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BERNARDINO DE SAHAGUN: VIDA Y OBRALos animales del Cddice
Florentino en el espejo
de la tradici6n occidental
PaBLo Escatavre Gowzatno
El Cédice Florentino
proporciona informacién
valiosa sobre las antiguas
costumbres y creencias
indigenas pero, como texto,
pertenece a la tradicién
occidental y sdlo en ella
se explica plenamente.
Esto puede apreciarse
claramente en el libro XI,
de historia natural: Esopo,
Aristoteles, Plinio y San
Isidoro son algunas de las
referencias que nutren el
trabajo, aunque lo mas
probable es que los
informantes y ¢tlacuilos
de Sahagtin no se
valieran directamente
de todas aquellas obras
sino de compendios
enciclopédicos. El Hortus
sdnitatis de Johann von
Cube es uno de ellos.
52/ Anqutocoota Mexicanacos pet, Vireo Muxpo
Despugs de descrbir sucintamente al coyote, los informantes
de Sahagtin hacen la observacida de que se rata de un animal
agradecido,y proceden a gjemplifcar esta eulided con la is-
toria de un hombre que se encontsd con un coyote en el cami
no, Bl coyote hizo al earinante un adem com la pata; el.ea-
minante pens6 que podria tatarse de una mala sea pero se
acered y deseubris que el animal habia sido atrapade por una
serpiente que le tenia el cuerpo aprsionado: estaba pidiendo
auxilio, Después de dudarlo un poco, el hombre toms un palo
yayud6al coyote. desembarazarse de a sezpiente. Una ver l-
bperado, el coyote pegs una earera y hays. Al poco rato volvié
om um par de guajoloes en el hocico, misimos gue obseguis a
su salvador; luego Te lev6 otro zuajolotea sv casa, a dia s-
zuiente ott mas (Ciiice Florentino, ib. XI. 8 y 9)
Al finalizar su descripcign del edn, Cayo Plinio IT expica
aque no son ajenos a esta fera fos sentimientos de misericondia
Y aratitud, yexpone el caso de un tal Epis de Samos que al de-
Sembarear en Africa seenconts con un len que patectaame-
nazarle com la boca abierta, Elpis se tep6 asustado aun drbol,
¥ desde all pudo observar que el edn tena una astilla de hues
40 elavaci entre los dietes, que le astimabs y fe impedia co-
mer: I fiera estaba pidiendo ayuda El de Samos le quis aas-
tllay cr al lebn,y en fo sucesivo, mientras el arco de Elpis
estuvo atracado en aque puerto africana el leén fue a levarle
su auxitiador de comer de todo fo que cazaba (Phinio, Histo-
ria naiwral, 1976, ib, VIM. 37)
Si bien la imagen de una boa constrictor apetando el cuer-
po de un cuadrpedo no es ajena al repertori iconogriico de
Mesoamériva, la afinidad de ambas angedotas nos hace pensar
«que los informantes de Suhagtin conocian el relato del natura-
lista romano y lo asoviaron con a descripeidn del coyote, Pero
‘eamos qué oeurre con otros animales
Alhablar del océlodl, se dice en el texto nahuatl del Cédice
Florentino gue los antiguos hechiceros usaban la piel de este
animal para despertar temor en la gente, y se especifiea que to-
rmaban la piel de la frente y la nari, del pecho, de la cola y de
Jas ganras del felino; esto ios hacfa temibles (Cédice Florenti-
no, lib. XI, 3v), Es eurioso descubrir que en el Liber Secreto-
rum de Alberto Magno se dice que el hombre que se vista con
ppedazos de piel de les no tendra miedo de sus enemigos. Al-
berto dice que el len posee una valentia natural, particular
‘mente en su coraz6n, en su frente y en la piel que esté entre sus
oj9s, ¥ que quien lieve el corazén y la piel de esa zona del cuer-
podel len serdtemido por todas las bestias (Albertus Magnus,
1975, p. 55). Esta idea def santo alquimista es reiterada en un
cespléndido trtado de historia natural escrito en el siglo xv por
el médico alemn Johann von Cube, el Hortus sanitaris. Von
Cube dice: “Leonum virtus est in pectore, firmitas in eapite”,
‘agrega que la audacia del animal esté en la cola (Von Cube,
1536, .24v).Ya tenemos asf casi todos los tramos de piel indi-
ceados por los informantes de Sahagtin,
Lineas antes de hablar de la piel del océtort, os nahuatlatos
del Florentino habfan explicado que este animal conserva los
ojos abierios después de mori, de manera que parece estar vivo
(Cédice Florentino, tb, Xi, f. 3v). También este rasgo del ja-
‘guar mesoamericano nos recuerd al le6n del Viejo Mundo. En
al siglo 1V San Epifanio habfa dicho del ledn que “cuando pa-
rece dormir, sus ojos estén vigilantes, de modo que puede sen-
Diferentes pecs. Hortus seniatis, 7,
Los anes DL Coates Frowsnrino 53Otros peces. Hortus satis, 1.826.
