierda y aferramos una cuerda
imaginaria a la altura del pecho. Exhalamos y jalamos una carga imaginaria de modo alterno, siete
veces con cada brazo. Repetimos los movimientos, adelantando la pierna derecha.
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7. Flexibilización de hombros.
a) Rotación. Colocamos los puños en los hombros, proyectando los codos hacia fuera, hasta que
los brazos quedan en la horizontal, y los rotamos trece veces hacia delante y otras tantas hacia
atrás.
b) Planchas. Nos echamos boca abajo sobre la estera, colocamos las manos abiertas bajo los
hombros y estiramos los brazos para erguir el cuerpo, quedando apoyados únicamente sobre las
manos y las puntas de los pies. Descendemos siete veces, acercando el cuerpo al suelo sin tocarlo.
Si no alcanzan las fuerzas, podemos suavizar el ejercicio, levantando únicamente el torso.
8. Flexibilización de cuello.
a) Frontal. En atención erguida, hundimos el mentón en el cuello y luego rotamos la cabeza
frontalmente, hasta que el mentón apunte hacia arriba. Trece repeticiones.
b) Lateral. Acercamos la oreja izquierda al hombro sin levantar los hombros, y rotamos la cabeza
lateralmente para acercar la oreja derecha. Trece repeticiones.
c) Axial. Miramos directamente a la izquierda, y luego rotamos la cabeza axialmente para mirar
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a la derecha. Trece repeticiones.
d) Rotación. Rotamos la cabeza trece veces hacia la izquierda y otras tantas hacia la derecha.
9. Automasaje de la columna vertebral. Nos echamos boca arriba sobre la estera, flexionamos
las piernas hasta pegar los pies a los glúteos, manteniendo las rodillas unidas, y nos tomamos el
occipucio con las manos entrelazadas. A continuación, jalamos cuidadosamente la cabeza con las
manos para flexionar el cuello, volvemos a depositar la cabeza en la estera y elevamos las caderas,
haciendo palanca con las piernas. Repetimos trece veces. Este movimiento tiene el propósito de
presionar la columna vertebral contra el suelo, vértebra por vértebra, en un balance continuo.

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Capítulo 12
Las posturas del Sur

Nombre maya: Likil, erguido


Nombre náhuatl: Í’kak o Í’kamana, de pie
Característica: de pie
Elemento: Tierra
Objetivo: canalizar la energía
Técnica nahuálica: conciencia corporal
Comando: actúo sobre el mundo
Posturas:
1. El guerrero
2. El tullido
3. El torcido
4. El cargador

Posturas del Guerrero, el Tullido, el Torcido y el Cargador, figurillas huasteca, olmeca y mexica, relieve maya.

Dediquemos unas palabras al simbolismo del rumbo sur, pues se refleja en sus posturas. Los
anahuacas atribuyeron al sur la energía femenina y nutricia de la Naturaleza. Pero, su carácter
femenino no implica que sea un rumbo pasivo, al contrario: lo vinculaban con los rayos solares, el
calor y la vida. Esto tiene un motivo astronomico: debido a que vivían en el hemisferio norte de la
Tierra, observaron que, durante la mayor parte del ano, el Sol se desplaza hacia el sur a medida que
asciende. De mas esta decir que, en el hemisferio sur, la observacion astronomica se invierte, pero,
por tradicion, ese rumbo sigue representando la energía; es un simple simbolismo que no afecta la
practica.
En las posturas del sur el cuerpo permanece erguido, apoyándose únicamente sobre las plantas
o las puntas de los pies. Esto tiene dos efectos sobre la psiquis: primero, cobramos conciencia de
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estar pisando la tierra, lo que genera un sentido de estabilidad y confianza. Segundo, las piernas
nos proyectan contra la gravedad, de modo que estas posturas representan la voluntad de
trascendencia.
Su elemento es la Tierra, emblema del estado solido, las estructuras y las formas; son, por lo
tanto, posturas firmes y extrovertidas. En ellas, la atención se vuelca al exterior para saturarnos de
impresiones, convocando estados de alerta, despliegue o fusión con la totalidad.
En el simbolismo cosmogónico, estas posturas representan el ciclo de la vida individual.
 La primera, el Guerrero, tipifica la llegada de la conciencia a la tierra a traves de la “guerra” de
los sexos.
 La segunda, el Tullido, describe el progresivo desarrollo del embrion. De ahí que esta postura
aparezca en el arte como un nino en diversos grados de transformacion en ocelote, animal que
representa la fertilidad y la gestacion.
 La postura del Torcido tuerce el cuerpo en espiral como el signo Movimiento. Simboliza el
crecimiento físico y las etapas que atraviesa el nino, hasta hacerse adulto.
 Por ultimo, la postura del Cargador simboliza al adulto cuerdo como “cargador” o baluarte de
la comunidad.
Estas posturas no son demasiado exigentes para el organismo sano; podemos practicarlas con
confianza, siempre que no exageremos las contracciones.

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Sur 1. El guerrero
Nombre maya: Katun.
Nombre náhuatl: Yaotl.
Íntento: Me dispongo a pelear mi última batalla.

Postura del Guerrero, figurilla maya.

Esta postura aparece vinculada a personajes armados o que se transforman en ocelotes, lo que
indica una naturaleza guerrera. Su objeto es darle aplomo y estabilidad al cuerpo para recibir un
impacto o atacar. En Kinam, simboliza la marcialidad y centralidad del practicante. Tiene el efecto
de flexibilizar las piernas, tonificar el vientre y proyectar un estado de alerta.
Incorporación
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento frontal inferior. La pose preparatoria
consiste en mantener atención erguida, centrar la mirada, tomar una respiración completa y
aguardar (ver descripción de estos elementos en el Saludo a los Cuatro Rumbos).
2. Montaje. El montaje tiene una fase exploratoria y otra de combinación. La primera procura
entender los movimientos implicados en este ejercicio. Para empezar, mantenemos los brazos a
los lados del cuerpo, abrimos los pies hasta el ancho de los hombros, los apuntamos hacia fuera y
exploramos la flexión de las piernas. Las piernas tienen dos estados: de trabe (rectas, con la rodilla
apalancada) y de flexión (con flexión de rodillas). La flexión tiene cuatro grados:
 El primero es apenas perceptible desde fuera, consiste en romper el apalancamiento de las
rodillas para darle estabilidad al cuerpo.
 En el segundo, las piernas se flexionan hasta que el cuerpo disminuye 10 cm de estatura,
manteniendo la columna erguida.

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 En el tercero, seguimos flexionando las piernas hasta que muslos y pantorrillas forman ángulo
recto.
 En el cuarto, los muslos alcanzan la horizontalidad, sin tocar las piernas.
Al explorar estos grados de flexión, hay que cumplir con dos principios:
a) Respiración acompasada. Significa que aspiramos al estar inmóviles y exhalamos al flexionar,
manteniendo la pose resultante y reteniendo la respiración en vacío durante unos segundos.
b) Coordinación flexiva. Las rodillas apuntan siempre en la misma dirección que los pies. Por
ejemplo, si los pies se abren en angulo recto, al agacharnos, los muslos forman el mismo angulo.
3. Una vez explorada la flexión de piernas, volvemos a la postura inicial y pasamos a la flexión
de brazos; para ello, cerramos las manos en puño con la palma hacia arriba y las desplazamos por
el cuerpo en tres intervalos: caderas, costillas inferiores y axilas, cuidando que los hombros estén
relajados, los puños no adelanten al plano del vientre, los codos apunten hacia atrás y los brazos
permanezcan en paralelo.
4. Primer reto: caderas. Lo siguiente es combinar ambas exploraciones. Volvemos a la pose
inicial, tomamos una inhalación y, al exhalar, contraemos el vientre. En forma simultánea,
flexionamos las piernas en segundo grado, cerramos los puños y los llevamos a las caderas.
Colocamos la mirada al frente y centramos la atención en los codos. Retenemos en vacío por unos
segundos, en actitud de alerta.
5. Segundo reto: costillas. Para el segundo reto, tomamos una inhalación y, al exhalar,
aumentamos la flexión de las piernas a su tercer grado, de modo que los puños lleguen a la altura
de las costillas. No es necesario que los talones permanezcan pegados al suelo. Retenemos en vacío
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por unos segundos.
6. Tercer reto: axilas. Tomamos una inhalación y, al exhalar, aumentamos la flexión de las piernas
a su cuarto grado, de modo que los puños lleguen a las axilas. Retenemos en vacío por unos
segundos.
Nota: la clave de esta postura consiste en que, con independencia de que nos agachemos o
incorporemos, los puños deben permanecer a la misma distancia del suelo, de modo que la
impresión visual es que no se desplazan. Obviamente, esto requiere que flexionemos piernas y
brazos en la misma medida y velocidad. Para mantener la distancia entre los puños y el suelo,
podemos tocar la pared con un puño en el primer momento del ejercicio.
7. Retorno. Una vez en máxima flexión, abrimos las manos y las llevamos frente al pecho, la
derecha sobre la izquierda, como si nos sostuviéramos en un bastón imaginario. Tomamos una
inhalación y, al exhalar, nos incorporamos lentamente, hasta que las manos llegan a la altura del
vientre. Una vez ahí, regresamos a la pose preparatoria.
Contraindicaciones
Esta postura es accesible a toda persona sana, pero, quienes padecen de sobrepeso, rigidez o
lesiones en las articulaciones de las rodillas, deben montar con precaución el segundo reto, y
abstenerse del tercero.

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Sur 2. El tullido
Nombre maya: Momoch.
Nombre náhuatl: Kuelli.
Íntento: Despliego mi potencial y manifiesto mis frutos.

Esta postura aparece muchas veces en la iconografía olmeca y maya, como un nino con rasgos de
ocelote, cuyos brazos y manos reflejan diversas etapas de la eclosion de la semilla de maíz
(metafora del desarrollo de la conciencia). Al parecer, formaba parte de un ritual agrícola. En
Kinam, el Tullido representa la ruptura del molde humano y la proyeccion del nahual. Su principal
efecto es sobre los musculos del vientre, el pecho, el cuello y los brazos; tambien ayuda a coordinar
y contener los movimientos.

Postura del Tullido, figurillas olmecas.


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Incorporación
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento frontal superior. Su pose de inicio es de
atención erguida con la mirada centrada. Tomamos una respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Separamos los pies al ancho de un pie y volteamos las puntas hacia dentro, hasta que
los pulgares se tocan, formando ángulo de 90 grados. A continuación, flexionamos las piernas hasta
que las rodillas se tocan, manteniendo la espalda recta. Es una pose estable y descansada.
Aguardamos.
3. Tomamos una inhalación y, mientras exhalamos, cerramos las manos en puño y apretamos
los brazos sobre el pecho en gesto de Cruce abierto (consiste en que las manos se colocan sobre
los brazos u hombros opuestos; el brazo que va por encima es elección personal; ver más detalles
en el capítulo 23, gesto 11). Al mismo tiempo, contraemos el vientre, encorvamos la espalda y
pegamos la barbilla al pecho, como si fuéramos una semilla a punto de eclosionar. Centramos la
atención en el ombligo.
4. Reteniendo la respiración en vacío, realizamos los siguientes movimientos en forma sucesiva,
intentando que el efecto sea fluido, como una danza:
a) Descontraemos el vientre y erguimos la espalda.
b) Descruzamos los brazos lentamente, hasta que los puños quedan sobre las clavículas.
c) Miramos arriba y elevamos los puños. La atención se proyecta a lo alto, como el brote de una
planta que busca la luz.
d) Cuando los puños sobrepasan la cabeza, volteamos los brazos y abrimos las manos con las
palmas hacia arriba, como si fueran hojas, al tiempo que comenzamos a inhalar.
e) A continuación, estiramos las piernas, punteando los pies para conseguir altura, proyectamos
los brazos con las manos y los dedos abiertos, y retenemos la respiración en pleno.
5. Retorno. Para terminar, exhalamos lentamente, apoyamos los pies en el suelo, regresamos los
brazos a los lados del cuerpo y miramos al frente.
Contraindicaciones
Esta postura no tiene contraindicaciones para una persona sana, pero, quienes padecen de
sobrepeso o rigidez en las rodillas, deben colocar las piernas con cuidado, atendiendo a las señales
del organismo.

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Sur 3. El torcido
Nombre maya: Kekech, torcido.
Nombre náhuatl: Sholotl, el que se desliza.
Íntento: Exprimo mi cuerpo y libero mi espíritu.

Representaciones de Sholotl, Códice Borgia y escultura mexica.

El nombre de Sholotl deriva de la raíz Shol, que alude a lo que se desliza, media o transforma.
Sholotl es el wai o nahual (el sujeto de la experiencia onírica); lo representaban como un perro que
guarda la puerta del inframundo, cuyo atributo más llamativo, es que se tuerce para formar con
sus miembros el signo Movimiento. En Kinam, esta postura representa el tipo de atención que nos
permite transformar el sueño ordinario en ensueño. Es una postura polar, pues la torsión del
cuerpo marca la tensión entre los pies y la cabeza. Efectos principales: flexibiliza la columna
vertebral, masajea el vientre, y estimula los sentidos de equilibrio y coordinación.
Incorporación
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento lateral combinado. Comenzamos en pose de
atención erguida, con los pies separados al ancho de un pie; centramos la mirada, tomamos una
respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Primer reto: media vuelta. Tomamos una inhalación y llevamos los puños al pecho en
gesto de Poder (consiste en que los puños se encuentran sobre el pecho con el dorso de las manos
hacia delante, presionando suavemente los nudillos de los dedos índice y medio; los codos se
extienden a los lados, hasta que los antebrazos quedan en posición horizontal; los hombros se
proyectan levemente hacia atrás, cuidando no contraerlos; la barbilla se eleva un par de grados
para que la garganta no se contraiga; ver más detalles en el capítulo 23, gesto 2). Retenemos en
pleno por un momento.
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3. A continuación, punteamos
un poco los pies y, mientras
exhalamos, damos medio giro a la
izquierda, pasando el talón
izquierdo sobre el pie derecho.
Hay que hacerlo en forma pausada
y controlada para no perder el
equilibrio. Una vez torcidas las
piernas, los pies bajan con
contención y quedan en paralelo.
4. Acentuamos la torsión,
girando el torso tanto como sea
posible sin desplazar los pies,
centrando la atención en los
puños, que no deben desplazarse
del centro del pecho. Podemos
confirmar la postura con tres
golpes de respiración, con cada
uno de los cuales forzamos un
poco más la torsión. La amplitud del giro queda marcada por el ángulo de los ejes formados por los
antebrazos y las caderas; lo ideal es que formen ángulo recto.
5. La cabeza continúa el movimiento, girando hacia la izquierda, hasta mirar en sentido opuesto
a los pies, si es posible. La tensión de la postura queda marcada por los pies y la cabeza. Cuando
llegamos al extremo, mantenemos la pose, mirando hacia atrás y reteniendo en vacío por unos
segundos.
6. Primer retorno. Por último, aspiramos al tiempo que punteamos los pies, realizamos el giro
inverso y colocamos los brazos a los lados del cuerpo para regresar a la pose de inicio.
7. Complementación. Esta postura requiere complemento; por ello, repetimos los pasos 2 a 6
hacia la derecha.
8. Segundo reto: vuelta completa. En la segunda parte del ejercicio, cruzamos la pierna derecha
por delante de la izquierda, de modo que ambos pies queden juntos y en paralelo. Tomamos una
inhalación, punteamos los pies y, a medida que exhalamos lentamente, damos un giro completo
hacia la izquierda, hasta regresar a la pose de inicio; sólo que, esta vez, será la pierna izquierda la
que cruce por delante de la derecha. Retenemos en vacío por unos segundos.
9. Complementación. Repetimos el movimiento anterior hacia la derecha. Para ello, comenzamos
cruzando la pierna izquierda por delante de la derecha, y terminamos con el cruce de piernas
invertido.
10. Segundo retorno. Por último, punteamos levemente, damos medio giro hacia la izquierda y
regresamos los brazos a los lados del cuerpo para volver a la pose de inicio.
Contraindicaciones
Esta postura no tiene containdicaciones para una persona razonablemente sana. Conviene
montarla cerca de una pared, por si perdemos el equilibrio al girar y necesitamos apoyo.

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Sur 4. El cargador
Nombre maya: Bakab, sostenedor.
Nombre náhuatl: Tlameme, cargador.
Íntento: Alineo mi conciencia con el intento universal.

Postura del Cargador, escultura y relieve mayas.

En las construcciones de Anáhuac, el Cargador tenía la función de sostener los altares y los techos
de los templos; en la actualidad, este tipo de imágenes recibe el nombre arquitectónico de
“atlantes”. El cargador representa a Bolom Yokte, el gran pata de palo, llamado por los nahuas
Teskatlipoka, humo del espejo, Señor de la percepción y personificación de las fuerzas que
sostienen al Universo. En Kinam, es el Masewalli o Macehual, merecedor, la persona capaz de
sostener a la comunidad mediante su trabajo y ejemplo. Esta postura tonifica los músculos
ventrales y de las piernas, y activa la circulación.
Incorporación
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento frontal combinado. Nos colocamos en pose
de atención erguida, con los pies a medio paso de distancia, centramos la mirada, tomamos una
respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Inhalamos y, mientras exhalamos, realizamos simultáneamente dos movimientos:
a) Nos agachamos en cuclillas (no es necesario apoyar por completo las plantas de los pies).
b) Colocamos las manos sobre los hombros en gesto de Carga (consiste en plegar los brazos y
abrir las manos sobre los hombros, con la palma hacia arriba y los dedos apuntando atrás; ver más
detalles en el capítulo 23, gesto 13).

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3. A continuación, reteniendo en vacío, nos incorporamos lentamente y proyectamos los brazos
con tensión, como si alzáramos un gran peso. Cuando las manos llegan a la altura de la coronilla,
sostenemos por unos segundos el peso imaginario.
4. A continuación, erguimos el cuerpo por completo, punteando los pies y proyectamos los
brazos hacia arriba, como lanzando el peso al espacio, expeliendo por completo los residuos de
aire. Las manos se colocan en paralelo, las palmas frente a frente, a la distancia de una palma entre
sí, con los dedos juntos apuntando arriba. Dirigimos la atención a lo alto y aspiramos hondamente.
5. Exhalamos y, mientras retenemos en vacío, damos trece saltos en el sitio, flexionando solo las
puntas de los pies, sin que el talón toque el suelo. Este movimiento tiene el propósito de
desintoxicar la sangre, activar la circulación y flexibilizar las articulaciones de los pies.
6. Retorno. Por último, regresamos los brazos a los lados del cuerpo.
Contraindicaciones
Esta postura no tiene contraindicaciones, pero, quienes padecen de sobrepeso o debilidad en las
piernas, deben evitar los saltos.

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Capítulo 13
Recorrido corporal
Nombre maya: Tawokol, autoobservación corporal.
Nombre nahuatl: Tonaltoka, examen corporal.
Íntento: Mi mente, mi respiración y mi cuerpo son uno en intento.

