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INFORME:
Terapia de pareja
CURSO:
CICLO:
IX
DOCENTE:
INTEGRANTES:
TRUJILLO-PERÚ
2021-II
TERAPIA DE PAREJA
1. HISTORIA DE LAS TERAPIAS DE PAREJA
La consejería matrimonial se originó en Alemania en los años de 1920 como parte
del movimiento eugenésico. Los primeros institutos de consejería matrimonial en
los Estados Unidos de América se crearon en los años de 1930, parcialmente en
respuesta a los centros médicos alemanes de consejería matrimonial para purificación
racial. En los Estados Unidos de América, los promotores fueron Paul Popenoe, Robert
Latou Dickinson, Abraham y Hannah Stone.
Entre otros pioneros en los EUA se incluye a Lena Levine y Margaret Sanger.
No fue hasta los años de 1950 que los terapeutas empezaron a tratar los problemas
psicológicos en el contexto de la familia. Por lo tanto, la terapia de pareja como
un servicio profesional y discreto es un fenómeno reciente. Hasta finales del siglo XX,
la labor de consejería para parejas la realizaban informalmente amigos cercanos,
familiares o consejeros religiosos locales. Los psiquiatras, psicólogos, consejeros y
trabajadoras sociales trataban principalmente problemas psicológicos individuales en un
entorno médico y psicoanalítico.
A raíz de la creciente modernización u occidentalización en muchas partes del mundo, y
el continuo cambio hacia familias nucleares aisladas, se está optando por recurrir a
terapeutas de pareja o consejeros matrimoniales.
El abuso de pareja o la violencia doméstica es común en todo el mundo. Incluye abuso
físico, emocional y sexual, amenazas, retención de dinero, y problemas de salud física y
emocional que perduran en el tiempo. La asistencia activa de personas capacitadas,
denominada “actividades de apoyo”, puede ayudar a las mujeres a lidiar con esto, al
brindarles asesoramiento y apoyo para la planificación de su seguridad y para
incrementar su acceso a diferentes servicios. Estas actividades pueden llevarse a cabo en
diferentes espacios, como la comunidad o un refugio, y pueden durar desde menos de
una hora hasta 80 horas.
Una revisión sistemática de 13 estudios clínicos, concluyó que el apoyo intensivo puede
mejorar la vida cotidiana de las mujeres en refugios, para situaciones de violencia
doméstica a corto plazo, y pueden reducir el abuso físico uno o dos años después de la
intervención. No hay evidencia clara de una reducción en el abuso sexual, emocional o
en general, o de que estas actividades beneficien a la salud mental de las mujeres.
Tampoco está claro si las actividades de apoyo breve son eficaces, aunque estas pueden
proporcionar beneficios de salud mental a corto plazo y reducir el abuso en ciertas
mujeres.
2. ENFOQUES PSICOTERAPÉUTICOS DE LA TERAPIA DE PAREJA
El terapeuta de pareja colabora en la solución de los conflictos, da herramientas para
crear una convivencia armoniosa, entrena a los miembros en aspectos que fortalecen la
intimidad, mejoran la comunicación y sanan los vínculos de la relación. Se tomarán en
cuenta los distintos enfoques psicoterapéuticos: Enfoque sistémico, Enfoque cognitivo
conductual, Enfoque psicoanalítico, Enfoque gestáltico, Enfoque del análisis
transaccional y el Enfoque de la terapia breve centrada en soluciones.
1. Enfoque sistémico
Este enfoque se presenta como una forma sistemática y científica de aproximación y
representación de la realidad vista desde una perspectiva holística e integradora, donde
lo importante son las relaciones y los componentes que a partir de ellas emergen. De ahí
emerge la terapia sistémica.
Por tanto, su estudio y práctica pone especial importancia en la relación y comunicación
en cualquier grupo que interaccione, entendido como un sistema. Este enfoque se
extiende también a las personas individuales, teniendo en cuenta los distintos sistemas
que componen su contexto.
Como ventajas del abordaje de pareja encontramos que se trata de una intervención en
un grupo natural formado, con una situación establecida y estructurada, que cuenta con
reglas, definiciones e interacciones. Se puede realizar terapia en vivo con los integrantes
que demuestran en el consultorio las interacciones observables y no sólo referidas, con
un enfoque, sobre las quejas actuales.
Así mismo, es posible desarrollar un enfoque centrado en la queja o problema, no
solamente en un síntoma o diagnóstico. Esto da a la pareja un lugar propio,
independiente de otros sistemas, pues, como se mencionó al principio del texto, no se
trata únicamente de un subsistema familiar. Por lo tanto, permite incluir elementos,
como registros, diarios, prescripciones, rituales y ordalías, para continuar entre sesiones
con el trabajo terapéutico, lo que les da a los participantes mayor responsabilidad en el
cambio. Igualmente, permite realizar el seguimiento a los cambios y evidenciar la
característica dinámica de este grupo humano.
La etapa de la intervención está centrada en las características de la comunicación de la
pareja y se intentan cambios en los patrones rígidos. Se pueden incluir estrategias como
el entrena-miento, el juego de roles y las tareas. Es necesario intentar incrementarlos
intercambios reforzadores gratificantes, reconocerlos y disminuir o evitar las
interacciones adversas o pautas rígidas de interacción. Se trata de obtener pruebas de los
cambios, se introducen nuevas estrategias de solución (partiendo de las estrategias ya
utilizadas) y se refuerza el compromiso por el cambio. En la terapia sistémica se
acostumbra dejar un intervalo prolongado entre sesiones para evidenciar el cambio y
permitir que la pareja utilice estrategias propias. El terapeuta sistémico puede actuar
solo, aunque es recomendable en algunos casos el uso de un terapeuta, no
necesariamente de equipo terapéutico. Tampoco es mandatario el uso de recursos como
la cámara de Gessell.
2. Enfoque cognitivo conductual
Desde un punto de vista cognitivo conductual una relación se define como un
intercambio de conductas (Halford, 1998). Cuando una relación falla predomina el
intercambio de conductas negativas. Como se ha visto, una de las causas es la falta de
habilidades para comunicarse y resolver problemas, por ello, inicialmente, la terapia
cognitivo conductual se ha centrado en dotar a la pareja de esas habilidades. En
consecuencia los objetivos básicos del tratamiento son: a) el aumento del intercambio de
conductas positivas para lo que se emplea de forma amplia el contrato conductual
(Bornstein y Bornstein, 1988; Gottman, 1998) Por ello en el tratamiento se incluye la
enseñanza de las técnicas de negociación precisas para hacer los contratos; b) la
comunicación y resolución de problemas; c) cambios cognitivos para manejar creencias,
atribuciones, etc.
Una vez que se han definido los problemas existentes y las conductas envueltas en ellos,
se establece el programa de tratamiento seleccionando las técnicas específicas que
permiten el cambio. A continuación se listan las estrategias generales que se siguen
dependiendo de los objetivos.
Cambios cognitivos