tirla presencia del cazador” (El,isislogo atribuido a San Epi- _Y por ttimo el guia, Tanto en la versi6n castellana como
fanio, 1986, -9). Sanlsidoro recuperaen sus Erimologiasesta ena versinen lengua indigena del Cadice Florentino se des-
versién y dice del lefn que “cuando se entrega al suefto, man- _taca un rasgo del comportamiento de esta ave que llama nues-
tiene Ios ojos vigilantes” (San Isidoro, 1993, volII,p.69). ¥, tra atencisn: por su valent, segtn los informantes, 0 por so
al igual que algunos otros autores del Renacimiento, el médico _recia vista, de acuerdo con Sahagtin, el dguila puede mirar al
‘Von Cube sigue ia tradicién medieval sobreeleén: “dormiens sol de frenie(Césdice Florentino ib. X1, f421)-E] registro mis
apertos habet oculos” (Von Cube, 1536, f24v) antiguo que he encontrado sobre esta creencia es de Plinio, en
Quetzalobatlo chiauhedetl. Cédice Florentino, Wb. X1,f.89v Atague dela serpiente Hortus santa, £24,
547 AnquEoLoola Mexicana€l siglo el romano se refiere tanto ala fuerza de la vista como
al habito de mirar al sol (Plinio, 1976, lib. X, cap. HT, vol. Hl, pp.
60-61). San Isidoro lo repite y dice que “el éguila toma su nom-
bore de la agudeza de su vista.” y que "mira de frente los rayos,
4el sol sin cerrar los ojos” (San Isidore, 1993, vol. If p. 107)
Un lector de Plinio 0 de Isidoro, en el siglo xv, pod acce-
deta esta versidn legendlaria sobre el comportamiento del égui-
la, y también podta encontrarla en obras mas recientes, que en
‘muchos aspectos reiteraban a vieja sabidurfa: una vez més, Von
Cube trace eco de la tradieisn y explica edmo el éguila mira de
frente los rayos del sol (Von Cube, 1536, f.43r.).
La ENCICLOPEDIA
Fl Cédice Florentino proporciona gran cantided de informacién
sobre las antiguas creencias indigenas, pero no debemos olvidar
que, como texto, pertenece a a tradicién occidental ys6loenella,
se explica plenamente. Para valorar adecuadamente el conteni-
do de lacbra sahaguntina, yen especial el del libro XI, de histo-
ria natural, que aqui‘ nos ocupa, es preciso considcrar esa tradi-
jn de la que forma parte. Esopo y Babrio, Aristteles, Plinio,
El Fisidlogo, Isidoro, Avicena y Alberto Magno son algunos de
Jos puntos de referencia més importantes de esa tradicién, Los
hombres del siglo xvi novohispano, tanto frailes como colegia-
les y caciques indios, tenfan acceso a las obras de esos autores
gracias las ediciones que deellas se habfan hecho desde los ini-
cios de la imprenta,
Ejemplares de algunas de estas obras, que pertenecieron alas,
bibliotecas conventuales, hoy forman parte del Fondo Reserva-
do de la Biblioteca Nacional. (En el Fondo Reservado hay mu-
merasas obras de Aristételes, y hay por lo menos una edicidin de
a Historia narural de Plinio de 1481 (Caius Plinius Secundus,
Historia naturatis, Patmae, Andreas Portilla, 1481) y dos edi-
ciones del siglo xvi. He localizado una edicion de San Isidoro
del siglo (Sanctus Isidorus Hispalensis, Etmologiae. Desum-
mo bono, Venetis, Petrus Loeslein, 1483) y una edicidn de la
obra de Anglicus también del siglo xv (Bartholomaeus Angli-
cus, De proprietatibus rerum, Argentinae, Georgius Husner,
1485), Bs dificil que no se contara con alguna de Tas ediciones
de la Naturalia Alberti Magni.)