La técnica nahuálica del sur es la propiocepción o conocimiento del propio cuerpo; incluye
posturas, gestos manuales, respiraciones, marchas, danzas, artes marciales y ejercicios de toma de
conciencia corporal. La conciencia corporal es la habilidad de percibir las señales que nos envía el
organismo, para tomar las necesarias medidas de descanso, alimentación, higienización,
corrección o sanación. Se puede afinar mediante ejercicios como el que hemos escogido para
terminar esta sesión, consistente en recorrer con la atención los veinte subtractos principales del
cuerpo, con los siguientes propósitos:
1ro. Descansar. El descanso ayuda a regenerar las células y a disipar las toxinas (ácido láctico)
que acumularon los músculos.
2do. Asimilar la sesión. El descanso nos proporciona un momento para recapitular la sesión y
evaluar dónde están nuestros puntos fuertes y débiles. Además, el impacto de las posturas nos dice
cómo estamos tratando a nuestro vehículo físico, qué tanto lo hemos atendido o ignorado,
cultivado o maltratado.
3ro. Constatar el aporte de las posturas. La ganancia en elasticidad, fuerza, contención,
coordinación y sentido de equilibrio, se presenta como sensaciones de cosquilleo o fatiga muscular.
No hay que confundir estos indicadores con el dolor provocado por lesiones.
4to. Detectar los nudos físicos que pueden dejar las posturas. Los percibimos como
contracciones, palpitaciones, temblores y desviaciones en la simetría del cuerpo, y los disipamos
mediante atención relajante.
Incorporación
1. Preparación. Esta postura no tiene desplazamiento. Para empezar, nos colocamos en pose de
atención tendida dorsal (sobre la espalda, con las piernas unidas y los brazos a los lados del cuerpo,
las manos con las palmas hacia arriba y los dedos unidos sin forzar). Centramos la mirada en el
techo y aguardamos.
2. Montaje. Cuando se calma la respiración, montamos la pose del cadáver, consistente en que
contraemos las piernas hasta que las plantas de los pies se tocan, cerrando el circuito de la energía.
Los brazos se abren un poco para no rozar los muslos, manteniendo las palmas de las manos hacia
arriba. Cerramos los ojos y tomamos una respiración completa para tonificar.
3. Dirigimos la atención al rostro y observamos cuán relajados están la frente, el entrecejo, los
ojos, la boca y las mejillas. Si notamos alguna contracción, nos concentramos en ella hasta que se
relaje.
4. A continuación, vamos al cuello y la nuca, y repetimos el proceso de observación y relajación.
A partir de ahí, recorremos los subtractos del cuerpo en este orden:
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 Hombros izquierdo y derecho.
 Brazos izquierdo y derecho.
 Antebrazos izquierdo y derecho.
 Manos izquierda y derecha.
 Pecho.
 Vientre.
 Caderas izquierda y derecha.
 Muslos izquierdo y derecho.
 Piernas izquierda y derecha.
 Pies izquierdo y derecho.
Nota: realizamos el recorrido de la cabeza a los pies para calmarnos. Si queremos activarnos,
podemos recorrernos en sentido contrario.
5. Retorno. El retorno de esta postura es muy simple: estiramos las piernas y regresamos a la
pose inicial.

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Capítulo 14
Las posturas del Norte

Nombre maya: P’okan, agachado


Nombre náhuatl: Mopach o Mopachomana, agachadas
Característica: el cuerpo se flexiona
Elemento: Aire
Objetivo: concentrar la atención
Técnica nahuálica: el acecho
Comando: acecho mis límites
Posturas:
1. El jaguar
2. El pelotero
3. La reverencia
4. El devoto

Posturas del Ocelote, el Pelotero, la Reverencia y el Devoto, figurillas mayas.

Cuando los antiguos mexicanos iban a cazar, a guerrear o a aprender con un maestro chaman, no
se sentaban a descansar comodamente sobre los gluteos, pues ello podía costarles la vida:
adoptaban posturas que propiciaban un estado de alerta, escudandose con una pierna y haciendo
palanca con la otra bajo el cuerpo, para levantarse facilmente, si necesitaban atacar, defenderse o
huir.
En las posturas del norte, el cuerpo permanece inclinado o agazapado, apoyandose unicamente
sobre pies, rodillas y manos. ¿Por que relacionaron los anahuacas la actitud del acecho con este
rumbo? Por una causa astronomica: notaron que las estrellas giran en torno a un eje, y su polo
visible se encuentra al norte. Ínterpretaron ese punto como un paso al mundo de los muertos.
Además, siendo el rumbo hacia donde se inclina el Sol a medida que desciende, lo asociaron con la
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medianoche. La asociacion quedo reforzada por el hecho de que al norte de Anahuac se extendían
los torridos desiertos y heladas estepas donde vivían los aguerridos chichimecas, de modo que se
necesitaba valor, cautela y preparacion física para atravesar esa region.
Estas posturas estan aspectadas por el elemento Aire, que representa el estado gaseoso, la
fluidez horizontal y la comunicacion. Por lo tanto, son extrovertidas, su proposito es observar el
mundo y la personalidad que el mundo nos ha implantado.
En sentido cosmogonico, estas posturas representan nuestras herencias.
 El Jaguar es la herencia animal, los impulsos de supervivencia y depredación que nos sostienen
físicamente. El jaguar también evoca nuestra relación con la Naturaleza.
 El Pelotero es la herencia social, el individuo, el ser que se percibe respecto a los demás, el
núcleo de la forma humana. En el simbolismo tolteca, el pelotero es el guerrero, el campo de juego
es el Universo, y, la pelota, la fijación de la atención.
 La Reverencia es la herencia cultural, la persona, el componente periférico o envolvente de la
forma humana. El ejercicio la ejemplifica por el acto de besar la tierra frente al prójimo en señal de
respeto, mas no de sumisión.
 Por último, la postura del Devoto es el nahual, el potencial de desarrollo de conciencia que
heredamos del animal. Alude al momento en que el ser humano percibe su divinidad y asume las
riendas de su propia evolución.
Aunque descansadas, estas posturas son exigentes para las articulaciones de las rodillas, la
columna vertebral y el sentido del equilibrio, de modo que hay que practicarlas con gentileza y sin
forzar nuestros límites.

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Norte 1. El ocelote
Nombre maya: Balam.
Nombre náhuatl: Tekuani.
Íntento: Acecho y devoro mis propias debilidades.

Postura del Ocelote, escultura zapoteca y figurilla maya.

Uno de los temas más abundantes en la iconografía anahuaca, es la transformación del ser humano
en ocelote. A diferencia de los cristianos, que consideran al humano una creación aparte y superior,
los toltecas sabían que somos un producto natural; por lo tanto, no tenían reparos en hibridarnos
metafóricamente con diversos animales para acentuar ciertos atributos. El ocelote representa el
sigilo, el acecho y la capacidad de ver en la oscuridad. En Kinam, esta postura evoca el silencio
mental. Como efecto principal, tonifica brazos, piernas y vientre, y produce un estado de alerta.
Incorporación
Nota: se debe realizar sobre una superficie que resbale, para que sea más cómodo deslizar los pies.
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento frontal y dorsal inferior. Para iniciar, nos
colocamos en pose de atención erguida, centramos la mirada, tomamos una respiración completa
y aguardamos.
2. Montaje. Al exhalar, nos agachamos, abrimos las rodillas y pasamos los brazos entre las
piernas para apoyar en el suelo los puños o las manos abiertas (según nos resulte más cómodo),
apuntando al frente, como un felino sentado.

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3. Tomamos una inhalación y, al exhalar, damos un salto, apoyados en las manos, y proyectamos
el cuerpo hacia atrás, cayendo sobre los dedos de los pies. Las piernas se acercan al suelo, pero no
lo tocan.
4. Una vez estirados, flexionamos los brazos para que el ombligo se acerque al suelo sin tocarlo.
Expulsamos todo el aire y retenemos en vacío por unos segundos.
5. A continuación, estiramos los brazos, incorporamos el torso sin alejar el vientre del suelo,
miramos arriba y ventilamos suavemente.
6. Exhalamos y regresamos de un salto a la pose del punto 2. Repetimos el salto cuatro veces.
7. Retorno. Nos levantamos lentamente para volver a la pose inicial.
Contraindicaciones
Practíquese con cuidado, atendiendo a las señales del organismo. Esta postura está contraindicada
para quienes padecen de sobrepeso.

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Norte 2. El pelotero
Nombre maya: Ajpok’.
Nombre náhuatl: Ollama.
Íntento: Soy el jugador del juego de la existencia.

Postura del Pelotero, figurillas y relieve mayas.

Esta postura era el saludo de los jugadores de


pelota; reproduce el momento en que el jugador se
hinca para dar un rebote con la cadera. Aparece con
frecuencia en el arte, pues el juego de pelota era
importante en aquella sociedad, al contener un
simbolismo cosmogónico. En Kinam, el Pelotero
representa la capacidad de fijar la atención. Es una
postura polar, al marcar la tensión entre el brazo
que se extiende y la cabeza que se voltea al lado
opuesto. También es cúbica, pues las extensiones de
piernas, brazos y cabeza marcan los tres ejes del
cubo. Su principal impacto es sobre los músculos de
las caderas y el sentido del equilibrio.
Incorporación
Nota: la realización se facilita si empleamos un cojín
pequeño para calzar las rodillas.
1. Preparación. Esta postura tiene desplazamiento frontal y lateral. Comienza en pose atención
erguida, con la mirada centrada; tomamos una respiración completa y aguardamos.

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2. Montaje. Primer reto: postura cúbica. Hincamos la rodilla izquierda, de modo que el muslo y
la pierna derechos formen ángulo recto. A continuación, abrimos la pierna derecha hasta que la
rodilla apunta al lado, manteniendo el ángulo recto. Las caderas no giran, deben quedar alineadas
con los hombros; esto requiere que forcemos la cadera derecha y proyectemos un poco la
izquierda, para impedir que se flexione hacia dentro. El torso se mantiene orientado al frente.
3. Extendemos el brazo derecho paralelo al muslo, la mano abierta con la palma hacia arriba, y
la torcemos para que los dedos apunten al suelo. Al mismo tiempo, llevamos la mano izquierda al
hombro derecho o a la altura del pecho, y volteamos la cabeza a la izquierda. Tomamos una
respiración completa y retenemos en vacío por unos segundos.
4. Complementación. Los dos retos de esta postura requieren que repitamos los movimientos
hacia la derecha.
5. Segundo reto: postura plana. La dificultad del ejercicio se incrementa si torcemos la pierna
que se desplaza al lado, de modo que el talón toque los dedos del pie opuesto. En este caso, muslos
y piernas forman un cuadrado perfecto, y todo el cuerpo permanece en un plano. Hay que prestar
atención para mantener el equilibrio e impedir que la cadera se flexione. Tomamos una respiración
completa y retenemos en vacío por algunos segundos.
6. Retorno. Una vez terminado el complemento, regresamos al frente la rodilla que se había
desplazado a un lado y nos levantamos.
Contraindicaciones
Esta postura no tiene contraindicaciones para personas con peso y complexión normal; quienes
padecen de las rodillas, deben calzarlas con un cojín.

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Norte 3. La reverencia
Nombre maya: Lolom, reverencia.
Nombre náhuatl: Tlalkua, comer tierra.
Íntento: ¡Que sea para bien y para todos!

Postura de Reverencia, dibujo de un vaso maya y lámina del Códice Fejervary.

Los anahuacas saludaban en forma reverencial, hincando una rodilla frente al prójimo y tocando
la tierra con la mano, para luego llevarla a la boca en señal de besar el polvo de los pies; de ahí el
nombre náhuatl de este saludo. En Kinam, representa la humildad y el altruismo del guerrero.
Efectos principales: flexibiliza los músculos de las piernas y ejercita los sentidos de coordinación y
equilibrio.
Incorporación
Nota: la realización se facilita si colocamos un cojín pequeño bajo la rodilla.
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento frontal inferior. Nos colocamos en pose
de atención erguida, centramos la mirada, tomamos una respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Primer reto: saludo erguido. Hincamos la rodilla izquierda, formando ángulo recto
con el muslo y la pierna derechos. El pie alineado hacia atrás puede descansar sobre el empeine o
sobre las puntas de los dedos; el torso apunta al frente.
3. A continuación, abrimos los brazos en el gesto del Maíz (ver capítulo 23, gesto 4), elevando el
derecho y bajando el izquierdo, en correspondencia con la posición de las piernas. Realizamos una
respiración completa, haciendo énfasis en las retenciones en pleno y en vacío.
4. Complementación. Todos los retos de esta postura requieren complemento, realizando los
mismos movimientos hacia el lado opuesto e invirtiendo la posición de los brazos.
5. Segundo reto: saludo reverencial. A continuación, colocamos la mano derecha sobre la rodilla
correspondiente, exhalamos y nos inclinamos hasta que la cabeza quede a la altura de la rodilla
alzada, mirando al suelo. La mano izquierda toca el suelo. Retenemos en vacío por unos segundos
y regresamos a la pose erguida, haciendo ademán de llevar a la boca la mano que tocó el suelo.
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6. Tercer reto: saludo profundo. Pasamos los brazos a la espalda y nos tomamos fuertemente las
manos a la altura de la cintura. A continuación, en tanto exhalamos, estiramos hacia atrás los brazos
y la pierna hincada, para hacer contrapeso, y seguimos inclinando el torso hasta que la cabeza llega
al nivel del suelo. Retenemos en vacío.
7. Variante de equilibrio. La siguiente modificación de esta postura está diseñada para
desarrollar el sentido del equilibrio. Consiste en realizar el primer reto, pero alineando pies y
rodillas, es decir, el talón del pie derecho toca la rodilla izquierda. Una vez conseguida la
estabilidad, mantenemos la postura por cuatro respiraciones completas.
8. Retorno. Por último, hincamos ambas rodillas y nos levantamos.
Contraindicaciones
Esta postura no tiene contraindicaciones para una persona sana, pero, quienes padecen de las
articulaciones de las rodillas, deben calzarlas con un cojín y realizarla con cuidado. Personas con
sobrepeso o excesiva rigidez en las articulaciones no deben intentar su variante de mayor reto.

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Norte 4. El devoto
Nombre maya: Payal, el que ora.
Nombre náhuatl: Teowa’, divinizado.
Íntento: Te ofrezco la totalidad de mi existencia.

Postura del Devoto, relieve maya, figurillas olmecas.

La postura del devoto consiste en arrodillarse y colocar las manos en


un gesto simbólico. Aparece con frecuencia en el arte de Anáhuac, en
escenas relacionadas con la adoración. En Kinam representa el
respeto reverente que nos infunden el conocimiento y los estados
acrecentados de conciencia. Esta postura ejercita el sentido del
equilibrio y flexibiliza la columna vertebral.
Incorporación
Nota: podemos facilitar la realización, colocando un cojín bajo las
rodillas.
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento frontal y dorsal inferior. Nos colocamos
en pose de atención erguida, centramos la mirada, tomamos una respiración completa y
aguardamos.
2. Montaje. Primer reto: genuflexión directa. Nos hincamos sobre ambas rodillas con el cuerpo
recto y la mirada al frente. Los pies pueden extenderse hacia atrás o puntear, las manos se unen
sobre el corazón en gestos de Oración o Devoción (ver capítulo 23, gestos 7 y 8). Realizamos una
respiración completa, enfatizando las retenciones en pleno y en vacío.
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3. A continuación, pasamos los brazos a la espalda y nos tomamos firmemente las manos a la
altura del coxis. Mientras exhalamos, proyectamos los brazos, primero hacia atrás y luego hacia
arriba, al tiempo que nos inclinamos hasta tocar el suelo con la frente, junto a las rodillas.
Centramos la atención en las manos y retenemos en vacío por unos segundos.
4. Segundo reto: genuflexión inversa. Regresamos a la postura del paso 2, cuidando mantener los
muslos verticales, y nos tomamos las manos sobre el vientre. En tanto exhalamos, extendemos los
brazos, primero adelante y luego hacia arriba, al tiempo que nos inclinamos hacia atrás, intentando
tocar el suelo con la cabeza cerca de los pies. Los glúteos no deben tocar las piernas. Mantenemos
la postura, reteniendo en vacío por unos segundos.
5. Retorno. Regresamos a la postura del paso 2 y nos incorporamos.
Contraindicaciones
Quienes padecen de las articulaciones de las rodillas, deben practicar esta postura con cuidado y
el auxilio de un cojín. Las variantes de mayor reto sólo deben montarse hasta donde lo permita
cómodamente el organismo.

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Capítulo 15
La marcha de dioses
Nombre maya: Junalte, paso a paso.
Nombre nahuatl: Teone’nemi, marcha divina o andar de dioses.
Íntento: Voy a todas partes y permanezco en mi centro.

Una vez terminada la serie del norte, corresponde practicar su técnica nahuálica: el acecho,
llamado en maya Shakbe, espiar, y en náhuatl: Tlachia, observar atentamente. Lo ejemplificaremos
mediante una marcha que practicaban los sacerdotes de Tenochtitlan con motivo de la ceremonia
del Fuego Nuevo, a la que llamaban Teone’nemi, marcha divina o andar de dioses, por la forma
majestuosa como avanzaban, vestidos con sus mejores galas. He aquí como la reporta el padre
Sahagún:
“Ellos caminaban… con gravedad y silencio. Llamaban a este andar Teonehnemi, ‘caminar como
dioses’.” (Historia General)
Cuando esta marcha se practica en patios o habitaciones, consiste en recorrer su perímetro con
pasos lentos y cortos, acompasados con la respiración. El intento no es llegar, sino andar. Este
enfoque tiene tres propósitos; el primero es acechar nuestros vehículos, es decir, detectar sus
indisciplinas. Quien realiza el paso divino por primera vez, notará los siguientes efectos con más o
menos nitidez:
 El cuerpo se siente torpe, pues no está acostumbrado a caminar de un modo tan lento y
artificial. Los pasos son más cortos que el ritmo que asociamos al acto de caminar, de modo que
hay que luchar para mantener la simetría.
 La energía vital, a la que no le gusta estar contenida, intenta expresarse, apresurando los pasos
o la respiración, desviando la mirada o contrayendo los músculos de las piernas innecesariamente.
 Las emociones se inquietan, pues les perturba que no haya una gratificación por las acciones,
de modo que intentan apresurarnos, sobre todo, cuando estamos a punto de completar la ronda.
 La mente se impacienta, pues no le encuentra sentido al ejercicio; nos dice que estamos
perdiendo el tiempo, o evoca imágenes ajenas.
Si alguno de nuestros vehículos frustra el ejercicio por distracción, alargamiento de los pasos,
interrupción o apresuramiento de la marcha, su indisciplina habrá triunfado.
El segundo propósito del ejercicio es contener el ánimo, enseñar a los vehículos que deben
obedecer, aunque no entiendan. Si triunfamos, estaremos poniendo en acción una facultad que no
pertenece a los vehículos cardinales, sino al nahual: la voluntad. Tal es el tercer propósito de la
técnica del acecho: activar la voluntad y conducirla a través de la toma de decisiones. Como premio,
descubrimos el placer que deriva de actuar sin esperar recompensa.
Incorporación
1. Preparación. Esta postura tiene desplazamiento frontal. Nos colocamos en pose de atención

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erguida, centramos la mirada, realizamos una respiración completa
y aguardamos.
2. Montaje. Una vez tonificados, realizamos el gesto de Poder (ver
capítulo 23, gesto 2), recogiendo los puños sobre el pecho. Su
propósito es darle un referente a la atención, ayudar a que la
columna vertebral se mantenga erguida, y marcar la perpendicular
del eje de equilibrio del cuerpo, así como también la perpendicular
del camino a seguir. Por lo tanto, se trata de una postura cúbica. Sin
dejar de mirar al frente, centramos la atención en los puños.
3. Primer reto: marcha paralela. Preparamos el primer paso.
Ambos pies apuntan adelante, separados por el ancho de un pie.
Tomamos una inhalación y damos con el pie izquierdo un paso
atado (consistente en llevar un pie hasta el primer metatarsiano del
contrario, aproximadamente a dos tercios de su longitud, pisando
suavemente, pero con firmeza, y apoyando toda la planta del pie).
Al completar el paso, adelantamos el cuerpo para que el eje de
equilibrio pase por la pierna izquierda, y exhalamos.
Gesto de Poder, estatua maya.
4. A continuación, damos el paso derecho, repitiendo la kinesis anterior. Así, vamos alternando
los pasos atados hasta completar la ronda. Los pasos deben ser rítmicos y contenidos; no se
apresuran ni ralentizan, nunca rebasan al pie contrario y siguen la pauta de la exhalación.
5. El desplazamiento debe hacerse en línea recta, hasta que llegamos a la esquina de la
habitación o el patio. Entonces, doblamos en ángulo recto del siguiente modo: giramos hacia fuera
el pie que queda atrás, hasta que forma escuadra con el recorrido, y realizamos el siguiente paso
con el pie contrario.
Esta caminata recibe el nombre de Marcha Paralela, porque los pasos describen dos líneas
paralelas. Exige silencio total, no dejarnos atrapar por pensamientos relictos ni por los estímulos
de los sentidos. La mirada, de barredera, pasa por encima de las cosas como si no existieran. Si
algún vehículo reclama atención, lo ignoramos (a menos que sea algo urgente). Un aspecto
importante, es que debemos calcular el tiempo en función del espacio, para no exceder los minutos
asignados al ejercicio. Es preferible completar una recta con paso contenido, que apresurar el paso
para completar la ronda.
6. Segundo reto: marcha lineal. Si queda tiempo, podemos intentar una segunda ronda diseñada
para entrenar el sentido del equilibrio. Se llama Marcha Lineal porque ambos pies se alinean (el
paso alineado consiste en que el talón del pie que se adelanta toca los dedos del pie que queda
detrás, de modo que este último sirve de medida al paso; las piernas ladean un poco al avanzar,
para que los pies no rocen). El cuerpo se adelanta un poco más que en la marcha paralela, para que
el eje de equilibrio se mantenga en la pierna adelantada.
7. Tercer reto: marcha velada paralela. En un nivel superior, medimos visualmente el área que
tenemos delante, verificamos que esté despejada de objetos y efectuamos la marcha paralela con
los ojos cerrados. Esta variante tiene el propósito de obligarnos a atender a las señales del cuerpo,
y a confiar en nuestras evaluaciones. A diferencia de las anteriores, es necesario exteriorizar la
atención para captar cualquier señal del ambiente.
8. Cuarto reto: marcha velada lineal. La dificultad del ejercicio se incrementa si realizamos la
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marcha lineal con los ojos cerrados. El objeto es desplegar al máximo los sentidos de equilibrio y
atención externa.
9. Retorno. El retorno de esta postura es muy sencillo: al completar la recta o la ronda, nos
volteamos al centro del área recorrida y regresamos los brazos a los lados del cuerpo.
Contraindicaciones
Esta postura no tiene contraindicaciones, pero las variantes lineal y velada exigen que
dupliquemos la atención y avancemos lentamente, para no perder el equilibrio.

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Capítulo 16
Las posturas del Este

Nombre maya: Kulan, sentado


Nombre náhuatl: Yeyan o Yeyammana, sentadas
Característica: sentado
Elemento: Fuego
Objetivo: distribuir la energía
Técnica nahuálica: la meditación
Comando: aquieto mis vehículos
Posturas:
1. La moledora
2. El abanderado
3. La mariposa
4. El meditante

Posturas de la Moledora, el Abanderado, la Mariposa y el Meditante, figurillas preclásica, huasteca y maya,


escultura mexica.

La naturaleza de un pueblo se nota en su arte. La abundancia de posturas de meditación en el arte


de Anáhuac nos dice que aquella era una civilización eminentemente meditativa. El hecho de que
los meditantes aparezcan tanto en los murales y relieves de los santuarios, como en las figurillas y
vasijas de uso popular, indica que las técnicas meditativas eran apreciadas por todos.
En las posturas de meditacion nos sentamos con estabilidad, apoyandonos en los gluteos,
muslos, piernas y rodillas. Al principio pueden resultar incómodas, pero, con la práctica, se
sostienen con comodidad. Su propósito es que el cuerpo y la mente permanezcan inmóviles, tal
como testimonio el padre Sahagún al describir a los monjes meditantes de los templos mexicas:
“Momanke’, ellos permanecían inmóviles.” (Vocabulario)

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No es casual que estas posturas se asocien al este y esten regidas por el elemento Fuego,
emblema del estado radiante, el impulso ascendente y la iluminacion. La iluminacion interna es el
indicador de la meditacion; de modo que, cuando los anahuacas se sentaban a meditar - algo
habitual en sus practicas religiosas -, se orientaban hacia el nacimiento del Sol, físicamente o en
intencion. Por la misma razon, los santuarios se disenaban de tal modo, que, al asistir a los oficios
religiosos, la multitud quedaba orientada al este.
Estas posturas tienen tres efectos: el primero, es que cortan parte del flujo sanguíneo a las
piernas y lo concentran en el torso y el tren superior, lo que oxigena el cerebro y ayuda a procesar
la informacion. Esto puede ser util, por ejemplo, para rendir un examen escolar o cuando se padece
de insuficiencia respiratoria. Tras un rato de inmovilidad, el practicante percibe un descenso en la
actividad metabolica, el cuerpo se enfría, la atención se introvierte, dejamos de atender a los
objetos de los sentidos y nos concentramos en el proceso perceptual en sí.
En el simbolismo anahuaca, estas posturas representan las etapas del desarrollo de la condicion
humana.
 La Moledora retrata el modo como se sentaba la señora que molía el maíz. El maíz es la planta
intencional, el producto cultural por excelencia; por lo tanto, esta postura simboliza el trabajo
creador, así como el impulso de autocultivo y superacion.
 El Abanderado es la postura que adoptaba el guerrero que sostenía la bandera a la entrada de
las fortalezas. Alude al liderazgo y la capacidad de sacrificarse por los demas.
 La postura de la Mariposa identifica al Divino Anciano, personificación del fuego, patron de la
sabiduría y la experiencia.
 Por su parte, la postura del Meditante es el emblema de las practicas de conciencia.
Estas posturas son exigentes para las piernas, de modo que se deben intentar poco a poco y con
suficiente calentamiento. No son aptas para personas con problemas en las articulaciones de las
rodillas.

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Este 1. La moledora
Nombre maya: Kabtun, mano de mortero.
Nombre náhuatl: Tesi, molida.
Íntento: Me fundo en el seno de la Madre Tierra.

Postura de la Moledora, esculturas mexicas y olmecas, cerámica de Colima.

En el México antiguo, la moledora de maíz se sentaba sobre sus rodillas con la espalda muy recta,
y se desplazaba hacia delante para alcanzar el mortero. No sorprende que esta postura se asocie
en la iconografía con Shilonen, madre mazorca, conocida por los mayas como Ishim, divinización

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del maíz. También se asocia con las embarazadas, probablemente, al ser usada como ejercicio de
parto. Además, era el modo correcto como las mujeres se sentaban sobre una estera o sitial.
Por su estabilidad, esta postura sirve para meditar. En Kinam, representa la concentración - el
estado previo a la meditación. Uno de sus desarrollos es polar, pues marca la tensión entre la
rotación de brazos-cabeza y la orientación de las piernas. Tiene dos efectos básicos: flexibiliza los
músculos de las piernas y ejercita los de la espalda.
Incorporación
Nota: la realización se facilita, colocando un cojín bajo las rodillas, o entre las piernas y los muslos.
1. Preparación. Esta postura tiene desplazamiento lateral combinado. Comienza en pose de
atención erguida; centramos la mirada, tomamos una respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Primer reto: piernas cerradas. Nos hincamos y sentamos sobre las pantorrillas con la
espalda recta. Los pies pueden apuntar hacia atrás o a los lados, o bien puntear hacia delante, según
nos resulte más cómodo. Las rodillas pueden ir juntas o un poco separadas. Nos tomamos las
manos en gesto de Cuenco, o las colocamos sobre los muslos en gesto de Meditación (ver capítulo
23, gestos 5 y 6); también podemos inclinar el torso lo suficiente para alcanzar las rodillas.
Cerramos los ojos, colocamos la atención en el entrecejo y sostenemos la postura durante cuatro
respiraciones completas.
3. Segundo reto: lateral. A continuación, nos incorporamos sobre las rodillas y nos volvemos a
sentar, sacando la pierna izquierda al lado y flexionando la derecha delante. Es necesario mantener
erguido el torso. Colocamos los puños sobre el pecho en gesto de Poder (ver capítulo 23, gesto 2)
y aguardamos.
4. Cuando el aliento se normaliza, tomamos una inhalación y, al exhalar, volteamos lentamente
el torso a la izquierda, tanto como sea posible, sin desplazar los puños del centro del pecho.
Podemos marcar la compresión en tres exhalaciones. Al llegar a la máxima torsión del torso, la
continuamos con la cabeza, mirando atrás. Retenemos en vacío por unos segundos.
5. Complementación. Para complementar el movimiento anterior, nos incorporamos un poco y
desplazamos las piernas bajo el cuerpo, de modo que la derecha quede fuera y la izquierda delante.
Esta transición hay que hacerla con cuidado para no dañar las articulaciones de las rodillas. Nos
volvemos hacia la derecha y retenemos en vacío por unos segundos.
6. Tercer reto: piernas abiertas. Nos incorporamos un poco y abrimos ambas piernas en “W”.
Proyectamos los brazos a la altura del pecho, nos tomamos las manos y montamos el gesto de
Códice Abierto (consistente en invertir las manos en puño con los dedos entrecruzados, de modo
que las palmas apuntan adelante y los pulgares hacia abajo). Deslizamos el cuerpo entre las
piernas, cuidando que la espalda permanezca erguida. Realizamos una respiración completa y
retenemos en vacío por unos segundos.
7. A continuación, plegamos los brazos, cerramos los puños sobre el pecho en gesto de Poder
(ver capítulo 23, gesto 2) y repetimos la torsión descrita en el paso 3, primero a la izquierda y luego
a la derecha.
8. Retorno. Es necesario retornar del tercer reto con cuidado, pues tiene un fuerte impacto sobre
las rodillas. Para ello, nos incorporamos lentamente, lo suficiente para deslizar las piernas bajo el
cuerpo, si es necesario, apoyándonos sobre los puños. Una vez descansadas las rodillas, nos
levantamos.

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Contraindicaciones
Esta postura tiene un efecto enérgico sobre las vías digestivas y urinarias, por lo que resulta útil
para el tratamiento de afecciones relacionadas con estos órganos. No tiene contraindicaciones en
su variante de menor reto, pero, el segundo y tercero deben practicarse con cuidado, y están
vetados para quienes padezcan de los ligamentos de las rodillas. Aun si conseguimos montar estos
retos con comodidad, no debemos extenderlos demasiado tiempo.

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Este 2. El abanderado
Nombre maya: Ajpan.
Nombre náhuatl: Pantli.
Íntento: Concentro mi poder y bloqueo lo negativo.

Postura del Abanderado, esculturas mexicas.

El nombre de esta postura se debe a que, con frecuencia, las estatuas que la representan tienen un
agujero en la mano donde se colocaba el mástil de la bandera. Por su estabilidad, es apropiada para
meditar. Se asocia a Shochipilli, príncipe de las flores, llamado por los mayas Shjonikte, cinco flor,
personificación de las prácticas nahuálicas. En Kinam, representa la atención y la actitud marcial.
Si queremos sostenerla por largo rato, podemos atarla con una cinta que pase por la mitad de la
espalda y bajo las rodillas. Efectos principales: masajea el abdomen y flexibiliza las piernas.
Incorporación
1. Preparación. Esta postura no tiene desplazamiento, pero sí compresión. Nos colocamos en
atención sentada (esta pose consiste en sentarnos con la espalda recta y las piernas estiradas,
apoyándonos en los isquiones, no en las nalgas), centramos la mirada, tomamos una respiración
completa y aguardamos.
2. Montaje. Primer reto: una pierna. Nos sentamos sobre la pierna derecha a modo de palanca;
podemos extender el pie hacia atrás o puntear adelante. Replegamos la pierna izquierda delante, a
modo de escudo, y la enlazamos con ambos brazos. Cerramos los ojos, enfocamos la atención en el
entrecejo y tomamos cuatro respiraciones completas.
3. Complementación. Regresamos a la pose de inicio y repetimos la postura para el otro lado,
sentándonos sobre la pierna izquierda y replegando la derecha. Otras cuatro respiraciones.

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4. Segundo reto: piernas cruzadas. A continuación, elevamos ambas piernas cruzadas frente al
torso, hasta que las rodillas llegan a la base de las costillas; las enlazamos con los brazos y nos
tomamos las manos al frente. Es importante cuidar que el torso esté recto; podemos ayudarnos,
calzando el coxis con un cojín o apoyando la espalda en la pared. Cerramos los ojos, enfocamos la
atención en el entrecejo y tomamos cuatro respiraciones completas.
5. Tercer reto: piernas paralelas. El impacto del ejercicio aumenta si colocamos las piernas en
paralelo, en lugar de cruzadas, y tocando el pecho con las rodillas. Atamos la postura con los brazos,
cerramos los ojos, enfocamos la atención en el entrecejo y tomamos cuatro respiraciones
completas.
6. Retorno. Para regresar a la pose inicial, basta con abrir los ojos y estirar las piernas.
Contraindicaciones
Esta postura impacta las glándulas suprarrenales y entrena los músculos de la espalda. No tiene
contraindicaciones, pero, quienes padecen de sobrepeso o rigidez en los músculos de las piernas,
deben realizarla con cuidado, sólo hasta donde lo permita cómodamente el organismo.

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Este 3. La mariposa
Nombre maya: Pepem.
Nombre náhuatl: Papalotl.
Íntento: Domino mi cuerpo y elevo mi espíritu.

Postura de la Mariposa, figurilla maya, incensarios mexicas.

Le llamamos “mariposa” porque las piernas se despliegan a


ambos lados como las alas de una mariposa. Además, porque
el simbolismo anahuaca relaciona este animal con el fuego, y la
postura que estudiaremos se vincula a las estatuas de
Weweteotl, el divino anciano, a quien los mayas apodaban
Mokche, corcovado, personificación del fuego, el tiempo y la
sabiduría. En Kinam, representa la voluntad del practicante. Su
impacto principal es sobre las coyunturas de las caderas y los
músculos de la espalda.
Incorporación
1. Preparación. Esta postura no tiene desplazamiento.
Comienza en pose de atención sentada, con la mirada
centrada; tomamos una respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Primer reto: semiflexión. Plegamos las piernas,
unimos las plantas de los pies cerca de la zona sexual, dejamos caer las rodillas a ambos lados sin
forzarlas, y colocamos las manos sobre ellas. Cerramos los ojos, enfocamos la atención en el
entrecejo y tomamos cuatro respiraciones completas.
3. Segundo reto: flexión completa. El ideal de la pose anterior, es que los muslos toquen el suelo
fluidamente, produciendo un sonido de aplauso; sin embargo, el practicante primerizo
probablemente carezca de la flexibilidad necesaria, quedando su postura en una semiflexión.
Podemos completarla, forzando las piernas de dos maneras:
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a) En tanto exhalamos, presionamos las piernas con una mezcla de fuerza de los músculos de
muslos y caderas, y moderada presión de las manos. Retenemos en vacío por unos segundos.
b) La fuerza se hace mayor si introducimos las manos entre los pies, dorso contra dorso,
tomamos con firmeza las plantas de los pies y, al exhalar, las volteamos hacia arriba. Presionamos
las piernas con los músculos de muslos, caderas y vientre. Este agarre proporciona descanso a los
músculos de la espalda y acerca las rodillas al suelo. Una vez conseguida la máxima flexión,
retenemos en vacío por unos segundos.
4. Tercer reto: extensión frontal. Si conseguimos tocar el suelo con los muslos en forma cómoda,
podemos intentar un tercer reto: tomamos una honda inhalación y, mientras exhalamos, dejamos
caer el cuerpo hacia delante, depositamos los antebrazos en el suelo y colocamos la cabeza entre
ellos. Retenemos en vacío por algunos segundos.
5. Retorno. Para regresar a la pose de inicio, estiramos las piernas.
Contraindicaciones
Esta postura activa las glándulas suprarrenales. En su menor reto carece de contraindicaciones,
pero, quienes padecen rigidez o lesiones en las rodillas, deben montarla con cuidado, desistiendo
a la menor señal de dolor. De ningún modo se debe forzar la postura colocando pesos sobre las
rodillas.

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Este 4. El meditante
Nombre maya: Nanaol.
Nombre náhuatl: Teomani.
Íntento: Me deleito con la música del silencio interior.

Postura del Meditante, figurillas maya, huastecas y de Nayarit.

Esta es la postura correcta que adoptaban los hombres al sentarse


sobre una estera o sitial. Es apropiada para meditar, pues mantiene
la espalda recta y corta parte del flujo de sangre a las piernas,
concentrándola en el torso y la cabeza, lo que aumenta la capacidad
de atender. Aparece con frecuencia en el arte, con múltiples
variantes que dan fe de la importancia que concedían los anahuacas
a la meditación. En Kinam, representa el estado de A’momati, silencio
mental, al que los mayas llamaban Sujuil, pureza ritual. Principales
efectos: flexibiliza los músculos de las piernas, tonifica los de la
espalda, baja el metabolismo e introvierte la atención.
Incorporación
1. Preparación. Esta postura no tiene desplazamiento, pero sí
compresión. Nos colocamos en pose de atención sentada, centramos
la mirada, tomamos una respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Primer reto: cruce sencillo. Cruzamos las piernas de
modo simple, cada pie bajo el muslo opuesto; la pierna que pasa por delante es a elección, según la
comodidad. A continuación, colocamos las manos sobre el regazo o los muslos en gestos de cuenco,
meditación, oración, devoción o ruego (ver su descripción en el capítulo 23, gestos 5 a 9). Cerramos
los ojos, enfocamos la atención en el entrecejo y tomamos cuatro respiraciones completas.