Ahora bien, es posible que algiin personaje del tipo de Fer-
nindez de Oviedo, y quizé el propio Sahagtin, tuvieran un buen
conocimiento lo mismo de Ariststeles que de Plinio, Avieena 0
Isidoro, pero tal cosa debe de haber sido més bien excepcional
Lomis probable es que la tradicion enciclopédica clisica y mne-
dlieval se haya conocido a través de libros mas tardios que in-
celuian y resunnfan tos anteriores. Tal seria el vaso de ta obra de
Bartholomaeus Anglicus, De proprietatibus rerum, realizada en
el siglo xe impresa varias veces en fos silos xv y XW
‘Ya Donald Robertson se ha referido a la obra de Anglicus y
hha demostrado que sirvi6 comio modelo en Ta concepcién de os
libros y eapitulos de la Historia general. de Sahagtin. Ahora
quisiéramos dara conocer la relacién del Cédice Florentino con
otra obra del Viejo Mundo, un tratado de historia natural que
parece haber sido sumamente exitoso en st tiempo, aunque
en nuestros dias nadie habla de él: el Hortus sanitatis del mé-
dco alemin Johann von Cube, escrito en el siglo XW impreso
aumbricusindestinorum, Hortes sanittis, 27%.
[Los anna Be. Coniee Feomeinno (SSNe
Ni
iN
x
SS
Me
sins uy
my
oy
Flrey delos animales. Hortus saitans fe.
ARQUHOLOGtA Mesacan
nada menos que tres veces en el propio
siglo Xv y por lo menos una vez en el si-
glo xvi Gohan von Cube, 1536).
Ya hemos mencionado cémo la obra
de Von Cube reproduce algunos de los
relatos tradicionales sobre el le6n y el
4guila, de modo que pudo habersido uno
de los vehiculos para que estos relatos
fueran conocidos por Ia gente alte
dor de Sahagiin, En lo tocante a la es-
‘ructurade la obra, podemos decir que en
el esquemabasico de presentacién de los
animales (primero animales terrestres
luego aves, luego animales acuaticos),e
libro XI del Florentino sigue, precisa-
mente, al Hortus santicaris y difiere de
losesquemas de exposicién de Plinio, de
Isidoro e incluso de Anglicus. Ademés,
Ia idea de pasar a hablar de los minerales
jnmediatamente despuésdereferirsealas
especies vivas no la encontramos en las
otras obras y s{en el Hortus sanitatis.
Pero es cuando miramos las imé.
1s utilizadas por los tlacuilos de Si
para ilustrarel libro XTy las com-
sompa-
1536,
paramos con los grabados que
fian al Hortus en su edicién de
cuando se disipa cualquier duda sobre
fa influencia del tratado de Von Cube en
texto de produccin de la obra de
Las IMAGENES DEL Hoxrvs sanrraris
Enprimerlugarpodemos ver algunasse-
mejanzas formales entre figuras del C6.
dice Florentino y del Hortus, El cerdo,
porejemplo,es bastante parecido, ytam-
bign puede apreciarse cierta familiar
dad en las representaciones del venado,
entre ras,
Pronto observamos que la semejanza
va més all del parecido de las figuras y
afecta a la composicién en su conjunto,
Los peces son similares, pero lo que mis,
lama la atencin es el uso de la misma
composicién,enniveles, uno encima del
‘otro, e incluso el recurso de colocarlos
nadando en direcciones opuestas.