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Esta postura tiene una desventaja: al elevar las rodillas, los músculos de la base de la espalda
tienen que hacer fuerza extra para mantenerla erguida, lo que rápidamente produce cansancio.
Esto se puede solucionar, calzando el coxis con un cojín o apoyando la espalda en la pared.
3. Segundo reto: cruce dispar. En el siguiente reto, tomamos con las manos el pie que nos resulte
más cómodo y lo colocamos sobre la rodilla, el muslo o la ingle opuestos. El otro pie se coloca
delante o bajo la pierna opuesta. Cerramos los ojos, enfocamos la atención en el entrecejo y
tomamos cuatro respiraciones completas.
4. Tercer reto: despliegue. Desplegamos las rodillas hacia fuera, hasta que los pies se juntan
frente a la zona sexual, y montamos uno sobre el otro. Cerramos los ojos, enfocamos la atención en
el entrecejo y tomamos cuatro respiraciones completas. Nota: esta variante es inestable, pues la
base del cuerpo se extiende en una sola dimensión, de modo que no es apropiada para meditar, a
menos que se apoye la espalda en la pared.
5. Cuarto reto: cruce atado. Si aún queda flexibilidad, podemos tomar el pie que estaba abajo y
colocarlo con delicadeza sobre el muslo contrario. De ese modo, la postura queda atada,
tornándose muy estable. Cerramos los ojos, enfocamos la atención en el entrecejo y tomamos
cuatro respiraciones completas.
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Nota: aunque no es estrictamente simétrica, esta postura no requiere complementación; lo
importante es que el cruce de piernas resulte cómodo.
6. Retorno. Finalmente, abrimos los ojos, descruzamos las piernas y las estiramos.
Contraindicaciones
En sus variantes de menos reto, esta postura no tiene contraindicaciones; de todos modos,
debemos montarla poco a poco, para no dañar las articulaciones de las rodillas. El cuarto reto debe
realizarse con extremo cuidado, desistiendo del ejercicio ante la señal de dolor; está
contraindicado para quienes padecen de las rodillas.

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Capítulo 17
Concentracion
Nombre maya: Tanol, voluntad centrada.
Nombre nahuatl: Semmati, mente centrada.
Íntento: Entro al jardín de paz de mi propio corazón.

La Piedra de los Soles es un concentrador de la atención, arreglo de un diseño de Karnhack.


Meditante pasando un rosario, vaso maya.

Terminada la sesión del este, dedicamos unos minutos a su técnica nahuálica, la meditación,
llamada en maya Nenolal, contemplación, y en náhuatl Teomania, buscar la divinidad (de Teotl,
divino, y Mania, entregarse a algo). Uno de los conjuros medicos conservados por el cronista Ruiz
de Alarcón describe esta técnica en detalle; veamos algunos fragmentos:
“En estado de paz, yo, el que se concentra, el dominador de la sensación, a quien nadie puede
engañar, vengo a someter a mi herencia humana. He adormecido mis manos, mi carne está
insensible, ya no siento las burlas de mi condición humana. Soy la Serpiente Emplumada, nada en
mi mente. Soy el guerrero (del Espíritu), nada me causa impresión.” (Tratado de las Idolatrías)
Meditar es hacer silencio físico, energético, emocional y mental; esto significa poner el cuerpo
de modo que no reclame atención, conseguir un estado energético de equilibrio (ni exaltado ni
debilitado), calmar las emociones y callar la mente. En la práctica de Kinam, meditar no es un fin,
sino un medio; lo que buscamos a través del silencio, es percibir la realidad de un modo fresco y
desprejuiciado.
La meditación se compone de tres partes: preparación, concentración y silencio, llamadas
respectivamente en náhuatl Í’mati, Semmati y A’momati. Nos preparamos al sentarnos con
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estabilidad y serenar la respiración; la concentración consiste en darle coherencia al flujo de la
mente, y, el silencio, en cortar ese flujo. La razón de centrar la atención, es que resulta más fácil
cortar un flujo coherente, que un flujo amorfo.
Podemos comparar los pensamientos con las moléculas de una sustancia. Si se mueven de modo
caótico, la sustancia es opaca; pero, si se organizan, se torna transparente. Asimismo, si permitimos
que nuestro proceso mental se mueva al azar, reaccionando impulsivamente a las impresiones que
nos llegan, seremos incapaces de ver lo que ocurre debajo; pero, si lo organizamos, percibiremos
al perceptor. Al mantener ese estado de serena observación por un rato, descubrimos que el
perceptor no es el yo habitual, compuesto por el individuo y la personalidad, sino algo más viejo y
profundo. A la capacidad percibir al nahual - no a la ausencia literal de pensamientos - le llamamos
en Kinam “silencio mental”.
El flujo mental se organiza cuando le aplicamos atención. Podemos centrar la atención en
elementos internos, como la respiración, los centros perceptuales, las sensaciones corporales, o los
pensamientos y recuerdos que afloran de modo causal. También podemos apoyarnos en
concentradores externos, como el aroma del incienso, un gesto manual, una imagen, un sonido o
una palabra audible o mental. Los antiguos mexicanos usaban para este propósito ciertos
diagramas concéntricos, de los cuales, la Piedra de los Soles es un magnífico ejemplo; también
repasaban los nombres divinos con la ayuda de un collar con alternancias de 9 y 13 cuentas.
Es importante mantener la atención hasta que el flujo mental cobre coherencia y se sostenga
por sí; entonces, lo detenemos para llegar al silencio. En este punto, debemos tener presente que
la orden de hacer silencio es ruido; el silencio mental no se puede forzar, pues no es algo en sí, sino
la ausencia de algo. El ejercicio requiere sutileza.
Incorporación
1. Preparación. Ejemplificaremos esta técnica con una meditación sencilla. Para comenzar, nos
colocamos en pose de atención sentada. Mi sugerencia para el principiante es que recargue la
espalda a la pared, pegando el cóccix, para estar bien erguido. Centramos la mirada, tomamos una
respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. A continuación, cruzamos las piernas de modo simple (los practicantes con
experiencia pueden montar una variante más compleja de la postura del Meditante, pero es
importante que resulte cómoda). El propósito de esta postura es concentrar el torrente sanguíneo
en los tractos medio y superior. Las manos se depositan sobre el regazo.
3. Establecida la postura, cerramos los ojos y llevamos la atención a la base de la columna
vertebral para observar nuestro estado físico: la estabilidad del tronco, la serenidad de los
miembros, la posición de la cabeza. Si detectamos cualquier tensión o dolor, le dedicamos atención
hasta que se calme.
4. Una vez verificado el “silencio” del vehículo físico, pasamos a explorar la respiración. Para
ello, sin abrir los ojos, llevamos la atención a la garganta y observamos el paso del aire. Nos puede
ayudar en este sentido el nombre náhuatl del aliento: Í’iotl. La raíz de este término, Í’i (se pronuncia
Iji, con J más suave que la del español) es una onomatopeya que reproduce el sonido del aire al
pasar por la faringe; la sílaba Í refleja la entrada, mientras que la sílaba ’i o Ji refleja la salida. Como
apoyo para esta fase del ejercicio, podemos pronunciar mentalmente ambas sílabas, a medida que
inhalamos y exhalamos.
5. Cuando la respiración se hace tranquila y lenta, pasamos a la fase de la concentración. Para
ello, sin abrir los ojos, colocamos la atención en el entrecejo y observamos el estado de la mente. Si
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hemos realizado bien los pasos anteriores, en este punto, la mente estará tranquila y centrada; si
subsiste alguna agitación, la observamos hasta que se disipe.
6. La mente tranquila puede parecer callada, pero, en realidad, hay cierta turbulencia bajo el
umbral del consciente. Para silenciarla, realizamos un ejercicio de hiperoxigenación, consistente
en acentuar las fases de inhalación, exhalación y retención en vacío. Podemos ayudarnos con el
siguiente recurso: el término náhuatl No’mat, ser en sí mismo, se compone de las raíces No’, en todas
partes, y Mat, mente; el sonido de ambas raíces induce el estado mental que buscamos. La técnica
tiene tres partes:
a) Alargamos la inhalación sin exagerar, pronunciando mentalmente el sonido No’ (Noj, con el
aspirado final en suspenso).
b) Cuando los pulmones llegan a tope, exhalamos lentamente, pronunciando mentalmente el
sonido Ma.
c) Al expulsar todo el aire, retenemos en vacío sin exagerar, pronunciando mentalmente el
sonido T.
NOOOOO’ - MAAAAA - T
Si hacemos el ejercicio correctamente, notaremos que la mente se calla sin esfuerzo en cuanto
retenemos en vacío.
7. Para salir de esta postura, basta con abrir los ojos y estirar las piernas.
Contraindicaciones
Este ejercicio no tiene contraindicaciones, si se realiza en una variante sencilla de la postura del
Meditante y no se alarga demasiado la retención en vacío. Si adoptas variantes más complejas,
debes colocar las piernas con cuidado para no dañar las articulaciones.

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Capítulo 18
Las posturas del Oeste

Nombre maya: Chelaan, tendido


Nombre náhuatl: Akana o Akammana, tendidas
Característica: acostado
Elemento: Agua
Objetivo: recuperar energía
Técnica nahuálica: la recapitulación
Comando: desato mis nudos
Posturas:
1. El soñador
2. El profeta
3. La serpiente
4. El flechador

Posturas del Soñador, el Chakmol, la Serpiente y el Flechador, figurillas olmeca, maya, huasteca y de Colima.

Así como asociaban el este con el amanecer, la luz y el lado masculino o activo de nuestro ser, el
oeste representaba el atardecer, la oscuridad y nuestro lado sedente o femenino; de ahí que lo
asignaran a las Mujeres Diosas, canonización de las mujeres muertas en la guerra del parto. A
diferencia de los cristianos, quienes ven en la oscuridad un símbolo del mal, los anahuacas lo
interpretaban como emblema del potencial energetico, de modo que este rumbo es la vía de
entrada metaforica al mundo del nahual.
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Las posturas del oeste se parecen a su elemento, el Agua, emblema del estado líquido, el flujo
descendente y la introspeccion. Son paradojicas, pues, en ellas, el cuerpo se reclina sobre la espalda,
los costados o el vientre, como si fuera a dormir, pero, al mismo tiempo, se yergue tanto como es
posible sin usar las extremidades, como si quisiera elevarse. El simbolismo es obvio: estas posturas
representan la facultad de sonar.
Una característica del sueno, es que nos dejamos atrapar por las visiones oníricas,
comprometiendo nuestra energía en todo tipo de situaciones emocionales. El contacto intensivo
del torso con la tierra sacude la energía, despertando recuerdos emocionales que podemos cazar
como conejos (de ahí que los psicologos reclinen al paciente para inducirlo a recapitular).
Las posturas del oeste representan algunos de los atributos del chaman.
 El Soñador es emblema de la imaginacion, las aspiraciones y el sueno. Tambien, de las
revelaciones obtenidas a traves del sueno, y de la transicion al plano de los “muertos”.
 El Profeta es la postura que adoptaban los sacerdotes para indicar que estaban dispuestos a
escuchar al Espíritu.
 La postura de la Serpiente evoca el momento en que el espíritu se despega de la materia y
asciende, figuradamente hablando, hasta el plano de los “dioses".
 El Flechador representa la activacion de los centros perceptuales y el enfoque de la voluntad
en objetivos trascendentes.
Estas posturas no son demasiado exigentes para un cuerpo sano, si se montan con lentitud y no
se extreman las tensiones.

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Oeste 1. El soñador

Nombre maya: Wayak.


Nombre náhuatl: Temikti.
Íntento: Soy testigo imparcial de un sueño verdadero.

Postura del Soñador, figurillas olmecas.

Esta postura se conoce dentro de la antropología como “búdica”, pues Siddhartha la adoptó a la
hora de su muerte. Su frecuente aparición en el arte olmeca indica que también en Anáhuac tenía
una dimensión simbólica. Consiste en tenderse e incorporarse al mismo tiempo. Parece simple,
pero hacerlo con perfección es un reto. En Kinam, el Soñador evoca la técnica del ensueño, el arte
de prestar atención vigílica al sueño. Principales efectos: flexibiliza los músculos de las caderas,
tonifica los músculos del vientre y desarrolla el sentido de equilibrio.
Incorporación
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento lateral sedente combinado. Nos colocamos
en atención tendida dorsal (la pose tendida consiste en echarnos sobre el suelo con las piernas
extendidas y los brazos a los lados del suelo, las palmas hacia arriba; es dorsal si nos echamos sobre
la espalda, y ventral si nos echamos sobre el vientre), centramos la mirada, tomamos una
respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Nos volvemos sobre el lado izquierdo con el cuerpo estirado, una pierna bajo la otra,
y extendemos el brazo izquierdo bajo la cabeza. Elevamos la cabeza y plegamos el brazo izquierdo
para apoyar la oreja izquierda en la mano. Extendemos hacia arriba el brazo derecho, lo plegamos
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y cubrimos la oreja derecha con la mano. Ambos antebrazos forman línea recta. Cerramos los ojos,
enfocamos la atención en el entrecejo y tomamos cuatro respiraciones completas.
3. A continuación, plegamos ambas piernas y unimos las plantas de los pies. El eje de las caderas
permanece vertical, muslos y piernas forman los lados de un cuadrado tan perfecto como sea
posible. Evitamos que las piernas se plieguen hacia atrás, aplicando fuerza de caderas; todo el
cuerpo debe permanecer en un solo plano. Cerramos los ojos, colocamos la atención en el entrecejo
y tomamos cuatro respiraciones completas.
4. Complementación. Volvemos a la pose de inicio y nos volteamos hacia la derecha, repitiendo
los pasos 2 y 3.
5. Retorno. Terminada la postura, abrimos los ojos y regresamos a la pose de inicio.
Contraindicaciones
Esta postura no tiene contraindicaciones.

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Oeste 2. El profeta
Nombre maya: Chilam, tendido.
Nombre náhuatl: Teomama, cargador divino.
Íntento: Soy el conquistador del vaso de las águilas.

Postura del Chakmol, esculturas y relieve mayas.

Esta es la más conocida de las posturas de poder del México antiguo, razón por la cual, es la insignia
del sistema Kinam. Los temas de la figura sedente y la vasija sobre el ombligo aparecen en el arte
olmeca un milenio antes de Cristo, pero la postura como tal surge en el Período Epiclásico (siglos
8 a 12 d.C.), primero en la zona maya y el Estado de Tula, y luego en todo el Anáhuac. El nombre
con el que se le conoce popularmente es un equívoco, pues el término maya Chakmol, ocelote rojo,
corresponde a los tronos mayas en forma de felino. El nombre propio de la postura es Chilam o
Chilaan, extendido, según explica el libro de Chilam Balam:
“La razón por la que le llaman Chilaan Balan, es porque se tendía dentro de su aposento, sin
moverse ni incorporarse del sitio donde se había echado. Y no se veía la apariencia… de quien
hablaba sobre su casa, como si se cerniera sobre ella.” (Profetas 1.3)

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Esta cita indica que la postura del Chakmol propiciaba o simbolizaba el éxtasis chamánico. Por
su función mediadora, las estatuas de chakmoles se colocaban en los patios y las puertas de los
santuarios. El hecho de que algunos presenten el pectoral de mariposa y el tocado de estrellas
propio de los atlantes de Tula (retratos de Tlawiskalpanteku’tli, señor del sol naciente), indica que
tenían un simbolismo solar y se les consideraba cargadores del mundo interior.
La característica más notable del Chakmol, es que sostiene un recipiente literal o figurado sobre
el ombligo llamado Joma, cuenco, al que los nahuas apodaban Kuau’shikalli, vaso del águila o del
poder; representa la concentración de la energía vital y la abundancia. La posición del cuerpo
encierra tres conceptos básicos en la práctica tolteca: la incorporación onírica, la combinación de
movimiento y quietud, y el manejo del aliento, representado por la mariposa sobre el pecho. Dentro
de Kinam, el Chakmol es emblema del camino del guerrero; el movimiento lateral de la cabeza
describe el entrenamiento de la atencion.
El Chakmol es una postura cúbica, pues la extensión e incorporación del cuerpo, y la rotación de
la cabeza a un lado, marcan las tres dimensiones del espacio. También es una postura polar, pues
las piernas y la cabeza se vuelven en sentidos opuestos, marcando la tensión. Su efecto principal es
sobre los músculos del vientre y la espalda.

Los tractos medio y superior se simbolizaban por el pectoral en forma de mariposa solar y la corona de
estrellas, esculturas de Tula y Chichén Itzá.

Incorporación
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento dorsal y lateral sedente. Inicia en pose de
atención tendida dorsal. Centramos la mirada, tomamos una respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Ante todo, exploramos los dos conjuntos de movimientos de esta postura: de piernas
y de torso.
a) Comenzamos contrayendo las piernas sin separar las rodillas, hasta que los talones se acercan
a los glúteos. Inhalamos y, al exhalar, dejamos caer las piernas a la izquierda, manteniendo juntas
las rodillas y las caderas sobre el suelo; retenemos en vacío por unos segundos. A continuación,
hacemos el mismo movimiento hacia la derecha. Repetimos el movimiento completo cuatro veces
con el propósito de masajear el vientre.

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b) Volvemos a estirar las piernas, inhalamos
y, al exhalar, erguimos el torso, apalancándolo
en los codos, tan pegados al cuerpo como se
pueda. Elevamos los antebrazos y colocamos
las manos sobre el vientre, formando el cuenco
de la abundancia. Concentramos la atención en
el vientre y retenemos en vacío por unos
segundos.
3. Primer reto: combinación. Lo siguiente es
combinar ambas exploraciones: tomamos una
inhalación y, mientras exhalamos, contraemos
las piernas e incorporamos al mismo tiempo el
torso, apuntalándolo con los codos y formando
el cuenco ventral. Retenemos en vacío por
unos segundos.
4. A continuación, volvemos la cabeza a la
izquierda y aspiramos hondamente. A medida
que exhalamos, rotamos la cabeza a la derecha,
barriendo al frente con el aliento y la mirada.
El movimiento debe tener una amplitud de 180
grados. Una vez vueltos a la derecha,
inhalamos y regresamos a la izquierda.
Repetimos cuatro veces la respiración
completa (ver más detalles sobre este tipo de
respiración con el capítulo 22).
5. El siguiente paso consiste en combinar
ambos movimientos: volvemos la cabeza a la
izquierda y, al mismo tiempo, dejamos caer las
piernas a la derecha. Practicamos la
respiración de barredera, volteando la cabeza
a la derecha y las piernas a la izquierda.
Repetimos cuatro veces.
6. Segundo reto: postura del resucitado. El
ejercicio descrito es una preparación para la
postura del resucitado, que representa la disolución consciente y deliberada de la imagen del yo.
Para montarla, regresamos a la pose inicial y aguardamos. Cuando se calma la respiración,
tomamos una honda inhalación y, al exhalar, elevamos piernas y brazos, y proyectamos el cuenco
simbólico hacia arriba; el cuerpo se apoya únicamente sobre los glúteos. Sostenemos la respiración
en vacío tanto como podemos.
7. Retorno. Para regresar de esta postura, nos extendemos sobre la estera en atención tendida
dorsal.
Contraindicaciones
Esta postura es accesible a toda persona sana, pero debe practicarse con cuidado en casos de
sobrepeso, para no forzar demasiado los músculos del vientre y los huesos de la cadera.

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Oeste 3. La serpiente
Nombre maya: Kan.
Nombre náhuatl: Koatl.
Íntento: ¡Que mi espíritu vuele a lo más alto!

Postura de la Serpiente, figurillas mayas.

El nombre de esta postura alude al modo como la serpiente se alza para atender o atacar. Describe
al practicante que, aun en contacto con la tierra, intenta ascender al plano divino, es decir, abstraer
la percepción. En Kinam, representa el intento de asumir las riendas de la propia evolución. Su
segundo reto es cúbico, pues los ejes de la columna vertebral, los hombros, las caderas y el cuello
forman ángulos rectos. Tonifica el vientre, las piernas y los hombros, y estimula el senido de
coordinación de los movimientos.
Incorporación
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento dorsal sedente. Nos colocamos en pose de
atención tendida ventral y apoyamos la barbilla en el suelo, tomamos una respiración completa y
aguardamos.
2. Montaje. La postura tiene una fase exploratoria, en que probamos las capacidades de los
trenes inferior y superior.
a) Tren inferior: colocamos las manos bajo los muslos con las palmas hacia abajo, a fin de
apalancar. Exhalamos, contraemos el vientre y alzamos las piernas sin flexionarlas, con la fuerza
de los músculos ventrales. Elevamos los pies tanto como podemos, sin alzar el torso, y retenemos
en vacío.
b) Tren superior: colocamos los brazos extendidos a los lados del cuerpo, las manos con las
palmas hacia abajo. Exhalamos y elevamos la cabeza y la parte superior del torso, solo con la fuerza
de los músculos ventrales. Los brazos se mantienen horizontales, de modo que se despegan del
suelo y se estiran hacia atrás sobre los glúteos, con los dedos unidos y punteando. Retenemos en
vacío por unos segundos.

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3. Primer reto: cuerpo suspenso. Para este reto, regresamos a la pose de origen, extendemos los
brazos ante la cabeza, erguimos el torso y apoyamos la barbilla en los puños. Tomamos una
respiración completa.
4. A continuación, expulsamos todo el aire, contraemos el vientre y tensamos el cuerpo para
separarlo del suelo; debe quedar apoyado únicamente en los codos y empeines. Retenemos en
vacío por unos segundos.
5. Segundo reto: tijeras. Descansamos de la pose anterior, volviendo a la de inicio. Al calmarse la
respiración, extendemos los brazos delante y erguimos el torso sin apalancarlo, como una esfinge
egipcia. A continuación, torcemos la columna vertebral para colocar las caderas en eje vertical, de
frente a la izquierda, cuidando que los hombros no abandonen el eje horizontal. Los ejes formados
por hombros, caderas y columna vertebral deben ser perpendiculares entre sí. La pierna derecha
descansa sobre la izquierda. Tomamos una respiración completa.
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6. Una vez conseguida la estabilidad, inhalamos y, al exhalar, abrimos las piernas en tijera tanto
como podamos, sin flexionar y punteando los pies. Retenemos en vacío por unos segundos.
7. Complementación. Esta variante requiere que regresamos a la pose de descanso y repitamos
los pasos 5 y 6 hacia la derecha.
8. Tercer reto: serpiente plegada. La variante de máximo impacto exige que realicemos esta
postura con las piernas plegadas, un reto que nos ayudará a montar las posturas del este, sobre
todo, la Mariposa. Para ello, volvemos a la pose de origen y damos un salto para quedar agachados
en cuclillas; apoyamos los puños en el suelo, pasando los brazos entre las piernas, y desplazamos
el cuerpo un poco adelante para apoyar su peso sobre ellos. Aguardamos.
9. A continuación, “caminamos” con los puños sin deshacer la postura de cuclillas, hasta quedar
acostados boca abajo con las piernas plegadas y las plantas de los pies unidas, los puños sobre los
hombros y la barbilla pegada al suelo. Hay que hacer fuerza con los músculos ventrales para que
los pies no se despeguen del suelo. Aguardamos.
10. Una vez calmada la respiración, expulsamos todo el aire, nos apoyamos en los puños,
erguimos el torso tanto como podamos, miramos hacia arriba e inhalamos. Idealmente, el ombligo
debe quedar en contacto con el suelo, sólo incorporamos la porción superior del tracto medio.
Retenemos en pleno por unos segundos y, al exhalar, acomodamos la postura, tratando que los
muslos y el vientre toquen el suelo.
11. Retorno. Para regresar de esta postura, extendemos las piernas y los brazos, y apoyamos el
mentón en el suelo.
Contraindicaciones
Esta postura no tiene contraindicaciones para una persona sana. En casos de obesidad, debe
practicarse hasta donde lo permita cómodamente el organismo.

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Oeste 4. El flechador
Nombre maya: Ajjul.
Nombre náhuatl: Ipanti.
Íntento: Me tenso como un arco y disparo mi intento.

Postura del flechador, figurillas maya y olmeca.

Pese a su complejidad, esta postura aparece con frecuencia en el arte. Su propósito es disponer al
cuerpo como si fuera un arco tensado para flechar. Aquí encontramos dos simbolismos: por un
lado, el arco y la flecha aluden a la colocación de la atención y el intento, respectivamente; por el
otro, en su variante de mayor reto, el cuerpo trata de formar un círculo, emblema de la totalidad y
la perfección. En Kinam, esta postura representa el milagro de la percepción, o, dicho más
técnicamente, el encaje de la atención en los centros perceptuales. Tiene dos efectos principales:
masajea el vientre y flexibiliza la espalda.
Incorporación
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento dorsal sedente. Nos colocamos en pose de
atención tendida ventral, miramos al frente, tomamos una respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Primer reto: tensión. Flexionamos las piernas y aferramos los tobillos con las manos.
Tomamos una respiración completa.
3. Al exhalar, contraemos el vientre y extendemos las piernas tanto como es posible, sin soltar
las manos. Esto hará que se yergan los trenes inferior y superior; el cuerpo se tensa como un arco
a punto de disparar. Aguardamos.
4. Segundo reto: tracción. Cuando se normalice la respiración, los practicantes más flexibles
pueden intentar el siguiente reto: expulsamos todo el aire, miramos hacia arriba y jalamos los pies
con las manos, acercándolos a la cabeza tanto como podamos. Lo ideal es formar un anillo con el
cuerpo. Aguardamos.
5. Retorno. Para regresar de esta postura, nos extendemos de nuevo sobre la estera y colocamos
los brazos a los lados del cuerpo.
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Contraindicaciones
La rigidez del cuerpo nos indicará hasta dónde podemos montar esta postura. Quienes no pueden
aferrarse los pies, no deben forzarlo; basta con que incorporen el torso y estiren los brazos hacia
atrás.

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Capítulo 19
Deshaciendo los pasos

Nombre maya: Etmal, repasar los pasos.


Nombre nahuatl: Íkshiloa, deshacer los pasos.
Íntento: Regreso a mi origen para encontrarme a mí mismo.

Terminada la serie del oeste, dedicamos unos minutos a su técnica nahuálica, la recapitulacion,
llamada en nahuatl Kaajal, repasar los eventos, y en nahuatl Tlania, consultar los recuerdos para
cobrar conciencia. La recapitulación trabaja con los recuerdos para detectar los estados
emocionales asociados; por lo tanto, es una tecnica al servicio del vehículo emocional.
Por lo general, gran parte de la energía vital del adulto esta atascada en conflictos emocionales
- temores no trascendidos, deseos frustrados, dudas existenciales, celos, ofensas, verguenzas,
sentido de culpa legítimo o implantado… Tales atascos nos impiden alcanzar nuestros objetivos. La
recapitulacion es la tecnica para desatar los nudos emocionales y recuperar lo que es nuestro. Su
proposito no es juzgar los recuerdos, regodearnos en ellos o encontrarles sentido, sino dejar que
fluyan y observarlos, como quien observa peces en un estanque. Despues de un tiempo de
observacion, comenzamos a detectar nuestras rutinas conductuales. Son esas rutinas, y no los
incidentes en sí, lo que importa en esta practica, pues conocerlas es el primer paso para romperlas
y ser libres. La recapitulacion nos saca del punto donde quedamos anclados, y nos devuelve al aquí
y ahora.
Hay diversos tipos de recapitulacion: cotidiana, tematica, puntual, libre, onírica, etcetera.
Ejemplificaremos esta sesion con un ejercicio llamado Deshaciendo los pasos, consistente en
recordar los eventos que acaban de ocurrir para extraer la experiencia, antes que la mente les
ponga una etiqueta y los relegue al sotano de la memoria.
Incorporación
1. Preparación. Esta postura no tiene desplazamiento. Para empezar, nos colocamos en pose de
atención sentada, centramos la mirada, tomamos una respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Una vez calmado el aliento, montamos una variante de la postura del Meditante que
nos resulte cómoda, descansamos las manos sobre los muslos, cerramos los ojos, callamos la mente
y recapitulamos la sesión de ejercicios.
a) Regresamos al momento en que nos propusimos efectuar la sesión y repasamos lo que
hicimos a partir de ahí, qué nos ocurrió y qué sensaciones nos produjo; por ejemplo, la ruta que
seguimos para llegar al lugar de prácticas, a quiénes nos encontramos por el camino o en el sitio,
cómo saludamos, etcétera. Es importante que activemos únicamente la facultad de recordar, no el
juicio crítico. Si la mente divaga, la observamos por un momento y regresamos al ejercicio.
b) Una vez recapitulado el preámbulo de la sesión, evocamos el Saludo a los Cuatro Rumbos, el
estado de ánimo que teníamos al entrar, y el estado resultante al terminar. También elementos
como la atención que le prestamos al ejercicio, qué tan fluido salió, si nos equivocamos o

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tropezamos, si nos distrajimos, etcétera.
c) Lo siguiente, es recapitular los detalles del calentamiento y su impacto sobre el organismo,
así como cualquier intercambio social activo o pasivo que haya tenido lugar en ese momento.
d) Luego viene la ejecución de cada postura, su grado de dificultad o facilidad subjetivas, lo que
pensamos o sentimos en cada una de ellas. Esta fase del ejercicio implica recordar las eventuales
interrupciones, estímulos sensoriales que nos hayan llegado, conversaciones con compañeros de
práctica, etcétera. Si algún detalle capta nuestra atención, le dedicamos el tiempo que sea
necesario, hasta que se disipe.
e) Terminada la última postura, llegamos al momento en que nos sentamos a recapitular.
Repasamos la expectativa que teníamos entonces y la comparamos con el estado de conciencia que
tenemos ahora. El intento de recapitular la recapitulación tiene una propiedad valiosa: calla la
mente. En ese punto, la recapitulación se transforma en meditación.
3. Retorno. El retorno de esta postura es tan simple como abrir los ojos y estirar las piernas.

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Capítulo 20
Las posturas del Centro

Nombre maya: P’itilp’it, volteador


Nombre náhuatl: Kuepa o Kueptimana, volteadas
Característica: invertidas
Elemento: Movimiento
Objetivo: proyectar al nahual
Técnica nahuálica: el ensueño
Comando: ilumino mi oscuridad
Posturas:
1. El puente
2. La llama
3. El brote
4. La raíz

Posturas del Puente, la Llama, el Brote y la Raíz, figurilla de Colima, dibujos mayas y figurilla olmeca.

Uno de los temas mas sorprendentes del arte mesoamericano, son las figuras de practicantes que
elevan el torso y los pies, sosteniendose sobre manos, nuca, hombros y cabeza. Tales posturas
representan la convulsion de los soles o eras cosmicas, la síntesis de los elementos y el retorno al
origen. Por ello, se atribuyen al elemento Movimiento, emblema de la conversion de la materia en
energía.
En las posturas del centro el cuerpo se invierte, procurando unir los pies a la cabeza para
cerrarse sobre sí mismo. Tal posicion es una metafora de lo que ocurre en los niveles avanzados del
ensueno, cuando conseguimos integrarnos energeticamente, al romper la falsa dicotomía entre
sueno y vigilia.
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Ínvertir el cuerpo subvierte la relacion habitual entre sus tractos, con resultados que podemos
aprovechar. Por ejemplo, al despegar los pies del suelo, renunciamos a nuestro referente de
seguridad, lo que induce una sensacion de ascenso; al pararnos sobre la cabeza, anulamos la
propension del tren superior a regir, lo que corta el diálogo interno; etcetera.
El arte asocia estas posturas con un árbol. Los anahuacas comparaban la conciencia con un
arbol, debido a que, por naturaleza, procura profundizar y expandirse; los seres vivos somos sus
frutos. Le llamaban Tamoanchan, un nombre protonahuatl muy intencional, pues se traduce de dos
modos opuestos, pero causales: la casa de donde descendemos y buscamos nuestro hogar. En otras
palabras: Tamoanchan es nuestro origen y destino. Siendo el motor de la vida y el sosten de los
cargadores de los rumbos, ubicaban a Tamoanchan en el centro del Cosmos.
Siguiendo el simbolismo, las posturas del centro describen el viaje de retorno de la conciencia a
su lugar de origen, usando como metafora las etapas de desarrollo de la semilla y la planta.
 El Puente tipifica la siembra; por ello, esta postura aparece en escenas agrarias. El acto de
voltear el cuerpo hacia atras y mirar la tierra, significa que “sembramos” la “semilla” de la cabeza,
es decir, sumergimos la atencion en el inframundo del subconsciente.
 La Llama representa el crecimiento de la planta bajo tierra. En clave psicologica, es el momento
en que comprendemos que estamos sonando, y, conteniendo la emocion, nos incorporamos como
el doble de ensuenos.
 El Brote es la planta que rompe la tierra en busca de luz. Representa el proceso de aplicar
atencion al subconsciente, mediante el entrenamiento del doble de ensuenos.
 Por último, la Raíz simboliza el crecimiento y arraigo de la planta, o el momento en que el
nahual absorbe a los demas vehículos, unificando la percepcion. En este punto, la semilla plantada
en la primera postura fructifica como un nuevo arbol de Tamoanchan.
Estas posturas exigen dominio del cuerpo y la mente. Están contraindicadas para quienes sufren
de trastornos circulatorios, digestivos o de la columna vertebral, obesidad o presión ocular. De ser
posible, se deben practicar bajo la dirección de un instructor o con el apoyo de otra persona, tras
haber calentado suficientemente brazos, hombros y cuello. Si estamos solos, hemos de montarlas
poco a poco, concentrándonos en el movimiento, sin rebasar nuestras fuerzas y habituando al
cuerpo a cada posición.
Tres aspectos importantes a tener en cuenta:
 No hay que exagerar estas posturas, pues permanecer invertidos durante largo rato activa los
jugos gástricos, lo que puede ser peligroso en ausencia de alimentos.
 Hay que saber regresar, nada de dejarnos caer al suelo como un saco, pues ello podría dañar
el cuello, la espalda y las caderas. El retorno debe ser lento, contenido y elegante.
 Una vez en el suelo, mantenemos la cabeza baja durante tres o cuatro respiraciones, hasta que
se calme el flujo sanguíneo.

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Centro 1. El puente
Nombre maya: Betun.
Nombre náhuatl: Pano.
Íntento: Paso por encima de los límites y adversidades.

Postura del Puente, figurillas de Colima y olmeca.

Esta postura también es frecuente en el arte de Anáhuac. Su nombre alude al hecho de que el
cuerpo se voltea como un puente sobre un río, pero tiene un simbolismo agrario: representa el
momento en que la semilla cae sobre la tierra. En Kinam, esta postura describe lo que Castaneda
llama “el salto mortal del pensamiento”, o la capacidad de extirpar las creencias ontológicas.
Montarla dentro de un sueño no sólo es emocionante, sino también útil, pues ayuda a romper
densos lazos psicológicos. Su mayor impacto es sobre la columna vertebral y el sentido del
equilibrio.
Incorporación
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento frontal sedente. Nos colocamos en pose de
atención sentada, centramos la mirada, tomamos una respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Primer reto: la mesa. Apoyamos las manos tras la espalda, con los dedos unidos
apuntando hacia atrás, a suficiente distancia como para que el torso se incline 45 grados. Elevamos
las rodillas frente al torso y acercamos los pies a los glúteos. Tomamos una respiración completa.
3. Expulsamos todo el aire, contraemos el vientre y proyectamos el tracto medio, quedando
suspendidos sobre manos y pies, con el torso plano como una mesa. Miramos hacia atrás y
aguardamos.
4. Segundo reto: puente acostado. Regresamos a la pose de inicio y nos acostamos boca arriba.
Flexionamos las piernas para acercar los talones a los glúteos, y colocamos las manos a los lados
de las orejas, con los dedos unidos apuntando hacia la espalda. Aguardamos.
5. Expulsamos todo el aire, contraemos el vientre, miramos hacia atrás y proyectamos hacia
arriba el tracto medio hasta formar un arco, quedando suspendidos sobre pies y manos. Retenemos
en vacío por unos segundos.

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6. Tercer reto: puente apoyado. El tercer reto requiere flexibilidad y fuerza física. Comenzamos
de pie, de espaldas a la pared y a un paso de ella. Flexionamos las piernas en tercer grado para
bajar el centro de gravedad, colocamos las manos sobre los hombros en gesto de Carga (ver
capítulo 23, gesto 13) y miramos hacia arriba. Aguardamos.
7. A continuación, expulsamos todo el aire, arqueamos la espalda y miramos hacia atrás. Cuando
vemos la pared, extendemos los brazos para tocarla; los dedos deben estar unidos y apuntar hacia
abajo. Apoyados en la pared, vamos descendiendo hasta que las manos tocan el suelo, punteando
hacia el cuerpo. Una vez en esa pose, podemos ventilar libremente.
8. Cuarto reto: puente libre. El siguiente reto consiste en intentar la postura sin el apoyo de la
pared; está reservado para quienes tienen experiencia. Nos colocamos separados de la pared y
flexionamos las piernas en cuarto grado, colocando las manos en gesto de Carga (ver capítulo 23,
gesto 13) y mirando hacia arriba. Aguardamos.
9. A continuación, expulsamos todo el aire, proyectamos el eje de gravedad del cuerpo hacia
delante, punteando los pies, y miramos hacia atrás. Si se mantiene la estabilidad, proyectamos los
brazos para tocar el suelo con los dedos unidos y punteando hacia el cuerpo. Retenemos en vacío
por unos segundos.

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10. Retorno. Hay dos modos de salir de esta postura:
a) La salida de los primeros tres retos consiste en flexionar la cintura hasta apoyar los glúteos
en el suelo. A continuación, permanecemos acostados durante tres o cuatro respiraciones, para
evitar el golpe de la circulación de la sangre en la cabeza; luego regresamos a la pose de atención
sentada.
b) Si podemos montar el cuarto reto, salimos sin romper el arco, flexionando aún más las rodillas
y acercando las manos a los talones, para que el eje de equilibrio del cuerpo pase entre los muslos.
Una vez conseguido el equilibrio, punteamos los pies, despegamos las manos del suelo y nos
incorporamos lentamente y con control.
Contraindicaciones
Esta postura está contraindicada para personas con sobrepeso, debilidad muscular, problemas
oculares o de presión sanguínea, o sentido del equilibrio disminuido.

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Centro 2. La llama
Nombre maya: Yelel.
Nombre náhuatl: Tlemaitl.
Íntento: Broto como una llama desde el centro de mi ser.

Postura de la Llama y el hombre-árbol, dibujos de vasos mayas.