Las escenas referentes al atague de
serpientes muestran semejanzas compo-
sitivas interesantes. La imagen del Flo-
rentino en la cual se ilustra el episodio
del hombre que se oculta debajo de un
4Arbolparaevitar seratrapado por unaser-
piente, recuerda bastante una ilustraci6n
del Hortus en la cual se muestra a unaGuajoloteo toto. Cédice Florentino lib. XL, 56%.
sexpiente que ataca lanzaindose desde un drbol, Pero Ia afinidad
en la composicién resulta mucho mas sorprendente en otra es-
cena en la que aparece un hombre eafdo que vuelve la cabeza
hnacia la setpiente que se dispone a atacarlo, Eneste tiltimo caso
dala impresién de que se hizo un traslado bastante directo, te-
niiendo a la vista el grabado del libro de Von Cube,
‘Atacantes mas sutiles son las lombrices intestinales. Los in-
formantes de Sahagtin dedicaron un parrafo a hablar de “las
lombrices que se crfam dentro del cuerpo”; el pétrafo fue ilus-
‘rado con la imagen de un hombre defecando: las lombrives sur-
gen de Ia defecacién, También el Hortus sanitatis s€ ocupa de
estos pardsitos, “Iumbricus estuermis intestinorum”, y los re-
presenta emergiendo de un exeremento reciente
En ocasiones poctemos ver que en el Florentino se adopta la
misma estrategia que en el Hortus para destacar una imagen
Gallus. Hortus santas, 436.
dentro de una serie o para formar una secuencia. Veamos algu-
nos ejemplos: en la mayoria de los grabados de aves del Hor-
tus sanitatis éstas aparecen posadas en el piso con Las alas ce-
sradas, perocuandoserepresentaal éguila,¢lrey delos animales
ccelestesen la tradicin medieval, se le colocan las alas desple~
‘gadas de modo que parece una figura herildica de gran tama-
fio. Lo mismo ocurre en el Florentino: el éguila destaca de las
‘demas aves por su tamaiio y por la majestuosidad con que abre
sus alas,
En la representacién de las aves de corral se hace una suerte
‘de traduccién regional, similar ala que se da cuando el en es
remplazado por el océlotl. En el Hortus sanitatis hay un capi-
tulo dedicado al gallo, ilustrado con una vitleta en La que apa-
rece un gallo frente a una gallina; en Ia pain siguiente hay un
capitulo para la gallina en ef cual se habla de la reproduceién y
‘Guafolotao cttwatoolt y sus vias Cie Florentino, ib. XI.
Gallina, Hortus soit, e
Los aNDAALES Be Cece FLoRExTHNO/ 57Artesanos, Cice Florentino, Wb, NI, f.213%.
de los huevos, en euyo caso Ia ilustracién consiste en una ga-
IHina rodeada por sus pollos. Cuando en el Florentino se ha-
bla del guajolote, aparece este animal frente a una guajolota,
‘yen la pagina siguiente podemos ver una imagen de la guajo-
Tota con sus pollos. Ademas de seguir los grabados para re-
presentar a los dos animales y a los pollos, los pintores que
trabajaban para Sahagiin agregaron un cuadro para ius
trar, espectficamente, él apareamiento, los huevos y el acto de
empollarios.
‘También podemos yer una semejanza en el manejo de las
secuencias de imagenes en el apartado dedicado a los minera-
‘Trabajo con minerals. Horus santas 98
les, ultima seceién del libro XI del Florentino y de la obra
de Von Cube. Seguramente el artista que ilusteé el Hortus
encontré monétono y poco atractivo dibujar una piedra de-
{ras de otra para ilustrar los diferentes minerales, asf que des
pués de representar algunas piedras ineluyé escenas de taller
cen las que puede verse a los artesanos fundiendo, haciendo in-
‘erustciones, ete, Ademds, la obra contiene algunos grabadlos
‘en los que se representa la extracci6n del mineral, Los
Gel Florentino adoptaron el modelo: a veces pintaron las pie:
«Gras Solas, pero ailauieron también escenas de taller y escenas
de extracci6n,
Petate de serplentes cooper.