Su nombre se debe a que, con frecuencia, la iconografía mimetiza al practicante con un árbol o una
hoguera que representan la fuerza vital. Esta postura alude a la germinación de la semilla, tanto en
sentido físico como espiritual. En Kinam, representa el merecimiento y la fructificación de los
esfuerzos. Efectos principales: afina el sentido del equilibrio y entrena los músculos de los
hombros, vientre y espalda.
Incorporación
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento frontal inverso. Nos colocamos en pose de
atención tendida dorsal, centramos la mirada, tomamos una respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Primer reto: apoyado. Colocamos las manos bajo las caderas con las palmas hacia el
suelo, expulsamos todo el aire, contraemos el vientre y, haciendo palanca con las manos,
impulsamos hacia arriba el tren inferior y el tracto medio, manteniendo las piernas unidas y
punteando los pies. Erguimos la espalda hasta apoyarnos únicamente sobre los hombros y la nuca.
Una vez conseguido el equilibrio, apuntalamos la postura, colocando las manos a media espalda.
Esta pose es un punto de descanso; la sostenemos hasta que la respiración se normalice.
3. Segundo reto: sin apoyo. Una vez calmado el aliento, si conseguimos mantener la postura
erguida, bajamos las manos al suelo y extendemos los brazos más allá de la cabeza. Tomamos
cuatro respiraciones completas.
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4. Tercer reto: contraído. A continuación, contraemos las piernas sin separarlas, hasta que los
muslos quedan en horizontal. Hay que cuidar que la espalda permanezca erguida. Sostenemos las
rodillas con las manos, en una postura cómoda y estable. Tomamos cuatro respiraciones
completas.
5. Retorno. Podemos salir de esta postura de dos modos:
a) El más sencillo consiste en regresar la espalda al suelo, manteniendo las piernas erguidas, y
luego bajarlas. No hay que derrumbarse, el retorno controlado es parte de la postura. Es necesario
permanecer acostado durante tres o cuatro respiraciones para evitar el golpe de la circulación a la
cabeza.
b) Un modo más elegante, pero más difícil, consiste en acercar las rodillas a los lados de la
cabeza. Una vez que tocan el suelo, erguimos el torso poco a poco, para evitar el golpe de la
circulación, y terminamos arrodillados.
Contraindicaciones
Esta postura es útil para darle descanso a los órganos sexuales y del vientre. Deben evitarla las
mujeres en período de menstruación, y practicarla levemente quienes padecen de sobrepeso,
presión alta, o problemas oculares o digestivos.

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Centro 3. El brote
Nombre maya: Alamil.
Nombre náhuatl: Shoshou’ki.
Íntento: Permanentemente renazco de mí mismo.

Postura del Brote, relieve maya y figurillas de Tlatilco.

Una postura muy recurrente en el arte anahuaca, incorpora el cuerpo sobre el pecho. La cabeza
descansa sobre las manos como una semilla en brote; los pies se despliegan hacia arriba como
tallos jóvenes, y luego se voltean hacia la cabeza, imitando las hojas caídas de la planta de maíz. En
Kinam, esta postura representa la iluminación, el estado de conciencia en que comprendemos que
el proceso perceptual no describe al mundo, sino al perceptor. Tiene maximo impacto sobre el
sentido del equilibrio; tambien remueve los organos internos, al invertir su relacion con la
gravedad.
Incorporación
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento frontal-dorsal inverso. Nos colocamos en
pose de atención erguida a un paso de distancia de la pared, centramos la mirada, tomamos una
respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Primer reto: apoyado. Hincamos las rodillas y colocamos los antebrazos en el suelo,
cerrando las manos en puño, de modo que formen un triángulo agudo con los codos. Colocamos la
cabeza en los antebrazos, evitando que la coronilla toque el suelo. Aguardamos.
3. Cuando se calma la respiración, levantamos las rodillas del suelo y damos uno o dos pasos
hacia la cabeza, irguiendo las caderas y el torso, hasta que el eje de equilibrio del cuerpo pase por
el torso. Si es necesario, rectificamos la posición de los antebrazos para que el cuerpo descanse en
los laterales de la cabeza, no en la coronilla. Esta pose funciona como punto de descanso; la
sostenemos hasta que la respiración se normalice.
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4. Si conseguimos colocar el tracto medio en la vertical, los pies dejarán de soportar peso, por lo
que será fácil separarlos del suelo. Expulsamos todo el aire, contraemos el vientre y proyectamos
las piernas hacia arriba, hasta quedar completamente invertidos. Si comenzamos a perder el
equilibrio, tocamos la pared con un pie, no con el torso. Aguardamos.
Nota: esta postura se facilita si flexionamos las piernas y unimos las plantas de los pies,
acercándolos a la zona sexual, pues esto hace que descienda el centro de gravedad.
5. Segundo reto: plegado. Este reto es únicamente para practicantes con experiencia; consiste en
realizar los pasos 2 a 4 alejados de la pared; requiere que dupliquemos la atención, pues no
tenemos el recurso de tocar la pared para mantener el equilibrio. Una vez erguido el cuerpo y
calmada la respiración, expulsamos todo el aire, separamos la cabeza de los antebrazos y miramos
al frente. Al mismo tiempo, soltamos las manos y colocamos los antebrazos en paralelo, para
aumentar la base de sustento. Aguardamos.
6. Si conseguimos mirar al frente con comodidad, podemos flexionar las rodillas para acercar
los pies a la cabeza. Aguardamos.
7. Retorno. De ningún modo debemos desmontar esta postura de un salto. Con contención,
plegamos la cintura, manteniendo el eje de equilibrio en el torso, y acercamos lentamente los pies
al suelo. A continuación, nos arrodillamos sin levantar la cabeza y permanecemos en esta pose
durante tres o cuatro respiraciones, para evitar el golpe de la circulación. Luego nos incorporamos
para volver a la pose de inicio.
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Nota: debido a que esta postura puede hacerse inestable, es importante aprender a romper
caídas. Si notamos que perdemos el equilibrio, tenemos que proceder con rapidez para evitar que
la espalda y las caderas golpeen el suelo. Lo conseguimos, flexionando las piernas en ángulo recto
y poniéndolas rígidas. De este modo, los pies tocan el suelo primero, amortiguando la caída.
Contraindicaciones
Si esta postura se nos dificulta, basta con montarla hasta el paso 3. Esta contraindicada para
quienes padecen de sobrepeso, problemas oculares, digestivos o presion alta, y para mujeres en
período de menstruación.

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Centro 4. La raíz
Nombre maya: Chinchin.
Nombre náhuatl: Nelwayotl.
Íntento: Penetro en lo profundo para extenderme a lo alto.

Postura de la Raíz, figurillas maya y de Tlatilco.

La iconografía asocia esta postura con el planeta Venus en su fase vespertina, dibujado como un
monstruo que cae de cabeza para completar su ciclo bajo tierra. Este simbolismo alude a un
principio nahuálico: mientras más alto, más profundo. En su reto más avanzado, "caminamos"
simbólicamente sobre nosotros mismos al colocar uno o dos pies sobre la cabeza. En Kinam, esta
postura representa la experiencia propia y la congruencia del practicante, es decir, su capacidad
de incorporar sus logros nahuálicos a su vida cotidiana. Tiene máximo impacto sobre el sentido del
equilibrio, y tonifica los músculos de los brazos y el vientre.
Incorporación
1. Preparación. Esta es una postura de desplazamiento frontal-dorsal inverso. Nos colocamos en
pose de atención erguida a un paso de distancia de la pared, centramos la mirada, tomamos una
respiración completa y aguardamos.
2. Montaje. Primer reto: el mosquito. El apodo de esta pose se debe a que simula la postura de un
mosquito. Consiste en que nos hincamos cerca de la pared, apoyamos la coronilla en el suelo y
colocamos las manos abiertas a cierta distancia, de modo que formen un triángulo equilátero con
la cabeza. Aguardamos.
3. Una vez que la respiración y la presión sanguínea en la cabeza se han normalizado, colocamos
las rodillas sobre los codos y separamos lentamente los pies del suelo, uniendo las plantas y

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punteando hacia atrás. Esta pose es un punto de descanso; la sostenemos hasta que la respiración
se normalice, para recuperar energía.
4. Segundo reto: el árbol. A continuación, expulsamos el aire, contraemos el vientre y elevamos
las piernas y el torso, hasta quedar completamente invertidos, apoyándonos sobre la cabeza y las
manos. Si perdemos el equilibrio, flexionamos una pierna y tocamos la pared. Aguardamos.
5. Tercer reto: la raíz. Esta variante es exclusiva para practicantes con experiencia y fuerza física;
consiste en montar los pasos 2 a 4, pero lejos de la pared, pues necesitaremos un espacio para
mover las piernas. Una vez erguidos, expulsamos todo el aire, elevamos la cabeza y miramos al
frente, apoyándonos únicamente sobre las manos abiertas. Aguardamos.
6. Cuando se tranquiliza la respiración, flexionamos las piernas y acercamos los pies a la cabeza.
Aguardamos.
7. Retorno. Es imprescindible que regresemos de estos tres retos con contención y poder, no
dejándonos caer como un fardo. Para ello, flexionamos la cintura, manteniendo el eje de equilibrio
en el torso, y colocamos lentamente los pies en el suelo. A continuación, nos plegamos y
permanecemos con la cabeza baja durante tres o cuatro respiraciones, para evitar el golpe de la
circulación.
Nota: esta postura también requiere que aprendamos a romper caídas; encontraremos una
descripción de esta técnica en el paso 7 de la postura de la Raíz.

Contraindicaciones
Esta postura requiere de fuerza física, sobre todo en los brazos, y un buen sentido del equilibrio. Si
carecemos de estas cualidades, es mejor no pasar de su primer reto. Está contraindicada para
quienes padecen de sobrepeso, presión alta, problemas oculares o digestivos, y para mujeres en
período de menstruación.

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Capítulo 21
El comando

Nombre maya: Aal.


Nombre nahuatl: Nawatilli.
Íntento: Aprovecho mi tiempo de día y de noche.

La técnica nahuálica del rumbo central es el ensueño. La lengua maya distingue dos tipos de sueno:
Naai, la ensonacion espontanea y cotidiana, y Wayak, el sueno del chaman, caracterizado por un
principio de control. Lo mismo encontramos en nahuatl: Temiktli es el sueno comun, mientras que
su cultivo recibe los nombres de Neltemiktli, sueño verdadero, y Melau’temiktli, sueño verificable.
Ensonar es aplicar la voluntad a los suenos. Nos permite sintonizar directamente el flujo de la
energía, pasando por encima de las aduanas de la mente. No tiene que ver con el dormir, sino con
el despertar. El objetivo del ensueno es aprender a usar de modo practico el espacio onírico, para
aplicar la ganancia al ambito vigílico.
Como mencionamos, la practica del Kinam en la vigilia es una preparacion; si queremos extraer
el mayor provecho de ella, hemos de intentarla allí donde funciona con esplendor: el momento en
que estamos sonando. El modo de hacerlo es muy sencillo, antes de ir a dormir, nos damos una
orden como: “hoy realizaré la postura del Chakmol en mi sueño”. El intento convoca la voluntad.
Al comandarnos ensonar, aplicamos un principio de psicología tolteca: solo se puede desarrollar
la conciencia desde un estado de subconsciencia; para ello, es necesario sembrar la semilla de la
voluntad. Resulta facil montar una postura cuando estamos despiertos, pero difícil recordarla
cuando dormimos. Es el esfuerzo extra lo que produce el desarrollo.
Una vez que aprendemos a ensonar, podemos intentar en suenos las demas tecnicas nahualicas,
redimensionando sus resultados:
 En el ambito onírico, los ejercicios físicos funcionan como llaves y contrasenas, abriendo
canales a los inconmensurables depositos de informacion de la energía.
 Al acechar el sueno, aprendemos a controlar nuestras respuestas emotivas e interpretativas
frente a las extranas visiones del nahual.
 Recapitular en suenos produce un verdadero milagro perceptual: el alineamiento de las
vivencias vigílicas y oníricas, o la trascendencia del punto de vista subjetivo.
 Meditar en suenos nos permite abstraer, es decir, desapegarnos de la memoria relicta del
cuerpo físico y la personalidad, para fluir sin trabas por las avenidas de la conciencia.
El ensueno es el indicador de la practica. Si conseguimos ensonar, significa que hemos ahorrado
energía; si no lo conseguimos, tenemos que revisar el funcionamiento de nuestros vehículos para
descubrir donde esta la fuga. La energía se disipa, mejor dicho, se involucra hasta el embotamiento,
a traves de las rutinas físicas, emocionales y mentales que vamos incorporando a lo largo de la vida;
se ahorra, al cancelar las rutinas.
Incorporación
1. Preparación. Para comenzar este ejercicio, colócate en atención tendida dorsal, toma una
109
respiración completa, cierra los ojos y aguarda.
2. Montaje. Este ejercicio tiene dos fases: evocadora y literal. En la primera, levanta tus brazos
imaginariamente, sin abrir los ojos ni moverte, coloca tus manos frente a tu rostro y visualízalas
con atención durante algunos segundos, tanto la palma como el dorso. Tu subconsciente registrara
como una orden el intento de ver con los ojos cerrados.
3. A continuación, también imaginariamente, levántate de la estera y camina alrededor de la
habitación en sentido contrario a las manecillas del reloj. Visualiza cada detalle en forma breve:
paredes, puertas, ventanas, objetos, algún compañero de prácticas o cualquier otra cosa que se
presente. No te detengas en los detalles; si algo llama tu atención, obsérvalo por un instante y sigue
adelante. Regresa a la estera y acuéstate. Con esto, termina la fase evocadora del ejercicio.
4. Para la fase literal, abre los ojos, alza literalmente los brazos frente a tu rostro, y repite el
ejercicio, observando tus manos físicas. Al mismo tiempo, debes darte la siguiente orden mental:
“esta noche me veré las manos en mi sueño”. Por supuesto, cuando llegue la noche, recuerda el
comando e intenta ensoñar. Ocurrirá una de dos cosas: tendrás éxito o no. Si no tienes éxito, debes
plantearte el comando cada noche, antes de dormir, hasta que lo consigas.
Nota: una vez que te veas las manos en tu sueno, puedes escalar el ejercicio, proponiendote
montar las posturas de Kinam. El montaje onírico tiene efectos dramaticos que se explican por sí
mismos.
5. Retorno. El retorno de esta postura es muy simple: regresa tus manos a los lados del cuerpo,
volviendo a la pose inicial.

El comando de ensueños. Relieves de Moundville, Estados Unidos.

110
Tercera parte
Ejercicios complementarios

Capítulo 22
El control del aliento

Meditante dentro de su cuerda de espinas, lámina del Códice Borgia.


El pico de ave como emblema del aliento, escultura mexica. El
médium recibe la inspiración de un ave-serpiente, imagen de un
vaso maya.

El arte de respirar
Como patrón de la vida y la evolución, los pueblos de habla
náhuatl apodaron a la Serpiente Emplumada E’ekatl, término
equivalente al maya Ik, viento, aliento. La asociación se debe
a que ellos consideraban que la vida radica en el acto ventilatorio. La importancia que le dieron a
la respiración quedó patente en los símbolos relacionados con la nariz y la boca. El glifo del aire y
el aliento era un caracol cuyas espirales recordaban las ondas del viento; por ello, el caracol cortado
llegó a ser el emblema de la Serpiente Emplumada. Colocado en la boca de un meditante,
representaba los conceptos de canto sagrado y merecimiento espiritual. Otro emblema del aliento
era el pico de ave; vinculado al rostro humano, aludía a la palabra y la voluntad, facultades que
distinguen a los seres vivos del resto de la Naturaleza. En forma de un ave que desciende sobre un
sacerdote, representaba la capacidad de comunicar e inspirar verdades espirituales.
Los sabios toltecas observaron que el aliento es el vehículo de la energía vital; por lo tanto, es el
responsable de que nos pongamos en contacto con el mundo externo a través de los sentidos. De
ahí que el siguiente conjuro, a modo de advertencia para el meditante, asocie su respiración con
las distracciones y limitaciones que interrumpen su práctica:
“He aquí, vienen mis hermanas (los sentidos), mi condición humana. Una de ellas trae un ramillete

111
de pluma florida, que es su respiración, el sacudidor de algodón con que me distrae, la cuerda con
que me ata.” (Ruiz de Alarcón, Tratado de las Idolatrías)
Como excitador de los sentidos, el aliento es también el conductor de los estados de conciencia.
Todos sabemos que, si nos asustamos o somos retados, la respiración se corta; al atender,
atenuamos el aliento; un momento de paz se refleja en inhalaciones profundas y lentas, mientras
que la agitación emocional nos lleva a ventilar superficial y rápidamente.
De un modo lógico, los sabios toltecas concluyeron que lo contrario también se cumple: si
alteramos las pautas de la respiración mediante ejercicios, modificamos los estados psicofísicos.
Esta observación se sumó a otras, y así surgió una disciplina de autoentrenamiento a la que los
nahuas llamaron Í’imati, control del aliento, cuyo objeto era propiciar un estado de dignidad y
calma, como refiere el Códice Matritense:
“El aliento manipulado se hace hermoso y se honra; elevado, elegante, se dignifica y calma.”
El término Í’imati se compone de Í’iotl, respiración, y Mati, atender, controlar. Llama la atención
que el primer diccionario de la lengua náhuatl, publicado por el padre Molina en 1571, lo traduzca:
“componerse o pulirse”, es decir, autocultivarse. Un equivalente es el verbo Í’iotia, con dos
acepciones pertinentes a la práctica del Kinam: manipular la respiración y acrecentar el resplandor
o fuerza vital.
Los anahuacas entendían la vitalidad como una composición de dos energías: la que recibimos
a través del acto de fecundación que nos dio origen (maya: Pishan; náhuatl: Tleyotl), y la que
obtenemos del proceso metabólico (maya: Kushtal; náhuatl: Nelwayotl). Puesto que ambos
aspectos tienen una naturaleza ardiente o “solar”, representaban la vitalidad mediante una
mariposa (animal nahual del Sol) colocada bajo la nariz.
Consideraban que la manipulación sabia de la fuerza vital se manifiesta en atributos como
longevidad, salud, ánimo, buen humor, magnetismo personal y capacidad para convencer. Por ello,
los líderes anahuacas practicaban ejercicios para activar su Tleyotl, tal como describe el Códice
Matritense a propósito del gobernante mexica Moteku’soma:
“Motecuhzoma se vivificaba y fortalecía su Tonalli, se hacía joven nuevamente y alargaba su vida,
pues se llenaba de Tleyotl, se llenaba de gloria, se embravecía... Cuando el Tleyo es capturado
(sugestionado), se daña el Tonalli.”
La técnica de la manipulación del aliento quedó representada en el arte mediante emblemas de
obturación del acto ventilatorio, como bolas de algodón en las fosas nasales, o su manipulación
directa con la propia mano o con un bastón en forma de brazo.

El aliento solar, relieve maya y máscara teotihuacana.

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La manipulación del aliento, lámina del Códice Fejervary e imagen de un vaso maya.

Componentes de la respiración
Dentro del sistema Kinam, la respiración se maneja con cuatro objetivos: tonificar el cuerpo,
facilitar las kinesis de las posturas, sostener los íconos y confirmar su intento. También tiene
importancia en los ejercicios nahuálicos, pues algunos requieren que el organismo esté en estado
tonal o solarizado, mientras otros se realizan mejor con un exceso de polaridad negativa.
Por su importancia, conviene que el practicante se familiarice con los aspectos de la respiración.
Podemos analizarla desde muchos parámetros; en este estudio nos centraremos en cinco:
componentes, polaridad, órganos involucrados, manejo e impacto mecánico.
La respiración se compone de cuatro partes, en el siguiente orden: inhalación, retención en
pleno, exhalación y retención en vacío. En la cotidianidad, la respiración se limita a captar y
expulsar aire, las retenciones se manifiestan cuando se involucran las emociones.
1. Inhalación. La inhalación es la fase positiva, masculina o cálida de la respiración, asociada al
Tonal o mundo perceptible. Produce calor y acelera el metabolismo - dicho en lenguaje técnico,
incrementa la Tona. Al inhalar, incorporamos las partículas de vitalidad, lo que estimula los
órganos sensoriales y nos predispone a percibir. Para capturar el mundo que nos rodea, conviene
enfatizar las inhalaciones, haciéndolas lentas, largas y profundas. Las impresiones así obtenidas se
transforman en recuerdos estables.
2. Retención en pleno. El momento que media entre la inhalación y la exhalación es de máxima
positividad, que se acentúa si retenemos el aire. Es entonces cuando las partículas vitales se
distribuyen por el organismo, y cuando asimilamos, evaluamos, enviamos al banco de la
experiencia o rechazamos los datos obtenidos a través de la inhalación. Esta fase favorece la
atención y la capacidad de abstraer y hacer deslindes significantes; por ello, conviene retener en
pleno si necesitamos atender puntualmente, resolver un problema racional o tomar una decisión.
3. Exhalación. La exhalación es la fase negativa, femenina o fría del acto ventilatorio, vinculada
con el Nahual o mundo potencial. Baja la temperatura y el metabolismo, lo que proporciona
descanso físico y psíquico, descarga las emociones y atrae recuerdos profundos. Cuando nos

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emociona un recuerdo, la exhalación se corta automáticamente. La exhalación acentuada (lenta y
larga) ayuda a disipar los estados emocionales negativos y es fundamental en la práctica de la
recapitulación.
4. Retención en vacío. El momento que media entre la exhalación y la siguiente inhalación es la
fase máxima negatividad, sobre todo si la potenciamos al retener en vacío. Atenúa los sentidos,
retrae la conciencia y calla la mente. Es entonces cuando descansamos del acto perceptual. Al
enfrentar una situación traumática, como un susto o dolor, expulsamos automáticamente el aire y
nos quedamos en suspenso. Podemos invertir la relación causal, reteniendo en vacío para borrar
imágenes, recuerdos o comandos indeseables.

Las serpientes del aliento, escultura maya y relieve huasteca. Volteo lateral del rostro, relieve olmeca.

Polaridad
Por razones biológico-evolutivas, heredamos un organismo con
simetría bilateral; esto significa que la energía vital se polariza a
medida que nos activa. Los anahuacas observaron que nuestro
lado izquierdo es frío y pasivo, mientras que el derecho es activo
y caliente; atribuyeron el primero al nahual y el segundo al tonal.
La polaridad se refleja en el aparato ventilatorio, con dos
pulmones, dos aberturas externas, dos canales conectivos y redes
circulatorias paralelas. Es fácil comprobar la asociación: si nos
acostamos del lado derecho, el orificio nasal izquierdo se abre, lo
que calma el organismo. Después de un rato, nos sentimos
incómodos, pues la energía busca instintivamente el equilibrio, de
modo que nos volteamos al lado izquierdo, lo que abre el orificio
derecho y activa el organismo.
Los anahuacas representaron las características polares de la energía como serpientes que salen
de la nariz o la boca, y aprovecharon sus manifestaciones orgánicas como base de un sistema de
terapias al que los antropólogos llaman “frío y caliente”.
En la práctica de Kinam, la respiración tiene tres polaridades:

114
1. Es caliente cuando aspiramos por la ventana derecha de la nariz, retenemos en pleno,
movemos la cabeza a la izquierda o contraemos el lado izquierdo del cuerpo.
2. Es fría cuando aspiramos por la ventana izquierda de la nariz, retenemos en vacío, movemos
la cabeza hacia la derecha o contraemos el lado derecho del cuerpo.
3. Es tibia cuando respiramos en forma pareja por ambas ventanas de la nariz, minimizamos la
retención, mantenemos la cabeza al frente y no contraemos el torso.
Por lo general, el resultado de la sesión de ejercicios es un estado de equilibrio de las
polaridades. Podemos provocarlo como introducción a la práctica, dedicando unos minutos a la
respiración de barredera; ya la describimos a propósito de la postura del Chakmol, pero vale la
pena repasar sus movimientos:
1. Volteamos la cabeza hacia la izquierda, aspiramos y retenemos en pleno unos segundos.
2. Volteamos lentamente la cabeza hacia la derecha, abanicando con la exhalación. Podemos
visualizar el aire como un chorro de luz que riega el espacio.
3. Una vez que la cabeza se orienta a la derecha, retenemos en vacío por un momento.
4. A continuación, aspiramos, retenemos en pleno y repetimos el ejercicio en sentido inverso.
Órganos involucrados
Sabiamente, la Naturaleza nos permite respirar por la nariz o por la boca; cada uno de estos
órganos incide sobre las características de la ventilación.
1. Más allá de su polaridad, la respiración nasal es caliente, nutre y concentra. Es útil para
preparar y montar los ejercicios.
2. La respiración bucal es fría; relaja y adormece los sentidos. Es útil para liberar calor después
de realizar una actividad intensa.
Podemos combinar ambos órganos de dos modos, con los siguientes resultados:
1. Respiración buconasal. Al aspirar lentamente por la boca y exhalar rápidamente por la nariz,
tomamos energía del exterior y la retenemos dentro. Es un ejercicio apropiado para prepararnos
para una actividad.
2. Respiración nasobucal. Al aspirar lentamente por la nariz y exhalar rápidamente por la boca,
descansamos y vertimos nuestras preocupaciones y tensiones al exterior. Es un ejercicio apropiado
para descansar después de una actividad.
Observación: en ambas modalidades, la respiración combinada enfría el organismo, de modo
que debemos practicarla con moderación.
Manejo de la respiración
Podemos respirar en dos modos: automático y consciente. La respiración automática es
subconsciente, ocurre de forma natural y se adapta al estado del organismo y la actividad a la que
nos dedicamos. Tiene unas 18 incidencias por minuto. Se caracteriza porque los pulmones
funcionan a una tercera parte de su capacidad, no se llenan ni vacían por completo, manteniendo
mucho aire residual. Las retenciones son tan breves, que no las notamos.
Por su parte, la respiración consciente es un acto de manipulación con un propósito ulterior.
Tiene dos modalidades, que podemos asumir como ejercicios: observación e intervención.

115
1. La observación consiste en observar el proceso sin tratar de modificarlo. Parece sencillo, pero,
en la práctica, se dificulta, pues atender es intervenir, y la función ventilatoria es muy sensible a
las influencias. Comprender esto, es el objeto de este ejercicio.
2. La intervención deliberada es cuando manipulamos las fases del acto ventilatorio. La
manipulación es aplicable a todas las fases, así como a sus polaridades y órganos involucrados;
presupone, pues, el conocimiento de la mecánica de la respiración. En Kinam, intervenimos la
respiración con dos propósitos:
a) Provocar un estado nahual para calmar la mente e introducir la meditación y el ensueño. Para
ello, hay que ralentizar y profundizar cada fase del acto ventilatorio, hasta hacerlo tan tenue, que
no escuchamos el movimiento del aire en una habitación silenciosa. Esto despierta la memoria
profunda, y la capacidad de reflexionar y evaluar.
b) Provocar un estado tonal como preparación para el montaje de las posturas. Lo conseguimos,
acelerando las fases de inhalación y exhalación, sin incurrir en superficialidad y sin retener.
Podemos combinar ambos ejercicios con polarización mediante respiración de barredera, o con
elección del órgano ventilatorio.
Impacto mecánico
Una vez conocidos los componentes de la respiración, lo siguiente es aplicarlos a la práctica del
Kinam. En lo que respecta a las posturas, el principio operativo es la correspondencia: debe haber
una relación armónica entre la respiración, por un lado, y las compresiones, movimientos físicos y
posiciones del cuerpo, por el otro. Dicha relación es como sigue:
1. Si contraemos el área toráxico-abdominal o nos torcemos de algún modo, disminuye el
volumen de aire que podemos aspirar. En tal caso, lo apropiado es exhalar.
2. La pose resultante de la contracción se sostiene con retención en vacío.
3. Si expandimos el área toráxico-abdominal o proyectamos los miembros, lo apropiado es
inhalar.
4. Sostenemos la pose resultante de la expansión mediante retención en pleno.

116
Capítulo 23
Los gestos manuales

Cuando los brazos y las manos no forman parte de la arquitectura de la postura, surge el problema
de cómo colocarlos. Por ejemplo, al realizar la postura de la Reverencia, elevamos uno de los
muslos frente al torso; si no sabemos qué hacer con el brazo correspondiente, ambos pueden
tocarse, lo que distrae y rompe la elegancia de la postura. Por otro lado, si permitimos que las
manos se ubiquen de modo accidental, el resultado es una postura floja, sin intento.
En la práctica del Kinam siempre hay que justificar las manos, y hay que hacerlo de antemano,
es decir, hay que prever el gesto que adoptaremos en determinada postura. Afortunadamente, el
México prehispánico nos proporciona un sinnúmero de gestos simbólicos de brazos, manos y
dedos que pueden servirnos para este fin.

Ancianos ofrendando gestos rituales, imagen de un vaso maya.

La mano creadora, escultura huasteca. Gestos simbólicos, figurilla maya y lámina del Códice Magliabechi.

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La gestualidad mesoamericana no se puede entender en forma aislada, pues pertenece a un
contexto cultural más extenso. Los etnólogos del siglo 19 reportaron la presencia de un lenguaje
manual entre los nativos de toda Norteamérica, del cual sobreviven vestigios. Su núcleo es un
conjunto de signos rituales que, con el tiempo, se adaptaron para suplir dos necesidades profanas:
la comunicación de los sordomudos y el contacto entre pueblos de diversas lenguas. Este último
uso demuestra que se trataba de un lenguaje unificado.
A partir de las evidencias históricas y el testimonio de sus practicantes, los investigadores
concuerdan en ubicar el origen del sistema en Mesoamérica:
“Las tradiciones de los nativos de Norteamérica coinciden en señalar al Sur como la dirección de
donde les llegó el lenguaje de gestos. Los comanches lo aprendieron en México y lo enseñaron a los
demás pueblos.” (Garrick Mallery, Sign language among North American Indians)
“La hipótesis generalmente aceptada entre los estudiosos, es que el lenguaje de señas se originó en
la Costa del Golfo, y desde allí se extendió hasta convertirse en la lengua franca intertribal de las
Grandes Llanuras, y luego por todo el noroeste de los Estados Unidos y Canadá.” (Jeffrey E. Davis,
A Historical Linguistic Account of Sign Language among North American Indians)
Confirman esta deducción varios cronistas del siglo 16 que reportaron la existencia de un
lenguaje manual en Anáhuac, con usos ritual y profano:
“Momamamanani, ellos acostumbraban hacer gestos manuales.” (Sahagún, Vocabulario)
“Consagraban los sacerdotes (la estatua de Witsilopochtli) con grandísima pompa y ceremonias,
donde hacían grandes y excesivos gestos.” (Cervantes de Salazar, Crónica de la Nueva España)
“Entre los que se vinieron a bautizar, había quince mudos. Estos hacían muchos ademanes,
puniendo (humillando) las manos, encogiendo los hombros y alzando los ojos al cielo.” (Motolinia,
Historia de los Indios de la Nueva España)
Como notan dos investigadores, estos gestos no eran expresiones incidentales, emotivas o
puramente esteticas, sino signos formales:
“Las manos simbólicas (del arte maya) tienen su propio significado. No están representadas al azar
o por motivos decorativos, sino que, con su significado esotérico, identifican, aclaran y
complementan la composición, y explican lo que está sucediendo.” (Samuel Martí, Mudra, manos
simbólicas en Asia y América)
“En ocasiones… podemos observar a hombres usando sus manos de modo utilitario o ritual. Otras
veces nos muestran poses de manos tan estilizadas, que forzosamente debieron tener un
significado codificado… Cada trazo, cada imagen obedeció a razones ideológicas, estéticas,
cosmogónicas.” (Sara Ladrón de Guevara, El símbolo de la mano en Mesoamérica)
La formalidad de estos gestos queda patente en el hecho de que fueron incluidos en la escritura
olmeca, y, a partir de esta, tambien en la maya, la zapoteca y la mixteca, como signos con valor
fonético e ideográfico.

Gestos manuales entre los glifos de la escritura maya, catálogo de John Montgomery.

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Para entender la función de los gestos manuales en aquella Cosmovisión, hay que tomar en
cuenta que, tal como notó el cronista Ruiz de Alarcón, una vez consagrada, la mano era considerada
el instrumento de la Divinidad:
“Tienen sus conjuros, invocaciones y encantos con que conjuran los instrumentos de las suertes,
como son las manos y los dedos, invocando sus dioses.” (Tratado de las Supersticiones)
La importancia de la mano como agente de mediación divina era tal, que daba nombre a los
profetas de la Serpiente Emplumada, llamados en náhuatl Weman, ofrendador, y Wemak, mano
fuerte, y en maya Kabul, mano auxiliadora.
“Otro templo levantaron (los mayas) a su falso dios Itsmat’ul, donde pusieron la figura de la mano,
que les servía de memoria, y se nombra Kabul, mano obradora… por cuya virtud alcanzaban lo que
querían.” (Lizana, Historia de Yucatán)
Los gestos rituales son extensión y desarrollo de la sacralidad inherente a la mano. Los
investigadores suelen interpretarlos como un producto maya, pues los mayas los plasmaron con
profusion y esplendor en su arte, pero aparecen en todo el Anahuac desde tiempos olmecas; son,
por lo tanto, herencia comun de la Toltequidad. Los mayas les llamaron Eetsk’ab y los nahuas
Machiomana, gestos manuales. Es muy comun hallarlos en figurillas cuya postura y gesticulacion
facial evocan una oracion, meditacion u ofrenda ritual. Como extension de este uso, penetran en el
lenguaje cortesano de los vasos mayas del Período Clasico (siglos 2 a 8 d.C.), adquiriendo sentidos
esteticos, filosoficos, políticos y de status social.
Es imposible ignorar la semejanza entre estos gestos y los mudras de la Índia y el sudeste
asiatico. ¿Refleja dicho fenomeno un vínculo causal? Mi opinion es que, en parte sí y en parte no.
Los gestos que son comunes a nuestra especie o reflejan temas culturales locales, no obedecen al
intercambio entre los pueblos. Sin embargo, cuando encontramos que, tanto en Asia como en
America, las manos abiertas como alas de mariposa a la altura del pecho representan al Sol y al
elemento fuego, o que, en ambos continentes, existe la costumbre de tocar las coyunturas del brazo
opuesto al dar o recibir algo, estamos tentados a pensar en una tradicion comun anterior a la
poblacion de America, o retroalimentada milenios mas tarde mediante contactos transpacíficos.
Tal como ocurre con las posturas, estos gestos aparecen en Anáhuac desde tiempos tan antiguos,
que no se puede rastrear su origen hasta los posteriores mudras hindúes.
Al analizarlos desde el punto de vista de su función, encontramos dos categorías:
1. Algunos gestos evocan un significado. Por ejemplo, en una escenificacion mítica, las diversas
figuras digitales acentúan el mensaje al representar, probablemente, nombres de personajes y
lugares, conceptos, fragmentos historicos y estados de animo emblematicos.
2. Otros gestos tienen una función práctica. Por ejemplo, al colocar las manos sobre los muslos
con las palmas hacia arriba en un ejercicio de meditación, minimizamos el sentido del tacto y
propiciamos la concentración. Esta categoría converge en la primera, pues, con el tiempo, el gesto
practico se transforma en emblema del ejercicio.
Desde el punto de vista de su ejecución, los gestos se organizan en tres grupos:
1. Manuales, los que consisten en posiciones especializadas de las manos, pero no de los dedos.
Algunos, como el de Meditación, pueden hacerse con independencia de la posición de los brazos;
otros, como el Saludo, requieren de una posición específica del brazo.
2. De los brazos, los gestos que consisten en movimientos de los brazos, sin colocar las manos
de algún modo especial, como el de Cierre.
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3. Digitales, los gestos que colocan los dedos en posiciones rebuscadas que no dependen de la
posición de la mano respecto al cuerpo, como el de Cuernos.
Cada uno de estos grupos incluye dos categorías:
1. Gestos autonomos, los que se pueden realizar con una mano o brazo, como el de Meditacion.
Es eleccion del practicante realizarlos en forma unilateral (con un miembro) o bilateral (con
ambos).
2. Gestos combinados, los que requieren de ambos miembros para que se entienda su
significado. Estos tienen dos subgrupos:
a) Simetricos, los que colocan las manos o brazos del mismo modo, incluso si algun miembro
pasa sobre el otro, como el Cruce Abierto.
b) Asimetricos, los que colocan los brazos o manos en posicion asimetrica, que puede ser amorfa,
como en el gesto de Cierre, o polar, como en el gesto del Maíz.
El presente estudio no es exhaustivo; del centenar de gestos que se conservan en el arte de
Anáhuac, he escogido los que atañen a la práctica del Kinam, al facilitar la kinesis o darle
expresividad al ícono. El practicante está en libertad de combinarlos con las posturas como mejor
considere, salvo en los casos en que existe una asociación rígida (descrita en el capítulo
correspondiente).

1. Gesto de Saludo
Nombre maya: Kulkin Eets.
Nombre náhuatl: Tla’palwi Machiomana.
Característica: gesto de brazos asimétrico.

Lo estudiamos a propósito de la postura del Saludo a los Cuatro


Rumbos; consiste en llevar el brazo derecho al corazón y extenderlo a
continuación con la mano abierta, la palma hacia abajo o hacia arriba.
El gesto se hace más expresivo si, al mismo tiempo, se lleva la otra mano
a la cadera en puño. Es de notar que, en las estatuas de piedra que se
conservan, sólo aparece la fase de contracción, pues el artista no
despliega el brazo para evitar que se rompa; las estatuillas de cerámica
suplen la omisión, al presentar diversos modos de extender el brazo.
El Saludo expresa la aceptación del otro y el intento de ofrecer el
corazón, es decir, transmitir respeto, buenos deseos y sinceridad.
Muchos personajes retratados en este gesto son abanderados, lo que
sugiere que era un saludo formal de los militares.

Gesto de Saludo, escultura mexica.

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2. Gesto de Poder
Nombre maya: K’inam Eets.
Nombre náhuatl: Tlatkoni Machiomana.
Característica: gesto de brazos simétrico.

Variantes del gesto de Poder, figurillas olmeca y maya, esculturas mayas.

En su forma básica, este gesto consiste en colocar los antebrazos ante el pecho en posición
horizontal, para sostener el pesado cetro olmeca. Desde la época olmeca, el cetro comienza a
abstraerse, quedando libres las manos para adoptar gestos complementarios.
Siendo el gesto típico de los gobernantes, representa la capacidad de sostener al pueblo
(simbolizado por el cetro) y, por extensión, el poder y la soberanía. Sobre esta lectura se añaden
las siguientes, según cómo se coloquen las manos:
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1. Las manos hacia arriba con dedos en anillo añaden el sentido de completamiento propio del
gesto del Anillo.
2. Con el dedo índice estirado, expresan el sentido integrador del gesto de Unidad.
3. Plegadas hacia abajo, enfatizan la idea de que el cetro es demasiado sagrado para tocarlo.
4. Las manos en puños que se tocan fueron descritas en las posturas del Torcido y la Marcha de
los Dioses. El contexto iconográfico indica que representan la fuerza, el equilibrio y la dignidad.