Caice Florentino, ib. XL, £84,
58 AnquEDLOciA MEXICANA
i ak
Domini Metehiors Cani De lois Theolgocis Libri duodecim,
Salmmanticae, Mathias Gastus, 1563.Serpiente-mujer o Clhuacdatt. Cee Florentino i. VII, 36
Ornas IMAGENES
EI Hortus sanitatis no fue el dnico modelo empleado para las
renes del libro XI, y por otra parte, los grabados del Hor-
‘us sitvieron como modelos para otras imagenes de otros libros
del Cédice Florentino. Veamos un ejemp\o de cada cosa.
Ena secei6n dedieada a las serpientes en el libro XI, los in-
formantes de Sahagtin incluyeron la relacidn del llamado coa-
pétlat!o petate de serpientes. En el texto hablan de la aparicion.
abominable y explican que habja dos augurios en tomo a ella:
la visi6n del tapete podia indicar la proximidad de la muerte 0
alguna otra calamidad, pero si el que presenciaba la aparicién
se apresuraba a sentarse sobre la monstruosa estera, emtonces
el suceso podia interpretarse como indicio de que la persona re-
cibiria algiin cargo en el gobiemo, Las imagenes de este tapete
de serpientes guardan una curiosa semejanza con el sello de un
editor salmantino, muy activo duranteel siglo: Mathias Gas-
tius, La afinidad se vuelve ms interesante cuando observamos
que jum al tefido de serpientes del sello de Gastius aparece
una imagen de Ja muerte, igual que ocurre en el Florentine.
Y ahora veamos al Hortus sanitatisservir como modelo para
jotra parte del Florentino. Enel libro VOT, dedicado al gobier-
‘no, hay una mencién del dios Cihuacdall, a propésito de sus
‘macabras apariciones durante el gobierno de Moctezuma Xo-
coyotzin. Junto al texto podemos ver una imagen de este dios,
que consiste en una serpiente con cabeza humana que se curva
yy se yergue, No existe antecedente en la tradicién prehispaniea
para esta imagen; e] modelo parece haber sido la fiera denomni-
nada dracon copedesenel Hortus santiatis.
Hasta agui los ejemplos. El impacto de ta obra de Johann
von Cube, dentro y fuera de Europa, constituye un problema
‘Dracom copedes. Hortus satats, £17
‘que no podemos tratar en estas paginas, Sin embargo, vale la
pena mencionat, por curioso, el dato de que algunos autores
imitaron @ Yon Cube a la hora de ponerle titulo a sus trabajos.
En 1542 Luis Lobera de Avila publicé una obra de medicina
que llevaba por titulo Vergel de sanidad o banguete de caba
eros y orden de vivir. Facia 1575, fray Bernardino de Saha~
_24n puso al fibro decimoprimeto de su obra el titulo de “Libro
undécimo que es bosque, jardin, vergel de lengua mexicana”
‘Supongo que la presencia de la obra de Von Cube durante la
claboracién de aquel fibro inspiré al fraile el juego de palabras
del titulo. 2
Las roprografias dl Hors... y de Domi... eron tomas de impress
«alizador eel Fondo Reserado dela Biblioteca Nacioal, gradeaeo al e-
or Lihoro Villager Guzmiin yal personal det Fondo Reservado dela Bi-
blioteca Nacional en su conjunio el apoyo ireseto que siempre me ban
brindado. Asinism, agradecco a Emesto PeBalora yal personal de a foto
‘de nto si constame ayuda e a repadecon de os ates
Pablo Ficalante Ganzafbo, Doctor en historia Invasigadr del Instituto de
Investigaciones Esteicas y profesor de Ia Facultad de Filosofia y Letras
laa
Paraleer ms.
ume, ohn
sium, 1536.
Et fisiioga ante Sa Epo clin de Santiago Sebastsn, Earl
Tuer, Made, 1986,
10080 BF SEVILLA, 5
tian, Madi, 198:
Macs, Alberts, The Book of Secrets, Oxford University Press, Ono
1975,
Pusio Cayo, storia nara, 2 vos, tadnesiin de Francis Hemmer
on, Hortus sma, guatuor ibis, Argentora, Matiam Apia
| Bimlogias, 2 vols, Biblioteca de Autores Cris
usa, México, 1976,
Los axmuatss om, Conice FLomexnno 159