3. Gesto de Cierre
Nombre maya: Kab Eets.
Nombre náhuatl: Akolli Machiomana.
Característica: gesto de brazos asimétrico.

Gesto de Cierre, figurillas mayas.

Consiste en tocar con una mano el hombro opuesto. Se puede suavizar, llevando la mano al codo o
la muñeca en forma explícita (con la mano sobre la coyuntura) o implícita (bajo la coyuntura).
Este gesto se conserva en las tradiciones rurales de México; tiene el propósito de cerrar el ciclo
energético para no dar ni recibir más de lo necesario. Aplica el código polar de las transferencias:
la mano izquierda recibe, invoca, protege o cubre, mientras que la derecha da, acusa o golpea. Por
lo tanto, tiene dos significados, según cómo se realice: es de recepción si se lleva la mano derecha
al brazo izquierdo, y de donación si se lleva la izquierda al brazo derecho. La presencia de este
gesto en figurillas de meditantes indica que transfería tanto objetos físicos como simbólicos.

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4. Gesto del Maíz
Nombre maya: Ishim Eets.
Nombre náhuatl: Sentli Machiomana.
Característica: gesto manual asimétrico.

Gesto del Maíz, relieve maya, lámina del Códice Laúd.

Consiste en desplegar las manos arriba y abajo en alineación vertical (una mano sobre la otra) u
horizontal (a los lados del cuerpo). Puede ser corto (plegando los codos para pegar las muñecas al
pecho) o extenso (extendiendo los brazos). La extensión puede ser aguda, recta u obtusa, según el
ángulo que formen los brazos al desplegarse. Por lo general, los dedos van unidos y apuntan
directamente arriba y abajo, pero algunas imágenes los despliegan o entrecierran.
Las manos abiertas como hojas de maíz contienen un simbolismo de potencial, germinación y
crecimiento; por ello, este gesto se asocia a ritos y saludo a personas importantes. Sobre este
simbolismo se borda otro: el despliegue de los brazos crea una puerta o ventana; es, por lo tanto,
un gesto de paso, a través del cual, el practicante penetra en una dimensión sacramental. En tercer
lugar, las manos que se oponen representan la polaridad cósmica; la que desciende alude a las
raíces y el inframundo, la que asciende, a la fronda y el cielo; el cuerpo del practicante funge como
eje del Cosmos por donde circula la energía. El sentido de la circulación depende de cuál mano se
eleva: si la derecha, el intento es de proyectar al cielo las ofrendas o ruegos; si la izquierda, el
sentido es traer a la tierra las bendiciones del cielo.

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5. Gesto de Ofrenda
Nombre maya: Kan Rets.
Nombre náhuatl: Tlamana Machiomana.
Característica: gesto manual autónomo.

Gesto de Meditación, escultura de Teotihuacan, figurillas mexica, de Colima y maya.

Consiste en mantener la palma abierta hacia arriba, con los dedos suavemente unidos, a la altura
del corazón. Si se realiza en forma simétrica, lo habitual es descansar ambas manos sobre los
muslos. Su sentido propio es de ofrenda, y así se reconoce cuando se realiza sobre el corazón. Pero
siempre aparece asociado a meditantes, lo que indica que adquirió un sentido práctico, pues, al
minimizar el tacto, favorece la concentración.

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6. Gesto del Cuenco
Nombre maya: Jom Eets.
Nombre náhuatl: Kuau’shikalli Machiomana.
Característica: gesto manual simétrico.

Gesto del Cuenco, figurillas maya y de Cuicuilco.

Consiste en colocar las manos sobre el regazo, una sobre la otra, según resulte más cómodo, con
las palmas hacia arriba combadas a modo de cuenco. Los pulgares se pegan a la palma y sus puntas
se tocan o sobreponen. En la iconografía, este gesto se suele representar literalmente con un
cuenco para acentuar el simbolismo.
Es un gesto de gran peso simbólico, pues el cuenco que forman las manos es el Vaso del Águila,
el colector de la fuerza vital que ya conocimos en la postura del Chakmol. Representa el estado de
concentración del practicante.

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7. Gesto de Oración
Nombre maya: Payal Eets.
Nombre náhuatl: Semmati Machiomana.
Característica: gesto manual simétrico.

Gesto de Oración, escultura huasteca, figurillas maya y olmeca.

Consiste en plegar los brazos y juntar las palmas de las manos sobre el pecho, con los dedos unidos.
Tiene tres variantes: en su forma habitual, los dedos apuntan hacia arriba, pero también pueden
apuntar al frente. En algunas representaciones, las palmas no se tocan, pero están lo
suficientemente cerca como para percibir su calor.
En toda la Tierra, este gesto se usa para orar o adorar; parece un reflejo innato. En Anáhuac se
asocia a ritos y se representa en las urnas funerarias a modo de oración. A diferencia de la India,
donde sirve para saludar a otras personas, el referente anahuaca siempre es una deidad o estado
de conciencia.

126
8. Gesto de Devoción
Nombre maya: Kultaj Eets.
Nombre náhuatl: Yolteotl Machiomana.
Característica: gesto manual simétrico.

Variantes del gesto de Devoción, urnas zapotecas.

Consiste en presentar ambas manos sobre el pecho de tres modos:


1. En la primera variante, los brazos se pliegan en ángulo obtuso y las manos se tocan sobre el
corazón con los dedos juntos.
2. En una forma más avanzada, una mano (la que resulte más cómodo) cubre a la otra, hasta que
las puntas de los pulgares se tocan. Los brazos se colocan en ángulo obtuso o en horizontal.
3. En una tercera variante, el gesto se contrae hasta que las manos se cruzan por completo.
Este gesto tiene una función similar al de oración, acentúa el estado devocional.

127
9. Gesto de Ruego
Nombre maya: Ok’ol Eets.
Nombre náhuatl: Tla’tlau’ Machiomana.
Característica: gesto manual simétrico.

Gesto de Ruego, figurillas mayas.

Consiste en cerrar las manos sobre el corazón. Tiene dos variantes: en la primera, los dedos
aprietan fuertemente las palmas; en la segunda, una mano (a elección) se cierra en puño, mientras
la otra la cubre. Expresa profunda abstracción, ruego de dádivas o solicitud de perdón.

128
10. Gesto de Cruce Abierto
Nombre maya: Mek’ Eets.
Nombre náhuatl: Mamalina Machiomana.
Característica: gesto de brazos simétrico.

Gesto de Cruce abierto, figurilla maya, escultura de Cotzumalhuapa.

Consiste en cruzar ambos brazos sobre el pecho, de modo que las manos tocan los hombros o
brazos opuestos. Hay que cuidar no encoger los hombros. El contexto iconográfico muestra que es
un gesto de humildad, propio para saludar a un superior o igual. Expresa el intento de ofrecerse
sin reservas, pues, mantener las manos a la vista, genera la impresión que nada se oculta.

129
11. Gesto de Cruce Cerrado
Nombre maya: Tsem Eets.
Nombre náhuatl: Elelli Machiomana.
Característica: gesto de brazos simétrico.

Gesto de Cruce cerrado, figurilla maya y Códice Laúd.

Consiste en cruzar ambos brazos sobre el pecho, guardando las manos bajo las axilas o los brazos
opuestos y cuidando no encoger los hombros. Se puede suavizar, manteniendo una mano a la vista.
Denota autosuficiencia, separatividad, condición de majestad o superioridad, o el deseo de no dar
o reconocer más de lo necesario. El practicante crea una pantalla protectora con sus antebrazos y
esconde su intención, representada por las manos.

130
12. Gesto de Bendición
Nombre maya: Tsits Eets.
Nombre náhuatl: Iyawa Machiomana.
Característica: gesto de brazos autónomo.

Gesto de Saludo, figurillas huasteca y de Nayarit.

La mano abierta se proyecta a la altura del pecho, los hombros o las orejas, con la palma hacia el
frente y los dedos juntos o desplegados. Normalmente, este gesto se realiza con ambas manos, en
tres variantes:
1. El brazo se proyecta al frente, flexionado o extendido, y la mano se flexiona hacia arriba para
mantener visible la palma.
2. También en proyección frontal, la mano no se flexiona, de modo que la palma apunta hacia
abajo y los dedos adelante.
3. El brazo permanece a un lado del cuerpo, plegado o extendido. En este caso no se flexiona la
mano.
Este gesto representa la transmisión de la fuerza vital; se usa para auspiciar un rito o bendecir
a los asistentes.

131
13. Gesto de Carga
Nombre maya: Kuch Eets.
Nombre náhuatl: Meme Machiomana.
Característica: gesto de brazos simétrico.

Gesto de Carga, escultura olmeca.

Ya lo comentamos respecto a la postura del Cargador; consiste en contraer los brazos y abrir las
manos a la altura de los hombros o la cabeza, con la palma hacia arriba y los dedos apuntando atrás,
como si fuéramos a cargar un peso. Representa la aceptación de un trabajo o responsabilidad, la
disposición a emprender una tarea o batalla, y la capacidad de mediar entre el cielo y la tierra.

132
14. Gesto de Invocación
Nombre maya: Awat Eets.
Nombre náhuatl: Nonotsa Machiomana.
Característica: gesto de brazos simétrico.

Gesto de Invocación, figurillas huastecas.

Consiste en extender lateralmente las manos a la altura de la cintura, el pecho o el cuello, con las
palmas hacia arriba, los dedos unidos y apuntando afuera. Invoca la bendición divina y expresa
confianza o espera. Es apropiado para abrir rituales y para llamar la atención.

133
15. Gesto de Recepción
Nombre maya: K’aam Eets.
Nombre náhuatl: Selia Machiomana.
Característica: gesto de brazos simétrico.

Gesto de Recepción, figurillas huasteca y maya.

Consiste en extender los brazos a los lados del cuerpo con las manos abiertas y los dedos unidos.
Tiene dos variantes: con las palmas orientadas adelante y los dedos apuntando abajo, y con las
palmas orientadas hacia arriba y los dedos apuntando adelante.
Este gesto se practica a continuación de anterior; representa la capacidad para transmitir la
bendición divina, así como la buena voluntad para hacer algo.

134
16. Gesto de Conexión
Nombre maya: Nuup Eets.
Nombre náhuatl: Tlaltech Machiomana.
Característica: gesto manual simétrico.

Gesto de Conexión, figurillas huastecas.

Consiste en abrir las manos hacia la tierra, con los dedos juntos apuntando hacia fuera o hacia
delante, a la altura de las caderas o la cintura. Parece indicar deseo de contactar con la energía de
la tierra.

135
17. Gesto Ventral
Nombre maya: Jobnel Eets.
Nombre náhuatl: Í’tik Machiomana.
Característica: gesto manual simétrico.

Gesto Ventral, esculturas huastecas.

Consiste en plegar los brazos en ángulo recto y colocar las manos con los dedos juntos sobre el
torso, a la altura del ombligo. Tiene dos variantes: la primera señala al ombligo y la segunda tuerce
las manos para señalar al vientre. La aparición de este gesto en imágenes de mujeres embarazadas
indica que representa la fe y el buen auspicio.

136
18. Gesto del Ocelote
Nombre maya: Balam Eets.
Nombre náhuatl: Tetsawi Machiomana
Característica: gesto manual simétrico.

Gesto del Ocelote, figurilla olmeca y escultura mexica.

Consiste en plegar los brazos, de modo que las manos lleguen a la altura del pecho o los hombros
con las palmas hacia delante, y contraer los dedos como si fueran las garras de un felino, pero sin
formar puño. Hay evidencias de realización asimétrica, pero generalmente se realiza con ambas
manos.
Este gesto se asocia con los dioses de la muerte; por otro lado, el felino es el nahual de la tierra
como devoradora de todo lo existente. Ambos simbolismos aluden a la ferocidad de la Naturaleza,
la muerte y el renacimiento, y la capacidad de reciclar.

137
19. Gesto del Agua Quemada
Nombre maya: Tokbilja Eets.
Nombre náhuatl: Atlachinolli Machiomana.
Característica: gesto manual asimétrico.

Gesto de Weweteotl, escultura mexica y urna zapoteca.

Este gesto es asimétrico por naturaleza; consiste en colocar una mano en posición horizontal,
dispuesta recibir, y la otra en posición vertical, en disposición de sostener o aferrar. Las manos se
pueden invertir, aplicando el código polaridad: la izquierda recibe y la derecha da.
La aparición de este gesto en imágenes que sostienen un cántaro de agua y aferran el emblema
del fuego o el rayo, indica que representa el concepto del Atlachinolli, agua quemada, la lucha de
los opuestos y la sublimación de las diferencias. Por ello, se relaciona con imágenes de Weweteotl,
divino anciano, personificación del fuego y el esfuerzo creador.

138
20. Gesto de Equilibrio
Nombre maya: Tojol Eets.
Nombre náhuatl: Namik Machiomana.
Característica: gesto manual asimétrico.

Gesto de Equilibrio, figurillas huasteca y maya.

Consiste en voltear una mano hacia arriba, en posición de sostén, y la otra hacia abajo, en posición
de contención o protección. Puede hacerse de dos modos: apoyando las manos sobre las rodillas,
si se está en una postura meditativa, o extendiendo los brazos a los lados del cuerpo.
La combinación de las posiciones de las manos simboliza la circulación de la energía. Las
imágenes que reflejan este gesto siempre colocan la derecha en modo de sostén y la izquierda en
contención, pero el simbolismo se puede invertir, aplicando el código polar: la izquierda recibe y
la derecha da.

139
21. Gesto de Unidad
Nombre maya: Junp’el Eets.
Nombre náhuatl: Setilistli Machiomana.
Característica: gesto digital autónomo.

Gesto de Unidad, figurillas mayas.

Consiste en señalar con un dedo, recogiendo los demás. Se puede hacer con el brazo flexionado o
extendido, y con cualquier mano, sin que ello parezca añadir un sentido polar. Por lo general, el
dedo que se extiende es el índice, pero algunas imágenes extienden el meñique. Puede señalar en
tres direcciones:
1. Hacia arriba, a la altura del pecho o el rostro, en ausencia de interlocutor visible.
2. Al frente, a la altura del corazón o el vientre, frente a un interlocutor visible.
3. Hacia abajo, a la altura del vientre o las piernas.
Este gesto representa la unidad filosófica. Los anahuacas no concebían la unidad como una
condición original o estado absoluto, sino como un resultado que hay que sostener. El gesto alude,
pues, a la sublimación de las diferencias; por ello, no consiste solo en el dedo que se estira, sino
también en los que se pliegan o someten. La dirección añade los siguientes matices:
1. Si apunta arriba, invoca a Junajpu, divina unidad, o Senteotl, divino maíz o semilla, el estado
potencial de la energía.
2. Si apunta al frente, a otra persona, imparte orden o enseñanza. En este caso, el receptor
generalmente hace un gesto de Recepción o Cumplimiento (gestos 15 y 26).
3. Si apunta abajo, invoca a la tierra como testigo.

140
22. Gesto de Dualidad
Nombre maya: Kap’el Eets.
Nombre náhuatl: Ontilistli Machiomana.
Característica: gesto digital autónomo.

Gesto de Dualidad, figurillas maya y huasteca.

Consiste en señalar con dos dedos hacia arriba, en tanto los otros se pliegan. Por lo general, los
dedos que se extienden son el índice y el del medio, pero algunas imágenes extienden el anular y
el meñique, o el pulgar y el índice. El brazo puede extenderse o plegarse.
Los dos dedos representan la pluralidad, es decir, la percepción tamizada por la mente. El gesto
también representa la equivalencia y la polaridad - el hecho de que todos los fenómenos tienen una
naturaleza polar.

141
23. Gesto de Evolución
Nombre maya: Shitaj Eets.
Nombre náhuatl: Senkawa Machiomana.
Característica: gesto digital asimétrico.

Gesto de Evolución, láminas de los códices Selden y Fejervary.

Consiste en que una mano señala con un dedo, mientras la otra señala con todos los dedos. Las
manos pueden intercambiarse sin que ello parezca aportar un sentido polar. Los brazos pueden
contraerse o extenderse a la altura del vientre, el pecho o la cabeza. Por lo general, ambas manos
se orientan en horizontal, hacia los lados, pero, en algunas imágenes, se orientan en vertical; en
estos casos, el dedo que marca la unidad puede apuntar hacia arriba o hacia abajo. Esta
combinación de gestos representa la totalidad, no como logro, sino como proyecto, es decir, el
intento de evolucionar.

142
24. Gesto de Negación
Nombre maya: Manaan Eets.
Nombre náhuatl: A’mo Machiomana.
Característica: gesto manual asimétrico.

Gesto de Negación, escultura y figurilla mayas.

Consiste en oponer una mano delante del pecho o el vientre, con los dedos unidos apuntando hacia
arriba. Por lo general, la otra mano realiza el gesto de Unidad (gesto 21), apuntando al frente. Se
puede hacer con los brazos más o menos extendidos o plegados.
Este gesto marca una distancia respecto al interlocutor. En la práctica meditativa, representa la
orden de detener los distractores. Si se combina con el gesto de Unidad, este adopta un sentido
acusador.

143
25. Gesto de Cuernos
Nombre maya: Shulub Eets.
Nombre náhuatl: Koltik Machiomana.
Característica: gesto digital autónomo.

Gesto de Cuernos, figurilla y vaso maya.

Consiste en extender los dedos índice y meñique como si fueran cuernos, en tanto los dedos medio
y anular se pliegan, pudiendo o no tocar el pulgar. El contexto iconográfico sugiere que este gesto
convoca la atención cuando se orienta hacia arriba, y la proyecta cuando se orienta adelante.

144
26. Gesto de Cumplimiento
Nombre maya: Tulaakal Eets.
Nombre náhuatl: Moch Machiomana.
Característica: gesto digital autónomo.

Gesto de Cumplimiento, escultura maya y lámina del Códice Dresden.

Consiste en tocar uno o varios dedos con el pulgar para formar un anillo. Casi siempre se realiza
con la mano derecha a la altura de la garganta, el corazón, el ombligo, la rodilla o el suelo, si el
practicante está sentado sobre una estera. El anillo puede apuntar arriba, abajo o al frente; en este
último caso, los dedos que se estiran pueden apuntar arriba o abajo. Según los dedos involucrados,
tiene cinco variantes:
1. La forma más usual consiste en unir los dedos pulgar e índice; los demás se estiran.
2. El anillo también se puede formar con el índice y el pulgar, estirando en antena los dedos
medio y meñique, y plegando el anular.
3. Otra forma consiste en unir los dedos pulgar y medio, estirando los demás.
4. O bien, unir el pulgar, el medio y el anular, estirando el índice y el meñique.
5. Por último, algunas imágenes forman el anillo con los dedos pulgar y anular, estirando los
demás.
El anillo tiene un sentido de totalidad; representa el cumplimiento de los ciclos y las tareas, y la
recepción del conocimiento.

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Obras citadas

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